Venezuela en La Encrucijada - Web
Venezuela en La Encrucijada - Web
Venezuela en La Encrucijada - Web
VISIÓN VENEZUELA
VENEZUELA EN LA
ENCRUCIJADA
RADIOGRAFÍA DE UN COLAPSO
Susanne Gratius
José Manuel Puente
Editores y coordinadores
Venezuela en la encrucijada. Radiografía de un colapso
Susanne Gratius y José Manuel Puente (Editores y coordinadores)
Impreso en Venezuela
Printed in Venezuela
Por: Gráficas LAUKI, C.A.
PRÓLOGO
Moisés Naím ........................................................................................................7
INTRODUCCIÓN
Sussane Gratius y José Manuel Puente ...................................................................9
Thomas Legler..................................................................................329
14. Sanciones como instrumentos de coerción: ¿cuán similares son las
Radiografía de un colapso
EPÍLOGO
Wilhelm Hofmeister ...............................................................................389
8
•
INTRODUCCIÓN
y última sección del libro se centra en los actores externos que han reproducido la
polarización política interna, ya que tanto EE.UU. como gran parte de América
Latina y de la Unión Europea (UE) apoyan a la oposición, mientras que China,
Cuba y Rusia son los principales aliados del régimen de Maduro. ¿Cómo ha
contribuido el comportamiento de los actores internacionales, incluyendo las
organizaciones regionales, a enquistar el conflicto? ¿Por qué no han funcionado
instrumentos como las sanciones por parte de EE.UU. y la UE o las diversas
12 iniciativas de mediación? Este capítulo arroja luz sobre la dimensión política
del conflicto, sobre la constelación de actores internos y externos del juego
político venezolano, y ofrece un balance de los diversos intentos nacionales, 13
regionales e internacionales de mediación, sus éxitos parciales y fracasos relativos.
14
Capítulo I
LA DIMENSIÓN POLÍTICA DEL CONFLICTO
John Magdaleno G.
Armando Chaguaceda
Ysrrael Camero
Rut Diamint
Laura Tedesco
María Pilar García-Guadilla
1
¿POR QUÉ NO SE HA PRODUCIDO UNA
TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA EN VENEZUELA?
DIEZ MITOS SOBRE LAS TRANSICIONES A LA
DEMOCRACIA
J M G.
1 Como demuestran los índices internacionales de The Economist, Freedom House y el V-Dem Institute. Al res-
pecto puede consultarse: 1) The Economist Intelligence Unit (2018): Democracy Index 2018: Me too? Political
participation, protest and democracy, pág. 43 (disponible en: https://pages.eiu.com/rs/753-RIQ-438/images/
Democracy_Index_2018.pdf?mkt_tok=eyJpIjoiTUdFMll6SmhObVprT1RGaCIsInQiOiIxT3RLUXNE-
TUpmR3YxZjlcL2hUK1JiMU9oK1wvMm83cTRFUjRzajdNZ08rd3cyNUpPVTV3M05RYUQxWjVN-
MUlQNHU3aG53STh1Zk16Y0RmSFVoQ21HMkw5dE14MVFkZE5UV VNnTXczdk9QcSt3alA-
2Vk9uTzFsOGhETDBNM1gxTlwvTCJ9); 2) https://freedomhouse.org/countries/freedom-world/scores, y;
3) https://www.v-dem.net/es/ (Última fecha de consulta en línea: 27/08/20).
caracterización (¿Estado fallido o Estado frágil?); la progresiva penetración e
influencia, en amplias zonas del territorio nacional, de grupos irregulares y del
crimen organizado (Mayorca, 2009; FundaRedes, 2018 y 2019; Insight Crime,
2020; Crisis Group, 2020); la vertiginosa caída del PIB real entre 2013 y este
año, estimada en -76 %, utilizando los datos del Banco Central de Venezuela
(BCV) hasta 2018 y las estimaciones de otros organismos para los años 2019 y
2020 (FMI, 2019; Cepal, 2020)2; las elevadas tasas de inflación registradas desde
el año 2013, así como la hiperinflación existente desde finales de 2017 –la más
elevada de la región y una de las más prolongadas de la historia desde el siglo
XX (BCV, 2013-2020)3 –; el masivo y acelerado empobrecimiento de la gran
mayoría de la población venezolana en los últimos siete años, que hasta marzo
de 2020 se estimó –utilizando el método de la “línea de pobreza”– en 96,2 %,
con una pobreza extrema localizada en 79,3 % (Encovi, 2019-2020); la creciente
desnutrición registrada al punto que, de acuerdo con el indicador peso-edad,
entre los menores de cinco años el 8 % está en estado de desnutrición y 21 % se
encuentra en riesgo de desnutrición, mientras que conforme al indicador talla-
edad el porcentaje en estado de desnutrición crónica se estimó en 30 % (ídem); el
incremento de la población económicamente inactiva, la creciente informalidad
y la extensión del subempleo (ídem); la acelerada “precarización” de los servicios
públicos y las cada vez más extendidas dificultades para acceder a ellos, desde el
agua, la electricidad, el gas y el acceso a Internet hasta la seguridad personal, la
atención médico-hospitalaria y la educación, por señalar algunos (Encovi, 2019-
2020; OVCS, 2011-2020); una emigración estimada en cerca de 4 millones de
habitantes (ONU, 2019; Encovi, 2019-2020)4 y, por si fuera poco, el impacto
del COVID-19, que en virtud de todo lo anterior toma a Venezuela entre los
países peor preparados para enfrentar la pandemia, de acuerdo al Índice Global
de Seguridad Sanitaria (Malamud y Núñez, 2020).
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
2 El cálculo se ha apoyado en los datos del BCV hasta finales de 2018; la variación interanual del PIB real
Radiografía de un colapso
estimada por el Fondo Monetario Internacional durante 2019 (-35 %) y la estimación efectuada por la
Cepal para 2020 (-26 %). Este último dato se conoció por intermedio de una conferencia recientemente
dictada por un representante de ese organismo.
3 BCV (en http://www.bcv.org.ve/) y datos de la Comisión de Finanzas y Desarrollo Económico de la
Asamblea Nacional, publicados mensualmente por medios de comunicación social venezolanos (no es-
tán disponibles en la página web de la Asamblea Nacional).
4 La ONU estimó la población venezolana, para mediados de 2019, en 28 millones 516 mil habitantes, un
dato al que se aproxima Encovi (2019-2020): 28 millones 400 mil habitantes. Según el INE, la proyec-
ción de población para 2019 arrojaba 32 millones 219 mil 521 habitantes. De modo que, hasta 2019, la
diferencia (emigrados) podía haber estado comprendida entre 3 millones 703 mil 521 y 3 millones 819
mil 521 venezolanos. Naturalmente, habría que conocer la relación entre emigración y repatriados entre
18
mediados de 2019 y mediados de 2020 para ofrecer una estimación actualizada.
Esta apretada síntesis –que no pretende ser exhaustiva–, persigue
comunicar elocuentemente algunas de las más importantes dimensiones del 19
complejo caso venezolano. Es en este contexto que, desde diversos sectores
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
sociales y políticos del país, se han formulado tres demandas que constituyen
genuinos desafíos históricos: a) estimular el inicio y desarrollo de una transición
a la democracia, teniendo en mente el objetivo de lograr su exitosa instalación,
estabilización y consolidación; b) lograr la reactivación de la actividad económica
y la recuperación del PIB perdido, así como la progresiva estabilización de
indicadores macro, micro y propiamente socioeconómicos, y; c) reconstituir el
tejido social del país, severamente afectado por años de intensa conflictividad
y polarización sociopolítica, y hasta creciente desconfianza hacia instituciones,
sectores y líderes. Estos retos recuerdan el prefacio de un conocido libro de Adam
Przeworski (1995: ix), que en el primer párrafo sintetizaba las aspiraciones más
sentidas de muchas sociedades: “Poder comer y poder hablar, no sufrir hambre
ni represión, éstos son los valores elementales que animan un afán mundial de
democracia política y racionalidad económica”.
El examen de varios casos africanos, del medio-oriente, de Europa del Este
y hasta latinoamericanos, permite tener una visión más global y comprehensiva
de los enormes problemas que esas sociedades han debido encarar en coyunturas
críticas. Por ello, un primer mito que conviene desnudar es que Venezuela no es
el único país en el que han concurrido complejidades o “ dificultades sistémicas” de
diversa índole, al margen de que sea el que más nos preocupe y ocupe a los venezolanos
por razones obvias.
Teniendo este marco de referencia en mente, este trabajo se concentra en el
primero de los desafíos señalados, partiendo de la siguiente interrogante: ¿por qué
no se ha iniciado en Venezuela una transición política, en general, y una transición
hacia la democracia, en particular? Al revisar una parte de la extensa literatura
sobre la materia que permite comprender, desde una perspectiva comparada,
cómo han tenido lugar tales procesos, procuramos identificar algunos de los
principales “mitos” que pudieran constituir un factor adicional que dificulta el
inicio de la transición. Al final, se intenta hacer un balance de las variables que,
por un lado, podrían estar operando como potenciales incentivos o facilitadores y
las que, por otro, podrían constituir inhibidores o bloqueadores.
¿QUÉ ES COMPARAR?: LA COMPARACIÓN EN CIENCIAS SOCIALES
Preciso pues así: parangonar sirve para controlar –verificar o falsar– si una
generalización (regularidad) se corresponde con los casos a los cuales se aplica. Se
entiende que comparamos por muchísimas razones. Para ‘situar’, para aprender
de las experiencias de los otros, para tener términos de parangón (quien no
conoce otros países no conoce tampoco el propio), para explicar mejor, y por
otros motivos. Pero la razón que nos obliga a comparar seriamente es el control.
20
¿Qué es comparable? Regresemos a las manzanas y a las peras. ¿Son comparables
o no lo son? Se trata de un ejemplo fácil. Pero ¿piedras y avestruces son
comparables? Probablemente la mayoría responderá no, para ser inmediatamente
21
replicado con la objeción: para declararlos ‘incomparables’, hemos debido, en
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
algún momento, compararlos. Recomencemos desde lo más simple. Manzanas y
peras son comparables respecto de algunas propiedades –aquellas que tienen en
común– y no comparables respecto de otras. De este modo, manzanas y peras
son comparables como fruta, como comestibles, como entidades que crecen
en los árboles; pero no son comparables, por ejemplo, en cuanto a su forma.
En principio entonces la pregunta siempre se debe formular así: ¿comparable
(bastante similar) respecto a qué propiedades o características, y no comparable
(demasiado distinto) respecto a qué otras propiedades o características?
De lo afirmado hasta este punto puede concluirse que comparar implica asimilar
y diferenciar en los límites. Si dos entidades son iguales en todo, en todas sus
características, es como si fuesen la misma entidad, y todo termina ahí. A la
inversa, si dos entidades son diferentes en todo, entonces es inútil compararlas,
y del mismo modo todo concluye aquí. Las comparaciones que sensatamente
nos interesan se llevan a cabo entre entidades que poseen atributos en parte
compartidos (similares) y en parte no compartidos (y declarados no comparables).
los que se trabaja exclusivamente con una sola hipótesis desde el inicio; 2)
facilita una visión más exhaustiva y “panorámica” de determinados fenómenos
sociales pues, como ocurre en el campo específico de la investigación sobre los
Radiografía de un colapso
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
(aparentes) similitudes. Porque si se lograran hallar algunos patrones, pautas o
variables comunes en un número determinado de casos, ello arrojaría mayores
luces sobre los procesos de democratización en perspectiva comparada.
Pues bien, la investigación preliminar en la que nos hemos apoyado para
redactar este trabajo, que se desarrolla desde hace cuatro años, se ha apoyado en
el enfoque de los “sistemas más diferentes”. Tal esfuerzo no ha estado guiado por
el “imperativo” de encontrar los casos más parecidos a la Venezuela de hoy, entre
otras cosas porque el interés ha estado centrado en una comprensión global de
las transiciones a la democracia y porque Venezuela no es un “caso exitoso” en
esta materia, a la fecha. Como afirmó Lipset, citado por Sartori (1999: 44): “El
analista de la sociedad debe elegir entre un enfoque primariamente histórico o
primariamente comparado […] pero no puede ignorar el otro. Sin el examen de
[…] diferentes países es imposible saber en qué medida un factor dado posea el
efecto que se le atribuye en un solo país”.
No todo cambio político equivale a una transición. Son diversos los casos
de regímenes no-democráticos –sean autoritarios, postotalitarios o sultanísticos,
para utilizar la tipología de Linz y Stepan (1996)5 –, en los que se produjo
un cambio de los principales decisores sin que ello estuviese acompañado de
una modificación sustantiva de las principales reglas de juego y prácticas
informales.6 Distinto es el caso en el que se produce simultáneamente un cambio
de los principales decisores y las reglas de juego o, incluso, cuando algunos
decisores o factores de poder clave del régimen no-democrático estimulan una
democratización, una modalidad más frecuente en perspectiva comparada de lo
que intuitivamente se imagina.
7 De hecho, Linz (2009) señaló siete tipos de regímenes autoritarios: i) Regímenes autoritarios burocrá-
tico-militares; ii) Estatismo orgánico; iii) Regímenes autoritarios movilizadores en sociedades posde-
mocráticas; iv) Regímenes autoritarios movilizadores surgidos después de la independencia; v) “Demo-
cracias” raciales y étnicas; vi) Situaciones políticas y regímenes “defectivos” y “pretotalitarios”, y; vii)
24 8
Regímenes autoritarios postotalitarios.
Otro tipo de autoritarismo en la tipología de Linz (2009).
vi) diversidad de fuentes de información; vii) elecciones libres e imparciales, y;
viii) instituciones que garanticen que la política del gobierno dependa de los 25
votos y demás formas de expresar las preferencias.
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
Así que, cuando se habla de democratización, se quiere implicar un proceso
en el que se incrementan y extienden las libertades y derechos que pueden ejercer
grupos sociales y políticos cada vez más amplios conforme avanza el proceso.
Obviamente, el nivel de extensión de tales garantías varía de caso en caso, y su
medición es una cuestión que la investigación empírica ha venido clarificando en
los últimos tiempos.9
Habiendo definido qué se entiende por democracia, corresponde ahora
echar mano de una definición de transición política, en general, y de transición
hacia la democracia, en particular. O’Donnell y Schmitter (2013: 5) propusieron
una en 1986 que ganó gran aceptación en la comunidad académica internacional
y sigue siendo citada en la literatura:
Lo que llamamos ‘transición’ es el intervalo entre un régimen político y otro. Si bien
nosotros y nuestros colaboradores hemos prestado atención a las consecuencias
(por ejemplo, a la consolidación), nuestros esfuerzos generalmente se detienen
en el momento en que se instala un nuevo régimen, sea cual sea su naturaleza o
tipo. Las transiciones están delimitadas, por un lado, por el inicio del proceso de
disolución de un régimen autoritario y, por el otro, por la instalación de alguna
forma de democracia, el retorno a alguna forma de gobierno autoritario o el
surgimiento de una alternativa revolucionaria. Es característico de la transición
que durante ella las reglas del juego político no están definidas. No sólo están en
constante flujo, sino que generalmente son muy disputadas; los actores luchan
no solo por satisfacer sus intereses inmediatos y/o los intereses de aquellos que
pretenden representar, sino también para definir reglas y procedimientos cuya
configuración determinará los posibles ganadores y perdedores en el futuro. De
hecho, el gobernante emergente definirá en gran medida qué recursos se pueden
gastar legítimamente en la arena política y qué actores podrán ingresar.10
9 Es el caso, por ejemplo, de los esfuerzos hechos por Freedom House, POLITY IV y el Instituto V-Dem.
10 Aquí se ha efectuado una traducción libre de este y otros trabajos escritos en inglés, citados a lo largo del
artículo, para facilitar la comprensión de los lectores de habla hispana.
si bien en algunos casos antes de las primeras elecciones competitivas es posible
determinar que se ha producido un giro democrático.11
una categoría analítica de gran utilidad para comprender, por un lado, cómo se
sostiene un régimen autoritario –particularmente cuando ha perdido el respaldo
de la mayoría de la población13 –, y por otro, cuáles son las principales dinámicas
11 Como la versión del Diccionario Crítico de Ciencias Sociales utilizada para este trabajo es la que se en-
cuentra disponible en la web de la Universidad Complutense de Madrid, no se dispone de la página para
la voz “Transición Política (La)”.
12 Hemos excluido de nuestro análisis los casos que, según Huntington (1994: 25-30), formaron parte de
26
la primera ola de democratización.
13 No todos los regímenes autoritarios carecen de respaldo popular. Diversos casos de “autoritarismo com-
petitivo” –para utilizar la categoría propuesta por Levitsky y Way (2010)– mantienen niveles variables
que permiten que ciertos sectores, instituciones y grupos sociales le otorguen su
respaldo. La “coalición dominante” constituye, en palabras de Morlino (1988: 27
159):
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
[…] el conjunto de grupos sociales, políticamente activos, que sostienen al régimen
en su fase de instauración o en los períodos siguientes, o también la base social
del régimen; y, en sentido estricto, las élites, expresión directa o indirecta de esos
grupos, que participan en la gestión gubernamental del régimen, en cuanto que
ocupan posiciones de mando en las estructuras claves del régimen autoritario. El
aspecto que nos interesa es que esos grupos y sus correspondientes élites forman
una coalición a veces de hecho, y otras como resultado de un acuerdo explícito,
consciente, acerca de las modalidades concretas de resolución de los conflictos
políticos [...] Ese acuerdo favorece a los actores que forman parte de la coalición
y, al mismo tiempo, excluye y margina a los demás –por ejemplo, campesinos
u obreros antes más o menos activos políticamente a través de los partidos o
sindicatos de clase. La marginación política se consigue gracias a la combinación
de la represión policial, la disuasión a la participación (desmovilización), y
el uso del aparato ideológico adoptado por las élites el régimen para su propia
legitimación.
Esto explica, en parte, por qué muchos autores señalan que una
transición a la democracia es un proceso altamente contextual e indeterminado.
Y a propósito de los desafíos que plantea el poder del que gozan factores de
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
14 Los casos de Cuba, Irak, Siria, Libia, Afganistán y los países involucrados en la llamada “Primavera
28 Árabe”, salvo Túnez, pueden ser ejemplos de “intervenciones militares” (domésticas o externas) fallidas,
a juzgar por la imposibilidad de que se avanzara hacia la democratización (a la postre, no lograda).
Las implicaciones de este párrafo son claras: producir la restitución de
derechos civiles y políticos, y ulteriormente una transferencia de poder, constituye 29
el “nudo gordiano” de toda transición a la democracia. Por lo regular, esto no
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
ocurre por la vía de una “capitulación” o una “renuncia gratuita” al poder, sin
más, por parte de los factores que integran la coalición dominante de un régimen
no-democrático. Poder que les permite imponer decisiones sobre la colectividad
–incluso contra lo que una mayoría podría estar dispuesta a aceptar– y definir
o redefinir constantemente las reglas del juego político. Así que la evidencia
disponible refuta un cuarto mito conforme al cual el inicio de una transición a la
democracia sería la consecuencia natural de una oposición con determinación y
coraje, o peor aún, de la modalidad y la secuencia de eventos que esta prefigura de
antemano, sobre todo si no dispone de poder fáctico.
15 Para el uso de este concepto me apoyo en Huntington (1994: 47-48), quien habló de una “combinación
de causas” y de una “cadena de causas”.
tardó menos de un año. Aun así, todas recorren las etapas descritas. En unos
países ello ocurre con mayor gradualidad o incrementalismo, pues se libran duras
luchas en cada etapa, mientras otros lo hacen de modo más acelerado y casi en
simultáneo.
Tampoco se desea deslizar la idea de que el recorrido es lineal o que el
final ya está predeterminado una vez iniciada la transición. De hecho, como
Wilson y sus colegas (2020) hallaron, la mayoría de las liberalizaciones políticas
registradas entre 1900 y 2018 no avanzaron hacia la democratización. En efecto,
de un universo total de 337 episodios de liberalización ocurridos en 155 países,
146 fueron “exitosos” (43,32 % del total) en 110 países, mientras que 182 fueron
“fallidos” (54 %) en 91 países. Los nueve casos restantes fueron categorizados
como “episodios censurados”, por cuanto a la hora de hacer el análisis no había
tenido lugar un desenlace (fuera exitoso o fallido). Ahora corresponde describir
brevemente las dinámicas propias de cada etapa.
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
término, y como efecto de las dos manifestaciones anteriores, se incrementan los
umbrales de movilización política que va acompañada de una disminución en las
posibilidades de represión. En síntesis, la erosión de la cohesión de la coalición
autoritaria se evidencia en un doble efecto de socavamiento. Por un lado, el
régimen ve reducida su legitimidad y, por otro, se crean las condiciones para la
presencia de opciones preferibles al mismo. Si bien todo ello evidencia la crisis del
régimen, es preciso cuestionarse en torno a la premisa de si sólo dicho factor es
elemento suficiente para garantizar un proceso de transición política. La crisis del
régimen no es motivo determinante para el inicio de un cambio político, sino que
los altos umbrales de impredecibilidad determinan el posible (re)surgimiento de
otros destinos finales (Linz, 1992: 445). Sin embargo, se coincide en que existe
un punto de no retorno en el momento en que a la débil legitimidad del régimen
se unen, por una parte, una ostensible disminución de su eficacia en la toma de
decisiones políticas, y, por otra, unos incrementos del pluralismo político y de la
movilización social cuyos costos de represión son enormes. En esta coyuntura,
el cambio de régimen hacia un sistema democrático se presenta como una
alternativa factible.
Liberalización política
Otra cuestión de vital importancia para la comprensión de las dinámicas
de una transición a la democracia es determinar el punto a partir del cual puede
decirse que la transición se ha iniciado. Sobre este particular, O’Donnell y
Schmitter (2013: 6) señalaron lo siguiente:
La señal típica de que la transición ha comenzado se produce cuando estos
titulares autoritarios, por cualquier razón, comienzan a modificar sus propias
reglas con el fin de proporcionar garantías más seguras para los derechos de las
personas y los grupos.
sucesivamente. En el nivel de los grupos, estos derechos cubren cosas tales como
la [ausencia, JM] de castigos por expresiones de disenso colectivo de la política
gubernamental, la [ausencia, JM] de censura de los medios de comunicación y la
libertad de asociarse voluntariamente con otros ciudadanos.
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
naturaleza y trayectoria estratégica del régimen, difícilmente podríamos hablar
de una fractura de la coalición dominante o la disolución del régimen autoritario.
Por lo demás, el análisis comparado de 102 casos sugiere la idea de que, para que
se produzca tal fractura, se requiere la configuración, por un lado, de un contexto
de crecientes presiones y amenazas internas y externas que conduzcan al régimen
a una “situación límite”, y por otro, de incentivos y garantías para factores de
la coalición dominante. Y esta “constelación de factores” que contribuyen a
configurar una “crisis sistémica” –esto es, una crisis que amenaza la supervivencia
del régimen– es el resultado de la combinación entre factores estructurales,
institucionales y de agencia. Entre estos últimos –los factores de agencia–, son
decisivas las interacciones entre las élites y otros actores sociales que adquieren
influencia en el proceso, de modo tal que: i) sus percepciones e interpretaciones
de la realidad; ii) los cálculos y cursos de acción que deciden emprender; iii)
las consecuencias no-intencionales de los mismos, y; iv) contingencias o eventos
no-previstos que alteran el curso de los acontecimientos, constituyen parte
vital de la disputa. Para decirlo de forma similar a Maquiavelo: los resultados
son el fruto de una combinación entre el contexto, la virtud y la fortuna. Esto
último permite identificar el séptimo mito, conforme al cual es el contexto el que
determina el resultado. Pero ya se sabe que los enfoques estructuralistas han recibido
una sólida contestación en la literatura de transiciones a la democracia. A lo sumo,
determinadas precondiciones pueden inhibir o estimular parcialmente el resultado,
pero difícilmente pueden constituir la única explicación plausible.
En los casos en que la liberalización no es el resultado de una fractura
interna, las opciones empíricamente halladas parecen ser dos, en síntesis: i)
una revolución social –de abajo hacia arriba– o un levantamiento popular, o;
ii) alguna modalidad de intervención extranjera. La opción prevista por Alfred
Stepan (1986: 64-84) de un acuerdo o pacto entre partidos políticos opositores
para derrocar al régimen autoritario supone, como él reconoce en su trabajo, una
erosión de los “centros de gravedad” del régimen y la eventual cooperación de
algunos factores de poder para que ello tenga alguna probabilidad de éxito –ergo,
una fractura.
Democratización
Hemos comentado supra que la liberalización no es suficiente para que
las perspectivas futuras de una transición democrática sean favorables. El otro
proceso crucial es la democratización, sin lo cual no se puede ejercer a plenitud
la condición de ciudadanía. O’Donnell y Schmitter (2013: 8) entienden por esta
expresión lo siguiente:
La democratización, por lo tanto, se refiere a los procesos mediante los cuales
las reglas y procedimientos de ciudadanía se aplican a instituciones políticas
previamente gobernadas por otros principios (por ejemplo, control coercitivo,
tradición social, juicio experto o práctica administrativa), o se expanden para
incluir a personas que no hayan disfrutado previamente de tales derechos y
obligaciones (por ejemplo, no contribuyentes, analfabetos, mujeres, jóvenes,
minorías étnicas, residentes extranjeros), o se extienden para cubrir asuntos e
instituciones que no estaban previamente sujetos a la participación ciudadana
(por ejemplo, agencias estatales, establecimientos militares, organizaciones
partidistas, asociaciones de interés, empresas productivas, instituciones
educativas, etc.). Como es el caso con la liberalización, no parece haber ninguna
secuencia lógica para estos procesos, aunque se pueden discernir algunos patrones
regionales y temporales. Tampoco la democratización es irreversible; de hecho,
todos los países incluidos en estos volúmenes han tenido algunas de estas reglas y
procedimientos en el pasado, por lo que la recuperación es a menudo un objetivo
tan importante como la extensión y expansión.
al tiempo que reunir nuevos apoyos sin alterar la estructura del régimen, esto
es, sin establecer un sistema de elecciones libres y competitivas ni formas de
responsabilidad ante la ciudadanía. Esto es lo que los autores llaman como
“autoritarismo liberalizado” (o dictablanda). Una vez iniciada la democratización,
ante el temor de una “expansión excesiva” del proceso, algunos actores pueden
intentar mantener cuestiones controversiales alejadas de la deliberación pública y
hasta promover la aplicación de antiguas restricciones a la libertad de individuos
34 y grupos considerados “inmaduros” o “peligrosos” para el pleno ejercicio de sus
derechos ciudadanos. En ese caso, se establecería una “democracia limitada” (o
democradura). 35
No obstante, algunos casos ilustran de qué modo, pese a la voluntad
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
deliberada de promover una liberalización parcial como una estrategia destinada
a procurar un “reequilibramiento del régimen”, los decisores clave perdieron
el control del proceso, creándose algunas de las condiciones esenciales que
permitieron una ulterior democratización. Casos como el de Bolivia entre finales
de 1977 y 1982; Uruguay entre 1980 y 1985; la Unión Soviética entre 1985
y 1991; Benín entre 1989 y 1991, y; Cabo Verde en 1990, son evidencias que
parecen respaldar esta tesis. Eso fue lo que halló Treisman (2017), para quien la
mayoría de las democratizaciones ocurridas entre 1800 y 2015 tuvieron lugar no
porque la élite gobernante lo decidió conscientemente sino porque, al procurar
evitarla, cometieron errores que debilitaron su capacidad para mantenerse en (y
controlar) el poder.
Habiendo llegado a este punto, la pregunta inevitable es la siguiente: ¿cuál
es el punto a partir del cual puede hablarse de una culminación de la transición
a la democracia? Linz y Stepan (1996: 263) propusieron una operacionalización
particularmente útil:
Una transición democrática se ha completado cuando se ha alcanzado el suficiente
acuerdo sobre los procedimientos políticos para producir un gobierno elegido,
cuando este gobierno que llega al poder es el resultado directo del voto libre y
popular, cuando este gobierno tiene de facto la autoridad para generar nuevas
políticas y cuando los poderes ejecutivo, legislativo y judicial generados por la
nueva democracia no tienen que compartir de jure el poder con otros órganos.
Socialización cultural
La culminación de la transición a la democracia no equivale a decir
que se despejan todas las incertidumbres y mucho menos las amenazas. Para
empezar, recordando a Przeworski (1991: 18), la democracia “[…] es un sistema
para abordar los conflictos en el cual los resultados dependen de la actuación
de los participantes, pero ninguna fuerza concreta controla el desarrollo de los
hechos”. De allí proviene la incertidumbre característica de la democracia: nadie
sabe de antemano cuál será el resultado de las disputas y conflictos entre los
diversos intereses sociales, que en lo esencial se canalizan institucionalmente
por intermedio de normas y procedimientos establecidos y acordados (leyes,
tribunales, elecciones, etcétera). Por ello puede afirmarse que la democracia es
un sistema que instrumenta un principio para resolver tales conflictos: dotar de
legitimidad a quienes toman decisiones, es decir, elegir gobiernos provisionales.
Pero eso no significa en ningún modo que los conflictos desaparecen sino, en
todo caso, que se tratan y resuelven transitoriamente. Y cuando se produce una
transición a la democracia, incluso en los casos en que se avanza sustantivamente
en la dirección de una democratización, no son menores los desafíos que plantean,
por un lado, los enclaves autoritarios (Garretón, 2003) –los grupos de intereses del
viejo régimen no-democrático–, y por otro, las demandas sociales de los grupos
recién integrados al sistema.
La socialización es la etapa en la que se produce una extensión, en la práctica,
de la igualdad política entre diversos sectores sociales, esto es, la posibilidad de
intervenir en los asuntos públicos por intermedio de los mecanismos contemplados
en las reglas de juego. Es el período en el que los ciudadanos pueden ejercitar
materialmente una serie de libertades y derechos, y por ello mismo, habituarse a
estas prácticas e internalizarlas como parte de su sistema de creencias y valores,
lo cual está mediado, naturalmente, por el grado de acceso que tengan a ellas y el
nivel de beneficios que les puedan reportar.
Visto de este modo, dependiendo de la extensión de las garantías a cada
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
vez más o menos grupos sociales, por un lado, y de los beneficios obtenidos16
por tales grupos, por otro, derivados del diseño institucional con el que un
determinado país intenta instalar una democracia, se proporcionarán mayores
Radiografía de un colapso
36 16 Nos referimos a los beneficios que obtienen diversos grupos sociales de participar en los asuntos públicos
en un sentido laxo o amplio.
Consolidación de la democracia
37
¿A partir de qué momento estamos autorizados para definir un caso de
democratización exitosa con tal expresión? Esta pregunta remite a un asunto clave:
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
la exitosa culminación de la democratización no equivale a su consolidación. Para
aclararlo de entrada, pensemos en las implicaciones de la definición de Linz y
Stepan: “Esencialmente, por democracia consolidada entendemos una situación
política en la que, por decirlo en una frase, la democracia se ha convertido en
la ‘única partida’ (‘the only game in town’)”.17 Dicho de manera didáctica, una
democracia se ha consolidado cuando ningún grupo influyente intenta acceder al
poder por vías no-previstas en las reglas de juego definidas y/o acordadas.
Esto supone, evidentemente, acatar acuerdos y normas tan pronto se
decide participar en la política democrática. Pero el carácter de las estrategias
que estos despliegan cuando se inaugura un régimen democrático es el resultado
de diversas variables, entre las que destacan: el rol que ejercieron cuando se
intentaba estimular la transición; el éxito o fracaso relativo que obtuvieron
como resultado de las estrategias y tácticas implementadas; si formaron parte
de la coalición alternativa ganadora que derrotó al régimen no-democrático o
no; si ello ocurrió, en qué momento y de qué modo fueron integrados al sistema
(por ejemplo, ¿durante la liberalización o la democratización?); su posición en
el espectro ideológico; si algunos de sus objetivos estratégicos representan una
amenaza para ciertos factores, etcétera. Todo esto podría explicar, al menos en
parte, por qué algunos actores terminan siendo “leales” al sistema y por qué otros
operan como “semi-leales” o “desleales”.
De estas consideraciones proviene la siguiente proposición: si se desea
intentar elevar la probabilidad, desde el comienzo, de que una transición a la
democracia sea exitosa –esto es, que se inicie, culmine satisfactoriamente y se
consolide posteriormente–, la búsqueda de una negociación entre actores clave
es una estrategia comprensible. Porque mientras más temprano se llegue a un
acuerdo sobre las reglas de juego, tanto mejor para las perspectivas futuras de la
democracia, pues ello puede facilitar el proceso en su conjunto.
Es cierto que lograr un “acuerdo temprano” sobre garantías y
procedimientos para elegir autoridades no es un asunto sencillo, porque los
gobernantes antidemocráticos y los factores de poder que los respaldan suelen
estar conscientes de los peligros que pueden correr tan pronto se produzcan la
18 En opinión de quien escribe, Venezuela es, desde 2016, un caso de autoritarismo hegemónico con ciertos
rasgos totalitarios y sultanísticos, esto es, una suerte de híbrido de los principales regímenes no-democráticos,
38 si se utiliza la tipología de Linz y Stepan como referencia (ya citados). Se utiliza aquí la expresión “híbri-
do” en un sentido muy distinto al que propusieron Levitsky y Way (2010).
el comportamiento del gobierno recién elegido que ha surgido de la transición
democrática ya no está dominado por el problema de cómo evitar la quiebra de
la democracia. Actitudinalmente, la democracia se convierte en la única partida
39
cuando, aun ante una grave crisis política o económica, la abrumadora mayoría
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
de la población considera que otro cambio político debe provenir del seno de los
parámetros de las fórmulas democráticas. Constitucionalmente, la democracia se
convierte en la única partida cuando todos los actores de la comunidad política
se acostumbran al hecho de que el conflicto político se resolverá de acuerdo a las
normas establecidas y de que la violación de tales normas posiblemente sea tan
ineficaz como costosa. En breve, con la consolidación, la democracia se rutiniza y
se internaliza profundamente en la vida social, institucional e incluso psicológica,
así como en los cálculos para lograr el éxito.19
refutar el décimo mito conforme al cual “ la oposición ha hecho todo lo que ha estado
a su alcance”, que da por sentado que todo lo ha hecho bien. Aun comprendiendo las
genuinas dificultades que imponen tanto el contexto venezolano como la naturaleza
Radiografía de un colapso
del actual régimen político venezolano, es fácil demostrar que del lado de la oposición
no se ha hecho todo bien.
Nota: Este trabajo contiene algunos pasajes aparecidos en otros artículos recientemente entregados por el
autor y aún no publicados (referidos en la bibliografía como Magdaleno, 2020a y Magdaleno, 2020b),
en la medida en que se apoya en un borrador inédito culminado en diciembre de 2019.
40
REFERENCIAS
41
(Textos o papers consultados):
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
AGUIAR, A. (2012): Historia inconstitucional de Venezuela. Caracas: Editorial
Jurídica Venezolana.
ARENAS, N. y GÓMEZ CALCAÑO, L. (2005): Populismo autoritario:
Venezuela 1999-2005. CDCH-CENDES, Universidad Central de
Venezuela.
BAUTISTA URBANEJA, D. (Coordinador)-(2017): Desarmando el modelo. Las
transformaciones del sistema político venezolano desde 1999. Caracas:
abediciones-UCAB.
BREWER-CARÍAS, A. (2010): Dismantling democracy in Venezuela. The Chávez
authoritarian experiment. New York: Cambridge University Press.
CHENOWETH, E. y STEPHAN, M. (2011): Why civil resistance works. The
strategic logic of nonviolent conflict. New York: Columbia University
Press.
COLLIER, D. (1999): “El método comparativo: dos décadas de cambios”. En:
Sartori, G. y Morlino, L. (Compiladores). La comparación en las ciencias
sociales. Madrid: Alianza Editorial.
CORRALES, J. y PENFOLD, M. (2012): Un dragón en el trópico. Caracas: La
Hoja del Norte.
CORRALES, J. (2020): “Authoritarian survival: why Maduro hasn’t fallen”. En:
Journal of Democracy, Volume 31, Number 3, July 2020. Published
by Johns Hopkins University Press, DOI: https://doi.org/10.1353/
jod.2020.0044 (Última fecha de consulta en línea: 01/09/20).
DAHL, R. (1997): La poliarquía. Participación y oposición. Madrid: Editorial
Tecnos.
GARRETÓN, M. A. (2003): Incomplete democracy. Chapel Hill: University of
North Carolina Press.
GUO, S. y STRADIOTTO, G. A. (2014): Democratic transitions. Modes and
outcomes. New York: Routledge.
HUNTINGTON, S. (1994): La tercera ola. La democratización a finales del siglo
XX. Barcelona: Paidós.
LEVITSKY, S. y WAY, L. A. (2002): “Elections without democracy: the rise
of competitive authoritarianism”. En: Journal of Democracy, Vol. 13,
Issue 2 (April 2002). Baltimore: The Johns Hopkins University Press.
Pp. 51-65.
________ (2010): Competitive authoritarianism. Hybrid regimes after the Cold
War. New York: Cambridge University Press.
LINZ, J. (1990): “Transiciones a la democracia”. En: Revista Española de
Estudios Sociológicos (REIS) No. 51. Madrid: Centro de Investigaciones
Sociológicas (CIS).
________ (2009): “Regímenes totalitarios y autoritarios” (Capítulo 3). En: José
Ramón Montero y Thomas Jeffrey Miley (editores): Juan J. Linz. Obras
escogidas. Sistemas totalitarios y regímenes autoritarios (Vol. 3). Madrid:
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC).
________ (2009): “Transiciones y consolidaciones democráticas: una perspectiva
teórica” (Capítulo 5). En: José Ramón Montero y Thomas Jeffrey
Miley (editores). Juan J. Linz. Obras escogidas. Democracias: quiebras,
transiciones y retos (Vol. 4). Traducción de Mar Toharia Terán. Madrid:
Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC).
LINZ, J. y STEPAN, A. (1996): Problems of democratic transition and consolidation.
southern Europe, South America, and postcommunist Europe. Baltimore:
The Johns Hopkins University Press.
LIPSET, S. M. (1987): El hombre político. Las bases sociales de la política. Madrid:
Editorial Tecnos.
MAGDALENO, J. (2020a): “Una breve introducción a las transiciones hacia la
democracia: lecciones tentativas de ciento dos casos de transiciones a la
democracia en el mundo”. En: Democracia y Libre Empresa. Caracas:
Fedecámaras (de próxima aparición en formato impreso y en la página
web: https://www.fedecamaras.org.ve/).
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
27/08/20).
MAYORCA, J. (2009): Venezuela: los grupos guerrilleros y paramilitares como actores
de la delincuencia organizada. Caracas: Instituto Latinoamericano de
Investigaciones Sociales (ILDIS).
MORLINO, L. (1988): “Los autoritarismos” (Capítulo 4). En: Pasquino, G.
Bartolini, S. Cotta, M., Morlino, L. y Panebianco, A. Manual de
Ciencia Política. Madrid: Alianza Editorial.
________ (2012): Changes for democracy. Actors, structures, processes. New York:
Oxford University Press Inc. New York.
NOHLEN, D. (2013): Ciencia política comparada. El enfoque histórico-empírico.
Granada: Editorial Universidad de Granada.
O’DONNELL, G., SCHMITTER, P. y WHITEHEAD, L. (1986): Transitions
from authoritarian rule. Latin America. Baltimore: The Johns Hopkins
University Press.
________ (1986): Transitions from Authoritarian Rule. Comparative perspectives.
Baltimore: The Johns Hopkins University Press.
O’DONNELL, G. y SCHMITTER, P. (2013): Transitions from authoritarian
rule. Tentative conclusions about uncertain democracies. Baltimore: The
Johns Hopkins University Press (Second edition).
PRZEWORSKI, A. y TEUNE, H. (1970): The logic of comparative social inquiry.
New York: John Wiley and Sons, Inc.
PRZEWORSKI, A. (1987): “Methods of cross-national research, 1970-83: an
overview”. En: M. Dierkes et al. (ed.). Comparative political research:
learning from experience. Aldershot: Grover.
________ (1995): Democracia y mercado. Cambridge: Cambridge University
Press.
RACHADELL, M. (2015): Evolución del Estado venezolano 1958-2015: de la
conciliación de intereses al populismo autoritario. Caracas: Editorial
Jurídica Venezolana.
RAMOS JIMÉNEZ, A. (2009): El experimento bolivariano. Liderazgo, partidos y
elecciones. Mérida: CIPCOM.
________ (Compilador) (2011): La revolución bolivariana. El pasado de una
ilusión. Caracas: La Hoja del Norte.
RUSTOW, D. (1970): “Transitions to democracy: toward a dynamic model”. En:
Comparative Politics, Vol. 2, No. 3 (Apr., 1970). Pp. 337-363. Published
by: Ph.D. Program in Political Science of the City University of
New York Stable. Disponible en: http://www.jstor.org/stable/421307
(Última fecha de consulta: 07-09-20).
SARTORI, G. (1988): Teoría de la democracia. El debate contemporáneo (Tomo 1).
Madrid: Alianza Editorial.
________ (1999): “Comparación y método comparativo”. En: Sartori, G. y
Morlino, L. (Compiladores). La Comparación en las Ciencias Sociales.
Madrid: Alianza Editorial.
STEPAN, A. (1986): “Paths toward redemocratization: theoretical and
comparative considerations”. En: Transitions from authoritarian rule.
Comparative perspectives. Baltimore: The Johns Hopkins University
Press.
TREISMAN, D. (2017): “Democracy by mistake”. Working Paper No. 23944
(October 2017). Cambridge, MA: National Bureau of Economic
Research. Disponible en: http://www.nber.org/papers/w23944
WILSON et al. (Febrero de 2020): “Successful and failed episodes of
democratization: conceptualization, identification, and description”.
Working Paper N° 97. The Varieties of Democracy Institute.
Department of Political Science. University of Gothenburg.
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
International Monetary Fund (Octubre de 2019): “Perspectivas Económicas.
Las Américas. Frustradas por la Incertidumbre”. Disponible en:
https://www.imf.org/es/Publications/REO/WH/Issues/2019/10/22/
wreo1019 (Última fecha de consulta: 01/09/20).
International Monetary Fund. Estimaciones de PIB al cierre de 2020. Disponible
en: https://www.imf.org/en/Countries/VEN (Última fecha de
consulta: 01/09/20).
Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS): Informes
Anuales de Conflictividad 2011-2020. Disponible en: https://www.
observatoriodeconflictos.org.ve/
Provea: https://www.derechos.org.ve/ (Última fecha de consulta: 01/09/20).
REYES, R. (Director)-(2009): Voz “Transición Política (La)”. En Diccionario
Crítico de Ciencias Sociales. Madrid-México: Universidad Complutense
de Madrid y Ediciones Plaza y Valdés. Disponible en: https://webs.
ucm.es/info/eurotheo/diccionario/T/index.html (Última fecha de
consulta: 06-09-20).
The Economist Intelligence Unit (2018): Democracy Index 2018: Me too? Po-
litical participation, protest and democracy. Disponible en: https://
pages.eiu.com/rs/753-RIQ-438/images/Democracy_Index_2018.pd-
f?mkt_tok=eyJpIjoiTUdFMll6SmhObVprT1RGaCIsInQiOiIxT3R-
LUXNETUpmR3YxZjlcL2hUK1JiMU9oK1wvMm83cTRFUjRza-
jdNZ08rd3cyNUpPVTV3M05RYUQxWjVNMUlQNHU3aG53S-
Th1Zk16Y0RmSFVoQ21HMkw5dE14MVFkZE5UVVNnTXczdk-
9QcSt3alA2Vk9uTzFsOGhETDBNM1gxTlwvTCJ9 (Última fecha
de consulta en línea: 27/08/20).
United Nations (2019): World Population Prospects 2019. Volume I. Comprehensi-
ve Tables. New York: Department of Economic and Social Affairs. Di-
vision of Population. Disponible en: https://population.un.org/wpp/
Publications/Files/WPP2019_Volume-II-Demographic-Profiles.pdf
V-Dem Institute: https://www.v-dem.net/es/ (Última fecha de consulta en línea:
27/08/20).
Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2019-2020: https://www.
proyectoencovi.com/encovi-2019
2
POPULISMO DE IZQUIERDA EN VENEZUELA:
ENTRE LA RETÓRICA AGONÍSTICA Y LA REALIDAD
AUTOCRÁTICA
A C
Y C
INTRODUCCIÓN
Los procesos políticos actuales, a nivel global, despiertan de nuevo interés por
la categoría “populismo”, en sus respercusiones prácticas y teóricas. El tema reemerge
en coyunturas históricas de crisis del statu quo liberal, donde su sustitución por “algo
más” parece legítima para amplios sectores, incluidas no pocas élites del centro y la
periferia. Dicho fenómeno –la reivindicación de la categoría y estrategia populistas–
es extraordinariamente diverso: depende de cada contexto político nacional, regional
e internacional y también de disímiles tradiciones de pensamiento. Como es sabido,
el populismo es un concepto polisémico y difícil de definir: uno de los más debatidos
por medio siglo en la ciencia política, sobre el que no existe consenso sobre su
naturaleza y su impacto sobre la democracia. De ahí que siempre se imponga la
necesidad de una aproximación rigurosa que tome en cuenta las discusiones clásicas
con los nuevos aportes y su aplicación a la política práctica.
En este texto hacemos una aproximación a las contradicciones y distancias
existentes entre la retórica normativa presente en la noción populismo de izquierda de
Chantal Mouffe y la realidad autocrática venezolana. Fundamentalmente desde la
teoría política, aunque calzando nuestro argumento con elementos procedentes de la
ciencia política y el análisis de coyuntura.
Revisaremos el legado intelectual-político más reciente de la autora, puesto en
acción con fines de incidencia y legitimación política. Entendiendo aquí legado en
su triple condición de ideas sistematizadas, opiniones divulgadas –en estos casos por
la autora– y representaciones/apropiaciones de aquellas, realizadas por interlocutores
y receptores del pensamiento de la académica. Este legado, en torno al tema que
nos ocupa, reúne tanto su obra reciente (Mouffe, 2007, 2014, 2018) como sus
opiniones vertidas en un grupo de entrevistas realizadas a propósito de su último
libro, para la revista latinoamericana Nueva Sociedad (Mazzolini y Mouffe, 2019)
y los diarios Página 12 (Abrevaya y Mouffe, 2018), Perfil (noviembre, 2018), El
Desconcierto (19 de abril, 2018) y La Diaria (Pepper, 26 de septiembre de 2018).
A partir de esta reflexión se hace un balance de cómo experiencias
latinoamericanas –además de ser objeto de reflexión de sus propios intelectuales
y académicos– influyen en la producción de teoría política europea, de cómo las
ideas de esta última son invocadas por actores políticos e intelectuales orgánicos
latinoamericanos. La cual reconoce que, al abordar fenómenos de actualidad y
beligerancia políticas –como el del populismo contemporáneo y su expresión en el
caso venezolano– sea muy difícil sustraerse del juicio respecto a las implicaciones
–en materia de derechos, acontecimientos y sujetos concretos– de las selecciones,
omisiones y proposiciones mouffeanas en materia de populismo de izquierda y
democracia radical.
Este trabajo reune, por tanto, teoría, historia y ciencia política. Aunque, la
impugnación a los déficits de la teoría populista de Mouffe podría realizarse sin
más desde la teoría misma –discutiendo sus nociones de masa, liderazgo, etcétera–
me interesa aquí conectar la reflexión, ampliándola, a los terrenos de los procesos
políticos reales, empíricamente verificables allende la abstracción y lo normativo.
Las razones son varias y, en todo sentido, personales. Preocupa la saturación de
estudios que invocan o rebaten al populismo desde coordenadas exclusivamente
conceptuales o generalizaciones sin asidero histórico. Así, no es difícil que
algunos sigan criticando como populista a un tirano como Nicolás Maduro o
desconozcan las diferencias entre las posibilidades de empoderamiento y agencia
presentes dentro del populismo del régimen postrevolucionario mexicano y la
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
La pensadora belga ha desarrollado desde hace cuatro décadas –en
solitario y junto a su esposo, el fallecido filósofo argentino Ernesto Laclau– un
marco teórico que reivindica al populismo como una forma política moderna,
supuestamente complementaria y/o desarrolladora de las promesas incumplidas
del liberalismo democrático. El trabajo de Mouffe parte de una visión agonista de
la política, que reconoce y canaliza el conflicto en el marco de una democracia
liberal –parlamento y partidos como locus– pero radicalizada mediante un
conjunto de reformas y formas de participación. Desde allí, no resulta imposible
reconocer en el pensamiento de la teórica política una suerte de parentesco, tenso
pero real, con las ideas y mecanismos que animan a las repúblicas liberales de
masas: las formas realmente existentes de la democracia contemporánea.
Desde el agonismo defendido por Mouffe, se reconoce la legitimidad del
oponente y el conflicto se conduce a través de las instituciones. Se trata de una
lucha por la hegemonía, no por la aniquilación antagonista (schmittiana) del otro.
Y se enfatiza en la necesidad de distinguir la existencia de una institucionalidad
democrática –donde confluyen el liberalismo político con su énfasis en la
dispersión y los controles al poder junto a las nociones republicanas de igualdad
y soberanía popular– y la necesidad de una lucha por la hegemonía, desde donde
elementos democráticos son (re)interpretados y activados desde la ciudadanía.
El reformismo radical de la pensadora europea, sin cuestionar las instituciones
democráticas, busca operar desde ellas una transición (contra)hegemónica.
Son esos presupuestos teóricos los que llevan a la profesora Mouffe
a postular que la crisis actual de la hegemonía neoliberal –que vemos en
países como Polonia, Hungría o, incluso, en amplias franjas de las sociedades
eurooccidentales– puede abrir la vía al populismo de derecha –que reconoce
autoritario– o a un populismo de izquierda, al que no adjudica igual tentación
antidemocrática, llegándolo a identificar con una “recuperación radical de la
democracia”. Así, la teórica apuesta explícitamente por populismos de izquierda
–que eviten que sujetos y demandas populares sean capturados por populismos
de derecha– y por un reformismo radical que cambie el statu quo neoliberal sin
acudir a opciones revolucionarias de la izquierda leninista del siglo pasado. Todo
sería una formulación teórica si no hubiesen experiencias históricas recientes con
las que saldar cuenta. En particular, el caso venezolano, cuya deriva autocrática
debería mover a los teóricos defensores del populismo –entre los que destaca la
Mouffe– al menos a una revisión pudorosa de la realización de sus promesas
por parte de aquellos liderazgos, movimientos y procesos que abrazaron, de
forma más comprometida y radical, la narrativa populista. Decir que la realidad
no se corresponde con lo pensado, además de ser una postura metafísica en lo
relativo a la teorización sobre el poder, significa una enorme falta de empatía y
responsabilidad cívica, si de la suerte de personas concretas –destinatarios de
cualquier política emancipatoria– se trata.
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
ciclo progresista,
[…] en muchos casos no hubo una real lucha hegemónica y no se construyeron de
manera suficiente identidades ciudadanas. Los gobiernos se limitaron a satisfacer
demandas de consumo sin bregar por construir nuevas subjetividades […] el
boom de los commodities cesó, la redistribución no pudo seguir en el mismo
nivel, y entonces la gente se tornó en contra del Estado ya que este no estaba en
condiciones de cumplir como antes. (Stefanoni, 2012)
Desde esa perspectiva, sería difícil negar que las masivas movilizaciones
por derechos políticos –incluido el derecho a eleciones libres y justas– acaecidas
en 2016, 2017 y 2018 en las grandes ciudades de Venezuela (Puyosa, 2019), así
como las múltiples, fragmentadas y duramente reprimidas (Ávila, 2019) protestas
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
Mouffe, 2018)
fue muy útil para demoler el corpus institucional que la sociedad venezolana había
venido construyendo a lo largo del siglo XX en sus esfuerzos por modernizarse y
democratizarse.
Pero el uso del repertorio de movilización y construcción identitaria del
populismo no se detuvo al ganar la elección presidencial de diciembre de 1998, sino
que se convirtió en herramienta fundamental de movilización en la construcción
de un hegemonía política entre 1999 y 2000. Una vez constituido el dominio
54
del sistema político por parte de un solo movimiento de corte personalista, el
instrumental populista siguió siendo empleado, como mecanismo de depuración 55
interna, contra aquellos definidos como sus enemigos internos, impregnando
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
también a la nueva institucionalidad desarrollada a partir de la Constitución de
1999.
El discurso populista fue usado, en el tránsito hacia un régimen
progresivamente más autoritario, para inhibir cualquier expresión de autonomía
en la vida asociativa y deslegitimar el pluralismo político y social. De esta
manera, los artefactos del populismo tuvieron un lugar central en el proceso
de desdemocratización de la sociedad venezolana, inhibiendo su capacidad para
generar iniciativas autónomas y debilitando las redes sociales que podían impedir
un avance autoritario.
El derrumbe de las instituciones que la Venezuela democrática había
construido desde 1958 fue impulsado desde el hiperliderazgo personal de
Hugo Chávez, despreciando la mediación institucional, generando un efecto
corrosivo, enfocado primero contra la institucionalidad liberal representativa,
pero extendiéndose luego hacia las otras formas de asociacionismo y organización
autónoma de la sociedad.
La confrontación política impulsada por el nuevo presidente fue antagónica
desde un primer momento, al negar la legitimidad de los otros actores políticos,
sin reconocer ninguna relación agonística entre adversarios, dinamitando reglas
de convivencia y puentes de reconocimiento mutuo. Todos los instrumentos
del Poder Ejecutivo fueron utilizados para estigmatizar a las opciones políticas
distintas como enemigas existenciales del “proceso”. La autocratización del
sistema se inicia con el Decreto Presidencial Nº. 1 del 2 de febrero de 1999.
La convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente se realizó dejando sin
efecto procesos de negociación y acuerdo que, desde el seno del Congreso, se
habían adelantado entre los diputados del MVR y los líderes de los principales
partidos de oposición, para impulsar una reforma a la Constitución de 1961 que
hiciera posible una Constituyente.
Además, las bases comiciales propuestas por el presidente Hugo Chávez,
que acompañaban el decreto de convocatoria al referéndum constituyente,
dificultaban la postulación de candidaturas por parte de los partidos políticos, en
el mismo sentido el establecimiento del voto plurinominal, por circunscripciones
mayoritarias, generaba un sistema que hiper-representaba a las mayorías, e infra-
representaba a las minorías. Estas bases comiciales fueron llevadas al referéndum
sin la realización de un proceso previo de deliberación plural. La elección de la
misma Asamblea Nacional Constituyente, ocurrida el 25 de julio de 1999, reflejó
la sobrerrepresentación de las mayorías, fruto del diseño del sistema electoral,
minimizando la visibilidad de los sectores opositores. El Polo Patriótico, coalición
oficialista, obtuvo el 65,8 % de los votos efectivos, lo que conllevó la elección de
121 diputados, es decir del 92,36 % de la representación. El Polo Democrático,
que obtuvo el 22,1 % de los votos, apenas alcanzó el 3,05 % de la representación
efectiva, con cuatro diputados. Otros sectores, que obtuvieron 12,1 % de los
votos, eligieron tres representantes, un 2,29 % de la ANC.
A lo largo de estos primeros dos años el chavismo apeló, recurrentemente,
al uso de la violencia política contra los opositores, o a la amenaza velada de la
misma. La coexistencia entre el Congreso Nacional, electo en noviembre de 1998,
y la nueva Asamblea Nacional Constituyente, estuvo marcada por el conflicto y
por el uso político de la violencia callejera, aupada o protegida desde el Ejecutivo
Nacional. La creación de los círculos bolivarianos, propuestos como una forma de
organización sociopolítica de acción cultural, devino en episodios recurrentes de
violencia de los mismos contra opositores, incluso contra diputados. Cuatro días
después de la elección de la Constituyente, el Congreso, presionado por emisarios
del Ejecutivo, anunció el cierre de sus sesiones, y la instalación de la Comisión
Delegada, reduciendo al mínimo sus actividades, en un ambiente marcado por la
movilización chavista en los alrededores del Palacio Federal Legislativo.
El uso de la movilización de calle para avasallar a los representantes
electos fue un fenómeno recurrente desde 1999. Un ejemplo de cómo el discurso
presidencial acompañaba al uso de la violencia como herramienta política
podemos evidenciarlo en las palabras del presidente Hugo Chávez del 2 de julio
de 1999, luego de que el Congreso se negara a aprobar unos ascensos militares
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
rodearon las entradas del Congreso, obstaculizando su funcionamiento, las
puertas del Palacio Federal permanecieron bloqueadas mientras varios diputados
intentaban saltar la reja para ingresar. La violencia escalaba. El 30 de agosto, una
reforma del decreto de la ANC derivó en que este órgano asumiera las funciones
de la Comisión Delegada, disolviendo de hecho al Parlamento. El 9 de septiembre
se realizó un acuerdo entre ambos órganos, permitiendo el funcionamiento del
Congreso, pero el cuerpo ya se encontraba sometido a una presión externa, que
le impedía, de facto, actuar con autonomía.
La construcción de una hegemonía política marca el período que va del 2
de febrero de 1999, hasta la realización de las elecciones del 30 de julio de 2000.
En un solo proceso fueron electos los cargos ejecutivos y legislativos, desde el
nivel nacional, presidente y Asamblea Nacional, a nivel estadal, gobernadores
y diputados a los parlamentos regionales, como a nivel municipal, alcaldes y
concejos municipales. La victoria presidencial de Hugo Chávez sobre Francisco
Arias Cárdenas, tendió a reproducirse a los distintos niveles, alcanzando una
implantación hegemónica del chavismo en los cargos electos.
Al mismo tiempo avanzó el chavismo en la toma de otras instituciones del
Estado, debilitando la capacidad de la sociedad para defenderse del poder, lo que
era particularmente grave tras la creación de la Comisión de Funcionamiento y
Reestructuración del Poder Judicial en abril de 1999.
El discurso de la democracia participativa, en confrontación contra la
representativa, contribuyó a la creación de una multitud de organizaciones,
asociaciones de la sociedad civil, movimientos sociales, pero pronto esta
multiplicidad de voces se vio sometida a un proceso de licuefacción, centralización
y control por parte de los órganos del Ejecutivo, bien sea a través del acceso a
fuentes condicionadas de financiamiento, bien sea a decisiones discrecionales de
reconocimiento o desconocimiento de la misma. En ese sentido, la irrupción del
“pueblo”, entendido como conglomerado de identidades colectivas construidas
a partir del conflicto contra las élites desplazadas, derivó en la construcción de
una estructura jerarquizada y centralizada, carente de autonomía efectiva. El
sujeto, una vez constituido y movilizado, para desplazar a la élite dominante,
y construir una hegemonía política alternativa, fue disciplinado y coordinado
desde el hiperliderazgo presidencial, sin mediación institucional, pero también
sin capacidad de defensa ante los mecanismos de ejercicio del poder central.
La política de no-reconocimiento de lo distinto se expresó claramente
en la relación del presidente Chávez, no solo con los grupos empresariales,
tradicionalmente organizados en Fedecámaras, sino que se extendió también
al movimiento obrero, que se expresaba en sus distintas confederaciones de
trabajadores, siendo la CTV la central mayoritaria. El Estado, bajo la conducción
de Hugo Chávez, desarrollará una política neocorporativa de integración y
asimilación del movimiento obrero, primero, a través de la confrontación,
segundo, de la creación de sindicatos paralelos oficialistas y, finalmente, de
absorción política.
Aprovechando múltiples errores y limitaciones del sindicalismo
venezolano, que habían contribuido a la pérdida de popularidad y legitimidad
de los sindicatos, y la pugna que se venía dando entre los sectores tradicionales,
vinculados a AD y Copei, y sindicatos alternativos, vinculados a La Causa
Radical, al MAS, o a otros sectores, se estructuró una línea de acción dentro
del chavismo para tomar el control del movimiento sindical venezolano. Como
señala Consuelo Iranzo (2018:107-108) varias corrientes críticas del sindicalismo,
fundamentalmente vinculadas a los partidos de izquierda radical, apoyaron las
medidas de intervención sobre el movimiento sindical que el gobierno desarrolló,
desde 1999 a través de la Constituyente, y luego por medio del Consejo
Nacional Electoral (CNE), partiendo de la necesidad de una democratización
del movimiento obrero. Las violaciones a la libertad sindical impulsadas por el
gobierno motivaron un juicio condenatorio de la Organización Internacional del
Trabajo (OIT).
El gobierno de Hugo Chávez impulsó la realización de un referéndum
nacional para impulsar las elecciones sindicales, el 3 de diciembre de 2000,
designando al CNE como órgano responsable de la realización del proceso
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
del “[…] desmantelamiento del movimiento sindical cetevista con una agresiva
política de formación de sindicatos paralelos desde el Ministerio del Trabajo”
(Barrios, 2016:95).
Es importante detenerse en el uso del instrumental populista como
herramienta para azuzar la confrontación política y social a mediados y finales de
2001. A pesar de contar con una mayoría parlamentaria suficiente para aprobar
las leyes, el chavismo optó, primero en 1999, y luego en 2000, por otorgarle al
presidente de la República facultades legislativas a través de las leyes habilitantes,
que sacan el debate del seno del Parlamento. El 7 de noviembre de 2000 la
Asamblea Nacional sancionó una amplia ley habilitante, cuyo uso por parte
del Ejecutivo tendría importantes repercusiones en el inicio de una etapa de
confrontación política en Venezuela que modificaría la relación entre el gobierno
y la sociedad de allí en adelante.
En el uso de la habilitación que el Parlamento le otorgó, el 13 de
noviembre de 2001 el presidente aprobó 49 decretos-ley, que no fueron objeto de
una deliberación plural ni de un debate abierto a la opinión pública venezolana.
Las nuevas Leyes de Hidrocarburos, la Ley de Pesca y la Ley de Tierras y
Desarrollo Agrario, levantaron una fuerte corriente de resistencia, tanto en los
sectores medios como en el movimiento empresarial organizado, no solo por
percibirse directamente afectados por las mismas, sino por haberse impuesto sin
consulta ni deliberación. Fedecámaras levantó su voz de protesta, solicitando la
ampliación de la vacatio legis y el inicio de un proceso de consulta para reformar
los instrumentos legales. Sectores internos del chavismo, como es el caso de
Luis Miquilena, impulsaron una revisión de las leyes y el establecimiento de
canales de comunicación con los sectores afectados, para evitar la confrontación
e incrementar la gobernabilidad democrática del sistema. Hugo Chávez se negó
a ceder.
La confrontación impulsada desde la Presidencia propició la creación de una
confluencia de intereses y posturas entre la central obrera, la CTV, y la patronal,
Fedecámaras. El 5 de diciembre de 2001 la CTV brinda su apoyo a las protestas
de la cúpula empresarial. Pedro Carmona Estanga, presidente de Fedecámaras,
convoca un paro de 24 horas a realizarse el lunes 10 de diciembre. La cúpula
empresarial esperaba que, tras la escalada del conflicto, el gobierno iniciaría una
política de contacto y apaciguamiento, abriendo paso al restablecimiento de
canales fluidos de comunicación.
Eso no ocurrió. En el marco de la celebración del día de la Fuerza
Aérea, que coincidió con el paro, se realizó un espectáculo en el Aeropuerto
de La Carlota, donde el presidente, refiriéndose a la cacerolada de protesta que
escuchaba, enfatizó el contraste entre “el pueblo” que volaba en F-16, frente a “la
oligarquía” que golpeaba cacerolas. El marco de “ellos” contra “nosotros”, estaba
plenamente reforzado.
Esa cadena de eventos inició un dilatado proceso de confrontación política,
con movilizaciones masivas, con protestas multitudinarias, que desembocarían
en la caída de Hugo Chávez el 11 de abril de 2002, su sustitución por Carmona, y
su restitución al poder el 13 de abril. Los episodios de abril no implicaron el cierre
del conflicto, el cual se extendió con nuevas movilizaciones, con la exigencia de
realización del referéndum, el paro petrolero de fines de 2002 y principios de
2003, la victoria de Chávez en el referendo de 2004 y la abstención opositora de
2005.
Durante estos cuatro años de confrontación también hubo procesos de
purga dentro del movimiento chavista, propiciados desde su núcleo presidencial,
reactivo a la disidencia, a la autonomía y al pluralismo. El artefacto populista
también fue empleado contra sus propios compañeros. El chavismo de 1998
constituía una amalgama escasamente articulada en un movimiento aluvional,
en el que se mezclaban viejos compañeros de armas del presidente, la fracción
militar y los comandantes del 4F, con una diversidad de organizaciones de las
izquierdas, desde el MAS, hasta el PCV y la Liga Socialista.
La creación del Movimiento Quinta República (MVR), como una
plataforma electoral, constituyó el primer intento de institucionalizar esta
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
arrinconado y expulsado a su vez. El paso de MVR al Partido Socialista Unido
de Venezuela (PSUV) en 2007, logrando la absorción de la mayor parte de las
otras fuerzas en un aparato vertical y jerárquico, atado al presupuesto estatal y a
la voz presidencial, sentenció el arrinconamiento y aplastamiento de la disidencia
interna.
La política de control del Poder Judicial siguió avanzando, en diciembre
de 2000 el vicepresidente Isaías Rodríguez fue nombrado fiscal general. En
diciembre de 2004 se destituyen jueces y magistrados a través de un acto que
violentaba las leyes. En octubre de 2005, a través de la nueva Ley del Tribunal
Supremo de Justicia, se estableció una nueva hegemonía sobre todas las Salas.
Las instituciones creadas bajo el marco de la Constitución de 1999 no
tenían autonomía efectiva. El fortalecimiento constitucional de las atribuciones
presidenciales, junto con el hiperliderazgo que Hugo Chávez ejercía sobre su
propio movimiento, tuvieron en el uso del instrumental populista un catalizador
del proceso de concentración de poder. A pesar de que la reforma constitucional
fue derrotada en el referéndum de 2007, la aprobación de la enmienda en 2009,
permitió la reelección indefinida del presidente, apelando a que el poder “del
pueblo” no podía limitarse legalmente. Se transfiere el poder de “lo popular” a la
personalización presidencial.
En el caso venezolano, el uso del instrumental discursivo del populismo
fue efectivo para terminar de demoler la institucionalidad liberal existente,
vinculada con la democracia representativa, como se demostró en el período
1999-2000. A partir de ese momento, su impulso polarizador, combinado con la
naturalización del empleo de la violencia política contra la disidencia, externa e
interna, obstaculizó la creación de nuevas instituciones democráticas, y facilitó el
deslizamiento autoritario personalista, al debilitar las capacidades de la sociedad
para impedir la concentración de poder en la cúspide presidencial. El populismo
obstaculizó la institucionalización, permitiendo la destrucción sistemática del
pluralismo, tanto en el ámbito político, como en el social y cultural. Vemos más
antagonismo que agonismo durante el gobierno de Hugo Chávez.
En sus intervenciones públicas, Mouffe responsabiliza a la oposición,
entendida como élite, del fracaso de la lógica agonista en Venezuela (“En el caso
de Chávez, las elites siempre lo trataron como un intruso y nunca aceptaron su
legitimidad. Cuando tienes un opositor que te trata como enemigo, ¿cómo lo
puedes tratar como adversario?”). Desconoce la polarización inducida a través
de medidas –ejemplo, leyes habilitantes– y discursos –ejemplo, el programa
“Aló Presidente”– que Chávez mismo declaró eran una estrategia política
para radicalizar a sus adversarios y avanzar más rápida y profundamente su
proyecto. Además, ya desde el período chavista –ergo, del clásico liderazgo y
política populistas– la estrategia contra los opositores adquirió rasgos claramente
antagonistas, schmittianos (véase Human Rights Watch, 2008).
Los términos antagónicos de la confrontación fueron delineados, desde
la campaña electoral de 1998, por el mismo Hugo Chávez, en términos de
confrontación existencial y sin brindar reconocimiento a la existencia legítima
del otro. Entre 1999 y 2013 está línea no se modificó, en ocasiones bajaba o
subía la intensidad de la misma, pero no hubo cambios en el tipo de relación
que se establecía con aquellos que se oponían, primero al “proceso”, luego a la
“revolución” y al “socialismo del siglo XXI”. Ello se situaba en las antípodas de la
tradición democrática venezolana, una era propicia a la construcción de grandes
acuerdos políticos y sociales, facilitados por el acceso al recurso petrolero, que
disminuía las fricciones entre los distintos actores. Entre diciembre de 1998
y febrero de 1999 el Congreso fue espacio para el acuerdo entre chavismo y
oposición, propiciado por la fracción opositora y obstaculizada por el mismo
presidente al iniciar su mandato.
La capacidad de construir acuerdos, como parte de la cultura política
venezolana, también se expresó en la Asamblea electa en 2000. Dentro de ella
el Proyecto de Ley Orgánica de Educación fue aprobado de manera unánime
en agosto de 2001, como fruto de los esfuerzos de diputados como José Luis
Farías, del MVR, quien luego rompería con el chavismo. La oposición votó
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
le fue presentado un proyecto de enmienda constitucional, por parte de Ovidio
Pérez Morales, Eduardo Fernández y Teodoro Petkoff, que fue dejado de lado
por el presidente.
El caso venezolano es la expresión más clara de que el populismo de
izquierda puede desdemocratizar un régimen político, pasando de una democracia
frágil a un autoritarismo competitivo, y de allí a un autoritarismo hegemónico,
en un debilitamiento acelerado de las capacidades de la sociedad para detener
la autocratización, es decir, demoliendo las instituciones que sostienen la
autonomía de sus partes constituyentes. No se construyeron sujetos colectivos en
medio de una dinámica agonista, sino que se constituyó un dominio personal,
no-institucionalizado, a partir de una recurrencia en el conflicto antagónico
que empobreció la pluralidad política de la sociedad. A efectos prácticos, la
sustitución de las élites y las instituciones que habían dominado el escenario
político desde 1958, por nuevas élites y por una nueva institucionalidad,
convertida en hegemónica luego de 2000, no derivó en el establecimiento de
consultas mutuamente vinculadas y protegidas entre los ciudadanos y el Estado,
sino en una polarización antagónica.
En Venezuela no se pasó de un modelo agregativo de democracia a uno
agónico, sino que se impulsó una dinámica antagónica recurrente que redujo
el pluralismo, debilitó el tejido de la sociabilidad, incrementó los niveles de
violencia al tiempo que erosionaba las instituciones existentes, facilitando
un proceso de autocratización de todo el sistema político que desembocó en
un autoritarismo hegemónico. El retroceso del pluralismo vinculado con la
personalización en el ejercicio del poder hegemónico, el debilitamiento del
Estado y de las instituciones que garantizan el ejercicio efectivo de los derechos,
implicó una mayor vulnerabilidad para el ejercicio autónomo de la acción pública
de los miembros de la comunidad. La confrontación contra el modelo agregativo
liberal, característico de la dinámica populista planteada por Mouffe, debilitó
las instituciones, facilitando la autocratización, sin llegar a constituir sujetos
colectivos autónomos, que pusieran límites al liderazgo personalista autoritario.
Al destruir los instrumentos institucionales de protección del ciudadano,
que forman parte de la institucionalidad liberal, este se encuentra indefenso frente
a las arbitrariedades del poder. Se ha retrocedido tanto en términos democráticos
como de estatalidad, lo que de hecho reduce las probabilidades de éxito de una
democratización futura. Siguiendo con Tilly, podemos observar en Venezuela la
inexistencia de garantías efectivas para que los ciudadanos hagan demandas al
Estado, sin temor a represalias y a persecución, así como vemos el incremento
de la proporción de población encarcelada sin sentencia firme ni recurso legal
efectivo, incluyendo perseguidos a causa de su opinión política.
Podrían añadirse otros argumentos, que contradicen las aseveraciones de
la teórica belga en cuanto al carácter emancipatorio del populismo de izquierda,
a partir de su concreción y derivas en el caso venezolano. Pero los elementos
antes expuestos parecen suficientes, por lo que se pasará a continuación a esbozar
algunas ideas para ir dando cierre al presente texto.
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
entre los de participar políticamente y elegir periódicamente a los titulares del poder
estatal. Entonces ¿cómo es posible que se decrete, desde la teoría y la ideología
populistas, la democraticidad per se de una de sus variantes?
Es cierto que Mouffe insiste en que:
[…] no tiene sentido hablar de un gobierno populista porque todos los gobiernos
democráticos se tienen que reclamar del pueblo. En realidad hay una dimensión,
que yo puedo llamar populista, que es necesaria en la democracia. No puedes
tener una democracia sin el pueblo. (Perfil, 26 de noviembre de 2018)
Fuente: https://www.v-dem.net/en/analysis/VariableGraph/
66
Figura 2:
Venezuela y Hungría: desdemocratización multidimensional 67
Venezuela Hungría
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
Fuente: Ruth-Lovell, Saskia P; Lührmann, Anna y Grahn, Sandra. (2019): Democracy and populism: testing
a contentious relationship. Working Paper Series, 91, V-Dem Institute, Gothemburg.
El balance final del chavismo no deja lugar a dudas. Tras dos décadas de
implantación de una nueva hegemonía política, a través del uso instrumental de
las herramientas discursivas y políticas del populismo, no solo hemos presenciado
un “[…] movimiento neto hacia una consulta menos mutuamente vinculante,
menos protegida, menos igual y menos amplia” (Tilly, 2007), es decir, un proceso
neto de desdemocratización, sino que este desplazamiento ha desembocado en un
autoritarismo hegemónico de baja capacidad, que bloquea los mecanismos de
consulta de los ciudadanos, protegiendo a los detentadores del poder, inhibiendo
la alternabilidad. En ese sentido, sostener la retórica mouffeana de que el
populismo de izquierdas constituye un vehículo para impulsar una democracia
radical, pluralista e incluyente, no es solo una endeble retórica intelectual carente
de asideros empíricos. Constituye, en el caso venezolano, una maniobra burda,
irresponsable y dolosa que invisibiliza los conflictos, abusos y víctimas provocados
por el tránsito del populismo chavista a la autocracia madurista. Una maniobra
que enmascara y acompaña la opresión. Sobre ese particular, Chantal Mouffe y
sus epígonos deberán responder en algún momento, a los colegas y ciudadanos de
Venezuela así como a los demócratas de todo el mundo.
Nota: este texto desarrolla e integra resultados de trabajos previos y recientes (Camero,2019; Chaguaceda,
2021) de los autores.
REFERENCIAS
ABREBAYA, S. y MOUFFE, C. (2018): “La única manera es desarrollar un
populismo de izquierda”. Página 12, 25 de noviembre de 2018.
Recuperado el 15 de julio de 2020 de https://www.pagina12.
com.ar/157798-la-unica-manera-es-desarrollar-un-populismo-de-
izquierda).
ALVARADO, M. (2019): Informe Provea y Memoria Histórica, 10 de octubre
de 2019. Recuperado el 15 de julio de 2020 de https://www.derechos.
org.ve/opinion/informe-provea-y-memoria-historica
ÁVILA, K. (2019): “Una masacre por goteo: Venezuela y la violencia institucional”.
En: Nueva Sociedad, julio, 2019. Recuperado el 15 de julio de 2020 de
https://nuso.org/articulo/venezuela-maduro-represion-izquierda/
BADIE, B. y VIDAL, D. (2019): Le retour des populismes. L’ état du monde, La
Découverté; Populismes au povoir, L’enjeu mondial. Paris: Sciences Po.
La Découverte.
BARRIOS, F. (2016): “Venezuela: relaciones de trabajo signadas por el
neocorporativismo”. En: Estudios latinoamericanos, nueva época, Nº38,
julio-diciembre, 2016, p.95.
CALDERBANK, M. y MOUFFE, C. (2018): “Por un populismo de izquierda”:
una entrevista con Chantal Mouffe. La Diaria, 26 de septiembre de
2018. Recuperado el 15 de julio de 2020 de https://ladiaria.com.uy/
articulo/2018/9/por-un-populismo-de-izquierda-una-entrevista-con-
chantal-mouffe/
CAMERO, Ysrrael (2019): La irrupción del populismo. Caracas: Editorial Alfa.
CASANUEVA BAPTISTA, A. y SANCHEZ URRIBARRI, R. A., ed.
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
bauman/
CASULLO, M. E. (2019): ¿Por qué funciona el populismo? Buenos Aires: Siglo
XXI.
CHAGUACEDA, Armando (2021): “Tout pour le peuple, rien par le peuple: una
crítica al populismo de Chantal Mouffe”. En: Perfiles Latinoamericanos,
29 (57), enero-julio. México: FLACSO.
68
EL DESCONCIERTO (19 de abril de 2018): Chantal Mouffe: “El populismo de
izquierda es lo que va a permitir la radicalización de la democracia”. 69
En: El Desconcierto, 19 de abril de 2018. Recuperado el 15 de julio de
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
2020 de https://www.eldesconcierto.cl/2018/04/19/chantal-mouffe-el-
populismo-de-izquierda-es-lo-que-va-a-permitir-la-radicalizacion-de-
la-democracia/
EL PAÍS (3 de julio de 1999): “Chávez se declara en ‘guerra’ con el Congreso
de Venezuela”. En: El País, 3 de julio de 1999. Recuperado el
15 de julio de 2020 de https://elpais.com/diario/1999/07/03/
internacional/930952817_850215.html
FINCHELSTEIN, F. (2018): Del fascismo al populismo en la historia. Barcelona:
Taurus.
HUMAN RIGHTS WATCH (2008): Una década de Chávez. Intolerancia
política y oportunidades perdidas para el progreso de los derechos
humanos en Venezuela. Recuperado el 15 de julio de 2020 de https://
www.hrw.org/sites/default/files/reports/venezuela0908spweb_0.pdf
IRANZO, C. (2018): “La triste historia del sindicalismo venezolano en tiempos de
revolución”. En: Nueva Sociedad Nº 274 / Marzo - Abril 2018, pp. 107-
118.
LANDER, E. (2008): “El referéndum sobre la reforma constitucional. El
proceso político en Venezuela entra en una encrucijada crítica”. En:
Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, 14(2), pp. 131-
163. Recuperado en 15 de julio de 2020, de http://ve.scielo.org/scielo.
php?script=sci_arttext&pid=S1315-64112008000200008&lng=es&tl
ng=es
LÜHRMANN, A. y LINDBERG, S. I. (2019): A third wave of autocratization
is here: what is new about it? En: Democratization, 26:7, 1095-1113,
DOI: 10.1080/13510347.2019.1582029
MAZZOLINI, S. y MOUFFE, C. (2019): “La apuesta por un populismo de
izquierda”. En: Nueva Sociedad, Nº281, mayo-junio 2019, pp. 129-
139. Recuperado el 15 de julio de 2020 de https://nuso.org/articulo/
la-apuesta-por-un-populismo-de-izquierda/
MOUFFE, C. (2007): Agonística: pensar el mundo políticamente. Buenos Aires:
Fondo de Cultura Económica.
________ (2007): En torno a lo político. Buenos Aires: Fondo de Cultura
Económica.
________ (2014): Pensar el mundo políticamente. Buenos Aires: Fondo de
Cultura Económica.
________ (2018): Por un populismo de izquierda. Buenos Aires: Siglo XXI
Editores.
MUDDE, C. y ROVIRA, C. (2019): Populismo. Una breve introducción. Madrid:
Alianza Editorial.
MÜLLER, J-W. (2017): ¿Qué es el populismo? México: Grano de Sal.
ONU: Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos, ACNUDH
(2019): Venezuela: informe de la alta comisionada de las Naciones Unidas
para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos
en la República Bolivariana de Venezuela, 4 Julio 2019, disponible en
esta dirección: https://www.refworld.org.es/docid/5d1e31224.html
[Accesado el 15 Julio 2020]
PÉREZ-LIÑÁN, A. (2017): “¿Podrá la democracia sobrevivir al siglo XXI?” En:
Nueva Sociedad, Nº267, enero-febrero, 2017, pp. 35-45. Recuperado el
15 de julio de 2020 de https://nuso.org/articulo/podra-la-democracia-
sobrevivir-al-siglo-xxi/
PERFIL (26 de noviembre de 2018): “Chantal Mouffe: ‘El populismo no es una
ideología, es una estrategia discursiva’”. En: Perfil, 26 de noviembre
de 2018. Recuperado el 15 de julio de 2020 de https://www.perfil.
com/noticias/politica/chantal-mouffe-dijo-el-populismo-no-ideologia.
phtml)
PUYOSA, I. (2019): “Identidades y ocupación del espacio público en el ciclo
de protestas venezolano de 2017 / Identities and occupation of public
space in the 2017 cycle of protests in Venezuela”. En: Virtualis, revista
de cultura digital, Vol. 10, Núm. 18 (2019). Recuperado el 15 de julio
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
de 2020 de http://www.revistavirtualis.mx/index.php/virtualis/
article/view/267/298
RUTH-LOVELL, S.; LÜHRMANN, A., y GRAHN, S. (2019): “Democracy
Radiografía de un colapso
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
Nueva Sociedad, marzo-abril, 2019, pp. 4-15. Recuperado el 15 de julio
de 2020 de https://nuso.org/articulo/20-anos-de-chavismo-el-quiebre-
del-estado-magico/
TILLY, C. (2007): Democracia. Madrid: Akal.
TRAK, J. M. (2018): “Elecciones en Venezuela: ni libres, ni justas, ni competitivas”.
En: Política Exterior. 24 de mayo de 2018. Recuperado el 15 de julio
de 2020 de https://www.politicaexterior.com/latinoamerica-analisis/
elecciones-en-venezuela-ni-libres-ni-justas-ni-competitivas/
UNGUREANU, C. y SERRANO, I. coords. (2018): “La nueva era del
populismo: perspectivas teóricas, empíricas y comparativas”. En:
CIDOB d’afers internacionals, 119. Barcelona, Bellaterra.
URBINATI, N. (2019): Me the people: how populism transforms democracy.
Cambridge: Harvard.
VERA, L. (2018): “¿Cómo explicar la catástrofe económica venezolana?”. En:
Nueva Sociedad, Nº274, marzo-abril, 2018, pp. 83-96. Recuperado
el 15 de julio de 2020 de https://nuso.org/articulo/como-explicar-la-
catastrofe-economica-venezolana/
VOGEL, T. T. (2 de julio de 1999): “Venezuela: Chávez llama a disolver el
Congreso”. En: El Tiempo, del 2 de julio de 1999. Recuperado el 15
de julio de 2020 de https://www.eltiempo.com/archivo/documento/
MAM-909837
3
LOS PILARES DE MADURO
R D
L T
INTRODUCCIÓN
LOS ANTECEDENTES
En 1998 Chávez ganó las elecciones con 56 % de los votos. Tenía entonces
un importante apoyo popular, pero carecía de una estructura como un partido
político o un movimiento social. Por lo tanto, durante los primeros años su
Radiografía de un colapso
objetivo principal fue construir una base de poder más sólida. Con este fin,
reformó las instituciones políticas comenzando por la Constitución, cautivó
e ideologizó a las fuerzas armadas y construyó un relato polarizante sobre la
historia reciente del país que comunicaba de una manera atrapante gracias a su
carisma. (Magdaleno, 2013 y Reid, 2017.)
Aquel relato polarizante persiste. La sociedad venezolana tiene profundas
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
EL CARISMA NO SE COMPARTE
militares (Jácome, 2018). Por otra parte, su Gobierno está militarizado; en abril
de 2020, ocho miembros de los 33 que pertenecen a su gabinete son militares
Radiografía de un colapso
76 ración, pero es el triunfo de Hugo Chávez, en Venezuela, lo que realmente le da oxígeno a la Revolución
cubana.
capaz de competir con los más avanzados aviones de combate estadounidenses
(Olmo, 2019). Los gastos militares anuales pasaron de US$ 1.000 millones a US$ 77
10 mil millones desde 1998 a 2013 (Wilson, 2014: 55). Venezuela ha recurrido
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
a Rusia como fuente de apoyo económico y militar, ofreciendo al Kremlin, a su
vez, una plataforma útil para expandir su influencia en América Latina.
China, como potencia global, se aprovecha de importantes vínculos
financieros y militares con Venezuela. El gobierno chino no reconoce la
presidencia de Juan Guaidó pues considera que equivaldría a intervenir en los
asuntos internos de un Estado soberano. Los beneficios que obtiene China se
vinculan centralmente al petróleo. Algunos sostienen que Beijing tiene una
tradición de apoyar regímenes de izquierda o autoritarios como la fórmula que
combina capitalismo de Estado con gobiernos autoritarios (Rosales, 2020: 223;
Detsch, 2018: 80). Otros sugieren que esa dependencia energética explica que
China no haya endurecido su posición obligando a que Venezuela pague las
deudas que tienen con el gobierno de Beijing (Vera, 2018: 87; Brandt y Piña,
2019: 11-13). China proporcionó a Venezuela aproximadamente $ 60 mil
millones entre 2007 y 2017 en acuerdos de préstamos por petróleo (Hsiang,
2019). Un cambio de gobierno no asegura que se cumpla con la deuda. Además,
Venezuela se convirtió en la primera nación hispana en establecer una “asociación
de desarrollo estratégico” con China en 2001, una relación que se ha convertido
en una “asociación estratégica integral” desde 2014.
Aunque Cuba no provee de armamento, por obvias razones vinculadas
a su crisis económica permanente, su presencia ha sido importante. Para Cuba,
la ayuda proporcionada por Venezuela es imprescindible para su deteriorada
economía. La relación económica ha disminuido en sus tres pilares: la compra
por parte de Venezuela de servicios profesionales cubanos entre los que se
encontraban médicos, maestros y asesores militares (este rubro correspondía al
primer ingreso de divisas en Cuba). El segundo y tercer pilar eran el suministro
de petróleo y la inversión directa. Entre 2012 y 2013 estos dos rubros llegaron
a 14 mil 600 millones de euros. En 2018, los tres componentes se redujeron: la
exportación de profesionales se redujo 24 %, la reducción en el envío de petróleo
fue de 70 %, pasando de 104 mil a 40 mil barriles diarios y en la inversión
de 7 mil 300 millones de euros (Mesa Lago, 2020). Además de los médicos
y educadores que desde el comienzo del gobierno chavista colaboraron con
políticas sociales, siempre se comentó sobre la asistencia de militares cubanos
para el entrenamiento en guerras asimétricas y especialmente para ocuparse
de la inteligencia. Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Exteriores de Cuba,
rechazó estos argumentos (El País, 2019). Sin embargo, a pesar de carecer de
datos concretos se sigue argumentando que “[…] suficientes uniformados [que]
han abandonado la Fuerza Armada Nacional Bolivariana [han] descrito el grado
de influencia de los militares cubanos en su seno” (Deutsche Welle, 2019). Un
dato provisto por Jácome asegura que el servicio de inteligencia venezolano fue
profundamente reformado por militares cubanos (Jácome, 2017: 15).
En Venezuela, las fuerzas armadas fueron ideologizadas hacia el chavismo.
Así las definió el general Vladimir Padrino meses después de la muerte de
Chávez, enfatizando que Maduro podía contar con su apoyo (Wilson, 2014:
56). No obstante, hay que tener claro que los militares venezolanos no nacieron
con la revolución como en el caso cubano. Muchos de los altos oficiales que
ahora se declaran bolivarianos, estudiaron en academias norteamericanas y se
acomodaron pragmáticamente a una alianza que les daba beneficios concretos y
control político.
Actualmente, Maduro, sus aliados y sus fuerzas armadas comparten una
situación imposible. Se necesitan para sobrevivir en el poder y evitar el exilio
o la cárcel. Intentan evitar tanto perder el poder como la posibilidad que un
gobierno opositor los juzgue por malversación de fondos públicos, violaciones
a los derechos humanos o narcotráfico. Esto refuerza la alianza y es una de las
claves que explica por qué el Gobierno no se derrumba.
En una investigación, Michael Penfold (2019), demuestra que Nicolás
Maduro, ante la crisis económica, transfirió rentas a los militares para que no
perdieran recursos ante la disminución del precio del barril de petróleo. Entre
esos nuevos recursos que el Presidente cedió a sus aliados militares, está el control
del sector externo a través de la Comisión Nacional de Administración de Divisas,
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
sugiere que Maduro también otorgó a los militares mayor control sobre la venta
de gasolina. La estrategia del presidente Donald Trump de congelar los activos
del gobierno de Venezuela en Estados Unidos, se yuxtapone con estas situaciones
críticas descritas, que afectan los recursos apropiados por las FANB.
78
CON EL PODER DE LAS ARMAS
79
El poder adquirido por las fuerzas armadas durante los gobiernos
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
chavistas es clave para entender la permanencia de esa revolución. Tanto su poder
económico, político o social, como las alianzas militares que intentan formar un
bloque antimperialista confirman la intensa participación militar en los destinos
del país. La pregunta que se desprende de este escenario es si la Fuerza Armada
Nacional Bolivariana (FANB) es el pivote y artífice del gobierno de Maduro, o si
en realidad, las FANB son un instrumento manejado por el presidente Maduro
para asegurar su continuidad.
El esquema tradicional para definir fuerzas armadas en democracia sostiene
que deben cumplir con los requisitos de honor, justicia y cumplimiento de sus
deberes, para defender a la nación, sus habitantes y sus instituciones. La efectiva
limitación de su poder, en un Estado de derecho, es fundamental para la vigencia
y respeto de los derechos de las personas y grupos. El imperio de la ley por
encima de preferencias personales o demandas corporativas asegura el juego
democrático. Esto no es así en Venezuela donde la Fuerza Armada Nacional
Bolivariana está politizada y adoctrinada con la ideología del socialismo del
siglo XXI. El mecanismo de ascenso es la fidelidad al régimen. Esto desdeña
los principios de la Constitución de 1999, que en su artículo 328 expone que la
Fuerza Armada no tiene militancia política y es una institución profesional.
El empoderamiento de los militares comenzó durante la administración
del presidente Hugo Chávez. Como militar, Chávez entendía perfectamente la
erosión que sus propios colegas de armas podían generar. Eso fue más claro con el
involucramiento de oficiales en el intento de golpe de Estado de 2002. Al reasumir,
Chávez hizo una purga quirúrgica de los militares opositores y progresivamente
fue seleccionando a sus aliados, que promovía a mejores posiciones en su carrera.
Paralelamente, les brindó una serie de beneficios que fortalecían la asociación
entre el gobierno y las FANB.
Hay varios puntos que muestran una relación interdependiente y
tóxica para Venezuela, entre las fuerzas armadas y el Gobierno. Por ejemplo,
la falta de transparencia respecto a los recursos asignados a las instituciones
militares. Asimismo, cuando los militares se ocupan de administrar empresas,
de la producción petrolera o de la distribución de alimentos se debilita su rol
profesional y se politiza la institución. Desde 2013, académicos como Jácome
(2013: 7) enfatizan que “[…] a partir de la asunción del presidente Maduro se
profundizó el discurso oficial, inclusive el de los altos mandos militares, respecto
al carácter chavista de la FANB y la obediencia al legado del llamado líder
supremo y comandante eterno”. Refiriéndose al mejoramiento de la oficialidad,
Jácome (2018: 121) explica que “[…] en el gobierno de Maduro predominó su
incorporación como agente hegemónico en la economía y otras áreas estratégicas
del país”, que devino en una gobernabilidad abiertamente autoritaria.
Carlos Romero (2016) identificó algunos objetivos planteados por la
revolución bolivariana que tienen vinculación directa con el área militar. El
primero es el propósito de consolidar la Alianza Bolivariana para los Pueblos
de Nuestra América. Detrás de esta propuesta subsistía la idea de contar con
capacidades militares atrayentes para los Estados participantes. Si bien ALBA
funcionó más como un apoyo externo para el régimen venezolano, a cambio
de ciertas dádivas económicas, también es cierto que el gobierno venezolano
esperaba lograr una proyección de poder, tanto regional como hemisférica, que la
muerte de Hugo Chávez dejó en un limbo.
El segundo tema es la voluntad de conciliar el mando político-militar
venezolano con el de Cuba. En este sentido, hay una coincidencia respecto al
papel económico que desarrollan las fuerzas armadas de ambos países. Este es, en
efecto, un punto determinante para poder entender el rol que ejercen las fuerzas
bolivarianas. Hasta septiembre de 2013 había cuatro empresas creadas para las
FANB: el Banco de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (BanFanb), un canal
de televisión (TvFanb), Emiltra (Empresa Militar de Transporte), que se dedica
al transporte de carga por aire, mar y tierra y AgroFanb, la empresa agrícola
de los militares (Jácome, 2013: 10). Asimismo, se les otorgó a militares activos
y retirados el control del sector eléctrico, el metro de Caracas, las empresas de
aluminio, hierro y acero en el sur del país, así como los puertos y las aduanas.
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
de Energía”. En una entrevista realizada por Emilie Sweigart (2019), el disidente
teniente coronel Carlos José Montiel López aseveró “El gobierno cuenta con el
apoyo de los generales, por eso Chávez aumentó su número”.
Asociado a su rol económico, un tema que ha estado en debate es la supuesta
participación de militares en el tráfico de drogas. Miguel Henrique Otero (2018),
director del periódico El Nacional, opinó que los militares “[…] están divididos
en diversos grupos, unos manejan las empresas públicas, otros tienen vínculos
con el narco, otros están en cargos públicos”. Diosdado Cabello (2015), el
número dos del Gobierno rechazó esas imputaciones: “Los que me acusan hoy
de narcotráfico que presenten una sola prueba, una solita […] jamás pasaría por
nuestras mentes meternos en algo que cause daño a los jóvenes de Venezuela
o del mundo”. Mientras que, por otra parte, militares de alta participación en
el Gobierno como los generales Henry Rangel Silva, gobernador del estado
Trujillo, Ramón Rodríguez Chacín, gobernador del estado Guárico y exjefe de
Inteligencia Militar de Venezuela, mayor general Hugo Carvajal, figuran en una
lista confeccionada en tiempos del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton,
por su colaboración con el narcotráfico.
Hay muchas sospechas respecto a negocios ilegales cometidos por
militares, pero no hay pruebas concretas, e incluso se sostiene que el territorio
está fragmentado por bandas criminales vinculadas a efectivos militares (Crisis
Group 2020). Incluso las denuncias de Hugo Carvajal en contra de Maduro y sus
colegas militares puede haber sido una estrategia para negociar su excarcelación
con las autoridades de Estados Unidos. Carvajal (El Confidencial 2019) aseguró
que el narcotráfico y la corrupción son comunes en la cúpula del chavismo y
señaló al ministro del Interior, Néstor Reverol, al ministro de Industria, Tareck
El Aissami, y al propio Maduro como responsables de facilitar el narcotráfico.
Si nos referimos al ámbito político, la gestión de Maduro también aumentó
los espacios políticos para oficiales:
[…] de 32 ministerios, 12 están liderados por autoridades castrenses
activas o retiradas, esto sin contar puestos estratégicos en las instituciones
gubernamentales… Los militares toman las decisiones más importantes en
Venezuela y su permanencia en la estructura política de la nación son muy típicas
de dictaduras. (Moreno, 2017)
Por otra parte, es muy claro el escenario que presenta John Magdaleno
(2018: 158) respecto a una profundización, en tiempos de Maduro, del carácter
autoritario del gobierno, caracterizado por el menoscabo de las libertades de
pensamiento y opinión, los medios de comunicación independientes, y en el
campo militar por:
[…] una creciente partidización e ideologización de la Fuerza Armada Nacional;
la creciente influencia de instituciones militares (como las Guarniciones, las
Regiones de Defensa Integral [REDI] y Zonas Operativas de Defensa Integral
[ZODI]) en la toma de decisiones sobre asuntos públicos nacionales, estaduales y
locales, otrora reservados a la esfera civil.
En este sentido, Hugo Chávez reprodujo la idea tradicional de que los militares
son los más capacitados para hacerse cargo de los intereses nacionales y de los
asuntos de estado.
Radiografía de un colapso
82 en las regiones. Esta interrelación y copropiedad del proyecto político hace que
no se pueda hablar de una independencia de los militares a las instancias civiles
o de una participación diferenciada partido-cúpula militar, por cuanto se puede
hablar de una integridad de las partes con una funcionalidad puntual de cada
83
grupo.
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
Michael Penfold (2019) afirma que Maduro tiene poder sobre los militares.
Las cifras más recientes indican que a mediados de 2019, había 217 oficiales
presos, retirados o activos, incluyendo doce generales (Corrales, 2020). Muchos
de estos militares no habían sido juzgados y desde 2017 se ha informado de, al
menos, 250 casos de tortura a militares o sus familiares (Corrales, 2020). Para
analistas como Javier Corrales o Michael Penfold el poder de Maduro sobre los
militares se evidencia en los numerosos militares presos, en el empoderamiento
de la Guardia Nacional como forma de contrarrestar el poder de las FANB, en
la baja autonomía operacional de los militares y en las purgas continuas de las
cúpulas militares. Pero Penfold advierte que las fuerzas armadas vienen ganando
autonomía, en parte, porque Maduro, a diferencia de Chávez, no realiza una
rotación periódica de los altos mandos. En ese sentido, el ministro de Defensa,
Vladimir Padrino López, que lleva seis años en su cargo, jura lealtad a Nicolás
Maduro y al mismo tiempo evita fisuras al interior de las fuerzas armadas. La
identificación de Padrino López con la revolución bolivariana podría cuestionarse,
ya que como sucede con otros altos oficiales, estudió en Estados Unidos, en la
cuestionada Escuela de las Américas y luego en la Escuela de Infantería del
Ejército, en Fort Benning, Georgia.
Las FANB son un recurso de poder fundamental para el presidente
Maduro como lo fueron para Hugo Chávez. El gradual fortalecimiento tanto
en el ámbito económico como político se complementa con el hecho de que son
las dueñas de las armas, el monopolio de la fuerza. Sin embargo, es importante
destacar que no son el único apoyo del Presidente como lo señaló Castillo (2019)
“[…] los militares son, entre otros, un factor que desempeña un rol fundamental
en el sostén del régimen”. Ello no obvia reconocer que con unos 200 mil militares
de carrera y cerca de dos millones de milicianos bajo su mando, la cúpula militar
de Venezuela tiene mucho que perder si Maduro es derrocado. Al mismo tiempo,
con un PSUV débil y fracturas internas en la coalición política del presidente,
Maduro también tiene mucho que perder si no complace a las FANB.
CON EL PODER DEL MIEDO
La alianza con las fuerzas armadas asegura el poder de las armas para
poder neutralizar a opositores políticos, ciudadanos desencantados, sindicatos
movilizados o la activación de la sociedad civil. Sin duda, Nicolás Maduro ha
utilizado a sus aliados armados para atemorizar a los venezolanos y desmovilizarlos
a través del miedo.
El Informe de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en la República
Bolivariana de Venezuela es dramático. Contiene un registro detallado de los
excesos del Gobierno y la precarización de la sociedad venezolana. El informe
de 2019, realizado en base a más de quinientas entrevistas, resalta un aumento
de la militarización de las instituciones del Estado, a través de estructuras locales
tales como los consejos comunales, las unidades de batalla Bolívar y Chávez
(UBCh), los comités locales de abastecimiento y producción (CLAP) y las redes
de articulación y acción sociopolítica (RAAS) (UN, 2019: 7). También reporta
que el aparato de seguridad incluye a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB),
a la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y a sus Fuerzas de Acciones Especiales
(FAES), al Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas
(CICPC), al Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y a la
Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM), que han sido
responsables del uso excesivo de la fuerza en manifestaciones desde 2014. En el
Informe 2020, Bachelet reporta explotación laboral y altos niveles de violencia
por parte de grupos criminales, cuestiona la justicia, condiciones de trabajo
precarias, interferencia política. El informe detalla cómo los grupos [criminales]
mantienen su presencia y actividades ilegales en las minas a través de un sistema
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
Estado-guarnición, para referirse a la arquitectura con la cual las fuerzas armadas
reaseguraban su papel económico y político (Irwin y Micett, 2010: 167). Casi
una década más tarde, en 2019, López Maya afirma que se ha construido un
autoritarismo cerrado con una economía hiperinflacionaria que ha empujado
a más de 4 millones de venezolanos a emigrar y al 90 % de las familias que
permanecen en el país a la pobreza (López Maya, 2019).
En este contexto catastrófico en lo económico, lo político y lo social, las
fuerzas armadas regulares cuentan con 160 mil miembros a los que se suman
100 mil más que son paramilitares –colectivos o grupos criminales que apoyan
a Maduro– (Mora, 2019). Estos colectivos armados irregulares explican el
incremento de la violencia en todo el país y especialmente en las principales
ciudades.
De acuerdo con el informe de agosto de 2019 del Foro Penal, una ONG
venezolana que trabaja en defensa de los derechos humanos desde 2002 en
Caracas, se han registrado 15 mil 160 detenidos políticos desde enero de 2014
hasta agosto de 2019. En los primeros ocho meses de 2019, la cifra de detenciones
arbitrarias fue de 2 mil 169, de los cuales 226 son adolescentes. Los presos
políticos son 476 personas, 438 hombres y 38 mujeres. De los presos políticos,
107 son funcionarios militares (Foro Penal, 2019).
De los 15 mil 160 detenidos, 8 mil 899 han sido investigados penalmente
y se encuentran sometidos a juicios penales por motivos políticos, y 848 han sido
juzgados ante la jurisdicción penal militar (Foro Penal, 2019).
En 2017, Venezuela fue el país con la tasa más alta de muertes violentas
en América del Sur con 57 homicidios por 100 mil habitantes. Según un estudio
elaborado por la Oficina de Naciones Unidas con la Droga y el Delito, Venezuela
incrementó de forma dramática su número de muertes violentas entre 1991 y
2017, pasando de 13 a 56,8 homicidios por 100 mil habitantes (Foro Penal, 2019).
En 2018, se registraron 15 mil 885 homicidios de los cuales 5 mil 287
fueron ejecutados por las fuerzas de seguridad estatales, considerados como
“resistencia a la autoridad”. El 33 % de los homicidios fue consecuencia de
la intervención de las fuerzas de seguridad. Esto se traduce en que, cada día
mueren quince venezolanos por las balas del Estado. La cifra se ha incrementado
significativamente ya que en 2010 era solo el 4 % del total de los homicidios
y, como se apuntó antes, en 2018 alcanza al 33 % (Ávila, 2019). Entre 2010 y
2018, 23 mil 688 personas han muerto a manos de las fuerzas de seguridad en
Venezuela, 69 % de estos ciudadanos murieron entre el año 2015 y el 2018 (Ávila,
2019).
Uno de los aspectos que genera mayor miedo es el papel de las milicias
populares, los denominados colectivos, que sin supervisión ni legalidad
atemorizan a la población. El miedo limita el accionar de grupos opositores,
incrementa la violencia y suma anarquía. Ya en 2013 Maduro se jactaba de las
milicias: “Tenemos ahora 400.000 milicianos, pero debemos llegar, más temprano
que tarde, a un millón de milicianos. Todos los barrios tienen que estar con la
milicia, con su fusil, su organización, para defender la patria” (Jácome, 2013:
9). El funcionamiento de las milicias agrega mayor borrosidad a la situación
venezolana, en la cual es difícil distinguir qué poder reside en la presidencia, cuál
corresponde a las FANB y cuál ha quedado en manos de grupos irregulares.
A este panorama, se agrega la función policial que acompaña e intensifica
el control ciudadano. Tal como denunciaba en 2018 Amnistía Internacional: “Sin
duda la imagen de la Policía Nacional Bolivariana está muy debilitada, debido
a los múltiples hechos, donde su actuación como fuerza de control de orden
público ha quedado plasmada en el imaginario social, como represiva y violenta”
(Amnistía Internacional, 2018).
El siguiente cuadro nos ilustra sobre la militarización del Gobierno a
través de fuerzas profesionales y civiles cuya única función parece ser mantener a
Maduro y sus aliados en el poder.
Cuadro 1: Fuerzas armadas y de seguridad de Venezuela
Reformas del
Tipo de
Rama y creación Composición Funciones socialismo del siglo
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
Fuerza
XXI
Aviación de Defender la
Armada Venezuela, 1946 Nacional Bolivariana
Nación y preparar
Nacional 160.000 efectivos Decreto N° 1.439 de
al pueblo para la
Bolivariana fecha 17 de noviembre
Armada de defensa integral
(FANB) de 2014; Ley
Venezuela, 1910 Constitucional de la
Fuerza Armada 2020
Creada en 1937 Sin número oficial,
Guardia Mantener el orden
Es la Policía se calcula que son
Nacional interno
Militar 180.000
86
Fuerzas de
Creada en
diciembre de 2009
Tiene fuerzas
de seguridad, de
vigilancia y los
Operaciones de
En 2009 se establece
una reforma: Policía
87
Seguridad Policía Nacional defensa integral
comandos especiales Nacional Bolivariana
Bolivariana de inteligencia
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
Coordinar a
los consejos
Reserva Militar y de
comunales para
Creada en 2007 Comando General
consolidar la
365.046 efectivos
unidad cívico-
militar
Coordinar a
Cuerpos
los cuerpos
combatientes
combatientes
Todos los ciudadanos
que no estén en el Coordinar las Se inicia en 2002.
Milicia actividades
Servicio Militar No existía antes del
Bolivariana necesarias para
activo (SMO) o que régimen de Chávez
hayan cumplido el la conscripción
Es complemento de SMO y coordinar con
las FANB los órganos, entes
Los que se
y dependencias
incorporan
del sector público
voluntariamente
y privado, con
Unidades la finalidad de
conformadas por contribuir a la
trabajadores de defensa integral de
una determinada la nación
institución
Fuerzas
operacionales
Depende planificar,
Regiones Nueve regiones y directamente del organizar, Existían 8 y se crea
Militares sus Comandos Ministerio Popular coordinar y una 9ª
de la Defensa supervisar el
apoyo a las
autoridades civiles
Fuerzas civiles de
Bandas de apoyo al choque o fuerzas
Colectivos gobierno, equipadas paramilitares No existían antes del
Creados en 2002
Chavistas con armamento al servicio del régimen
militar gobierno de
Maduro
Grupos de apoyo
Unidades Creada en 2010
gubernamental
de Batalla suman 14.381 Fuerzas armadas del No existían antes del
para elecciones
Bolívar- Unidades de PSUV régimen
parlamentarias de
Chávez Batalla
2020
élites, líderes como Chávez prometen asaltar las instituciones para devolvérselas
al pueblo (Levitsky y Ziblatt, 2018: 33). Uno de los debates académicos y
políticos más extendido durante los primeros años del chavismo discutía
Radiografía de un colapso
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
Uno de los ejemplos más importantes es la manipulación del Tribunal
Supremo de Justicia. El organismo, diseñado por la Constitución de 1999, tenía
veinte jueces de los cuales diez eran afines al gobierno y diez eran opositores. En
2004, después del golpe fallido de 2002, Chávez modificó esa ecuación y nombró
doce jueces afines al gobierno y ocho opositores. En años posteriores, el Tribunal
va a destituir a más de cuatrocientos jueces de tribunales inferiores. Así se fueron
secuestrando a los árbitros del Poder Judicial (Peregil, 2008).
Desde 2017 existen dos Tribunales Supremos. Existe un Tribunal
Supremo de Justicia en el exilio con magistrados en Panamá, Chile, Colombia
y Estados Unidos. Los magistrados se reúnen cada semana a través de Internet.
Por supuesto, este Tribunal no está reconocido por Venezuela y las decisiones que
toman son ignoradas.
En Venezuela, existe otro Tribunal Supremo de Justicia y la Fiscalía
General de la República, que forman parte del Gobierno y son mecanismos para
abrir juicios contra los opositores políticos. La fiscal general de la República,
Luisa Ortega Díaz, en el informe anual de gestión del Ministerio Público, el 31
de marzo de 2017, criticó las sentencias emitidas por el Tribunal Supremo de
Justicia, expresando que las mismas comprometían el Estado de derecho en el
país y que rompían el orden constitucional (El Nacional, 2017). Ello da cuenta
del temor ciudadano al no poder confiar en la justicia.
Entender qué tipo de régimen es el de Venezuela es un dilema ¿Se trata
de una democracia tutelada, protegida, con dominios reservados (Kanol, 2015:
65)? Pese a que las elecciones pueden celebrarse, las presiones no democráticas
son tan evidentes que ya no puede considerarse que la presidencia de Maduro
es una democracia. Sin embargo, tampoco es un gobierno militar pese a la
presencia de fuerzas armadas en algunas áreas del proceso de toma de decisión.
¿Es un régimen dictatorial? En estos sistemas, el dictador accede al poder con
voluntad de perpetuarse en él lo que coincide con lo que vemos en Venezuela.
Sin embargo, no reúne algunas de las características asignadas a la dictadura:
tiene el apoyo de casi el 45 % de la población; hay un control excesivo de todos
los poderes del Estado, pero hubo una Asamblea conducida por la oposición; los
derechos y la libertad pública están cercenados, pero perduran manifestaciones
en medios de comunicación y en universidades que cuestionan al Gobierno. Tal
vez, el modelo que mejor defina esta administración es el de autoritarismo semi-
competitivo, modificando la tipología de autoritarismo competitivo de Levitsky
y Way (2002). Estos autores catalogan como autoritarismo competitivo a un
sistema político en el cual las instituciones democráticas formales son utilizadas
como los principales medios para obtener y ejercer la autoridad política. Maduro
manipula las instituciones, obtiene poder a través de la fuerza y el miedo y abusa
constantemente de los recursos del Estado para permanecer en el poder y para
cooptar parte de la sociedad.
Es importante recordar que cuando Nicolás Maduro reemplazó a Chávez
el sistema democrático ya había sido desmantelado. Sin carisma, pero con el
poder de las armas, del miedo y la ausencia del control institucional que existe
en una democracia, Maduro se mantiene en el poder desde 2013. Una relación
interdependiente y tóxica entre las fuerzas armadas y el Ejecutivo y la captura de
los resortes de poder democrático han construido un régimen político inamovible:
socios en la destrucción de la democracia venezolana, de la estructura productiva
del país y en el abuso de su aparato represivo.
del Estado, ya sea mediante la minimización del papel del Poder Legislativo o
al socavar la independencia del Poder Judicial. Los usurpadores de poder son,
originalmente, democráticos dado que han sido elegidos en elecciones libres. Sin
embargo, algunos terminan manipulando los instrumentos constitucionales o
electorales para aumentar su poder personal. Los usurpadores de poder pueden
ser parte de un partido político, pero este tiende a ser una mera herramienta
para incrementar el poder o ganar elecciones. En muchos casos, el partido ha
90 sido creado para apoyar al líder o bien es manipulado para aumentar su poder.
Son autónomos y a través de la usurpación de poder aumentan su capacidad de
hacer caso omiso de las leyes y los ciudadanos, mientras están en el gobierno. 91
Los usurpadores de poder creen, o actúan como si ellos fuesen los únicos
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
representantes legítimos del pueblo. La política está encarnada en ellos.
Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner pueden ser definidos
como usurpadores débiles. Rafael Correa comenzó como demócrata impulsando
una nueva Constitución, pero se fue convirtiendo en un usurpador débil al con-
frontar con la prensa, polarizar a la sociedad y aumentar su poder personal. Hugo
Chávez fue un usurpador de poder perfecto que manipulaba las leyes, polarizaba
e intentaba maximizar su cuota de poder. Fue elegido democráticamente y utilizó
los comicios y consultas para transformar las instituciones del Estado y aumentar
su dominación. Las leyes habilitantes eran una herramienta para usurpar el poder
del Legislativo. El cambio de los jueces de la Corte Suprema en 2004 socavó el
poder y la independencia del Poder Judicial.
Nicolás Maduro ha ido un paso más allá de la definición de usurpador.
Los resultados de las elecciones presidenciales de 2018 han sido cuestionados
por la oposición y múltiples países y organizaciones internacionales (OEA, UE,
etcétera). Con una abstención del 40 % Maduro obtuvo el 67 % de los votos.
Los países del Grupo Lima (Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica,
Guatemala, Guyana, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía)
no reconocieron los resultados.
La irregularidad de las elecciones de 2018, la desaparición de las
instituciones democráticas y el uso de la represión y el miedo para mantener el
poder significa que ya no puede identificarse a Nicolás Maduro como un líder
democrático, sino como un usurpador de poder. Como Robert Mugabe en
Zimbabue, Hosni Mubarak en Egipto o Muammar al-Gaddafi en Libia, Nicolas
Maduro debe ser considerado un autócrata cuyos recursos de poder son el apoyo
de las fuerzas armadas, el miedo a la represión estatal, la falta de organismos de
control y/o árbitros y ser el jefe –o la cara visible– de un importante número de
personas que saben que el exilio o la cárcel es el futuro que les espera.
Hernán Castillo (2019) comentó que “[…] retóricamente Maduro se dice
socialista, antimperialista estadounidense, nacionalista, bolivariano, izquierdista,
fidelista, anticapitalista, popular, anti-oligarca, socialista, izquierdista, indigenis-
ta, ecologista, cívico militar, revolucionario, afrodescendiente, comunal, y pare
de contar. Maduro no encarna un proyecto ideológico y político revolucionario
convencional”. Parte de la izquierda latinoamericana rechaza la idea de conside-
rar a Maduro como un dictador y asumir el catastrófico legado de Hugo Chávez.
Líderes políticos como Lula, Cristina Fernández de Kirchner, Evo Molares y el
nuevo presidente argentino, Alberto Fernández forman parte del grupo reducido
que aún le otorga la categoría de demócrata.
(Sutherland, 2018: 7). Si bien es cierto que las FANB han modernizado su
equipamiento y reciben asistencia militar de otros países, sus tareas centrales en los
últimos años han estado orientadas a su presencia política y al control ciudadano.
Radiografía de un colapso
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
que terminan promoviendo aperturas en sistemas completamente cerrados, por
presión externa, por quiebres militares; pero rara vez se construyen desde un
parlamento”. Ante este escenario es improbable que suceda una implosión, un
golpe de Estado, un cambio de rumbo. El desgaste político y, sobre todo, las
penurias y limitaciones de la población, no alcanzaron para que, en los primeros
meses de 2019 –sin duda, el momento más popular de Guaidó– se revirtiera el
apoyo popular.
En diciembre de 2019 el enfrentamiento entre la Asamblea Nacional y
el Gobierno continuaba sin perspectivas de solución. Con el fin de no perder
la mayoría, los asambleístas aprobaron el voto a distancia de aquellos que se
encuentran en el exterior por ser perseguidos del Gobierno. Sin embargo, la
oposición carece de recursos que puedan quebrar el poder de Maduro y sus
aliados. Nicolás Maduro está blindado por los militares y por las instituciones
que derrotan cotidianamente los reclamos de opositores. Los militares están
blindados por sus armas y por el control que tienen de los recursos. La sociedad
está cercada por la represión, hundida económicamente y solo atina a huir
atemorizada por la ausencia total de un futuro.
REFERENCIAS
ÁVILA, Keymer (2019): “Una masacre por goteo: Venezuela y la violencia
institucional”. En: Nueva Sociedad, en línea: https://nuso.org/articulo/
venezuela-maduro-represion-izquierda/.
BBC Mundo (2015): Venezuela: Diosdado Cabello rechaza acusaciones
de narcotráfico. en línea: https://www.bbc.com/mundo/noti-
cias/2015/05/150519_venezuela_cabello_narco_wsj_dp. Fecha de con-
sulta: 5 de noviembre 2019.
BERWICK, Angus (2019): “Cómo Cuba enseñó a Venezuela a sofocar la
disidencia militar”. En: El País, Madrid, 23 de agosto de 2019.
BRANDT S., Carlos H. y PIÑA, Carlos Eduardo (2019): Las relaciones Venezuela-
China (2000-2018): entre la cooperación y la dependencia. Fundación
Friedrich Ebert. http://www.ildis.org.ve/website/administrador/uploads/
LasRelacionesVenezuelaChina.pdf.
BUADA BLONDELL, Gabriela (2017): Venezuela: al igual que su comportamiento,
nuevos uniformes camuflados de la PNB distan de la imagen “ humanista”
que aseguran tener. Amnesty Internacional, en línea: https://www.
amnistia.org/ve/blog/2017/08/3418/nuevos-uniformes-de-la-pnb-
distan-de-la-imagen-humanista-que-aseguran-tener. Fecha de
consulta: 5 de noviembre.
BUENO de MESQUITA, Bruno y SMITH, Alastair (2011): The Dictator´s
Handbook. New York: Public Affairs.
BURGOS, Elizabeth (2006): “Paralelismos cubanos en la revolución bolivariana”.
En: Revista Venezolana de Ciencia Política, número 29 / enero-junio
2006. Pp. 39-71
CASTILLO, Hernán. Entrevista, 3 de diciembre de 2019.
CORRALES, Javier y PENFOLD, Michael (2007): “Venezuela: Crowding out
the opposition”. En: Journal of Democracy, vol. 18 (2), April.
CRISIS GROUP (2020): Refugiados, crimen y desesperación en la frontera entre
Colombia y Venezuela, 25 febrero 2020, https://www.crisisgroup.org/
es/latin-america-caribbean/andes/colombiavenezuela/refugees-crime-
and-despair-venezuela-colombia-border.
De los SANTOS OLIVO, Isidro; ÁVILA HERNÁNDEZ, Flor y CALDERA
INFANTE, Jesús Enrique. (2018): “La forja del Estado democrático
constitucional en Venezuela y su relación con la democracia integral”.
En: Utopía y Praxis Latinoamericana Zulia: Venezuela, , en línea:
https://www.redalyc.org/jatsRepo/279/27957770016/27957770016.
pdf. Fecha de consulta: 15 de noviembre 2019.
DIAMINT, Rut y TEDESCO, Laura (2015): Latin America’s Leaders. Londres:
Zed Books.
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
orden constitucional”. 1 de abril de 2017. http://www.el-nacional.com/
noticias/ gobierno/ortega-sentencias-sala-constitucional-violan-orden-
constitucional_88365, Fecha de consulta: 13 de diciembre de 2019.
EL PAÍS (Costa Rica): https://www.elpais.cr/2019/03/22/cuba-niega-nuevamente-
que-haya-militares-cubanos-en-venezuela-como-dijo-pence/
FORERO, Juan (2017): “Venezuela is starving”. En: The Wall Street Journal.
Fecha de consulta: 5 de noviembre 2019.
FORO PENAL (2019): Report on repression in Venezuela. Caracas: Venezuela,
en línea: https://foropenal.com/en/report-on-repression-in-venezuela-
february-2019/. Fecha de consulta: 15 de noviembre 2019.
HSIANG Antonio C. (2019): “Why Latin American Populism Is Bad News for
China”. En: The Diplomat, 13 de agosto de 2019.
INSIGHT CRIME (a) (2018): “El gobierno venezolano ¿fortalece al crimen
organizado?”. En: Open Democracy, 2018, en línea: https://www.
opendemocracy.net/es/el-gobierno-venezolano-fortalece-al-crimen-
organizado/. Fecha de consulta: 5 de noviembre 2019.
________ (b) (2018): “Narcotráfico en el régimen venezolano: El “Cartel
de los Soles”. En: InSight Crime, 2018, https://es.insightcrime.org/
investigaciones/narcotrafico-en-el-regimen-venezolano-el-cartel-de-
los-soles/. Fecha de consulta: 5 de noviembre 2019.
IRWIN, Domingo y MICETT, Ingrid (2010): “Militares y política en Venezuela,
siglo XX. Las crónicas del mayor Santiago Ochoa Briceño y general
de división (Ej) Fernando Ochoa Antich”. En: Revista Montalbán,
Universidad Católica Andrés Bello.
JÁCOME, Francine (2013): “El papel de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana
en el nuevo contexto político venezolano: implicaciones para la segu-
ridad regional”. En: FES Seguridad, Caracas, en línea. http://library.
fes.de/pdf-files/bueros/la-seguridad/10708.pdf. Fecha de consulta: 5
de noviembre 2019.
________ (2018): “Los militares en la política y la economía de Venezuela”. En:
Nueva Sociedad, Número 274, marzo-abril de 2018. Pp. 119-128.
________ (2017a). “Venezuela: ¿un nuevo tipo de régimen militar?” En: Foreign
Affairs Latinoamérica, 17 (4). Pp. 44-52.
KANOL, Direnç (2015): “Tutelary democracy in unrecognized states”. En: EUL
Journal of Social Sciences, Vol VI, No 1, June.
KRAUSE, Enrique (2018): “La destrucción de Venezuela”. En: Letras Libres,
en línea: https://www.letraslibres.com/mexico/revista/la-destruccion-
venezuela. 2018. Fecha de consulta: 5 de noviembre 2019.
LAFUENTE, Javier (2019): “Juan Guaidó: ‘Necesitamos una solución en
Venezuela como sea’”. En: El País, 2019, en línea: https://elpais.com/
internacional/2019/12/15/america/1576427053_816944.html. Fecha
de consulta: 16 de diciembre 2019.
LEVITSKY, Steven y WAY, Lucan A. (2002): “Elections without democracy.
The rise of competitive authoritarianism”. En: Journal of Democracy,
No. 13. Pp. 51-65.
LEVITSKY, Steven y ZIBLATT, Daniel (2018): Cómo mueren las democracias.
Buenos Aires: Ariel.
LÓPEZ MAYA, Margarita “Populism, 21st-century socialism and corruption in
Venezuela”. En: Thesis Eleven. Melbourne: Australia, en línea: https://
journals.sagepub.com/doi/full/10.1177/0725513618818727. Fecha de
consulta: 15 de noviembre 2019.
________ “Venezuela: el ejercicio del poder y la naturaleza del régimen”. En:
Trópico Absoluto, Caracas: Venezuela, en línea: https://tropicoabsoluto.
com/?p=2056. Fecha de consulta: 10 de noviembre 2019.
LÜHRMANN, Anna; LINDBERG, Staffan I.; MECHKOVA, Valeriya ;
OLIN, Moa; CASAGRANDE, Francesco Piccinelli; SANHUEZA
PETRARCA, Constanza; SAXER, Laura (2017): V-Dem Annual
Report 2017. Democracy at Dusk? V-Dem Institute, University of
Gothenburg.
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO I
La dimensión política del conflicto
últimos 17 años”. En: La Verdad, Maracaibo: Venezuela. 2017, en línea:
http://www.laverdad.com/politica/122816-gabinete-de-maduro-es-el-
mas-militarista-de-los-ultimos-17-anos.html. Fecha de consulta: 5 de
noviembre 2019.
OLMO, Guillermo. “Las armas que Rusia le vendió a Venezuela y qué tienen
que ver con los aviones militares rusos que llegaron este fin de semana
a Caracas”. En: BBC Mundo, en línea: https://www.bbc.com/mundo/
noticias-america-latina-47702554. Fecha de consulta: 15 de noviembre
2019.
ONU: Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos, ACNUDH (2019),
Venezuela: informe de la alta comisionada de las Naciones Unidas para
los derechos humanos sobre la situación de los derechos humanos en
la República Bolivariana de Venezuela, 4 Julio 2019, disponible en esta
dirección: https://www.refworld.org.es/docid/5d1e31224.html
ONU (2019): “La cifra de venezolanos que han salido del país alcanza los 3,4
millones”. En: Noticias ONU. 2019, en línea: https://news.un.org/
es/story/2019/02/1451741. Fecha de consulta: 18 de diciembre de
2019. https://observatoriodeviolencia.org.ve/news/informe-anual-de-
violencia-2019/.
ONU, Venezuela: ONU publica informe sobre el control criminal de la región
minera y sobre temas de la justicia en general. https://www.ohchr.org/SP/
NewsEvents/Pages/DisplayNews.aspx?NewsID=26096&LangID=S.
PENFOLD, Michael. Entrevista, 13 de diciembre de 2019. Ginebra, 15 de julio
del 2020.
–––––––– (2019): “Los dilemas de la transición venezolana”. En: Prodavinci,
14 de ebrero de 2019, https://prodavinci.com/los-dilemas-de-la-
transicion-venezolana, Fecha de consulta 18 de diciembre de 2019.
PEREGIL, Francisco (2008): “Chávez se hace con el control de los jueces”.
En: El País, 2008, en línea: https://elpais.com/diario/2008/09/19/
internacional/1221775204_850215.html. Fecha de consulta. 4
diciembre 2019.
RAMOS PISMATARO, Francesca (2018): “Los militares y el deterioro
democrático en Venezuela” En: Estudios. Políticos, no.53, Medellín,
Universidad de Antioquia, Julio/Diciembre, 2018. P. 269.
REID, Michael (2017): Forgotten continent. The battle for Latin America´s soul.
Yale University Press.
ROMERO, Carlos (2016): “From Chávez to Maduro: continuity and change in
Venezuelan foreign policy”. En: Contexto Internacional, 2016. Vol. 38
(1). Pp. 191-227.
ROSALES, Osvaldo (2020): El sueño chino. Como se ve China así misma y
como nos equivocamos los occidentales al interpretarla. Argentina: Siglo
Veintiuno Editores.
SWEIGART, Emilie (2019): “Wiretaps and conspiracies: an inside look at
Venezuela’s military” En: The Washington Quarterly. December 17.
SUTHERLAND, Manuel (2019): “Venezuela: ¿por qué volvió a fracasar la
oposición?” En: Nueva Sociedad, No 282, julio-agosto de 2019, en
línea: https://nuso.org/articulo/venezuela-por-que-volvio-fracasar-la-
oposicion/. Fecha de consulta: 5 de noviembre 2019.
TEDESCO, Laura y DIAMINT, Rut (2019): ¿Demócratas o usurpadores? Un
análisis de líderes sudamericanos. Buenos Aires: EUDEBA.
TEDESCO, Laura (2018): “De militares a gerentes”. En: Nueva Sociedad: 278,
noviembre-diciembre 2018. Pp. 111-118.
TELESUR (2017): El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, solicitó ante la ANC
retomar las averiguaciones del caso como medida contra la corrupción.
Caracas, 8 septiembre 2017.
VERA, Leonardo (2018): “¿Cómo explicar la catástrofe económica venezolana?”
En: Nueva Sociedad No. 274, marzo-abril de 2018. Pp. 83-96.
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
98
4
DEMOCRACIA PARTICIPATIVA, PROTESTAS
SOCIALES Y AUTORITARISMO EN EL SOCIALISMO
DEL SIGLO XXI: EL MOVIMIENTO ESTUDIANTIL
VENEZOLANO
M P G-G
100 3 La masiva emigración de los jóvenes venezolanos podría incidir en la dinámica de las protestas. Para fines
de abril de 2020, la OEA estimó unos 5 millones 100 mil migrantes, y según el Observatorio Venezolano
tienden a activarse con frecuencia alrededor del movimiento estudiantil. Esta
generación joven no conoce la alternancia política pues el Ejecutivo ha durado, 101
como promedio, más de diez años consecutivos en el poder (Alcántara y eds.,
CAPÍTULO 1
La dimensión política del conflicto
2018). Por esta razón, la demanda por el “cambio y la alternancia político-
ideológica” tiende a formar parte de su agenda de luchas.
El movimiento estudiantil venezolano4 ha sido uno de los sujetos
contenciosos de la sociedad civil más activos en las movilizaciones y protestas
contra los regímenes de Chávez y Maduro y cuenta con el nivel más alto de
credibilidad de todos los actores sociopolíticos5; sin embargo, ha sido poco
estudiado. Uno de los objetivos de este trabajo es analizar las protestas en las
que participó durante el periodo 2007-2019 con el fin de conocer los efectos
del cierre progresivo del sistema político a la participación, el tipo de alianzas
con otros actores políticos, la naturaleza de las estrategias de resistencia y el
creciente autoritarismo y represión por parte del Estado, entre otros factores que
contribuyeron al éxito o fracaso.
de Migración, para noviembre de 2019, el 74 % de los 4 millones 626 mil 968 migrantes estimados por
esta fuente, tenían entre 20 y 39 años (Bermúdez y eds. 2018).
4 El movimiento estudiantil alude a los centros y federaciones de estudiantes, principalmente de las uni-
versidades públicas y privadas, que motorizaron las protestas y movilizaciones antigobierno en el periodo
2007-2019.
5 Según la Encuesta de Opinión realizada por el Instituto Delphos (Encovi, 2017), el 83 % de los entre-
vistados mencionó a los estudiantes como el actor con mayor nivel de credibilidad y confianza.
institucionales, incorporaron el marco cultural-psicológico de los movimientos.
También utilizaremos la noción de “identidad colectiva” de Melucci (1990, 1999)
y la forma en que esta se transforma en acción política.
La EOP se refiere al conjunto de relaciones de poder que define el
contexto político y, más concretamente, a los incentivos o desincentivos para
que los grupos movilizados participen en acciones colectivas con el propósito
de posicionar sus demandas y, en algunos casos, transformar el sistema político.
Dos aspectos interrelacionados que explican la acción colectiva y el cambio en
la estructura de oportunidades políticas son la apertura del sistema político a
la participación democrática (Tarrow, 1989; Tilly, 1978; McAdam, 1985) y el
costo de tal participación, según las posibilidades de represión (Tilly, 1978;
McAdam, 1985). Un factor que facilita la movilización es que exista posibilidad
de participación; otro que la dificulta es la tendencia de los regímenes autoritarios
de cerrar los canales de expresión del descontento, incrementando la represión,
la cual pudiera desencadenar, o la radicalización de las acciones colectivas
o la desmovilización. Otro factor relevante que explica las movilizaciones y
sus resultados es la posibilidad de establecer alianzas con la élite o grupos de
poder, aunque tal posibilidad se reduce si la élite está fragmentada (Tarrow,
1989; MacAdam, 1985). Utilizando estos enfoques, en el presente trabajo se
caracterizan los diferentes ciclos de protesta6 del movimiento estudiantil y se
analiza la EOP venezolana según los factores y condicionamientos teóricos arriba
enunciados, con el fin de identificar si el entorno político que institucionalizó
la “democracia participativa” significó o no una oportunidad para la expresión
y canalización de las protestas. Se evalua también la tendencia que tiene, según
algunos estudiosos (Somuano Ventura, 2007), el movimiento estudiantil para
canalizar sus demandas mediante “la democracia representativa” e, incluso, para
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
6 Se entiende por “ciclo de protestas o ciclo contencioso” el surgimiento, difusión y declive de la actividad
102 contenciosa de parte de los movimientos sociales en la etapa más exacerbada de los conflictos (Tarrow,
2011).
media y una identidad pluralista en cuanto a ideas y valores que sea compartida
por el grupo y oriente la acción colectiva (Melucci, 1990, 1999). 103
La perspectiva analítica del trabajo es interdisciplinaria, dinámica y proce-
CAPÍTULO 1
La dimensión política del conflicto
sual y se utilizaron métodos cualitativos y cuantitativos. La información empírica
proviene de la base de datos estudiantil del Laboratorio Interdisciplinario en Ges-
tión Ambiental, Urbana y Sociopolítica de la Universidad Simón Bolívar (GAUS-
USB), recopilada a través del seguimiento durante los últimos trece años de los
movimientos sociales. Consta de más de 120 encuestas a la población estudiantil,
hechas por los propios estudiantes en cinco grandes universidades (tres públicas
y dos privadas), en el contexto de varios cursos de Estudios Generales sobre el
movimiento estudiantil facilitados por la autora en la Universidad Simón Bolívar,
y los cuales coincidieron con las protestas de 2007, 2014 y 2017. Junto a ello, inclu-
ye entrevistas a unos veinte líderes estudiantiles y observación y participación en
asambleas y debates estudiantiles durante los conflictos. También se recolectó y se
hizo análisis de contenido de las fuentes hemerográficas, documentales y digitales
sobre protestas en Venezuela del periodo 2000-2019; en especial, los comunicados,
informes anuales y reportes especiales de las organizaciones de derechos humanos
(Provea, Observatorio Venezolano de Conflictividad Social –OVCS–, Observa-
torio Venezolano de Prisiones –OVP–, Foro Penal Venezolano –FPV–), así como
también de los periódicos de mayor circulación nacional (El Universal, El Nacional,
Últimas Noticias, y Tal Cual). Se revisaron los comunicados y manifiestos emiti-
dos directamente por las federaciones y centros de estudiantes universitarios, y los
medios digitales más activos en los periodos de protesta (Twitter y Facebook y, en
algunos casos, WhatsApps). Con esta información, se construyó la base de datos
cronológica y analítico-procesual denominada “GAUS-USB: Base de datos sobre
protestas estudiantiles 2007-2019”, la cual constituye la materia prima de este es-
tudio.
El actor estudiantil no es homogéneo ideológicamente pues conviven
miembros con ideologías de derecha, centro e izquierda, lo cual afecta sus
objetivos, estrategias de movilización, tipo de intermediaciones con el gobierno
y con los partidos políticos, e interrelaciones al interior del propio movimiento.
El análisis de los datos muestra que, a lo largo del periodo 2007-2019, el éxito
o fracaso de sus acciones contenciosas varió según que sus objetivos pudieran
canalizarse por la vía institucional o no; el grado de importancia que el gobierno,
partidos políticos, sociedad civil y los medios tradicionales y alternativos le
asignaron al movimiento estudiantil; la apertura a la participación del contexto
institucional; la relación de cooperación o de cooptación que algunos sectores
estudiantiles establecieron con los partidos políticos y con otras organizaciones
de la sociedad civil; la fortaleza de los partidos y plataformas políticas con los
que se articularon; la robustez y alcance de las redes comunicacionales a través
de las cuales se expresaron; el nivel de integración o fragmentación de los actores
participantes; las estrategias conciliadoras o polarizadoras que desplegaron; y el
nivel de represión.
CAPÍTULO 1
La dimensión política del conflicto
impresos (El Nacional, Últimas Noticias, El Universal, Tal Cual) y digitales
(Twitter y Facebook) muestra que, durante el periodo de mayor auge del
movimiento estudiantil (2007-2017), la disposición de los sectores populares a
establecer alianzas con los estudiantes fue débil debido a que las banderas de “la
libertad” e incluso “la democracia” no fueron priorizadas por los primeros que
más bien se focalizaron en las carencias materiales y la sobrevivencia. Con la
acentuación de la crisis humanitaria que vive el país desde la llegada de Maduro
al poder y, sobre todo, en el último trienio, se han dado algunos acercamientos de
los estudiantes hacia este grupo social a quienes han acompañado en protestas por
falta de alimentos, medicinas, bajos salarios y deficiencia de los servicios básicos.
Actualmente, con el agravamiento de la represión, el apoyo a los estudiantes
por parte de estos sectores pondría en peligro las “necesitadas” prebendas de
sobrevivencia que reciben del régimen, las cuales son la expresión de un fuerte
clientelismo político partidario y están dirigidas exclusivamente a los “afectos” al
régimen (Torrealba, 2019; Transparencia Venezuela, s/f) ).
En las protestas contra el régimen chavista-madurista pueden identificarse
diversas olas de protagonismo estudiantil que varían según los factores
previamente señalados. Los ciclos contenciosos más destacados del movimiento
fueron en el año 2007 y en el 2014, aunque también participaron en las protestas
de 2017, 2018 y 2019, que fueron convocadas por los partidos políticos.
incluía la “[...] reelección presidencial indefinida” y las bases del proyecto político
del “Estado comunal” o del socialismo de siglo XXI. Al igual que en el conflicto
previo, los actores políticos y sociales participantes reconocieron la legitimidad
del régimen; sus estrategias fueron pacíficas y sumamente novedosas; en general,
no fueron reprimidas por el gobierno y contaron con el apoyo de los medios
tradicionales. Ello, junto con la apertura de los mecanismos constitucionales para
106
dirimir el conflicto, llevó a que la reforma constitucional fuera rechazada. Una
vez concluido el referéndum, la ola de protestas decayó y este ciclo se cerró. 107
Algunos de los estudiantes, sobre todo los representantes estudiantiles
CAPÍTULO 1
La dimensión política del conflicto
que conformaron originalmente el Movimiento Estudiantil Nacional en 2007,
han sido identificados como la “Generación del 2007”. Al igual que con las
generaciones del “28” y del “58” del siglo pasado (Méndez, 2010), la del 2007 fue
el germen de los líderes que reemplazaron a los viejos liderazgos de los partidos
políticos de la oposición, y jugaron un rol importante en los siguientes ciclos de
protesta.
CAPÍTULO 1
La dimensión política del conflicto
posibilidad de alianzas entre el movimiento estudiantil y los partidos debido a la
“doble militancia”; muchos estudiantes participaban tanto en las movilizaciones
convocadas por los partidos políticos como en las del movimiento estudiantil
identificado con los centros y federaciones estudiantiles. No obstante, la falta de
una agenda común, junto con el hecho de que la mayoría de los partidos de la
coalición opositora de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) no participaron
en las protestas debido a desacuerdos político-estratégicos, llevaron a reducir su
impacto, y al fracaso y cierre de este ciclo contencioso después de cuatro meses
de movilizaciones. Los desacuerdos estratégicos entre los partidos de la MUD,
y entre el propio movimiento estudiantil, marcaron la fragmentación en los dos
grupos.
CAPÍTULO 1
La dimensión política del conflicto
A diferencia de las protestas de 2014, la MUD apoyó el llamado de la
sociedad civil que pedía movilización de calle hasta que el presidente Maduro
renunciara. En este ciclo de protestas masivas, los estudiantes se expresaron
como centros y federaciones estudiantiles emitiendo comunicados resultantes
de asambleas estudiantiles; adicionalmente, participaron a título individual
con los partidos de oposición y las otras organizaciones de la sociedad civil,
atendiendo a las convocatorias de los partidos políticos. La Generación de 2007,
en calidad de líderes de los partidos políticos y como legítimos representantes
de la Asamblea Nacional, se puso al frente de este ciclo de protestas donde se
utilizaron estrategias tanto pacíficas como violentas. Las protestas generalmente
se iniciaban de forma pacífica, pero terminaban con violencia cuando un
pequeño grupo reaccionaba frente a la represión del Gobierno. Por lo general, este
impidió el desarrollo de las marchas hacia los lugares de destino, –en su mayoría
instituciones gubernamentales– bloqueándolas con objetos materiales y escudos
policiales armados (GAUS-USB, 2007-2019). Su costo fue sumamente elevado a
juzgar por la gran cantidad de personas muertas, heridas y presas (OVCS, 2017;
Provea, 2018; OVP, 2017, FPV, 2017) ya que el Gobierno aumentó la represión7.
Dado que este tenía la hegemonía del espacio comunicacional tradicional, se
usaron las redes masivamente (Puyosa, 2019). No obstante, al igual que en el
2014, esta estrategia contenciosa de carácter reactivo fracasó (Llorens, 2018) y el
ciclo de protestas se cerró sin que la oposición obtuviera sus objetivos.
7 Para el año 2017, el FPV contabilizó el record de 5 mil 551 presos políticos; la mayoría vinculados con
las protestas. Solo en el mes de abril de 2017, registró diecisiete fallecidos y 68 nuevos presos políticos,
aparte de numerosos heridos y torturados; por su parte, el OVCS reportó que desde el 1 de abril a agosto
de 2017, hubo 6 mil 729 protestas y 163 fallecidos.
de transparencia” y otros procedimientos legales establecidos. Como resultado,
los mecanismos de la democracia electoral-representativa, nuevamente quedaron
bloqueados para dirimir los conflictos entre el Gobierno y la oposición. Aunque
la demanda por un cambio político continuó a lo largo de todo el año 2018, los
liderazgos se fueron erosionando y las protestas perdieron efectividad y público.
La MUD se disolvió en el 2018, dejando un vacío en el liderazgo político que no
logró ser llenado por el emergente Frente Amplio Venezuela Libre (FAVL), creado
el 8 de marzo de 2018 con el objetivo de “[...] rescatar el orden constitucional y la
democracia del país [...]” (FAVL, 2018). La sociedad civil fue la protagonista de
este frente y el movimiento estudiantil colaboró en su fundación aunque también
participaron algunos de los partidos de la antigua MUD (FAVL, 2018ª). Este
nuevo intento de coalición no logró reavivar las protestas masivas ante la falta
de expectativas por un cambio político, el deterioro de la calidad de vida y la
agudización de la crisis económica. En este escenario, las protestas se reorientaron
hacia la sobrevivencia y la calidad de vida.
La oposición no aceptó los resultados de las elecciones de 2018 donde la
mayoría no votó aduciendo falta de transparencia y de competencia electoral,
entre otras razones. El 10 de enero de 2019, fecha de la toma de posesión, no
reconocieron a Maduro como presidente y la Asamblea Nacional, con mayoría
opositora, declaró un vacío de poder. El 23 de enero, el diputado Juan Guaidó del
partido Voluntad Popular y presidente para la fecha del Parlamento, intentó llenar
ese vacío proclamándose presidente “encargado” de Venezuela y fue reconocido
por más de cincuenta países y organismos internacionales como el Grupo de Lima
y la Unión Europea. Al desconocer la legitimidad de Maduro y bajo el liderazgo
de Guaidó, la oposición reavivó las movilizaciones y protestas, principalmente
pacíficas, con la agenda “crisis humanitaria, cese de la usurpación, gobierno de
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO 1
La dimensión política del conflicto
como la defensa de la autonomía universitaria y el rechazo a la represión policial,
las torturas y el encarcelamiento de los estudiantes.
participar. Además, se dio un mayor control del Gobierno hacia los medios de
comunicación tradicionales, por lo que las protestas recibieron menor atención
por parte de estos ante el temor a ser sancionados. Sin embargo, las protestas de
Radiografía de un colapso
2014 marcaron la irrupción masiva de las redes y del uso del teléfono celular como
herramienta de comunicación y organización de las movilizaciones; en particular,
de los grupos más radicales que deseaban permanecer anónimos. En cuanto al
entorno político, la heterogeneidad de las demandas de los distintos grupos no
fue reconocida por el Gobierno, por lo tanto sus protestas fueron reprimidas
con fuerza, independientemente de si se trataba de demandas específicas como
“la seguridad de los recintos universitários”, la cual pudiera haberse dirimido
114 por canales institucionales, o “la renuncia del presidente”, que implicaba la
interpretación del régimen como “enemigo” en vez de “adversario”. Las protestas
de 2014 fueron de carácter polarizado y antagónico sin posibilidad de resolución 115
por la vía institucional. Ello, junto con el elevado costo de la represión en cuanto
CAPÍTULO 1
La dimensión política del conflicto
al número de muertos, heridos, presos y torturados, radicalizó las estrategias
de los distintos grupos tornándose con frecuencia violentas, con la excepción
del movimiento institucionalizado de centros y federaciones estudiantiles que
se mantuvo con estrategias pacíficas. En este contexto político se dio tanto la
fragmentación de la oposición como la división del movimiento estudiantil,
lo cual debilitó a ambos. Además, el planteamiento del conflicto por parte de
los grupos más beligerantes fue suma-cero; ello significó que la posibilidad de
dirimirlo por la vía democrática como en los conflictos de 2007, se hizo inviable
y el resultado fue un aumento de la ingobernabilidad democrática.
El ciclo de protestas de 2017 pudiera clasificarse como mixto. En su inicio,
las movilizaciones del 2016 y comienzos de 2017 en contra del bloqueo del
Referéndum Revocatorio Presidencial por parte del Gobierno y, posteriormente,
en contra de la posposición de las elecciones locales, de la declaratoria de “desacato”
de la Asamblea Nacional y de la instalación de una Asamblea Constituyente, se
corresponden con protestas institucionales. Los partidos políticos y la sociedad
civil, movilizados de forma unitaria y pacífica, demandaban el ejercicio de los
derechos constitucionales para resolver el conflicto mediante la democracia
participativa, en el caso del referéndum, y mediante la democracia representativa,
en el de las elecciones locales. Si bien las protestas contaron con el apoyo de
la Asamblea Nacional en manos de la oposición, no ocurrió lo mismo con los
medios de comunicación tradicionales, mayoritariamente en manos de afectos
al Gobierno, por lo que las protestas no tuvieron el impacto deseado entre la
población y entre los sectores populares. Por otro lado, cuando la repuesta fue
el aumento de la represión y se cerraron las vías institucionales, las protestas se
volvieron antisistémicas y, al igual que en el ciclo de 2014, la polarización hizo
que la posibilidad de resolver el conflicto de forma pacífica y democrática se
redujera drásticamente. El cerramiento de la estructura de oportunidades políticas
incidió negativamente en la posibilidad de una gobernabilidad democrática.
El ciclo de protestas de 2017 demuestra que no es suficiente una oposición
unida alrededor de una agenda compartida, sino que es imprescindible que las
demandas sean de carácter institucional y que los mecanismos de la democracia,
tanto representativa como participativa, permanezcan abiertos para canalizar las
demandas y conflictos y evitar que estos se polaricen. Los costos derivados de la
represión juegan un papel importante en incentivar o desestimular las protestas,
y en las posibilidades de fragmentación alrededor del uso de estrategias pacíficas
o violentas del movimiento. Finalmente, las alianzas con instancias de poder
político, mediático o simbólico pueden ampliar los públicos, pero tampoco
determinan el éxito.
Nota: Una versión de este artículo fue publicado en la revista América Latina Hoy de la Universidad de Sala-
manca. Ver García-Guadilla (2010).
REFERENCIAS
ALCÁNTARA, M., BUQUET, D., y TAGINA, M. L. (2018): Elecciones y
partidos en América Latina en el cambio de ciclo. Madrid: Centro de
Investigaciones Sociológicas.
BERMÚDEZ, E., MARTÍNEZ, G., y SÁNCHEZ, N. (2009): “Las jóvenes
y los jóvenes universitarios en Venezuela: prácticas discursivas y
construcción de representaciones de identidades políticas”. En:
Cuadernos del CENDES, 70. Pp. 69-98.
BERMÚDEZ, Y., MAZUERA, R., ALBORNOZ, N., y MORFFE, M.
(2018): Informe sobre la movilidad humana venezolana. Realidades
y perspectivas de quienes emigran. Servicio Jesuita a Refugiados-
Venezuela/Universidad Católica del Táchira-Venezuela/Universidad
Simón Bolívar-Colombia/Fundación Entreculturas, 9.
BIARDEAU, J. (2007): “¿El proceso de transición hacia un nuevo socialismo del
siglo XXI?: un debate que apenas comienza”. En: Revista Venezolana de
Economía y Ciencias Sociales, 13(2). Caracas.
CASANOVA, R. (2009): “La revuelta de los estudiantes venezolanos del 2007:
el levantamiento político de una generación”. En: Cuadernos del
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO 1
La dimensión política del conflicto
venezolano: narrativas, polarización social y públicos antagónicos”. En:
Cuadernos del CENDES, 27(73). Pp. 71-95.
________ (2013): “A rude awakening: the underside of Venezuela’s civil society
in the time of Hugo Chávez” En: Revista Politeja, 20. Pp. 141-162.
________ (2018): “Polarization, participatory democracy, and democratic
erosion in Venezuela’s Twenty-First Century Socialism”. En: The
Annals of the American Political and Social Sciences, 681(1). Pp. 62-77.
GAUS-USB. (2007-2019): Grupo de Investigación en Gestión de Conflictos
Ambientales, Urbanos y Socio-políticos. Base de datos sobre
protestas estudiantiles: entrevistas, encuestas, documentos y material
hemerográfico. Universidad Simón Bolívar.
GÓMEZ-CALCAÑO, L. (2017): “La sociedad civil y la evolución del
autoritarismo venezolano”. En: J. Russo (Ed.), Democracias y
ciudadanías en América Latina. Ensayos en honor de Francisco Delich.
Arela, Argentina: Ediciones Eón. Pp. 161-190.
JIMÉNEZ SÁNCHEZ, M. (2011): “La normalización de la protesta. El caso
de las manifestaciones en España”. En: Centro de Investigaciones
Sociológicas, Opiniones y Actitudes, 70.
KOZAK, G. y CHAGUACENA, A. (2019): La izquierda como autoritarismo del
siglo XXI. CADAL.
LLORENS, M. (2018): “Dolor país, versión Venezuela. Las protestas de 2017 y
sus secuelas”. En: revista Nueva Sociedad, 274. Pp. 71-82.
LINZT, J. J. (1996): La quiebra de las democracias. Madrid: Alianza.
LÓPEZ MAYA, M. (2005): Del Viernes Negro al referendo revocatorio. Alfadil.
McADAM, D. (1985): Political process and the development of black insurgency,
1930-1970. Chicago Press.
MALLEN, A. y GARCÍA-GUADILLA, M. P. (2017): Venezuela’s polarized
politics: the paradox of direct democracy under Chávez. Boulder, CO:
Lynne Rienner Publishers.
MELUCCI, A. (1990): “La acción colectiva como construcción social”. En:
Estudios Sociológicos, 9(26). Madrid. Pp. 357-364.
________ (1999): Acción colectiva, vida cotidiana y democracia. México: El
Colegio de México.
MÉNDEZ, N. (2010, 2-8 dic.): “Movimientos sociales en Venezuela: el
arduo camino de la autonomia”. En: (Presentación de Ponencia)
Anarcosindicalismo en el Siglo XXI (2012). Pp. 35-43. Jornadas
Culturales del Centenario de la Confederación Nacional del Trabajo
y el Congreso Confederal Dic. 2010. Córdoba, Argentina.OVCS.
Observatorio Venezolano de Conflictividad Social. Conflictividad
social de Venezuela (2014). https://www.observatoriodeconflictos.org.
ve/tendencias-de-la-conflictividad/conflictividad-social-en-venezuela-
en-2014.
OVCS. OBSERVATORIO VENEZOLANO DE CONFLICTIVIDAD
SOCIAL (2017): Conflictividad social de Venezuela
https://www.observatoriodeconflictos.org.ve/tendencias-de-la-conflictividad/
conflictividad-social-en-venezuela-en-2017.
OVP. OBSERVATORIO VENEZOLANO DE PRISIONES (2017): Informe
Anual 2017. oveprisiones.com/informes/. Caracas.
________ (2014): Informe Anual 2014. oveprisiones.com/informes/. Caracas.
PROVEA (2009): Informe Anual 2008-2009. Caracas.
PROVEA y Eds. (2014): “Venezuela 2014: protestas y derechos humanos”. En:
Provea (2016). Informe Anual 2014. Caracas.
PROVEA (2017): Informe Anual 2016. Caracas.
________ (2018): Informe Anual 2017. Caracas.
PUYOSA, I. (2017): “El contagio de ideas políticas, la identidad colectiva y
los movimientos sociales en redes”. En: H. Sánchez Gudiño (Ed.):
Comunicación Política y pensamiento crítico de América Latina en los
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO 1
La dimensión política del conflicto
TARROW, S. G. (1989): “Struggle, politics and reform: collective action, social
movements, and cycles of protest”. En: Western Societies Papers, 21.
Ithaca, NY: Cornell University Press.
________ (2011): Power in movement: social movements and contentious politics.
New York: Cornell University.
TILLY, C. (1978): “From mobilization to revolution”. En: Reading, MA: Addison
Wesley Publishing Co.
________ (1995): “Los movimientos sociales como agrupaciones históricamente
específicas de actuaciones políticas”. En: Sociológica, 10, (28), UAM-A.
Pp. 11-35.
TILLY, C. y WOOD, L. J. (2010): Los movimientos sociales, 1768-2008. Desde sus
orígenes a Facebook. Barcelona: Editorial Crítica.
TORREALBA, C. (2019): No queremos bozal de arepa: las comunas y sus repertorios
de resistencia en la Venezuela después de Chávez. Tesis de doctorado.
Flacso México.
UZCÁTEGUI, R. (2014): “Movilizaciones estudiantiles en Venezuela. Del
carisma de Chávez al conflicto en redes”. En: Nueva Sociedad, 251. Pp.
153-165.
VOMMARO, P. (coord.) (2016): Movimientos juveniles y revoluciones sociales en
el siglo XXI. La Habana: Ruth Casa Editorial.
Materiales online
BBC (2016): Tribunal Supremo de Justicia declara en desacato a la
Asamblea Nacional de mayoría opositora. Recuperado de https://
w w w.bbc.com/mundo/noticia s/2016/01/160111_venezuela _
tsj_descato_asamblea_dp.
Clarín (2016): Los estudiantes marchan en Venezuela contra el gobierno
de Nicolás Maduro. Recuperado de https://www.clarin.com/
mundo/estudiantes-marchan-Venezuela-Nicolas-Maduro_0_
ryXBMR_le.html.
Foro Penal Venezolano (FPV) (2017): Foro Penal Venezolano. Año record de
represión en Venezuela. Recuperado de https://foropenal.com/foro-
penal-2017-ano-record-represion-venezuela/.
Frente Amplio Venezuela Libre (FAVL) (2018): Manifiesto Venezuela libre.
Recuperado de http://www.frenteampliovenezuela.com/manifiesto-
venezuela-libre/.
Frente Amplio Venezuela Libre (FAVL) (2018 ª): Quiénes somos. Recuperado de
http://www.frenteampliovenezuela.com/quienes-somos/.
Machado, M. C. (31/05/ 2016): En Venezuela se vive bajo una dictadura militarista.
Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=XlACdOGWvvI.
Movimiento Estudiantil Venezolano (2014): Manifiesto del movimento
estudiantil. Recuperado de http://cdn.diariorepublica.com/cms/
wp-content/uploads/2014/03/manifiesto-del-movimiento-estu.pdf
(consultado 22/12/2019).
New York Times (2016): Miles de venezolanos protestaron en Caracas contra
el gobierno de Nicolás Maduro. Recuperado de https://www.nytimes.
com/es/2016/09/01/espanol/miles-de-venezolanos-protestaron-en-
caracas-contra-el-gobierno-de-nicolas-maduro.html.
New York Times (2017): Las protestas en Venezuela seguirán hasta recuperar la
democracia y nuestro futuro. Recuperado de https://www.nytimes.
com/es/2017/05/02/espanol/opinion/las-protestas-en-venezuela-
seguiran-hasta-recuperar-la-democracia-y-nuestro-futuro.html.
Transparencia Venezuela (s/f). ¿Cómo se organizan los CLAP? Recuperado
de https://transparencia.org.ve/project/los-clap-la-dominacion-se-
entrega-puerta-puerta/.
Voluntad popular (2016): Recuperado de https://www.dw.com/es/comienza-
el-di%C3%A1logo-con-la-oposici%C3%B3n-en-venezuela-sin-el-
partido-de-l%C3%B3pez/a-36206170.
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
Radiografía de un colapso
120
Capítulo II
SITUACIÓN Y PERSPECTIVAS ECONÓMICAS
INTRODUCCIÓN
1 A lo largo de este trabajo todas los datos de crecimiento del PIB provienen de magnitudes en terminos reales.
estaban en un nivel de 300 mil 880 millones de barriles, excediendo las de
Arabia Saudita y oficialmente clasificando a Venezuela como el país con las más
grandes reservas de petróleo del mundo, cifra que representa el 24,8 % de las
reservas petroleras totales del planeta. De hecho, Venezuela en los últimos años,
y particularmente desde el año 2004, ha experimentado el boom de ingresos más
grande registrado en la historia económica del país. Desde el año 1999 hasta el
2018 el país recibió cerca de 1.092.897 millones de dólares (1,09 billones de USD)
por concepto de exportaciones petroleras. Asimismo, los precios de la canasta del
petróleo venezolano subieron desde un promedio de US$ 14,6/barril en 1999 a
US$ 57,83 en febrero de 2019, llevando el precio promedio en el período 1999-
2019 a más de US$ 55 por barril. En otras palabras, Venezuela vivió nuevamente
un boom de precios que generó una extraordinaria renta asociada al “milagro”
petrolero. Sin embargo, paradójicamente el país vive la crisis económica y social
más aguda de su historia.
Pero, ¿qué significa este muy negativo desempeño económico y social
en términos históricos y comparativos? El presente trabajo tiene como objetivo
realizar un análisis desde la perspectiva antes mencionada, y examinar el
desempeño macroeconómico de Venezuela utilizando datos mundiales del
FMI para el período 1980-2019 para 192 países, y datos del Banco Central de
Venezuela para el lapso 1950-2018, haciendo especial énfasis en el período de la
revolución bolivariana (1999-2019). A lo largo de los diez apartados del artículo
se desarrollará el análisis con la intención de comprender la situación actual de
Venezuela y generar respuestas a las preguntas planteadas.
De acuerdo con las estimaciones del FMI para el año 2019, Venezuela
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
continuó por sexto año consecutivo en un ciclo recesivo: desde el 1er. trimestre
de 2014 la economía venezolana ha experimentado veinticuatro trimestres
Radiografía de un colapso
124 2 Países como Sierra Leona o la República Democrática del Congo, en el África, son ejemplos de países
que han vivido grandes desequilibrios macroeconómicos, similares a los de Venezuela, pero como con-
secuencia de conflictos bélicos o guerras civiles.
deterioro de las perspectivas que se tenían originalmente, lo que lamentablemente
representa otro año negativo en términos de desempeño macroeconómico para 125
Venezuela. Para el 2020, no existe data oficial pero, de acuerdo a proyecciones del
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
FMI, el producto interno bruto caería en al menos un -15 %, agravando el ciclo
recesivo por los impactos económicos del COVID-19. Esto hace que la caída del
PIB total sea más dramática y esté en niveles del -72 % para el período de siete
años del 2014-2020.
Analizando la variación del PIB desde 19503 (figura 1), se puede observar
cómo la economía venezolana creció ininterrumpidamente durante 29 años
(1950-1979) a una tasa promedio de 6,3 %, siendo una de las economías más
estables y de mejor desempeño en el mundo. Sin embargo, durante el período
1980-1998 la tasa de crecimiento promedio se redujo a solo 1,7 %, mostrando
fuertes contracciones en los años 1983 y 1989, años en los cuales ocurrieron el
Viernes Negro4 y el Caracazo, respectivamente. Asimismo, durante dicho período
la economía experimentó un crecimiento acumulado de 30 %.
Por su parte, en el período de la revolución bolivariana5 1999-2019,
a pesar de haber vivido el boom petrolero de mayor magnitud y duración de
su historia económica, el PIB de Venezuela ha estado caracterizado por una
alta volatilidad, experimentando años de crecimiento (18,3 %) en 2004 y de
decrecimiento (-17,04 %) en 2016, lo cual evidencia, entre otros factores, una
muy incoherente política económica. Del mismo modo, en el período 1999-
2019 el PIB registra una tasa de crecimiento promedio de -2,6 %, lo que
representa 4,3 puntos porcentuales por debajo de lo registrado en el período
1980-1998 (1,8 %). Ello supone casi dos décadas perdidas en términos de
crecimiento económico y un retroceso respecto al año 1998, dejando al país con
un aparato productivo profundamente diezmado y con una escasa capacidad
para generar riqueza. Dicho de otra manera, lo anterior evidencia claramente el
pobre desempeño económico en términos de crecimiento que ha tenido el país
durante el período de la revolución bolivariana. Por último, se puede también
3 Año a partir del cual el BCV registra información en sus bases estadísticas del desempeño económico de
Venezuela.
4 Durante el Viernes Negro, ocurrido en el mes de febrero del año 1983, el bolívar experimentó una deva-
luación de 74 %, implementándose un control de cambios para tratar de impedir la fuga de capitales.
Igualmente, el 27 de febrero de 1989 ocurrió el denominado Caracazo, un período de gran turbulencia
social y política donde se produjeron sistemáticos saqueos en todo el país y miles de personas fueron
asesinadas por las fuerzas de seguridad del Estado.
5 La revolución bolivariana es el período histórico que se inicia con la victoria electoral de Hugo Chávez en
diciembre de 1998, se acentúa con el cambio constitucional que da inicio formalmente a la V República
y que continúa con el gobierno de Nicolás Maduro a partir del año 2015.
apreciar en la figura 1 cómo Venezuela nunca había experimentado seis años
consecutivos de recesión económica como ha ocurrido en el período 2013-2019.
Figura 1.
Tasas de crecimiento PIB (%) 1951-2019
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
(figura 2). En este gráfico se evidencia cómo en los últimos seis años entre 2014
y 2019 la economía venezolana ha experimentado una fuerte contracción en
términos per cápita, pasando de bolívares 2.091,2 en 2013 a 635,6 en 2019, lo
que representa una pérdida de 69,6 % de la producción de bienes y servicios
por habitante. Asimismo, dicho nivel de PIB per cápita no se había registrado
en toda la historia económica contemporánea de Venezuela, consecuencia de la
contracción del PIB de los últimos años. De la figura 2 también se desprende que
luego de casi cuatro décadas –desde 1980 a 2019–, el país no ha mostrado avances
significativos en la producción de bienes y servicios para cubrir las necesidades
de consumo y mejorar el bienestar de la población, e incluso presenta niveles
de actividad económica inferiores a los registrados en 2003 y 1989, años en los
cuales la nación experimentó crisis económicas y altos niveles de conflictividad
política y social. En resumen, en los últimos setenta años, la economía venezolana
simplemente no ha crecido.
Figura 2.
Evolución del PIB per cápita 1951-2019
(Miles de bolívares a precios de 1997)
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
Fuente: FMI, World Economic Outlok y BCV.
http://www.bcv.org.ve/c2/indicadores.asp AGREGADOS MACROECONÓMICOS: PIB por acti-
vidad económica. Precios constantes. Base 1997 (trimestral). https://www.imf.org/external/pubs/ft/
weo/2020/01/weodata/WEOApr2020all.xls
http://www.mpetromin.gob.ve/portalmenpet/secciones.php?option=view&idS=45 Ministerio del Poder
Popular de Petróleo y cálculos propios.
Fuente: Elaboración propia a partir del Fondo Monetario Internacional, “World Economic Outlook Data-
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
bases”.
https://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2020/01/weodata/WEOApr2020all.xls
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
del FMI, siendo Latinoamérica y África Sub-Sahariana las regiones del mundo
con mayor número de países que evidencian estos negativos y persistentes ciclos
recesivos.
Tabla N°1.
Total
Grupo de países/ años de recesión consecutivos 6 7 8 9 10
general
Latinoamérica y el Caribe[6] 3 1 1 5
África Sub-Sahariana[7] 1 1 1 3
Mancomunidad de Naciones y Estados Independientes[ ] 8
1 1
Países Europeos emergentes y en desarrollo[ ] 9
1 1 2
Otras economías avanzadas[10] 2 2
Zona Euro[11] 1 1
Total general 6 4 2 1 1 14
Fuente: Elaboración propia a partir del Fondo Monetario Internacional, “World Economic Outlook Databa-
ses”. https://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2020/01/weodata/WEOApr2020all.xls
ft/weo/2020/01/weodata/WEOApr2020all.xls
132
ANÁLISIS COMPARATIVO: CRISIS VENEZOLANA VS. PEORES TASAS
DE DECRECIMIENTO EN SEIS AÑOS CONSECUTIVOS EN EL MUNDO,
133
PERÍODO 1980-2019
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
La tabla 2 muestra el ranking mundial de las mayores tasas de decrecimiento
acumuladas en un período de seis años, ubicando los países según la siguiente
distribución geográfica: tres africanos, cinco europeos y seis latinoamericanos.
Venezuela se ubica en el primer lugar en el mundo como el país que más ha
perdido una parte importante de su PIB (-67,06 %) en un lapso de solo seis
años, superando por 16,61 puntos porcentuales a Ucrania (ver figura 6). Por su
parte, al menos la mitad de los países de esta lista han estado inmersos en guerras
civiles o alta conflictividad política durante los períodos señalados, mientras que
en Venezuela esta situación fue fundamentalmente generada por un desacertado
modelo económico que ha profundizado la dependencia del país en su principal
fuente de ingresos: el petróleo, lo que le ha llevado a la peor crisis en su historia
contemporánea.
Tabla N° 2.
Países con la mayor tasa de decrecimiento acumulada
durante seis (6) años consecutivos a nivel mundial (1980-2019)
Código Variación
Posición País Período Región
País PIB (%)
1 VEN Venezuela 2013-2019 -67,06% Latinoamérica
2 UKR Ucrania 1992-1998 -50,45% Europa
3 ZWE Zimbabue 2002-2008 -43,32% África
República Democrática del
4 COD 1988-1994 -38,58% África
Congo
5 BGR Bulgaria 1989-1995 -37,77% Europa
6 SMR San Marino 2008-2014 -28,82% Europa
7 TTO Trinidad yTobago 1982-1988 -28,11% Latinoamérica
8 GRC Grecia 2007-2013 -26,52% Europa
9 SUR Suriname 1981-1987 -23,92% Latinoamérica
10 CMR Camerún 1987-1993 -23,26% África
11 NIC Nicaragua 1983-1989 -20,09% Latinoamérica
12 PRI Puerto Rico 2013-2019 -11,67% Latinoamérica
13 HRV Croacia 2008-2014 -11,58% Europa
14 BRB Barbados 2008-2014 -9,69% Latinoamérica
Fuente: Elaboración propia a partir del Fondo Monetario Internacional, “World Economic Outlook Databa-
ses”. https://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2020/01/weodata/WEOApr2020all.xls
Figura 6.
Países con la mayor tasa de decrecimiento acumulada
durante seis (6) años consecutivos a nivel mundial (1980-2019)
Fuente: Elaboración propia a partir del Fondo Monetario Internacional, “World Economic Outlook Databa-
ses”. https://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2020/01/weodata/WEOApr2020all.xls
Venezuela tuvo la mayor tasa de contracción económica (-35 %) de todos los paí-
ses miembros de la OPEP y la mayor tasa de inflación del mundo (9.585 %). En
ese año ningún país miembro de la OPEP sufrió una inflación mayor al 31,1 %
Radiografía de un colapso
(Irán) y un decrecimiento del PIB mayor al -19,1 % (Libia). Esto también eviden-
cia que el declive de los precios del petróleo no fue necesariamente el origen del
colapso macroeconómico que Venezuela está sufriendo, dado que el ciclo de con-
tracción económica comenzó antes de que ocurriera el descenso en los precios del
petróleo. Además, no existe ninguna otra economía petrolera en el mundo que
presente los desequilibrios macroeconómicos que Venezuela está evidenciando:
aguda contracción económica, alta y persistente inflación y sistemática escasez
134 de bienes básicos.
Figura 7.
135
Desempeño macroeconómico 2019 de los países de la OPEP
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
Fuente: Elaboración propia a partir del Fondo Monetario Internacional, “World Economic Outlook Databa-
ses”. https://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2020/01/weodata/WEOApr2020all.xls
Fuente: Elaboración propia a partir del Fondo Monetario Internacional, “World Economic Outlook Databa-
ses”. https://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2020/01/weodata/WEOApr2020all.xls
y la dispersión de las variaciones del PIB tomados del crecimiento de cada uno
de los países durante los períodos 1980-1998 y 1999-2019, coincidiendo este
último con el período de la revolución bolivariana. En este sentido, se derivan los
siguientes hallazgos: la producción de bienes y servicios en Venezuela en ambos
períodos de estudio estuvo por debajo de la media de la región, siendo inferior en
un 37 % y 196 % en los períodos 1980-1998 y 1999-2019, respectivamente. Del
mismo modo, América Latina experimentó una media de crecimiento similar en
136
ambos períodos, así como una baja dispersión de los datos en torno a la media,
registrando un crecimiento promedio de 2,8 % en el período 1980-1998 y 2,7 % 137
entre 1999-2019. Por el contrario, Venezuela tuvo resultados opuestos. A pesar
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
de haber recibido entre 2004-2017 una gran cantidad de recursos producto del
boom petrolero, experimentó una tasa de crecimiento de 1,8 % en el período
1980-1998 y una tasa negativa de -2,6 % en el período 1999-2019. Asimismo,
Venezuela registró una mayor dispersión en sus tasas de crecimiento, pasando
de 4,7 % en el período 1980-1998 a 9,9 % entre 1999-2019, lo cual nos deja
en evidencia el fracaso de la política económica en las últimas dos décadas para
estabilizar la economía en torno a un crecimiento constante y sostenible, así
como la capacidad de la economía venezolana para mitigar los efectos de las
fluctuaciones del precio del petróleo.
En resumen, la brecha del crecimiento de la economía venezolana con
respecto a la media de América Latina aumentó de 1,0 a 5,2 puntos porcentuales,
y al mismo tiempo el crecimiento presentó mayores fluctuaciones en el período
de la revolución bolivariana, aislando a Venezuela en términos de desempeño
macroeconómico con respecto a la región.
Tabla N° 3.
Análisis estadístico de la variación del PIB
Venezuela Latinoamérica
Período / Años
de crecimiento Media (%) Desv. Estándar Media (%) Desv. Estándar
Fuente: Elaboración propia a partir del Fondo Monetario Internacional, “World Economic Outlook Databa-
ses”. https://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2020/01/weodata/WEOApr2020all.xls
1980-1998 1999-2019
Fuente: Elaboración propia a partir del Fondo Monetario Internacional, “World Economic Outlook Databa-
ses”. https://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2020/01/weodata/WEOApr2020all.xls.
distribución de los datos para cada período (figura 9). Allí se muestra cómo en
ambos períodos el crecimiento de Venezuela se encuentra por debajo del promedio
latinoamericano. Por su parte, de la muestra total de 32 países, las erradas
Radiografía de un colapso
138
Figura 9.
139
Distribución normal estándar crecimiento del PIB
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
en los países de Latinoamérica por período
Período 1 Período 2
1980 – 1998 1999-2019
Fuente: Elaboración propia a partir del Fondo Monetario Internacional, “World Economic Outlook Databa-
ses”. https://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2020/01/weodata/WEOApr2020all.xls.
Zimbabwe Etiopia Seychelles Sao Tomé Venezuela Mongolia Burundi Irán Ucrania Rep Kyrgyz
2008
23.115.088,0 44,4 37,0 32,0 30,4 26,8 26,0 25,4 25,2 24,5
RD Congo Eritrea Seychelles Venezuela Ghana Pakistán Sao Tomé Egipto Samoa Angola
2009
46,2 33,0 31,7 27,1 19,3 17,6 17,0 16,2 14,6 13,7
Sierra
Venezuela RD Congo Guinea Angola Nigeria Sao Tomé Sudán Eritrea Mozambique
2010 Leona
28,2 23,5 15,5 14,5 13,7 13,3 13,0 12,7 12,7
17,8
Bielorrusia Etiopia Venezuela Irán Yemen Vietnam Uganda Sudán Surinam RD Congo
2011
53,2 33,2 26,1 21,5 19,5 18,7 18,7 18,1 17,7 15,5
Sudan del Sur Sudán Irán Etiopia Malawi Venezuela Tanzania Guinea Uganda Eritrea
2012
45,1 35,5 30,6 22,8 21,3 21,1 16,0 15,2 14,1 12,3
Central
Venezuela Sudan Syria Iran Malawi Belarus Eritrea Yemen Guinea
2013 African
56,2 47,7 42,6 42,5 24,2 15,3 12,3 12,0 11,8
12,0
Venezuela Sudan Iran Malawi Belarus Ghana Mongolia Eritrea Ukraine Liberia
2014
68,5 38,0 19,8 19,6 18,6 15,7 14,1 12,3 11,4 11,4
South
Venezuela Ukraine Yemen Argentina Malawi Belarus Sudan Irán Angola
2015 Sudan
180,9 45,8 20,0 19,3 18,7 16,9 15,5 14,0 13,9
25,0
South Sudan Venezuela Suriname Angola Sudan Libya Mozambique RD Congo Yemen Malawi
2016
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
479,7 274,4 52,4 41,9 30,5 29,9 24,6 22,9 22,0 19,5
South
Venezuela Sudan Argentina Iran Zimbabwe Liberia Turkey Angola Sierra Leone
2017 Sudan
862,6 25,2 24,8 8,3 3,4 13,9 11,9 23,7 15,3
117,7
South
Venezuela Sudan Argentina Iran Zimbabwe Liberia Turkey Angola Sierra Leone
2018 Sudan
130.060,2 72,9 47,6 47,5 42,1 28,5 20,3 18,6 17,5
40,1
Radiografía de un colapso
Islamic
South
Venezuela Zimbabwe Argentina Sudan Republic of Liberia Haiti Angola Uzbekistan
2019 Sudan
9.585,5 182,9 57,3 56,9 Iran 20,6 19,8 17,0 15,6
35,9
31,1
Fuente: FMI.
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
mentación completa y consistente metodológicamente para que las estimaciones
de inflación sean replicables (Hanke y Bushnell, 2017).
Por su parte, el salario mínimo real en Venezuela, como consecuencia de la
alta y persistente inflación de la última década y las devaluaciones de la moneda,
al cierre del año 2019 registra su valor más bajo de los últimos 31 años y el más
bajo de América Latina. El salario mínimo en Venezuela para el cierre de 2019 es
equivalente a 6,4 USD por mes, calculado al tipo de cambio “oficial DICOM”
que rige una parte importante de las transacciones de la economía. Es decir,
una gran proporción de venezolanos vive con menos de 0,21 dólares de ingreso
por día. Esto ocurre paradójicamente, como planteábamos inicialmente en este
trabajo, en el país que posee las reservas petroleras más grandes del mundo, y
por ende uno de los países de mayor potencial económico en el continente. Del
mismo modo, si tomamos en consideración el salario mínimo en dólares con
tipos de cambio oficiales (figura 10), observamos cómo en los últimos seis años
el trabajador venezolano ha experimentado una disminución importante en
su capacidad de compra y una pérdida de riqueza sin precedentes, pasando de
471,9 USD al cierre de 2013 a tan solo 1.3 USD en septiembre de 2020, lo que
representa un salario 363 veces menor al de 2013.
Figura 10.
Evolución del salario mínimo en USD
con tipos de cambio oficiales (Período 1989-septiempre 2020)
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
4.095 millones de USD en 1998 a 699 millones de USD, cifra que representa una
disminución de 83 %. De esta manera, en los últimos veinte años, se ha registrado
una fuerte contracción del sector exportador “no petrolero”. Esta apreciación del
tipo de cambio oficial fue posible mantenerla por largos períodos gracias a los
altos precios del petróleo que disfrutó la economía venezolana durante años,
evidenciando nuevamente el rol de la renta petrolera para sostener el balance
externo de la economía, a pesar de los persistentes déficits de cuenta de capital,
de la importante caída de las exportaciones no petroleras y de la sistemática
disminución de nuestra producción de hidrocarburos. En particular en el ámbito
petrolero, la contracción de la actividad desde el año 2001 ha implicado una
tendencia decreciente en nuestra producción de hidrocarburos, lo que puede
mostrar indicios del sostenido deterioro operacional, gerencial y de caída de la
inversión en la industria petrolera. De acuerdo con el Boletín Estadístico Anual
2020 de la OPEP, el nivel de producción de Venezuela para mayo fue 570 mil
b/d, lo que representa una disminución de más de 2 millones 550 mil barriles
con respecto al nivel de producción del país para el año 1998 (3 millones 120
mil b/d), justo antes de que se iniciara el período de gobierno de la revolución
bolivariana. Evidentemente esta reducción en los niveles de producción de petróleo
y su absoluta concentración en términos de las exportaciones, hace mucho más
vulnerable a la economía venezolana de las fluctuaciones de los precios petroleros.
Otra expresión del incoherente manejo macroeconómico y del negativo
ambiente de negocios que ha generado el modelo de desarrollo implementado,
lo representa los bajos niveles de inversión extranjera directa. Como evidencian
los datos de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), Venezuela ha
dejado de ser un receptor importante de inversión extranjera directa durante los
últimos años, lo que ubica al país entre los más bajos destinatarios de inversión
extranjera del continente. Esto, sumado a la baja tasa de inversión privada nacional
consecuencia de las expropiaciones, nacionalizaciones y controles de precios,
ha hecho inviable la producción de muchos bienes y servicios nacionalmente,
generando como resultado unas muy adversas condiciones para el desarrollo de
la actividad empresarial privada en el país, agudizándose así la dependencia de la
economía a los flujos de inversión pública que pueda generar el petróleo.
IMPACTO SOCIAL DEL COLAPSO ECONÓMICO: CAÍDA DE LOS SALARIOS
REALES Y EMPOBRECIMIENTO
144 Fuentes: Encuesta social, (ENSO, 1998) y Encuesta de condiciones de vida (2019). UCAB-USB-UCV (2019).
CONCLUSIONES
145
Para el período entre los años 2014 y 2019 el producto interno bruto de
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
Venezuela se contrajo en -67,06 % y la hiperinflación calculada por el FMI para
el 2019 fue 9.585 %. El lado social del colapso económico es aún más demoledor:
la pobreza aumentó de 45 % en 1998 a 96,3 % en 2020. No solo la pobreza
aumentó de manera exponencial, sino que además un 30 % de los niños registran
desnutricion crónica, solo un 60 % de la población escolarizada es la que consigue
asistir a clases y la cobertura universitaria se redujo a la mitad. De la población
más pobre, más de la mitad no completa la educación universitaria y el país ha
vivido una pérdida de 3,7 años en la esperanza de vida en los últimos cinco años.
Venezuela vive, paradójicamente, un colapso económico, social y humanitario a
solo cinco años de haber recibido el choque petrolero positivo más extraordinario
en magnitud y duración de su historia.
Utilizando datos mundiales del FMI para el período 1980-2019 en un
universo de 192 países, y data del BCV para el período 1950-2018, se realizó un
análisis histórico y comparativo del desempeño macroeconómico de Venezuela,
con especial énfasis en el período de la revolución bolivariana (1999-2019) y la
coyuntura actual de “colapso macroeconómico” (2014-2019), y se demostró que
Venezuela en este último período está en presencia de la peor crisis económica
en magnitud y duración de su historia. De igual manera, las erradas políticas
económicas llevadas a cabo durante el período de la revolución bolivariana
lograron posicionar al país con la menor tasa de crecimiento acumulada de la
región (-51,3 %) durante el período 1999-2019. Adicionalmente, analizando
el período de estudio 1980-2019, Venezuela es el país con la mayor tasa de
decrecimiento acumulada durante seis años consecutivos en América Latina y la
peor del mundo en el período de estudio. Para el año 2020 no existe data oficial,
pero de acuerdo con proyecciones del FMI el producto interno bruto caería en un
-15 %. Esto hace que la caída del PIB total sea mas dramática y esté en niveles del
72 % para el período 2014-2020.
Venezuela constituye, en definitiva, un buen ejemplo de todo lo que “no se
debe hacer” en política económica. En primer lugar, representa el agotamiento de
un modelo de desarrollo basado en la inyección de petrodólares en la economía.
Junto a ello, constituye un modelo de crecimiento basado en los incrementos
del gasto público, gracias a los coyunturalmente altos precios del petróleo,
a la alta tasa de endeudamiento, a los desahorros del Fondo de Estabilizacion
Macroeconómica y al aumento del consumo, que no estaba respaldado por
una mayor producción bienes y servicios e inversión privada. En esencia, una
política económica muy inconsistente que incrementó el control del Gobierno
en la economía y, en general, la implementación de un modelo de desarrollo que
rechazó completamente la iniciativa privada y llevó a la economía venezolana al
colapso macroeconómico.
El petróleo puede generar esas paradojas económicas y crear las condiciones
para que proyectos políticos completamente desprovistos de un mínimo de
sensatez económica gobiernen por un largo tiempo. Inclusive, esos proyectos
políticos pueden retardar el timing de los ajustes, pero tarde o temprano hasta
una economía petrolera con abundantes recursos naturales tiene que enfrentar
las consecuencias del mal manejo macroeconómico y del errado modelo de
desarrollo adoptado.
Nota: Algunas secciones de este trabajo formaron parte del artículo publicado en la revista América Latina
Hoy de la Universidad de Salamanca. Ver Puente y Rodríguez (2020).
REFERENCIAS
BANCO CENTRAL DE VENEZUELA (18 de febrero de 2016): Resultados
del índice nacional de precios al consumidor, producto interno bruto
y balanza de pagos. Cuarto trimestre de 2015-cierre de 2015 [Nota
de prensa] http://www.ine.gov.ve/documentos/NotasdePrensa/pdf/avi-
so180216.pdf
CÁMARA AUTOMOTRIZ DE VENEZUELA (2016): Ventas mensuales
[Base de datos].
CÁMARA DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA. (https://cifar.org.ve )
ENCOVI (2017): Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (UCAB-UCV-
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
MALONE, S. y PUENTE, J. (2008): “En medio de la bonanza petrolera, el ries-
go país aumenta. ¿Que saben los mercados que nosotros no sabemos?”
En: Debates IESA, 13(3), 64-68. http://virtual.iesa.edu.ve/servicios/
wordpress/wpcontent/uploads/2013/12/jul08malonepuente.pdf
MINISTERIO DEL PODER POPULAR DE PETRÓLEO (2017): Precios
del petróleo [Base de datos]. http://www.mpetromin.gob.ve/portal-
menpet/secciones.php?option=view&idS=45
OFICINA CENTRAL DE ESTADÍSTICA E INFORMÁTICA Y PROGRA-
MA DE LAS NACIONES UNIDAS PARA EL DESARROLLO
(2000): Informe Sobre Desarrollo Humano en Venezuela, 2000. Cami-
nos para superar la pobreza. http://hdr.undp.org/sites/default/files/vene-
zuela_2000_sp.pdf
OPEC. (2017): Annual Repor. http://petroleumag.com/wp-content/
uploads/2018/09/2018-OPEP-INFORME-ANUAL-2017.pdf
THE ECONOMIST (6 de abril de 2017). “How Chávez and Maduro have
impoverished Venezuela” [Cómo Chávez y Maduro empobrecieron
Venezuela]. http://www.economist.com/news/finance-and-econo-
mics/21720289-over-past-year-74venezuelans-lost-average-87kg-wei-
ght-how?fsrc=scn/tw/te/rfd/pe
PUENTE, J. (2016): “Venezuela en colapso macroeconómico. ¿Qué se puede
esperar?” En: Real Instituto Elcano. Madrid http://www.realinstitutoel-
cano.org/wps/portal/rielcano_es/contenido?WCM_GLOBAL_CON-
TEXT=/elcano/elcano_es/zonas_es/america+latina/ari63-2016-puen-
te-venezuela-en-colapso-macroeconomico-que-se-puede-esperar
PUENTE, J. y RODRIGUEZ, J. (2020): “Venezuela en etapa de colapso macro-
económico: un análisis histórico y comparativo”. En: America Latina
Hoy. Universidad de Salamanca (Agosto, 2020) https://revistas.usal.es/
index.php/1130-2887/article/view/ale.21992/22645
________ (2017): “Venezuela: La peor economía del mundo en 2016”. En:
Debates IESA, 21(4). Pp. 51-58. http://www.debatesiesa.com/de-
batesweb/wp-content/uploads/2017/02/Puente-Rodr%C3%AD-
guez-La-peor-econom%C3%ADa.pdf
6
UNA NARRATIVA DIFERENTE SOBRE EL COLAPSO
ECONÓMICO EN VENEZUELA: ALGUNOS
DETERMINANTES DE LA OFERTA AGREGADA
C P
INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
cambios en determinadas variables de política económica son capaces de explicar
el crecimiento por oferta. Este proceso, en general, permite diagnosticar los
factores que explican el ciclo de negocios, discriminándolos según su trasmisión
a través de la oferta o la demanda agregada. La identificación empírica de los
detonantes de los cambios en la oferta y la demanda agregada de los países puede
considerarse como un potencial aporte a la literatura empírica, venezolana e
internacional.
En el marco más simple de oferta y demanda agregada, el crecimiento
por oferta describe el impacto que se hubiese observado sobre el producto
debido a desplazamientos –a la derecha o a la izquierda– de la oferta agregada.
Simétricamente, el crecimiento por demanda está asociado a los cambios en
la producción originados en los desplazamientos de la demanda agregada. Por
ejemplo, desplazamientos en oferta agregada pueden ocurrir debido a cambios
en la regulación sobre los salarios y pasivos laborales o a cambios en la oferta de
trabajo que afecten los salarios. Cambios en la productividad total de los factores
–los cuales afectan los costos marginales de producción– también desplazan la
oferta agregada. Asimismo, ajustes deseados por los productores en los márgenes
sobre costos (markups) conducen a cambios en su disposición a ofrecer bienes y,
por tanto, representan desplazamientos de la oferta agregada.
Si bien los desplazamientos de las curvas de oferta y demanda agregada
no son observables, sus efectos sobre el crecimiento y la inflación sí lo son.
Cualquiera sea la dirección de los desplazamientos de las curvas, la predicciones
sobre el crecimiento y la inflación son siempre las mismas. Cuando la demanda
agregada se desplaza, el crecimiento y la inflación se ajustan simultáneamente en
la misma dirección debido a la relación positiva entre los costos variables de las
empresas y la producción. Por el contrario, cuando la oferta agregada se desplaza,
el crecimiento y la inflación tienden a moverse simultáneamente en direcciones
opuestas.
La estimación de los componentes del crecimiento económico se basa en
la identificación de los choques (estructurales) de oferta y demanda agregada.
La identificación de estos choques a su vez, consiste en reconocer en los datos
–de crecimiento e inflación– la dirección de los ajustes provocados por los
choques. Por tanto, dichos choques pueden ser interpretados como medidas de
los desplazamientos –a la derecha y a la izquierda– de las curvas de oferta y
demanda agregada.
Para la identificación de los choques de oferta y demanda agregada –y el
cálculo de los componentes del crecimiento– se sigue la metodología propuesta
en Pagliacci (2019), la cual se basa en la estimación de un modelo estructural
bivariado de vectores autorregresivos (SVAR por sus siglas en inglés). En ese
trabajo, dicha identificación se realiza aplicando restricciones de signo al
crecimiento y la inflación, en contraposición a las restricciones de “corto-largo
plazo” implementadas en Blanchard y Quah (1989). Los resultados en Pagliacci
(2019) muestran que, para cinco países de América Latina –de un total de
siete–, los choques de oferta pueden explicar, en promedio, más del 50 % de las
fluctuaciones en el crecimiento de la actividad económica. Es decir, el crecimiento
por oferta es tan o más relevante que el crecimiento por demanda para explicar la
dinámica del PIB, inclusive en el corto plazo.
Para nuestro estudio del caso venezolano en los últimos 55 años, la
comparación histórica de los componentes del producto muestra que el crecimiento
por oferta ha sido el más relevante para explicar el colapso productivo. Por tanto,
los detonantes del colapso deben buscarse en las condiciones adversas que han
afectado la disposición de los productores a ofrecer bienes y servicios.
La distinción del crecimiento por oferta o por demanda, no establece
cuál es el origen específico del cambio –perturbación o choque– que impulsa
el crecimiento. Es decir, no establece, por ejemplo, si un cambio en la política
monetaria, en la política fiscal, en la tecnología o en la oferta de trabajo afecta la
oferta o la demanda agregada. El procedimiento econométrico que se utiliza solo
asegura que, a nivel agregado, los potenciales desplazamientos de las curvas de
oferta y demanda sean consistentes con los cambios observados en el crecimiento
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
condiciones específicas las generan. Esto permite que los determinantes de cada
componente puedan establecerse empíricamente, en base a las –sorpresas en–
variables que mejor lo explican. En particular, esto abre la posibilidad que el gasto
fiscal, el cual se supone solamente desplaza la demanda agregada, pueda también
tener efectos sobre el desplazamiento de la oferta agregada. En la coyuntura
actual caracterizada por la expansión del COVID-19, el uso de los componentes
152
de crecimiento permitiría contrastar si las medidas sanitarias –o el aumento en
la incertidumbre– desplazan simultáneamente la oferta y la demanda agregada. 153
Para establecer qué variables específicas detonan el crecimiento por
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
oferta, debemos realizar otro análisis econométrico. Se debe establecer, bajo
ciertas hipótesis de trabajo, qué variables podrían explicar las condiciones que
llevaron a los productores a modificar su disposición a ofrecer bienes. En este
trabajo en particular, nos interesa contrastar si variables relacionadas al manejo
de las políticas fiscales y cambiarias logran explicar el crecimiento por oferta.
Específicamente, las variables escogidas son el gasto fiscal, las restricciones
financieras y las depreciaciones del bolívar. Mientras que el gasto fiscal representa
explícitamente un instrumento de política fiscal, las restricciones financieras
están conectadas directamente a acciones cambiarias, e indirectamente, a
acciones fiscales, tal como se explicará en la sección relativa a los determinantes
del crecimiento por oferta. Las depreciaciones por su parte, están íntimamente
relacionadas con el manejo de la política cambiaria, aunque no constituyen un
instrumento de política.
En esta segunda etapa del trabajo, se pretenden contrastar tres hipótesis
específicas, dos de ellas ya planteadas en la literatura venezolana. La primera
hipótesis se basa en los hallazgos de Pineda y Rodríguez (2014). Se desea establecer
si el gasto público doméstico es capaz de incrementar la oferta agregada y, por
tanto, fomentar el crecimiento de la producción desde la oferta. Teóricamente,
esta relación positiva entre el gasto fiscal y la oferta agregada puede ocurrir debido
a las externalidades positivas que el gasto público tiene sobre la productividad,
típicamente a través de inversiones públicas. Sin embargo, podrían existir otros
mecanismos que permitan esta asociación. Por ejemplo, la canalización del gasto
al interno de la economía podría incrementar –desplazar a la derecha la oferta
agregada– al incentivar la creación de empresas de alta productividad.
Una segunda hipótesis es que la oferta agregada está afectada por
restricciones financieras, es decir, por la dificultad de las empresas a acceder
a suficiente financiamiento bancario para mantener un flujo constante de
producción.1 Se presume que mayores restricciones financieras –la combinación
de más necesidades y menos financiamiento bancario– pueden conducir a los
productores a reducir la cantidad de bienes ofrecidos, al afectar el normal ciclo
productivo. Este ciclo incluye: compra de insumos, transformación de bienes
1 Note que esta hipótesis no se refiere a cómo las restricciones financieras limitan la inversión de las empre-
sas. En el caso hipotético que las restricciones financieras redujeran la inversión agregada, el crecimiento
por demanda –y no el crecimiento por oferta– se vería afectado negativamente.
intermedios, pagos de servicios e impuestos y finalmente, venta de los productos
terminados. Mayores restricciones financieras también pueden conducir a
un incremento del markup –un mecanismo de financiamiento interno de las
empresas–, al existir deficiencias en el financiamiento externo (bancario), tal
como establecen Braum y Raddatz (2016). Ambos, la reducción en la cantidad
de bienes ofrecidos y el aumento del markup, son expresiones de una contracción
–desplazamiento a la izquierda– de la oferta agregada. El planteamiento de esta
hipótesis para Venezuela está relacionado con los hallazgos de Braun (2014), el cual
atribuye parte del colapso productivo venezolano al desplome del financiamiento
a las empresas a través del crédito bancario.
La tercera hipótesis se refiere al papel que potencialmente juegan las
depreciaciones sobre la oferta agregada. Según Gopinath y Neiman (2014),
aumentos en el precio de los insumos importados –a partir de una depreciación
de la moneda nacional– pueden conducir a reducciones en la productividad
total de los factores. La existencia de este mecanismo se basa en la existencia
de mercados no-competitivos para los importadores de insumos y el mercado
de bienes. El mecanismo de transmisión se pone en marcha a partir de un
encarecimiento de los precios de los insumos, el cual genera una reducción en
la variedad de insumos importados, una pérdida de eficiencia en el negocio de
importación y una reducción en la productividad para el resto de los mercados.
En el caso venezolano, debido a la importancia de los insumos importados en la
producción, se esperaría que las depreciaciones puedan explicar contracciones
–desplazamientos a la izquierda– en la oferta agregada, a partir de caídas en la
productividad total de los factores.
Para contrastar las hipótesis anteriores, la segunda parte de la estrategia
empírica consiste en un análisis estadístico multivariado que considera el
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
oferta, se justifica intuitivamente la relación entre el crecimiento por oferta y las
variables escogidas para explicarlo. Asimismo se muestran, a través de diversos
estadísticos, los resultados de la estimación del modelo SVAR que explica el
impacto de estas variables sobre el crecimiento por oferta. En la sección relativa a
las implicaciones de políticas para promover el crecimiento por oferta, se intenta
resumir las implicaciones de los resultados obtenidos.
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
importante inestabilidad del crecimiento durante los años posteriores describe
una tendencia aún más negativa para el crecimiento que la observada entre
1990 y 2003. Para la inflación, la tendencia es ligeramente al alza desde los
años 60 hasta 1988. Nuevamente, la salida de los controles cambiarios y de
precios en 1989 y 1996 respectivamente, marcaron un período de importante
aceleración inflacionaria. Desde finales de 1997 y hasta 2007, la inflación tiende
a reducirse progresivamente. Sin embargo, desde 2008 y hasta 2015, pero en
especial a partir de 2013, la tendencia de la inflación es creciente, de manera
mucho más abrupta que la observada en el primer quinquenio de los 90. En
general, ambas figuras señalan que la inestabilidad de la economía venezolana se
ha venido profundizando a lo largo del tiempo con tendencias progresivamente
más negativas para el crecimiento del producto y tendencias de mayor inflación,
en especial a partir de 2005.
Para enriquecer esta narrativa de progresiva contracción económica, se
recurre a la descomposición del crecimiento en sus dos componentes: crecimiento
por oferta y crecimiento por demanda, según la metodología de Pagliacci
(2019). Siendo los choques estructurales de oferta y demanda agregada los
desplazamientos de las curvas, los componentes provienen de la descomposición
histórica de la varianza del crecimiento. Dicha descomposición calcula el
impacto sobre el crecimiento de la secuencia histórica de cada tipo de choque
–acumulando sus efectos tanto presentes, como pasados. Estos componentes se
muestran en la figura 2.
Figura 2.
Crecimiento por oferta y por demanda
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
productores a ofrecer más bienes. Esto indica también la existencia de condiciones
favorables para la oferta agregada. Se observa también que el crecimiento por
oferta más que compensa algunas fluctuaciones negativas del crecimiento
por demanda. A partir de 1976, comienza una ralentización importante del
crecimiento por oferta que se prolonga hasta 1980. Estas repetidas contracciones
en la oferta agregada, sin embargo, solo comienzan a hacerse visibles en el
producto total a partir de 1979. En cuanto al impacto de demanda agregada
sobre el crecimiento, este impacto es moderado, haciendo que el crecimiento por
demanda fluctúe alrededor de cero hasta 1973, año en el cual registra una primera
expansión importante. A partir de 1980, el componente de oferta muestra una
alta volatilidad que se mantiene hasta el año 2003. Durante la mayor parte de
este período (1980-2003), la oferta agregada sufre contracciones importantes,
especialmente durante el entorno de los episodios de crisis cambiarias y
financieras. Las expansiones de la oferta agregada, por el contrario, solo logran
impulsar el crecimiento por períodos cortos, el más largo de ellos entre 1989-
1992. A partir de los años 80, la volatilidad de la demanda agregada también se
acentúa. El crecimiento por demanda se expande sustancialmente justo en los
períodos de mayor contracción de la oferta, por lo que comienzan a observarse
desbalances significativos entre la demanda y oferta agregada. Estos desbalances
explican los episodios históricos de mayor inflación. Sin embargo, la magnitud
de la contracción de la oferta durante estos episodios tiende a superar con creces
la expansión de la demanda, por lo que se observa conjuntamente contracción
económica con mayor inflación. Posterior a la contracción de 2003, en el período
2004-2007, el crecimiento por oferta se vuelve nuevamente importante para
explicar el crecimiento total. A pesar de la importante expansión de la demanda
agregada durante 2005-2007, las expansiones de la oferta agregada resultaron
mayores. Esto condujo a observar un fuerte crecimiento con menor inflación.
Esta fase de expansión de la oferta agregada coincide con el auge internacional
de los precios del petróleo y con un manejo del control cambiario que mantiene
brechas cambiarias moderadas. Durante el año 2012, otra breve expansión de
la oferta agregada logra explicar el crecimiento total del producto y una menor
inflación.
Otra forma de entender intuitivamente la importancia de los choques de
oferta es observando su impacto sobre el nivel de PIB. Para ello, se calculan
dos índices que acumulan el comportamiento de los componentes –de oferta y
demanda– separadamente. La figura 3 muestra los índices de producto por oferta
y demanda, desestacionalizados y con base 1960.
En la figura 3 es notorio que el comportamiento de la oferta agregada
a lo largo del tiempo explica el colapso económico venezolano. La ocurrencia
de crisis puntuales en 1989, 1994 y 1996 han marcado caídas dramáticas en el
nivel del producto por oferta –y en el producto total también– que nunca han
sido recuperadas. El más reciente deslizamiento del producto por oferta revela la
ocurrencia de sendos choques contractivos en la oferta agregada a partir de 2013,
los cuales seguramente se repiten de forma recurrente y acentuada hasta la fecha
(2020).
Aunque no reportados, los resultados de las descomposiciones de varianza
del crecimiento y la inflación muestran que, en promedio, los choques de oferta
explican más del 60 % del crecimiento y de la inflación cuando ocurren. Luego de
tres años, ambas proporciones se incrementan hasta un 75 % aproximadamente.
Es decir, la relevancia de los choques de oferta aumenta, inclusive para explicar
la inflación. El caso venezolano se contrapone, por ejemplo, al caso de Estados
Unidos ilustrado en Pagliacci (2019), según el cual los choques de demanda
explican el 70 % del comportamiento del producto en el corto plazo y 98 % de
la inflación en el largo plazo.
Figura 3.
Índices del nivel de producto por componente (valores
desestacionalizados)
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
Radiografía de un colapso
160
LOS DETERMINANTES DEL CRECIMIENTO POR OFERTA: EL GASTO
DOMÉSTICO, LAS RESTRICCIONES FINANCIERAS Y LAS DEPRECIACIONES
161
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
El análisis de la sección anterior conduce a concluir que, durante el período
estudiado ocurrieron cambios en las condiciones del entorno macroeconómico
que propiciaron reducciones recurrentes en la cantidad de producto que los
oferentes estaban dispuestos a proveer al mercado. Apartando las condiciones
políticas e institucionales, ¿qué cambios en las políticas económicas pudieron
asociarse a estas contracciones –desplazamientos a la izquierda– de la oferta
agregada? En esta sección se intenta dar respuesta a esta pregunta a través de
la estimación de un SVAR que contiene las siguientes variables: el crecimiento
del gasto fiscal real (ajustado por inflación), una variable sintética que mide las
potenciales restricciones financieras, la depreciación del bolívar en los mercados
no-controlados, y el crecimiento por oferta (estimado en la sección anterior). El
objetivo específico es determinar el impacto –sobre el crecimiento por oferta– de
cambios inesperados en el resto de las variables. El comportamiento de estas
variables se puede observar en la figura 4.
El gasto fiscal se refiere al gasto del Gobierno central realizado
domésticamente y proviene de las estadísticas del Ministerio de Finanzas. Su
crecimiento cada trimestre se calcula como la variación del gasto anual respecto
al gasto del año anterior. Las depreciaciones del bolívar se calculan como el
crecimiento anual –trimestre a trimestre– del precio del dólar en el mercado
oficial –en ausencia de controles–, y en los mercados no-controlados (durante los
períodos de control cambiario).
La construcción de la variable de restricciones financieras, requiere de
una explicación más detallada. Esta variable no es directamente observable,
pero suponemos está afectada por variables cambiarias y crediticias, relacionadas
con las decisiones de política del fisco y la autoridad monetaria. Teóricamente,
esta variable intenta capturar simultáneamente, potenciales aumentos en las
necesidades de financiamiento de las empresas y reducciones en la oferta de
crédito bancario. Concretamente, se obtiene a partir de la aplicación de la
técnica de componentes principales a cuatro variables agregadas: un indicador de
estabilidad cambiaria, la proporción de las ventas de divisas del Banco Central
al sector privado, el crecimiento del crédito bancario ajustado por inflación y las
variaciones de la tasa de interés activa bancaria.
La estabilidad cambiaria y la proporción de divisas vendidas al sector
privado son variables que pueden identificarse con cambios en las necesidades
de flujo de caja –y financiamiento– de las empresas, para la compra de insumos
importados (en moneda extranjera). El indicador de estabilidad cambiaria se
calcula como el inverso de la volatilidad de las depreciaciones nominales observadas
durante el año, tal como en Aizenman y Chinn (2008). Se presume que una
mayor inestabilidad cambiaria genera mayor incertidumbre sobre las necesidades
de flujo de caja y, por tanto, aumenta las necesidades de financiamiento de las
empresas. La proporción de divisas vendidas al sector privado (sobre el total de
ventas) se calcula a partir de datos provistos por del Banco Central. Se conjetura
que una mayor proporción de ventas a privados representa una mayor facilidad
(menores fricciones) al acceso a las divisas, independientemente del nivel de la
renta petrolera. Este es el caso, debido a que el Banco Central es el único oferente
de divisas que centraliza las divisas obtenidas por las exportaciones petroleras,
inclusive en los períodos en los que no hay control cambiario. Mayores ventas
(relativas) de divisas probablemente están asociadas a menores necesidades
financiamiento interno de las empresas y por ende, a menores restricciones
financieras.
El crecimiento del crédito bancario real y las variaciones de la tasa activa
representan una aproximación al financiamiento externo a las empresas. Un
crecimiento del crédito y una reducción de las tasas activas simultáneos, son
consistentes con una mayor oferta de crédito bancario. Por tanto, una mayor
oferta de crédito bancario reduce las restricciones crediticias de las empresas.
En la estimación se asegura que el componente escogido caracterice
adecuadamente las restricciones de crédito, verificando el signo de sus cargas.
El componente utilizado representa la variación conjunta (observable) de las
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
pesos asignados estadísticamente son: 0.61 para las tasas, -0.61 para el crédito,
-0.44 para la estabilidad cambiaria y -0.23 para la proporción de divisas a
privados.
La figura 4 también muestra intuitivamente la posible relación entre las
variables usadas en la estimación econométrica del SVAR. Por ejemplo, la variable
que captura las restricciones financieras muestra sus valores más negativos en la
década de los 60 y 70, al inicio y al final de los 90, entre 2004-2007 y durante
162
el 2012. Durante estos períodos de menores restricciones financieras (con
relación al promedio de la muestra), el crecimiento por oferta fue importante. 163
Por el contrario, los períodos de mayor restricción financiera se observan durante
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
las crisis cambiarias y financieras, las cuales coinciden con fuertes caídas en la
oferta agregada. Mayores depreciaciones de la moneda tienden a coincidir con
importantes contracciones del crecimiento por oferta, en especial al final de la
muestra. Las relaciones con el gasto fiscal son más difíciles de establecer a simple
vista, pero la correlación entre estas dos variables es positiva y relativamente alta
(0.52).
Figura 4.
Variables incluidas en el SVAR
Desviaciones estándar: gasto fiscal 0,09; restricción financiera 0,49; depreciación 0,11; crecimiento por
oferta 0,023
164
La figura 5 muestra que, en todos los casos, el crecimiento por oferta es
afectado de forma estadísticamente significativa, y en la dirección esperada, 165
por los cambios –choques– en las diversas variables. Esto es, un crecimiento
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
inesperado del gasto aumenta el crecimiento por oferta, en tanto que, mayores
restricciones financieras y depreciaciones de la moneda reducen el crecimiento por
oferta. Según los cálculos, y considerando ambos ordenamientos, un aumento
del gasto fiscal real del 10 % puede generar entre 1-1,8 puntos porcentuales de
crecimiento anual por oferta, en el trimestre de mayor efecto. Una depreciación
(apreciación del dólar) del 10 % puede reducir el crecimiento por oferta entre
1,5-1,6 puntos porcentuales anuales. Finalmente, un aumento de restricciones
de oferta en una desviación estándar, genera una reducción del crecimiento por
oferta entre 2,4-3 puntos porcentuales.
Históricamente también se puede determinar la contribución de cada
tipo de choque al cambio del crecimiento por oferta. Este análisis se presenta
gráficamente en la figura 6 (para el ordenamiento de referencia).
En la figura 6 se observa que las contribuciones de –los choques en– las
variables para explicar el crecimiento por oferta ha sido cambiante. Por ejemplo,
las menores restricciones financieras en los 60 y 70 y durante el primer quinquenio
del 2000, parecen explicar una parte importante del mayor crecimiento por
oferta. Por el contrario, contracciones sustanciales del gasto fiscal en los 80 y
90 se asocian con importantes caídas en el crecimiento por oferta. Por su parte,
menores tasas de depreciación tienden a favorecer la aparición del crecimiento
por oferta. También es claro que las fuertes depreciaciones registradas en la
última parte de la muestra replican las fuertes caídas del crecimiento por oferta.
Figura 6.
Descomposición histórica del crecimiento por oferta
explican alrededor del 14 % del crecimiento por oferta. Asimismo, los choques
en las restricciones financieras explican más de un 20 % y los choques en el tipo
de cambio un 45 % del crecimiento por oferta. El resto del comportamiento
Radiografía de un colapso
2 Por su parte, los choques al crecimiento por oferta –por factores no considerados en el modelo– explican
una porción pequeña del comportamiento del resto de las variables. Específicamente, estos choques
explican alrededor de: 8 % del gasto fiscal, 1 % de las restricciones financieras y 2 % del tipo de cambio.
Esto implica que los datos no rechazan la posibilidad de que la causalidad corra fundamentalmente del
166 gasto fiscal real, las restricciones financieras y las depreciaciones a la oferta agregada, y no en dirección
contraria.
Tabla 1.
Descomposición de la varianza de variables por tipo de choque 167
(como porcentaje de la variabilidad total de la variable)
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
Choque en
Choques Choque en gasto Choque en Choque en
restricciones
Trimestres fiscal real depreciación crecimiento por oferta
financieras
Gasto fiscal real
0 100 0 0 0
12 82 6 4 8
Restricción financiera
0 2 98 0 0
12 14 68 17 1
Depreciación del bolívar
0 3 0 97 0
12 2 6 90 2
Crecimiento por oferta
0 11 11 4 74
12 14 22 45 19
En este trabajo se muestra que un incremento del gasto fiscal real, una
reducción de las restricciones financieras a las empresas y menores tasas de
depreciación de la moneda pueden contribuir a una recuperación del crecimiento.
El elemento novedoso de estos resultados es que el efecto sobre el crecimiento
ocurre a través de los cambios que estas variables propician en las condiciones
que enfrentan los productores y su disposición a ofrecer bienes a la economía. Es
168
decir, los cambios en estas variables –relacionadas a la política fiscal y cambiaria–
tienen un impacto sobre la oferta agregada, y se resumen en el crecimiento por 169
oferta.
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
Las razones teóricas por las cuales estos mecanismos de transmisión emergen
son probablemente, la poca competitividad de los mercados de importadores,
y de bienes en general, y la existencia de fricciones financieras. La falta de
competitividad de los mercados permite que las depreciaciones generen caídas
en la productividad total de los factores o que las empresas puedan incrementar
su markup sin salir del mercado. Las fricciones financieras, es decir, la dificultad
de las empresas para acceder a financiamiento externo (bancario), también las
lleva a hacer un uso más intensivo de un mecanismo de financiamiento interno
(el markup).
El proceso de colapso narrado en este trabajo también muestra que la
caídas abruptas del componente de oferta están relacionadas a la importante
variabilidad que durante diferentes períodos presentaron el gasto fiscal, las
restricciones financieras y la depreciación. En este contexto, el reto de la
recuperación económica consiste en crear las condiciones que permitan un
crecimiento por oferta sostenido en el tiempo, sin la variabilidad observada en el
pasado. La pregunta que surge es, ¿qué explica la alta volatilidad del gasto fiscal,
las restricciones financieras y las depreciaciones?
En el caso del gasto fiscal real mostramos que su variabilidad está explicada
principalmente por variables fuera del modelo empírico. Esto puede significar
que, para establecer sus políticas de gasto, los hacedores de política responden
fundamentalmente a la renta petrolera y a objetivos políticos y electorales de
muy corto plazo. Esta forma de gestionar el gasto, por tanto, no considera las
restricciones presupuestarias intertemporales que surgen a partir de un manejo
sostenible de las finanzas públicas. En este sentido, la estabilización del gasto
requiere de la construcción de una institucionalidad fiscal adecuada.
En el caso de las depreciaciones, la mayor parte de sus fluctuaciones
también son explicadas por variables fuera del modelo empírico. Hacia finales de
la muestra, un origen muy probable de la altísima volatilidad de las depreciaciones
es el progresivo desmantelamiento del mercado cambiario –que inicia con la
implementación del control cambiario en 2003 y culmina con la ilegalización
de las operaciones en moneda extranjera en 2010. La cotización del dólar en
mercados paralelos, opacos y de poquísima profundidad financiera, puede
seguramente explicar las altísimas y variables tasas de depreciación del bolívar
desde 2010.3 Para el resto de los controles cambiarios, la aparición de mercados
duales (pero legales) también causaron incrementos en la volatilidad del tipo de
cambio. Fuera de los controles, sin embargo, la inestabilidad cambiaria se expresa
no en la volatilidad del tipo de cambio, sino en la eventual ocurrencia de crisis
externas que conducen a cambios en el régimen cambiario.
Sin embargo, a lo largo de toda la historia analizada, el arreglo institucional
cambiario es esencialmente el mismo, y es también, potencialmente, el factor
estructural que origina la inestabilidad. Este arreglo obliga a la centralización
de la totalidad de la renta petrolera a través del balance del Banco Central y,
por ende, convierte a este en el único oferente posible de divisas. Este arreglo
incentiva la imposición de trayectorias del tipo de cambio que son incompatibles
con la disponibilidad intertemporal de divisas y el estado de los fundamentales.
Por tanto, la reconstrucción de un mercado cambiario transparente, de amplio
acceso y competitivo es una tarea fundamental para reducir la volatilidad
cambiaria. En dicho mercado, el papel del Banco Central debería ser reevaluado
y redimensionado a la luz del funcionamiento de la mayoría de los mercados
cambiarios latinoamericanos.
La variabilidad de las restricciones financieras, a diferencia de las variables
anteriores, está parcialmente explicada por los cambios en la depreciación y en
el gasto fiscal, y no solamente por eventos puramente financieros. Por tanto, la
inestabilidad de las políticas fiscales y cambiarias son transmitidas y amplificadas
al ámbito financiero, y en particular al ámbito crediticio. Tal como se explicó,
la conexión entre el gasto fiscal y la oferta de crédito es la creación de dinero de
origen público, la cual exhibe altísima volatilidad. Esta no solo afecta la oferta de
crédito, sino también tiene impactos sobre la estabilidad del sistema financiero
(Carvallo y Pagliacci, 2016), el precio de los inmuebles y los rendimientos de la
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
Esta menor volatilidad requiere, a su vez, generar las condiciones que permitan
al Banco Central tener un control efectivo sobre dicho proceso. Para ello, el
uso de instrumentos de política monetaria es poco efectivo e ineficiente. La
solución de carácter más estructural debe evitar que las acciones fiscales y la renta
petrolera afecten constantemente el balance del Banco Central. Nuevamente, la
170 3 Si bien desde 2017 hasta la fecha se ha despenalizado progresivamente el uso del dólar, la opacidad y poca
profundidad de los mercados cambiarios no-oficiales siguen presentes.
estabilización pasa por modificar el arreglo institucional monetario-cambiario
que obliga a la centralización de la renta petrolera a través del Banco Central. De 171
esta forma, se establecerían las condiciones necesarias mínimas para que el Banco
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
Central pueda estabilizar la creación de dinero primaria.
Para el levantamiento de las restricciones financieras de forma más
permanente, se requeriría la profundización de la intermediación bancaria. Tal
como se ha establecido en la literatura internacional relacionada a las restricciones
financieras, el desarrollo de sistemas financieros más eficientes y accesibles pueden
jugar un papel importante en el desarrollo del comercio y del crecimiento de los
países.
A un nivel más fundamental, la recuperación del crecimiento por oferta
pasa por atacar la estructura de los mercados. Reiteradamente, la implementación
de controles cambiarios en Venezuela ha servido para el otorgamiento de subsidios
selectivos a las empresas. Estos subsidios han disminuido progresivamente la
densidad del tejido empresarial nacional, reduciendo el número de oferentes
en los mercados y volviendo los mercados menos competitivos. Esto no solo
ha permitido el uso del markup como mecanismo de financiamiento, sino que
además ha amplificado el impacto de las fluctuaciones externas a lo interno de
la economía. Esta fuente de inestabilidad más fundamental necesita de tiempo
para ser subsanada, pero también requiere la noción de que los mercados deben
ser adecuadamente supervisados para evitar el establecimiento de empresas con
excesivo poder de mercado. En este sentido, facilitar el acceso de potenciales
oferentes a los mercados es una tarea de extrema importancia que debe ser
garantizada también con la creación de una institucionalidad apropiada.
REFERENCIAS
AIZENMAN, J., y CHINN, I. (2008): “Assessing the emerging global financial
architecture: measuring the trilemma’s configurations over time”. En:
National Bureau of Economic Research (14533).
ARREAZA, A. y PEDAUGA, L. (2006): “Determinantes de los cambios en la
productividad total de los factores en Venezuela”. En: Ensayos sobre
Política Económica, 25(3). (B. d. Colombia, Ed.) Pp.120-167.
BELLO, O.; BLYDE, J.; y RESTUCCIA, D. (2011): “Venezuela’s growth
experience”. En: Latin american journal of economics, 48(2). Pp. 199-
226.
BLANCHARD, O. y QUAH, D. (1989): “The dynamic effects of aggregate
demand and aggregate supply”. En: The American Economic Review,
79(4). Pp. 655-73.
BRAUN, M. (2014): “The real effects of the financial collapse”. En: R. Hausmann,
y F. Rodríguez (Eds.), Venezuela before Chávez: anatomy of an economic
collapse. University Park, PA, United States: Penn State Press.
BRAUN, M. y RADDATZ, C. (2016): “Liquidity constraints, competition and
markup cyclicality”. En: Financial Managment, XXX. Pp.1-34.
CARVALLO, O. y PAGLIACCI, C. (2016): “Macroeconomic shocks, bank
stability and the housing market in Venezuela”. En: Emerging Markets
Review, 26. Pp. 174-196.
CHIRINOS, A. M. y Pagliacci, C. (2015): “Macroeconomic shocks and
the forward yield curve: how important is monetary policy?” En:
Macroeconomics and finance in emerging market economies, 8(3). Pp.
201-223.
________ (2017): “Credit supply in Venezuela: a non-conventional bank
lending channel?” En: IDB Working Paper Series (IDB-WP-797).
GOPINATH, G. y NEIMAN, B. (2014): “Trade adjustment and productivity
in large crises”. En: American Economic Review, 104(3). Pp. 793-831.
HAUSMANN, R. y RODRÍGUEZ, F. (2014): Venezuela before Chávez:
anatomy of an economic collapse. (R. Hausmann, & F. Rodríguez, Eds.)
University Park , PA, United States: Penn State Press.
PAGLIACCI, C. (2019): “Are we ignoring supply shocks? A proposal for
monitoring cyclical fluctuations”. En: Empirical Economics, 56(2). Pp.
445-467.
PINEDA, J. y RODRÍGUEZ, F. (2014): “Public investment and productivity
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
172
7
IMPLICACIONES DOMÉSTICAS DEL COLAPSO
Y DE LA POSIBLE RECUPERACIÓN DE LA
PRODUCCIÓN PETROLERA EN VENEZUELA
R K
C V
INTRODUCCIÓN
se registra en el país desde el año 2013. En segundo lugar, cuantificar hasta qué
punto la recuperación del sector petrolero podría contribuir a la recuperación del
PIB total de la economía a lo largo del tiempo y, por último, ¿a cuánto ascienden
Radiografía de un colapso
174
Gráfico 1
Cambio porcentual en el PIB total de Venezuela 175
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
Fuente: World Economic Outlook Database (FMI 2018).
mayor presión sobre el gasto, pues se necesitan más recursos para lograr los mismos
objetivos. La caída de productividad viene acompañada de disminución de los
ingresos de los organismos y empresas estatales, y de los impuestos reportados
Radiografía de un colapso
y pagados, con lo cual tiende a aumentar el déficit y la presión sobre el uso del
excedente económico de PDVSA. Un agravante de la pérdida de productividad
del modelo estatista-centralista es la sobrevaluación de la tasa de cambio oficial
que se produce por el aumento del precio del petróleo (en ausencia de fondos
de estabilización macroeconómica) y una política deliberada de endeudamiento
externo a cuenta de tal aumento. Puente, Gómez y Vera (2009) señalan que en
176 el caso de Venezuela la predominancia de políticas que favorecen la apreciación
de la tasa de cambio, la protección a través de barreras comerciales generalizadas,
subsidios, y exenciones de impuestos pueden explicar la orientación de recursos 177
desde el sector transable al no transable y consecuentemente afectar el crecimiento
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
de la productividad.
El efecto realimentación consiste en reducir el componente de inversión
del sector público (incluida PDVSA), una vez que se agotan las fuentes de
financiamiento del déficit fiscal debido a los dos efectos anteriores (directo e
indirecto). La caída de las inversiones en las empresas no petroleras realimenta
el efecto indirecto, porque la reducción de la inversión pública refuerza aún más
la caída de productividad. Se realimenta entonces la dependencia del ingreso
petrolero al reducirse la capacidad de producción y generación de ingreso de estas
empresas estatales no petroleras. Al reducirse la inversión en el sector petrolero,
y producirse la caída de productividad, disminuye la capacidad para crear
recursos que permitan atender las crecientes necesidades del resto de los sectores
económicos y sociales del país.
Esta contradicción entre las crecientes exigencias de recursos de todos los
sectores de la sociedad y la caída del ingreso petrolero hace insostenible el modelo
a largo plazo, incluso en un escenario de estabilidad del precio del petróleo. Esta
disparidad entre demanda e ingreso se ve agravada por la caída temporal del
precio del petróleo que ocurre durante los años 2008 y 2009, pero que adquiere
visos de mayor permanencia a partir de 2014.
El Gobierno, en vez de aprovechar la coyuntura de precios bajos de
2008 y 2014 para revertir las consecuencias del modelo estatista-centralista,
decide, por el contrario, reforzarlas. Impone un ajuste recesivo con la restricción
a las importaciones de todos los sectores productivos, incluido el petrolero.
La estrangulación de las importaciones refuerza aún más el modelo estatista-
centralista. De esta forma, el modelo niega la posibilidad de que, gracias a
los precios relativos (el mecanismo más eficiente de asignación de recursos en
una economía moderna), ocurra una reactivación económica, tanto del sector
petrolero como del no petrolero. El resultado es un aumento de las distorsiones
de los precios relativos, incluidos el tipo de cambio (el precio más importante de
la economía) y los precios de los combustibles, que se mantienen controlados.
El control general de precios de bienes y servicios agrava la escasez y estimula a
pagar primas que refuerzan la inflación, pero en nada incentivan la producción.
El rol del sector petrolero en el socialismo del siglo XXI
El sector petrolero desempeña un papel protagónico en el llamado
socialismo del siglo XXI; principalmente como financista, en una fase inicial,
de un modelo estatista de la producción de bienes privados y centralista en la
provisión de bienes y servicios públicos. La orientación de la política sectorial
merma los recursos propios para financiar sus inversiones de largo plazo y el
mantenimiento de sus operaciones e instalaciones. Un repaso de las decisiones
tomadas sobre PDVSA permite entender el deterioro progresivo de esta empresa.
• El aumento, desde 1999, de la carga fiscal de PDVSA, reforzada
desde 2001 con contribuciones parafiscales para financiar las misiones
sociales. Estas contribuciones parafiscales representan el equivalente a
un pago de regalías adicional de 20 % de los ingresos brutos (adicional
al 30 % establecido en la ley).
• La congelación del precio del combustible vendido en el mercado
nacional, por debajo de los costos de producción y de oportunidad
(tasa de subsidio del 98 %).
• La firma de acuerdos energéticos con países del Caribe (principalmente
Cuba) a partir de 2000 que, en razón de las cantidades ofrecidas de
crudo y el financiamiento acordado, disminuyen el flujo de ingresos
anuales entre 10 % - 20 %.
• La migración, a partir de 2006, de los convenios operativos y las
asociaciones estratégicas de la Faja del Orinoco hacia la figura de
empresas mixtas, en las que PDVSA debe aportar más del 60 % del
financiamiento de nuevos proyectos de inversión.
• La exigencia de convertir a PDVSA en una corporación de desarrollo
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
financiar en más de 60 % los proyectos no petroleros del Estado.
Al mismo tiempo que a PDVSA se le asignaban nuevos y variados
compromisos gerenciales y operacionales no medulares, el lineamiento del
Gobierno fue desmantelar los criterios meritocráticos para el manejo de personal.
Esta política explica el despido de más de 23 mil trabajadores de la llamada
“nómina mayor”, integrada por profesionales y técnicos de alta calificación
y experiencia. De nuevo se presenta la paradoja entre la exigencia creciente de
recursos y la incapacidad para generarlos. En este contexto PDVSA recurrió
al endeudamiento externo y tomó la cuestionable decisión de concentrar sus
inversiones en la Faja del Orinoco, en detrimento de las inversiones en crudos
livianos y medianos, particularmente en el occidente del país. La petrolera estatal
subestimó los costos de capital para los nuevos desarrollos de crudo extra-pesado y
sobreestimó la capacidad de ejecución de la empresa en proyectos muy complejos
por naturaleza. En consecuencia, la empresa dejó de invertir en la extracción de
crudo liviano y mediano, lo que provocó caídas vertiginosas en la producción.
Esto más el descenso de los precios a partir de 2014 limitó el alcance de las
economías de dilución de crudos pesados. Sin capacidad técnica para reparar
los mejoradores existentes y menos aún para desarrollar nueva capacidad de
procesamiento, la producción de crudos pesados también colapsa. La contraparte
de esta realidad compleja ha sido una caída abrupta de la productividad media
de los activos en propiedad, plantas y equipos de PDVSA y, en particular, los
activos dedicados a las actividades de exploración y producción. Con la baja del
precio del petróleo a partir del segundo semestre de 2014 se produce una caída
importante (en términos absolutos) de las inversiones de la empresa. Esto, sumado
a los retrasos del pago a los proveedores, da cuenta de la caída acelerada de la
producción que se registra entre 2016 y 2018. Una vez agotado el financiamiento
externo, al punto de resultar extremadamente costoso, el estrés financiero de la
empresa merma su capacidad para pagar a contratistas y proveedores y contrae la
inversión. En 2016 el promedio de pago de una factura alcanzó el récord de 29
meses, un indicador que desde 1990 hasta 2007 estaba alrededor de 2,1 meses.
En esta fase de estrés financiero se reduce la flexibilidad operativa de la empresa
al no contar, en los tiempos requeridos, con insumos y servicios necesarios para
la producción y el procesamiento de crudos.
Los subsidios a los servicios, incluidos los energéticos, son un elemento
característico del socialismo del siglo XXI. Aunque Wang y Li (2016) argumentan
que tanto este como los subsidios a los energéticos son responsables del colapso
del sector petrolero, en realidad sostenemos que los subsidios a los servicios en
general son un elemento esencial de este modelo. Los subsidios a los servicios
representan un sacrificio fiscal del orden de los 18 mil millones de dólares
(MMM$), de los cuales los energéticos representan 14 MMM$, y 10 MMM$
combustibles fósiles. Esto representa, como veremos más adelante, el 45 % de las
necesidades de financiamiento de la inversión petrolera.
Tabla 1
Monto estimado de subsidios sectoriales en el año 2014-2018 (MMM$)
estatal, cae de 21 mil barriles por dólar de valor de los activos en 2006 a 7 mil 100
en 2016. Por otra parte, cómputos referidos a la productividad total de factores
realizado por los autores revelan una pérdida de 75 % entre los años 2006 y 2012,
o de 11,1 % por año. Este cálculo se obtuvo siguiendo a Hall y Taylor (1997:78)1,
en base a estimaciones de stock de capital del sector petrolero realizados por
Baptista (2011). Un aspecto clave del negocio petrolero es su naturaleza dinámica,
la tasa de declinación natural y mecánica de la producción en Venezuela es, en
180 1 Variación % en la PTF = Var.% producción (Y) – alphaK*Var.% K – alphaL*Var.%L
promedio, del 24 %. Para aumentar la producción en términos netos se deben
generar barriles adicionales que compensen esa declinación. La generación de 181
estos barriles adicionales solo es posible gracias a los gastos de mantenimiento y
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
nuevas inversiones. En el siguiente gráfico se ilustra el problema de la caída de la
productividad. Este gráfico contiene información sobre inversiones en exploración
y producción, la declinación de la producción, y los barriles generados. Todos
ellos son graficados en forma de aproximaciones polinómicas. Durante el periodo
1999-2005 la inversión de la industria petrolera estuvo rezagada; sin embargo,
a partir del año 2006 se produce un incremento notable de la inversión y del
stock de capital en el sector petrolero. No obstante, este notable esfuerzo en la
generación de barriles no logra compensar la declinación natural y mecánica
de la producción. Este mismo gráfico sugiere que con la caída de la inversión
en términos absolutos a partir del año 2014 se acelera aún más la caída de la
producción de hidrocarburos.
Muchos factores están detrás de la caída progresiva de la productividad
desde el año 2006. Ella está asociada principalmente a la eliminación de los
convenios operativos y la nacionalización de las asociaciones estratégicas de
la Faja Petrolífera del Orinoco. También está asociada con la expropiación de
empresas proveedoras de bienes y servicios petroleros. Finalmente está relacionada
con la conversión de PDVSA en una corporación de desarrollo. En el nuevo
esquema imperante desde el año 2006, las empresas que antes actuaban con
flexibilidad operativa son constreñidas financiera y operacionalmente de diversas
formas. Financieramente, no se aprueba la remisión de utilidades, y el Estado no
aporta su alícuota para el financiamiento de nuevos proyectos. El Estado exige
al sector privado el financiamiento forzado de la alícuota que le corresponde. En
líneas generales se cambian las reglas de juego y predomina la discrecionalidad.
Operacionalmente, se interfieren y obstaculizan las funciones de gestión de
recursos (procura, personal, cobranzas) en las empresas mixtas.
La caída de la productividad que afecta los ingresos de la corporación, en
el contexto empresarial comentado en esta sección, es uno de los factores más
influyentes en el déficit financiero de magnitudes colosales que se registra desde el
año 2006. Dada las dificultades de financiamiento externo que enfrenta el país,
debido a la insostenibilidad de su modelo económico-social, el financiamiento
de este déficit ha sido básicamente monetario por la asistencia del Banco
Central, factor responsable del proceso hiperinflacionario que ha caracterizado
a la economía venezolana desde el año 2016. Sobre el caso hiperinflacionario
de Venezuela desde una perspectiva internacional ver Hanke y Bushnell (2017).
Sobre los orígenes de la inflación ver Larralde (2017).
Gráfico 2
Inversión, declinación y generación de barriles
Gráfico 3
Productividad laboral en la industria petrolera: miles de barriles por
trabajador
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
Radiografía de un colapso
182
Gráfico 4
Inversión y déficit financiero de PDVSA: miles de millones de dólares
183
de 2016
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
Fuente: cálculos propios a partir de PDVSA (2016a) y PDVSA (2001).
Metodología
Se comparan entonces los escenarios base (tendencial) y contra-factual
(caída de PTF en el sector petrolero) históricos (2006-2018) con la evolución
efectiva del PIB total de la economía 2. De esta forma se tiene una doble referencia
a la hora de interpretar el escenario contra-factual. Según esta se podrá cuantificar
hasta qué punto el colapso del sector petrolero (medido como caída de la PTF)
explica la desviación del PIB total efectivo respecto de su tendencia de largo
plazo. Vale la pena destacar aquí que para el año 2018 la desviación del PIB total
efectivo respecto a su tendencia de largo plazo es del 45 %. Se trata entonces
de determinar hasta qué punto el propio colapso del sector petrolero explica o
justifica esa desviación de la tendencia de largo plazo.
184 2 Debido a la falta de estadísticas oficiales se asume como dato efectivo el PIB reportado por el FMI
(2018), aunque para los años 2017 y 2018 se trate de estimaciones de esta organización.
y diseñar respuestas a cambios sustanciales en las disponibilidades de recursos,
desde petróleo hasta personas. Estos modelos son de tipo integrales debido a que 185
hacen interactuar simultáneamente todos los agentes involucrados en la economía:
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
consumidores, productores, gobierno, y sector externo. Los modelos describen
el comportamiento maximizador de los consumidores, el comportamiento
eficiente y maximizador de los productores, y la interacción de ambos en los
diferentes mercados. Finalmente, estas decisiones se suman al comportamiento
macroeconómico, como los cambios en el producto interno bruto, los ingresos
fiscales y el gasto del gobierno, el ahorro agregado, la inversión, y la balanza
comercial. Dixon y Jorgenson (2013) señalan que los MCEG nacieron con el
trabajo seminal de Leif Johansen en 1960 sobre la economía Noruega. Señalan
además que hoy en día siguen siendo usados en cualquier lugar del mundo
para arrojar luces sobre los efectos de políticas y otros choques en las áreas de
comercio, impuestos, gasto público, seguridad social, demografía, inmigración,
tecnología, mercados laborales, ambiente, recursos naturales, infraestructura,
crisis financieras, desastres naturales, y desastres creados por el hombre3.
Peterson (2003) y Cardenete (2009) identifican seis pasos en el uso de
MCEG. Aprovecharemos la identificación de estos pasos para aportar algunos
detalles sobre la estructura del modelo utilizado en este trabajo:
1. Especificación de las dimensiones del modelo: dos factores de
producción, labor y capital. Seis actividades de producción: petróleo
y gas, refinación, electricidad, manufactura, otros bienes, y servicios.
Instituciones: empresas, hogar, gobierno y sector externo. El ahorro e
inversión son endógenos. Los impuestos recolectados por el gobierno
y el nivel de gasto son endógenos. El tipo de cambio real es endógeno.
2. Elección formas funcionales y restricciones: las funciones de producción
son del tipo de elasticidad de sustitución constante. Las funciones
de demanda son del tipo Stone-Geary. Condiciones de equilibrio en
todos los mercados excepto en el mercado laboral donde puede existir
desempleo estructural.
3. Construcción de data consistente: la base de datos utilizada en este
trabajo consiste en una matriz de contabilidad social (MCS) para
Venezuela para el año 2006 construida a partir de datos suministrados
por el Banco Central de Venezuela (BCV).
3 De acuerdo con R. Hausmann (2017), Venezuela es el caso más reciente de relevancia mundial en la
categoría de desastre creado por el hombre.
4. Calibración de parámetros: a partir de datos de elasticidades de
sustitución suministrados en Bayar, Opese y Key (2011) se estiman
los parámetros de las ecuaciones de comportamiento de los hogares,
de las empresas, del gobierno, y del sector externo (exportaciones e
importaciones). Entre estos parámetros calibrados se encuentra el
parámetro de PTF.
5. Replicación de los datos: en la versión estática del modelo esto se
produce cuando los parámetros de este están calibrados correctamente.
En la versión dinámica del modelo esto se refiere a la formulación del
escenario base.
6. Experimentos contra-factuales: se trata de introducir shocks o choques
al modelo, en el caso de este estudio una disminución en el parámetro
de PTF acumulada de 75 %.
En cuanto a las características dinámicas del modelo empleado, se trata de
uno dinámico con características recursivas. Es decir que se resuelve una secuencia
de equilibrios estáticos conectados a través de una ecuación de acumulación de
capital. Los detalles del modelo empleado en este trabajo se encuentran en Key y
Villarroel (2012). Los antecedentes a este modelo dinámico y multisectorial a su
vez se encuentran en un trabajo previo desarrollado por Bayar, Opese y Key (2011).
Pedagua, Sáez y Velázquez (2012) también desarrollan un modelo computable de
equilibrio general para Venezuela y evalúan las bondades predictivas en el uso de
este tipo de modelos.
Resultados comparativos
En esta sección se reportan los resultados obtenidos de la simulación del
efecto de la caída de la productividad del sector petrolero sobre el PIB total de
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
2018 fue de gran variabilidad en los precios del petróleo, la simulación también
incorpora los efectos de cambios en los precios.
186 mulada de 75 % en la PTF del sector petrolero como la observada desde el año
2006 sería responsable de una desviación de 50 % en el PIB total de la economía
respecto a su tendencia de largo plazo en el año 2017. Este alto porcentaje se ex- 187
plica porque a pesar de que la actividad petrolera representaba el 12 % del PIB,
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
de ella provienen más del 90 % de las divisas del país, y más del 40 % de la recau-
dación fiscal. En la medida en que cae la capacidad de generación de divisas por
parte del sector petrolero, debido a la caída de la producción petrolera, se reduce
la capacidad de financiar los insumos requeridos por el resto de los sectores de la
economía. A su vez, este resultado aboga por la necesidad de recuperación de la
actividad petrolera, autentica base económica de la sociedad. Este resultado su-
giere que la caída severa de la actividad económica agregada tiene a su vez raíces
más profundas que afectan por igual tanto al sector petrolero como al no petrole-
ro. Sin el desmérito de la necesidad de recuperar el sector petrolero, este resultado
aboga por reconocer que las distorsiones generadas por el modelo del socialismo
del siglo XXI también estarían afectando al resto de la economía no petrolera.
Cabe destacar que el modelo utilizado para la simulación supone
teóricamente que la economía no-petrolera funciona de forma competitiva, es
decir que se utilizan mecanismos de mercado en las actividades de producción,
distribución y consumo. De esta forma la trayectoria indicada en líneas punteadas
revelaría la trayectoria total de la economía si solo colapsara la economía
petrolera. Las políticas de comando y control 4 que imperan por doquier en el
resto de la economía y que impiden el surgimiento de otros sectores productivos
como el manufacturero, agrícola, y minero, así como la migración del 15 % de
la población, podrían dar cuenta del resto del colapso de la economía. Estos
resultados también indican que un plan como el que estaría adoptando el
Gobierno para impulsar el sector petrolero con mayor participación de empresas
transnacionales provenientes de Rusia y China5, tendría un alcance muy limitado,
en el caso en que se materialicen, sobre las condiciones de vida de la población.
Mientras se mantengan las distorsiones en la economía, la participación de la
inversión extranjera en el sector petrolero y en el resto de la economía tendrá un
alcance muy limitado.
4 Para el año 2015 el tipo de cambio en el mercado negro de divisas era diez veces el del mercado oficial.
Para 2018, cien veces el tipo de cambio oficial.
5 Según Argus (2018), La estatal venezolana PDVSA está reviviendo un plan para expandir la producción
de crudo a través de contratos de servicios para reactivar más de 23 mil pozos inactivos en sus divisiones
tradicionales orientales y occidentales.
Gráfico 5
PIB total: tendencia de largo plazo, observado y contra-factual:
miles de millones de Bs de 2006
Gráfico 6
Brecha del PIB total respecto a la tendencia de largo plazo (%)
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
Radiografía de un colapso
188
¿Es suficiente la recuperación del sector petrolero para recuperar los niveles
de bienestar en Venezuela?
189
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
Para responder a esta pregunta se considera ahora a partir del año 2019
una recuperación acelerada de la PTF en el sector petrolero para alcanzar en un
plazo de cinco años los niveles de mediados de la década de los 90, de manera
que en dicho plazo se logre una producción de unos 3,5 MMBD. Luego, a partir
del quinto año un crecimiento de la PTF alrededor de 2 % al año, niveles de
crecimiento observado en la década de los 90 en el sector petrolero con la llamada
Apertura Petrolera. Se observa como resultado que aún sin considerar el verdadero
punto de partida de tal ejercicio, en el PIB observado (línea de puntos), para el
año 2030 aún no se alcanza el PIB potencial de largo plazo. Con este resultado
preliminar se puede concluir que la recuperación del sector petrolero (muy
necesario) no es suficiente para alcanzar su tendencia de largo plazo a menos que
otros sectores, no petroleros, logren también aumentar su PTF.
Gráfico 7
PIB total: consideraciones de largo plazo: Miles de millones de Bs de
2006
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
para materializar estas transferencias directas.
Referencias
ANDERSON, K., MARTIN, W. y Van Der MENSBRUGGHER, D. (2013):
“Chapter 13- Estimating effects of price distorting policies using al-
ternative distortions databases”. En: Dixon, Peter y Jorgenson, Dale
(eds.). Handbook of computable general equilibrium modeling. Oxford:
North-Holland. Pp. 877-931.
ARGUS (2018): PdV to reactivate wells, assign output to pay debt. Caracas: Argus-
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
Conference in Economic Modeling. Extraído de: https://EconPapers.
repec.org/RePEc:ekd:008007:8660. (15/11/2018).
________ (2012): Remoción de los subsidios a la energía y sus efectos sobre las
emisiones de Co2 en Venezuela. Nueva economía / Academia Nacional
de Ciencias Económicas, Año XIX (36). Pp. 41-77.
BAYAR, A., OPESE, M. y KEY, R. (2011): Impacto macroeconómico del plan
siembra petrolera – Resultados de modelo de equilibrio general computable
dinámico de la economía venezolana. Mimeo.
BERGOEING, R., KEHOE, P., KEHOE, T. y SOTO, R. (2002): “A decade
lost and found: Mexico and Chile in the 80s”. En: Review of Economic
Dynamics, Vol. 5 (1). Pp. 166-205.
BRITISH PETROLEUM (2018): Statistical review of world energy. Londres:
British Petroleum. Extraído de: https://www.bp.com/content/dam/
bp/business-sites/en/global/corporate/pdfs/energy-economics/statisti-
cal-review/bp-stats-review-2018-full-report.pdf. (20/8/2018).
CARDENETE, M. (2009): “Los modelos de equilibrio general aplicado: una
revisión de los principales campos de aplicación a nivel internacional”.
En: Revista de economía mundial, ISSN 1576-0162, 2009, N0 23. Pp.
67 -86.
CARNEY, M. (2018): From protectionism to prosperity. Speech by Mark Carney at
the Northern Powerhouse Business Summit, on Thursday 5 July 2018.
London: Bank of England. Extraído de: https://www.bankofengland.
co.uk/-/media/boe/files/speech/2018/from-protectionism-to-prospe-
rity-speech-by-mark-carney.pdf?la=en&hash=49A74832C30C95D-
5284088BA0D0DB7EA0B2E91F2. (2/9/2018).
DIXON, P. y JORGENSON, D. (2013): “Chapter 1- Introduction”. En: Dixon,
Peter y Jorgenson, Dale (eds.). Handbook of computable general equili-
brium modeling. Oxford: North-Holland. Pp. 1-22.
FONDO MONETARIO INTERNACIONAL (2014): Peru: selected issues pa-
per. Washington, D.C.: International Monetary Fund. Extraído de:
https://www.imf.org/en/Publications/CR/Issues/2016/12/31/Peru-Se-
lected-Issues-Paper-41287 (24/3/2018).
________ (2018): World economic outlook database. Washington, D.C.: Inter-
national Monetary Fund. Extraído de: https://www.imf.org/external/
pubs/ft/weo/2018/01/weodata/index.aspx. (25 junio 2018).
GUTIÉRREZ, A. (2017): “Venezuela’s economic and social development in the
era of chavism”. En: Latin America Policy, Vol. 8 (2). Pp. 160-188.
HANKE, S. y BUSHNELL, C. (2017): On measuring hyperinflation Venezue-
la´s episode. London: World Economics, 2017. Extraído de: https://si-
tes.krieger.jhu.edu/iae/files/2018/02/Hanke-Bushnell_Venezuela.pdf.
(5//5/2018).
HAUSMANN, R. (2017): Venezuela´s unprecedented collapse. Cambridge: Project
Syndicate. Extraído de: https://www.project-syndicate.org/commen-
tary/venezuela-unprecedented-economic-collapse-by-ricardo-haus-
mann-2017-07?barrier=accesspaylog. (23/6/2018).
KEHOE, T. y PRESCOTT, E. (2002): “Great depressions of the twentieth cen-
tury”. En: Review of Economic Dynamics, Vol 5 (1). Pp. 1-18.
KYDLAND, F.y ZARAZAGA, C. (2002): “Argentina´s lost decade”. En: Review
of Economics Dynamics. 2002, Vol. 5 (1). Pp. 152-165.
LARRALDE, H. (2017): Por qué se ha producido la hiperinflación actual en
Venezuela. Caracas: Cámara Venezolana de la Construcción. Extraí-
do de: http://www.cvc.com.ve/docs/2017111694204Hiperinflaci%-
C3%B3n%20por%20H.%20Garc%C3%ADa%20Larralde.%20
Nov.%202017.pdf. (2/4/2018).
BURFISHER, M (2011): Introduction to computable general equilibrium mo-
dels. Cambridge: Cambridge University Press. 442 pp. ISBN:
9780511975004.
MONALDI, F. (2018): The collapse of the oil industry in Venezuela and its glo-
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
consolidados. Informe financiero. Caracas: PDVSA.
________ y sus Filiales (2016): Estados financieros consolidados. Informe
financiero. Caracas: PDVSA.
PUENTE, J., GÓMEZ, P., y VERA, L. (2009): The political economy of
productivity: the case of Venezuela. Caracas: Mimeo, 2009. Extraído
de: https://www.academia.edu/5574550/The_Political_Economy_of_
Productivity_The_Case_of_Venezuela. (16/2/2019).
OBUCHI, R. (2011): Gestión en rojo: evaluación de desempeño de 16 empresas
estatales y resultados generales del modelo productivo socialista. Caracas:
Ediciones IESA. 205 pp. ISBN: 9789802173655.
HALL, R. y TAYLOR, J. (1997): Macroeconomics. New York: W. W. Norton &
Company, 528 pp. ISBN: 0393968359.
WANG, Q. y LI, R. (2016): “Sino-Venezuelan oil-for-loan-deal – The Chinese
strategic gamble?”. En: Renewable and Sustainable Energy Reviews, Vol.
64. Pp. 817-822.
8
EL CONTROL CAMBIARIO ENTRE 2003 Y 2018.
MECANISMO PARA SUBYUGAR, CORROMPER Y
DESTRUIR
P P
198 1 Para una descripción detallada de las características de este control cambiario, ver Palma (2020).
mercado libre, hizo particularmente atractivo el acceso a las divisas preferenciales,
por lo que su demanda aumentó substancialmente, ubicándose en niveles muy 199
superiores a los montos aprobados y asignados por Cadivi durante ese primer año
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
de control cambiario.
Con la finalidad de reducir presión en el mercado cambiario, en la
segunda mitad de 2003 el gobierno comenzó a vender bonos de deuda pública
denominados en dólares que podían ser adquiridos por el público en bolívares
al tipo cambio oficial, para luego ser revendidos a descuento en los mercados
secundarios internacionales. De esta forma se podían obtener dólares a un tipo
de cambio que se determinaba por la cantidad de bolívares que se entregaban para
adquirir los bonos, dividido por la cantidad de dólares que se obtenían al vender
esos títulos a descuento en los mercados internacionales. Esto, por una parte,
alivió las presiones que inicialmente se habían creado en el mercado paralelo
y estabilizó por unos meses el tipo de cambio libre y, por la otra, contribuyó a
retirar bolívares de la circulación, moderando el crecimiento de la liquidez. Sin
embargo, esas operaciones dieron inicio a un costoso proceso de endeudamiento
público externo que resultaría, a la larga, una pesada y creciente carga para el país
y para los entes públicos que emitían esos títulos, quienes se endeudaban a largo
plazo en dólares y pagando unos rendimientos muy elevados, a cambio de unos
pocos bolívares que recibían al momento de venderlos localmente.
A partir de 2004, y durante los tres lustros que siguieron, se mantuvo
el férreo control de cambios, a pesar de que los escenarios económicos, y
particularmente los petroleros, mostraron comportamientos muy disímiles,
haciendo que los ingresos y los niveles disponibles de divisas también fluctuaran
grandemente. Se vivieron períodos de abundancia de divisas durante los períodos
de altos precios, y otros de escasez cuando los precios bajaban. En las líneas
que siguen se analizará la evolución del control cambiario y sus consecuencias
durante esos disímiles lapsos.
Gráfico No. 1
Precio Cesta Petrolera Venezolana
(USD por barril)
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
definir periódicamente el nivel adecuado de reservas internacionales y a transferir,
sin compensación alguna, las reservas que excedieran a aquel nivel al Fonden, un
fondo que fue creado y manejado por el Poder Ejecutivo para financiar gasto
público. También se estableció en esa reforma que PDVSA solo vendería al BCV
la cantidad de dólares de sus exportaciones requerida para obtener los bolívares
que necesitare para cancelar sus necesidades de pago en moneda local, y que
podría mantener una reserva en divisas a los fines de cubrir sus gastos operativos
y de inversión en el exterior, debiendo transferir mensualmente al Fonden el
remanente de las divisas obtenidas.3 A pesar de esas acciones el tipo de cambio
libre no mostró mayores cambios hacía fines de 2005 y comienzos de 2006, en
parte debido a la nueva emisión de bonos denominados en dólares que podían
adquirirse en bolívares, y al sostenido aumento de los precios petroleros.
Sin embargo, a partir de la segunda mitad de 2006 el tipo de cambio libre
volvió a subir intensamente, a pesar de que las exportaciones petroleras seguían
creciendo con fuerza. Eso se debió al repunte de la demanda en el mercado libre
de divisas como respuesta a la fuerte expansión de la oferta monetaria debido al
sostenido e intenso aumento del gasto público, y a la incertidumbre causada por
la proximidad de la elección presidencial de diciembre de ese año.
En 2007 continuó el sólido aumento de la tasa libre, ahora reforzado
por factores adicionales, tales como la eliminación de unos 3 mil rubros de las
listas de productos que podían ser importados con dólares preferenciales, y la
radicalización del discurso presidencial después de las elecciones de diciembre.
Para Chávez, su reelección para un nuevo período presidencial era indicativo de
que la mayoría de los venezolanos deseaba la imposición de un sistema socialista.
En tal sentido, hizo unos primeros anuncios acerca de su intención de revocar la
concesión de trasmisión de RCTV, el principal canal de televisión del país, y de
nacionalizar la CANTV y la Electricidad de Caracas, empresas cuyos principales
accionistas eran corporaciones estadounidenses.
Dado que la tasa de cambio preferencial, que en marzo de 2005 había sido
ajustada a 2 mil 150 bolívares por dólar, se había mantenido inalterada desde
que, las limitaciones para adquirir dólares preferenciales hacían que se tendiera a
utilizar la tasa libre como la de referencia para el cálculo de los costos esperados
de reposición. Los productores y los comerciantes se convencían de que reponer
los insumos de origen externo que utilizaban en sus procesos productivos, o los
bienes finales importados que vendían, iba a ser cada vez más costoso. Había que
elevar los precios para asegurarse de que, a futuro, se dispondría de la cantidad
de moneda local necesaria para adquirir los dólares requeridos, pero a una tasa
202 de cambio más alta.
Otro factor que avivaba la inflación, particularmente en los últimos
meses de 2007, era el desabastecimiento cada vez mayor de productos, debido 203
a lo poco asequible que eran los dólares preferenciales para importar insumos y
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
bienes de consumo, combinado con la imposición de unos controles de precios
desproporcionados que no tomaban en consideración la estructura de costos de
producción, condenando a muchas empresas a trabajar a pérdida. Esto hacía que
muchas de ellas se vieran obligadas a cerrar operaciones o a reducir su actividad
productiva.
Si bien el rechazo a la propuesta socialista de Chávez en el referéndum
del 2 de diciembre de 2007 contribuyó a generar un clima favorable y de
tranquilidad, que se tradujo en una disminución marginal del tipo de cambio
libre, en los últimos días del año se reformó la Ley contra los ilícitos cambiarios,
profundizándose los controles y endureciéndose las penalizaciones.4
A comienzos de 2008 se realizó una reconversión monetaria, consistente
sustituir el bolívar tradicional por el llamado bolívar fuerte (VEF) a razón de
mil por uno. Durante los meses que siguieron se decidió darle prioridad a la
reducción de la inflación como objetivo central de la política económica, para
lo cual se implementó una política monetaria restrictiva, y se decidió cerrar la
brecha entre las tasas de cambio preferencial y libre a través de la reducción de
la segunda, ya que la primera, ahora a razón de 2,15 bolívares fuertes por dólar,
continuaba sin modificación desde marzo de 2005. A tales fines, se incrementó
notablemente la oferta de divisas en el mercado libre a través de la venta de varios
títulos valores denominados en dólares, entre ellos nuevos bonos emitidos por la
República y por empresas del Estado. Eso redujo abruptamente el tipo de cambio
libre, pero no convenció a los agentes económicos de que el nuevo nivel sería
sostenible en el tiempo, ya que la intención gubernamental era igualarla a la tasa
preferencial, la cual estaba altamente sobrevaluada.
Desde finales de 2008 y a lo largo de los primeros meses del año siguiente
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
setenta dólares por barril durante la segunda mitad de ese año y primeros nueve
meses del siguiente. Como producto de aquellas restricciones, se decidió excluir
un grupo importante de rubros de la lista de productos cuyas importaciones se
podían hacer con dólares preferenciales, compras que, en lo sucesivo, tendrían
que hacerse con dólares libres. Esto agravó la situación de desabastecimiento
de productos y exacerbó la acumulación de deudas de muchas empresas con
sus proveedores externos, haciendo que cada vez más se suspendieran los envíos
204
de insumos y bienes finales a Venezuela, poniendo esto en situación delicada a
muchos productores y comerciantes locales. Igual sucedía con la acumulación 205
de dividendos que no podían ser enviados a las casas matrices de muchas
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
multinacionales, a quienes, a pesar de contar con la aprobación de las autoridades
para obtener los dólares preferenciales respectivos, les era imposible adquirirlos.
Ante las dificultades cada vez mayores para obtener divisas preferenciales,
y la radicalización de las penalizaciones a quienes, de acuerdo al criterio de algún
funcionario público, realizaran una acción cambiaria ilícita, un grupo creciente
de empresas decidieron abstenerse de solicitar divisas controladas, migrando al
mercado libre para la adquisición de los dólares que ellos requerían. Eso elevó
substancialmente el número y el monto de las operaciones en ese mercado,
llegando estas a ubicarse en un promedio entre 80 y 100 millones de dólares
diarios. Esto, obviamente, presionaba la tasa libre al alza.
En agosto de 2009, las autoridades cambiarias manifestaron preocupación
por los niveles que había alcanzado el tipo de cambio libre, anunciando su
intención de reducir el diferencial con la tasa preferencial. Al igual que lo hecho
a mediados de 2008, se decidió cerrar la brecha de las dos tasas a través de la
reducción forzosa de la libre para acercarla lo más posible a la oficial, la cual
estaba altamente sobrevaluada, por mantenerse congelada desde marzo de 2005
en un nivel de 2,15 bolívares fuertes por dólar. Al repetirse el absurdo del año
precedente, era obvio que ese esfuerzo, además de costoso, estaba destinado al
fracaso.
En los primeros días de enero de 2010, se anunció, finalmente, el ajuste
de la tasa preferencial, después de mantenerse inalterada por casi cinco años. Se
establecieron dos tipos de cambio preferenciales, uno a 2,60 bolívares fuertes
por dólar para las importaciones del sector público y las de primera necesidad,
y otro a 4,30 para el resto de las operaciones que podían hacerse con divisas
preferenciales. En los días que siguieron, la tasa libre mostró una tendencia al
alza, a pesar de los esfuerzos oficiales por moderar su crecimiento. Un tiempo
después, altos voceros del gobierno manifestaron que esa tasa había llegado a
límites desproporcionadamente elevados, producto de acciones especulativas
indebidas de algunos operadores cambiarios, por lo que, el 10 de mayo se declaró
cerrado el mercado libre de divisas, pasándole al BCV la competencia exclusiva
de compra y venta de divisas, incluyendo las transacciones de títulos valores
denominados en dólares pero adquiribles en bolívares.
La ilegalización del mercado libre, al que, como ya se dijo, habían migrado
múltiples compañías y donde se estaban transando entre 80 y 100 millones de
dólares diarios, fue un grave error, ya que esa decisión dejaba en un estado de
indefensión a múltiples empresas que no tenían la posibilidad de adquirir divisas
preferenciales, y a quienes ahora se les impedía seguir adquiriendo legalmente
las divisas que requerían. Por otra parte, esa decisión forzaba la aparición de un
mercado paralelo ilícito, o negro, en el que el precio del dólar estaría afectado
por una serie de distorsiones que lo presionarían al alza. Eso azuzaría aún más la
inflación, ya que esa cotización seguiría siendo la referencia para el cálculo de los
costos esperados de reposición.
5 A raíz de esta acusación, que en muchos casos resultaron infundadas, se generó una persecución contra
algunas casas de bolsa y sociedades de corretaje y sus directivos. Algunas de esas organizaciones fueron
allanadas, cerradas y ulteriormente liquidadas, y sus directivos fueron arrestados, cumpliendo algunos
206 de ellos injustas privaciones de libertad por varios meses o años. Ver Síntesis del caso Econoinvest, http://
econoinverdad.blogspot.com/p/caso-grupo-econoinvest-resumen.html
Durante toda la vigencia del Sitme, los bonos se adquirían a razón de
5,30 bolívares por dólar, lo cual hacía muy poco atractivo para cualquier tenedor 207
privado de estos títulos venderlos a ese precio. Por esa razón, la República y
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
PDVSA tuvieron que emitir nuevos bonos por cantidades muy elevadas a los
fines de ser ofrecidos a través del Sitme. Esto resultaba muy oneroso para quienes
los emitían, ya que, al venderlos, solo recibían unos pocos bolívares, a cambio de
endeudarse en dólares a largo plazo pagando unos rendimientos muy elevados.
Ello se tradujo en una elevación muy importante de la deuda pública externa en
forma de bonos y pagarés.
Tabla No. 2
Deuda Pública Externa en forma de bonos y pagarés
(Millones de USD)
Año Monto Var. %
2009 33.193
2010 39.255 18,3
2011 43.662 11,2
2012 48.869 11,9
Aumento porcentual entre 2009 y 2012: 47,2 %
Fuente: Banco Central de Venezuela.
6 El tipo de cambio de 2,60 bolívares fuertes por dólar, vigente desde enero de 2010 se eliminó a comien-
208 zos de 2011, quedando la tasa preferencial de 4,30 bolívares fuertes por dólar para todas las importa-
ciones del sector público.
Las nuevas autoridades no convocaron nuevas subastas del Sicad sino hasta
julio de ese año, cuando se realizaron dos subastas, seguidas por una en agosto. 209
En esos casos se asignaron montos importantes de divisas, particularmente en
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
esta última cuando se alcanzó una cifra cercana a los 350 millones de dólares. En
las semanas siguientes no se realizaron nuevas subastas, reiniciándose estas en la
segunda mitad de octubre. En total, durante 2013 se asignaron a través del Sicad
1.758 millones de dólares, monto que equivalió al 18,7 % de lo que se adjudicó a
través del Sitme en 2012, año en el que la asignación de divisas preferenciales ya
había sufrido una reducción importante con respecto a los dos años precedentes.
El 29 de noviembre de ese año se creó el Centro Nacional de Comercio Exterior
(Cencoex), institución destinada a sustituir a Cadivi para el manejo del control
de cambios.
En otras palabras, con el Sicad se agudizó la restricción de divisas al sector
privado, agravándose las situaciones de desabastecimiento y desaceleración de la
actividad productiva, las cuales también eran afectadas por los desproporcionados
controles de precios, producción y distribución, y por la actitud gubernamental
cada vez más hostil a la actividad económica privada. Las restricciones de divisas
preferenciales también presionaban el tipo de cambio en el mercado paralelo,
ensanchando notablemente su diferencia con las tasas de Cadivi y del Sicad. Eso
azuzaba la inflación, la cual ya mostraba una franca tendencia ascendente debido,
en buena medida, al financiamiento del creciente gasto público deficitario por
parte del BCV. Todo esto ocurría en un año en el que el precio petrolero estaba
en torno a cien dólares por barril.
En el año 2014 se realizaron veintiséis subastas bajo el esquema del Sicad
con un promedio de adjudicación de 189 dólares por subasta y a un tipo de cambio
que osciló entre los diez y doce bolívares fuertes por dólar, manteniéndose la tasa
oficial en 6,30 bolívares fuertes por dólar a lo largo de todo el año, tasa, esta última,
altamente sobrevaluada que se había fijado en febrero del año precedente.
El Sicad II
El 19 de febrero de 2014 entró en vigor la Ley del régimen cambiario y
sus ilícitos,7 en sustitución de la Ley contra los ilícitos cambiarios, vigente desde
octubre de 2005. La nueva ley, además de eliminar a Cadivi y sustituirla por
el Cencoex, autorizaba a las personas naturales y jurídicas a adquirir divisas
ofertadas por privados, o por entes públicos autorizados, como PDVSA, BCV y
210 8 Convenios Cambiarios números 27 y 28 publicados en las Gacetas Oficiales No. 40.368 y 40.387 del 10
de marzo y 4 de abril de 2014.
Gráfico No. 3.
Tipos de cambio en el año 2014 211
(VEF/USD)
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
Fuente: Cencoex, BCV, Ecoanalítica, Venezuela FX.
9 Para una sucinta descripción de este plan, ver Oliveros y Grisanti (2014).
10 El precio promedio de la cesta petrolera venezolana entre enero de 2011 y junio de 2014 fue 101,15
dólares por barril, mientras que en el lapso 2015-2019 bajó a 49,52; una contracción de 51 %. Para una
breve explicación de la contracción de los precios petroleros en la segunda mitad de 2014, ver Palma
(2020: pp. 241-244).
que lo sucedido repetidamente en el pasado, la abrupta baja del petróleo deterioró
las expectativas cambiarias, máxime cuando crecían las perspectivas de pagos por
concepto de servicio de la deuda externa, como consecuencia de los vencimientos
de los bonos que años atrás habían sido emitidos para alimentar el mercado
cambiario. A eso se sumaba la existencia de una abundancia de bolívares que se
podían canalizar a la compra de divisas debido a la masiva creación de dinero
base por el BCV para financiar gasto público deficitario. Como era de esperar,
la tasa libre aumentó con fuerza, distanciándose aún más de la tasa preferencial
de 6,30 bolívares fuertes por dólar que, absurdamente, el Gobierno insistía en
mantener, a pesar de su desproporcionado nivel de sobrevaluación debido a la
desbocada y creciente inflación local que se estaba produciendo. De hecho, ese
diferencial pasó de dieciséis veces –a comienzos de noviembre– a veinticuatro
veces a fines de ese mes, azuzando la inflación debido al intenso aumento de los
costos esperados de reposición.
nacional, por lo que los montos transados serían depositados en el BCV, ya que,
de acuerdo con el Convenio Cambiario número 20 del 14 de junio de 2012, los
depósitos en moneda extranjera que recibieran los bancos locales tenían que ser
mantenidos en cuentas en el instituto emisor.
Al iniciar las operaciones el 12 de febrero de 2015, el tipo de cambio
resultante fue 170 bolívares fuertes por dólar, una tasa relativamente cercana a la
212 11 Ver Gaceta Oficial No. 6.171 Extraordinario del 10 de febrero de 2015.
del mercado paralelo de 190 bolívares fuertes por dólar. No obstante, las limitadas
cantidades de dólares ofertados a través de Cencoex, la práctica paralización del 213
Sicad, la ausencia de oferta del sector público a través del Simadi, y la baja oferta
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
privada, contribuyeron para que la tasa libre rápidamente reiniciara su franco
ascenso, separándose de la tasa Simadi. Al cabo de pocas semanas esta última
tasa alcanzó los doscientos bolívares fuertes por dólar, estabilizándose en ese
nivel por varios meses y hasta febrero de 2016. En otras palabras, el tipo de
cambio Simadi, lejos de reflejar una realidad de mercado, estaba directamente
intervenida por el BCV, institución que la fijaba unilateralmente. Obviamente, a
esa tasa de cambio las divisas ofertadas por personas del sector privado eran muy
bajas, razón por la cual la viabilidad de este sistema era prácticamente inexistente.
El 17 de febrero de 2016, Nicolás Maduro anunció el fin de la tasa
preferencial de 6,30 bolívares fuertes por dólar, vigente desde el 8 de febrero de
2013, y su sustitución por otra de diez bolívares fuertes, el inicio de un nuevo
sistema cambiario dual, y la decisión de que, a partir de esa fecha, la tasa Simadi
flotaría.
banda. Se establecieron límites a los montos máximos que podían ser adquiridos
por las personas naturales o jurídicas, y se especificó que aquellas empresas que
utilizaran divisas no adquiridas a través de este sistema tendrían que utilizar
la tasa Dicom a los fines de determinar su estructura de costos. Eso generaba
severas pérdidas a aquellas empresas que no hubiesen tenido acceso a dólares
al tipo de cambio Dicom. Entre mayo y septiembre de 2017 se realizaron solo
214 13 Ver Convenio Cambiario No. 38, publicado en la Gaceta Oficial No. 6.300 Extraordinario del 19 de
mayo de 2017.
quince subastas, siendo la asignación de dólares muy limitada y produciéndose
retrasos en su liquidación. 215
El 25 de agosto de 2017 el gobierno estadounidense impuso las primeras
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
sanciones al sector público venezolano, prohibiendo a cualquier entidad que
operara en los EE. UU. la negociación de bonos de la República o de PDVSA,
así como el envío de dividendos al Gobierno venezolano. Con ello se buscaba
restringir el acceso al mercado financiero de ese país a los entes públicos
venezolanos.
En enero de 2018, se eliminó la tasa Dipro, pasando todas las transacciones
que se hacían a esa tasa –incluyendo las importaciones del sector público–, a la tasa
flotante Dicom. Adicionalmente, se reactivaron las subastas Dicom, limitando la
participación en las mismas como oferentes y demandantes a personas naturales
o jurídicas del sector privado, y estableciendo nuevos límites a la cantidad de
divisas que se podían adquirir. En la primera subasta, realizada a comienzos
de febrero de 2018, el tipo de cambio resultante fue de 25 mil bolívares fuertes
por dólar, nivel muy superior a la tasa de la última subasta de 2017 (3 mil 345
bolívares fuertes por dólar), pero muy inferior a la tasa libre, que en ese momento
superaba los 238 mil bolívares fuertes por dólar. En las subastas que siguieron, la
tasa de cambio mostró una gran estabilidad, ensanchándose la brecha con la tasa
libre, la cual siguió experimentando un franco aumento.
En resumen, durante las veintiséis subastas de 2018, la tasa Dicom
estuvo altamente influida por el BCV y la misma no respondía a las realidades
del mercado. Adicionalmente, los montos transados fueron muy bajos, incluso
muy inferiores a los ya exiguos niveles de las subastas de 2017. De allí que se
pueda decir que, al igual que los sistemas precedentes –Sitme, Sicad, Sicad II y
Simadi– , el sistema Dicom también fracasó en su objetivo de abatir y controlar
el tipo de cambio libre que, según múltiples voceros del gobierno, era un tipo de
cambio sin mayor relevancia, que no respondía a una realidad económica o de
mercado, y que era el producto de manipulaciones ejecutadas desde el exterior
por personas inescrupulosas. Tampoco logró el objetivo de estimular la oferta
privada de divisas, ni lograr un tipo de cambio estable que contribuyera a abaratar
o a estabilizar los precios internos. Por el contrario, al igual que en los sistemas
anteriores, la disociación cada vez más pronunciada de la tasa libre con la oficial
o la intervenida por el BCV, lo que hizo fue exacerbar los costos esperados de
reposición, presionando los precios al alza y azuzando la inflación.
Flexibilización del control cambiario
En la segunda mitad de 2018, y particularmente en 2019, se aligeró el
control de cambios. Esto se debió a la incapacidad cada vez más manifiesta del
Gobierno de seguir imponiendo su voluntad irrestricta sobre la sociedad civil en
el proceso de asignación de los recursos externos. Esa inhabilidad se produjo,
fundamentalmente, por la caída de los ingresos petroleros debido a la contracción
sostenida de los volúmenes de producción y de exportación, a la caída de los
precios petroleros de los últimos años y, más recientemente, al cierre del mercado
petrolero estadounidense debido a las sanciones impuestas por el gobierno de
los EE. UU. contra PDVSA el 21 de enero de 2019. También contribuyó a esa
inhabilidad la reducción de las reservas internacionales y la eliminación de los
fondos extrapresupuestarios del Gobierno, así como las limitaciones para obtener
financiamiento internacional, agravadas por las sanciones financieras del gobierno
estadounidense al sector público venezolano, impuestas en agosto de 2017 y abril
de 2019, en este último caso contra el BCV.
CONCLUSIONES
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
asignación de importantes montos de divisas controladas a testaferros allegados.
Adicionalmente, con los controles cambiarios prolongados proliferan las
prácticas de sobrefacturación de importaciones con el fin de, por una parte, obtener
más divisas preferenciales de las necesarias para la realización de las requeridas
compras externas y, por la otra, obtener elevados montos de moneda extranjera
a precios subsidiados para la realización de importaciones que nunca se realizan
o se hacen parcialmente. Como bien lo explican Reinhart y Santos (2015), la
sobrefacturación de importaciones es uno de los principales mecanismos a través
de los cuales se producen importantes fugas de capitales durante la implementación
de controles de cambios.
Los mecanismos para evadir o burlar los controles de cambios se multiplican
cuando estos son prolongados, y son percibidos como injustificados y meramente
restrictivos, pues al ser considerados arbitrarios y abusivos, los ciudadanos se
estimulan a realizar distintas acciones que buscan neutralizarlos, aun cuando
esas prácticas estén catalogadas como ilícitas y sean objeto de penalizaciones.
Esas operaciones son consideradas como legítimas por la mayoría de la población,
pues a través de su realización se reivindican los derechos que han sido violados
por la autoridad, al coartarle a los ciudadanos las posibilidades de ejercer su
derecho de tener acceso a la libre convertibilidad de la moneda, sin que exista
ninguna razón de peso que justifique la imposición o el mantenimiento de los
controles cambiarios.
Adicionalmente, la implementación prolongada de controles de cambios
genera, a la larga, crisis económicas, que en muchos casos pueden catalogarse de
graves. Eso se hizo patente durante la implementación del control de cambios
aquí analizado. Las dificultades cada vez mayores que tenían los productores y
comerciantes para obtener las divisas limitaba su capacidad de acción. Además,
la imposición de controles desproporcionados de precios que no tomaban
en consideración la evolución de los costos de producción, en muchos casos
condenaban a productores y comerciantes a trabajar a pérdida, llevándolos
eventualmente a la quiebra o a la suspensión de actividades. La imposición de
esos controles se traducía en problemas cada vez más serios de desabastecimiento
que azuzaban la inflación y reducían la capacidad de compra de los ingresos de la
población. Todos estos problemas se potenciaban con restricciones, como el uso
de las tasas de cambio oficiales para la determinación de los costos, no aceptando
el uso de los costos esperados de reposición para la fijación de precios, ni tomando
en consideración que a muchos de esos productores o comerciantes no les eran
asequibles las divisas controladas, sino que tenían que adquirirlas en el mercado
libre a un precio muy superior al oficial.
Bien se puede concluir que la aplicación de controles de cambios por
períodos prolongados, se transforman en mecanismos que subyugan a la
población, hacen que prolifere y se profundice la corrupción, destruyen la
capacidad de producción, generan desabastecimiento, azuzan la inflación y
desmejoran la calidad de vida de la población.
Nota: Una parte importante de este trabajo es material recopilado y adaptado del libro La política cambiaria
en Venezuela, más de cien años de historia. Ver Palma (2020).
REFERENCIAS
GUERRA, J. (2004): “La política cambiaria en Venezuela: el debate inicial”. En:
Guerra, J. y Pineda, J. (compiladores): Temas de política cambiaria en
Venezuela. Caracas: Banco Central de Venezuela. Pp. 15-30.
HERNÁNDEZ DELFINO, C. (2015): “Los Controles de Cambio en Venezuela”.
En: Prodavinci.
OLIVEROS, A.; GRISANTI, J. (2014): “El plan que nunca fue”. En: Entorno
y Política Cambiaria. Año 10, Número 08, Septiembre. Caracas:
Ecoanalítica.
PALMA, P. A. (2003): “El control cambiario venezolano de 2003”. En: Nueva
Economía. Año XII, No. 20, octubre. Caracas: Academia Nacional de
Ciencias Económicas. Pp. 139-179.
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
218
REINHART, C.; SANTOS, M. A. (2015): From financial repression to external
distress: the case of Venezuela. Cambridge: NBER. Working Paper No. 219
21333.
CAPÍTULO II
Situación y perspectivas económicas
SÁEZ, F.; VERA, L.; ZAMBRANO SEQUÍN, L. (2018): Estabilización,
crecimiento y política cambiaria en Venezuela. Caracas: Universidad
Católica Andrés Bello.
VERA, L. (2018): “¿Cómo explicar la catástrofe económica venezolana?” En:
Nueva Sociedad 274. Marzo-Abril.
Capítulo III
LA DIMENSIÓN SOCIAL DEL CONFLICTO
Desde principios de lo que va de siglo Venezuela tuvo una política social muy
particular, con respecto al resto de la región, en lo que se refiere a la atención de los
grupos vulnerables.
Contraria a la orientación general de focalizar o seleccionar a las poblaciones
beneficiarias según su estado de necesidad, el gobierno de Hugo Chávez (1999-2012)
se caracterizó por una política social no selectiva o universalista. No distinguió a
los beneficiarios entre pobres y no pobres. Tomando distancia de lo que el gobierno
calificaba como políticas discriminatorias, los beneficios sociales otorgados por el
Estado se pretendían para todos, siendo el único criterio de exclusión la voluntad
de individuos y familias a no inscribirse en los censos o registros de los nuevos
programas sociales que desde el año 2004 comenzaron a llamarse: misiones sociales.
Las misiones sociales se caracterizaron por ser un conjunto de acciones del
Estado venezolano dirigidas a reducir los déficits de atención social de toda la
población. De esta forma nacieron las misiones educativas para atender a toda la
población que no había alcanzado los niveles de escolaridad formal que deseaban.
Las misiones en salud, constituidas por una larga lista de programas que iban desde
la sumatoria y superposición de las distintas formas de atención en salud, nuevas o
que ya existían en el país (módulos de atención primaria –Barrio Adentro–; centros
de especialidades y rehabilitación, hospitales generales), hasta programas especiales
para patologías específicas.
Adicional y progresivamente se fueron creando nuevas misiones (programas
sociales) que pretendían atender otro conjunto de distintas necesidades, las cuales
iban desde la formación para el empleo, el reacondicionamiento de los barrios
populares y construcción masiva de viviendas, hasta llegar, más recientemente, a
transferencias monetarias asociadas a situaciones particulares de discapacidad
motora o mental, adultos mayores excluidos de la seguridad social por falta de
cotizaciones, madres solteras, entre otras.
1 Una descripción sobre el área, la definición del programa y el tipo de población a atender puede verse en:
HURTADO Y ZERPA (abril, 2016): “Misiones sociales en Venezuela: concepto y contextualización”.
En: Revista Sapienza Organizacional. Mérida: Universidad de Los Andes.
2 En alocusiones por los medios de comunicación, el Instituto Nacional de Estadistica o el propio presi-
dente de la República anunciaba el inicio de estudios para evaluar el impacto de las misiones sociales,
pero ellos o no se realizaron o sus resultados no fueron difundidos.
3 De las pocas investigaciones que existen quizás la más completa es la realizada por Aponte B., Carlos. La
política social durante las gestiones presidenciales de Hugo Chávez (1999-2012). UCV-Cendes. Tesis Doc-
toral. Diciembre 2014. En este trabajo se demuestra, a partir de la recopilación de los niveles de cobertu-
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
ra de las distintas misiones sociales por diversas fuentes, cómo el Estado venezolano pasó de una política
social dual (focalizada, compensatoria, y universal estructural) a otra universal estratificada (conceptos
desarrollados por FILGUEIRA, Fernando, Welfare and democracy in Latin America: the development,
crises and aftermath of universal, dual and exclusionary social states. s.l.: UNRISD. 1996), con lo cual hasta
un 46 % de la población total se declaró beneficiaria de algún programa social, situación que cambia de
Radiografía de un colapso
manera importante en la medida en que el ingreso petrolero deja de crecer a partir de 2008. Este autor
también señala las disparidades en los niveles de cobertura que reflejan las misiones por tipo de fuente
consultada y, lo más importante, la casi inexistencia de transferencias monetarias asociadas a las misio-
nes, a pesar que la opinión pública tiende a tener la idea de que a través de las misiones los hogares popu-
lares recibían una importante cantidad de recursos. Citando al BCV, Las misiones y programas sociales del
gobierno a través de la IVª Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares y de otras fuentes. Caracas, 2011;
el autor señala que los hogares que declaraban recibir transferencias por las misiones promediaba el 3 %
de la población. Esta proporción de hogares que reciben transferencias puede haber mejorado un poco,
en los años recientes (2013 en adelante), por la incorporación de programas o misiones con transferencias
para poblaciones específicas (madres adolescentes o niños con alguna discapacidad, por ejemplo).
4 Ver D`ELIA, Yolanda (2006): Las misiones sociales en Venezuela: una aproximación a su comprensión y
224 análisis. Caracas: ILDIS, quien entre otros aspectos analizados muestra la disparidad entre las metas de
cobertura de los programas sociales y los niveles de ejecución, los cuales alcanzan entre 30 % y 50 % por
debajo de lo anunciado.
Por otra parte, y del lado de los beneficiarios, parecía que formar parte de
la solución propuesta era sencillo. Solo había que anotarse en una lista, hacer una 225
cola o trasladarse hasta un local instalado por los funcionarios encargados de la
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
misión social en aquellas zonas que se presumía que se concentraba la población
objetivo.
De esa manera, formar parte de un censo o inscribirse en una lista, se
convertía para los posibles candidatos a ser beneficiarios, en la esperanza de
reingresar a la escuela, aumentar la ingesta de alimentos, obtener atención médica,
acceder a un empleo o hacerse acreedor de una vivienda. Todo ello perifoneado en
actos y alocuciones oficiales encargadas de presentar como hechos consumados,
lo que solo eran listas, planes, inauguraciones puntuales o proyectos que no se
completaban en su totalidad.
La medición del impacto social de las misiones, la articulación con otras
políticas, la transparencia en el manejo de los fondos, la selección de beneficiarios
según criterios de necesidad social y progresividad distributiva, nada de eso estuvo
presente en las misiones sociales, de allí la dificultad para medir su impacto y las
severas dudas sobre su eficiencia.
En el mejor de los casos, lo disponible son datos sobre la cobertura de
las misiones por medio de encuestas. La ausencia de registros administrativos
confiables, la permanente confusión entre metas programadas y las realmente
ejecutadas, hace imposible un análisis de lo que ellas llegaron a representar para
la población que solo llegó a inscribirse o la que efectivamente se benefició.
Utilizando la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), y
gracias a su permanencia en el tiempo y estandarización en la forma de medir la
cobertura de la política social en general y de las misiones en particular, podemos
realizar un recorrido sobre la cantidad de población que se decía beneficiaria de
las distintas misiones sociales entre 2015 y 2018.
Tabla 1.
Misiones que declaran recibir
2015 2016 2017 2018
Misiones Sociales
Frecuencia % Frecuencia % Frecuencia % Frecuencia %
Alimentación/Mercal
6.251.483 20,4% 6.767.450 21,8% 12.651.929 40,3% 15.621.001 49,2%
/ Claps
Barrio Adentro 2.605.859 8,5% 1.802.611 5,8% 918.489 2,9% 2.572.170 8,1%
Milagro 110.886 0,4% 26.752 0,1% 29.340 0,1% 91.929 0,3%
Sonrisa 122.810 0,4% 7.321 0,0% 13.498 0,0% 29.702 0,1%
Robinson 59.316 0,2% 16.052 0,1% 17.527 0,1% - -
Ribas 172.491 0,6% 31.887 0,1% 25.823 0,1% 16.622 0,1%
Sucre 130.563 0,4% 52.568 0,2% 59.042 0,2% 17.972 0,1%
Vuelvan Caracas / Ché
34.013 0,1% - - - - - -
Guevara
G.M. Vivienda / Barrio
599.744 2,0% - - - - - -
Tricolor 2/
Casa Bien Equipada 137.311 0,4% 152.944 0,5% 30.914 0,1% 59.554 0,2%
Madres del Barrio 93.668 0,3% 39.499 0,1% 96.457 0,3% 173.644 0,5%
Hijos de Venezuela 293.175 1,0% 129.488 0,4% 92.246 0,3% 201.239 0,6%
Negra Hipólita 1.052 0,0% 8.091 0,0% 1.548 0,0% - -
Amor Mayor 173.785 0,6% 206.281 0,7% 242.888 0,8% 718.752 2,3%
Identidad 743.577 2,4% 429.994 1,4% 206.013 0,7% 201.858 0,6%
Otra 1/ 294.411 1,0% 1.687.192 5,4% 631.206 2,0% 7.103.913 22,4%
Total beneficiarios de
11.824.144 38,6% 11.358.130 36,6% 15.016.920 47,8% 6.808.356 84,4%
Misiones
Total 30.620.404 100,0% 31.027.892 100,0% 31.431.164 100,0% 1.766.290 100,0%
1/ Se colocaron como otra misión los beneficiarios de los bonos distribuidos a través del carnet de la patria
desde noviembre de 2017.
2/ Declarados como beneficiarios en los últimos tres años.
Fuente: Encovi (varios años).
por sus miembros, nos permite identificar algunos de los sesgos distributivos de
estas (sobre-compensaciones sociales, exclusiones y solapamientos), propios de un
5 Esta cobertura se refiere a la proproción de personas que dicen ser beneficiarias de al menos una misión.
Ciertamente una misma persona puede ser beneficiaria de varias misiones, aunque no es el caso más
común. Así, por ejemplo, entre 2016 y 2018 quienes reportaron ser beneficiarios de más de una misión
fueron: 9,7 %; 6,6 % y 25,1 %, respectivamente. Para los dos primeros años los beneficiarios individuales
de dos misiones o más correspondía a la misión alimentación (en algunas de sus modalidades Mercal,
PDVAL o CLAP) y a la misión Barrio Adentro (entendido tambien como acceso a cualquier servicio de
226 salud público). En 2018, cuando un cuarto de la población dice ser beneficiaria de más de una misión, se
trata de la aparición de los bonos vinculados al carnet de la patria.
plan de políticas sociales guiado más por las demandas políticas y sus réditos, que
por las necesidades sociales y los criterios de justicia distributiva. 227
En la tabla 1A se muestra la cobertura de las misiones por hogar
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
(beneficiarios de al menos una), la cual tiene una evolución similar a la
distribución por personas de la tabla 1, así como el promedio por hogar del
número de misiones, distinguiendo entre el promedio para todos los hogares, del
promedio de los hogares que son beneficiarios; es decir, excluyendo a aquellos que
no son beneficiarios de ninguna misión.
Tabla 1A.
Cobertura y promedio de misiones por hogar
Cobertura de las Misiones por
2016 2017 2018
Hogar
Alimentación 25,4 47,7 54,9
Barrio Adentro 7,6 4,1 10,2
Otra 8 4,9 47,6
Total 34,4 53,1 74,6
Promedio Misiones por Hogar 2016 2017 2018
Promedio todos los hogares 1,5274 1,9661 3,4754
Promedio hogares beneficiarios 4,4448 3,7006 4,6606
Promedio por tipo de Misión
2016 2017 2018
(todos)
Alimentación 0,8868 1,6468 1,9866
Barrio Adentro 0,2367 0,1201 0,3201
Bonos y otras 0,2212 0,0806 0,9366
Promedio por tipo de Misión
2016 2017 2018
(solo beneficiarios)
Alimentación HB 2,5807 3,0995 2,6641
Barrio Adentro HB 0,6889 0,2261 0,4292
Bonos y Otras 0,6436 0,1517 1,2560
nunca lo fueran.
El rosario de misiones que, al menos al inicio, el presidente Chávez
anunciaba con una frecuencia casi semanal, o bien se trataba de acciones
Radiografía de un colapso
228 6 FREITEZ, Anitza (Coordinadora) (2017): Venezuela la caída sin fin ¿hasta cuándo? Encuesta Nacional de
Condiciones de Vida 2016 (Encovi 2016). Caracas: UCAB.
cuya misión anterior no había resuelto, pero sin que ello adicionara de manera
significativa nuevos beneficiarios. 229
Así, por ejemplo, en menos de dos años se anunciaron tres misiones
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
distintas para la capacitación e incorporación de población al trabajo (Saber y
Trabajo; Vuelvan Caras y Ché Guevara), sin que ninguna de ellas superara los
100 mil beneficiarios, o hasta cuatro para el problema de la baja producción de
alimentos en el país (Zamora; Vuelta al Campo; AgroVenezuela y AgroPatria)
en un tiempo similar y, de igual forma, sin que ello aumentara la producción
nacional de alimentos.
Las misiones responsables del aumento de los beneficiarios fueron, en
primer lugar, los programas destinados a distribuir y subsidiar alimentos básicos,
primero por medio de la red de abastecimiento popular (Mercal y Proal) y, más
recientemente, con la distribución de las bolsas o cajas de alimentos de los Comités
Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). La segunda misión responsable
del aumento de la cobertura de beneficiarios, fue la atención en salud (Misión
Barrio Adentro), fuera a través del conjunto de centros de atención de salud del
país, es decir la red tradicional de ambulatorios, hospitales públicos y del sistema
de seguridad social, junto con nuevas modalidades (consultorios populares y
centros de atención integral) cuya operatividad actual es una incógnita.
Entre 2015 y 2017 los programas de alimentación pasaron a representar
de 50 % a más de 80 % del total de los que se declaraban beneficiarios de alguna
misión, siendo el resto de los beneficiarios los que fueron atendidos por Barrio
Adentro en cualquiera de sus modalidades.
Esta concentración de la atención en programas de alimentación hasta
2017 y, como veremos más adelante, la irrupción de los bonos (o transferencias
directas) distribuidos a través del carnet de la patria (26 % de los beneficiarios
en 2018), es el principal indicador de cambio en la política social que ha tenido
lugar en el país desde finales de 2017 hasta el presente, la cual, y como veremos,
fue una respuesta obligada frente al deterioro de las condiciones sociales de los
hogares y al proceso hiperinflacionario que se agudizó a partir de 2018.
vertirse en el sistema de distribución de alimentos más grande del país, integrado por 201 centros de
acopio y más de 16 mil bodegas populares incorporadas, para atender 232 municipios y una población
de cinco millones de personas en condiciones de pobreza. El mercado del PROAL llegó a representar,
aproximadamente, el veinte por ciento (20 %) del total del consumo de harina de maíz, arroz, aceite,
leguminosas y sardinas enlatadas. Sus costos de operación fueron los más bajos de todos los programas
sociales, significando menos del uno por ciento (1 %) del total de los recursos manejados. Y los productos
se vendían al consumidor focalizado en las zonas más pobres del país, un cuarenta por ciento (40 %)
más barato que el precio normal. (Ministerio de la Familia. Programas Sociales de la Agenda Venezuela.
Mimeo. Caracas 1997).
8 Desde antes de la llegada al poder de Hugo Chávez el Estado venezolano mantenía, por medio de decre-
tos de aumentos de salario mínimo, el nivel de las remuneraciones igual o algo por encima de la canasta
230 de alimentos del INE, la cual se utilizaba como línea de pobreza oficial hasta 2014, año en el cual se dejó
de publicar. Ver: URQUIJO y BONILLA (2008): La remuneración del trabajo. UCAB.
Independientemente de las distorsiones que significaban para las políticas
de remuneración y la competitividad del país la indexación del salario mínimo, 231
lo cierto fue que por mucho tiempo el salario mínimo legal se mantuvo con poco
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
rezago en relación con el valor de la canasta básica del INE.
Para el Gobierno esto era un logro, no solo de su política de aumentos
de salario mínimo, sino también de sus políticas de controles y de subsidios
indirectos.
Gráfico 1.
Salario mínimo integral y valor de la canasta de alimentos
Fuente: Gacetas Oficiales: Decretos de aumento de salario mínimo. INE. Valor de la CNA hasta 2014
(estimada a 2020 según índice de inflación de la AN y tipo de cambio paralelo).
los hechos en una nueva política la cual, sin mediar reflexión pública alguna,
paso de los subsidios indirectos a los directos, de la pretensión de prestación de
servicios sociales por medio de 35 programas (misiones) a bonos de transferencias
Radiografía de un colapso
9 APONTE, Carlos (2019): “Los comités locales de abastecimiento y producción y la gran corrupción del
siglo XXI”. En: Transparencia Venezuela. Caracas.
232 10 Declaraciones del ministro de Alimentación Carlos Leal Tellería. 18 de Marzo de 2020 https://talcual-
digital.com/192539-2-clap/
EL CARNET DE LA PATRIA, LOS CLAP Y LOS BONOS
233
En la medida en que los programas de alimentación del Gobierno y su
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
política de control de precios y salarios no pudo seguir compensando los rigores
del desabastecimiento y la inflación, la administración de Nicolás Maduro se
fue deslizando hacia formas organizacionalmente más simples de intervención,
aunque también con menor impacto social, pero todos ellas sin perder la intención
de capitalizar o politizar la política social.
Los nuevos instrumentos de política social que se estrenaron a partir de
2016 fueron: los CLAP, el carnet de la patria y las transferencias directas o bonos.
Los CLAP
En abril de ese año el Gobierno anuncia un nuevo mecanismo para la
distribución de alimentos, dado el cierre de los Mercal. De esta forma la misión
alimentación se transformaría en un sistema de distribución de alimentos directo
a los hogares. Los CLAP, encargados de distribuir sus productos según un censo
local de hogares, pasarían entonces a distribuir entre seis a ocho kilogramos de
productos (en su mayoría importados) por un valor que para el mes de julio de
2019 fue de 20$, mientras que los beneficiarios la pagaron a menos de 1$. Si
bien cantidades y tipos de productos varían de un operativo de entrega a otro,
normativamente ella puede contener los siguientes productos y cantidades11:
• 2 a 4 kilos de harina de maíz
• 2 a 4 kilos de pasta alimenticia
• 1 a 2 litros de aceite vegetal
• 2 a 4 kilos de granos (leguminosas)
• 1 a 2 kilos de leche en polvo
• 4 a 6 latas de sardina o atún
• 1 o 2 kilos de café
Por lo que han sido los distintos operativos y las cantidades distribuidas,
normalmente lo que trae la caja CLAP se consume entre una o dos semanas,
para un hogar promedio de cuatro personas. Entendiendo, claro está, que la caja
CLAP sería un complemento de alimentación del hogar.
11 Como ejemplo, el portal Crónica Uno reportó que para el mes de julio de 2019 la caja CLAP repartida en
el estado Lara (porque ella puede variar de una localidad a otra) traía: una harina, dos paquetes de arroz,
cinco paquetes de pasta, una bolsa de leche, dos paquetes de lentejas y un litro de aceite. (https://cronica.
uno/disminuyen-los-productos-de-la-caja-y-aumenta-el-chantaje-para-la-venta-del-clap/)
Las cajas CLAP no solo varían en su cantidad y tipo de productos, sino
también en su periodicidad. El Gobierno pretendía que la distribución fuera
mensual, pero según Encovi 2018, solo el 41 % dijo haber recibido la caja
mensualmente, mientras 15 % dijo que fue cada dos meses y un 44 % no logró
precisar una frecuencia definida. Sin embargo, hasta 95 % de los hogares dijo
haber recibido al menos en una ocasión una caja CLAP desde que se inicio el
programa.
La situación actual del programa CLAP es bastante incierta. A la fecha no
tenemos encuestas para saber la cobertura del programa en 2019 y menos aún
en lo que llevamos de 2020. En todo caso, lo que se conoce por informaciones
periodísticas es que el programa no se ha podido ejecutar, incluso con la irregular
frecuencia de los años anteriores, producto de la corrupción, los problemas
financieros del Estado y las sanciones.
Carnet de la patria
En enero de 2017 el presidente Maduro anuncia la creación del carnet de la
patria (CP). Un registro que daría acceso, por medio de un carnet personalizado,
al conjunto de servicios sociales y públicos que el Gobierno dispusiera para sus
portadores.
El registro se hace por medio de operativos en plazas públicas, donde los
ciudadanos se inscriben con su cédula de identidad. Los datos que componen el
registro tienden a ser disímiles. Algunos afirman que incorpora datos del hogar,
misiones sociales en las que están inscritos y cuentas bancarias, otros dicen que
solo se registra el nombre y el número de cédula. Lo cierto es que no hay forma
de corroborar la información que tendría la Plataforma Patria, que es como se
denomina el registro del CP.
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
Informaciones del propio Gobierno afirman que tras los primeros seis
meses de creado el sistema, ingresaron 14 millones de venezolanos, inscritos
Radiografía de un colapso
234 12 Consultores 21 y More Consulting señalan que entre 70 % y 73 % de las peronas encuestadas dijeron
tener el carnet de la patria. La diferencia entre personas y hogares puede explicar las diferencias.
¿Para que sirve el carnet de la patria? En términos prácticos es el canal
para recibir bonos (permanentes o eventuales) y que el Gobierno transfiere 235
directamente a la cuenta bancaria asociada al portador del carnet.
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
Si bien el CP ha pretendido ser utilizado para otros fines, lo cierto es que
han sido los bonos o las transferencias directas lo que ha resultado más útil para
los inscritos. Algunos otros usos dados (o pretendidos) son13:
• Registro para recibir los CLAP: aunque las encuestas muestran que
quienes no tienen CP sí han recibido CLAP y a la inversa, algunos que
no han recibido CLAP sí tenían el CP.
• Medio de pago por medio del código QR: lo que lo convertiría en un
monedero digital; sin embargo, son muy pocos los establecimientos
comerciales que aceptan este medio de pago.
• Canal para el subsidio a la gasolina: a mediados de 2018 se anunció
que por medio del CP se subsidiaría el precio de la gasolina, pero a la
fecha ello no se ha puesto en marcha.
• Acceso a servicios de salud por medio de 800-YA: solo se anunció; no
hay ninguna experiencia de asistencia de salud telefónica.
• Mecanismo para tramitar documentos públicos o la inscripción en
el sistema educativo público: no se tiene noticias de que ello se haya
implementado.
• Medio para inscribirse en programas de empleo: Chamba14 Juvenil o
Chamba Mayor, no se tiene información al respecto.
• Mecanismo para solicitar la restitución de aparatos electrónicos
dañados por los apagones de marzo 2019: no se tiene información de
que esto sea cierto.
• Instrumento para constatación de haber votado: en los últimos
procesos electorales de 2017 y 2018 el partido de gobierno instaba a
los portadores del CP a registrarse como votantes en mesas de registro
ubicadas cerca de los centros de votación, lo que claramente fue
denunciado y se señala como un mecanismo de lo que algunos han
llamado “clientelismo ilícito”, control político o “control de los otros”.
• Medio para acceder a los bonos ocasionales: esta ha sido sin duda la
principal ventaja de tener el CP. En 2019 se transfirieron cerca de
13 APONTE, Carlos (2019: “El carnet de la patria: simbolo de un clientelismo ilicito”. En:Transparencia
Venezuela. Caracas.
14 “Chamba”: vocablo utilizado para decir que se consiguió un trabajo nuevo.
50$ a parte de los inscritos en el CP, lo que puede representar hasta
un 60 % del salario mínimo integral de ese año.
con el salario integral. Si bien estos son muy variables, en promedio los bonos
han representado hasta un 80 % del salario integral desde que comenzaron a
entregarse.
236 15 APONTE, Carlos (2019): Los bonos sociales ante el rumbo incierto ante el empobrecimiento. Mimeo. Ca-
racas.
Tabla 2
Bonos de protección social ocasionales 237
Monto Bono/Salario
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
Monto
AÑO/mes BONOS Bs. Integral
$
soberanos (Porcentaje)
2017
Noviembre Navideño 5 4.4 110%
Diciembre Niño Jesús 5 4.4 110%
2018
Enero Reyes 5 2.0 63%
Febrero Día de la Juventud 7 2.8
149%
Carnaval 7 2.8
Marzo Día de la Mujer 7 2.2
107%
Semana Santa 7 2.2
Abril Independencia 10 1.1 52%
Mayo Día de la Madre 15 0.7
117%
Día del Trabajador 15 0.7
Junio Victoria Carabobo 40 1.3
187%
Especial Carnet de la Patria 25 0.8
Julio Especial Independencia 70 1.8
308%
Niño Simón 90 2.3
Agosto Reconversión Monetaria 600 5.9 1115%
Septiembre Escolar 200 1.6 10%
Diciembre Navideño 2.000 2.5
242%
Especial Niño Jesús 10.000 12.5
2019
Enero Reyes 12.000 4.7 61%
Febrero Juventud 9.000 2.5
Angostura 18.000 4.9 227%
Carnaval 18.000 4.9
Abril Pueblo Valiente 25.000 3.9 126%
Mayo Pueblo Trabajador 25.000 3.7 38%
Junio Pueblo Independiente 30.000 3.7
92%
Victoria de Carabobo 30.000 3.7
Julio Especial de Independencia 40.000 3.2 62%
Octubre Venezuela Victoriosa 75.000 2.4 25%
Noviembre Paz y Felicidad 90.000 1.9
60%
Paz y Prosperidad 90.000 1.9
Diciembre Navidades Felices 100.000 1.8
67%
Niño Jesús 100.000 1.8
2020
Enero Reyes 200.000 2.6 44%
Febrero Patria Digna 250.000 3.3
122%
Carnaval 300.000 4.0
Marzo Lealtad 300.000 3.4
Disciplina y Solidaridad 300.000 3.4 233%
Quédate en Casa 450.000 5.1
Abril Semana Santa 300.000 1.5
133%
Especial Quédate en Casa 300.000 1.5
Fuentes: www.patria.org.ve Cálculos propios.
El gráfico 2 muestra el impacto de estos bonos en el salario integral. La
serie histórica del salario integral en Venezuela (en dólares corrientes desde enero
de 2014 al presente) muestra su variación de 80$ a mayo de 2014 (valor más
alto de la serie) a menos de 10$ antes de iniciadas las transferencias directas o
bonos. A partir del último trimestre de 2018 se sobrepone a la barrea de salario
integral lo que representa la transferencia directa. Si bien ellas son modestas,
comparadas con el propio salario integral, las transferencias han llevado el
ingreso del trabajador de sueldo mínimo hasta los 20$ al mes, compensando en
algo la importante caída.
Gráfico 2.
Salario integral y bonos ocasionales
Dólares corrientes
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
Fuente: Datos del gráfico 1. Para el valor de los bonos ocasionales tabla 2.
la canasta de alimentos en los años de la bonanza, hay que tener en cuenta que
valorar los bonos ocasionales en razón, por ejemplo, del valor de la canasta
normativa de alimentos CNA del INE y deflactada a lo que ella era en 2014 (que
como vimos en los últimos meses ha fluctuado entre los 400$ o 600$) es un
absurdo. Los beneficiarios no tienen esos parámetros de comparación, ni como
realizarlo. Lo que compraban en 2014 es un sueño o un espejismo.
238
Más realista sería comparar el promedio de los bonos ocasionales contra lo
que pudiera ser el máximo de una caja CLAP (calculada a 20$) o a la cantidad de 239
productos básicos que pueden adquirirse. Si tomamos, por ejemplo, la cantidad
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
de kilos de harina de maíz que pueden comprarse con el valor de un bono
ocasional en promedio, ello se traduce en cinco kilos, lo que para una familia
de cuatro miembros representa ¡una arepa de maíz al día, por un mes! Lo que es
igual a 11 % de los requerimientos nutricionales diarios de un adulto.16 Pero, aun
con estas comparaciones más cercanas a la realidad del consumo de Venezuela
en estos tiempos, claramente estamos ante un bono o transferencia menor a la
subsistencia.
Hasta ahora nos hemos referido a los bonos ocasionales. Ello es así,
porque aun sin tener el dato preciso de cuanta población se beneficia de ellos, las
encuestas indican que se trata de varios millones de personas.
A diferencia de los ocasionales, los bonos permanentes parecen ser más
focalizados o selectivos. Si bien tampoco se dispone de información sobre los
procedimientos de selección, e incluso sobre la forma de validarlos, altas y bajas
del programa, etcétera, los bonos permanentes están referidos a misiones sociales
que tratan de centrarse en personas u hogares con características específicas de
vulnerabilidad, sea ella económica o de salud.
Ya en 2014 se consolidó en el programa Hogares de la Patria un conjunto
de bonos permanentes para hogares con características específicas, tales como,
hogares monoparentales (Madres del Barrio) u hogares con niños que tenían
alguna discapacidad (Hijos de Venezuela). Utilizando fuentes de información
periodísticas basadas en las alocuciones del Presidente, se estima que este
programa nunca superó los 100 mil hogares, y no fue sino hasta 2016 que el
programa consolidado de bonos o transferencias directas permanentes, pasó a
tener 300 mil y en 2017, 500 mil beneficiarios. Cifras imposibles de corroborar.
Nuevamente la imprecisión en las cifras nos hace dudar de la cobertura del
programa de transferencias permanentes, más aún cuando esas cifras extraídas
de declaraciones situaron al programa Hogares de la Patria en 4 millones de
beneficiarios en 2018 y 6 millones en 2019.17
La novedad de esta transferencia es que se supone que su monto está
vinculado al número de miembros del hogar. Los montos de las transferencias
emprende, y que no anuncie casi ninguna actividad para estos otros bonos
permanentes, hace pensar que no tienen muchos beneficiarios o sencillamente
son programas que no se ejecutan.
Solo por mantener la exhaustividad de la lista de programas, pero
entendiendo que su incidencia es muy baja, los mencionamos a continuación:
240 18 Este monto se obtiene al multiplicar 4$ al mes por 6 millones de hogares beneficiarios del programa
“Hogares de la Patria”, más 47,3$ de transferencias recibidas en un año (por bonos ocasionales) por parte
de 8 millones de beneficiarios.
Cuadro 1.
Otros programas de bonos permanentes con transferencias directas 241
Parto humanizado: bono especial al momento del nacimiento y aportes mensuales regulares
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
durante el proceso de gestación. Se supone que acompañe a un conjunto de acciones de
atención en salud para la embarazada, durante el parto y en el posparto. Valora especialmente
la promoción del parto natural (sin cesárea).
Lactancia materna: aportes mensuales regulares previstos hasta 1 año después del nacimiento.
José Gregorio Hernández: aportes mensuales regulares para personas con discapacidad.
Cultores populares: aportes mensuales para artistas y creadores populares.
Chamba juvenil: aportes mensuales a jóvenes para trabajos a tiempo parcial en algunas áreas.
Madres y padres elaboradores de casas de alimentación, Comedores Mamá Rosa y centros
de recuperación nutricional: aportes mensuales para voluntarios de programas nutricionales
Promotores, formadores y facilitadores de parto humanizado: aportes mensuales.
Somos Venezuela: aportes mensuales para este personal “voluntario” del CP
Fuentes: Portales de varios medios de comunicación, principalmente oficiales, entre los que pueden des-
tacarse: https://patria.org.ve; http://www.vicepresidenciasocial.gob.ve; www.hogaresdelapatria.gob.ve;
http://vtv.gob.ve; y, http://www.radiomundial.com.ve.
Fuente: Sistema Patria. Textos de las notificaciones a los beneficiarios de los bonos ocasionales durante 2019.
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
19 “El Carnet de la Patria: Símbolo de un clientismo ilícito”. En: Coalición Anticorrupción. https://www.
coalicionanticorrupcion.com/index.php/en/informes-coalicion/item/36-el-carnet-de-la-patria-simbolo-de-
un-clientismo-ilicito
Transparencia Venezuela. https://transparencia.org.ve/project/el-carnet-de-la-patria-simbolo-de-un-cliente-
lismo-ilicito/
20 Cada bono tiene un “cartel” que lo identifica con un nombre y una fotografia de la pareja presidencial
ejecutando alguna acción según el nombre de dicho bono. Asi, por ejmeplo, el bono de Semana Santa,
242 muestra al presidente con una cruz en pose de oración; el bono de reyes magos, la pareja presidencial
sonriendo con unos camellos al fondo, y así se va desarrollando toda una iconografia personalista y cursi.
que sirve de anuncio (por mensaje de texto) para que los beneficiarios sepan que
la transferencia le ha sido otorgada. 243
La transferencia directa es presentada por el Gobierno como un regalo para
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
los beneficiarios acompañado, como si se tratara de una dedicatoria amorosa, de
mensajes de texto donde las palabras como “pueblo”; “amor”; “paz”; “felicidad”
y “prosperidad” son las que aparecen en la mayoría de las notificaciones. Pero
también están presentes las que aluden al intercambio político: “lealtad”;
“unión”; “Bolívar”; “nuestro”; “venceremos”, así como las que tienen pretensiones
moralizantes: “disciplina”, “consciencia” y “conscientes”. Todas ellas dispuestas
en forma de notificación al beneficiario a su teléfono móvil y con la firma del
presidente Maduro.21
El personalismo de la política social, el intento de convertir los derechos
sociales en favores personales que se deben pagar con lealtad y votos, es un
componente que no es neutro a la hora de evaluar la política social del Gobierno,
no solo por sus efectos nocivos desde el punto de vista de los derechos civiles
y las libertades democráticas; sino también desde principios pragmáticos de
operatividad.
21 Solo para que el lector tenga una idea de cómo son estas notificaciones colocamos algunos ejemplos. Con
motivo de la pandemia del COVID-19 se entregó, en abril de 2020, un bono denominado “#quedateen-
casa” y los beneficiarios recibieron en su teléfono móvil un mensaje del presidente Maduro que decía:
“Avanzamos con la contención de la pandemia gracias a la capacidad médica, científica y al esfuerzo
gigantesco de todo un pueblo”.
Con motivo de cumplirse un año del último intento fallido de sublevación militar contra su gobier-
no, se transfirió el bono denominado “Disciplina y Solidaridad”, y el mensaje fue: “Marzo de Lealtad,
continuaremos garantizando la paz, la estabilidad y la prosperidad para nuestro amado pueblo. Leales
siempre”.
Es evidente que dicho giro ha sido el resultado del deterioro
macroeconómico del país y de la crisis de abastecimiento y la hiperinflación
que tuvo lugar entre 2017 y 2019, situación que permanece latente, aún cuando
en los últimos meses la inflación (febrero-abril 2020) ha regresado a sus niveles
crónicos (20 % al mes) y los niveles de abastecimiento se han recuperado, pero
a costa de una caída del consumo.
La precariedad de la tregua hiperinflacionaria y de desabastecimiento,
mantiene vigente la nueva política de transferencias directas (bonos a través
del carnet de la patria) y de abastecimiento de productos de manera local (cajas
CLAP), pero sus deficiencias de diseño y operativas, que en parte son el resultado
de las restricciones políticas que el propio Gobierno quiere mantener, son las que
restan capacidad de compensación a la crisis económica.
Quizás el déficit más importante que tiene la política social de los bonos y de
las cajas CLAP es que carecen de un diseño normativo –por lo menos conocido–
sobre los criterios de incorporación a los programas, montos y frecuencias de las
transferencias y las ayudas, así como recursos asociados.
Estas imprevisiones, que facilitan lo que debe ser una discrecionalidad
intencionada, imposibilitan calcular el posible impacto de las políticas. Así, por
ejemplo, al intentar calcular lo que sería hipotéticamente un impacto máximo
de las transferencias directas (caso que estaría representado por un hogar que
recibiera todos los bonos que el Gobierno anuncia ejecutar de manera más
recurrente, es decir los bonos de los Hogares de la Patria, más todos los bonos
ocasionales a lo largo de un año), el total de la transferencia hubiese sido para
2019 de solo 95 dólares.
Para el caso de las cajas CLAP el subsidio indirecto sí parece ser mayor.
Nuevamente suponiendo que un hogar recibiera todos los meses una caja
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
“completa” CLAP con un valor estimado de 20$, allí el monto anual sería de
240 $. Cifra esta que como valor máximo hipotético es poco o nada probable que
algún hogar lo haya recibido en los últimos dos años.
Radiografía de un colapso
244
Aún cuando haya mucho espacio para mejorar el impacto de los bonos,
haciéndolos más transparentes y justos, es evidente que las restricciones de 245
disponibilidad de recursos limitan cualquier posibilidad de compensación real.
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
Dicho esto, los bonos, los CLAP, y especialmente el carnet de la patria, son
más andamiajes que simulan una política social, que propiamente unos programas
sociales que compensen la dura situación que padecen los empobrecidos hogares
del país.
Como ha sido siempre, pero con mayor énfasis en la actualidad, el elemento
propagandístico y casi exhibicionista de las transferencias monetarias a través de
los bonos ocasionales, contrasta con su verdadera magnitud. Y lo que es peor, a
la fecha pareciera que el único programa que tiene alguna visibilidad se trata de
estos bonos. La prueba de lo anterior ha sido que la única acción social del Estado
para hacer frente a la recesión social derivada del COVID-19 (aunque más por la
crisis del suministro de gasolina) han sido cinco bonos, entregados entre marzo
y abril, que sumaron solo 15$.
Respecto a los CLAP el diagnóstico es similar, pero con algún agravante
dada la agudización de la crisis de combustible. Si bien es cierto que como señalan
las encuestas, hasta 2018, un alto porcentaje de hogares dijeron haber recibido
al menos una caja o bolsa de alimentos en ese año, lo que hace pesar que el
programa dispone de censos y registros locales de los hogares bastante universales;
sin embargo, las dificultades económicas, los problemas para importar producto
de las sanciones y, más recientemente, los problemas derivados del COVID-19
y especialmente la crisis de combustible, ha hecho que el programa lleve meses
parado.
En resumen, el Estado venezolano con sus sesgos, prenociones y requisito
de agenda política, que le impiden asumir plenamente una agenda social
despolitizada, dispone de algunos mecanismos de implementación de política
social para enfrentar la crisis socioeconómica que padecen los hogares. Pero las
restricciones presupuestarias hacen que su acción sea muy modesta y, lo que es
peor, en el futuro, tales restricciones parece que serán aún mayores.
Todo ello sin contar las inmensas filtraciones que deben tener estos
programas, dado que no son ni auditados, ni controlados por nadie, a lo que hay
que adicionarle los altos costos operativos que tiene una política social dispuesta
más para la propaganda y para el disimulo, que para compensar la situación
social de los hogares en Venezuela.
REFERENCIAS
APONTE B., Carlos (diciembre 2014): La política social durante las gestiones
presidenciales de Hugo Chávez (1999-2012). UCV-Cendes. Tesis
Doctoral.
________ (2019): El carnet de la patria: símbolo de un clientelismo ilícito.
Caracas: Transparencia Venezuela.
________ (2019): Los bonos sociales ante el rumbo incierto ante el empobrecimiento.
Caracas. Mimeo.
________ (2019): Los comités locales de abastecimiento y producción y la gran
corrupción del siglo XXI. Caracas: Transparencia Venezuela.
D`ELIA, Yolanda (2006): Las misiones sociales en Venezuela: una aproximación a
su comprensión y análisis. Caracas: ILDIS.
FILGUEIRA, Fernando (1996): Welfare and democracy in Latin America: the
development, crises and aftermath of universal, dual and exclusionary
social states. UNRISD.
FREITEZ, Anitza (Coordinadora) (2017): Venezuela la caída sin fin ¿hasta
cuándo? Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2016 (Encovi 2016).
Caracas: UCAB.
HURTADO y ZERPA (Abril 2016): “Misiones sociales en Venezuela: concepto
y contextualización”. En: revista Sapienza Organizacional. Mérida:
Universidad de Los Andes.
MINISTERIO DE LA FAMILIA (1997): Programas sociales de la Agenda
Venezuela. Caracas. Mimeo.
URQUIJO, J. y BONILLA, J. (2008): La remuneración del trabajo. Caracas:
UCAB.
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
Radiografía de un colapso
246
10
LA AYUDA ALIMENTARIA EN VENEZUELA,
¿UN ASUNTO DE FRATERNIDAD? EL CASO DE
ALIMENTA LA SOLIDARIDAD/SUSTENTO
INTRODUCCIÓN
secundarias.
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
una aproximación al escenario en el cual se desenvuelve Venezuela. A partir del
año 2014, la Universidad Simón Bolívar, la Universidad Central de Venezuela y la
Universidad Católica Andrés Bello, se unieron para desarrollar, aplicar, procesar
y presentar una serie de encuestas para tratar de obtener algunas cifras acerca
de la situación económica, social, de seguridad personal, alimenticia, educativa,
laboral, de salud y migratoria del país. Así nació el proyecto Encovi (Encuesta de
condiciones de vida).
Para calcular la línea de pobreza en Venezuela, Encovi (2017) establece
que los hogares con un ingreso per cápita inferior a la canasta básica per cápita
se clasifican como pobres. Los hogares en los que el ingreso per cápita es infe-
rior a la canasta alimentaria per cápita se clasifican en pobreza extrema. Según
Encovi (2017), y tal como se muestra en el gráfico 1, en Venezuela el nivel de
pobreza se ha incrementado desde el año 2014 hasta el 2017. En el 2014, el
nivel de pobreza general fue de 48,4 % y en tan solo tres años, en el 2017, el
87 % de la población estaba bajo la línea de pobreza. Un incremento de 38,6
puntos porcentuales en tres años. El aumento de personas en situación de po-
breza extrema pasó de 23,6 % en 2014 a 61,2 % en 2017. Un incremento de
37,6 puntos porcentuales. Es decir, no solo más personas están en situación de
pobreza, sino que la mayoría de los que eran pobres en 2014 pasaron a pobreza
extrema en 2017. Adicionalmente, se observa una caída en el porcentaje no
pobre de la población. En el 2014 el 51,6 % estaba por encima de la línea de
pobreza general mientras que el 2017 el 13 % se encuentra por encima de esta
línea (Ostos, 2019).
Más preocupante aún es que esta línea para muchos es inalcanzable,
debido a la brecha entre los aumentos de sueldo y el incremento de los precios,
que ocurre cada semana. Adicionalmente, los aumentos de sueldo se producen
solamente en el sector formal de la economía (Encovi, 2017).
Gráfico 1.
Pobreza por nivel de ingreso
250
Gráfico 2.
Pobreza por nivel de ingreso y tiempo de permanencia 251
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
Fuente: Encovi (2017).
252
Gráfico 4.
Canasta alimentaria vs. salario mínimo 253
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
Fuente: Cendas (2017).
rió dos o menos comidas al día. Adicionalmente, se debe considerar que no todos
asocian como comida a un plato con proteínas, grasas y carbohidratos.
De Encovi (2017) se desprende que el 80 % de los hogares venezolanos
se encuentra bajo inseguridad alimentaria. Este término está relacionado con la
disponibilidad de alimentos para las personas, el acceso que estas tengan a los
mismos y su aprovechamiento para el cuerpo humano. Un hogar bajo inseguridad
alimentaria es aquél en el que los integrantes del mismo no pueden tener acceso a
254
las cantidades de alimentos necesarias para el organismo y además no ingieren los
nutrientes necesarios o no en las cantidades que se necesita. Adicionalmente, al 255
menos 8,2 millones de venezolanos ingieren dos o menos comidas al día, sumado
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
a que las comidas que consumen no cuentan con la calidad suficiente (Ostos,
2019).
El panorama descrito por Envovi (2017) no ha cambiado (para mejor) en
2019. El informe de la oficina de la alta comisionada de las Naciones Unidas para
los Derechos Humanos (ACNUDH) sobre la situación de los derechos humanos
en la República Bolivariana de Venezuela, con información de mayo 2018 a enero
2019, en cuanto a derechos económicos y sociales es el siguiente:
• La crisis económica y social se agudizó considerablemente entre 2018
y 2019. A medida que la economía seguía contrayéndose, la inflación
se disparó y los ingresos públicos disminuyeron a raíz de una drástica
reducción en las exportaciones de petróleo. La población venezolana
está afrontando muy diversas e interrelacionadas violaciones de sus
derechos económicos y sociales.
• A pesar de que el Gobierno ha decretado varios aumentos en el
salario mínimo, su poder adquisitivo ha disminuido hasta el punto
de que ya no se lo puede considerar como un salario de subsistencia.
En abril de 2019, el salario mínimo, que ascendía al equivalente de
unos siete dólares estadounidenses al mes, cubría únicamente el 4,7
por ciento de la canasta básica de alimentos. Pese a algunos subsidios
generales del Gobierno, las personas entrevistadas por el ACNUDH
manifestaron su preocupación respecto de que los ingresos mensuales
de sus familias eran insuficientes para cubrir sus necesidades básicas y
que solo daban para adquirir aproximadamente cuatro días de comida
por mes.
• El desvío de recursos, la corrupción y la falta de mantenimiento en la
infraestructura pública, así como la subinversión, han tenido como
resultado violaciones al derecho a un nivel adecuado de vida, entre
otros, debido al deterioro de servicios básicos como el transporte
público y el acceso a electricidad, agua y gas natural. A partir de
septiembre de 2018, miembros del Gobierno empezaron a hablar de
las consecuencias de la crisis económica y a reconocer ciertos aspectos
de la situación humanitaria, principalmente respecto de la escasez
de la alimentación y de los medicamentos. El Gobierno afirmó que
destina 75 por ciento del presupuesto anual a la inversión en el área
social.
En cuanto al derecho de alimentación, el informe de la oficina de la alta
comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH)
de manera concisa la explica de la siguiente manera:
• Información verificada por el ACNUDH confirma violaciones
al derecho a la alimentación, incluida la obligación del Estado
para garantizar que la población no padezca hambre. El principal
programa de asistencia alimentaria, conocido como “cajas CLAP”, no
cubre las necesidades nutricionales que son elementales para la gente.
El Gobierno no ha demostrado que ha utilizado todos los recursos
disponibles para garantizar la realización progresiva del derecho a la
alimentación, ni tampoco que hubiere buscado, sin éxito, asistencia
internacional para abordar dichas deficiencias. En los últimos meses, el
Gobierno ha solicitado y aceptado ayuda, aunque ha sido insuficiente
para cubrir las necesidades de la población.
• Las personas entrevistadas constantemente refirieron una falta de
acceso a alimentos, debido tanto a la escasez como a los precios
inasequibles. La disponibilidad de suficiente comida de calidad es
deficiente, y los entrevistados dijeron que comían una vez, o como
mucho dos veces, al día y que consumían pocas proteínas o vitaminas.
La falta de acceso a alimentos tiene un impacto especialmente adverso
en las mujeres que son las principales encargadas y/o las jefas de
familia, quienes se ven obligadas a dedicar un promedio de diez horas
al día a hacer filas para obtener comida. Fuentes locales reportaron
algunos casos de mujeres que se vieron forzadas a intercambiar comida
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
por sexo.
• Además de la hiperinflación y la contracción de la economía, las
políticas económicas y sociales adoptadas durante la última década
Radiografía de un colapso
256 embarazadas.
PRECISIONES TEÓRICAS Y CONCEPTUALES
257
Qué se entiende hoy en día por fraternidad
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
Tal como afirma Barros (2009) es imposible no comenzar discutiendo
el concepto de fraternidad sin recordar los principios básicos de la Revolución
Francesa: Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Enaltecida por filósofos y poetas a lo largo de la modernidad, poco a poco la
fraternidad se convirtió en el lado indiferente del tríptico, siendo asociada
exclusivamente con ideas de caridad, filantropía y romanticismo político.Con
el paso de la modernidad, observamos que no sólo en las sociedades liberales
desarrolladas bajo la bandera de la libertad se prestó poca atención a las cuestiones
referentes a la fraternidad, sino también, los estados socialistas que centralizaron
sus gobiernos en la defensa de la igualdad, también dedicaron poca atención a la
fraternidad. (Barros, 2009: 139)
• Concepciones socialistas.
• Concepciones cristianas.
• Concepciones liberales.
258
Concepciones liberales
259
Amaya (2016) resalta los trabajos de dos autores claves en la tradición
liberal igualitaria, John Rawls y Ronald Dworkin.
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
Rawls (2000) afirma que la fraternidad no solo ha estado asociada a
resonancias sentimentales, sino que a menudo se ha pensado que “[…] resulta
irreal esperar que se den (lazos fraternos) entre los miembros de la sociedad”
(Rawls, 2000: 107). Rawls sostiene que el principio de la diferencia, según el
cual las desigualdades económicas y sociales tienen que redundar en beneficio
de los menos favorecidos, corresponde a la idea de fraternidad. Pero “[…] si
se le interpreta (a la fraternidad) incorporando las exigencias del principio de
diferencia, no es una concepción impracticable” (Rawls, 2000: 208). Esto es así
porque si las instituciones se ajustan a lo mandado por el principio de diferencia,
las desigualdades beneficiarán a los menos favorecidos y esto ya coincide con
lo mandado por la fraternidad. Por eso, alega Rawls, el ideal de la fraternidad
resulta “perfectamente realizable”.
En palabras de Rawls (2000):
La libertad corresponde al primer principio [libertades iguales], la igualdad a la idea
de igualdad en el primer principio junto con la justa igualdad de oportunidades,
y la fraternidad al principio de diferencia. De esta manera hemos encontrado un
lugar para la concepción de la fraternidad dentro de la interpretación democrática
de los dos principios, habiendo visto que impone exigencias muy definidas a la
estructura básica de la sociedad. Aunque no deberían olvidarse los otros aspectos
de la fraternidad, el principio de diferencia expresa un significado fundamental
desde el punto de vista de la justicia social. (Rawls: 2000: 108)
260
Concepciones socialistas
261
Para Lizárraga (2016):
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
[…] cuando intentamos ubicar al socialismo en el esquema balibariano, podemos
observar que se produce un movimiento inverso al que se verifica en Rawls: de un
esquema donde la propiedad es el principio mediador (socialismo o fase inferior
del comunismo), pasamos un esquema donde la fraternidad (o comunidad)
es organizadora de los principios de igualdad y libertad: el comunismo o fase
superior del comunismo. (Lizárraga, 2016: 136-137)
Concepciones cristianas
Amaya (2016) resalta que el concepto de fraternidad continúa siendo
crucial en el pensamiento político católico contemporáneo.
Además de defensas contemporáneas de la concepción tradicional cristiana de
la fraternidad como comunidad de creyentes, en los últimos años ha habido un
creciente interés en el estudio de diversos aspectos de la fraternidad culminando
en la creación de la Red Universitaria para el Estudio de la Fraternidad
(RUEF). Estos encuentros han estado marcados por la interdisciplinariedad, la
internacionalidad –convocando académicos de diversos países latinoamericanos
y europeos, especialmente, italianos– y no tienen una naturaleza exclusivamente
académica, participando en ellos también servidores públicos, políticos, teólogos
y juristas. Un conjunto de publicaciones, que analizan diversos aspectos de la
fraternidad, desde su relevancia para el derecho y la política, la relación entre
fraternidad y conflicto, el papel de la misma en el pensamiento de la integración
latinoamericana, la conexión entre fraternidad y democracia así como entre
fraternidad y educación. (Amaya, 2016: 28)
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
• Como experiencias de pacificación social durante los procesos de
transición política están los casos de Sudáfrica y de Ruanda.
• Experiencias de fraternidad que actúan como elemento reconstructivo
de los vínculos sociales, en situaciones de emergencia civil ocasionadas
por conflictos o calamidades naturales.
• Al rol del componente fraterno en los procesos de mediación y
superación de los conflictos.
Los autores citados ponen en evidencia la afirmación de Amaya (2016)
sobre la concepción cristiana contemporánea de la fraternidad: es un amplio rango
que va desde la resolución de conflictos hasta su vinculación con la democracia.
Tal como comenta Lizárraga (2016): “[…] la fraternidad, ya está claro
a esta altura, es una idea tremendamente escurridiza” (Lizárraga, 2016: 136).
Coincide Amaya (2016) con Lizárraga, no en llamarla escurridiza pero sí en
reconocer que el concepto de fraternidad ha sido ocupado por otras acepciones:
En teoría política contemporánea, el espacio teórico de la fraternidad ha sido
ocupado, en un sentido importante, por otras nociones que parecen ser menos
problemáticas y más fácilmente insertables en el lenguaje político actual, tales
como ‘amistad cívica’, ‘solidaridad’ y ‘comunidad’. Sin embargo, la substitución
de ‘fraternidad’ por estas nociones conlleva una reducción de la noción de
fraternidad y de los ideales que la misma evoca. (Amaya, 2016: 24)
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
Los retos de la fraternidad
Con este encabezado Amaya (2016) propone seis áreas de investigación
como punto de partida en la agenda de investigación sobre la fraternidad.
Destacamos dos de estos grupos de investigación, por la naturaleza de este
artículo:
• ¿Cómo se podrían implementar los ideales de la fraternidad? ¿Qué
formas de fraternidad parece deseable alentar institucionalmente
y cuáles no? ¿Qué vías institucionales, tanto estatales como civiles,
serían más apropiadas para avanzar los mismos?
• Otra cuestión fundamental concierne a la relación entre fraternidad
y liberalismo. ¿Es posible incorporar el valor de la fraternidad en un
marco liberal? ¿Supone la fraternidad, por el contrario, una superación
del mismo? y ¿Cómo se relacionan la fraternidad y la economía de
mercado? ¿Son compatibles? o ¿Es la fraternidad un ideal que nos
lleva a cuestionar los principios fundamentales en que se basan las
democracias liberales capitalistas?
De cierta manera, Barros en 2009 esbozó algunas respuestas a lo planteado
por Amaya (2016) en lo referente al primer grupo de preguntas. Barros relaciona
entonces a la fraternidad con la responsabilidad social:
[…] es una categoría política de la vida democrática. En ese sentido, tanto como
el ideal de libertad e igualdad, la fraternidad tiene que ser ejercida, enseñada,
discutida en las diversas instituciones sociales y comprendida como instrumento
de formación de valores humanitarios. (Barros: 2009: 147)
Para Barros (2009) la falencia de estos modelos revela que se está ante el
desafío de construir nuevas opciones para que la humanidad siga su desarrollo,
respetando lo que de bueno se puede extraer de los viejos paradigmas, pero sin
caer en el extremo racionalismo iluminista y sin el caos postmoderno.
Para el segundo grupo de preguntas planteado por Amaya (2016), el
mundo empresarial, sin llamarlo fraternidad, ya ha dado la respuesta a través de
los conceptos de Responsabilidad Social Corporativa/Emprendimientos Sociales.
266
“retribución” relacionada con gestión de impacto y finalmente, “responsabilidad
y participación” vinculada a ciudadanía corporativa (Méndez, 2003). 267
Es importante destacar que la RSE o Responsabilidad Social Corporativa
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
(RSC) no es el punto de partida ni el punto de llegada de la vinculación de las
empresas con la sociedad. La RSE representa una evolución, como se muestra en
la imagen número 1.
Imagen número 1: movimientos sociales y la continua redefinición del
campo de acción de las empresas
Modelos de negocios
Un modelo de negocio es una representación del concepto y lógica del
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
Describe lo que una empresa ofrece a sus clientes, cómo llega a ellos, cómo se
relaciona con ellos, cómo interactúa con sus proveedores, empleados y el medio
en el cual está inserto. En resumen, en una representación de cómo se organiza la
empresa para lograr sus objetivos. (Llorens, 2010)
268 las ventas por catálogo, las empresas multinivel, y otras estructuras de
funcionamiento con las cuales se busca generar valor económico (Campos,
2012). A pesar de la diversidad de estos modelos, es posible identificar elementos 269
comunes entre ellos. Osterwalder y Pigneur (2010) comentan que un modelo de
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
negocio describe las bases sobre las que una empresa crea, proporciona y capta
valor. Estos autores plantean que cada modelo de negocios se puede diagramar
a partir de nueve elementos principales: la propuesta de valor, el segmento de
clientes objetivo, los canales, las relaciones, los recursos clave, las actividades clave,
la red de asociados, la estructura de costos, y el flujo de ingresos. A partir de estos
elementos Osterwalder y Pigneaur (2010) plantean una herramienta llamada el
lienzo de modelos de negocio (Canvas) para esquematizar el funcionamiento de
cualquier tipo de empresa u organización. Estos se explican a continuación:
1. Propuesta de valor: producto o servicio que está ofreciendo la empresa
a sus clientes para resolver sus necesidades. Comprende los atributos
del producto o servicio, la imagen de la empresa y el cliente. Los
atributos comprenden las funciones del producto, su calidad, su
precio y el tiempo.
2. Segmento de clientes: diferentes grupos de clientes u organizaciones a
los que la empresa desea atender con su propuesta de valor y satisfacer
sus necesidades.
3. Relación con clientes: relación de la empresa con sus clientes de forma
personal o automatizada, con el fin de adquirir consumidores, retener
clientes o estimular las ventas.
4. Canales de distribución: ya sea para la distribución, comunicación
o estrategia publicitaria es importante identificar cuáles son las
audiencias y los medios para su propuesta de valor. Igualmente
identificar las plataformas digitales y cuál es la más apropiada.
5. Fuentes de ingresos: describe la forma en que la empresa genera flujo
de ingresos de cada segmento de clientes.
6. Recursos claves: toda la infraestructura que necesita la empresa para
operar su modelo de negocio, de tal manera que se puede identificar
cuáles son los activos indispensables en el proceso.
7. Actividades claves: procesos y acciones más importantes que deben
llevarse a cabo para crear la propuesta de valor.
8. Red de asociados: incluye proveedores, acuerdo con terceros y socios
vitales para la empresa. Igualmente, otras empresas con las cuales
pueden haber alianzas o estrategias compartidas.
9. Estructura de costos: incluye todos los costos y gastos más importantes
requeridos para que se puedan cumplir las actividades con el fin de
crear la propuesta de valor.
En el caso de las empresas no lucrativas u organizaciones benéficas,
Ostewalder y Pigneaur (2010) incorporaron dos bloques adicionales, Beneficio
social y Costo social aplicable a las empresas socialmente responsables u
organizaciones benéficas, lo cual permite que el modelo de negocio de la
organización se adapte al contexto de una empresa financieramente sostenible y
con alto impacto social.
Es entonces necesario superar la idea de que la misión única de las empresas
es generar rentabilidad financiera para los accionistas. La búsqueda de nuevos
modelos de empresa se ha intensificado en los últimos años. De tiempo atrás
existen las cooperativas, que combinan un sentido social con el ánimo de lucro.
La idea de empresas “híbridas”, que combinan propósito con ánimo de lucro,
tomó fuerza gracias a la extraordinaria labor de Muhammad Yunus, creador del
Grameen Bank y Premio Nobel de Paz 2006, quien propuso la idea de empresas
sociales (Correa, 2019).
La hibridez de las empresas con propósito es una característica cada vez
más importante para las grandes corporaciones privadas y sociales del mundo
contemporáneo, según Abramovay, Correa, Gatica y Bernhardus (2013). Las
rígidas y marcadas fronteras que colocaban a los movimientos sociales en un lado
de la arena y al mundo empresarial del otro se han borrado en los últimos veinte
años.
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
en un modelo híbrido “ideal” los gerentes no tienen que elegir entre la misión y
el beneficio, porque estos objetivos se integran en la misma estrategia. Aún más
importante, la integración de la propuesta de valor social y comercial (económica)
permite la creación de un círculo virtuoso de ganancia y reinversión en la misión
social que construye soluciones, a gran escala, de los problemas sociales.
crianza positiva.
El primer y único requisito obligatorio que tiene la organización, es que
algún familiar del niño beneficiario se comprometa a aportar al funcionamiento
Radiografía de un colapso
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
productiva, desde donde se puede luchar por generar el sustento necesario para
miles de familias que se han visto en emergencia por la crisis humanitaria actual”
(Várvaro 2019).
En el gráfico número 5 se muestra el modelo de negocios de Alimenta la
Solidaridad a partir de Várvaro (2019).
Gráfico 5.
Modelo de negocios de Alimenta la Solidaridad
274
Gráfico 6.
Modelo de negocios de Sustento 275
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
Fuente: elaboración propia a partir de Cantele,Galarraga, Figuera et al (2019).
CONCLUSIONES
híbrido.
El problema es que, según los estudiosos del mundo de la política y de
Radiografía de un colapso
276 unión grupal. El deseo de solidaridad debe permear una sociedad democrática
avanzada en un sentido cívico, pero también político e institucional… La
solidaridad, superando el concepto de fraternidad, es posible y necesaria en
nuestras sociedades democráticas… La solidaridad sería, pues, la habilidad para
277
restar importancia a las diferencias tradicionales y disminuir su peso cuando se
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
comparan con el sufrimiento y la humillación de los seres humanos. (Aguilera,
2016: 219-221).
Nota: Los autores agradecen los comentarios y las sugerencias de dos evaluadores anónimos de América
Latina Hoy. Revista de Ciencias Sociales, a una primera versión de este artículo.
REFERENCIAS
ALIMENTA LA SOLIDARIDAD, CONVIVE, SUSTENTO. Dosier AS-
CMC-Sust 2019.
AGARWAL, D.; BERSIN, J.; LAHIRI, G.; SCHWARTZ, J. y VOLINI, E.
(2018): “Citizenship and social impact: society holds the mirror”. Ob-
tenido de Deloitte Insights:https://www2.deloitte.com/us/en/insights/
focus/human-capital-trends/2018/corporate-citizenship-social-im-
pact.html 2018
AGUILERA PORTALES, Rafael E. (2016): “La solidaridad: un valor más allá
de la fraternidad”. En: Sergio Ortíz Leroux, (coordinador). Las formas
de la fraternidad. México: Ediciones Coyoacán. Pp. 215-240.
AMAYA, Amalia (2016): “La relevancia de la fraternidad”. En: Sergio Ortíz Le-
roux, (coordinador). Las formas de la fraternidad. México: Ediciones
Coyoacán. Pp. 21-38.
BAGGIO, Antonio María (2009): “Fraternidad y reflexión politológica contem-
poránea”. En: Antonio María Baggio (compilador). La fraternidad en
perspectiva política: exigencias, recursos, definiciones del principio olvida-
do. 1ra. ed. Buenos Aires: Ciudad Nueva.
BATTILANA, J.; MATTHEW, L.; WALKER, J. y DORSEY, C. (2012): “In
search of the hybrid ideal”. En: Stanford Social Innovation Review. Vol.
10. No. 3: 50-55.
BARROS, Ana María de (2009): “Fraternidad, política y derechos humanos”.
En: Antonio María Baggio (compilador). La fraternidad en perspectiva
política: exigencias, recursos, definiciones del principio olvidado. -1ra. ed.
Buenos Aires: Ciudad Nueva. Pp. 138-158.
BARRENNECHE, Osvaldo (2012): De principio olvidado a principio objetado.
Discusiones sobre fraternidad como categoría política y como perspectiva
de estudios académicos. Vol. 9, núm. 9, Argentina, Amicus Curiae.
CANTELE, María; GALARRAGA Andrea; FIGUERA Manuel; MEJÍA Juan
y ORSI, Américo (2019): Sustento. Emprendimiento social para el empo-
deramiento femenino. Trabajo de fin de curso Emprendimiento Social,
IESA.
CAMPOS, Leopoldo (2012): “Análisis e implementación de un modelo de ne-
gocios para emprendedores”. En: Pistas Educativas 2012, N° 98, Ene-
ro-Junio. Pp. 126-131.
CONSEJO DE DERECHOS HUMANOS, Informe de la alta comisionada de
las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
GARDETTI, M. (2015): El pacto global y las pequeñas y medianas empresas: pri-
meras notas introductorias. Instituto de Estudios para la Responsabi-
lidad Corporativa. Obtenido de http://pactoglobal.org.ar/wpcontent/
uploads/2015/02/Pacto-Global-para-PyMEs.pdf
HOFFMAN, A. y HAIGH, N. (2012): Hybrid organizations: the next chapter
of sustainable business. organizational dynamics. www.sciencedirect.
com’BostonELSEVIER.
LIZÁRRAGA, Fernando (2016): “De la fraternidad a la propiedad y viceversa.
Reflexiones en torno a la igualibertad de Ètienne Balibar”. En: Sergio
Ortíz Leroux (coordinador). Las formas de la fraternidad. México: Edi-
ciones Coyoacán. Pp. 123-140.
LLORENS, Georgy (2010): Una perspectiva al concepto de modelo de negocios.
Université Libre des Sciences de l’Enterprise et des Technologies de
Bruxelles.
MÉNDEZ, C. (2003): Responsabilidad social de empresarios y empresas en Vene-
zuela durante el siglo XX. Caracas: Strategos Consultores.
OPS, FAO, WFP y UNICEF (2018): Panorama de la seguridad alimentaria y
nutricional en América Latina y el Caribe. Santiago.
ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD (2003): Dieta, nutrición y
prevención de enfermedades crónicas (916). Recuperado de: http://apps.
who.int/iris/bitstream/handle/10665/42755/WHO_TRS_916_spa.
pdf;jsessionid=906F1B0EEDCBE1830C4640E91464602A?sequen-
ce=1
ORTIZ LEROUX, S. (2016): “Presentación”. En: Sergio Ortíz Leroux (coordi-
nador). Las Formas de la Fraternidad. México: Ediciones Coyoacán.
Pp. 9-18.
OSTERWALDER, Alex y PIGNEUR, Yves (2010): Generación de modelos de ne-
gocios: un modelo para visionarios, revolucionarios y retadores. Barcelona:
Centro Libros PAPF.
OSTOS, Alexander (2019): Implantación y operación del Sistema B en Argentina y
su aplicabilidad en Venezuela. Trabajo de grado MBA IESA.
PORTER, M., y KRAMER, M. (2006): Estrategia y sociedad: el vínculo entre
ventaja competitiva y responsabilidad social corporativa. Harvard Busi-
ness Review America Latina.
RAWLS, John (2000): Teoría de la Justicia. México: Fondo de Cultura Econó-
mica.
RODRÍGUEZ, Aramis y OJEDA, Edwin (2013): “Emprendimiento social: un
concepto en busca de sostenibilidad”. En: Debates IESA. Vol. XVIII.
No. 4. Pp. 49-52.
VÁRVARO, Andrea (2019): Análisis comparativo del modelo de negocio híbrido de
Alimenta la Solidaridad en contraste con dos organizaciones sociales que
trabajan con personas vulnerables en Caracas. Trabajo de grado MBA
IESA.
WARHUST, A. (2001): “Corporate citizenship and corporate social investment”.
En: The Journal of Corporate Citizenship, 1. Pp. 73-75.
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
Radiografía de un colapso
280
11
EVIDENCIAS DE LA CATÁSTROFE EN VENEZUELA:
LA MIGRACIÓN DE TALENTO Y PROFESIONALES
ALTAMENTE CUALIFICADOS A
LOS ESTADOS UNIDOS
M S R.
D M
INTRODUCCIÓN
sobre todo en un proceso tan peculiar como el de Venezuela. Hemos pasado del
registro de la salida de los más calificados, a la masiva salida de población hacia
el sur del continente. Como estudiosos del tema, dimos cuenta inicialmente de
la instauración de un autoritarismo que se daba el “lujo” de destruir el desarrollo,
la meritocracia y todo resultado del avance de una democracia instaurada por
1 Parte de la información que usamos en este capitulo, es resultado de la aplicación del LAMP etno en-
282 cuestas a una muestra seleccionada de inmigrantes venezolanos, así como entrevistas de profundidad
realizadas a un número de inmigrantes venezolanos altamente cualificados. (2010-2015) (Highly Skilled
and educated immigrants Project. OPR . Princeton University).
más de cuarenta años de historia. Luego, ante la imposición de un modelo
que ha generado una crisis humanitaria, hemos mostrado la dimensión de la 283
migración del desespero, y ahora con la prolongación en el tiempo de las reglas del
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
juego político dictatoriales y la continua salida de gente, llegamos a la necesidad
de mostrar las ventajas de esta migración a los países destino, apuntando a la
posibilidad potencial del incremento del GDP (Gross Domestic Product, siglas
en inglés del Producto Interno Bruto –PIB–) en tales países.(IMFBlog, 2019).
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
Sin pretender llegar a un análisis detallado del discurso político de la
expropiación, hacemos uso de este como elemento importante en relación a la
salida de profesionales venezolanos altamente cualificados que abandonaron
el país en los inicios de la década y que migraron esencialmente a EE. UU,
Europa, Canadá y, en menor proporción, a otros continentes. El discurso de
la expropiación se vinculaba también a una narrativa de adjetivos peyorativos,
despreciativos, ofensivos, y convertidos en estereotipos que buscaron descalificar
al alter sin permitir argumentos divergentes y de contraste. Los términos
de “golpistas, apátridas y disociados” eran referidos a todos aquellos que
cuestionaban tanto la expropiación como el descontento con el rumbo político
del país. Progresivamente un legalismo autocrático se impone. “Aquel que piensa,
que cuestiona, será perseguido y censurado, que se vaya o que muera”. (Corrales,
2015)(Lezama, 2018). Ciertamente, los sentimientos de intolerancia crearon una
bipolaridad socio política que se expresaba en violencia política y/o criminal,
ambos elementos relacionados con la salida de profesionales venezolanos
altamente cualificados, registrada a partir de 2002.
Podemos afirmar que en veinte años Venezuela pasó de ser un país con
imposiciones políticas, ataque a la propiedad privada, persecuciones, polarización,
violencia y ruptura de la cohesión social, con una salida significativa de sectores
cualificados a EE. UU. y al mundo, a ser un país en completo colapso, miseria,
crisis humanitaria, altos niveles de mortalidad infantil, escasez e hiperinflación
que explican la masiva migración de venezolanos que cruzan cotidianamente
la frontera con Colombia y con el resto del continente sudamericano. (Encovi
2019-2020, 2020).
En general, Venezuela ha experimentado un gran “retroceso” si se analiza
con vectores de desarrollo y bienestar social. Según economistas, resulta difícil
de explicar cómo se produce el desastre que vive Venezuela hoy en día. Con
una acumulación de seis años consecutivos de contracción económica y tres de
hiperinflación para finales de 2019, el Producto Interno Bruto (PIB) había llegado
a menos 35 % según cálculos del FMI, situándose a niveles de 1969, cincuenta
años atrás, pero con una población dos veces superior. (Cardenas, D. y Puente,
2020). Desde hace ya diez años, Venezuela forma parte de los países en el mundo
con las tasas inflacionarias más elevadas, calculándose que para 2017 la inflación
llegó al 1.133 % (Puente, 2018).
Todo esto evidentemente se ha reflejado en dramáticos escenarios sociales
con niveles de pobreza generalizada que representa, ya para 2019, el 96,2 % de la
población en situación de pobreza y 79,3 % en condiciones de pobreza extrema
(Encovi 2019/20 / Informe de Resultados, 2020), las tres cuartas partes de la
población ha perdido un promedio de 11,4 kilos por persona como consecuencia
de la caída de los ingresos reales, y la escasez de alimentos básicos y medicinas;
una tasa de homicidio que para el año 2017 punteaba como una de las más altas
del mundo con 91 homicidios por cada 100 mil habitantes, y el salario máximo
para noviembre de 2019 se ubicaba en 4.5 $ por mes, lo que significa que la
mayoría de la población vive con 15 centavos de dólar por mes.
Esta situación, agudizada desde 2014, ha impulsado la salida masiva de
venezolanos que buscan sobrevivir a la catástrofe humanitaria que se vive en el
país hoy en día. El informe de la Organización de Estados Americanos afirma
que hasta 2018 se calculaba más de 3.4 millones de venezolanos que habrían
abandonado el país y se habían dirigido al resto del continente, en condiciones
de migrantes o refugiados (OAS Working Group, 2019). Según Consultores 21,
para el 2018 un total de 5 millones 511 mil 965 personas habrían emigrado del
país en los últimos cinco años 3. (Consultores 21, 2018), y mas recientemente
el último informe Encovi 2020, refería que un millón de venezolanos habría
abandonado el país anualmente desde el año 2017.
La caracterización de Venezuela en los últimos años corresponde a la de
un país en destrucción, y pareciera que las evidencias en términos de violencia
resultan ya casi triviales frente a la crisis humanitaria, mortalidad infantil y el
colapso sistémico generalizado. Sin embargo, los niveles de violencia y crimen
no solo se han incrementado, sino que la tasa de homicidio llegó a representar
91 sobre cada 100 mil personas en el 2017. Venezuela, en los últimos años se
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
vez deben irse adaptando a los riesgos que incrementan o cambian. Los espacios
públicos se han transformado y han dejado de ser públicos para transformarse en
espacios prohibidos y arriesgados. Progresivamente las instituciones de protección
ciudadana se han transformado en instituciones con prácticas de terror. A la
policía y otros cuerpos de seguridad no solo se le teme, sino que su legitimidad
es día a día cuestionada.
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
Con un régimen que centraliza el poder, y solo otorga a sus adherentes y con
una economía colapsada, los negocios irregulares se reproducen a expensas de la
escasez.
La reciente emergencia del COVID-19, afecta brutalmente a Venezuela,
un país sin condiciones económicas para responder y apoyar una población
ya empobrecida y afectada por la existente crisis del servicio de salud. Las
consecuencias de esta “coronacrisis” se reflejan en la reducción de la demanda,
la devaluación completa de la moneda nacional, la paralización de los sectores
económicos, la pérdida de empleos y el incremento de la pobreza (Cárdenas y
Puente, 2020).
4 https://opr.princeton.edu/archive/hse/
Las estadísticas oficiales de EE.UU. (Gráfico 1) indican que desde 1999,
cuando Chávez asume el poder, 172 mil venezolanos ingresaron al país como
residentes permanentes, mientras que 438 mil lo hicieron como trabajadores
temporales; 11,1 millones habían ingresado al país con visas no-inmigrantes y
18 mil han obtenido asilo político, con un fuerte aumento de 5 mil 500 entre
2017 y 2018. Las estadísticas reflejan que desde 1999 la entrada de venezolanos
se ha caracterizado por ser una población de migrantes cualificados, incluyendo
profesionales educados altamente cualificados.
Gráfico 1.
Entradas de venezolanos documentados a los EE.UU. por año y
categoría legal
tanto con la población nativa como con los grupos de inmigrantes nacidos en
Latinoamérica, Centroamérica, México y Suramérica. Dentro de los países
escogidos diferenciamos entre México, Argentina, Colombia y Venezuela. Como
se muestra en el gráfico, el ACS presenta contrastes remarcables en los grupos
migrantes sur y centroamericanos con un peso mayor de proporción femenina
proveniente del Suramérica. Esta característica del grupo migrante suramericano
288
contrasta igualmente con la población nativa, así como con la población total
nacida en el extranjero. 289
Gráfico 2.
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
Características de Venezolanos en comparación con otros grupos
inmigrantes de América Latina y nativos de los EE.UU.
con el grupo de población natural y con otros grupos migrantes queda claramente
demostrado que el capital humano mejor preparado en Venezuela, migró a
EE.UU. en los primeros años de la década.
Observamos una coincidencia en términos de correspondencia laboral entre
los migrantes altamente cualificados que ingresaron a EE.UU. y su incorporación
en el mercado laboral. Según la diferenciación que presentamos, una proporción
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
resultados nos permiten argumentar, por una parte, que la migración inicial
de venezolanos a EE. UU. se caracteriza, como ya lo hemos mencionado, por
profesionales altamente cualificados, y que esta población migrante ha logrado
mantener sus niveles de ocupación y estatuto laboral.
Por otra parte, la información que ha resultado de la aplicación de la
encuesta LAMP que se presenta en el Gráfico 3, evidencia las causas de migración
vinculadas a la salida de profesionales altamente calificados, apareciendo
violencia criminal (91,2 %) y política (82,4 %) como las más significativas. Iguales
proporciones se vinculaban a buscar nuevos horizontes (89,7 %), que de una forma
u otra se asocia a la necesidad del migrante de superar el problema incorporándose
a la sociedad de destino.5 Otras causas de migración se vinculaban con las
familiares, víctimas de violencia criminal (16,2 %), la crisis económica (44,1 %),
crisis de servicios (29,4 %).
Gráfico 3.
Causas de migración entre venezolanos altamente calificados
5 En esta información, las frecuencias de respuestas no son excluyentes y cada entrevistado podía referir a
diferentes causas al mismo tiempo.
Esta población migrante venezolana evidencia niveles de incorporación
a la sociedad americana, ratificando la información que nos da el ACS. Como
forma de ver los niveles de integración de la población altamente calificada
en cuestión, establecimos parámetros en términos de mantenimiento o no de
la misma profesión que en su lugar de origen. En el Gráfico 4 vemos que un
alto porcentaje de migrantes mantiene su misma profesión 84,1 % para los
hombres y 73,1 % para las mujeres. De la misma manera, manteniendo su nivel
profesional, pero cambiando de actividad 15,9 % de los hombres y 19,2 % de
las mujeres, indicando que los venezolanos migrantes altamente calificados en
EE.UU. han logrado mantenerse en el mercado laboral en niveles similares a los
precedentes a la movilización. Solo dos casos de mujeres entrevistadas refieren
haber disminuido sus niveles profesionales, vinculado esto a su condición de
maternidad. Otro indicador de integración generado por la encuesta LAMP se
refiere a los niveles de ingreso, y si bien usualmente son informaciones que no
son muy certeras, pueden considerarse como un aproximado. En el Gráfico 4
se muestran también los ingresos por género, los mayores niveles de ingreso se
concentran en la población femenina con un 18,2 % con ingresos entre $101.000
y $120.000 al año y 25,0 % con ingresos mayores a $120.000 al año, mientras
que solo el 3,8 % y 7,7 % de los hombres declararon tales niveles de ingreso.
Gráfico 4.
Movilidad ocupacional e ingresos personales por género entre
venezolanos altamente calificados
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
Radiografía de un colapso
292
El último indicador que usamos se refiere a los niveles de redes y conexión
entre los migrantes a nivel mundial, y para ello diferenciamos entre las redes 293
de familia y las redes de amigos. Como vemos en Gráfico 5, a nivel familiar la
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
mayor frecuencia se concentra en menos de cinco familiares fuera de Venezuela,
pero a nivel de amigos y colegas la frecuencia llega a veintiún colegas y más. Esto
ratifica la magnitud de la migración de los venezolanos en el mundo, migración
que comenzó a registrarse a comienzos de siglo con la progresiva imposición de
un régimen autoritario.
Gráfico 5.
Número de vínculos en redes de familia y redes de amigos entre
venezolanos altamente calificados
Gráfico 6.
Profesiones, títulos, y lenguas habladas entre venezolanos altamente
calificados
comparar la migración inicial de venezolanos al mundo a partir del año 2000, con
la reciente migración masiva y forzada de venezolanos al resto del continente, se
vincula no solo con los elementos estructurales a la base de la salida, sino también
Radiografía de un colapso
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
a abandonar el país.
En términos generales, con la imposición de regímenes totalitarios y
autoritarios, lo que era la libre movilidad de profesionales altamente calificados se
convierte en una migración presionada y apresurada por las persecuciones políticas,
resultado del ataque a la meritocracia, a la intelectualidad, al pensamiento y la
ciencia y a las economías de libre mercado y competencia. El mantenimiento
de autoritarismos da lugar a prolongadas salidas de población, masivas y en
condiciones de extrema vulnerabilidad. Tal es el caso de los venezolanos que
han abandonado su país dirigiéndose fundamentalmente al resto del continente.
Ciertamente la migración de venezolanos calificados a EE.UU. y a otras naciones
del mundo ha sido una ganancia para los países receptores, sin embargo, el
éxodo reciente de estos en condiciones de extrema vulnerabilidad y pobreza
ha conformado una migración caracterizada por un gran número de ellos en
condiciones de refugiados y de extrema inseguridad.
Para finales de 2019, la situación de Venezuela continúa acentuando el
colapso, la crisis y el conflicto, en donde la mayoría de la población está sufriendo
la catástrofe humanitaria sin recursos para “esquivarla”, y por ello presiona en
una continua salida a la región. Se hablaba en ese momento de 4.6 millones
de venezolanos que habrían salido, aproximadamente el 16 % de la población
original. Si la tendencia continuase, podría llegar a 6 millones de venezolanos
viviendo fuera del país para el año 2020, muchas veces en condiciones de gran
vulnerabilidad, refugiados y sin documentos regulares que les permitiesen su
inserción en el país receptor (Pinzón, 2019) (Huang, 2018) (Dooley, 2019).
En términos de la catástrofe humanitaria que vive Venezuela, si en
1998, el 87 % de la población tenía acceso al agua potable, para el año 2018
solo el 18 % de la población total podía disfrutar de este servicio. Y para
hacerlo aún más dramático y cruel, ocho de cada diez personas en Venezuela
no tienen acceso al agua limpia para beber y para su higiene básica.
La crisis del agua acentúa aún más los problemas que enfrenta la población
infantil en Venezuela, agravando su mortalidad a cifras sin precedentes. En 2017
la mortalidad infantil alcanzaba 31 niños de cada mil. Según Encovi, para el
2018, el 28 % de los estudiantes en Venezuela, desde la escuela primaria hasta la
universidad, no podían asistir a los centros educativos por falta de agua, y 13 %
por falta de comida en los mismos centros. En general, y acrecentado por la crisis
de agua potable, las enfermedades como malaria, tuberculosis, zika, dengue,
y hepatitis A se han extendido. No hablemos de los centros asistenciales que
por falta de tan importante recurso se han visto en la obligación de cerrar y no
otorgar la ya menguada asistencia médica (CSIS, 2019).
Los indicadores presentados anteriormente se complejizan aún más,
cuando se trata de entender la “no-lógica” económica, en la que los índices de
hiperinflación son los más altos del mundo y los indicadores de GDP (Producto
Interno Bruto) van en sentido regresivo por más de siete años consecutivos, y en
una realidad que cada día presenta más claramente la presencia de economías
ilegítimas y criminales, fragmentaciones territoriales, y destrucción de grandes
territorios ricos en minería –“Arco Minero”–, en los que la explotación de recursos
“sin ley ni control” destruyen progresivamente el patrimonio de una nación y el
balance ecológico más importante de la región.
En lo cotidiano, todo esto se expresa en una dinámica dolarizada, con
salarios mínimos mensuales equivalentes a $4 (fracciones de centavo por día),
colapso de electricidad, la escasez de gas para cocinar y gasolina para transporte,
plataformas mediáticas en colapso, y una permanente resiliencia por parte de los
que quedan. Sin duda alguna, Venezuela ha pasado de una crisis humanitaria a
una catástrofe humanitaria, no solo por las condiciones de extrema precariedad y
pobreza, sino también por la magnitud y vulnerabilidad de millones de migrantes
obligados a abandonarlo todo en búsqueda de sobrevivencia.
Con la emergencia y expansión mundial del COVID-19, Venezuela
ha entrado en una etapa de catástrofe exponencial. Según los datos del Fondo
Monetario Internacional, para finales de 2020 la economía venezolana se
contraerá en un 15 % , con una inflación acumulada del 15.000 %. Con el cierre
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
296 mayoría de los países que habían sido receptores de migrantes venezolanos, frente
a la urgencia de aplicar medidas de salud pública y confinamiento, han afectado
a los migrantes mas vulnerables económicamente, vinculados a los sectores 297
informales de la economía. Esto, evidentemente, repercute en sus condiciones de
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
vida, en la imposibilidad de cumplir con sus obligaciones en los países de destino,
viéndose obligados a repensar un posible retorno a Venezuela.
En un estudio realizado entre marzo y abril de 2020, avanzado por En-
covi y otros centros de investigación, y usando una submuestra que alcanzó 390
personas, en diversos países de la región (Perú, Colombia, Ecuador y Chile ),
concluían que si bien el 44 % del total de población encuestada mantenía, de una
forma u otra, niveles de inserción laboral, el 42 % ya había quedado sin empleo
y ningún tipo de ingreso (UCAB, 2020). De la misma población encuestada, el
33 % expresó sus deseos de regresar a Venezuela, debido a las condiciones frente
a la pandemia, el confinamiento, y como consecuencia de la imposibilidad de
salir a trabajar. En este sentido, con la expansión del COVID-19 y las necesarias
medidas de salud pública implementadas en los diferentes países, estamos en pre-
sencia de dos tipos de urgencias. Aquellos venezolanos migrantes que quedaron
en el medio de territorios y fronteras en su salida de Venezuela, y aquellos mi-
grantes que, debido a las condiciones de vulnerabilidad en los países de destino,
se han visto obligados a regresar. La tendencia de salida de venezolanos se había
sostenido en los últimos años llegando a representar 2,7 millones de personas,
casi un millón por año entre 2017-2019, según cifras de la OIM. No se sabe con
precisión, cuantos venezolanos han logrado regresar e ingresar a Venezuela, pero
no superaría las 100 mil migrantes. (Acnur, 2020). Lo más terrible de la situación
es que estas personas están regresando a un país que ha registrado entre 2013 y
2019 una caída del PIB de 70 %, con registros de inflación de 3,365 % entre
2019 y 2020; solo 0,7 centavos de $ como promedio diario, y una población de
79,3 % sin capacidad de cubrir sus necesidades alimenticias. ¡! (Encovi 2019/20 |
Informe de Resultados, 2020).
REFERENCIAS
ACNUR: (2020, junio 18): “Venezuela es el segundo país en el mundo con mayor
población desplazada”. Venezuela Migrante. https://venezuelamigrante.
com/noticias/informe-acnur-venezolanos-son-la-segunda-poblacion-
desplazada-en-el-mundo/313319/
BRICEÑO-LEÓN, R., y CAMARDIEL, A. (2015): Delito organizado, mercados
ilegales y democracia en Venezuela. Caracas: Editorial Alfa.
CÁRDENAS, D. y PUENTE, J. (2020, May 24): Covid-19 y la política
económica: dos pandemias contra la economía venezolana |. http://www.
debatesiesa.com/covid-19-y-la-politica-economica-dos-pandemias-
contra-la-economia-venezolana/
CONSULTORES 21 (2018): Encuesta Nacional de Hogares, con cobertura urbano-
rural. Cuantos se han ido? Consultores 21.
CORRALES, J. (2015): “Autocratic legalism in Venezuela”. En: Journal of
Democracy, 26(2), 37–51. https://doi.org/10.1353/jod.2015.0031
CSIS (2019): Unraveling the water crisis in Venezuela. https://www.csis.org/
analysis/unraveling-water-crisis-venezuela
De la VEGA , I., PUENTE, J.M., SANCHEZ-R , M. (2019): “The collapse of
Venezuela vs. the sustainable development of selected South American
countries”. En: Sustainability, 11(12), 3406. https://doi.org/10.3390/
su11123406
De la VEGA, Iván (2014): “Trafico pesado de venezolanos cualificados hacia
multiples destinos”. En: Peralta, R. D.; Lares Vollmer, C. y KERDEL-
VEGAS, F. (Eds.), Diáspora del talento: migración y educación en
Venezuela: análisis y propuestas. Editores: Rubén Darío Peralta, Cristina
Lares Vollmer, Francisco Kerdel Vegas, Magaly Sánchez R. [y otros
diez]. Vol. Primera edición. Pp. 57–89. Venezuela: Fundación Talento
Venezolano en el Exterior.
DOOLEY, D. B. and M. (2019, December 9). “Venezuela refugee crisis to become
the largest and most underfunded in modern history”. Brookings.
https://www.brookings.edu/blog/up-front/2019/12/09/venezuela-
refugee-crisis-to-become-the-largest-and-most-underfunded-in-
modern-history/
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO III
La dimensión social del conflicto
benefits/
KOHUT, M., y HERRERA, I. (2017, December 17): “As Venezuela collapses,
children are dying of hunger”. En: The New York Times. https://www.
nytimes.com/interactive/2017/12/17/world/americas/venezuela-chil-
dren-starving.html, https://www.nytimes.com/interactive/2017/12/17/
world/americas/venezuela-children-starving.html
“La Lista Tascón y la persecución política: a propósito de la sentencia de la Corte
Interamericana”. (2018, June 4). En: Prodavinci. https://prodavinci.
com/la-lista-tascon-y-la-persecucion-politica-a-proposito-de-la-
sentencia-de-la-corte-interamericana/
LEZAMA, P. V. (2018): “La faim et le politique”. En: Les Temps Modernes, 697,
134–150. https://doi.org/10.3917/ltm.697.0134
MASSEY, D. S., DURAND, J., y PREN, K. A. (2016): “Why border enforcement
backfired”. En: American Journal of Sociology, 121(5), 1557–1600.
https://doi.org/10.1086/684200
MONALDI, Francisco (2018): “The collapse of the venezuelan oil industry and
its global consequences”. En: Atlantic Council, 1–9.
OAS working Group. (2019): Preliminary report on the venezuelan migrant and
refugee crisis in the region.
PELLEGRINO, A. (2001): “Trends in Latin American skilled migration: ‘brain
drain’ or ‘brain exchange’?” En: International Migration, 39(5), 111–
132. https://doi.org/10.1111/1468-2435.00174
PINZÓN, M. E. O. y J. C. (2019, September 10). “Get ready for the Venezuela
refugee crisis”. En: Brookings. https://www.brookings.edu/blog/order-
from-chaos/2019/09/10/get-ready-for-the-venezuela-refugee-crisis/
PUENTE, J. M. (2018): “Histoire d’un désastre économique et social”. En: Les
Temps Modernes, 697, 197–209. https://doi.org/10.3917/ltm.697.0197
PUYOSA, I. (2015): “Control político de Internet en el contexto de un régimen
híbrido. Venezuela 2007-2015”. En: Teknokultura, 12(3). https://doi.
org/10.5209/rev_TK.2015.v12.n3.50392
RCTV fuera del aire en Marzo 2007-Chavez. (2007, March). https://www.
youtube.com/watch?v=yrcZyeHKT6Q&feature=youtube
SANCHEZ-R y MASSEY, D. (2014): “Migración de talento y profesionales
cualificados: el caso reciente de inmigrantes venezolanos a EE.UU.” En:
Peralta, R. D.; Lares Vollmer, C., y Kerdel-Vegas, F. (Eds.), Diáspora
del talento: migración y educación en Venezuela: análisis y propuestas .
Editores: Rubén Darío Peralta, Cristina Lares Vollmer, Francisco
Kerdel Vegas ; Magaly Sánchez R. [y otros diez]. Vol. Primera edición.
Venezuela: Fundación Talento Venezolano en el Exterior.
________ (2017): The international migration of highly skilled and educated
venezuelans to the United States. http://journal.georgetown.edu/the-
international-migration-of-highly-skilled-and-educated-venezuelans-
to-the-united-states/
SANCHEZ-R, M. S. (2006): “Insecurity and violence as a new power relation
in Latin America”. En: The Annals of the American Academy of Political
and Social Science, 606, 178–195. https://doi.org/10.2307/25097823
TASCÓN LIST. (2018). In Wikipedia. https://en.wikipedia.org/w/index.
php?title=Tasc%C3%B3n_List&oldid=861373249
UCAB (2020, May 29). “42 % de los migrantes venezolanos perdió su empleo
y 31 % ha pensado retornar, revela estudio de la UCAB”. En: PolítiKa
UCAB. https://politikaucab.net/2020/05/29/42-de-los-migrantes-
venezolanos-perdio-su-empleo-y-31-ha-pensado-retornar-revela-
estudio-de-la-ucab/
ZUBILLAGA, V. (2013): “Menos desigualdad, más violencia: la paradoja de
Caracas”. En: Nueva Sociedad, 243, 104.
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
Radiografía de un colapso
300
Capítulo IV
ACTORES REGIONALES E INTERNACIONALES
INTRODUCCIÓN
1 También se han desarrollado algunos MADN de alto nivel, pero de bajo perfil, que no son analizados en este
estudio.
resulta fundamental para comprender la evolución de la conflictividad en
Venezuela y su situación actual. Específicamente cabe preguntarse ¿por qué
los MADN desarrollados hasta ahora, a pesar de haber ayudado a desescalar
puntualmente la violencia directa, no han logrado el retorno permanente al cauce
institucional democrático, hasta el punto de ser implementados una y otra vez
ante nuevas escaladas del conflicto?
El análisis de los MADN desarrollados en Venezuela durante los últimos
veinte años permite sostener, a modo de hipótesis, que un grupo de pronunciadas
asimetrías que se mantienen relativamente constantes en el tiempo entre los
sectores enfrentados –referidos aquí como “coalición iliberal revolucionaria”
(CIR) y “coalición demoliberal” (CDL)– ha influido de modo determinante en
la efectividad de dichos mecanismos. Si bien no cabe afirmar que la reducción
de tales asimetrías redundaría con certeza en una mayor eficacia de los MADN,
sí se considera que su análisis permite comprender mejor la dificultad recurrente
de tales mecanismos para generar una transformación positiva del conflicto en
Venezuela. En virtud de lo anterior, en este artículo se examina la complejidad
del concepto de asimetría y se establece una definición funcional al respecto;
se determinan las principales asimetrías presentes en el caso venezolano y su
evolución en el tiempo, y finalmente se expone el modo en que estas han incidido
en la implementación y resultados de cada uno de los cinco MADN analizados.
uno de los actores controla el Estado –y que, por ende, dirige las fuerzas armadas
oficiales y reclama el monopolio del uso legítimo de la violencia– mientras sus
rivales intentan alcanzar dicho control –soliendo ser considerados como actores
revolucionarios, insurgentes o terroristas, o en todo caso retadores del statu quo–.
Esta noción básica es reflejada en diversos autores. Según Geiss (2006:
758), la asimetría consiste en una “[…] significant inequality of arms, that is
a disparate distribution of military strength and technological capability in
304 a given conflict”, donde por lo general uno es un actor estatal y el otro no lo
es. Tanto Arreguin-Toft (2001: 93-96) como Butler y Gates (2009: 330-340)
vinculan la idea de asimetría con las diferencias en el poder relativo manejado 305
por las partes en un conflicto armado, entendido este como expresión de las
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
capacidades militares de los bandos enfrentados, el manejo de información, el
control territorial y la lealtad de la población. Butler y Gates sostienen, además,
que la asimetría de poder relativo entre los actores en lucha suele vincularse a
una asimetría en la percepción del conflicto como tal, donde el actor más fuerte
puede perder el conflicto como consecuencia de una subestimación del oponente
o de la percepción de que dicho conflicto no afecta sus intereses vitales.
A lo anterior cabe agregar que autores como Zartman (2000) sostienen que
usualmente los conflictos requieren “madurar” hasta alcanzarse cierta percepción
simétrica entre los contendientes, por la cual se persuaden de la conveniencia de
un acuerdo negociado. Zartman sostiene que “The concept of a ripe moment
centers on the parties’ perception of a mutually hurting stalemate (MHS),
optimally associated with an impending, past, or recently avoided catastrophe”
(2000: 228). Según la ripeness theory, las negociaciones desarrolladas antes de que
los conflictos maduren no suelen ser exitosas.
Jehn et al. (2000, 2008, 2010) exploran en diversos trabajos la importancia
de la asimetría en las percepciones del conflicto, así como su incidencia en el
desarrollo del mismo. Jehn y Chatman (2000: 61) definieron la composición del
conflicto perceptivo como “[…] the degree to which each individual in a group
perceives levels of conflict differently compared to other member perceptions’
in the group”. Las asimetrías en las percepciones se producen tanto entre los
grupos enfrentados como dentro de cada uno de ellos, así como también en
los mediadores eventualmente involucrados, y sus efectos se manifiestan en sus
motivaciones, actitudes y desempeño.
Asimismo, Jehn et al. (2010: 342) explican las dificultades que acarrean las
asimetrías de percepción en las tareas de mediación, dado que estas, al implicar
por definición una posición esencialmente neutral (Bercovitch, 1996), tienden
a ser más cuestionadas por las partes en conflicto de lo que suele ocurrir en
conflictos relativamente simétricos. También Yu et al. (2015: 8627) exploran el
modo en que la asimetría de poder –entendida como situación en la que “[…] one
of the decision makers (DMs) in a conflict can influence the preferences of other
DMs by taking advantage of additional options reflecting the particular DM’s
more powerful position”– puede influir en la dimensión perceptual del conflicto.
Kriesberg, por su parte, entiende la asimetría como un fenómeno
multidimensional, contingente y evolutivo. Enfocado principalmente en
conflictos inter-intraestatales de larga escala, el autor afirma que:
[…] not only is asymmetry multi-dimensional, but it is also contingent on the
issue in dispute […] Asymmetries also depend on how the adversaries define
themselves and define each other […] Finally, asymmetries depend upon the
relations each adversary has with external organizations and other collectivities.
(2009: 6)
306
1999 restó contrapesos al poder del presidente2, el control del Estado ha otorgado
ventajas fundamentales durante la evolución del conflicto. Es bien sabido que, en 307
el marco de conflictos políticos, el manejo del Estado propicia una mayor cohesión
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
entre quienes lo ocupan que entre quienes intentan obtenerlo (Vayrynen, 1991).
Por su parte, la CDL ha logrado controlar varios gobiernos regionales o locales,
sin que ninguno de ellos le haya facilitado un control político determinante en
el nivel nacional. Solo con la conquista de 2/3 de los escaños de la Asamblea Na-
cional (diciembre 2015), y con el posterior reconocimiento –por parte de más de
cincuenta países– de Juan Guaidó como presidente encargado pero legítimo de
Venezuela (enero 2019), la CDL logró reducir parcialmente la asimetría que este
factor encarna.
Desde entonces, la pugna entre las dos figuras que reclaman para sí
el estatus de jefe de Estado se ha centrado en garantizarse la obediencia de
los militares. Hasta ahora, y con la única excepción del paréntesis del 11 de
abril de 2002 (cuando el presidente Chávez fue depuesto por 48 horas) y de
periódicas deserciones de grupos minoritarios, los militares se han mantenido
fundamentalmente apegados a la línea política trazada por la CIR, la cual
ha convertido a la Fuerza Armada Nacional en su pilar fundamental (Diez y
McCoy, 2012; Sucre, 2017), propiciando su corrupción interna (Jácome, 2018;
Bitar, 2019; Naím y Toro, 2019) y la militarización de la seguridad (Machillanda,
2005; Alvarado, 2019). La lealtad de la institución como bloque ha sobrevivido a
las tensiones propiciadas por situaciones tan comprometedoras como la represión
durante largos ciclos de protesta –2014, 2017– o la violación masiva de DD.HH3.
Frente a ello, el uso de la violencia por parte de la CDL se ha concentrado en
disturbios callejeros sin uso de armas de fuego, eficazmente reprimidos por la
fuerza pública. Otros mecanismos empleados, tales como boicots electorales o
huelgas generales, no califican como un empleo sistemático de la violencia.
Esta segunda asimetría (la total concentración de los medios de fuerza y el
uso de armas en una de las coaliciones) ha ejercido un peso esencial en el desarrollo
del conflicto, en tanto la enorme mayoría de las víctimas de violencia directa
por causas políticas (detenciones ilegítimas, persecuciones, torturas, malos tratos,
ejecuciones extrajudiciales) han manifestado su oposición a la CIR, tras ser
2 Entre otras medidas, la Constitución de 1999 eliminó el Senado, extendió el mandato presidencial de 5
a 6 años, permitió la reelección inmediata del presidente por un período adicional, creó la figura de un
vicepresidente designado unilateralmente por el presidente y transfirió la facultad de decidir los ascensos
militares del Congreso (ahora Asamblea Nacional, unicameral) al presidente.
3 Sobre las violaciones de DD.HH. en Venezuela, especialmente las referidas a los años 2018 y 2019, ver el
respectivo Informe de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, publica-
do el 4 de julio de 2019.
considerados como “enemigos sustanciales (internos y/o externos)” en el marco
de la denominada “guerra asimétrica y no convencional” (Fernández, 2019). Lo
mismo sucede con quienes sufren sanciones (inhabilitación política, prohibición
de salida del país, privación de la libertad, exilio, etcétera) por parte del sistema
judicial y demás órganos del Estado. Asimismo, quienes han recibido este tipo de
sanciones en el seno del oficialismo generalmente manifestaron previamente su
discrepancia o alejamiento de la línea oficial (Méndez y Uzcátegui, 2019)4.
Por otra parte, y a pesar de que la Constitución actual es el resultado de
modificaciones profundas impulsadas por la CIR en 1999, ha sido precisamente
esta la que recurrentemente ha intentado sobrepasar los límites constitucionales
en el desarrollo del proceso revolucionario, mientras que la CDL ha procurado
–de forma fallida pero sistemática– ampararse en ella como última garantía de
convivencia democrática. El control de las diversas ramas del Estado por parte de
la CIR le ha permitido vulnerar repetidamente las disposiciones constitucionales
(Brewer-Carías, 2019) y desarrollar una jurisprudencia políticamente sesgada
(Canova et al., 2014) en una deriva autoritaria que registran los estudios de la
calidad democrática5.
Lo anterior se relaciona con una tercera asimetría fundamental: el
diverso carácter político de ambas coaliciones. Mientras una demuestra siempre su
carácter iliberal (Zakaria, 2006; Martínez-Meucci, 2010; Alfaro Pareja, 2018a)
y revolucionario (Harnecker, 2003; Monedero, 2008; Romero, 2010; Martínez-
Meucci y Vaisberg, 2015; Aveledo, 2017; Penfold, 2019), la otra se mantiene en los
cánones de la democracia liberal y representativa (Martínez-Meucci, 2010 y 2012;
Diez y McCoy, 2012; Aveledo, 2019). La polarización resultante ha favorecido
la naturalización y legitimación de la violencia y, con ello, la posibilidad de
justificar la violación de derechos humanos (Lozada, 2011). En el caso de la
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
4 Mientras figuras principales de la coalición demoliberal han sido encarcelados (Leopoldo López, Juan
Requesens y Edgar Zambrano), inhabilitados políticamente (Henrique Capriles y Henry Ramos Allup)
o bien para salir del país (María Corina Machado), habiendo optado varios por el exilio (Julio Borges,
Manuel Rosales, Carlos Vecchio, Miguel Pizarro, Antonio Ledezma) y siendo sus partidos sometidos a
diversas trabas para actuar en el marco de la ley, algunos miembros disidentes de la coalición iliberal
revolucionaria están también en el exilio o en cautiverio sin acceso al debido proceso (Raúl Isaías Baduel,
Luisa Ortega Díaz, Miguel Rodríguez Torres, Rafael Ramírez, Hugo Carvajal, etcétera).
308 5 Así lo refleja la evolución del caso venezolano que ha sido registrada en los índices V-Dem, EIU, Polity
IV, entre otros.
todo momento reservarse la capacidad de modificar las normas para mantener
su proyecto “revolucionario”, la CDL ha buscado preservar la estabilidad 309
normativa “contrarrevolucionaria” en el tiempo y asentar algún tipo de statu quo
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
institucional, incluso si las normas vigentes no han sido fruto de sus propias
iniciativas políticas6. Se aprecia así que, por lo general, mientras en la CIR lidera
el sector más radical, en la CDL predomina el moderado.
Como consecuencia de lo anterior parece haberse ido profundizando una
cuarta e importante asimetría como es la naturaleza de los apoyos internacionales
recibidos por ambas coaliciones. Desde su llegada al poder, la CIR imprimió
un importante giro geopolítico en la diplomacia venezolana para establecer o
fortalecer vínculos con regímenes revolucionarios o autocráticos, como los de
Cuba, Irak, Siria, Rusia, China, Irán, Bielorrusia o Turquía (Romero, 2010;
Martínez-Meucci, 2012; Boersner y Haluani, 2013; Mijares, 2017; López
Maya, 2019). Y a pesar de que durante cierta etapa –coincidente con el alza
de los precios del petróleo y el auge de organismos impulsados por la “nueva
izquierda latinoamericana” como Unasur, Celac o ALBA– la CIR contó con el
apoyo decidido de diversas democracias occidentales, en 2019 se ha consumado
una polarización notable entre quienes respaldan a Guaidó –más de cincuenta
gobiernos en defensa de la democracia representativa y los DD.HH.– y los
regímenes que siguen brindando un apoyo significativo a Nicolás Maduro,
basados en los principios de libre determinación y no intervención, muchos de
ellos autoritarios e iliberales (Penfold, 2019; Alfaro Pareja, 2019 y 2020), además
de algunas democracias7. La deriva que condujo hasta este punto ha repercutido
negativamente en el multilateralismo regional (Legler, Serbin y Garelli, 2018;
Legler y Nolte, 2019).
Por otro lado, hay asimetrías que, o bien no han sido tan pronunciadas, o
bien han dejado de favorecer a una coalición para mejorar la posición de la otra. Por
ejemplo, el clivaje entre clases sociales se ha mostrado inestable: mientras algunos
autores (Lander y López Maya, 2005; Handlin, 2013) insistieron en su fortaleza
en años anteriores, otros autores descartaron su importancia (Lupu, 2010). En
todo caso, este clivaje ha registrado cambios importantes durante el período
6 Entre 2002 y 2004 la CDL intentó mantener intacta la vigencia de la Ley del Sufragio y la Participación
Política. En los referendos de 2007 y 2009 llamó a votar en contra de la reforma y la enmienda propues-
tas por el chavismo para modificar la Constitución de 1999. Por lo general se ha opuesto a las reformas
de los reglamentos y calendarios electorales que la CIR suele introducir antes de cada proceso electoral.
7 Entre los países que reconocieron a Guaidó se encuentran los integrantes del Grupo de Lima, la mayor
parte de los miembros de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá, Australia e Israel, entre otros.
Han manifestado expresamente su reconocimiento a Maduro los gobiernos de Rusia, China, Turquía,
Siria, Irán, Bielorrusia, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Uruguay y México, entre otros.
de Maduro, como parece evidenciarlo su propensión creciente a condicionar la
realización de los comicios tras el resultado adverso de 2015. Por su parte, el
clivaje campo-ciudad tampoco representa una asimetría permanente durante las
últimas dos décadas8, y menos aún puede afirmarse la presencia de clivajes de
orden étnico o religioso en el conflicto venezolano. En la actualidad, más bien,
la dramática crisis económica y social parece estar difuminado la polarización
política9, generado espacios de encuentro a partir de las carencias compartidas
entre los sectores más vulnerables y la depauperada clase media (Alfaro Pareja,
2019; Stelling 2019).
Por último, el respaldo popular mayoritario también parece haber ido
pasando, en términos muy generales, de una coalición a otra. Por un lado, el
liderazgo principal de la CDL –a pesar de sus diferencias internas– ha tendido
cada vez más a pensar que unas elecciones verdaderamente libres le reportarían
una victoria electoral determinante, y por ende las ha buscado. Por otro lado, y a
partir de cierto momento –marcado por los ciclos de protesta de 2014 y 2017, la
derrota en las elecciones parlamentarias de 2015 y la creciente debacle económica
desde 2013–, la seguridad de la CIR dejó de centrarse en las urnas y pasó a
girar más específicamente en torno al control del aparato del Estado, en clara
deriva hacia un autoritarismo hegemónico. Por ende, el respaldo popular solo ha
sido realmente asimétrico en determinados momentos y, de hecho, ha variado
notablemente en el tiempo.
En resumen, las principales asimetrías que se mantienen constantes durante
las últimas dos décadas (y que por ende han influido más en el desarrollo de los
MADN implementados) son: 1) el distinto modo de entender la política, con
una coalición de carácter iliberal revolucionario y otra de orientación demoliberal
(con mayor peso del extremismo en el lado oficialista); 2) el manejo del Estado
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
8 Según Sagarzasu (2011: 136-137) “[…] ha sido la estrategia electoral de las nuevas fuerzas poscolapso
[del sistema de partidos anterior a los años 90] lo que ha determinado su penetración electoral. Mientras
los partidos tradicionales perdían apoyo en los distritos menos poblados, el MVR/PSUV fue capitali-
zando a través de la inversión de recursos políticos y fiscales. A su vez, las dificultades iniciales del MVR/
PSUV para ingresar en estos distritos llevaron a la implementación de alianzas electorales con actores
locales, así como a políticas de inversión social a través de programas del Ejecutivo nacional (misiones).
Mediante estas estrategias, el MVR/PSUV logró en tiempos más recientes convertirse en el principal
actor político de los distritos rurales, desplazando tanto a los partidos tradicionales como a sus aliados
originales”.
9 “Pese al significativo éxito que la PP [polarización política] parece haber tenido para el chavismo y su
proyecto de país, en la actualidad las difíciles condiciones fiscales y económicas de Venezuela desafían su
310 eficacia a futuro. En efecto, existe hoy un escenario donde la PP puede resultar hasta contraproducente
para el oficialismo” (López Maya, 2011: 19).
armas de fuego; y 4) las alianzas internacionales, con una tendencia creciente a
alinear democracias y autocracias de lados opuestos. 311
Cuadro 1:
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
Variabilidad de las principales asimetrías en el conflicto político en
Venezuela (1999-2019)
Elementos de
Variación en el tiempo
asimetría En qué consiste la asimetría
(baja)
mas bien constantes
CIR: concepción revolucionaria del poder CIR no detiene su pro-
y la política, la cual opera más allá de los ceso de control cada
Modo de entender la resultados electorales. Predominan sectores vez mayor. CDL, a
política, traducido en de línea dura en esta coalición. pesar de victorias elec-
lenguaje y líneas de CDL: idea clásica de la democracia repre- torales, tiene un con-
acción política. sentativa, vinculada a la política realizada trol cada vez menor.
en el marco de las instituciones. Han so-
lido predominar sectores moderados en la
coalición.
Estado, y sobre todo la presidencia y Solo el control de la
fuerzas armadas, han estado siempre bajo Asamblea Nacional
control de la CIR. Ello favorece la cohesión desde 2016 ha ocasio-
Control del aparato
de dicha coalición. CDL solo ha accedido a nado algún cambio en
e instituciones del
cargos regionales, o bien a cargos desposeí- este elemento asimé-
Estado.
dos de sus facultades. trico, aunque sus actos
no sean reconocidos
por la CIR.
Uso de la fuerza pública y paramilitar en la Episodios de violencia
represión por parte de la CIR para reprimir por parte de la CDL
Acceso y uso de armas manifestaciones y hostigar a la disidencia. son escasos y de baja
de fuego vs. víctimas No hay uso equivalente en dirección con- potencia. Control
de la violencia. traria. siempre en manos de
la CIR. Muchas más
víctimas en la CDL.
CIR ha recibido el apoyo de regímenes au- De una relativa im-
toritarios e iliberales. CDL siempre ha sido parcialidad hasta 2016
apoyada por gobiernos democráticos libe- se pasó al creciente
Alianzas rales. Por su parte, gobiernos democráticos rechazo de la CIR por
internacionales. de izquierda han ido revisando su anterior parte de múltiples de-
respaldo a la CIR. mocracias. Autocracias
mantienen respaldo a
CIR.
Elementos de
Variación en el tiempo
asimetría En qué consiste la asimetría
(alta)
mas bien variable
Predominio CIR
hasta 2006, equilibrio
El respaldo mayoritario ha variado con
Respaldo popular 2006-2013, y desde
el tiempo. También se ha registrado una
mayoritario. entonces progresivo
despolarización progresiva desde 2011.
desequilibrio a favor de
CDL.
Clivajes identitarios
En términos generales, no se presentan grandes clivajes identitarios
(religiosos o étnicos).
en la sociedad venezolana.
Penetración de la
CIR en sectores más
pobres fue mayor en
Diversos estudios disienten al respecto. los primeros años en
Clivaje pobres-ricos
Sectores más vulnerables. un contexto de mayor
polarización. Ha
tendido a equilibrarse
desde 2010.
Penetración de la
CIR en sectores
En general, sectores urbanos tienden a rurales se afianzó
Clivaje campo-ciudad
marcar las tendencias futuras. paulatinamente, pero
tiende a equilibrarse
desde 2010.
(2019). Los cinco MADN tienen en común (Alfaro Pareja, 2018b) que: a)
surgen tras escaladas de violencia directa que amenazan el poder presidencial; b)
focalizan la negociación en salidas electorales, donde la CDL busca condiciones
más transparentes; c) desescalan la violencia directa, permitiendo a la CIR
ganar tiempo y estabilizar su control; d) han contado con la presencia de actores
foráneos que inciden en la configuración de ambas coaliciones; e) en la CIR
312 predominan las facciones de línea dura, mientras que en la CDL lo hace el
sector moderado (Alfaro Pareja, 2020). En cambio, como elementos que han
ido cambiando en el tiempo, se aprecia que en cada MADN: a) el régimen se ha 313
ido haciendo más autocrático, mutando desde su carácter híbrido de democracia
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
iliberal (Martínez-Meucci, 2012; Alfaro Pareja, 2019) a un autoritarismo electoral
(Corrales e Hidalgo, 2013; Corrales y Penfold, 2015; Camero, 2016; Hidalgo et
al., 2016) y luego hegemónico con vocación totalitaria (Martínez-Meucci, 2012;
López Maya, 2017); b) se ha modificado la fuerza y unidad de cada coalición;
c) ha variado el comportamiento del entorno internacional; y d) ha cambiado la
metodología y rigurosidad de los MADN (Alfaro Pareja, 2018b).
La Mesa de Negociación y Acuerdos (1) se estableció en Venezuela a raíz del
golpe y contragolpe de Estado del 11 de abril de 2002 y tras activarse la Carta
Democrática de la OEA (2002-2004). Facilitaron las negociaciones el secretario
general de dicha organización, el Centro Carter y el PNUD. Actuó también
un Grupo de Países Amigos liderado por el Brasil del recién electo Luiz Inácio
“Lula” Da Silva, y conformado además por Chile, México, España, EE.UU. y
Portugal. Tanto el gobierno como la oposición llegaban en situación de debilidad
e incertidumbre a la Mesa, donde se utilizó una metodología basada en la
negociación inter-élites (Track 1) y en el trabajo con sectores medios y de base
(Track 2)10.
Tras la redacción común de una “Síntesis Operativa”, la Mesa se propuso
básicamente “buscar acuerdos para solucionar la crisis del país por la vía electoral”
(Diez y McCoy, 2012: 85-86). Los principales acuerdos fueron una “Declaración
contra la Violencia, por la Paz y la Democracia” (febrero 2003, tras un paro
general de dos meses promovido por la CDL), por la que se expresó un común
repudio a la violencia, y el acuerdo del 29 de mayo de 2003, por el que se aceptó
el mecanismo constitucional del referéndum revocatorio presidencial (RR) como
medio para implementar la solución “constitucional, democrática, pacífica y
electoral” que demandaba la resolución 833 de la OEA.
El RR fue superado exitosamente por el presidente Chávez, aunque
tras claras muestras de ventajismo e incumplimiento de normativas por parte
del gobierno (Kornblith, 2005). El énfasis en el resultado, por encima de las
condiciones procedimentales y de convivencia, auguró una posición de debilidad
para los vencidos (Martínez-Meucci, 2012), quienes denunciaron ventajismo
10 En el lenguaje de las relaciones internacionales y la gestión de conflictos, Track 1 significa contactos y
negociaciones oficiales entre líderes y representantes de alto nivel, habilitados para generar decisiones,
acuerdos y comunicados oficiales. Por su parte, Track 2 se refiere a diálogos informales o no oficiales con
los cuales se busca abrir canales de comunicación, generar confianza, incorporar otros sectores, estimular
nuevas perspectivas sobre el conflicto y, eventualmente, resolver problemas concretos.
oficialista, cuestionaron las condiciones del recuento de votos, se dividieron hasta
disolver la Coordinadora Democrática (su coalición) y se negaron posteriormente
a participar en las elecciones parlamentarias de 2005. Francisco Diez, facilitador
del Centro Carter, advirtió previamente esta situación al señalar en carta privada
a su organización que “[…] la solución electoral no es para nada una solución
democrática […] debido a que la visión que ambas partes mantenían era la de
eliminar al otro” (2012: 182). Así, aunque este MADN condujo a un acuerdo
bastante completo y ayudó a desescalar la violencia, sus términos no fueron
siempre respetados y no condujo a transformar el conflicto (Martínez-Meucci,
2010, 2012; Alfaro Pareja, 2011).
Años después, tras fallecer Chávez y ser electo Maduro como presidente
(abril 2013) en elecciones reñidas y marcadas por el ventajismo (Salamanca, 2014),
la CIR ha tendido a perder su mayoritario apoyo popular. El régimen híbrido
derivó hacia un autoritarismo competitivo donde el establishment político dejó de
arriesgar en elecciones el control sobre el Estado y la Fuerza Armada (Camero,
2016). En 2014 se desarrolló un ciclo de protestas opositoras que se extendió por
cuatro meses, generando así las condiciones que motivarían la implementación
de los siguientes MADN.
La Conferencia Nacional por la Paz (2) fue convocada y gestionada
directamente por el presidente Maduro (febrero-abril 2014). La CIR propició
la incorporación de acompañantes internacionales a la iniciativa, no como
facilitadores sino como testigos de buena fe, emitiendo invitación formal a la
Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y participando desde el inicio los
cancilleres de Brasil, Colombia y Ecuador, así como El Vaticano. Tuvo particular
relevancia la segunda reunión (10 de abril, Palacio de Miraflores), transmitida
en vivo por televisión y donde participaron tanto los testigos externos como la
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
activó la posibilidad de un referéndum revocatorio presidencial (mediados de 2016).
La pérdida de control institucional por parte de la CIR la llevó a distanciarse del
camino constitucional y electoral, bloqueando mediante tribunales incompetentes
la solicitud de referéndum revocatorio presidencial que legalmente adelantaba el
CDL. Ante la nueva escalada del conflicto, la CIR convocó un tercer MADN (3)
a finales de 2016 con el aval de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Fungieron como “acompañantes” José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del
gobierno español; Leonel Fernández, expresidente de República Dominicana y
Martín Torrijos, expresidente de Panamá. La CDL exigió la invitación formal del
Vaticano. Siguiendo la sugerencia de los acompañantes, se acordaron las premisas
del diálogo, sus ejes temáticos, metodología y cronograma, designándose cuatro
mesas de trabajo. Las delegaciones firmaron un documento denominado
Convivir en Paz (Unasur, 12-11-2016) y se comprometieron con una hoja de ruta
para normalizar la relación constitucional entre los poderes del Estado, trabajar
conjuntamente en la gestión de la crisis económica, nombrar dos de los rectores
del Consejo Nacional Electoral y mantener una posición común ante al diferendo
limítrofe con Guyana. Se creó también una Comisión de Seguimiento.
A la postre, no se cumplió con lo acordado. A pesar de la petición de avanzar
por parte del Vaticano (1 diciembre 2016), la designación unilateral por parte del
TSJ de dos rectoras del Consejo Nacional Electoral que tenían plazo vencido
terminó por hundir la iniciativa. Así, a pesar de que la Mesa de Diálogo Nacional
sí contó con una metodología rigurosa y con la activa participación de terceros,
resultó evidente la escasa voluntad política, representatividad y operatividad de
las partes involucradas. Mientras la CDL fue dividida a la mesa y no envió a sus
líderes decisores, la CIR ofreció mucho y cumplió poco. Sin embargo, el proceso
ayudó a desmovilizar la escalada de protestas contra el gobierno.
El cuarto MADN tuvo lugar a mediados de 2017 y estuvo precedido por
las sentencias Nº 155 y 156 del Tribunal Supremo de Justicia (28-29 de marzo,
en las que retira sus atribuciones a la Asamblea Nacional) y el consiguiente
ciclo de protestas que se extenderá por varios meses, convocadas por la CDL.
La apuesta opositora –fallida– fue propiciar el desacato de la Fuerza Armada
Nacional para que exigiera el retorno al orden constitucional. En medio de una
brutal represión de la protesta, la CIR no solo decidió convocar una Asamblea
Nacional Constituyente (ANC) con el aval del TSJ, a ser elegida el 30 de julio y
en violación de las bases comiciales, sino también un nuevo MADN. La Mesa de
Diálogo de República Dominicana (4) fue encabezada por el presidente de ese país,
Danilo Medina, con la cooperación de su canciller Miguel Vargas y de Rodríguez
Zapatero (septiembre 2017-febrero 2018). Las reuniones exploratorias entre el
gobierno y la oposición venezolana iniciaron el 13 y 14 de septiembre de 2017.
México, Chile, Nicaragua y Bolivia conformaron una Comisión de Seguimiento.
Se trabajó en reuniones bilaterales, multilaterales y con las cancillerías de los
países garantes bajo el principio de que “nada está resuelto hasta que todo esté
resuelto”.
El 1 y 2 de diciembre se realizó la primera reunión entre las delegaciones
de ambas coaliciones, y a partir de allí seis rondas hasta febrero de 2018. Los
cancilleres de los países garantes redactaron un borrador de acuerdo. Las versiones
corregidas por ambas delegaciones (Diario Digital Tal Cual, 07-02-2018) permiten
identificar como diferencias principales a) el cronograma, condiciones y garantías
electorales y b) el desconocimiento de la ANC por parte de la CDL. Nunca se
superaron estas diferencias, pues la CIR no se comprometió con condiciones de
transparencia electoral y la CDL no logró un consenso interno. No obstante,
el mecanismo logró el planteamiento de aspectos que apuntan a la resolución o
transformación del conflicto, y no solo su gestión. Es notable, asimismo, el mayor
peso de la comunidad internacional.
La falta de transparencia electoral se tradujo más adelante (mayo 2018)
en un “fraude electoral integral” (Observatorio Electoral Venezolano, 2018: 42)
en los comicios por los que Maduro inició un segundo período presidencial.
Desconocido el resultado por la CDL y más de cincuenta gobiernos, el hecho
derivó en el reconocimiento, por parte de tales actores, del presidente de la
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
desde 2002-2004; se orienta a una salida constitucional y consensual (Eriksen
Soreide, 2019) y los puntos principales de la agenda son político-electorales
(Blyde, 2019). Mientras la CLD demandó elecciones con nuevo Consejo
Nacional Electoral, cese de la ANC, reincorporación del chavismo a la Asamblea
Nacional y elecciones presidenciales en menos de un año, la CIR buscó sobre
todo el levantamiento de las sanciones impuestas por EE.UU. y UE.
El Mecanismo de Oslo coincide con un desescalamiento de la
confrontación, pero los sectores más extremos de ambas coaliciones han
rechazado las posibilidades de un acuerdo. Tras las nuevas sanciones impuestas
por los EE.UU. el día anterior a la “Cumbre Mundial sobre Venezuela” en
Lima (6 agosto 2019), la CIR decidió retirarse de las negociaciones, y un mes
después la CDL señaló el “agotamiento del formato utilizado” (15 de septiembre
2019). Mientras la CDL propuso la creación de un “Consejo de Gobierno de
Transición” compuesto por representantes de ambas coaliciones (excluyendo a
Maduro y Guaidó) hasta realizar elecciones libres, transparentes y justas, la CIR
desestimó esta propuesta y paralelamente propició la instalación de una Mesa
Nacional del Diálogo por la Paz con un sector muy minoritario de la CDL bajo la
premisa de “acuerdos parciales” (Zambrano, 2019), iniciativa que podría dividir
aún más a esta última coalición. Asimismo, en la medida en que la incidencia
de actores foráneos es cada vez más nítida y decisiva (injerencia cubana, apoyo
ruso a Maduro, sanciones estadounidenses, etcétera), el riesgo de que los actores
internos controlen cada vez menos sus agendas negociadoras parece ir en aumento
(Smilde y Ramsey, 2020).
Gobierno Gobierno Gobierno CIR Gobierno CIR y CIR y Frente Estado unifica
negociadores
de Noruega. imparcialidad
Mediadores
318 Montevideo. El
Vaticano.
No Intervención.
Crisis venezolana
adquiere mayor
peso global.
Diálogos
en sedes
nacionales
Mesa en
Miraflores
(parcializada,
Diálogos
en sedes
nacionales
Diálogos en
el extranjero
(República
Diálogos en
el extranjero
(Noruega,
Mientras
mayor es la
participación
319
imparciales. publicitada). imparciales. Dominicana). Barbados foránea, mayor
Modalidad
(Discreción Mesas (Discreción Presencia de y Cuba). énfasis en la
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
y vocería por temas media y negociadores (Discreción formalidad del
acordada). (discreción vocería y asesores. media y vocería mecanismo.
Track 1 y media). acordada). (Discreción no acordada)
Track 2. Mesas media y vocería Penduleo.
Método del temáticas. acordada).
Penduleo (Go
Between).
De los Tensión Tensión Tensión Tensión Diálogos
acuerdos solo disminuye. disminuye. disminuye. disminuye. disminuyen
se cumple CDL acepta CDL se CDL se divide CDL tiende a tensión. No
la solución elecciones desmoviliza. y tiende a desmovilizarse. transformación
Resultados
Entre las regularidades percibidas cabe señalar, en primer lugar, que los
MADN aparecen al escalar la presión directa de la CDL, la cual coincide a su
vez con lo que esta considera como acciones inconstitucionales de la CIR. Esta
última, a su vez, considera compatibles Constitución y revolución. Por otro lado,
el deterioro de variables económicas internas (caída del PIB y de la producción
petrolera, inflación, escasez, etcétera) alimenta el estallido de diversas crisis que,
a su vez, dan lugar a los MADN.
Simultáneamente, en la medida en que la crisis venezolana escala
y otros países se ven afectados, aumenta la disposición de estos a presionar y
participar en los MADN. Una mayor y más equilibrada participación de
actores foráneos, tendiente a equilibrar las fuerzas internas en conflicto, parece
favorecer negociaciones más formales, a centrar la agenda y a procurar resultados
más concretos, aunque no los garantiza. Hasta ahora, el único resultado cierto
que coincide con cada MADN ha sido el desescalamiento de las tensiones y, a
menudo, la desmovilización o profundización de las divisiones en la CDL. Esto
parece aprovecharlo la CIR, empleando los MADN como un recurso para ganar
tiempo y manejar tensiones.
Así, los MADN han ayudado a disminuir, al menos temporalmente, la
violencia directa, pero no la violencia estructural y cultural (Galtung, 1998).
En la medida en que el conflicto no es transformado, que la autocratización se
profundiza y la situación venezolana se agrava, se percibe una posición cada vez
más firme de parte de las democracias al gestionar el caso venezolano. Si bien se
mantiene la tesis de la no intervención en asuntos internos, se ha fortalecido la
de proteger la democracia representativa y los DD.HH. Esto parece mejorar la
posición negociadora de la CDL frente a la CIR, pero no al punto de compensar su
carencia de medios de fuerza ni el creciente bloqueo de los medios institucionales
para la acción política.
Se aprecia así, en resumen, la existencia de un ciclo recurrente durante las
últimas dos décadas de bloqueo institucional / escalada de tensiones / aplicación de
MADN / discusión de salida electoral sin acuerdos consistentes / desescalamiento /
supresión del conflicto. En ello influyen decisivamente las asimetrías identificadas
como constantes en el tiempo. En primer lugar, la condición de actor revolucionario
de la CIR lo conduce a realizar cambios una y otra vez en las reglas del juego que
son rechazados por la CDL, la cual intenta plantear un statu quo en los términos
de una democracia representativa convencional.
En segundo lugar, el control del Estado (y más concretamente de la
jefatura del mismo y de las fuerzas armadas) otorga a la CIR mayores ventajas
para mantenerse unida y la capacidad de usar la fuerza para avanzar en el
proceso revolucionario, vulnerando las disposiciones legales y reprimiendo las
consiguientes acciones directas de la CDL.
Tercero, el hecho de que el costo humano sea mayoritariamente asumido
por un grupo (expropiaciones, multas, inhabilitaciones, ilegalizaciones, exilios,
detenciones, torturas, muertes) hacen que la CDL ceda ante la represión,
aceptando acuerdos o disposiciones desfavorables o poco sustentables que no se
cumplen o no restituyen el Estado de derecho.
Finalmente, el progresivo alineamiento de las democracias y de las
autocracias en posiciones opuestas con respecto al caso venezolano también
parece acarrear un impacto sobre los MADN y las coaliciones, dadas las distintas
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
perjuicios equivalentes.
Nota: este artículo ha sido publicado por la revista América Latina Hoy, volúmen 85. https://revistas.usal.es/
index.php/1130-2887/issue/view/alh.202085
REFERENCIAS
ALFARO PAREJA, F. (2020): “Archipiélagos políticos bajo la tormenta en Ve-
nezuela: coaliciones, actores y autocratización”. En: European Review
of Latin American and Caribbean Studies 109, 21-40. DOI: http://doi.
org/10.32992/erlacs.10568
________ (2019): Experiencias y desafíos de la negociación para la transformación
del conflicto en Venezuela. Fundación Centro Gumilla / Observatorio
Global de Comunicación y Democracia / Universidad Central de Ve-
nezuela.
________ (2018a): “Mecanismos alternativos de diálogo y negociación en el
conflicto político de Venezuela (2002-2018)”. En: Pensamiento propio
47 (1), 37-68.
________ (2018b): Recomendaciones para el diálogo y la negociación en Venezue-
la. Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales
(CRIES). http://www.cries.org/wp-content/uploads/2018/10/Policy-
BriefDialogo.pdf (consulta 18/11/19)
________ (2011): “La mediación para la regulación del conflicto político en
la Venezuela de hoy: un giro epistemológico a la luz de la experiencia
de la Mesa de Negociación y Acuerdos 2002-2003”. En: Cuadernos
Unimetanos 28 (año 4), 46-61.
ALVARADO, M. (2019, 18 de noviembre): “Maduro militariza aún más labores
de seguridad ciudadana”. En: Efecto Cocuyo. https://efectococuyo.com/
opinion/maduro-militariza-aun-mas-labores-de-seguridad-ciudada-
na/?utm_source=mailpoet&utm_medium=email&utm_campaign=-
mailpoet (consulta 18/11/19)
ARREGUIN-TOFT, I. (2001): “How the weak win wars. A theory of asym-
metric conflict”. En: International Security 26 (1) (Summer), 93–128.
AVELEDO, R. G. (2019): “Sobre la tarea de los partidos en la superación de la
crisis venezolana”. En: M. Barrios y M. Bisbal (Eds.): Seminario inter-
nacional. Búsqueda de alternativas políticas a la crisis de Venezuela (pp.
43-66). Universidad Católica Andrés Bello / Conferencia de Provin-
ciales en América Latina y –el Caribe– CPAL / AUSJAL / Antonio
Ruiz de Montoya Universidad Jesuitas.
AVELEDO COLL, G. (2017): “Los fundamentos ideológicos del sistema po-
lítico chavista”. En: D. B. Urbaneja (Ed). Desarmando el modelo. La
transformación del sistema político venezolano desde 1999. (pp. 25-51).
Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro, abediciones, Kon-
rad Adenauer Stiftung.
BERCOVITCH, J. (Ed) (1996): Resolving international conflicts. The theory and
practice of mediation. Lynne Rienner Publishers Inc.
BITAR, S. (2019): “Venezuela: ¿qué salida del laberinto?”. En: M. Barrios y M.
Bisbal (Eds.): Seminario internacional. Búsqueda de alternativas políti-
cas a la crisis de Venezuela (pp. 175-188). Universidad Católica Andrés
Bello / Conferencia de Provinciales en América Latina –y el Caribe–
CPAL / AUSJAL / Antonio Ruiz de Montoya Universidad Jesuitas.
BLYDE, G. (2019, 17 de septiembre): “Esos acuerdos de ayer no sacarán a Ve-
nezuela de la crisis”. Entrevista por Roman Lozinski para Noticie-
ro Digital. http://www.noticierodigital.com/2019/09/blyde-acuer-
dos-ayer-no-sacaran-venezuela-la-crisis/ (consulta 15/11/19)
BOERSNER, A. y HALUANI, M. (2013): “Convergencias y divergencias en la
asociación estratégica ruso-venezolana y sus implicaciones hemisféri-
cas”. En: Cuadernos del Cendes 30 (82) 67-107.
BREWER-CARÍAS, A. (2019): Proyectos constitucionales del chavismo para des-
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
en transición (2009-2013)”. En: Desafíos 25 (1), 47-86.
CORRALES, J. y PENFOLD, M. (2015): Dragon in the tropics. The legacy of
Hugo Chávez. Brookings.
DIARIO TAL CUAL DIGITAL (2018, 6 de febrero): Borrador de acuerdo pre-
sentado por la oposición a la Mesa de Diálogo en Dominicana. http://tal-
cualdigital.com/index.php/2018/02/07/este-es-el-acuerdo-que-el-go-
bierno-se-nego-a-firmar-en-republica-doninicana/ (consulta 18/11/19)
________ (2018, 6 de febrero): Borrador de acuerdo presentado por el Gobierno
a la Mesa de Diálogo en Dominicana. http://talcualdigital.com/index.
php/2018/02/07/este-es-el-acuerdo-que-el-gobierno-queria-que-firma-
ra-la-oposicion/ (consulta 18/11/19)
________ (2017, 6 de diciembre): Borrador de acuerdo presentado por los can-
cilleres a la Mesa de Diálogo en Dominicana. http://talcualdigital.com/
index.php/2018/02/07/este-fue-el-acuerdo-presentado-por-los-canci-
lleres-y-que-el-gobierno-no-quiso-aceptar/ (consulta 18/11/19)
DÍEZ, F. y McCOY J. (2012): Mediación internacional en Venezuela. Gedisa.
DOŠEK, T. (2014): “¿Por qué la gente vota a la izquierda? clivajes, ideología y
voto retrospectivo en Bolivia y Uruguay en perspectiva comparada”.
En: Dados - Revista de Ciências Sociais 57 (3), 773-815.
ERIKSEN SØREIDE, I. (2019, 29 de mayo): Announcement about Venezuela.
Norwegian Ministry of Foreign Affairs [comunicado de prensa]. ht-
tps://www.regjeringen.no/en/aktuelt/uttalelse_venezuela/id2652785/
(consulta 18/11/19)
FERNÁNDEZ, F. M. (2019): “Todo enemigo se presume culpable. Patrones y
modus operandi de las detenciones arbitrarias y del crimen de encarce-
lación efectuados en contra de opositores políticos en Venezuela”. En:
Programa Venezolano de Educación - Acción en Derechos Humanos (Pro-
vea). https://www.derechos.org.ve/web/wp-content/uploads/todo-ene-
migo.pdf (consulta 18/11/19)
FISHER, R.; URY, W. y PATTON, B. (1993): Sí… de acuerdo. Cómo negociar
sin ceder. Norma.
GALTUNG, J. (1998): Tras la violencia, 3R: reconstrucción, reconciliación, resolu-
ción. Afrontando los efectos visibles e invisibles de la guerra y la violencia.
Gogoratuz.
GEISS, R. (2006): “Asymmetric conflict structures”. En: International Review of
the Red Cross 88 (864), 757-777.
HANDLIN, S. (2013): “Social protection and the politicization of class cleava-
ges during Latin America’s left turn”. En: Comparative Political Studies
46 (12), 1582-1609.
HARNECKER, M. (2013): Venezuela: una revolución sui generis. CLACSO.
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/ar/libros/cuba/mepla/venezu/ar-
tic5.pdf (consulta 18/11/19)
JÁCOME, F. (2018): “Los militares en la política y la economía de Venezuela”.
En: Nueva Sociedad 274, 119-128.
JEHN, K. A., RUPERT, J., NAUTA, A. y Van den BOSSCHE, S. (2010):
“Crooked conflicts: the effects of conflict assimetry in mediation”. En:
Negotiation and Conflict Management Research 3 (4), 338-357.
JEHN, K. A.; De WIT, F. y BARRETO, M. (2018): Conflict asymmetries: effects
on motivation, attitudes and performance. IACM 21st Annual Confe-
rence Paper. DOI: http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.1298536 (consulta
18/11/19).
JEHN, K. A., y CHATMAN, J. A. (2000): “The influence of proportional and
perceptual conflict composition on team performance”. En: The Inter-
national Journal of Conflict Management 11(1), 56–73.
HIDALGO, M., ALARCÓN, B. y ÁLVAREZ, Á. (2016): “Latin America’s new
turbulence: can democracy win in Venezuela?” En: Journal of Demo-
cracy 27 (2), 20-34.
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
LEVITSKY, S. y ZIBLATT, D. (2017): How democracies die. Crown Publishing.
LÓPEZ MAYA, M. (2011): “Apuntes sobre la polarización política en Venezuela
y los países andinos”. En: Temas de Formación Sociopolítica 49, 9-22.
________ (2017, 1 de septiembre): “Vamos camino a un autoritarismo hege-
mónico de vocación totalitaria”. Entrevista por Ibis León para Efecto
Cocuyo. http://efectococuyo.com/politica/vamos-camino-a-un-autori-
tarismo-hegemonico-de-vocacion-totalitaria-afirma-lopez-maya (con-
sulta 18/11/19)
LÓPEZ MAYA, M. (2019): “Notas sobre la fuerza armada bolivariana en el
proceso de transición”. En M. Barrios y M. Bisbal (Eds.): Seminario
Internacional. Búsqueda de alternativas políticas a la crisis de Venezuela
(pp. 77-84). Universidad Católica Andrés Bello / Conferencia de Pro-
vinciales en América Latina –y el Caribe– CPAL / AUSJAL / Antonio
Ruiz de Montoya Universidad Jesuitas.
LÓPEZ MAYA, M. y LANDER, L. (2011): “Participatory democracy in Vene-
zuela”. En: D. Smilde y D. Hellinger: Venezuela’s bolivarian democracy.
Participation, politics and culture under Chávez (pp. 58-79). Duke Uni-
versity Press.
LOZADA, M. (2011): “¿Nosotros o ellos? Polarización social y el desafío de la
convivencia en Venezuela”. En: Temas de Formación Sociopolítica 49,
23-40.
LUPU, N. (2010): “Who votes for chavismo? Class voting in Hugo Chávez’s
Venezuela”. En: Latin American Research Review 45 (1), 7-32.
MACHILLANDA, J. (2005): “La remilitarización de la seguridad en América
Latina”. En: Nueva Sociedad. 198, 130-144.
MARTÍNEZ-MEUCCI, M. Á. y VAISBERG, R. (2015): “La narrativa revolu-
cionaria del chavismo”. En: PostData 19 (2), 463-506.
MARTÍNEZ-MEUCCI, M. Á. (2012): Apaciguamiento. El referéndum revocato-
rio y la consolidación de la revolución bolivariana. Editorial Alfa.
________ (2010): “La Mesa de Negociación y Acuerdos (2002-2003) y el pro-
ceso de facilitación de la OEA y el Centro Carter”. En: Politeia 44 (1),
47-87.
MÉNDEZ, N. y UZCÁTEGUI, R. (2019): “Persiguiendo al chavismo: discri-
minación por razones políticas contra funcionarios de Hugo Chávez
por parte de Nicolás Maduro (Primer avance de resultados)”. En: Pro-
grama Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea).
https://www.derechos.org.ve/web/wp-content/uploads/Discrimina-
ci%C3%B3nCh.pdf (consulta 18/11/19)
MIJARES, V. (2017): “Soft balancing the titans: Venezuelan foreign policy stra-
tegy toward the United States, China, and Russia”. En: Latin American
Policy 8 (2), 201-231.
MITCHELL, C. R. (1995): “Asymmetry and strategies of regional conflict re-
duction”. En: I.W. Zartman y V. A. Kremenyuk (Eds.): Cooperative se-
curity: reducing third world wars (pp. 25-57). Syracuse University Press.
MONEDERO, J. C (2008): “Hacia una filosofía política del socialismo del siglo
XXI. Notas desde el caso venezolano”. En: Cuadernos del Cendes 68
(2), 71-106.
NAÍM, M. y TORO, F. (2019): “El suicidio de Venezuela”. Foreign Affairs Lati-
noamérica 19 (2), 24-33.
OBSERVATORIO ELECTORAL VENEZOLANO (2018): Informe de ob-
servación. Elección de presidente y consejos legislativos. Parte II. https://
oevenezolano.org/wp-content/uploads/2020/05/Informe-Presidencia-
les-2018-Parte-II-2018.pdf (consulta 18/11/19)
PENFOLD, M. (2019): “Los dilemas de la transición venezolana”. En: M. Ba-
rrios y M. Bisbal (Eds.): Seminario Internacional. Búsqueda de alterna-
tivas políticas a la crisis de Venezuela (pp. 189-198). Universidad Católi-
ca Andrés Bello, Conferencia de Provinciales en América Latina y –el
Caribe– CPAL / AUSJAL / Antonio Ruiz de Montoya Universidad
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
Jesuitas.
ROMERO, C. (2010): La política exterior de la revolución bolivariana. Resu-
men Working Paper n. 4, julio. Plataforma Democrática. http://www.
Radiografía de un colapso
plataformademocratica.org/Arquivos/La%20politica%20exterior%20
de%20la%20Venezuela%20bolivariana_Resumen.pdf
(consulta 18/11/19)
ROUHANA, N. N. (2004): “Group identity and power asymmetry in reconci-
liation processes: the Israeli–Palestinian case”. En: Peace and Conflict:
Journal of Peace Psychology 10, 33–52.
326
SAGARZASU, I. (2011): “Nación vs. región: las tensiones del sistema de partidos
venezolano postcolapso”. En: América Latina Hoy 58, 121-142. 327
SMILDE, D. y RAMSEY, G. (2020): Los esfuerzos internacionales de construcción
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
de la paz en el inextricable conflicto de Venezuela. Fundación Carolina /
Agenda 2030. DOI: 10.33960/issn-e.1885-9119.DT25es
SUCRE, R. (2017): “El papel de la estructura militar en la configuración del
nuevo sistema político”. En: D. B. Urbaneja (Ed). Desarmando el mode-
lo. La transformación del sistema político venezolano desde 1999 (pp. 331-
382). Instituto de Estudios Parlamentarios Fermín Toro, abediciones,
Konrad Adenauer Stiftung.
STELLING, M. (2019, 28 de julio): “El desgaste”. En: diario Últimas Noti-
cias. http://www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/opinion/el-desgaste/
(consulta 18/11/19).
TILLY, C. (2000): Las revoluciones europeas. 1492-1992. Crítica.
VÄYRYNEN, R. (Ed) (1991): New directions in conflict resolution, conflict resolu-
tion and conflict transformation. International Social Science Research
Council.
YU, J.; KILGOUR, M.; HIPE, K. W. y ZHAO, M. (2015): “Power asymmetry
in conflict resolution with application to a water pollution dispute in
China”. En: Water Resources Research 51 (10), 8627- 8645. https://doi.
org/10.1002/2014WR016257
ZAKARIA, F. (2006): The future of freedom. Illiberal democracy at home and
abroad. W. W. Norton & Company.
ZAMBRANO, T. (2019, 8 de octubre): “Vamos a una ruta de acuerdos par-
ciales”. Entrevista por Narkys Blanco para Últimas Noticias. http://
www.ultimasnoticias.com.ve/noticias/politica/timoteo-zambrano-va-
mos-a-una-ruta-de-acuerdos-parciales/ (consulta 18/11/19)
ZARTMAN, W. (2000): “Ripeness. The hurting stalemate and beyond”. En: P.
Stern y D. Druckman (Eds): International conflict resolution after the
Cold War (pp. 225-250). National Academy Press.
13
LA CRISIS VENEZOLANA: DEFENSA
DEMOCRÁTICA FRUSTRADA EN EL MARCO DE
UNA CONMOCIÓN DEL ORDEN HEMISFÉRICO
T L
INTRODUCCIÓN
1 Este capítulo es una versión modificada en español de Legler (2020). El autor quiere reconocer a Jorge Ortiz
Almanza y a Kendra Carrión Vivar por su apoyo en la traducción y corrección de estilo de este texto.
2 Sobre el deterioro de la democracia y del respeto a los derechos humanos en Venezuela recientemente véase:
IACHR (2017); IAJC (2019); OAS (2018); UNHCHR (2019).
de intervención hemisférica o regional para salvaguardar la democracia en las
Américas, de problemas de implementación y agencia.
Sin embargo, en un plano más profundo, el fracaso de tales intentos,
especialmente el de la reciente invocación del Tratado de Río para atender la
situación en Venezuela, revelan la alarmante situación a nivel hemisférico.
Creado en 1947, el TIAR es un instrumento de seguridad colectiva de la era de la
Guerra Fría que se ha vinculado con el poder, autoridad e intereses de seguridad
estadounidenses en el hemisferio occidental. Invocado por última vez el 11 de
septiembre de 2001, tras los ataques terroristas en Estados Unidos, el Tratado de
Río fue diseñado para contener los avances de la Unión Soviética, de la República
Popular China, y de otros aliados comunistas, por lo que resulta una especie
de anacronismo en el contexto de seguridad hemisférica del nuevo milenio. En
suma, el invocar este tratado, así como la incapacidad de las organizaciones
regionales para defender la democracia en Venezuela, son síntomas de un
problema aún mayor: una crisis de autoridad en el hemisferio occidental que no
solo afecta las posibilidades de resolver problemas hemisféricos o regionales como
el de Venezuela, sino además aquellos que se suscitan en la amplia gama de áreas
temáticas de gobernanza.
En este artículo exploro las razones por las que la protección multilateral
de la democracia a nivel regional ha sido incapaz de promover una solución
pacífica y negociada a la crisis política venezolana, así como de detener el
retroceso autoritario o restaurar el orden democrático constitucional previo
en ese país. Enfatizo que los retos prácticos de aplicar los mecanismos de
protección de la democracia en situaciones reales no pueden separarse de las
circunstancias regionales y hemisféricas en las que están insertos. En esta línea,
la defensa de la democracia se ha vuelto más problemática desde la década de
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
los noventa y los primeros años del nuevo milenio. Sostengo que la protección
de la democracia es sensible al contexto, en el sentido de que las consideraciones
del orden regional pueden ayudarla u obstaculizarla. En este artículo, me
Radiografía de un colapso
baso en las contribuciones de autores (Goh, 2013; He 2018a, 2018b) que han
estudiado la transformación del orden regional en el este y sudeste de Asia con
el propósito de evaluar cómo el orden regional en las Américas se ha modificado
en el siglo XXI. Precisamente, durante los años en que se ha desarrollado la
actual crisis venezolana, el orden del hemisferio occidental ha experimentado
una forma particularmente turbulenta de transición que llamo conmoción del
orden hemisférico, la cual ha obstaculizado el desempeño de la gobernanza no solo
330 respecto a la defensa colectiva de la democracia, sino también en términos de la
capacidad general de las organizaciones para construir soluciones hemisféricas o
regionales a los problemas de las Américas. Defino el término de conmoción del 331
orden hemisférico como un tipo de transición particularmente desordenado del
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
orden regional, en la que la cooperación interestatal se ve seriamente obstruida
por el balanceo institucional y la coexistencia de un vacío de poder, una crisis de
autoridad, la ausencia de liderazgo y la disfuncionalidad institucional.
En este sentido, el estado del orden hemisférico establece los parámetros
para cualquier intervención multilateral con el fin de salvaguardar la democracia,
en términos de considerar su protección como un bien público, el comportamiento
basado en reglas, regiones como filtros o contenedores de solución de problemas,
y una estructura de oportunidades y constreñimientos. Por consiguiente, las
crisis democráticas, cuya contención oportuna y efectiva ya representaba un reto
en décadas pasadas, incluso cuando el orden hemisférico occidental era más
robusto, se han vuelto más difíciles de resolver por medio de una intervención
colectiva bajo el estado actual de conmoción del orden regional.
3 Según Jon Pevehouse (2005), la protección de la democracia denota esfuerzos internacionales para
asegurar la supervivencia de ese tipo de régimen en aquellos países en los que se encuentra amenazado. Es
necesario señalar que defensa y promoción de la democracia son problemáticas distintas. De acuerdo con
Jorge Heine y Brigitte Weiffen (2015), la promoción de la democracia se refiere a acciones propositivas
para impulsar la liberalización, la transición democrática o el fortalecimiento de los regímenes
democráticos ya existentes, mientras que su protección implica acciones específicas que buscan prevenir,
detener o revertir el quebrantamiento democrático. El análisis de la defensa colectiva de la democracia en
este artículo adopta los elementos y componentes esenciales de la democracia representativa contenidos
en los artículos 3 y 4 de la Carta Democrática Interamericana como punto de referencia para el tipo de
332 4
régimen a salvaguardar.
En relación al concepto de legalización, véase: Abbot, Keohane, Moravcsik y Slaughter (2000).
sobre la participación de Argentina, Brasil y Chile en la defensa colectiva de la
democracia, Feldmann, Merke y Stuenkel (2019: 466) identifican el fenómeno del 333
cálculo mediado por principios (principled calculation): “[…] los Estados tienen
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
que cuadrar continuamente las normas con sus intereses materiales, alianzas
y las preferencias de sus políticas”. De esta manera, estos actores encuentran
dificultades para sostener una estrategia de política exterior consistente con la
protección de la democracia dada la brecha entre sus compromisos formales a
nivel regional y su capacidad para cumplirlos cuando una crisis democrática en
la región requiere de acción colectiva.
Van der Vleuten y Hoffmann (2010) han señalado que el rol de las
potencias regionales es clave, en el sentido de que la intervención prodemocrática
ocurre cuando se ajusta a sus intereses. En una línea similar, Closa y Palestini
(2018) sostienen que las cláusulas democráticas han emergido en parte como
mecanismos de tutelaje, mediante los cuales las potencias en la región esperan
convertirse en guardianes de la democracia cuando esto avanza sus intereses.
Además del cuestionamiento a Estados y potencias regionales, algunos
autores han criticado a los presidentes por haber desarrollado mecanismos para
la protección de la democracia como instrumentos para defenderse cuando
enfrentan amenazas de ser depuestos antidemocráticamente, pero no para que
los otros poderes, la sociedad civil o los ciudadanos comunes los invoquen. Closa
y Palestini (2015) han llamado a este fenómeno “sesgo del gobernante titular”
(incumbent bias), lo que representa un desafío importante para la implementación
de la CDI, elemento corroborado por el ex secretario general de la OEA, José
Miguel Insulza (2007). Cooper y Legler (2006) han vinculado este sesgo con la
“soberanía del ejecutivo”, es decir, la interpretación compartida de la soberanía
que privilegia la toma de decisiones a nivel interpresidencial, de forma que
las intervenciones colectivas para defender la democracia ocurren cuando son
convenientes para los presidentes de los Estados miembros, incluyendo a menudo
a quienes podrían ser responsables de retrocesos autoritarios.
Aunque los límites a la agencia y a los mecanismos mencionados son
pertinentes, representan solo una parte de la historia sobre las razones por las
que ha sido tan difícil proteger la democracia en Venezuela. La defensa colectiva
de la democracia en las Américas ha evolucionado en un contexto específico en
términos históricos, espaciales y políticos: un cambiante orden hemisférico que
tradicionalmente ha estado dominado por Estados Unidos.
Según John Ikenberry, un “[…] orden internacional es una formación
política en la que las reglas y acuerdos establecidos existen entre los Estados para
orientar sus interacciones” (traducción del autor de Ikenberry, 2011: 36). Los órdenes
internacionales pueden variar a lo largo de las dimensiones espaciales, políticas e
institucionales, ya sean regionales o globales, hegemónicos o no hegemónicos. En
su forma regional, los órdenes internacionales están vinculados a los procesos y
tendencias propios de la región. Desde la perspectiva del regionalismo comparado,
Tanya Börzel y Thomas Risse (2016) plantean que los órdenes regionales son
combinaciones específicas de formas interestatales de regionalismo impulsadas
verticalmente de arriba hacia abajo y, a la inversa, de procesos de regionalización
promovidos de abajo hacia arriba por la sociedad civil.
No obstante, el análisis de los órdenes regionales como configuraciones de
regionalismos y de regionalización no puede entenderse sin hacer referencia a la
distribución regional de poder. Es decir, los órdenes son jerárquicos, lo que implica
relaciones de poder asimétricas entre los Estados que los componen (Ikenberry y
Nexon, 2019; Lake, 2009). Según Ikenberry (2011), los órdenes son construidos
y sostenidos mediante una combinación de equilibrio de poder, el uso de la
coacción por parte de las potencias y, especialmente, la articulación de contratos
sociales o compromisos institucionales (institutional bargains) que sirven como
códigos de conducta sobre los que los Estados diseñan reglas e instituciones que
fortalecen y restringen, simultáneamente, el ejercicio de autoridad por parte de
los Estados que lideran, a la vez que aseguran la participación activa de Estados
menos poderosos en procesos decisionales que les afectan y les permiten proteger
su soberanía.
Cuando los órdenes regionales funcionan correctamente pueden promover
condiciones propicias para la gobernanza. En otras palabras, un equilibrio de
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
sistémicas o a shocks con orígenes intra o extraregionales, tales como cambios
de poder (power shifts), crisis económicas o incluso el desarrollo de intensas
problemáticas sociales. El fin de la Guerra Fría, la crisis financiera asiática de
1997-1998 y la crisis financiera global de 2008-2009 son excelentes ejemplos
de disrupciones sistémicas que desencadenaron cambios significativos en la
configuración de poder entre los Estados pertenecientes a un orden determinado,
así como de provocar procesos más profundos de cambio institucional en los
órdenes regionales en el este y sudeste de Asia. En su estudio Este de Asia desde
el fin de la Guerra Fría, Evelyn Goh (2013: 16) ha denominado a este fenómeno
transición de orden (order transition), que es entendido como “[…] alteraciones
significativas en los objetivos y valores comunes, reglas del juego y estructuras
sociales de la sociedad internacional”. Estas transiciones implican la redefinición
de los patrones de cooperación y solución de problemas interestatales, tanto de las
instituciones de gobernanza, los compromisos institucionales o contratos sociales
que apuntalan dichos arreglos, como de los correspondientes roles, derechos y
obligaciones de los Estados y del conjunto de actores estatales involucrados.
De acuerdo con He (2009, 2018a, 2018b), la interacción entre las
dinámicas de reconfiguración de poder y la transformación institucional a nivel
multilateral que caracteriza la transición de los órdenes regionales en los casos del
este y sudeste de Asia se acompaña de un proceso que el autor denomina balanceo
institucional (institucional balancing). Este concepto se refiere al comportamiento
de los Estados en competencia, que consiste en equilibrar la influencia de sus
rivales dentro de las instituciones regionales, así como en proteger o redefinir las
reglas que componen la estructura normativa del orden regional (He, 2018: 4).
El autor también afirma que las estrategias de equilibrio institucional en los foros
multilaterales pueden variar en términos de incluir o excluir a las potencias rivales.
También pueden ser interinstitucionales, en el sentido de crear deliberadamente
una institución para que funja como contrapeso y reemplace a otra ya existente.
El concepto de He es similar a la noción del multilateralismo en disputa (contested
multilateralism) de Morse y Keohane (traducción del autor de Morse y Keohane,
2014: 385), definido como:
[…] la situación que resulta de la consecución de estrategias por parte de los
Estados, organizaciones multilaterales y actores no estatales para usar las
instituciones multilaterales, nuevas o ya establecidas, con el fin de desafiar las
reglas, prácticas o misiones de las instituciones multilaterales existentes.
compartida entre los grupos de países que han buscado definir sus propias reglas
para gobernar el hemisferio, al tiempo que también han establecido relaciones
con actores externos y el orden global.
Radiografía de un colapso
Entre los pocos estudios sobre el orden regional en las Américas, el análisis
de Arturo Santa Cruz (2005a, 2005b, 2020) rescata la noción de Arthur Whitaker
(1954) sobre la idea del hemisferio occidental como una estructura constitucional
de normas en evolución, que ha sustentado históricamente un orden hemisférico
dominado por Estados Unidos. Santa Cruz también enfatiza el estudio del orden
regional como una jerarquía compuesta por relaciones diferenciadas de autoridad
entre Estados con asimetría de poder.
336
El trabajo de Juan Pablo Scarfi, Andrew R. Tillman y sus colaboradores
(2016b) converge con Santa Cruz en tanto que respalda la resurrección de la idea 337
del hemisferio occidental como un valioso marco de análisis. Estos autores apoyan
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
dicha noción:
[…] como una categoría útil y flexible para explorar las conexiones entre la
cooperación y la hegemonía, así como entre el compromiso y la dominación, […]
en las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, así como la compleja
diversidad del continente y sus interacciones internas. (Scarfi y Tillman, 2016a: 3)
Charles Jones (2007, 2013) sugiere que el orden del hemisferio occidental
se arraiga en imaginarios e identidades continentales en constante evolución, lo
que supone una sociedad internacional distintiva con reglas de conducta compar-
tidas e incluso una “civilización americana” única. Coincidentes con Tom Long
(2015), estos autores exhortan a limitar la visión centrada en Estados Unidos y a
resaltar el rol de la agencia latinoamericana en los procesos hemisféricos. Aunque
sugieren la existencia de una narrativa común para el hemisferio occidental, di-
chos analistas también son sensibles a los matices sobre cómo las relaciones entre
Estados Unidos y América Latina se han desarrollado histórica y espacialmente a
lo largo del hemisferio en términos de hegemonía y cooperación.
El hemisferio occidental ha experimentado altas y bajas en lo que se refiere
a la cooperación interamericana (Corrales y Feinberg, 1999; Mace y Thérien,
2007; Mace y Migneault, 2011). Gordon Mace y Jean Philippe Thérien (2007)
han relacionado este patrón cíclico al personaje de la mitología griega Sísifo. De
acuerdo con Corrales y Feinberg (1999), las Américas han disfrutado de tres
periodos de cooperación intensiva que llevaron a la expansión institucional del
sistema interamericano: 1889-1906, 1933-1954 y durante los noventa del siglo
pasado. Desde el último periodo dinámico de regionalismo en los noventa,
sustentado por el ascenso unipolar de Estados Unidos, el orden hemisférico entró
en un periodo prolongado de transición durante las primeras décadas del siglo
XXI, que ha culminado recientemente en lo que denomino conmoción del orden
hemisférico. Con este término me refiero a una forma única de transición del orden
regional que es especialmente desfavorable a la cooperación interestatal, debido
a la combinación de distintos factores, tales como el conjunto de estrategias
basadas en el balanceo institucional, un vacío de poder, una crisis de autoridad,
la ausencia de liderazgo y la disfuncionalidad institucional. En los siguientes
apartados me referiré a cómo esta problemática transición del orden regional ha
afectado los esfuerzos colectivos para defender la democracia en Venezuela.
LOS ESFUERZOS REGIONALES PARA LA DEFENSA DE LA DEMOCRACIA
EN VENEZUELA EN EL CONTEXTO DE CONMOCIÓN DEL ORDEN
HEMISFÉRICO
después de las críticas formuladas por Luisa Ortega, la entonces fiscal general.
Sin embargo, en la práctica, el Gobierno continúa considerando a la legislatura
en desacato y, por lo tanto, ignora todos sus fallos, mientras que acosa y asedia a
Radiografía de un colapso
338 5 Consejo Nacional Electoral, Divulgación presidenciales 2013, disponible en: http://resultados.cne.gob.
ve/resultado_presidencial_2013/r/1/reg_000000.html.
como fraudulentas e ilegítimas, pues se prohibió y/o restringió la participación de
varios partidos de oposición, así como de muchos potenciales candidatos.6 339
Cabe señalar que en este periodo el colapso simultáneo de la economía
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
venezolana ayudó a convertir los problemas del país en una crisis multidimensional,
incluyendo no solo las dimensiones política y económica, sino también la
humanitaria, la de seguridad, la de migración y la de salud pública, a la que
actualmente se suma la pandemia de COVID-19 (Cooper, 2020; Rodríguez,
2020). De esta manera, dados sus atributos transfronterizos en materia de
migración, salud pública y crimen organizado transnacional, la crisis venezolana
se ha regionalizado (Legler, 2019; Legler, Serbin y Garelli-Ríos, 2018).
Desde 2014, el deterioro de la crisis ha llevado a algunos actores regionales
a buscar una amplia gama de respuestas para promover una solución pacífica y
negociada, así como la defensa de la democracia. Respecto a la primera cuestión,
en 2014-2015 una comisión de la Unasur –conformada por los ministros de
relaciones exteriores de Brasil, Colombia y Ecuador– intentó impulsar el diálogo.
Posteriormente, en 2016-2017 los expresidentes José Luis Rodríguez Zapatero
de España, Martín Torrijos de Panamá y Leonel Fernández de la República
Dominicana, así como el Vaticano, buscaron que las dos partes se sentaran a
negociar, para lo cual contaron con los buenos oficios y el respaldo técnico del
entonces secretario general de la Unasur, Ernesto Samper, y el apoyo discreto de
la administración estadounidense de Barack H. Obama. Hacia finales de 2017
y principios de 2018, el presidente dominicano Danilo Medina organizó una
nueva ronda de diálogo con el apoyo de Zapatero y los cancilleres de Bolivia,
Nicaragua, San Vicente, México y Chile. Durante la primavera de 2019, el
gobierno de Noruega, con el respaldo de la Comunidad del Caribe (Caricom),
intentó mediar entre el gobierno de Maduro y la oposición durante una serie
de encuentros que se llevaron a cabo en Oslo y posteriormente en Barbados.
El proceso se estancó cuando el presidente Maduro anunció que suspendería la
participación de su Gobierno, justo después de la imposición de nuevas sanciones
por parte de Estados Unidos. Finalmente, el 16 de septiembre de 2019 el Gobierno
venezolano y un pequeño segmento de la oposición instalaron formalmente
una “mesa de diálogo nacional”, que rivalizó con el proceso promovido por el
gobierno noruego (ver Alfaro Pareja, 2018, 2020; International Crisis Group,
2019; Lowenthal y Smilde, 2019; Martínez Meucci y Alfaro Pareja, 2020;
Smilde y Ramsey, 2019, 2020).
6 Para revisar los antecedentes sobre la evolución de la crisis venezolana, véase: Buxton (2018); Cannon y
Brown (2017); López Maya (2018); Pantoulas y McCoy (2019).
Desde que el Tribunal Supremo de Justicia suspendió los poderes de la
Asamblea Nacional en marzo de 2017, las organizaciones regionales y otros
grupos han incrementado la presión diplomática sobre el gobierno de Maduro en
un intento por restaurar la democracia. Estos esfuerzos han incluido el uso de la
diplomacia dirigida a la condenación, la suspensión de la membresía venezolana
en organizaciones, el aislamiento político y las sanciones selectivas. La presión
se intensificó después de la ampliamente cuestionada toma de posesión de
Maduro para un nuevo periodo presidencial el 10 de enero de 2019, luego de
su controvertida victoria del 20 de mayo de 2018, así como en apoyo al acto
contencioso del entonces presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó,
quien se declarara presidente interino de Venezuela el 23 de enero de 2019.
Estados Unidos, los doce miembros del Grupo de Lima y la Unión Europea
han expresado reiteradamente sus cuestionamientos respecto a las violaciones
al régimen democrático y a los derechos humanos perpetradas por el gobierno
de Maduro. Estos actores también han aumentado gradualmente las sanciones
selectivas, particularmente en contra de funcionarios del gobierno acusados de
corrupción, crimen organizado y violaciones a los derechos humanos. Ya durante la
administración de Donald Trump, las autoridades estadounidenses establecieron
un conjunto de sanciones en un esfuerzo por privar a los funcionarios venezolanos
de ingresos vitales provenientes del sector energético y con el fin de impedir, o
castigar a aquellos actores que hagan negocios con dichos funcionarios (Véase:
Bull y Rosales, 2020; Congressional Research Service, 2019a; Gratius y Pozo,
2020).
En cuanto al aislamiento diplomático, en agosto de 2017 el Mercosur
suspendió formalmente a Venezuela del bloque. Por otra parte, el Gobierno de
Perú retiró la invitación que había hecho al Gobierno venezolano para participar
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
actores regionales no han tenido un impacto claro en cuanto a lograr una solución
pacífica y negociada o en restaurar el orden democrático constitucional.
En efecto, existe evidencia sobre lo difícil que ha sido invocar la Carta
Democrática para los miembros de la OEA, incluso después de las claras
alteraciones en contra del orden constitucional mencionadas anteriormente. El
secretario general, Luis Almagro, generó controversia cuando invocó el artículo
20 de la CDI el 31 de mayo de 2016 –el primer secretario en hacerlo– algo que
según la Carta es parte de sus prerrogativas, aunque la percepción generalizada es
que es un derecho de los gobiernos. Posteriormente, los Estados miembros fueron
reticentes en definir un curso de acción. Independientemente de la evidencia
acumulada sobre los excesos autoritarios del gobierno de facto en Venezuela, la
parálisis de los miembros de la OEA ha impedido el uso de los mecanismos para
la protección de la democracia contenidos en las cláusulas operativas de la CDI,
como la suspensión de la membresía provista en el artículo 21.
De acuerdo con el análisis de Levitt (2006), mencionado anteriormente,
durante el nuevo milenio el desarrollo de diversas dinámicas a nivel doméstico
en los Estados miembros de la OEA ha repercutido negativamente en el régimen
interamericano para la defensa colectiva de la democracia. Como desarrollaré
en las siguientes líneas, los recientes cambios de liderazgos en América Latina
han producido modificaciones de política exterior que afectan los esfuerzos
multilaterales para la protección de la democracia frente al gobierno de Maduro.
Los esfuerzos de la OEA y de la Unasur por atender la crisis venezolana
ilustran la noción de cálculo mediado por principios (principled calculation),
propuesta por Feldmann, Merke y Stuenkel (2019). Es decir, la salvaguardia
regional de la democracia está en tensión con cuestiones nacionales de identidad,
afinidad ideológica, poder y geopolítica. Además, independientemente de las
dificultades económicas, Venezuela sigue siendo un Estado poderoso frente al
cual una intervención colectiva para defender la democracia no conseguiría sus
objetivos fácilmente. Por lo tanto, aquellos que deseen defenderla tienen que
calcular no solo qué es lo mejor en el sentido de proteger dicho régimen en
Venezuela, sino también qué es viable y realista de acuerdo con las posturas de
sus propios países.
De otro lado, el rol de las potencias regionales ha sido más limitado de
lo que sugiere el análisis de Van der Vleuten y Hoffmann (2010). Si bien las
intervenciones en favor de la democracia ocurren cuando son convenientes para
países como Estados Unidos, el caso venezolano evidencia que la participación
activa de ese país como ejecutor (enforcer) de esos esfuerzos no garantiza que
estos despeguen o conlleven una defensa oportuna y efectiva de la democracia.
El régimen de Maduro sigue en el poder, a pesar de los continuos esfuerzos
unilaterales y multilaterales de la administración Trump para debilitarlo.7
El factor presidencial y el sesgo del gobernante titular (incumbent bias) han
estado claramente presentes en el caso venezolano. Hasta los eventos dramáticos
de 2017, que definitivamente debilitaron la democracia venezolana, los líderes
hemisféricos se mostraron, en general, reticentes en apoyar cualquier curso de
acción que no tuviera el consentimiento del presidente Maduro, reconocido hasta
entonces como el líder democráticamente electo.
Además de los ya mencionados desafíos prácticos que los países de las
Américas han enfrentado para salvaguardar colectivamente la democracia
en Venezuela, como explico en el resto de esta sección, en el nuevo milenio,
y especialmente desde 2014, el hemisferio occidental ha sobrellevado un tipo
de transición particularmente problemática, que puede ser caracterizada como
conmoción del orden hemisférico (hemispheric order upheaval).
Antes de abordar ese tema, cabe mencionar que el ascenso de la protección
multilateral de la democracia en las Américas estuvo asociado con un momento
dinámico y relativamente estable del orden hemisférico. Después del fin de
la Guerra Fría y con la emergencia del orden liberal global –sustentado por
el momento unipolar de Estados Unidos– los Estados miembros de la OEA
crearon el régimen interamericano para la defensa colectiva de la democracia
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
(see Bloomfield, 1994; Cooper y Legler, 2006; Heine y Weiffen, 2015; Legler y
Tieku, 2010; Legler, 2010). Este logro se produjo en el marco de un momento
sin precedentes de relaciones cordiales entre las élites políticas de Norteamérica,
Radiografía de un colapso
342 7 Para la descripción y análisis de las acciones de Estados Unidos en contra del gobierno de Maduro, véase:
Bull y Rosales (2020); Camilleri (2018), Congressional Research Service (2019b), Gratius y Pozo (2020).
influencia sin precedente en el hemisferio tras el colapso de la Unión Soviética,
gran parte del ímpetu sobre las innovaciones específicas en el emergente régimen 343
democrático provino de Estados comparativamente débiles, como Chile,
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
Colombia, Perú y Canadá. El auge de este momento en la historia del orden
hemisférico sucedió en 2001, cuando los gobiernos de las Américas, excepto el
de Cuba, adoptaron la Carta Democrática Interamericana, aunque con reservas
explícitas expresadas por el presidente Hugo Chávez respecto al enfoque del
documento, centrado exclusivamente en la democracia representativa, lo que
posiblemente era un presagio de lo que sucedería en Venezuela.
En última instancia, la etapa dorada de la cooperación hemisférica
de los noventa duró poco. Desde entonces, durante las primeras décadas del
siglo XXI han existido dos tendencias disruptivas que contribuyen a la actual
conmoción del orden regional: el surgimiento del denominado regionalismo
post-hegemónico, mediante el cual América del Sur intentó construir un orden
regional autónomo, separado del orden hemisférico; y un periodo más reciente de
decaimiento, estancamiento e incertidumbre institucional, tanto en Sudamérica
como en el hemisferio. En primer lugar, la desaceleración generalizada de la
cooperación interamericana coincidió con el ascenso de los nuevos regionalismos
poshegemónicos y posliberales en América Latina, especialmente en América del
Sur (Briceño-Ruiz y Morales, 2017; Cienfuegos y Sanahuja, 2010; Riggirozzi
y Tussie, 2012). De esta manera, una coalición de países latinoamericanos y
caribeños, liderada principalmente por Brasil y Venezuela –las dos potencias
emergentes en competencia– promovió estas iniciativas regionales durante
un momento fortuito caracterizado por el cambio de poder global y regional,
una “ola rosa” de gobiernos de izquierda, el incremento en los precios de las
materias primas que exporta la región y la distracción de Estados Unidos como
consecuencia de la guerra global contra el terrorismo. Estos países intentaron
audazmente redefinir los parámetros normativos e institucionales del orden
hemisférico para transitar hacia uno distintivo en América del Sur, que habría de
empoderar a las potencias regionales como Brasil y Venezuela, así como promover
la autonomía nacional y regional mediante nuevas instituciones como la Alianza
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), la Celac y la Unasur
(véase también: Chodor 2015; Chodor y McCarthy-Jones, 2013).
Durante este periodo de aproximadamente diez años, de 2005 a 2015, los
mecanismos de cooperación interamericana sufrieron un declive alarmante en
varias áreas clave a través de iniciativas de balanceo institucional asociadas con la
transición del orden hemisférico. En 2005, una coalición de países sudamericanos,
en la que destacan los liderazgos de Hugo Chávez y Luiz Inácio Lula da Silva,
canceló las negociaciones del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA)
en la cumbre de Mar del Plata, la otra gran iniciativa hemisférica junto con la
CDI. A pesar de la Declaración sobre Seguridad en las Américas de 2003 y la
creación de la Secretaría de Seguridad Multidimensional de la OEA en 2005, un
intento por definir una nueva doctrina de seguridad hemisférica –denominada
multidimensional a efectos de reemplazar al anacrónico régimen de seguridad
colectiva iniciado durante la Guerra Fría y consagrado en el Tratado de Río–
se encontró con la resistencia y la competencia de la ALBA y la Unasur. En
2012, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela, todos miembros de la ALBA, se
retiraron del TIAR. En un proceso similar a lo que Acharya (2011) ha catalogado
como subsidiariedad normativa (norm subsidiarity),8 la Unasur creó el Consejo
de Defensa Suramericano (CDS) que promovía un proyecto de seguridad
independiente en detrimento de los parámetros interamericanos tradicionales,
dominados por Washington. Cabe mencionar que los aliados de la ALBA
abogaron por la conversión de la Celac en una nueva OEA, sin Estados Unidos
ni Canadá. Los miembros de la ALBA también cuestionaron vigorosamente al
Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH), por estar supuestamente
controlado por Estados Unidos (véase: Engstrom, 2016).
Asimismo, las estrategias de balanceo institucional, que son de particular
relevancia para las respuestas regionales a la crisis venezolana, impulsaron la
emergencia de un régimen alternativo para la defensa de la democracia anclado
en la Unasur, que compitió con el régimen interamericano original. La OEA
pasó de ser una institución reforzada o eje (reinforced o hub institution) (Betts,
2013; Cooper y Stubbs, 2017) entre organizaciones regionales cooperantes, con
un mandato superpuesto para defender la democracia, a ser una organización
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
8 Acharya (Traducción del autor de Acharya, 2011: 97) define el término como “[…] un proceso en el que
344 actores locales crean reglas con la perspectiva de preservar su autonomía frente al dominio, negligencia,
violación o abusos de actores centrales más poderosos”.
su propia versión de una carta democrática. Simbólicamente, el protocolo no hizo
referencias en su texto a la CDI, por lo que favorecía soluciones sudamericanas 345
a las crisis democráticas de esa zona del continente. El protocolo democrático
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
de la Unasur también ofrece menos protección que la CDI frente al retroceso
autoritario de los gobiernos electos en funciones, pero más contra las amenazas
de tipo golpista. Finalmente, bajo la influencia de experimentos radicales de
democracia directa y participativa en Venezuela, Bolivia y Ecuador, así como de la
oposición de Chávez a la CDI, el espíritu del apoyo de la Unasur a la democracia
enfatizó el respeto a la autodeterminación política entre los Estados miembros,
mucho más que el enfoque de la OEA hacia la democracia representativa.
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
En esta coyuntura, es difícil hablar de la existencia de la protección de la
democracia como un bien público, tanto a nivel regional como hemisférico. Las
Américas han transitado de una situación de competencia y conflicto entre los
regímenes inter y sudamericanos a una en la que los intentos de acción colectiva
en Venezuela, por medio de la OEA, han permanecido prácticamente estancados;
mientras que la Unasur dejó de existir. El consenso tradicional en los procesos
decisionales de la OEA se erosionó y ha sido reemplazado por votaciones divididas
ante los cursos de acción propuestos frente a la crisis venezolana. Durante la
primera mitad de 2017, el Gobierno venezolano obstaculizó los esfuerzos de
la OEA para atender el empeoramiento de la situación de la democracia y los
derechos humanos en el país, mientras intentaba, junto a sus aliados, transicionar
la discusión hacia la Celac, foro donde se esperaba un trato más favorable y en
el que Estados Unidos y Canadá podían ser excluidos. No obstante, la Celac
también sufriría de su propio impasse, pues siete países boicotearon la cumbre
especial para abordar el caso venezolano, organizada el 3 de mayo de 2017 en San
Salvador. Esta cantidad de ausencias bastó para impedir que se lograra el quorum
requerido para lograr una resolución.
En el marco de la actual conmoción del orden hemisférico, la crisis de
las instituciones formales ha estimulado la creación de acuerdos informales,
minilaterales y transatlánticos con el fin de presionar al gobierno de Maduro por
un cambio democrático (véase también Legler y Garelli-Ríos, 2018). Desde su
surgimiento en agosto de 2017, el Grupo de Lima –conformado por alrededor
de doce países de la OEA– ha utilizado declaraciones condenatorias, sanciones
selectivas y el aislamiento diplomático en un intento por ejercer influencia contra
el Gobierno venezolano para que altere su comportamiento antidemocrático y
entable negociaciones con la oposición, además de apoyar al gobierno interino
de Juan Guaidó. El problemático entorno institucional de las Américas ha
contribuido también a la reciente emergencia de una red transatlántica, el Grupo
Internacional de Contacto (GIC). Este grupo está compuesto por la Unión
Europea (UE), ocho miembros de la UE y cinco países latinoamericanos.9
Mientras que el Grupo de Lima ha sido un feroz crítico del gobierno de Maduro
9 Los miembros europeos del GIC son: Francia, Alemania, Italia, los Países Bajos, Portugal, España,
Suecia y el Reino Unido. Los miembros latinoamericanos son: Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Panamá y
Uruguay.
y se ha enfocado en formas negativas de ejercer presión, el GIC ha promovido
una solución política, pacífica, negociada y electoral a la crisis venezolana, que
ha incluido el apoyo de la mediación noruega (véase Smilde y Ramsey, 2019,
2020). Similar a un esquema de “policía malo-policía bueno” (good cop bad cop),
a mediados de 2019 el GIC y el Grupo de Lima empezaron a explorar formas
de cooperación y coordinación (European External Action Service, 2019). En
cualquier caso, dada la debilidad de las instituciones formales en las Américas,
estos dos grupos informales se convirtieron en los principales foros para desarrollar
respuestas colectivas a la situación en Venezuela.
La incursión de múltiples actores extraregionales en esta coyuntura
sugiere que ni el hemisferio occidental ni América del Sur sirven como filtros
efectivos para problemáticas regionales como la venezolana. En otras palabras,
la crisis de autoridad y la inercia institucional, evidentes en la conmoción del
orden, han significado que los actores hemisféricos y regionales, ya sea de forma
individual, como Estados Unidos, u organizaciones regionales, han perdido
gran parte de su capacidad para limitar la influencia y acciones de actores
extraregionales. Una clara implicación de esto ha sido la geopolitización global de
la crisis en Venezuela en los últimos años. Como efecto de esta tendencia, el caso
venezolano ha experimentado el ascenso de la “protección autocrática”: el apoyo
vital, simbólico y material para el régimen autoritario de Maduro proveniente
de países extracontinentales como China, Rusia, Irán y Turquía, lo cual le ha
permitido sobrevivir y contrarrestar los esfuerzos hemisféricos y regionales para
la protección de la democracia.10
Otra consecuencia ha sido la desregionalización de la gobernanza.
Cuando los órdenes regionales funcionan relativamente bien, su configuración
de autoridad privilegia la agencia de los actores regionales en la búsqueda de
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
348 sus aliados, impiden o neutralizan los esfuerzos regionales o internacionales para la protección de la
democracia.
continuado con la mediación noruega bajo el auspicio del GIC. Para bien o para
mal, China, Rusia y la UE se han convertido en partes interesadas (stakeholders), 349
junto con los países de las Américas, en lo que suceda con Venezuela y su gobierno.
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
CONCLUSIÓN
REFERENCIAS
ABBOTT, K.; GREEN, J.; y Keohane, R. (2016): “Organizational ecology
and institutional change in global governance”. En: International
Organization, 70(2). Pp. 247-277. doi:10.1017/S0020818315000338.
ABBOTT, K.; KEOHANE, R.; MORAVCSIK, A.; SLAUGHTER, A.; y
SNIDAL, D. (2000): “The concept of legalization”. En: International
Organization, 54(3). Pp. 401-419. doi:10.1162/002081800551271.
ACHARYA, A. (2011): “Norm subsidiarity and regional orders: sovereignty,
regionalism, and rule-making in the third world”. En: International
Studies Quarterly, 55(1). Pp. 95-123. doi.org/10.1111/j.1468-
2478.2010.00637.x.
________ (2018). Constructing global order: Agency and change in world politics.
Cambridge, UK: Cambridge University Press.
ALFARO PAREJA, F. (2018): “Mecanismos alternativos de diálogo y negociación
en el conflicto político de Venezuela (2002-2018)”. En: Pensamiento
Propio, 47. Pp. 37-67.
________ (2020): “Archipiélagos políticos bajo la tormenta en Venezuela:
coaliciones, actores y autocratización”. En: Revista Europea de Estudios
Latinoamericanos y del Caribe, (109). Pp. 21-40.
ALTMANN BORBÓN, J. (Ed.) (2019): América Latina frente a la reconfiguración
global. San José, CR: FLACSO Secretaría General.
AYALA CORAO, C., y NIKKEN BELLSHAW-HÓGG, P. (2006): Collective
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
350
BÖRZEL, T. A., y RISSE, T. (2016): “Three cheers for comparative regionalism”.
En: T.A. Börzel and T. Risse (Eds.), The Oxford handbook of comparative 351
regionalism. Pp. 621-649. Oxford, UK: Oxford University Press.
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
BRICEÑO-RUIZ, J., y MORALES, I. (Eds.) (2017): Post-hegemonic regionalism
in the Americas: toward a Pacific–Atlantic divide? London and New
York: Routledge.
BULL, B., y ROSALES, A. (2020): “Into the shadows: sanctions, rentierism,
and economic informalization in Venezuela”. En: European Review of
Latin American and Caribbean Studies, 109. Pp. 107-133.
BUXTON, J. (2018): “Venezuela: deeper into the abyss”. En: Revista de
Ciencia Política (Santiago), 38(2). Pp. 409-428. doi:/10.4067/s0718-
090x2018000200409.
CAMILLERI, M. (2018): “Evolution or revolution? U.S. policy on Venezuela
from Obama to Trump”. En: Pensamiento Propio, 47. Pp. 189-206.
CANNON, B., y BROWN, J. (2017): “Venezuela 2016: the year of living
dangerously”. En: Revista de Ciencia Política, 37(2). Pp. 613-633.
CHODOR, T. (2014). Neoliberal hegemony and the Pink Tide in Latin America:
Breaking up with TINA? New York and London: Palgrave Macmillan.
CHODOR, T., y MCCARTHY-JONES, A. (2013): “Post-liberal regionalism
in Latin America and the influence of Hugo Chávez”. En: Journal
of Iberian and Latin American Research, 19(2). Pp. 211-223.
doi: 10.1080/13260219.2013.853353.
CIENFUEGOS, M., y SANAHUJA, J. A. (Eds.) (2010): Una región en
construcción. UNASUR y la integración en América del Sur. Barcelona:
Fundación CIDOB.
CLOSA, C., y PALESTINI, S. (2015): “Between democratic protection and
self-defense: The case of UNASUR and Venezuela”. Florence: Robert
Schuman Centre for Advanced Studies EUI Working Paper RSCAS
2015/93.
________ (2018): “Tutelage and regime survival in regional organizations’
democracy protection: the case of MERCOSUR and
UNASUR”. En: World Politics, 70(3). Pp. 443-476. doi:10.1017/
S0043887118000035.
CLOSA MONTERO, C.; PALESTINI CÉSPEDES, S. y CASTILLO ORTIZ,
P. C. (2016): Regional organisations and mechanisms for democracy
protection in Latin America, the Caribbean, and the European Union.
Hamburg: EULAC Foundation.
CONGRESSIONAL RESEARCH SERVICE. (2019a): Overview of U.S.
sanctions. 16 October.
________ (2019b): Venezuela: background and U.S. relations. 7 November.
COOLEY, A. (2019): “Ordering Eurasia: the rise and decline of liberal
internationalism in the post-communist space”. En: Security Studies,
28(3). Pp. 1-26. doi:10.1080/09636412.2019.1604988.
COOPER, A., y LEGLER, T. (2006): Intervention without intervening? The OAS
defense and promotion of democracy in the Americas. New York: Palgrave
MacMillan.
COOPER, A. F., y STUBBS, R. (2017): “Contending regionalisms: hubs and
challengers in the Americas and the Asia-Pacific”. En: The Pacific
Review, 30(5). Pp. 615-632. doi: 10.1080/09512748.2017.1332083.
COOPER, A. (2020): “Weathering the coronavirus in Venezuela”. En: NACLA
Report on the Americas, 52:3. Pp. 241-245.
CORRALES, J., y FEINBERG, R. E. (1999) : “Regimes of cooperation in the
western hemisphere: power, interests, and intellectual traditions”. En:
International Studies Quarterly, 43(1). Pp. 1-36. doi:10.1111/0020-
8833.00109.
DOMINGUEZ, J. I. (Ed.) (2000): The future of inter-american relations. New
York and London: Routledge.
________ (2016): “The changes in the international system since 2000”. En:
J.I. Domínguez y R. Fernández de Castro (Eds.), Contemporary US-
Latin American relations. New York and London: Routledge. Pp. 1-29.
ENGSTROM, P. (2016): “The inter-american human rights system and U.S.-
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
¿cuán similares son las políticas de Estados Unidos y la Unión Europea
hacia Venezuela?” En: América Latina Hoy, 85. Pp. 31-53.
HAWKINS, D., y SHAW, C. (2007): “The OAS and legalizing norms
of democracy”. En: T. Legler, S.F. Lean, and D.S. Boniface
(Eds.): Promoting democracy in the Americas. Baltimore and London:
Johns Hopkins University Press. Pp. 21-39.
HE, K. (2008): Institutional balancing in the Asia Pacific: economic interdependence
and China’s rise. New York and London: Routledge.
________ (2018a). “Contested multilateralism 2.0 and regional order transition:
causes and implications” En: The Pacific Review, 32:2. Pp. 210-
220. DOI: 10.1080/09512748.2018.1465455.
________ (2018): “Role conceptions, order transition and institutional
balancing in the Asia-Pacific: a new theoretical framework”
En: Australian Journal of International Affairs, 72:2. Pp. 92-
109, DOI: 10.1080/10357718.2018.1437390.
HEINE, J., y WEIFFEN, B. (2015): 21st century democracy promotion in the
Americas: standing up for the polity. New York and London: Routledge.
IACHR (2017): Democratic institutions, the rule of law and human rights in
Venezuela: Country Report. Inter-American Commission on Human
Rights. 31 December.
IAJC. (2019): Declaration on the situation in the Bolivarian Republic of Venezuela.
Inter-American Juridical Committee, CJI/DEC. 01 (XCIV-O/19), 22
February.
IKENBERRY, G. J. (2011): Liberal Leviathan: the origins, crisis, and transformation
of the American world order. Princeton, NJ: Princeton University Press.
IKENBERRY, G. J., y NEXON, D. H. (2019): “Hegemony studies 3.0: the
dynamics of hegemonic orders”. En: Security Studies, 28(3). Pp. 395-
421. doi:10.1080/09636412.2019.1604981.
INSULZA, José Miguel (2007): La Carta Democrática Interamericana. Informe
del secretario general en cumplimiento de las resoluciones AG/RES. 2154
(XXXV-O/05) y AG/RES. 2251 (XXXVI-O/06). OEA/Ser.G CP/doc.
4184/07. Washington, DC: Organization of American States, April 4.
INTERNATIONAL CRISIS GROUP. (2019): A glimmer of light in Venezuela’s
gloom. Latin America Report No. 75, 15 July.
JONES, Charles A. (2007). American civilization. London: Institute for the
Study of the Americas.
________ (2013): “American civilization”. En: Human Figurations, 2(1).
LAKE, D. A. (2011): Hierarchy in international relations. Ithaca, NY: Cornell
University Press.
LEGLER, T. (2010): “Demise of the inter-American democracy promotion
regime?” En: G. Mace, A.F. Cooper, y T. Shaw (Eds.): Inter-American
cooperation at a crossroads New York and London: Palgrave Macmillan.
Pp. 111-130.
________ (2019): “Presentación: La crisis multidimensional de Venezuela”. En:
Foreign Affairs Latinoamérica, 19(2). Pp. 2-4.
________ (2020): “A story within a story: Venezuela’s crisis, regional actors,
and western hemispheric order upheaval”. En: European Review of
Latin American and Caribbean Studies, 109. Pp. 135-156.
LEGLER, T.; INSANALLY, R.; MARIANI, S., y SHAW, T. M. (2012): “The
democratic charter: the state of the debate”. En: Latin American
Policy, 3(1). Pp. 3-12. doi:10.1111/j.2041-7373.2012.00051.x.
LEGLER, T. ; SERBIN PONT, A. ; y GARELLI-RIOS, O. (Eds.) (2018):
“Special issue on Venezuela: la multidimensionalidad de una crisis
hemiférica”. En: Pensamiento Propio, 47. Pp. 9-232.
LEGLER, T.; y TIEKU, T. K. (2010): “What difference can a path make? Regional
democracy promotion regimes in the Americas and Africa”. En:
Democratization, 17(3). Pp. 465-491. doi:10.1080/13510341003700337.
LEVITT, B. (2006): “A desultory defense of democracy: OAS Resolution 1080
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
LONG, T. (2015): Latin America confronts the United States: asymmetry and
influence. Cambridge, UK: Cambridge University Press.
________ (2018): “Latin America and the liberal international order: an
agenda for research”. En: International Affairs, 94(6). Pp. 1371-1390.
doi:10.1093/ia/iiy188.
LÓPEZ MAYA, M. (2018): “El colapso de Venezuela: ¿Qué sigue?”.
354 En: Pensamiento Propio, 47. Pp. 13-35.
LOWENTHAL, A.F., y SMILDE. (2019): Venezuela: is there a way out of its
tragic impasse? Wilson Center Latin America Program, July. https:// 355
www.wilsoncenter.org/sites/default/files/lowenthal_and_smilde_
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
final_0.pdf
MACE, G., y THERIEN, J. P. (2007) : “Inter-American governance: a Sisyphean
endeavor”. En: G. Mace; J.P. Thérien; y P. Haslam (Eds.), Governing
the Americas. Assessing multilateral institutions. Boulder, CO: Lynne
Rienner. Pp. 45-67.
MACE, G., y MIGNEAULT, D. (2011): “Hemispheric regionalism in the
Americas”. En: T.M. Shaw; J.A. Grant; y S. Cornelissen (Eds.)
(2011). The ashgate research companion to regionalisms. Farnham, UK
and Burlington, VT: Ashgate. Pp. 159-174.
MARTÍNEZ MEUCCI, M.A. y ALFARO PAREJA, F. (2020): “Asimetría del
conflicto y mecanismos alternos de diálogo y negociación en Venezuela
(2002-2019)”. En: América Latina Hoy, 85, 2020. Pp. 9-29.
MORALES MARTINEZ, E. D., y PRETA OLIVEIRA de LYRA, M. (2018):
“The role of UNASUR in the South American democratic crises
(2008-2015)”. En: Carta Internacional, 13(1). doi.org/10.21530/
ci.v13n1.2018.729.
McCOY, J. L. (2006): “International response to democratic crisis in the
Americas, 1990–2005”. En: Democratization, 13(5). Pp. 756-775.
doi:10.1080/13510340601010644.
________ (2007): “Transnational response to democratic crisis in the
Americas, 1990-2005”. En: T. Legler; S.F. Lean; and D.S. Boniface
(Eds.): Promoting democracy in the Americas. Baltimore and London:
Johns Hopkins University Press. Pp. 270-90.
NOLTE, D. (2018): “Costs and benefits of overlapping regional organizations in
Latin America: the case of the OAS and UNASUR”. En: Latin American
Politics and Society, 60(1). Pp. 128-153. doi:10.1017/lap.2017.8.
MIJARES, V. M., y NOLTE, D. (2018): “Regionalismo poshegemónico en
crisis: ¿Por qué la UNASUR se desintegra?” En: Foreign Affairs
Latinoamérica, 18(3). Pp. 105-112.
OAS. (2018): Report of the general secretariat of the Organization of American
States and the panel of independent international experts on the possible
commission of crimes against humanity in Venezuela. Washington D.C.,
29 May.
OAS. (2019): The crisis in the Bolivarian Republic of Venezuela and its destabilizing
effects on the hemisphere. RC.30/RES. 2/19, thirtieth meeting of
consultation of ministers of foreign affairs of the Inter-American
Treaty of Reciprocal Assistance, Bogotá, 3 December.
PANTOULAS, D., y McCOY, J. (2019): “Venezuela: an unstable equilibrium”.
En: Revista de Ciencia Política, 39(2). Pp. 391-408.
PEVEHOUSE, J. C. (2005): Democracy from above: regional organizations and
democratization. Cambridge, UK: Cambridge University Press.
RIGGIROZZI, P., y TUSSIE, D. (Eds.) (2012): The rise of post-hegemonic
regionalism: the case of Latin America. Dordrecht: Springer.
RODRÍGUEZ, F. R. (2020). “La madre de todas las tormentas: Venezuela frente
a la crisis de la COVID-19”. Análisis Carolina, (17/2020), 13 April.
SANTA-CRUZ, A. (2005a): “Constitutional structures, sovereignty, and the
emergence of norms: The case of international election monitoring”. En:
International Organization, 59(3). Pp. 663-693. doi:10.1017/
S002081830505023X.
________ (2005b): International election monitoring, sovereignty, and the
western hemisphere: the emergence of an international norm. New York
and London: Routledge.
________ (2020): U.S. hegemony and the Americas: power and economic statecraft
in international relations. New York and London: Routledge.
SCARFI, J. P., y TILLMAN, A. R. (2016a): “Cooperation and hegemony in
US-Latin American relations: an introduction”. En: J.P. Scarfi y A.R.
Tillman (Eds.): Cooperation and hegemony in US-Latin American
relations: revisiting the western hemisphere idea. New York and London:
Palgrave Macmillan. Pp. 1-30.
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
conflict”. En: European Review of Latin American and Caribbean
Studies. 109. Pp.157-179.
UNHCHR. (2019): Human rights in the Bolivarian Republic of Venezuela: report
of the United Nations High Commissioner for Human Rights on the
situation of human rights in the Bolivarian Republic of Venezuela. A/
HRC/41/18, 5 July.
VAN der VLEUTEN, A., y HOFFMANN, A. R. (2010): “Explaining the
enforcement of democracy by regional organizations: Comparing
EU, Mercosur and SADC”. En: JCMS: Journal of Common Market
Studies, 48(3). Pp.737-758. doi:10.1111/j.1468-5965.2010.02071.x.
VAN KLAVEREN, A. (2017): Regionalism in Latin America. Navigating in
the fog. SECO/WTI Academic Cooperation Project Working Paper
Series, 25.
YAKOUCHYK, K. (2018): “Beyond autocracy promotion: A review”. En: Political
Studies Review, 17(2). Pp. 147–160. doi:/10.1177/1478929918774976.
WEIFFEN, B., y VILLA, R. D. (2017): “Re-thinking Latin American regional
security: the impact of power and politics”. En: M.A. Suarez; R.D.
Villa; y B. Weiffen, B. (Eds.). Power dynamics and regional security in
Latin America. New York and London: Palgrave Macmillan. Pp. 1-23.
WHITAKER, A. P. (1954): The western hemisphere idea: its rise and decline.
Ithaca, NY: Cornell University Press.
14
SANCIONES COMO INSTRUMENTOS DE
COERCIÓN: ¿CUÁN SIMILARES SON LAS
POLÍTICAS DE ESTADOS UNIDOS Y LA UNIÓN
EUROPEA HACIA VENEZUELA?
A A
S G
INTRODUCCIÓN
360
La comparación entre los dos casos de estudio está basada en un análisis
de documentos oficiales1 y literatura secundaria. Entre esta, existe un amplio 361
consenso sobre la escasa eficacia de las sanciones (McLean,Whang, 2014: 589;
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
Biersteker, Eckert, Tourinho, 2016), cuyo éxito en términos de objetivos y
resultados se calcula que oscila entre un tercio (Hufbauer, Schott, Elliott, 2009)
y menos de una cuarta parte (Biersteker, Eckert, Tourinho, 2016). Exploraremos
cuán similares son las políticas de EE.UU. y la UE hacia Venezuela en relación al
objetivo y los instrumentos (sanciones y otras medidas) y analizaremos por qué,
de momento, no han conseguido ninguna concesión democrática por parte del
gobierno de Maduro. Partiendo de la constatación de que, aunque las políticas
de sanciones son diferentes, ninguna de ellas se ha mostrado exitosa, trataremos
de inducir las razones de esa falta de progreso. Nuestra hipótesis es que se debe
tanto a la inconsistencia de las diferentes estrategias de los actores internos (Bull,
Rosales, 2020b), como a las contradicciones entre los actores externos, incluso si
se comparten objetivos. Partimos de la idea de que EE.UU. y la UE coinciden
en la necesidad de una transición democrática, pero no comparten el objetivo de
cambio de régimen, ni tampoco los instrumentos.
En las siguientes secciones analizaremos, primero, el marco teórico y
analítico comparativo; segundo, las políticas de EE.UU. y la UE hacia Venezuela;
tercero la comparación entre ambos. El estudio del caso se desarrollará conforme
a tres cuestiones claves:
1. En primer lugar, un análisis de los tipos y la legitimidad de las sanciones
de ambos para contrastar similitudes y diferencias y comparar el
proceso interno de adopción de estas medidas.
2. En segundo lugar, los objetivos y motivaciones internas y externas
detrás de las sanciones.
3. En tercer lugar, se investigará el contexto y la interacción con
otros instrumentos que ofrecen incentivos negativos o positivos
y valoraremos si las medidas adoptadas son consistentes con los
respectivos objetivos.
4. La finalidad de todo ello es analizar cuán similares o diferentes son
las políticas de EE.UU. y la UE hacia Venezuela y relacionarlo con las
1 Seleccionamos y analizamos los documentos oficiales de EE.UU. (Casa Blanca, Departamento de Es-
tado, OFAC, Congreso) y de la UE (Parlamento Europeo, Comisión Europea y alta representante de
Política Exterior, Consejo de la UE) que hacen referencia a las sanciones y/o la situación política en
Venezuela en el período entre 2006 (inicio de sanciones en EE.UU.) hasta 2019.
razones de la escasa eficacia de las sanciones conforme a la hipótesis
planteada.
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
último sería ilegítimo (Bossuyt, 2000).
La lógica de las sanciones ha evolucionado con el contexto internacional.
Durante la Guerra Fría prevalecieron las consideraciones de seguridad nacional
como parte de la polarización entre EE.UU. y la Unión Soviética. Las más
emblemáticas fueron los embargos impuestos por EE.UU. contra países
socialistas como Cuba y Vietnam. Por entonces, el debate académico se centró
en las cuestiones ideológicas y el impacto económico de las sanciones como
principal indicador de su éxito o fracaso (Drezner, 2011; Mastanduno, 2012;
Lektzian, Souva, 2011).
En la post Guerra Fría “se expandieron las sanciones” (Weiss, 1999:
500) al crearse nuevas normas y reglas globales en el seno de la Organización
de Naciones Unidas (ONU), y se multilateralizaron a través del Consejo de
Seguridad (contra Corea del Norte, Costa de Marfil, Haití, Irán o Libia, entre
otros). Desde una perspectiva de “superioridad moral” (Stouke, 2018) de defensa
de la democracia y los derechos humanos, EE.UU. y la UE se convirtieron en
sancionadores de aquellos países que no se ajustaron a las normas y principios
del orden liberal internacional impuesto por Occidente (Parmar, 2018). Según
su visión de la “paz liberal”, los Estados democráticos serían más pacíficos que
las autocracias, lo cual justificaría sancionar e incluso intervenir militarmente en
países no democráticos. En este contexto, EE.UU. aprobó sanciones secundarias
contra Cuba, Irán y Libia con efectos frente a terceros, presionando a estos con la
amenaza de cortar o limitar las relaciones (Moehr, 2018).
Se amplió la variedad de sanciones con las llamadas inteligentes o
selectivas que se unieron a las más clásicas como embargos o bloqueos. Las
sanciones selectivas “[…] están destinadas a centrar su impacto en los líderes,
las élites políticas y los segmentos de la sociedad que se consideran responsables
de comportamientos objetables, al tiempo que reducen el daño colateral a la
población general y a terceros países” (Hufbauer, Oegg, 2000). En cambio, los
embargos afectan al conjunto del país y por ello pueden tener efectos no deseados
sobre la población civil (Bossuyt, 2000). Regímenes no democráticos como
China y Rusia, cuestionan la validez de la “paz liberal” impuesta por EE.UU. o
la UE y la legitimidad de sancionar por razones políticas.
Hay que insertar las sanciones de EE.UU. y la UE hacia Venezuela en
el actual contexto de transición del orden liberal internacional. (Barbé, 2014)
A pesar de la proliferación de sanciones en la post Guerra Fría, la mayor
interdependencia entre Estados como consecuencia de la globalización limita su
impacto, creando nuevos espacios y socios como alternativa a EE.UU. o la UE.
Además, ambos incurren en contradicciones como las buenas relaciones de la UE
con el régimen autoritario de Cuba o los intentos de diálogo bilateral de Donald
Trump con Corea del Norte. Los cambios internacionales y las contradicciones
disminuyen la eficacia de las sanciones.
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
cualquier tipo de sanción o medida restrictiva, sea multilateral o unilateral
(Bossuyt, 2000). Sin embargo, en el ordenamiento internacional no existe una
institución que tenga el monopolio de la coacción, y los procesos de decisión
sobre la aplicación de sanciones están muchas veces influenciados por factores
políticos y no solo jurídicos. Un ejemplo es el de las votaciones en el Consejo de
Seguridad, único órgano que puede autorizar el uso de la fuerza armada, donde
los miembros permanentes hacen uso de su veto de forma discrecional (Torres,
2008).
En el caso venezolano, el Consejo de Seguridad no ha llegado a adoptar
medidas coercitivas porque en la reunión del 26 de enero de 2019, los países
miembros se polarizaron a favor de Guaidó (EE.UU., Alemania, Francia y el
Reino Unido) o Maduro (China, Rusia y otros). Por tanto, EE.UU. y la UE
aplican sanciones unilaterales contra Venezuela que no están amparadas por
el Consejo de Seguridad. El derecho internacional contempla el recurso de las
medidas de autotutela o contramedidas que se dividen en retorsión o represalias.
Las primeras son actos lícitos pero lesivos para el Estado que ha incumplido una
obligación jurídica con la finalidad de modificar su conducta. Las segundas son
actos en principio ilícitos, pero que se legitiman al ser respuestas a actos ilícitos
previos del Estado contra quien van dirigidas (Diez de Velasco y Escobar, 2013):
“Cada Estado aprecia subjetivamente su posición jurídica frente a otro Estado
y, cuando estima que un determinado ilícito internacional es atribuible a este
último, puede adoptar, en las condiciones regladas por el Derecho Internacional,
las contramedidas que considere adecuadas.” (Carrillo Salcedo, 2005: 55).
Otro aspecto conflictivo de las sanciones es la extraterritorialidad. Es
decir, los efectos de las sanciones que se aplican a un Estado frente a terceros, a
los que se impide tener relaciones con el sancionado o determinados agentes de
ese Estado. Estos efectos se aplican, no solo a los ciudadanos o empresas de ese
Estado, sino también a personas físicas y jurídicas de otro Estado. Los efectos
extraterritoriales son rechazados por la mayoría de la comunidad internacional,
incluida la UE (Geranmayeh y Lafont, 2019), que ha previsto aplicar medidas de
retorsión en caso de que sean utilizadas contra empresas europeas.
Las sanciones selectivas contra personas que han violado los derechos
humanos también son objeto de controversia. Dado que no son sanciones de
Estado a Estado, sino dirigidas a determinadas personas, se entra a la esfera de
los derechos individuales. El fundamento es la participación de esas personas
en violaciones graves de derechos humanos y supone la prohibición de entrada
en el país o la inmovilización de fondos y recursos económicos de su propiedad
o controlados por ellos y embargar sus activos o beneficios financieros. Siendo
sanciones contra individuos, se cuestiona en qué medida se vulneran los derechos
de defensa de esas personas físicas o jurídicas, un supuesto que ha sido estimado
en varios casos por la Jurisprudencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea
(Portela, 2018).
366
Cuadro 1:
Tipología de sanciones por grado de alcance y contenido 367
Selectivas (smart) Generales Extraterritoriales
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
Denegación de Congelar Relaciones Prohibir la entrada a
visados, prohibición Diplomáticas. individuos que hacen
de entrada, retirada No reconocimiento negocios con el país /
Diplomáticas de diplomáticos, diplomático. actor sancionado.
limitación
de relaciones
diplomáticas.
Orden de captura Interrumpir diálogo. Limitar relaciones
internacional. Declaraciones con países que
condenatorias. apoyan país/actor
Demandas judiciales Bloqueo de canales sancionado.
Políticas
individuales. de comunicación. Demandas judiciales
Suspensión en a terceros.
organismos
internacionales.
Congelar cuentas Embargo comercial, Limitar o prohibir
bancarias, embargo prohibición de comercio e
de bienes financieros inversiones o turismo, inversiones del país a
Económicas y económicos de suspender relaciones terceros.
determinados económicas. Sanciones
individuos. Exclusión de acceso económicas a
Multas a empresas. al crédito. terceros.
Fuente: elaboración propia a partir de Hill (2016: 156) y Biersteker, Eckert, Tourinho, 2016 (anexos).
fue posible alcanzar, en 2015, un acuerdo nuclear (McLean, Whang, 2014: 589).
Ante todos estos interrogantes y limitaciones, cabe preguntarse, ¿por
qué se siguen aprobando sanciones? No hay una única respuesta, pero a veces
los gobiernos recurren a sanciones para evitar un conflicto armado con un
determinado país y así resuelven el dilema moral frente a la alternativa del uso
de la fuerza (Weiss, 1999: 505/506). Asimismo, las sanciones imponen costes
políticos y económicos y sirven de advertencia a los sancionados (Hill, 2016:
368
155 sig.). Por otra parte, muchas veces las sanciones económicas “responden a
demandas internas” (McLean, Whang, 2014: 855) y la no actuación podría ser 369
interpretada como una debilidad por parte del electorado. También en el caso de
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
las sanciones de EE.UU. y la UE contra Venezuela habría que valorar la eficacia
de las sanciones en términos de satisfacer a votantes o lobbies internos.
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
cortar el acceso a créditos y prohibir la entrada de petróleo venezolano a EE.UU.,
son medidas equivalentes a un embargo financiero y petrolero (Rendon, Price,
2019: 2; Gratius, 2019; Rodríguez, 2019) con efectos extraterritoriales. El
endurecimiento de las sanciones de EE.UU. coincidió con el incremento de la
presión contra el régimen cubano y la activación del Título III de la Ley Helms-
Burton que, igual que las nuevas sanciones contra Venezuela, comporta efectos
extraterritoriales con consecuencias negativas para empresas de países terceros,
incluyendo las europeas.
Cuadro 2:
Sanciones de EE.UU. a Venezuela (2014-2019)
Tipo Selectivas Generales, sectoriales Secundarias
2014: Venezuela Defense
of Human Rights
and Civil Society Act
(Obama).
Leyes 2016: Venezuela Defense
of Human Rights and
Civil Society Extension
Act (Obama).
13850 (2019) sanciones a 13850 (2019) sanciones 13850 (2019) Sanciones a
PDVSA (Trump). contra oro y petróleo empresas exportadoras e
13857 (2019) ampliación (Trump). importadoras de Petróleo
lista de entidades 13808 (2017) prohibición (Trump).
(Trump). acceso a mercados 13884 (2019): Sanciones
13835 (2018) prohibición financieros a personas o empresas
compra de deuda, (Trump). que asistan al gobierno
transacciones financieras (Trump).
(Trump).
Decretos 13827 (2018) prohibición
(órdenes operaciones en moneda
ejecutivas) digital (Trump).
13692 (2015)
emergencia nacional:
sanciones selectivas
(congelación de bienes,
restricciones entrada)
contra miembros del
gobierno por violaciones
de derechos humanos
(Obama).
Fuente: Elaboración propia con información de la OFAC, la Casa Blanca y el Departamento de Estado de
EE.UU.
Objetivos y motivaciones: “America First” y cambio de régimen
Las primeras sanciones de EE.UU. a Venezuela estaban motivadas por
las relaciones bilaterales, primero por la falta de colaboración en la lucha contra
el terrorismo y luego por actividades de narcotráfico. Pero a partir de 2014, las
sanciones, inicialmente selectivas y después generales y extraterritoriales, declaran
responder al objetivo de promover la democracia y los derechos humanos y
la motivación de fondo es la de cambiar el régimen de Nicolás Maduro que
Donald Trump llama una “dictadura comunista”4. Además, existe un acuerdo
bipartidista de condena al gobierno de Maduro al cual la demócrata y presidenta
de la Cámara de Diputados, Nancy Pelosi, calificó, en 2019, de “régimen brutal”.
Las nuevas sanciones de agosto de 2019 se deben en parte a la presión
interna del lobby opositor venezolano en EE.UU., que para Trump está vinculado
en clave de votos anti chavistas y anti castristas en Florida para su objetivo de
ser reelegido en 2020. Pero también hay un cambio de táctica para tratar de
desbancar a Maduro. Además de pedir un cambio de régimen y una transición
democrática, un importante sector opositor demandó una intervención militar
para acabar con el gobierno de Maduro (Gratius, Puente, 2019). La fallida llamada
a la sublevación militar que lideró Guaidó el 30 de abril de 2019 evidenció
que Maduro mantenía el apoyo de la cúpula militar y EE.UU. descartó una
intervención armada con la que inicialmente había especulado. Posteriormente,
la ausencia de esta amenaza creíble redujo los “incentivos negativos”. El fiasco de
una incursión armada mercenaria denominada Operación Gedeón, en mayo de
2020, ha contribuido a fortalecer la posición de fuerza de Maduro a pesar de la
debilidad económica y financiera, y la crisis humanitaria.
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
EE.UU. permaneció ajeno a los intentos de mediación y negociación
internacional, priorizó encuentros bilaterales con Rusia y China y negoció con el
gobierno de Maduro en secreto en marzo de 2019, aunque fallidamente. Como
se señaló, en este mismo período, EE.UU. amagó con una intervención militar
(Hirst, Luján, Romero, Tokatlián, 2019: 7), aunque no contó con el apoyo
de la cúpula del ejército norteamericano, ni de los países vecinos o de la UE.
Finalmente, la estrategia fallida de intervención contribuyó a la destitución del
entonces consejero de seguridad nacional, John Bolton, que representaba la línea
dura más intervencionista. El gradual aumento del régimen de sanciones de
EE.UU. refleja el enfoque de las “ganancias materiales” en el sentido de ahogar al
régimen económicamente para forzarle a entregar el poder (cambio de régimen),
pero sin ofrecer incentivos negativos (evitar una intervención militar, muy
improbable) ni positivos (negociar y dialogar con el régimen). El plan para una
transición democrática en Venezuela5 que el Departamento de Estado presentó
el 31 de marzo de 2020, sí incluye algún tipo de incentivo para el gobierno
de Venezuela ofreciendo levantar sanciones a cambio de avances democráticos.
Pero la exigencia de una transición democrática liderada por la Asamblea
Nacional (dominada por la oposición) y de crear una Comisión de la Verdad y la
Reconciliación constituyen más bien un obstáculo para que renuncien al poder
aquellos que ahora lo detentan.
5 US State Department, Democratic Transition Framework for Venezuela, 31 de marzo de 2020: https://
www.state.gov/democratic-transition-framework-for-venezuela/
6 (https://www.sanctionsmap.eu/#/main).
7 página web de la Comisión Europea, consultada el 27 de octubre de 2019: https://ec.europa.eu/fpi/what-
we-do/sanctions_en).
En 2020 Venezuela fue el único país latinoamericano donde la UE
aplicó sanciones. Las medidas de coerción “blanda” de la Posición Común de
la UE sobre Cuba (1996-2016) terminaron, aunque potencialmente persiste
la condicionalidad democrática como amenaza de retirar ayuda o preferencias
comerciales (Portela, 2016). El trato diferente a Cuba y Venezuela marca una
importante divergencia con EE.UU., que aplica sanciones a los dos países. En
este trasfondo, las medidas restrictivas adoptadas por la UE en 2017 contra
Venezuela constituyen una novedad.
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
Venezuela, todas ellas incluyendo un llamado al diálogo, a una solución pacífica
del conflicto y a una salida electoral. El 18 de julio de 2016, el Consejo apoyó
la mediación de tres expresidentes8 y el 13 de noviembre de 2017 aprobó un
embargo de armas y sanciones selectivas (congelación de bienes, restricciones
financieras y de visados) que fueron renovadas en noviembre de 2018 y ampliadas
el 11 de noviembre de 20199.
A diferencia de EE.UU., la UE no exige un cambio de régimen y la
dimisión de Maduro, sino un proceso de negociación y salida pacífica entre
Gobierno y oposición para convocar elecciones libres y democráticas. No
obstante, la simultaneidad entre medidas de coerción, intentos de mediación
y el reconocimiento de Guaidó han creado contradicciones que reflejan la
fragmentación de la UE y socavan la eficacia y legitimidad de las sanciones
selectivas.
el recurso al uso de la fuerza, que precisa del acuerdo del Consejo de Seguridad,
o estar amparadas por el supuesto de legítima defensa (ausente en el caso de
Venezuela). El cambio de régimen o una transición democrática no pueden ser
una causa de las sanciones, aunque puede ir implícito en el cese de la ilicitud de
la violación de derechos humanos por un régimen autoritario. Medidas como el
embargo total o parcial de armas y otras restricciones económicas estarían en la
376 línea de sancionar violaciones de derechos humanos, pero hay que calibrar en qué
medida cumplen con la proporcionalidad cuando perjudican a la población más
vulnerable (Bossuyt, 2000). 377
Como señala el cuadro 3, EE.UU. y la UE coinciden en las restricciones
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
selectivas contra miembros del gobierno venezolano, pero no en el alcance de
estas medidas, ya que EE.UU. sanciona cinco veces más individuos que la UE.
Asimismo, a diferencia de la UE, EE.UU. ha impuesto sanciones generales y
extraterritoriales.
Cuadro 3:
Las sanciones de EE.UU. y de la UE, 2019
Selectivas (smart) Generales Extraterritoriales
Contra 132 Embargo financiero Sanciones a países/
individuos y comercial (sector entidades que
(restricciones petróleo, oro). colaboran con el
EE.UU. financieras, de viaje Reconocimiento de gobierno venezolano.
y congelación de Guaidó y ruptura
bienes). diplomática con
Maduro.
Contra 25 individuos Reconocimiento de No se ha recurrido al
(restricciones Guaidó (25 EM), Estatuto de Bloqueo
financieras, de viaje ruptura relaciones (para evitar medidas
UE y congelación de diplomáticas con extraterritoriales).
bienes), embargo de Maduro.
armas.
11 https://www.state.gov/democratic-transition-framework-for-venezuela/
la seguridad) para justificar las sanciones. Tal y como demuestra la larga oposición
de países latinoamericanos y europeos al embargo de EE.UU. contra Cuba, las
sanciones extraterritoriales de EE.UU. no son consideradas una medida legítima.
La UE representa para la región una referencia de integración, multilateralismo,
gobernanza global, y derecho internacional, y sus sanciones selectivas unilaterales
tienden a despertar menos resistencias que las de Washington.
No obstante, el hecho de que la mayoría de países de la UE se alineara
con EE.UU. en el reconocimiento de la presidencia de Guaidó, rompió con la
tradicional cautela de la UE de no ser parte del juego interno de terceros países.
Por su parte, el apoyo de la UE al plan de transición diseñado en Washington,
contrasta con el rechazo de una propuesta similar para un cambio de régimen
en Cuba en el año 2005. Finalmente, existe una clara paradoja entre la política
de la UE hacia Cuba (compromiso) y Venezuela (sanciones), aunque ambos
son considerados regímenes autoritarios y eso contrasta con las sanciones
norteamericanas a ambos.
de la UE”.
La UE y EE.UU. también comparten contradicciones: mientras la UE
aprueba sanciones contra Venezuela, firma un acuerdo con Cuba; y EE.UU.
Radiografía de un colapso
aplica sanciones a Venezuela y, sin embargo, se alía con Arabia Saudí y se acerca a
Corea del Norte. Como destaca la literatura sobre sanciones (apartado sobre “Las
sanciones en el debate sobre política exterior”), cuestiones ideológicas (mayorías
conservadoras en el PE y en el Gobierno y Senado de EE.UU.), y dinámicas
internas (presión del lobby de derechos humanos o anti-chavista) parecen más
378 12 Consejo de la UE, Declaración del alto representante en nombre de la UE sobre Venezuela, Bruselas, 3
de abril de 2020.
relevantes que los objetivos declarados de política exterior. Al aplicar diferentes
políticas a países con regímenes que violan los derechos humanos se contradicen y 379
difícilmente pueden ampararse en una posición de “superioridad moral” (Stouke,
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
2018) para justificar las medidas de coerción.
13 Enunciada en 1930 por el secretario de relaciones de México, Genaro Estrada, en la que se manifestaba
en contra de que los países se pronuncien sobre si un gobierno extranjero es legítimo o ilegítimo al con-
siderarlo una injerencia.
14 Formulada en 1907 por el ministro de Exteriores de Ecuador, Carlos Tobar, según la cual no se debían
reconocer gobiernos surgidos de cambios violentos.
a dos corrientes enraizadas en la práctica latinoamericana, sin embargo, la
segunda despierta mayores reticencias. Al tomar partido por uno de los dos
actores enfrentados, tanto EE.UU. como la UE se descalifican como mediadores
neutrales. Lo mismo ocurrió con la ayuda humanitaria que se diseñó para ser
administrada por Guaidó y la oposición en una situación poco factible, lo cual
fue considerado un acto hostil por parte de Maduro.
Por otro lado, mientras que la UE apoya iniciativas multilaterales como el
GIC, EE.UU. ha priorizado la acción bilateral con terceros Estados como Rusia o
China y los países vecinos como Chile o Colombia. A diferencia de Cuba, donde
ambos se sitúan en lados opuestos, en el caso venezolano, EE.UU. y la UE tienen
algunas convergencias, pero, sus políticas son poco coordinadas y ofrecen escasos
incentivos para una transición democrática.
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
multilaterales.
Respecto a los condicionantes internos, las sanciones no lograron su
objetivo de promover la democracia y los derechos humanos a pesar de existir
un gran grupo de actores internos que ejercen presión democrática, liderados
por Juan Guaidó. Eso se percibe en la literatura (apartado “Sanciones como
instrumento jurídico y de política exterior”) como una condición para el éxito
de sanciones, pero se subestimó el importante factor militar que fue clave al
mantenerse leal a Maduro y desactivó la intervención militar como alternativa.
Tampoco han funcionado las sanciones individuales y selectivas impuestas por la
UE, ya que, al afectar a militares y civiles, ambos se han mantenido unidos, sin
fisuras importantes (Puerta Riera, 2019). Por el contrario, las sanciones selectivas
contribuyeron a fortalecer al sector duro del régimen. Como afirman Hirst,
Luján, Romero y Tokatlián (2019: 7): “Si, por un lado, se generan dinámicas de
presión, castigo y estrangulamiento, por otro, ganan fuerza las respuestas basadas
en el esfuerzo de resistencia, la resiliencia y la ampliación o profundización de las
redes de apoyo internacional”.
Del lado de los efectos no deseados, un estudio económico (Rodríguez,
2019: 51) calcula que las sanciones financieras de EE.UU. desde 2017 causaron
pérdidas anuales de 16 mil 900 millones de dólares, un valor similar al PIB
de Jamaica. Por otra parte, Bull y Rosales (2020: 12) constatan que “[…] el
régimen de sanciones también ha conducido a una creciente ‘de-formalización’
y criminalización parcial de la economía, en parte con lazos hacia bancos y
compañías rusas”15.
Respecto a los costes humanos no hay consenso. Un estudio señala que
las sanciones de EE.UU. agravaron la emergencia humanitaria y alegan que entre
2017-2018 murieron 40 mil venezolanos como consecuencia indirecta de las san-
ciones que califican de “castigo colectivo” (Weisbrot, Sachs, 2019: 1). No obstan-
te, varios autores (Hausmann, Muci, 2019; Bahar, Bustos, Morales, Santos, 2019;
Bull, Rosales, 2019b) cuestionan la metodología de Weisbrot y Sachs y niegan
que las sanciones sean responsables de la crisis, aludiendo a otros factores como
la caída de importaciones de alimentos y medicinas, la pérdida de productividad
15 Cita original en inglés: “[…] the sanctions-regime has also led to an increasing deformalization and
partly criminalization of the economy conducted in part with ties to Russian banks and firms”.
de PDVSA o la bajada de los precios del petróleo. En todo caso, la crisis huma-
nitaria en Venezuela precede a las sanciones y, según una encuesta de noviembre
de 2019 (Consultores 21, 2019), solo un 12 % de los venezolanos responsabilizan
a las sanciones de EE.UU. de la crisis económica en el país, pero un 65 % opina
que las sanciones empeoran su nivel de vida (Rendon, Price, 2019: 4).
Las paradojas internas señaladas, la limitada eficacia de sanciones
unilaterales que no ofrecen incentivos positivos o negativos, la escasa coordinación
entre EE.UU. y la UE a pesar de coincidir en objetivos e instrumentos, la falta
de una alianza internacional y la existencia de poderosos aliados externos
neutralizaron los efectos buscados mediante las sanciones. Por otra parte,
nuestra hipótesis de que las políticas son diferentes, se sostiene solo en parte,
ya que coinciden en los objetivos y también en parte de los instrumentos. En
ambos casos faltó combinar sanciones con incentivos en la vía diplomática, lo
cual requiere negociar con el gobierno de Maduro con el que EE.UU. y la UE
cortaron relaciones. Por tanto, las sanciones parecen obedecer más a presiones
internas que a criterios de efectividad. De este modo, a través de las sanciones ni
EE.UU. ni la UE han podido jugar un papel constructivo para encontrar una
salida pacífica a la crisis venezolana.
Nota: Este capítulo ha sido publicado en el número 85 (2020) de la revista América Latina Hoy (https://
revistas.usal.es/index.php/1130-2887/issue/view/FIRSTVIEW que ha permitido su reproducción en
este libro.
REFERENCIAS
AYUSO, A., y GRATIUS, S. (2019): “¿Qué salida tiene el laberinto venezolano?”
En: Opinión, 565. CIDOB.
________ (2016): “Votos y balas. ¿Cómo responder a la transición al autorita-
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
382
BERNAL-MEZA, R. (2017): “Las ideas en el pensamiento de política exterior
de Venezuela bajo la revolución bolivariana. Continuidades y rupturas: 383
1990-2016”. En: Izquierdas, 32, 235-262.
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
BESSLER, M.; GARFIELD, R.; y McHUGH, G. (2004): Sanctions assessment
handbook: assessing the humanitarian implications of sanctions. United
Nations Inter-Agency Standing Committee. United Nations Office for
the Coordination of Humanitarian Affairs, OCHA and the Policy
Development Studies Branch.
BIERSTEKER, T.; ECKERT, S. E.; y TOURINHO, M. (Eds.) (2016):
Targeted sanctions: the impacts and effectiveness of United Nations action.
Cambridge: University Press.
BIERSTEKER, T., ECKERT, S. E., TOURINHO, M. y HUDÁKOVÁ, Z.
(2013): The effectiveness of United Nations targeted sanctions: findings
from the targeted sanctions consortium (TSC). Graduate Institute.
BOSSUYT, M. (2000, 21 de junio): The adverse consequences of economic sanctions.
Economic and Social Council E/CN.4/Sub.2/2000/33. https://www.
globalpolicy.org/global-taxes/42501-the-adverse-consequences-of-
economic-sanctions.html.
BULL, B.; y ROSALES, A. (2020b): “Nuevo escenario global: COVID-19 y
perspectivas para una salida negociada en Venezuela”. En: Análisis
Carolina, 31, Fundación Carolina.
________ (2020a): “The crisis in Venezuela: drivers, transitions and pathways”.
En: European Review of Latin American and Caribbean Studies
(ERLACS), 109, 1-20.
CAMERON, I. (Ed.) (2013): EU sanctions: law and policy issues concerning
restrictive measures. Intersentia.
CAMAGUE, S.; GÓMEZ, C.; y MATELLY, S. (2017): “Performance des
sanctions internationales”. En: Institute des Relations Internationales et
Stratégiques.
CARRILLO SALCEDO, J.A. (2005): Permanencia y cambios en derecho
internacional. Real Academia de Ciencias Morales y Políticas.
COLMENARES, A. (2018): “Las relaciones de Venezuela con Estados Unidos
en la era de Trump”. En: Foreign Affairs Latinoamérica, 18 (1), 17-24.
CONSULTORES 21. (2019): Perfil 21: Servicio de Análisis de Entorno,158 (3er
Trimestre).
DÍEZ DE VELASCO, M., y ESCOBAR, C. (2013, 18 edición): Instituciones de
Derecho Internacional Público. Tecnor.
DREYER, I., y LUENGO-CABRERA, J. (2015): “On target? EU sanctions as
a security policy tool”. En: Issue Report, 22. EUISS (EU Institute for
Security Studies).
DREZNER, D. W. (2011): “Sanctions sometimes smart: targeted sanctions in
theory and practice”. En: International Studies Review, 13, 96-108.
GERANMAYEH, E., y LAFONT, M. (2019): Meeting the challenge of secondary
sanctions. European Council for International Relations. https://www.
ecfr.eu/page/-/4_Meeting_the_challenge_of_secondary_sanctions.
pdf
GIUMELLI, F. (2011): Coercing, constraining and signalling: explaining UN and
EU sanctions after the Cold War. ECPR Press.
GRATIUS, S. (2019, 8 de agosto): “De sanciones inteligentes a embargo”.
En: El País. https://elpais.com/internacional/2019/08/08/
actualidad/1565286905_125870.html
GRATIUS, S., y PUENTE, J.M. (2019): “Las claves de la crisis venezolana”. En:
Foreign Affairs Latinoamérica, 19(2), 5-15.
GRATIUS, S., y RODRÍGUEZ, E. (2020): “Entre seguridad humana y estatal:
¿Ofrece la UE una respuesta coherente a los desafíos de seguridad en
Centroamérica, Colombia y Venezuela?” En: Colombia Internacional,
100 (en proceso de revisión).
HAUSMAN, R., y MUCI, F. (2019, 1 de mayo): Don’t blame Washington
for Venezuela’s oil woes: a rebuttal, Americas Quarterly. https://www.
americasquarterly.org/article/dont-blame-washington-for-venezuelas-
oil-woes-a-rebuttal/
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
Van LAAKE, M. (2018): European Union sanctions policy: a display of forms or
interests? Faculty of Social and Behavioural Science. Leiden University.
LETKZIAN, D., y SOUVA, A. (2007): “An institutional theory of sanctions
onset and success”. En: Journal of Conflict Resolution, 51(6), 848-878.
MASTANDUNO, M. (2012): “Economic Statecraft” (chapter 11). En: S. Smith,
A. Hadfield, y T. Dunne (Eds.), Foreign policy, theory, actors, cases (pp.
204-223). Oxford University Press.
McLEAN, E., y WHANG, T. (2014): “Designing foreign policy: Voters, special
interest groups, and economic sanctions”. En: Journal of Peace Research,
51(5), 589-602.
MOEHR, O. (2018, 6 de febrero): Secondary sanctions: a first glance.
EconoGraphics. Atlantic Council. https://www.atlanticcouncil.org/
blogs/econographics/ole-moehr-3/
MORET, E. (2015): “Humanitarian impacts of economic sanctions on Iran and
Syria”. En: European Security, 24(1), 120-140.
NYE, Joseph (2004): Soft power: the means to success in world politics. Cambridge:
Public Affairs.
PARLAMENTO EUROPEO (PE): Resolución del Parlamento Europeo sobre la
situación en Venezuela, 31 de enero de 2019 (2019/2543 (RSP).
PARMAR, Inderjeet (2018): “The US-led liberal order: imperialism by another
name. En: International Affairs, 2018, Vol. 94(1): 151-172.
PORTELA, Clara (2019): Sanctioning kleptocrats. An assessment of EU
misappropriation sanctions. Berlin: CIFAR.
________ (2018): Targeted sanctions against individuals on grounds of grave hu-
man rights violations – impact, trends and prospects at EU level. EP/EX-
PO/B/COMMITTEE/FWC/2013-08/Lot08/17 Policy Department,
Directorate-General for External Policies. European Parliament. ht-
tps://www.europarl.europa.eu/RegData/etudes/STUD/2018/603869/
EXPO_STU(2018)603869_EN.pdf
________ (2016): “Are european sanctions targeted?” En: Cambridge Review of
International Affairs, 2016, Vol. 29(3): 912-929.
________ (2014): “The EU’s use of ‘targeted sanctions’: evaluating effectiveness”.
En: CEPS Working Paper 391, Brussels: Center for European Policy
Studies (CEPS).
________ (2012): “European Union sanctions as a foreign policy tool: do
they work?” En: Sven Bernhard GAREIS; Gunter HAUSER; Frans
KERNIC. (eds.), Europe as a global actor. Leverkusen: Budrich.
PASTOR RIDRUEJO, José Antonio (2015): “Curso de derecho internacional
público y organizaciones internacionales”. Madrid: Tecnos (19ª edi-
ción).
PENFOLD, Michael (2017): “Could sanctions against Venezuela backfire?”. En:
Insight and Analysis, 2017, Washington DC: Wilson Center (https://
www.wilsoncenter.org/article/could-economic-sanctions-against-
venezuela-backfire
PUERTA RIERA, María Isabel (2019, 17 de noviembre): “Lealtad o conveniencia:
el matrimonio forzado entre Maduro y los militares en Venezuela”. En:
Agenda Pública, Madrid.
RENDON, Moises; PRICE, Max (2019): Are Sanctions Working in Venezuela?
CSIS Briefs. Washington DC: Center for Strategic & International
Studies (CSIS).
RODRÍGUEZ, Francisco (2019): “Sanctions and the Venezuelan economy: what
the data say”. En: LATAM Economic Viewpoint, Torino Economics,
2019, New York (https://torinocap.com/wp-content/uploads/2019/06/
Sanctions-and-Vzlan-Economy-June-2019.pdf
ROMERO, Carlos A. (2006): Las relaciones de seguridad entre Venezuela y Estados
Unidos: entre la diplomacia y el conflicto. Caracas: ILDIS-FES.
SMILDE, David; RAMSEY, Geoff (2019): “El difícil camino hacia adelante:
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
CAPÍTULO IV
Actores regionales e internacionales
________ (2013): “Sanctions and democratization in the post-Cold War Era”.
En: GIGA Working Paper , 2013, 212.
WALKER, Justine (2016): Study on humanitarian impact of Syria-related
unilateral coercive measures. UNESCWA, Beirut.
WEISBROT, Marc; SACHS, Jeffrey (2019): Economic sanctions as collective
punishment: the case of Venezuela. Washington DC: Center for
Economic and Policy Research (CEPR).
•
EPÍLOGO
W H
390
Las actuales crisis políticas y económicas en América Latina y, no menos
importante, la pandemia causada por el coronavirus, encubren la mirada hacia 391
un país que merece una mayor atención internacional no solo por la dimensión de
EPÍLOGO
Wilhelm Hofmeister
sus problemas económicos, sociales y políticos, sino también por lo que significó
su importante contribución a la defensa de los demócratas y la democracia liberal
en América Latina cuando estos se vieron amenazados en otros lugares. Este libro
proporciona una visión esclarecedora.
¡Miremos al país que se encuentra, ahora, en una encrucijada!
Diciembre de 2020
•
LISTA DE AUTORES
Luis Pedro España N. Sociólogo (1987). Ms. Ciencias Políticas (1991). Profesor-
investigador del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES)
de la Universidad Católica Andrés Bello (desde 1988). Director de IIES
VENEZUELA EN LA ENCRUCIJADA
AUTORES
polarizadas.
AUTORES
Carolina Pagliacci. Economista de la Universidad Católica Andrés Bello y
doctora en economía de Texas A&M University. Se ha desempeñado como
investigadora, primero en el Banco Central de Venezuela y actualmente
en el IESA, donde también es profesora. Su investigación se ha centrado
en entender los ciclos económicos, y su relación con el ámbito monetario
y financiero, en Venezuela y Latinoamérica. Su trabajo ha sido publicado
en diversas revistas especializadas y ha colaborado con instituciones
internacionales como el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos
y el Banco Interamericano de Desarrollo.
José Manuel Puente. Profesor titular del Centro de Políticas Públicas del IESA.
Profesor visitante Universidad de Salamanca. 2014-2019 y de la Universidad
Autónoma de Madrid, 2018. Profesor visitante de la Blavatnik School of
Government de la Universidad de Oxford. 2013-2016. Miembro senior
del St. Antony’s College de la Universidad de Oxford, 2013-2016. Es
economista de la Universidad Central de Venezuela (1994) con maestrías
en Administración Pública y Políticas Públicas en The London School of
Economics (1997) y en Políticas Públicas de la Universidad de Oxford
(1998). Ph.D en Economía Política (2005) de la Universidad de Oxford.
Elegido para su incorporación como Individuo de Número de la Academia
Nacional de Ciencias Económicas.
398
Claudina Villaroel. Profesora de la universidad Central de Venezuela (UCV)
en la Escuela de Economía en dónde ejerció como jefe de la Cátedra de 399
Economía Política. Es investigadora en temas de economía de la regulación
AUTORES
en el sector energético, y de las finanzas públicas. Es economista egresada
de la UCV, con una maestría de la Universidad de Colorado Boulder en
donde también realizó estudios doctorales. Es candidata a Doctora del
Cendes, Caracas.
Este ejemplar
se terminó de editar en
Caracas en enero del año 2021.
Para su diseño se utilizó la tipografía
Adobe Garamon Pro a 11 ptos.
Ha sido impreso sobre papel Saima White.
Se realizaron 500 ejemplares,
encuadernados en los talleres de
GRÁFICAS LAUKI, C.A.