Apuntamientos Geograficos y Estadisticos

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PARTE SEGUNDA.

DESCUBRIMIENTO Y CONQnSTA DE COSTA RICA.


Dominación de España hasta 1821y acontecimientos princiPa-
les hasta la organización del primer gobierno regular en
1825.

ÉPOCA PRIMERA.
1}ominación de Espana_

Descubrimiento y conquista de Costa Rica.


Afíos de 1502 á 166l'5.

--:0:--

El 9 de mayo de 1502 salió de Cádiz el ilustre é in-


l\1f,rtal Almirante Crist¿bal Colón, en su cuarto y último
viaje hacia el mundo que él descubrió.
Cinco pequeñas naves con una tripulación de 150 hom-
hres, formaron la escuadra que condujo á las playas centro-
americanas á los primeros españoles que pisaron su suelo.
Ya cerea de la isla de Santo Domingo, una tempestu(l
PU¡;;O en riesgo inminente y dispersó las cinco naves; pero
habiéndose reunido después al Occidente de la misma isla,
y reparadas que fueron de los daños sufrido3, el 30 de julio
arribaron á la Guarraja, primera tierra de la América Cen-
tral visitada por Colón, Ú la cual dió él mi~mo elllombr('
de "Isla de los Pinos", y pertenece hoy á la HepÚhJica d('
Honduras.
El domingo 14 de agosto desembarcó el Almirant(·
('Ol\ algunos de sus compañ~ros ej), Caxinas, hoy puerto de
Trujillo, y fllé celebrado ese día el ~aerificio de la misa por
primera vez en este territorio.

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Suceso digno de recordación, dice don José Milla,
pues era el principio del establecimiento del nuevo culto
que iba á sJlstituir á la falsa J' sangrienta religión que por
tanto tiempo había dominado en esta sección del mundo.
f~l 17 del mismo agosto, habiendo entrado Colón en
L9tes por el río Tinto, también de Honduras, enarboló el
Real Pabellón Castellano, y tomó posesión del territorio en
nombre de los Reyes de Castilla. '"
Así quedaron" cúnsumados los dos hechos que inaugu-
raron la trasformación religiosa y política de estos países.
::;eguían ~u viaje hacia el Sur, cuando una furiosa tem-
pestad los puso casi á punto de perderse. Colón en su re-
lato á los Reyes de España, dice: "Otras tormentas se han
visto, mas no Qurar tanto, ni con tanto espanto."
El 12 de setiembre doblaron el cabo de Gracias á
Dios, que el intrépido Almirante llamó así en memoria de
haber calmado allí la tempestad; reparó sus naves y conti-
nuando su viaje, llegó por fin al territorio que es hoy de la
República de Costa Rica, el 5 de octubre de 1502.
Fué de Centro América donde primero encontraron
los españoles el objeto de sus anhelos: el ORO. Los natu-
rales lo usaban en diferentes forma¡;;, como un artículo de
adorno.
El ilustre genovés descubrió toda la costa Atlántica de
Costa Rica, las i~las y bahía del Almirante. llamada así en
honor suyo; recorrió la tierra firme que rodea aquellas is-
las, á la cual llamó en su idioma Vera OAJua, y regresó á
Españadespnés de haber buscado hasta Porto-Belo, el pa-
so que suponía debería existir entre ambo:! oc~anos.
Le acompañaron eu toda esta expedición su hermano
don Bar(;olomé, y su hijo menor don Fernando, quien ape-
nas contaba 13 años de edad.

'* * *
Como se verá adelante, lHs \'arias tribus de indios que
poblaban éste pais en tiempo del descuhrimiento, si no in-
dicaban el mismo adelanto que otras de la América, sí ha-
bían alcanzado un grado de ci vilización que ate8tigllaron

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las f(,rtificaciones que 105: e8pañoles encontraron en el


puehlo de Couto, y el he~ho de sen'irse del oro como UII
medio para su~ contrataciones,
La población se calculaba de 40 á 60,000 ,habitante~
diseminados en distintos caseríos situados en Nicoya y los
ChOOles: en Garabito. Catapas. Tices y los Botos que com-
prellllían la parte Sur del Lago de 1Si(',ara~uay Hío San
.tuan, hasta la confluencia del SarariClui, y al Este del gol-
ti) de Nico\,a hasta los montes de Barba: ('o el valle de
C()yoche eI;tre el río de la Barranca y el río Grande, haí'ta
el volcán de Herradura: sobre el Abra ó Curirabá y Toyo·
prín que es el valle en que se encuentran San José y Cu-
rridabat: en el Guarco que es el valle de Cartago: en Tiro
y Corrocí (Atirro y Orosí): en Accerrí y Pacaqua: en Que-
pos al Sur de La Can(!elaria, á 4 leguas del Pacífico: ell
Turucaca, Cúuto ó Coto y otros del gran valle donde se ell-
cuentran Térraha y Boruca: en Talamanca y sus inmedia-
ciones: en el valle de Guaymí, frente al Escudo de Vera-
agua y hasta el río Chiriquí: en Pococí, que comprendía el
valle de }latina ó Chirripó y la Punta Blanca al Norte de
donde está la población del Limón; y en Suerre que se ex-
• tendía entre los ríos Sarapiquí, San Juan y Reventazón. (*)

Fué Diego de Nicuesa el primer español que trató de


colonizar en el territorio que es hoy d.e Costa Rica.
Aquel di8tinguido caballero, alucinado por las grande~
riquezas que se cor.taban de Veragua y nombrado Go-
hernador de la misma en 1509, emprendió su marcha ha-
cia estos lugares. Visitó la Bahía del Almirante y dió nom-
bre á la isla que desde entonces se llamó "ESCUM de Vera
agua", en la cual abandonado á la miseria y á la desespe-
ración, estuvo á punto de perecer, como á muchos de su:,
compafíeros aconteció, sucumbiendo poco después, víctima
de una serie de infortunios y de hostilidades de sus mismo!'
com patriota~,
------- (') He ha lu'cho en e~te 111:'::11' la dl'IIJarcac¡"1I1 de las yarias Bl'cci"nf'<
('1\ que estaba dh'idido el país, para facilitar el C(lnlll'ÍmÍt'nto de la ptlsición dI' su<
(loblaclOlIl's,

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El mar del Su!' fiJé del'lcuhierto el 26 de setiembre de


1513 por Vasco .Núñez de Balboa.
Vino entonces Pedrarias de Avila, nombrado Gober-
nador de Castilla del Oro, y dedicó toda su atención á ex-
plorar las costa::;del Pacífico. Envió á los Capitanes Gas-
par de Espinosa que descubrió á Burica y el Golfo de Osa,
~Golfo Dulce), y á Juan de Cast~lñeda, Hernán Ponce de
León y Bartolomé de lIurtado, quienes recorrieron la c08ta
ha~ta el Golfo de Nicoya en 1519, en dos navíos construi.
dos en la isla de J>erlas, Bahía de Panamá, por Vasco NÚ..
ñez de Balboa, y fueron los primeros que ~urcaron el mar
del Sur.
Más tarde, en 1522, Gil González de A vila recorrió
á pie todo el territorio de Costa Rica, desde Chiriquí¡ des-
cubrió á Nicaragua que luego conquistó Francisco Hernán-
dez de Córdova, por el mismo tiempo que Pedro de Alva-
rado establecía cn Guatemala la dominación .le España,
Cristóbal de Olid penetraba en Honduras; y ejecutaba otro
tanto en Chiapas Diego de Mazariegos como teniente de
Hernán Cortéz, en 1523 y 1524.
Francisco Hern:tndez fundó en enero de 1523 la ciu-
dad de Bruselas (*) cerca del golfo de Kicoya, y fué la"
primera colonia establecida en el territorio que hoy perte-
nece á la República de Costa Rica.
Poco después, en 1526, Pedrarias de A vila, en perso-
na, tomó posesión de la isla de Chira, en el Golfo de Nico-
ya, quedando así p'l'incipiada la conquista de todo el terri-
torio que más tarde constituyó el Reino de Guatemala.
* * *
Hernán Sánchez de Badajoz, nombrado Gobernatlor
de Costa Rica en julio de 1539, arribó con su geJlte á la
boca del río Teliri. (Siesola) á fines de abril de 1540, y sin
.demora fundó la ciudad de Badajoz á orillas del mismo río,
y dos meses después, una fortaleza en Corotapa,fl la que
llamó también Marbella.
Consolidaba Bactajoz la conquista de Talamanca, cuan-
do en no,-iembre dellllismo ano, el Gobernador de :Kicara-

(.) Vl'8trniJa po)' orJl'1l de niego LÚpl'z d(> Sall'l'clo ÍI ¡ine, de 1á27 ..

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gua, Rodrigo de Contrera8, seguido de 1\)0 españoles y de


200 indi'Js que llevó de Nicaragua, le obligó á suspender
su conquista, le procesó estimando de ~n oominio aquel
tp.rritorio, y le remitió al Consejo de Indias, por auto ó sen-
tencia de 5 de marzo de 1541.

Nombrado Diego Gut.iérrez Gobernador de Cartago,


peniió dos años en sus disputas con Rodrigo de Contrt'rat';
"pro reconciliado con éste por intervención del Ohi;;po de
Nicaragua, en noviemhre dp. 1543, entró por el río Suerre
é hizo aparato de fundar en aquella provincia la ciuoad de
Santiago. La falta de recursos le ohligó á regresar hacia el
Desaguadero (río de San Juan), allí recibió algunas provi-
siones del Capitán Barrientos, y en el barco de éste, man-
dó á su sobrino Alonso de Pisa á traer gente ocl "~ombre
de Dios".
Después de muchas dificultades ocasionadas por el mal
tiempo, áfines de setiembre de 1544 subió Gutiérrez con sus
fuerzas abordo de una fragata y cuatro hotes, hasta 30 mi-
llas arriba del mismo río donde halló algunas casas, aloján-
dose en una de ellas que pertenecía al Cacique de Suerre.
Llamó á estas cabañas la ciudad de San Francisco, por
haber llegado á est.e sitio el 4 de octubre.
Sus comportamientos allí y las torpezas que cometió
le obligaron á internarse subiendo en parte por el mismo
río, hasta Tayutic á 5 leguas de Cartago, donde en el alza-
miento de los indios de aquel lugar, fué muerto en ia reñi-
(la batalla que -obligó á los españoles á retirarse de nuevo á
San Juan.

Vinieron después el Licenciado Juan de Cavallón y el


clérigo Juan de Estrada Rá vago, quienes organizaron su
expedición en Nicaragua el año de 1560, poniendo Rávago
los fondus necesarios porque CavaUón no los tenía.
Convinieron en ayudarse y aconsejarse mutuamente, y
dispusiertm la marcha.
El padre Estrada Rávago salió con cuatro naves por el
Desaguader<' (San Juan) y se dirigió hacia la Bahía de Sna
Jerónimo (Zarabaro, hoy Bahía del Almirante), donde

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fundó el mi~mo año con sescnta españules la "Villa ciel
( 'Hstillo oe Austria"; pasó despub; al puerto oe Suerre )' de
allí i:'e dirigió á Nicaragua, rl~ donde vino por Nicoya á
rnlluirse á CavaHón.
Este Licenciado hahía veniclo por tierra' á explorar la
eo¡.;ta del mar del Sur, .Y en la comarca de Ohorote,qa ó Va·
lle del Coyoche, fundó en enero de 1561 la villa de Lande-
eho en honor del Licenciarlo Juan Martínez oe Landecho,
Pre8idente de la audiencia de Guatemala.
La villa de Landeeho se llamó tamhién La villa de los
J:e!lf~s,esta ha situada á 4 leguas de la costa y su puerto
I..llndecho, es el que hoy se conoce con el nomhre de Cal-
c!t~ra,
De dicha villa á tres jornadas hl\cia el interior, fundó
en marzo del misllw mIl), otra población á la que dió el
nombre oe ciudad del Castillo ck Garci Muñoz. No había
indios en las cercanías, el terreno era cenagoso y las tierra~
altas eran est~riles y rocallo8l\s; pero no obstante esos ill-
eonvenientes, la ciUllad del Ca~tillo de Garci-Muñoz, fué
de grande utilidad en la cOllqlli~ta del r~sto del país.
El Licenciado Cavallón era natural de Garci-Muñoz,
lugar de Castilla. Se encontraba en lf)50 sirviendo el
('argo de Lugar-teniente de la justicia. en la ciudad de 1'1'u-
jillo, Honduras, de~émpeñó varios otros de~f,inos de impor-
tancia en Nicaragua, y cuando expedícionó á Costa Rica es-
taba nombrado Alcalde mayor.
El 28 de abril de 156"1 tué nombrado por el Rey, Fis-
cal de la Audiencia de hl8 Confines, con cuyo motivo se
trasladó á Guatemala en enero del año siguiente; quedando
en su lugar el Presbítero Estrada' Rávago, á quien el Em-
perador oroenó no abandonan\ la colonia, aunque 1(\8 espa-
fioles sufrieron mil penalidades ..
Catallón pasó después á Méjico con el mismo título
de Fiscal y murió en diciembre (le 1565..
Su sucesor en Costa Hicn, el Presbítero E8trada Rá-
vago, era natural de la ciudad de Guadálajara; vino á Cen-
tro-América en 1550 y prestó muchos servicios durante la
conquista'de estos países. Los natul'ales le estimaban y
sus compatriotas fundados en esto y en su conducta ejem-

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pIar, le pidieron cumo prelado en el aiio de 1571, cuando


<Juerían la erección del Ohi8pado de Costa Rica.
Los miembros del cabildo de Cartago se quejaron en
1562 de lo mucho que costaha á 108 españoles defenderse
contra la rebeldía de 10:0; naturales, que no querían sujetar-
se á la uhediencia por lu~ medios pacíficos que siempre
~mpleaba el Padre Estrada, y notándose la falta de un
homhre de recursos y de capacidad en este lugar, la elec-
ción recayó en el personaje de quien se habla á continua-
.ción .

.J CAN VL\SQUEZ m; COIWNADO, natural de Salamancn,


~'n donde naeí{) por d año de 1.52:', es sin duda el venia-
~iero cunquistador de Costil Bica.
Pertenecicnte {l una ilustre tilluilia, y educado con es-
llH'ro en el mejor tiempo de la fillllosa Universidad de su
país, V¡ízquez de Coronado se distingue entre los que se
hicieron célehres por sus hazaflH~ Cll el nue\'O mundo.
Xo vino á Centro América como un aventurero, sino
que cuando llegÓ á Guatemala en 1550, estaha provisto de
una real Cédula pam el Licenciado Cen'ato, en la cual se
.ordena Ú este Presidente de la Andicncia de IOi; confines
le ocnpase en cargos pÚblicos de honor y provecho, y le
tuviese por muy rccol11cllclado.
Tuyo entre otros empleos, el de Alcalrle Mayor pri-
mero de San Salvador y Honduras, y más tarde de Nica-
ragua, el de Alcalde ordinario de la ciudad de Guatemala,
J el 2 de abril de 1562, fué numbrado Alcalde )Iayor de
las Provincias de Cartago y Costa Hica.
Cnando V ázquez de Coronado llegó á esta. Provincia
encontró á los espaiioles en grandes necesidades, y re par-
ti{, entre ellos géneros para vestidos, armas, monturas pa-
ra sus cahallos, y cuanto necesitaban, é inmediatamente
mandó SllS capitanes para qUf' pacíficamcnte tratasen eon
los Caciques de Garabito y Goyoche.
El Cacique Garabito en tiempo del Licenciado Cava-
llún ellvió un indio con su nomhre, para ver qué tratamien-
to le d.aban, resultando que al falso Gambito y Ú Quezaro,
Cacique de Pacaca, les pusieron eadenas y los maltrataron
BANCO DE LA REPUBLlCA 26
BIBLIOTECA 1 UIS-ANGCL ARANGO
CA~OGACION
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hasta que pudieroll huirse. Esto naturalmente babía he--
cho una malísima impresión en 108 indios, y desconfiaban,.
prefiriendo retirarse á los montes.
Los buenos tratamientos empleados con los naturales,
fueron atrayéndoles hasta conseguir que los de ayuello~.
valles y los del Abra, Accerrí y algu/Jos del Guarco, Tu-
rriaroa y Cooc, quedaran cntcramente sometidos sill efusión.
de sangre, y sin ninguna clase de vi(,lcncins.
En la primera visita de Coronado al Abra encontl"<) en,
sus casas á los indios, cosa que extrañó á los espafíol(~s pur-
110 haber sucedido hasta entonces. Allí fueron recibidos.
con regocijo y grandes bailes, y conociendo la intenci{¡n
de los conquistadores de pasar á la Provincia de SuelTe •.
los indios les rogaron cambiaran de prQPósito y que los a-
)'uoaran coutra los enemigos quc tenían en Quepos }' Tu-
rucaca. Así fllé resuelto)' del Abra pasaron Ú Acarri d{~
donde ftlé P.lllprendida la marcha.
La primera jornaoa se hizo Ú un despohlado que lla-
mÓ el real de La Candelaria, 1l()1ll()J"(~ que conserva la mis-
ma llIontafia.
Despnés de mil trab¡~os y dificultades por Illontes á¡;;~
pel'O¡O; y lugarcs despoblados, Ilcgaron {¡ (¿uepos, trecc día~.
de:-;l'lIés.
Antes de cntrar al pucblo fué de:-;pachado un caudillo.
con 50 soldados, y lo:,;indios ofi'ecierou que tl'éttaI'Ían con
V ázqucz de Coronado. En efecto á su llegada el Caeique-
envió ocho eomisionado~ para ¡.:aher qué era lo que oe-
seaba.
Al (lía siguiente :-iC presení:Ó el Cacique Corrohore con
sescllta indios cargados de provisiones, y se ofreció con
gran voluntad. "Era el más lindo indio que se ha visto.
en Indias." Volvió [1] siguiente día con gran níunero de
liUS vasalios y muchos bastimentos, llevando Ú su nuc\'u
sefíor cinco picza:-; d{~oro lahradas, regalo que despuér' re-
pitió, pidiendo aynda {'ulltra lo::>natumle¡.: dp Cauto que les..
hacían continuamente la guel:ra y tenían cautiva U1111
hermana de Corrohorc y of,ro:'i indios.
Emprendido la IlH;rclta sohre aquel puehlo, di¡.,:talllc
(le Quepos IlIl(lS 25 legua:::, ulla jornada autes de llegar Ú él~.

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'tué enviado un Capitán con 40 hombre~, y hahiendo éste


entrado incollsideradamente, los señores (lel pueblo le de-
'juron pasar trc~ palizadas de sus fort.ificaciones, y ~in ser
,'istos atacaron á los españoles con tanta destreza que hi-
rieron todos los 22 que hahían entrado, siúndoles forzoso
retirarse en el acto. Los inoios entonces se lanzaron sohre
ello,;;, salvánoose los españole~ sMo por llll ncto de gran
valor.
TomadO!' después los palenques por .J uall V ázquez de
'Coronado, procn\"(> por cuantos medios tUYO {¡ su alcance,
'Iltraer á los caciques que St~ hahían retirado ,í los mont<>~
'eOIl toda su g-ente, y por Último conyencidos de que se le~
trataría hien, se le ~omdieron, lo hicieron t'l regalo de docto
piezas de oro, entre las cuales hahía una (¡guila real.
Llamado el cacique d t' T/(I'IIU1(:{l 110m brado Xiria ra
amigo de Corrol/ore, prf's!t> ohf~diencia y ~in'i(~)con volun-
tall.
'l'oda~ las renciilas (mt l'l' los jefe:, de las difcrentc:<
'tribus, quedaron arregladr1s, devolviendo ,'t Gorro/wr" su
'hermana Dulce/w ,. lo:" dcm{ls indios cautivos.
Sati::·;fccho St: encontraha V ázqncz de Coronado, cnan-
,do en mayo de l[')(W dt:cía: "dejo de~cllbierto Ú S. l\f. lInD
de las mejores tierras que St~han vi:,;to en Indias, y es po-
co lo quc :-;eha dicho hasta agora de las riquezas y grande-
zas de Ha sin vella en comparación de las que hemos visto y
tenemos por noticia cierta".
La descripción de Couto la hace cl mismo .Juan V Úz-
(Juez de COI'(IlH\(loen los términos siguient.?s: "E:-;taba a-
sentado cn una cuchilla de :-;ierra: era de la hcehura de
11:1 huen); tenía solas do:,; puertas una al Este y otra al Ues-
te era cercado de dos palizada:,; Ú manera de albaradas, te-
nía mucha cantidad de hoyo:,; ft la redonda, en las dos puer-
tas t{;nía tres palizarlas y los hoyos cn m<Ís canti(lad, había
en el fuerte ochenta y cinco ca:"as redondas, de cuclIl'Uchos
·como bóvedas, cabrían en cada una de cllas cuatroeientos
'hombres: estahan las casas IlllCstas por orden 110 visto . .Jun-
to ft la pu~rta estaba una ea~a, lncgo, d(~lante dos, y lue-
go tres y de trcs en tres ivan otras, y {t la otra puerta to-
.mahan {¡ disminuir p()r la misma orden hasta qUt?dar en

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una. Hacia la parte del Norté había una quehrada gran-


dísima, á .Ja partc del ~ur otra no menor, por manera que
solo podía ser galludo el fuerte por las dos puertas, y es Rsí
que ganada la primera casa se habían de ganar las dos se-
gundas, y ganadas estas las terceras, y así por sus hileras.
Tenían hechos callejones entre las casas, por los cualei5 se
manejaban de tal manera, que las casas estaban algo altas.
del suelo, tenían troneras y estaban aparte dc industria,
por cercar por tal modo, quc dende ellas sin ser vistof',
herían los que entraban en el fuerte y pasada la prime-
ra casa eran hcridos de tres, y lmsadas las trcs eran heri-
dos de cuatro, sin ver quien los hería."
Tenían otro fuerte inmediato, de má:s de doce ca~as
dispuesto del mismo modo y ambos defcndidos por rn{\s de
1,500 homhres de pelea..
" Usan estos indios, eontíllua Coronado, pUl' armas,
lanzas dc veiutc palmos y medio, varas cstólieas, y rodelas
de cuero crudo de anta tI ue 1"011m(l~ reeias (lllC las ll11estra14,
arrodélanse con gralldísill.a destrcza, sÍl'\'ellles sus lll11jCI'f'S
de varas y ayÚdan!es con ellas cn las gllazaharas, (*) y de
aquí nace la fuhula de deeir que SOIl amazonas; haccn ellas
las milpa:s y ello:,; entiendcn tan solalllt'nte en ~u guerra,
andan heridos por mnchaio: parte:,;, c:s gente lucida, lÚhransc
los brazos y cuerpo:-;, ~on indios de huen juicio, tratan Y/~r-
dad, han dcsl)Ol¡lado con guerra más oe cuarenta pueblos
de su comarca, :,on riquísimos de oro, tielwn lllucho al-
godón, mayz, frisoles, fruta. puercos de montc en gran
cantidad, Illuchos venados. Hay en dos rios muy cauda-
les que pa:,an cerca del pucblo, mucho pescado y en 11110
de que heben, gran cantidad de truchas de nuestra Espa-
ña; ticncn casas con sus milpas, donde cneierran el nUl)'Z,
para tracllo al fuerte y recogerse á dormir á él; duermen
en hamacas y tienen lanceras junto á ellas, d.e donde con
facilidad pucden tomar las armas."
Las gucrras de estos indios eran encarnizadas, y tan
frecuentes quc bastaba IIll solo grito para reunir gran can-
tidad de s(¡ldados ..

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Tenían cerca del fuerte un ccrezuclo donde los es-


pafiole¡; encontrarun muchas cabezas y cadáveres de los
combatientes que tomaban prisioneros; hacían esclavos
{l las mujeres y niños hasta que morían sus amos y cnton-
ces los enterrahan con ellos.
Según se vc estos indios no eran antropMr.gos.
El18 de abril (le 1563 se encontraba don Juan Váz-
<¡uez de Coronado, en la ciudad dc Garci-:Muñoz, de regre-
so de su expedición, y con noticia de que se habían rebela-
do varios caciques del valle del Gllarco, dispuso enviar al
Sargcnto .Mayor Juan de YlIanes eOIl 60 soldados, quicn al
efecto sc puso en marcha.
En el camino se encontró con Quitao que era el caci-
que principal de dicho valle, y con otros caciques que a-
compañaban á éstc, y le manifestaron Sil deseo de tratar la
paz y ayudar á atraer á los de Atirro y l'urrialba.
El mayor Yllanes á su regrcso á Garci-:Muñoz iba a-
coml'añaQo de Quitao, SIIS caciques y de 200 individuos, y
todos fueron muy bien recihidos por Vásquez de Corona-
do, ítUe inmediatamcnte se emp~ñó en hacerlcs entender
el cambio de creencias y costumbres á que se les obligaba.
El caciquc Quitao, dirigiéndose á los demás, les dijo
"Bien habéis entendido lo que cste capitán nos ha dicho
(~nnombre rle su Rey y Seilo;, y C0ll10nos pirlc nucva ley
y lluevo amo, respondeole todos, pucs quc estáis en vues-
tra lihertad". Ellos se sometieron á lo que Quitao resol-
viese, y éste les manifestó estar ya cansado de traer su
gente de.sasosegarla por los montes y que deseaba tcner al
Rey por Señor; pCIO que ante todo les manifestaba que
dehían servir á su conquistador y que castigaría sevcra-
mente al que así no lo hiciese. SegÚn lo indica V ásquez
de Coronado, "Estuvo este cacique tan señor en sus plá-
ticas, que causó admiración en todos los presentes."
Las lIoticias que se daban del valle del Guarco que
lo hacían aparecer como el mejor de Indias para poblar,
determinaron la visita del conquistador, quien en compa-
ñía de Fray Pedro de Betanzos, de Fray )fartín de Boni-
lla y de doc:e hombres, permaneció seis días entre los in-
dios, que lllS recibieron y trataron muy hien.

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.El valle fué considemdo como el mejor conocido, ex-


ceptuando el de Atrisco en México; y en vist.:'lde la ferti-
lidad de su suelo, de su clima y de la comodidad que ofre-
cía para la catequización de las poblaciones inmediatas,
enjunio del mismo año (lbG3) fundó la ciudad de CARTAGO,
dftndole asiento entre dos ríos. Don Alonso de Auguciana
de Gamboa, nombrado Alcalde de la misma, trazó y levantó
'la población, y en ella se reunieron la mayor parte de los
!Soldadosque habían servido en el descubrimiento, y lo~
habitantes de la villa de los Reyes y de Garcí-Muñoz, fUIl-
dadas por el Licenciado Cavallón en 15(;l.
])os años próximamente tardó Vásquez de Corona-
do en el descubrimiento y conquista d(~ Costa. Rica, du-
rante cuyo tiempo realizÓ expediciones en que no son l~s
grandes distancias recorridas los mayores inconvenientes
qne ofrecían, sino las necesidades á que se exponía en
caminos fragosos, desconocidos y donde no siempre po.
día encontrar los medios de subsistencia indispensables.
Su expedición á Talamanca fué seguramente la más
notable que efectuó; llevóla ~l cabo \lesde el puerto de
Coronado al travez de todo el país, "cruzando por parte
tan alta de la cordillera que partía los dos mares, que desde
la cumbre se vieron claramente; cosa digna de notarse, (di-
ce uno de sus compañeros) é hasta esta sazón no vista ni des-
cubierta por ningÚn capitan ni soldados."
En Talamanca fué recibido de paz, como lo era ge-
neralmente por todos los indios. Las noticias de sus bue-
nos comportamientos con los naturalf's habían llegado
hasta allí "y le venían á ver }" á servir trayendo á su
campo las cosas de bastimentus que eran necesarias, y
presentándole así mesmo algunas piezas de oro, las cuales
el dicho general por no mostrárseles codicioso, agrade-
ciéndolas, no quería recibir, especialmente porque tenía
noticia que los capita,nes que por allí habían conquistado,
se babían perdido mediante la codiciosa demanda del di-
cho oro, cuyo metal entre todos los de estas provincias,
se usaba, trataba é comunicaba y estimaba por ser el me-
dio de sus contrataciones."
Entre los caciqnes quc S8 presentaron y ofrecieron

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-207-

obediencia á su nuevo jefe, se encontraba Siestoli, caci-


que mexicano establecido en. aquellos lugares con algunos
de sus compatriotas.
Sin dejar conocer la codicia del 01'0, cuyo metal :;;a-
bían abundaba en la comarca, ~e examinaron las arenas
de lo!; ríos y quebradas del valle de Duy, y en el río prin-
cipal se halltí y sacó mnestra de finísimo oro. en cantidad
bastante para Ratisfacerse de la riqueza de dicho río, al
cual Vásque7. de Coronado, di6 el nombre de Río de la
Estrella.
Explorada la 'l'alamanca (¡ provincia de Ara, c.uyo
cacique era Duy, en los primeros llleses de 1564 tomaron
posesión de la Bahía del Almirante, del valle de Guayrní,
del río de la Estrella y de todas la:;;tribus comprendidas
en aquel vasto territorio.
En la' eonquista de e~ta~ tierras no :;;igllió Vásque~
de Coronadp el sistema ordilwl'io dc sus compatriotas, si.
no (pie empleó más ]a suavidad y otros mcdios, que la
fucri'.a y la violencia que tan funestas fueron, no Hólo á
]a América. sino á. Espmla misma <¡ne pudo economizar
inllumerables victimas sacrificadas en ]as justas represa-
lias de los indios contra sus (~rueles eonyuistadores.
La fundación de la (~iudad de Cartago e:;;otro de 108
acontecimientos notables de aquella época, entre los que
dieron nombro {I Vásquez de Coronado.
Sus importantes servicios llamaron con justicia la
atención del Rey, y el 8 de abril .le 1565, encontníndose
en ESpa11a,fué nombrado Gobel'llador y Capitán General
de Costa Rica y se le concedieron f~lCilidades para llenlr
adelante la empresa iniciada con tanto acierto.
Con este objeto se lt-j nombró también Gobernador
de Nicaragua por tres aI1os, para t~LCilitarla poblaciún dé
Costa Rica; dándole además el título de Adelantado de
esta Provincia para él y SIlSsucesores, y haciéndole mer-
ced de cuatro leguas de su territorio.
Cuand<;>regresaba :l COi\ta Rica acompUl11\clo de nu-
merosos y escogidos caba Ileros de Snlnmanca, todos per('-
eim'on en lITI nallfrngio en alta 111;11' PTl octubre de aqu('l
IlIlsmo all(l.

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-:W~-
Su muerte y la de sus cOinpaJ1erOSdeben lamentar-
se como una desgracia. p.am este país, pues gobernado por
persona de tanto prestlglO eñ la Corte, y con el interés
que él había demostrado por su adelanto, habría l(.grado
dade mayor importancia que la obtenida después.
Fué su esposa dona Isabel Arias de Avila, hija de
Gazpar, primo hermano del célebre Pedrarias. De ella
t.uvo cinco hijos, de lo~ cuales 'iiendo don GOll1.alo Sll
primogénito, á él correspondió el título de adelantado de
Costa Rica.

Con las expediciones de Juan Vásquez de Coronado,


quedó reconocido el territorio de Costa Rica, casi en su
totalidad, y los pueblos en él contenidos habían protes-
tado obedieneia á sus nuevos Sefiores sin que hubiese
corrido la sangre en grandf\s combates, y de consiguien-
te, sin el sacrific:o de muchos de sus primitivos morado-
res.
Ayudaron á la conquista obteniendo tan feliz éxito,
varios sacerdotes dignos de especial mención, que desde
el año de 1550 trabajaban en la conversión de los indios;
distinguiéndose entre dichos sacerdotes los religiosos Pe-
dro Alonso de Betanzos, Juan de Betanzos, .J uan Piza-
rro, Lorenzo de Bienvenida, :Martín de Bonilla y otros
que como Juan de ESj,rada Rávago, hicieron cuanto fué
posible por atraer á los naturales por la paz y la dul-
zura.
Fray Pedro Alonso de Betanzos vino á América en
1542 entre los 200 frailes que componían la misión de
Jacobo de Testera, destinada á Guatemala, y allí prestó
servicios de mucha importancia.
Su instrucción y su laboriosid~d constante, entre s\:s
cualidades, le hacían recomendable. En poco tiempo a-
prendió doce dialectos de los indios, y los hablaba con
toda facilidad, como los misml)s naturales. Viajaba des-
calzo acompafiado de un muchacho pequel1o, y así hizo
sus misiones durante diez y seis añOS de traoajos y de
predicar la palabra divina, convirtiendo grandes multi-
tudes.

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-209 -

Se dice que cuando vino la primera vez á Costa Ri-


..ea, no permitió á los soldados entrar al territorio, )' que les
hizo esperar hasta que él convirtió á muchos naturales,
,deRIHlésde lo cual varios de ellos ya bautizados lo acom-
pañaron conduciendo gran eantidad de provisiones para
los españoles.
Fué el fUlluador del convento de San Francisco de
ICartago que el Rey protegió con varios reg-alos en 1565,
y uespués de 30 años de ejercer sus trabajos, murió cer-
ca del pueblo (le ClIomes, en 1570.
Sus restos fueron tra:-;ladados á Cartago y colocados
.en el Convento que él había fundado. (*)
El Padre J uall Pizarl'O, venerable anciano, merceda-
rio, a Illig'o y socio dH Beta nzos, estflbleció en Costa Rica.
la orden á que pertenéeía. 11urió el Hilo de 1586, sacri-
:fieado por la furia de los naturales. Predicaba el padre
'PizalTo el día de la lnmaeulada Coneepción en un pueblo
,de indios, cuando una partida de éstos se lanzó sobre él,
lo desnudó y atado á un palo, lo azotó sin misericordia,
y lo martirizó hasta darle muerte. Su cuerpo fué arro-
jado por la turba á UII barranco.
Parece que los trabajo:-; de los espaiioles para some-
ter Ú los indios sólo habían tenirlo un éxito parcial; pero
á lograrlo habían contribuido en gran manera los es-
fuerzos de los frailes que trabajaban constantemente,
mientras que los cambios frecuentes de autoridades ci-
\Viles eran causa de muchos atrasos y trastorno!:-\.
Esto sucedió desde la salida. de Juan Vázquez de
'Coronado en 1564, pues ha~ta 1568 no se hizo cargo
;Perafán de Rivera de la Gobernación Je Costa Rica,
¡para la que había sido nombrado desde el 19 de julio de
lñ66¡ y habielldo quedftdo el gobierno de la provineia
.en interinato, diferentes vf\ces se répitieron aquellos he-
·chos con grave dafio de HU adelanto y prosperidad.
Rivera fundó en 1568 el puerto de su nombre en
:1a costa occidental del golfo de Nieoya y la ciudad de
------
Las e.eniza.8 de este Rllcp.rdote, deposita.das en el Con'l'tlllto de Ssn Fran-
cisco, de~nparecieron en el termrnoto de 18H.
27

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--:210-

Al'anjuez que colocó, si no ell el miRtno sitio. no muy-


lejos de donde había estado la de Bruselas: fundó tam-
bién la ciudad del 1I0mhre de Jesús en la vecindad de-
la isla del Caño, después de su expedición por las cos-
tas del Atlántico, é hizo el repartimiento de encomien-
das entre los conquistadores, para lo cual dispuso de los,
pueblos siguientes.
De Garabito, del valle de Coyoche, del Real de Pcrcy-
ra, Barba, Yurustc, Coboboci, AIJaCara, y Chucasque en el
Río Grande, todos los cllales formaban la prodnciade Ga--
rabito, con una población como de 2;500 indios. La pro-
vincia de Curirabá, como con 600 indios. Ql1in:ó, con
150 indios. Coo, 350. Uxarraci incluyendo Turidtiquí,
300. Turrialba la grande y Turrialba la chica con más
de 2,000 indios. Pacaca con 1,600 próximamente. Quc-
po con 1,000. Codo COII 800. Boruca con 250. ('abnr
con 250, próximamente, como los anteriores. Ta{¡ilJuirí
que está adelante de Xal'ixaba con unos 150 indios_
Accerri con máH de 1,000. Orací. con más de l[)O.
Buxebu:r, con mÚs de 200. Purapura, con más de 50.
Con'ocí, con J}H1H de :>-00. Atirro!l Tayutic muy pobla-
dos, y además 108 pueblos de Paria,qua.-Carucap.-
-Du,xua.-Caraqlliholl.--PocoG'i.- Aoyaque.- Guacara.-
-Ibacara.-Chirripó.-- Uxua.--Auaca.-Jjf'xu.- Curlm~i-
te.- Abacitaba.-Arira.- Xupra,f}lw.-.ftfoya/jlla.- Taria-
ca.-Aracara.- Mcsabaru.- Bore.

)Iucho habría podido progl'eiiar este país con Sl1S-


favorables condiciones naturales; pero el sistema adop-
tado por las autoridades superiol'e~\ inmediatas, contuvÚ'
su desarrollo y contribuyó á su paralización,
No ohstante tales inconvenientes y el poco afan de-
las autoridades illterina~, se ve que algunos adelantos se--
ohtenían, v que la. Pro\-incia daba algunos pasos haeia ~u
lllejoramiC'nto.
Después del gobiemo de Rivera, siguieron los inte-
rinos de Antonio Pereira y de Alonso de AngneiallC-l.
de Gamboa. Este Último tomó empella en la buena,

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-211-

'marcha de Costa Rica, y de¡.;pués de trasladar la ciudad


rl~ Aranjuez al valle de Coyoche, fund6 también la nue-
va villa del Castillo de Austria, en el puerto de Su erre.
Estas disposiciones revelan interés en facilitar el co-
mercio por ambos mares, y de consiguiente en fomentar
-la agricultura y las industrias de que podía sacarse pro-
'vecho, mediante la exportaci0n y el cambio de produc-
tos.

Al gobiemo rle Galll boa, :-;Ilcedió el de Diego,)de


Artie.<laChel'ino, nombrallo en propiedad el 18 de febre-
ro di' 1574, (*) Gobernarlor y Capitán General dH Co¡.;
ta Rica, de¡.;tino¡.;de que tonH" posesión hasta en julio de
l:"li. -
Artieda tenía instrueeiones de inspeccionar la cogía
.ell busca de los hucaneros ingleses y con este objeto rl~-
eorriÓ el litoral del Atlántico y no 1mbiéndolos encon-
-trado, desembarcó en la boe¡~ de un río al cual di6 el
nombre de Río de N lIcstra Señora del valle de GlIaymí.
Siguió su curSo por dos () tres leguas y fundó en
SlIS orillas dos colonias, una de ellas con el nombre de
Ciudad ne
Artieda del Nuevo Reino de Navarra, yen
un árbal del lugar elegido para plaza hizo con un sable
'la señal de la +
cruz:. "En el nombre del Padre, dé!
_Hijo y del Espíritu Santo.
En seguida ofreció terrenos 6 solares á sus colonos
para asegurar los derechos de éstos otorgados por el E 111-
-perador.
Fundó también la ciudad de Esparza en 1578. En
.ese mismo año, con motivo de que los ing-leses Lutera-
-nos, anda.ban asaltando las costas, matando y robando,
sali6 en noviembre de Granada por el San .Juan con tres
navíos y una lancha arlllada, el! busca de ellos; pero no
.los encontró. ~~ra entonces 'el señor Artieda Capitán
General de Nicaragua, Nicoya y l:osta Rica.
(*) La jurisdicción que le ,<ciiab aq neUa Real Cédula establece del
modo más claro los límites de Costa H.iea se~Íln se .lemarcan en el lugar
~'orres pOIltlicn tI'.

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-:H 2---
El famoso pirata Francisco Drake estuvo en las.
costas del Pacífico el año de 1579, ancl6 sus naves fren-
te al puerto de Coronado é isla del Oano, sabiéndose-
desde entonces que estaha Pl·otegido por la Corte de ln-
gl~t()rra, sin que haya noticia de que Artieda lo persi-
gUIera.
El Gobierno de Artieda habría sido muy beneficio-
so para Costa Rica; pero no pudo realizar sus proyectos,.
ni completar los trabajos ya emprendidos en la conquis-
ta de Talamanca, porque la Audiencia de Guatemala lo·
mantuvo en constan te inquietud hasta su muerte ell el
año de 1590.

Fundación de la famosa ciudad de Santiago


de Talamanca: su destrucción. y otros a.
contecimientos, desde 1805 hasta 1665.
Nuevos proyectos de conquista de
Talamanca.

Sucedieron en el mando al señor de Artieda "\,flrio&


gobernadores interinos; vino después en propiedad don
Fernando de la Cueva, con el título de Gobernador y
Capitán General de Costa Rica y Nicoya, á quien su-
cedió don Gonzalo Vázquez de Coronado, herp,dero de~
título de Adelantado, concedido Ú don Juan, su padre~
Gonzalo vino proveído por el Presidente de la audien-
cia' de Guatemala en 8 de octubre de 1601.
Se propuHo hacer un camino de Cartago á Santiago
Alanje, Chiriqui, con objeto de asegurar la dominación
sobre los pueblos del tr~nf:;ito, Boruca y Codo ó Couto;
pero no ll('g'ó ¡l atrnveSfll' las cordilleras haeia las n~r-
tientes del mar del Xorte.
Esta empre:,;¡¡ la lley(¡ ;Í, efecto 81\ sucesor don J Ufl\l.

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-213-

de Ocon y Trillo en 1605. encargando de su ejecución á


Diego de Sojo y Peñaranda, quien entl'ó á Talamanca
sin derramamiento de sangre y redujo los pueblos de
Ateo, Viceita, Térrebe, Cururu, Quequexque, úsabaru, Sa-
caque y varios otros, y ellO de octubre de 1605, como
á la:; nueve de la mañana, fundó la ciudad de Santiago,
cerca del río Sicsola (Tarire) á 8 lfjguas próximamente
JIj la costa del Atlántieo, quedando el Hío de la E8trella
al Este de la ciudad.
El adelantado Vázquez de Coronado habla celebra-
do una capitulación con el Presidente de la Audiencia de
Guatemala, y recibió el título de Gobernador del Valle
del Duy 1
de los Mexicanos, .con jurisdicción privativa en
la ciuda de Santiago, independiente de la del Goberna-
¿ 01' de Costa Rica, y con obligaeión de continuar y con-
cluir la conquista del resto de Talamanca.
Su empresa alcanzó gran éxito ó á 10 menos mejores
resultados Que las anteriores, seg-Ún He verá de 108 datos.
Hig-uientes:
. Por el río entraban las embarcaciones hasta el casti-
llo de San Ildefúnso, á donde atracaban y de allí salían
cargados y en tres días llegaban á Portobelo. ~:iljH8
Había en Talamanca mucho cacao, papas, miel y
cera, zarzaparrilla, y cabulla de que hacían jarcia para
las embarcaciones. 3JUR9
Se asegura que abundaba el oro en varios lugáres y
que éste se encontraba en mayor cantidad en Corotopa en
la parte que cae al río de la Estrella, en cuyaiS arenas lo
encontrabr.n.
La buena clase de maderas de todos aquellos luga-
res, les permitió construir algunas embarcaciones en el río,
y debieron ser de porte regular, porque cargadas con sus
productos viajaban .como se ha dicho.
La población de Talamanca~ se calculaba en 25,000
almas comprendiendo todas sus diferentes tribus.
En 1610 se encontraba don Gonzalo ya viejo r
achacuso en la ciudad dA Cart.ago, y como Teniente Go-
bernador en Talamanca~ don Diego de Sojo y Peñarandu.
Salió Sojo un día con 25 soldados á hacer correrías

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-214-

entre los indios Jicaguas, J.lfayaguas y Cabecaras, y á


consecuencia de haber azotado, trasquilado y cortado las
orejas á varios caciques, bajo pretexto de que no iban á ser-
vir á los vecinos de Santiago, y á causa, de haber asaltado
y,robado los ídolos de oro de un templo de los indios, és-
tos excitados por su gran sact\rdote, atacaron á Sojo )' á
sus compatleros, mataron á unos é hirieron á otros. Sojo
quiso refugiarse en Santiago; pero de c<lmino supo que la
{:iudad estaba sitiada por los indios y en vez de ir á so-
correrla, se retiró á Tariaca (Chirripó) de donde mandó
aviso al Gobernador de Cartago.
Los indio::; destruyeron y quemaron la ciudad, y los
españoles se refugiaroll en el fuerte de San Ildefonso que
aunque de madera y paja, res sirvió ('ontra las armas de
108 indios. Estas desgracias ocurrieron en el mes de
julio de 1610.
Después de esa fecha.se proyectó varias veces em·
prender de nuevo la conquista, sin que ningún proyecto
se llevara á cabo.
En 20 de mayo de 1638 don Gregorio de Sandoval
Gobernador entonces, propuso la conquista sin ningún
resultado. En cambio, llevó á efecto la apertura de un
camino al puerto de Matina ó Punta. Blanca (Portete) en
1636, camino que como era natural, influyó en la prospe-
ridad de la Provincia. Con los derechos de aquel puer-
to, pudo pagarse su salario y el de los curas, sin ocurrir
á Nicaragua como antes se hacía para llenar el presu-
puesto.
En aquellos tiempos era muy caudaloso el antiguo río
deSuerre; pero en 1630 la mayor parte de sus aguas se fueron
por la Reventazón y quedó inutilizado el puerto de SuelTe
hai"ta que en 1651 el Gobernador don Juan Fernández
de Salinas y Cerda, hizo cerrar dos bocas por donde se
divertía el agna, rehabilitó dicho puerto, edificó aduana y
dejó expedita la comunicaeión con Portobelo y Carta-
gena.
Este Gobernador solicitó en 1652 la autorización
corl'cspondiente para eonquistal' la Ta.lamanca; pero no le

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-215-

fué concedida. como tampoco le fué á l'rancisco .l\1uñoz


Tremiño que en 1648 llabia hecho igual solicitud.
Eu 1659, sucedi6 á Salinas don Andrés Arias Mal-
donado, Maestre de Campo, y se empeñó por lograr algÚn
adelanto en l'alamanca; pero no fué sino en 1661 cuando
Rodrigo Arias l\1aldonado y Velazco emprendió de nue-
vo la conquista y fl\nd6 el pueblu de San Bartolomé de
Dnqueiba, (~erca del río Telire. Habda sin duda. logrado
buen éxito por su habilidad para atraer á los indios, si
hubiera podido obtener el nombramiento de Gobernador
en propiedad, p~l'o no le fué posible. y sus compafieros lo
abandonaron deJándolo expuesto á perecer.
Los gastos de la expedieión fu(~ron hechos de sn pro-
pio peculio y á costa de muchos riesgos y trabajos pudo
lograr la fundación de algun(¡8 pueblos donde edificó
templos y proveyó de ~acerdotes que predicasen la reli-
gión cristiana.
- Estos importantes servicios les fuer(ln premiados con
el título de Marqués de Talamanca.
En 1fi65 aparece mencionado como Alcalde Mayor
de Nicaragua y después en Guatemala, Fray Rodrigo de
la Cruz, pues entró en la Rclig¡(m de Bethlem de la que
fué hábil negociador en Roma, fundador de ella en Lima
)' su 2? Jefe. Su muerte ocurrió en Gmttemala en el
convcnto de Belem.

Decaimiento de la Provincia

Años de 1686 á 1727.


La Provincia había alcanzado un grado de prosperi-
dad satisfactorio, y aunque hasta entonces su población
esp:ulola no era abundante, su clima excelente y las ri-
quezas de su suelo habrían atraído á muchos colonos.
El comercio era floreciente por el puerto de Matina
en el Atlántico con Portobelo, Cartagel1u v otras plazas
de tierra firme; y por el puerto de Caldera ven el Paeífico,
con Panamá, el PerÚ y otros países de la Am~rica.

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La exportación consistía en ganado vacuno. caballos,


mulas. cerdos, carnes saladas, sebos, cabulla, y víveres de
todas clases.
La apertura del camino á ~fatina había dado los me-
jores resultados. El cultivo del cacao se extendió mucho
en aquel valle donde se hicieron grandes plantaciones y
cada vez aumentaba su comercio debido á la excelente
calidad del fruto recogido allí, famoso desde aquellos
tiempos.
Desgraciadametne desde 1663 los amagos de pirata8
de distintas partes. causaron la intranquilidad de sus ha-'
biumtes y su progreso apenas iniciado, encalló en gran-
des obstáculos. llegando al extremo de cerrar sus pnertos
al com~rcio extranjero para evitar las inc1ll'siones de
tales malhechores.
En tan difíciles cÍrcunstállCias durante el Gobierno
de don Juan López de la Flor no se pudo hacer otra cosa
qUl' atender á la defensa de la Provincia.
Las tentativas de los corsarios ó piratas no se con-
cretaban solamente al saqueo y al pillaje, de que eran víc-
timas los habitantes de las costas. La idea era apoderarse
de todo el país con el fin de establecer la comunicación
entre ambos mares, y la empresa estaba apoyada por el
Gobernador inglés en Jamaica.
Con tal objeto en 1666 los bucaneros Morgan y
Mansfelt preparaml1 un<. expedición formal; trajeron en
15 naves de 500 á 800 hombres, desembarcaron en Ma-
tina y luego se internaron hasta Turrialba.
Prevenido á tiempo el Gobernador fué á salirles
al encuentro y á cerrarles el paso en los desfiladeros
de Quebrada Honda, á donde llegó el 15 de abril de a-
quel arlO. Allí se fortificó .Y reunió más de 400 hom-
bres, cuando tuvo aviso de que los filibusteros habían
llegado al pueblo de Turrialba.
Informado Mansfelt de la presencia de las fuerzas
situadas en Quebrada Honda, las cuales comandaba el
Sargento Mayor don Alonso de Bonilla, de' la distancia
a la ciudad de Cartago y de la clase de caminos que
le faltaba recorrer, resolvió retirarse. Mientras perma-

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-217-

ne~iel'on allí mataron á balazos cuantas vacas y mulas


-'lallaron al rededor del pueblo, y devastaron cuanto tu-
vieron á la mano.
La retirada fué rápida, y aunque el Gobernador
,don Juan López de la Flor fué á s~ alcance y envió
g-ente que los siguiera, pronto pasaron el río Suerr0 y
llegaron á refugiarse en sus buques. El Mayor Bonilla
los siguió hasta :Mathm, mas sól" halló á los priRionems
'que Mansfelt puso en libertad al huir.
Esta fué la tent~iÍ\'a llHís formidable de 108 corsa-
-1'iospara apoderarse de Costa Rica ó atravesar/a y 80-
meterla al pil:aje, Po(',o les habría bastado para logorar
su ohjeto; y la ~alvaci(Jn del país, á pesar de los esfuer-
zos de su entendido Gobernador, se atribuyó á la mi-
lagrosa intervención de In Vírgell Mnría, en cuyo ho-
llor se celebró durante mnehos años, una miRa votiv<\ en
4:'1 pueblo de Ujarraz.
Se aseguraba que los invasores habían retroeedi-
·0.0 porque á su vista se había presentado la Imagen de
la Virgen que se veneraba en dicho pueblo, á la cabeza de
grandes legiones de guerreros.
En el año anterior los C(.rsa1'i08 entraron por el
río de San Juan}' llegaron á apoderarse de Granada tu
Nicaragua, con el intento de extendel' su dominació.n
hasta Realejo; pero SU5 proyectos no tu vieron el éxito
-que se proponían.
Las cireunstancias aflictivas de Costa Rica crecie-
:ron hasta el último grado.
La constant.e alarma en que se mantenían sus ha-
bitantes hizo que los que no emigranm, se establecieran
·en el interior, quedando sujetos á un miserable COffier-
ocio que se hacía por tierra con Nicaragua y Panamá;
·de manera que la pobreza fué aumentando gradualrnf'nte
hasta ver.se reducidos á IIn estado verdaderamente la-
mentable.
En 1668 el preeio de la carne llegó á sp-r de 13
libras por un real, y aun este valor no lilepagaba en
,metálico sino en granos de cacao.
Cuando se piensa en la suerte que tocó á este país,
28

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-21l:i-

contra el cual parecía existir un deseo de exterminio,.


no es posible dejar de considerar cuán distintos habría[)
sido sus destinos, si se le hubiera atendido y amparado-'
com.) convenía, aun cuando no ~e hubiera hecho otra
oosa en su favor.
Algunos .de sus gobernadores se intere:sarO!l por su
adelanto; pero sin apoyo y sujetos siempre á frecllén-
tel'l cambios, poco era el resultado que obtenían, pOl~
grandes que fueran sus esfuerzos.
Las costas de ftrubos mares amenazadas constante-
mente, estaban á merced de lo¡;; aventureros, porque las.
guamiciones no podían ser numerosas; siendo pequefio
el número de los soldados y éstos mal atendidos .Ysin
elementos, no podían por lo tmlt •• impedir los actos.
hand:Uicos de los a \'entUl'eros.
Bajo el peso de esa situación vino el Gobiemo de-
don Juan Franei~co Sáenz Vázquez, que se inauguró en
1674, y desde luego dió principio á sus trabajos para
sacar á Costa Hica de aqnella postración.
Sáenz era emprendedor, y deseando la prosperidad
de la Provincia, no fué ·bastante h desalentar\o la cons-
tante inquietud en que los pimtas Sharp, Dmnpier y
ot.ros, mantellían á todas esta~ poblaciont'~, y para impe-
dir las invasiones se propuso fortifil'ar la Provincia, en-
tonces desannada; pues 83gún !'in' dicho, no existían 5\Y
armas en buen el5tado. Consiguió 200 de fuego en Pa-
namá, y varios otr08 elementos de guerra, y se prepar6
á la defensa.
El 20 rle junio de 1676 el enemigo dej6 el Por· en
tef:e (Moín) su arml:lda, y entró por el río de :Matina en,
piraguas, con fuerza de 800 hombres y se apoderó, de-
todo el Valle.
El Gobernador sali6 en seguida que tuvo noticia,
con 500 soldados y 200 indios flecheros y forzó á IOH-
invasores á embarcarse ton pérdida de mfls de 200 }¡om-
br~s entre ahogados y lllllertos en la pelea y de tn'::;
piraguas: de las cuules les tomó una,
El objeto de el5ta. tentati\'a era apuderarse de tOMO
el país, y se deda que lo.~ingleses h~lIían trato COl} 1m.

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.. 219-

indios de Talamanca y que C01t su ayuda se proponían


invadir á Costa Rica, á la cual llamaban su Joya,
Grandes apuros se debiel~on pasar en esta época, re-
<lucida como e¡..taba la población civilizada á un núme-
1"0 casi im~ignificante,
El señor Sáenz dice que entonces habría por todo
.500 españoles, debido á que Ptl/' causa de los piratatl,
la Provincia estaba tan pobre, que sus productos no 1\1-
eanzaban para el ¡;;ustento ordinario y que por este mo-
tivo sus habitante¡¡ f'migraba/l ft otros lugares; y agrega
.<¡ueesto sucedía no obsta: te ser Costa t{lCa una de las
mejores provindas y la IlIá8 deseada de los enemigos,
así por su fertilidad eOlllo por la faeilidad Je comuni-
-eaeión entre ambos mares, ~. conduye por asegnrar: "que
si los ellemi~os plUsieran el pitl ell ella, e,.¡cierto que en e8-
tos reinos no hay flh'rzas para eeharle, por lo fuerte del
t(m'eno, pues ('.on mny poeas f()rtificaciones se hace in-
e:-;.pugllable,"
No fué descuidada tampoco la conquista de Talaman-
ca, pues según se ve del informe de Fray Juan de Matamo-
ros, en 1675 Sáenz sostuvo á sus expensas algunas misio-
11 es, con las cuales obtuvo buen éxito.
En 1679 fué llamado de Guatemala el expresado Go-
hcrnador; al partir dejó encargado del GlJbierno á Fran-
Ósco Antonio de Rivas; sali6 para aquella Capit.al en
principios del año y regresó en agosto del mis'rno. Gober-
nó á Costa Rica 7 años y 3 meses y á fines de 1683, pasó
á España á solicitar su traslu0ión á Chiupas ó á Soco-
IIUSCO, dejando aquí á su familia al cuidado de un herma-
no. Es de suponerse que no consiguió su objeto, por-
{!l1e la familia permaneció en Cartago y sus nombres se
mencionan 50 años después.

** *
Sucedió al señor Sáenz, don Miguel Gómez de Lara,
i.luien tomó posesión el 24 lie julio de 1681.
Los piratas continuahan merodeando por las costas y
~lS'l.¡tan(lolas poblaci(H!cSsiempre (lue podían.

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"--220-

Desembarcaron en el puerto de Caldera, asaltaron y-


tomaron la ciudad de Esparza, la saquearon y le dieron:
fuego.
Los vecinos de ella huyeron á Bag'aces y á las po-
blaciones del interior, y los que fueron tomados prisioneros,.
libertados al llegar á bordo los piratas. -
En 1684 pretendieron entrar á Nicoya; pero fueron
derrotados y se salvaron á nado. Sus lanchas fueron to--
madas y quemadas por los Españoles.
Sumida la Provincia en la miseria y con la atenci6n
fijo.en la defensa de las costas, era imposible ocuparse de
Talamanca, y así se perdieron los trabajos para catequizar-
á los indios, y luego volvieron á la vida salvr,je á que ha-
bían estado acostumbrados.
La acción sobre aquellos lugares se limitó Ú mantener
allí algunos :-e:acerdotes;pero en tal desamparo que cn 1709-
Fray Juan de -Rebullida, Fray Antonio Zamora y Fray
Pablo de Rebullida, fueron sacrificados por los natura-
les.
Estas desgracias ocurridas en setiemhre del miSll}(»
año, determinaron la marcha del Gohernador don Loren-
zo Antonio de Granda y Balvin, quien con 100 hombres-
divididos en dos partes, dirigió una por el pueblo de Tuís.
hacia el SE. de Cartago, y la otra por Boruca, juntándo-
se toda la fuen.a en el centro de la montaña, en el pue-
blo de San José Cabecar. Allí se fortificaron é hicieron
la guerra á los indios, y por Último regresaron á Cartago.
llevando f)05 prisioneros de 3m hos sexos y edades que
habían capturado, de los cuales repartieron unos 300 para
el servicio de los vccinos españoles de aquella Ciudad, y
los otros se escaparon.
La expedición de '1'alamanca debió co,ntribuir á agra-
var la mala situación, pues la decaoellcia del país siguió en
aumento, y tal cra su nccesidad que en 1713 no había en
los almacenes dc gucrra otra8 armas que 181 mosquetes de-
mecha y (;4 picas.
En 1718 no había barbero, cirujano, médicl> ni hoti ...
ca. ~o había ticndas ni siquiera buhoneros ambulan--
teso Cada vecino, incluso el Gobernador, tenía que eui-

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-221-
dar de sembrar aquello de que debía alimentarse. La
carne se vendía en la Capital solamente dos veces por se-
mana.
La población civilizada estaba reunida casi exclusiva-
mente en Cartago y Esparza, siendo en esta última exiguo
el número de habitantes.
En ese tiempo la exportaci6n se reducía á algunos
quintales de cacao y de sebo de res, que se cambiaban
por ropa en Panamá, sin obtener utilidades que siquiera
compensasen los costos de la producción de un modo equi-
tati yo.
En 1719 había individuos de las milicias que no se
presentaban en las revistas por taIta de vestuario decente;
cabildos que no podían mantener un secretario por falta de
fondos.
Este lamentable estado no dependía solamente de las
amenazas de los piratas. En él influyeron mucho las di-
visiones entre los pocos habitantes de Cartago, promovidas
con especialidad por el influjo de los frailes que preten-
dían la preponderancia sobre las principales autoridades.
Las apreciaciones de los vecinos de Cartago en aquel
tiempo, lol" hacen aparecer como pleitistas, quiméricos y
revoltosos, asegurándose que no se encontraban entre to-
dos ellos 40 hombres <le mediana capaci<lad, porque eran
generalmente muy materiales é irreflexivos.
De estos males fueron víctimas entre otros, los Go-
hernadores don Rodrigo Arias Maldonado, á quien no se
quiso prestar auxilio cuando él pidió socorro desde Tala-
manca: don Manuel de Bustamante y Viveros, de la or-
den <le Santiago, antiguo solda<lode Flandes: don Diego de
Herrera Campuzano, á quien un religioso franciscano in-
tent6 darle de palos: y don Lorenzo Antonio de Granda y
Balvín, quien había ascendido desde soldado á capitán y
ser"fido en Flandés, Cataluña, Na\'urra y en las guerras de
Hungría. Contra este caballero conspiraron hasta quitar-
le del mando, causándole muchos disgustos que bien pu-
dieron influir en l';U muerte, PUC8 á poco t ;pmpo ciejó de
existir.
Los alborotos, chismes y enredos fueron causa de 0-

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-222-
tros desacatos y atentados, llegando los desórdellp.s en
tiempo del gobierno de Pedro Ruiz de Bustamante hasta
el extremo de que éste se fugara después de habér asal-
tado y puesto preso á un Juez de residencia ó comisionado
especial pue había llegado á esta Provincia.
Los frailes tenían dominada la voluntad del puehlo,
y no sólo pretendían evadirse de la obediencia debida á
las autoridades civiles, !'linoque también traspasaron en la
vida privada los límites señalados por la moralidad y res-
peto á la virtud.
, Tiempo hubo en que los religiosos abusasen de la
confianza que las familias les otorgaban, como Ministl'Os
de la Religión, y que el hogar doméstico fuera torpemente
hoIlado, con escarnio de la doctrina que predicaban y de-
bían antes que todo practicar.
Así se encontraba el país cuando el General don
Diego de la Haya y Fernández tom6 posesión como Go-
bernador de la Provincia el 16 de noviembr~ de 1718,
proponiéndose desde luego combatir los males que la afli-
gían. Envió á la Cot'te de España un informe circuns-
tanciado de como el país estaba y propuso varias med idas
para su defensa y para su mejora.
El obtuvo la rehabilitación del puerto oe Caldera pa-
ra el comercio de cabotaje con las otras provincias de
Guatemala y Nueva España, y logr infundir algún alien- l)

to, que poco á poco fué operando un cambio favorable; y


habría obtenido gran pro\'echo, si las autoridades superio-
res no se hubieran demorado tanto, como siempre acon-
tecía, en dictar las medidas que se indicaban para bien
del país. La rehabilitación <lel puerto de Caldera, fué de-
cretada dos años después de pedida, y siempre fllé tar-
d!a ~a resolllción <le lo que se solicitaba para esta Pro-
VlllCla.
Desde 1703 el Gobernador don Francisco Bl'unoSe-
rrano de Reyna, había procurado continuar la conquista
de Talamanca, y hasta 1719 no se había tomado ning-una
providencia y no obstante que los indios habían solicitado
sacerdotes ..
De la I-hya tOll}(>ignal empeño sin resultado ningu-

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-223-
no favorable, por lo que se concretó por largo tiempo
simplemente á mantener el dominio sobre Boruca, por ser
indispensable para el tráfico á Panamá.
La época de su Gobierno se cita como el principio de
una nueva vida de esta Provincia, y se señala por lo tanto
como de importancia especial.

Erupción del Irazú.


Un hecho extraordinario tuvo lugar en el año de 1723,
de que el señor de la Ha.ya dejó una relación sucinta.-
Tal fué la erupción del volcán de 1razÚ, llamado entonces
del Reventado.
A las 3 de la tarde del martes 16 de febrero se vió
sobre su cima una especie de plumaje que al principio se
creyó una gran nuhe; pero que pronto se reconoeió ser
una columna de humo espeso que arrojaba el volcán y que
las corrientes ·de los viento8 hacían caminar en la direc-
ción de Curridabat y Barba.
A las 5 se oyeron fuertes truenos ó retumbos del mis-
mo volcán y continuaron cada media hora cansando la in-
tranquilidad gencral.
El humo continuó saliendo ell gran cantidad; mante-
nía á oscuras las inmediaciones y expedía un olor á azu-
fre. Así continuó y á las 4 de la mañana del día siguien-
te, hubo nn retumbo mayor qne 101S anteriores, y poco
después aparecieron llamaradas en el cráter. Los true-
nos continuaron con menor ruido, pero más frecuen-
temente.
Aparecieron después unos bancos de arena en la ci-
ma del cerro, formando una loma, y cuando esto observa-
ban al propio tiempo que sentían estupendos truenos )'
fuertes traquidos, se vió á las 3 de la tarde que subía por
entre el humo un arco de una vara de diámetro y de
unas dos pulgadas de grueso, semejante á copos de algo-
dón {)de nie.••.e, tal era su blancura. Siguió elevándose
rectamente sobre ~l humo y' tornando su figura. en la de
una palma, quedó sm:pensa por algunos minutos, dió unas

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-224-
vueltas, volvió á tomar la forma primitiva y se elevó hasta
desaparecer.
En la mañana del 19 se vió entre la humareda otro
arco como el anterior y sin cambiar de forma, fué eleván-
- dose hasta que se deshizo totalmente.
En la noche se sintió un ruido sordo y subterráneo,
como el que producen grandes corrientes de agua. El
volcán arrojaba llamas, y de rato en rato bolas de fuego
con más frecuencia que anteriormente.
A las 4 de la mañana del 20 hubo un sacudimiento
y á las 6 un retumbo que hizo estremecer las casas.-
Continuaron los retumbos de hora en hora y á las doce del
día se sintió un nuevo sacudimiento. En la noche se oyó
gran ruido en el volcán, como de llamas contenidas y de
rato en rato disparaba bolas de fuego. A la una se sintió
otro movimiento más intenso que los anteriores y otro á
las cinco de la mañana del 21.
A las diez de la noche de este día arrojó n1uchos cuer-
pos semejantes al carbón encendido y después se cubrió
de niebla. Al siguiente día amanecieron la ciudad y 1m:
campos cubiertos de ceniza.
Hasta el 27 se repitieron con más ó menos exactitud
los mismos fenómenos.
El 28 se vieron muchos remolinos de ceniza que pa-
recía se lanzaban sobre la ciudad; entre tanto el volcán
continuaba en movimiento, si bien con algunas alternati-
vas de calma.
La inquietud que causaron los frecuente~ terremotos;
los ruidos subterráneos, el fuego: las arenas y cenizas del
volcán, puso tanto espanto en los habitantes, que sólo se
ocuparon en rngativas, misas y rosarios, y no salian de los
templos cuando creían que el peligro aumentaba.
Se decía que durant,e los acLOSreligiosos que tribu-
taba el pueblo á los santos, las erupciones eran menos
fueItes; y por esta razón cada día se sacaba una imágen
en procesión por la ciudad, con acompañamiento de las
autoridades y de todos los vecinos.
Trajeron desde Uja:rraz 1a milagrosa Virgen á quien
atribuían la derrota sufrida por los invasores de 1666. El

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-225-

(}obemador ~e la Haya, en persona, con una guardia de


100 hombre$, salió á encontrarla y le tributó cuantos ho-
••lores l~ fué posible; pero el volcán continuó su erupción,
~in que la aphlc1lSeel fervor religioso de los habitantes de
'1';US faMas.
Se había hecho circular como una profecía infalible.
'que el 25 de marzo sería el gran cataclismo. Ese día to-
dos los vecinos agrupados t-n los templos pedían misericor-
dia, llenos rle terror; pero entonces, precisamente, fué cuan-
do el "oldn c4uvo más tranqnilo é inofensivo. La profe-
da se fllndnba en que en aquel año el .Jueves Santo era el
.:?5 (le marzo, lo cual entollces )' aun hoy, es bien temido
-por la superstición qne exi~tc en paísp.s católicos, de que es
nlreeursora cie graves males la uni{)!), en ese mismo día, de
Ha Encarnaci6n V el J lle\"PSSanto
Los moyilllicntos de tierra, así (;omo los otros fenóme-
,nos, 110 li.dtaron hasta diciemhre del mismo afio, notándose
-variaciones cont()rme á los movimientos de luna.
Las casas sufrieron muchos oeterioros, la ciudad que-
·dó ca8i ~\rruinuda y como es natnral, en mayor pobreza.

Mejoras y reanimación.
A ños de 1727 á 1821.

Algo i'C hahía ¡~tenuado la mala situación de Co:'.ta Ri-


,ca, á pesar de que pura abrirle camino á las mejoras la lu-
cha tenía que ser bien 8o~tenida, principiando por vencer
,la indiferencia de las aloltoridaJes (lel Reino, y oespués la
,miseria y desorganización en que la Provincia estaba su-
.mida.
Las discordias entre sus pocos habitantes y las cues-
tiones suscitadas con las autorillades, hahían causado infini-
tos males cuya reparación no podía hacerse efectiva dc mo-
.mento.
Los mosquitos taml'Gco habían d~iado de hacer ~us ill-
,cursioues acostumhra¡las., pOI' ~oellal fué pt'eciso pensar se-
riamente eu la twrti6¡~aeil):1 <ll~ :\fatina para la defensa de
29

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--::!:w-

las haciendas de cacao y para alejar el veli~ro cle nuevas:


tentativas de invasión formal
El decaimiento de Costa Rica sin lluda fué la causa de
la indiferencia con que se la miró durante largos años, pues
. no se dió en aquella época por el Gobierno de Guatemala,
disposiciones encaminadas á levantarla de su postración.
Lasin8inuaciones del señor de la Haya sobre mejoras
y apertura del puerto de Caldem, llamaron la atención de la
Corte; pero elt'cferido puerto no filé rehabilitado sino has-
ta en 1734 y las costflS de Matina continuaron en ahandol1o.
por muchos años
Se consideraba como el mejor medio de defensa con-
tra las invasiones que tauto trab~jaron la Provincia, llis ciifi-
cultades que oponían la falta de caminos y la clausura de·
los pijertos. Con SCIl1l'jante mot.ivo, las Útlica~ comunica-
ciones con el c~xterior, consistían en dos malísimo:.:.camino:.;
de herrarlunl, 11I10 (l Nicaragua, y otro á Panam{,.
En 1738 el Gobcl"Ilador don Francisco Antonio Cll-
rralldi y Menán, hizo \lila visita ni yallc de )latína, con el
objeto de estudiar ellngar más apropiado para la cOIl:-truc-
ción de un fuerte que :.:.irvieraá la def(~n8adellug,lI·. Re-
corrió los puntos que sobre el río de Matina ercj"() más;
convenientes y fijó el sitio para dicho fuerte.
En ese tiempo existían 8!) haciendas de cacao COI}
137,848 árboles en producei()n y 99,290 de varias edade~.
Se calculaba que cana Úrbol pl'Oducía 4 libras que valían un
peso; de modo que podía estimarse el total de una cosecha.
en más de :$ 130,000, de los cuales se pagaban por im-
puestos para el Cura S 700, Y S 300 para el paso y' eanoc-
ro del río Reyentazón. Los jornaleros se pagaban á $ 12-50'
al mes, con su mantención y el f1cte de cada dos zurrones
,Í, Cartago costaba otros S 12·[,0.
Era pues, sino un gran negocio, el {mico de que ,-ida
la provincia, y no cesaban de aumentarse lo~ plant.íos, !lO
obstante estar expucsto:.; á los robos y violencias de lo;,;
mosquitos que invadían l1:,;í por el río )Iatinll como por ;.,u:"
inmediatos, Heventaz{1I1, &~
El informe del ¡;;efwrCalTandi y 1Ienan, :-;everoen t·¡
juicio que hace de lo:"moradores de Costa Rica en su tit~m-

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-227-
po, señala como causa de mucho~ de sus males la vagancia.
No había escnelas, las calles de Cartago, la capital, no es-
tahan empeoraous y eran malí~imas, los ríos no tenían
puentes y.los caminos estahan intrnnsitahle~ por causa oe
i'1l completo abandono.
Aunque roncaban la eiwlad capital los pu~blos de Cot,
Quircot, Tohosi y Lahorío, y exi~tían también los de Cu-
rridahat, Ascrrí, Barba y Pacaca, el señor Menán dice que
reunían en conjunto solamente (¡OO indio~, si hien pocos
años antes asccnoÍlm ÍI 10,0110. Y que de aquel pequeño
iJÚmero (iebían salir lo~ trahajadorcs de las milpas y c('-
mente ras por carecer de ei'c1a\"fll'. Agrega el señor Menán
que no existiendo entollces ningÚn comercio interior, los
hahitantes y hasta el Gohcrnil(lor. tl'nían neccsi¡lad de en-
tl'Ojar (,1 rm;ís para todo l'} año, y t('nÍHIl también que pro-
\('(~rse por sí mislllos de todo lo lIeccsario.
Boruca aparece como puchlo de mayo}' nÚmero de ha-
hitantc~, pue~ I'lltonee:, cont¡ ha 1I110~ 1,000 indios; pero es-
taha Illuy distnlltc dt~ Cartag(l, y sujt'to ¡í la voluntad de un
franciscano que lo administrabn, sin que huhiera otra auto-
ridad. Delllomhramiellto de autoridad en aquel pueblo,
:,:e ocupu , "'-·1 ' }'o rrllsmo que ell A. tllTO
~l cnall, . y '1' ucurrtquc.
.
Rceonucer tal estado (le cosa~ como una mejora, es
hacer patente el grado de miseria Ú que Costa Rica se vi6
reducida en muchos años; más la fertilith1l1 de Sil suelo, sus
riquezas naturales y las fiwilidades que á poca costa podían
·oLtenerse para la producción y medios (le trasporte, la hi-
cieron surgir ell medio de sus infinitas dificultades, y aun-
'que á paso lento y mediante su propio esfuerzo, al fin lleg{¡
á colocarse en mejor posición.
Se obtuvo ampliación dell)(~rmiso para exportar varios
;artículos, ante:.; limitado al cacao. Se C01\struv{¡ en 1743
el fuerte de San Fernando en ::\Iatina,;¡ mcdia legua del
mar y se estable(;ió ell élullfl gual'lli(:i(Jn de homhres . roo
.se ,;uprimi{) la Alcaldía Mayor dI' Xicoya cn 1750 y se in-
corporó aquel partido á Co~ta Rica. Se erc¡') una filctorÍa
para la siemhra de tahaco, eOIl lo eual St~diÓ el mayor im-
p\ll~ll ¡\ll)¡lí~. Y s(~ ohtll\'O co:) ;]clllella acertada medida, en-
tre otro,.; hUCJlllS rc,.;n1ta¡[o,.;, (·1 .\:11' gran importancia á la

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población de San .Ju¡"é, cuyo aumeuto se hizo cousidem-
ble.
~fas tarde, según informe del Gobcrn(l(Jor don J ualll
Fernández de Bovadilla y Gradi, se logró celebrar la paz:.
con los Mos([uitos quc no habían dejado de hácer ¡sus iu--
cursiones y que habían call~ado entre otros males, la muer-
te del Gobernador don Francisco Fernándcz de la Pastora
que en 1758 salió á pen:eguirlos_
Nuevos horizontc~ ihan abriéndose á Costa Rica; lilas
11(> fué sino hasta el año de 17n, en que principió el go-
hiel'no del señor don Tomás oe Aco~ta, que en cl país em-
pezó á notarse U/I cambio positivamente notable.
El señor de Acosta acaso haya sido el más importante-
de los Gobernadorcs de esta provincia. Su, principal inte-
rés se dirigió al desarrollo de la agricultura, y entre otros
de sus hechos rccollJcll<lables, sc cita el de haber comhati-
do luminosmnente el monopolio del tabaco, (l/YO culbim
procuró ensanchar, demostraoo con/(¡ ('staba desde cnttll:-
ccs, que se po~eell excelentes terrellos donde la planta :'(~
proouee de muy huena calidad.
Influyeron tamhién cn el pro/;(rt:~so de c~ta 8eceión 111:'-
rdimnas introdlleidas I~n todos 108 mulOS de la l\lJ.lllillistrn-
('ión, hajo el Gobierno de don Carlos In
Estahlecido el sistema de Intendcncia:o; por el año de'
17::$1), Costa Rica fluclló ;,:oI1letida en materia de hacienda
al Intendentc de lA~ón de Nicaragua, como lo estaba tam-
bién en materias eclesiásticas al Obispo de Le6n •.
El Gobie\'llo del señor Acosta terminó el 4 <le octubre
tle 1810. De aquí pasó rlicho señor al de Santa Marta, de
donde hahicndo pedido .r obtenido su retiro, regresó "á su.
querida Costa Riea" en unión de SlI ejemplar y admirablé-
esposa doña )largarita Grondel, natural de N ueva Odeán~;
y en IllaJO Ó junio de 1821 murió en Cartago~ ciego y car-
gado de añ~s y de ITInceimientos.
~\lseñor Acosta :-\\cedi(l don Juan oe Dios de Ayalal.'
digno tarnhj{.n de cOl1tar~(~entre los buenos senidores d(·
la pf()\·incia. Xo dc¡,;cllid() ('1 plan de Sil antecesor, y como·
él, impulsó algunos ad(dal:t()~.
Tuvo la suerte d(~ <¡Ile dllrHllt(· :m gohielill\f se I'rolllu1--

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-22~ -

"ara la Constitución Española de 1812, según la cual se


~stablecía. una diputación ó Asamblea en cada provincia,
correspondiendo á Nicaragua y Costa Rica en común, la
representación que debía reunirse en León de Ni<;aragua.
La escasa población de esta Provincia no le permitía,
:-;cgÚnla ley, representarse separadamente; pero no puede
eonceptuarse sino como un hien en nquellas circunstancias,
todo lo que en alguna manera indicllsc que no estaba aban-
donada por completo.
Ayala gobernó hasta su muerte, acaecida repentina-
mente en 1819.
Le sucedieron interillamentc el Alcalde 1? dcn Ra-
món Jiménez, en lo político, y don Juan ~lanuel de Cañas
en lo militar; asumiendo poco después los dos mandos este
Último señor.
Cañas fund{mdosc en motivos de salud, renunció de
In Gobernación; pero no se le admitió su dimisión, sino al-
gún tiempo después y cuando los aeontecimientDs de se-
tiemhre de 1821, habían impedido hacer la entrega del
mando á don Félix Fcrnándcz y á don Santiago Bonilla,
respectivamente, nombradoH para ejercer los mandos militar
y político de la Provincia.
Los costuniccnseiO comprcndiendo sus verdaderos .in-
tereses. sentían la necesidad de un orden de cosas en ar-
monía con sus justas aspiraciones, y tan luego como pudie-
ron hacerse oir por medio de su rcprentación, protestaron
contra el Gobierno superior que lejos de estimular los ade-
lantos de Costa Rica, parecía empeñado en contener la rea-
lización de los destinos á que estaba llamada.
En 1812, Nicaragua y Costa Rica clamaron contra los
abusos de Guatemala, y en 1814 la DiputaciÓn de esta pro-
vincia, se empeñó en sllstraerlas de la tutela de aquella Ca-
pital.
La Diputación describe la mi~eria del pueblo contras-
tando con las grandes riquezas de su suelo, esteril por la
falta de comercio, y por la opresión fiscal que aun faltando
Ú las leyes hada prevalecer el Consulado de Guatemala.

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- 230-

Audiencias á que estuvo sujeta Costa Rica,


La Real Audiencia de rrierra Firme, creada en el año
de 1535, se extendía desde el estrecho de Magallunes,
comprendiendo hasta Nicaragua que en 1539 fllé sometida
á ella, en vez de la de Santo Domingo oe que hahía oepen-
dido.
Costa Hicn, por lo tanto, estaha incluirla en csta de-
marcación.
La audiencia de Guatemala, primitivamente llamada
de los Confines de Guatemala)' Nicaragua, fué creada en
1543 como purte de las rcforma8 decretadas por el Em-
perador Carlos V de Alemania y 1 de España, dando lHW-
va organizaci(,n á los gobicl"llos de todas las Indias.
Comprendía esta Audiencia las Provincias de 'l'ahas-
co, Chiapas, Soconusco, Y ucatán, Cozumel, Guatemaln,
Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Vcragua y Panam{l, y
tenía su asiento en la ciudad de Gracias á Dios, lugar sin
más mérito que encontrarse en las inmediaciones del reino,
aunque distante de los principales centros de población.
Indicada la conveniencia do trasladar la Audiencia de
Gracias á Dios, á otro punto más apropiado, se facultó al
Licenciado AIonzo López de Cerrato, ~u Presidente, quien
la estableció en la ciudad de Santiago de los Caballeros de
Guatemala. (La Antigua Guatemala.)
Su jurisdicción no comprendió después á Veragua y
Panamá que fueron agregadas al Virreinato del PerÚ; ni á
Tabasco, Yucatán y CozumeI, que pasaron á la Audiencia
<le Nucnt España (México.)
En 1563 á virtud de acusacion contra la Audiencia de
Guatemala, J' en especial contra su Presidente el Licencia-
do Juan Martínez de Landecho, por abusos cometidos, el
Licenciado Francisco Briceño residenció á Landecho, se
hizo cargo de la Gobernación de Guatemala y trasladó la
Audiencia á Panamá; pero agregando la citada Goberna-
CI'6 n [1, Nueva J'-
f .!. ,-,spana.
ltemostrada la incon\·eniencia de aquella medida, se
ahrici lIuevamente la Auoiencia de Guatemala en la misma
duda,¡ de Salltingo, el H <le marzo de 1570, hajo la Presi-

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-231-

dencia del Doctor Antonio González, y ton la misma juris-


dicción q\je tenía al suprimirse.
Detlde entonces Costa Rica dependió de Guatemala,
pues aunque en el año de 1609 se dispuso agregarla de
nuevo á la Audiencia de Panamá, en consideración á Eer
muy larga la distancia que la separaha de la primera y á la
dificultad de las comunicac.iones. si esa providencia se llevó
á efedo, sólo debe haber regido por muy corto período de
tiempo,

---·:0:---

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--232-

Gobernaron en Costa Rica, bajo el dominio


de España.

DESDR HASTA
IMO Hcrnan SlUlchez d~ Bl\dajoz ....••....• u ••••••• No't'iembre 1$40
IMI Diego Gutiórpez .........•...... _..••...•...... Diciembre 15{.j
Enero 1~1 Lic. Jua.n de Cnvallón [alcalde mayor.J ........•. Enero 1562
1~2 P. Juan de Estrada Ró.vago [ale. mayo tut.) .•..... Noviembre 1~2
20 "
No;;embre 1~2 Ju~m Vázquez de CoroDado [ale. may.] Mas
tarde Adelantado de Costn Ric~. 0 __ ••••• _. _ ••••
Jun:o 15M
1564 Mi~uel Sánche;r, de Guido [alc, mayo int.J ........ 151)5
15e6
1588
1~9
~:~~Fá~d~~~h.~:al.~~
.~~~~
.~~l.c:.
~~~~:~::::~:::::: 1588
1573
Antonio Pereira Cint.] .•... 0.0. ___ •• _ •••••••••••••
1572
1574 Alou~ode An2"uciana de Gamboa (int.] .....•.... Julio 1578
.Julio 1578 Diego de Artieda. Cherino ...............•.••... 1590
1500 mny. intol .........•

t·· .... ·..:..···..·


Lic. Velázquez Ramírez[alc.
1591 Capitán Antonio ~ereir(\ [int·
., Ra.!'tolomede Lcnces tnt.] ...•••...•.•
t 1591

1595
1595
" OonzaludePalma[int.]···· .. ·········1
Ferna.ndo de 1" Cueva ............•...•.•........ 1599
1000 Gonzalo V 8.7.quez de Coronado. [H.r.dero d.
título de Adelantado de Costa Rica) ........... 1604
1665 JuandeOc6ny Trillo .••...•.........•.......•• 1610
1612 Gonzalo V ázquez de Coronado ............ ....... 1615
1615 Juan de Medra..llo y Mendoza. ......... ..........
1622 Alonflo do Guzmán y Casilla .....................
16:18 FrayJuan doCltauz. ......•... ...............
u ••

1637
1647 j'~~~oJ~oc~~~:~.~~~·~:~ ::::: ~~~~~:::::::::::::::::
1651 Juan Fcrná.ndez Salinas y Cerda .......•..•.••.•.•
1659 Andrés Arias Maldnnado Mtre. Cpo. [int.] .....•
t

Ill60
~~~~~~~~c:~~~~~~~~~.: .• : ~.1~~.~~ ... ~~~.r:~~~
1665 Juau de Obr.~6nJint.J ..........................
1~5 .Juan L6pez de la 101' •••••••.••••••.•••••••••••••
U Abril 1674 JUall Francisco Sá.enz Vázquez ...•..... h •••••••
1681
1679 Francisco Antonio de Rivas Contlera. .......•.....•
2f Julio 1681 MiguelOórnez de La.r&.....••...•...............•
Abril 1693 M~nuel de Bustama.ntc y Vivero ....•.•.......... Mayo 1698
28 Ms)'o 16118 }I'rancisco Bruno Ct"rt'ano de Reyna ............. 1704
8 1705 Diego de Herrera Ca.mpuza.no ..................••
1707 l.orcnzo Antonio d~ Granda. y Balbin" ..•••....••
1713 JOl'léAntoniolA\C8Yo de Drioncs ...•............
Pedro H.uíz de Bu~t.amante .....•.........•......
NO\'iernbre
26
Mayo
1718
1727
1786
g:~~~r
D¡.~;~~o~~c~ d~a~:l~e~~~áan.~~~:::::
Antonio Vázquez de la Cuadra ..••.•...•........
:::::

1738 ¡"rnncisco Antonio earrn.ndi y Menán .•...•...•••


1739 (.'rancisco de OJaE'chea. ......•...•....•.. __......
22 Junio 1740 .JuanGernmiry Lec.nard ........•••....•..•••.• 5 Noviembre 17f7
Dieiem bre 1147 Luis Diez Navarro ....•...............•...•• h •• '

Enero 1750
1755
1758
~~~~~i~~~ I'~~~~~d~:
~oí~ap~~~a:
~~~~:~~:
:~::~
Manue! :soler ......•.....•....•....
H Marzo 1750

1762
1771 r~:éJ~~JnAd~eN ~.~~~~~~~ .•(~~ t:~ ~:::::::::: ~::
1773 Juan Fer:',éndcz de I3o"'Rdilla y Gradi .•..••.....•
Junio 1778 Josó Penc .....•.........................•........
1780 .Juan F'emándcz de BovadiUa y Gradi .......•..•. Enero 1781
~~~ito 171')1 Juan FIórez .•........•.....•....•......•.....•.•
1785 Joe6 Perié .....•.....•...............••.••......•• 7 Enero 1789
1789 .JoséAntonioOrea.:I1ullo [int.] ....... '"''''''''
1790 JUlUlPinillo!\ [Ju67. de RosidenciaJ .....•........
1i90 ,Josó Vázquez y Tóllez ......•.....•.............. Abril 1797
Abril 1797 ToruM de Acosta .........•.....•.........•...... 1810
Oclubre 1810 Jun.n de Dios de Aya.la ......•. '"'''' ............. f Octubre 1819
1819 } Ram6n Jiménez, alcalde 1'.' en lo político .... t ••••

.Juan Manuel do Cañas, en lo militar t •••••••••••••

1819 Jurm Manuel de Cañ;"s ...•.•.. __.... __'"'' ......• Octubro 1821

En 1639, aparece 1IIC1H'illllado J uall de Yillalta.


EII 1678, .,' IlH'IIl'jo/la " I"'dm LÚI'I'Z <11'la Flo¡-.

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EPOCA S~E~G
UNDA,
Causas de la Independencia ~' COIllO éNta

{·uédeclarada ..

Relación de los acontecimientos más importan-


tes de 1811 á 1825.

CAI'SAS IlJ: 1..\ lxIJEI'E:'\IJF.XCIA.

(Jeurge \Ycíshingtoll aSe¡!lIn'l el 1~) lll~ oduhre de


17,~1, coll elt riutlfil de York To\\'n, la ind~petldellcia de
los Estatlos lJ nidol', proclamada el -+ dt~ .i IIlio c1e 177 G.
La admimbh' Coni'tituciÓn Norte Anwricana, irradia-
ha ('omo t¿lro de lilwrtad la luz hrillante (PW debía guiar ;'L
toda la América; al propio tiempo que la g~llerosa Fran-
cia, secu\l(laba en el centro mismo de Emopa, la activa
propaganda de los prineipios de Libertad, Igualdad y Fra-
ternidad, fundamento de la nllenl era qlW parn la hnmalli-
dad señalaron los acontceimi~llt()s de 17sa á 17fJ3.
"Doctrinas regeneratloras se difllndíall por todas par-
les, y la misma España invadida y en gran parte sojuzgada,
. ..;~pronunció contra el funesto derechu de conquista que
Hlltes sancionara, y crean(lo autoridades, anulándolas y ~ri-
gienrlo tumultuariamente juntas y gohiernos provisorios, di()
;Í, las (~olonias el primer e.i~lllplo de insllrrección."-(*)
En pr~sencia de acontecimientos d~ tal magnitud, la
América Española, donde ya gcrminaban Ins ideas de in-
dependencia y libertad, sc preparÓ á la lucha y se dispuso
;í conquistar su autonomía.
Bolívar, San Martín, Sucrc, nicaurtc V tantos otros
patriotas denodados, sellaron con grandes ~~crificios la in-
clepcndcneia <Id ~ll r; ('11 bri(~ndo~e' ('1)1ligual gloria en M é-

í') .\1a 1'tI1't'.


30

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-2:3-1-

ji,'o, Hidalgo, Mordo:-;. Avazolo:-;, Aldanms y ()tro~ muchos


J¡{roes de nuestra liberjnd.
Las hazañas nc
tantos guerreros dist.inguidos y los
triunfos que obtenían sohre los dominadores, eran el gran
objeto de toda la América, y aun del mundo entero, que
atento presenciaha el desarrollo de los sucesos que traían
como fin, la lihertad de un lJllllHlo.
El Reino de Guatemala concentrado en si mismo, y
ea~i sin otras eamunieaciones que las directas con E:-;paña,
estaba sujeto á un aislamiento de donde no podía ver lo que
pasaba á su alrededor; pero presentía la aproximación de
una época de mejoras y de la reivindicaci()n (h~ los dere-
chos y lihertades naturales del hombre.
No obstante los esfuerzos de las autoridades españolas
para ocultar la verdad de los sucesos que conmovían á h)(la
}a América, los centroamericanos se disponían también Ú la
lucha, alentados por el ejemplo que recihían, é instigados
por la persecución é injusticias de los gobernadores de en-
tonces, quienes á la vez ofrecían mejoras y hacían prome-
sas que no se cumplían.
El 1) de noviembre de 1811 estalló cn ~an Salvanor
una conspiración fraguada por el Presbítero non Matía:-:
Delgado, don Manuel Jo~é Aree~ el Padre don Nicolás A·
guilar, don Juan Manuel Ronrígucz y otro~, con objeto d(~
apoderarse tle 3,000 fusiles y mÚs de S 200,000 dcpositados
en las cajas reales, para sustentar con estos pOllerosos de-
melltos la proclamación de la independencia á que aspira-
ban; pero no existía un plan bien combinado ni los recur-
80S indispensables para lIna empresa que, por otra parte,
no contaba todavía con las simpatías de todos los pueblos, y
el intento fraeasÓ.
El13 y 26 de diciembre del mismo año se verificó
una sublevación semejante en León de Nicaragua, sin re-
~ultados satisfactorios; y el 22 del mismo mes en Granada,
el pueblo exigió y obtuvo la renuncia d~ los empleados es-
pañoles, quienes se trasladaron á Masaya, intimidados por
el temor que les infundió la actitud resuelta de los grana-
dinos.-Estos tomaron por sorpresa el fuerte de San Car-
los y pusieron presos á los; Jefes europeos de aquella f(H"tn-

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leza, hasta que sosegado~ lo~ tllmu1to~ populares, los insu-
rrecto!, re(~onocieron á la .Junta Guhernativa y como Go-
bernador Intcndente al Obispo Frny l\icoIÚ:-; Garda Xe-
rezo
Granada se opuso á toda:-; las medi(las que podían fa-
\'orecer (\ lo~ elllpleados expull'os y di6 con esto Illotivo :'t
la guerra que ~c If~hizo y que conel\l~'{) ('on el proceso sc-
g'uido contra los autores del movimienlo, la l'ollfi:-;caci{)\Jd(~
~u¡.;bienes, y por último á que se \,icl'all conlO pre¡.;idiarios,
(~1I Omoa y TrujilIo, varios eiudndano¡.; respetahles di' aquc-
lla ciudad.
En Guatemala en 1811 y 1813, )' de lIUCVO ClI San
Salvador en 1814, llH\chos patriotas distinguidos filCroll
perseguidos y procesados, porque cow.:pirahan Ó por sus
(·nérgicas manifestaeioncs CI) ¡¡¡VOl' de la ilJdcpendcnci:l;
f'ntre ellos los Sres. don Jos~ Frallcisco Barrundia que per-
maneció oculto hasta 181 ~ y don ,J o:.:é Francisco C(¡rdoha,
don Mateo Antonio Marure; don :Malluc! José Arcc, don J.
Manuel Rodríguc7. y otros, slIfrieroll diferentes penas. En-
t re éstos debe mencionarsc al d i;,;tiIl,!!U ido costarricellse dOIl
Pablo Alvarado, quien se hallaha en Guatemala y talllbi{.1I
tomó parte en los proyectos de indepcn,lcneia.
InÚtiles debían ser los esfuerzos elllp6iados clltonce¡.;
('1\ fiwor de la libertad. El pueblo ahyecto, ignorante y
tanático por lo general, no tenía las aptitudes nccc~aria:,
para secundar la voz de los que con patriotismo y le inque-
hrantable, se proponían dirigirlo Cll la conquista de sus de-
rechos y libertades. Logróse s<JIo, {¡ costa de incesante
propaganda y de activos trabajos, gellcralizar el desf'o dI'
la emancipación.
La debilidad del Teniente Gelleral don Carlos de l'-
rrutia y Montoya, después del duro y absol uto gohiertlo del
señor don .José de Bustamante, c}lw tanto 8(' distinguió por
su celo contra la independencia, al propio tiempo que ('1
restablecimiel\to de la Constit.ución E~paflOla de 1812, fil-
vorecicron aquellos trabajos encontnllldo ('11 la lihertad de
la pnmsa un poderoso elemento para extcnder !a voz que
proclama ha la separaci6n de España.
El! la lucha que ent •.mces se cntahló ('ntre los indc-

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--236-

pendientes y sus a<lversarios, el Doctor don Pedro Molina


y otros ciudadanos esclareciJos demostraron la injusticia de
los domiuadores y deftmdieron brillantemellte 108 derecho:-:
de los americanos.
El señor V rrutia por su edad avanzada y fhIta tle vi-
gor, era el menos aparente para conservar el poder que re-
presentaba, por lo cual la Diputación Provincial de Guate-
mala le obligó, en marzo de 1821, á delegar el mando ell
don Gabino Gainza, reci{:n llegarlo de Espafía como Ins-
pector General.
Encabezaba el partido cspaJlolista el Doctor don JOSl:
del Valle, y aunque ese partido era grande y el señor Guin-
za contaba con los Goberuadores de las provincias y con
alguna fuerza armada, no se tomaron medidas para conte-
ner el desarrollo de los sucesos que ya auguraban el triun-
fo de sus contrarios, asegurado por la libertad de México.
La noticia recibida el 13 dc scti<>mbre, de que Chia-
pas, entonces provincia del Rcino de Guatemala, se había
adherido al plan de Iguala, de los independientes mejica-
nos, produjo tan grande exaltación de los ánimos, que Gain-
za cedió á la voluntad general, no obstante haber exigido
dos días antes que los Jefes militares renovasen el jura-
mento de fidelidad al Rey. ,
Los guatemaltecos lo halagaron ofreciéndole el mando
de Centro América libre y soberana, y le instaroll para que
convocase una reunión general de funcionarios y corpora-
ciones á fin de que se dictase una medida definitiva sobre
el grande asunto que tanto agitaba los espíritus.
El pensamiento fué acogido, y de acuerdo con la Di-
putación Provincial, se hizo la convocatoria. En la maña-
na del 15 de setiembre se verificó la reunión y después de
oir las opiniones de todos los que quisieron manifestarla, el
t'cfíor Valle dijo que era justo el deseo de los que aspira-
ban á la autonomía; pero que la declaratoria debía aplazar-
¡.;epara cuando se reeibiesen los votos de las provincitls.
La mayoría estuvo por la proclamación inmediata que
un gentío inmenso pedía á gritos, y dt'cidi.éndose por fin el
señor Gainza en igual sentido, prestó eljuramento en mano:'"
del Alcalde, y qued(', en t:iercicio (}(',la Suprema Autoridad.

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-237-
La Diputación Provincial y t'1 Ay UlltUBlipllto acorda-
rOIl 108 puntos que contiene la i~lllO:,a ncta de atlllel día
mcmorahle, importante documento (¡\le l"f'duc1{¡ el llli~mo
~I'ñor don J OSt: del Y uIle.

Lo que pasaba en Costa Rica.


En e~ta l'eeeitl\) ¡.;e sentía ('011 mils vigor que en lH:-;
provil\cial:> hermanas, la indiferencia de la ~letn'lp()li y 10::-
abusos <le las l\ntol'idadeR de Guatemala; esto mant('nía
en el I tueblo vivo el deseo de llegar á un ordt'n de c,)sas en
ei sentido político, más en armonía con sU índole y l1lÍl~
propicio á su bien y á sus intereses materiult's.-Había
quienes l\:;pinuan á la independencia ah~ol\ltn; pero en la
ausencia de toda clase de elenl(.)Iltos, la id<'a 1\0 tU\,O}JUII-
ea desarrollo ni propaganda.
El comercio de esta l'rovilleia <.'staba l:mjeto Ú 1111 mo-
lIopolio odioso, y las mereaderías se vendíctll á;precios
l'xhorbitanteR, sin poder tener ali,'io de ese y otros 'nlll-
eh08 males que detuYÍl'rou su pl'\l~peridad, (rismilluY~~}'(iJl
su poblaciÓn y la mnquilaroll de tal ::-uerte, que ~iend()
una de las seceioncs m{lS rieHs del continente, .Y con llHl-
yores facilidades para su desarrollo, al tiempo de la ill-
d<'pclldencia Costa Rica era h., m{\:-ipohre é impotente.
Como si aquel estado de cosas no fm:ra lJHstante ;í In
oprc:siún y miseria Ú que los eOHtal'ricém;es psta ball suj<'-
tos, el Capitán General de Guatemala, dCllI J08~ de Bus-
tamante y Guerra, prohibió el Comercio con Panan¡;(,
Única esp€:ranza de mejora que l(>s quedaba.
Con tal moti,'o el 14 de ag'osto <le lRl:>. IOH scfiort-,.;
Camilo de Mora, Félix de BonHla, ,J08et' Hafael de Galk-
g'OS, i\Ianllel Marchena, José Ana Ximt-uez, Fl'ancisC'o
Castro, ,Josef de la Ascensión jlora, Bafael Taboa-
da, Gregorio lleyeR, Josef Raln\tierra, :Manricio Sali-
Has de Almengola, ,Juan ,Tosé Zamora, :Kicolás CarH-
r.~l.' .J~an Fn~ncisc() FrmH'o, AIl~onio Hoyes y Juan Pablo
Xmll'llt'''', nllcmbros del comcrclO de este Partido, c1eva-
1'011 al t~xprl~sa(l(l Bnstamcntt', por medio del Gobcrnad(lr

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Jefe Político de esta Provillcia, un memorial suplicatorio
pidiendo la revocatoria de aquella injusta prohibición.
Puede comprenderse cual sería en aquella fecha la
situaeión de Co:,:ta Hiea por los sigui~ntes concéptos, to-
mados del memorial citado.
l, Es constante que la Única exportación de IOR frutoH
y víveres que produce este país, es la que hace á Panamá
por el puerto de Puntarenas, distante 35 6 40 leguas de
camino fragoso de esta cabecera, por cuya razón y la lar-
ga distancia que hay de puerto á puerto, se hacen creci-
dos gastos para trasportarlos y de aquí resulta la nillgu-
na utilidad que se adquiere ell su venta, y sólo se logra
alguna en el retorno de los géneros de algodón que alli
se compran por los mismos frutos, su producido ó al fiado,
de lo que se evidencia qne quitándole á este partido, el
más infeliz de la provincia de Guatemala, el Único arbi-
tri.o q~e tiene para su su bsistencia, tocaría en la {¡!tima
mlsel'la.
N umerario no ti@e ninguno, ni por donde le entre.
::;us frutos y produccionés no son exqnisitos, y de consi-
guiente, de ningÚn aprecio en el partido de Nicaragua en
donde abundan 108 mismos.
Con que, con selilwjantes limitaciones, ide qué modo
se pmmoverú la agricultura, la industria y el comercio de
los pueblos, cuando hasta se nos limita tener trato y con-
trato con una plaza española y fiel y aun nuestros mis-
mos hermanosr'
Esa Rolicitud, con los c01'l'er,;pondientes informes fa-
vorables de los Nobles Ayuntamientos y del Receptur
de alcabalas, fué denegada por el Capitán General Busta-
mante; pero concedida por el Hey de ESpH.ña á quien ~e
ocurri6 en apelaci6n.
Debe notarse que no obstante la efervescencia qne
produjo la disposicibn de Bustamente y la actitud de lml
otras provincias, Costa Hiea, aunque deseaba la indepen-
dencia: mostn) fidelidad)" aun contribl1)'() á la pacificaciÓn
de Granada.
Las Cortes Españolas, promulgada que fu~ la Cons-
tituci6n de lA12, ordellaron que el Partido de Kicoya se

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-239-

uniern al de Co~ta Rica para la elección de 1>iputaoos á


las mismas cortes, y á la Diputacii1n Provineial reunida
en Le(¡n en virtud de dicha ley, el13 de octnbre 18t;~; al'
.v eOIlW si se fijnl':tn mirauas (í~ interés en esta Provincia,
de(')'el:ml!l el 14 de abril de 1~14 la hahilitaei{¡n del
Puert, ue Pun tarenlls para el comercio exterior .
I

•\ql1ella Con:-ititllci()nliberal, prolllulgada al reempla-


zar Fel'l\ando \'11 en (d trono á Jw;(~ B01laparte, no llur{.
011 \"¡gor sino un corto tielllpo, restabll'ci{.ndm;e hasta que
:í causa de la insurrección de Riego el mlo de 1820, el
ejér('ito la proelaIl\(),
Ya se ha visto al tratar de Guatemala, la i1lfluencia
que ell la América Central ejercieron las libertades que
Espafla estrechada por los :H'Onteeillliclltos, otorgaba tarn-
\¡i(~1I,í sus Colonias.
Si la tendencia natural :L la sepm';l\'i('¡n crecía con el
ueseo de mejorar de condición en 1m; pobla.~iones más
¡;l\'ol'l'cidas, con 1II:1Y01' razón debía s(~n1i I"S(, en las que
parc(·ían olvidadas de la ~ladre Patria.
En esta Provineia si bien los Espaf¡oles nos legaroll
su idioma y ~u religiÓn llevada al fanatismo, no ~e os-
tellta un solo mOllumento, no ~e encuentra una sola cal-
~ada, {) siquiera un templo que recuerde la prolongada
(:poca de su dominación.
N atural era ver como aquí se pl"onunciabuII las aspi-
raciones á cambiar un sistema de Gobicl'I1o de que nin-
gún beneficio He reportaba,
Las noticias de Guatemala se esperaban con ansia,
presintiéndose las grandes novedades ocurridas; y por fin
se recibieron con júbilo á las once del día sÚbado 13 de
octubre, los que comunicaban los slIcesos del memorable
,1f> DE SETIEMBRE DE 1821.
La dominación de España había terminado.
La América emancipada, en acto de justicia recono-
ce que debe á su heroica madre la luz de una civilización
que le era desconocida, y á cuyos fulgores ha podido
dm;arrollar sus grandes elementos de progreso y felicidad.
Costa Rica, si bien olvidada en aquellos tiempos,

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-2-W-

ag-m~lec.e á Esp:ul-l<\,qlUl Idamantuviera en el )'¡~ngo de


l'rovlllcm, aun en a qwca e su mayOl' decadencIa.

Declaración de la Independencia

en Costa Rica.
Las notIcHls dc Guat.emala habían producillo \lila
excita.cil)n grande.-En Cartago la generalidad era entu-
siasta por la independencia y como capital de la Provin-
cia en aqnella ciudad debían ser vencid(ls los g-raves
obstáculos que oponía el Jefe Español y un reducido par-
tido que lo apoyaba.
En efecto, el Gobernador don Juan llanuel de Cm1as
dictó enérgicas disposiciones oponiéndose aun Ú hablar
siquiera de la emancipación y se apoyó en laf' m'lIIhS~
aumentando la fuerza en el cuartel.
Obraba en un todo conforme con el Gobernador y d
Obispo de Le6n, quienes influían de diV(jrsos modos para
que se declarase Costa Rica s8parada de Guatemala, y
acordase suspender la proe!ama<:Íón de la independencia,
ségún lo habían ejecutado en dicha ciudad.
El señor Cai1as comunid, oficialmeute al ~l. X \.
)1. L. Apl11tamieI;to de Cartagu, las noticias que había
recibido, y aquella cOl'por:wi"1llrcunida el mism(l día 1j
ele octubre de lH21, bajo la prcsidencia del señor Cañas,
deliberó sobre los acolltccimiento8 y acordó secundar el
acta de LeÓn, fundándose en que al firmarse ésta, se en-
contraba presente la Diput.aei6n de Costa Rica, ell la Re-
presentación Provincial, reunida en la referida ciudad de
León.
Más atendiendo el jL N. Y M. L. Ayuntamiento á la
actitud de San José, Alajuela y gran parte de Cartago
que se manifestaban por la separación de España, celebró
el 15 nueva sesión, á la que fueron invitados los funciona-
rios públicos, algunos clérigos y otras pers.mas; y en vista
de que sin el conocimiento del estado de la opinión gene-
ral de los pueblos, no convenía tomar en aquellos mo-
mementos resolución alguna sobre tan trascendental aSUll-

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-241-

to, acordó declarar nula y sin ningÚn yalor el acta del 13,
y NO HACER KOVEDAD, MIENTRAS SE ACLARABAN LOS NUBLA-
DOS DEL DíA; concretándose á excitar á todos los ayunta-
mientos de esta Provincia á mandar Le.qados con poderes
suficientes, para que unif(.rmándose las opiniones, se acor-
dase lo que m{¡s oportuno se creyese.
En cOIH~ecuencia,E;l25 del propio mes se reunieron
en Cartago los Legados de los Ayuntamientos de dicha
ciudad, de San .JOSI~. lIeredia, Alajnela, Barba, Escasll y
Ujarraz, y mientras concurrían los de los demás pueblos,
se les nombró un Legado proyicional para representarlos.
Aquellas medidas (,'al111<1ronlos ánimos y tranquiliza-
ron un tanto 1m,espíritus inquidos por la gravedad de la
sitnación.
En la noche del 2~ del mismo octubre, se recibieron
en Cartag-o nueY/u; comunicaciones de Guatemala y de
León d6 Kical'agna, y en vista dE;ellas, don José Sant08
Lombardo y otros ciudadanos se posesionaron del cuartel
en la madrugada del 2~, temiendo que el Gobernador
Caíias hiciese resistencia contra el pueblo, que aclamaba
la independencia absoluta de Espaíia, y que con salvas
y mÚsicas por las calles ctllebraba aquel importantísimo
acontecimiento.
Reunidos en ese día el Ayuntamiento, funcionarios
pÚblicos y numer080S vecinos, se declaró á Costa Rica
libre é independiente de todo gobierno, con absoluta
libertad y posesión exclusiva de sus derechos; que perma-
necería neutral y se gobernaría por sí sola, hasta que los
acontecimientos le señalasen el rumbo que debía seguir;
quedando de hecho sep~rada de León, á que había estado
sujeta en 10 eclesiástico y de hacienda. El señor Cañas
prestó en este acto su juramento en manos del Alcalde 1f!
El 12 de noviembre s¡:, instaló la Junta Superior
Gubernativa Interina, con los Le,r¡ados siguientes.
Don José Santos Lombardo, por Cartago y Laborío.
Pbro. Doctor don Juan de los Santos :\Iadriz, por
San Jl)sé.
Pbro. Benefiei~,do dUIl Xicol<ís Carrillo, por Escasú.
31

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-:H2-

Pbro. Beneficiado don :Manuel Alvl\rado, pOI' Curri-


dabat v Aserrí.
D~OllGregorio José Ramírez, por Alajuela.
Don Joaquín de Iglesias, por Paeaca, Oot, QniJ"~'lt y
Tobosi.
Br. don Rafael Francisco Osejo, por UjarJr.tz.
Pbro. Beneficiado don :Miguel BoniJla, por }i~spm'za
y algunos pueblos de indios.
Don BIas Pérez, por Heredia.
Don Pío Murillo, por Barba y don Nicolás. Oó¡razo,
por Ragaces; quienes nombraron para Presidente al Prcs-
bitel'o Oanillo, y para Secretario al setlor de Iglesia~.
En la primera sesión de esta Junta se admitiÚ Hl
Coronel don Juan Manuel de Catlas, la voluntaria y for-
mal renuncia que hizo de la autoridad que ejereí:l, y ]a
Junta asumió los mandos político y militar.
El!? de diciembre siguiente, una comisióRl ~onlp\It·*"
ta de los Legados extraordinarios, por San Jesé, Li,~ell-
dado don Rafael Barroeta y don Juan MOlla, y lk ]UlI>
Legados ordinarios, Lombardo, Madriz é Iglesias, retl:wtó
y presentó un proyecto bajo el nombre de "Pacto .'Jocitll
fundamental interino de Costa Rica;" y una vez disctltidn y
aprobado provisionalmente, se procedió á la. elec{'jc'¡1Id~
siete vocales y tres suplé-ntes que debían fOllmar la .luniR
inwrina de Gobierno, prevenida en dicho P\~to, la ('ual
quedó constituida del modo siguiente:

Presbítero Doctor don Juan de los Santos M:1I1riZ'_


Presbítero don N ereo FOlll.¡eca.
Presbítero don Nicolás CardIlo.
Presbítero don Pedro Alvarado. (Vicarit> e~lesi¡ís.tit·o.)
Don José Santos Lombardo_
Don Joaquín de Iglesias.
Don Nicolás Camzo.

Suplentes.

Don :Manuel Peralta.


Don Félix Oreamuno.

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-2.43-

Presbitero don Manuel Alvarado.

Presidió este gobierno el Vicario s~ñ()r Alvarado,


enntinuando como Secret.'lrio el señor de Iglesias.

La primera ley constitutiva de Costa Rica y


la anexión á México.
lA. organización de este país bajo el nue'"o sistema
..toj Gobierno, no presentaba l~i8 mismas dificultades que
11Is otros de Centro América.
La índole pacífica de sus hijos y el aislamiento {\
itlle estaba obligada, por la distancia y difíciles comuni-
('<lcionos con sus hermanas, influyeron para que los C08-
t<lrricenses pensasen en constituirse separadamente, "ín-
terin, dice el Pacto, que uniformándose las otras seccio-
nes, pudi~ra I:ontribuir al e!"otablecimiento de un Gobierno
Superior Constitucional".
En el Salvador había sido acogida con entusiasmo
extraordinario el Acta de Independencia; pero no sucedió
10 mismo ~n Nicaragua y Honduras. Los Gobernadores
Intendentes de esas provincias reunieron en León y Co-
mayagua las respectivas Diputaciones provinciales, acor-
daron la separaci6n de Guatemala, sin declarar la inde·
pendencia de España; pero lo hicieron más tarde, procla-
mando el Plan de Iguala y la in.~orporación consiguiente
de ambas secciones al Imperio Mexicano.
N(I obstante eso, va1108pueblos de una y otra per-
manecieron unidos á Guatemala, dando con este motivo
lugar á que se pretendiera someterlos por la fuerza.
Ya ~n el Salvador se habían suscitado algunas difi-
cultades y Guatemala intervino en el restablecimiento
del orden.
Costa Rica permanecía. tranquila y se daba. su pri-
mera ley constitutiva con el carácter de provisional.
En esa ley se consigna que esta Provincia está en
absoluta libertad y posesión exclusiva de sus derechos,
para constituiriie en nueva forma de gobierno, y que será
dependiente ó confederada de aquel Estado ó Proyincia á

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que le convenga adherirse, bajo el preciso si8tema' de ab-


soluta independencia del Gobierno Espafiol y de cualquie-
ra otro que no sea americano.
Se declara que la Religión Católica, Apostólica, Ro-
mana será la de la Provincia, y aunque por las circun~-
tancias de la época y d espíritu que se conservaba, ex-
cluye los demás cultos, consagra para todos 108 habitan-
tes pacíficos, naturales ó extranjeros, con cinco años de
residencia, todas las garantías y derechos legitimos del
ciudadano, siempre que hubiesen jurado la separación ab-
solut.a de Espafia.
Para la admini:.-:traciJn, conservación .Y prosperidad
de la Provincia, establece una Junta Superior Gubernati-
va, provisional, compuesta de siete vocales elegidos po-
pularmente. Dicha Junta asume la autoridad superior
de la Capitanía y Superinrendencia general, mando poH-
tico, diputación provineial y de audiencia, en cuanto á lo
protectivo, limitándo~e en cuanto á lo judidal á hacer
que los jueces constitucionales administren pronta y re-
gularmente justicia, conforme á la Constitución Espafíola
y leye::; existentes; y para el despacho ordinario, la Junta
se divid~ en tres secciones encargadas: la prim(-\ra, de los
ramos militar y de hacienda, compuesta de tres vocales:
la segunda, de lo político, compu("sta de dos voeales; y la
tercera de lo de economía y policía pública, compuesta
también de dos vocales .
. Establece un tribunal de residencia y dispone lo
conveniente para la buena marcha del Estado.
Por ese tiempo se recibi6 en Guatemala un oficio di-
rigido por el General Iturbide, manifestando que venían
fuerzas mexicanas á sostener la independencia de estas
pr~v!ncias, é indi(lanuo la conveniencia de la anexión á
:Afexlco.
La noticia fué comunicada á los pueblos, acompaña-
da de una extensa cireular, tratando el a¡;unto bajo todos
sus aspectos.
Aunque la mayoría ~e.manife¡;tó en favor de la in-
corporación al Imperio, San Salvador, Guatemala y ot.ros
pueblos, descrmocieron la legitimidad de esa declaratoria

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y resolvieron sostener con /la8 arUlas el pronunciamiento
de independencia absoluta.
N o obstante esto, la incorporación se consider6 como
nn hecho consumado, y el Imperio procedió ft dictar me-
didas administrativas sobre todas estas provincias.
El Pacto ó Ley Constitutiva de Costa Ricn fué sus-
(~ritú el 1'.l de diciembre de 1821, por los Legados de to-
das sus poblaciones, y una vez jurado, el 11 del citado
mes, !:le remitió á los pueblos; pero ya el 7 del mismo,
Heredia se había separado de su acción y protección, ne-
gando sn obediencia al Gobierno de esta Provincia y pro-
testÚndola al de León de Nicaragua.
El18 del referido mes se recibió en Cal'tago la invi-
tación de Iturbide para la unión á México; los pueblos se
pronullciaron por el Imperio y casi todos juraron la in-
dependencia conforme al Plan de Iguala y 'rratados de
Córdoba.
En virtud de la convocatoria hecha á los Ulismos pue-
blos, para que por sus representantes fuera discutido yacep-
tado el Pacto Provisional, se instaló en Cartngo la .Junta,
Electoral de provincia el G de enero siguiente, sin asis-
tencia de IOl;electores de Here<lia, no obstante las insi-
nuaciones (: instancias empleadas para obtener lll~ aveni-
miento fraternal.
La unión á .México fué proclamada formalmente en
Costa Rica ellO de enero de 1822, en cuya fecha se de-
daró, que estando decididos los pueblos por la ineorpo-
rHeión al Imperio de Iturbide, el;ta Provincia enviaría el
Diputado ó Diputados que se le sCJ1alasen y se sujetaría á
la Constitudón que el Congreso de aquel país dictase.
El artículo 19 del Pacto provisional de Costa Rica
quedaba reformado, y en virtud de la división del anti-
guo Heino de Guatemala en tros Comandancias Genera-
les, Chiapas, Sacatepequez y Costa Rica, acol'<lada por
,.1 Imperio, (:sta {lltima debería tenor su capital en León
de ).:icaragna.
Elltre )"s reformas del reft'ridtl Patto, se cneucl\trlt
la de (lile ¡al; scccinnes de la .J I1l1t~l,eneargadas del ries-

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pacho, atendieran: la 1~,{l lo político; la 2~, á lo militar,
:r la 3~, á 10 de hacienda.
También se declaró, que tan pronto Heredia mani-
festara que aceptaba aquella ley, quedaría en el pleno go-
ce de los derechos que le correspondían.
Aprobada la Ley Fundamental el 11 de enero, 10:1
Electores de Partido procedit11'oná la elección de la Jun-
ta Superior Gubernativa, y quedó formada así:
Licenciado don Rafael Barroeta, Presidente.
Don José María Pemlta Vice Presidente.
" J llan Mora Secretario.
" Santiago Bonilla
" José Ra(ael de Gallegos
" Joaquín de Iglesias
" José Mercedes Peralta

SUPLEKTES.

Don Joaquín Prieto


" Pedro Carazo
" Juan Antonio Altaro
Este Gobierno se instaló el 13 de enero de 1822; su
residencia debía ser de tres meses en cada una de las po-
blaciones mayores; y cuatro de sus miembros renovados
cada año, mientras se daba la constitución definitiva.

La primera guerra civil


en Costa Rica.

Costa Rica débil y aislada, había creído resolver el


problema de su felicidad y futuro engrandecimiento incor-
porándose al Imperio de Iturbide, y muy presto se resol-
vió á nombrar su representante en el Congreso de México.
Influyeron no poco en esa determinación las sujestio-
nes de toda especie de los curas adictos á su prelado el O-
bispo de Le6n, y otros enemigos de la independencia, que por
:sorpresa en los primeros momentos, hicieron inclinarse la
Qpinión en el sentido de sus deseos. Ellos prcseútaron al
Emperador como el Gobernante más benéfico, y á su mo-

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narquía como el Gobierno más adaptable, especialmante á.
las provincias del antiguo Reino de Guatemala.
No se sabe, dice un documento histórico, si en aquel
pronunciamiento de los pueblos influyó más la esperanza
de tanta gloria, prosperidad y rango ofrecidas por el héroe
de 19uala, ó el temor de la numerosa división que este ase-
guró venía marchando y dehía tocar en hreve en la fron-
tera de G uatp.mala.
Declarada. pues, esta Provineia, parte integrante del
Imperio Mexicano, en 17 de fehrero de aquel año mandó
la Junta Gubernativa que se renovasen todos los ayunta-
mient{ls y autoridades, según la orden imperial lo deter-
minaba, y que se procediese á nomhrar, conforme á la mis-
ma, el Diputado á Cortes para que se hiciese efectiva la
Ilni<Íny agregación á dicho Imperio. (*)
En consecuencia, el 6 de marzo de 1822, fué electo
para Diputado el señor Presbítero Beneficiado clon José
Francisco Peralta, como propietario, y obtuvo los votos
para suplente el ídem don José Antonio Alvarado.
El General don Vicente Fi1fsola, enviado por el Em-
pcrador eon las fuerzas mexicanas anunciada~, llegó á
Guatemala el 12 de jllnio y recibió el manclo del Sr. Gain-
za, retirándose éste á México como se le ordenaba.
Filísola parecía bien animado en filVorde estos pue-
hlos, y trató de obtener por medios pacíficos la unión de'
San Salvador; mas no habiéndolo conscguido, y obligado
por las órdenes de su Jefe, emprendió la guerra contra a-
<lueHaplaza.
A pesar de las deElgracias y trastornos de la guerra
eivil en las otras Provincias, la tranquilidad se conservó en
Costa Rica sin que ningún motivo la perturbase, si se ex-
eeptÚa el terremoto de Cartago, llamado de San Estanis-
lao, que el 7 de mayo de 1822 vino á conmover los ánimos
de sus pacíficos moradores.
El país siguió en completa quictud hasta á fines de

(*) El Preshíwl'o don Florencio del Castillo se encontraba en Méxi-


('0 y en atenci6n ~ 108 grandes m~l'itos y virtudes de esw C08ta-
I'ri('~mse, fllé ele"ado á miembro <1c!HnjJl'emo Con~io <1el lm-
peno.

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-248-

ese año en que la división de opiniones sobre el sistema


de G(lbit:rno definitivo que rlebía adoptarse, empezó á to-
mar un aspecto alarmante.
En Costa Rica, como se ha dicho, se crcyó que en la
adopción del Impcrio de Iturbide consistía la felicidad
y se aseguraban los verdaderos intereses de estas provin-
cias; pero obrándose con dignidad y pmdencia "ecomell-
dables, su gobierno expresó literalmente, que conservaha su
soberanía, ha:-:taque fuera decretada la Constitución ,lel
Imperio, y oída la Representación de esta Provincia, que-
~lase establecido el orden que debía guardarse.
Hecha la elección del Diputarlo á Corte!!, de conf()r-
midarl con la cOllvocatoria rlel Imperio, en reunión solem-
ne de los Legados de todos los pueblos. el 2 de setiembre
de 1822, se establecicron las bases conforme á las cuulc:-l
se sometería Costa Rica á un sistema rle Gohierno Cons-
titucional represcntativo, y se hizo constar que preferiría
la representación rle Guatemala, si conforme á el acta del
15 de setiembre, llegaba á constituirse en Estado separado
federativo.
También tie declaró como condición, que debían otor
garse á esta Provincia las reformas que indicara en su ad-
ministración interior, conservando siempre la división de
los tres poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, confor-
me al plan de Iguala y Tratados de Córdoba;-que el ejer 4

cicio de la soberanía popular, en las elecciones, debía ser.


con igualdad respectiva á. la población, y no con la injusta
preponderancia de la convocatoria de noviembre de 1821;
y finalmente que dehían tener efecto las bases propuestas,
únicas que podrían ofrecer el desarrollo de los elementos
de prosperidad, y efectuar la reforma apetecida en su ad-
ministración particular.
Estas condiciones precisas no fueron atendidas, y sin
oir la representación de esta Provincia se mandó reconocer
la Capitanía general de León, á cuyo Gobernador y Capi-
tán General electo, don Manuel Rincón, se dió facultad
para elegir el de Costa Hiea. Esto sin previa indicación
y después de haber sido acordado en México, en virtud de
una exp'Osiciún razonada del Gobierno de esta Provincia,

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que sus autoridades se dirigicran á Guatemala en los casos
necesarios y no á Le6n de Nicaragua, segÚn fué trascrito
por el señor Gainza en comunicación á la Junta Guberna-
tiva, fecha 7 d.e abril de 1822.
Ha dominado siempn: cn Costa Rica, COíl esc cspíritu
de iTl<lepcndcncia y esa digna altivez de sus hijos, que
sicmprc la hall rlistinguido, la prudencia y buen juicio con
que ha caracterizado ell todo tiempo, aun los actos mcnos
trasccll<lelltales de su vida poHtica.
Así esta Provincia protf'st6 no e:;:;tur obligada en el
graV(~ asullto de la unión á l\fl~xico, á pasar sin discusión
. por ~o (lue el Imperio resolviera, y la grU11 mayoría optó
por df~SC()nUcerla autorida(l (le aquel Gobiernu, del cual
hahía quedado en peor condici61l que lo estaba respecto
dd de Espafm.
;-;e adnda, y con razón, qu~ ~l separarse de la. Madre
Patria pudo agl'egarse á la XacióII Ijlll~ mejor re hubiera
pal"l~('ido; pues ni dumnte el tiempo (lel coloniaje estuvo
t-iif'lIIpre :-iolllttida á Guatemala, ni p'j(lfa hacerse efectiva
t-ill all('xi<)1I al Imperio que hahía f~¡]tado, no sólo á las
(~ondieiolles mediante las cu~tles se lmufa agregad"., sino
también ~, las promesas y juramentos de Iturbide.
Estas ra;wrws, fundadas en la incontraBtable justicia
que la:-i dietaba, exaltaban mÚs y mÚs Ú los enemigos de
a<¡Il\~1 onlen de cosas que sin ofrecer bien alguno, expo-
!lía al país á su ruina y destrucción; al propio tiempo que
los ltlllig"os del Imperio se afanauan en demostrar lo con-
trario, (~l'eciendo de este modo, día por día, el calor de las
opiniones.
Los imperialistas exparcían todas las noticias favora-
blc:- al Imperio; mientras que los republicanos lo presen-
taban destituido de toda grandeza y sin poder, siquiera
para sojuzgar á la ciudad de San Salvador que Fílísola
asediaba. ReferÍase que sus soldados estaban desarma-
dos )' muertos de hambre, y se hacían observaciones so-
bre la escasez de recursos que lo había obligado {t levan-
tar una eontribución de 8 2,800 Y Ú emitir S 4,000
cn papel moned.a.
La ,J unta Superior Gubernativa se encontraba en di-
32

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-2.50-

ficultades serias, y habiendo recibido comunicaciones de


México, creyó haher llegado el término de pu Gobierno;
convoc(, el 23 de en(\ro de 1823 á los pueblos para que
eligie¡oen Deleg-ados á fin de hacerles conocer la situación
y de que nombra¡;:en la Junta Provincial ordenada por el
Imperio; y previno á las ~funicipnlidade8 jurasen al .Em-
perador en el preciso término de 15 días.
La Municipalidad de Cartago suplicó que ~e poster-
gara el juramento y expuso los poderoso~ motivos que de-
bían tenerse en consideración para diferirlo por más tiem-
po en todos estas poblaciones y fué at.endida su solicitud.
La Junta Superi0r GuberllatiY3, instalada el prlme- .
ro de enero, estaba formada, según elección de 24 de di-
demore anterior, por las siguientes persona::;:
Don J08é Santos Lombardo, Pl·esidente .
• " José Francisco Madriz, Vice-presirlente.
Licd?" Rafael Blirroeta.
" Santiago Ronilla.
" Matías Sandoyal.
" Francisco Alfaro.
" Juan .Mora, Secretario.
Eran suplentes don Franciseo Sáenz, don Juan Jo-
sé Bonilla y don Alejandro Escalante.
A dicha Junta se unieron el 13 de f·;bl'ero, en Asam-
blea, los Delegados siguientes:
Don Rafael García Escalante y don Rafael Francis(~o
Osejo, por Cartago.
Don José Rafael Gallegos y don .Manuel Alvarado,
por San José.
Don Juan Agustín Lara y don Gregorio José Rami-
rez, por Alajuela.
Don José Francisco GUl'cÍa y don Juan Madriz, por
Ujarraz.
Don José Antonio Aguilar, por Aserrí.
Don Gordiano Porras, por Pacaca.
H(\redia se negó á enviar sus Delegados, y para su-
plir á los de los pueblos que por la distancia no pudieron
concurrir á tiempo, los presentes nombraron á los sefiore~
don Joaquín de Iglesias y don Joaquín CUl'azo.

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-251·-
El 14 se hicieron nne'-as insinuaciones á Hel'edia,
~in resultado ninguno, para que enviase sus Delegados,
pues por el contrario, alentada con los sucesos fa vorables
al Imperio y con las amenazas del Goberna~or de León,
non Mi~~uelGonzález Saravia, acérrimo enemigo de Cos-
ta Rica, con quien mantenía. continuas y estrechas rela-
ciones, comenzó á preparar elementos de guerra y á dis-
poner lo necesario para salir á unirse á aquel .Jefe, que
oficialmente ofrecía llegar antes de la entrada de las
aguas, con el objeto de mantener la unión al Imperio.
En esta gravísima situación San José y Alajuela y
los liberales que había en Cal'tago. trataron de defenderse
de Saravia y resolvieron la proclamación de la RepúblicH,
amparándose al Gobierno de Colombia, al cual preferían
S!ljetHrse en nn todo
La Asamblea, en cnatro sesiones, se ocupó de pro-
veer nI orden interior y ;Í la seguridad de la Provincia, y
('onvocada extraordinariamente por el Presidente Lom-
tardo, á las seis de la mañana, se le dió cuenta con oti-
cios aeabados dt3 recibir de los Ayuntamientos de San
José y Curridabat, en los cuales se l1nuneiaban los gra-
ves s\v",esosocurridos en dichas localidades.
El de San José participaba que entre lns siete y las
ocho de la noche anterior, se había reunido "un inmenso
pueblo", con cuyo motivo se convocó á cabildo extraor-
dinario y abierto éstf: se interrogó á la muchedumbre so-
bre los motivos de aquella conmoci6nj" á lo que contestÓ
en voces unánimes Cún vivas á la Religic)n Santa, al Go-
bierno de la Provincia y sus Delegados, y al Ayuntamien-
to, proclamando la República por ser éste el Gobierno
q \le querían y que estaban dispuestos á sostener á todo trance."
Se agrega que esta proclamación fué hecha con el mayor
entusiasmo, y celebrada por el pUt'blo con mÚsicas y snl-
vas por las calles.
En Curridabat había ocurrido en la misma noche
\lna manifestación semejante .
.Mientras se ocupaban en el seno de la Asamblea de
estas novedades, llegó un expreso de lo!' Tres Ríos, al1UII-
ciHmlo que á las cnatro de la mañana del 19 HC había
BANCO DE LA REPUBLlCA
BIBLIOTECA LUIS-ANGEL ARANGO
,rAfl.t;,/:;:,~rJ(,N,
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-2iJ;2-

movido el pueblo y proclamado con gralldes demostracio-


nes la federación de la Provineia á la República de Co-
lombia "detestando" cualquiera otro gobierno como el del
Imperio y dando vivas á la Heligión y al Gobierno.
En tan eríticos momentos, la A8amblea teniendo en
considt:;raeión la gravedad de tal~s ocurrencias y el no
haber bastado para reprimirlas las medidlOlsde precaución y
seguridad dictadas repetidamente, y que en tal estado debían
prevenirse por los medios más prudentes, los efectos de
una discordia intestina y proveer á la conservación de la
¡ya? interior,-acnrdó-que pam el caso, no estando auto-
¡'izados los Delegados presentes para resolver definitiva~
mente en asunto de tan grave trascendellcia, se convocara
á los pueblos de la Provincia á reunirse el dos de marzo
en la ciudad de Cartago, por medio de Diputados l{epre-
8entantes, en la proporción que señalaba el artículo 10 del
Pacto Provil:lional, á fin de que plena y ampliamente auto-
rizados, y con presencia de las circunstancias, se decidiera.
en Asamblea general lo más conforme al bien de Costa
Rica y á la conservación de sus derechos. Se excitó {l
las autoridades y á los pueblos á obrar con cordura, á no
fomentar las discorJias y ~ celar por la conservación de
la tranquilidad y orden público:;.
La Asamblea se reunió en efecto el 4 de marzo de
1823 bajo la Presiden~ia del sefior don José María PeraI-
ta, siendo Secretario de ella el señor don Rafael Francis-
co Osejo. Sus trabajos se encaminaron inmediatamente
á restablecer la paz y tranquilidad de la Provincia, pro-
curándose su reorganización bajo el mismo sistema y or-
den anteriores; pero las dificultades eran graves y l&s
complieaciones interiores crecían á medida que los impe-
r¡alistas apoyados en Heredia y Cartago creían que po--'
drían hacp.rse duerios de la situación.
Eu estas difíciles circumtancias, llegó el correo tra-
yentlo la funesta noticia de haber sucumbido San Salva-
do!', cuya plaza había oeupado Filísola el 9 de febrero
anterior, y de scr Granada el teatro desgraciado en quien
Saravia fijalJa sus miras. Heanima aquel jefe y enemigo
de Costa Rica Ins esperanzas de los de la Villu de Here-

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-253-
dia y contándose ya con la vietori~, anuncia 811 pr{.xima
marcha sobr~ esta Wrovineia.
La Asamblea acordó disolverse; <.'leyó una represen-
tación al Emperad(\r; y nombr6 á 108 señores don Rafael
Francisco (lsejo, don l\Illlluel María Pemlta y don Her-
rnencgildo Bonilla como encargados del Gobierno de la
Provh\('ia, cargo que ejereieron bajo la presidf>ncia del
primero de los tres, del 15 al 29 del citado mES de mHrzo.
El Pretlidente Osejo trabajaba activamente á efecto
de conjurar la tempestarl que amenazaba eaua vez más de
cerca y que mantenía con la general inquietud, la cm"i
completa desorganización del pais,-euando en la noche del
29 dellllismo marzo, en CHl'tago con moti,'o de redobll-ll'
Sara\'ia SI\S amenazas v de ordenar el alistamiento c1(~
tropaf', provisiones y l;ertree}¡os, en~y~ron encontrar d
Ill€dio de terminar aquella aT1gustiosa situati¡')Il, apode
rál1llm~eue las armas, para evitar de ese mo(h los JeFa:;-
tres de la guerra, tanto más temidos ('llanto maY/lr fuera
la resistencia, pues habría por fin que sucumbir ante el
l'mpuje de elementos infinitamente superiore~.
A la cabeza de aquella conspiración fig-maban perso-
nas importantes como los señorflS' don J0aquín Oreamuno
y hermanos, don Joaquín Carazo, don .JURll DeIlgo,
don .Juan Neco y otros que ~poyados en Heredia, pro-
damaban el Imperio Mexicano como el Gobierno defini-
ti,'o paro Costa Rica, y así fllé comunicado {l todl18 los
pueblos; mlÍs los republicanos fuertes en San .José y Ala-
juela, se organizaron y dispusieron resueltalllente á resta-
blecer el orden y á sostener l~ RepÚblica, ('omo en estos
pueblos había sido proclamada,
Las tropas de San José á las órdellcs del ComaIl-
dante don Gregorio José Hamírez, á quien acompañaba
como jefc de artillería don Antonio Pinto, emprendie-
ron la marcha sobre Cartago en la noche del cuatro de
abril y al amanecer dfll cinco, en el alto de Oehomogo
t'llcontraron Ú sus contrarios ..
"Es problemático cu:íl de los dos partidos rompió el
fl\Pg'o, y desde las cinco de la lWli1ana un tiroteo contínuo
entre negras y espesas nuhes de humo, hada apenas yis-

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lumbral' las víctirr.as destinadas á la espad¿. Cariago
. que sólo trataba de la unión, no tenía.trincheras ni apara-
tos de guerra, y sólo salió al encuentro como insultada y
compelida del terror; y á .pesar de todo, peleó tan diestra-
mente que la victoria estuvo por suya, y perdiendo sola-
mente cuatro, escarmentó á la contraria con multitud de
heridos, pri¡;¡ioneros, muertos y fug'os." (*)
A influencia del Padre Quintana, de quien tradicio-
nalmente se refiere que en 10 más renido de la pelea se
presentó en medio del campo, con un Crucifijo en la mano,
pidiendo la sU8pensión de hostilidades en nombre del
cristianismo; y á invitación de otras personas de la anti-
gua ciudad, se trató de la paz, y al efecto do~ comisiona-
dos por cada parte reunidos en el centro del lugar del
combate, firmaron la capitulación y así terminó aquella
lucha en que más de veinte vidas habían sido sacrificadas
en aras de la patria, aunque por un mal entendido patrio-
tismo.
"Ramírez que protestó la paz y armonía, fingió la
necesidad de entrar á la plaza de Cartago con sus tropas,
á entonar al Dios de los Ejércitos el himno de paz éntre
pueblos hermanos, y proceder á la instalación de un
Gobierno espectativo con autoridades. imparciales, como
se había capitulado, á lo que accedió Cartago entregando
las armas al mando de aquel Comandante, creyendo res~
tablecido el orden. Apenas Ramíre7. se hubo apoderado
del cuartel. cuando toma el carácter de vencedor, aterra,
arredra y á todos asusta. Huyen los crédulos ciudadanos
observan~o aquel fraude, pero Ramírez llevando adelante
sus miras, publica un bando en que garantiza vidas, per-
s\>DasY bienes de todos los yecinos de Cartago en general,
oficia al Ayuntamiento y al Alcalde 1~ haciendo las mis-
lIlas promesas, y amt:na~andoque si no lo verifican se
tendrán por sospechosos y se les confiscarán sus bienes; se
aparecen vacilantes y apenas llegan á la ",'ista de aquel
déspota, cuanJo los va deteniendo de uno en uno, hasta
hacer una presa con qu~ divertir su aparente triunfo, lle-

,") Exposicit¡n de la :Mullicil'alidad de Cal'tago de 1, de muyo de l~~N.

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vándoselos consigo á San José y también todas·las <trlllllS
de Cartago, dejándola oprimida de un piquete de soldadol::l
que siguiesen haciendo presol'\ conforme á su antojo y su
capricho." (*)
Fué enton(~e8 ~uando la capital se trasladó á Sm1
José; medida justificable entre otras razones, porque cspe-
cialmcnte en aquel tiempo de difíciles comunicaciones,
debía buscarse la comodidad para la mayor parte de 1015
habitantes de todo el país.
Así terminó la primera gnerra civil de Costa Rica.

Don Rafael Francisco Osejo.


En un documento d~ la Municipalidad de Cartago, suscri-
to por los señores don Nicolás Carazo, Vice-Presidente, don
.Anselmo Sáenz, don Isidro Oreamunll, don Francisco Peralta,
don :\-lanuelMaría de Peralta, don José l\Iaría Meneses y don
José Maria García. Secretario, (;on fecha 17 de mayo de 1824,
se hacen graves cargos al señor don Rafael Francisco Osej,),
asegurándose que durante los conflictos de marzo de 1823, man-
tenía comunicación B,""cretacon Saravia, y que habiéndose fin-
gido Comandante General de Costa Rica, ofreció la Provinciá
al Gobierno de Colombia, sobre lo cual tuvo c(mtestación del de
Panamá; que en la Asamblea de aquel mes intrigó para obte-
ner la Comandancia, y no habiéndolo conseguido, logró al fin
ser m~embro del Gob~ern.o.Su¡wrior, de cuya confianza abusó.
},n honor de la JustICIa debe hacerse constar que el spñor
Osejo era un republicano sincero, según se ve de todos 'Sus ac·
tos. Su mayor deseo era fundar la República. y como para
sostener propaganda en aquel selltido debía luchar contra in-
fluencias poderosas, esto dió motivo para que so le hiciese cargo
de la división de las opiniones.
- Se empeñó en demostrar que Costa Rica podía formar una
entidad política separadamentfl, y á las amenazas de Saravia
quería responder escudando la debilidad del país con bU anexión
á la republicana Colombia.
Sus ideales eran grandes y nobles, y si al calor de las pa-
siones apareció culpado, sus actos más tarde encontraron com-
pleta justifi.caÚón.
En documento de 2 de agosto de 1823, suscrito por los se-

(') Exposiciúll de la Municipalidad dc Cartago, ya citada.

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El Primer Congreso 6 Asamblea


.Consti tuyeIi te.
La blltalIa de Oehomogo fué una. desgracia innecesa-
ria. Habría bastado m.antenerse en espectativa, como has-
ta entonces se había hecho, para evitar las consecuencias
de la g-nerra y 110 regar la sangre entre hermanoil costa-
rricenses; pero la actitud de Cartago y Heredia hizo indis-
pensable una resolución supJ'ema y las armas decidieron
en el asunto.
FUel"01l tallto Iwí" de lalllfolltarse aCJnellos aeontt-ei-
lllientu:;, cuanto qne el Imptl'io .Mexicano porqne ~e 111-
eh;.¡ba. ya eU aq ne\los momen tos casi no (~xistía. E I ~ dI'
dicierllhrt: de lH22 el General Santa Ana hahla pmelama-

ñores don Manuel García Escalante, Vice-Presidente y don Ma-


teo Montero. Secretario, 0onst.:'l.que el Congreso declarÓ estar
plenR.mente satisfacho del verdadero y ascendrado patriotismo
<lelseñor don Rafael Francisco Osejo, á quien se debe tener, di-
ce, por Benemérito de la patria, y se ad'lCe para. esto, entré otras
razones, "su asistencia á. la bat.:'\I1adel 5 de abri!."
El señor Osejo era nicaragiJense. Vino á Costa Rica co·
mo Profesor ó Catedrático de va.ri¡ts asignaturas, y á SUg luceg
debieron muchos costarricenses lo!; c:mocimientos que adquirie-
ron y que les guiaron para ser después hombr~s importantes en
el paí¡;:..
Se'ha visto su nombre figurar en las Juntas y Asn.mbleas.
r por último, como Prosidente dp.I Triunvirato de marzu de
1823.
A sus esfuerzos se fundó la Tertulia. Patriótica con objeto
de preparar al pueblo en el ejercicio de sus derechos, y pre8tó
otros muchos servicios importantes.
Organizado el Gobierno de esta Sección, el señor Osejo
prosiguió sus tareas en el Magisterio y escribió la primera
"Geografía de Costa Rica" de que se tiene conocimiento desde
1821.
Más tarde se retiró dll este país, y con noticia de que se
encontraba aislado y pobro en un lugar de Honduras, se tomÚ
empeño en hacerle regresar, allá por los años de 1843; pero ta}.-1S
esfuerzos no tuvieron resultado y el señor Osejo concluyó sus
días en aquella Repúb1it:;a,

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do el sistema republicano en Vera Cruz y Guadalupe
Victoria en México. La revoluci6n t()m6 cuerpo y en vis-
ta de sus progresos, Fi1ísola que aun no había sometido
á todos los pueblos del heróicú Salvador, al recibir las
primeras excitaciones de los Generales Echavarri y Bra-
vO para que se adhiriese al plan de Casa Mata, regres6
precipitadamente á Guatemala, en donde public,s un ma-
nifiesto procurando contener los pronunciamientos que
pudieran h~cerse contra Iturbide.
El General Filísola consideraba todavía como dudo-
sa la caída del Imperio, y no acept6 las peticiones que se
le hicieron para que convocase un Congreso, antes al con-
trario, impidi6 la reuni6n de la Diputaci6n Provincial que
don José Francisco Barrundia promovía con calor para
que deliberase sobre un pliego que le habían dirigido los
Generales libertadores de México. Mas entre tanto que
Filísola vacilaba sin saber que partido elegir, los Sllcesos
del ejército liberal se agolpaban como de concierto, para
restablecer en sus derechos á los pU(jblos oprimidos; en-
tonc~s ya no se ocup6 más que de acordar una medida
que lo dejase bien puesto en la grande crisis que había
mudado el aspecto político de la Naci6n.
El 29 de marzo por la noche conyoc6 extraordina-
riamente á la Diputar.i6n Provincil'll: (*) puso en su cono-
-cimiento las comunicaciones oficiales que participaban la
reinstalaci6n déll Congreso general y el acta de Puebla de
9 del mismo m~s, y tomando en seguida la palabt'a dijo:
estoy viendo con toda claridad la hcwrorosa anarquía en que
se halla México, y para salvar de ella á Guatemala, no en-
.cuentro otro arbitrio que el que se contiene en el decreto que
tengo el honor de presentar. Este decreto era el Je ('.011 vo-
eatoria para la reuni6n de un Congreso en Guatema)a,
conforme al plan de 15 DE S}<~TIEMBRE DE 1821. Filísola
por no dividir la gloria de haberlo emitido, tuvo á menos
consultar con las autoridades de Guatemala, que tenían
~l mayor interés en tan gra"e acontecimiento, y ~61oCOIl-

(*) En 108 mismos mo:nentos que en Co.rtagose tome.han las ar-


mas en fa.vor del Imperio.
33

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tó con los votos de su tropa que no se diel'on con unani-
midad ni sin repugnancia.
Poco tiempo después el Congreso restaurado de Mé-
xico puso el sello á la independencia de las provincias de
Guatemala, declarando que eran libres para pronunciarse-
en el sentido que más les conviniera. Esta declaratoria lle-
vaba imbíbita la de nulidad de la unión, que nunca fué
aceptada por la soberanía nacional, y que se había hecho
sobre la base de los tratados de Córdoba que el mismo-
Congreso declaró nulos, como realmente lo eran.
Entre los grandes resultados que tuvo el Decreto de-
29 de marzo, uno de los más notables fué la cesación de
hostilidades entre León y Granada.. Esta. guerra tuvo s~
origen en la separación del partido dl') Granada del resto·
de la Provincia de Nicaragua á que pertenecía. La riva-
lidad se aumentó considerablemente cuando el Jefe Supe-
rior Saravia. publicó el Decreto sobre di visión del reino>
en tres C{lmandancias generales, que ~l mismo había so-
licitado con calor y trataba de llevar á cabo por la fuerza.
Saravia después de su ataque á Granada con más de
milleolleses, efectuado con mal éxito el 13 de febrero de
1823, se hallaba en Ma.saya preparándose para un segun-
do ataque, cuando se le comunicó el decreto de convoca-
toria expedido por' Filisola el 29 de marzo. En conse-
cuencia sus fuerzas quedaron disnelt~s, él fué llamado de
Guatemala, y Granada libre de SU8 agresion~s ereó una
Junta Gubernativa,
En esta Provincia se trabajaba activamente para la or-
ganización de un gobierno regular, procurando al mism()
tiempo conciliar todas las dificultades pendientes y el fo-
mento de una paz y unión firmes y duraderas. A este-
efecto se convocó una asamblea general para que 108 Re-
presentantes de todos los pueblos acordasen lo más conve-
niente á la Provincia.
Mediante la intervención del Comandante General don
Gregorio José Ramirez, se obtuvo el 14 de abril la adhe-
sión de Heredia al orden existente; novedad que fu~ comu-
nicada el 19 á la Junta Gubernativa residente en la nueva
capital, y entonces presidida por su Vice-Presidente dotll

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Santiago Bonilla. El Jefe Político Superior don ~osé Ma-
•.ía de Peralta, residente en Cartago, mandó publicar por
bandos el acta correspondiente. quedando la Provincia en
.completa tranquilidad.
La Asamblea General decretó el nuevo Estatuto Políti-
co, consignando en su artículo 1? que la provincia de Cos-
ta Rica era lihre é independiente y se hallaba en posesión
exclusiva de su soberanía: en el artículo 2? que sería de-
pendiente ó confederada únicamente de la Potencia Ameri-
cana á la cual le conviniera adherirse; redujo á cinco el nú-
mero de vocales de la Junta Superior Gubernativa en vez
de los siete de que en su principio constaba; y en su artícu-
lo 16 dispuso que el Gobierno Supremo de la Provincia
y autorirlades políticas, militar y de hacienda, residieran
.en la ciudad de San José, como capital de ella, según lo
hahía declarado la Asamblea en sesión 7::, al artículo 1? de
2 de mayo del mismo año de 1823.
En lo general esta leyera la misma primitiva. emitida
.con el nombre de "Pacto Social Fundamental interior de
Costa Rica."
La J unta Superior Gubernativa bajo la nueva ley, se
inlitaló ellO de mayo y eligi6 Presidente al Presbítero don
Manuel Alvarado, Vice Presidente á don Eusehio Rodrí-
.guez y Secretario á don José Angel Vidal; eran Vocales
.don Santiago BonilIa y don José Tomás Gómez, este últi-
mo como suplente de don Alejo Aguilar.
Inmediatamente después de su instalación, la Junta
.dispuso el 12 de mayo que un enviado de esta Provincia
pasase á Nicaragua á. tratar con los Gobiernos cle León y
de Granada, pues cada una cle aquellas secciones lo tenía
por separado, sobre ia manera de pactar la absoluta inde-
pendencia, así como las medidas que dehían tomarse para
asegurar la libertad hasta que se ratificase el Pacto cle
Unión de Centro América, y al efecto nombró para el de-
sempeño de esa importante comisión á. don Mariano Mon-
tealegre, (luicn en seguida se puso en marcha y cumplió
satisfactoriamente el eucargo.
B~I ~ de junio se juró en San José el Estatuto Político
sa.nci,}.1Ih flur la. Asamblea General de esta Provincia, cu

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-26D-

yo juramento se había hecho ya en las otras poblaciones:


principales. La bendición de Banderas se verificó en la
Merced de esta capital, templo que á la sazón hacía de
Iglesia Parroquial.
La Junta Superior Gubernativa, animada de un pa-
triotismo digno del mayor encomio, no omitía esfuerzo para.
la buena marcha y mejor organización del país. Sus dispo-·
siciones se extiendieron á todos los ramos de la administra--
ción pública, notándose en muchas de ellas la sabiduría, la
reflección y suma prudencia de los primeros gobernantes.
de esta sección.
Uno de sus acuerdos mas recomendables es el de 11
de junio de 1823 que dispone el establecimiento de un
Juzgado de Letras de que había grande necesidad. Este·
J u7.gado se estableció conforme :í lo dispuesto en el capítu-
lo 2? de la Ley de 9 de octubre de 1812, sobre arreglo d~
Tribunales y Juzgadús; y para su desempeño se nombró al.
Licenciado don Nicolás Espinoza.
Otro de los actos que recomiendan el tino y discreción,
de la Junta, es el que se relaciona con el proceso segui-
do contra los autores de la conspiración de Oartago: á quie-
nes se juzgaba en la Oomandancia General.
Por este tiempo se encontraba en el servicio militar-
como 2? Comandante don Cayetano de la Cerda que había
venido de San Salvador, según parece, á revolucionar con-
tra el Imperio, J' á quien se había hecho preso en Cartago
en los días del conflicto entre imperialistas y republicanog.
De la Cerda en ocasión que se hallaba gravemente enfer-
mo en Alajueia el Oomandante General don Gregorio Jo-
sé Ramírez, negó su obediencia á la Junta Superior Gu-
bernativa y cometió entre otras faltas graves, la de intimar
orden de destierro violento á don José Rafael Gallegos, sin
causa comprobada, por cuyo motivo este respetable y pací-
fico ciudadano ocurrió en queja á la Junta ~uperior Guber-
nativa, quedando sin efecto la orden de destierro.
La Asamblea General de esta provincia se instaló nue-
vamente el 14 de julio, y entre otras de sus disposiciones.:
importantes, aparece la de haber comisionado á los señores
Presbítero Doctor don Juan de lús Santos Madriz, don Vi;-

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cente·Castro, Licenciado don Nicolás Espinoza, Pre8bítero


don José María Esquivel y Bachiller don Rafael Francisco
Osejo, para que por su medio se arreglasen las dificultades
ocasionadas por la Comandancia y se hiciesen obedecer por
ella, las órdene8 de la .J unta.
}~n documentos que han circulado impresos, se asegu-
ra que de la Cerda, á mano armada, exigía una fuerte can-
tidad de pesos y que en esas circunstancias el sefior don
Antonio Pinto, al mando de unos cuantos ciudadanos, dió
eficaz apoyo al Gobierno, intimidó con su reconocido valor
y pericia á de la Cerda, se apoderó de 108 cañones y se hi-
zo fuerte en el cuartel.
Allanadas esas dificultades se nombró á los señores
don Nicolás Espinoza, don Cayetano de la Cerda, don
Francisco Madriz, don Gordiano Paniagua y don Joaquín
Mora, para la secuela y conclusión de la causa contra los
conspiradores del 29 de marzO'y poco tiempo después que-
dó terminada, usándose de lenidad para con todos ellotól.
Atendidas las necesidades más apremiantes y emitidas
todas las disposiciones conducentes á la paz y buena admi-
nistración interior, la Asamblea General declaró con fecha
27 de julio, que Costa Rica enviaría sus Diputados al Con-
greso reunido en Guatemala el 24 de junio anterior, en vir-
tud de la convocatoria expedida por Filísola el 29 de mar-
zo. La Asamblea fijó las condiciones ó bases segÚn las
cuales esta Provincia entraría en la Unión, y hacía con star
que si aquel Congreso no las admitía, no se consideraría
Costa Rica como parte integrante del Estado qne formaran
las otras secciones del antiguo Reino de Guatemala. Entre
e8RScondiciones expresó terminantemente que no concurri-
rían sus Representantes á dicho Congreso, mientras perma-
neciesen en Guatemala las tropas mexicanas que comanda-
ba Filisola, lo cual también se manifestó de parte de Hon-
duras y Nicaragua.
El Congreso Nacional compuesto de los cuarenta y un
Representantrs que se hallaban en la antigua "Metrópoli,
cuyo número formaba. la mayoría absoluta de que debía
componerse la Represent.·wión Nacional, abrió sU!'! sesiones
el 29 del mismo junio y poco rle:,plh~8 tomó la denomina-

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ción de Asamblea Nacional Constituyente. Comenzó sus
trabajos por el examen del acta de agregación á México, y
.después de establecer los principios inconcusos de la inde-
pendencia absoluta y de manifestar todas las nulidades de
aquella agregación, declaró en su famoso decreto de 1~ dp-
lulio de 1823: Que las Provincias de que se componía el
,f'eino de Guatemala eran libres é independientes de la antigua
España, de México y de cualquiera otra potencia, así del
.antigMocomo del nuevo mundo; y ,que no eran ni debían ser
,el p(,ctrimoniode persona ni familia alguna. En el mismo
decreto se mandó tamhién que las expresadas Provincias se
denominasen en lo sucesivo PROVINCIASUNIDASDEL CEN-
TRO DE AMÉRICA.(*) Para evitar las dudas que sobre la
validez de ese decreto suscit,aron lo~ que tod&vÍaabrigaban
esper.anza de conservar á Guatemala uncida al yugo mexi-
cano, los Represent&ntes liberales, estando representadas
todas las provincias y con vista de la declaración de la
Asamblea de Cnsta Rica, del 27 de julio anterior, hicieron
mtificar dicho decreto en H de octubre del mismo año,
El 2 de julio la Asamblea Nacional Constituyente de-
-cretó la división de los poderes públicos, asumiendo la mis-
ma Asamblea, el Poacr Legislativo, delegando el Judicial
-en los tribunales establecidos, y debiendo ejercer el Ejecu-
tivo tres individuos conforme al reglamento que se expidió
en 8 del mismo mes. Al cuerpo Legislativo cocrespondía
la elección de aquellos individuos, con la facultad de remo-
verlos á su voluntad y debiendo en todo caso, expirar sus
funciones cuando se sancionara la ley fundamental.
Aquel mismo día se mandó reconocer la deuda públi-
·ca y se declaró que la religión del Estado era la Católica,
Apostólica, Romana con exclusión de cualquiera otra.
La primera elección para individuos del Poder Ejecu-
tivo, después de acaloradas discusiones, recayó en los seño-
res don Manuel José Arce, don Pedro Molina y don J uao
Vicente VilJacorta. Por ausencia del primero, y por re-

(").-No fue comprendida eutre los nuevos Estados la. provincia de


Chiap1l8; pero en diciembre de 1823 se declaró que lo sería cuando Iibrem"'nte qui-
;i!iera unirse Í\ la Nl\ción Centro Americana.
La unión de Chiapas á México se declaró enel mes de setiembre de 1821.

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nuncia admitida á su sustituto electo, el Canónigo Doctor


don Antonio Larrazábal, se eligió al senor don Antonio Ri-
vera Cabezal;.
Como esas personas eran todas del partido liberal,
disgustaron sobre manera á los del partido contrario, que
había trabajado con afán para incluir entre ellos á Filísola
que les era muy adicto y era fuertc por el apoyo de sus tro-
pas; pero un acuerdo de la Asamblea, promovido oportuna-
mente, había excluido al General mexicano, pues en él se
dispuso que para ser individuo del Ejecutivo era indispensa-
ble ser nacido y tener siete años de residencia en el terri-
torio de la República.
Para manifestar á Filísola la gratitud que se le debía.
por la convocatoria de 29 de marzo, se le nombró .Jefe Po-
lítico de la capital; pero como generalmente se deseaba Y'
aun se exigía la salida de las tropas mexicanas, y había sido-
esta una condición expresa de Honduras, Nicaragua y Cos-
ta Rica, para llevar adelante el pacto de unión, Re trabajó
hasta lograr que aquel Jefe con sus tropalS saliera de Gua-
temala, el 3 de agosto de 1823.
No bien había evacuado el territorio centro americano,
la soldadezcn que tantos disgustos y alarmas había causado-
en la capital, cuando un nuevo motivo de intranquilidad y
de desgracias vino á causar el trastorno en la misma capi-
tal y otra:!!de las poblaciones de la República. El capitán
de granaderos del Fijo don Rafael Ariza, apoyado en la
fuerza de su mando, se sublevó el 14 rle setiembre. Entre
otros de 10H resultados que aquella asonada produjo: debe
citarse la renuncia del personal del Ejecutivo; el nombra-
miento hecho en los señores don José Santiago Milla, doo.
Juan Vicente Villacorta y don Tomás Antonio O-Harán (*)
para reponerlos; y el envío de tropas del Sal vador á Gua-
temala, las que, mal recibidas, mantuvieron en inquietud
aquella población, hasta el 3 de noviembre que fueron.
retiradas.

[' J-En favor del señor O-Horán, Sol derogó la ley de 8 de julio, y' para que'
quedara c(,mprendido en el número de 108que podian formar parte del Gobierno.
se dispu80 habilitar aun á 108110 nacidvs ('11 la Repú blica, siempre que hubic8en.
prestado servicios á la causa nacional.

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Pasados esos acontecimientos y apaciguados los áni-


mos en Nicaragua donde la guerra civil bahía cubierto de
escombros sus principales ciudades, la Nación entera I}ue-
dó gozando de una paz completa y á su sombra la Asam-
blea Nacional constituyent.e pudo continuar sus importan-
tes trabajos ..
E117 de diciembre fueron publicadas las bases de la
constitución en las cuales se adopta la forma de gobierno
popular, representativo, federal; y en cada uno de los cinco
Estados se establecía en lo particular la misma división de
poderes y se les daban las mismas atribuciones en su admi-
nistración interior que al Gobierno general respecto de to-
oa la República.
La Asamblea prosiguió trabajando con celo infatigable
por establecer una legislación conforme con el espíritu del
siglo, y porque la Nación, hasta entDnces sin relaciones en
el mundo culto, abriera sus puertos al comercio extranjero,
concediese franquicias y diese protección á los negociantes
de todo el mundo que viniesen al país, estimulando así la
inmigración por medio de liberales concesiones. Todo
esto hizo y declaró, además, el territorio de la República
como .Asilo Sagrado para los extranjeros, á quienes se con-
vidaba con todas las prerrogativas de la ('iudadanía, y se
ofrecía extensos y fértiles terrenos á los que quisieran radi-
carse en el país ó ejereer en él alguna profesión útil.
También declaró la Asamblea á. todo hombre libre en la
República, no pudiendo ser esclavo el que Ilegare á tocar
en su territorio, quedando así abolida en Centro América
l~ esclavitud personal, establecida por España en sus colo-
mas.
El decreto que contiene aqliella sabia y humanitaria
resolución se dió á iniciativa del Presbítero Doctor don
Simeón Cañas, apoyada por los sf'!ñores don José Francisco
Barrundia y Doctor don Maria:1o Gálvez, quienes antes ha-
bían iniciado la idea de dar libertad á los esclavos. Aquel
anciano y venerable sacerdote, en el final de su discurso {t
la Asamblea el 31 de diciembre de 1823, dijo las siguien-
tes memorables palabra!';: "para que no se piense que in-
tento agraviar á ningÚn poseedor, (hablaba de los dueños

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de esclavos), desde luego, aunque me hallo pobre y an-
drajOlO, porq.ue no me pagan en las cajas ni mis créditos
ni 188dietas, cedo con gusto cuanto por uno y otro motivo
me Je~en estas cajas matrices, para dar principio al fondo
de indemnización."
Para honra de Centro América, la abolición de la es-
clavitud se hizo efectiva inmediatamente. Las personas
que formaban el Supremo Poder Ejecutivo, fueron las pri-
meras en dar libertad á sus esclavos, sin indemnización
alguna,' y su noble bjemp]o fué seguido expontáneamente
por todos los habit.antes de la Nación, sin que nadie hiciese
reclamo por razón .le su valor.
Según parece el número de esclavos no llegaba á
200 (*); pero es un hecho evidente, aunque aquel núme-
ro se considere pequefio, que corresponde á Centro A-
mérica la gloria inmarcesible de haber sido la primera
Nación del Continente, y acaso de] mundo, que sin reser-
va de ninguna especie y en un solo oía, aboliera la escla-
vitud en su territorio, corno lo hizu el 17 de ahril de 1824.
Diferentes causas habían influido en ]a ruina de] te-
soru púhlico desde 1821 y continuaron deteriorándolo
hasta reducirlu á un estado deplorable. Durante la do-
minación imperial se babí;m agotado varias rentas y con-
sumido totalmente los fondos de la casa de moneda que con
sistían en $ 400,000, Y ]a Asamblea hahía extinguido los
estancm~ de nieve y de naipes, suprimido las medias an-
natas seculares, el ramo de bulas, los derechos de quinto
sobre el oro y la plata, y excepcionado de la alcabala in-
terior e] hierro nacional. En aquel1a situación fué pre-
ciso arbitrar recursos y se octÍrrió al ruinuso medio de
contratar un empréstito en el extranjero, como en efecto
fué dispuesto por decret<. de 28 de enero y 29 de julio
de 1824, contrayendo la nación una deuda por '$ 7,142,857.
Desdp, e.l mes de marzo de aquel año, habían entra-

(*) El 8eñor MoliDa dice eo el "B08quejo de COlltaRlca", que elnúme-


ro de e8elavoBDO pasaría de 1000, de 108 eualeB en eBte paíB babría 50; pero re-
firléndoBe el 8eñor Gómez Carrillo, en 8U "E8tudio H18tórieo de la América
Central", 3 IIn documento ellCrito por el Doctor doo Mariano Méndez en 1021, 118
ha adoptado'la opinión de elite e8critor.
34

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do á gobernar la Uepública como individuos propietario~
del Podl.r Ejecutivo los señores ,don José del Valle y
don Manuel José Arce; y decretado por la Asamblea que
los cinco Estados tuvieran sus Legislaturas y procedie-
sen á la elección de sus autoridades con arreglo á las ba-
ses constitucionales, y tabla::; de la materia, en todos ellos
se procedió á dar cumplimiento á aquella disposición,.
tanto más oportuna, cuanto que antes de ser emitida, ya.
en el Salvador se había procedido á la elección de un
Congreso Constituyente. Solamente Nicaragua, á causa.
de la guerra intestina que había estallado desde enero del
mismo año, no pudo constituirse sino hasta en abril del
siguiente. La anarquía más espantosa había convertid()
en aquel Estado la guerra de partidos en guerra de pue-
blos contra puehlos, de familias contra familias, de indi-
viduos contra individuos; represalias crueles, matanzas"
incendios y saqueos presentaban todos los días el triste
espectáculo de la desolación. Pasaron de 900 las casas
quemadas, barrios enteros quedaron reducidos á cenizas,
pereciendo entre ellos multitud de víctimas inocentes; no
se respetaron los templos, ni sexo, ni edad y se vió algu-
nas veces á los ancianos y damas vagar por los caminos
públicos sin asilo ni pan.
En Costa Rica la elección practicada en setiembre
del año anterior, 1823, para Diputados al Congreso Na-
cional, recayó en los señores Presbítero don José Antonio
Alvarado, Presbítero don Luciano Mfaro, Presbítero Doc-
tor don Junn de 1m: Santos Madriz y don Pablo Alvarado~
y para suplente en don Francisco Alfaro; y confonne á
las bases constitutivas de 17 de diciembre, se convocó á
elección de Diputados para el Congreso Constituyente,
por decreto de 5 de mayo de 1824, verificándose la ins-
talación de aquel alto cuerpo el 6 de setiembre del mismo-
año. Fué su primer Presidente el Licenciado don Agus-
tín Gutiérrez LizaurzábaJ.
El Congreso procedió al nombramiento de Jefe del
Estado y la elección recayó en el señor don JuaIl Mora
para Jefe Supremo, y en el señor don Mariano Montea-,
legre para segundo, ó Vice-Jefe, quienes juramentados

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inmediatamente, tomaron posesión de su altos puestos el
mismo día de su elección, 8 de setiembre de 1824.
Con tal motivo la Junta Superior Gubernativa ter-
minó en sus funciones después de autorizar los primeros
.actos del Congre80 Constituyente. La última sesi6n de
-esta Juntase efectuó e15 de setiembre, y como desde el
4 de diciembre anterior había asumido el mando militar
por muerte del Comandante General don Gregorio José
Ramírez, di6 sus 6rdenes para que el Teniente Coronel
.don Antonio Pinto preparase una guardia que con salvas
.de artillería y fusilerfa hiciese los honores á la Asamblea
Legislativa. como representante de la soberanía del Es-
tado.
Entrp. tanto en Guatemala la Asam bIea Nacional
Constituyente decret6 la Constitución política de la Re-
pública Je Centro América, con fecha 22 de noviembre
de 1824, que jurada en 15 de abril siguiente y sancionada
-en 1~ de setiembre de 1~25, por el primer Congreso Fe-
deral, rigió como Ley fundamental de la República has-
ta el mes de marzo de 1840.
El 22 de enero de 1825 fué decretada la primera
Constitución política en este Estado y hajo su régimen
se procedi6 á la elección de Jefe Supremo, que recay6
nuevamente en el señor don Juan Mora, habiendo sido
favorecido el señor don José Rafael Gallegos con los v~
tos 'para Vice-J efe.
La elección de miembros del Supremo Poder Judi-
cial fué hecha dp.I modo siguiente.
Presidente don Manuel Barberena.
Fiscal, " FiladeUo llenaherte.
Primer Ministro, " Nicol{l' Carazo.
Segundo " "Francisco Madriz.
Tercer " ." Cruz Alvarado.
Primer Suplente, " Agustín Gutiérrez L.
Segundo" "Camilo Mora.
Para el Supremo Poder Conservador. quedaron elec-
tos:
1? Presbítero don Luciano Alfaro.
2? Doctor " José María Guerrero.

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3? don Basilio Carrillo.


4? " Eusebio Rodríguez.
Suplentes: el Presbítero don Nicolás Carrillo y don
Félix Oreamuno.
Hecha la calificaci6nde los sufragios para Diputa-
dos á la Asamblea ordinaria, resultaron electos:
Por San José, don Manuel Aguilar, don Pedro Zele-
dÓD,~resbítero don Manuel Alvarado y don Félix Boni-
lIa, suplente.
Por Cartago, don Atana8io Gutiérrez, don Manuel
María Peralta y don Joaquín Iglesias, suplente.
Por Heredia, don Manuel Palma, don Antonio Re-
yes y don Gordiano Paniagua, suplente.
Por AJajuela, Presbítero don Félix Romero, Pres-
bítero don José María Arias y don José María Alfaro,
suplente.
Por Ujarrás, don Esteban Morales.
Por Escasú, don José Antonio Aguilar.
El 14 de abril de 1825 se instaló esta Asamblea, la
primera Asamblea ordinaria del Estado; y el 9 del mes
de mayo siguiente el Poder Conservador.

~-:o:---

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
APÉNDICE.
-o---
fI/a en prensa- esw lwro/ pareeió (J{m//Je-nien=

te ampliar la reUwión de- los aeontuimúntos

priMi¡Jales hasta el año de 1825 en ~ aeins=


taló el ¡nim-er e?obúYrno~(Jn¡stitU(}ÍCtIval
de este-

fffsúuloJ' Y ti ¡in tU dar una idea, fVWl'b~ Zige=

'ra-de' su movimwnto político de8de a~lla fi=


eh,a-Jse¡;u-bZiea-nlas 8Íguwnws notas JWpd:ftMS

lit:- los Pre8Úienú.¡¡de '1Josúvllioa-/ y rasgos de al=


.
!/unos de 8US 1wmJrespúJlieos notables y eiuda=

danoa distinguidos.

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-270-

Han ejercido el Poder


DESDE EL

Ascendió. Como Presidentes.

8 Stbre. 1824 J'uan Mora. __ ...•.... _. __ •..... _.•.•••..


Mayo 1828
9 Marzo 1833 J osé Rafael de Gallegos.
27 Junio 1834
4 Marzo 1835
20 Marzo 1835
5 Mayo 1835 Lic. Braulio Carrillo .
1 Marzo 1837
17 Abril 1837 Lic. Manuel Aguila.r __ _ _ ..
13 Dbre. 1837
27 Mayo 1838 Lic. Braulio Carrillo .
8 Abril 1842
12 Abril 1842 Gral. Francisco Morazá.n. _. _. __ _" _
'27 Stbrt'. 1842 José María Alfaro .
5 Marzo 1844
29 Nbre. 1844 Francisco María Oreamuno .
17 Dbre 1844
1 Mayo 1845
7 Junio 1846 José María Alfa.ro .
1 Stbre. 1846
8 Mayo 1847 Dr. José María. Castro. __ _ __ .
.20 Marzo 1848
16 Nbre. 1849
23 Nbre. 1849 Juan Rafael Mora .
8 Marzo 1856
Abril 1858
14 Agto. 1859 Dr. José María Monooalegre .
8 Mayo 1863 Licdo. Jesús Jiménez " .
8 May" 1866 Dr. Jos6 María Castro .•••.•••.•..... __•••
1 Nbre.· 1868 Lic. Jesús Jiménez __
27 Abril 1870 Lic. Bruno Carranza ............•.........
8 Agto. 1870 Gral. Tomás Guardia .
20 Junio 1872
20 Nbre. 1873
2 Dbre. 1873
28 Mayo 1875
8 Mayo 1876 Lic. Aniceto Esquive!. .•.................
30 JulIo 1876 Dr. Vicente Herrera .
17 Stbre. 1877 Gral. Tomás Guardia .• _" __•. _.•....... _
10 .Junio 1881
17 Junio 1882
20 Julio 1882 Gr.al. Próspero Fernández .
12 Marzo 1885 Lic. Bernardo Soto " _.
6 Nbre. 1886

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-271-

Ejecutivo en Costa Rica·


AR() DE 1824.

Como Vice-Presidentes ó encargados. Gobernó hasta.

9 Marzo 1833
José Rafael de Gallegos .. _....•........ __ Junio 1828
4 Marzo. 1835
Agustín Gutié1'1'ez Lizaurzábal ............ 16 Agto. 1834
Juan José Lara ....•.•.•............... 20 Marzo 1835
Manuel Fernández ........................ 5 Mayo 1835
1 Marzo 1837
Joaquín Mora ........................... 17 Abril 1837
Juan Mora. (Alternativamente) .......... ~
27 ],fayo 1838
8 Abril 1842
Manuel Antonio Bonilla .................. 12 Abril 1842
11 Stbre. 1842
Francisco María Oreamuno. (Alternativ.) ~ 29 Nbre. 1844
18 Dbre. 1844
Rafael Moya ............................ 1 Mayo 1845
José Rafael de Gallegos ............. -- ... 30 Junio 1846
Dr. José María Castro.(Alternativamente) ~
8 :Mayo 1847
16 Nbre. 1849
Juan Rafael Mora. __...... __............. 5 Abril 1848
Miguel Mora ...... __. __.. __............. 23 Nbre. 1849
14 Aglo. 1859
Francisco María Oreamuno. 23 Mayo 1856
.
o •••••••• • ••••

Rafael G. Escalante ........... __.. -- .. __. Junio 1858


8 Mayo 1863
8 Mayo 1866
1 Nbre. 1868
27 Abril· 1870
8 A~o.' 1870
8 Mayo 1876
Lic. José Antonio Pinto ..... __...... __... 25 Enero ' 1873
Salva.dor González ....................... 1 Dbre: 1873
Rafael Ba.rroeta ........................ 28 Fbro. 1874
Joaquín Lizano ..... _. __............. _.... 4 Nbre. 1875
30 Julio ;' 1876
17 Stbre. 1877
17 Junio 1882
Salvador Lara ........................... 23 Enero 188Z
Saturnino Lizano ........... " ........... 20 Julio 188Z
12 Marzo 1885
A. de Je¡,¡ús Soto ..... __................. 4 Dbre. 1886

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-272-
Don Juan Mora.
El Benemérito ciudadano don Juan Mora y }'ernán-
.dez nació en San José el 12 de julio de 1784.
Empezó su carrera pública muy joven, y fué su pri-
mer destino el de subteniente del primer batallón de cábll-
Hería organizado en esta ciudad en los primeros años de es-
te siglo, por el señor de Ayala. penúltimo Gobernador es-
pañol. Ocupó después el destino de Secretario y Vocal
.del primer Ayuntamiep.to que se formó en San José en los
{lltimos años de la dominación española, bajo cuyo régimen
fué también maestro de escuela y Alcalde en el pueblo de
su nacimiento. -
En diciembre de 1821, formó parte de la Comisión
.encargada de redactar el proyecto de ley constitutiva que,
.con el nombre de Pacto social fundamental interino de Cos-
ta Rica, rigió casi sin interrupción y sólo con algunas mo-
.dificaciones heehas en abril de 1823, hasta la organización
del país en 1824.
Figuró como Vocal Secretario de la Junta Gubernati-
va en los años de 1822 y 1823, Y como Delegado popular
<> Diputado á la Asamblea General convocada con motivo
de los acontecimientos de febrero del último de aquellos dos
.afios.
En ese mismo año hahía sido nombrado Intendflnte
General, empleo que desempeñaba cuando fué llamado por
.el sufragio de sus conciudadanos al alto puesto de Jefe Su-
premo del Estado de Costa Rica.
Emitida el 22 de enero de 1825 la primera Constitu-
.ción política Qe este E¡;;tado, é instalada la primera Legisla-
tura ordinaria en ahril del mismo año, se declaró al ciuda-
dano Juan Mora electo primer Jefe del Estado bajo el ré-
gimen constitucional, y, cumplido su período, obtuvo la ree-
lección para el período siguiente .
. De su tino como gobernante responde el período de
()cho años de tranquilidad y progreso, debidos al tacto y
habilidad. con que supo conducir la marcha del país en aque-
lla época borrascosa y desgraciada casi para todo el resto
de la América Central.

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-273-
Cierto es que el 28 de enero de 1826 estalló en Ala~
.juela una coD8piracÍón acaudillada por un españ.ol llamado
José Zamora, con objeto, según éste declaró, de someter el
país al Gobierno de España; pero aquel movimiento no tu-
vo éxito ninguno ni otra consecuencia que el sacrificio de
varias vidas en el ataque contra el cuartel, en donde fueron
rechazados los conspiradores, la deportación de 17 de ellos y
la fusilación del cabecilla .
. Como ya se ha visto, fué en su época cuando se dió á
la ensef'ianza pública toda su importancia práctica, y cuan-
(}o se declaró' obligaci.)n del Estado propagarla; cuando por
carecerse de imprenta, se dispuso la circulación de un pa-
pel periódico manuscrito; cuando se importó la primera im-
prenta y circuló el primer periódico de Costa Rica; cuando
se agregó á este país el partido de Nicoya, hoy la florecien-
te provincia de Guanacaste; cuando sufrió los primeros
golpes la onerosa contrihución del diezmo: cuando se esta-
bleció una casa de moneda; y en fin, cuando se dieron los
primeros pasos en la senda del engrandeeimiento de Costa
Rica.
La Asámblea y Consejo de Estado por decreto de 11
.de marzo de 1833, mandó colocar el retrato del señor Mo-
Ta en el salón del Congreso. con la inscripción siguiente:
"OCUPA ESTE LUGAREL CIUDADANOEx-JEFE J HAN MORA,
POR sus VIRTUDES;y LE OCUPARÁNSUCESIVAMENTELOS QPE
EN Í'~LMISMODESTINOSE HAGANDIGNOSDE ÉL." Y por de-
creto de 6 de noviembre de 184B, se le declaró "BENEMÉ-
RITO DE LA PATRIA COMOPRÓCER HE LA INDEPENDENCIA,
-COMOPRIMERPRESIDENTE CONSTITUCIONALQUE ILUSTRÓSU
NOMBRECONEL DEL ESTAD(J, PORSUSDESINTERESADOSSER-
VICIOSHECHOSSIN INTI<~RRUPCIÓN, y POR LA PROBIIIADDE SU
~ONDUCTAACRISOLADA."
Durante el Gobierno del General Morazán, ejerció la
Vi 'e Jefatura del Estado, y después que se retiró de la po-
lítica, figuró en la Administración de Justicia; largo tiem-
po desempeñó el destino de Regente del Trihun¡¡l Supre-
mo, cuyo puesto ocupaba cuando en setiembre dI' lHfl4, la
muerte puso fin á ~U8 días.
Es, pue.s, con justicia que el Benemérito don .J uan
35

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-274-
Mora está reconocido, sino el· primero en la guerm como el
inmortal W áshington por los norteamericanos, sí en la prác-
tica de las virtudes republicanas; y como éste, en la paz y
en el corazón de sus conciudadanos.

Don José Rafael de Gallegos.

El respetable ciudadano don José Raf.'lel de Gallegos


nació el 31) de octubre de 1785, Dedicó buena parte de
su vida al fomento de sus propios intereses, sin dejar por
eso de servir fÍ su país, prestándole el contingente de su
patriotismo, bien por medio de los consejos de su experien-
cia; bien por su propia laboriosidad.
En 1822 fué nombrado Vocal de la Junta Superior
Gubernativa, y ocupó en diferentes ¿pocas otros puestos
importantes, en los cuales siempre acreditó sus mejores in-
tenciones, su cordura y discreción.
Electo Jefe Supremo del Estado al terminar don Juao
Mora su segundo período, tomó posesión de Sil elevado-
puesto el 9 de marzo de 1833.
-"Gallegos era un hombre honrado, un rico propie-
tario y un respetable padre de familia; pero no estaba ver-
sado en los negocios de gabinete nj había sufrido el choque
de los partidos. Se empeñaba en hacer economías, y era pa-
ra él un placer el que las cajas del Estado estuviesen llenas
de oro; pero tímido en los negocios no se atrevía á poner
ese oro en hábil y justo movimiento para desarrollar el pro-
greso del país, á cuyo ti'ente se hallaba colocado. Entonces.
Costa Rica gozaba de ]a más completa libertad de imprenta,
Lo comprueban los periódicos intitulados El Noticioso Uni-
1Jersal, La Tertulia y El Correo de Costlt Rica, además de
algunos folletos y de una serie de hojas volantes. Costa
Rica era el refugio de los emigrados de otras secciones cen-
troamericanas y aun de algunas repÚblicas del Sur. Entre'
éstos se cuentan hombres notables como el General Bermú-
dez, y eminentes como el General La Mar." (*)
Para evitar 108 males que ocasionaba el espíritu de 10-

(") Dr. Montúfar. "Rcscña hist6rica dc Centro Am"rica.

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-275-
calismo y los celos entre unas y otras de las poblaciones de
San José, Cartago, Hcrp.dia y Alajuela, se emitió bajo el
gobierno del señor Gallegos, una ley que se llamó de am-
JJulancia, en la cual se disponía que el Gobierno del Estado
residiese alternativamente en clida una de las poblaciones
mencionadas, fijándose posteriormente en cuatro años, el
período de residencia en cada una de ellas.
Entre otras rle las disposiciones de su Gobierno se en-
cuentra el notable decreto sobre el cumplimiento de las
oObligaciones y la manera de hacerlas exigibles.
No bastaron los esfuerzos del señor Gallegos para sa-
tisfacer á los que le eran desafectos y le combatían de to-
das maneras, alegando nulidad en su elección y manifestan-
.do el deseo de mayor movimiento para el país; hasta que
por último presentó su dimisión ante la Asamblea Consti-
tucional, y le fllé admitida en atención á la gravedad de las
eam:¡as que exponía y en el deseo de alejar las dudas ocu-
rridas sobre la legitimidad de su nomhramiento.
Para reponer al señor lialiegos, la Asamblea encar~ó
<lel Poder Ejecutivo al Diputado don Juan José Lara, de
.quién algunos días de:;pués lo recibió don Manuel Fernán-
-dez, electo para ejef(~erlo.
No terminaron en aquel tiempo los servicios del señor
Gallegos; pues de junio de 184:'> :i ab-il del año siguiente
ejerció nuevamente el Poder }i~jecutivo, desempeñó varios
oOtros puestos y prest<'l importilntes servicios hasta su muer-
te acaecida e: 15 de agosto de 1R51.

Don Manuel Aguilar.


El señor Licencj;¡.\f) d011 Mannel Aguilar hizo sus e~tu-
dios en León de Ni(,;lr .•~ua. de donde r~gresó á principios
de agosto J~ 18:H con mntivo de hilh~r aceptado en julio
anterior el nombram"lIto dI' A:,e,.;ol' General del Estado
para que se le llall};I"c( Oe,.;de eni IIWf-~S dió mue~tras de
su patriotismo aCt~11¡,.• :') ~eñal6 t~1 prll)l~ipio de su carn'-
l'a púhlica con un ¡l' " le desprendimiento que te honra so-
bremanera, como tq ,~Idt, n~nulwiar á toda retrihución
pecuniaria, olreei'~IJ-I, ,~n'lr rt I hnnórem, /'1\ vist¡, de la po-

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-276-

breza del Erario. La Junta Superior Gubernativa, aee~ sm


tal' sus nobles ofrecimientos, en cuanto á la retribución qde
le correspondía, le dió las gracias debidas y le manifestó
su reconocimientu por aquel acto generoso.
El Licenciado Aguilar, tenido como uno de los costarri-
censes más cultos é inteligentes, ocupa también uno de los
mejores puestos entre los que se han distinguido por la hon-
radez más pura en todos sus actos.
Sus servicios como Intendente General, como Sena-
dor, como Ministro General. después, como Representante
de Costa Rica en 1828, como Magistrado de la Corte Supre-
ma de Justicia en 1830, etc., le valieron la más alta estima-
ción de sus conciudadanos,
Electo Jefe Supremo del Estado, al hacerse cargo
del mando el17 de abril de 1837, principió su mensaje
dirigido á la Asamblea con las siguientes modestísimas
palabras: "Yo que me conozco mejor que otro alguno, y
que sé con exactitud hasta donde llegan los límites de
mis aptitudes para désempefiar los cargos públicos, estoy
también íntimamente per¡.;uadido de qne no soy la persona
llamada á figurar en la primera magistratura del Estado,
mayormente existiendo en esta reunión y fuera de ella
muchas otras personas que teniendo acreditado su patrio-
tismo y siendo conocida su ilustración, con preferencia á
mí han debido ser escogidas pal'a gobernar el país, con
esperanzas seguras de que lo harían prosperar con la sa-
bia admiuistración que le diesen. Este íntimo convenci-
miento en que me hallo y he estado siempre, me hizo aho-
ra cuatro años hacer los mayores esfuerzos y empeñar
todo el valimiento de mis amigos para no verme en el
lance en que ahora me veo; y el año de 1835 me lo pude
evitar haciendo valer mis excusas legales para que no tu-
viera efecto la elección qUtJ ya hé\bía re caído en mi perso-
na. No mefalta.n éstas ahora. pero A,cómo desairar ese·
pronunciamiento~ casi general, que me ha llamado á este-
lugar~ ~Cómo desatender y desoir ese voto público que
exige mis servicios en esta silla~"
Servía el sefior Aguilar sin más interés que el bien
general. Trató de que su Gobierno encontrara apoyo en.

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-277-'
todos los pueblos del-Bstado, separándose de los peque-
:nos círculos de tendencias exclusivista s que inHuían en la
marcha d~ la Administración, para evitar rivalidades y
destruir el espíritu de localismo tan pronunciado en las
principales poblaciones; pero no obstante sus nobles de-
seos, el22 de agosto de 1837 recibió formal denun-
cia de que se tramaba una conspiración con el ob-
jeto de asaltar el cuartel de la capital y proclamar Jefe
del Estado á don Braulio Carrillo y Comandante Gene-
ral á don Luz Blanco. Los descontentos se propusieron
llevar á cabo sus planes en la noche del 26 del mismo
mes; pero el Poder Ejecutivo rodeado de algunos de sus
partidarios, sofocó el movimiento, hizo :u'restar ~t los com-
prometidos en él y 108 sometió á juicio, conforme al ar-
tículo 25 de la Ley Nacional de 17 Je noviembre de
1832; mas, de acu~rdo con el artículo 13 del reglamento
de 23 de setiembre de 1831 que falcultaba al Ejecutivo
para dictnr en' casos análogos las medidas que parecieran
conducentes á la salvación del orden público; atendiendo
á la excitativa del Cuerpo Legislativo, reunido extraordi-
nariamente para conOl'(-jrde la eornplicidad en la revolu-
cióII, de algunos individuos de los Supremos Poderes. y de
acuerdo con el Consejo Repre:;entati\'o, el Gobierno man-
dó suspender el curso de la causa, y que el Diputado don
Vicente Villasei1or, el Consejero don Juan Vicente Es-
calante y los sellore8 don Alejandro Escalante y don
Juan Murillo, ahandonasen el territorio del Estado, y se
trasladasen al Distrito Federal de Centro América, mien-
!ras el Cuerpo ~egislativo resol vía (¡ este respecto l~ que
Juzgase convemcnte ...
Reunida la Asamblea conforme á la ley, aprobó todas
las medidas tomadati por el tJ efe del Estado contra los
}'evolucionarios ...
Durante el gobierno del sei\or Aguilar se emitió una
ley concediendo los derechos de ciudadanía á los exÚan-
jero8 casados en el país; 8e otorgl) amnistía á los emigra-
do~ por ('ausas políticas; se trató de la creación de Dió-
eesis en Costa Riea para separar ef:'te país en materias
eclesiásticas de la Diócesis de Nicaragua; se proinovió la

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-278-
compo~ición del camino de Matina yde otros importAn-
t.es; se mandó construir un puente en el VitiUa, y Be
dictaron otras disposiciones para mejorar las vías de co-
municación, tales como la habilitación de Matina como
puerto mayor; se favoreció el desat'roUo de la población
de Grecia; y se promovieron algunas TlIejoras en el ramo
de educación .
. N ada bastó para cOHtener á los opositores del Go-
bierno, .Yel 27 de mayo de 1Fl38 se dió en 'Costa Rica el
primer golpe de cuartel; se depuso y deportó al señor
Aguilar y al Vice Jefe don Juan Mora, y se proclamó Je-
fe del Estado al seT10r Licenciado dOIl Braulio Oarrillo.
Aquel acontecimiento no apagó el gran patriotismo
de! seilor Licenciado don .Manuel Aguilar, quien siempre
procuró servir á su país en cuanto le fué posible; y así la
muerte le sorprendió el 6 dé junio de 1846, cl1ando á la
sazón '~preliJentaba á Costa Rica en la Dieta centroame-
ricana reunida entonces.
El Gobierno del Estado, c(,mo tributo á los m¿ritos
del sefior Aguilar, acordó que s~ le hicieran honras fúne-
bres, las que tuvieron verificativo con toda solemni-
dad.

Don Braulio Carrillo.

El señor Licenciado don Braulio Carrillo vió la pri-


mera luz en Cartago, en el año de 1800; hizo sus estudios
en L~n de Nicaragua, y después de viajar por Hondu-
ras, Salvador y Guatemala, regresó á su patria en el ano
de 1830 .
.p.•.
incipió su carrera pública sirviendo la Fiscalía de
la Corte Suprema de .Justicia, de donde ascendió por elee-
c.ión popular á la Presidencia del mismo tribunal.
En 1834 fué electo Diputado al Cong-reso federal
centroamericano, reunido entonces en Sonsonate. Ha-
biéndose trasladado esta corporac1c'1ll á la eiudad de San
Salvador, que se había declarado' Distrito Federal, tn la
lucha efllpeI1Hda allí entre el Gobierno Nacional y el de

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-279-

,aquel Estád<Y,que ·temrinó con la renovacién de todos los


Poderes del mismo, Carrillo levantó la vo:!. defendiendo
siempre la soberanía de los Estados.
Cuando en 1835 regresó á su patria, fué electo Jefe
Supremo por el tiempo que correspondía al senor don
José Rafael de Gallegos, quien, como se ba dicho, había
renunciado en marzo del mismo año. y tomú posesión del
mando el 5 de mayo siguiente.
Carrillo expidió, entre otra~ disposicior.es, el decreto
de 20 de agosto que disminuye el número de días festi-
vos, y dispuso la traslación de las autoridades supremas
al "Murciélago," barrio de San Juan, inmediato á San
José. debiendo, mientras se levantaban los edifieios ne-
cesarios, residir la Asamblea y Con8ejo en la ciudad de
Heredia, y el Ejecutim y la Corte Suprema de Justicia
en San José.
C(ln este motivo y fundándose también en el decre-
to de 31 de marzo que declaraba abolida la contribución
del diezmo y establecía un impuesto sobre los terrenos
poseídos, el 26 de setiembre del mismo año de 1835 el
pueblo de CaTtago COIl su :M unicipaliJad, Clero, vecinos
principales )' b~rrios, en número de más de 1,000 hom-
bres reunidos á las diez de la no(',he. desconoció los Po-
deres constituidos del Estado y propuso á los pueblos el
restablecimiento del orden por medio de élecciones para
un Congreso Constituyente. -"bajo. Ull pie abs01uto de
igualdad, e:odecir, tres Diputados por San José, tres por
Cartag-o, tres por Alajuela y tres por Heredia; siguiendo
10& demá¡;; partidos como se hallaban, y debiendo consti-
tuirse sobre las bases de hacer residir el Gobierno peri6-
dicamente en las cuatro ciudades principales, ete.
El acta de Cartflgo fu~ secundada por las ciudade¡;.
de Heredia y Alajuela y pueblos de Esparza, Mineral del
Aguacate, Barba, Curridabat, Unión (Tres Ríos), Tobosi,
Qnireot, Cot, Paraíso, Orosi, Tucurrique y Valle de Tu-
rrialba; quedaron fieles al Gobierno San José, Esca8Ú }'
Patata, aunque un tanto recelosas eíltas poblaciones pOlO
los pretextos religio:,os que se alt~gaban contra el Go-
bierno .. '

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-282-

país en todos los ramos de la administl'aci6n pública, 'Can-


celó la parte que le eorrespondía á Costa Rica en la deu-
da extranjera, contraída por el Gobierno Genel'alen 1826~
decretó los códigos penal, civil y de procedimientos; or-
ganizó los tribunales y juzgados; reglamentó la policía.
interior y la Hacienda Pública; y dió acertadas disposi-
ciones impulsando la agricultura, mejorando las vías de-
comunicación y la planta de las poblaciones.
En ningún tiempo como en el de su gobierno se ba
perseguido el vicio y á los criminales con un celo mayor;
así como tampoco se ha cuidado con tanto esmero de ha-
cel' á los empleados llenar cumplidamente sus deberes,.
como él lo hacía dando ejemplo con :sU laboriosidad in-
fatigable.
Se da. grandísima importuncia á la influencia de su.
gobierno en los destinos del país, y se hacen elogios de-
sus grandes méritos, sin emb.:'1rgode su proclamación del
27 de mayo, de los actos violentos de su gobierno para.
reprimir las insurrecciones que contra él se preparaban,.
de su decreto de 8 de marzo de 1841. en que se declara-
ba .Jefe inamovible, con deHconocimiento de los derechos.
políticos de sUoSgobernados, y de su genial severidad en
el juzgamiento de los reos p(.líticos y comunes.
A la entrada del General M01'3zán, Carrillo salió del
país adonde no podía regresar en el término de dos años,
y después de viajar por las repúblicas del Sur, fijó su do-
micilio en el Estado eentroamel'icano del Salvador, Vi-
vía en San Miguel consagrado al ejercicio de su profesión.
y á ~lgunos trabajos de minas, cuando en 1845, un ene-
migo personal, valido de la revolución en que se encon-
traba el país. se procuró compañeros y persiguió al señor--
Carrillo, y habiéndole encontrado en un bosque so-
litario doode se había refngiado, consumó cruelment&
con el sacrificio de su vida, sus deseos de venganza y a-
caso los de otros enemigos ..

El General don Francisco Morazán.


Este ilustre centroamericano nacié> en Tegucigalpa,.

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-282-

país en todos los ramos de la administl'aci6n pública, 'Can-


celó la parte que le eorrespondía á Costa Rica en la deu-
da extranjera, contraída por el Gobierno Genel'alen 1826~
decretó los códigos penal, civil y de procedimientos; or-
ganizó los tribunales y juzgados; reglamentó la policía.
interior y la Hacienda Pública; y dió acertadas disposi-
ciones impulsando la agricultura, mejorando las vías de-
comunicación y la planta de las poblaciones.
En ningún tiempo como en el de su gobierno se ba
perseguido el vicio y á los criminales con un celo mayor;
así como tampoco se ha cuidado con tanto esmero de ha-
cel' á los empleados llenar cumplidamente sus deberes,.
como él lo hacía dando ejemplo con :sU laboriosidad in-
fatigable.
Se da. grandísima importuncia á la influencia de su.
gobierno en los destinos del país, y se hacen elogios de-
sus grandes méritos, sin emb.:'1rgode su proclamación del
27 de mayo, de los actos violentos de su gobierno para.
reprimir las insurrecciones que contra él se preparaban,.
de su decreto de 8 de marzo de 1841. en que se declara-
ba .Jefe inamovible, con deHconocimiento de los derechos.
políticos de sUoSgobernados, y de su genial severidad en
el juzgamiento de los reos p(.líticos y comunes.
A la entrada del General M01'3zán, Carrillo salió del
país adonde no podía regresar en el término de dos años,
y después de viajar por las repúblicas del Sur, fijó su do-
micilio en el Estado eentroamel'icano del Salvador, Vi-
vía en San Miguel consagrado al ejercicio de su profesión.
y á ~lgunos trabajos de minas, cuando en 1845, un ene-
migo personal, valido de la revolución en que se encon-
traba el país. se procuró compañeros y persiguió al señor--
Carrillo, y habiéndole encontrado en un bosque so-
litario doode se había refngiado, consumó cruelment&
con el sacrificio de su vida, sus deseos de venganza y a-
caso los de otros enemigos ..

El General don Francisco Morazán.


Este ilustre centroamericano nacié> en Tegucigalpa,.

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-283-

provincia de Honduras, en octubre de 1792. Su padre


-era un criollo de las Antillas Francesas, y su madre per-
tenecía á una familia hondureña. Pasó Morazán sus pri-
meros anos alIado de un tíó suyo, cura de Texiguat. y
después se dedicó al comercio, de cuyas ocupaciones vi-
vía cuando los sucesos revolucionarios de su patria lo
llamaron á tomar parte activa en los asuntos políticos.
El señor Herrera, Jefe del Estado de Honduras, que
reconocía sus talentos, decisión y habilidad le nombró
:su Secretario General, de cuyo elevado puesto pasó á
-ocupar el de miembro del Con~ejo Representativo del
mismo Estado.
La Asamblea Nacional Cc.,nstituyent,e había cerrado
:sus sesiones el 23 de enero de 182.~, y después de pro-
mulgada y jurada la Constitución de las "Provincias u-
nidas de C~ntro Amériea", se instaló la primera Legisla-
tura federal el 15 de febrero, y el primer Senado en a-
bril del mismo año; pero desgraciadanwnte pocos días
después que don Manuel José Arce se hizo cargo del Po-
'der como Presidente de la Federación para que fué elec-
to el 20 de abril del año citado, y don Mariano Beltrane-
na de la vice-Presidencia, los ánimos se exaltaron y se
bizo sentir el grave mal de la división de las opinio-
nes.
El part.ido centralista presidido por Arce y Beltrane-
na quería concentrar todos los poderes del Estado en el
Gobierno General; los liberales federalistas pedían la so-
beranía de los Estados Ó sea la Federación, y tenían apo-
yo en la mayoría de la Ligislatura.
Los centralistas apresuraron la discordia, y se encen-
dió la guerra civil, siendo su primera víctima el vice Jefe
del Estado de Guatemala, respetable ciudadano don Ci-
rilo Flórez á quien dió muerte horrorosa una turba faná-
!ica 'f ~esenfr~nada de hombres y mujeres en la propia
IgleSIa de la CIUdad de Quezaltenango, mientras que el
Jefe del mismo Estado, don Juan Barrundia permanecía
encarcelado por orden del Presidente Arce.
Una serie de acontecimientos desgraciados fué desa-
1'rollándose, y puestos en armas los Estados centroame-

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-284-
ricanos, con excepción de Costa Rica~ la: 'Viotoria a1calUJa-
da en La Trinidad en 1827, elevó á don Francisco Mora-
zán á la primera Magistratura del Estado de Honduras.
Destacado sobre Morazán un ejército al mando de uno
de los veteranos de las huestes conservadoras, el hél'oe de
La Trinidad obtuvo un nuevo triunfo en Gualcho á me-
diados del aílo de 1828, y por último, posesionado del
Estado del Salvador, emprendió la campaña sobre Gua-
temala 'en febrero de 1829; y después de un largo asedio,
de varias acciones y tre¡;:días de combate entre el recin-
to mismo de la ciudad, aqut:lla capital se rindió á Mora-
zán en virtud de una capitulación, y fué ocupada el 13
de abril del mismo año.
Terminada la guerra principió la época que se ha lla-
mado de Restauración, porque en e])a fueron l'estableci-
das las autoridades de Guatemala, depuestas al principio
de los desórdenes que la motivaron; se encargó del Go-
bierno General al señor don J osé Francisco Bal'rundia,
como S6nador más antiguo; fueron deportados el Pres)..
den te Arce, el Arzohispo Casau:'!, los frailes de los con-
ventos de Santo Domingo, San Francisco y Recolección
y otras personas; se decretó la extinción de los estable-
cimientos monásticos de hombre¡.; y se hacía al Estado
propietario de sus temporalidades.
A fiñ~s del citado año de 1829 ocurri~ un levanta-
miento e11Yoro y Olancho contra el nuevo régimen, y
Morazán restableciÓ el orden.
En setiembre del año siguiente, 1830, aquel distin-
guido jefe militar fué electo Presidente de la Federación;
pero la paz no se consolidaba y el mi~mo Presidente pro-
cedió á someter al jefe del Estado del Salvador don José
María Cornejo que desde enero de 1829 se había insu-
r.eccionado contra el Gobiemo Federal. Cornejo fué de-
rrotado el 14 de marzo de 1832 en Jocoro, y la 'Plaza de
San Salvador tomada por Morazán el 28 del mismo.
mes.
Los enemigos del régimen establecido prepararon
una l'eacción formidable, y con motivo de haberse adop-
tado el sistema de jurado:-i conforme al código de Livings-

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-285-
ton y de bllber apal'ecido el c61era morbo, no tuvieron
incoveniente para levantar las ma8as, haciéndole creer al
pueblo que aquella enfermedad provenía de haber sido
envenenadas las aguas de los ríos.
En junio de 1837 uparece el indígena Rafael Carre-
ra dirigiendo el levantamiento del distrito de Mita; en e-
Dero de 1~38 la Antigua, secundada por otros pueblos,
desconoció al Jefe del Estado, don Mariano Gálve~, y
Duevamente principiaron los des6rdenes. La capital fué
atacada y vencida por Carrera en el mismo mes de enero,
y depuesto el señor Gálvez, se encargó del mando del
Estado el vice Jefe, don Pedro Valenzuela. Las hordas
de Carrera asesinaron al vice Presidente de la RepÚblica,
don José Gregorio Sala zar, y cometieron otros actos de
barbarie y df' verdadero vandalismo.
En febrero, los departamentos de los Altos se pro-
clamaron en nuevo Estado de la Federación, y estable-
cieron un Gobierno Provisorio; legitimada por el Congre-
lile) esa segregación en el mismo año de 1838, en el si-
guiente se instaló en 'l'otonicapán, la Asamblea Consti-
tuyente del Estado de los Altos.
Lo:'! Estados de Honduras y Nicaragua hi(~ieron ar-
maS contra las autoridades federales que residían en San
Sal \'ador adonde habían sido trasladadas, y mientras Mo-
razán se ocupaba en combatir aquellos trastornos, el Ge-
neral don Carlos Salazar sostenía lucha contra los disi-
dentes de Mita, y aunque no logr{¡ éxito definitivo, sí lo-
gró con la influencia de la capitulación con Carrera, ha-
I~errenunciar al Doctor Valenzuela la Jefatura del Esta-
do de Guatemala, por lo cual entró á ejercerla el Presi-
dente del Con8ejo, dQn .Mariano Rivera. Pa7., á quien suce-
dió en carácter de Jefe Provisorio el citado General Sa-
lazar.
La reacción aparecía formidable; Carrera de acuerdo
con el General don Francisco Ferrera, jefe de los ~uble-
bados en Honduras. levant{. de nuevo los pueblos del o·
riente de Guatemala, y aunque MoraZéÍn derrotó á Ferre-
ra. varias veces, Carrcra fa ~'orecido por la aristocracia y
el ,clero, ocupó Ú Guatemala el 13 de abril de 1839, .Y

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-286-

restableció en el mando del Estado á Rivera Paz, .quien


inmediatamente llamó al Arzobispo Ca¡:¡aus y restableció
las comunidades religiosas.
En febrero de 1840 Cal'l'~ra batió las fuerzas de los
Altos, y aquellos pueblos se reincorporaron al Estado de
Guatemala á que antes pertenecían.
Mientras esto ocurría. Morazán se apoderó de la
plaza de Guatemala e118 de marzo, á la cabeza dl~ 1300
salvadoreños; pero al siguiente día Carrera cont.rasitió la
plaza, y después de largo y reñido combate obligó á
Moraz{1ll á evacuarla precipitadamente.
'. A consecuencia de aquel desastre la l~edl~l'ación que-
dó disuelta y el General Morazán emigró al Perú con
varios de sús adictos, y de allí regresó á Centro América
en 1842. El15 de febrero desembarcó en el puerto de
La Unión con varios de sus compañeros; reunió gente y
organizó su expedición sobre Costa Rica, donde si no fue-
se cierto que se le llamaba, sí se le esperaba con ansiedad.
El 7 de abril desembarcó con sus fuerzas en el puerto
de la Caldera, é inmediatamente emorendió su marcha
hacia el interior ..
El Presidente Carrillo reunió una fuerza de más de
2,000 hombres, y se preparó á la defensa.
Las fuerzas invasoras pernoctaron ellO en Sarchí, y
se movían sobre Alajuela, cuando fueron avistadas las
tropas del Gobierno situadas en el paraje llamado "El
Jocote.'·
Morazán se adelantó y tuvo una corta entrevista con
el General Villaseñor, Comandante de aquella fuerza, y
las tropas costarricenses aelamaron Libertador de Costa
Rica al General Morazán. Las fuerzas unidas entraron á
la ciudad de Alajuela, y el 12 de abril de 1842 á virtud
de capitulación, el Presidente Carrillo y el vice Jefe del
Estado don Manuel Antonio Ronilla entregaron el mando.
El General don Francisco Morazán era el objeto de la
admiración y de las más entusiastas demostraciones popu-
lares.
EllO de julio se instaló en San José la Asamblea
Constituyente, convocada por Morazán. y pocos días des-

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-287-
pués declaróqutl Costa Rica V(,lvía á entrar en el régimen
federal; adoptó la Constitución del Estado 8ancionada en
1825. en cuanto era compatible con las circunstancias;
derogó algunas leyes y modificó otras de las emitidas por
Carrillo; y autorizó ampliamente al General Morazán
para que hiciese uso de los recursos del país á fin de pro-
curar el restablecimiento de la Federación. También le
autorizó para defender la integridad del territorio del
Estado, amenazada por Nicaragua que pretendía ocupar
el Guanacaste.
Para desarrollar el plan de reorganización de Centro
América era preciso formar un ejército, proveer á su sos-
tenimiento y dictar medidas que naturalmente repugnaban
á un gran nÚmero de 108 habitantes del país; esto y las
influencias adversas á aquel plan ejercidas desde Guate-
mala, preparaban la insurrección, y el prestigio del
General Morazán desaparecía notablemente.
Un acontecimiento verdaderamente lamentable é
inesperado vino á reagravar aquella situación, producien-
do los peores resultados para el General Morazán y los
suyos. El Coronel don Manuel Angel Molina en un acto
de locura Ó en el frenesí de IlIIH pasión contrariada,
acompafíado de diez ó doce hombres, se dirigió de Bngaces
(¡ Liberia donde se encontraba el General don Enrique
Rival:l,Comandante de Guanacaste, á quien Molina odiaba
por rcsentimieJ1tos personales y á quien acompafíaba
como Ayudante don Eduvigis Guillén, rival de Molina en
sus pretensiones amorosas. Molina llegó con sus compa-
lleros en la noche, y sin hacer caso al iquiénvive~, y tÍ. la
orden de hacer alto que se le di,), continuó avanzando.
-"Hubo un hecho de armas que dió por resultado la
muerte del General Rivas y de Guillén, quedlUldo Molina
gravcmente herido en un brazo. Prado (Jefe Político de
Guanacaste) dió parte á Mora;\án de este infausto suceso .
.Molina incapaz de dar ninguna disposición por la debili-
dad en que se hallaba, llamó á U11 tal :Manuel G6mez.
C(,mnndante de Bagaces. Muchos amigos de )lolina l~
instaban para que se pusiera illmediatamente en salvo
pasando á Nicaragua en cuyas fronteras se hallaba; pero

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-28~-
no quiso verificarlo. Gómez llegó á Liberia y redujo á
prisión á Molina para entregado á. Morazán, cuyas fuerzas
á las órdenes del General Cabañas, ya marchaban
sobre el Guanacaste. A Molina se le hizo consejo de
guerra, fué juzgado estrictamente conforme á las leyes
militares y, condenado á muerte, sentencia que se ejecutó
en las playas de Puntarenas." (*)
Tales desgracias hicieron el efecto que es de supo-
nerse en el interior del país en los momentos en que se
preparaba la' salida de las fuerza¡.: expedicionarias, y por
Último el 11 de setiembre don Florentino A1faro _que
mandaba una fuerza que se ílal!aba reuriida en Alajuela,
dió el grito de insurrección é inmediatam~nte fué secun-
dado en San .José. Los josefinos atacarún en grnpo los
dos cuarteles que Morazán tenía en est.a ciudad, y ya
empeñada la lucha, don Antonio Pinto se encargó de diri-
rigir la campaña, emprendida sin jefe militar. DUl'ante
ese día las fuerzas de Pinto llegaron á 1,000 hombres,
aumentadas con gente de Heredia y Alajuda; y al si-
guiente montaban ya á 5,000, tal era el movimiento en
estos pueblos. Cartago no hacía la guerra al General
Morazán, antes al ('ontrario, el Comandante de aquella pla-
za, don Pedro Mayorga trató de auxiliarle; pero la
fuerza que envió fué derrot.ada por otra de Alajuela, y
tuvo que regresar á aqu~lla ciudad. La situación del
General Morazán no podía ser más grave. La guerra se
encarnizaba á medida que las desgracias aumentab~n, y
él no contaba sino con unos pocos salvadoreñOS y algunos
costarricenses, quienes después de tres días de lucha y
extenuados por el cansancio y falta de víveres, apenas
podían hacer debil resistencia á la revolución. No obs-
tante esto, aquel ilustre caudillo no aceptó las proposicio-
nes que le hicieron el 13 el señor don Juan Mora y el
Padre Castro para terminar la lucha, por consideradas
depresivas. En aquel mismo día Morazán recibió una
herida.
El 14 entre la una y las dos de la mañana principió

(*) Doctor ~[ont1Ífar. "Reseña histórica do Centro América."

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-289-
de nuevo eL ataque, y á 188 tres el Qenert.l.l Morazán que
había prepá.~ado una salida, rompió con los suyos la linea
sitiadora y se retiró á Cart~go protegido por una pE><¡uetla
fuerza que babía reunido el General Oabafias. Morazán
llegó á Cartago, se hosped6 en la casa de Mayorga, y
-cuando, avisado por la señora de éste del 'peligro E;nque
se baIlaba, se preparaba á salir. la casa fué sitiada y él
hecho preso y conducido á San José con sus compafieros.
Mayorga temiendo 108 males que podía ocasionarle el
aparecer protegiendo al jefe vencido, había dado parte
de que aquéll3e encontraba en su casa.
Al llegar á esta ciudad el General Morazán, las calles
por donde debía pasar se llenaron de gente deseosa de
presenciar su entrada. El ilustre prisionero y sus com-
pañeros pllsarou por en medio del gentío que 10s contem-
plaba con respeto tal. que no se oyó ni un insulto, ni una
palabra ofensiva contra el jefe caído y su círculo, no
.obstante que acababa de correr la sangre y que las pasio-
nes aun se hallaban exaltadas,
El15 de setiembre de H~42 sucumbía, víctima de la
.ofuscasi6n y tremendo error de unos pocos, el héroe que
luchando por la nacionalidad centroamericana, con la.
misma abnegación y con las mi8mas virtudes que luchó
por Polonia. el inmortal Kosciusko, fué entonces tenido, y
lo es aun más hoy, como la fignra política y militar más
grande y respetable que haya lidiado por la vida de la
patria y por el régimen de la::s ideas liberales en la
América Central.
y cosa extraña, en OClstaRica á quien injustamente
hacen responsable otl'OS Estlldos de Centro América de la
muerte de aquel egregio caudillo, como si la situación en
aquella época le hubiera ofrecido en ellos algo menos qu~
e
muerte despiadada, es en onde con más sinceridad y
vehemencia se proclaman por sus hombres cultos, las vir-
tudes cívicas, el genio militar y la noble perseverancia de
Morazán, por mantener unida la patria común que ha
ilustrado con su nombre.

37

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-~90-

Don José María Alfaro.

Desconocidas por acta de 23 de setiembre las autori-


dades del Estado que habían regido desde su ocupación
por el General Morazán, fué proclamado Jefe Provisorio
el se~or don José María Alfaro y Comandante General
el sefior don Antonio Pinto, quienes habían estado á la
cabeza del pueblo durante la insurrección terminada el 15.
Para alejar el temor de nuevos trastornos se prohibió
la entrada al país de las personas que estuvieran fuera de
él por causas políticas, hasta que reunida la Representa-
ción del Estado resolviera cuáles podrían volver sin peli-
gro de la tranquilidad pública.
Se dió en ¡,;eguida un decreto que a~eguraba la liber-
tad de la prensa y estimulaba su desarrollo; otro en que
se establecía como debían ser devueltos los bienes de que
fueron despojados los ciudadanos que se habían ocultado
por no marchar en el ejército que se denominó Nacional
y se preparaba para la invasión de los otros Estados
centroamericanos; y terminó el año de 1842 poniéndose
fuera de la ley á todo el que intentara apoderarse el mando
supremo.
El Gobierno del señor Alfal'o trabajó con actividad
y se seílaló como liberal y progresista por una serie de
disposiciones importantes entre la:; que sobresalen: el
decreto de 3 de mayo de 1843 erigiendo en Universidad
la antigua casa de enseñan7.a de Santo Tomás; el decreto
de 25 de noviembre del mismo aílo, creando una "Socie-
dad Económica ltineraria" compuesta de hacendados y
comerciantes y encargada de la construcción JT mejora de
las principales vías comerciales, con especialidad de la de
Puntarenas; y las que favorecieron el incremento de la
población de 'rurrialha y promovieran la erección de la
de San Ramón en "Los Palmares."
El decreto de 3 de mayo no necesita comentarios; la
influencia de la Socieda<l ltineraria en el progreso de
Costa Rica eii\tá debidamente reconocida; y la poblaci011

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-291-
de San Ramón ha desarrollado con mayor r~.piclez que
las demR8 de la República, y tiene un gran porvenir.
Pero no fueron solamente los actos enunciados 108 más
recomendables durante el gobierno del ~eñor Alfaro. Tam-
bién se adoptaron medidas estrechando los lazos de unión
con los demás Estados de Centro América, y se declaró que
Costa Rica concurriría á la organización de un Gobierno
General.
Instalada el 1? de junio la Asamblea Constituyente
convocada el 5 de abril anterior, el Gobierno hizo varias
excitativas llamando á la discusión por la prensa, de las bases
de la ley fundamental. .
La Asamblea eligió para \'ice Jefe al señor don Fran-
cisco María Oreamuno, y encontrándose este resfetable ciu-
dadano encargado del gobierno, por ausencia de Jefe señor
Alfaro, fué sancionada la constitución de 9 de abril de 1844.
~Practicadas las elecciones, segÚn aquella ley, resultó
electo Jefe del Estado el mismo señor Oreamuno, y tomó
posesión del mando bajo el régimen constitucional el 29 de
noviembre del mismo año. Por motivos que se expondrán
en otro lugar, el señor Oreamuno se separó del gobierno y
se retiró á Cartago La Asamblea tlamó para reemplazar-
le al señor don Rafael Moya, á quien se <lió posesión de la
Jefatura del Estado en su calidad de S~na<lor más antiguo,
el 17 de diciembre del citado año de 1~44. El señor Mo-
ya trabajaba con,interés en las mejoras emprendidas y fo-
mentaba otras, cuando cesó en las funciones que ejercía, y
se encargó de ellas al señor don Jusé Rafael de Gallegos,
desde ell~ de mayo de 1845. Varios movimientos revolu-
cionarios se intentaron pocos días después, hasta que el 7
de junio de 1846 fué descunocido el Gobierno del señor Ga-
llegos, y proclamado nuevamente el señor don José María
Alfaro, dándose por razón de aquel cambio la necesidad de
reformar la Constitución y de dar ensanche y movimiento
á varios ramos de la Administración pública.
El señor Alfaro hizo practicar elecciones para Jefe y
vice Jefe del Estado y recayeron en él y el Doctor don J o-
sé :María Castro, para ambos puestos respectivamente.
El 15 de setiembre se instaló la Asamblea Constitu·

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-292-

yente convocada por decreto de l~ de julio, Y'el 7 de mar-


zo del siguiente ano de 1847, principio á regir la nueva.
ley fundamental. ,
El sefior Alfaro al terminar su período de Jefe Supre-
mo dejaba su decreto de 5 de marzo del mismo año, por el
cual se abría á Puntarenas como puerto franco para el co-
mercio universal.
Las glorias adquiridas por aquel ciudadano progresi~ta •.
quizá le habrían valido mayor prestigio si no hubiera pro-
movido los pronunciamientos de Alajuela, de donde era ve-
cino, que al fin del mismo año de 1847 dieron motivo á su
renuncia de la vice Presidencia y á que se le desterrara en
unión de su hermano don .Florentino y de otras personas
complicadas en el mismo asunto.

Don Francisco Marfa Oreamuno.


Nació el señor don Francisco María Oreamuno en la
ciudad de Cartago en el año de 1800. Hizo sus primeros.
estudios con la perfección posible en aquellos tiempos, y
aunque no se dedicó especialmente á las ciencias y á las
letras, siempre dió muestras de poseer una ilustración poco
común.
Se distinguió el señor Oreamuno por sus ideas repu-
blicanas desde que proclamada la independencia, se debatia
sobre la forma definitiva de gobierno que dabía adoptarse
para su país.
Sirvió con voluntad en varios cargo1=.concejiles y mos-
tró sus deseos de cooperar al progre~o de Cartago, en to-
das las ocasiones que pudo hacerlo, mientras que en escalasu-
penor presentaba ejemplos de su amor á Costa Rica y de
la grandeza de los sentimientos que abrigaba para su país.
En 1830 desempeñó el Juzgado de 1~ instancia de·
Cartago, y habiendo sido nombrado Administrador de la
Aduana de Puntarenas en aquel mismo año, sirvió este em-
pleo hasta 1836.
La posición social del sl~ñor Oreamuno, su carácter y
sus conocimientos le indicahan para un puesto elevado.
En 1837 llamado á desem peñar ell\finisterio General en

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-293-

el gebiemo del seno!' don Manuel Aguilar, tuvo ocasión de


mostrar RUS relevantes cualidades y su patriotismo.
Sus servicios á Costa Rica fueron muchos é importan-
tes. En el Congreso como Diputado diferentes veces; en
su misi6n á Nicaragua relacionada con la cuestión de lími-
tes; y en otros puestos de la Administración, se hicieron
más notables sus merecimientos y más extensa su popula-
ridad.
Apenas pasados los grandes confliclos de setiembre de
1842, el Jefe del E st<'ldo, sefíor Alfaro, le llamó nuevamen-
te al Ministerio.-"Lo sirvió muy poco tiempo, procurando
conciliar con lo azaroso de las circunstancias y el carácter
del gobernante, los deberes de un patriota y la conciencia.
de un ciudadano que había madurado sus ideas con la expe-
riencia y la meditación. Persuadido tal vez, de que sus
esfuerzos eran inútiles en un lugar donde tenía que pugnar
con intereses opuestos, renunció de Sil destino." (*).
Se encontraba el señor Orcamuno como Diputado en
la Asamblea, cuando aquel Cuerpo Soberano declaró hecha
en él la elección para "ice Jefe provisorio del Estado, el 8-
de junio de 1843.
La nuem Constitución fué emitida el 7 de marzo de
1844 y sancionada por el señor Oreamuno que á la sazón
ejercía el Poder Ejecutivo.
Se mandó jurar dicha ley, y habiéndooe suscitado difi-
cultades por razón del juramento, con el Comandante de ar-
mas, don Antonio Pinto. el vice Jefe lo declaró destituido
de la Comandancia. L~s pueblos todos ofrecieron su apo-
yo al Gobierno, y de Cartago y EscasÚ acudió fuerza ar-
mada, que aseguró la paz mediante la cordura y energía.
del sefior Oreamuno.
Practica.las las elecciones correspondientes según la
nueva Constitución, se declaró electo Jefe del estado al se-
ñor Oreamuno, quien tomó posesión del mando el21 de
noviembr~ de aquel afio; mas, convencido de que existían
maquinaciones y C(,ll la idea de que en la fuerza armada ha-
bía algunos opositores á su Gobierno 6 aspirantes á un cam-

(*).-"La Crónica de Costa Rica," número 15 de 27 mayo do 1857.

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-294-

bio en su personal, no queriendo verse en el caso de em-


plear medidas ~nérgicas para conservar una posición que
se le había brindado espontáneamente, presentó ~u renun-
cia. Las Cámaras Legislativas la declararon sin lugar y le
llamaron á tomar posesión, fijando para ese acto las once
de la mañana del 29 de noviembre. No obstante esto en
diciembre se st'paró mediante una licrmcia, y se retiró á
Cartago sin que las más expresivas instancias le decidieran
á encargarse nuevamente del mando.
En consecuencia la Asamhlea General del Estaoo de-
claró á las once de la noche del 26 de abril de 1845, haber
lugar á formación de causa contra él por su negativa con-
traria á la Constitución y al juramento que había prestado.
Como se ha dicho en otro lugar, la Asamblea encargó
del mando al señor don Rafael Moya primeramente, y al
vencer el período que le correspondía como Senador, fllé
reemplazado por el señor Gallegos, á quien se desconoció
el 7 de junio de 1846, proclamando al ~eñor Alfaro por se-
gunda vez.
El señor Doctor don José María Castro, sucesor del
referido señor Alfaro, llamó al Ministerio al señor Oreamu-
no, eneargándole las carteras de Hacienda y Guerra que
sirvió por corto tiempo; fué después Gobernador de Carta-
go, en cuyo puesto prestó buenos servicios; y en 1850 fu~
honrado con la elección de vice Presidente de la Repúbli-
ca, distinción que nuevamente obtuvo al terminar su pri-
mer periodo en 1853.
En aquella alta posici{¡n se encoutraba cuando los
acontecimientos de Nicaragua obligaron á Costa Rica
á tomar las armas para, defender sus libertades amena-
zadas por el filibustero norteamericano Wíl1iam Walker,
quien dominaba en aquella república y pretendía apode-
rarse de Oentro América.
Puesto á la cabeza del ejército costarricense el Pre-
sidente don Juan Rafael Mora, se hizo cargo del gobier-
no el señor Oreumuno en aquellas d.ifíciles circunstan-
cias. Su circunspección nacida de su carácter pruden-
te, de la experiencia y rectas intenciones con que siem-
pre obrab~, se hizo entonces aÚn más recomendable al

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-295- ,

dar á sU8funciones toda laext~nsión que el.estad,o.de .


guerra demandaba, ya para la pro visión de recursos pe-
cuniarios, de ash;tencia del ejército expedicionario y de
conservación del orden interior.
Obtenidos. apenas los primeros triunfos sobre los fi-
libusteros, In campana tuvo que suspenderse porque el
cólera había desarrollado en Nicaragua y diezmaba las
fuerzas de tlste país.
El senor Oreamuno desplegó toda su actividad para.
evitar la propagación de la peste en Costa Rica, y cuando
con más afán trabajaba para lograrlo, en la noche del 23
de marxo de 1856, dejó de existir víctima de aquella te-
rrible epidemia.

El Doctor don José María Castro.


El senor don José María Castró, nació en la ciudad
de San José el 1? tie setiembre de 1818.
Hizo sus primeros estudios el! este país, y en 1838
pasó á continuarlos á la Univer¡;idad de León de Nica·
ragua. donde recibió el grado de Doctor en filosofía. y en
del'echo ciyil.
Cuatro afios permaneci6 ausente, y cuando regresó
en 1842 fué llamadn á desempefiar la Auditoría de Gue-
1'1'a,y luego pas á ocupa!' el alto puesto de Secretario
l)

General de Estado, durante el gobierno del seih·r don


J osé María Alfaro.
Ya se ha visto como aquella Administración, por
una serie de disposicione¡:¡ importantes, emitidas con opor-
tunidad, contribuy6 á los adelantos de Costa Rica. El
Doctor Castro promovió muchas de ellas y á su inicia-
tiva se debe la creación de la [; niversidad de Santo r1'o_
más, establecimiento que en largos años ha tenido la im-
p~rtancia de primera institución científica en la. Repú-
blica.
En el seg-llndo período de gobierno del señor Alfar
electo Vic~ Jefe del Estado; OCStmpenó también
1'0, fllé
centonces lns funciones de Secretario General:. ejerció el
Poder Ejecutivo en l:!useneia (h·\ expreHado señor Alfa-

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-296-
1'0, Y por último electo Presidente·de Gosta ·Rica, tomó
posesión del ma.ndo el 8 de mayo de 1847.
Se ocupaba el Doctor Castro en setiembre da aquel
afio, ,en el reconocimiento .del río Grande, para dictar
providencias relativas á la franquicia de PnntarenaR,
cuando una conspiración fué descubierta en Alajuela y
oportunamente sofocada.
Las armas y pertrechos de guerra que existían en
aquella ciudad, fueron concentrados á San José, quedan-
do la paz restablecida por el momento.
Un nuevo pronunciamiento se hizo en Alajuela, el
5 de octubre siguiente, con mayor extensi6n que el ante-
rior, y dominando también en Heredia 1& revolución, el
Gobierno llamó á las armas á todos los costarricenses 'j
centroamericanos residentes en el país, desde la edad de
catorce hasta la de cincuenta años.
El Presidente Castro se puso á la cabeza del ejér-
cito, y el 7 principió la campana; ¡ero el pueblo de Ala-
juela no se manifestó dispuesto á la resistencia, acaso pOI'
no encontrar justificación para aquel mo\'Ímiento, y la
plaza de aquella ciudad fué ocupada el día siguient.e en
la mañana por las fuerzas del Gobierno, gin más que unos
pocos tiros en Río Segundo el día anterior, y otros á la
entrada de la eiudad.
La insurreceión quedó vencida; pero se había usado
de frases tan hirientes <:ontra los que la habían promovido;
se hizo tan exagerada ostentación del triunfo; y causó
tan mala impresión en Alajuela el desarme completo de
la pla~a, que erá imposible considerar asegurada la tran-
quilidad. El descontento se hacia sentir en aquella lo-
calidad, y el doctor Castro tenía además desafectos en San
José, que procuraban minar su administración.
Pronto ocurrieron nuevas dificultades. A fines de
marzo de 1848, una nu€;va conspiración preparada con
anterioridad estalló en Alajuela, acaudillada por los se-
ñores don Juan Alfaro Ruiz, don Benito Rojas y don
Pedro Saborío. Al efecto se habían apoderado de una
partida de fusiles que venían de Puntarena8 á San.J osé,

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-297-

y por acta de 28 del mes citado desconocieron las auto-


ridades constituidas del Estado.
Se encontraba á la sazón en Puntarenas el Presiden-
te de la República, adol1de se.había dirigido pocos días
antes, )' ejercía el Poder Ejecutivo el Vice Presidente,
don Juan Rafael Mora. Inmediatamente el senor Mora
dictó todas las disposiciones conducentes al restableci-
m~ento del orden, y destacó una fuerza sobre Alajuela,
obranuo con tanta actividad, que al siguiente día en la
tarde, la ciudad fué ocupada, después de haber desalojado
al enemigo de sus posiciones en Río Segundo, Los Mo-
linos, Las Ciruelas y El AlToyo.
El Presidente Castro n'gresó inmediatamente, y fué
objeto de manifestaciones de adhesión muy eXfresivari;
pero;}as agitaciones continuaban y eru también e blanco
de muchos ataques.
Pasados algunos días dedicados asegurar la tran-
quilidad del país, en mayo cortó la cansa instruida oon-
*
tra los ('.onspiradores de marzo y decretó varios indultos
en favor de ellos.
En julio el Doctor Castro presentó á la Asamblea su
renuncia de la Presidencia del Estado, y lejos de serIe ad-
mitida se consideró indispensable su presencia en aquellu-
gar, en vista del dictamen de una comisión especial y de
varias exposicione~ suscritas por militares de San José y
de Cartago, clero y vecinos respetables de aquella ciu-
dad.
Se ve, pues, cuán ard ua era la tarea del gobernante
en aquella época azarosa y difícil.-En aquel período se
agitaban cuestiones graves en Centro América, y el movi-
miento de los dos grandes partidos en que estaba dividida,
si no presentaba el cuadro de una lucha armada, tendía
por una parte á robustecer la esperanza {fe la reorganiza-
ción del Gobierno Federal, y por la otra, dominante en el
poder, á alejar toda posibilidad de unión centroamerica-
na.
Nicaragua desde el año de 1844 había ejercido actos
de Nación independiente, con los cuales de hecho se apar-
taba de sus hermanas que aun (~reían posible un avenimien-
38

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-298-
to que hiciera surgir un Gobierno General; y Guatemala por
decreto de 21 de marzo de 1847 se declaraba Repftblica
independiente.
En Costa Rica, es ci~to, se había declarado también
en 1838 que el Estado tlsumía la plenitud de sus derechos
soberanos; pero aquel acto fundado en la situación anár-
quica en que se encontraban los demás Estados, tenía el
carácter de transitorio, pues en él se declaraba la inten-
ción de entrar de nuevo en arreglos wbre la organización
de un Gobierno General.
Prueba que no se propendía por parte de Costa Rica
á la separación absoluta, entre otros· actos oficiales, es el
despacho que se inserta, emanado del Gobierno del Doctor
Castro, con relación al citado decreto de 21 de marzo de
1847.-Dice así:

Min!sterio de Relaciones del Supl'~mo ~


GobJerno del Estado de Costa RICa. 5
San José, junio 5 de 1847.

Señor Ministro dr Relaciones del Supremo


Gobierno de la República de Guatemala.
Por el manifiesto que adjunto á la apreciable carta o-
ficial de U. S., fecha 22 de marzo último, t.uve la honra de
recibir, se ha impuesto el señor Presidente de este Estado
de los fundamentos del oecreto de 21 del propio mes, pOI'
el cual se erige Guatemala en República independiente.
U n suceso de tanta magnitud, obrando 6. impulso de
tan poderosas causas en consonancia con la opinión (le esos
pueblos y en ejercicio de los indisputables dere('hos de so-
beranía para dar á ese grande y floreciente Estado, el ser y
rango á que está llamado y que en vano ha buscado hasta.
hoy por otro camino, es muy grato bajo este aspecto para
el Presidente de Costa Ricil; pero muy doloroso cuando
aisladamente lo considera como el último adiós, que en la
fraternidad jamás se pronuncia sin lágrimai'.

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-299-

Sin embargo de esta sensación harto natural, mi Go-'


bierno al ver que el paso que el de U. S. acaba de dar,
abre un campo muy amplio á la ventura del pueblo guate-
malteco :í quien es cordialment«a adict.o, no puede menos
que felicitar á S. E. el Presidente de ese Estado, y hacer
fervientes votos porque los resultados del decreto á que me
refiero, llenen sus saludables miras y coronen las esperan-
zas levantadas de tan eminente cuanto h~roica resolución.
Tal es, señor Ministro. la expresión muy sincera de
los sentimientos que animan al señor Presidente de Costa
Rica; los mismos abriga el infrascrito, junto con los del
distinguido aprecio con que es de U. S. muy obediente ser-
vidor.
JOAQUÍN BERNARDO CALVO."

Costa Rica no podía hacer una enérgica protesta con-


tra la determinación de .Guatemala, q¡¡e era consecuencia
dd desconcierto en que se encontraban estos países; pero
el Gobierno del Doctor Casiro expresó el dolor con que
miraba aquel paso y 10 estimó como el Último adiós que se
daba á la unión centroamericana.
Regía en este Estado la constitución política de 21 de
enero del mismo año, en la cual se hacía en los mismos
términos igual declaración que en 1838; pero el decreto de
Guatemala daba el convencimiento de que era imposible or-
ganizar un Gobierno General, y de cuyo establecimiento se
había tratado diferentes veces infructuosamente.
-"Si los tres Estados del medio habían llegado al
punto de convenir en ciertos pactos y de crear en aparien-
cia un gobierno nacional, aquellos mismos pactos y las
formas quiméricas del llamado Gobierno: estaban clara-
mente demostrando que dichos Estados, ::,ólo admitían la
unión bajo condiciones impracticables, esto es: sin despren-
derse de ninguna parte de su poder; que qll~rían ser y no
ser al mismo tiempo, y que no era fácil averiguar
cuáles eran sus verdaderas intenciones.-Puede decirse
q.up aquellos Estados jamás han tenitlo principios fijos, de-
CIdiéndose resueltamente á seguir con const.ancia un pro-

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-soo-
grama cualquiera ya fuese de federalismo, más ómenos
laxo, ya fuese de aislamiento, ya fuese para formar una ná-
cionalidad compacta.-Si han deseado ]a unión, no han a-
certado en los medios de alcanzar este bien.-Los pacto¡.:
de unión celebrados entre el Salvador, Honduras y Nicara-
gua, sólo habían servido, hasta 1848, para encender gue-
rras frecuentes entre los confederados.- Por esto Guate-
mala perdiendo toda esperanza. había ya tomado el carác-
ter de República independiente desde 1847."
Así se expresa don Felipe Molina en el "Bosquejo de
Costa Rica," y como hace relación de hechos patentes, no
es aventurado pensar que tenía razón.
En la situación que el señor Molina manifiesta, se en-
contraba Centro América cuando el 30 de agosto de 1848
el Congreso Constitucional de esta sección, obsequiando
los deseos de las Munieipalirlades de los diferentes pueblos
de este Estado, declaró á Oosta R.ica en el f'jercicio pleno
de su soheranía como nación libre é .independiente y susti-
tuyendo la denominaci6n de Estado en la de RepúlJlica de
Costa Rica.-Este dCI:reto fué sancionado el día siguiente
por ~l Doctor don José María Oastro, y posteriormente la
Oonstitución fué reformada en armonía con aquella decla-
ratoria.
Tiempo era ya de proceder así; el país necesitaba im-
pulsar su propio de~arrollo y concentrar sus fuerzas para
procurarse por sí mismo la vida que no podía esperar de la
Federación que ya había muerto. ~
Costa Rica no podía hacer otra cosa. No por la espe-
ranza efImera de consolidar l::tRepública de Oentro Amé-
rica, donJe dominaba si no la anarqnía, una tendencia mar-
cada al fraccionamiento, este Estado había d~ renunciar á,
los halag08 de la vida propia, cuando por otra' parte Oosta
Rica sola no podía aspirar con éxito á la reorganización de
la patria común.
La experiencia de más de veinte años indicaba aque-
lla medida como medio de salvación, y los acontecimientos
posteriores han venido justificándola arÍlpliamente. Pero
Oosta Rica no ha renunciado á la idea de la uni6n sobre
bases justas y convenientes, y jamás ha negado su conCUf-

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-301-
so para llevará efecto tan levantado pensamiento. Ep.tre
sus partidarios, el sefior Doctor don José María Castro ha
dado evidentes pruebas de esta verdad.
El Doctor Castro que había inidado ó contribuido á
que fueran decretadas importantes mejoras, necesariamente
en la época de su gobierno debía dar á sus idé3s de pro-
greso todo el ensanche que los recursos del país permitían
al desarrollo de sus prop6$it.os.
La instrucción públiltfl fué protegida con amplitud; se
trabajó en mejorar las vías de comunicación y se estimuló
la inmigración; se hizo efectiva la tolerancia de cultos; se
acreditaron Ministros en el exterior, y se celebraron los
primeros tratados con Naciones extranjeras; se procuró
la circulación de noticias que hicieran conocer este país ig-
norado en el mundo hasta entonces; y con varias otras dis-
posiciones marcó una época digna de memoria. La fran-
quicia de Puntarenas que dió un grande impulso al país,
se hizo extensiva á Guanacastc, y se procuró también esta-
hle~er la comunicación hacia el Atlántico.
Graves incidentes políticos, ó más bien, peligrosos mo-
vimientos, hacían diflcilla posición del Doctor Castro al
frente del gobierno. N o había entre él y el Vice Presiden-
te, .don Juan Rafael Mora, unidad de id~as en asuntos de
gobierno interior ni en la política que debía seguirse respec-
to de los Estados herlIlano~. COIItal motivo, .Mora renun-
ció poco después de la insurrección acaudillada por Alfaro
Ruiz, Rojas y Saborío.
El señor don Manuel José Carazo fué electú Vice
Presidente. El señor Cm"uzo, pasados los nuevos movi-
mientos ocurridos contra el Gobierno en Alajuela y Here-
dia durante 10$ meses de setiembre y octubre de 1849, hi-
zo dimisión y se separó del puesto que ocupaba.
Algunos días después el Doctor Castro presentó tam-
bién su renuncia de la Presidencia de la República, y ad-
mitida el 16 de noviembre de I~49, entregó el mando al
señor don Miguel Mora, como Representante encargado (Iel
Poder Ejecutivo.
En el curso -de los acontecimientos el Doctor Castro
prob6 las amarguras del ostracismo.-"Durante su proscrip-
BANCO DE LA REPUBLlCA
BIBLIOTECA LUIS-ANGEL ARANGO
.CMb\l.OGACION
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-302 -

eión hizo un viaje á Europa, y Luis Napoleón, Presidente


de la República Francesa, le concedió la cruz de la Le-
gión de honor; esa condecoración al que ocupaba el humil.
de puesto de proscrito, fué un homenaje al verdadero mé-
rito, al mérito positivo que no puede rebajarse en nin-
guna situación." (*)
De regreso á su patria en el año de 1858, fué
nombrado el Doctor Castro Presidente de una de las Sala¡;
del Supremo Tribunal de Justicia.
Riguieron los sucesos c1eagosto de 1809. El Doctor
Castro presidió la Asamblea Constituyente de ese año, y
~mitida que fué la nueva Constitución, sétim;¡ de las de
Costa Rica, el Congreso Constitucional le nombró Regente
de la Suprema Corte de Justicia.
En 1865, el Doctor Castro desempeñó la delicada mi-
sión á Colombia de que se hizo referencia al tratar de los
límites de este país con aquella República, y á su regreso
á la patria, el voto de sus conciudadanos lo elevó segunda
vez á la Presidencia de Costa Rica.
Su segunda administración marca un período quP. le
honra verdaderamente, por la acertada dirección dada á los
negocios y el ensanche de los principales ramos de la ad-
ministración.
Se fundó entonces el Banco Nacional que tanto bien
produjo y estaba llamado á producir.
La instrucción p{lblica tuvo lugar preferente y la li-
bertad de la prensa, ya se ha dicho, en ninguna época se
ha caracteIizado mejor en este país que durante los años
de 1867 y 1868, en que sin la menor restricción se
debatieron las cuestiones políticas de actualiJad, con am-
plitud hasta entonces desconocida y posteriormente no imi-
tada.
Por desgracia en Costa Rica no han sido siempre las
cuestiones de principios las que han dominado, especial-
mente en las luchas de la política. Los partidos muchas
veces sólo han sido agrupaciones que rodean á determina-

(.) "La Ilustración Americnna" de Frnnk Leslie, Nueva York. Marzo de


1867.

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-303-~

das personas; así se explica la caída de varios gobiernos,


por la sola maquinación de unos pocos, sm que pueda pre-
sentarse justificación á tales movimientos.
La inusitada actividad de la prensa hacia que los áni-
mos estuvieran inquietos y que se creyera en la aproximación
de grandes peligros. Hubo lo que en otras ocasiones; co-
rrieron rumores adversos y se haLló de legalidad __ - - _
El domingo 1~ de noviembre de 1~1)8, en la mañana,
el Comandante General don Lorenzo Salazar y el General
don Máximo Blanco~ proelamaron en la plaza de San José
como Presidente de la HepÚblica al señor Licenciado don
Jesús Jiménez.
Se ha criticado siempre al Doctor Castro en su vida
Pllblica, que muchas veces por atraer á uno de sus oposi-
tores, perdía numerol5OS amigos; y se atribuye á ese modo
de proceder buena parte en que ninguno de sus dos perío-
dos de mando, haya terminado en el tiempo señalado por
la ley.
El Doctor Castro ha sido honrado con el título de
Benemérito, con el grado de General de División, y ha si-
do dcclarado "Fundador de la llepública de Costa Rica;"
pero hay un título que más lo ekva y lo hace digno de la
estimación pÚblica; éste se encuentra en ~l contenido del
documento siguiente:

"Conceptos enunciados por el Presidente de la Re-


pública en las reuniones de Gabinete habidas en los días
2~ y 29 del mes anterior.
Se cree generalmente que la ,revolución y la anar-
quía se hallan á las puertas del pms. Yo no participo
de esta idea. La actividad y desbordes de la prensa y
la existencia de esa sociedad bautizada con el nombre
de CONVENCIÓN, cuando pocos meses faltan para concluir
el actual período presidencial, lo que me indican no es
sino una lucha eleccionaria.-Además, tengo plena con-
fianza en la OlpiniÓn y en las fuer:l.as del Gobierno. Sin
emb;\rgo, si estuviere engañado, si efectivamente la. Re-
pÚblica se encuentra en inminente peligro y de ello se
me cOJ\\'ence, no será ,\)01' falta de auneaaci<Ín
o ó de ener-

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.- 304-

gía de mi parte, que ese peJigro se realice.-Contento me


separaré del mando depositándolo ahora mismo en uno
de los Designados, si esto se estimare conveniente, ó re-
suelto y firme tomaré otras medidas que se eligieren.-
-A lo único que me opongo es á faltar á las garantías
prometidas, restringiendo la prensa, disolviendo reunio-
nes ó castigando personas, que si han escrito y se han
()rganizado en junta, ~s b3jo una promesa á qne no pue-
de faltarse sin incurrir en mala fe.
y no se diga que esto e~ debilidad, porque si para
detener la anarquía son precisos actos más graves, estoy
pronto hasta á convocar una Asamblea Constituyente y
á suspender entre tant.o las garant.ías constitucionales.
Lo haría bajo la promesa formal y soiemne de dejar el
mando tan luego se asegurase la tranquilidad, y de no
admitirlo después aunque me viniese por legítima reso-
lución.-A¡.;í sahrían los ciudadanos á qué atenerse y no
serían engañados.-
Estos fueron los 'conceptos en que se expresó el
Presidente de la República, y lo aseguramos bajo nues-
tra palabra de honor.

San José, 5 de agosto de 1868.

(f.) JULIÁN VOLIO. (f.) _l. ESQUIVEL.


(f.) PEDRO GARciA. (f.) LUIS D.
SÁENZ
(f.) LORENZO SALAZAR (f.) MÁx? BLANCO."

No terminaron en 1868 los servicios del señor Doc-


tor don José María Castro á su patria. Muchos otros
ha prestado después en las altas esferas del gobierno, y
.aun pueden esperarse de su ilustración y reconoddo pa-
tdotismo.

Don Juan Rafael Mora.

El señor don Juan Rafael Mora vió la prImera luz


en San José de Costa Rica, el 8 de febrero de

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1814, hijo de uno de los negociantes de mejor posi-
<liónen su tiempo, hizo su carrera en el comercio y se con-
quistó lugar preeminente !l('}" su influencia en los nego-
cios y por su carácter generoso y amable.
La primera vez que aparece el sefior ::\Iorn figuran-
do en la políti(·a es cuando por la renuncia qne se vió
obligado á presentar el vice Presidente don José ~Iaría
Alfaro, después de los l:Iucesos de setiem bre de 1847, re-
{~ayóen él la elección para aquel puesto, declarada el 13
de noviembre del mismo afio.
Ejercía el Poder don Juan Rafael Mora, como se
dijo en otro lugar, cuando estalló ell Alajuela una cons-
piración, á In cabeza de la cual aparecieron los señores
don JU'1ll Alfaro Ruiz, don Benito Hojas y don Pedro
Saborfo, {I cuyo efecto se habían apollprado de unas ar-
mas que venían de PLlntarenas (¡ San ,JoRé. La intento-
na no se dirigía especialmente contra :\roJ'a; la revolu-
ción estaba preparada con anteriorid,ul y tenía por objeto
nn cambio en el personal del Gobierno.
Inmediatamente el señor :Mora dictó todas las dis-
posiciones conducentes ~l restablecimiento del orden y
de!'tacó una fuerza subre Alajuela, obrando con tanta
~ctivid~d, que al siguiente día éll la tarde la ciudad fué
ocupada, después de habér desalojado al enemigo de sus
posiciones en Río Segundo, Los Molinos, Las Ciruelas
y El Arroyo.
En la lucha pereció el Coronel don Simón Orozco,
jefe de las fuerzas del GoLierno y 30 individuos más de
ambas partes.
El señor Mora dispuso honras fúnebres á la memo-
ria del señor Orozco, puso bajo la protección del Esta-
do á su hijo unigénito don Leonidas Orozco y pension6 á
Sil viuda y la de don Santiago) Gen('vés que había muer-
to á consecuencia de una herida fm la misma c[lmpaña.
El Presidente de la Repl'tblica re.gresó illmediata-
mente. El sefio!' Mora le entregó el mando y continuó
,en sus ocupaciones habituales.
¡'El Presidente y el "ice Presidente no estaban de
acuerdo en todos los ramos de la administración.
39

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-306-

"El Doctor Castro y don Juan Rafael Mora no


veían del mismo modo la política interior de Costa Rica,
ni los asuntos centroamericanos, ni la manera de dirigir
las relaciones exteriores.
"El Doctor Castro tenía un gran número de enemi-
gos políticos; pero tenía también un poderoso círculo de
amigos que con sus incesantes v repetidas alabanzas lo
perjudicaban . .,
Mora era un comerciante que había tenido contacto
con todas las clases de la socieuad; un hombre agrada-
ble por su educación y simpático por naturaleza.
"En cal!rl~d de ('omerciante y de introductor de
mercaderías, había servido á mucha gente y contribuido
á que muchos pobres se hicieran ricos.
"Pertenecía á una familia extensa, ramificaJa y en-
tonces muy unida.
":Mora no había concurrido á las universidades ni
obtenido títulos acadéndcos; pero tenía un talento claro
y una penetración asombrosa.
"No pronunciaba extensos discursos; pero cuando to-
maba la palabra en pÚblico, tocaba el corazón de los a-
suntos C(1ll ma6stl'Ía.
"El círculo del Doctor Castro veía á Mora como un
pod~roso competidor del Presidente y procuraba no sólo
no ensalzarlo, pero ni aun hacerle la justicia extriC'ta á
que era acreedor.
"Don Juan Rafael Mora se hallaba en el poder
cuando estalló la última revolución de Alajuela.
".El "ice Presidente con s610 20ú hombres en un día
relStableeió el orden.
"~in embargo, el Congreso casi no ~e ocupó de l\f Ollc'l.
Todos los honores que tributaba eran al Doctor Castro.
"Don Juan Rafael Mora, no por esta manera de ser
tratado. sino porque no estaba de acuerdo con el Presi-
dente en la política militante, renunció y la renuncia le
fué admitida." (*)
Se procedió <l la (·lección de Vice Presidente y no

(") DOI·t{)1'MontlÍfar. "I{csciia histÓrica de Centro Amél'ka."

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-307-
habiendó) obtenido ninguno dA ]01:> candidatos d número
de votos necesarius, según la lp.y, se rppitió la elecci')n,
y ésta re cayó en el sefior don Manuel .José Cal'flzo.
• La época era tempestuosa, Heagitaban ]os ánimos
y ocurrieron nuevos trastornos promovidos en Hen:dia y
A.lajuela, durante los mese8 de !Setiembre y odul)J'ede 1849.
PaRados aquellos movimientos el ¡.;eI1o)'Carazo pu~o
su rerl11ncia y se separó de]a Viee Pn'siden(~ia en virtud
(le habérsele admitido el 25 de odnbre de aquí:'l ario.
Algunos días después el Dodor Castro presentó tam-
bién su renuncia y le fué ¡.¡drnitida el 1G de n(I"iembre
siguiente, eneargándm;o oel Poder Bjeeuti\'o al Represen-
tante seflor don Miguel Mont.
El mismo día 16 el Cong-)'eso d(-daró popularmente
electo vice Presidente de la HepÚhJic(\ al sefio)' don ,Juan
Rafael Mora .r dispuso qué tan 1)I'I.lltO reg"l'esara á la
capital de donde estaba ausente, tomase poseRión de su
destino con la debida solemnidad, lo clI:!1se verificó el 23
del propio mes de noviembre.
Practicadas que fueron las eleceiolll's para Presidente
de la República, don Juan Rafael 110m obtuvo nueva
prueba de la estimación y alto aprecio ton que le distin-
guían sus conciudadanos, quedando ('l(,(-to popularmente
para el período que debía terminar el 30 de noviembre
de 1853. La eleceión de Vice Presidente, practicada un
poco después, recayú en el sei'ior don Francisco María
Oreamuno.
El Gobierno del señor Mora comprende sin duda la
época de mayor progreso alcanzada por Costa Rica hasta
entonces, y es sin duda el período en que el movimiento
geqeral del país se ha caracterizado mejor, por su activi-
dad en todas las esferas de la administración pÚblica.
En memoria de esos tiempos q nedan con~ig-Il;lda"llas
primeras líneas del pequeño prólogo de esta obra, y en
diferentes partes de ella se hacen reterPTlcicU!á llls adelan-
tos que promovió y llevó ~l térmillo.
Gobernaba don Juan Rafcwl :\lom cna nllo :'t causa
de los acontecimientos interiores de ~ieamglla, el íllibu,;-
tero Wílliam \Válker que dominaba ya en aq'wlla RI'pÚ·

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-301-;-

blica, amenazaba apoderarse de Centro América. Mora


llamó á ejercer el Poder Ejecutivo al Vice Presidente-
sefior Oreamuno, cumo ya se dijú, y cambió las comoJi-
dades y los halagos del hogar, por las fatigas de]a campa-
ña y los desconocidoR peligros de ]a guerra. La lucha.
principió y laR armas de Costa Rica bajo las órdenes del
señor Mora, se cubrieron de gloria desde los primeros.
ataques, librados dentro de su mismo territorio, de donde
se desalojó inmediatamente al enemigo.
La campaña se llevaba adelante; las fuerzas costa-
rricenses con impulso que los enemigos no pudieron resis-
tir, habían conquist~do sus posiciones v dominaban hasta
Rivas, cuando á causa de haber desan~ollado el cólera en
Nicaragua y de haberse infestado aquella ciudad, el ejér-
cito tuvo que retirarse precipitaJamente.
Esto ocurri<'>en 1~56..
La oampaña continuó en 185i después de haber
sufrido el país los estragos de la peste y de haber perdido
en ella cerca de 10,000 habitantes.
Aquella guerra sostenida á costa de sacrificios cruen-
tos, significaba el más noble de l(\s esfuerzes de un pue-
blo, que acude en auxiiio del hermano y mezcla con él
8U sangre en defensa de la, más santa de las causas.
Los prestigios del ejércit.) c1eCosta Rica se extt>ndie-
ron en toda la América Central, y valieron al Genera]
costarricense don José Joaquín Mora, hermano del Presi-
dente, los honores del mando en jefe de los ejércitos
centroamericanos, aliados contra \V álker.
Don Juan Rafael Mora no asi:-:tióá la segunda cam-
pafia. Asuntos interiores demandaban su presencia en el
país, y no estimó oportuna entonces su separación del
. Gobierno. '
La victoria coronó los esfuerzos de los centro-
amerieanos y asegUl'ó la independencia de la patria com{ul;
á lograr ese grandioso fin habían contribuido en primer
término los costarricense~i, con su larga campaña por tierra
y con la toma de los vapores filibusteros, que alimenta-
ban por el río de San .J U,\H y lago de Nicaragua, la teJ~az.
resistencia de los usurparlores.

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-309-
La popularidad del Presidente Mora llegó á ser tan
grande, que hasta hoy no ha tenido este país ninguno otro
de sus hombres públicos que haya gozado de un presti-
gio mayor. Pero también tenía opositores su gobi( •.rno, y
más de una vez se vió preci~ado á tomar medidas enérgi-
cas para sostener el orden eHtableeido.
Causas que no ~s 0portnnidnd de exponer, fueron
agrupándose hasta formal' un drelllo reHpetable de oposi-
ción.
Se conspirÓ, y con el apoyo de los Comandantes,
Generales uon Lorenzo Salazar y don Máximo Blanco, el
14 de agosto 1t\59, en la madrugada, fué desconocido en
San José el Gobierno del señor don Juan Rafael Mora, y
Pl'oclamado Pl'esideute de la HepÚblica el señor Doctor
don José ::\lnl'ía Montealegre. hermano político del senor
Mora.
Llegaba para el ex Prct:.idente la época de la proscrip-
('i{¡n. Retirado de sn patria viajó por variaR partes. y, por
Último, organizó en 18fJO en la RepÚbliea del Salvador una
•...xpedición armada, con objeto de restaLlecer su gobierno
deHtollocid,) en el afio anterior.
Aunqlw los conMos de revolución en fanH' del seflor
Mora habían sido ineesantés de1;ptl~s del 14 de agosto,
ya regía entonces la Constitución <le 18;-)9, sancionada
por el Gobierno de :\fontealegre, y segÍlll esa ley funda-
mental estaba organizado el país.
N o fué bastante á sostener la causa <lel sellor -'lora,
el pronulwiamiento de varios puclJloH y el gran nÚmero
de sm. partidarios. La revoluciÓn qued{) ,~irellnscrita á
Puntarlmas )' la toma <le la tl'inchér:1 de AngoHtura
decidi{1 el triunfo del Gobiel'llo.
En cumplimicnto de sentencia de un consejo de
g-UClTa, el ao de setiemhre Lle 1HIJO, don .Juan Hafael Mora
había deja<l,) de existir ..

Don José María Montealegre.-

~a('i\) en San José e119 de marzo de 1t11;). En muy


temprana ,~dad fllé cm'jado Ú Inglaterra donde Cf)n una

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-BIO-

-dedicación recomendable, tennin6 brillantf\mente Sll ca-


ITera y obtuvo el título de doctor en medicina.
De regreso á su patria dedicado al ejercicio de su
p,"ofesión, á las consideraciones de que gozaba como miem-
bro de una acaudalada y re'l5petable familia, agregÓ las de
-sus merecimientos personales y las de su fama como mé-
.dieo.
Inaugurado el Gobierno provisional del sellor MOTl-
tealegre, el 14 de agosto de 1859, tan pronto lo permitie-
ron las agitaci0J1es frecuentes y los conatos de revolución,
convocó fl llna Asamhlea Constituyente, y en aquel mi,,-
mo año fué sancionada una nueva ley fundamental.
Bajo el régimen de esa ley, el sel101' MOlltealegl'c
fué electo Pr8sidente de la RepÚbHc:l, é inaug'uró su pe-
ríodo constitucional el 8 de mayo de 1860.
Las agitaciones políti('as pusieron al país en movi-
mieuto en setiembre del mismo año, y tm'minados los gra-
ves acontecimientos de Puntarenas, la administración con-
tinuó sin interrupción la marcha qu~ había iniciado.
Costa Rica siguiÓ en su senda de progreso. Bajo el
nuevo gobierno se promovieron mejoras de importancia;
:8e canceló la di>uda interior proveniente de las exigencias
de la guerra de 1850 y 1857; Y quedó restablecido el
principio de altcrnabi lidad e!) el poder, indispensable con
particularidad en países que como en los de Centro Amé-
rica, las reelecciones no tienen la sanción de las grandes
mayorías.
Se distinguió tan: bién la Administración Montealegrc!
por la autoridad de que revistió á sus ministros de Esta-
·do, pues éstos más que él, fueron durante su Gobierno lo!;
·que hicieron y mantllvi(~ron la política reinante y los que
.en general, ejercían el Poder á la manera que lo hace el
.:Ministerio en los gobiernos parlamentarios.

Don Jesús Jiménez,


N aei6 el señor don Jesús Ji ménez Al 18 de junio
¿e 1823, hijo del seO:)/' don Ramón Jimélle7., sucesor
.en el mando político de Costa Rica dal Gobernador de

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-311-

Ayala: y de la señora dOlla Joaquir.a Zamora, hermana


del ilustre don José María Zaníora.
Hizo sus primeros estudios en Cartago, y luego se
dirigió á Guatemala donde terminó su carrera y obtuvo-
el título de Licenciado en Medicina, en cuya profesión ~e-
ha conquistado renombre por sn acierto y dedicación, y
por sus humallitarios sentimientos wanifé8tados en favor
de lns clases pobres.
El carácter elevado dd sefior Jiménez, su rectitud y
capacidades demostradas patentemente, llamaron la aten-
ción de los círculos políticos y fué llamado á prestar el
contingente de 1;US luces y el apoyo de su posición social
en las difíciles evoluciones del gobierno.
Sirvió la Gobernación de Cal'tago, promoviendo pro-
gresos importantes en aquella Pnwincia; y en el Congre-
so y en el Ministerio contribuyÓ con eficacia (¡ llevar el
movimiento político y administrativo por el sendero de l:;l
paz y del progreso de la HepÚblica,
E~tos antecedent0s y las garantía'i de S1\ carácter"
prudente y suave; pero enérgieo y firme, le indicaron eo-
1110 el ciudndano en quien se reunían las condiciones es-
peciales nece~arias para promO\'er la fu~ión de los partidos
ell que estaba dividido ('} imís, y casi por aclamación ge-
neral el sellor Licenciadu don .J esÚs el illlénez flIé llamado
á la Presidencia para el período que seguía al del señor
l\Iontealegre.
Inauguró su gobierno el H de mayo de 1863. Su ad-
ministración de concordia entre lo::;costarricenses, pront()
se hiZ0 notar por sus tendcncia¡.: al progreso de la Repll-
blica, y ~on la gelleral satisf¡leeiú:¡ su w.bierno cOlH;olid~
la paz y la tranquilidad.
l't!rminado el período constitucional el 8 de mayo de·
1865, al señor Jiménez sucedió (,1 Doctor Cnstro, en quien
había recaído la elección popular.
Se ha visto como ]11 administración inaugurada en>
aquella fecha, terminó el 1~ de noyiem bre de 1868, y prin-
cipió la segunda administl'ación del señor don Jesús Ji-
u \(:n<:'l:.
En este nllUYOperíodo, llwl1lorahle por Illuehos con-

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-3 J 2-

ceptos, sobresalieron con especialidad las disposiciolles


dictada;H en el sentido de abatir la preponderancia del
cuerpo militar en los f1suntos de ·Estado, y las que justiti-
caron e11ema de la administración JilHénez: CA)H:\OS 1:;
INSTRUCCIÓN, sostenido con acierto recomendable.
Es evidente como ya se dijo, que el mayor impulso
en materia de enseñanza, 10 dió el Gobierno del se.flor .J i-
ménez en 1869, con medidas que alcanza,l'on los resulta
dos anhelados por sus antt-ct'sores.
Entonces se abrió una Escuela Normal y se regla-
mentó la enseñanza geneml en <\rmonía con los sistemas
modernos.
Brilló también en aquel tiempo el Colegio de Carta-
go que abrió á la ju\'entud el vasto campo en que flore-
cieron int-eligencia8 que son hoy honra del paí8.
En cuanto á vías de comuni('ación, en las dos admi-
nistraciones del señor Jiménez se trabajó formalmente en
la construcción de una carretera al Atlántico, y ~e promo-
vió la constnwción de una via férrea intero~e<)Jlica, con-
sultando escrupulosamente los verdaderos intereses de la
N ación.
Su gobierno fué desconocido por una ('.onspiraeión
combinada en Stm Jos"'; y Heredia, la cual estalló el 27
de abril de 1870, en,cuya fecha ~e proclamó Presidente
P rovisorio de la RepÚhlica al señor Licenciadp don Bruno
Carranza.
Cg,rtago, Alajuela y parte de San José, sostenían la
causa del señor Jiménez; pero él negó su asentimiento á
que se empellara una lucha fratricida y al siguiente día
la revolución dominaba en absoluto.
Se retiró el señor Jiménez á la vida privada y dedi-
có su atención al fomento de su escasa fortuna, descuida-
da por su consagl'ación al cumplimiento de los deberes
que le imponía su posición de gobernante ..
Diez y seis años después, durante los cuales rehusÚ
su participación en la política del país, el Congreso Cons-
titucional, haciéndose eco del clamor pÚblico, le declaró
Benemérito de la Patria por sus importantes servicios á
la N ación. ;

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-313-
El General don Tomás Guardia.

El17 de diciembre de 1832 nació en la villa de


Bagaces el senor don Tomás Guardia, hijo del señor don
Rudeci11do de la Guardia, originario de Panamá, y de la
sefiora dona María Gutiérrez de la ciudad de Hereuia.
Desde muy joven m08tl'ó su inclinación por la carre-
ra de las }trmas, y ya en 1848 empezó á servir en dase
de soldado voluntario, obtE'niendo en 1850 el grado de
8ubteniente.
-"En la guerra nacional de 1856, ~uando Centro A-
mérica y en especial Costa Rica, llamó á las armas á to-
dos los buenos ciudadanos para defenderse de la invasión
filibustera, el senor Guardia, ya teniellte, fué de los pri-
meros que corrieron á defender la patria, y en esta pri-
mera campana obtuvo el grado de capitán.
"En la segunda campaña de 1857, recogió abundan-
tes laureles, y se distinguió con acciones especiales de va-
lor y de conocimientos tácticos y estratégicos y recibió
el grado de Sargento Mayor Comandante, sobre el cam-
po de batalla del "TránHito," el 12 de noviembre de 1857,
y en la retirada del ejército de Rivas obtuvo el empleo
de Teniente Coronel.
"Recibió dos heridas y perdió dos tercios de la fuer-
za que mandaba en,la acción de San Jorge el 27 de ene-
rO de 1858, y el año siguiente fué promovido á Ooronel
y destinado á prestar sus servicios militares en calidad de
Comandante de Alajuela, hasta el 6 de abril de 1869, en
que acontecimientos políticos que sobrevinieron, le obli-
garon á separarse del servicio.
"Entonces perseguido por una administración que él
había servido con lealtad, tomó parte en la revolución
qUE:estalló el 27 de abril de 1870.
"En ese día fué proclamado por la revolución don
Bruno Oarranza como Presidente, y quedó Guardia como
Comandant'J General, hasta ellO de agosto del mismo
ano, en que tomó posesión de la Presidencia de la Repú-
40

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-314-

blica, electo por la Conyención Nacional, con motivo de-


haberse aceptado al señor Carranza la renuncia que pre-
sentó el 8 del mismo mes." (*)
Puede considerarse que desde esta fecha hasta el 17 de-
junio de 1882, el General Guardia dominó sin interrupción
en Costa Rica, pues si bien es cierto que el 8 de mayo de-
1876 entrÓ en ejercicio del Poder Ejecutivo el sefior Li-
cenciado don Aniceto Esquivel, electo popularmente, su ad-
ministración no pudo consolidarse, no obstante que estaba
apoyado por la opinión general.
A la primera demostración hecha en Cartago contra
el militarismo creado y sostenido por el señor Guardia, fué
desconocido en los cuarteles el gobierno del señor Esqui--
vel y proclamado el del señor Doctor don Vicente Berrera,.
el 30 de julio de aquel mismo año.
Ninguna administración ha sido más combatida en
Costa Rica que la del General Guardia en I'U largo período-
de dominación; pero ni sus enemigos más exaltados han
po\lido negarle rasgos que conforme el tiempo pasa, hacen
más notables algunos hechos que la recomiendan.
De sentir¡;;e es que los M bitos <le una larga carrera
militar, seguida en los cuarteles de Costa Rica, no pudieran
imprimir en el carácter del General Guardia, de suyo ama-
ble y genero:;o, otra claRe de ideas sobre las con\'eniencias.
del país en materia de gobierno. Era entusiasta defensor
de ciertos principios; pero no miraba la legalidad de los
procedimientos admini~trativos sino C0Q10 trabas á (Jue no.
podía avenirse.
Durante su Gobierno se gastaban ingentes sumas en
fomentar la enseñanza en el pueblo, y se sostenía mayor-
número de maestros de escuela que de soldados en los cuar-
teles; pero la instrucción pública había retrogradado en or-
ganización, y el sacrificio de dinero se hacía inútil por ese-
y otros motivos tal vez más graves.
Se llevó á efecto la apertura de la vía al Atlántico; pe--
1'0 quedaron compromisos enormes que no han podido jus-
tificarse.

(*) "La Ilustración Espa.iiolu. y Americ\l.na." del 15 de Illl\.rzo de U\7L

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-315-

Es 1110uoahle,por otra parte, que el General don Tú-


wás Gmmlia ahrigaba sentimientos humanitarios muy ele-
'Vados y que su amor á la patria era grande. Implantó en
'Su país el principio Ile inviolahilidad rle la vida humana y
.desoe su aparición en el gobierno quedó aholido el funesto
-eadah;,opolítico.
Dió á Costa Rica importancia real en los asuntDs cen-
1;roamericano~, y estableció el equilibrio que ¡;;e pretendió
desconocer, haciendo frente á una cuádruple alianza y po-
niendo á raya las pretensiones del General Barrios.
La administración Guardia terminó en días angustio-
'Sos para Costa Rica; pero á la mala situación econ6mica
-dominante entonces, hahía contribuido en gran parte la pér-
·dida de \lna cosecha y la baja constante en el precio del
~afé.
El General don TomRs Guardia dejó de existir víeti-
roa de una penosa enfermedad en la noéhe del 7 oe julio
de 1882. Su nombre vive en la emprcsa más grandio-
-sa, por sus resultados presentes y futuro~, que ha podido
llevarse á término hasta hoy en el territorio nacional.
Era característica en el General Guardia la virtud oe
,ger muy consecuente con sus amigos político::" aunque ello
le ocasionase antipatías y odios en la opo)o\ición;.iehillo á lo
~mal y á pesar de su grande impopularidad pn los Últimos
tiempos de su rlilataoa administración, pudo o9minar du-
rante doce años y morir tranquilo en su lecho.

Don Próspero Pernández y don


Bernardo Soto.
A la administración del General Guardia succIlió la
-del General don Prósper<l Fernándcz: y el 12 de marzo de
1885 por muerte oe aquel distinguido ciudadano, en IDO-
¡mentas harto difíciles ya no sólo para Oosta Rica, sino para
toda la Aml:rí(~aCentral, a"umió el Poder el señor Licen-
'Ciado don Bernardo :::)oto,en Sil calidad de Primer Desig-
!(ludo.
Por \,lecci\)n l)l)pular Pl·;lct.icada conforme á la ley, el

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
-311)-

señor Soto inauguró su propia administración el 8 de mayo


de 1886.
En estos dos períodos que se confunden por la influen-
cia preponderante del señor Soto en el primero y su direc-
ción efectiva en el segundo, Costa Rica volvió á entrar en
el régimen legal; se ha levantaoo el crédito del Gobierno en
el interior y se ha restablecido en el extranjero por medio de
convenientes arreglos, de que ya se ba hablado; se ha promo-
vido el ensanche de la producción nacional; se han abierto
nuevas vías de comunicación y mejorado notablemente las
que existían; se han provisto de elementos los almacenes de
guerra, y se ha estudiado para el caso de una eventualidad,
el medio de hacer eficaz su aplicación; pero en ninguno de
10i ramos de la administración pública han sido de mayor
influencia las disposiciones, que en lo relativo á la enseñan-
za en general y á los trahajos sohre legislación.
Las cuestione~ de límites, en vías de arreglo definitivo
por la intervención de respetables arbitradores y las rela-
ciones fraternales con las Repúblicas cerltroamericanas,
completan el cuadro que presenta en la actualidad la Repú-
blica de Costa Rica.

Justo es al. terminar estas breves not.as biográficas,


consignar también los nombres siquiera sea de unos cuantos
de los ciudadanos que, además de los mencionados entre
loiolpublicistas, merecen citarse por sus servicios á Costa
Rica, bien en las difíciles tareas del Gobierno, bien en
otras esferas ..
El señor don José Santos Lombardo, como ya se ha
visto en la relación de los sucesos posteriores á la decla-
ratoria de independencia, prestó importantes servicios y
como los Presbíteros don Pedro y don :Manuel Alvarado
y don Nicolás Carrillo y los señores don Joaquín de
19lesi<ls, Licenciado don Rafael Barroeta, don José María
Peralta, uon Nicolás y don Pedro Carazo, don Juan An-
tonio Alfaro, don Gregorio José Ramírez y otros, con-
tribuyeron á la organización de un ,Gobierno pl'Opio.

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- 317-

Autorizadas opiniones indican á los señores Lombar-


do é Iglesias, como el alma dp- la primera J unta Guber-
nativa y de varios Consejos y Asambleas. A la pluma
del señor de Iglesias se deben notables documentos de
aquella época memorable.
Los señores don Manuel Fernández, don Juan Jo::;é
Lara, don Joaquín Mora, don Manup-l Antonio Bonilla,
don Rafael Moya, don Miguel Mora y don Rafael G. Es-
calante, fueron importante;;; colaboradores en diversas ad-
ministraciones y encargados en épocas distinta:-l, del Su-
premo Poder Ejecutivo.
Los sefiores General don José Muda Cañas en la
política y en la carrera de las armas, y el Doctor don
Eusebio }1'igueroa, en la política t.ambién y en la judica-
tura, figuran entre"los hombres de Estado que málO lustr'3"
han dado á la patria en el desempeño de los delicadoB-
puestos á que los llamó su inteligencia, su integridad y su
espíritu de progreso.
Lugar distinguido corresponde también al señor don
Eusebio Rodríguez por sus servieios á la causa del bien
público y por la acertada dirección que supo dar á mu-
chas de las obras nacionales ejl-'cutadas ell su tiempo.
Han merecido i~llalmente la estimación pÚblica los
señores don Rafael Ramírez, á cuya inteligente dirección
se encomendó la segunda edición.r nota~ del Código
general, aun vigente, y que tanto~ otrns servicios prestó
á su patria; don Félix )Jatll y La Fuente, Gohernador
popularísimo de Caltago, Mini~tro inteligente y Diputado
notable por su valor cívico y" la entereza de BU ánimo
reeto; y don Juan Rafael Mata, laborioso é inteligente
colaborador en las tareas de gobierno, como Diputado,
como Ministro y como Jnez.
No han sido pocos los merecimiento!:; Je los señores
don ~ico1ás Gallegos, don :Modesto Guevara y don Juan
(le Dios Céspedes, por su patriotismo y por sus dilatado~
servieios.
Los señores don Francisco Montealegre, LicenciadO'
don ,José Antonio Pinto, don Joaquín Lizano, don Rafael
Barroeta, Licenciado don Juan josé Ulloa y otros, ha.n

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--318-

contribuido con su inteligente cooperación en diferentes


ramos de la administración pública, al bien de su patria,
á la que han servido dignamente.
Figura entl'e los patriotas esforzados por el bien y
por la libertad de Costa Rica, el denodado y popular ciu-
dadano s~fíor don Joaquín Fcrnández.
Entre los que constituyen la esperanza de la patrifl,
el Doctor don Carlos Durán, colaborador de la actual
Administración como Ministro y Consejero y los señores
Doctor don Juan José UUna Giralt, don Manuel de Jél-lÚS
Jirr}(~lleZy don Manuel Aragón, como Diputados al Con-
greso Constitucional, han llamado con justicia la ntelJeión
pública, en el ejercicio de las funciones de que han estado
encal'gados y en cuyo desempeño se han tlistinguido.
En el clero costflricense se han hecho dignos de muy
grata memoria, bien por SllS virtudes evangélicas, por su
desprendimiento en favor de los necesitados ó por haber
legado importantes capitales pam fundaciones henéficas,
los Venerables Sacerdotes señores don José Manuel del
Chapuí, don José Francisco Pcralta, don Rafael del Carmen
Calvo, don Juan M. Carazo, don Fernando Chavarría, don
José María Esquivt~], don Cecilio Umaña, don Ignacio
Llorentej y le honran en la actualidad, por su ilustración
y virtudes. los señores Canónigos y Doctores don Domingo
Rivas, don Carlos UlIoa, don Antonio del Carmen Zamor8,
y otros.
Del extenso número de valientes y abnegados patrio-
tas que contribuyeron con su esfutlrzo y sellaron con su
sangré la independenda nacional amenazada por W álker
y los suyos, Juan Santamaría, Juan Alfaro Ruiz y Mer-
('edes Guillén, hicieron sus nombres imperecederos. El
del Capitán Guillén, casi ignorado, es el de un héroe, cuyo
ardor patriótico no desmayó, sin embargo de estar su
cuerpo mutilado por nueve balazos,
También en aquellos días aciagos (>1senor Doctor
don Andrés Sáenz, Cirujano del Ejérdto y el señor Ca-
pellán Presbítero don Francisco Calvo, dieron ejemplo de
abne?;ación admirable, permaneciendo en Rivas, al lado
de los enfermos del cólera, mientras su presencia fué ne-

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-319-

cesaria, no obstante que el Ejército y también el Estado


Mayor, habían regresado precipitadamente á causa de la
alarmante propagación de la peste.
Inj usto sería no consignar el noro bre del señor don
r:nrique Villavicenci", natural de España, á quien en. la
enseñanza pública se deben oportunos servicios, y quien
como Director General de Estadística, ha organizado la
importante oficina encomendada á su celo, actiyidad é
inteligencia.

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-320-

~bsormciones meworulógicas practieadas en la ciudad de San José en el año de i885.


Latitud 9° 56' N., Longitud O. de Greenwich.
----
TEMPERATURA BARO-
MEDIA ..;
DEL METRO
DURA- eel
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CII)N
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16,25 21,56 19
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18,92 668,85
iS
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ª
~

Enero ..... "'''' O O O


Febrero ....... __ 16,50 21,75 18,56 18,92 669,10 O O O O
Marzo __•..... __ 17,25 22,50 19,21; 19,67 669,25 O () O O
Abril.. ..•..•.... 18,75 23,50 21 21,08 669,85 6 12 50 47
Mayo __.•..... ___ 19,50 23 20,50 21 669,05 16 42 00 152
.Junio ...•.••..•. 19,50 23,75 21 21,42 668,90 17 49 00 78
.Julio ..... __.•... 20 23 20,75 21,25 669,30 19 68 30 199
Agoeto .... '''''' 19,75 23,75 20 21,17 668,80 16 52 00 98
Setiembre ...•.... 18 23 19 20 669.10 25 149 00 396
Octubre ....... __ 18,25 23 ,
2025 20,50 669,2r, 21 118 00 327
:Noviembre ... _.. 17,75 22 20 ,50 20,08 668,90 24 178 00 4]2
Diciembre ••...... 16,56 22 20 19,50 668,85 7 27 00 59

Tbmino meMo en
---- -- -- ---- -- -- ---
el año •.•• 18,17 22,73 19,98 20,29 609,06 151 69:> 80 1768

---"::.:::::::..:=::- ------------::::=::::..::::

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-321--

N'OTAS y ERRATAS.

En la página 176 al tratarse del Hospicio de Leprosos, se


<dijo que el edificio en que se encuentra fué donado por el Gobier-
no, en lo cual hubo error, pues la donación hecha solo fué del
terreno en que se ha construido.
En cuanto al HOflpicio de Huérfanas de que se trata á con-
tinuación del anterior. debe hacerse la adición de que ocupa un
~di6cio a,mado vara el objeto pOI',,1 Gobierno.

Recientemente se hl\ procurado la in,;talaciÍln del Hospido


.de Huérfano~, á iniciativIl de val'illS señ(,I'as. El ,;eilOrObispo
'Tbiel, tan pronto tuv;> conocimiento de qt\l~ se carecía de un local
:apropiado, puso á di&pnsiciÚn de la .J 1Illt;l l'l~spediva el edificio
.oon~truidQ con ese objeto, de que se hizu rt'f.·I"·IlI·iaen la página 1i 4.

81 Línea 27 Dice: incedos .- L~,l ,,',: insectos,


P~na
82 32 qua * (¡ne.
"
..
"
91
"
4 Batracianos
Gontitue:ollal
B:J.tracios.
Constitucional
137 13
'n
"
169 20 cerranÍas sl>rranías.
n
"
177 31 CcompañÍlI Compaiiía.
"
.. 19R 16 CÓl'lloy,t
Cri~t<)\'al
Córdoba .
CrisMhal
198 18
206 24 uicio * jlliciu.
"
220 22 ~ Bah'ín Bill híu,
221 33
'"
... 228 4 Bomdilla Eo 1ladilla .

232 lo Velazq aez R:UlIíl'cZ Yelázquez Ramiro.

234 9 cl1mIlni('aciolll~s * COIllunicacioncs.

2M 8 ad'lpta a<1opbha.

(*) LaR <¡lit) están nl:ll'cuda' eOll ól.;t,·ri"'1I ~(,lo 'e "nellplltrall en algnnos
~plar.·~, .
41

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-322-

INDICE
Presentación al Gobierno 1
Acuerdo del Minist-erio de Fomento nombrando una comi-
sión para examinar este tra.bajo 2
Informe de la comisión · 3
Ac~erdo gu~rnativ.o sobre propiedad de la obra y dispo-
mendo su ImpresIón 5
Dedicatoria 7
Introducci6n , 9

La República de Costa Rica.

Posición Geográfica }
Extensión territorial 11
Límites , .
Origen de su nombre 22
Armas y Pabellón 2S
Fisonomía del país ' 2ll
Volcanes 2:ií
Golfos y Bahías 26
Penínsulas y Cabos .

~f!s~~~~:
:'.'.:::::::::::::::::'.:::::::::.:: ::::::::::} 27
Islas 28
Clima : , 1 29
Estaciones í
Población.

Caracteres de la pobiación } 30
Extranjeros , , 34
Profesiones 35

Producciones.

l'l.eino vegetal ~ 36
Palmas, orquídeas y flores ~ 07
La morera ························· .. ······· ~
Plantas medicinales y oleaginosas . 39
" textiles ( 40
" tintóreas S
Maderas, Hule, (Caucho) tabaco, trigo, bananas, café, etc .. 41
Reino mineral , . 49
Reino animaL ··················· 50
Mamíferos . 51
Aves . 59,
" acuáticas · ·············· 89
Reptiles y Batracios . 91.
Peces, moluscos, crusMceos, etc . 94-.

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-323-

Industria y Artes.
Industria pecuaria ··········· 96
Gl.1lAdo vacuno, caballar y lanar en 1883 ······•·· 98
Industria minera ·.····· 99
Nombre y situacicSn de las principales minas ······ 101
Fltbricas ' 101
Obreros 103
Establecimientos en los cuales se divide especialmente el
trab&ioindustrial 104:
Bellas artes 105
Comercio.
Principales prodnctos exportados ·····
110
Importaciones . 111
Movimiento comercial de C,>st&Rica en 1883, 1884 Y 1885. lIS
Café exportado en 1884 y 1885 Y su destinadón . 114:
Establecimientos de crédito ·· .. ········· 1 115
Sociedades anónimas , - ,
116
í
Monedas , .
Cuadro que manifiesta el valor de las monedas acuñadas en
Costa Rica. de 1829 á lR86 ·· .. ·· .. ·· .. - . 118

~:~ ~o~~eJi::S
~~~~~.
~~~~~~.
e~~~~~j.~r~
::::::: \ 119
Medidas ponderales 6 pesas ·················· 120
Pesas médicas .
Medidas de capacidad para áridos 6 granos }
" " " •• lIquidos ······· 121
De pasta para la moneda .
:\ledidas lineales é itenerarias ·.················
122
agrarias , . 123
superficiales 6 cuadradas ········ t 124
cúbicas f

Vías de comunicación.

Ví~~~~~~~~~~i.~.
Puntarenas á San José
:.~~~:~~~~n~~.:l~~
~~~:~~~~e\ .
125
126
Esparza .
San Mateo y Atenas . 127
Ferrocarril central . 128
San José á Limón . 129
Ferroca.rril de Ce.rtago á Reventaz6n (proyecto) , 130
Puerto de Colorado t 131
Ferrocarril de Carrillo (Rio Sucio) á Nicaragua f
Carreteras y otros caminos coustruídos 6 en proyec-
to ························ . 132
Correos . 133
Itinerario dc los correos . 134
Telégrafo . 135
Cable centro y sur americano v su talifa . lSG
Telefono~ , : , . 137

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
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Instituciones políticas .
. AdmÍDistraei6n pública ..................•.............. 137
Der.e~hos y garantías " l 139
Religión f
Instrucción pública ' :::::: 141
División territorial escolar . 144
Legislaci6n y tl·ibunales . 148
Penas l 150
Registro de la Propiedad í
Inscril?ci~n total de la Propiedad el 31 de mlU'zo de 1884 y
movimiento hasta 1886 . 151
Inscripción de hipotecas en i~uales fechas " . 152
Resumen general de las inscnpciones . 153
Rentas nacionales .. · ¡ 15-1
Estado de las cajas nacionales C'Il setiembre de 1824 f
Producto de las rentas públicas en 1840 .................• 1
,,1860,~ I

r
" """ )1
V:)li
" "" " 1880
" ,."" " ,,1885 á 1886 I
Deuda nacional '/
Deuda exteriOl· f 15H
Deuda interior ' }
Billetes nacionales , . 15U
Relaciones inteJ'Dacionales .
Ejército " . 160
Imprentas, periódicos y puhlicistas : . 161

Principales poblaciones.
San José, capital de la República 169
Cartago 180
Alajuela 18í
Heredia 190
Liberia, Santa Cruz y Nicoya '" 193

PARTE SEGUNI·)Á.

Epoca primera.

Descubrimiento y conquisto. de Costa Rica. Años de 1502


á 1655 195
Fundaci6n de la ciudad de Santiago de Talamanca y otros
acontecimientos , : ' 212
Decaimiento de la Provincia. Auos de 1666 á 1727 215
Erupción del volcán de Ira~ú 223
Mejoras y reanimaci6n. Aíios de 1727 á 1821 225
Gobernadores de Costa Rica basta itquella fecha 2a2

Este Libro fue Editado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República,Colombia
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Epoca segunda.
Ca.U8&8de la. Independencia. Años de 1~11 ~ 1821. 233
Dec1a.raci6n de la. Independencia en Costa Rica . 240
La. primera. ley constitutiva y anexi6n á México . 243
La primera. guerra civil en Costa Rica. . 246
El :primer Congreso ó Asamblea. constituyente, y organiza.-
cIón del primer Gobierno constitucional . 25G

APENDICE.

Cuadro de los Presiucntes y demás ciudauanos que han ejercido el


Poder Ejecutiyo. 270

Don Juan Mora . 272


" José &fool Gallegos . 274
Licenciado " Manuel Aguilar . ~75
" Braulio Carrillo . 278
" Francisco Moraz:!n " . 282
" José María Alfaro . ~WO
" Francisco María Ol'eamuno . 202
Doctor " José María Ca.stro . 29;}
" Juan Rafael Mora . 304
Doctor "José María Montealegre . 309
Licenciado " JesÚB Jiménez . 31ú
General ,. TomlÍ8 Guardia. '" . 313
Generales " Pr6spero J<'ernández y ~ 315
" Bernardo Soto S
Notas sobre algunos costarricl)DRes distinguidos . 31G

Observaciones meteorol6gicRs - - . 320


Notas Y erratas. ' . 321
.Indice . 322

BANCO DE L:\ r~")jQLI:A


BIBLIOTECA WiS-AN(::.,. r~.\¡"¡G0
CATA10CAC;C"r·:'

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