Examen María Zambrano

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Examen Parcial “La razón poética: María Zambrano y su búsqueda del

sentir como lugar originario de la filosofía y la poesía”


Semestre 01-2018

Nombre: Juan David Díaz Paniagua.

Indicaciones: Lea con atención cada uno de los ítem y responda lo que se
pide cuidando su redacción. El examen debe ser enviado a mi correo
electrónico a más tardar el domingo 25 de marzo.

1. “Desde la decadencia, agonía de los Austrias, empalmada con la agonía de


los Borbones, hasta el ‘Vivan las caenas’ y ‘España está sin pulso’, han
pasado siglos y desastres reiterados, que el pueblo ha ido soportando sobre
su inquebrantable voluntad de vivir. Son las clases socialmente dominantes
las que se van quedando sin voluntad y sin pensamiento; son ellas las que
no saben qué hacer ni qué pensar. Es esa figura melancólica del hidalgo que
pasea por todas las alamedas de Castilla, esa tristeza y abandono que
invade a los castillos y a los palacios, mientras el pueblo sigue poblando, allá
lejos, todo un continente. No hay Estado; no hay pensamiento. Ninguna de
esas cosas tienen sentido sin una voluntad, sin una voluntad concreta y
definida de vivir y de hacer”. Explique en qué consiste la reforma del
entendimiento buscada por la escuela de Madrid, y con ella María
Zambrano, y cómo se relaciona con las meditaciones del Quijote de
Ortega. (40%)

España se siente encapsulada, y por ello un fantasma recorre España, el


fantasma del pasado, ese pasado que continua en las mentes de su pueblo, un
pasado que se evidenció en Cervantes y que fue olvidado por el pueblo
español, olvidado por la naturalización del dogma, por el matrimonio del Estado
y la Fe cristiana y por esa concepción estática del tiempo y de la historia ¿Qué
produjo este estado de cosas? ¿Dónde ha estado entonces ese pasado?

“Este fondo del pasado ha estado tras la vida española presionándola con más
angustia que ninguna otra” nos dice María Zambrano en su Reforma del
entendimiento español, pero ¿Por qué solo la vida española? ¿Por qué este
fantasma del pasado no ronda toda Europa? Quizás porque España, a
diferencia del
Mundo occidental ha carecido de conceptos los cuales tranquilizan al hombre y
le permiten tener un asidero en la vida, pero ¿Por qué España ha carecido de
conceptos? O acaso ¿ha existido un modo peculiar de manifestación del
español? 1

1
Porque Occidente ha desdeñado a España precisamente por esta poca competencia en
ideas, por esta infructuosidad.
Aunque desdeñada por esta pobreza conceptual España se puede jactar de ser
la salvadora de la cultura Europea, que ha entrado en crisis para la época de
Zambrano, y es salvadora por encima de las producciones europeas y
participando de otro modo (vinculada de manera diferente con la cultura
Occidental, bajo otro modo de expresión) España le muestra ahora el camino a
la salvación de su situación crítica, en la está a punto de destruir todo lo que ha
construido, destructora bajo su misma razón calculadora, bajo su incapacidad
para vivir con el otro, le muestra el camino bajo otra forma de relacionarse, bajo
una nueva forma de convivir con el otro.

Y esa forma de vivir peculiar que está en el español ya se albergaba en


Cervantes, pero de una forma no conceptual, España, la que primero captó el
modo de convivir con el otro, y la que primero inauguró un estado en
Occidente, fue entrando en un dogmatismo profundo, su historia muestra su
paulatina decadencia, así expresa esta decadencia en la Reforma del
entendimiento español María Zambrano:

“Por todos estos caminos: paralización del pensamiento, dogmática acerca de


la monarquía unitaria, místico conocimiento del pasado, eliminación de toda
duda acerca de nuestro ser y destino, se llega al mismo sitio: petrificación de la
vida española”

Una reforma entonces apuntaría a salir de esa incapacidad de replantearse


todo lo que se vive, a desnaturalizar todas esas estructuras que parecen borrar
la historia, como si la vida solo pudiera ser de un modo, salir del presente
estático y continuo, para mirar lo que se había dado en el pasado, negando así
el dogma que mantenía estática la vida intelectual de España.

Y es allí en la mirada de Zambrano de España, en ese ejercicio, donde


hallamos la respuesta, en un Cervantes y en un Galdós se nos muestra la
voluntad pura del español, que comparte con Occidente y que fue postulada de
un modo filosófico en Kant pero de un modo literario en Cervantes, y ¿Por qué
de un modo literario? Porque así se llegaba a quienes se dirigía, porque la
novela es el modo en el que se expresa por excelencia ese fracaso del español
en la dogmática y decadencia de su pueblo, además porque en Cervantes hay
un interés por la expresión, propio de lo literario y no por reformar, quehacer
propio de la filosofía.

El interés es entonces explicitar esa forma de pensar peculiar de España que


se oponga a ese discurrir dogmático que la ha dominado, el Quijote por
ejemplo nos llama a pensar en España de un modo nuevo, denuncia el fracaso
del Estado español y a la vez propone una nueva forma de conocer y
relacionarse con el otro2, sin petulancia, sin arrogancia, como Don Quijote Y
Sancho.

La reforma española hallaría entonces las bases humanas de una nueva


convivencia, en este tiempo la novela no lo consiguió, y esto destinó al español
como ente de ficción, por ello reformar es salir de ese estado ficcional y asumir

2
Aunque está claro que los cronistas muestran otra forma española de relacionarse con el otro.
consciente y racionalmente lo relegado por el pasado, que ha sido rechazado
por la dogmática3
2. “…el nacimiento, de la razón poética, llegado a mi casi a ciegas, en la
penumbra del ser y del no ser, del saber y no saber. Así, en este lugar donde
se hace y deshace, que es el más adecuado, el propio del pensamiento
filosófico. Cuanto más entregado más viviente. Cuanto más pasivo más
ardiente, cuanto más, al parecer, abandonado, más activo”. Explique los
elementos que en los siguientes textos sugieren ya una razón poética:
“Hacia un saber sobre el alma”, ”Poema y sistema", "La metáfora del
corazón", y "Por qué se escribe"(60%)

a) Razón poética en: Hacia un saber sobre el alma.

Nos preguntamos si un saber sobre el alma es necesario, nos preguntamos


para qué un saber sobre el alma, ¿necesita el hombre saber sobre su propia
alma? ¿Necesita descubrir alguna verdad? ¿Cuál es ese interés?

Se busca la verdad y cada época tiene una revelación actual, un develamiento


de su propia verdad, Zambrano dice que la revelación de su época es la del
hombre en su propia vida4 y se busca la verdad en cada época porque la
verdad es perdurable y permanece, la verdad es un camino que se pretende
fijar, pretende hacerse perdurable, liberadora de la angustia contra el tiempo y
contra la muerte ¿Cómo no buscar entonces la verdad más profunda del
hombre, la verdad sobre el hombre en la fundamentación de un saber sobre el
alma? Así nos dice María Zambrano que es precisamente aferrándonos a la
verdad y:“
“Agarrándonos a la verdad, a la verdad nuestra, asociándonos a su
descubrimiento por haberla acogido en nuestro interior, por haber conformado
nuestra vida a ella, arraigándola en nuestro ser, sentimos que nuestro tiempo no
pasa, al menos en balde”.

Y para expresar esta necesidad de la verdad en la vida (que va a fundamentar


este saber sobre el alma) María Zambrano recurre a la metáfora del cauce y el
agua que pasa para expresar la relación entre la verdad y la vida
respectivamente, y es que para Zambrano “el cauce de la vida es la verdad”, la
verdad como el cauce es la que hace que pese al fluir constante de los
momentos y de la existencia algo perdure en ese fluir indistinguible, pero sin
ese fluir ¿Qué podría ser encausado? Verdad y vida están en una relación de
mutua dependencia y reciprocidad.

Cada ser busca la verdad, su liberación de la angustia del movimiento, por ello
la disciplina encargada de la búsqueda de la verdad, la filosofía, es más que
nada un ejercicio vital, un ejercicio que implica conocer nuestro camino de vida,
3
Y aunque Ignacio de Loyola pareciera a esta reforma española un método propio y unos ejer-
cicios espirituales, y parecía ser reforma en tanto se oponía a un tipo de pensar cartesiano, no
lo logró pues Loyola al entrar en ligazón con el dogma cristiano de desliga de la forma en la que
se piensa el español en el caso de Cervantes, pues Loyola suponía a los hombres pecadores y
por ende malos, el método ignaciano a los ojos de Zambrano tiene una profunda enemistad con
lo más vivo y mejor del pueblo español.
4
Es interesante ver que esta afirmación se relaciona estrechamente con la fenomenología Hus-
serliana y Heideggeriana de la época y el mundo de la vida (lebenswelt)
nuestro cauce, coordenadas en las cuales se sitúa nuestra alma, y por ello la
verdad de una época es una liberación de la existencia, podemos decir
entonces que necesitamos un saber sobre el alma para orientarnos hacia la
verdad, para poder hallar una redención y una resurrección ante el tedio mortal
y fugitivo de la vida.

De aquí se deduce que nuestro saber sobre el alma no puede permitirse una
desconexión entre la vida y la razón, la verdad entonces no puede hallarse
cuando la razón se va por un camino diferente con respecto a la vida, solo en
su unión es que la verdad y los objetos pueden presentársenos en su
desnudez, sin el velo de lo incompleto, esta es la primera luz que nos da María
Zambrano de la razón poética.

Ahora bien, ¿Cómo henos configurado ese saber sobre el alma? Ese saber del
alma que se hace necesario no ha sido trabajado en esta unión, la razón ha
seguido otros caminos, en un origen a través de la filosofía, desde el
romanticismo y el racionalismo primero, posteriormente desde la ciencia, la
razón estableció un saber sobre el alma siguiendo el modelo científico, la razón
se alejó del saber poético de la vida y se estableció paulatinamente en un
saber calculado y mensurable sobre el alma, el alma se aplicó a su
ordenamiento en la psicología científica bajo un saber dominable; por su parte
el saber poético se embarcó en el romanticismo occidental.

Paradójicamente ese saber racional que avanzaba sobre el alma como parte
de la naturaleza, como fenómeno descubría algo que se le resistía a su
conocimiento, algo incalculable; de igual modo el romanticismo destinó el alma
a regiones insondables y misteriosas, y por ello su exacerbada admiración ante
ella, ante el alma.

Y es justamente en ese sentido admirable e inabarcable del fenómeno que el


hombre y la mujer encuentran una conexión con el interior, con su alma, el
alma encontraba su expresión en esa conexión entre su alma y el mundo, más
que en la mensurabilidad y en el cálculo, nos dice Zambrano acerca de esta
conexión que:

“los abismos insondables, las simas sin fin, las tempestades fragorosas,
eran sus propios abismos, sus propias tempestades entenebrecidas por
el abandono de la luz de la razón”

En esta conexión es que Zambrano rescata esa otra forma de conocer


desdeñada por la razón y exacerbada en el romanticismo, esa razón, esa
lógica del corazón, ilógica para el razonamiento que se fundamenta en el
principio de identidad, pero que mostraba más tranquilidades a los hombres
que la misma ciencia5.

5
Pero el alma también había sido experimentada por otras formas de filosofar, desde otros
saberes que conservaban esa conexión, desde las religiones, desde lo espiritual e incluso
desde el oráculo délfico.
Pero Zambrano rescata que esa razón (en la que se vincula la vida con la
verdad, que logra desentrañar auténticamente los decires íntimos y profundos
del alma) se descubre plenamente en la experiencia, cuando logramos sentir la
razón poética:
“descubriendo el alma bajo aquellas formas en que ella sola ha ido a
buscar su expresión dejando aparte por un momento lo que ha dicho el
intelecto acerca del alama que cae bajo el (…) descubrir esas razones
que el corazón mismo ha encontrado aprovechando su soledad y
abandono”.

b) Razón poética en: por qué se escribe.

La razón poética se articula en el lenguaje, se escribe precisamente por ese


afán que sale de nuestro interior, del interior de nuestra alma, que se afana en
develar algo (escribe para escaparse del momento, de la fugacidad y este es el
instrumento en la escritura) y se afana en comunicar (para conmover al otro, y
esta es la finalidad de la escritura).

En el afán de develar se fundamenta la escritura, se escribe para ir en contra


de la angustia, de lo pasajero, pero se escribe en silencio, por ello “escribir es
defender la soledad en la que se escribe” y es que la soledad es precisamente
donde se hallan ocultos tesoros que solo pueden ser descubiertos en este
plano de lo íntimo, es decir, con el corazón, con la razón poética, es allí donde
la razón poética juega un papel crucial en la escritura.

Se escribe porque el hablar no basta y aquí Zambrano establece una profunda


diferencia con estas dos formas de comunicación, el escribir es una acto
liberador que se realiza en un ritmo propio, el hablar es un uso de la palabra
ligado a su apremiante necesidad de expresión cotidiana, en el hablar las
palabras se desprenden de su emisor, en el escribir se retienen.

En el afán de comunicar el escritor encuentra la esencia de la escritura, el


escritor intenta decir un algo a un alguien , un algo que lo habita, un alguien
que está ya entre su soledad, sin por ello interrumpir el estado solitario del
escritor, es la razón del corazón la que, latente, hace que el escritor pueda
estar dispuesto para recibir el secreto y para comunicarlo, la razón poética
como habitar del escritor es ese espacio donde el escritor puede moldear eso
que descubre y retenerlo, comunicarlo.

Pero es esa escritura la que manifiesta aquello que se presenta en esa


intimidad, en esa certidumbre de lo expresable, y por ello la escritura exige
fidelidad nada de una interferencia de sus pasiones, la razón poética requiere
escuchar el secreto que pretende develar, la fidelidad exige el rechazo de ese
escritor opaco (obnubilado por las pasiones), de ese escritor vanidoso (que
muestra precisamente aquello que no debe mostrarse, distorsionando el
secreto) y de ese escritor caudillo y filantrópico (que pretende liberar en su
escritura sin habérsele mostrado el camino de la liberación).

La escritura se deja llevar por esa razón del corazón, o acaso ¿Cómo puede
solo en lo íntimo revelarse ese secreto? ¿Cómo cada escritura lleva ese rimo
similar al palpitar? Aquí detrás esta la razón poética, la lógica del corazón
desdeñada, por eso la escritura siempre llega respondiendo a quien no la ha
buscado ni deseado.

c) Razón poética en: poema y sistema.

En poema y sistema vemos como esa razón poética que parece haber sido
delegada al olvido se encuentra presente en las formas en las que menos
parece encontrarse, la razón poética se halla en la filosofía, aunque los
filósofos sufran de amnesia originaria o aunque hayan negado su existencia o
se hayan pretendido separar de esa lógica del corazón.

¿Y dónde puede hallarse cuando parece que la filosofía postula un movimiento


totalmente contrario? Más bien podríamos decir que solo en el poema se
alberga la razón poética, pero cuando se le pide a la filosofía que se justifique 6
hallamos la presencia latente y palpitante de la razón poética, pero ¿Dónde?
Se halla en la forma de expresión más acabada de la filosofía: el sistema.

Cuando vemos las formas en las que se ha expresado la filosofía encontramos


siempre una estrecha conexión con la razón poética en tanto que desde su
origen la poesía es la raíz de la filosofía, y al ser su raíz ella nace de la poesía,
y eso nos muestra Parménides, la filosofía en un principio es un ejercicio
circular, poetizante y viviente.

Es luego que la filosofía va a desligarse del poema, y en ese desligarse, a


través de formas como el tratado, el ensayo y en su forma más acabada en el
sistema no se aleja como se ha dicho en la pugna de poetas y filósofos, 7 sino
que más bien es allí donde se acercan, en el sistema como en el poema opera
la razón poética porque ambos buscan la integridad, la organicidad, un todo
coherente, ser un organismo vivo, es por esto que no hay quizás ninguno como
el filósofo y el poeta que se relacionen tan íntimamente con su obra 8.

d) Razón poética en: la metáfora del corazón.

La metáfora ha sido definida de diversos modos, tradicionalmente ha sido la


forma confusa en la que el pensamiento puede expresarse, pero realmente ha
cumplido una función más honda y es definir la verdad que la razón no ha
podido abarcar, el camino de la metáfora comienza donde la razón ya no
encuentra paso.

La metáfora nos devela entonces un modo de conocer de una facultad


profunda que produce otro tipo de conocimiento, donde la razón ya no puede
6
Porque ella ha dado luz sobre los otros objetos pero no sobre sí misma, porque la vida le exi-
ge justificación.
7
Se pretende establecer en esa pugna incesante entre filósofos y poetas en la cual ambos es-
taban ocupados, aquellos en profundo celo y resentimiento frente a la objetividad excluyente de
la filosofía, y estos jactándose de su absolutez alcanzada.
8
María Zambrano también menciona que esta relación se da en varios ejemplos, en la transpa-
rencia de Spinoza al modo poético, en la inspiración de Empédocles, y en el aliento poético de
Parménides.
producir más, por ello no solo de ciencia y técnica vive el hombre y la ciencia
ha tenido que acogerla en su campo, aunque la desdeñe y lo tenga como
medio ha tenido que valerse de sus aclaraciones, de la filosofía podemos decir
que ha convivido y ha usado plenamente la metáfora y que decir de la poesía
que se apropia de ella, pero la metáfora proviene de una base cultural, aunque
actualmente algunas de las metáforas sean consideradas como formas de
conocimiento arqueológicas, relegadas al olvido y al folclore, una de esas
metáforas desdeñadas ha sido la metáfora del corazón esta metáfora es
fundamental pues a mi modo de ver es allí donde María Zambrano se aproxima
mayormente a una lógica de la razón poética.

Ante los ojos de los hombres el corazón como metáfora y como realidad solo
parece ser visible en los momentos de crisis o éxtasis 9 pero ese corazón posee
otra visión que ha sido desdeñada, pero ¿realmente una metáfora como la del
corazón no nos dice nada?

El corazón, en su forma basica es una víscera que no necesita mostrarse en


exacerbación para ser percibido, aquí su existencia modesta basta, el corazón
aquí es habitáculo víscera que se nos presenta como espacio, porque el
corazón es ante todo cavidad. el lugar donde se albergan sentimientos de
insondable explicación, receptor ante las realidades de la vida, pasivo pero
también activo, productor de conocimiento de grandes certidumbres y verdades
que nos guían en los momentos más dramáticos10.

El corazón, al ser rechazado, por ser un recinto hermético ante la razón clara y
distinta, muestra ser la cavidad más noble de todas, ella, a diferencia de las
otras cavidades se abre hacia el sentir, su vida parece ser misteriosa y oculta,
pero lo es por su condición, es aperturidad activa en tanto al abrirse logra
acoger y aperturidad pasiva en tanto se deja habitar, el corazón entonces es
ante todo intimidad que, como dice Zambrano es: “interioridad que se abre sin
dejar de ser interioridad”.

Pero en su apertura el corazón lo arriesga todo, pues él no tiene una


posibilidad de decir verdades en solitario, (como si lo hace el entendimiento
puro) sino que él está conectado a otras vísceras, está conectado porque está
vivo, no puede declararse independiente como el pensamiento, y por ello
cuando intenta decir, cuando intenta abrirse esta ante un acto peligroso para la
vida, pero sin embardo se abre ante los otros; por su parte el pensamiento
logra este decir, pero lo hace sin heroísmo, “porque nunca arriesga ni padece,
porque al liberarse de la vida nada tiene que temer a la muerte”

La razón del corazón, la razón poética aparece porque es la lógica del corazón,
lo que intenta decir el corazón es más noble porque en su intento de decir lo
hace con la vida y por ello habla de otro modo, por ello no llega a la palabra, y
así es otra razón, no llega a la palabra puesto que no se puede separar, su
saber es dependiente, la palabra es la expresión de lo petrificado, de lo

9
Así solo nos percatamos del corazón cuando hay una sensación que exacerba su ritmo, y la
metáfora del corazón solo ha sido visible en su flamante imagen, envuelto en un fuego intenso.
10
Así mismo, donde la razón no puede deliberar, el corazón delibera.
separado, y es por esto que el saber de razón poética produce ante todo una
ciencia dependiente, es decir, una ciencia vital.

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