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Tema 23. DERECHO PROCESAL II.

Este documento presenta parte de la legislación procesal penal española relacionada con la detención y los derechos de los detenidos. Describe quién puede realizar detenciones, los plazos y procedimientos para la entrega de detenidos a las autoridades judiciales, y los derechos de los detenidos como el acceso a un abogado y a comunicarse con familiares. Además, establece normas para el trato humano de detenidos y presos que protejan su dignidad y reputación.

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Tema 23. DERECHO PROCESAL II.

Este documento presenta parte de la legislación procesal penal española relacionada con la detención y los derechos de los detenidos. Describe quién puede realizar detenciones, los plazos y procedimientos para la entrega de detenidos a las autoridades judiciales, y los derechos de los detenidos como el acceso a un abogado y a comunicarse con familiares. Además, establece normas para el trato humano de detenidos y presos que protejan su dignidad y reputación.

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TEMA 23

TEMA 23. DERECHO PROCESAL PENAL II. Legislación procesal criminal: El sumario: La detención y el
derecho de «Habeas Corpus». El ejercicio del derecho de defensa, la asistencia del abogado y el
tratamiento de detenidos y presos.

1. REAL DECRETO DE 14 DE SEPTIEMBRE DE 1882 POR EL QUE SE APRUEBA LA LEY DE ENJUICIAMIENTO


CRIMINAL.

1.1. LA DETENCIÓN
TÍTULO VI
De la citación, de la detención y de la prisión provisional
Capítulo II
De la detención
Artículo 489.
Ningún español ni extranjero podrá ser detenido sino en los casos y en la forma que las leyes prescriban.
Artículo 490.
Cualquier persona puede detener:
1.º Al que intentare cometer un delito en el momento de ir a cometerlo.
2.º Al delincuente in fraganti.
3.º Al que se fugare del establecimiento penal en que se halle extinguiendo condena.
4.º Al que se fugare de la cárcel en que estuviere esperando su traslación al establecimiento penal o lugar
en que deba cumplir la condena que se le hubiese impuesto por sentencia firme.
5.º Al que se fugare al ser conducido al establecimiento o lugar mencionado en el número anterior.
6.º Al que se fugare estando detenido o preso por causa pendiente.
7.º Al procesado o condenado que estuviere en rebeldía.
Artículo 491.
El particular que detuviere a otro justificará, si éste lo exigiere, haber obrado en virtud de motivos
racionalmente suficientes para creer que el detenido se hallaba comprendido en alguno de los casos del
artículo anterior.
Artículo 492.
La Autoridad o agente de Policía judicial tendrá obligación de detener:
1.º A cualquiera que se halle en alguno de los casos del artículo 490.
2.º Al que estuviere procesado por delito que tenga señalada en el Código pena superior a la de prisión
correccional.
3.º Al procesado por delito a que esté señalada pena inferior, si sus antecedentes o las circunstancias del
hecho hicieren presumir que no comparecerá cuando fuere llamado por la Autoridad judicial.
Se exceptúa de lo dispuesto en el párrafo anterior al procesado que preste en el acto fianza bastante, a
juicio de la Autoridad o agente que intente detenerlo, para presumir racionalmente que comparecerá cuando
le llame el Juez o Tribunal competente.
4.º Al que estuviere en el caso del número anterior, aunque todavía no se hallase procesado, con tal que
concurran las dos circunstancias siguientes: 1.ª Que la Autoridad o agente tenga motivos racionalmente
bastantes para creer en la existencia de un hecho que presente los caracteres de delito. 2.ª Que los tenga
también bastantes para creer que la persona a quien intente detener tuvo participación en él.

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Artículo 493.
La Autoridad o agente de Policía judicial tomará nota del nombre, apellido, domicilio y demás
circunstancias bastantes para la averiguación e identificación de la persona del procesado o del delincuente
a quienes no detuviere por no estar comprendidos en ninguno de los casos del artículo anterior.
Esta nota será oportunamente entregada al Juez o Tribunal que conozca o deba conocer de la causa.
Artículo 494.
Dicho Juez o Tribunal acordará también la detención de los comprendidos en el artículo 492, a prevención
con las Autoridades y agentes de Policía judicial.
Artículo 495.
No se podrá detener por simples faltas, a no ser que el presunto reo no tuviese domicilio conocido ni
diese fianza bastante, a juicio de la Autoridad o agente que intente detenerle.
Artículo 496.
El particular, Autoridad o agente de Policía judicial que detuviere a una persona en virtud de lo dispuesto
en los precedentes artículos, deberá ponerla en libertad o entregarla al Juez más próximo al lugar en que
hubiere hecho la detención dentro de las veinticuatro horas siguientes al acto de la misma.
Si demorare la entrega, incurrirá en la responsabilidad que establece el Código Penal, si la dilación
hubiere excedido de veinticuatro horas.
Artículo 497.
Si el Juez o Tribunal a quien se hiciese la entrega fuere el propio de la causa y la detención se hubiese
hecho según lo dispuesto en los números 1.º, 2.º y 6.º, y caso referente al procesado del 7.º del artículo 490,
y 2.º, 3.º y 4.º del artículo 492, elevará la detención a prisión, o la dejará sin efecto, en el término de setenta
y dos horas, a contar desde que el detenido le hubiese sido entregado.
Lo propio, y en idéntico plazo, hará el Juez o Tribunal respecto de la persona cuya detención hubiere él
mismo acordado.
Artículo 498.
Si el detenido en virtud de lo dispuesto en el número 6.º y primer caso del 7.º del artículo 490 y 2.º y 3.º
del artículo 492, hubiese sido entregado a un Juez distinto del Juez o Tribunal que conozca de la causa,
extenderá el primero una diligencia expresiva de la persona que hubiere hecho la detención, de su domicilio
y demás circunstancias bastantes para buscarla e identificarla, de los motivos que ésta manifestase haber
tenido para la detención y del nombre, apellidos y circunstancias del detenido.
Esta diligencia será firmada por el Juez, el Secretario, la persona que hubiese ejecutado la detención y
las demás concurrentes. Por el que no lo hiciere firmarán dos testigos.
Inmediatamente después serán remitidas estas diligencias y la persona del detenido a disposición del
Juez o Tribunal que conociese de la causa.
Artículo 499.
Si el detenido lo fuese por estar comprendido en los números 1.º y 2.º del artículo 490, y en el 4.º del
492, el Juez de instrucción a quien se entregue practicará las primeras diligencias y elevará la detención a
prisión, o decretará la libertad del detenido, según proceda, en el término señalado en el artículo 497.
Hecho esto, cuando él no fuese Juez competente, remitirá a quien lo sea las diligencias y la persona del
preso, si lo hubiere.
Artículo 500.
Cuando el detenido lo sea en virtud de las causas 3.ª, 4.ª y 5.ª, y caso referente al condenado de la 7.ª
del artículo 490, el Juez a quien se entregue o que haya acordado la detención dispondrá que
inmediatamente sea remitido al establecimiento o lugar donde debiere cumplir su condena.

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Artículo 501.
El auto elevando la detención a prisión o dejándola sin efecto se pondrá en conocimiento del Ministerio
Fiscal, y se notificará al querellante particular, si lo hubiere, y al procesado, al cual se le hará saber asimismo
el derecho que le asiste para pedir de palabra o por escrito la reposición del auto, consignándose en la
notificación las manifestaciones que hiciere.

1.2. DEL EJERCICIO DEL DERECHO DE DEFENSA, DE LA ASISTENCIA DE ABOGADO Y DEL


TRATAMIENTO DE LOS DETENIDOS Y PRESOS.
Capítulo IV
Del ejercicio del derecho de defensa, de la asistencia de Abogado y del tratamiento
de los detenidos y presos
Artículo 520.
1. La detención y la prisión provisional deberán practicarse en la forma que menos perjudique al detenido
o preso en su persona, reputación y patrimonio. Quienes acuerden la medida y los encargados de practicarla
así como de los traslados ulteriores, velarán por los derechos constitucionales al honor, intimidad e imagen
de aquéllos, con respeto al derecho fundamental a la libertad de información.
La detención preventiva no podrá durar más del tiempo estrictamente necesario para la realización de
las averiguaciones tendentes al esclarecimiento de los hechos. Dentro de los plazos establecidos en la
presente Ley, y, en todo caso, en el plazo máximo de setenta y dos horas, el detenido deberá ser puesto en
libertad o a disposición de la autoridad judicial.
En el atestado deberá reflejarse el lugar y la hora de la detención y de la puesta a disposición de la
autoridad judicial o en su caso, de la puesta en libertad.
2. Toda persona detenida o presa será informada por escrito, en un lenguaje sencillo y accesible, en una
lengua que comprenda y de forma inmediata, de los hechos que se le atribuyan y las razones motivadoras de
su privación de libertad, así como de los derechos que le asisten y especialmente de los siguientes:
a) Derecho a guardar silencio no declarando si no quiere, a no contestar alguna o algunas de las preguntas
que le formulen, o a manifestar que sólo declarará ante el juez.
b) Derecho a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable.
c) Derecho a designar abogado, sin perjuicio de lo dispuesto en el apartado 1.a) del artículo 527 y a ser
asistido por él sin demora injustificada. En caso de que, debido a la lejanía geográfica no sea posible de
inmediato la asistencia de letrado, se facilitará al detenido comunicación telefónica o por videoconferencia
con aquél, salvo que dicha comunicación sea imposible.
d) Derecho a acceder a los elementos de las actuaciones que sean esenciales para impugnar la legalidad
de la detención o privación de libertad.
e) Derecho a que se ponga en conocimiento del familiar o persona que desee, sin demora injustificada,
su privación de libertad y el lugar de custodia en que se halle en cada momento. Los extranjeros tendrán
derecho a que las circunstancias anteriores se comuniquen a la oficina consular de su país.
f) Derecho a comunicarse telefónicamente, sin demora injustificada, con un tercero de su elección. Esta
comunicación se celebrará en presencia de un funcionario de policía o, en su caso, del funcionario que
designen el juez o el fiscal, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 527.
g) Derecho a ser visitado por las autoridades consulares de su país, a comunicarse y a mantener
correspondencia con ellas.
h) Derecho a ser asistido gratuitamente por un intérprete, cuando se trate de extranjero que no
comprenda o no hable el castellano o la lengua oficial de la actuación de que se trate, o de personas sordas
o con discapacidad auditiva, así como de otras personas con dificultades del lenguaje.
i) Derecho a ser reconocido por el médico forense o su sustituto legal y, en su defecto, por el de la
institución en que se encuentre, o por cualquier otro dependiente del Estado o de otras Administraciones
Públicas.

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j) Derecho a solicitar asistencia jurídica gratuita, procedimiento para hacerlo y condiciones para
obtenerla.
Asimismo, se le informará del plazo máximo legal de duración de la detención hasta la puesta a
disposición de la autoridad judicial y del procedimiento por medio del cual puede impugnar la legalidad de
su detención.
Cuando no se disponga de una declaración de derechos en una lengua que comprenda el detenido, se le
informará de sus derechos por medio de un intérprete tan pronto resulte posible. En este caso, deberá
entregársele, posteriormente y sin demora indebida, la declaración escrita de derechos en una lengua que
comprenda.
En todos los casos se permitirá al detenido conservar en su poder la declaración escrita de derechos
durante todo el tiempo de la detención.
2 bis. La información a que se refiere el apartado anterior se facilitará en un lenguaje comprensible y que
resulte accesible al destinatario. A estos efectos se adaptará la información a su edad, grado de madurez,
discapacidad y cualquier otra circunstancia personal de la que pueda derivar una limitación de la capacidad
para entender el alcance de la información que se le facilita.
3. Si el detenido fuere extranjero, se comunicará al cónsul de su país el hecho de su detención y el lugar
de custodia y se le permitirá la comunicación con la autoridad consular. En caso de que el detenido tenga dos
o más nacionalidades, podrá elegir a qué autoridades consulares debe informarse de que se encuentra
privado de libertad y con quién desea comunicarse.
4. Si se tratare de un menor, será puesto a disposición de las Secciones de Menores de la Fiscalía y se
comunicará el hecho y el lugar de custodia a quienes ejerzan la patria potestad, la tutela o la guarda de hecho
del mismo, tan pronto se tenga constancia de la minoría de edad.
En caso de conflicto de intereses con quienes ejerzan la patria potestad, la tutela o la guarda de hecho
del menor, se le nombrará un defensor judicial a quien se pondrá en conocimiento del hecho y del lugar de
detención.
Si el detenido tuviere su capacidad modificada judicialmente, la información prevista en el apartado 2 de
este artículo se comunicará a quienes ejerzan la tutela o guarda de hecho del mismo, dando cuenta al
Ministerio Fiscal.
Si el detenido menor o con capacidad modificada judicialmente fuera extranjero, el hecho de la detención
se notificará de oficio al Cónsul de su país.
5. El detenido designará libremente abogado y si no lo hace será asistido por un abogado de oficio.
Ninguna autoridad o agente le efectuará recomendación alguna sobre el abogado a designar más allá de
informarle de su derecho.
La autoridad que tenga bajo su custodia al detenido comunicará inmediatamente al Colegio de Abogados
el nombre del designado por el detenido para asistirle a los efectos de su localización y transmisión del
encargo profesional o, en su caso, le comunicará la petición de nombramiento de abogado de oficio.
Si el detenido no hubiere designado abogado, o el elegido rehusare el encargo o no fuere hallado, el
Colegio de Abogados procederá de inmediato al nombramiento de un abogado del turno de oficio.
El abogado designado acudirá al centro de detención con la máxima premura, siempre dentro del plazo
máximo de tres horas desde la recepción del encargo. Si en dicho plazo no compareciera, el Colegio de
Abogados designará un nuevo abogado del turno de oficio que deberá comparecer a la mayor brevedad y
siempre dentro del plazo indicado, sin perjuicio de la exigencia de la responsabilidad disciplinaria en que haya
podido incurrir el incompareciente.
6. La asistencia del abogado consistirá en:
a) Solicitar, en su caso, que se informe al detenido o preso de los derechos establecidos en el apartado 2
y que se proceda, si fuera necesario, al reconocimiento médico señalado en su letra i).
b) Intervenir en las diligencias de declaración del detenido, en las diligencias de reconocimiento de que
sea objeto y en las de reconstrucción de los hechos en que participe el detenido. El abogado podrá solicitar
al juez o funcionario que hubiesen practicado la diligencia en la que haya intervenido, una vez terminada

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ésta, la declaración o ampliación de los extremos que considere convenientes, así como la consignación en
el acta de cualquier incidencia que haya tenido lugar durante su práctica.
c) Informar al detenido de las consecuencias de la prestación o denegación de consentimiento a la
práctica de diligencias que se le soliciten.
Si el detenido se opusiera a la recogida de las muestras mediante frotis bucal, conforme a las previsiones
de la Ley Orgánica 10/2007, de 8 de octubre, reguladora de la base de datos policial sobre identificadores
obtenidos a partir del ADN, el juez de instrucción, a instancia de la Policía Judicial o del Ministerio Fiscal,
podrá imponer la ejecución forzosa de tal diligencia mediante el recurso a las medidas coactivas mínimas
indispensables, que deberán ser proporcionadas a las circunstancias del caso y respetuosas con su dignidad.
d) Entrevistarse reservadamente con el detenido, incluso antes de que se le reciba declaración por la
policía, el fiscal o la autoridad judicial, sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 527.
7. Las comunicaciones entre el investigado o encausado y su abogado tendrán carácter confidencial en
los mismos términos y con las mismas excepciones previstas en el apartado 4 del artículo 118.
8. No obstante, el detenido o preso podrá renunciar a la preceptiva asistencia de abogado si su detención
lo fuere por hechos susceptibles de ser tipificados exclusivamente como delitos contra la seguridad del
tráfico, siempre que se le haya facilitado información clara y suficiente en un lenguaje sencillo y comprensible
sobre el contenido de dicho derecho y las consecuencias de la renuncia. El detenido podrá revocar su
renuncia en cualquier momento.
Artículo 520 bis.
1. Toda persona detenida como presunto partícipe de alguno de los delitos a que se refiere el artículo
384 bis será puesta a disposición del Juez competente dentro de las setenta y dos horas siguientes a la
detención. No obstante, podrá prolongarse la detención el tiempo necesario para los fines investigadores,
hasta un límite máximo de otras cuarenta y ocho horas, siempre que, solicitada tal prórroga mediante
comunicación motivada dentro de las primeras cuarenta y ocho horas desde la detención, sea autorizada por
el Juez en las veinticuatro horas siguientes. Tanto la autorización cuanto la denegación de la prórroga se
adoptarán en resolución motivada.
2. Detenida una persona por los motivos expresados en el número anterior, podrá solicitarse del Juez
que decrete su incomunicación, el cual deberá pronunciarse sobre la misma, en resolución motivada, en el
plazo de veinticuatro horas. Solicitada la incomunicación, el detenido quedará en todo caso incomunicado
sin perjuicio del derecho de defensa que le asiste y de lo establecido en los artículos 520 y 527, hasta que el
Juez hubiere dictado la resolución pertinente.
3. Durante la detención, el Juez podrá en todo momento requerir información y conocer, personalmente
o mediante delegación en el Juez de Instrucción del partido o demarcación donde se encuentre el detenido,
la situación de éste.
Artículo 520 ter.
A los detenidos en espacios marinos por la presunta comisión de los delitos contemplados en el
artículo 23.4.d) de la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial, les serán aplicados los derechos
reconocidos en el presente capítulo en la medida que resulten compatibles con los medios personales y
materiales existentes a bordo del buque o aeronave que practique la detención, debiendo ser puestos en
libertad o a disposición de la autoridad judicial competente tan pronto como sea posible, sin que pueda
exceder del plazo máximo de setenta y dos horas. La puesta a disposición judicial podrá realizarse por los
medios telemáticos de los que disponga el buque o aeronave, cuando por razón de la distancia o su situación
de aislamiento no sea posible llevar a los detenidos a presencia física de la autoridad judicial dentro del
indicado plazo.
Artículo 521.
Los detenidos estarán, a ser posible, separados los unos de los otros.
Si la separación no fuese posible, el Juez instructor o Tribunal cuidará de que no se reúnan personas de
diferente sexo ni los correos en una misma prisión, y de que los jóvenes y los no reincidentes se hallen
separados de los de edad madura y de los reincidentes.

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Para esta separación se tendrá en cuenta el grado de educación del detenido, su edad y la naturaleza del
delito que se le impute.
Artículo 522.
Todo detenido o preso puede procurarse a sus expensas las comodidades u ocupaciones compatibles
con el objeto de su detención y el régimen del establecimiento en que esté custodiado, siempre que no
comprometan su seguridad o la reserva del sumario.
Artículo 523.
Cuando el detenido o preso deseare ser visitado por un ministro de su religión, por un médico, por sus
parientes o personas con quienes esté en relación de intereses, o por las que puedan darle sus consejos,
deberá permitírsele, con las condiciones prescritas en el reglamento de cárceles, si no afectasen al secreto y
éxito del sumario. La relación con el Abogado defensor no podrá impedírsele mientras estuviere en
comunicación.
Artículo 524.
El Juez instructor autorizará, en cuanto no se perjudique el éxito de la instrucción, los medios de
correspondencia y comunicación de que pueda hacer uso el detenido o preso.
Pero en ningún caso debe impedirse a los detenidos o presos la libertad de escribir a los funcionarios
superiores del orden judicial.
Artículo 525.
No se adoptará contra el detenido o preso ninguna medida extraordinaria de seguridad sino en caso de
desobediencia, de violencia o de rebelión, o cuando haya intentado o hecho preparativos para fugarse.
Esta medida deberá ser temporal, y sólo subsistirá el tiempo estrictamente necesario.
Artículo 526.
El Juez instructor visitará una vez por semana, sin previo aviso ni día determinado, las prisiones de la
localidad, acompañado de un individuo del Ministerio fiscal, que podrá ser el Fiscal municipal delegado al
efecto por el Fiscal de la respectiva Audiencia; y donde exista este Tribunal, harán la visita el Presidente del
mismo o el de la Sala de lo criminal y un Magistrado, con un individuo del Ministerio fiscal y con asistencia
del Juez instructor.
En la visita se enterarán de todo lo concerniente a la situación de los presos o detenidos, y adoptarán las
medidas que quepan dentro de sus atribuciones para corregir los abusos que notaren.
Artículo 527.
1. En los supuestos del artículo 509, el detenido o preso podrá ser privado de los siguientes derechos si
así lo justifican las circunstancias del caso:
a) Designar un abogado de su confianza.
b) Comunicarse con todas o alguna de las personas con las que tenga derecho a hacerlo, salvo con la
autoridad judicial, el Ministerio Fiscal y el Médico Forense.
c) Entrevistarse reservadamente con su abogado.
d) Acceder él o su abogado a las actuaciones, salvo a los elementos esenciales para poder impugnar la
legalidad de la detención.
2. La incomunicación o restricción de otro derecho del apartado anterior será acordada por auto. Cuando
la restricción de derechos sea solicitada por la Policía Judicial o por el Ministerio Fiscal se entenderán
acordadas las medidas previstas por el apartado 1 que hayan sido instadas por un plazo máximo de
veinticuatro horas, dentro del cual el juez habrá de pronunciarse sobre la solicitud, así como sobre la
pertinencia de acordar el secreto de las actuaciones. La incomunicación y la aplicación al detenido o preso
de alguna de las excepciones referidas en el apartado anterior será acordada por auto debiéndose motivar
las razones que justifican la adopción de cada una de las excepciones al régimen general de conformidad con
lo dispuesto en el artículo 509.

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El juez controlará efectivamente las condiciones en que se desarrolle la incomunicación, a cuyo efecto
podrá requerir información a fin de constatar el estado del detenido o preso y el respeto a sus derechos.
3. Los reconocimientos médicos al detenido a quien se le restrinja el derecho a comunicarse con todas o
alguna de las personas con las que tenga derecho a hacerlo se realizarán con una frecuencia de al menos dos
reconocimientos cada veinticuatro horas, según criterio facultativo.
2. LEY ORGÁNICA 6/1984, DE 24 DE MAYO, REGULADORA DEL PROCEDIMIENTO DE «HABEAS CORPUS».
Artículo primero.
Mediante el procedimiento del «Habeas Corpus», regulado en la presente ley, se podrá obtener la
inmediata puesta a disposición de la Autoridad judicial competente, de cualquier persona detenida
ilegalmente.
A los efectos de esta ley se consideran personas ilegalmente detenidas:
a) Las que lo fueren por una autoridad, agente de la misma, funcionario público o particular, sin que
concurran los supuestos legales, o sin haberse cumplido las formalidades prevenidas y requisitos exigidos
por las leyes.
b) Las que estén ilícitamente internadas en cualquier establecimiento o lugar.
c) Las que lo estuvieran por plazo superior al señalado en las leyes, si transcurrido el mismo, no fuesen
puestas en libertad o entregadas al Juez más próximo al lugar de la detención.
d) Las privadas de libertad a quienes no les sean respetados los derechos que la Constitución y las leyes
procesales garantizan a toda persona detenida.
Artículo segundo.
Es competente para conocer la solicitud de «Habeas Corpus» el Juez de Instrucción del lugar en que se
encuentre la persona privada de libertad; si no constare, el del lugar en que se produzca la detención, y, en
defecto de los anteriores, el del lugar donde se hayan tenido las últimas noticias sobre el paradero del
detenido.
Si la detención obedece a la aplicación de la ley orgánica que desarrolla los supuestos previstos en el art.
55.2 de la Constitución, el procedimiento deberá seguirse ante el Juez Central de Instrucción
correspondiente.
En el ámbito de la Jurisdicción Militar será competente para conocer de la solicitud de «Habeas Corpus»
el Juez Togado Militar de Instrucción constituido en la cabecera de la circunscripción jurisdiccional en la que
se efectuó la detención.
Artículo tercero.
Podrán instar el procedimiento de «Habeas Corpus» que esta ley establece:
a) El privado de libertad, su cónyuge o persona unida por análoga relación de afectividad, descendientes,
ascendientes, hermanos y, en su caso, respecto a los menores y personas incapacitadas, sus representantes
legales.
b) El Ministerio Fiscal.
c) El Defensor del Pueblo.
Asimismo, lo podrá iniciar, de oficio, el Juez competente a que se refiere el artículo anterior.
Artículo cuarto.
El procedimiento se iniciará, salvo cuando se incoe de oficio, por medio de escrito o comparecencia, no
siendo preceptiva la intervención de Abogado ni de Procurador. En dicho escrito o comparecencia deberán
constar:
a) El nombre y circunstancias personales del solicitante y de la persona para la que se solicita el amparo
judicial regulado en esta ley.
b) El lugar en que se halle el privado de libertad, autoridad o persona, bajo cuya custodia se encuentre,
si fueren conocidos, y todas aquellas otras circunstancias que pudieran resultar relevantes.
c) El motivo concreto por el que se solicita el «Habeas Corpus».

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Artículo quinto.
La autoridad gubernativa, agente de la misma o funcionario público, estarán obligados a poner
inmediatamente en conocimiento del Juez competente la solicitud de «Habeas Corpus», formulada por la
persona privada de libertad que se encuentre bajo su custodia.
Si incumplieren esta obligación, serán apercibidos por el Juez, sin perjuicio de las responsabilidades
penales y disciplinarias en que pudieran incurrir.
Artículo sexto.
Promovida la solicitud de «Habeas Corpus» el Juez examinará la concurrencia de los requisitos para su
tramitación y dará traslado de la misma al Ministerio Fiscal. Seguidamente, mediante auto, acordará la
incoación del procedimiento, o, en su caso, denegará la solicitud por ser ésta improcedente. Dicho auto se
notificará, en todo caso, al Ministerio Fiscal. Contra la resolución que en uno u otro caso se adopte, no cabrá
recurso alguno.
Artículo séptimo.
En el auto de incoación, el Juez ordenará a la autoridad a cuya disposición se halle la persona privada de
libertad o a aquél en cuyo poder se encuentre, que la ponga de manifiesto ante él, sin pretexto ni demora
alguna o se constituirá en el lugar donde aquélla se encuentre.
Antes de dictar resolución, oirá el Juez a la persona privada de libertad o, en su caso, a su representante
legal y Abogado, si lo hubiera designado, así como al Ministerio Fiscal; acto seguido oirá en justificación de
su proceder a la autoridad, agentes, funcionario público o representante de la institución o persona que
hubiere ordenado o practicado la detención o internamiento y, en todo caso, a aquélla bajo cuya custodia se
encontrase la persona privada de libertad; a todos ellos dará a conocer el Juez las declaraciones del privado
de libertad.
El Juez admitirá, si las estima pertinentes, las pruebas que aporten las personas a que se refiere el párrafo
anterior y las que propongan que puedan practicarse en el acto.
En el plazo de veinticuatro horas, contadas desde que sea dictado el auto de incoación, los Jueces
practicarán todas las actuaciones a que se refiere este artículo y dictarán la resolución que proceda.
Artículo octavo.
Practicadas las actuaciones a que se refiere el artículo anterior, el Juez, mediante auto motivado,
adoptará seguidamente alguna de estas resoluciones:
1. Si estima que no se da ninguna de las circunstancias a que se refiere el artículo primero de esta ley,
acordará el archivo de las actuaciones, declarando ser conforme a Derecho la privación de libertad y las
circunstancias en que se está realizando.
2. Si estima que concurren alguna de las circunstancias del artículo primero de esta ley, se acordará en
el acto alguna de las siguientes medidas:
a) La puesta en libertad del privado de ésta, si lo fue ilegalmente.
b) Que continúe la situación de privación de libertad de acuerdo con las disposiciones legales aplicables
al caso, pero, si lo considerase necesario, en establecimiento distinto, o bajo la custodia de personas distintas
a las que hasta entonces la detentaban.
c) Que la persona privada de libertad sea puesta inmediatamente a disposición judicial, si ya hubiese
transcurrido el plazo legalmente establecido para su detención.
Artículo noveno.
El Juez deducirá testimonio de los particulares pertinentes para la persecución y castigo de los delitos
que hayan podido cometerse por quienes hubieran ordenado la detención, o tenido bajo su custodia a la
persona privada de libertad.
En los casos de delito de denuncia falsa o simulación de delito se deducirá asimismo, testimonio de los
particulares pertinentes, al efecto de determinar las responsabilidades penales correspondientes.
En todo caso, si se apreciase temeridad o mala fe, será condenado el solicitante al pago de las costas del
procedimiento, en caso contrario, éstas se declararán de oficio.
Disposición final.
La presente ley entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el «Boletín Oficial del Estado».

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