Esguince de Tobillo
Esguince de Tobillo
Esguince de Tobillo
1. Introducción
2. Justificación
3. Recuerdo anatómico
4. Clasificación
5. Diagnóstico clínico
6. Rehabilitación
7. Complicaciones
8. Conclusiones
9. Bibliografía
INTRODUCCIÓN
La actividad física y el deporte tienen muchos efectos beneficiosos, entretanto,
ocurren lesiones, esas lesiones incluyen esguinces, contusiones y fracturas. Las
lesiones ligamentarias del tobillo se conocen con los términos de esguince,
torcedura o entorsis del tobillo, el esguince es la lesión articular que afecta a
ligamentos y/o cápsula, producida por un movimiento forzado indirecto, sin que
las superficies articulares pierdan su contacto de modo permanente, representan
las lesiones más frecuentes que se presentan en las actividades cotidianas y del
15% de todas las lesiones asociadas con la práctica de deportes (basketball ,
volleyball, football), es responsable de aproximadamente el 12% de todos los
traumatismos atendidos en las salas de emergencia, el 78% de los esguinces son
externos, el 4% son internos y el 16% son lesiones de la sindesmosis, el 78% de los
esguinces ocurren en un tobillo previamente lesionado. Estas lesiones
representan uno de los principales motivos de consulta en el servicios de
urgencias; se estima alrededor de un caso por cada 10 mil personas que son
atendidas por día. El mecanismo de lesión más común es la supinación con una
combinación de aducción e inversión del pie en flexión plantar; el cual se
produce por medio de un golpe directo, una caída o un movimiento incorrecto del
tobillo.
JUSTIFICACIÓN
El esguince es el traumatismo más frecuente en el ser humano y es una lesión que
se puede asentar en muchas articulaciones (codo, muñeca, dedos, columna
vertebral), pero con mayor frecuencia afecta al tobillo (ligamento externo,
peroneo-astragalino anterior) y a la rodilla (Ligamento lateral interno). El
mecanismo es siempre indirecto, y se trata de un accidente moderado de
torcedura o distorsión, de movimiento forzado normal de la articulación o
anormal que provoca lesión de los tejidos cápsulo-ligamentosos, cuando se
sobrepasa su límite de amplitud fisiológica.
Es una lesión propia del adulto joven, pues en el niño los ligamentos son muy
elásticos y ceden mucho y el mismo mecanismo de producción provoca una
lesión del cartílago de crecimiento, mientras que en el anciano el hueso es frágil y
se fractura. Y si bien antes se consideraba que era una lesión casi exclusiva del
sexo masculino, en la actualidad, al ser practicado el deporte, casi en la misma
proporción por ambos sexos, el número de lesiones es equiparable en hombres y
en mujeres, aunque el esguince de rodilla es más frecuente en el hombre y el de
tobillo en la mujer . El mecanismo indirecto de tracción sobre el ligamento puede
ocasionar: Lesión del propio ligamento, desinserción del ligamento de su punto
de inserción ósea, arrancamiento óseo o fractura de la zona de inserción. Las
lesiones del propio ligamento se clasifican en: desgarros leves, distensión del
tejido sin desorganización; desgarros moderados, aunque se mantiene la
continuidad del ligamento, la fuerza se reduce de forma importante y, lesiones
severas que representan la rotura completa del ligamento, puede implicar
lesiones óseas asociadas o lesiones osteocondrales.
RECUERDO ANATÓMICO
La región anatómica del tobillo
está formada por dos articulaciones, la
articulación tibioperoneo-astragalina (compuesta por el
extremo distal de la tibia, el peroné y el
astrágalo) y la subastragalina (tróclea del
astrágalo y calcáneo). Los ligamentos de esta
región son: El ligamento lateral interno (ligamento
deltoideo) que es el principal elemento de estabilidad del
tobillo y el ligamento lateral externo, con sus 3
fascículos: peroneoastragalino anterior,
peroneocalcáneo y peroneoastragalino posterior. La
articulación tibioperonea-tarsiana sólo permite
movimientos de flexo-extensión con una amplitud de hasta
15º de dorsiflexión, y de 55º de flexión
plantar, mientras que la articulación subastragalina
sólo permite movimientos de supinación (hasta
30º) y de pronación (hasta 10-20º). BIOMECANICA
DEL TOBILLO: El tobillo pone en contacto la mortaja tibioperonea
con el astrágalo. Debajo del astrágalo, la
articulación subastragalina con el calcáneo
participa en la movilidad y estabilidad del pie en carga.
Estabilidad pasiva: El efecto «tenaza» que la
tibia y el peroné tienen sobre el astrágalo
contribuye a la estabilidad del tobillo. La estabilidad pasiva
también está garantizada por tres grupos de
ligamentos: el ligamento tibioperoneo; el complejo medial,
(ligamento grueso y resistente, que está compuesto por
tres haces (tibiocalcáneo, tibioastragalino anterior y
tibionavicular), su función principal consiste en limitar
la eversión, el pie valgo y, en menor medida, el pie talo;
y el complejo lateral, compuesto por tres ligamentos:
peroneoastragalino anterior (o haz anterior), calcaneoperoneo (o
haz medio), limita la inversión y peroneoastragalino
posterior (o haz posterior), limita el cajón posterior. El
complejo limita la rotación interna. Estabilidad
activa: Las estructuras ligamentosas no bastan para
estabilizar el conjunto articular del tobillo en los tres planos
del espacio. Por lo tanto, existe una estabilización
activa muscular asociada. La estabilidad en el plano sagital
está garantizada por el músculo tibial anterior y
por el tríceps sural (constituido por los gemelos y el
sóleo). El tríceps limita la flexión dorsal.
Cuando están en flexión plantar, los flexores del
tobillo (tibial anterior, extensor largo del dedo gordo, extensor
largo de los dedos) participan en su limitación y su tono
facilita la estabilización anterior. La
estabilización transversa está garantizada por los
músculos tibial posterior y los peroneos corto y largo. El
tibial posterior, antagonista directo del peroneo corto, limita
la eversión patológica. A estos músculos
principales hay que añadir el extensor largo de los dedos
y el extensor largo del dedo gordo, que además de su
acción sobre los dedos de los pies también son
flexores. La estabilidad en la rotación está
garantizada por todos los músculos periarticulares.
FACTORES DE RIESGO : Las personas con alteraciones
anatómicas del pie y sobrepeso así como, aquellas
que realizan ciertas actividades laborales y deportivas, y
quienes son portadores de enfermedades concomitantes (procesos
neuropáticos, trombosis venosa, trastornos
hematológicos) y uso crónico de anti-inflamatorios
o anticoagulantes.
MECANISMOS FISIOPATOLOGICOS:
CLASIFICACIÓN
Basándose en la exploración clínica, la mayoría de los autores coinciden en
clasificar el esguince de tobillo en tres grados y algunos consideran un cuarto.
DIAGNÓSTICO CLÍNICO
Anamnesis: Es importante recoger los siguientes datos: edad, actividad laboral y
actividad deportiva, mecanismo lesional, antecedentes de lesiones previas en la
misma zona, características del dolor (habitualmente, el dolor súbito inicial suele
seguirse de una fase de analgesia parcial, para posteriormente aumentar de nuevo
la sensación dolorosa), la percepción de crujido o sensación de desgarro (suele
ser signo de gravedad de la lesión).
Inspección: Valorar el grado y
localización del edema, presencia de equimosis y de
deformación, el grado de funcionalidad de la
articulación (posibilidad de apoyo y movilidad activa) y
postura espontánea. Palpación: Sirve para
orientar tanto el diagnóstico positivo como el
diferencial. En primer lugar comenzaremos por los relieves
óseos para evaluar posible presencia de fractura
ósea asociada: maleolo tibial y peroneo, y base del
5º metatarsiano. Después palparemos los ligamentos en
un esguince leve normalmente habrá dolor delante del
maleolo peroneo. Es aconsejable palpar el borde óseo
posterior del peroné intentando empujarlo hacia delante,
ya que la aparición de dolor debe hacer sospechar una
posible fractura o fisura del maléolo peroneo.
También se debe palpar toda la longitud de la tibia y del
peroné para descartar fracturas del peroné proximal
(fractura de Maissoneuve) que puede asociarse a la lesión
de la sindesmosis. La palpación dolorosa sobre la base del
5° metatarsiano puede indicar una avulsión de la
inserción del peroneo lateral largo. Para diagnosticar el
esguince de la sindesmosis puede ser útil efectuar una
compresión de tibia y peroné, y la rotación
externa del pie respecto de la tibia y peroné, lo cual
produce dolor intenso en articulación tibio-peronea
distal.
EXAMENES COMPLEMENTARIOS:
ESTRATEGIA TERAPÉUTICA:
Grado I: tras el tratamiento del proceso inflamatorio inicial puede optarse por un
vendaje elástico-adhesivo durante una semana que debe abarcar desde la raíz de
los dedos hasta debajo de la rodilla, o bien un vendaje funcional. Es
recomendable, además de no recurrir nunca a la inmovilización total rígida,
iniciar una movilización activa del tobillo, sin llegar a producir dolor, y
posteriormente una deambulación precoz y progresiva.
Grado II: hay que asegurar una eficaz protección de los ligamentos dañados,
puede optarse por un vendaje funcional (strapping) durante tres semanas o por un
vendaje elástico compresivo, cuando no podamos asegurar una correcta
protección del tobillo o el proceso inflamatorio sea importante optaremos por un
tratamiento ortopédico con férula de escayola (también optaremos por la férula
cuando no podamos asegurar una buena inmovilización con el vendaje). Ésta debe
colocarse precozmente, abarcando desde la raíz de los dedos hasta debajo de la
rodilla y que manteniendo el tobillo en ángulo recto. A las 48 horas, tiempo
suficiente para que disminuya la tumefacción, algunos autores recomiendan
sustituirla por un botín de escayola que se retirará a las 3 semanas después de la
lesión.
REHABILITACIÓN
El tratamiento rehabilitador se basa en ejercicios para fortalecer las estructuras
del tobillo y la fuerza muscular de la pierna.
COMPLICACIONES
Tanto si el esguince es externo, interno o anterior, pueden persistir
algunos problemas : hinchazón periarticular, dolor, rigidez del tobillo o una
disminución de la estabilidad articular.
Es fundamental descartar lesiones más graves (fracturas) que deben ser tratadas
por el especialista.
Las secuelas (dolores y/o inestabilidad) son poco habituales pero requieren un
nuevo estudio clínico y paraclínico.
BIBLIOGRAFÍA
1. Guía de Práctica
Clínica para el Diagnóstico y Manejo del
Esguince de Tobillo en la Fase Aguda. México :
Secretaría de Salud; 2008.
Autor: