Universo Estetico y Praxis Artistica

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Universo estético y praxis artística

Universo estético.

El arte forma parte privilegiada de nuestro universo estético. Sin embargo, éste está
constituido, además, por otras esferas “en cuanto que se trata de objetos o procesos sensibles
que por su forma se han vuelto significativos” (Sánchez Vázquez, 2003, p. 96). Según Sánchez
Vázquez, entre ellas podemos incluir a la naturaleza, a los objetos industriales y a los de
nuestra vida cotidiana.

A diferencia de éstos, en el arte la función estética es la función dominante. Un automóvil


puede tener un diseño que resulte atractivo y/o agradable, pero su función principal es la de
medio de transporte.

Sin embargo, nuestra formación estética se realiza con la relación que establezcamos en el
conjunto de nuestras experiencias estéticas, no sólo con la formación artística. Un vínculo
estético con la naturaleza es una experiencia sensibilizadora que puede mejorar nuestra
relación con el arte. A su vez, nuestra sensibilización con el arte puede incidir en nuestra
intervención para hacer más agradable el entorno.

En el ámbito específico de la escuela, el docente debe contemplar las experiencias vividas por
los niños en todo su universo estético. A su vez, en el momento de elaborar un diseño de
trabajo en educación artística, no puede desdeñar la sensibilización del niño en las demás
esferas mencionadas.

Praxis artística.

Sánchez Vázquez (2005, pp. 13-16) define la praxis como actividad creadora en la que se
involucra el ser humano en su integralidad. En este caso hablamos de la praxis artística.

Siguiendo al autor, ese trabajo creador desemboca en un producto: la obra de arte. Su destino
es la recepción o consumo.

Entonces tenemos dos momentos: el de la producción y el de la recepción. En el primero


tenemos al sujeto creador y en el segundo al sujeto receptor.

Así es que se constituye una triada constituida por el productor (o creador), el producto (u
obra de arte) y el receptor.

Para estudiar la dimensión comunicativa del arte cobra un papel importante el código presente
en la praxis artística, y compartido por la comunidad cultural a la que pertenecen el sujeto
creador y el sujeto receptor.

Para estudiar la praxis artística es importante contemplar los tres elementos de la triada.

La obra de arte puede ser un objeto o una actuación. Incluso, en el caso del arte improvisado
el placer estético se concentra tanto en el proceso de creación como en el producto.

El sujeto creador puede ser individual o colectivo. A su vez, la recepción puede darse en forma
individual o colectiva.

Incluso puede ser una actividad artística producida para el consumo de los propios creadores.
Es el caso del candombe en nuestro país y de muchos otros ejemplos fuera de Europa
occidental.
En Europa occidental, desde el siglo XVIII se extiende una praxis artística en la que el arte se
autonomiza del resto de las actividades sociales y la forma de relacionarse con sus obras es la
contemplación. Si bien esta forma se ha extendido a lo largo del mundo a la par de la
expansión europea, como decíamos, no es la única existente.

En el caso de las prácticas artísticas tradicionales o espontáneas, el papel de los sujetos está
tanto en el plano de la creación como en el de la recepción, como en el ejemplo del candombe
que ya se mencionara.

En el caso del arte destinado a su contemplación pueden darse diversos tipos de recepción. Si
la obra tiene un fuerte componente creativo demanda del consumidor una recepción activa.
Una recepción activa implica una actividad creativa en el plano de los significados. En base a la
materia y a la forma, aportados por el artista, el receptor debe completar los “espacios vacíos”
dejados por el autor. Cabe aclarar que esa creación en el plano de los significados no es
arbitraria. Se da dentro de los límites aportados por el artista.

En el caso del llamado seudoarte, con escaza creación, la recepción es pasiva. No demanda del
receptor mayor actividad ya que no aporta información nueva a la ya recibida por las
experiencias previas del receptor.

En el terreno de la educación artística lo que el docente debe crear es una recepción activa.
Para esto se deben ofrecer propuestas que le permitan al niño una recepción activa, dentro de
sus posibilidades, habilitando la mayor labor creativa en el plano de los significados. Esto es
válido ante la lectura de un libro, ante la observación de una pintura, como ante las muchas
otras posibilidades que nos permiten los diversos lenguajes artísticos.

Por otro lado tenemos la labor en el plano de la creación.

Como ya se señalara, la actividad creadora en la producción de la obra se da no sólo en el


plano de los significados, sino que se da también en la materia y en la forma.

Para esta actividad creadora será de gran utilidad nuestra experiencia sensibilizadora en el
conjunto del universo estético, como también nuestra actividad creadora en el plano de los
significados, en la recepción activa que hayamos desarrollado ante diversas obras.

Bibliografía:

Sánchez Vázquez, A. (2003): Cuestiones estéticas y artísticas contemporáneas. México: Fondo


de Cultura Económica.

Sánchez Vázquez, A. (2005): Desde la Estética de la Recepción a una estética de la


participación. México: UNAM. http://hdl.handle.net/10391/1849

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