Con la llegada del radicalismo, Hipólito Irigoyen funda la dirección general de yacimiento

petrolíferos fiscales el 3 de julio de 1922 para la explotación del recurso petrolero argentino.
Nombra como director de la empresa al Gral. Enrique Mosconi. Durante el primer periodo de YPF
se puede observar los avances de la compañía en términos de beneficios para los trabajadores.

A partir del comienzo de la década infame en 1930, Mosconi renuncia de su puesto. A partir de ahí
comenzaron los avances de capital extranjero por sobre la actividad petrolera argentina. Las
siguientes décadas YPF siguió siendo controlada por el estado.

Durante los primeros años de gobernación peronista, se le brindo a la compañía destilerías más
grandes, junto a una flota de buques en el año 1946, desde ese año aumentaron las producciones
desde 2.300.000 toneladas a 7.500.000 toneladas para el año 1955.

En la presidencia de Frondizi, la argentina pudo por primera vez exportar el petróleo, logrando
exportar 52 millones de metros cúbicos de petróleo, duplicando la producción de YPF en tan solo 4
años.

La empresa también sufrió la última dictadura cívico militar, que debido a la mala gestión de los
sucesivos gobiernos comenzaban a plantar su propia privatización

Con la llegada de Menem en los años 1989- 1991, se comenzaron a implementar las primeras
reformas de estado, se pidió que Estenssoro se haga cargo de la empresa YPF. El primer paso hacia
la privatización fue la desregularización del sector permitiendo así la compra de bienes, luego fue
la inmunidad de la interferencia política, aplicación de nuevos convenios laborales, y entre ellos la
privatización.

Estenssoro se refirió a YPF como una empresa inflada con 50.000 empleados de los cuales 15.000
eran temporarios, y que era innecesario la acumulación de activos como lo fueron los buques que
se les fueron entregados durante el peronismo, o las escuelas que fueron instaladas durante el
primer periodo de la empresa. Debido a que Estenssoro decidió realizar la privatización por
etapas, se fueron vendiendo bienes aislados de la compañía que finalmente termino comprando
completamente la empresa española Repsol.

Antes de que esta misma fuera vendida sufrió un gran cambio abrupto debido a la supuesta mala
organización de esta misma empresa, llevaron a cabo una administración más al estilo
estadounidense, utilizando más los contactos establecidos en la empresa privada, uso de los
hughes, utilización de técnicos con experiencia y retirados de esta misma YPF.

Estenssoro tuvo varias recomendaciones que le hicieron dar su decisión de privatizar la empresa
en etapas, también considero que en YPF había una gran cantidad de empleados no calificados o
con la suficiente experiencia para realizar su labor, así que pidió el retiro voluntario de estos, para
luego pagarles sus debidas indemnizaciones o jubilaciones adelantada (financiadas con ingresos de
YPF), así descartaron aproximadamente 40.000 trabajadores supuestamente no capacitados.
Luego se ofreció a aquellos capacitados, una especie de emprendimiento, alrededor de 6000
empleados crearon aproximadamente 300 organizaciones que finalmente no dieron los resultados
esperados, de este modo entre 1991 y 1992 descartaron a 7000 empleados.
Una vez vendidos los activos (áreas marginales, centrales, cuencas, destilerías, oleoductos, etc.), y
con el 90% del territorio de exploración de la empresa reducido; sus reservas y producciones
también bajaron el 50%; y con la reducción de más de 30.000 empleados. La gran parte fondos de
las privatizaciones fue a gastos corriente, lo demás se utilizó para mejorar la infraestructura del
sector público, y gracias a la liquidez generada por las privatizaciones se pudo mantener la
economía, pero no por mucho tiempo…