Modulo Neurosis y Psicosis
Modulo Neurosis y Psicosis
Modulo Neurosis y Psicosis
Si bien la psicopatología recién se delimitó como disciplina en el siglo pasado con los
distinción entre neurosis de defensa y neurosis actuales, con la inclusión posterior de las neurosis
narcisistas, finalmente se organizó (también para entender lo básico de algunas cuestiones clínicas)
externa, modalidad descriptiva que está hoy, por ejemplo, representada en el furor diagnóstico a
posicionamiento subjetivo.
A grandes rasgos, brindamos a continuación una definición de cada una de ellas para
psíquico entre las instancias del aparato psíquico y la realidad. La formación del síntoma tiene sus
raíces en la historia infantil del sujeto y constituye una solución de compromiso entre el deseo que
sustitutiva de una exigencia pulsional que se adapta a las exigencias de la realidad. En el conjunto
fobia.
Es decir, en la neurosis el síntoma es, además de algo que molesta al sujeto, una solución a
un problema que el sujeto cree mucho más grande. Cuando un sujeto se crea un síntoma, produce
un síntoma, es en la línea de hallar una expresión para una idea que, en caso de mostrarse tal como
El Hombre de las Ratas fue un paciente de Freud que de entrada desplegó en su análisis
toda una seria de rituales obsesivos, ideas obsesivas y pensamientos desagradables hacia terceros a
quienes por otra parte les tenía mucho afecto. En el hombre de las ratas había una pulsión de ver
que determinaba un intenso deseo de ver mujeres desnudas. Pero, según sus premisas, si eso se
cumplía algo malo le iba a pasar a su padre. Entonces a los fines de que no le pase algo malo a su
padre aparecía la imposición de alguna medida de prevención: si veo mujeres desnudas entonces
algo malo le va a pasar a mi padre. Para evitar eso, el Hombre de las Ratas realizaba múltiples
rituales obsesivos.
La versión moderna del síntoma en El Hombre de las Ratas aparece en los actualmente
“trastorno obsesivo compulsivo” y que tienen por fin no el acto en sí mismo sino la evitación de
algo terrible que sucedería si el ritual no se llevara a cabo (corroborar que la llave de gas esté
cerrada, que la puerta haya sido llaveada, no pisar los bordes de la baldosa, entre otros).
lineamiento fundamental de Freud es que necesitamos el saber del paciente, el saber lo tiene el
sujeto. El único que puede decir de las causas de su padecimiento, el único que puede dar cuenta
partir de ese saber con el que trabajamos, es un saber situado en otro lado, un saber que está del
En este sentido es que de nada sirve el saber del profesional en juego. De nada sirve que el
profesional construya hipótesis en torno al padecimiento del sujeto o que elabore respuestas
grandilocuentes a preguntas que aún no se han formulado porque, en cualquier caso, la verdadera
Nuestra función será, como profesionales de la salud, la de poder hacer hablar al sujeto lo
suficiente como para que en su propio discurso pueda hallar las causas de su padecimiento, que
pueda situarse en relación a eso y que pueda ir hallando el camino hacia su propia verdad y saber
en torno a ello.
En este sentido es que el psicoanálisis no es una práctica intersubjetiva. En el
acompañante terapéutico pienso del padecimiento del paciente o del contenido de su discurso.
Pasemos ahora a la segunda estructura subjetiva freudiana. ¿Qué definición podríamos dar
de las psicosis? Desde la psiquiatría, el concepto de psicosis ha sido tomado en una extensión muy
amplia, comprendiendo toda una serie de enfermedades mentales tanto orgánicas como
subjetivas. Inicialmente, el psicoanálisis no constituyó una clasificación que abarcara a las psicosis
dado que Freud consideraba que no eran posibles de ingresar en un tratamiento psicoanalítico por
la imposibilidad de hacer transferencia con el analista (vínculo fundamental para la instalación del
dispositivo).
Sin embargo, los avances del psicoanálisis le permitieron a Freud constituir una
alucinatorios y corporales).
que le resulta insoportable por inconciliable con su voluntad pero, a diferencia de la neurosis, en
lugar de constituirse un síntoma que opere como solución de compromiso, el sujeto psicótico
constituye la formación delirante para emparchar ese fragmento de la realidad del cual se había
abstraído. En este sentido, lo innovador del psicoanálisis respecto de la psiquiatría es pensar el
un orden meramente funcional del texto dado que no hay ningún motivo verdadero para pensar
que la neurosis es una estructura “superadora” respecto de la psicosis. Suele asociarse la psicosis al
estado de locura más extremo y, sin embargo, la práctica clínica indica que hay numerosas neurosis
que, en estado de desencadenamiento, se ven muchísimo más limitadas que cualquier psicosis
compensada.
utiliza una analogía interesante para pensar la psicosis: “Todos los taburetes no tienen cuatro pies.
Algunos se sostienen con tres. Puede que al comienzo el taburete no tenga suficientes pies pero
que igual se sostenga hasta cierto momento en que el sujeto en determinada encrucijada de su
historia biográfica confronta ese defecto existente desde siempre.” Es decir, la psicosis plantea una
presentar mayores dificultades a lo largo de toda la vida del sujeto hasta cierto momento en que
Para el psicoanálisis, la neurosis, la perversión y por ende las psicosis son modos de
la cual no tiene respuesta alguna, pero no sólo eso, sino que además el sujeto no cuenta con qué
construcción delirante, el delirio en sí mismo, puede constituirse como un camino hacia la sanación.
El delirio podría constituirse como ese cuarto pie, ese cuarto punto de apoyo sobre el cual el sujeto
Por último, la perversión ha sido definida inicialmente como la desviación respecto del acto
sexual normal definido como coito dirigido a obtener el orgasmo por penetración genital con una
persona del sexo opuesto. En este sentido, se hablaba de perversión cuando el objeto no era una
persona del sexo opuesto, cuando la zona corporal no era la genital o cuando el orgasmo quedaba
Sin embargo, en la actualidad resulta poco sostenible esta concepción de las perversiones
morales o estadísticas.
desarrollos – puede ser entendida como “el proceso en el cual el goce está implicado a partir de la
des – subjetivización del otro”. Así, la perversión está puesta más del lado de un funcionamiento
mental (con predominio del ejercicio directo de lo impulsivo – pulsional parcial no reprimido) que
de un lado moral o estadístico en cuanto a cuál es la conducta sexual que se desvía de la norma.
En este sentido es que se habla del sujeto de la perversión como aquel que, en lugar de
desencadenamiento de su angustia.
previa de que el sujeto tiene algo para decir, así como también una suposición de que el sujeto no
va a decir todo lo que tenga para decir (ya que eso es imposible) sino una porción de lo que quiere
decir a su AT. Eso implica una suposición, un preconcepto, un prejuicio que hace que una
experiencia esté determinada por una cierta ley que es la suposición, en este caso, de que hay un
inconsciente que determina todo lo que el sujeto dice y una conciencia que juzga lo que el sujeto va
a decir todo el tiempo. De allí que el psicoanálisis funda su praxis en los traspiés de la conciencia o,
en términos freudianos, en las formaciones del inconsciente que hallan el modo de abrirse paso
hacia la conciencia.
pide al paciente, que es la asociación libre, con una atención parejamente flotante a todo lo que el
paciente dice.
asociación libre que es, desde el comienzo, una estafa, porque decirlo todo es un imposible. Sin
embargo, partimos de la regla fundamental porque hay algo que sí sabemos: el inconsciente existe.
Y para que pueda manifestarse deben generarse las condiciones para que el sujeto simplemente
La asociación libre es enunciada por Freud como la regla fundamental de la experiencia del
análisis. Y no sólo no tiene nada de libre (porque sabemos que todo lo que el sujeto diga va a estar
Un sujeto padece y, en el mejor de los casos, se dirige a otro, que en este caso es el
Acompañante Terapéutico pero que podría ser una iglesia, un médico clínico, un psicoterapeuta. La
cuestión es que el sujeto está buscando una respuesta a su padecimiento. Y es el mismo sujeto que
sufre el que se dirige a un AT que aquel que se dirige a otro profesional o establecimiento.
¿Qué quiere decir Freud cuando dice que la introducción al tratamiento conlleva a que el
paciente cambie su actitud consciente frente a la enfermedad? Se refiere a que uno no quiere saber
de qué padece. El recurso fundamental para poner al sujeto en relación a su padecimiento es hacer
que el sujeto hable. El Acompañante Terapéutico pensado desde una práctica psicoanalítica es un
profesional que, contrariamente a la representación clásica que se tiene de él, habla (mucho o
poco, según el caso por caso) pero habla lo suficiente como para hacer hablar al sujeto del
inconsciente.
psicosis” de 1924.
Partimos del siguiente concepto: la realidad es algo que se tiene y que en tanto se tiene,
también se puede perder. Si hablamos de pérdida de la realidad en las neurosis y en las psicosis,
¿cuál es el estatuto de la realidad? La experiencia freudiana indica que la neurosis en tanto posición
Ahora bien, ¿cómo plantea Freud la pérdida de la realidad en las neurosis y en las psicosis?
Freud lo plantea como un proceso que está articulado en dos tiempos, un tiempo que es de
En la neurosis sucede lo siguiente: hay una exigencia pulsional, la irrupción de una exigencia
pulsional que ataca a la realidad. El resultado es que esta realidad va a quedar barrada, y que
precisamente por operación de la neurosis esta exigencia pulsional a su vez será reprimida.
Entonces el resultado de este proceso es que la exigencia pulsional sea sustituida por una
satisfacción sustitutiva, un síntoma, y esta realidad también vaya a quedar sustituida por otra
realidad. Entonces esa realidad de la que se queja el neurótico no es la primera realidad, sino que
Del lado de la psicosis también tenemos un proceso que comienza con una pérdida de
realidad que se manifiesta en esas experiencias de fin del mundo por ejemplo, experiencias en las
que sucumbe todo el campo de lo simbólico y de lo imaginario del sujeto, fractura de todas las
Y ¿por qué sucede eso en la psicosis? ¿Por qué se produce esa fractura de la realidad? No es
por una exigencia pulsional, sino que es por una serie de coordenadas más o menos localizables en
algunos casos, no en todos. Lacan habla del encuentro con un padre, un padre en posición
simbólica, un padre como significante. Un nombramiento en una posición simbólica como lo es por
construcción de otra realidad, no son sin el pasaje por la angustia, tanto en las neurosis como en las
psicosis. Porque el empuje de la moción pulsional en el neurótico produce angustia, esa angustia es
lo que señala, moviliza la operación de la represión y lo que lleva a ese no querer saber nada de la
realidad que se pone en juego, que desencadenó ese empuje, esa moción pulsional. El resultado es
incompleta.
En la psicosis la realidad que es rechazada siempre va a estar empujando, esto que se va a
llamar el agujero forclusivo, eso que queda en el momento de naufragio de la realidad, de pérdida
de la realidad, de sensación de fin del mundo, ese agujero siempre va a estar produciendo un
empuje y por lo tanto también se acompaña de angustia. Y esa angustia es la que se llena del
armado de una nueva realidad, en el mejor de los casos, es decir cuando el psicótico puede
construir una realidad sustitutiva delirante. Sin embargo, si bien hay construcción de una realidad y
esta realidad es bastante importante cuando se puede construir porque le permite al sujeto armar
cierto lazo social, ahí donde habían caído todos los ideales y toda su armadura simbólica e
imaginaria, es un lazo social que es bastante restringido porque no es una realidad que sea
demasiado compartible, salvo cuando se toman para esa realidad las construcciones religiosas. Ahí
sí se puede participar de una vida religiosa pero cuando es una construcción delirante, individual,
personal, no es muy fácil armar lazos sociales con otros. Entonces, en ese sentido ese sustituto de
realidad si bien tiene su importancia porque en el lugar del agujero hay algo que viene a llenarlo,
también hay una dificultad que es la de poder hacer entrar esta realidad en el campo de los ideales
del otro. Es decir que es una realidad que no entra fácilmente en el campo de los ideales del otro.
del paciente, pero hay un saber que no se puede hacer saber, no se puede transmitir, es
intransmisible, es un saber que queda del lado del paciente, no circula. El saber del perverso está
del lado del perverso pero no se puede transmitir y es esa particularidad de la perversión la que da
al analista la sensación de espectador de la escena que el sujeto perverso exhibe, sin posibilidad de
intervención. No es una escena de llamado de intervención al otro sino que es una escena que se