Este documento presenta una introducción a un libro que explora la presencia de dioses antiguos y su vinculación con Jesucristo. El autor argumenta que Dios ha estado presente a lo largo de la historia humana y que los dioses fueron instrumentos de Dios en épocas primitivas. También sugiere que las grandes religiones prepararon el camino para la verdadera religión y que Jesucristo apareció cuando la humanidad lo necesitaba, no de manera aleatoria. El objetivo del libro es promover el diálogo inter
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Este documento presenta una introducción a un libro que explora la presencia de dioses antiguos y su vinculación con Jesucristo. El autor argumenta que Dios ha estado presente a lo largo de la historia humana y que los dioses fueron instrumentos de Dios en épocas primitivas. También sugiere que las grandes religiones prepararon el camino para la verdadera religión y que Jesucristo apareció cuando la humanidad lo necesitaba, no de manera aleatoria. El objetivo del libro es promover el diálogo inter
Este documento presenta una introducción a un libro que explora la presencia de dioses antiguos y su vinculación con Jesucristo. El autor argumenta que Dios ha estado presente a lo largo de la historia humana y que los dioses fueron instrumentos de Dios en épocas primitivas. También sugiere que las grandes religiones prepararon el camino para la verdadera religión y que Jesucristo apareció cuando la humanidad lo necesitaba, no de manera aleatoria. El objetivo del libro es promover el diálogo inter
Este documento presenta una introducción a un libro que explora la presencia de dioses antiguos y su vinculación con Jesucristo. El autor argumenta que Dios ha estado presente a lo largo de la historia humana y que los dioses fueron instrumentos de Dios en épocas primitivas. También sugiere que las grandes religiones prepararon el camino para la verdadera religión y que Jesucristo apareció cuando la humanidad lo necesitaba, no de manera aleatoria. El objetivo del libro es promover el diálogo inter
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INTRODUCCIÓN
1. EL ESPÍRITU DORMIDO DEL HOMBRE TUVO QUE
SER DESPERTADO POR LA PRESENCIA DE LOS DIOSES
2. OTROS ANTECEDENTES QUE FUNDAMENTAN LA
EXISTENCIA DE LOS DIOSES a. El ZODÍACO DE DENDERA b. EL DESCUBRIMIENTO DE MAPAS MUY ARCAICOS ANTERIORES A LA CIVILIZACIÓN c. EL MISTERIO OCULTO DE LAS PIRÁMIDES d. RELACIONES EXISTENTES ENTRE LOS ANTIGUOS DIOSES, YAVÉ Y CRISTO
3. LA LLEGADA DE LOS DIOSES A LA TIERRA Y LA
APARI CIÓN DEL HOMBRE
4. CARACTERIZACIÓN DE LOS DIOSES
5. LA GRAN DIOSA PRECEDIÓ A LOS DIOSES
MASCULINOS EN LA TAREA DE DESASNAR A LA HUMANIDAD
6. PTAH Y SU INCIDENCIA EN LA CIVILIZACIÓN DE
MESO POTAMIA, EGIPTO Y ASIA
7. RA, MARDUK Y APOLO SERÍAN UNA MISMA
DIVINIDAD 8. RASTREAMIENTO A TRAVÉS DE LA MITOLOGÍA DEL AD VENIMIENTO DE LOS DIOSES QUE RECREARON EL MUNDO
9. CRONOLOGIA DE MANETHON SOBRE LOS REYES
QUE GOBERNARON SOBRE EGIPTO
10. EL GRAN DILUVIO UNIVERSAL
a. CONSTATACIÓN DE QUE LA CRONOLOGÍA DE MANETHON ES CONSISTENTE CON EL INICIO DEL REINADO ANTEDILUVIANO DEL DIOS RA EN EL 11596 A.C.
11. ELUCUBRACIONES ORIENTADAS A VISUALIZAR
MEJOR EL TEMA SOBRE LA ATLÁNTIDA
12. HIPÓTESIS SOBRE LA IDENTIDAD DEL DIOS
SUPREMO
13. EL EDÉN SE UBICÓ INICIALMENTE EN LA AMÉRICA
ANDINA
14. FENÓMENOS DILUVIALES Y DE OTRA ÍNDOLE QUE
PER MITIERON DEPURAR A LA HUMANIDAD Y PROMOVER SU MIGRACIÓN A LOS DISTINTOS LUGARES DE LA TIERRA
15. LA MÍTICA EXPEDICIÓN OSIRIANA
a. EL GOBEKLI TEPE b. LA EXPEDICIÓN OSIRIANA DESDE EGIPTO A EURASIA c. EL ESTABLECIMIENTO DEL LUGAR DE LOS MUERTOS
16. EL CAMINO DE LOS DIOSES
17. LAS APROXIMACIONES DEL PLANETA NIBIRU A LA TIERRA a. PERÍODO TRANSCURRIDO ENTRE LA PRIMERA Y LA SEGUNDA APROXIMACIÓN DE NIBIRU b. PERÍODO TRANSCURRIDO ENTRE LA SEGUNDA Y LA TERCERA APROXIMACIÓN DE NIBIRU c. PERÍODO TRANSCURRIDO ENTRE LA TERCERA Y LA CUARTA APROXIMACIÓN DE NIBIRU d. PERÍODO QUE COMIENZA CON LA CUARTA APROXIMACIÓN
18. LOS SEÑORÍOS DE LOS GRANDES DIOSES
19. HIPÓTESIS DE CÓMO SE FORMÓ LA HUMANIDAD A
PARTIR DEL GRAN DILUVIO UNIVERSAL a. EL HOMBRE MODERNO PROVINO DE ÁFRICA b. LA RAZA MEDITERRÁNEA FUE LA PRIMERA EN LANZARSE A LA TAREA DE DESASNAR AL HOMBRE c. FORMACION DE LA HUMANIDAD EN EL EXTREMO ORIENTE d. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA RAZA BLANCA
20. EL SIGNIFICADO QUE SE OCULTA DETRÁS DE LA
EMERGENCIA DE LOS PUEBLOS SEMITA, CAMITA Y JAFETITA DE LA BIBLIA
21. THOT FUE UN DIOS MULTIFACÉTICO Y DE GRAN
CULTO UNIVERSAL
22. PROFUNDIZANDO LA OBRA DE THOT
23. OSIRIS ERA UN DIOS LLAMADO A SUCEDER A ENKI
EN EL SEÑORÍO SOBRE LA TIERRA a. OSIRIS HUNDE SUS RAÍCES EN LOS TIEMPOS QUE PRECEDIERON AL GRAN DILUVIO UNIVERSAL b. EL MITO DE OSIRIS c. HORUS PASA A SIMBOLIZAR AL FARAÓN FALLECIDO Y SE TRANSFORMA POSTERIORMENTE EN EL HIJO DE OSIRIS d. MUERTE DE OSIRIS EN EL PREDINÁSTICIO EGIPCIO QUE ES CÍCLICA CON EL ASESINATO PERPETRADO POR SETH Y SUS CÓMPLICES e. OSIRIS Y DUMUZI SON PERSONAJES CÍCLICOS f.OSIRIS Y DIONISOS TENDRÍAN IDENTIDADES SIMILARES
24. SETH TENÍA UNA PERSONALIDAD OPUESTA A LA
DE OSIRIS
25. LA PRIMERA Y SEGUNDA GUERRA DE LOS DIOSES
26. NINURTA FUE UNA DIVINIDAD QUE LLEGÓ A
IDENTIFICARSE CON EL ELAM
27. EL NEOLÍTICO DEBE SER CONSIDERADO COMO LA
ANTESALA DE LA CIVILIZACIÓN
28. LA IDENTIDAD DE SATURNO Y SUS CONJUNCIONES
CON JÚPITER
29. VERIFICACIÓN DEL RETIRO DE ISHKUR DE LA
AMÉRICA ANDINA HACIA EL 6835 A.C. Y SU ESTABLECIMIENTO EN EL TECHO DEL MUNDO
30. EL RETORNO DE ENLIL PARA INTERVENIR EL
SEÑORÍO DE ISHKUR 31. LA LEYENDA DE LA HIPERBÓREA
32. NOTAS DE INTERÉS INHERENTES A BABILONIA
a. INTENTO DE BÚSQUEDA DE LA PRIMERA FECHA DE FUNDACIÓN DE BABILONIA Y UNA BREVE RECONSTRUCCIÓN DE SU HISTORIA b. INTERPRETACIÓN DE LA RELACIÓN BÍBLICA EXISTENTE ENTRE BABILONIA Y ROMA
33. EL DILUVIO BÍBLICO
34. LA AMBICIÓN FRUSTRADA DE INANNA EN ORDEN
A DETENTAR LA HEGEMONÍA SOBRE EL CIELO, LA TIE RRA Y LOS INFIERNOS
35. VERIFICACIÓN DE LA CICLICIDAD EXISTENTE
ENTRE LOS PATRIARCAS BÍBLICOS ADÁN Y ABRAHAM
36. TRAS LOS PASOS DE NERGAL
37. ORIGEN DE LOS ISRAELITAS, SEGÚN
ARQUEÓLOGOS, HISTORIADORES Y LINGÜISTAS DE LA INDIA Y EL MEDIO ORIENTE
38. VISUALIZACIÓN DE LA TRASCENDENCIA
UNIVERSAL DE LAS FIGURAS DE ABRAHAM Y MOISÉS
39. LA XII DINASTÍA EGIPCIA BRINDÓ ACOGIDA A LOS
ISRAELITAS EN SU PAÍS
40. EVIDENCIAS DE QUE ISHKUR RECUPERÓ SU
CALIDAD DE DIOS SUPREMO HACIA EL 1559 A.C.
41. LA ACCIÓN CIVILIZADORA DE LOS DIOSES EN EL
NUEVO MUNDO
42. CONSTATACIÓN DE QUE YAVÉ ES EL DIOS
SUPREMO DE LOS ANTIGUOS DIOSES Y NO EL PADRE DE CRISTO
43. DISQUISICIONES SOBRE LA IDENTIDAD DEL DIOS
QUE ESTUVO DETRÁS DEL ÉXODO ISRAELITA
44. LAS CAÍDAS DE LOS REINOS DE JUDÁ E ISRAEL
45. LA IRRUPCIÓN DE LOS PERSAS Y DEL
ZOROASTRISMO EN EL MUNDO ANTIGUO
46. BUDA Y SU OCULTA RELACION CON LA MISIÓN DE
CRISTO
47. GRECIA FUE LA DIFUSORA DE LA RACIONALIDAD
EN EL MUNDO ANTIGUO
48. LA FUSION DE LAS RELIGIONES ORIENTALES Y LA
FILOSOFÍA GRIEGA
49. LA INFLUENCIA DE LA RELIGIÓN EN EL AUGE Y LA
CAÍDA DE ROMA
50. LA VUELTA DE YAVÉ A ISRAEL A APUNTALAR EL
ESPÍRITU MESIÁNICO
51. LA CAÍDA DE LA INFLUENCIA EJERCIDA POR EL
DIOS AMÓN-RA
52. EL RETIRO DE LOS DIOSES DE LA TIERRA
53. RESUMEN SUMARIO SOBRE CRISTO Y EL
CRISTIANISMO
54. HIPÓTESIS DE CÓMO EL HOMBRE EVOLUCIONÓ
HACIA SU INDIVIDUALIDAD
55. LAS TEORÍAS EVOLUCIONISTAS SON REDUCCIO
NISTAS Y ERRÓNEAS AL ADMITIR QUE LAS MÁQUINAS INTELIGENTES PUDIERAN LLEGAR A SUPERAR Y A SOMETER AL HOMBRE
56. CONSTATACION DE QUE DIOS SE ENCARNÓ EN
ESTE MUNDO EN LA MISMA ÉPOCA EN QUE SE SOSTIENE QUE NACIÓ JESÚS a. SINTESIS INHERENTE A LA HIPÓTESIS SOBRE LA ENCARNACIÓN DE DIOS EN LA PERSONA DE JESU CRISTO b. VARIACION DE LAS EXPECTATIVAS DE VIDA DE LAS MASAS SIGLO A SIGLO
57. CONCLUSIONES QUE EVIDENCIAN QUE TODO CON
DUCE A UNA PLENA ESPIRITUALIDAD a. JESÚS TUVO QUE MORIR PARA IDENTIFICARSE PLE NAMENTE CON LA HUMANIDAD Y CUMPLIR TAMBIÉN CABALMENTE CON LA VOLUNTAD DE DIOS
A N E X OS
1. RELACIÓN SUMARIA SOBRE LOS SUMERIOS Y
EGIPCIOS DESDE LA LLEGADA DE LA CIVI LIZACION A ESOS PUEBLOS HASTA LA CAÍDA DE SUMER
2. EL CERCANO ORIENTE DESDE LA CAÍDA DE SUMER
HASTA EL OCASO DE BABILONIA CO MO CAPITAL RELIGIOSA DEL ANTIGUO ORIENTE
3. LOS HURRITAS Y LOS HICSOS
4. LA PRESENCIA DE SATURNO EN EL MUNDO DE LOS
MUERTOS
5. LA LEYENDA DE LOS SOLES Y EL QUINTO SOL
6. LONGEVIDADES MEDIAS DE LAS ÉLITES SIGLO A SIGLO a. SIGLO VI a.C. b. SIGLO V a.C. c. SIGLO IV a.C. d. SIGLO III a.C. e. SIGLO II a.C. f. SIGLO I a.C. g. SIGLO I d.C. h. SIGLO II d.C. i. SIGLO III d.C. j. SIGLO IV d.C. k. SIGLO V d.C. l. SIGLO VI d.C. m. SIGLO VII d.C. n. SIGLO VIII d.C. o. SIGLO IX d.C. p. SIGLO X d.C: q. SIGLO XI d.C. r. SIGLO XII d.C.-
7. EVOLUCION SIGLO A SIGLO DE LA ESPIRITUALIDAD
MUNDIAL a. SIGLOS VI A II a.C. b. SIGLO I a.C. c. SIGLOS I Y II d.C. d. SIGLO III d.C. e. SIGLO IV d.C. f. SIGLO V d.C. g. SIGLO VI d.C. h. SIGLO VII d.C. i. SIGLO VIII d.C. j. SIGLO IX d.C. k. SIGLO X a.C. l. SIGLO XI d.C. m. SIGLO X d.C. n. ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LO OCURRIDO ENTRE LOS SIGLOS XIII Y XVIII d.C.
8. CONSTATACIÓN DE QUE LA VARIACIÓN DE LAS ESPI
RITUALIDADES DE ORIENTE Y OCCIDENTE GUARDAN UN CIERTO PARALELISMO A PARTIR DEL SIGLO VIII a. C.
9. LA CRISIS QUE AFECTA A LA IGLESIA EN NUESTROS
DÍAS INTRODUCCIÓN
A Dios hay que buscarlo tanto en el pasado remoto como en
el más distante futuro, pues la preocupación principal del hombre debe ser procurar encontrarlo para tratar de conocerlo mejor, a fin de orientar su vida de mejor manera. Este libro tiene el propósito de mostrar que Dios ha estado siempre presente en la historia de toda la humanidad, que los dioses fueron instrumentos de Dios en sus épocas más primitivas, que todas las grandes religiones están destinadas a alumbrar a la que llegará a ser la verdadera religión al final de los tiempos y que Jesucristo (la encarnación de Cristo que es un ser preexistente) es un ser histórico que no apareció en forma aleatoria, sino cuando la humanidad angustiada lo llamó convencida que su fin se aproximaba. El objetivo de este libro es contribuir a terminar con las luchas religiosas que nos dividen y nos impiden avanzar a través del diálogo interreligioso y entre los pueblos del mundo hacia una verdadera religión universal y hacia la satisfacción plena del bien común que es la voluntad de Dios. Esta introducción tiene la característica de dar una visión panorámica de cómo pudo haber evolucionado el devenir de los dioses en medio de la humanidad, hasta la venida de Jesucristo. Atendiendo a lo dicho en los diversos capítulos en que se desarrolla este ensayo, resulta evidente que sin hacer referencia a Cristo y al Cristianismo, se hace difícil tener un referente para intentar vincular a Cristo con los dioses. Para salvar este inconveniente, en el Capítulo 53, se hace un resumen sumario de la evolución del Cristanismo que se complementa con lo dicho en los Capítulos 55, 56 y 57, a fin de llegar a la conclusión que los dioses no serían otra cosa que los antecesores de las grandes religiones que constituyeron una etapa necesaria en el avance hacia la madurez religiosa de la humanidad. El hombre debe reconocerse antropológicamente como una unidad muy digna e integral, pues sabemos, por la filosofía “aristotélico-tomista”, que el hombre es una unidad substancial compuesta de dos principios fundantes inseparables: el cuerpo y el alma. El hombre es en definitiva cuerpo y alma, es decir, el hombre es su cuerpo y, a la vez, su alma. Aristóteles nos dice en su Ética a Nicómaco que todo lo que hacemos, lo hacemos porque queremos ser felices, y que toda finalidad particular que tiende a la felicidad, se convierte en un medio para alcanzar este bien supremo que se sitúa al fin de la existencia. La persona es un ser integral en cuanto a espiritualidad y corporeidad, siendo su cuerpo el objeto especial mediante el cual el alma humana se manifiesta en el mundo simbólicamente y de manera concreta. Desde este punto de vista, toda elección es un ejercicio espiritual y todo movimiento corporal, el resultado visible de esta elección en el mundo. En consecuencia, todo movimiento corporal concreto es la manifestación espiritual de una persona humana, entendiéndola a esta como poseedora de una dignidad inalienable que la hace ser persona especial y no solamente un individuo que es miembro de la especie humana, lo que se trasunta en que sea inteligente, con voluntad, con libertad, con una irrepetible singularidad, poseedora de una apertura al bien y a la verdad e inclinada a la trascendencia y a la realización en el amor. En el hombre, se advierte una supremacía del alma por sobre el cuerpo, justamente porque el alma es el principio esencial de vida, pero si bien existe esta supremacía, no existe un desprecio, ni menos un olvido del cuerpo al estilo platónico. Es más, este cuerpo de carne y hueso se va configurando a causa y en la medida que actúa sobre él el principio vital que es el alma, ya sea vegetativa, sensitiva o racional. Por nuestra tradición filosófica sabemos que la forma (el alma) perfecciona al cuerpo y que siempre es más perfecto un cuerpo animado que uno inanimado y, por lo tanto, en lo que respecta al hombre, su cuerpo es perfeccionado por el alma, por ser el principio que organiza la materia inerte y le da vida perfecta. Podríamos decir en términos simples que el alma que es la interioridad fundamental de la persona humana que comunica al cuerpo sus intenciones para que este las manifieste al mundo. Es, por eso, que es imposible que la vida provenga de la misma materia, pues, de ser así, todo cuerpo sería siempre un cuerpo con vida, un cuerpo animado, y la evidencia empírica nos dice que no hay tal, pues existen cuerpos en estado inerte. A título explicativo, cabe señalar que el ojo es a la vista, como el cuerpo es al alma, pues el ojo puede existir sin vista, pero no puede existir vista sin ojo. Igualmente puede existir cuerpo sin alma, pero no a la inversa. Entonces, cuerpo y alma son inseparables. En rigor, como el hombre es cuerpo, alma y espíritu inmanente (presencia de Dios en el hombre) y el espíritu es inmortal, el cuerpo y el alma también debieran llegar a serlo. La historia de los dioses guarda una evidente relación con la evolución de la humanidad, abarcando muchos milenios, lo que hace necesario mantener una cierta unidad de visión, tomando como guías a sucesos nucleares del pasado remoto que tengan una validez probada, reinterpretando, después de un análisis profundo, los hechos mitológicos que tengan un carácter contradictorio o conduzcan a conclusiones aberrantes, a fin de darles su verdadero sentido o descartarlos, y llegar finalmente a una secuencia más o menos lógica de los hechos analizados. No hay que olvidar que los dioses, antes de abandonar la Tierra, deben haber tratado de ocultar sus huellas, de modo que el hombre se olvidara de ellos y pudiera llegar a autoconvencerse de su libre albedrío lo antes posible. Si el hombre es un ser único e irrepetible y complementario con los demás seres humanos, las religiones de todos los pueblos tendrán también que guardar una cierta complementariedad entre sí, la que se irá manifestando en la medida de que el hombre evolucione. Dios se irá presentando como un ser inmanente en Oriente y como un ser trascendente en Occidente, conciliándose progresivamente ambas características con el transcurso del tiempo y fundiéndose al final de los tiempos. Lo primero se traduce en que el hombre oriental pone la espiritualidad muy por encima de la racionalidad, en tanto que el hombre occidental privilegia la materialidad y la racionalidad por sobre lo espiritual. En realidad, en el cristianismo ya se da esa compatibilidad entre lo trascendente y lo inmanente en el Dios cristiano, puesto que en la Santísima Trinidad aparece el Padre, como el Dios trascendente, y el Espíritu Santo, como el Dios inmanente. Albert Einstein decía: “Cuando la mente de un hombre se abre a una nueva idea, ella jamás regresará a su estado original”. Esto es así, por cuanto Dios, si alguien actúa en el sentido del bien común y lo hace con honradez y pasión, lo más probable es que le envíe su iluminación. Como toda cosa o idea nueva procede de Dios, quiere decir que éste actúa desde el futuro. En consecuencia, buscar a Dios siempre conducirá a un mayor conocimiento del mundo y a un acercamiento armónico con él. Solo se podrá empezar a conocer a Cristo en su verdadera dimensión, cuando seamos capaces de asociarlo históricamente con los antiguos dioses que lo precedieron, los cuales tienen que haber preparado el camino para su llegada. De no hacerlo así, seguiremos pensando que Cristo podría ser una superchería fundada en antiguos mitos, en circunstancias que Cristo es el culmen dentro de la evolución de las religiones, o, tal vez, que Cristo emergió caprichosamente en una fecha cualquiera, olvidando que solo pudo hacerlo, al alcanzar la humanidad un grado de espiritualización tal que quedara facultada para entenderlo y Él pudiera escuchar su llamado angustioso, lo cual ocurrió en los hechos cuando el mundo romano creyó que estaba próximo su fin, lo que revela que la intervención de Cristo en medio del mundo es una consecuencia de las circunstancias históricas que lo rodearon, viniendo realmente a salvarnos en un momento en que no quedaba otra alternativa para el efecto, por cuanto Cristo, por ser respetuoso del libre albedrío del hombre, solo interviene, atendiendo a nuestro llamado. Esta situación crítica se presentó cuando el promedio de longevidad del hombre empezó a situarse un poco por debajo de los 30 años, es decir, por debajo de su madurez física y racional, lo que lo dejaba en un estado que lo limitaba para transmitir los conocimientos acumulados en las pasadas generaciones a las generaciones por venir (ver Hipótesis historicista sobre el fin de los tiempos de este autor), circunstancia que amenazaba seriamente su supervivencia. Si nos remitimos a lo dicho en los Capítulos 1 y 2 de este ensayo, no pareciera posible dudar que los dioses existieron y que sirvieron de auxiliares al Dios Único para desasnar a la humanidad, puesto que, en esa época remota, este Dios con mayúsculas no podía manifestarse en medio de la humanidad por corresponder a una energía de frecuencia vibratoria infinita que no podía sintonizarse con la propia del ser humano que era de muy baja frecuencia vibratoria, habida cuenta que la naturaleza de su alma colectiva era demasiado densa, debiendo transformarse esta en una sustancia crecientemente sutil para alcanzar una creciente sintonía espiritual que será total solo al final de los tiempos. En el presente trabajo, trataremos de buscar a Dios en el pasado, utilizando las escasas huellas que nos dejan las antiguas mitologías, las cuales podrían ser ya suficientes para penetrar profundamente en el misterio que las envuelve e intentar interpretar debidamente los tiempos mitológicos, teniendo presente que el acervo de conocimientos sobre las antiguas mitologías crece día a día, como asimismo su interpretación. Suele aplicarse el nombre de mitología a la colección de fábulas y leyendas en las que se refieren las aventuras de los dioses y los héroes que eran objeto de culto en la antigüedad. A partir del siglo pasado, los estudios mitológicos comparados han adquirido una mayor importancia, a causa de la incorporación de los poemas indos, célticos, eslavos, escandinavos y fineses y por efecto de la interpretación más profunda del misticismo egipcio y mesopotámico, como consecuencia del descubrimiento creciente y la traducción de jeroglíficos y escritos cuneiformes. En efecto, cada día crece el estudio comparado de las mitologías que tienen un distinto origen geográfico, tras la búsqueda de analogías. El carácter más saliente de las mitologías es la homogeneidad de tradiciones entre pueblos pertenecientes a diferentes razas y de genio diverso. Además de una multitud de leyendas de muchos pueblos, salvadas del olvido por su interés extraño o encantador, existe un conjunto de ideas fundamentales y de hechos generales que se encuentran presentes en todas partes. Tal es el caso de las creencias universales en cuanto a la influencia de los astros sobre el destino de los hombres y a la estrecha relación simbólica que une a estos con los animales, las cuales se derivarían de un doble simbolismo sideral y animal que caracterizaría a las tribus primitivas. Lo es también el recuerdo de un lugar donde los muertos revivían para someterse a un juicio donde eran premiados o castigados. Asimismo, lo es la general reminiscencia de una inundación inmensa que cubrió la Tierra, exterminando a pueblos enteros y lanzando a los supervivientes hacia los cuatro puntos del globo. Estas tradiciones y muchas más, apenas diferenciadas, según el espíritu poético, piadoso o realista de las distintas razas, llaman la atención en todas partes por su semejanza, atestiguando que debieron derivarse de un hogar único y que irradiaron hacia los distintos territorios de nuestro planeta. Las ciencias están prestando un gran aporte al desciframiento de los misterios guardados por las mitologías. Entre ellas, cabe mencionar la arqueología, la paleontología, la lingüística, la astronomía, la arqueastronomía, la geofísica, las ciencias genéticas, etcétera. El carácter cíclico de los hechos del pasado abre, por otra parte, un horizonte inmenso para proyectar luz sobre las diversas mitologías y para conferirles un carácter, incluso, cronológico. De gran utilidad nos han sido los ciclos precesionales, los ciclos de acercamiento del planeta Nibiru a la Tierra, los ciclos sotíacos, los períodos proféticos de 1.260 años de la Biblia y varios otros más. Particularmente decisivo para nuestro propósito, ha sido el descubrimiento por este autor de la relación cíclica de carácter general que se muestra en el Capítulo 19-a, la cual guarda una cierta relación de complementariedad con el descubrimiento de otra relación de orden contracíclico que resulta aplicable dentro del período comprendido entre la Primera Venida de Cristo y su Segunda Venida (ver libro intitulado Hipótesis Historicista sobre el Fin de los Tiempos de este autor). Por otra parte, el mundo es holístico, es decir, todos los sucesos que ocurren en el espacio y en el tiempo, están relacionados entre sí. Existen muchos escritores empeñados en tratar de interpretar leyendas y mitos antiguos, empeño que inevitablemente termina por desviarlos del objetivo de hacer una interpretación correcta, no logrando discernir cuáles son los verdaderos hechos del pasado, llevándolos a incurrir en muchas afirmaciones erróneas por razones cronológicas e idiomáticas y por la diversidad de textos antiguos diferentes o que se encuentran incompletos que caracterizan a muchas de ellas, y no consiguiendo, por lo tanto, develar la verdad que se oculta en los hechos míticos del pasado. Sin embargo, es posible que en muchos de sus libros haya mucho de verdad que rescatar, manifestada en intuiciones muy valiosas que llevarían a descubrimientos nuevos, si se examina la profundidad de sus obras. Las intuiciones corresponden a un pensamiento prerracional, lo que significa que cualquier persona dotada de una cierta capacidad de asociación de ideas estaría en condiciones de validar con la razón las verdaderas intuiciones que han iluminado a esos investigadores, los cuales son tenidos generalmente como pseudocientíficos. La suma de las investigaciones de estos escritores que sean admisibles como hechos auténticos, debiera aumentar el caudal de hechos verdaderos, acercándonos gradualmente a la verdad cabal, en la medida que continúen y se profundicen los esfuerzos por investigar nuestro pasado. A ello contribuirá, además, el avance de las ciencias que irá proporcionando nuevos datos comprobables del pasado, lo que facilitará esa tarea. Por otra parte, Henry Bergson dice que hay mecanismos muy útiles para intuir sin necesidad de lograr una relación mística muy estrecha con Dios, como es el caso de las intersecciones de rectas de hechos históricos y la elaboración de análisis estadísticos y probabilísticos. Esto llevaría a la metafísica a superar la abstracción, ya que se estarán utlizando cada vez más medios de prueba, como se hace en el área de la física experimental, para los efectos de justificar los resultados alcanzados. Ello está claro, teniendo presente que lo trascendente que prescinde de lo inmanente es mera abstracción y lo inmanente que prescinde de lo trascentente es solo reducción. Este autor, mediante el uso de relaciones matemáticas cíclicas y contracíclicas, está aportando nuevas vías para justificar cuestiones ligadas a la metafísica. Esto, sin desconocer el valor de la fe y de las experiencias transpersonales, las que desgraciadamente tienen el inconveniente de estar asociadas a experiencias individuales, cuya aceptación encuentra resistencia entre mucha gente por la falta de una demostración material. Los grandes problemas que parecen venirse encima de la humanidad van, sin embargo, a incrementar la relación directa del hombre con Dios (relación mística), ya que los avances tecnológicos van a ser cada día más rápidos y profundos y la razón va a ser cada vez más insuficiente para tomar buenas decisiones oportunas en forma exclusiva, lo que va estimular el desarrollo de la intuición (conocimiento que nos transmite Dios desde el futuro y que guarda relación con el hecho de que todo conocimiento nuevo es obra exclusiva de Dios) y la participación y la cooperación tendrán que sustituir a la competencia. Esto no significa que toda intuición no necesite ser validada, ya que el pensamiento intuitivo es prerracional, lo que significa que deberá pasar siempre por el cedazo de la razón para su validación, por ser el hombre el único ser vivo de carácter racional y con un grado de conciencia relativamente desarrollado como para poder percibir a Dios. Otro elemento rescatable es el hecho de que en este trabajo se ha logrado demostrar que la Biblia es muy fidedigna, pues admite la verificación cronológica de sus hechos. Esto hace que cobren un indiscutible valor Génesis 1:27-28 y Salmo 8 (ver Capítulo 55), donde se aprecia que Dios entregó al hombre la autoridad sobre los animales y todas las demás criaturas que pueblan o que puedan aparecer en el escenario del mundo, incluyendo, por supuesto, las máquinas inteligentes que serán producto de la evolución de las cosas inanimadas. Las teorías evolutivas que señalan que la inteligencia artificial va a superar a la conciencia, transformándose el hombre en esclavo de máquinas inteligentes, serían, entonces, un gran absurdo, ya que, de acuerdo a lo dicho por Dios, todo está sometido a la autoridad del hombre y este a la autoridad de Dios, no pudiendo llegar las máquinas a dominar al hombre. En este libro, se ha demostrado, además, fehacientemente que Cristo es la encarnación de Dios, no siendo esta una mera ficción, por lo cual no es posible pensar que las máquinas inteligentes puedan llegar a someter al hombre a su dominio. La terapia génica constituye una forma de manipulación genética que trata de corregir o disminuir los efectos que ocasionan enfermedades de origen genético. Existen grandes esperanzas puestas en el desarrollo de este tipo de terapias, sobre todo para enfermedades somáticas de origen genético que, hoy, no tienen curación. Pero hay también numerosas dificultades técnicas que no están del todo resueltas. No se ha demostrado todavía eficacia clínica cabal en la intervención genética, pudiendo traducirse ello en una fuente de daños irreversibles para el organismo humano en el futuro. Ello plantea, por una parte, la imperiosa necesidad de regular las investigaciones y aplicaciones genéticas por medio de protocolos que deben ser rigurosamente analizados por comités de evaluación ética y científica y, por otra, el apremio por establecer un diálogo entre países, con el fin de evitar la presentación exitista de una técnica específica en un mercado determinado sin mencionar las dificultades inherentes a su aplicación. Una de las preocupaciones mayores es que la aceptación paulatina de este tipo de terapias y la eliminación progresiva de restricciones, permitan el uso de la técnica para terapia génica germinal y para terapia génica de mejoría de características particulares, cuya validez ética sea cuestionable. Usar la terapia génica en células germinales conlleva el riesgo de introducir daños genéticos en generaciones posteriores. Dejar libre el desarrollo sin límites de las ciencias genéticas, podría, por ejemplo, alterar profundamente al mundo, en cuanto al número de mujeres y hombres, los cuales están virtualmente en equilibrio. Además, podría afectar la complementariedad de los seres humanos, los que están obligados a vivir en sociedad para satisfacer sus necesidades que no solo son de orden individual sino también de índole grupal, de donde nace la idea del bien común. Por otra parte, los seres humanos somos únicos e irrepetibles, los que nos hace iguales en materia de dignidad. Fuera de las fallas a que pueda dar origen la aplicación de las nuevas técnicas genéticas, estas se podrían prestar para convertir a una élite económica en superdotada, otorgándole ventajas objetivas sobre el resto, sin haber hecho nada para merecerlo, lo que aumentaría la brecha social de manera incontrarrestable. También se podría dar que los sectores que ejercen el poder económico, se sintieran tentados a encargar la creación de seres de una gran fuerza y resistencia que pudieran conformar una mano de obra muy eficiente e incondicional, creando una suerte de verdaderos esclavos. INTERNET cada día se está transformando en una fuente más valiosa de información, la cual, en muchos casos, requiere todavía ser sometida a un proceso de filtrado previo para los efectos de ser aceptada como válida. INTERNET es muy interesante, pues suministra información sobre muchos aspectos puntuales, ahorrando un tiempo considerable en materia de lectura. Zecharia Sitchin fue el investigador que, a través de la traducción e interpretación de tablillas y otros documentos de los antiguos sumerios, babilonios, etcétera, parece haber encontrado la clave perfecta para poder entender el origen de la humanidad y la forma para descifrar muchos misterios que siempre nos han rodeado y para conocer la realidad que se esconde detrás de cada mito y cada leyenda inherentes a las culturas antiguas. Para los sumerios, al igual que para muchos otros pueblos de la Antigüedad, sus dioses fueron seres de carne y hueso que un día habitaron entre ellos, de los que aprendieron numerosas enseñanzas para impulsar su evolución. Esta es una constante que se repite sin cesar a lo largo de todas las antiguas culturas del mundo, lo que nos lleva a la conclusión de que los “dioses” no serían más que extraterrestres, es decir, espíritus encarnados como nosotros, pero nativos de otro u otros planetas, en donde habrían logrado alcanzar un nivel de desarrollo relativo muy superior al humano, que los capacitó para fabricar naves espaciales que les permitieran llegar hasta nuestro propio planeta y empezar a guiarnos por el camino del desarrollo. El Enuma Elish o Epopeya de la Creación es el equivalente babilonio del Génesis bíblico. En 1976, Sitchin hizo una sugerencia asombrosa que nadie ha refutado hasta el momento, en orden a que el Enuma Elish es una epopeya cosmológica que describe de manera exacta la formación del Sistema Solar hace varios billones de años. Sitchin se dio cuenta, además, de que las referencias a dioses eran propiamente referencias a planetas, que los vientos podrían interpretarse como satélites y que el papel del dios Marduk era análogo al cumplido por el planeta que los sumerios conocían bajo el nombre de Nibiru. El planeta Nibiru aparecería inicialmente como un astro ajeno al Sistema Solar que fue atraído por el Sol, originando una cierta inestabilidad transitoria dentro de este sistema planetario y pasando a constituirse en el Décimo Planeta, luego de desintegrar al planeta Tiamat, desintegración que habría dado origen al planeta Tierra y al cinturón de asteroides, además de transformar en planeta a Plutón, que dejó de ser satélite de Saturno. Entonces, los diez planetas del Sistema Solar serían Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno, Plutón y Nibiru. Este último planeta recorrería una órbita muy excéntrica e inclinada en torno al Sol y su movimiento de traslación tendría una duración de 3.600 años, no siendo detectado aún por los astrónomos, aunque se intuye su existencia por las anomalías mostradas por el comportamiento de algunos planetas. El movimiento de traslación de 3.600 años es verificable a través de demostrar incuestionablemente que el Gran Diluvio Universal tuvo lugar en el 10.435 a.C. y de demostrar por cuatro vías diferentes, una de las cuales compete al planeta Nibiru, que el fin de los tiempos ocurrirá en el 2965 d.C. (ver Hipótesis historicista sobre el fin de los tiempos de este autor). Sitchin, a través de la interpretación de las tablillas cuneiformes que tuvo a la vista, pudo deducir que hubo cinco Grandes Dioses que ejercieron el Señorío sobre la Tierra durante sendas eras astrológicas, es decir, por espacio de 2.148 años, aproximadamente, cada una de ellas, lo cual da un total aproximado de 10.740 años, lo que casi coincide con tres circunvalaciones del planeta Nibiru en torno al Sol, las cuales, a partir del Gran Diluvio Universal, suman 10.800 años. Esto significa que, a la tercera circunvalación nirubiana, los dioses tuvieron la posibilidad cierta de abandonar este planeta, retornando a Nibiru. El problema que se planteaba, era conocer en qué año se produjo el último acercamiento de Nibiru a la Tierra, ocasión en que los dioses abandonaron nuestro planeta. Afortunadamente, se encontró que esta fecha cae en el 365 d.C., o sea, cuando ya había nacido Cristo y la fase histórica de la humanidad se encontraba suficientemente avanzada, ocurriendo sintomáticamente dos años después de la caída de Juliano el Apóstata, el último emperador romano pagano. Asimismo, el 365 d.C. ocurrió 40 años después del Concilio de Nicea (325 d.C.), intuyéndose que este sería un período de prueba o preparación para los descendientes de los dioses que se quedaron en la Tierra, a fin de contribuir a la evolución de la especie humana y a la sustitución del paganismo por el cristianismo. En el año 365 d.C., se produjeron grandes marejadas en el Mediterráneo que afectaron principalmente a las regiones costeras de España y Egipto, las que se podrían atribuir al acercamiento del planeta Nibiru a la Tierra. Restando del año 365 d.C., los 10.800 años a que nos referimos precedentemente, se llega al 10435 a.C. como fecha de ocurrencia del Gran Diluvio Universal. Esta fecha es irrebatible, pues fue corroborada con los antecedentes cronológicos suministrados por Manethon para el listado de reyes de Egipto (ver Capítulo 9). Además, en el libro de este autor, intitulado Hipótesis historicista sobre el fin de los tiempos, se llegó al año 2965 a.C. para la Segunda Venida de Cristo y el inicio del Reino Milenial, a través de cuatro vías diferentes, siendo esta última fecha también algo que pareciera incontrovertible por tratarse de una intersección múltiple de hechos históricos en un mismo año. Una de estas vías incluyó como antecedentes las cuatro primeras circunvalaciones del planeta Nibiru en torno al Sol, a partir del Gran Diluvio Universal, lo que nos llevaría al 3965 d.C., año que coincidiría con el del Juicio Final descrito en el Apocalipsis. Descontando de esa fecha los mil años concernientes al Reinado Milenial de Cristo (ver Apocalipsis 20), se llega al año 2965 d.C. para su Segunda Venida. A mayor abundamiento, en Apocalipsis 8:11 se habla de la estrella Ajenjo, una estrella grande que caerá del Cielo, la cual no puede ser otra que el planeta Nibiru. Con la ayuda de la cronología de los reyes de Egipto de Manethon, la precesión de los equinoccios, antecedentes bíblicos y antecedentes sobre la Primera Dinastía de Babilonia, fue posible determinar los períodos en que ejercieron su Señorío sobre la Tierra los dioses Enki, Ninurta, Sin, Ishkur y Marduk. Debido a que el Adán bíblico se asocia con el periodo que precedió al inicio de la civilización del mundo, el Adán que apareció a la vuelta del Gran Diluvio Universal debería asociarse al Mesolítico (etapa previa de preparación del Neolítico), siendo ambas creaciones cíclicas entre sí, puesto que en la Antigüedad el tiempo era circular. En el Capítulo 18, se observa que Marduk dejó de ejercer su señorío (quinto señorío sobre la Tierra) en forma real en el año 1559 a.C., momento en que los hititas conquistaron y saquearon la Babilonia amorita, gobernada por la Primera Dinastía Babilonia, pero la abandonaron de inmediato, dejando que la ocuparan los casitas, aliados suyos, los que se convirtieron a la fe de Marduk, a fin de que este dios pudiera seguir ejerciendo nominalmente el señorío sobre la Tierra. Entonces, el 1559 a.C. habría sido el año en que Ishkur se asoció con Marduk, a fin de recuperar la calidad de Dios Supremo. Puesto que todos los dioses deben haber entregado sus cuotas de poder al Dios Supremo en el 1559 a.C., lo anterior se puede verificar, por ejemplo, determinando el momento en que Sin abandonó su posición de poder en favor de Ishkur a través de la relación cíclica general expuesta en el Capítulo 40. Sin ejerció el Señorío sobre la Tierra entre el 6156 y el 3994 a.C., siendo confinado en prisión por Ishkur en este último año. Posteriormente Enlil lo liberó de prisión y le entregó el patronazgo sobre Ur, debiendo conservar esa condición hasta el año 1559 a.C., quedando definido el año de su liberación por la relación cíclica: 6.156 / 3.994 = X / 1.559 ecuación que da como resultado X = 2403 a.C., año que parece calzar con el año de término de la Primera Dinastía de Ur que estuvo bajo el patronazgo de Ninhursag, pasando Sin a ejercer tal calidad hasta el año 1559 a.C., pero siendo este período aparentemente discontinuo, por cuanto en el intertanto Ur estuvo bajo las Segundas Dinastías de Uruk y de Ur, el Imperio Acadio y, después, en manos de Ninurta hasta el acceso de la Tercera Dinastía de Ur (2112 a.C.). A mi parecer, Enlil habría delegado la calidad de Dios Supremo o Jefe del Panteón de los Dioses en la persona de Sin, sin importarle quien ejerciera la soberanía sobre Sumer, superándose esta contradicción con el advenimiento de la Tercera Dinastía de Ur. Después de la caída de Súmer (2004 a.C.), donde el poder de Enlil se volatilizó, hubo un período de anarquía que se caracterizó principalmente por los sucesivos enfrentamientos entre Isin y Larsa, el que se prolongó hasta la caída definitiva de Isin a manos de Larsa, cuyo dominio fue sucedido por el posterior ascenso al poder de la Babilonia de Marduk. Debido a que los cinco Grandes Dioses fueron elegidos para detentar el señorío sobre los dioses y también sobre los seres humanos, durante la duración de las tres primeras circunvalaciones de Nibiru en torno al Sol, ellos estaban constreñidos a gobernar, aunque fuera nominalmente en sus últimos años de gobierno, hasta el término oficial de la era zodiacal que le correspondió a cada uno de ellos. Ellos, al parecer, no podían ser desplazados oficialmente de su señorío, sino al término del mismo, debiendo completar en conjunto cinco eras zodiacales (ver Capítulo 18). Ello podría deberse a que la participación relativa de los carismas individuales de los dioses, debe haberse ajustado a las necesidades de evolución de la humanidad en cada época, debido a que los carismas de los Grandes Dioses deben haber sido diferentes, pero complementarios entre sí, debiendo ser distinta la importancia relativa de la participación de los distintos carismas en cada paso dado por la evolución de la humanidad. Asociando las fechas fundamentales determinadas por los procedimientos precedentemente descritos, por medio de la relación cíclica general desarrollada por este autor, con el aporte adicional de las fechas correspondientes a descubrimientos geofísicos vinculados a grandes catástrofes que ha sufrido la Tierra, con las cifras etarias suministradas por la Biblia y otros libros sagrados, con los ciclos precesionales, con los ciclos orbitales de Nibiru, con los ciclos sotíacos, con los períodos proféticos de 1.260 años de la Biblia, con los mecanismos de intersección de rectas de hechos históricos y con análisis probabilísticos y estadísticos, es posible llegar a datar una gran gama de hechos que serían suceptibles de transformarse de ahistóricos en históricos, lo que nos permite concluir que, a estas alturas de la civilización humana, la transformación del devenir de los dioses de mera mitología a historia, no sería una utopía. Hacia el 1000 a.C. (ver final del Capítulo 8), se intuye el retiro de Ishkur del gobierno terrenal, por lo menos, de la región del Egeo, puesto que esta región, al término de la Edad de Bronce, cayó en una Edad Oscura, como consecuencia del colapso de la cultura micénica, período de decadencia que se prolongó hasta la emergencia de la Grecia arcaica en el siglo VIII a.C. La Época Arcaica es una periodización de la historia de la antigua Grecia con la que la historiografía distingue la etapa en la que la Hélade salió del periodo anterior (la Época Oscura), caracterizado por la distribución del espacio helénico entre tribus indoeuropeas que hablaban distintas variantes de la antigua lengua griega (aqueos, jonios, dorios, eolios, arcadios que se superpusieron sobre los pelasgos prehelénicos y los primeros inmigrantes aqueos) y que introdujeron la Edad de Hierro en medio de una total ausencia de fuentes escritas y una drástica ruptura cultural con la civilización micénica, cuyo fin sigue siendo objeto de debate, y que conformaron los rasgos de la civilización griega que quedará plenamente cristalizada en la posterior Época Clásica. Entre los siglos VIII y VI a.C., se desarrollaron las ciudades-estado griegas o polis, las que se expandieron por todo el Mediterráneo mediante la colonización. A pesar de su gran fragmentación política, los griegos fueron construyendo una identidad común frente a otros pueblos de la Antigüedad, la que se tradujo en la formación de una conciencia vigorosa, evidenciada en sus manifestaciones culturales y artísticas y en una peculiar cosmovisión que se ha interpretado como tensión entre lo apolíneo y lo dionisíaco. En esta época, se incubó la filosofía griega y emergió el pensamiento dual, escindiendo en dos nuestra mente, lo que se mantiene hasta nuestros días, permitiendo el desarrollo de la razón. En un comienzo, debido a la idiosincrasia colectivista vigente, se privilegió el bien común, pero, luego, empezó a prevalecer el interés individual o grupal. El período que el filósofo alemán Karl Jaspers denominó como Era Axial, fue decisivo para el desarrollo espiritual de la humanidad, por lo cual es necesario dedicarle un espacio muy preferente para analizarlo. El filósofo alemán llamó Era Axial al periodo que transcurrió entre el 800 y el 200