PSAM La Gracia de Dios en La Economia de Dios

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1. Recomendamos que use la función para anotar o tomar notas de la
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Todos los derechos reservados.
La Palabra Santa para el Avivamiento Matutino -
La gracia de Dios en la economía de Dios
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Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta obra puede ser
reproducida o trasmitida por ningún medio —gráfico, electrónico o
mecánico, lo cual incluye fotocopiado, grabación y sistemas informáticos
— sin el consentimiento escrito de la Editorial.

Primera edición: marzo del 2022.

ISBN 978-1-5360-1962-9 (Print)


978-1-5360-2090-8 (ePub)
978-1-5360-2091-5 (AZW)

Traducido del inglés


Título original: Holy Word for Morning Revival:
The Grace of God in the Economy of God
(Spanish Translation)

Publicado por
Living Stream Ministry
2431 W. La Palma Ave., Anaheim, CA 92801 U.S.A.
P. O. Box 2121, Anaheim, CA 92814 U.S.A.

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La Palabra Santa para el Avivamiento Matutino

Conferencia internacional de habla china del 2022

LA GRACIA DE DIOS EN LA ECONOMÍA DE DIOS

INSTRUCCIONES

Prefacio
Tema general y afirmaciones claves

Semana 1 | Semana 2 | Semana 3 | Semana 4 | Semana 5

Semana 1

El enorme significado de la gracia de Dios según es revelada


en el Nuevo Testamento

Bosquejo | Día 1 | Día 2 | Día 3 | Día 4 | Día 5 | Día 6 | Himno

Semana 2

Experimentar la gracia de Dios en la economía de Dios

Bosquejo | Día 1 | Día 2 | Día 3 | Día 4 | Día 5 | Día 6 | Himno

Semana 3

La experiencia que los creyentes tienen de la gracia de Dios


en la economía de Dios alcanza su consumación en la iglesia
como Cuerpo orgánico de Cristo
Bosquejo | Día 1 | Día 2 | Día 3 | Día 4 | Día 5 | Día 6 | Himno

Semana 4

La gracia en las Epístolas de Pedro

Bosquejo | Día 1 | Día 2 | Día 3 | Día 4 | Día 5 | Día 6 | Himno

Semana 5

Recibir gracia sobre gracia a fin de que la gracia sea


entronizada en nosotros, de modo que podamos reinar en
vida para llegar a ser el poema de Dios, la Nueva Jerusalén, el
producto máximo y consumado de la gracia de Dios en Su
economía

Bosquejo | Día 1 | Día 2 | Día 3 | Día 4 | Día 5 | Día 6 | Himno

Títulos en inglés citados en este libro

PÁGINA DE LOS DERECHOS RESERVADOS

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Todos los derechos reservados.
Prefacio
1. Este libro se publica como una herramienta que ayude a los creyentes a
desarrollar el hábito de pasar un tiempo diario de avivamiento
matutino con el Señor en Su palabra. Al mismo tiempo, éste provee un
repaso parcial de la Conferencia internacional de habla china celebrada
por transmisión vía web desde Anaheim, California, del 18 al 20 de
febrero del 2022. El tema general de la conferencia fue: “La gracia de
Dios en la economía de Dios”. Al tener los creyentes un contacto
íntimo con el Señor en Su palabra, la vida y la verdad serán forjadas en
su ser, y así ellos serán equipados para profetizar en las reuniones de la
iglesia a fin de edificar el Cuerpo de Cristo.
2. Este libro se divide en semanas. En cada semana se abarca un mensaje
de la conferencia. Primero se presenta el bosquejo del mensaje,
seguido por seis porciones diarias, un himno y espacio para notas
personales. El bosquejo del mensaje se divide en seis días, los cuales
corresponden a las seis porciones diarias. Cada porción diaria abarca
un punto principal y empieza con una sección titulada “Alimento
matutino”. Esta sección contiene versículos seleccionados y un pasaje
breve que provee un rico alimento espiritual cuando uno tiene
comunión íntima con el Señor. El “Alimento matutino” es seguido por
una sección titulada “Lectura para hoy”, una porción más larga que
contiene un pasaje del ministerio relacionado con el punto principal
del día respectivo. La porción de cada día concluye con una lista breve
de referencias para lectura adicional y se provee espacio para que los
santos hagan diariamente notas cortas en cuanto a su inspiración,
iluminación y disfrute espirituales, a fin de servir como recordatorio de
lo que recibieron del Señor ese día.
3. Al final de cada semana se provee un espacio en el cual pueden
redactar una pequeña profecía. Esta profecía puede recopilarse el
último día de la semana, al juntar todas las notas, la “cosecha” de las
inspiraciones de las seis mañanas previas, a fin de hablarla en la
reunión de la iglesia el día del Señor para la edificación orgánica del
Cuerpo de Cristo.
4. Después de la última semana de esta publicación se provee una
traducción de los títulos en inglés citados en este libro.
5. Además, se provee un horario para la lectura tanto del Antiguo como
del Nuevo Testamento en la Santa Biblia Versión Recobro con sus
notas. Dicho horario tiene como finalidad ayudar a los santos a leer
toda la Santa Biblia Versión Recobro con sus notas en dos años.
6. Las tarjetas de versículos que se proveen al final de esta publicación,
corresponden a la lectura bíblica de cada día y sirven como una
herramienta para ayudar a los santos a alimentarse de la Palabra
durante el día. Estas pueden ser desglosadas para tenerlas a mano
como fuente de iluminación y nutrimento espirituales en nuestra vida
diaria.
7. El contenido de este libro fue tomado de los bosquejos publicados de
la conferencia, el texto de la Santa Biblia Versión Recobro y sus notas,
textos seleccionados de los escritos de Watchman Nee y de Witness
Lee e Himnos, todos los cuales son publicados por Living Stream
Ministry.
8. Los bosquejos de los mensajes de la conferencia fueron recopilados
por Living Stream Ministry de los escritos de Witness Lee. Los
bosquejos, las referencias y las anotaciones al texto de la Santa Biblia
Versión Recobro fueron escritas por Witness Lee. Todas las otras
referencias citadas en esta publicación fueron recopiladas del
ministerio de Witness Lee, a menos que se indique lo contrario.

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Conferencia internacional de habla china
(18-20 de febrero del 2022)

Tema general:

La gracia de Dios en la economía de Dios

Afirmaciones claves:

Recibir a Cristo como Espíritu de gracia


en nuestro espíritu es algo que se realiza
de continuo por toda la vida; día tras día debería
tener lugar una maravillosa transmisión divina
a medida que Dios suministra abundantemente
el Espíritu de gracia, y nosotros recibimos
de continuo el Espíritu de gracia.

El vivir que los creyentes neotestamentarios


llevan bajo la gracia en la economía de Dios
—un vivir total en el que experimentan
al Dios Triuno procesado y consumado
como gracia— alcanza su consumación
en la iglesia como Cuerpo orgánico de Cristo.

La gracia es Cristo como Aquel


que lleva nuestras cargas y nos es multiplicada
por medio de nuestros sufrimientos, limitaciones
y debilidades; cuantas más cargas tenemos,
más oportunidades tenemos
para experimentar a Cristo como gracia.

El producto máximo y consumado


de la gracia de Dios en Su economía
es el Cuerpo de Cristo como poema de Dios
para ser la Nueva Jerusalén, la consumación
de la justicia de Dios en los cielos nuevos
y la tierra nueva; las riquezas de Dios mismo
para nuestro disfrute exceden todo límite
y serán exhibidas públicamente por la eternidad.

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SEMANA 1 — BOSQUEJO

El enorme significado de la gracia de Dios


según es revelada en el Nuevo Testamento
Lectura bíblica: Jn. 1:14, 16-17; He. 10:29; 1 P. 5:10; Ef. 1:5-6; 2:7-8; Ap.
22:21

Día 1 ››
I. La gracia de Dios reviste enorme significado—Jn. 1:14, 16-17; Ef.
2:7; Ap. 22:21:
A. La gracia es la verdad más grande y la revelación más elevada en
la economía neotestamentaria de Dios—Jn. 1:14, 16-17; He. 10:29;
1 Co. 15:10; Fil. 4:23; Ap. 22:21.
B. Si queremos entender qué es la gracia de Dios conforme a lo
revelado en el Nuevo Testamento, necesitamos tener una clara
visión del Nuevo Testamento en su totalidad.
II. Según el Nuevo Testamento, en realidad la gracia consiste en lo
que Dios es para nosotros a fin de que lo disfrutemos—Jn. 1:16-17;
2 Co. 12:9:
A. La gracia es Dios, no en doctrina, sino en nuestra experiencia, pues
la gracia es Dios en Cristo con todo lo que Él es para ser nuestro
disfrute; esto incluye vida, fortaleza, consuelo, descanso, luz,
justicia, santidad, poder y los demás atributos divinos.
B. La gracia no es principalmente lo que Dios hace para nosotros; la
gracia es el propio Dios Triuno impartido en nuestro ser y
experimentado por nosotros para nuestro disfrute—13:14.
C. El Nuevo Testamento es la historia de la gracia de Dios, que es la
encarnación del Dios Triuno en Su Trinidad Divina, quien fue
procesado y consumado, y que ahora actúa y vive en los creyentes
y entre ellos—Jn. 1:14, 16-17; Ap. 22:21.
‹‹ Día 2 ››
III. La gracia es la manifestación del Dios Triuno en Su
corporificación en tres aspectos: el Padre, el Hijo y el Espíritu—2
Co. 13:14; Nm. 6:22-27; Sal. 36:8-9:
A. La gracia es el Dios Triuno en Su encarnación que se imparte en
los creyentes mediante el Padre como la fuente, el Hijo como el
elemento y el Espíritu como la aplicación—2 Co. 13:14:
1. La fuente de la gracia, el elemento de la gracia y la aplicación
de la gracia corresponden a las tres personas de la Trinidad
Divina a fin de ser nuestro todo—Mt. 28:19.
2. En la impartición divina, la gracia es llamada la gracia de Dios,
la gracia de Cristo y la gracia de la cual es el Espíritu—1 Co.
15:10; 2 Co. 1:12; 8:1, 9; 9:14; 12:9; 13:14; He. 10:29.
‹‹ Día 3 ››
B. La gracia es la corporificación de Dios, quien llegó a ser un Dios-
hombre con divinidad y humanidad, pasó por el vivir humano,
murió, resucitó y entró en ascensión; ahora, Él es el Espíritu
vivificante que mora en nosotros—1 Co. 15:45; 6:17.
C. La gracia es el Dios Triuno que fue procesado y consumado a favor
nuestro a fin de que lo disfrutemos—Jn. 1:14, 16-17; 1 P. 5:10; 2
Co. 13:14; He. 10:29; 1 Co. 15:10, 45; Ap. 22:21.
D. Si no hubiera pasado por un proceso, el Dios Triuno no podría ser
gracia para nosotros—Jn. 1:14; 1 Co. 15:45:
1. El Padre está corporificado en el Hijo, el Hijo se hace real para
nosotros como el Espíritu, y el Espíritu entra en nosotros como
gracia para nuestro disfrute—He. 10:29.
2. El Dios Triuno procesado y consumado se imparte en nosotros
para ser nuestra porción, como gracia, a fin de que lo
disfrutemos como el todo en Su Trinidad Divina—2 Co. 13:14.
‹‹ Día 4 ››
IV. Nuestro Dios y Padre “nos agració en el Amado”—Ef. 1:6b:
A. Que Dios nos agracie significa que Él nos ha puesto en una
posición de gracia a fin de que seamos el objeto de Su gracia y
favor, esto es, que disfrutemos de todo lo que Dios es para nosotros
—v. 6b:
1. Debido a que estamos en la posición de gracia y somos el
objeto de la gracia, Dios está complacido con nosotros.
2. El deleite de Dios está en nosotros, nosotros estamos felices en
Él y, finalmente, tenemos un disfrute mutuo; nosotros lo
disfrutamos a Él, y Él nos disfruta a nosotros.
B. El Amado es el Hijo amado de Dios, en quien Él se complace, se
deleita—Mt. 3:17; 17:5:
1. En el Amado hemos sido agraciados y fuimos hechos el objeto
del favor de Dios y Su complacencia—Ef. 1:6b.
2. Como tal objeto, disfrutamos a Dios, y Dios nos disfruta a
nosotros en Su gracia en Su Amado, quien es Su deleite; en Su
Amado nosotros también venimos a ser Su deleite—Mt. 3:17;
17:5.
‹‹ Día 5 ››
V. En Efesios 2:8 Pablo dice: “Por gracia habéis sido salvos por
medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios”:
A. La gracia es Dios impartido en nosotros; por tanto, ser salvos por
gracia significa ser salvos por medio de que el Dios Triuno
procesado se imparta en nosotros.
B. Efesios revela que la gracia que nos salva es Dios mismo en Cristo
forjado en nuestro ser; por tanto, ser salvos por gracia en realidad
significa ser salvos por la impartición del Dios Triuno en nosotros.
C. Cuando el Dios Triuno procesado es impartido en nosotros, Él
llega a ser para nosotros la gracia salvadora en nuestra experiencia
—2 Co. 13:14.
‹‹ Día 6 ››
VI. Dios nos predestinó para filiación para “alabanza de la gloria de
Su gracia”—Ef. 1:5-6a:
A. La gloria es Dios expresado (Éx. 40:34); la gloria de Su gracia
indica que la gracia de Dios, la cual es Dios mismo como nuestro
disfrute, lo expresa a Él.
B. Dios nos predestinó para filiación con el fin de que fuésemos la
alabanza de Su expresión en Su gracia, es decir, la alabanza de la
gloria de Su gracia—Ef. 1:5-6a.
VII. Dios mostrará “en los siglos venideros las superabundantes
riquezas de Su gracia en Su benignidad para con nosotros en
Cristo Jesús”—2:7:
A. En Su benignidad para con nosotros en Cristo Jesús, Dios nos
salvó por Su gracia; es en esta benignidad que nos es dada la gracia
de Dios—v. 7; Ro. 2:4.
B. Las riquezas de la gracia de Dios son las riquezas de Dios mismo
impartido en nuestro ser para nuestra experiencia y nuestro
disfrute; las riquezas de la gracia de Dios exceden todo límite.
C. En los siglos venideros —en el milenio y la eternidad— Dios
mostrará las superabundantes riquezas de Su gracia a todo el
universo—Ef. 2:7.
‹‹ Himno

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‹‹ SEMANA 1 — DÍA 1 ››

Alimento matutino

Ef. 2:7
Para mostrar en los siglos venideros las superabundantes riquezas
de Su gracia en Su benignidad para con nosotros en Cristo Jesús.
1 Co. 15:10
Pero por la gracia de Dios soy lo que soy; y Su gracia para
conmigo no ha sido en vano, antes he trabajado mucho más que
todos ellos; pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
La gracia de Dios reviste enorme significado ... Si queremos
entender qué es la gracia de Dios conforme a lo revelado en el Nuevo
Testamento, necesitamos tener una clara visión del Nuevo Testamento
en su conjunto. (La conclusión del Nuevo Testamento, pág. 106)
El Nuevo Testamento es la historia de la gracia de Dios, y la gracia
es el Dios Triuno encarnado. En el primer paso el Dios Triuno llegó a
ser un hombre en la carne al nacer de una virgen humana como gracia
para estar entre los hombres a fin de lograr la redención. En el
segundo paso el postrer Adán, la corporificación del Dios Triuno, fue
hecho el Espíritu vivificante mediante Su muerte y resurrección como
gracia que entra en el hombre para impartir al Dios Triuno procesado
y consumado en los creyentes a fin de ser la fuente, el elemento y la
esencia del Cuerpo de Cristo, lo cual tendrá su consumación en la
Nueva Jerusalén como el glorioso agrandamiento y la expresión del
Dios Triuno procesado y consumado en la eternidad. (La
cristalización de la Epístola a los Romanos, págs. 276-277)

Lectura para hoy

Cuando era joven, se me enseñó que la gracia significa que nosotros no


hacemos nada y que Dios lo hace todo por nosotros. Según esta enseñanza,
todo cuanto hacemos nosotros es un trabajo mas no es gracia; pero todo
cuanto Dios hace por nosotros es gracia. Sin embargo, según el Nuevo
Testamento, en realidad la gracia consiste en lo que Dios es para nosotros a
fin de ser disfrutado por nosotros (Jn. 1:16-17; 2 Co. 12:9). La gracia, en
realidad, es Dios en Cristo impartido en nuestro ser para nuestro disfrute en
nuestra experiencia. La gracia no es principalmente lo que Dios hace para
nosotros; la gracia es el propio Dios Triuno impartido en nuestro ser y
experimentado por nosotros para nuestro disfrute. En síntesis, la gracia es
el Dios Triuno experimentado y disfrutado por nosotros. El Nuevo
Testamento revela que la gracia es nada menos que Dios en Cristo
impartido en nuestro ser para nuestro disfrute.
Juan 1:17 dice que la gracia vino por medio de Jesucristo. Esto indica que
la gracia es, en cierto sentido, como una persona. La personificación de la
gracia es Dios mismo. Pablo comprendió esto cuando dijo: “No yo, sino la
gracia de Dios conmigo” (1 Co. 15:10). Para Pablo, la gracia era una
persona viviente. En Pablo, esta persona llegó a ser la misma gracia por la
cual él laboraba. Por tanto, la gracia es Dios mismo; equivale a lo que Dios
es para nuestro disfrute. Cuando Dios es disfrutado por nosotros, eso es
gracia. La gracia es Dios mismo en Su Hijo Jesucristo que llega a ser
nuestra porción a fin de que podamos disfrutar todo lo que Él es.
Debemos recalcar el hecho de que la gracia es Dios como nuestro
disfrute. Cuando Dios llega a ser nuestra porción para nuestro disfrute, eso
es gracia. No consideren la gracia como algo menor a Dios mismo. La
gracia es nada menos que el Dios Triuno disfrutado por nosotros de manera
práctica como nuestra porción.
La gracia es Dios no en doctrina, sino en nuestra experiencia, pues la
gracia es Dios en Cristo con todo lo que Él es para nuestro disfrute. Esto
incluye vida, fortaleza, consuelo, descanso, luz, justicia, santidad, poder y
los demás atributos divinos. Cuando disfrutamos a Dios y participamos de
Él, eso es gracia. (La conclusión del Nuevo Testamento, págs. 106-108)
Dios, en la realización de Su economía eterna, la empieza en Su
encarnación al hacerse hombre como gracia para los creyentes. Dios entró
en nosotros como gracia al encarnarse. Por consiguiente, la gracia es el
Dios Triuno en Su encarnación que se imparte en los creyentes por obra del
Padre como fuente, del Hijo como elemento y del Espíritu como aplicación
(2 Co. 13:14). (La cristalización de la Epístola a los Romanos, págs. 213-
214)

Lectura adicional: La conclusión del Nuevo Testamento, mensaje 10

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Alimento matutino

2 Co. 1:12
...Con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y ...
con vosotros.
2 Co. 13:14
La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del
Espíritu Santo sean con todos vosotros.
He. 10:29
¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que ... ultraje al
Espíritu de gracia?
Es importante que descubramos el significado verdadero y correcto
de la gracia de Dios en el Nuevo Testamento. (La conclusión del
Nuevo Testamento, pág. 106)
La fuente de la gracia, el elemento de la gracia y la aplicación de la
gracia provienen de las tres personas de la Trinidad Divina para ser
nuestro todo.
Al impartirse Dios, la gracia es llamada la gracia de Dios (1 Co.
15:10; 2 Co. 1:12; 8:1; 9:14), la gracia de Cristo (8:9; 12:9; 13:14), y
la gracia de la cual es el Espíritu (He. 10:29). En el Nuevo
Testamento, frases como la gracia de Dios,el amor de Dios o la luz de
Dios pueden considerarse apositivas. En otras palabras, el amor de
Dios significa que el amor es Dios. La luz de Dios significa que la luz
es Dios. La gracia de Dios indica que la gracia es Dios y que Dios es
la gracia. Por tanto, la gracia es el Dios Triuno mediante el Padre
como fuente, el Hijo como elemento y el Espíritu como aplicación.
(La cristalización de la Epístola a los Romanos, pág. 214)

Lectura para hoy


El Padre es la fuente, el Hijo es el elemento y el Espíritu es la aplicación.
La fuente es el origen mismo de la gracia, el elemento es la gracia misma, y
la aplicación es el elemento aplicado a nosotros. Éstos son términos que
debemos estudiar y recordar. Luego cuando visitamos a las personas,
podemos compartirlos con ellas. El propio Dios Triuno es gracia para
nosotros mediante el Padre como fuente, el Hijo como elemento y el
Espíritu como aplicación. Ahora esta gracia llega a ser la nuestra.
Finalmente, llega a ser nosotros. Esta gracia nos hace Dios en vida y
naturaleza pero no en la Deidad. (La cristalización de la Epístola a los
Romanos, pág. 214)
En la economía de Dios, la gracia de Dios es Su corporificación. Dios
llegó a ser carne a fin de entrar en el hombre y mezclarse con el hombre
como una sola entidad.
La gracia que los creyentes experimentan en la economía de Dios es el
Dios Triuno procesado. Si el Dios Triuno no se hubiera procesado, no
hubiese podido llegar a ser la gracia. Dios es uno y a la vez tres: el Padre,
el Hijo y el Espíritu. El Hijo es la corporificación y expresión del Padre; y
el Espíritu es la realidad del Hijo y el Hijo hecho real para los creyentes. En
el Hijo, el Padre es expresado y visto, y como Espíritu, el Hijo es revelado
y hecho real para nosotros. El Dios Triuno se imparte en nosotros para ser
nuestra porción, como gracia, a fin de que lo disfrutemos, en Su Trinidad
Divina, como nuestro todo.
Dios, quien era en el principio, llegó a ser carne en el tiempo, a fin de que
el hombre lo reciba, lo posea y lo disfrute como gracia (Jn. 1:1, 14, 16-17).
La encarnación es el primer paso, el paso mayor, del proceso por el cual
pasó el Dios Triuno. Dios, quien era en el principio, llegó a ser carne en el
tiempo, es decir, fijó tabernáculo entre los hombres. Él vino de esta
manera, lleno de gracia, y de Su plenitud recibimos todos. Él vino a fin de
que recibiéramos gracia, incluso gracia sobre gracia. Cuando Él vino, la
gracia también vino. La ley nos fue dada, pero la gracia vino por medio de
Jesucristo. La ley no podía venir por sí misma; por tanto, nos fue dada,
pero la gracia vino juntamente con Jesús. En realidad, la gracia es Jesús.
Cuando Jesús vino, la gracia vino. Esto alude a que el Dios Triuno, junto
con Su divinidad, se mezcló con la humanidad para llegar a ser un Dios-
hombre. Tal Persona es la gracia para que nosotros la recibamos, la
disfrutemos y la experimentemos como nuestro suministro. Ésta es la
verdadera salvación del Señor. (La ley y gracia de Dios en Su economía,
págs. 35, 54-55)

Lectura adicional: La ley y gracia de Dios en Su economía, caps. 2-3

Iluminación e inspiración

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Alimento matutino

Jn. 1:14
Y la Palabra se hizo carne, y fijó tabernáculo entre nosotros (y
contemplamos Su gloria, gloria como del Unigénito del Padre),
llena de gracia y de realidad.
2 Ti. 4:22
El Señor esté con tu espíritu. La gracia sea con vosotros.
Dios llegó a ser carne y fijó tabernáculo entre nosotros, lleno de
gracia. Esto muestra que la gracia es el Dios encarnado. Si Dios
hubiera permanecido en Sí mismo, no podría haber llegado a ser la
gracia. Si Dios meramente fuera Dios, y no se hubiera encarnado para
llegar a ser un hombre, Él no podría llegar a ser la gracia. Por tanto, en
el Antiguo Testamento no es muy frecuente el uso de la palabra
gracia, debido a que en aquel tiempo Dios aún no se había hecho
carne, y Él todavía no podía ser la gracia. Sin embargo, en el Nuevo
Testamento Dios se encarnó, y al hacerse carne, llegó a ser la gracia.
Él es el Dios-hombre; es Dios y a la vez hombre, y es hombre y a la
vez Dios. En Él, Dios y el hombre llegaron a ser uno. Este Emanuel, el
Dios encarnado, es la gracia para que el hombre le disfrute (Jn. 1:1,
14) ... Primero, Dios como Padre se corporificó en el Hijo, y luego el
Hijo fue hecho real para nosotros como el Espíritu vivificante. Este
Espíritu entra en nosotros como gracia para que lo disfrutemos.
La gracia es la corporificación de Dios, quien llegó a ser un Dios-
hombre poseyendo tanto divinidad como humanidad, el cual llevó un
vivir humano, murió, resucitó y entró en ascensión. Ahora Él ha
llegado a ser el Espíritu vivificante y mora en nosotros. Por esta razón,
... el hecho que el Señor esté con nuestro espíritu equivale a que la
gracia sea con nosotros [cfr. 2 Ti. 4:22]. El Señor es gracia para que le
recibamos y le disfrutemos como nuestro suministro y experiencia.
(La ley y gracia de Dios en Su economía, págs. 26, 35)
Lectura para hoy

El Dios encarnado es triuno: el Padre, el Hijo y el Espíritu (Mt. 28:19). El


Padre, la fuente, es corporificado y expresado en el Hijo (Jn. 14:8-11). Dios
el Padre está oculto, pero Dios el Hijo se manifestó entre los hombres.
El Señor Jesús hizo muchas cosas y habló muchas palabras cuando
estuvo en la tierra. Al final, fue traicionado, arrestado y crucificado en la
cruz ... Él murió y fue sepultado, pero al tercer día resucitó de entre los
muertos. El día después del Sábado, ... unas hermanas fueron al sepulcro de
Jesús y lloraban allí. Jesús se les apareció en resurrección, diciéndoles: “Ve
a Mis hermanos, y diles: Subo a Mi Padre y a vuestro Padre, a Mi Dios y a
vuestro Dios” (Jn. 20:17). En la noche de aquel mismo día, Él se apareció
de nuevo a los discípulos y sopló en ellos diciendo: “Recibid el Espíritu
Santo” (v. 22).
En Su encarnación, Él como Dios fue transformado para llegar a ser un
hombre. En Su resurrección, Él como Dios en la carne fue transformado
otra vez para llegar a ser el Espíritu vivificante. El Padre, la fuente, es
corporificado y expresado en el Hijo; el Hijo, como el Espíritu, es hecho
real para los creyentes y permanece en ellos (14:16-20). Ahora, Él está
calificado para ser nuestra gracia. Tal Persona transformada es la gracia.
El Espíritu está en los creyentes como su vida y suministro de vida:
primero, es el agua viviente de vida para que ellos lo beban (7:37-39);
segundo, es el pan de vida a fin de que ellos lo coman (6:63); y tercero, es
el aliento de vida para que ellos lo inhalen (20:22). Además, el Espíritu
también llega a ser la gracia divina que ellos disfrutan.
Tal Dios Triuno procesado y consumado es la gracia que todos los
creyentes disfrutan en la economía neotestamentaria de Dios, incluso por la
eternidad (Ap. 22:21).
El Evangelio de Juan dice que la Palabra que estaba en el principio llegó
a ser carne en el tiempo para que la divinidad y la humanidad se unieran y
se mezclaran juntos hasta constituir así un Dios-hombre. A este Dios-
hombre no le interesa lo que es correcto o errado, ni el bien y el mal. Lo
único que le interesa es que usted reciba la gracia que Él trajo.
Cristo es mi vida y mi persona: Él vive y yo también vivo; Él actúa y yo
también actúo; ya no soy yo, sino Él quien toma la iniciativa. Yo soy Su
complemento; soy una parte de Su Cuerpo. (La ley y gracia de Dios en Su
economía, págs. 55-61)

Lectura adicional: Estudio-vida de Juan, mensaje 3; Estudio-vida de


Gálatas, mensaje 11

Iluminación e inspiración

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Alimento matutino

Ef. 1:6
Para alabanza de la gloria de Su gracia, con la cual nos agració en
el Amado.
Mt. 3:17
Y he aquí, hubo una voz de los cielos, que decía: Éste es Mi Hijo, el
Amado, en quien tengo complacencia.
La elección y predestinación de Dios están relacionadas con la
gracia de Dios ... Lo que es revelado en Efesios 1:6 es el producto de
la predestinación para filiación mencionada en el versículo anterior.
Esto significa que la alabanza de la gloria de la gracia de Dios es el
producto, el resultado, de la filiación (v. 5). Dios nos predestinó para
filiación con el fin de que fuésemos la alabanza de Su expresión en Su
gracia, es decir, para alabanza de la gloria de Su gracia. Finalmente,
todas las cosas positivas del universo alabarán a Dios por la filiación
(Ro. 8:19), cumpliendo así lo que se menciona en este versículo. (La
conclusión del Nuevo Testamento, pág. 3481)

Lectura para hoy

Todo cuanto Dios vino a ser y hacer para nosotros es Dios mismo como
gracia que viene a nosotros en Su encarnación. Esto es claramente revelado
en Juan 1, que nos dice que Dios, como Palabra, se hizo carne y fijó
tabernáculo entre nosotros, lleno de gracia y de realidad, y que la gracia y
la realidad vinieron por medio de Jesucristo (vs. 14, 16-17).
La gracia es lo que Dios es para nosotros con miras a nuestro disfrute,
mientras que la gloria es Dios expresado (Éx. 40:34). La gloria de Su
gracia [Ef. 1:6] indica que la gracia de Dios, la cual es Dios mismo como
nuestro disfrute, lo expresa a Él. Dios es expresado en Su gracia, y Su
predestinación resulta en la alabanza de esta expresión. Al recibir gracia y
disfrutar a Dios, tenemos el sentir de la gloria. La gracia es Dios mismo
como nuestro disfrute, la gloria es Dios manifestado, y la gloria de la gracia
de Dios es Dios expresado en nuestro disfrute de Él.
Efesios 1:6 dice que Dios nos agració en el Amado. Que Dios nos agracie
significa que Él nos ha puesto en una posición de gracia a fin de que
seamos el objeto de la gracia y el favor de Dios, esto es, que disfrutemos de
todo lo que Dios es para nosotros. Debido a que estamos en la posición de
gracia y somos objeto de la gracia, Dios está complacido con nosotros, Su
deleite está en nosotros, y nosotros disfrutamos de Él y llegamos a ser Su
disfrute. Por tanto, tiene lugar un disfrute mutuo: nosotros lo disfrutamos a
Él, y Él nos disfruta a nosotros. Aquí, en la gracia, Él es nuestro gozo y
satisfacción, y nosotros somos Su gozo y satisfacción.
El Amado en el versículo 6 es Cristo, el Hijo amado de Dios, en quien Él
se complace (Mt. 3:17; 17:5). Así que Dios, al darnos Su gracia, nos hace
objeto de Su complacencia. Esto es verdaderamente un placer para Dios.
En Cristo hemos sido bendecidos por Dios con toda bendición. En el
Amado Dios nos agració y fuimos hechos el objeto de Su favor y
complacencia. Como tal disfrutamos a Dios, y Dios nos disfruta a nosotros
en Su gracia en Su Amado, quien es Su deleite. En Su Amado nosotros
también venimos a ser Su deleite.
La frase en el Amado comunica el pleno deleite, la satisfacción y el
disfrute que Dios el Padre tiene en nosotros debido a que hemos sido
hechos objeto de Su gracia y deleite. En este sentido debemos todos sentir
aprecio por nosotros mismos e, incluso, tenernos en alta estima porque
hemos sido posicionados en la gracia y hemos sido hechos objeto del
deleite de Dios. Debemos tener tal visión con respecto a nosotros mismos,
no según nuestro estado natural, sino según el hecho de que hemos sido
escogidos, predestinados, regenerados y agraciados. Dios se deleita en
nosotros, no en nosotros mismos, sino en Su Amado. Habiendo sido hechos
objeto de la gracia de Dios, hemos hallado favor en Cristo.
Además, la rica gracia de Dios ha logrado la redención para nosotros y
nos aplicó el perdón (Ef. 1:7). La gracia de Dios no sólo es rica (v. 7), sino
también abundante (v. 8). Las riquezas de la gracia de Dios han abundado
para nosotros, por un lado, en toda sabiduría, relacionada con el plan de
Dios en la eternidad, y por otro, en toda prudencia, relacionada con la
ejecución de Su plan en el tiempo. La gracia abundante de Dios ... logra
que todas las cosas sean reunidas bajo una cabeza en Cristo (v. 10), hace de
nosotros una herencia para Dios (v. 11) y nos capacita para heredar todo lo
que Dios es (v. 14). (La conclusión del Nuevo Testamento, págs. 3481-
3482)

Lectura adicional: La conclusión del Nuevo Testamento, mensaje 333

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‹‹ SEMANA 1 — DÍA 5 ››

Alimento matutino

Ef. 2:4-5
Pero Dios, que es rico en misericordia, ... nos dio vida juntamente
con Cristo (por gracia habéis sido salvos).
Ef. 2:8
Porque por gracia habéis sido salvos por medio de la fe; y esto no
de vosotros, pues es don de Dios.
Jn. 1:17
Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la
realidad vinieron por medio de Jesucristo.
La palabra porque al principio de Efesios 2:8 presenta la razón por
la cual Dios muestra Su gracia (v. 7). Puesto que hemos sido salvos
por la gracia de Dios, Él la puede mostrar.
En Efesios, la gracia denota a Dios impartido en nosotros. Por tanto,
ser salvos por gracia significa ser salvos al impartirse Dios en
nosotros. Los cristianos en su mayoría consideran que la gracia es una
cosa, no una persona. Para ellos, la gracia es simplemente un don que
se les da gratuitamente. Según este concepto acerca de la gracia,
nosotros éramos pecadores que no merecíamos la salvación que Dios
efectúa, pero Dios nos salvó gratuitamente concediéndonos Su favor
inmerecido. Éste, sin embargo, es un entendimiento superficial de lo
que significa ser salvos por gracia.
Juan 1:17 dice que la gracia vino por medio de Jesucristo. Esto
indica que la gracia, en cierto sentido, es como una persona. Efesios
revela que la gracia salvadora es el propio Dios en Cristo forjado en
nuestro ser ... Ser salvos por gracia significa ser salvos por la
impartición del Dios Triuno en nosotros. (Estudio-vida de Efesios,
pág. 189)
Lectura para hoy

Muchos creyentes consideran que ser salvos por gracia es simplemente


ser rescatados de nuestra lamentable condición. Según este concepto, ser
salvos por gracia equivale a que el Salvador, quien es rico en misericordia,
desciende a nuestro nivel, el cual es bajo, y nos rescata. Sin embargo, ...
según Efesios, la salvación es la transmisión del Cristo encarnado,
crucificado, resucitado y ascendido a nosotros. Cuando esta persona entra
en nosotros como gracia, somos salvos. Al recibir esta transmisión divina,
somos vivificados, resucitados y nos sentamos con Cristo en los lugares
celestiales. Por tanto, en Efesios, la gracia es la persona salvadora de Cristo
mismo ... Esto constituye un entendimiento más profundo de la salvación
por gracia.
El hecho de que Dios se transmitiera a nosotros como gracia no fue algo
sencillo. Él tuvo que ser procesado mediante la encarnación, la crucifixión,
la resurrección y la ascensión. Al ser procesado de esta manera, Él ahora
puede transmitirse a nosotros. Cuando el Dios procesado se transmite a
nosotros, Él llega a ser la gracia salvadora. Esta gracia no solamente es la
gracia sublime, sino también la gracia abundante. La gracia es el Dios
procesado transmitido a nuestro ser.
El Dios que se procesó y que se trasmite a nosotros es la gracia salvadora
y la gracia abundante. La transmisión del Dios procesado es lo que nos ha
salvado.
Esta gracia posee superabundantes riquezas [Ef. 2:7]. Tiene muchos
aspectos, virtudes y atributos, tales como vida, luz y poder. Sin la vida, la
luz y el poder, Dios no podría salvarnos. Por ejemplo, ¿cómo se podría
rescatar a una persona que ha caído en un pozo si no se tiene la fuerza para
hacerlo? Además, sin sentir amor por tal persona, nadie se molestaría en
salvarla. Para poder salvarnos, Dios necesitó amor y sabiduría. Éstas son
algunas de las superabundantes riquezas de la gracia salvadora de Dios. En
Su benignidad para con nosotros en Cristo Jesús, Dios nos salvó por Su
gracia. En los siglos venideros —en el milenio y la eternidad futura— Dios
exhibirá esta gracia públicamente a todo el universo.
En el versículo 8 Pablo dice que por gracia hemos sido salvos por medio
de la fe. La fe es lo que da sustantividad a lo invisible. Por fe damos
sustantividad a todo lo que Cristo ha logrado por nosotros. Es por esta
capacidad de dar sustantividad a lo invisible que hemos sido salvos por
gracia. La acción gratuita de la gracia de Dios nos salvó por medio de la fe
que da sustantividad.
El día en que fuimos salvos, nos fue impartida la fe, y creímos. Tal vez
otros se pregunten cómo podemos creer en Jesucristo si nunca lo hemos
visto. Aunque no lo hemos visto, no podemos evitar creer en Él. Esta fe no
proviene de nosotros; es parte de la gracia que nos es transmitida. (Estudio-
vida de Efesios, págs. 189-191)

Lectura adicional: Estudio-vida de Efesios, mensajes 5, 21

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‹‹ SEMANA 1 — DÍA 6 ››

Alimento matutino

Ef. 1:5-6
Predestinándonos para filiación por medio de Jesucristo para Sí
mismo, según el beneplácito de Su voluntad, para alabanza de la
gloria de Su gracia, con la cual nos agració en el Amado.
Ef. 2:7
Para mostrar en los siglos venideros las superabundantes riquezas
de Su gracia en Su benignidad para con nosotros en Cristo Jesús.
Ahora necesitamos ver qué es la gloria de la gracia de Dios ... Si uno
estudia con detenimiento el tema de la gloria en la Biblia, se dará
cuenta de que la gloria es Dios expresado. Siempre que Dios se
manifiesta, eso es gloria. Podemos usar la electricidad como ejemplo.
La electricidad está escondida, pero cuando se expresa en forma de
luz, esa luz es la gloria de la electricidad. Del mismo modo, cuando
Dios está escondido, no podemos ver Su gloria, pero cuando Él se
expresa, Su gloria se hace visible. Por consiguiente, la gloria es Dios
expresado ... A Dios nadie lo ha visto jamás, pero nosotros hemos
visto la gloria del Hijo unigénito.
La gloria de la gracia de Dios significa que la gracia de Dios, la cual
es Él mismo como nuestro disfrute, lo expresa a Él. Dios es expresado
en Su gracia, y Su predestinación tiene por finalidad la alabanza de tal
expresión. Cuando recibimos la gracia y disfrutamos a Dios,
experimentamos un sentir de gloria ... En algunas ocasiones, después
de una excelente reunión, estamos llenos de gracia y decimos: “¡Eso
fue glorioso!”. Esto es Dios expresado en Su gracia. (Estudio-vida de
Efesios, pág. 51)

Lectura para hoy


Cuando comprendamos que fuimos escogidos para ser santos y
predestinados para filiación, que poseemos el Espíritu del Hijo, la vida del
Hijo y Su posición, y que seremos hechos conformes a Su imagen,
participaremos de la plena filiación, la redención de nuestro cuerpo y
heredaremos la plenitud de dicha filiación, exclamaremos: “¡Qué gloria es
ésta!”. Debemos meditar sobre los siguientes seis ítems con mucha oración:
el Espíritu del Hijo, la vida del Hijo, la posición del Hijo, la imagen del
Hijo, la culminación de la filiación y la herencia de la filiación. Si lo
hacemos, estaremos en la gloria y alabaremos a Dios por la filiación.
¿Qué es la alabanza de la gloria de la gracia de Dios? ¿Ha alabado usted
alguna vez a Dios por la filiación? Nosotros, los hijos de Dios, no alabamos
mucho a Dios. Por lo general sólo le damos gracias. Cuando decimos:
“Alabado sea el Señor”, a menudo queremos decir: “Gracias al Señor”. Dar
gracias a Dios significa que hemos recibido cierto beneficio y que le damos
gracias a Dios por ello. Pero cuando alabamos a Dios, lo alabamos
principalmente por lo que Él es o por lo que hace, independientemente de
que hayamos recibido algún beneficio de parte Suya. Cuando alabemos a
Dios, debemos olvidarnos de nosotros mismos y salir de nosotros mismos.
Cuando verdaderamente alabamos a Dios, pareciera que no existimos.
Únicamente vemos a Dios, lo que Él es y lo que Él hace. Por tanto, lo
alabamos y hablamos bien de Él.
Dios nos predestinó para filiación con el fin de que seamos la alabanza de
Su expresión en Su gracia. Es probable que los ángeles sean los primeros
en alabar a Dios por esto. Cuando ellos alaben a Dios por nuestra filiación,
los demonios tal vez quedarán pasmados y dirán: “Esos pecadores que
usurpamos han llegado a ser los hijos de Dios”. Los ángeles no serán los
únicos que alabarán a Dios por nuestra filiación, sino también todas las
cosas positivas del universo lo alabarán. Esto ocurrirá en la manifestación
de los hijos de Dios (Ro. 8:19).
La iglesia se produce en el presente siglo; los siglos que vendrán son el
milenio y la eternidad futura. Mostrar las riquezas de la gracia de Dios
equivale a exhibirlas públicamente a todo el universo. Las riquezas de la
gracia de Dios exceden todo límite; éstas son las riquezas del propio Dios
dadas a nosotros para nuestro disfrute. Ellas serán exhibidas públicamente
por la eternidad.
Efesios 2:7 dice que las superabundantes riquezas de la gracia de Dios
son en benignidad para con nosotros en Cristo Jesús. La benignidad es la
bondad benevolente que resulta de la misericordia y el amor. En esta
benignidad nos es dada la gracia de Dios. (Estudio-vida de Efesios, págs.
52-53, 188-189)

Lectura adicional: CWWL, 1972, t. 3, “The Consummation of God’s


Salvation”, cap. 3; CWWL, 1959, t. 4, “Life and Building in the Gospel of
John”, cap. 10

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‹‹ SEMANA 1 — HIMNO
Himnos, #211

1 Gracia, en su mayor definición


Es Dios en Cristo siendo mi porción;
No sólo es algo hecho a mi favor,
Sino Dios mismo como bendición.
2 Dios se encarnó para que pueda yo,
Hoy recibirle en Su realidad;
Ésta es la gracia que viene de Dios,
La cual es Cristo en Su humanidad.
3 Pablo, el apóstol, no consideró
Más que a Cristo, la gracia de Dios;
Por esta gracia se fortaleció,
Y en la carrera a todos pasó.
4 Basta la gracia, suficiente es,
Cristo en nosotros: fuerza y vigor;
En nuestro espíritu la gracia está
Energizando, obrando el plan de Dios.
5 El Cristo vivo esta gracia es,
La necesito experimentar;
Que pueda yo la gracia conocer,
Y en mi vivir a Cristo realizar.

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SEMANA 2 — BOSQUEJO

Experimentar la gracia de Dios


en la economía de Dios
Lectura bíblica: Ef. 1:10; 3:9; 1 Ti. 1:4; Gá. 6:18; 1 Co. 15:10; 2 P. 3:18a

Día 1 ››
I. La economía eterna de Dios consiste en obtener un grupo de
personas en las que el Dios Triuno pueda impartirse para ser su
vida y su todo, a fin de que sean unidas a Él como uno solo, sean
llenas de Él y estén ocupadas con Él, y constituyan una sola
entidad orgánica con Él en la tierra para ser el Cuerpo de Cristo,
la iglesia, con miras a Su expresión corporativa—Ef. 1:3-23:
A. La economía eterna de Dios es la línea central de todas las
Escrituras—v. 10; 3:9.
B. La interpretación de las Escrituras debería regirse estrictamente por
esta línea central bajo su iluminación—Lc. 24:27, 32, 44.
C. Lo único que debería ser enfocado, enfatizado y ministrado es la
economía neotestamentaria de Dios—1 Ti. 1:4.
D. La vida cristiana es una vida que tiene por finalidad la economía de
Dios—2 Co. 5:14-15.
‹‹ Día 2 y Día 3 ››
II. “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu”—
Gá. 6:18:
A. La marca de la economía de Dios es que Cristo hoy en día es la
gracia de Dios en nuestro espíritu—v. 18:
1. Nuestro espíritu regenerado, donde mora el Espíritu, es el
enfoque de la bendición prometida por Dios—Jn. 3:6; Ro. 8:10;
15:29; Ef. 1:3.
2. Necesitamos que la gracia del Señor, que es la abundante
suministración del Espíritu todo-inclusivo, sea con nuestro
espíritu—Fil. 1:19; 2 Ti. 4:22.
B. La gracia de Jesucristo es la abundante suministración del Dios
Triuno (quien está corporificado en el Hijo y es hecho real para
nosotros como Espíritu vivificante), suministración que es
disfrutada por nosotros cuando ejercitamos nuestro espíritu
humano—Jn. 1:14; 1 Co. 15:45; 2 Ti. 4:22; Flm. 25:
1. La gracia es Dios el Padre corporificado en el Hijo, quien es
hecho real para nosotros como Espíritu; de manera consumada,
el Espíritu es la gracia—He. 10:29.
2. Esta gracia, la máxima consumación del Dios Triuno, ahora
mora en nuestro espíritu—Fil. 4:23.
3. Nuestro espíritu es el único lugar donde podemos experimentar
la gracia—2 Ti. 4:22.
4. A fin de recibir la gracia y disfrutarla, necesitamos volvernos a
nuestro espíritu y permanecer allí, reconociendo al Señor como
Cabeza y como Rey, respetando Su posición, honrando Su
autoridad y viendo que el trono de la gracia está en nuestro
espíritu—Gá. 6:18; He. 4:16.
C. Como hijos de Dios, deberíamos ser aquellos que reciben y
disfrutan la gracia de nuestro Señor en nuestro espíritu—2 Co.
13:14; Flm. 25:
1. Recibir a Cristo como Espíritu de gracia es algo que se realiza
de continuo por toda la vida—Jn. 1:16; Ap. 22:21.
2. Día tras día debería tener lugar una maravillosa transmisión
divina a medida que Dios suministra abundantemente el
Espíritu de gracia, y nosotros recibimos de continuo el Espíritu
de gracia—Gá. 3:2-5; Jn. 3:34.
3. La manera de abrirnos a la transmisión celestial a fin de recibir
la suministración del Espíritu de gracia vivificante y todo-
inclusivo consiste en ejercitar nuestro espíritu para orar e
invocar al Señor—1 Ts. 5:16-18; Ro. 10:12-13.
4. A medida que recibimos y disfrutamos al Dios Triuno
procesado y consumado como nuestra gracia, gradualmente
llegaremos a ser uno con Él orgánicamente; Él llegará a ser
nuestro elemento constitutivo, y nosotros llegaremos a ser Su
expresión—2 Co. 1:12; 12:9.
‹‹ Día 4 ››
III. “Por la gracia de Dios soy lo que soy; y Su gracia para conmigo no
ha sido en vano, ... pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo”—1
Co. 15:10:
A. La gracia, mencionada tres veces en 1 Corintios 15:10, es el Cristo
resucitado que se hizo el Espíritu vivificante (v. 45) para, en
resurrección, introducir en nosotros al Dios Triuno procesado, para
que sea nuestra vida y suministro de vida a fin de que vivamos en
resurrección:
1. La gracia es el Dios Triuno que llega a ser nuestra vida y
nuestro todo—Jn. 1:17; Gá. 2:21.
2. Es por esta gracia que Saulo de Tarso, el primero de los
pecadores (1 Ti. 1:15-16), llegó a ser el apóstol principal, que
trabajaba mucho más que todos los apóstoles.
3. El ministerio y vivir de Pablo, llevados a cabo por medio de
esta gracia, son un testimonio innegable de la resurrección de
Cristo—2 Co. 1:12; 12:9.
B. La frase no yo, sino la gracia de Dios de 1 Corintios 15:10 es el
equivalente de la frase ya no ... yo, mas ... Cristo de Gálatas 2:20;
esto muestra que Cristo mismo es la gracia de Dios: Dios mismo
que obraba por medio del apóstol:
‹‹ Día 5 ››
1. La gracia que motivó al apóstol Pablo y operó en él no era
algún asunto o cosa, sino una persona viviente, o sea, el Cristo
resucitado, la corporificación de Dios el Padre, quien se hizo el
Espíritu vivificante y todo-inclusivo que moraba en el apóstol
como su todo.
2. Esto corresponde con la declaración que Pablo hizo en
Filipenses 4:13: “Todo lo puedo en Aquel que me fortalece con
poder”:
a. En Filipenses 4:13 Aquel se refiere al Cristo resucitado que
llegó a ser el Espíritu vivificante.
b. En tal Cristo, Pablo fue fortalecido con poder para hacer
todas las cosas; en esto consiste la gracia de Dios.
‹‹ Día 6 ››
IV. “Creced en la gracia ... de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”—
2 P. 3:18a:
A. La gracia es el Dios Triuno que es vida y el suministro de vida para
nosotros y en nosotros; crecer en la gracia es crecer en esta fuente
interna del suministro de vida—1 P. 5:10.
B. La gracia es Dios que pasó por los procesos de la encarnación, la
muerte, la resurrección y la ascensión; todos estos elementos de la
gracia están dentro de nosotros para ser uno con nosotros—Fil.
4:23:
1. La gracia es Dios mismo como nuestra vida para ser uno con
nosotros, salvarnos, hacer Su hogar en nosotros y ser formado
en nosotros; crecer en la gracia es crecer en el aumento de Dios
—Col. 2:19.
2. La gracia es la visitación de Dios a nosotros a fin de
permanecer en nosotros y hacerse Él mismo uno con nosotros;
necesitamos crecer en tal gracia para Su gloria actualmente y
para el día de la eternidad—Ap. 22:21.
‹‹ Himno

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‹‹ SEMANA 2 — DÍA 1 ››

Alimento matutino

Ef. 1:10
Para la economía de la plenitud de los tiempos, de hacer que en
Cristo sean reunidas bajo una cabeza todas las cosas, así las que
están en los cielos, como las que están en la tierra, en Él.
Ef. 3:9
...De alumbrar a todos para que vean cuál es la economía del
misterio escondido a lo largo de los siglos en Dios, que creó todas
las cosas.
La economía eterna de Dios consiste en obtener un grupo de
personas en las que Él pueda impartirse para ser su vida y su todo, a
fin de que sean unidas a Él como uno solo, sean llenas de Él y estén
ocupadas con Él, y constituyan una sola entidad con Él en la tierra
para ser el Cuerpo de Cristo, la iglesia, con miras a Su expresión. Esta
expresión comienza en la iglesia actualmente, prosigue en el reino
milenario en la próxima era, y continúa en la Nueva Jerusalén en la
eternidad. Para ello, Dios creó el universo. En este universo está la
tierra, ... y hay diversos seres vivos sobre la tierra. Todas estas cosas
fueron creadas para la existencia del hombre que Dios creó. Por tanto,
el hombre es el centro del universo creado por Dios. (CWWL, 1987, t.
3, pág. 146)

Lectura para hoy

La vida cristiana es la vida en que los cristianos viven a Cristo y lo


magnifican corporativamente en su localidad, como una iglesia local, para
ser una expresión local de Cristo, una parte del Cuerpo universal de Cristo
... La vida cristiana no debe ser simplemente una vida cristiana individual.
La vida cristiana no consiste meramente en vivir una vida ética con
virtudes humanas, como la sal de la tierra y la luz del mundo, para la gloria
de Dios (Mt. 5:13-16), sino que consiste en vivir una vida que es Cristo
mismo con Sus atributos divinos expresados en Sus virtudes humanas para
ser parte de Su Cuerpo orgánico con miras a la consumación universal de la
economía eterna de Dios (Ef. 3:8-11).
En la vida de iglesia, vivimos una vida que es Cristo mismo con Sus
atributos divinos expresados en Sus virtudes humanas. Sus atributos son
divinos, pero Sus virtudes son humanas. Las virtudes humanas tienen como
fin manifestar los atributos divinos, y los atributos divinos han de
expresarse en las virtudes humanas. El propósito de esto es que seamos
parte de Su Cuerpo orgánico. Nosotros llevamos una vida que es Cristo
mismo, no sólo con miras a la vida cristiana individual sino a la vida del
Cuerpo. Nosotros vivimos como partes de Su Cuerpo orgánico para la
consumación universal de la economía eterna de Dios.
Vimos que el salmo 1 no se ocupa de la economía de Dios. Éste sólo
tiene que ver con el provecho personal del hombre individual piadoso. Pero
el salmo 2 está totalmente centrado en la economía de Dios. Este salmo
dice que Dios designó a Cristo como Su Ungido (v. 2). Dios puso a Cristo
como Su Rey (v. 6) para heredar todas las naciones y poseer la tierra a fin
de obtener un gran reino en la tierra con miras a la economía de Dios (vs.
8-11). Debemos creer en tal Cristo, tomándolo como nuestro refugio.
También tenemos que amarle, besarle (v. 12). Esto tiene que ver con la
economía de Dios. La mayoría de los cristianos solamente piensa en su
provecho personal. Para ellos la salvación sólo es un asunto de ir al cielo o
perecer en el lago de fuego. No tienen en cuenta la economía de Dios. Pero
el salmo 2 revela que Cristo es íntegramente para la economía de Dios.
Debemos creer en Él, refugiarnos en Él, y debemos amarle, besarle.
También tenemos que admitir que la mayor parte de nuestras
consideraciones se centran en nuestro provecho personal. Tal vez
consideremos si vamos a recibir un galardón de Cristo cuando Él regrese o
si seremos castigados por Él. No le ponemos mucha atención a la economía
de Dios. Todo el libro de Salmos, desde el primer punto hasta el último,
revela que Cristo es íntegramente para la economía de Dios. Él murió por
nosotros a fin de cumplir la economía de Dios. Él nos salva a fin de
cumplir la economía de Dios. Él también vive en nosotros a fin de que
vivamos en Él para la economía de Dios. Por esto es que no sólo somos la
iglesia, el Cuerpo de Cristo, sino también el reino de Cristo, el reino de
Dios. El reino de Dios es el cumplimiento de la economía de Dios. Todos
nosotros necesitamos darnos cuenta de que la vida cristiana es una vida que
tiene por finalidad la economía de Dios. (La vida cristiana, págs. 15-16)

Lectura adicional: CWWL, 1987, t. 3, págs. 143-149

Iluminación e inspiración

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‹‹ SEMANA 2 — DÍA 2 ››

Alimento matutino

He. 4:16
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para
recibir misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Gá. 6:18
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu,
hermanos. Amén.
Jn. 3:34
Porque el que Dios envió, habla las palabras de Dios; pues no da el
Espíritu por medida.
Los creyentes, al experimentar la gracia en la economía de Dios, se
acercan confiadamente al trono de la gracia a fin de hallar gracia para
el oportuno socorro (He. 4:16). El Cristo mismo que está sentado en el
trono en los cielos también está ahora en nuestro espíritu, en donde
está la morada de Dios (Ef. 2:22). Puesto que hoy en día nuestro
espíritu es el lugar donde Dios mora, siempre que nos volvemos a
nuestro espíritu tocamos el trono en los cielos, y este trono para
nosotros es el trono de la gracia. Cuando nos acercamos al trono de la
gracia, recibimos a Cristo como gracia para nuestro oportuno socorro.
(La ley y gracia de Dios en Su economía, pág. 41)

Lectura para hoy

Cristo creó la nueva creación por Su gracia que es con el espíritu de los
creyentes [Gá. 6:18] ... La gracia de Jesucristo es la abundante
suministración del Dios Triuno (quien está corporificado en el Hijo y es
hecho real a nosotros como Espíritu vivificante), suministración que es
disfrutada por nosotros cuando ejercitamos nuestro espíritu humano. La
gracia es Dios el Padre corporificado en el Hijo, quien es hecho real a
nosotros como Espíritu. De manera consumada, el Espíritu es la gracia (He.
10:29). Este Espíritu, la máxima consumación del Dios Triuno, ahora mora
en nuestro espíritu. Por tanto, nuestro espíritu es el único lugar donde
podemos experimentar la gracia. A fin de recibir la gracia y disfrutarla,
debemos volvernos a nuestro espíritu y permanecer allí, reconociendo al
Señor como Cabeza y como Rey, respetando Su posición y honrando Su
autoridad. Debemos ver que el trono de la gracia está en nuestro espíritu
(4:16). Siempre que acudimos al trono de la gracia al volvernos a nuestro
espíritu e invocar el nombre del Señor, debemos entronizar al Señor,
dándole a Él la autoridad como Cabeza, el reinado y el señorío en nuestro
ser (Col. 1:18; Ap. 4:2). El trono de Dios es la fuente de la gracia que fluye
... Si entronizamos al Señor Jesús dentro de nosotros, el Espíritu —como
río de agua de vida— fluirá desde el trono de la gracia para abastecernos, y
entonces recibiremos la gracia y la disfrutaremos (He. 4:16; cfr. Ap. 22:1-
2).
Debemos ser aquellos que reciben y disfrutan la gracia del Señor en
nuestro espíritu. Recibir a Cristo como Espíritu de gracia es algo que se
realiza de continuo por toda la vida. Día tras día debe tener lugar esta
maravillosa transmisión divina: Dios suministra abundantemente el
Espíritu de gracia, y nosotros recibimos de continuo el Espíritu de gracia
(Gá. 3:2-5; Jn. 3:34). La manera de abrirnos a la transmisión celestial a fin
de recibir el suministro del Espíritu de gracia vivificante y todo-inclusivo
consiste en ejercitar nuestro espíritu para orar e invocar al Señor (1 Ts.
5:16-18; Ro. 10:12-13). Al recibir y disfrutar al Dios Triuno como nuestra
gracia, gradualmente llegaremos a ser uno con Él orgánicamente; Él llegará
a ser nuestro elemento constitutivo, y nosotros llegaremos a ser Su
expresión (2 Co. 1:12; 12:9).
La marca de la economía de Dios es que Cristo hoy en día es la gracia de
Dios en nuestro espíritu. Nuestro espíritu regenerado, donde mora el
Espíritu, es el enfoque de la bendición prometida por Dios. Es en nuestro
espíritu donde experimentamos y disfrutamos al Espíritu como bendición
central del Nuevo Testamento. Por tanto, necesitamos que la gracia del
Señor, que es la abundante suministración del Espíritu todo-inclusivo (Fil.
1:19), sea con nuestro espíritu. Si no conocemos nuestro espíritu humano,
el cual ha sido regenerado por el Espíritu Santo, no podemos disfrutar a
Cristo como Espíritu todo-inclusivo. Debemos aprender a ejercitar nuestro
espíritu y a andar en nuestro espíritu a fin de disfrutar la gracia de Cristo, la
cual es Cristo mismo para nuestro disfrute.
Cristo es el centro de la economía de Dios, y el Espíritu es la realidad de
Cristo. Cuando Cristo es hecho real a nosotros por el Espíritu en nuestro
espíritu, llegamos a ser la nueva creación. La nueva creación es Cristo que
vive en nuestro espíritu. Por tanto, nuestro espíritu es de vital importancia
para que vivamos la vida propia de la nueva creación para el cumplimiento
del propósito de Dios. (La conclusión del Nuevo Testamento, págs. 3470-
3472)

Lectura adicional: La conclusión del Nuevo Testamento, mensajes 313,


332, 390

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Alimento matutino

Gá. 3:5
Aquel, pues, que os suministra abundantemente el Espíritu...
Gá. 3:2
...¿Recibisteis el Espíritu por las obras de la ley, o por el oír con fe?
Gálatas 1 y 2 tienen que ver con revelación y hablan del Hijo de
Dios revelado en nosotros y de que Cristo vive en nosotros. Pero
cuando venimos a la experiencia, como podemos ver en 3:2, nos
damos cuenta de que Aquel a quien recibimos es el Espíritu. El
Espíritu es la misma Persona de Cristo, el Hijo de Dios.
Recibir el Espíritu no es algo que ocurre una sola vez para siempre.
Tal como respirar, es un asunto de toda la vida. Ésta es la razón de que
en 3:5 Pablo usa el tiempo presente ... Aquí Pablo no dice que Dios
suministró el Espíritu o que Él suministrará el Espíritu; él dice que
Dios suministra el Espíritu. Debido a que Dios está continuamente
suministrando el Espíritu, debemos recibir el Espíritu continuamente.
(Estudio-vida de Gálatas, págs. 383-384)

Lectura para hoy

La gracia de Cristo es con nuestro espíritu (Gá. 6:18). Sin embargo,


muchos cristianos solamente conocen el Espíritu Santo; no saben nada del
espíritu humano. Por esta razón, siempre que en el Nuevo Testamento ellos
ven la palabra espíritu, piensan que se refiere al Espíritu Santo. Ignoran el
hecho de que además del Espíritu de Dios, la Biblia habla del espíritu
humano. Tres versículos del Nuevo Testamento mencionan estos dos
espíritus. Juan 3:6 dice: “Lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”; 4:24
dice: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y con veracidad es
necesario que adoren”; Romanos 8:16 dice: “El Espíritu mismo da
testimonio juntamente con nuestro espíritu”.
Tanto el Espíritu de Dios como nuestro espíritu son cruciales para la
economía de Dios hoy en día. El Espíritu es el propio Dios Triuno que ha
pasado por el proceso de la encarnación, el vivir humano, la crucifixión y
la resurrección para llegar a ser el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45). Este
Espíritu vivificante ahora mora en nuestro espíritu y juntamente con
nuestro espíritu da testimonio de que somos hijos de Dios. En 1 Corintios
6:17 se nos dice que el que se une al Señor, es un solo espíritu con Él. Ésta
es una clara indicación de que los dos espíritus ahora son uno solo.
La gracia [en Gálatas 6:18] es Cristo mismo como nuestro disfrute. Hoy
en día Cristo como el Espíritu está en nuestro espíritu para que lo
experimentemos y disfrutemos. Disfrutar así a Cristo es la gracia misma
que está con nuestro espíritu.
Podemos disfrutar al Señor en nuestro espíritu simplemente al invocar Su
nombre. ¿Sabe usted por qué disfrutamos al Señor cuando lo invocamos?
Lo disfrutamos de esta manera porque cuando invocamos al Señor
automáticamente ejercitamos nuestro espíritu. Por ejemplo, aunque yo no
tenga la intención de ejercitar mis piernas y mis pies, espontáneamente los
ejercito siempre que camino. Del mismo modo, siempre que invocamos al
Señor desde lo profundo de nuestro ser, automáticamente ejercitamos
nuestro espíritu. En cualquier lugar y en cualquier momento podemos
disfrutar las riquezas de Cristo al invocar el nombre del Señor. Cuando
invocamos al Señor de esta manera, andamos por el Espíritu. Invocar el
nombre del Señor también vence lo negativo en nuestro interior.
Supongamos que una joven hermana casada tiene problemas con su mal
genio. Ella anhela ser una buena esposa y madre, y aborrece su mal genio.
Sin embargo, no tiene manera de vencerlo. Hace años yo no sabía cómo
aconsejar a alguien que estuviera atormentado por el problema del mal
genio. Ahora sé que la mejor cura para ese mal es invocar el nombre del
Señor con el ejercicio del espíritu. Cuando invocamos al Señor de esta
manera, inhalamos un elemento espiritual que somete nuestro mal genio.
Después de más de cincuenta años de experiencia y después de haber
tenido contacto con muchos diferentes aspectos del cristianismo
organizado, he llegado a la conclusión de que la mejor manera de disfrutar
al Señor consiste en invocarlo.
Tal como no podemos seguir viviendo si “nos graduamos” de respirar, así
tampoco podemos vivir espiritualmente si dejamos de invocar el nombre
del Señor ... Oh, cuánto necesitamos invocar el nombre del Señor Jesús
para que lo disfrutemos como nuestra gracia ... Yo los animo a que respiren
espiritualmente al invocar el nombre del Señor Jesús. (Estudio-vida de
Gálatas, págs. 400-402)

Lectura adicional: La ley y gracia de Dios en Su economía, caps. 1-3

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Alimento matutino

1 Co. 15:10
...Por la gracia de Dios soy lo que soy; y Su gracia para conmigo no
ha sido en vano, ... he trabajado mucho más que todos ellos; pero
no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
Gá. 2:20-21
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive
Cristo en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo en la fe ...
No hago nula la gracia de Dios...
La gracia es el pensamiento central en 1 Corintios [cfr. 1:4] ... En el
versículo 9 Pablo procede a decir que Dios nos ha llamado a la
comunión de Su Hijo, Jesucristo nuestro Señor. Esto significa que
Dios nos ha llamado a participar en el Hijo, a ser partícipes de Él. La
comunión, el disfrute y la participación que tenemos de Cristo
constituyen la gracia.
La gracia, mencionada tres veces en 1 Corintios 15:10, es el Cristo
resucitado que se hizo el Espíritu vivificante (v. 45) para, en
resurrección, introducir en nosotros al Dios Triuno procesado, para
que sea nuestra vida y suministro de vida a fin de que vivamos en
resurrección. Así que, la gracia es el Dios Triuno que llega a ser
nuestra vida y nuestro todo. (La conclusión del Nuevo Testamento,
págs. 3301-3302)

Lectura para hoy

Si el Dios Triuno no hubiera sido procesado en Cristo, Él no podría ser


disfrutado por nosotros como gracia de Dios. Si el Cristo resucitado no
hubiera sido hecho el Espíritu vivificante, la gracia de Dios no podría llegar
a nosotros y no podríamos participar de dicha gracia. Por tanto, la gracia de
Dios tiene que ser el Cristo resucitado hecho Espíritu vivificante para que
participemos en Él.
El disfrute que tenemos del Dios Triuno procesado es la gracia ... Dios en
la creación es objeto de nuestra adoración, pero Dios en resurrección no es
solamente objeto de nuestra adoración, sino que podemos disfrutarlo. Los
judíos sabían cómo adorar a Dios únicamente como su Creador; sin
embargo, nosotros disfrutamos a nuestro Dios Triuno como Espíritu
vivificante. Dios en resurrección es para ser disfrutado.
El Dios que no ha sido procesado no es gracia; más bien, la gracia es el
Dios Triuno en resurrección. El Dios del ministerio de Pablo no es
meramente el Dios de la creación, sino que Él es Dios en resurrección. La
resurrección implica el proceso de la encarnación, el vivir humano y la
crucifixión ... Por tanto, cuando hablamos de Dios como el Dios de la
resurrección, se halla implícito el proceso por el cual Él pasó. Cristo pasó
por la encarnación, por treinta y tres años y medio de vivir humano y por
seis horas de crucifixión. Después de morir, Él fue puesto en un sepulcro.
Después, Él entró en el Hades y se paseó por el ámbito de la muerte; luego,
salió de allí en resurrección. Ahora Él no solamente es el Dios de la
creación, sino también de la resurrección. Este Dios procesado es ahora
nuestra gracia.
Cristo, la gracia de Dios, ahora está en resurrección como Espíritu
vivificante, quien es la consumación del Dios Triuno procesado. Puesto que
Él está en resurrección, nosotros, Sus creyentes, también debemos estar en
resurrección y vivir en resurrección. La resurrección significa que todas las
cosas viejas y naturales han sido aniquiladas y que se hizo germinar algo
nuevo y espiritual. Esto es resurrección: el aniquilamiento de lo natural y la
germinación de lo espiritual, para transformar lo natural en espiritual. En
resurrección no vivimos una vida natural, sino una vida aniquilada en la
vieja naturaleza y germinada en la nueva naturaleza para hacernos
miembros de Cristo.
Es por esta gracia que Saulo de Tarso, el primero de los pecadores (1 Ti.
1:15-16), llegó a ser el apóstol principal, que trabajaba mucho más que
todos los apóstoles. Su ministerio y su vida, llevados a cabo por medio de
esta gracia, son un testimonio innegable de la resurrección de Cristo.
En 1 Corintios 15:10 la gracia es el Cristo que está en resurrección y
quien es la resurrección. Por esta gracia Pablo pudo ser lo que era y pudo
trabajar más que todos los otros apóstoles. La frase no yo, sino la gracia de
Dios conmigo es el equivalente de la frase ya no ... yo, mas vive Cristo en
mí de Gálatas 2:20. Esto muestra que Cristo mismo es la gracia de Dios, a
saber, Dios mismo que labora a través del apóstol. (La conclusión del
Nuevo Testamento, págs. 3302-3303)
Lectura adicional: Estudio-vida de 1 Corintios, mensaje 65

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Alimento matutino

2 Co. 1:12
...Con sencillez y sinceridad de Dios, ... con la gracia de Dios, nos
hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros.
1 Ti. 1:15-16
...Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los
cuales yo soy el primero ... Me fue concedida misericordia, para
que Jesucristo mostrase en mí ... toda Su longanimidad, y quedara
yo como modelo para los que habrían de creer en Él para vida
eterna.
Todos los discípulos y apóstoles que vieron al Cristo resucitado no
solamente le vieron en términos objetivos, sino que también le
experimentaron subjetivamente. Fue en virtud de que vieron a Cristo
que Él entró en ellos y vino a ser Aquel que era subjetivo en ellos. Fue
debido a esto que, llegado el día de Pentecostés, ellos eran personas
vivientes, llenas de energía y activas. El Cristo resucitado estaba en
ellos.
La gracia que motivó al apóstol [Pablo] y operó en él no era algún
asunto o cosa, sino una persona viviente, o sea, el Cristo resucitado, la
corporificación de Dios el Padre, quien se hizo el Espíritu vivificante
y todo-inclusivo que moraba en el apóstol como su todo. Esto
corresponde con la declaración que Pablo hizo en Filipenses 4:13:
“Todo lo puedo en Aquel que me fortalece con poder”. Aquí, Aquel se
refiere al Cristo resucitado que llegó a ser el Espíritu vivificante. En
tal Cristo, Pablo fue fortalecido con poder para hacer todas las cosas.
En esto consiste la gracia de Dios. (La conclusión del Nuevo
Testamento, págs. 3303-3304)

Lectura para hoy


La gracia es algo de Dios mismo que se forja en nuestro ser y opera en
nosotros y hace cosas por nosotros. No es nada externo ... En 1 Corintios
15:10 Pablo no nos dice que por la gracia de Dios él tenía lo que tenía, ni
aun que por la gracia de Dios él hacía lo que hacía. No es cuestión de
hacer, tener ni laborar; es íntegramente cuestión de ser. Por tanto, Pablo
dice: “Por la gracia de Dios soy lo que soy”. Esto significa que la gracia de
Dios había sido forjada en su ser, haciéndolo tal clase de persona. La gracia
no es algo externo a nosotros o aparte de nosotros; es una persona divina,
Dios mismo en Cristo, forjada en nosotros para ser nuestro elemento
constitutivo. La gracia es el Dios Triuno forjado en nosotros para ser lo que
debemos ser y para vivir, trabajar y hacer cosas por nosotros a fin de que
podamos afirmar: “Soy lo que soy por la gracia de Dios. No soy yo, sino la
gracia de Dios”.
Pablo indica que por sí mismo él no era nada, y que por sí mismo él
jamás podría haber sido un apóstol, y que había trabajado más que los
demás, pero que no era él quien trabajaba, sino la gracia de Dios. La gracia
que estaba con Pablo y lo capacitaba para trabajar más que los demás en
realidad era Dios mismo. Dios en Pablo era la vida eterna como su
suministro y sustento para la realización de la economía neotestamentaria
de Dios.
A lo largo de los siglos, todos los servidores vivientes del Señor han
tenido a este Cristo resucitado viviendo en ellos. Podemos testificar que Él,
como gracia de Dios, vive en nosotros capacitándonos para hacer lo que
jamás podríamos hacer por nosotros mismos. Podemos ser perseguidos,
sufrir oposición y padecer mucho; sin embargo, tenemos al Cristo
resucitado en nosotros. Cuanta más oposición sufrimos, más vivientes y
activos llegamos a ser. Todos tenemos que declarar que en nuestra labor no
somos nosotros quienes trabajamos, sino la gracia de Dios con nosotros.
Nosotros no debiéramos ser los que laboren; más bien, la gracia de Dios,
el Cristo resucitado que vive en nosotros, Él debe ser quien labore.
Debemos aprender de Pablo a coordinar con Aquel que vive en nosotros.
Aunque en nosotros mismos no podemos llevar a cabo la obra del Señor ni
tampoco sobrellevar la carga por las iglesias, la obra es fácil y la carga es
ligera cuando es Aquel que vive en nosotros —Aquel que fue procesado y
alcanzó Su consumación— quien realiza la obra y sobrelleva la carga.
Debemos alabar al Señor que podemos simplemente disfrutar de Su vivir y
Su trabajar y regocijarnos en Él.
La gracia es el Cristo encarnado, crucificado y resucitado que llega a ser
el Espíritu vivificante a fin de entrar en nosotros, morar en nosotros y ser
nuestra vida y suministro de vida. Tal gracia asombrosa puede hacer de un
pecador el principal de los apóstoles. (La conclusión del Nuevo Testamento,
págs. 3304-3305)

Lectura adicional: Estudio-vida de Gálatas, mensaje 31

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Alimento matutino

1 P. 5:10
Mas el Dios de toda gracia, que os llamó a Su gloria eterna en
Cristo Jesús...
Col. 2:19
Y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el Cuerpo,
recibiendo el rico suministro y siendo entrelazado por medio de las
coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento de Dios.
Ap. 22:21
La gracia del Señor Jesús sea con todos los santos. Amén.
Llegamos al punto más crucial, que es la gracia que los creyentes
experimentan en la economía de Dios. La gracia debe ser la
experiencia diaria de los creyentes. Si no es la gracia, no es la
verdadera experiencia cristiana; si no es la gracia, no es el verdadero
vivir cristiano. El vivir de un cristiano debe ser el vivir de la gracia, la
experiencia de la gracia ... La gracia es la corporificación de Dios, a
saber, Cristo. Por tanto, la gracia experimentada por los creyentes es
Cristo, la corporificación misma de Dios. (La ley y gracia de Dios en
Su economía, pág. 54)

Lectura para hoy

Pedro nos dice que crezcamos en la gracia [2 P. 3:18]. Esto comprueba


que la gracia no es cosas materiales. La gracia es algo viviente, algo en lo
cual podemos crecer ... Esta gracia es la persona divina, el propio Dios
Triuno que nos ha sido impartido como nuestra vida para nuestro disfrute.
Ésta es la gracia en la cual crecemos. Que el Señor nos conceda a todos
crecer en la persona divina, quien es la gracia. (CWWL, 1973-1974, t. 1,
págs. 374-375)
En 2 Pedro 3:18 Pedro dice que debemos crecer “en la gracia y el
conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”. Este versículo
revela a Cristo como elemento de nuestro crecimiento. La palabra crecer en
el versículo 18 indica que lo escrito por Pedro en sus dos Epístolas se
relaciona directamente con la vida divina (1 P. 2:2; Ef. 4:15; Col. 2:19).
Crecer en la gracia consiste en crecer por el abundante suministro de la
vida eterna provisto por el poder divino (2 P. 1:3-4), y crecer en el
conocimiento del Señor equivale a crecer al aprehender en nuestra
experiencia lo que Cristo es. Esto es crecer por medio de nuestro disfrute
de la gracia y por nuestra aprehensión de la realidad de la verdad (Jn. 1:14).
La gracia es el Dios Triuno que es vida y el suministro de vida para
nosotros. Debemos crecer en este suministro de vida, en este nutrimento.
Por tanto, crecer en la gracia significa crecer en esta fuente interna del
suministro de vida. Al inicio de 2 Pedro, Pedro se refiere a la gracia, y
ahora al final nos insta a crecer en esta gracia.
La gracia es Dios mismo con la divinidad procesada mediante la
encarnación, la muerte, la resurrección y la ascensión. Todos estos
elementos de la gracia están dentro de nosotros para ser uno con nosotros.
La gracia es Dios mismo como nuestra vida para ser uno con nosotros,
salvarnos, hacer Su hogar en nosotros y ser formado en nosotros. Crecer en
la gracia es crecer en el aumento de Dios. La gracia es la visitación de Dios
a nosotros a fin de permanecer en nosotros y hacerse Él mismo uno con
nosotros. Debemos crecer en tal gracia para Su gloria tanto actualmente
como con miras al día de la eternidad. En 2 Pedro 3:18 encontramos las
palabras de conclusión de los escritos del apóstol Pedro, lo cual indica que
todo cuanto él escribió es de la gracia de Dios, en la gracia de Dios, por la
gracia de Dios y a través de la gracia de Dios.
El versículo 18 nos insta: “Creced en la gracia”. Esto indica que
crecemos por la alimentación y el riego, según es revelado por Pedro en 1
Pedro 2:2 y por Pablo en 1 Corintios 3:2 y 6. Crecer en la gracia es crecer
en el disfrute de todo lo que Cristo es para nosotros como nuestro alimento
espiritual y agua viva. Todas las riquezas de lo que Cristo es para nosotros
tienen por finalidad que crezcamos en vida. Cuanto más disfrutemos las
riquezas de Cristo (Ef. 3:8), más creceremos en vida (4:15).
Pedro ... nos anima a crecer en el conocimiento de nuestro Señor y
Salvador Jesucristo. Hacer real el conocimiento de nuestro Señor equivale
a la verdad, la cual es la realidad de todo lo que Él es, como vemos en Juan
1:14 y 17. Pedro exhorta a los creyentes a crecer no solamente en la gracia,
sino también en esta verdad. El pleno conocimiento de Jesucristo, conocer
a Cristo de manera más profunda y plena, nos ayuda a crecer y
desarrollarnos. Los creyentes deben crecer tanto en la gracia como en el
conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, lo cual redunda en la
gloria de Dios tanto ahora como en el día de la eternidad. (La conclusión
del Nuevo Testamento, págs. 4136-4137)

Lectura adicional: Estudio-vida de 2 Pedro, mensaje 13

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‹‹ SEMANA 2 — HIMNO
Hymns, #312
(Traducción provisional)
1 Gracia al oído es,
Sonido celestial;
Del cielo un eco sonará,
La tierra lo oirá.

¡Gracia sin igual!


¡Basta su poder!
Esta gracia es Cristo en mí;
¡Inagotable es Él.
2 La gracia me otorgó
La vida eternal;
Ella al Cordero me llevó,
Quitando mi pesar.
3 La gracia me guió;
Un peregrino soy;
Me suple cada hora a mí
Al ir en pos de Dios.
4 La gracia me hizo orar;
Ella me compungió;
Me ha guardado hasta aquí;
Me anima el corazón.
5 La gracia cubrirá
La obra de Su amor;
La piedra cimera Él pondrá;
Digna es de aclamación.
6 ¡Oh, que Tu gracia en mí
Inspire el corazón!
Todo mi ser ofrezco a Ti;
Mis días Tuyos son.

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SEMANA 3 — BOSQUEJO

La experiencia que los creyentes tienen


de la gracia de Dios en la economía de Dios
alcanza su consumación en la iglesia
como Cuerpo orgánico de Cristo
Lectura bíblica: Jn. 1:16; Ro. 12:6; 1 Co. 1:2-4; 2 Co. 13:14; Gá. 6:18; Ef.
4:7, 29; Fil. 4:23; Ap. 22:21

Día 1 ››
I. El vivir que los creyentes neotestamentarios llevan bajo la gracia
en la economía de Dios es un vivir total en el que experimentan al
Dios Triuno procesado y consumado como gracia—Gá. 6:18; He.
4:16; Ap. 22:21:
A. El vivir cristiano debe consistir en vivir la gracia, en experimentar
la gracia; nuestra vida cristiana es esencialmente una vida en la que
tenemos a Dios como nuestra gracia—2 Co. 1:12.
B. Un vivir total significa que todo nuestro vivir es un vivir propio del
Dios Triuno que fue procesado a fin de ser gracia para nosotros—
13:14.
C. El Espíritu compuesto se mueve dentro de nosotros diariamente
como la unción a fin de que podamos disfrutar al Dios Triuno
procesado como gracia—1 Jn. 2:20, 27.
D. La gracia del Señor Jesucristo, el Espíritu de gracia, está con
nuestro espíritu, el cual ha sido regenerado para ser la morada y
vaso del Dios Triuno—He. 10:29b; Gá. 6:18; Fil. 4:23; Flm. 25; 2
Ti. 4:22.
E. Nosotros somos los que hemos recibido la gracia, la cual es el Dios
Triuno: el Padre dado a nosotros en el Hijo, y el Hijo hecho real
para nosotros como Espíritu que mora en nuestro espíritu—1 Co.
15:45; 6:17.
F. Debido a que somos santos, la gracia del Señor debe ser con cada
uno de nosotros en todos los aspectos de nuestra vida diaria—Fil.
4:23; Ef. 4:7.
‹‹ Día 2 ››
II. Una iglesia genuina está basada en la gracia que le fue dada en
Cristo Jesús—1 Co. 1:2-4:
A. La gracia de Dios no le es dada a la iglesia con base en la
espiritualidad ni en la condición de la iglesia.
B. Solamente la gracia de Dios es la base de la iglesia—16:23.
C. El agradecimiento que Pablo da a Dios en 1 Corintios 1:4 estaba
basado en el don de gracia que le fue dado a la iglesia en Cristo
Jesús.
D. La iglesia se mantiene firme sobre la base de la gracia a fin de que
pueda recibir más gracia—Ap. 22:21.
E. Hemos recibido la gracia como nuestra base, y nos mantenemos
firmes sobre la gracia, y no sobre nuestros atributos, virtudes ni
excelencias; por tanto, estamos calificados para recibir más gracia,
incluso gracia sobre gracia—Jn. 1:16.
‹‹ Día 3 ››
III. La consumación de la experiencia que los creyentes tienen de la
gracia de Dios en Su economía es la iglesia como Cuerpo orgánico
de Cristo—1 Co. 12:12-13, 27; Ef. 1:6-8, 22-23:
A. La gracia es el Dios Triuno que circula impartiendo en nosotros
todo lo que Él es para nuestro disfrute; toda la vida de iglesia
depende de la gracia, que es la circulación de la Trinidad Divina en
nuestro ser—1 P. 5:10; Hch. 4:33; 2 Co. 8:1; 13:14.
B. La vida práctica y la edificación del Cuerpo de Cristo proceden del
disfrute interior que tenemos de la gracia de Dios—1 Co. 1:9; 2
Co. 13:14.
C. Cada parte del Cuerpo orgánico de Cristo es el producto de la
gracia de Dios en la economía de Dios—Ro. 12:4-6a.
‹‹ Día 4 ››
D. En el Cuerpo tenemos dones que difieren según la gracia que nos
es dada, y que son un resultado de la experiencia que tenemos de la
gracia de Cristo—v. 6:
1. Esta gracia es Dios en Cristo como el elemento divino que
entra en nosotros a fin de ser nuestra vida para nuestro disfrute
—Jn. 1:16; 2 Co. 13:14.
2. Cuando esta gracia entra en nosotros, trae consigo el elemento
de ciertas habilidades y capacidades espirituales, las cuales,
acompañando nuestro crecimiento en vida, se desarrollan como
dones en vida a fin de que ejerzamos nuestra función en el
Cuerpo de Cristo para servir a Dios—Ro. 12:6-8.
3. En Romanos 12:6 los dones difieren según la gracia; en Efesios
4:7 la gracia fue dada conforme al don:
a. La gracia es la vida divina que produce y suministra los
dones.
b. En Romanos 12 es la gracia la que produce el don; por
tanto, el don es conforme a la gracia.
c. En Efesios 4 la gracia es conforme al don, esto es,
conforme a la medida del don.
E. En la iglesia como Cuerpo orgánico de Cristo, no deberíamos dejar
que ninguna palabra corrompida salga de nuestra boca, “sino la que
sea buena para edificación según la necesidad, a fin de dar gracia a
los oyentes”—v. 29:
1. La palabra que hablamos a otros debería transmitir gracia, esto
es, Cristo como nuestro disfrute y suministro—2 Co. 13:14;
Ro. 16:20; 1 Co. 16:23; Gá. 6:18.
2. La palabra que edifica a otros siempre ministra a Cristo como
gracia al oyente—Ef. 4:29.
‹‹ Día 5 y Día 6 ››
IV. En Efesios 3:2 el apóstol Pablo dice que la mayordomía de la
gracia le fue dada a él para con los miembros del Cuerpo—5:30:
A. En Efesios 3:2 y 9 Pablo usa la palabra griega oikonomía; en el
versículo 9 esta palabra se refiere a la economía de Dios, y en el
versículo 2 se refiere a la mayordomía del apóstol.
B. La mayordomía de la gracia de Dios nos ha sido dada a fin de que
podamos vivir y servir para la edificación del Cuerpo de Cristo—
vs. 2-7:
1. La mayordomía de la gracia tiene por finalidad impartir la
gracia de Dios a Su pueblo escogido para producir y edificar la
iglesia como Cuerpo de Cristo—1 Co. 4:1-2.
2. De esta mayordomía proviene el ministerio del apóstol, quien
es un mayordomo en la casa de Dios, uno que ministra a Cristo
como la gracia de Dios a la familia de Dios—9:17.
3. El ministerio de Pablo consistía en impartir las riquezas de
Cristo como gracia a los creyentes para que las disfrutaran—
Ef. 3:8.
4. La economía de Dios está con Dios mismo, pero la
mayordomía de la gracia no fue dada meramente a Pablo como
individuo; esta mayordomía ha sido dada a todos los creyentes.
5. La mayordomía de la gracia es universal; con respecto al
Cuerpo de Cristo, todos los santos tienen la mayordomía de la
gracia según la economía de Dios—vs. 2, 9.
‹‹ Himno

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‹‹ SEMANA 3 — DÍA 1 ››

Alimento matutino

Ap. 22:21
La gracia del Señor Jesús sea con todos los santos. Amén.
2 Co. 1:12
Porque nuestra gloria es ésta: el testimonio de nuestra conciencia,
que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría carnal,
sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y
mucho más con vosotros.
La gracia está con nosotros al principio del libro de Apocalipsis, y
esta misma gracia se menciona al final del libro. Así que, la gracia no
sólo está al final del libro de Apocalipsis, sino al final de toda la
Biblia.
Muchos lectores de la Biblia saben y pueden citar la primera frase
de la Biblia ... Pero pocos conocen la conclusión de la Biblia. La
expresión en el principio creó Dios los cielos y la tierra es objetiva
para nosotros. Pero la expresión la gracia del Señor Jesús sea con
todos los santos nos es subjetiva. Debemos orar-leer este versículo que
da conclusión a la Biblia. La gracia del Señor debe estar con cada uno
de nosotros en todo aspecto de nuestra vida diaria porque somos
santos. Esta gracia tiene su consumación en la Nueva Jerusalén como
consumación del beneplácito de Dios al unirse y mezclarse Él con el
hombre para obtener Su glorioso agrandamiento y Su expresión
eterna. (La cristalización de la Epístola a los Romanos, págs. 274-
275)

Lectura para hoy

El vivir que los creyentes neotestamentarios llevan bajo la gracia en la


economía de Dios es un vivir total en el que experimentan al Dios Triuno
procesado como gracia. No se trata de lo que hacemos; esto no abarca un
vivir total. Un vivir total significa que todo mi vivir es un vivir propio del
Dios Triuno que fue procesado a fin de ser gracia para mí ... Un vivir total
significa que tomo al Dios Triuno procesado como mi vida y mi persona
durante las veinticuatro horas del día, ya sea que esté despierto o dormido.
Respondo a Su mover; me muevo juntamente con Él. Dos espíritus llegan a
ser un solo espíritu, dos vidas viven juntamente y dos naturalezas se
mezclan como una sola. Éste es el vivir total en el que experimentamos al
Dios Triuno como gracia. No es un vivir que se rige por lo correcto o lo
erróneo, ni por lo que es bueno o malo, ni por ninguna otra cosa, sino que
es el vivir que lleva una persona viviente. El vivir de esta persona viviente
es el vivir mezclado del Dios Triuno procesado junto con el hombre
tripartito y transformado. Por tanto, Dios llega a ser nuestra gracia, y
nosotros vivimos en dicha gracia; ésta es la gracia a la que se refiere el
Nuevo Testamento. La experiencia que tenemos de la gracia en la
economía de Dios es el vivir mutuo del Dios Triuno procesado y nosotros
que nos hemos unidos a Él, en el cual le tomamos como nuestra vida y
persona. Él toma la iniciativa, y nosotros lo seguimos; Él y nosotros nos
movemos juntos de modo que, en tal condición —que es llamado
organismo—, expresamos en nuestro vivir a Dios mismo.
El Dios Triuno procesado, quien ha sido consumado como el Espíritu
todo-inclusivo, vivificante, compuesto y que mora en los creyentes, llega a
ser el Espíritu de gracia (1 Co. 15:45; 2 Co. 3:17; Ap. 22:17a; He. 10:29).
En la era neotestamentaria, el Espíritu de gracia imparte al Dios Triuno
en los creyentes como gracia. Debido a que el Espíritu de gracia imparte al
Dios Triuno en nosotros como gracia, nuestra vida cristiana es
esencialmente una vida en la que tomamos a Dios como nuestra gracia.
Tanto esencial como económicamente, es decir, tanto en su vivir como en
su mover, el vivir y la obra de los creyentes por medio del Espíritu es la
experiencia y el disfrute que ellos tienen del Cristo pneumático, la
corporificación del Dios Triuno, como gracia (Jn. 1:14, 16; Ap. 22:21).
El aceite de la santa unción descrito en Éxodo 30:22-25 ... es un fragante
aceite de oliva al cual se le añadieron cuatro clases de especias para formar
un compuesto ... Esto es un tipo del Espíritu compuesto, en quien están el
Padre y el Hijo juntamente con Su muerte toda-inclusiva, Su vivir humano,
Su resurrección y Su ascensión. Ahora el Espíritu compuesto se mueve
diariamente en nosotros como la unción, a fin de que podamos disfrutar al
Dios Triuno procesado como gracia. Ésta es la vida que los cristianos
debemos llevar hoy. (La ley y gracia de Dios en Su economía, págs. 62-65)

Lectura adicional: CWWL, 1987, t. 3, “Being Up-to-date for the Rebuilding


of the Temple”, cap. 13

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1 Co. 1:2-4
A la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo
Jesús, los santos llamados, con todos los que en cualquier lugar
invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo...: Gracia y paz a
vosotros de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros, a causa de la gracia
de Dios que os fue dada en Cristo Jesús.
“A la iglesia de Dios” [1 Co. 1:2a] ... indica que la iglesia no sólo es
poseída por Dios, sino que también tiene a Dios como su naturaleza y
su esencia, las cuales son divinas, generales, universales y eternas.
“La iglesia ... en Corinto” (v. 2b) era una iglesia en una ciudad, la
cual permanecía en una localidad definida y tomaba aquella localidad
como su posición, terreno y jurisdicción para llevar a cabo sus asuntos
administrativos ... La iglesia permaneció en aquella localidad para ser
un testimonio local de Cristo ... es parte del testimonio universal de
Cristo. El testimonio universal se compone de los testimonios locales
y se constituye de los mismos. (Una iglesia genuina, págs. 8-10)

Lectura para hoy

La iglesia es santificada en Cristo (1 Co. 1:2c), habiendo sido santificada,


hecha santa, en Cristo, quien es la corporificación del Dios Triuno
procesado en Su plenitud, como su elemento y esfera. Cristo es la
corporificación del Dios Triuno procesado en toda Su plenitud. Ahora
nosotros estamos en este Cristo, y tenemos a este Cristo como nuestro
elemento y esfera ... Cristo es el elemento de la iglesia. Él también es la
esfera, el ámbito, de la iglesia.
La iglesia está compuesta de los “santos llamados” (v. 2d): la asamblea
de los santos, los santificados, los que han sido llamados a salir del mundo
satánico. Nosotros hemos sido llamados por Dios para ser santificados en
Cristo ... en una persona maravillosa, ... quien es nuestro elemento por
dentro y nuestra esfera por fuera.
El quinto requisito [(v. 2e) es] ... que la iglesia que es genuina está
relacionada con todos los santos que invocan el nombre del Señor
Jesucristo en todo lugar por todo el mundo.
El versículo 3 ... indica que la iglesia ... genuina está bajo el impartir de la
“gracia”, la cual es la corporificación del Dios Triuno procesado para el
disfrute de Sus santos llamados, y de la “paz”, la cual es el Dios Triuno
procesado como resultado de que Sus llamados lo disfruten como gracia.
La gracia y la paz son impartidas a la iglesia de parte de Dios el Padre
como la fuente de la Trinidad Divina, del Señor Jesucristo como el cauce
del fluir de la Trinidad Divina, y del Espíritu Santo como la extensión del
fluir de la Trinidad Divina ... (2 Co. 13:14) ... El Dios Triuno es la gracia y
la paz para Sus llamados para el disfrute de ellos.
La gracia de Dios no le es dada a la iglesia con base en la espiritualidad
ni en la condición de la iglesia [sino en] la gracia de Dios sola ... El
agradecimiento que Pablo da a Dios [1 Co. 1:4] estaba basado en el don de
gracia que fue dado a la iglesia en Cristo Jesús. En el Nuevo Testamento, la
frase en Cristo se usa principalmente en relación con el Dios Triuno (2 Co.
5:19), y con los creyentes corporativamente (1 Co. 1:30). Por lo tanto, la
gracia de Dios dada a los creyentes es el Dios Triuno mismo.
La iglesia se afirma sobre la base de la gracia para recibir más gracia.
Hemos recibido la gracia como nuestra base, y hoy nos afirmamos sobre la
gracia, y no sobre nuestros atributos, virtudes ni excelencias. Por lo tanto,
estamos calificados para recibir más gracia, incluso gracia sobre gracia.
Juan 1:16 dice: “De Su plenitud recibimos todos, y gracia sobre gracia”.
Estamos calificados por gracia para recibir gracia sobre gracia. Tenemos
que agradecer al Señor porque cuantas más tormentas hay en la iglesia, más
“olas” de gracia tenemos. Cada tormenta trae consigo otra “ola” de gracia.
Más aún, esta gracia tiene como resultado la paz. En Su Trinidad Divina,
Dios no sólo es gracia, sino paz para nosotros. Después de recibir la gracia,
estamos en paz, y podemos decir: “¡Aleluya, Amén!”. Estamos en paz
porque hemos disfrutado la gracia, y tenemos la gracia porque hemos
recibido gracia sobre gracia. (Una iglesia genuina, págs. 10-16)
Lectura adicional: Una iglesia genuina, págs. 8-16; Estudio-vida de 1
Corintios, mensaje 2

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Ef. 1:6-8
Para alabanza de la gloria de Su gracia, con la cual nos agració en
el Amado; en quien tenemos redención por Su sangre, el perdón de
los delitos según las riquezas de Su gracia, que hizo sobreabundar
para con nosotros...
Ef. 1:22-23
...Y lo dio por Cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, la cual es
Su Cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.
La consumación de la experiencia que los creyentes tienen de la
gracia de Dios en Su economía es la iglesia como el Cuerpo de Cristo
(Ef. 1:6-8, 22-23). ¿Cómo se produce el Cuerpo de Cristo? Nosotros
éramos pecadores caídos, pero Cristo vino y derramó Su sangre para
redimirnos llevándonos de vuelta a Sí mismo. Cristo es la esfera y
elemento de nuestra salvación. La sangre preciosa de Cristo nos
redimió llevándonos de vuelta a Cristo como esfera y elemento. En
Cristo disfrutamos Su elemento y, con Su elemento, hemos sido
hechos la preciosa posesión de Dios. Efesios 1:22-23 nos muestra que
el poder que Dios hizo operar en Cristo lo resucitó de los muertos a fin
de que Él pudiera trascender el mundo y ascender a los cielos, al
sentarse a la diestra de Dios, aplastar al enemigo, someter todas las
cosas bajo Sus pies y así ser dado por Cabeza sobre todas las cosas.
Dicho poder es dado “a la iglesia”, o sea, es transmitido a la iglesia ...
Ya que la Cabeza tiene este poder, el Cuerpo también recibe la
transmisión de este poder. Es de esta manera que se produce el Cuerpo
de Cristo. (La ley y gracia de Dios en Su economía, pág. 72)

Lectura para hoy


Cada parte del Cuerpo orgánico de Cristo es el fruto de la gracia en la
economía de Dios. La gracia es el disfrute que tenemos del Dios Triuno —
el Padre, el Hijo y el Espíritu— como disfrute de vida, y la vida de Dios
está con Dios el Padre como sustancia, con Dios el Hijo como elemento y
con Dios el Espíritu como esencia.
Primero, el Cuerpo orgánico de Cristo toma a Dios el Padre en Su
naturaleza como su sustancia, representado por el oro puro (Ap. 21:18b; 1
Co. 3:12). El oro representa la naturaleza divina de Dios el Padre como
fuente con todos sus atributos.
En segundo lugar, el Cuerpo orgánico de Cristo toma a Dios el Hijo en Su
redención como su elemento, representado por las perlas (Ap. 21:21a; cfr. 1
Co. 3:12). Las perlas representan a Cristo el Hijo en Su muerte vencedora y
en Su resurrección que imparte vida juntamente con todas las virtudes y
atributos.
En tercer lugar, el Cuerpo orgánico de Cristo toma a Dios el Espíritu en
Su obra transformadora como su esencia, representado por las piedras
preciosas (Ap. 21:18a, 19-20; 1 Co. 3:12). Las piedras preciosas
representan la obra transformadora del Espíritu juntamente con todos sus
atributos. El oro, la plata y las piedras preciosas representan los diversos
disfrutes y experiencias que los creyentes tienen de Cristo en las virtudes y
atributos del Dios Triuno. Todos estos materiales preciosos son el fruto de
nuestra participación y disfrute de Cristo en nuestro espíritu por medio del
Espíritu Santo. Únicamente éstos son útiles para la edificación que Dios
efectúa.
Para el apóstol Pablo todas las cosas eran como basura, y la gracia era
Dios en Cristo. Fue por gracia, o sea, por el Señor a quien él
experimentaba, que Pablo laboró para el Señor mucho más que todos los
apóstoles. Al igual que Pablo, debemos tomar al Dios Triuno procesado y
consumado como la gracia en nuestro vivir y en nuestra labor ... En tal
vivir, tomamos únicamente la vida divina como el principio que nos rige.
Todo cuanto procede de la vida divina es lo que Dios desea; y todo lo que
no procede de la vida divina es lo que Dios rechaza. Esta vida es la rica
gracia que tiene a Dios el Padre como su sustancia, a Dios el Hijo como su
elemento y a Dios el Espíritu como su esencia; esta vida es Dios mismo
que viene a nosotros para ser nuestra gracia. Éste es el vivir que debemos
llevar. Que el Señor tenga misericordia de nosotros y nos bendiga para que
podamos llevar tal vida, de modo que finalmente podamos experimentar la
consumación de la gracia de Dios en Su economía. (La ley y gracia de Dios
en Su economía, págs. 75-76, 81-82)

Lectura adicional: La ley y gracia de Dios en Su economía, cap. 4

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Ro. 12:6-7
...Teniendo dones que difieren según la gracia que nos es dada, si el
de profecía, ... conforme a la proporción de la fe; o si de servicio,
seamos fieles en servir; o el que enseña, en la enseñanza.
Ef. 4:29
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea
buena para edificación según la necesidad, a fin de dar gracia a los
oyentes.
La gracia es simplemente Dios en Cristo como nuestro disfrute.
Cuando esta gracia, este elemento divino —que es la vida divina—,
entra en nuestro ser, trae consigo ciertas habilidades y capacidades,
que son los dones ... A medida que disfrutamos a Dios, recibiendo y
asimilando Su elemento divino dentro de nuestro ser, este elemento
divino produce en nosotros algunos dones, aptitudes y habilidades.
Estos dones difieren según la medida del elemento divino que hemos
disfrutado y asimilado dentro de nuestro ser.
Los dones de Romanos 12 son dados conforme a la gracia. Esto
significa que los dones son concedidos conforme a la medida de la
vida. Si usted ha disfrutado la vida de Dios a un nivel muy elevado,
recibirá un don superior. Sin embargo, si sólo disfruta de la vida de
Dios de manera limitada, el don que reciba también tendrá ciertas
limitaciones, porque la medida del don recibido depende del grado en
que uno haya disfrutado interiormente de la vida divina como la
gracia. Los dones enumerados en Romanos 12 no son dones
milagrosos que vienen a nosotros repentinamente; al contrario, son
como las facultades de los miembros de nuestro cuerpo humano ...
Todos los ítems incluidos en los versículos del 6 al 8 son dones de la
gracia en vida. Podemos enumerar siete de ellos: la profecía, el
servicio, la enseñanza, la exhortación, el dar, el liderazgo y el hacer
misericordia. Debemos recordar que cada uno de estos siete ítems es
un don, incluyendo el hacer misericordia. (Estudio-vida de Romanos,
págs. 324-325)

Lectura para hoy

La gracia es el elemento divino que entra en nuestro ser a fin de que sea
nuestra vida para nuestro disfrute. La gracia no es algo externo, sino el
elemento de la vida divina que es forjado en nuestro ser interiormente y
que nos da ciertas habilidades y capacidades.
Los dones de la gracia en vida son necesarios para la práctica de la vida
del Cuerpo. [No] descuidamos los dones de gracia en vida, y sólo
prestamos atención a los dones milagrosos, ... porque éstos tienen tendencia
a dividir el Cuerpo, mientras que los dones de la gracia en vida, lo edifican.
Pablo tenía mucha experiencia en la vida del Cuerpo y sabía que los dones
de gracia en vida son necesarios para la edificación de la iglesia. Por lo
tanto, en Romanos 12 él no incluyó los dones milagrosos entre los ítems
necesarios para poner en práctica la vida de iglesia ... Él aconsejó a los
corintios a que se ocuparan de la edificación de la iglesia (1 Co. 14:12, 26).
En el libro de Romanos su preocupación no fue tanto por la edificación de
un individuo en particular, sino por la edificación del Cuerpo. Por esta
razón, no incluyó los dones milagrosos en este libro. (Estudio-vida de
Romanos, págs. 325, 330-331)
Efesios 4:29 dice: “Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca,
sino la que sea buena para edificación según la necesidad, a fin de dar
gracia a los oyentes”. La palabra griega que se traduce “corrompida”
denota algo nocivo, ofensivo o indigno. Nuestra conversación no debe
corromper a otros, sino edificarlos. La iglesia y cada uno de sus miembros
necesitan la edificación apropiada. Esta edificación se logra principalmente
por medio de nuestras palabras. Lo que salga de nuestra boca debe ser
bueno para la edificación de la iglesia y de todos los santos.
Además, las palabras que salen de nuestra boca deben dar gracia a los
oyentes. La gracia es Dios corporificado en Cristo como nuestro disfrute y
suministro. Nuestras palabras deben transmitir esta gracia a otros. Las
palabras que edifican a otros siempre ministran gracia a los oyentes.
Nuestras palabras deben comunicar a Dios en Cristo como disfrute,
impartiendo así Cristo a otros como suministro de vida. (Estudio-vida de
Efesios, págs. 415-416)

Lectura adicional: Estudio-vida de Romanos, mensaje 26; Estudio-vida de


Efesios, mensajes 38, 48-49; La conclusión del Nuevo Testamento,
mensaje 341

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Ef. 3:2
Si es que habéis oído de la mayordomía de la gracia de Dios que
me fue dada para con vosotros.
Ef. 3:8-9
A mí, que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me
fue dada esta gracia de anunciar a los gentiles las inescrutables
riquezas de Cristo como evangelio, y de alumbrar a todos para que
vean cuál es la economía del misterio escondido a lo largo de los
siglos en Dios, que creó todas las cosas.
La intención de Dios en Su economía es impartirse a Sí mismo en
Su pueblo escogido, haciéndose uno con ellos. La Biblia revela que
Dios mora en Su pueblo escogido y que desea hacerse completamente
uno con ellos.
La intención de Dios en Su economía también es impartir a Cristo,
con todas Sus riquezas, en Sus creyentes, quienes han sido escogidos
por Dios para constituir el Cuerpo de Cristo, la iglesia, a fin de
expresar al Dios Triuno procesado (Ef. 3:8-10).
Finalmente, la intención de Dios en Su economía es hacer que en
Cristo sean reunidas bajo una cabeza todas las cosas (1:10) ... En la
iglesia nosotros estamos sujetos a Cristo, la Cabeza, para que
finalmente en Cristo todas las cosas sean reunidas bajo una cabeza, en
el cielo nuevo y en la tierra nueva.
En el capítulo 3 de Efesios, Pablo usó la palabra griega oikonomía
con dos denotaciones. Primero, esta palabra se refiere a la economía
de Dios. Segundo, se refiere a la mayordomía del apóstol. Finalmente,
la economía de Dios llega a ser la mayordomía del apóstol. La
economía de Dios fue hecha en la eternidad (vs. 9-11). La
mayordomía (gr., economía) de la gracia de Dios, la cual tenía el
apóstol, le fue dada en la esfera del tiempo para llevar a cabo la
economía eterna de Dios en la gracia (v. 2; 1 Co. 9:17). La economía
de Dios está con Dios mismo, pero la mayordomía del apóstol no fue
dada meramente a Pablo como individuo. La mayordomía ha sido
dada a todos los creyentes. (La línea central de la revelación divina,
pág. 38)

Lectura para hoy

Pablo revela en Efesios 3 que la economía de Dios le fue dada en forma


de mayordomía; pero dijo que, como aquel que recibió la mayordomía, era
menos que el más pequeño de todos los santos (v. 8). Si el más pequeño de
los santos está calificado para recibir la mayordomía, entonces todos
nosotros estamos calificados ... Debido a que vivimos en tiempos
posteriores a los de Pablo, hemos heredado todo lo que él y otros nos han
transmitido desde aquel entonces ... En cierto sentido, Pablo fue nuestro
comienzo y nosotros somos su consumación.
La economía de Dios ha llegado a ser nuestra mayordomía por la cual
impartimos la gracia de Dios. Las riquezas de Cristo son la gracia. La
mayordomía de la gracia se menciona en 3:2, y las inescrutables riquezas
de Cristo se mencionan en el versículo 8; así pues, la mayordomía de la
gracia es el ministerio que tiene como fin distribuir, impartir, a los
creyentes las inescrutables riquezas de Cristo como gracia para el disfrute
de ellos.
En la eternidad pasada Dios ... hizo una economía eterna para impartir las
riquezas de Cristo en el pueblo escogido de Dios, los creyentes, a fin de
tener una iglesia, un Cuerpo, un organismo para Su expresión. Finalmente,
por medio de esta impartición, reunirá en Cristo todas las cosas bajo una
cabeza. Para el cumplimiento de Su economía, Dios se imparte a Sí mismo
en nosotros de una manera muy detallada. La impartición de Dios en
nosotros, Su pueblo escogido y redimido, tendrá su consumación en la
Nueva Jerusalén. (La línea central de la revelación divina, págs. 38-39)
La mayordomía de la gracia consiste en impartir las riquezas de Cristo.
Conforme al contexto de Efesios 3, la gracia alude a las riquezas de Cristo.
Cuando disfrutamos de las riquezas de Cristo, ellas llegan a ser la gracia. El
ministerio de Pablo tenía como fin impartir las riquezas de Cristo como
gracia a los creyentes. En un avión las azafatas reparten alimentos a los
pasajeros; ellas no dan información sobre cómo cocinar. Asimismo, el
apóstol Pablo impartía las riquezas de Cristo a los santos. Esto es lo que
hacemos hoy en el ministerio ... Cada santo puede infundir Cristo a otros.
Incluso una hermana joven de escuela secundaria puede impartir Cristo a
sus compañeras de clase. Impartir Cristo a otros es la mayordomía según la
economía de Dios. (Estudio-vida de Efesios, págs. 250-251)

Lectura adicional: Estudio-vida de Efesios, mensaje 40

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1 Co. 15:10
...Por la gracia de Dios soy lo que soy; y Su gracia para conmigo no
ha sido en vano, ... he trabajado mucho más que todos ellos; pero
no yo, sino la gracia de Dios conmigo.
Ef. 3:8
A mí ... me fue dada esta gracia de anunciar ... las inescrutables
riquezas de Cristo como evangelio.
Ef. 2:7
Para mostrar ... las superabundantes riquezas de Su gracia en Su
benignidad para con nosotros en Cristo Jesús.
La mayordomía de la gracia tiene por finalidad la impartición de
Dios. Ya vimos que el deseo de Dios es impartir Sus riquezas, que en
realidad son Él mismo, a Su pueblo escogido. Una vez que se nos
imparten estas riquezas, debemos tomar la carga de impartirlas a otros.
Con respecto a Dios, estas riquezas son Su economía; con relación a
nosotros, son una mayordomía; y una vez que las impartimos en otros,
son la impartición de Dios. Cuando la economía de Dios llega a
nosotros, llega a ser nuestra mayordomía; cuando llevamos a cabo
nuestra mayordomía al impartir Cristo a otros, la mayordomía llega a
ser la impartición de Dios en ellas. Por consiguiente, tenemos la
economía, la mayordomía y la impartición. (Estudio-vida de Efesios,
págs. 251-252)

Lectura para hoy

La mayordomía de la gracia consiste en impartir Dios a las personas para


ser su disfrute. Impartir esta gracia a otros es nuestra mayordomía según la
economía de Dios. Puesto que participamos de Dios como nuestro disfrute,
podemos impartirlo como gracia a otros. Ésta es la impartición de la gracia.
En Efesios 3:7 Pablo declara que él fue hecho ministro. En el Nuevo
Testamento existe un solo ministerio, el cual es la mayordomía, la
impartición de Dios en las personas. La palabra ministro equivale a la
palabra mayordomo, porque un mayordomo es uno que sirve a los demás
supliéndoles las necesidades de la vida. No sólo los hermanos que
ministran la Palabra de Dios o los ancianos que se ocupan de la edificación
de la iglesia local son ministros, sino que cada santo, cada miembro de la
iglesia, tiene parte en el ministerio. No se deje engañar por el concepto
tradicional y piense que usted no es un ministro. Un ministro es
simplemente uno que sirve. Un ministro del evangelio le sirve el evangelio
a la gente. Una hermana joven que ministra Cristo a su mamá lleva a cabo
el ministerio neotestamentario ... Jóvenes, vayan a sus padres y
minístrenles Cristo a ellos. Les animo a todos que cumplan este ministerio.
Aunque hay miles de santos en el recobro del Señor, hay un solo
ministerio, el cual imparte las riquezas de Cristo a otros. ¡Aleluya por tan
glorioso ministerio!
Nuestro ministerio concuerda con el don de la gracia de Dios. Decir que
la gracia es el Dios que disfrutamos significa que la gracia es el Dios que se
nos da como vida y suministro de vida (1 Co. 15:10; 2 Co. 12:9). Este
suministro de vida opera en nosotros. Por medio de la vida que opera en
nosotros, obtenemos cierta capacidad, la cual es el don. Por consiguiente,
en Efesios 3:7 Pablo expresa que él es un ministro “conforme al don de la
gracia de Dios” ... Esta habilidad es el don que nos constituye ministros que
imparten Cristo a otros.
Nuestro ministerio consiste en predicar el evangelio de las inescrutables
riquezas de Cristo; no es cuestión de presentar doctrinas ni de simplemente
enseñar la Palabra en letras. Nuestro evangelio es una persona con todas
Sus riquezas. Predicar este evangelio es ministrar las riquezas de Cristo a
otros.
Este ministerio tiene por finalidad producir la iglesia. El ministerio del
apóstol Pablo, un mayordomo de Dios, consistía en producir la iglesia al
impartir en los creyentes las inescrutables riquezas de Cristo como gracia.
El objetivo del ministerio de Pablo no era simplemente salvar pecadores,
sino producir la iglesia para el cumplimiento del propósito eterno de Dios.
Ésta era la meta de la mayordomía de la gracia que había recibido.
Según 3:3 y 5, recibimos nuestro ministerio al recibir la revelación del
misterio en el espíritu. El misterio de Dios es Cristo, y el misterio de Cristo
es la iglesia. Si hemos visto a Cristo como misterio de Dios y a la iglesia
como misterio de Cristo, tenemos la revelación del misterio en nuestro
espíritu. Esto nos capacita para ministrar Cristo a otros. (Estudio-vida de
Efesios, págs. 253-254)

Lectura adicional: Estudio-vida de Efesios, mensaje 28

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‹‹ SEMANA 3 — HIMNO
Himnos, #349

1 Por las riquezas del Señor


Su plenitud podemos ser,
Al disfrutarle en comunión,
Su testimonio se ha de ver.
2 Con Sus riquezas el Señor
Su mismo ser nos traerá,
Haciéndonos Su plenitud
Su Cuerpo así Él logrará.
3 Por las riquezas de Canaán
El templo al fin se levantó;
Tipificando a Cristo están
Y a la iglesia, Su expresión.
4 Como fue Eva para Adán
La iglesia para Cristo es,
La plenitud viviente de Él,
Que por Su vida vino a ser.
5 En la iglesia Cristo es
La rica vida en lo interior;
La iglesia es Su expresión
Y plenitud en lo exterior.

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SEMANA 4 — BOSQUEJO

La gracia en las Epístolas de Pedro


Lectura bíblica: 1 P. 1:2b, 10, 13; 2:19-20; 3:7; 4:10; 5:5, 10, 12; 2 P. 1:2;
3:18

Día 1 ››
I. La gracia es el Cristo resucitado como Espíritu vivificante, quien
se da gratuitamente a nosotros, lo es todo para nosotros y lo hace
todo en nosotros, por nosotros y por medio nuestro con miras a
nuestro disfrute—Jn. 1:14, 16‑17; 2 Co. 1:8-9, 12; Gá. 2:20; cfr. 1
Co. 15:10.
II. La multiplicación de la gracia es la gracia que se multiplica en
nuestra vida diaria en el pleno conocimiento de Dios y de Jesús
nuestro Señor; la gracia de Dios en Su economía es rica, se
multiplica y abunda—1 P. 1:2b; 2 P. 1:2; Jn. 1:16; Ef. 1:6-8; 2:7;
Ro. 5:17, 21; 1 Ti. 1:14; Ap. 22:21:
A. La gracia nos es multiplicada por medio de nuestros sufrimientos,
limitaciones y debilidades; la gracia es Cristo como Aquel que
lleva nuestras cargas; cuantas más cargas tenemos, más
oportunidades tenemos para experimentar a Cristo como gracia—2
Co. 12:7-9; cfr. 1:12, 15.
B. Los que aman al Señor son aquellos que lo disfrutan como gracia
—Ef. 6:24; Jn. 21:15-17; 1 P. 1:8.
C. Disfrutamos del Señor como gracia con Su naturaleza divina
cuando recibimos y permanecemos en la palabra de Su gracia, la
cual incluye todas Sus preciosas y grandísimas promesas—Hch.
20:32; 2 P. 1:4; Ef. 6:17-18.
‹‹ Día 2 ››
III. Los profetas del Antiguo Testamento profetizaron acerca de la
gracia destinada a nosotros—1 P. 1:10:
A. El Espíritu de Cristo que estaba en los profetas
antiguotestamentarios les indicó claramente respecto al Cristo que
vendría como gracia a nosotros por medio de Su encarnación, Sus
sufrimientos en Su vivir humano y crucifixión, y Sus glorias en Su
resurrección, ascensión, segunda venida y reinado, con miras a que
nos fuera aplicada la salvación completa que Dios efectúa—vs. 5,
9-10; cfr. Sal. 22; Is. 53; Dn. 9:26.
B. Aunque en un sentido dispensacional el Espíritu de Cristo fue
constituido mediante la muerte y resurrección de Cristo y con
dicha muerte y resurrección en tiempos del Nuevo Testamento (Jn.
7:39; Ro. 8:9-11), la función del Espíritu es eterna, porque Él es el
Espíritu eterno (He. 9:14).
C. El Espíritu de Cristo, en Su función eterna, estaba en los profetas
antiguotestamentarios, indicándoles claramente que Cristo vendría
a los creyentes neotestamentarios a fin de ser para ellos la gracia
ilimitada y todo-suficiente de la salvación completa que Dios
efectúa, con miras a que entren en el gozo del Señor en la era del
reino, lo cual será la salvación de sus almas—Jn. 1:17; He. 10:29b;
1 P. 1:9; Mt. 25:21, 23.
D. El Espíritu de Cristo aplica la salvación completa que Dios efectúa
como gracia a nosotros mediante dos instrumentos: el profetizar
por parte de los profetas antiguotestamentarios y la predicación por
parte de los apóstoles neotestamentarios—1 P. 1:10-12; cfr. Ap.
2:7a.
‹‹ Día 3 ››
IV. La gracia en la cual los creyentes ponen su esperanza
completamente será traída a ellos cuando Jesucristo sea revelado
—1 P. 1:13:
A. La gracia que se nos traerá cuando Jesucristo sea revelado se
refiere a la salvación del alma, que es la consumación de la
salvación completa de Dios—vs. 5, 9-10:
1. La gracia que nos fue dada en Cristo nos fue otorgada antes que
el mundo comenzara—2 Ti. 1:9; Tit. 2:11.
2. Dios, quien era en el principio, se hizo carne en el tiempo como
gracia a fin de que el hombre lo pudiera recibir, poseer y
disfrutar—Jn. 1:1, 14, 16-17.
3. El Dios Triuno procesado, quien ha sido consumado como
Espíritu vivificante, todo-inclusivo y que mora en nosotros, ha
llegado a ser el Espíritu de gracia que está con nuestro espíritu
—1 Co. 15:45; 2 Co. 3:17; He. 10:29b; Gá. 6:18; Fil. 4:23.
B. Día a día deberíamos ser vasos abiertos que reciben la gracia
continuamente y poner nuestra esperanza completa y
perfectamente en esta gracia—Ro. 5:17; 1 P. 1:13.
‹‹ Día 4 ››
V. La frase gracia delante de Dios hallada en 1 Pedro 2:19-20 se
refiere a la motivación de la vida divina dentro de nosotros y a su
expresión en nuestro vivir, la cual en nuestro comportamiento llega
a ser grata y aceptable ante el hombre y ante Dios:
A. La gracia, quien es el Dios Triuno procesado para nuestro disfrute,
llega a ser nuestra motivación interna y expresión externa en
nuestra comunión íntima con Dios y en la conciencia que tenemos
de Dios; todos tenemos que aprender cómo tener la gracia, lo cual
equivale a tomar la gracia, poseer la gracia, usar la gracia y aplicar
la gracia—He. 12:28.
B. El Dios Triuno procesado como gracia, que nosotros recibimos y
disfrutamos, llega a expresarse de manera visible para que otros
puedan verlo en nuestro vivir santo y en las reuniones de la iglesia
—Hch. 11:23.
C. Hemos sido llamados a disfrutar y expresar a Cristo como gracia
en medio de los sufrimientos a fin de que lleguemos a ser una
reproducción, una fotocopia, de Cristo, nuestro modelo, según Su
vivir de Dios-hombre—1 P. 2:20-21.
‹‹ Día 5 ››
VI. La gracia de la vida es la herencia de todos los creyentes, sean
fuertes o débiles—3:7:
A. La gracia de la vida es Dios como vida y como suministro de vida
para nosotros en Su Trinidad Divina: el Padre es la fuente de la
vida, el Hijo es el cauce de la vida y el Espíritu es el fluir de la
vida, quien fluye dentro de nosotros, junto con el Hijo y el Padre,
como gracia para nosotros—1 Jn. 5:11-12; Jn. 7:38-39; Ap. 22:1.
B. Somos herederos para heredar la gracia de la vida y vasos para
contener la gracia de la vida—1 P. 3:7; Ef. 1:14; 2 Co. 4:7.
VII. La multiforme gracia de Dios indica las riquezas de la gracia de
Dios en sus diversos aspectos ministrada por los santos unos a
otros—1 P. 4:10:
A. La multiforme gracia de Dios es el rico suministro de vida, el cual
es el Dios Triuno ministrado a nosotros en muchos aspectos—2
Co. 13:14; 12:9.
B. Necesitamos ser buenos mayordomos de la multiforme gracia de
Dios, hablando palabras de gracia como oráculos de Dios y
ministrando a otros por virtud de la fuerza y el poder de la gracia
que Dios suministra—1 P. 4:10-11; Lc. 4:22; Ef. 3:2; 4:29.
‹‹ Día 6 ››
VIII. Dios da gracia a los humildes, pero resiste a los soberbios—1 P.
5:5:
A. En la vida de iglesia todos nosotros necesitamos ceñirnos de
humildad en el trato mutuo, de modo que podamos disfrutar a Dios
como el Dador de gracia—cfr. Jn. 13:3-5.
B. La humildad nos salva de toda clase de destrucción e invita la
gracia de Dios, mientras que el orgullo nos hace el mayor de los
necios—Jac. 4:6; Sal. 138:6; Pr. 29:23.
C. Debemos estar dispuestos a ser humillados, reducidos, bajo la
poderosa mano de Dios en Su disciplina y a echar nuestra vida con
todas sus preocupaciones sobre Dios, porque Él se preocupa por
nosotros de una manera amorosa y fiel—1 P. 5:5-7; cfr. Sal. 55:22.
IX. “El Dios de toda gracia” —que llamó a los creyentes a Su gloria
eterna— los perfecciona, confirma, fortalece y cimienta por medio
de sus sufrimientos; esta “toda gracia” es la “verdadera gracia de
Dios”, en la cual los creyentes deberían entrar y en la cual están
firmes—1 P. 5:10, 12.
X. La verdadera gracia de Dios es la gracia en la cual, junto con el
conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, los creyentes
deberían crecer para Su gloria ahora y hasta el día de la
eternidad; éstas son las palabras de conclusión de los escritos del
apóstol Pedro, lo cual indica que todo cuanto él escribió es de la
gracia de Dios, en ella, por ella y a través de ella—2 P. 3:18.
‹‹ Himno

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‹‹ SEMANA 4 — DÍA 1 ››

Alimento matutino

1 P. 1:2
Escogidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del
Espíritu, para la obediencia y la aspersión de la sangre de
Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.
2 P. 1:2
Gracia y paz os sean multiplicadas, en el pleno conocimiento de
Dios y de Jesús nuestro Señor.
Pedro habló de la gracia que en la vida diaria de los creyentes se
multiplica en el pleno conocimiento de Dios y de Jesús su Señor (1 P.
1:2; 2 P. 1:2). En el pleno conocimiento de Dios y del Señor, la gracia
se multiplica una y otra vez ... La gracia es ilimitada tal como Dios lo
es. Cuando fuimos regenerados, recibimos a Dios, pero teníamos sólo
una pequeña porción de Dios. Gradualmente, al aumentar Dios en
nosotros a través de los años, llegamos a tener el peso de la medida de
Dios. Esto se debe a que Dios como gracia aumenta en nosotros. (La
cristalización de la Epístola a los Romanos, págs. 214-215)

Lectura para hoy

En la economía de Dios, la gracia de Dios es rica, se multiplica y es


abundante ... Las riquezas de la gracia de Dios sobrepasan toda limitación.
Estas riquezas son las riquezas de Dios mismo, las cuales disfrutamos.
Además, la gracia de Dios y el don en gracia de Jesucristo han abundado
para los muchos (Ro. 5:15b, 20b).
Al experimentar la gracia en la economía de Dios, los creyentes también
reciben de Dios el abundante suministro de toda gracia [cfr. 2 Co. 9:8] ...
Hoy Dios nos suministra abundantemente toda gracia.
Constantemente disfrutamos la gracia de Dios que se multiplica ... Esta
gracia no está muerta, sino que es viviente y se multiplica; está siendo
multiplicada para nosotros día tras día. (La ley y gracia de Dios en Su
economía, págs. 37, 41)
Pablo a menudo usa la expresión gracia y paz a vosotros; en cambio,
Pedro expresa en dos ocasiones que la gracia y la paz nos sean
multiplicadas. En 1 Pedro 1:2 él dice: “Gracia y paz os sean multiplicadas”,
y en 2 Pedro 1:2 dice: “Gracia y paz os sean multiplicadas, en el pleno
conocimiento de Dios y de Jesús nuestro Señor”. Pedro no sólo expresa su
deseo de que la gracia sea con los santos, sino además que la gracia les sea
multiplicada. ¿Alguna vez ha pensado qué significa que la gracia sea
multiplicada? ¿Ha escuchado alguna vez algún sermón o mensaje en el que
se le diga que la gracia y la paz pueden ser multiplicadas? Es posible que a
la mayoría de nosotros nos cause desconcierto esta expresión. El uso de la
palabra multiplicadas nos muestra una vez más esta característica de Pedro.
En este sentido, ni siquiera Pablo era tan minucioso como Pedro, ya que en
ninguna de sus Epístolas dijo que la gracia y la paz nos fueran
multiplicadas.
La palabra multiplicadas indica que ya tenemos cierta cosa, y que, en
lugar de que nos sea añadido algo más de lo mismo, necesitamos que se
multiplique aquello que ya tenemos. Esto significa que necesitamos que la
gracia, la cual ya poseemos, nos sea multiplicada. No necesitamos otra
gracia; más bien, necesitamos que se multiplique la gracia que ya
poseemos.
Más adelante, Pedro, basándose en el concepto de que la gracia nos es
multiplicada, nos habla en 1 Pedro 4:10 de la multiforme gracia: “Cada uno
según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos
mayordomos de la multiforme gracia de Dios”. Todos debemos ser buenos
mayordomos de lo que Pedro llama la “multiforme gracia”, que es la gracia
en sus diferentes aspectos y categorías. Pedro vuelve a mencionar la gracia
en 5:10, donde nos habla del Dios de toda gracia. Así, pues, en 1 Pedro
encontramos cuatro expresiones excepcionales en cuanto a la gracia: la
gracia de la vida, la gracia que nos es multiplicada, la multiforme gracia y
toda gracia. La gracia de la vida nos está siendo multiplicada. Luego, esta
gracia llega a ser la multiforme gracia, y finalmente, toda gracia. Como
resultado de ello, la gracia viene a nosotros no de una sola dirección, sino
de muchas direcciones. Por ejemplo, viene a nosotros de los cielos y de la
tierra, de nuestro esposo o esposa, y de nuestros hijos. Cuantos más hijos
tengamos, más aspectos de la gracia experimentaremos. Si usted tiene
cuatro hijos, disfrutará la gracia en cuatro aspectos. Pero si tiene más hijos,
disfrutará más aspectos de la gracia. (Estudio-vida de 1 Pedro, págs. 5-6)

Lectura adicional: La cristalización de la Epístola a los Romanos, caps. 19-


20

Iluminación e inspiración

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‹‹ SEMANA 4 — DÍA 2 ››

Alimento matutino

1 P. 1:10-12
Acerca de esta salvación los profetas que profetizaron de la gracia
destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron, ... el
cual testificaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las
glorias que vendrían tras ellos ... Para vosotros, ministraban las
cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el
evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo...
[En 1 Pedro 1:10] Pedro ... cita a los profetas del Antiguo
Testamento para confirmar su enseñanza tocante a la salvación
revelada en el Nuevo Testamento.
Pedro dice que los profetas profetizaron de “la gracia ... a vosotros”.
En el versículo 10 la gracia es un sinónimo de la salvación. También
en el versículo 13 la gracia se refiere a la salvación de Dios. Juan 1:14
dice que la Palabra se hizo carne y fijó tabernáculo entre nosotros,
llena de gracia. Esta gracia es Dios en el Hijo como nuestro disfrute.
En 1 Corintios 15:10 Pablo dice: “Pero por la gracia de Dios soy lo
que soy; y Su gracia para conmigo no ha sido en vano, antes he
trabajado mucho más que todos ellos; pero no yo, sino la gracia de
Dios conmigo”. La gracia, la cual Pablo menciona tres veces en este
versículo, es el Cristo resucitado que llegó a ser el Espíritu vivificante
para introducir en nosotros al Dios procesado en resurrección como
nuestra vida y suministro de vida, a fin de que vivamos en
resurrección. Por lo tanto, la gracia es el Dios Triuno hecho la vida y
el todo para nosotros. (Estudio-vida de 1 Pedro, pág. 70)

Lectura para hoy

En 1 Pedro 1:10 se nos habla de la gracia que habría de venir a los


creyentes, de la cual profetizaron los profetas, quienes inquirieron y
diligentemente indagaron acerca de la salvación del alma de los creyentes.
La gracia aquí mencionada por Pedro difiere de la gracia mencionada en
Juan 1. Juan dijo que la Palabra se hizo carne, llena de gracia, y que la
gracia vino por medio de Jesucristo (vs. 14, 17). La gracia vino por medio
de Jesucristo, con la encarnación de Jesús, pero Pedro dice que hay una
gracia que no está todavía, sino que ha de venir. Esta gracia no es
mencionada en el Antiguo Testamento, pero profetizaron de ella los
profetas que inquirieron y diligentemente indagaron acerca de la salvación
del alma de los creyentes (1 P. 1:9) ... Pedro habló de la gracia que tenía
como fin la salvación del alma de los creyentes. Lo que Pedro enseña como
gracia no es la gracia que salva nuestro espíritu ni nuestro cuerpo, sino la
gracia que salva nuestra alma. El Señor Jesús dijo: “¿Qué aprovecha al
hombre ganar todo el mundo, y perder la vida de su alma?” (Mr. 8:36). Un
hombre puede ganar todo el mundo y perder su alma. Esto muestra que el
alma necesita ser salva. Si usted sacrifica todo el mundo para salvar su
alma, vale la pena. (La cristalización de la Epístola a los Romanos, págs.
269, 271)
En 1 Pedro 1:12 ... la expresión las cosas se refiere a los sufrimientos de
Cristo y a Sus glorias. Los profetas del Antiguo Testamento ministraron los
sufrimientos y las glorias de Cristo a los creyentes del Nuevo Testamento.
Estas cosas nos fueron anunciadas por los que nos predicaron el
evangelio ... Los profetas indagaron y profetizaron; los apóstoles
predicaron. La predicación de los apóstoles constituye la aplicación
práctica que el Espíritu hace de la salvación de Dios en el Nuevo
Testamento ... El Espíritu aplica la plena salvación de Dios por medio de
dos instrumentos: el profetizar de los profetas y la predicación de los
apóstoles.
En mi ministerio, ... tengo la certeza de que ... el Espíritu aplica a ustedes
la plena salvación de Dios ... Simplemente predico a Cristo, la muerte de
Cristo y las diferentes glorias de Cristo. Cada predicación es una aplicación
del Espíritu ... Mi mayor gozo es ver que los santos reciban a Cristo
mediante la aplicación del Espíritu. En especial, me siento muy contento al
ver la segunda generación que está creciendo en la vida de iglesia. Mi
corazón salta de gozo cuando veo que están recibiendo la aplicación de la
salvación de Dios a través de este ministerio y por el Espíritu.
Los apóstoles no son los únicos que pueden predicar. Mientras ustedes
prediquen a Cristo, estarán incluidos entre los que predican el evangelio
por el Espíritu Santo enviado del cielo. (Estudio-vida de 1 Pedro, págs. 83-
84)

Lectura adicional: Estudio-vida de 1 Pedro, mensajes 1-2, 7-9

Iluminación e inspiración

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‹‹ SEMANA 4 — DÍA 3 ››

Alimento matutino

1 P. 1:13
...Poned vuestra esperanza completamente en la gracia que se os
traerá cuando Jesucristo sea revelado.
2 Ti. 1:9-10
Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, ... según el
propósito Suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes
de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada
por la aparición de nuestro Salvador Cristo Jesús...
En 1 Pedro 1:13 se nos habla de la gracia en la cual los creyentes
deben poner su esperanza completamente. Casi todos los días oro para
que mi alma sea salva cuando el Señor regrese ... Esto es lo que
significa salvar el alma en la era venidera para los que entran en el
disfrute del Señor a fin de cenar con Él [Mt. 25:20-23]. Esta gracia
vendrá por la revelación del Señor Jesús en Su segunda venida. (La
cristalización de la Epístola a los Romanos, pág. 271)
En 2 Timoteo 1:9 y 10 Pablo dice que la gracia de Dios, la cual nos
fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, ahora ha
sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Cristo Jesús. La
gracia es la provisión de Dios en vida dada a nosotros a fin de que Su
propósito sea realizado en nuestro vivir. Esta gracia dada a nosotros en
Cristo nos fue concedida antes que el mundo fuese. La gracia de Dios
nos fue otorgada en la eternidad, pero nos fue manifestada y aplicada
por medio de la primera venida de nuestro Señor, en la cual Él anuló
la muerte y nos trajo vida (He. 9:26). Debido a que esta gracia fue
manifestada por la aparición de Cristo, los santos del Antiguo
Testamento —tales como Abraham y David— no la experimentaron.
La gracia destinada a sernos dada vino con la aparición del Señor
Jesús. Esta gracia no es meramente una bendición, sino que es una
persona: el propio Dios Triuno dado a nosotros para ser nuestro
disfrute. Esta gracia vino cuando el Señor Jesús apareció y, ahora está
con nosotros en la actualidad. (La conclusión del Nuevo Testamento,
págs. 3843-3844)

Lectura para hoy

En 1 Pedro 1:13 Pedro también nos encarga que pongamos nuestra


esperanza completamente en la gracia. Esta esperanza es la esperanza viva
que recibimos mediante la regeneración (v. 3). Debemos poner esta
esperanza viva completamente en la gracia que se nos traerá cuando
Jesucristo sea manifestado ... Esta gracia ... se refiere ... a la salvación del
alma (vs. 5, 9-10), lo cual será la consumación de la plena salvación de
Dios. La gracia nos fue traída por la primera venida del Señor (Jn. 1:17) y
será consumada por Su segunda venida. En esta gracia debemos poner
nuestra esperanza.
Todo lo que disfrutemos del Señor hoy es, relativamente hablando, una
pequeña porción ... La era actual es una en la que disfrutamos de un
anticipo. Pero cuando el Señor Jesús regrese, nuestro disfrute será completo
... El pleno disfrute que experimentaremos en el futuro será la consumación
de esta gracia única.
A finales de 1 Pedro 1:13 Pedro habla de la revelación, la manifestación,
de Jesucristo ... Actualmente disfrutamos al Señor Jesús como un anticipo
detrás del velo. No obstante, llegará el día en que el velo será quitado.
Puesto que estamos con el Señor cubiertos con un velo, otros quizás no
entiendan lo que hacemos. Tal vez tratemos de explicarles que estamos
disfrutando a Cristo; sin embargo, nos digan que eso no es más que
tonterías. Nuestro disfrute está encubierto, y aquellos que no comparten la
misma experiencia no pueden entender nada al respecto. Pero un día el
Señor Jesús se revelará; entonces los demás entenderán que habíamos
estado disfrutando al Señor Jesús. Esta revelación será la gracia venidera
como la consumación de la plena salvación del Dios Triuno.
Si hoy no disfrutamos al Señor Jesús como anticipo, no podremos tener la
esperanza de que cuando Él sea manifestado, será nuestro pleno disfrute ...
Siempre que disfrutamos del anticipo, tenemos tal esperanza. Debemos
poner nuestra esperanza completamente en la gracia que se nos traerá
cuando Jesucristo sea manifestado. (Estudio-vida de 1 Pedro, págs. 97-99)

Lectura adicional: Estudio-vida de 1 Pedro, mensaje 11; La cristalización


de la Epístola a los Romanos, caps. 22-24

Iluminación e inspiración

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‹‹ SEMANA 4 — DÍA 4 ››

Alimento matutino

1 P. 2:19-21
...Esto es gracia, si alguno por tener conciencia de Dios sufre
aflicción padeciendo injustamente. Pues ¿qué gloria es si pecando
sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y
lo soportáis, esto es gracia delante de Dios. Pues para esto fuisteis
llamados; porque también Cristo padeció por vosotros, dejándoos
un modelo, para que sigáis Sus pisadas.
En 1 Pedro 2:19 y 20 ... Pedro dice que si, por tener conciencia de
Dios, estamos dispuestos a sufrir aflicción y a padecer injustamente,
es decir, a sufrir el maltrato, esto es gracia. La palabra griega traducida
“gracia” en el versículo 19 es cáris, y aquí se refiere a la motivación
de la vida divina que está en nosotros y a la manera en que ésta se
expresa en nuestra vida, la cual, en nuestro comportamiento, llega a
ser grata y aceptable ante el hombre y ante Dios (v. 20). (Estudio-vida
de 1 Pedro, págs. 185-186)

Lectura para hoy

Las palabras tener conciencia de Dios también significan tener presente a


Dios, es decir, percatarse de la relación que uno tiene con Él, lo cual indica
que uno vive en una comunión íntima con Dios, manteniendo una
conciencia buena y pura ante Él (3:16; 1 Ti. 1:5, 19; 3:9; 2 Ti. 1:3).
Según el contexto, el sufrimiento injusto del cual se habla en 1 Pedro
2:19 debe referirse al maltrato infligido por los amos incrédulos, quienes se
oponían y perseguían a sus siervos creyentes a causa del testimonio
cristiano de ellos (1 P. 3:14-18; 4:12-16).
La vida cristiana está muy relacionada con nuestro comportamiento.
Supongamos que no tuviéramos la vida divina en nosotros. Esto
ciertamente haría la vida familiar muy difícil, especialmente en relación
con nuestros suegros ... Tanto para el marido como para la mujer, la suegra
podría causarles dificultades ... Desde una perspectiva humana, es mejor si
la pareja casada no vive con la suegra.
Lo que queremos decir es que, si somos personas que no poseen la vida
divina, tendremos problemas en nuestra vida matrimonial, sin importar
cuánto nos amemos el uno al otro. Al menos, nos enfrentaremos a cinco
grandes problemas: nuestro temperamento, nuestra manera de ser, nuestros
hábitos, nuestra formación y nuestra propia manera de entender las cosas.
No importa cuán parecidos puedan ser el esposo y la esposa, siempre habrá
diferencias entre ellos con respecto al temperamento de cada uno, a su
respectiva forma de ser, a sus hábitos, a su formación y a la manera en que
cada uno entiende las cosas. El esposo tendrá su manera de ver las cosas, y
también la esposa. Asimismo, la esposa tendrá sus respectivos hábitos o
manera de vivir y forma de ser, y también el esposo ... Esto sucederá aun
cuando el esposo y la esposa se amen mucho el uno al otro, y aun cuando
sean personas refinadas y educadas. Al menos habrá ocasiones en que
encontrarán la situación insoportable y discutirán el uno con el otro. Si la
suegra se encuentra en esos momentos de visita, ella encontrará tal
situación totalmente desagradable e inaceptable, y ni siquiera querrá
observar una situación tan falta de gracia.
En cambio, supongamos que tanto el marido como la mujer poseen la
vida divina y viven conforme a ella. A pesar de las diferencias de
temperamento, forma de ser, hábito, formación y concepciones, la gracia
operará tanto en el interior del marido como en el interior de la mujer.
Además, esta gracia se expresará en el vivir de ellos. Si la suegra de
cualquiera de ellos observa la manera en que viven, encontrará tal situación
agradable, placentera y aceptable. Esto es gracia.
[Pedro] dice: “Esto es gracia” [1 P. 2:19]. Luego nos dice que Cristo nos
dejó un modelo. La gracia y el modelo son asuntos que están estrechamente
relacionados. Cuando alguien observa al Dios Triuno expresarse como
gracia desde el interior del creyente y reconoce que eso es gracia, eso
indica que tal creyente ha llegado a ser una “fotocopia” de Cristo, el
modelo. Expresar al Dios Triuno como gracia en medio de sufrimientos
injustos equivale a llegar a ser una reproducción de Cristo. Por
consiguiente, en lugar de decir: “Esto es gracia”, podríamos decir: “Ésta es
una reproducción de Cristo”. La manera de vida que expresa al Dios Triuno
procesado como gracia no es simplemente gracia, sino una reproducción de
Cristo. (Estudio-vida de 1 Pedro, págs. 186-187, 194-195)

Lectura adicional: Estudio-vida de 1 Pedro, mensajes 19-20

Iluminación e inspiración

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Alimento matutino

1 P. 3:7
Vosotros, maridos, igualmente, vivid con ellas sabiamente, dando
honor a la mujer como a vaso más frágil, y como a coherederas de
la gracia de la vida, para que vuestras oraciones no tengan
estorbo.
1 P. 4:10
Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros,
como buenos mayordomos de la multiforme gracia de Dios.
En 1 Pedro 3:7 Pedro usa otra expresión muy particular: la gracia de
la vida. Nosotros estamos familiarizados con las palabras gracia y
vida, mas no con la expresión la gracia de la vida ... ¡Qué expresión
tan dulce! Es posible que hayamos escuchado muchas veces
expresiones como la gracia de la salvación o la gracia del perdón, y
nunca nos haya llamado la atención la frase: la gracia de la vida.
(Estudio-vida de 1 Pedro, págs. 4-5)
Pedro ... habla de la gracia de la vida que es la herencia de todos los
creyentes, sean fuertes o débiles (1 P. 3:7). Pedro enseña a los
hermanos creyentes a amar a sus esposas y a ser compasivos con ellas,
porque las esposas como vasos débiles son coherederas de la gracia de
la vida ... Esta vida es el Dios Triuno mismo como nuestra vida que
vive en nosotros para ser nuestra herencia.
En 1 Pedro 4:10 se nos habla de la multiforme gracia de Dios, la
cual alude a las riquezas de la gracia de Dios en sus varias clases
ministradas mutuamente por los santos. Usted ministra una clase de
gracia, y yo le ministro otra clase. (La cristalización de la Epístola a
los Romanos, pág. 215)

Lectura para hoy


Los maridos deben valorar la preciosidad, el valor inestimable, de las
esposas, y asignársela como honor a ellas de manera debida y razonable,
como a vasos femeninos más frágiles.
El hombre, incluyendo a la mujer, fue hecho como un vaso para contener
a Dios (Ro. 9:21, 23), y los que creen en Cristo son vasos destinados para
contener a Cristo, el tesoro (2 Co. 4:7). Las esposas, según la naturaleza
con que Dios las creó, son más frágiles que los hombres tanto física como
psicológicamente ... Ellas siguen siendo vasos del Señor y pueden ser vasos
para honra (2 Ti. 2:21), que merecen cierto honor.
En 1 Pedro 3:7 Pedro dice que los maridos y las mujeres son coherederos
de la gracia de la vida. La gracia de la vida es Dios mismo en Su Trinidad
dado a nosotros como vida y como provisión de vida: el Padre es la fuente
de la vida, el Hijo es el cauce de la vida y el Espíritu es el fluir de la vida,
el cual fluye dentro de nosotros, junto con el Hijo y el Padre (1 Jn. 5:11-12;
Jn. 7:38-39; Ap. 22:1). Todos los creyentes son herederos de esta gracia.
En pocas palabras, la gracia de la vida es el Dios Triuno procesado para
llegar a ser el Espíritu vivificante y todo-inclusivo que mora en nosotros. El
Dios Triuno ahora mora en nosotros como la gracia de la vida. Tanto los
maridos como las esposas son coherederos de la gracia de la vida. Somos
herederos conjuntamente de la gracia de la vida.
Esta herencia forma parte de la “herencia incorruptible, incontaminada e
inmarcesible” (1 P. 1:4). Todos los ítems que conforman nuestra herencia
eterna están relacionados con la vida divina, la cual recibimos mediante la
regeneración y la cual experimentamos y disfrutamos durante toda nuestra
vida cristiana. Tanto el marido como la mujer necesitan entender que en su
vida matrimonial ambos son coherederos de esta herencia, en particular, de
la gracia de la vida.
Mientras un hermano permanezca soltero, le hará falta cierto aspecto de
la gracia. En cambio, un hermano casado experimentará la gracia en un
aspecto particular. Asimismo, si la esposa de un hermano es muy buena de
una manera natural, posiblemente él tendrá deficiencias en algún aspecto
rico de la gracia. En cambio, si su esposa es una persona difícil e incluso en
cierto modo terca, él tendrá la oportunidad de disfrutar de un aspecto de la
gracia, el cual es a la vez muy específico y rico. Así que, la gracia varía
conforme a nuestra situación y entorno. Por ejemplo, variará según la clase
de esposa que usted tenga, sea ella naturalmente sumisa o difícil. Si su
esposa es buena, usted no recibirá tanta gracia como la que recibiría si ella
tuviese un carácter difícil. Asimismo, si usted no tiene hijos, no disfrutará
del aspecto de la gracia que está relacionado con los hijos. ¡Oh, cuánto
necesitamos conocer esta multiforme gracia! (Estudio-vida de 1 Pedro,
págs. 224-225, 227, 6)
Lectura adicional: Estudio-vida de 1 Pedro, mensajes 22-23, 27

Iluminación e inspiración

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Alimento matutino

1 P. 5:5
Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, ceñíos de
humildad en el trato mutuo; porque Dios resiste a los soberbios,
pero a los humildes da gracia.
1 P. 5:10
Mas el Dios de toda gracia, que os llamó a Su gloria eterna en
Cristo Jesús, después que hayáis padecido un poco de tiempo, Él
mismo os perfeccione, confirme, fortalezca y cimiente.
En 1 Pedro 5:5 Pedro dice que todos nosotros debemos ceñirnos de
humildad en el trato mutuo. Todos los que formamos parte de la
iglesia, incluyendo a los ancianos, debemos ceñirnos de humildad. En
1:13 Pedro nos exhorta a que ciñamos los lomos de nuestra mente,
pero aquí nos da a entender que debemos ceñir todas las partes de
nuestro ser ... Evidentemente este sentido figurado surgió de la
impresión que Pedro recibió cuando el Señor se ciñó con una toalla al
humillarse para lavarles los pies a los discípulos, en particular a Pedro
(Jn. 13:4-7).
Ser soberbios significa demostrar a los demás que somos superiores
a ellos. Dios resiste a aquellos que se exaltan por encima de los demás
y se consideran mejores que ellos. En vez de ser soberbios y altivos,
debemos ceñirnos con el delantal de humildad.
Pedro dice que Dios no sólo resiste a los soberbios, sino que a los
humildes da gracia. Hablando con propiedad, esta gracia se refiere al
propio Dios Triuno como provisión de vida, la cual es multiplicada en
el creyente humilde ... Tenemos que estar dispuestos a ser humillados,
reducidos, bajo la poderosa mano de Dios. (Estudio-vida de 1 Pedro,
págs. 323-326)
Lectura para hoy

En 1 Pedro 5:7 Pedro continúa diciendo: “Echando toda vuestra ansiedad


sobre Él, porque Él se preocupa por vosotros”. La palabra echando
significa “lanzando”, es decir, “encomendando”, “entregando”. El tiempo
verbal denota un acto realizado una vez por todas. Las palabras toda
vuestra ansiedad indican que la totalidad de ansiedad que hayamos
acumulado a lo largo de nuestra vida, toda nuestra vida con todas sus
ansiedades, las deberíamos echar sobre el Señor.
Los sufrimientos que los creyentes experimentan al ser perseguidos les
causan inquietud y ansiedad. Así que no solamente es necesario que ellos
se humillen, que sean despojados de su orgullo, de su altivez, sino que
también echen sobre Dios su vida junto con las ansiedades que ella
conlleva, porque Él no sólo es poderoso y justo, sino también amoroso y
fiel con ellos.
Aquellos que están relacionados con personas por lo general
experimentan más ansiedad que aquellos que viven solos ... De la misma
manera, nuestros bienes o posesiones materiales pueden también ser causa
de ansiedad ... Por experiencia puedo testificar que mientras más cosas
poseo, más ansiedades tengo, más “aviones” de ansiedad circulan sobre mi
cabeza.
La razón por la que podemos echar toda nuestra ansiedad sobre el Señor
es que “Él se preocupa” por nosotros. Las palabras “Él se preocupa por
vosotros” también se podrían traducir: “A Él le interesa lo que a vosotros
os pasa”. El Dios que disciplina y juzga, ama a los creyentes y se preocupa
por ellos, especialmente por los que son perseguidos. Él cuida de ellos
fielmente; por ende, ellos pueden echar sobre Él su ansiedad, especialmente
cuando son perseguidos. (Estudio-vida de 1 Pedro, págs. 327-329)
Pedro habla de toda gracia, por la cual Dios, quien llamó a los creyentes a
Su gloria eterna, los perfecciona, los confirma, los fortalece y los cimienta
por medio de los sufrimientos de ellos (1 P. 5:10). Toda gracia es la gracia
que perfecciona, la gracia que confirma, la gracia que fortalece y la gracia
que cimienta. Dios nos perfecciona, nos confirma, nos fortalece y nos
cimienta por la gracia mediante el canal de los sufrimientos. Casi todos los
días son días de sufrimiento para mí a causa de mi debilidad. Pero Dios me
ha perfeccionado, me ha confirmado, me ha fortalecido y me ha cimentado
mediante los sufrimientos.
Algunas llamadas gracias no son verdaderas, sino falsas. En 1 Pedro 5:12
se encuentra la verdadera gracia de Dios que es toda gracia de Dios,
mencionada en el versículo 10, en la cual los creyentes deben entrar y en la
cual deben estar firmes. (La cristalización de la Epístola a los Romanos,
págs. 215-216)

Lectura adicional: Estudio-vida de 1 Pedro, mensajes 33-34; Cómo ser un


colaborador y un anciano y cómo cumplir con sus deberes, caps. 3-4

Iluminación e inspiración

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‹‹ SEMANA 4 — HIMNO
Hymns, #723
(Traducción provisional)
1 Si aumentan las cargas, Él manda más gracia;
En muchas labores, más fuerza nos da;
A más aflicciones, más misericordia;
En las muchas pruebas, abunda Su paz.
2 Cuando la entereza se ha acabado,
Cuando el sol es duro y la fuerza se va,
Cuando las reservas guardadas se agotan,
Es cuando el Padre comienza a dar.
3 Su gracia insondable, Su amor sin linderos,
El fin de Su fuerza ¿quién conocerá?
Pues de Sus riquezas eternas en Cristo,
Nos da y nos da, y de nuevo, nos da.

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SEMANA 5 — BOSQUEJO

Recibir gracia sobre gracia a fin


de que la gracia sea entronizada en nosotros,
de modo que podamos reinar en vida
para llegar a ser el poema de Dios,
la Nueva Jerusalén, el producto máximo y
consumado de la gracia de Dios en Su economía
Lectura bíblica: Ro. 5:17, 21; Jn. 1:16; He. 4:16; Gn. 6:8; Ap. 22:21

Día 1 ››
I. Día tras día y momento a momento, necesitamos ser aquellos que
reciben al Señor como gracia sobre gracia, la abundancia de la
gracia, para nuestro disfrute de modo que la gracia reine en
nosotros con miras a que nosotros reinemos en vida—Jn. 1:16; Ro.
5:17, 21:
A. “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para
recibir misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”—He.
4:16:
1. Sin lugar a dudas, el trono mencionado aquí es el trono de
Dios, el cual está en el cielo (Ap. 4:2); el trono de Dios es el
trono de autoridad para todo el universo (Dn. 7:9; Ap. 5:1); sin
embargo, para nosotros los creyentes llega a ser el trono de la
gracia, representado por la cubierta expiatoria (el asiento de
misericordia) que estaba en el Lugar Santísimo (Éx. 25:17, 21;
Sal. 80:1); este trono es el trono de Dios y del Cordero (Ap.
22:1).
2. ¿Cómo podemos nosotros acercarnos al trono de Dios y del
Cordero, Cristo, que está en los cielos, si todavía estamos en la
tierra? La clave es nuestro espíritu, al cual se refiere Hebreos
4:12; el mismo Cristo que está sentado en el trono en los cielos
(Ro. 8:34) ahora también está en nosotros (v. 10), es decir, en
nuestro espíritu (2 Ti. 4:22), donde está la habitación de Dios
(Ef. 2:22).
3. En Bet-el, la casa de Dios, la habitación de Dios, la cual es la
puerta del cielo, Cristo es la escalera que une la tierra con el
cielo, y trae el cielo a la tierra (Gn. 28:12-17; Jn. 1:51); puesto
que hoy en día nuestro espíritu es el lugar donde Dios habita,
ahora este espíritu es la puerta al cielo, donde Cristo es la
escalera que nos une a nosotros, los moradores de la tierra, con
el cielo, y nos trae el cielo; por tanto, cada vez que nos
volvemos a nuestro espíritu, pasamos por la puerta del cielo y
tocamos el trono de la gracia que está en el cielo, por medio de
Cristo como la escalera celestial.
B. El Señor mismo es el trono de gloria y el trono de la gracia (Is.
22:23; He. 4:16); cuando permitimos que la gracia reine en
nosotros, la gracia es entronizada en nosotros como la presencia
rectora de Dios para nuestro disfrute (Ez. 1:22, 26), de modo que
podamos reinar en vida (Ro. 5:17, 21).
‹‹ Día 2 ››
II. El propósito principal del relato hallado en Génesis no es
mostrarnos la caída, sino mostrarnos cuánto puede la gracia de
Dios hacer por las personas caídas:
A. Dios le mostró a Noé la verdadera situación de la era corrupta en la
cual él vivía—Gn. 6:3, 5, 11, 13; Mt. 24:37-39; 2 Ti. 3:1-3:
1. A la postre, el hombre cayó a tal grado que llegó a ser
totalmente carne (Gn. 6:3); el enemigo más poderoso y
maligno de Dios es nuestra carne; ésta es completa y
absolutamente aborrecida por Dios.
2. En el Antiguo Testamento Amalec tipifica la carne, que es la
totalidad del viejo hombre caído; la lucha entre Amalec e Israel
describe el conflicto entre la carne y el Espíritu, el cual tiene
lugar en los creyentes—Éx. 17:8-16; Gá. 5:16-17:
a. El hecho de que Dios hace guerra de continuo con Amalec
revela que Dios aborrece la carne y desea exterminarla—
Éx. 17:16; Gá. 5:17.
b. La carne no puede cambiar ni mejorar; por tanto,
necesitamos estar conscientes del hecho de que la carne
siempre está con nosotros—Ro. 13:14; Gá. 5:16.
c. Dios aborrece la carne de la misma manera que aborrece a
Satanás, y Él quiere destruir la carne de la misma manera
que quiere destruir a Satanás—Éx. 17:16; Dt. 25:17-19; 1
S. 15:2-3.
d. Combatimos contra Amalec por medio del Cristo que
intercede y del Espíritu que combate; Moisés, que en la
cima del monte alzaba su mano, tipifica al Cristo ascendido
que intercede en los cielos; Josué, que combatió contra
Amalec, tipifica al Espíritu que mora en nosotros, el cual
combate contra la carne—Éx. 17:9, 11, 13; Ro. 8:34; He.
7:25; Gá. 5:17.
e. En la batalla contra Amalec, necesitamos cooperar con el
Señor al orar a fin de ser uno con el Cristo que intercede
(Ro. 8:34) y al hacer morir la carne a fin de ser uno con el
Espíritu que combate (Lc. 18:1; 1 Ts. 5:17; Ro. 8:13; Gá.
5:16-17, 24); Dios ha decidido hacer guerra de continuo
contra la carne hasta que Él borre del todo la memoria de
ésta de debajo del cielo (Éx. 17:14).
‹‹ Día 3 y Día 4 ››
B. Génesis 6:8 dice: “Pero Noé halló favor [gracia] ante los ojos de
Jehová”:
1. La carne es la obra maestra de Satanás y es el “salón de
reunión” de Satanás, el pecado y la muerte; la gracia es Dios
mismo a quien disfrutamos y quien nos ayuda a enfrentarnos a
la situación de la carne.
2. La carne es la presencia misma de Satanás, y la gracia es la
presencia misma de Dios; a fin de enfrentarnos a la presencia
de Satanás, necesitamos la presencia de Dios.
3. Cuando Satanás ha hecho todo lo posible por dañar la
situación, siempre ha habido algunos que hallaron gracia ante
los ojos de Dios para llegar a ser aquellos que cambiaron la era
—cfr. Dn. 1:8; 9:23; 10:11, 19:
a. La gracia es Dios mismo, la presencia de Dios, disfrutada
por nosotros a fin de ser el todo para nosotros y hacerlo
todo en nosotros, por medio de nosotros y para nosotros—
Jn. 1:14, 16-17; Ap. 22:21.
b. La gracia del Señor Jesucristo, la abundante suministración
del Dios Triuno, es disfrutada por nosotros mediante el
ejercicio de nuestro espíritu humano—He. 10:29b; Gá.
6:18; Fil. 4:23; Flm. 25; 2 Ti. 4:22.
c. La palabra de Dios es la palabra de gracia—Hch. 20:32;
Col. 3:16; cfr. Jer. 15:16.
‹‹ Día 5 ››
d. Nosotros experimentamos al Dios Triuno procesado como
la gracia de vida en la experiencia de reunirnos con los
santos en el terreno de la unidad—Sal. 133:3; 1 P. 3:7; Hch.
4:33; 11:23.
e. Podemos experimentar al Señor como nuestra gracia que
aumenta y es todo-suficiente en medio de los sufrimientos y
pruebas—2 Co. 12:9.
f. Necesitamos laborar para el Señor en el poder de Su gracia
—1 Co. 15:10, 58; 3:10, 12a.
g. Por el poder de la gracia, la fuerza de la gracia y la vida de
la gracia, podemos estar bien con Dios y unos con otros; la
justicia objetiva tiene como resultado la gracia, y la gracia
produce la justicia subjetiva—He. 11:7; Ro. 5:17, 21.
‹‹ Día 6 ››
C. Dios le dio a Noé una revelación todo-inclusiva, la revelación de
edificar el arca, la cual era la manera en que Dios daría fin a la
generación corrupta e introduciría una nueva era; su obra fue una
obra que cambió la era—1 Co. 2:9; 2 Co. 6:1; Mt. 16:18; 1 Co.
3:12:
1. El arca tipifica a Cristo (1 P. 3:20-21), no sólo a Cristo de
manera individual sino también al Cristo corporativo, la iglesia,
que es el Cuerpo de Cristo y el nuevo hombre que llega a su
consumación en la Nueva Jerusalén (Mt. 16:18; 1 Co. 12:12;
Ef. 2:15-16; Col. 3:10-11; Ap. 21:2).
2. Edificar el arca es edificar a Cristo como gracia en nuestra
experiencia para la edificación del Cristo corporativo, la
iglesia, como Cuerpo de Cristo (1 Co. 12:12; Ef. 4:11-16); esto
es lo que significa llevar a cabo nuestra salvación para que
podamos ser salvos del juicio de Dios sobre esta generación
torcida y perversa y seamos introducidos en una nueva era, la
era del milenio (Fil. 2:12-16; He. 11:7; Mt. 24:37-39; Lc.
17:26-27).
III. El producto máximo y consumado de la gracia de Dios en Su
economía es el Cuerpo de Cristo como poema de Dios para ser la
Nueva Jerusalén, la consumación de la justicia de Dios en los cielos
nuevos y la tierra nueva; las riquezas de Dios mismo para nuestro
disfrute exceden todo límite y serán exhibidas públicamente por la
eternidad—Ef. 2:7-10; 2 P. 3:13; Ap. 22:21.
‹‹ Himno

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‹‹ SEMANA 5 — DÍA 1 ››

Alimento matutino

Ro. 5:17
...Reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la
abundancia de la gracia y del don de la justicia.
Ro. 5:21
...Que ... la gracia reine por la justicia para vida eterna mediante
Jesucristo, Señor nuestro.
He. 4:16
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para
recibir misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Cuando yo era joven, oraba casi todos los días así: “Señor, me
acerco al trono de la gracia. En Tu trono de la gracia encuentro gracia
para mi oportuno socorro. Señor, necesito Tu gracia cada minuto. No
sólo necesito Tu gracia cada año, cada semana, cada día y cada hora,
sino también cada minuto. Sin Tu gracia, no puedo soportar nada”.
Hoy en día aún necesito la gracia del Señor cada minuto ... Por tanto,
le sigo diciendo al Señor: “Señor, necesito Tu gracia cada minuto. Sé
que estás lleno de gracia y que Tu gracia está disponible para mí.
Señor, puesto que la gracia necesita mi cooperación, me arrodillo
delante del trono de la gracia para hallar gracia que satisface mis
necesidades”. A menudo no podemos soportar nuestra situación y no
podemos enfrentarnos a lo que nos sucede. No obstante, existe un
lugar llamado el trono de la gracia. Acérquese confiadamente al trono
de la gracia a fin de hallar misericordia y gracia para el oportuno
socorro. (Estudio-vida de Génesis, pág. 385)

Lectura para hoy


Sin lugar a dudas, el trono mencionado [en Hebreos 4:16] es el trono de
Dios, el cual está en el cielo (Ap. 4:2). El trono de Dios es el trono de
autoridad para todo el universo (Dn. 7:9; Ap. 5:1). Sin embargo, para
nosotros los creyentes llega a ser el trono de la gracia, representado por la
cubierta expiatoria que estaba en el Lugar Santísimo (Éx. 25:17, 21). Este
trono es el trono de Dios y del Cordero (Ap. 22:1). ¿Cómo podemos
nosotros acercarnos al trono de Dios y del Cordero, de Cristo, que está en
los cielos, si todavía estamos en la tierra? La clave está en nuestro espíritu,
al cual se refiere Hebreos 4:12. El mismo Cristo que está sentado en el
trono en los cielos (Ro. 8:34) ahora también está en nosotros (v. 10), es
decir, en nuestro espíritu (2 Ti. 4:22), donde está la habitación de Dios (Ef.
2:22). En Bet-el, la casa de Dios, la habitación de Dios, la cual es la puerta
del cielo, Cristo es la escalera que une la tierra con el cielo, y trae el cielo a
la tierra (Gn. 28:12-17; Jn. 1:51). Puesto que hoy en día nuestro espíritu es
el lugar donde Dios habita, ahora este espíritu es la puerta al cielo, donde
Cristo es la escalera que nos une a nosotros, los moradores de la tierra, con
el cielo, y nos trae el cielo. Por lo tanto, cada vez que nos volvemos a
nuestro espíritu, pasamos por la puerta del cielo y tocamos el trono de la
gracia que está en el cielo, por medio de Cristo como la escalera celestial.
(He. 4:16, nota 1)
Romanos 5:17 dice que podemos reinar en vida por la gracia.
Reinar es conquistar, someter y regir sobre Satanás, el mundo, el pecado,
la carne, nosotros mismos y toda circunstancia del entorno.
Puede ser fácil para las personas regir a un perro. Los perros pueden ser
muy obedientes. Pero ¿qué tal nuestros propios hijos? ... Los niños
aprenden a decir “no” antes de muchas otras palabras ... ¿Cómo podemos
ser reyes si no podemos regir a nuestros hijos en la vida divina? Nosotros
los creyentes que somos padres tenemos que ejercitarnos para aprender a
ser reyes al regir a nuestros hijos. Debemos tener gracia para regir a
nuestros hijos. También debemos regir sobre el pecado que está en
nosotros, sobre Satanás y sobre el mundo. No debemos dejar que la moda
del mundo nos conquiste. Al contrario, debemos conquistarlo todo y reinar
en vida por gracia.
Romanos 5:17 dice que reinamos por la gracia en vida, mientras que el
versículo 21 dice que la gracia reina para vida eterna. Esto significa que la
gracia reina sobre nosotros y sobre todas las cosas para que podamos
disfrutar de la vida eterna. La preposición para significa “dar por
resultado”. El hecho de que la gracia reine da por resultado la vida eterna.
Esto significa que podemos ganar la vida eterna para disfrutarla. (La
cristalización de la Epístola a los Romanos, págs. 217-218)

Lectura adicional: La cristalización de la Epístola a los Romanos, caps. 19-


20, 22-24; Estudio-vida de Ezequiel, mensaje 11

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Alimento matutino

Gá. 5:16-17
Digo, pues: Andad por el Espíritu, y así jamás satisfaréis los deseos
de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el
del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que
no hagáis lo que quisiereis.
Debemos entender que las caídas descritas en el libro de Génesis
forman el fondo de un cuadro muy positivo de lo que Dios ha hecho
con el linaje humano caído. El propósito principal del relato de
Génesis no es mostrar la caída, sino mostrar todo lo que puede la
gracia de Dios hacer por los seres caídos.
En la primera caída, el hombre no ejercitó su espíritu. En la segunda
caída, usó de manera excesiva su alma ... En la tercera caída, el
hombre abusó del cuerpo caído y llegó a ser la carne [Gn. 6:3].
La Biblia revela que el enemigo más poderoso y maligno de Dios es
nuestra carne ... La carne es completa y absolutamente aborrecida por
Dios; no la tolera. En cierto sentido, Dios puede tolerar nuestros
errores y transgresiones, pero jamás tolerará la carne. Todo lo que
procede de nuestra carne constituye una ofensa para Él. Para el tiempo
de la tercera caída, todo el linaje humano llegó a ser carne. Por tanto,
Dios se presentó y dijo a Su siervo Noé que iba a destruir a toda esa
generación. (Estudio-vida de Génesis, págs. 383, 379-380)

Lectura para hoy

La lucha entre Amalec e Israel [en Éxodo 17] describe el conflicto entre
la carne y el Espíritu, el cual tiene lugar en los creyentes (Gá. 5:17...). (Éx.
17:8, nota 1)
Aquel Moisés que en la cima del monte alzaba su mano tipifica al Cristo
ascendido que intercede en los cielos (Ro. 8:34b...), y Josué tipifica al
Cristo que, como Espíritu que mora en nosotros, combate contra la carne ...
Amalec fue derrotado por Israel mediante el suministro del maná (Éx. 16) y
del agua viva (17:1-6), así como por la mano alzada de Moisés y el
combate librado por Josué. Igualmente, vencemos la carne al comer y
beber a Cristo como nuestro suministro de vida, al orar junto con el Cristo
intercesor y al hacer morir la carne por el Cristo quien es el Espíritu que
combate (Ro. 8:13...). (Éx. 17:11, nota 1)
Como aquel que oraba en la cima del monte, Moisés tipifica a Cristo,
pero como aquel cuyas manos se cansaban, él nos representa a nosotros.
Esto significa que mientras Cristo ora en los cielos, nosotros también
debemos orar en la tierra (1 Ti. 2:8). Debido a que la carne jamás cambia ni
mejora, a fin de prevalecer contra ella tenemos que orar sin cesar ...,
uniéndonos a Cristo en Su intercesión. Sin embargo, con frecuencia
nuestras manos intercesoras se cansan ... La piedra, una base sólida para
nuestra vida de oración, se refiere a que comprendemos que en nosotros
mismos somos débiles y que para sostener nuestra oración necesitamos que
Cristo sea nuestro sustento (cfr. Jn. 15:5b). Aarón, el sumo sacerdote (Éx.
28:1...), representa el sacerdocio, y Hur, de la tribu de Judá (31:2),
representa el reinado (Gn. 49:10). El sacerdocio guarda relación con el
Lugar Santísimo, el cual en nuestra experiencia siempre está relacionado
con nuestro espíritu (He. 10:19...). Por tanto, para sostener nuestras
oraciones y, así, derrotar la carne, es necesario que el sacerdocio fortalezca
nuestro espíritu. También es necesario que obedezcamos al Señor
sujetándonos a Su autoridad, el reinado. Más aún, Hur guarda relación con
la edificación del tabernáculo (Éx. 31:2-5), y Éxodo está orientado hacia
esta meta. Esto indica que la edificación de la iglesia debe ser la meta de
nuestras oraciones. (Éx. 17:12, nota 1)
También combatimos contra Amalec al hacer morir la carne con el
Espíritu que combate (Ro. 8:13; Gá. 5:17, 24). Romanos 6:6 afirma que
nuestro viejo hombre ha sido crucificado juntamente con Cristo. No
obstante, en Romanos 8:13, vemos que todavía debemos hacer morir los
hábitos del cuerpo por medio del Espíritu ... Basándonos en el hecho de que
nuestro viejo hombre ha sido crucificado, tenemos el denuedo y el ánimo
de hacer morir la carne.
Según Romanos 8:13, cuando hacemos morir las prácticas del cuerpo, el
Espíritu obra con nosotros. Esto significa que la medida en que el Espíritu
obra depende de la medida en que estamos dispuestos a hacer nuestra parte.
(Estudio-vida de Éxodo, pág. 541)

Lectura adicional: Estudio-vida de Éxodo, mensajes 46-48; Estudio-vida de


Isaías, mensaje 42

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‹‹ SEMANA 5 — DÍA 3 ››

Alimento matutino

Jn. 1:17
Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la
realidad vinieron por medio de Jesucristo.
Ap. 22:21
La gracia del Señor Jesús sea con todos los santos. Amén.
Noé vivía entre una generación torcida, perversa y maligna. Sin
embargo, sus padres y abuelos le habían enseñado las cosas de Dios, y
él se había dado cuenta de que necesitaba la gracia de Dios.
[Génesis 6:3] indica que Dios estaba dispuesto a conceder gracia al
hombre caído, porque Su Espíritu contendía con el hombre, listo para
conceder gracia a los necesitados. No obstante, esta gracia necesitaba
la cooperación humana. Noé proporcionó la cooperación necesaria y
halló gracia.
La gracia no es simplemente algo objetivo que Dios nos ha dado. La
gracia es Dios mismo que viene a nosotros y actúa por nosotros. ¿Es
usted débil? Dios vendrá para ser su fortaleza, y dicha venida es
gracia. ¿Es usted incapaz de enfrentar su situación? Esto no debe
preocuparle, porque Dios vendrá para estar firme del lado suyo y
enfrentar esa situación por usted y en usted. Eso es gracia. Si usted lee
Génesis 6 detenidamente, verá que esa gracia no significa que Dios le
dio muchas cosas a Noé, sino que Dios vino a Noé y estuvo con él. La
presencia de Dios era la fortaleza y el poder de Noé. Él no sólo
disfrutó algo que Dios le había dado objetivamente, sino a Dios
mismo. En medio de una generación torcida, perversa y adúltera, una
generación cuyas tentaciones nadie podía resistir, Noé halló gracia
ante los ojos del Señor. Dios intervino para fortalecer a Noé a fin de
estar de su lado y sostenerlo. Ésta era la gracia que Noé halló, y es la
gracia que necesitamos hoy. (Estudio-vida de Génesis, pág. 386)
Lectura para hoy

Considere la condición de la sociedad moderna. Yo ni siquiera me atrevo


a leer un periódico. Contiene demasiadas tentaciones ... La conversación
que usted oye en la radio, en el trabajo y en la escuela es maligna, corrupta
y diabólica. A cualquiera le resulta difícil, como persona caída, permanecer
firme en esa situación. Este siglo es verdaderamente torcido, perverso y
adúltero; está lleno de fornicación e inmoralidad. La gente habla de
inmoralidad sin ninguna vergüenza. ¿Quién podría permanecer firme en
esta generación? ... Todos tenemos una naturaleza caída, la misma
naturaleza maligna que tienen todos los hombres. Necesitamos la gracia.
Debemos acercarnos confiadamente al trono de la gracia y decir: “Señor,
aquí estoy. Necesito Tu gracia. No vengo a pedirte que me des cosas
buenas. Vengo para buscar gracia a fin de satisfacer mis necesidades.
Señor, no puedo ir al trabajo ni a la escuela ... [ni] a una tienda sin Tu
presencia. Señor, necesito que estés firme de mi lado. Ven y sé mi fortaleza.
Señor, susténtame y sostenme”.
El divorcio es una gran tentación para los jóvenes hoy en día. Las
tentaciones están afuera y la lujuria se encuentra en nuestro interior ...
Debido a que no podemos permanecer firmes, necesitamos que la gracia
nos haga el Noé de hoy. Sólo la gracia lo puede capacitar a usted para ser
uno con su cónyuge. Sólo la gracia puede ayudarnos a amar a nuestro
cónyuge sin cambiar jamás. Ninguno de nosotros puede lograrlo sin la
gracia, pues hay demasiadas tentaciones. El ritmo, la corriente y la
tendencia de esta era son demasiado fuertes. A la gente le parece que si
usted no se ha divorciado, no es una persona moderna ... ¡Cuánta gracia
necesitamos! Necesitamos que Dios venga a nosotros para ser nuestra
fortaleza y todo lo que necesitamos. Esto es la gracia. Esto es lo que Noé
necesitaba y lo que nosotros también necesitamos hoy. Noé la halló, y
nosotros también debemos hallarla. A Noé le fue fácil andar con Dios
porque halló gracia.
Los padres se preocupan por sus hijos que están en la escuela. La mayor
tentación que enfrentan los niños en las escuelas hoy en día es las drogas.
Incluso en las escuelas primarias hay niños adictos a la heroína. ¡Qué
lástima! Los niños pequeños no pueden resistir esta clase de tentaciones.
Necesitan la gracia. No existe ningún vicio que usted pueda vencer solo.
Usted debe acercarse al trono de la gracia y hallar gracia. Noé halló gracia
y anduvo con Dios. La gracia lo ayudó a andar con Dios. (Estudio-vida de
Génesis, págs. 386-388)

Lectura adicional: The Stream Magazine, Book 2, t. 12, núm. 2, págs. 1233-
1236, 1240-1247

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‹‹ SEMANA 5 — DÍA 4 ››

Alimento matutino

Gn. 6:8
Pero Noé halló favor ante los ojos de Jehová.
Jn. 1:16
Porque de Su plenitud recibimos todos, y gracia sobre gracia.
Satanás estaba contento de que el hombre fuera destruido por Dios
de la faz de la tierra, pero Noé halló gracia ante los ojos del Señor.
Esto cambió la situación y la era. ¡Aleluya, Dios no fue vencido! En
medio de un aparente fracaso, un hombre venció por hallar gracia ante
los ojos del Señor. Éste fue un momento crítico. Si leen la historia
junto con la Biblia, verán que en cada generación, cuando Satanás
había hecho lo posible por dañar al máximo la situación, siempre ha
habido un hombre o varias personas que han hallado gracia ante los
ojos de Dios y que han llegado a cambiar la era. Recuerde la historia
de Israel. Aunque el pueblo se seguía degradando a lo más vil, hubo,
para sorpresa del enemigo, un joven llamado Daniel ... Allí en el libro
de Daniel dice: “Pero Daniel” [1:8]; aquí en Génesis 6:8 dice: “Pero
Noé”. En la fase más baja de la caída del hombre, siempre hay un
“pero”.
La iglesia fue producida por la vida de Dios a fin de expresarlo en
esta era neotestamentaria ... La presente situación es suficiente para
mostrarnos cuánto ha caído y se ha desviado la iglesia de la meta de
Dios. Pero no se desanime. Aunque Satanás hizo todo lo posible, Dios
todavía puede llevar a cabo Su propósito original. En medio de todos
los fracasos, Dios ha establecido iglesias locales para cambiar la era
hoy en día. (Estudio-vida de Génesis, págs. 398-399)

Lectura para hoy


La carne es la obra maestra de Satanás ... Satanás ... está en nuestra carne.
La carne es el salón de reunión de Satanás, el pecado y la muerte. Estos tres
grandes enemigos se reúnen continuamente en nuestra carne, y su reunión
nunca acaba.
La gracia es el propio Dios a quien disfrutamos y quien nos ayuda a
enfrentarnos a la carne ... Si no fuese por la carne, Dios probablemente no
nos habría dado tanta gracia ... Según Hebreos 4:16, podemos hallar gracia
para nuestro oportuno socorro. ¿Qué elemento hace que necesitemos la
gracia? Principalmente la carne ... Al pasar por todas las experiencias
humanas, llegué a entender cuánto permanecemos en la carne. Aunque no
me gusta estar en la carne, la carne está ahí. Una vez me enojé con el Señor
y le dije: “Señor, ¿por qué no quitas mi carne?”. Finalmente, Él me mostró
que en cierto sentido, yo necesitaba la carne, pues ella es el factor mismo
que me obliga a acercarme al trono de la gracia. No puedo hacer nada con
esta carne. Todo lo que puedo hacer es acudir al trono de la gracia. Aunque
no hay nada que podamos hacer, aun así hay un lugar al que podemos
acudir: el trono de la gracia.
La carne es la misma presencia del diablo, y la gracia es la misma
presencia de Dios. A fin de enfrentarnos a la presencia de Satanás,
necesitamos la presencia de Dios ... La carne es la presencia de Satanás,
pero tenemos la gracia, que es la presencia de Dios, para superarla y
combatirla ... ¿Cree usted que puede vencer [a Satanás]? Olvídese de eso ...
Aunque Satanás es más grande que nosotros, Dios es más grande que
Satanás. Dios es el más grande. Como Satanás está con nosotros,
necesitamos que Dios esté presente. Debemos decir: “Señor, Tú sabes que
Tu enemigo está aquí mismo. Ven y permanece firme a mi lado en contra
de él”. Cuando Dios viene a nosotros y permanece firme con nosotros, eso
es la gracia.
Dios es soberano y sabio. Él sabe que si quitara la carne de en medio,
probablemente muy pocos de nosotros buscaríamos desesperadamente Su
gracia. En Su soberanía y sabiduría, Él deja la carne aquí, sabiendo que, en
cierto sentido, nos resulta útil. Día y noche la carne nos ayuda a volvernos
al trono de la gracia. Cuando seamos maduros, es decir, cuando seamos
arrebatados, podremos volvernos a la carne y decir: “Pequeña carne, te ha
llegado la hora. Debes irte ahora”. Antes de llegar a la madurez de vida,
necesitamos la carne en cierta medida no para perjudicarnos, sino para que
nos obligue a acercarnos al trono de la gracia. (Estudio-vida de Génesis,
págs. 389-391)

Lectura adicional: Estudio-vida de Génesis, mensajes 27-29

Iluminación e inspiración

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Alimento matutino

Sal. 133:3
Como el rocío del Hermón que descendió sobre los montes de Sion.
Porque allí ordenó Jehová la bendición: la vida para siempre.
2 Co. 12:9
...Bástate Mi gracia; porque Mi poder se perfecciona en la
debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis
debilidades, para que el poder de Cristo extienda tabernáculo
sobre mí.
Según Salmos 133:3, la unidad ... es semejante al rocío que
desciende sobre los montes de Sion. El aceite de la unción está sobre
la persona, Aarón, pero el rocío está sobre un lugar, Sion. El rocío
representa la gracia de la vida (1 P. 3:7). La gracia de la vida es el
suministro de vida. En la vida de iglesia no sólo estamos bajo la
unción, sino que también recibimos el suministro, la gracia, de vida.
Mientras somos ungidos, también somos agraciados.
El apóstol Pablo experimentó abundantemente la gracia del Señor.
Pablo oró tres veces pidiendo que le fuera quitado el “aguijón” que le
afligía. El Señor respondió diciendo que Su gracia era suficiente para
Pablo. Con estas palabras, el Señor indicó que no le quitaría el
aguijón, sino que le suministraría a Pablo Su gracia suficiente. (El
terreno genuino de la unidad, pág. 85)

Lectura para hoy

[En la iglesia] experimentamos la unción, la “pintura”, del Dios Triuno


procesado. Al mismo tiempo, disfrutamos al Dios procesado como gracia,
como el suministro de vida que nos es dado para nuestro disfrute. Por
medio de esta gracia, podemos llevar una vida que para las personas del
mundo les es imposible vivir. Los hermanos pueden amar a sus esposas al
máximo, y las hermanas pueden someterse a sus maridos plenamente. Tal
vivir es posible sólo por la gracia que recibimos en los montes de Sion.
Nunca debemos subestimar la importancia de la iglesia como una persona
corporativa que recibe el ungüento y como el lugar donde desciende el
rocío. Si nos apartamos de la iglesia en alguno de estos dos aspectos, no
podremos participar más de la unción ni podremos disfrutar más del rocío.
Otros cristianos quizás nos critiquen por llevar tal testimonio en cuanto a la
vida de iglesia ... Estos creyentes podrán decir que mientras oren y lean la
Biblia, pueden experimentar al Señor plenamente fuera de la vida de iglesia
... Sí, podemos orar y leer la Palabra a solas en casa; al hacerlo, recibimos
cierta medida de gracia. Esta medida de gracia, sin embargo, no es tan
dulce, rica, poderosa, inspiradora ni suficiente como la gracia que
recibimos en la iglesia. Puedo testificar que, no importa si las reuniones de
la iglesia son elevadas o bajas, ricas o pobres, siempre que asisto a las
reuniones experimento el ungüento y el rocío. Cuanto más asisto a las
reuniones, más soy guardado en la gracia del Señor. En cambio, aquellos
que se apartan de la vida de iglesia, quedan separados del rico suministro
de la gracia. Y de no ser por la misericordia del Señor, es posible que
después de un periodo de tiempo, ellos regresen completamente al mundo.
Simplemente por asistir a las reuniones somos guardados, pues el rocío
todavía desciende sobre los montes de Sion. Así que, simplemente por estar
en las reuniones, estaremos bajo el rocío que nos riega. (El terreno genuino
de la unidad, págs. 97-98)
Mediante el poder de la gracia, la fortaleza de la gracia y la vida de la
gracia, podemos estar bien con Dios, con los demás e incluso con nosotros
mismos. La gracia produce la justicia ... Por tanto, Romanos 5:21 dice que
la gracia reina “por la justicia para vida eterna”. Por consiguiente, la
justicia y la gracia siempre van juntas.
No somos justos por nosotros mismos, sino por la gracia ... La justicia
llegó a ser un motivo de jactancia no solamente para Noé, sino para Dios
mismo. Dios podía jactarse ante Su enemigo. Dios podía jactarse de la
justicia de Noé ante aquella generación torcida y perversa. La justicia de
Noé reforzó la posición de Dios para permitirle ejecutar Su juicio sobre
aquella generación impía. (Estudio-vida de Génesis, pág. 391)
Lectura adicional: El terreno genuino de la unidad, caps. 6-7

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Alimento matutino

He. 11:7
Por la fe Noé, habiendo sido divinamente advertido acerca de
cosas que aún no se veían y movido de temor reverente, preparó un
arca para salvación de su casa; y por esa fe condenó al mundo, y
fue hecho heredero de la justicia que es según la fe.
Fil. 2:12
...Como siempre habéis obedecido, ... llevad a cabo vuestra
salvación con temor y temblor.
El producto de la gracia en la economía de Dios es un poema (Ef.
2:10a). Los cielos, la tierra y el hombre, quienes fueron creados por
Dios, no son el poema de Dios. En cambio, la iglesia, el Cuerpo de
Cristo, es el poema de Dios.
El fruto de la gracia, en la economía de Dios, es un poema que
exhibe las superabundantes riquezas de la gracia en la economía de
Dios (v. 7) ... La gracia es rica, abundante, se multiplica y aumenta.
(La ley y gracia de Dios en Su economía, págs. 80-81)

Lectura para hoy

Aquello en lo cual [Noé] laboró y en lo cual entró era simplemente la


salvación de Dios, el arca (Gn. 7:7). El arca era un tipo del Cristo presente
y práctico ... Según el cuadro que vemos en el caso de Noé, debemos
poseer a un Cristo que es tanto presente para nosotros como práctico, en
quien podamos entrar, y no simplemente a un Cristo histórico ni un Cristo
lejano. Y debemos laborar junto con Dios en Cristo. Cristo es nuestra arca,
y lo que hacemos en las iglesias locales es edificar esta arca ... Puesto que
somos los “Noé” de hoy, tenemos que edificar a Cristo.
Hoy en día, aunque somos salvos, aún tenemos que laborar en Cristo.
Noé también era salvo antes de empezar a laborar en el arca ... Cuando
Dios intervino y le encargó que edificara el arca, Noé ya andaba con Dios
y, a los ojos de Dios, era un hombre justo en aquella era (6:9) ... Puesto que
él ya era salvo, ¿por qué era necesario que edificara el arca? Noé necesitaba
una salvación adicional del mundo corrupto.
En Filipenses 2:12 Pablo nos dijo que es necesario que seamos
obedientes y llevemos a cabo nuestra salvación con temor y temblor. Así
pues, aunque ya hemos sido salvos, todavía necesitamos llevar a cabo
nuestra salvación. La salvación de Dios no es corta, ni breve, ni sencilla. La
salvación de Dios abarca un periodo muy largo. Debemos entrar en la
salvación de Dios y pasar de un extremo de la salvación de Dios al otro
extremo. Hoy nos encontramos en el “túnel” de la salvación de Dios ...
Ahora lo estamos atravesando y avanzamos a medida que llevamos a cabo
nuestra salvación ... Cuanto más [Noé] edificaba el arca, más avanzaba por
la salvación de Dios. Finalmente, él entró en aquello en que había trabajado
(Gn. 7:7) ... [El] Cristo que estamos edificando llegará a ser nuestra
salvación en el futuro. Un día, bajo la soberanía de Dios, entrarán en el
propio Cristo a quien han edificado.
Si de lunes a sábado usted pasa todo el tiempo amando al Señor, teniendo
comunión con Él, viviendo por Él y caminando junto con Él, sin duda
alguna el día del Señor usted tendrá la profunda sensación de estar en
Cristo. Tendrá a un Cristo práctico y presente en el cual morar. Pero si, por
el contrario, de lunes a sábado usted no pasa tiempo amando al Señor ni
teniendo comunión con Él, ni vive en Él, ni tampoco camina con Él,
aunque quisiera permanecer en Él hoy, sentiría que Él está ausente. En
términos de su experiencia, Él no está con usted. Usted lo tiene en doctrina,
mas no en términos de su experiencia. Aunque desea permanecer en Él,
usted al parecer no sabe dónde Él se encuentra. Esto indicaría que durante
la semana usted no edificó a Cristo, no laboró en el arca, de tal modo que
cuando vino el diluvio, no tuvo un arca en la cual entrar. Sin embargo,
cuando usted ama al Señor y tiene comunión con Él y vive por Él y camina
con Él cada día y a cada hora, entonces lo edifica en su experiencia. Edifica
un Cristo en su experiencia en el cual puede entrar como su salvación. (La
impartición divina de la Trinidad Divina, págs. 34-36)
Lectura adicional: La ley y gracia de Dios en Su economía, cap. 4; La
impartición divina de la Trinidad Divina, caps. 2-3

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Himnos, #328

1 Si Su gracia hoy quieres disfrutar,


Entra al Santísimo Lugar;
Si Su gracia hoy quieres disfrutar,
Entra al Santísimo Lugar.

¡Aleluya! ¡Aleluya!
Gracia como un río fluirá;
¡Aleluya! ¡Aleluya!
Gracia como un río fluirá.
2 Luz de gloria en mí siempre ha de brillar,
Aquí en el Santísimo Lugar;
Luz de gloria en mí siempre ha de brillar,
Aquí en el Santísimo Lugar.

¡Aleluya! ¡Aleluya!
Luz de gloria en mí brillará;
¡Aleluya! ¡Aleluya!
Luz de gloria en mí brillará.
3 Si quieres tocar la fuente eternal,
Debes a tu espíritu entrar;
Si quieres tocar la fuente eternal,
Debes a tu espíritu entrar.

¡Aleluya! ¡Aleluya!
Debes a tu espíritu entrar;
¡Aleluya! ¡Aleluya!
Debes a tu espíritu entrar.

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Títulos en inglés citados en este libro

CWWL, esto es, The Collected Works of Witness Lee [Las obras
recopiladas de Witness Lee],
1959, t. 4, “Life and Building in the Gospel of John” [La vida y la
edificación en el Evangelio de Juan]
1972, t. 3, “The Consummation of God’s Salvation” [La consumación
de la salvación de Dios]
1987, t. 3, “Being Up-to-date for the Rebuilding of the Temple” [Estar
actualizados para la reedificación del templo]
The Stream Magazine, Book 2 [Revista el manantial, libro 2]

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