02 Vinculos Clase - 03
02 Vinculos Clase - 03
02 Vinculos Clase - 03
Clase 3:
La figura docente como mediadora ante los conflictos por la
convivencia1
Presentación de la clase
En esta clase nos gustaría plantear algunas ideas y preguntas relacionadas al lugar de la
figura adulta como mediadora de las relaciones entre pares. La escuela es un espacio que
se organiza alrededor de la construcción de ciertas pautas, normas, reglas, que organizan
la vida en común. En diversas oportunidades desde nuestro lugar como docentes nos
encontramos lidiando, trabajando con situaciones de conflicto entre jóvenes. La propuesta,
1
Las reflexiones y desarrollos de esta clase forman parte de la investigación desarrollada por Verónica Silva titulada “La
construcción social del respeto en la escuela. Un estudio socioeducativo desde la perspectiva de las y los jóvenes
estudiantes”. Financiada por una beca doctoral otorgada por el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Tecnológicas (CONICET), enmarcada en el Programa de Investigación Transformaciones sociales, subjetividad y procesos
educativos, con sede en el Instituto de Investigaciones de Ciencias de la Educación, Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad de Buenos Aires (IICE, FFyL, UBA). Durante los años 2013-2018.
1
entonces, es adentrarnos a pensar de forma colectiva en las intervenciones que realizamos
sobre estos temas. Intervención como “venir entre”, introducir allí una otra mirada, otro
punto de vista, construir ese lugar de terceridad al que estamos convocados por nuestra
función. Parece algo sencillo, sin embargo, sabemos que el cotidiano escolar, sus tiempos
veloces, la necesidad de “resolver”, o “responder” ante una situación, nos priva muchas
veces de detenernos a pensar acerca de aquello que hicimos, de cómo lo hicimos, de por
qué lo hicimos.
2
esa búsqueda?
Objetivo de la clase:
Las intervenciones de los/as docentes ante los conflictos por el respeto entre
jóvenes
3
de adultos/as y profesores, los casos de estudiantes que dicen haber vivido situaciones de
violencia disminuyen notablemente.
Buscamos poner de relieve la importancia de la figura adulta como agente mediador ante
situaciones de conflictividad o violencia entre jóvenes ¿Por qué subrayar algo que a primera
vista parece obvio?, porque nos hemos encontrado en muchas oportunidades con relatos
de docentes que sienten que lo que hacen no es reconocido por el estudiantado o por sus
colegas. Una gran cantidad de docentes, preceptores, agentes que trabajan en las escuelas
buscan constantemente el diálogo, la conversación, dirimir la conflictividad que acontece
frente a una pelea entre jóvenes. Sin embargo, en muchas oportunidades, estas acciones
se viven en solitario, generan desgaste y los agentes escolares sienten que “no tiene
sentido” o “que no vale la pena”.
Lejos de esto queremos recuperar y reconocer todas aquellas prácticas que docentes,
equipos de conducción, preceptores, miembros de los equipos de orientación, realizan
cotidianamente en las escuelas, y que favorecen que la experiencia escolar de los/as
estudiantes sea valorada positivamente. Así, por ejemplo, en una escuela en la que
trabajamos2 una estudiante, ante una situación de pelea con una compañera, nos decía:
El caso que relata la estudiante es una situación conflictiva que tuvo con una compañera a
2
Los testimonios de los/as jóvenes forman parte de la tesis de doctorado de Verónica Silva titulada: “La construcción
social del respeto en la escuela. Un estudio socioeducativo desde la perspectiva de las y los jóvenes estudiantes”
(Directora: Dra. Carina Kaplan, Co-director: Dr. Pablo Vain). Financiada por una beca doctoral otorgada por el Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CONICET), enmarcada en el Programa de Investigación
Transformaciones sociales, subjetividad y procesos educativos, con sede en el Instituto de Investigaciones de Ciencias de
la Educación, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires (IICE, FFyL, UBA). Durante los años 2013-2018
4
raíz de una rivalidad establecida por la belleza: “se hace la linda”, “me miró feo”. Tuvimos la
oportunidad de conversar con la estudiante y con el preceptor. Allí pudimos adentrarnos en
la historia de esta situación conflictiva que había pasado por varias situaciones: dejarse
carteles ofensivos en el baño, insultos entre ambas alumnas en los recreos y la amenaza
de “agarrarse a la salida de la escuela”. El preceptor siguió esta historia conflictiva de cerca,
habló con cada una de las alumnas por separado para adentrarse en lo que estaba
sucediendo, intervino de manera explícita el día en que se insultaron e intervino
activamente ante la amenaza de la pelea a la salida de la escuela. Propuso una reunión con
ambas en preceptoría y les preguntó cuál les parecía que era la mejor manera de resolver
esta situación, porque él no iba a dejar que se fueran “a las manos”. Luego de la
conversación con ambas, las mismas estudiantes acordaron que no iban a pelearse a la
salida y que estaban dispuestas a no seguir generando discusiones entre ellas, porque “no
valía la pena”.
Algo que hacemos de modo frecuente en la escuela es señalar a los/as jóvenes lo que sí se
puede hacer, y lo que no. Mostrar a los/as estudiantes que hay otra manera de hacer
cuando algo del otro nos molesta, nos desagrada o incluso nos daña. La escuela ofrece un
lugar de mediación, de tramitación de conflictos que muchas veces representan una
afrenta y una ofensa a la identidad de los/as jóvenes. De hecho, para una gran cantidad de
estudiantes la institución escolar es un espacio de pacificación de los vínculos sociales. ¿A
qué nos referimos con esto? A que más allá de las particularidades de cada institución
escolar, los/as estudiantes identifican que la escuela es un lugar donde la palabra tiene un
rol importante. Y en este sentido, la figura adulta ocupa un rol central.
5
Ahora bien, algunas de las preguntas que emergieron en el trabajo con
esta escuela eran ¿Por qué aquí sí fue suficiente el modo en que el
preceptor intervino? ¿Mágicamente la palabra del preceptor produce
esos efectos? ¿Por qué en otras escuelas frente a situaciones
parecidas las mediaciones de las figuras adultas no son suficientes
para generar un distanciamiento y los/as jóvenes terminan recurriendo
a peleas o enfrentamientos físicos?
Un rasgo de esta institución, estaba vinculado a que las pautas y normas de convivencia
eran (en la mayoría de los casos) sostenidas y respetadas por la comunidad en su
conjunto. Si bien era una escuela que estaba en proceso de conformación de los Acuerdos
Institucionales de Convivencia (AIC) había un circuito de intervención que estaba instalado
en la dinámica institucional. Ante una situación conflictiva entre jóvenes, preceptores y
docentes eran los referentes de esos hechos. Sus modos de intervención iban desde el
diálogo, hasta reprimendas informales, pasando por reuniones entre las partes y escrituras
de actas. En un segundo momento, si estas acciones fracasaban, se llamaba al equipo
directivo quién mantenía un diálogo con las partes implicadas, y en última instancia, se
mantenía una reunión con las familias. Hasta aquí no hay acciones que disten de las que
usualmente realizan las escuelas. Entonces, ¿qué era lo que tornaba eficaz la intervención?
Principalmente dos cuestiones: en primer lugar, una actuación “temprana” por parte de los
agentes escolares, es decir que las solicitudes de los/as jóvenes tenían un asidero, eran
escuchadas y tenidas en cuenta. En segundo lugar, que la escuela sostenía ciertos criterios
comunes al momento de intervenir (algo así como que los/as estudiantes rescataban que
las pautas de convivencia eran para todes por igual). Y por último, lo que favorecía la
intervención era la legitimidad de la palabra de los/as adultos/as que ejercían la mediación
6
o el arbitraje. Este es uno de los puntos más sensibles y difíciles de transmitir ¿Cómo se
construye esa legitimidad ante la mirada de los/as jóvenes? Como hemos mencionado,
los/as estudiantes consideraban que las pautas sostenidas por docentes, preceptores y
equipos de conducción eran justas y razonables porque alcanzaban a la comunidad escolar
por igual. Y, en segundo lugar, porque la palabra adulta se legitimaba en las acciones que
realizaban, vale decir, si se decidía en ese momento que la directora tenía que intervenir, la
directora efectivamente lo hacía.
Es decir, el preceptor del ejemplo que hemos citado, si bien era un integrante activo de la
escuela, preocupado por los/as estudiantes y con una apertura hacia las problemáticas
estudiantiles, sostenía su práctica en una dinámica institucional que favorecía su lugar
como autoridad legítima.
Por el contrario, hemos observado que en otras escuelas muchos/as estudiantes tienen
una percepción desfavorable de la figura adulta como mediadora de conflictos. En estos
casos las intervenciones carecen de eficacia y no logran desanudar estas situaciones.
Consideramos que esto sucede principalmente cuando los/as estudiantes creen que no
son escuchados/as, o se desestiman los conflictos y sus pedidos de ayuda. Así por
ejemplo, en el caso de una joven que era molestada por el grupo, le preguntamos si había
intentado hablar con la preceptora o algún docente. Nos respondió lo siguiente: “Nunca te
va a escuchar. Por más que vayas a hablar con ella no te da bola” (Entrevista, Inés 2do año).
7
Para abrir algunas preguntas sobre la mirada de la joven y la intervención de la preceptora,
nos interesa pincelar algunos rasgos de la dinámica de esta institución particular. Nos
encontramos con que en esta escuela, había una dificultad muy grande para construir
criterios comunes que organizaran la convivencia. Se trataba de una institución que había
sufrido una rotación muy importante en cuanto al equipo docente y preceptores (por
ejemplo en el transcurso de un año hubieron cuatro preceptores distintos , y una amplia
rotación de docentes en materias como matemáticas, geografía y literatura). El equipo
directivo tenía una presencia discontinua en la escuela. Con lo cual, muchos de estos
rasgos generaban que las intervenciones frente a las situaciones de conflictos se asienten
sobre prácticas que resultaban contradictorias y arbitrarias para los/as estudiantes. Había
situaciones en donde a veces se permitían ciertas cosas a algunos/as estudiantes y a la
semana siguiente, como ingresaba un nuevo preceptor (por ejemplo) las reglas cambiaban.
De este modo, las intervenciones frente a los conflictos, sucedían muchas veces cuando ya
había ocurrido el enfrentamiento físico. Creemos que la respuesta de la preceptora y la
correlativa sensación de no sentirse escuchada por parte de la joven se correspondía
también con una sensación generalizada de soledad que las personas adultas tenían en
esta escuela. La discontinua presencia del equipo directivo y la alta movilidad de docentes
y preceptores hacía muy difícil la construcción de lo común. De este modo, la práctica de
la preceptora, su no respuesta frente a la solicitud de la alumna, guarda cierto correlato con
el modo de funcionamiento institucional. Cuando impera el desgaste, el cansancio y la
8
sensación de soledad resulta difícil alojar la demanda.
Cuestiones que no dan tiempo a forjar un entramado institucional que haga de soporte de
las prácticas cotidianas de cada uno de los miembros de la institución. La temporalidad
queda atrapada en la inmediatez sin posibilidades de abrirse a un horizonte que favorezca
la construcción de lo común.
Las palabras fueron originariamente ensalmos, y la palabra conserva todavía hoy mucho de
su antiguo poder ensalmador. Mediante palabras puede un hombre hacer dichoso a otro o
empujarlo a la desesperación; mediante palabras el maestro transmite su saber a los
discípulos; mediante palabras el orador arrebata a la asamblea y determina sus juicios y sus
resoluciones. Palabras despiertan sentimientos y son el medio universal con que los
hombres se influyen unos a otros.
9
Sigmund Freud, Conferencias de introducción al psicoanálisis (1915)
A lo largo de esta clase hemos intentado pincelar algunas características que favorecen el
lugar de la figura adulta como mediadora de los conflictos entre los/as jóvenes.
Entendemos que los procesos de construcción de respeto están mediados por la escuela y
por las relaciones que los/as jóvenes establecen con ella. En instituciones donde los
agentes escolares representan una figura confiable para el arbitrio de diferentes
situaciones conflictivas entre jóvenes, la construcción de respetabilidad se apoya en
soportes institucionales. Por el contrario, si los/as estudiantes desarrollan menor confianza
en las intervenciones adultas, el peso de hacerse respetar se emprende como un trabajo
exclusivamente individual.
Quisimos traer este breve epígrafe de Freud que rescata la fuerza de la palabra como
ensalmo, aquí el autor se refiere al lugar de cura que la misma adquiere e invita a sus
oyentes a no desestimarla “mediante palabras puede un hombre hacer dichoso a otro o
empujarlo a la desesperación”, es decir que la palabra no es un simple enunciado que se
lanza sin más, sino todo lo contrario: toca, calma, alivia. Pero puede también generar dolor
y malestar. Tratamos también de ahondar en las condiciones que hacen que las palabras
de los/as docentes, preceptores y agentes escolares, tengan legitimidad y potencia de
ensalmo.
En este breve recorrido llegamos a la conjetura de que no es cualquier palabra la que causa
un efecto de alivio y mediación. Sino que es aquella que se sostiene en el tiempo, que
guarda cierta coherencia, de allí la legitimidad que la acompaña. Es decir, la palabra
valorada por los/as jóvenes que ejerce efecto de mediación es aquella que se sostiene en
actos. Pero no en cualquier acto, sino en aquellos que se comparten comunitariamente.
Cuando la escuela puede construir algo de lo común en relación a las normas, las reglas y
las pautas de convivencia, se favorece la posibilidad de entramar la acción individual en un
tejido más amplio que se encuentra en relación a los/as otros/as , y alrededor de la
escuela. De allí que los acuerdos de convivencia se tornan herramientas necesarias, que al
dejar de ser consideradas como “una pérdida de tiempo”, pueden pensarse como una
10
oportunidad para desafiar las lógicas individualistas que inundan nuestros espacios de
trabajo y nuestra vida cotidiana.
Bibliografía de referencia
11
Actividad - Foro de intercambios
Consigna:
12
Lecturas sugeridas
Este texto es una conversación entre los autores, a propósito de la fascinación compartida
por el cine en general, y por una película en particular, en este caso la libanesa El insulto,
dirigida por Ziad Doueiri. La propuesta para el lector es entrelazar estas reflexiones con el
film, que puede verse antes o después de la lectura
Los resultados revelan que existe por parte de los/as estudiantes que sufren estas
prácticas una escasa demanda de la mediación de los/as docentes y directivos; lo cual se
complementa con una baja intervención de las autoridades de la escuela ante estas formas
de sociabilidad. De este modo, las maneras de actuar de los diversos actores componen un
13
escenario que dificulta un abordaje institucional que permita dar soluciones a esta
problemática.
● Tomasini, M., Domínguez, L., y Peralta, H. (2013). Las violencias entre estudiantes
desde el punto de vista de sus actores. Una narrativa de la sociabilidad juvenil.
Aposta. Revista de Ciencias Sociales, (58),1-45
http://www.apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/tomasini.pdf
Este artículo trata sobre las violencias entre estudiantes y las aborda como constitutivas de
la conformación de un entramado de vinculación juvenil en la escuela secundaria; allí
donde se juegan cotidianamente procesos identitarios que implican la tensión entre
identificación y diferenciación, a través de la re-constitución de taxonomías sociales.
14
● Los equipos de orientación en el sistema educativo. La dimensión institucional de
la intervención
El presente texto se propone desplegar los principales ejes teóricos que articulan las
prácticas de los equipos de orientación, y la construcción de unidades de análisis
complejas que permitan salir de la urgencia de la demanda para construir intervenciones
institucionales que trabajen, en la diversidad de su comunidad educativa, para el
sostenimiento de las trayectorias educativas de las infancias y juventudes.
El presente texto delinea el marco teórico, junto a líneas de acción y estrategias, desde las
cuales las tutorías pueden contribuir activamente en la construcción de acuerdos para la
convivencia, y así en la construcción de condiciones reales que fortalezcan una escuela
con un profundo sentido político de inclusión.
RECURSOS AUDIOVISUALES
La escritora menciona que “el conocimiento que deviene del arte es un conocimiento de la
libertad”. Nos habla acerca de la palabra poética, la palabra que transforma la realidad
cuando dice, de su potencia para conocer el mundo y posibilitar la ampliación de los
universos simbólicos a través de la metáfora.
Disponible aquí.
Este análisis, en clave social y educativa, nos invita a pensar el lugar que cada uno/a de
nosotros/as tiene en la construcción de una educación que no reproduzca ni legitime las
15
desigualdades sociales existentes, una educación que realmente esté pensada para
todos/as. Citamos un extracto: “...es allí donde lo humano se encuentra con lo humano
donde se trama el porvenir. La imprevisibilidad y fragilidad del vivir con y entre otros, nos
recuerdan que, como expresa Hannah Arendt ,“un acto, un gesto, una palabra bastan para
cambiar cualquier constelación”. Un educador tiene la posibilidad de habitar la pregunta por
el futuro sosteniendo una ilusión. Esa misma ilusión que da consistencia al tiempo
venidero o al amor, la que se construye gesto a gesto, sin pedir garantías, cuando
correspondemos una mirada, o extendemos la mano hacia otro (Rattero, 2007)”.
En el siguiente video la oradora nos habla acerca de la posibilidad de que las escuelas
abran pausas, y se tomen el tiempo de analizar aquellos factores que determinan que un/a
niño/a o un/a joven “pueda o no pueda” estar escolarizada/o. De este modo nos invita a
repensar la configuración del espacio escolar como una estrategia válida al momento de
construir una escuela para todos/as.
Créditos
Silva, V.; (2023). Clase Nro. 3: La figura docente como mediadora ante los conflictos por la
convivencia. ¿Qué docencia construimos en la vuelta a la presencialidad? Repensar los
vínculos entre adultos y jóvenes en la escuela secundaria. Buenos Aires: Ministerio de
Educación de la Nación.
Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0
16