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Hora Santa Por La Paz

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HORA SANTA POR LA PAZ

1.- Exposición del Santísimo.


Canto de Adoración.

Ave María Purísima,


R. Sin pecado concebida. Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios
nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

ORACIÓN INICIAL

Concédenos, Señor,
el espíritu de tu amor,
a fin de que, alimentados con el Cuerpo y la Sangre de tu Hijo,
fomentemos entre todos los hombres
la paz que él mismo nos dejó.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos: Amén.

ORACIÓN AL ESPIRITU SANTO: “Ven Espíritu Santo y envía desde el Cielo un rayo de tu luz. Ven
Padre de los pobres, ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz. Consolador lleno de bondad,
suave alivio del hombre, descanso en el trabajo, templanza en las pasiones, alegría en nuestro
llanto. Penetra con tu santa Luz en lo más íntimo del corazón de tus fieles. Sin tu ayuda divina no
hay nada en el hombre, nada que sea inocente. Lava nuestras manchas, riega nuestra aridez, cura
nuestras heridas, suaviza nuestra dureza, enciende nuestra frialdad. Concede a tus fieles que en
Ti confían tus siete sagrados dones. Salva nuestras almas, premia nuestra virtud, danos la eterna
alegría. Amen. Aleluya.

Canto: ”Vive Jesús, el Señor”

2.- Monición. “Cristo Jesús nos convoca para celebrar su misterio pascual; con Él y en Él nos unimos
como Pueblo de Dios para orar por la paz. Hoy hacemos nuestro el dolor y sufrimiento de los que a
causa de la violencia y la inseguridad que se vive en nuestro país lloran la muerte de un ser querido,
o lo han secuestrado o padecen la barbarie de la violencia”.

Un momento de silencio. Sigue la liturgia de la Palabra.

Evangelio:
Juan14,23-29
La paz les dejo, mi paz les doy.

+ Lectura del santo Evangelio según san Juan

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “El que me ama, cumplirá mi palabra y mi Padre lo
amará y vendremos a él y haremos en él nuestra morada. El que no me ama no cumplirá mis
palabras. Y la palabra que están oyendo no es mía, sino del Padre, que me envió.
Les he hablado de esto ahora que estoy con ustedes; pero el Consolador, el Espíritu Santo que mi
Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he
dicho.

La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se
acobarden. Me han oído decir: ‘Me voy, pero volveré a su lado’. Si me amaran, se alegrarían de
que me vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda,
para que cuando suceda, crean”.

Palabra del Señor.

Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.

Momento de silencio

Reflexión y exhortación de nuestros Obispos.

“En estos momentos cruciales recordamos las palabras que Jesús les dijo a sus discípulos ‘La paz les
dejo, mi paz os doy’ y que también la paz es un don y una tarea de todos: por ello,
comprometámonos a orar y trabajar por sembrarla donde realizamos nuestra misión”.

“¡Nuestro México necesita vivir en paz! Conscientes de esta realidad, los invito a hacer nuestro el
clamor y el sufrimiento de tantas personas que están padeciendo y han padecido por la barbarie de
la violencia”. “Ellos también son nuestros hermanos y necesitan de nuestra oración. No más
violencia en nuestro país”. “La sangre derramada de estos hermanos y hermanas es la sangre de
Jesús que cae a la tierra para hacerla fértil y emprender un camino por la paz”,

“Que estas situaciones nos impulsen a construir la paz en nuestros hogares y en la sociedad.
Hagamos realidad el deseo de nuestros obispos de México que nos invitan a tejer en Cristo nuevas
relaciones de paz y de unidad”.

Breve oración en silencio

3.- En este momento, les invitamos a pasar al frente y colocar una fotografía de las victimas
(familiares o conocidos) que han recibido una muerte violenta, y una veladora encendida como
signo de oración y de unidad. “Que su dolor nos acompañe en este camino por la paz”.

Se entona un canto. “Hazme un instrumento de tu paz”, San Francisco de Asís. U otro alusivo a la
paz.

A continuación, quienes puedan de rodillas, rezamos las Letanías de Paz.

LETANÍAS DE PAZ

Señor, ten piedad.

R. Señor, ten piedad.

Cristo, ten piedad.

R. Cristo, ten piedad.

Señor, ten piedad.


R. Señor, ten piedad.

Que Dios vuelva hacia ti su rostro y te de la paz. (Núm 6, 26)

R. Señor, danos tu paz.

El Señor dará a su pueblo bendiciones de paz. (Sal 29, 11)

R. Señor, danos tu paz.

Apártate del mal y haz el bien, busca la paz y ponte a perseguirla. (Sal 34, 15)

R. Señor, danos tu paz.

Quiero escuchar lo que dice el Señor, pues Dios habla de paz. (Sal 85, 9)

R. Señor, danos tu paz.

La Gracia y la Verdad se han encontrado, la Justicia y la Paz se han abrazado. (Sal 85, 11)

R. Señor, danos tu paz.

Mi alma halló muy larga su permanencia entre aquellos que detestan la paz. (Sal 120, 6)

R. Señor, danos tu paz.

Estoy por la paz, pero apenas de eso hablo, ellos no piensan más que en guerra. (Sal 120, 7)

R. Señor, danos tu paz.

Por mis hermanos y mis amigos quiero decir: “¡La paz este contigo!” (Sal 122, 8)

R. Señor, danos tu paz.

Tiempo para amar y tiempo para odiar; tiempo para la guerra y tiempo para la paz. (Eclo 3, 8)

R. Señor, danos tu paz.

Oh Dios, dígnate darnos la paz, pues, sólo Tú llevas a feliz término lo que hacemos nosotros. (Is 26,
12)

R. Señor, danos tu paz.

La obra de la Justicia será la Paz y los frutos de la Justicia serán tranquilidad y seguridad para
siempre. (Is 32, 17)
R. Señor, danos tu paz.

Pero tú, Belén, cuyo origen se pierde en el pasado. Él mismo será su paz. (Mi 5, 1. 4)

R. Señor, danos tu paz.

Gloria a Dios en lo más alto del Cielo y en la tierra paz a los hombres. (Lc 2, 14)

R. Señor, danos tu paz.

El Señor dijo: Al entrar en cualquier casa, bendíganla antes diciendo: “La paz sea en esta casa.” (Lc
10, 5)

R. Señor, danos tu paz.

El Señor dice: “Les dejo la paz, les doy mi paz.” (Jn 14, 27)

R. Señor, danos tu paz.

El Señor dice: “La paz que yo les doy no es como la que da el mundo.
Que no haya en ustedes angustia ni miedo.” (Jn 14, 27)

R. Señor, danos tu paz.

El Señor dice: “Les he hablado de estas cosas para que tengan paz en mi.” (Jn 16, 33)

R. Señor, danos tu paz.

Y Jesús dijo a sus discípulos:


“¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, así los envío yo también.” (Jn 20, 21)

R. Señor, danos tu paz.

El fruto del Espíritu es caridad, alegría, paz, comprensión de los demás, generosidad, bondad,
fidelidad, mansedumbre y dominio de sí mismo. (Gál 5, 22-23)

R. Señor, danos tu paz.

Así la paz de Cristo reinará en sus corazones, pues para esto fueron llamados y reunidos. (Col 3,
15)

R. Señor, danos tu paz.

Oremos juntos como Cristo nos enseñó:

Todos de pie, cantemos: PADRE NUESTRO…


4.- ORACIÓN POR LA PAZ. (TODOS)

“Señor Jesús, tú eres nuestra Paz,

mira nuestra patria dañada por la violencia y dispersa por el miedo y la inseguridad.

Consuela el dolor de quienes sufren.

Da acierto a las decisiones de quienes nos gobiernan.

Toca el corazón de quienes olvidan que somos hermanos y provocan sufrimiento y muerte,

dales el don de la conversión.

Protege a las familias, a nuestros niños, adolescentes y jóvenes,

a nuestros pueblos y comunidades.

Que, como discípulos misioneros tuyos, ciudadanos responsables,

sepamos ser promotores de justicia y de paz, para que, en ti, nuestros pueblos tengan vida
digna. Amén.
Dios te Salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita tú eres entre todas las
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra
muerte. Amén.
MARÍA, REINA DE LA PAZ, RUEGA POR NOSOTROS”.

De rodillas. En el Cielo y en la tierra sea por siempre Bendito y alabado,


R: el Corazón Amoroso de Jesús Sacramentado.

Señor, Dios nuestro,


enséñanos a vivir en nuestros corazones
el misterio de la Pascua de tu Hijo,
por el cual, Tú redimiste al mundo.
Cuida amorosamente los regalos de gracia
que por tu amor hemos recibido
y llévalos a su culminación
en la gloria del cielo.
Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos
de los siglos. Amén.

Que las almas de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansen en paz, así sea.
Dales Señor el descanso eterno, y brille para ellos la luz perpetua. Descansen en paz, así sea.
Piadoso Jesús, dales el descanso eterno.

Piadoso Jesús, dales el descanso eterno.

Piadoso Jesús, dales el descanso eterno. Canto de Adoración. Reserva del Santísimo.

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