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ARGUMENTO

Un día llego al pueblo Bayardo San Román un chico atractivo y simpático. Tan
atractivo que Magdalena Oliver dijo “Y era una lástima, porque estaba como para
embadurnarlo de mantequilla y comérselo vivo”. Al comienzo nadie sabía quién era y
para que había venido al pueblo. Pero algunos decían que “Andaba de pueblo en
pueblo buscando con quien casarse”.
La madre del narrador escribía que Santiago Nasar era un hombre con muchas
habilidades sabía de medicina, telegrafía, cómo construir ferrocarriles, fiestero, gran
nadador y además parecía “Parece que también está nadando en oro”. La madre
creyó que San Román era una buena personas, sin embargo, al mirar sus ojos vio al
diferente “…-se me pareció al diablo” dijo asustada.
El narrador lo conoció por las épocas navideñas y dijo “…me pareció un hombre triste”,
ya por entonces había formalizado su relación con Ángela. La vio pasar por la plaza al
despertar de una siesta en su mecedor, pregunto por su nombre y luego dijo “…-
cuando despierte- dijo-, recuérdeme que me voy a casar con ella” y volvió a dormirse.
Se vieron por primera vez en las fiestas patrias, en la verbena de caridad donde ella
estuvo encargada de cantar las rifas. Él quería comprar el atractivo mayor pero “Ella le
contestó que no estabas para la venta sino para rifar”, y el “…sólo por impresionarla,
había comprado todos los números de la rifa”. Cuando Ángela volvió a su casa se
encontró con el premio de la rifa envuelto en papel en forma de regalo, sus hermanos
al enterarse fueron devolver el regalo pero volvieron la siguiente mañana turbios de la
borrachera “… y llevando además a Bayardo San Román para seguir la parranda en la
casa.”
Ángela era la menor de la familia, su mamá era muy exigente en la crianza de sus
hijas, decía “Cualquier hombre será feliz con ellas porque han sido criadas para sufrir”,
Pura Vicario dijo que le daría la mano de su hija si el acreditaba su identidad, por aquel
entonces ya se habían esparcido rumores sobre él. Pero un día su familia llego al
pueblo su mama Alberta Simonds, sus 2 hermanas, “Pero la carta grande era el padre:
el general Petronio San Román”
Al final Pura Vicario acepto pero Ángela decía que no lo amaba y su mama le
respondió rotundamente “También el amor se aprende”. Bayardo le pregunto a Ángela
cual era la casa que más le gustaba y ella dijo que era la quinta del viudo Xius, así que
Bayardo fue a convencer a el viudo para que se la vendiera, pero él se negaba por
motivos personales, sin embargo Bayardo seguía insistiendo hasta que el viudo se
disculpó diciendo “… pero ustedes los jóvenes no entienden los motivos del corazón”.
Bayardo con poco interés sobre el valor sentimental puso una cifra escandalosa sobre
la mesa y entre lágrimas El viudo acepto vender la casa.
Nadie sabía que Ángela no era virgen, nunca salía sola, ella dijo “Lo único que le
rogaba a Dios es que me diera valor para matarme…”. Decidió confesárselo a su
mama además le habían hecho creer que la virginidad a veces se perdía por
accidentes de la infancia y también de que los en la noche de bodas no podían hacer
nada sin las mujeres, “Lo único que creen es lo que vean en la sábana”.
Bayardo quería hacer de su boda un evento enorme y memorable, su papa había
traído tantos regalos que “… fue preciso restaurar el local olvidado de la primera planta
eléctrica para exhibir los más admirables…”. Lo que no sabía era que Poncio Vicario
quería que se casen en su casa, decía “…nuestras hijas se casan en nuestro chiquero
o no se casan.” Pero al final llegaron a un acuerdo.

Ángela se vistió con el miedo de que Bayardo la deje plantada y su mamá aprecio, dijo
“En aquel tiempo – me explicó Dios entendía esa cosa”. Nunca nadie se imaginó que
Ángela haya tenido algo con Santiago Nasar “… y nadie podía creer que tuviéramos
un secreto sin compartir, y menos un secreto tan grande.”
Santiago Nasar era un hombre de fiestas por eso decidió calcular los costos de la
boda y se percató de un arreglo floral en la iglesia y le dijo al narrador que las flores
tienen una relación con la muerte y también dijo “No quiero flores en mi entierro”.
Luego hablo con Bayardo acerca de los costes y cuanto había calculado, pero
Bayardo le dijo que va ser el doble de lo calculado “… 45 minutos antes de morir,
comprobó que el pronóstico de Bayardo San Román había sido exacto.”
Luego de todo el matrimonio y la parranda alguien toco la puerta de los vicario a las 3
de la madrugada. Resulto ser Bayardo que vino a devolver a Ángela porque se dio
cuenta de que no era virgen, la empujo dentro de la casa y antes de irse le dijo a la
mamá “-Gracias por todo, madre- le dijo-. Usted es una santa.”. La mamá furiosa le
pego a Ángela que estaba llorando por lo sucedido, luego de rato llegaron los
hermanos y le dijeron a Ángela “-Anda, niña- le dijo temblando de rabia - : dinos quién
fue.”. Ella les dijo el nombre de Santiago.

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