La Gestalt
La Gestalt
La Gestalt
La psicología de la gestalt representa una reacción radical contra el mundo establecido de enten-
der la psicología a comienzos del siglo XX aunque la crítica se dirigía inicialmente contra algunos
aspectos fundamentales de la tradición experimentalista de la psicología alemana, fue desplazán-
dose hacia las posiciones características del conductismo americano. La escuela de la gestalt es-
tuvo encabezada por 3 psicólogos alemanes: Max Wertheimer, Kurt Koffka y Wolfgang Kohler,
y se desarrolló en universidades de Francfort y Berlín, aunque con la 2º guerra mundial emigraron
a EEUU. Los gestaltistas exigían que la psicología recuperase la experiencia directa inmediata.
Se inscribían en la órbita de Brentano y de la Fenomenología, el movimiento filosófico y psicológi-
co y liderado por Edmund Husserl. Para ellos, la experiencia ofrece objetos dotados de unidad y
de sentido. Cuál sea su realidad más allá de la experiencia que tenemos de ellos es una cuestión
que no compete al psicólogo dilucidar, lo que sí le interesa al psicólogo es hacerse cargo de esa
experiencia, tal como ella se da, sin desvirtuarla por supuestas razones teóricas o sistemáticas en
por tanto esa experiencia lo que deberá constituir su punto de partida y su punto de llegada, el ori-
gen y la meta de su explicación.
Para ellos la experiencia debía dejar de concebirse en términos de resultado o construcción, a
partir de átomos o elementos psíquicos, para hacerlo en términos de formas y estructuras o totali-
dad es, que es a lo que alude el término gestalt. Gestalt es una palabra alemana que se ha solido
traducir por forma, configuración o estructura. Hace referencia a un todo articulado, un sistema cu-
yas partes se relacionan dinámicamente entre sí y con la totalidad a la que pertenecen una totali-
dad integrada, pues en la que cada parte tiene lugar y la función que le vienen exigidas por la na-
turaleza misma del conjunto.
La fórmula fundamental de la teoría de la gestalt puede expresarse así: hay todos cuya conducta
no está determinada por la de sus elementos individuales, sino donde los procesos parciales mis-
mos están determinados por la naturaleza intrínseca del todo. La esperanza de la teoría de la ges-
talt es determinar la naturaleza de tales todos.
Los psicólogos de la gestalt pretendían acabar con el elementalismo en psicología. Por lo demás,
las totalidades, formas o estructuras que según los gestatistas constituyen la experiencia psicoló-
gica o vida mental de la que los psicólogos han de ocuparse, no se da en el vacío, sino que se ha-
llan en estricta correspondencia con otras estructuras fisiológicas del organismo que subyacen a
ellas. A esta correspondencia estructural entre la experiencia mental y los procesos cerebrales
subyacentes los gestatistas le dieron el nombre de isomorfismo, una hipótesis teórica con la que
pretendieron dar respuesta al viejo problema filosófico y psicológico de la relación mente cuerpo,
el conocido como problema psicofísico.
Los psicólogos de la gestalt se oponían a una psicología molecular, o elementalista que entendían
asentada en un modelo de ciencia caduco inspirado en la física newtoniana y la geometría carte-
siana, defendían, en cambio, otra de carácter molaro global, centrada en las totalidades que confi-
guran la experiencia, cuya inspiración procedía más bien del concepto de campo manejado por la
física moderna. Los campos electromagnéticos se concebían como sistemas gestálticos de fuer-
zas en constante interacción, eran sistemas dinámicos cuyo funcionamiento no dependía de sus
elementos materiales concretos, sino que poseían cualidades propias que no se derivaban de
ellos. La noción de campo les permitía así concebir tanto la actividad consciente (en tanto que
campo psicológico) como la actividad cerebral (en tanto que campos neurológico) y su relación
(que sería hizo isofórmica o estructuralmente idéntica en en ambos tipos de procesos dinámicos
de campo).
El punto de partida el fenómeno fi.
Suele considerarse el trabajo de Max Wertheimer «Estudios experimentales o sobre la percepción
del movimiento» de 1912 como el punto de partida de la escuela, su escrito fundamental.
En 1910, Wertheimer inicio en Frankfurt sus estudios «sobre el movimiento aparente», sobre la
impresión psicológica de movimiento que se obtiene a partir de estímulos físicos discontinuos en
determinadas condiciones espacio temporales. Gracias a estos experimentos pudo determinar lo
que denominó fenómeno fi, que para él tenía implicancias teóricas sumamente importantes, por-
que se trataba de un fenómeno unitario que no se dejaba explicar mediante el análisis de compo-
nentes sensoriales elementales. Por exhaustivo que fuera el examen introspectivo a que sometié-
ramos esta experiencia, nunca encontraríamos su cualidad distintiva (el movimiento percibido) en
los elementos sensoriales que la componen (los dos destellos luminosos). Era preciso ampliar el
foco al contexto, a las condiciones espacio temporales concretas en que estos destellos aparecen,
para poder dar cuenta del fenómeno total.
El todo (constituido en este caso por el fenómeno fi, esto es, la experiencia del movimiento que se
obtiene en las condiciones descritas) resultaba ser así diferente a la suma de sus partes (los estí-
mulos luminosos estáticos, en ninguno de los cuales podría describirse la propiedad del movimien-
to que se observaba sin embargo en el fenómeno en cuestión), una afirmación que vino a conver-
tirse en el lema de la escuela.
La psicología cognitiva
La psicología cognitiva eclosionó en la década de los 60 del siglo XX a partir de algunos desarro-
llos teóricos y técnicos fraguados desde finales de los años 40.
5) La lingüística de Noam Chomsky. La quinta fuente del cognitivismo fue la lingüística del esta-
dounidense Chomsky. La crítica de Chomsky al Conductismo dio aliento a los jóvenes psicólogos
que deseaban distanciarse de los planteamientos de Skinner e incluso de los conductistas. La lin-
güística generativa propuesta por Chomsky proporcionaba a la psicología un marco conceptual
mentalista (para él las reglas gramaticales residen en la mente) e innatista (supone que hay una
gramática universal innata) que encajaba a la perfección con el cognoscitivismo.
Chomsky creía que el lenguaje humano se rige conforme a leyes propias, irreductibles a las leyes
generales de la conducta. Su punto de vista formalista e innatista y crítico con el reduccionismo
conductista, alimentó las aspiraciones de muchos psicólogos cognitivos a la hora de identificar le-
yes universales del funcionamiento mental humano, entendidas sobre todo en términos de reglas
abstractas.