Historia Fotografía Mexicana
Historia Fotografía Mexicana
Historia Fotografía Mexicana
De este modo, se abrieron diversos estudios fotográficos en las ciudades más importantes
del país, a donde solo iban los personajes más acaudalados para “hacerse retratar”, pues
su costo era muy elevado.
Si bien es cierto que el género del retrato es el que más se desarrolló durante esos primeros
años fotográficos, también se hicieron tomas de los siguientes temas:
paisajes
ruinas precolombinas
vistas de la ciudad
registro de algunos hechos bélicos
Parte de estas imágenes las hicieron, además de fotógrafos nacionales, algunos estudiosos
extranjeros como John Lloyd Stephens, Frederich Catherwood y Désiré Charnay (en zonas
arqueológicas) y Théodore Tiffereau en diversas regiones mineras del país.
Sin embargo, su escasa calidad gráfica contribuyó a que fueran sustituidos por otra técnica
que presentaba mejores tiempos de exposición, más brillantes contrastes y múltiples tonos
en la representación. Fue el colodión húmedo con el que la foto tuvo su mayor auge
comercial, pues además, como innovación, creó la posibilidad de reproducir en serie la
misma imagen.
Uno de los ejemplos más claros de cómo se aprovechó la oportunidad de
multirreproducción se vio durante el imperio de Maximiliano y Carlota entre 1863 y 1866, ya
que a través de las fotos ellos difundieron su imagen como recurso publicitarlo propiciando
que la fotografía comenzara a realizarse con diferentes intenciones y usos sociales.
Durante el porfiriato la fotografía de registro tuvo un lugar destacado, ya fuera para dar
seguimiento a la construcción de puertos, del Ferrocarril Nacional e incluso para
reconocimiento de las zonas geográficas y haciendas más distantes del país. Porfirio Díaz
contrató a fotógrafos extranjeros para realizar este tipo de trabajos como Abel Briquet,
Charles B. W alte, W. Scott y Will lam Henry Jackson.
La visión folclorizada que de los indígenas tenía el porfiriato también se extendió con el
retrato de los tipos físicos, y fue Ybáñez y Sora uno de sus mejores realizadores. Este
género costumbrista idealizaba y descontextualizaba a los personajes y tuvo un gran auge
en el extranjero.
Por otro lado, la fotografía de temas arquitectónicos encontró en Guillermo Kahlo a uno de
sus más destacados representantes, y en Hugo Brehme el paisaje cobró un aspecto
bucólico de gran calidad.
Sin embargo, el retrato comercial continuó siendo el género por excelencia de ese periodo
finisecular; y entre los gabinetes fotográficos más renombrados podemos citar son los
siguientes:
Ante esa nueva realidad, nuevos temas se impusieron con modernos tratamientos y
diferentes estilos; ello es posible constatarlo en el material legado por Agustín Víctor
Casasola, quien reunió las placas de fotógrafos nacionales y extranjeros: un amplio e
invaluable archivo que tuvo como condición original el servir de agencia gráfica informativa
a diversos periódicos y revistas desde el año de 1911.
Para los años treinta y cuarenta el fotoperiodismo fue el género que más auge tuvo, ya que
era la época de oro de las revistas ilustradas. Las imágenes creadas contenían elementos
de un gran sentido del humor, eran críticas y mordaces, procuraban las más audaces
noticias y contenían composiciones, ángulos de toma y elementos estéticos muy
novedosos.
En esos años trabajaron para diversos diarios y revistas los miembros de la familia
Casasola —los hijos y sobrinos—, así como Enrique Díaz Reyna, Enrique Delgado, Luis
Zendejas y Manuel García, entre muchos otros, quienes le dieron renovada actividad al
fotoperiodismo. En los años cincuenta se empezaron a hacer más rígidas las imágenes
fotoperiodísticas, su discurso se oficializó y compartió con el régimen sus simpatías.
Son principalmente dos jóvenes, pertenecientes a esta década los que se deslindaron y
continuaron con un estilo gráfico más crítico: Nacho López y Héctor García, quienes se
convirtieron en los continuadores de un periodismo agudo y mordaz y vieron mayores frutos
de su trabajo en la prensa nacional después de detonado el movimiento estudiantil en 1968.
Asimismo, uno de los mayores logros de esos años fue la concepción de la fotografía como
un ente propio con límites y alcances ajenos a otras manifestaciones plásticas. Gracias a
esta circunstancia se creó en 1980 la Bienal de Fotografía.
Por otro lado, sectores de fotógrafos que tenían diferentes intenciones, a saber:
Sin embargo, existen quienes lograron encontrar un equilibrio dialéctico y generaron una
obra de alta calidad y con un fuerte contenido temático; solo por citar algunos ejemplos
están:
Mariana Yampolsky
Graciela Iturbide
Pedro Meyer
Gerardo Suter
Fabrizio león Diez
Eniac Martínez
Lourdes Grobet
Los quehaceres de la fotografía se han ampliado, sus maneras de realización también, el
oficio de fotógrafo se ha extendido más allá de lo imaginable.
Entre los jóvenes que se inician en el oficio las posibilidades son infinitas gracias a los
avances tecnológicos fotográficos y de la computadora. Hay quienes siguen fieles a la
tradición de la cámara, del tripié y del trabajo de laboratorio, frente a quienes procuran
encontrar en la fotografía un medio de comunicación que puede entretejerse con otros más,
como la creación digital.
Todos ellos forman parte de este mosaico tan rico que actualmente conforma nuestro país,
sin dejar a un lado las nuevas aportaciones que abren más posibilidades a la fotografía
mexicana.