Ciencias 3
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Es crucial que el médico de familia detecte la anemia precozmente y que identifique a los pacientes
en riesgo de deficiencia nutricional y hemorragia. Los niveles bajos de hemoglobina son indicadores
de anemia, de modo que los resultados de este parámetro sirven como medio de rastreo para el
diagnóstico, evaluación de la evolución y tratamiento de la afección.
Definición
La anemia se define por los niveles reducidos de hemoglobina, comparados con los valores normales
en individuos del mismo género y misma edad. La consecuencia principal de la anemia es el
abastecimiento insuficiente de oxígeno para el cuerpo. Una anemia grave conduce, por un lado, a un
aumento del riesgo de mortalidad para la madre y para el hijo y, por otro, a un desarrollo físico y
cognitivo comprometido. Generalmente, afecta también a la situación física y productiva de los
adultos.
Causas y Factores de Riesgo
Clasificación Usual
Es posible clasificar a la anemia en función de la capacidad de producción de eritrocitos (glóbulos
rojos). Las 3 principales clases de anemia corresponden a una producción deficiente para la médula
ósea (hipoproliferación), alteración de la maduración de los eritrocitos (eritropoyesis deficiente) o a un
aumento de la destrucción de glóbulos rojos (hemólisis).
La anemia es un indicador de desnutrición y malas condiciones físicas; la falta de hierro en mujeres
entre los 12 y los 49 años resulta de una disminución del hierro durante el período fértil (debido al
período menstrual, embarazo o lactancia). También los vegetarianos y los niños son grupos de
riesgo. Otras deficiencias nutricionales, tales como la carencia de vitamina B12, folato y vitamina A,
también pueden causar anemia, así como también los medicamentos que interfieran con el
metabolismo del ADN en las células, tales como los alcalinizantes.
Grandes cantidades de penicilina o cefalosporina pueden conducir a una hemólisis inmune, que
consiste en la formación de un complejo antígeno-anticuerpo en la membrana eritrocitaria. Si existe
un consumo prolongado de alcohol, los síntomas están generalmente asociados a una deficiencia
conjunta de hierro y de ácido fólico. La anemia es un síntoma y está asociada a diversos
padecimientos, entre ellos la insuficiencia renal y el hipotiroidismo
Diagnóstico
La anemia produce como consecuencia el insuficiente abastecimiento de oxígeno del cuerpo, que
puede resultar en los siguientes síntomas: Fatiga, Disminución de la vitalidad, Dificultad para
concentrarse, Falta de aire durante el ejercicio físico, Mareo, Dolores de cabeza, Zumbido en los
oídos, Palpitaciones.
Más allá de estos síntomas inespecíficos pueden existir otras situaciones médicas, dependiendo del
origen de la anemia.
Medicación (por ejemplo, penicilina, metotrexato, metildopa)
Hemorragia (por ejemplo, de origen gastrointestinal o resultante de la menstruación)
Deficiencias alimentarias (por ejemplo, dieta vegetariana)
Organopatías conocidas (por ejemplo, insuficiencia renal, hipotiroidismo)
Padecimientos hereditarios (por ejemplo, deficiencia de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa)
Implante de válvula cardíaca
Síntomas y signos clínicos importantes
Palidez de la piel y las membranas mucosas
Taquicardia durante el ejercicio y el reposo
Aumento de la amplitud entre la presión máxima y mínima
La extensión de la anemia y la amplitud de los signos clínicos no están directamente correlacionado.
Los signos clínicos se ven influidos por el tiempo de adaptación a la anemia, la edad del paciente y el
grado de compensación del sistema cardiopulmonar. Los pacientes jóvenes con un sistema
cardiovascular saludable que sufran de anemia crónica pueden ser capaces de tolerar una
disminución de los valores de hemoglobina de hasta 5 g/dl. Por el contrario, los pacientes más
añosos que sufran de afecciones coronarias o enfisema pulmonar pueden comenzar a presentar
síntomas de anemia a partir de los 10 g/dl.
– Leucemia: es la excesiva producción de leucocitos y la alteración en la generación tanto de
plaquetas como de hematíes. También se conoce como cáncer de la sangre. Las leucemias
agudas son un tipo de cáncer, de origen desconocido en la mayoría de los casos, que afecta a las
células sanguíneas, generalmente a los glóbulos blancos. La enfermedad se produce a consecuencia
de un error en el proceso de maduración de una célula madre a glóbulo blanco, que supone una
alteración cromosómica que provoca que las células afectadas se vuelvan cancerosas y se
multipliquen sin cesar, infiltrándose en la médula ósea, donde sustituyen a las células que producen
las células sanguíneas normales.
Estas células cancerosas se diseminan por la sangre, y además pueden invadir otros órganos, como
el hígado, los riñones, los ganglios linfáticos, el bazo y el cerebro.
A medida que la enfermedad progresa, las células malignas interfieren en la producción de otro tipo
de células sanguíneas, como los glóbulos rojos y las plaquetas, lo que tiene como consecuencia el
desarrollo de anemia y el incremento del riesgo de contraer infecciones.
Las leucemias tienen una incidencia aproximada de dos o tres casos por cada 100.000 habitantes y
año. Son las neoplasias más frecuentes en la infancia (alrededor del 25% de los cánceres infantiles
son leucemias), y afectan con más frecuencia a los varones.
No parece haber diferencias sustanciales en la prevalencia de leucemia entre las distintas razas o
áreas geográficas, el entorno rural o urbano, ni entre las distintas clases sociales. Sin embargo,
dependiendo del tipo de leucemia, es más frecuente su aparición a determinadas edades. Por
ejemplo, en el caso de la leucemia linfocítica aguda (linfoblástica), suele presentarse en niños de
entre tres y cinco años, y aunque también afecta a adolescentes, es poco común en adultos.
Tabaquismo
El monóxido de carbono que se produce al fumar causa lesiones en el endotelio de los vasos
sanguíneos las cuales predisponen para la aparición de ateromas. Además, este gas disminuye la
concentración de oxígeno transportado por la sangre y la concentración de las lipoproteínas HDL que
recolectan el exceso de colesterol. Por otro lado, la nicotina promueve el aumento de la presión
arterial y la formación de placas ateroscleróticas.
Sedentarismo
La ausencia de actividad física predispone el padecimiento de enfermedades cardiovasculares.
Diversos estudios han demostrado que, a largo plazo, existe una relación directamente proporcional
entre el sedentarismo y el riesgo de mortalidad por enfermedades cardiovasculares.
Obesidad
El aumento de grasa corporal es uno de los factores de riesgo más severos. Se asocia a otros
factores de riesgo, como la hipertensión, el sedentarismo y la hipercolesterolemia.
Hipercolesterolemia
Corresponde a altos niveles de colesterol en la sangre, los cuales pueden deberse a un consumo
excesivo de grasas. La hipercolesterolemia favorece la formación de ateromas.
Diabetes mellitus
Las personas con esta enfermedad tienen el doble de riesgo de padecer alguna enfermedad
cardiovascular que una persona sana. Por lo general, se asocia al síndrome metabólico. que incluye
patologías tales como la obesidad, hipertensión y problemas de coagulación.