Clase Modulo 8 - Las Competencias Del Gobierno Federal
Clase Modulo 8 - Las Competencias Del Gobierno Federal
Clase Modulo 8 - Las Competencias Del Gobierno Federal
TEMARIO
1.- Las relaciones exteriores: sujetos, objetivos. Los tratados y otros instrumentos
normativos. Reglas de procedimiento y ejecución. Tipo y rango normativo. Tratados
ejecutivos. Denuncia y derogación de los tratados. Guerra y Paz. El ingreso de tropas
extranjeras y salida de las Nacionales. Relaciones con la Iglesia Católica. El
sostenimiento del culto. Acuerdo de 1966.
2.- Competencias militares, de defensa y seguridad. Naturaleza institucional de las
Fuerzas Armadas. Poder de organización y mando: designación de los cuadros.
Sistema de seguridad nacional. Zonas de conflicto.
Servicio militar.
3.- El estado de sitio. Naturaleza y objetivos. Carácter. Autoridades que lo declaran.
Tiempo. Lugar. Derechos restringidos. Control judicial. Arrestos presidenciales sin
declaración de estado de sitio. Ley marcial. Estado de guerra interna. Concesión de
facultades extraordinarias y de la suma al poder público.
Las emergencias económicas.
4.- Competencia federales normativas. Derecho federal. Derecho común. Su
aplicación. Casación Nacional. Discusión. Legislación penal. Amnistía.
Objeto, naturaleza, delitos amnistiables. Derecho procesal local y nacional.
5.- Competencias jurisdiccionales de los poderes ejecutivo, legislativo y constituyente.
Indultos y conmutación de penas. Requisitos constitucionales y control judicial. Indulto
a procesados. Competencias en materia financiera, económica y comercial de la
Nación. El presupuesto: Iniciativa, ejecución. Cuenta de inversión. Derecho
constitucional tributario. Principios. Tipos de tributos y competencia de la Nación y las
Provincias. Ley de convenio. Poderes tributarios provinciales. Coparticipación. Doble
imposición.
6.- Moneda y bancos. Bancos nacionales y provinciales. Emisión de moneda y
determinación de su valor. Convertibilidad.
Antes de iniciar nuestra última Unidad, les aclaro que en esta Unidad
seguiremos en su gran mayoría al Manual de Sagues.
1.- Las relaciones exteriores: sujetos, objetivos. Los tratados y otros instrumentos
normativos. Reglas de procedimiento y ejecución. Tipo y rango normativo. Tratados
ejecutivos. Denuncia y derogación de los tratados. Guerra y Paz. El ingreso de
tropas extranjeras y salida de las Nacionales. Relaciones con la Iglesia Católica. El
sostenimiento del culto. Acuerdo de 1966.
Último tema de nuestra materia. Para ello, tenemos que ir al artículo 75 inc. 6
que dispone como competencia del Congreso Federal “Establecer y reglamentar un
banco federal con facultad de emitir moneda, así como otros bancos nacionales”.
El inc. 11, por su parte enuncia como competencia del Congreso nacional
también la de "Hacer sellar moneda, fijar su valor y el de las extranjeras" y el inc.
12 encomienda al Congreso sancionar leyes sobre "falsificación de la moneda
corriente".
El art. 126, por su parte, impide a las provincias "establecer bancos con
facultades de emitir billetes, sin autorización del Congreso federal".
Hecha esta introducción a la Constitución, estudiemos que disponen
particularmente cada uno de estos artículos.
En primer lugar, el “Banco Federal” al que hace referencia el artículo 75 inc. 6
tuvo previamente en el país diversas concreciones: así, el Banco Nacional (1872),
reemplazado en 1890 por la Caja de Conversión, y luego por el Banco Central
de la República Argentina (1933).
El anterior texto constitucional hablaba de un "banco nacional", y el
nuevo, después de la reforma de 1994, de un "banco federal". El cambio trató,
básicamente, de adaptar la terminología a la estructura federal del país, lo que
obligó al legislador, también, a sustituir la expresión "Banco Central de la
República Argentina", por la de "federal".
Pero, de hecho, "banco nacional", "federal" o "central" han designado a la
misma cosa.
Asimismo, vamos a encontrar a lo largo de nuestro país los Bancos
Provinciales. Siempre que no emitan moneda (aunque sí pueden hacerlo, con
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autorización del Gobierno federal; según el art. 126), las provincias están en
condiciones de crear bancos locales, pero sometidos a las prescripciones de la ley
de entidades financieras (21.526, reformada por la 24.144), que los controló en su
momento por intermedio de la Superintendencia de Entidades Financieras y
Cambiarias.
Un caso especial es el del Banco de la Provincia de Buenos Aires, que,
a raíz del Pacto de San José de Flores y lo previsto por el arto 121 in fine de la
Constitución Nacional, es también gobernado y legislado por la autoridad de
esa provincia y que, por tanto, no podría ser disuelto por la sola voluntad del
Gobierno nacional.
De las facultades señaladas se desprende que el Congreso está
constitucionalmente habilitado para crear una o más especies de moneda para el
país, imponer su curso legal y hasta suspender los pagos en metálico. En
moneda papel, han existido, creados por el Estado nacional, diversos signos
monetarios. Por ejemplo, el "peso moneda nacional"; el "peso" (ley 18.188, a
partir de 1970); el "peso argentino" (1983); el "austral" (1985), y finalmente,
desde 1992, el "peso" convertible según la ley 23.928, con la paridad de un
peso igual a un dólar, régimen abandonado a comienzo de 2002
La facultad de acuñar moneda es una de las características básicas del
Estado soberano. La Constitución nacional (art. 126) prohíbe a las provincias
acuñar moneda metálica, y también papel moneda, esto último salvo permiso
del Congreso nacional. En cambio, prevé un banco federal a esos efectos.
La Corte Suprema aclaró que la facultad de emitir moneda podía ser
delegada por el Congreso a un ente no estatal, como en su primer momento lo
fue el Banco Central. El art. 30 de la ley 24.144 determina que el Banco Central
de la República Argentina "es el encargado exclusivo de la emisión de billetes
y monedas de la Nación Argentina".
Al emitir dinero impreso, e imponerle curso legal, el Estado crea
indirectamente (cuando lo hace sin respaldo en divisas o metálico) otra fuente
de recursos para sí mismo, por cierto muy significativa (en períodos de grave
inflación, por ejemplo, sólo recaudaba el 20% de lo invertido o gastado; el
resto provenía de la emisión). Existen dudas sobre la constitucionalidad de tal
operatoria. El art. 4° de la Const. nacional no menciona esa alternativa de
obtención de recursos que no es "contribución", ni "empréstito" u "operación
de crédito".
Goldschmidt la llama, más simplemente, "confiscación", ya que mediante
la impresión de billetes el Gobierno le está restando valor al papel moneda
que los particulares tienen en su poder, y él se queda con tal diferencia.
El artículo 75, inc. 11 confiere al Congreso atribución para emitir moneda
nacional, "fijar su valor y el de las extranjeras". Se discute la interpretación de
esta norma. La Corte Suprema ha dicho en primer término que su objeto es
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evitar los inconvenientes de un valor incierto y variable de lugar a lugar, "a fin
de mantener la unidad de la circulación y facilitar por ese medio los cambios y
relaciones mercantiles". En segundo término, la Corte restringió el sentido del
inciso al indicar que el Congreso está habilitado para declarar cuándo una
moneda extranjera tiene "curso legal" para los pagos, pero fuera de tal
hipótesis, una provincia estaría habilitada, por ejemplo, para excluir o limitar el uso
de una moneda extranjera no impuesta por el Congreso como de curso legal.
El Poder Legislativo ha transferido a menudo tal facultad al Poder Ejecutivo
o a un órgano de su jurisdicción, como el Banco Central de la República
Argentina.
Según Gelli, la norma tiene un doble efecto. Por un lado afirmar la unidad
nacional en un estado federal al impedir a las provincias tener sus propias monedas
y por el otro, significar y simbolizar la independencia política frente a los otros
estados.
Tengan en cuenta que, si nos centramos en la literalidad de la norma, solo el
Congreso estaría facultado para hacer sellar monedas, sin embargo se entiende que
la atribución es trasladable al papel moneda o billetes
En 1991, la ley 23.928 declaró la convertibilidad del signo monetario
nacional, a razón de diez mil australes por cada dólar estadounidense,
comprometiéndose el Banco Central de la República Argentina a vender las divisas
que le fueran requeridas de acuerdo a tal paridad. La ley autorizó, también, a
ese banco a comprar divisas a precio de mercado, con sus propios recursos,
por cuenta y orden del Gobierno nacional, o emitiendo los pesos necesarios
para ello.
Asimismo, se prohibió toda posibilidad legal, reglamentaria, jurisdiccional o
contractual de actualización monetaria. Como la ley de convertibilidad partía de la
hipótesis de la cancelación de un proceso inflacionario y en ese contexto, hacia el
futuro, no cabían las actualizaciones, pero no porque estas afectasen el poder
soberano del estado o las disposiciones del artículo 75 inc., 11 sino porque se
mantenía el equilibrio en las prestaciones pactadas.
La ley de emergencia 25.561 concluyó el régimen de convertibilidad en el
gobierno de De la Rúa.