El Genocidio. La Máxima Expresión Del Racismo en Guatemala. Una Interpretación Histórica y Una Reflexión. Marta Casaús Arzú.
El Genocidio. La Máxima Expresión Del Racismo en Guatemala. Una Interpretación Histórica y Una Reflexión. Marta Casaús Arzú.
El Genocidio. La Máxima Expresión Del Racismo en Guatemala. Una Interpretación Histórica y Una Reflexión. Marta Casaús Arzú.
Nuevos
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Colloques
2009
Journée d’Étude - Séminaire « Usages politiques du passé » IEP-Master HRI / IDA-Rennes / EHESS-Mascipo- (VIe
Journée d’Histoire des sensibilités) / Programme ANR Indiens dans la Guerre du Chaco
El Genocidio: la máxima
expresión del racismo en
Guatemala: una interpretación
histórica y una reflexión
Marta Casaús Arzú
https://doi.org/10.4000/nuevomundo.57067
Résumés
English Español
This article examines the history of the relationship between racism and genocide in certain
countries, such as Guatemala, where racism has been a key element of the building of the national
State. The text focuses on three vital moments of Guatemalan history, when the stereotypical images
of indigenous people and the representations of the power elites’ whiteness were being forged. The
analysis of these three different moments is followed by some thoughts and considerations about the
genocide committed against the indigenous peoples of Guatemala during the 1980s.
Texte intégral
4 A modo de hipótesis podemos afirmar que la expansión o reducción de los espacios del
racismo en Guatemala va a estar en función de la composición étnica de la sociedad, de los
criterios de jerarquización social, del proyecto de construcción de la nación, de la
vertebración del tejido social y de la naturaleza del Estado. Por ello se hace imprescindible
conjugar todas estas variables en estudios específicos sobre regiones, grupos, instituciones
que nos permitan abordar el tema en todas sus dimensiones.3
5 En este artículo quiero partir de la base de que el racismo en sus diversas expresiones,
prácticas, manifestaciones y lógicas, es un factor histórico estructural que funciona y ha
funcionado como uno de los principales mecanismo de opresión, explotación y sobre todo
como la mejor justificación de un sistema de dominación y mantenimiento del status quo.
6 Consideramos básico analizar para el caso de Guatemala ese hilo conductor que es el
racismo, analizar como va mutando, se va metamorfoseando según las diferentes etapas
históricas. Los espacios en donde se recrea y se reproduce y según los diferentes actores
que lo construyen y recrean desde las élites de poder, la iglesia, pasando por el Estado,
hasta llegar a naturalizarse de tal manera que incluso las clases subalternas lo utilizan
como elemento de recreación de su propia identidad.
7 En ese sentido, resulta indispensable utilizar la expresión de Foucault4 de racismo de
Estado, en la medida en que es el Estado, a partir del liberalismo, el que va a crear un
modelo homogéneo, monocultural, monoétnico y excluyente, a partir de mediados del
siglo XIX. El Estado juega un papel esencial en la reproducción del racismo y, por ello, nos
parece más pertinente el enfoque histórico-político. Este autor en Genealogía del racismo,
hace un repaso histórico de la configuración del Estado moderno a través de diversos
filósofos y pensadores políticos del siglo XVIII y XIX. Concluye afirmando que por
influencia de las teorías darwinistas en las ciencias sociales, se produce una estatalización
de lo biológico y el Estado modifica el concepto de soberanía utilizado hasta el siglo XVIII.
8 El racismo se inserta como nuevo mecanismo de poder del Estado, como una tecnología
de poder con la prerrogativa y el derecho a decidir quién ha de vivir y quien no, ejerciendo
el derecho a matar o eliminar al Otro en nombre de la soberanía. Partiendo de este
desplazamiento del concepto de soberanía y de la incorporación del racismo como
elemento intrínseco de la estructura de poder del Estado, afirma que los Estados más
homicidas son a la vez los más racistas. Para Foucault, la importancia del racismo en el
ejercicio del poder radica en que:
“El racismo representa la condición bajo la cual se puede ejercer el derecho a matar.
Si el poder de normalización quiere ejercer el viejo poder soberano de matar, debe
pasar por el racismo. Pero también un poder soberano, es decir, un poder que tiene
derecho de vida y muerte, si quiere funcionar con los instrumentos, los mecanismos y
la tecnología de la normalización, debe pasar por el racismo”.5
1. De la ciudadanía incluyente a la
sombra del indio como ser agónico y en
decadencia (1920-1944)
“el indio será siempre indio, porque el alma de su raza ya murió, porque carece de
energía a causa de su mala alimentación, el maíz, y porque es irredimible por
naturaleza ... dime lo que comes y te diré lo que será tu descendencia… El indio de
América ya colmó su misión. En mi concepto nada sería capaz de sacarlo de su
letargo espiritual y el primer obstáculo para obtener su íntegra liberación será su
propia idiosincrasia”.13
31 Aconsejaba en sus cartas abiertas en el diario El Imparcial, “el exterminio del indio”
como en Argentina o la reducción en reservas como en Estados Unidos y se ufanaba
además de los resultados en estos países, que “han sido excelentes”.En su discurso,
aparecen todos los tópicos respecto del «indio», haragán, degenerado, huraño,
irredimible, un elemento decorativo, y lo que es mas grave en la construcción de un
estereotipo y de un prejuicio racista, su carácter absoluto e inamovible, las frases “indio
será siempre indio”, una sombra, un ser agónico, un sonámbulo, cuyas energías gastadas
le impiden seguir viviendo, al que habría que ayudarle a morir o eliminarle, porque “es un
obstáculo para el desarrollo, muerto en vida al que hay que ayudarle a morir”; y sólo si no
se lograba eliminarle, que sería lo deseable, habría que fusionar su sangre con
“representantes de la raza blanca”. En este segundo fragmento, lo que estaba
argumentando era indudablemente un sistema de opresión y de dominación por la «raza
blanca». Estaba justificando la construcción de un racismo de estado, fundamentado en
una dictadura represiva de 13 años y en el trabajo forzado de los indígenas para paliar la
crisis de dominación oligárquica que se produjo con la caída de los precios del café.
32 Este proyecto de nación eugenésica durante esta etapa es generalizada y mantenida por
muchas otros intelectuales como Miguel Ángel Asturias, Federico Mora, Epaminondas
Quintana, Víctor Soto, etc., todo ellos partidarios de la eugenesia como estrategia
asimilacionista y de blanqueamiento de la nación.
33 En este debate, quedaban plasmados todos los estereotipos del indio que forman parte
del conjunto de tópicos de la sociedad actual y que se han seguido escuchando hasta la
actualidad o que se siguen leyendo en la prensa: el indio genética y psicológicamente
inferior, la decadencia de las civilizaciones prehispánicas, su agotamiento vital y
degeneración actual, la incapacidad intrínseca del indio para civilizarse y regenerarse, el
indio como paisaje y como parte del folklore, el indio como obstáculo para el desarrollo y,
lo que me parece más humillante, “el indio como una sombra, el indio que confunde la
cosa con la sombra”, en otras palabras, lo que aquí se está expresado en términos muy
claros, es el «indio» como ficción, el «indio» como ser invisible como fantasma errante.
34 Resulta lógico pensar que buena parte de la configuración del pensamiento racista
guatemalteco y su incidencia en la opinión pública terminó por calar en el imaginario de la
sociedad letrada e ilustrada del país y no sólo en su imaginario racista, sino en la falsa
percepción de sí mismos como “blancos por oposición al indígena”; blancos por genética,
blancos por cultura, blancos por educación, en suma, blancos por definición. 38:34
35 Durante este periodo fue cuando se exacerbó el racismo y se conformó un Estado
nacional homogéneo y mono-étnico; una buena parte de las élites guatemaltecas volvieron
a creer que podían construir un Estado sin nación y una nación sin «indios»; aquellos
guatemaltecos que se consideraban criollos o ladinos decidieron, al fin, convertirse en
«blancos» y crearon una imagen distorsionada de su identidad étnica, al negarse, una vez
más, a construir un proyecto de identidad nacional.
39 Una mujer de 45 años, que se considera blanca, ama de casa, esposa de industrial,
responde:
“Existen diferencias claras, porque la mezcla del alemán con indio es más pura, más
sana, porque la raza española no era pura, por eso el indio mezclado es más perverso
y haragán”.17
“La única solución para esa gente sería una dictadura férrea, un Mussolini o un Hitler
que les obligara a trabajar y a educarse, o los exterminara a todos”.24
“Los soldados nos gritaron que nosotros, los indígenas, no éramos nada, éramos
animales, no nos merecíamos el respeto de un ser humano”.
“[H]abía mucha discriminación con el indígena. A los indígenas nos golpeaban y nos
insultaban casi por gusto, porque no podían decir casi ni palabra”.31
60 Todas estas brutalidades se dieron en áreas de población maya y la mayor parte de ellas
iban acompañados de insultos como «raza de coches» «indias de mierda».”Nos insultaban
y nos pateaban sólo porque éramos indios y nos trataban como animales”. 38:34
61 Que duda cabe que esta violencia sexista y etnicista no ha sido castigada y los verdugos y
ejecutores de dichos actos de etnocidio y feminicidio siguen en las calles impunemente y
muchas víctimas se cruzan con ellos en sus aldeas y pueblos, como lo expresan muchos
testimonio.32
62 Todos estos datos nos hacen coincidir con los planteamientos de Sanford, Fundación
Rigoberto Menchú, CALDH, García, Payeras sobre la responsabilidad del Estado
guatemalteco, del ejército y de las élites de poder quienes diseñaron y ejecutaron una
estrategia genocida de larga duración contra la población maya a lo largo de la década de
los 80.
Las bases y los espacios sobre las que se construyó y reprodujo el racismo en
Guatemala, desde la Colonia hasta nuestros días permanece incólume y no parece
que haya habido ningún indicio de que los estereotipos y prejuicios que lo sustentan
se hayan desactivado, todo lo contrario.
Las bases sobre las que se montó el genocidio tanto en su aspecto institucional, el
Estado racista, como en sus aparatos represivos e ideológicos, permanece intacta y
no ha habido ningún cambio en las estructuras de poder que permitan pensar que
sean otros actores sociales y políticos quienes detenten el poder. Por el contrario
hay un cierto retorno de las oligarquías tradicionales, especialmente de los sectores
monopólicos y de los sectores más recalcitrantes del ejército.
Los responsables del etnocidio no han sido castigados, ni siquiera nominados
individualmente como se hizo en otras comisiones de la Verdad, mucho menos
enjuiciado y hasta el momento gozan de total impunidad.
Resulta evidente que, cualquier iniciativa de transformación de la constitución o de
la legislación en materia de mejora de los derechos étnico-culturales, provoca una
fuerte reacción en las clases dominantes y en las élites simbólicas, que son las
encargadas de legitimar la política general y las decisiones sobre las minorías
étnicas.
Si bien se han producido cambios importantes por un sector del gobierno actual, en
el sentido de brindar nuevos espacios a los pueblos indígenas y posibilitar una
mayor participación política de ciertas élites mayas, ello no se ha traducido en
políticas públicas que contribuyan a paliar la desigualdad económica ni la
discriminación. El frágil equilibrio de la estructura y las pugnas internas en el
gobierno, han impedido una política coherente en este campo, aunque no dudamos
de que ha habido voluntad de enfrentar y dar solución a los problemas étnicos.
La emergencia del Pueblo Maya como movimiento etno nacionalista y sus diversas
estrategias para incorporarse plenamente y en igualdad de derechos sociales
económicos y culturales, ha reavivado y reactivado los mecanismos ancestrales 38:34
generadores de prácticas racistas y discriminatorias. Es más, no sólo las ha
reactivado, sino las ha ampliado a otra parte de la población: clases medias, maras e
intelectuales que, antes simpatizaban más con los movimientos indígenas, pero que
a partir de los acuerdos de paz y de la emergencia del movimiento Maya, se ven
preocupados, cuando no amenazados, por la irrupción del «los mayas» al poder.
Las élites de poder que gobiernan y dirigen el país y las élites económicas,
continúan expresando permanentemente sus actitudes, prácticas y manifestaciones
racistas y discriminatorias, como se puede ver en algunos de los casos denunciados
por personas indígenas que se han visto impedidas de acceder a sitios públicos,
trabajo o escuela con su propia indumentaria. Los recursos judiciales instruidos
para evitar estos hechos han sido infructuosos hasta el momento, a excepción de la
demanda de Rigoberta Menchú.
8) Con la candidatura a la presidencia de Rigoberta Menchú, el nivel de prejuicios y
descalificaciones hacia su personas y hacia los indígenas se ha incrementad
notablemente, si bien es verdad que ha habido una respuesta positiva por parte de
la población, pero han contribuido a incrementar los temores a que llegue a la
presidencia una indígena.
A mi juicio, al interior del grupo que se considera «blanco» se ha exacerbado el
racismo, con expresiones y prácticas aún mas intolerantes, no expresadas en
público, pero refrendadas por otras encuestas, y que, en cualquier ocasión y frente
al temor de la llegada de «una indígena al poder», se han reactivado. Véase la
prensa sobre la campaña de Rigoberto Menchú.
La comunidad internacional y cierto discurso paternalista y pro indianista o
etnicista de algunas agencias para el desarrollo, entre ellas el Informe del IDH y
PNUD, asumen posiciones dicotómicas y bipolares de carácter étnico que no
corresponden a la realidad social del país y que contribuyen a polarizar el discurso
de unos y otros, colaborando a exacerbar las diferencias étnicas y a profundizar
ciertos esencialismos de todos los élites dominantes y subalternas, «blancos»,
«ladinos» o «mayas». No parece haber una clara conciencia de los riesgos que
implica esa polarización para el conjunto de una sociedad y un Estado racista.
Si bien es verdad que ha habido un cierto avance en las percepciones de unos y
otros y una cierta autoestima y auto respeto por parte de la ciudadanía en general
hacia los pueblos indígenas, fruto de sus conquistas en los últimos años tras los
acuerdos de Paz, que es perceptible en la encuesta de Prensa Libre. Esa toma de
conciencia por parte de los ladinos, lo que está evidenciando es la existencia
compartida por ambos grupos de que existe discriminación étnico-racial por el
color de la piel, el apellido o el grupo étnico. Lo que demuestra, una vez más, la
existencia de racismo y discriminación en la sociedad guatemalteca.
Algunas élites intelectuales, mayas y ladinas urbanas, que poseen un discurso
étnico-cultural muy esencialista y que son poco proclives a vincular los aspectos
étnicos al desarrollo y a la lucha contra la pobreza y la desigualdad, están
contribuyendo notablemente a exacerbar las dicotomías y a reactivar los prejuicios
del sector dominante, sin contar con el poder económico y político para acceder al
poder y hacer frente a un enfrentamiento ideológico y político. Lo mismo sucede
con un grupo de intelectuales ladinos que están contribuyendo a generar dicha
polarización, a través de los medios de opinión pública.
69 Esta terrible lección no puede quedar en el olvido, ni resulta sano para una sociedad que
pretende vivir en paz y en democracia tratar de borrar el pasado. La única actitud ética es
no olvidar y mantener viva la memoria del pasado para poder construir el futuro y en el
camino explorar los espacios comunes de la reconciliación. No podemos ni debemos de
perder la ocasión de desactivar los mecanismos de discriminación y racismo que dieron
origen a estos hechos y buscar fórmulas de consenso que impidan que hechos de ésta
naturaleza vuelvan a suceder. Debemos hacer un esfuerzo colectivo de renegociar nuestras
memorias y consolidar los Acuerdos de Paz para que todos los ciudadanos guatemaltecos y
guatemaltecas, podamos vivir en paz, consolidar la democracia y contribuir a la formación
de una identidad colectiva, basada en la igualdad real, la tolerancia y el respeto a la 38:34
diversidad étnico-cultural.
Notes
1 Decimos segunda condena internacional de genocidio, porque la primera se produjo en 1973, en el
Tribunal Permanente de los Pueblos, sesión Guatemala, declarando al gobierno del general Ríos
Montt como genocida y etnocida. Véase, Memorias del Silencio, Tzínil Na ´Tab ´Al. Conclusiones y
Recomendaciones del informe de la Comisión Para el Esclarecimiento Histórico. Guatemala,
Linoprint.1999 y el informe REMHI, Guatemala: Nunca Más, Guatemala: ODHAG, 1998. Así como
las conferencias de Hellen Mack, “Ni perdón ni olvido”, conferencia pronunciada en Madrid, Casa de
América y Universidad Autónoma de Madrid, mayo 1999.
2 Zygmunt Bauman, Modernidad y Holocausto, Toledo: Sequitur, 1989, p. 113. Norman Cohn,
Warrants for Genocide, Londres: Eyre & Spottinswoode, 1967.
3 Marta Casaús Arzú, La metamorfosis del racismo en Guatemala, Guatemala: Cholsamaj, 2003,
pp. 28-29; así como Guatemala: Linaje y Racismo, Guatemala: F & G Editores, 2007.
4 Michel Foucault, Genealogía del racismo, Madrid: La Picota, 1992.
5 Ibíd.
6 Leo Kuper, Genocide: It´s political Use in the twentieth Century, Yale: Yale University Press,
1981, p.137.
7 Este mismo fenómeno ocurrió en la Alemania Nazi en donde la población civil tuvo buena parte de
la responsabilidad del holocausto por su silencio, cuando no por su complicidad. Bauman considera
que el holocausto no se puede tratar de explicar como una monstruosidad del pasado o como algo
incomprensible ajeno a nuestra civilización, porque el sistema y la ideología que dieron origen a
Auschwitz permanecen intactos. Ello significa que el propio Estado-nación está fuera de control y
que, en cualquier momento puede producirse de nuevo y desencadenar hechos de esa naturaleza. La
singularidad y normalidad del genocidio es lo que asegura su repetición. Zygmunt Bauman,
Modernidad y Holocausto, Toledo: Sequitur, 1989, p. 112.
8 El libro de CALDH, sobre el primer encuentro sobre racismo y Genocidio en Guatemala, en el que
participaron mas de 700 personas para discutir las bases históricas del racismo y sus
manifestaciones en actos de genocidio, nos parece un magnifico aporte a la reflexión y al análisis de
un tema tan poco abordado como éste. CALDH, Genocidio, la Máxima expresión del racismo,
Guatemala: Maga, 2004.
9 Ramón González Ponciano, “La visible invisibilidad de la blancura y el ladino como no blanco en
Guatemala”; en Darío Euraque, Jefrey Gould y Charles Hale, Memorias del Mestizaje, cultura
política en Centroamérica, Guatemala: CIRMA, 2004.
10 Manuela Cantón, Bautizados en Fuego: protestantes, discurso de conversión política en
Guatemala (1989-1993), Guatemala: CIRMA, 1998.
11 Las teorías degeneracionistas tuvieron un éxito enorme en Europa y América Latina, donde el
impacto fue muy fuerte en el ámbito de la medicina, la psiquiatría y en las ciencias sociales. El
regeneracionismo, inspirado en el Tratado de las degeneraciones (1857) de Morel, y modificado en
1895 por Magnan y Legrain, para incorporar la idea darwinista de la lucha por la existencia, dieron a
la teoría un carácter más científico. Robert Young, Colonial Desire, hibridity in theory, culture and
race, London: Routledge, 1995, pp. 100 y ss. R. Huertas García Alejo, Locura y degeneración.
Psiquiatría y Sociedad en el positivismo francés, Madrid: CSIC, 1987.
12 Marta Casaús, “El indio, la nación la opinión pública y el espiritualismo nacionalista: Los debates
de 1929”; en Marta Casaús y Teresa García Giráldez, Las redes intelectuales centroamericanas: un
siglo de imaginarios nacionales (1820-1920), Guatemala: F & G editores, pp. 207-252. Marta
Casaús Arzú, “La creación de nuevos espacios públicos en Centroamérica a principios del siglo XX”;
en Mónica Quijada y Jesús Bustamante (eds.), Élites intelectuales y modelos colectivos, Mundo
Ibérico, (siglos XVI- XIX), Madrid: CSIC, 2003, pp. 223-255.
13 Carlos Samayoa Chinchilla, “Algo mas acerca del Indio, Nuestros aborígenes a la llegada de los
españoles.- Efectos de la conquista.- errores y fantasías.- La alimentación deficiente-. Otros tópicos”.
Carta de Carlos Samayoa Chinchilla al Señor Don Ramón Aceña Durán, El Imparcial, 25 de enero de
1937.
14 Sobre la selección de la muestra y los datos de la encuesta, Marta Casaús Arzú, Guatemala:
Linaje y Racismo, 3ª edición, corregida y ampliada; Guatemala: F & G editores, 2007.
15 Coincidimos con Van Dijk en la importancia de analizar el discurso racial de las élites porque son
ellas a las que corresponde la reproducción y pre formulación del racismo, ya que son éstas las que 38:34
dispersan la ideología y establecen las prácticas sociales al conjunto de la sociedad. Teun van Dijk,
Racismo y discurso de las élites, Barcelona: Gedisa, 2003, p.29. Teun van Dijk, (coord), Racismo y
discurso en América Latina, Barcelona:Gedisa, 2007.
16 Entrevista No. 45, Casaús, Guatemala: Linaje y…, p. 198.
17 Entrevista No. 65, Ibíd.
18 Ibíd. p. 210.
19 Véase encuesta realizada por Vox Latina y publicada en Prensa Libre, 28 de agosto, 2005.
Alejandra Hurtado de Mendoza, “Estilos de prejuicio en la población universitaria guatemalteca:
análisis comparado en cuatro universidades”; en Marta Casaús y Amílcar Dávila (Coords.),
Diagnóstico del racismo en Guatemala. Investigación interdisciplinaria y participativa para una
política integral por la convivencia y la eliminación del racismo, Vol. III, Guatemala:
Vicepresidencia de la República, 2006.
20 Encuesta realizada por Vox Latina, Prensa Libre, 28 de agosto, 2005. 1421 adultos hombres y
mujeres rurales y urbanos encuestados.
21 Wilson Romero, “Los Costos de la discriminación en Guatemala”; en Casaús y Dávila (coords.),
Diagnóstico del racismo…, Vol. I, pp. 69-95.
22 Casaús, Guatemala: linaje y…, p.249.
23 Ibíd.
24 Ibíd., p. 250.
25 Jennifer Schrimer, Las intimidades del proyecto político de los militares en Guatemala,
Guatemala: FLACSO, 1999. CEH, Conclusiones y recomendaciones, Guatemala memoria del
silencio, Guatemala: F&G Editores, 2004.
26 Comisión de Esclarecimiento Histórico, Guatemala, Memoria del Silencio, tomo V, Conclusiones
y recomendaciones. En los numerales 108-122. El informe concluye que el Estado guatemalteco,
entre 1981 y 1983, ejecutó actos de genocidio en contra de la población maya. Guatemala:
UNOPS,1999.
27 Comisión de esclarecimiento Histórico, Conclusiones, Guatemala: CEH, 1999. Jurisdicción
Universal para el juzgamiento del Genocidio en Guatemala, Demanda presentada por la Premio
Nóbel de la Paz, Rigoberta Menchú Tum, ante la Audiencia Nacional de España, México: Fundación
Konrad Adenauer, 2001.
28 El excelente libro de Victoria Sanford prueba como el ejército de Guatemala planificó e informó
de esta estrategia al Departamento de Estado norteamericano, en informes desclasificados
recientemente en enero de 1998. Afirma que en estos documentos desclasificados de la CIA y del
departamento de Estado hay evidencias de Genocidio. Victoria Sanford, Violencia y genocidio en
Guatemala, Guatemala: F & G editores, 2004, p. 32 y 33.
29 Prudencio García, El genocidio de Guatemala, a la luz de la sociología militar, Madrid: SEPHA,
2005.
30 Testimonios de sobrevivientes de la CEH, Guatemala, Memoria del silencio, Vols. III y IV;
Guatemala: UNOPS, 1999. Libros escritos por las víctimas al margen de las dos grandes
recopilaciones de la REMHI y la CEH, aún no existe mucha bibliografía contada por ellos mismos. El
libro de Víctor Montejo, Testimonio en tiempos del Mayab, o el libro colectivo, Tiempo de callar,
tiempo de hablar... Estamos empezando, Guatemala: ILUGUA, 2004. Es un buen testimonio
colectivo de lo acontecido.
31 CEH, Guatemala, Memoria..., tomo III…, p. 199.
32 Esta violencia sadomasoquista se sigue expresando actualmente en el feminicidio llevado a cabo
estos dos últimos años en Guatemala donde mueren más de dos mujeres al día y ya han sido
asesinadas impunemente más de 500 mujeres, esta vez bajo la sospecha de que son prostitutas y
mujeres de los miembros de las «maras», sin que haya pruebas sobre ello. “Feminicidio en
Guatemala”; en ABC dominical, Madrid, 11 al 17 de diciembre, 2005 asi como el libro de Victoria
Sanford, Del genocidio al feminicidio, Guatemala, FyG editores,2008.
Pour citer cet article
Référence électronique
Marta Casaús Arzú, « El Genocidio: la máxima expresión del racismo en Guatemala: una
interpretación histórica y una reflexión », Nuevo Mundo Mundos Nuevos [En ligne], Colloques, mis
en ligne le 23 septembre 2009, consulté le 21 juillet 2023. URL :
http://journals.openedition.org/nuevomundo/57067 ; DOI :
https://doi.org/10.4000/nuevomundo.57067 38:34
Hickey, Daniel. (2013) Les Mayas, victimes de l’histoire dans la guerre civile du
Guatemala, 1954-1996. Amerika. DOI: 10.4000/amerika.3880
Auteur
Marta Casaús Arzú
Profesora Titular de Historia de América, Universidad Autónoma de Madrid
Droits d’auteur
https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/