Liberar Lo Condicionado - Mod 2
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Módulo 2
El Llamado Interno:
La necesidad de Autorrealización
PROVERBIO ZEN .
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La evolución de la conciencia
La Psicología Transpersonal es
fundamentalmente una Psicología e-
volutiva. Pero no se enfoca sola-
mente en las transformaciones psi-
cológicas que se dan en todo indivi-
duo a medida que maduran su siste-
ma nervioso y sus capacidades cognitivas (como podría ser el modelo de
Jean Piaget). Incluye esa concepción, abarcándola, pero se extiende
más allá de ella, para abordar aquello que trasciende el Ego (de allí el
nombre de Transpersonal).…………………………………………………….………………….-
……………… .............................................................
Esto implica que hay una serie primaria de estadios del desarrollo
que implican la paulatina constitución de un Ego, una individualidad que
puede discernirse respecto del entorno. Con mayor o menor nivel de inte-
gración, todo ser humano con capacidades cognitivas standard desarrolla-
rá su psiquismo hasta definir su personalidad. Las distintas escuelas de
Psicología de Occidente se fueron focalizando en ese nivel del desarrollo
evolutivo, y en las psicopatologías vinculadas a esta franja personal. Sin
embargo, el ser humano tiene como posibilidad innata la de experimentar
niveles de conciencia que van más allá del Ego (los cuales no son sólo
privativos de los místicos, sino que, ya sea en forma transitoria o es-
table, y desde ciertos requerimientos, toda persona puede vivenciar).
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to puede experimentárselo por un instante, ya sea a través de una si-
tuación extraordinaria (tal como un accidente, un parto, un sueño), o bien
en medio de la vida cotidiana (como un sobresalto de la conciencia res-
pecto de su promedio habitual), o también mediante algún tipo de ejer-
citación que propicie ese estado visionario (meditación, hiperventilación, u
otro tipo de ejercicios). En ese caso estaríamos hablando de una modi-
ficación funcional, fuera de lo común para el nivel de conciencia de ese
individuo en particular. Pero también puede darse como modificación es-
tructural, lo cual implicaría que la identidad establecería su eje en
ese nivel de percepción lúcida, no siendo ya sólo un momento circuns-
tancial, sino el lugar desde donde el individuo se vivencia a sí mismo y a
la realidad toda.
A partir del trabajo que hemos iniciado en este grupo, también no-
sotros iremos conformando una red humana, acompañándonos recípro-
camente en nuestros descubrimientos internos. En este mismo momen-
to, mientras Ud. lee estas palabras, sus compañeros de grupo (dentro del
cual me incluyo), más allá de las distancias geográficas, estamos en
consonancia, trabajando sobre los mismos conceptos y ejercicios, du-
rante toda la semana. Sienta esa presencia, esa compañía, pues es
muy real... Y, por supuesto, también Ud. está siendo compañía para cada
uno de sus compañeros de camino. Esa sensación de presencialidad la
iremos construyendo entre todos, cada vez con más nitidez a medida que
interactuemos en este trabajo conjunto.
Algo que puede resultarle de utilidad para conectarse con ese lugar
interno desde el cual Ud. está potenciando su conocimiento de sí, es un
ejercicio de Imaginación Activa consistente en lo siguiente: estando en
calma, en un lugar donde pueda relajarse, permítase mirar hacia adentro,
centrándose en observar su respiración. No la modifique: simplemente
siéntala, hasta que su propio cuerpo genere un suspiro profundo y re-
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lajante. Más allá de la agitación inicial, deje que poco a poco vaya na-
ciendo cierta calma...
Hacia el Despertar:
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tación de este tipo de oferta golpea directamente en las necesidades de
un Ego desnutrido, que busca sentirse importante a través del “desarrollo
espiritual”. (Ya volveremos a este ítem cuando nos enfoquemos sobre el
tema del Ego en particular...)
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nimiento. Ello implica que iremos, como en un laberinto, avanzando y re-
trocediendo, gestando hallazgos y también queriendo conquistar espejis-
mos. Nos acontecen descubrimientos, ilusiones y des-ilusiones, autoen-
gaños, transformaciones personales... Por eso se le llama, justamente, “El
Viaje del Héroe”: hace falta mucho coraje para animarse a la travesía,
encontraremos guías verdaderos y otros falsos que nos confundirán. Su-
friremos, lucharemos, querremos desistir... Sin embargo, dentro nuestro
la inquietud de comprender no nos deja en paz, y reiniciamos el Intento
una y otra vez, una y otra vez...
Y hay algo que es muy claro en ese proceso: podrán ayudarnos, po-
drán acompañarnos, pero nadie, nadie podrá transitar el Camino en
nuestro nombre: sólo uno mismo puede llevarse a sí mismo hacia el ir
despertando, con todos sus riesgos y todas sus bendiciones.
Una vez que haya marcado esos hitos, observe si hay algo en par-
ticular que le llame la atención: ¿qué aprendizajes, qué desilusiones, qué
descubrimientos le otorgaron cada uno de esos hitos? Tal vez encuentre
tramos de su vida en los que suspendió su Búsqueda. ¿Qué fue lo que le
provocó ese desvío? Y por último: ¿qué rasgos suyos se fueron mo-
dificando a lo largo del Camino? Que le resulte provechoso!
El trance consensual:
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a recibir los condicionamientos de nuestro entorno (nuestra familia y la
cultura en la cual hemos nacido). Estos condicionamientos tienen tal
poder en nuestro psiquismo, que van moldeando nuestra percepción del
mundo y de nosotros mismos, gestando una identidad adquirida. Ello
implica que, comúnmente, cuando una persona dice "yo", en general se
esté refiriendo a algo que no es su verdadero Sí Mismo, sino una es-
tructura psicológica postiza, que produce la represión de nuestra real
identidad esencial (luego volveremos con más detalle a este concepto).
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y a cada uno su obra, y al portero mandó que velase. Velad, pues,
porque no sabéis cuándo el señor de la casa vendrá." (3)
Vaya ahora con su atención hacia el inicio del día, y trate de re-
cordar de qué modo inició la jornada: qué sensaciones, qué emociones o
pensamientos se movieron en Ud.. A partir de allí, el ejercicio consiste en
“pasarse la película” mental de todo lo que sucedió dentro suyo a lo largo
del día, siguiendo la cronología de los acontecimientos, hasta ese mismo
momento de la noche, en el que Ud. está realizando la práctica.
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Más que recordar meramente los acontecimientos, se trata de ob-
servar retrospectivamente qué le sucedió, qué se movilizó dentro suyo
ante cada uno de ellos: qué le disparó internamente cada situación.
No es raro que a lo largo del ejercicio se produzcan desvíos mentales y
distracciones. Si esto le pasa, procure gentilmente (sin ser áspero o exi-
gente consigo mismo) volver la atención hacia su “película”.
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te, tan antigua como la Humanidad misma, es la que muestra al hombre
en situación de esclavitud. Y la meta de la Trascendencia es llegar a ser,
como se dice en Oriente, un “liberado viviente”. Esa expresión, que puede
tener ribetes misteriosos, en principio alude a algo muy concreto y cons-
tatable por uno mismo: ir despertando significa ir siendo, cada vez en
mayor medida, dueño de sí.
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Bien: así funcionamos todos los días. Las "órdenes post-hipnó-
ticas" las fue sembrando en nuestro Inconsciente la vida misma, dejando
traumas, complejos, condicionamientos. Y cuando cualquier hecho del
presente "chasquea los dedos", gatillando exactamente en esas zonas no
resueltas, -emocionalmente cargadas-, reaccionamos desde aquellas vie-
jas pautas inconscientes, compulsivamente, "en automático": una
actitud, un pensamiento, un sentimiento que no sabemos de dónde vie-
ne... Y, al igual que el paciente poniéndose el sombrero, lo que hacemos
es justificarnos, construyendo falaces explicaciones (para nosotros mis-
mos o para los demás) sobre por qué hemos actuado así
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ha despertado excesiva simpatía por alguien que ni conoce, o bien que se
angustia y se mortifica por algo que no valía la pena...
Bien: con la misma claridad con que uno puede observar a los de-
más, podría llegar a observarse a sí mismo. En principio, cuando una e-
moción es muy intensa (ira, miedo, enamoramiento, decepción, ansie-
dad...) es bastante probable que, detrás de ella, haya una programación
inconsciente que se ha disparado: la vida ha “chasqueado los dedos”...y
nos estamos poniendo el sombrero! Acto seguido, es muy probable que
nos justifiquemos. (Véalo de frente: trate de darse cuenta de qué pau-
ta interna se ha accionado. Quizás un 20% de la reacción que Ud. está
teniendo, sí es proporcionalmente acorde a lo que acaba de sucederle en
el aquí y ahora. Trate de discernir, entonces, ese 80% que no co-
rresponde al presente.)
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periodistas y demás comunicadores sociales se les denomina "formadores
de opinión"!).
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mamífero humano va estructurando su personalidad adaptándose al en-
torno. Y lo principal de ese entorno son sus coespecímenes.
Algo similar resulta con la cultura en que nos hemos criado: nada
nos llama la atención en ella, por su familiaridad; pero la mirada de un
extranjero, o un viaje hacia otro lugar del mundo, nos señalará idio-
sincrasias que de otro modo nunca nos habrían sorprendido.
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camos, "los demás", con sus actitudes, con sus presencias y sus ausen-
cias, con sus opiniones sobre nosotros... tendrán un enorme poder sobre
quienes somos, y, más que estar autodeterminados, funcionaremos
siendo determinados por los otros.
Aquí hay una doble trampa: por un lado, estamos presos de la opi-
nión que el otro pueda hacerse sobre nosotros, y, por otro, terminamos
atrapados por la imagen misma: es como si esa imagen tomara po-
sesión de quienes somos (tal como un personaje de teatro que se ins-
talara en la vida personal del actor que lo interpreta). Y por sostener esa
imagen muchas veces generamos un guión vital que no es el nuestro.
(Por ejemplo, si me importa mucho que me vean como servicial y gene-
roso, es muy posible que tenga serias dificultades en decir que no, en pe-
dir lo que necesito, o en cualquier otra conducta que no cuadre con esa
imagen nuestra que hemos asumido excluyentemente.) Observar este fe-
nómeno psicológico requiere de mucha sutileza, de
mucho discernimiento. ¿Cuándo estoy diciendo lo
que digo o haciendo lo que hago para reforzar una
determinada imagen de mí mismo (ante mí o antes
otros)? ¿Qué sentimientos o sensaciones estoy
ocultando (y tal vez ocultándome) para no des-
virtuar esa impresión que quiero producir?
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simplemente eso: el "rollo mental" que se dispara ante el sencillo acto de
"armar el personaje" que va a “salir a escena” ante los demás. ¿Hasta
dónde se permite hacerlo en función de lo que a Ud. mismo le gusta, y
dónde comienza a funcionar el querer ser admirado / envidiado / acep-
tado / deseado / ignorado, considerado como de buen gusto u original,
(etc., etc.)?
° Un último punto (aunque Ud. sabe que podrían haber muchos más):
haciendo un relevo sobre cuáles son los principales temores que tiene
la mayoría de las personas, uno de los que más puntajes suma, y el más
universal en Occidente, resulta ser el temor al ridículo (curiosamente,
es más universal inclusive que el miedo a la muerte!). En el miedo al
ridículo también se pone en juego algo instintivo, fuertemente arraigado:
el temor a ser expulsado de la manada, a ser rechazado y, con ello, a que
peligre la supervivencia (afectiva o biológica). Quizás sea por eso que es-
te miedo es tan ancestral. Sin embargo, corresponde a una parte externa
de nosotros mismos: al Ego.
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debe realizarse delicadamente, pues aquello que se quiera doblegar pre-
maturamente o en condiciones inadecuadas, muy probablemente se que-
brará, generándose síntomas neuróticos.)
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El Tres: Encantado consigo mismo, va en pos del éxito, se destaca,
sabe promocionar sus dotes, emocionalmente distante; se prioriza a sí
mismo, tiene capa-cidad para las relaciones públicas y para irradiar una
buena imagen social, le importa mucho el status y ser “el mejor”...
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talmente preso del funcionamiento tipológico propio. En base a él se or-
ganiza nuestro modo de pensar, de sentir, de actuar, de sufrir y de con-
cebirnos a nosotros mismos.
De nuestro cuerpo:
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cuerpo-mente, tales como el Hatha Yoga, el Tai-chi, el Aikido, y otras).
Mantener la casa de carne tan sana como sea posible ayudará a que el
trabajo interno y la vida cotidiana no estén entorpecidos por malestares
que se podrían evitar.
El placer del cuerpo (el que pueden traer los sentidos en la per-
cepción cotidiana de la vida, y también más específicamente a través de
nuestra sexualidad) puede ser una puerta hacia la percepción de lo Sa-
grado: la Vida, manifestándose conscientemente como energía, potencia,
percatación. (En algún momento volveremos a estos conceptos, tan
preciados por ciertas líneas de trabajo sobre sí. Algunas de ellas, como el
Budismo o el Taoísmo, hacen hincapié en el abrir los sentidos para
captar conscientemente las percepciones que ellos traen, y a partir de
ello acrecentar la noción de estar intensamente vivos.)
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sumir inconscientemente, sino para administrar con inteligencia.
Cuanto más sanamente nos reconozcamos como algo distinto del cuer-
po, menos presos estaremos de él. ¿Puedo preguntarle cómo se lleva Ud.
con el suyo?
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A modo de síntesis:
BIBLIOGRAFÍA CITADA:
1) "El despertar del Self", de Charles Tart. Ed. Kairós, Barcelona, 1994.
2) Citado en "Las grandes metáforas de la Tradición Sagrada", de Ralph Metzner. Ed.
Kairós, Barcelona, 1988.
3) Evangelio según San Marcos, 13, 33-36.
22
Pág. 2 "Spirit visions", de Martin Herbert.
Pág. 6: "Proverbios neerlandeses", de Pieter Brueghel, el Viejo.
Pág. 8: "Cyberman", de Aldous Xlux.
Pág. 9: “Man?”, de Rupert Bonn.
Pág. 10: "Le chef d'oeuvre", de René Magritte.
Pág. 11: "Les amants", de René Magritte.
Pág. 14: "Special moment", de Marina Haight.
Pág. 15: "Avec des amies", de Marlene Veaux.
Pág. 17: “Le chapeau”, de Jean Pierre Lanuit.
Pág. 18: Antiguo grabado sufi. ♣
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