Tema 1. Introduccion Al Rastreo de Fauna.
Tema 1. Introduccion Al Rastreo de Fauna.
Tema 1. Introduccion Al Rastreo de Fauna.
UNIDAD
DIDÁCTICA 1 DE FAUNA
INTRODUCCIÓN
CONCEPTOS BASICOS
MATERIAL NECESARIO
Curso de Especialista en Rastreo de Fauna Silvestre
y su Aplicación en la Elaboración de Estudios
Unidad Didáctica 1: Introducción al Rastreo de fauna
ÍNDICE – UNIDAD 1
1.1 INTRODUCCIÓN .......................................................................................................... 1
1.2 Conceptos básicos, el rastreo y el pisteo. .................................................................. 2
1.3 Diferentes clasificaciones de los rastros..................................................................... 6
1.4 La búsqueda de indicios ............................................................................................. 9
1.5 Pasos a seguir tras la localización de un indicio. ...................................................... 12
1.6 Material necesario para comenzar a rastrear. ......................................................... 13
1.1 INTRODUCCIÓN
Los humanos llevamos rastreando desde tiempos inmemoriales, ya los primeros integrantes
del género Homo, se veían obligados a saber reconocer y seguir los rastros dejados por sus
principales presas. Louis Liebenberg, sostiene en su libro “The Art of Tracking: The Origin of
Science” la hipótesis de que el rastreo fue el inicio de la ciencia, pues por primera vez los
humanos se vieron obligados a utilizar y desarrollar el método científico. La capacidad de
identificar una huella, un excremento o una marca en un árbol y relacionarlo con el animal al
que pertenece requiere el uso de la imaginación, la memoria y la relación de ideas, y pone de
manifiesto la alta capacidad cognitiva que ya poseían antepasados.
En la mayoría de las sociedades actuales existe la creencia de que los humanos hemos perdido
la capacidad de rastrear a la fauna como lo hacían esos primeros integrantes del género Homo,
sin embargo, esa creencia no podría ser más errónea. Para rastrear a la fauna solamente son
necesarios dos elementos; la capacidad de pensamiento complejo y el conocimiento del
medio, del paisaje y de los animales que habitan en él. En la actualidad no solo tenemos claro
que nuestra capacidad cognitiva es muy superior a la que poseían los homos más basales, sino
que estamos viviendo el momento de la historia con la mayor cantidad de información a
nuestra disposición; libros, textos en páginas web, documentales, observaciones de campo,
cualquier fuente de conocimiento es válida y nos será de gran utilidad en nuestro día a día
como rastreadores.
Aun debemos responder la pregunta principal ¿Para qué sirve el rastreo en el mundo actual?
Según la Real Academia Española, la acción de rastrear puede tener varias acepciones:
Huella de corzo impresa sobre la impronta de mis huellas. Fotografía. Jorge Ortiz.
Existen diferentes modalidades rastreo de fauna, cada una de ellas con distintos objetivos,
metodologías y resultados:
educación ambiental. Requiere un alto conocimiento del medio, las especies presentes en este
y su etología.
Para la realización de algunos estudios de fauna como sondeos o censos bastara únicamente
con reconocer los indicios dejados por la especie objetivo del estudio, sin embargo, conocer
los rastros del resto de especies que conviven con ella disminuirá en gran medida el margen de
error aumentando así la fiabilidad del estudio.
Durante las próximas semanas nos centraremos principalmente en aprender esta tipo de
rastreo, debido a su mayor utilidad durante la realización de estudios de fauna.
El pisteo o trailing: Consiste en el seguimiento de una serie de rastros e indicios a los largo de
cientos de metros e incluso kilómetros hasta localizar a su autor. Normalmente se realiza
siguiendo las pistas dejadas por algún animal durante sus desplazamientos de largo recorrido.
En esta modalidad es fundamental saber distinguir el rastro del individuo al que estas
siguiendo del de otros animales de su misma especie. Se deberán tener en cuenta diferentes
factores no contemplados en el rastreo interpretativo como la dirección del viento o la emisión
de sonidos que puedan espantar al objetivo del pisteo.
Para encontrar con éxito un animal durante el pisteo se deben seguir una serie de pasos muy
concretos:
Senda creada por un ciervo rojo al pie de un embalse. Fotografía: Jorge Ortiz.
Clasificar a cualquier persona, animal o cosa que se encuentre a nuestro alrededor es una de
las principales necesidades de los seres humanos, necesitamos poner etiquetas para
comprender lo que se encuentra a nuestro alrededor; ¿Peligroso? o ¿No peligroso?
¿Comestible? o ¿No comestible? ¿Bonito? o ¿Feo? De hecho incluso la propia clasificación que
se ha utilizado al principio del párrafo (persona, animal o cosa) no es más que un cumulo de
etiquetas. Lo mismo ocurre en el rastreo, existen incontables formas de clasificar los indicios
de presencia dejados por la fauna, seguramente cualquier persona que se inicie en la ciencia
del rastreo no tardara en crear sus propias clasificaciones, poner sus propias etiquetas y
seguramente esta clasificación creada por el principiante sea igual de valida que las creadas
por los rastreadores más experimentados, algunas de las clasificaciones más utilizadas son:
Según su ubicación: En el suelo (la huella de un ciervo), a media altura (el rascadero de
un jabalí), a gran altura (restos de la presa de un mapache o una rapaz colgando de un
árbol.
Según su temporalidad: Efímeros (las células epiteliales muertas que recubren los
excrementos al ser defecados desaparecen a las pocas horas), temporales (un
excremento en verano puede desecarse por acción de la radiación solar y permanecer
meses sin sufrir apenas cambios) o permanentes (Los huesos contenidos en
excrementos de carnívoros pueden permanecer intactos durante años).
Según el sentido que los percibe: Visual (escodadura de corzo), olfativa (Orina de
zorro) o sonoro (el canto de un ave, el silbido de alarma de una cabra montés, etc…)
Según su intencionalidad: Casuales (las huellas son dejadas por la compresión del
sustrato durante el desplazamiento, sin ningún tipo de intencionalidad) o
intencionales, dentro de este último grupo podemos incluso realizar diferentes
subclasificaciones ¿Marcaje territorial o de dominancia? ¿Marcaje olfativo o visual? ¿O
quizás sonoro?
Seguramente el número de formas de clasificación posible sea casi infinito y será un
numero diferente para cada rastreador. Sin embargo, hay al menos una catalogación en la
que todos ellos van a coincidir, la nomenclatura utilizada para definir dicha clasificación
será la utilizada durante el resto del curso, a partir de este momento se asumirá el
conocimiento de todos los términos aquí tratados por parte del alumno, se recomienda
C. Señales de carroñeo: La piel volteada por buitres es una de las señales más
claras de carroñeo.
Marcas en la corteza de los árboles:
A. Rascaduras: Marcas producidas por la fricción del cuerpo de un animal contra
la corteza de un árbol. El frotamiento puede ser producido tanto con intención
de marcaje como simplemente para quitarse el barro.
B. Escodaduras: Marcas producidas por la fricción de las cuernas de los cérvidos.
El frotamiento puede ser producido tanto con intención de marcaje como para
desprenderse de la borra (piel aterciopelada y muy bascularizada) que cubre
sus cuernos durante el proceso de crecimiento.
C. Arañazos: Producidos con intención de marcaje tanto visual como olfativo, las
secreciones sebáceas de las glándulas plantares e interdigitales se ocuparan de
este último.
D. Colmilladas: Producidas por los machos de jabalí durante la época de celo
(noviembre-diciembre) tienen intención de marcaje visual y olfativo.
Tipos de pelo:
A. Lanugo: Pelo fetal, se cae a los pocos días de nacer. No será encontrado en el
campo.
B. Vibrisas: Pelo sensorial utilizado por algunos mamíferos a modo de tacto.
C. Borra: Pelo térmico encargado de mantener capas de aire pegadas al cuerpo
para aislar este. Tiene aspecto lanoso.
D. Jarra: Pelo duro encargado de proteger la borra de la humedad, el viento y el
rozamiento.
Antes de comenzar con la búsqueda de rastros que nos permitan corroborar la presencia de
una especie en un determinado lugar, es muy importante conocer no solo las especies cuya
distribución potencial posibilita su presencia en el entorno, sino también las costumbres y
hábitos de marcaje de estas, de igual forma que no tendría sentido buscar indicios de puma en
Cádiz, tampoco lo tendría buscar excrementos de nutria en un pastizal durante un sondeo del
mustélido, por supuesto, las nutrias además de desplazarse por cuencas fluviales también
pueden hacerlo cruzando pastizales u arboledas y sin duda defecar es una necesidad biológica
para ellas tanto en el rio como en esos lugares, pero su tendencia a depositar los excrementos
sobre lugares llamativos en las orillas de los ríos no nos permitirá predecir cuales van a ser los
lugares de defecación cuando nos encontremos alejados de un rio, dando lugar a decenas de
cuadriculas negativas en nuestro sondeo únicamente por haber buscado en los lugares
incorrectos. En el apartado de Rastreo de Excrementos explicaremos detenidamente donde
buscar las deposiciones de gran cantidad de especies ibéricas, ya que cada especie posee
diferentes tendencias.
En cuanto a las huellas, lo mejor será acudir a embalses y pantanos (a ser posible en época
estival cuando las necesidades de agua de la fauna son mayores), normalmente, en los
alrededores de estas masas de agua existe gran cantidad de tierra, barro o arena que
permitirán la impronta de las pisadas. Suele ser una enorme pérdida de tiempo y esfuerzo
buscar huellas de fauna en caminos, pastizales o bosques ya que el sustrato frecuentemente
encontraremos en estos lugares nos es adecuado para la icnición de las huellas. Es cierto que
habrá muchas ocasiones en las que tengamos que corroborar la presencia de una especie y no
existan pantanos y embalses en las cercanías, en esos casos puede ser muy buena opción la
búsqueda bajo puentes (donde normalmente encontraremos humedad y poca vegetación
dando lugar a barro y tierra), tampoco será mala idea salir a rastrear en los días posteriores a
la lluvia y examinar minuciosamente los bordes de los charcos.
La nieve también es una opción muy buena para la localización de pisadas, sin embargo
deberemos hacerlo siempre en los días o incluso horas posteriores a la nevada pues cuando
comience a descongelarse las huellas perderán su forma y se volverán irreconocibles.
No solo es importante el lugar donde buscamos las huellas sino también la hora a la que lo
hacemos, los mejores momentos serán cuando el sol este bajo y la luz lateral nos permitan
distinguir las sombras y aristas de las impresiones. A horas centrales del día la luz caerá desde
arriba y nuestros ojos no distinguirán la huella al percibir el sustrato como una superficie
completamente plana sin hundimientos ni impresiones.
En definitiva, las huellas siempre deberemos buscarlas en lugares donde el sustrato permita su
correcta impresión, suelos blandos que con frecuencia serán barro o nieve, con las primeras o
ultimas horas de luz.
Otras veces nuestro papel como rastreadores nos llevara a buscar madrigueras, encames o
parideras; en este caso, al igual que en el de los excrementos deberemos conocer los hábitos
de la especie que buscamos, conejos, zorros o tejones utilizaran madrigueras para dar a luz a
sus crías, otros como liebres, corzos o jabalís preferirán hacerlo en campo abierto pero
también existe un tercer grupo de especies cuyas tendencias variaran en función de las
características del hábitat como es el caso del lince, los grandes félidos de sierra morena dan a
luz a sus crías en el interior de pequeñas cuevas formadas entre los bolos graníticos, sin
embargo en el Parque Nacional de Doñana utilizaran la tranquilidad que otorga el interior de
los troncos de alcornoque.
Conejos, zorros y tejones tienen diferentes gustos respecto al lugar donde alojarse, los conejos
son animales muy generalistas a los que les vale cualquier terreno excarbable. Si nuestro
objetivo es buscar una zorrera el éxito será algo más complicado pues los zorros poseen
territorios mucho más grandes que los conejos y por lo tanto la densidad de zorreras será
mucho menor, sin embargo los zorros tienden a agrandar madrigueras de conejo, lugar donde
vivirán sus crías durante los siguientes cuatro o cinco meses al nacimiento, tras este periodo,
las zorreras con frecuencia vuelven a ser ocupados por sus anteriores dueños, los conejos.
Aunque hemos comentado anteriormente que los zorros suelen agrandar la boca de las
conejeras para que sus crías las ocupen, esta afirmación no es del todo correcta pues con
frecuencia solamente será agrandada una boca y el pequeño tamaño de los zorreznos les
permitirá moverse por el interior de los túneles. Los zorreznos utilizan todas las bocas para
moverse hayan sido agrandadas por su madre o no, durante sus juegos y correrías los
pequeños irán escarbando cerca de las bocas y creando enormes abanicos de hasta seis
metros de largo y ocho de ancho, estos abanicos será lo que utilicemos para localizar las
zorreras buscándolos con prismáticos desde largas distancias.
Encontrar una madriguera de tejón puede ser bastante más complicado que encontrar una de
zorro y no digamos ya de conejo. En esta especie suele existir una tendencia a buscar zonas
tranquilas para criar, al aguardo de rocas, terraplenes o grandes árboles o en el interior de
zarzales que protejan su boca de los vientos y las lluvias. La búsqueda de tejoneras es una de
las metodologías más utilizadas en Europa para los sondeos de tejón en Europa pues parece
que el número de estas en el interior de un territorio está estrechamente relacionado con la
densidad del mustélido, permitiendo calcular índices de abundancia.
Encontrar encames y parideras de ungulados suele ser bastante más sencillo que dar con la
madriguera de un carnívoro, la principal metodología a seguir será caminar por lugares
tranquilos, frecuentemente entre densa vegetación aunque a veces ni siquiera será necesario,
si nuestro objetivo es encontrar un encame, con esto seguramente sea más que necesario,
mientras que si buscamos parideras debemos tener en cuenta también la altísima necesidad
de agua que tienen las madres durante el periodo de lactancia y seguir los pasos comentados
pero en este caso cerca de un punto de agua.
A quedado patente la necesidad de conocer los hábitos de las diferentes especies presentes en
el ecosistema antes de comenzar a rastrear, sin embargo debemos tener también en cuenta
que cualquier lugar donde ya hayamos encontrado indicios, será bueno para buscar más.
El rastreo es una ciencia y como tal posee una metodología concreta que debe seguirse si se
quiere llegar a conclusiones validas, dicha metodología muchas veces evita que nos
precipitemos sacando conclusiones erróneas en el proceso. Incluso los rastreadores más
experimentados tienen serias dificultades para la identificación un indicio sin seguir esta serie
de pasos.
1. Observación del Hábitat y Entorno: Sera el primer paso a realizar tras localizar
cualquier indicio, durante estos segundos de reflexión nos haremos algunas
preguntas a nosotros mismos ¿Cuál es el hábitat predominante? ¿Dónde está el
bosque más cercano? ¿Y las rocas? ¿Hay alguna masa de agua próxima?
3. Identificación del Indicio: Después de recoger tanta información del entorno como
podamos, pasaremos a la identificación del indicio, ya sea por medio de guías, la
memoria o la experiencia. En caso de no lograr la identificación, es buena idea dar
un paso atrás y volver a mirarlo pero esta vez desde una distancia mayor, tu
perspectiva cambiara completamente, en caso de que no funcione, lo mejor es no
obcecarse y volver a pensarlo pasado un par de horas, seguramente se te ocurrirán
diferentes ideas.
Por supuesto el material necesario dependerá del estudio a realizar y existirá un apartado
sobre el material necesario en los temas referentes a la realización de dichos estudios, sin
embargo existe un equipo básico que nos será de gran ayuda para la identificación:
Calibre: Un calibre es con seguridad uno de los instrumentos más útiles de cara a la
identificación de un excremento, nos permitirá tomar medidas exactas de longitud y grosor
que al contrastar con la bibliografía frecuentemente nos indicaran su autor.
Metro: Es menos exacto que el calibre pero es muy útil para medir rastros de mayor tamaño
como pueden ser bocas o abanicos de madrigueras, encames o incluso zancadas en secuencias
de huellas, esto último puede ser determinante si durante un rastreo en nieve esta ya ha
comenzado a derretirse.
Guantes de látex o nitrilo: Si el estudio requiere manejar excrementos, lo mejor será utilizar
guantes desechables pues las deposiciones pueden transmitir gran cantidad de enfermedades
por un proceso denominado como zoonosis. Dependiendo del grado de manejo será
recomendable también la utilización de mascarilla. Salmonella, Leptospirosis, Hantavirus o
Baylisascaris procyonis son algunas de las enfermedades o parásitos que pueden transmitirse
por el contacto con excrementos animales.
Cámara de fototrampeo: Algunas veces será interesante llevar una de estas cámaras en la
mochila, pues nos permitirán discriminar entre especies cuyos rastros son inidentificables
como gato y gato montés, perro y lobo, cabra doméstica y montes, etc…