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TÍTULO: Sistema de protección intercultural para mujeres e integrantes del grupo

familiar, víctimas de violencia, en comunidades nativas Awajún del Alto Mayo

Seudónimo: Rosalinda

RESUMEN:

El artículo aborda la problemática de la violencia de género e intrafamiliar, en las


comunidades nativas awajún de la zona del Alto Mayo, en el departamento de San
Martín. Se analiza cuál debe ser el procedimiento de atención de las denuncias,
partiendo de la respuesta que les brinda el sistema de justicia especial, a través de los
PAMUK y sus demás instancias comunales, en sus territorios y la actuación de las
entidades estatales encargadas de la prevención y protección de las víctimas, a fin de
garantizarles una vida libre de violencia y el goce de sus demás derechos
fundamentales.

PALABRAS CLAVES: Interculturalidad, comunidades nativas, violencia, mujeres,


familia.

1.- INTRODUCCIÓN:

El objetivo de la investigación se centró en establecer un sistema de protección


intercultural, que respete el Derecho consuetudinario awajún, incorporando la
perspectiva de género y el enfoque de interseccionalidad de la violencia. Se ha
empleado el método sistémico, descriptivo, el estudio de casos y las entrevistas a las
autoridades y pobladores nativos; encontrándose como resultado que en la jurisdicción
especial awajún no se tiene implementado un sistema de protección, ni tampoco en el
TUO de la Ley n.° 30364 y su Reglamento, el Decreto Supremo nº 009-2016-MIMP, se
han diseñado mecanismos de coordinación entre los órganos jurisdiccionales ordinarios
y las autoridades indígenas, para la atención de estas denuncias, en cuanto a la
protección inmediata que se demanda; concluyéndose en la necesidad de diseñar un
Protocolo de actuación conjunta entre el Poder Judicial y los representantes de los
pueblos originarios, que establezca una ruta de trabajo cooperativo, para brindarles
tutela jurisdiccional urgente y efectiva a las y los agraviados. 

El presente trabajo de investigación nace en el ejercicio de la función jurisdiccional en


el Juzgado de Familia de Moyobamba, al atenderse denuncias sobre hechos de violencia
contra mujeres, pertenecientes a comunidades nativas awajún, quienes recurrían ante la
justicia ordinaria, en busca de protección de su integridad y la de sus miembros más
vulnerables. En ese contexto, el Juzgado de Familia de Moyobamba procedía al dictado
de la medida de protección correspondiente a favor de las víctimas; sin embargo se
presentaban limitaciones en cuanto a la ejecución de la resolución judicial emitida, ya
que en las comunidades nativas se evidenciaba reticencia a permitir que personal
interdisciplinario y agentes de la Policía Nacional, ingresaran a sus territorios, para
efectivizar la medida de protección; situación problemática que motivó este estudio, a
fin de conocer el tratamiento de la violencia en el sistema judicial awajún y a partir de
ello, aunar esfuerzos entre ambas estructuras jurisdiccionales, para lograr el objetivo
común de su prevención y erradicación. 

El artículo 149° de la Constitución Política, reconoce a las autoridades de las


comunidades campesinas y nativas, el ejercicio de funciones jurisdiccionales dentro de
su ámbito territorial, de conformidad con el derecho consuetudinario, siempre que no
violen los derechos fundamentales de la persona. 

En asuntos de violencia contra la mujer e integrantes del grupo familiar, esta facultad ha
sido reconocida en el artículo 62° del TUO de la Ley n° 30364, determinando que los
hechos de dicha naturaleza que se produzcan en territorio de dichas comunidades, sean
conocidos por sus autoridades jurisdiccionales; y en relación a ello, en el artículo 69° de
su Reglamento - Decreto Supremo nº 009-2016-MIMP, se establece la “coordinación
funcional y operativa, para la investigación y sanción de la violencia contra la mujeres
e integrantes del grupo familiar, en supuestos de coexistencia del sistema jurisdiccional
ordinario y el especial.

De la normativa citada, se tiene que esta coordinación ha sido limitada al ámbito de


sanción por el hecho punible, derivado de actos de violencia de género e intrafamiliar,
más no al ámbito de protección o tutela del dictado de las medidas de protección
inmediatas, tendientes al cese de la violencia, prevención de otros hechos de agresión,
resguardo de los derechos de la víctima y recomposición del grupo familiar.

Habiéndose identificado tal problema, la investigación considera como antecedente el


“Protocolo de Actuación para quienes imparten justicia, en casos que involucren
derechos de personas, de comunidades y pueblos indígenas”, en su segunda edición del
año 2014, publicado por la Suprema Corte de Justicia de México, donde se establece
que es “importante alinear la justicia ordinaria con la justicia indígena”, y se
determina como un deber del juez, ser proactivo para agenciarse de los elementos
necesarios que le permitan realizar una valoración integral del caso en el contexto
cultural propio en que suscita el hecho, buscando optimizar la eficacia de los derechos
humanos, con medidas razonables y proporcionales. 

Tomando como mandato este deber de proactividad judicial, se pretende consolidar un


Protocolo Intercultural para la atención de estos casos, respetando la diversidad, la
autodeterminación de los pueblos originarios, los derechos humanos y la protección a la
familia en sus respectivos clanes; considerando el Principio de Cooperación con las
autoridades nativas, con el fin de otorgarles a las víctimas, la inmediata protección que
requieren, respetando sus patrones culturales y las instituciones propias de su
organización comunitaria y sistema de administración de justicia. 

Los resultados obtenidos son de suma importancia porque constituyen un avance en la


eliminación de las barreras culturales a las que se enfrentan las víctimas de violencia,
integrantes de comunidades nativas, en especial las mujeres, en todas sus etapas de vida,
que les obstaculiza, limita o impide el ejercicio de su derecho a la tutela jurisdiccional
efectiva, ya sea en la jurisdicción especial u ordinaria. Se obtiene una ruta de actuación
para garantizarles no solo el acceso a la justicia, sino para obtener una respuesta
fundada en los estándares universales de protección de derechos humanos, congruente
en relación a sus solicitudes de tutela para ellas y sus dependientes, en un proceso que
les permita su participación en condiciones de igualdad, y con la garantía de
efectividad en la ejecución de la medida de protección que se les brinde. Destaca la
relevancia de la investigación, al materializar la obligación internacional que detenta el
Estado peruano, en la protección de los derechos humanos de poblaciones vulnerables,
en virtud de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación
contra la mujer – CEDAW, la Convención de Belém do Pará, las Cien Reglas de
Brasilia y el Convenio n° 169 de la OIT sobre Pueblos Indígenas y Tribales de la ONU,
que en el inc. 2 de su artículo 22, señala: “Los Estados adoptarán medidas, junto con
los pueblos indígenas, para asegurar que las mujeres y los niños indígenas gocen de
protección y garantías plenas contra todas las formas de violencia y discriminación”.

2.- MATERIAL Y MÉTODOS:


Se ha empleado el método sistémico por analizar los principales instrumentos
internacionales de protección de los derechos de las mujeres y los pueblos indígenas, a
fin de identificar la forma estructural en que estas normas supranacionales diseñan los
estándares mínimos de cumplimiento del deber de tutela de los Estado parte, como el
Perú, frente a las poblaciones vulnerables, en especial, en relación a las mujeres nativas,
víctimas de violencia. 

A su vez, se ha recurrido el estudio de casos, de los expedientes n° 1660-2019-0-2201-


JR-FC-01, 1750-2019-0-2201-JR-FC-01 y 1284-2021-0-2201-JR-FC-01; tramitados
ante el Juzgado de Familia de la Provincia de Moyobamba, por violencia contra niñas
pertenecientes a las comunidades nativas awajún de Huascayacu, Shimpiyacu y Kusu.

De otro lado, se han utilizado las entrevistas a las autoridades nativas de la Federación
Regional Indígena Awajún del Alto Mayo - FERIAAM, de la Oficina Regional de
Desarrollo de los Pueblos Indígenas del Gobierno Regional de San Martín -
ORDEPISAM y a representantes y pobladores de las comunidades de Shimpiyacu y
Huascayacu.

3.- ANÁLISIS DE RESULTADOS: 

De la revisión de la normativa internacional que contiene los criterios orientadores de la


actuación de los operadores jurídicos, en temas de violencia contra las mujeres,
encontramos:

LA CONVENCIÓN DE BELÉM DO PARÁ

La Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra


la Mujer - Convención de Belém do Pará - fue adoptada por la Asamblea General de la
Organización de los Estados Americanos, el 9 de Julio de 1994; en la cual se reconoce
que la violencia contra la mujer constituye una violación de los derechos humanos y
libertades fundamentales que trasciende todos los sectores de la sociedad,
independientemente de su clase, raza o grupo étnico, nivel de ingresos, cultura, nivel
educacional, edad o religión. Asimismo, reconoce que la violencia contra la mujer es
una manifestación de las relaciones de poder históricamente desiguales entre mujeres y
hombres.

La Convención estipula que deberá entenderse por violencia contra la mujer, toda
acción o conducta, basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento, físico,
sexual o psicológico a la mujer, tanto en el ámbito público como en el privado; y que los
Estados deben asumir la protección de los derechos de las mujeres, independientemente
del contexto en el cual éstos sean violados. Así entonces, tenemos que la Convención se
aplica a la violencia que “tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en
cualquier otra relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya
compartido el mismo domicilio que la mujer y comprende abuso sexual y violación”;
así como se aplica a la violencia que tenga lugar dentro de la comunidad y que sea
perpetrada por cualquier persona y comprende entre otros: violación, abuso sexual,
tortura, trata de personas, prostitución forzada, secuestro y acoso sexual en lugar de
trabajo, instituciones educativas, establecimientos de salud o cualquier otro lugar;
siendo lo innovador de este Tratado, su aplicación a los supuestos de violencia
perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes dondequiera que ocurra, ampliando así
la concepción tradicional de responsabilidad del Estado, al imponerle el deber de
garante de los derechos humanos y responsabilizarlo por la omisión de cumplir este rol
(Rodríguez).

DECLARACIÓN AMERICANA SOBRE LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS


INDÍGENAS:

En cuanto a la situación de las mujeres indígenas, la Declaración Americana sobre los


Derechos de los Pueblos Indígenas, en su artículo XXXII, señala: “Todos los derechos
y libertades reconocidos en la presente Declaración se garantizarán por igual a las
mujeres y los hombres indígenas”, lo que se tiene en relación a lo que en su artículo V,
se establece: “Los pueblos y las personas indígenas tienen derecho al goce pleno de
todos los derechos humanos y libertades fundamentales, reconocidos en la Carta de las
Naciones Unidas, la Carta de la Organización de los Estados Americanos y en el
derecho internacional de los derechos humanos”.

Así, la Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas reconoce
que la violencia contra los pueblos indígenas, y en especial contra las mujeres, impide el
ejercicio pleno de sus derechos humanos y libertades fundamentales. En ese sentido,
establece principios básicos de igualdad y no discriminación, estableciendo que el
derecho de los pueblos indígenas a desarrollar y mantener su sistema jurídico y sus
costumbres debe ejercerse de conformidad con las normas internacionales de protección
de derechos humanos, que incluye también los Tratados anteriormente mencionados,
respecto de los derechos de las mujeres. (Comisión Interamericana de Derechos
Humanos. 2017).

CONVENIO 169 DE LA OIT, SOBRE PUEBLOS INDÍGENAS Y TRIBALES:

El artículo 3° del Convenio 169 de la OIT, señala: “1 Los pueblos indígenas y tribales
deberán gozar plenamente de los derechos humanos y libertades fundamentales, sin
obstáculos ni discriminación. Las disposiciones de este Convenio se aplicarán sin
discriminación a los hombres y mujeres de esos pueblos. 2. No deberá emplearse
ninguna forma de fuerza o de coerción que viole los derechos humanos y las libertades
fundamentales de los pueblos interesados, incluidos los derechos contenidos en el
presente Convenio”.

LA TUTELA JURISDICCIONAL EFECTIVA A LAS MUJERES INDÍGENAS


VÍCTIMAS DE VIOLENCIA:

Existe consenso en cuanto a que la violencia es uno de los problemas más alarmantes
que enfrentan las mujeres indígenas en las Américas, frente a lo cual los Estados tiene la
obligación de prevenir y abordar esta violencia, habiendo la Comisión Interamericana
indicado que esta obligación debe cumplirse con la debida diligencia y garantizando el
acceso adecuado y efectivo a la justicia, consignando a su vez que dado el nexo entre
violencia y discriminación contra la mujer, los Estados deben adoptar medidas para
abordar esta última como causa y factor social que sustenta a la primera (CIDH. 2001).
En ese contexto, se tiene que como bien lo señala la Relatora Especial de las Naciones
Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas:

“los sistemas de gobernanza y las estructuras de poder indígenas a


menudo dependen en gran medida de cuestiones de género y pueden
excluir a las mujeres y su perspectiva de la administración de la justicia y
el control de la elaboración de normas sociales y decisiones, lo que
expone más a las mujeres a sufrir violaciones de sus derechos humanos”

De ello, se tiene que la obligación internacional de protección de los derechos humanos,


en relación a las mujeres indígenas se extiende a prevenir, investigar, juzgar, sancionar
y otorgar reparación, ante cualquier tipo de violencia, incurriendo en responsabilidad el
Estado si no hubiera adoptado “todas las medidas a su alcance, incluso aquellas de
naturaleza legislativa, para modificar o revocar leyes y normas vigentes o para
modificar prácticas judiciales o consuetudinarias que sustenten la persistencia y
tolerancia de la violencia contra la mujer”.

En cuanto al derecho de acceso a la justicia de las mujeres en situaciones de agresión,


éste parte por proveerles garantías judiciales a través de un recurso judicial sencillo y
eficaz, a fin de asegurarles el debido proceso para el esclarecimiento de los hechos
denunciados y la determinación de las responsabilidades, exigiéndose la debida
diligencia a todos los operadores jurídicos intervinientes, quienes deben cuidar del
respeto por la cultura y costumbres de los pueblos indígenas.

En consecuencia, el derecho a la tutela jurisdiccional en el caso de violencia contra


mujeres indígenas, implica tener acceso a la justicia tradicional (Poder Judicial,
Ministerio Público, Comisaría, Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, entre
otros), así como tener acceso a la justicia comunal, conforme a sus usos y tradiciones,
en respeto de su derecho a la autodeterminación e identidad cultural, estableciéndose
parámetros de coordinación entre los órganos jurisdiccionales y las autoridades de los
pueblos originarios”. En relación a la debida diligencia, son ilustrativos los
pronunciamientos jurisdiccionales emitidos por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos, como en los casos Tiu Tojín contra Guatemala, Fernández Ortega contra
México y Rosendo Cantú contra México, donde se señaló que: “para asegurar el
acceso de los miembros de las comunidades indígenas a la justicia, es esencial que el
Estado confiera una protección efectiva, teniendo en cuenta sus características
económicas y sociales, así como su situación particular de vulnerabilidad, sus valores y
sus costumbres”. A su vez, en la sentencia en el caso de Rosendo Cantú, la Corte
Interamericana determinó la aplicación de la perspectiva de género, debiéndose tener en
cuenta la situación de vulnerabilidad de la mujer indígena víctima de violencia; pues
como bien señala la CIDH en el referido Informe: “las mujeres indígenas enfrentan
diversos obstáculos en los sistemas de justicia indígena”.

Lo cual también se registra en relación a que, conforme ha determinado la CIDH, las


autoridades indígenas por lo general son hombres, frente a los cuales, “las mujeres son
juzgadas por hombres de su comunidad y, a veces, de su propia familia, de acuerdo con
las estructuras patriarcales de la ideología de género”. En ese sentido, la Oficina del
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Guatemala ha
expresado preocupación con respecto a las mujeres y niñas indígenas que son víctimas
de violencia doméstica y sexual en los siguientes términos: “en la práctica, no tienen la
posibilidad de ejercer su derecho debido a la prevalencia de viejos prejuicios
patriarcales” (Oficina Regional para América Central del Alto Comisionado de las
Naciones Unidas para los Derechos Humanos. 2011); situación que requiere que en la
aplicación de sus costumbres y sistemas jurídicos, se respeten el Derecho Internacional
de los derechos humanos, con debida diligencia y sin discriminación.

En concreto como se señala en el Informe de la OEA, el concepto de "acceso a la


justicia" es entendido como “el acceso de jure y de facto a instancias y recursos
judiciales de protección frente a actos de violencia, de conformidad con los parámetros
internacionales de derechos humanos” (Secretaría General Organización de los
Estados Americanos. 2007.); lo que aplicado en el contexto social de las mujeres
pertenecientes a comunidades nativas o campesinas, significaría que tanto en la justicia
ordinaria como en la justicia indígena o comunal, puedan encontrar una adecuada
protección frente situaciones de agresión, siguiendo los parámetros de la CEDAW y la
Convención de Belém do Pará, que por ejemplo, establece la prohibición de la
aplicación de la conciliación ante delitos de violencia contra las mujeres, pues ambas
partes no están en igualdad de condiciones de negociación, sino que de por medio se
tienen relaciones de poder disímiles entre ellas, que ocasionan incumplimiento de los
acuerdos por parte del agresor y no permite abordar las causas y consecuencias de la
violencia en sí; la misma que se sustenta – en la mayoría de los casos, en la diversidad e
identidad cultural y en el statu quo de los valores comunales.

PROBLEMÁTICA IDENTIFICADA EN CASOS CONCRETOS:

De la lectura de la normativa nacional sobre violencia de género e intrafamiliar - TUO


de la Ley n.° 30364 y su Reglamento, el Decreto Supremo nº 009-2016-MIMP, se
advierte que no se establecen las formas de actuación coordinada entre los órganos
jurisdiccionales y las autoridades nativas o comunales, para la atención de denuncias
por violencia de género e intrafamiliar, en el ámbito de prevención y protección; y ello
se vio identificado en los siguientes casos tramitados ante el Juzgado de Familia de la
provincia de Moyobamba de la Corte Superior de Justicia de San Martín:
Caso 1750-2019-0-2201-JR-FC-01: Sobre hechos de violencia sexual contra una niña
indígena awajun de ocho años de edad, siendo la víctima y el agresor familiares,
pertenecientes a la comunidad nativa de Huascayacu del distrito y provincia de
Moyobamba. La denuncia se interpuso ante la Unidad de Gestión Educativa Local –
UGEL Moyobamba, por parte del director de la institución educativa, habiéndose
derivado al Ministerio Público, cuyos agentes al apersonarse al lugar de los hechos,
encontraron que los miembros de la Comunidad Nativa, mostraban renuencia y
hostilidad, rehusándose a brindar información que permitiera la ubicación de la
agraviada y su progenitora, argumentando que no se tenía permiso del Jefe de la
comunidad nativa y que “ya habían solucionado” de acuerdo a sus costumbres.
En un primer momento evitaron que a la víctima se le brindara la asistencia psicológica
y social que su especial estado de vulnerabilidad requería. Tal situación ameritó que se
dispusiera las medidas de protección a favor de la menor agraviada y respetando la
autodeterminación de la comunidad nativa de Huscayacu, se realizaron las
coordinaciones con el Jefe de la FERIAAM – Federación Indígena Regional y del Alto
Mayo, así como el Jefe de la comunidad nativa de Huascayacu y el coordinador del
sector Kunkug Entsa, lográndose coordinar la ejecución de la medida de protección
dictada y efectivizarla. En razón de las coordinaciones con la autoridad awajún, se logró
el ingreso al territorio comunal, donde las autoridades indígenas y ordinarias se
reunieron conjuntamente con los agentes del Ministerio Público, Defensoría del Pueblo,
psicóloga del Equipo Multidisciplinario, del Centro de Emergencia Mujer del MIMP y
los efectivos policiales, habiéndose logrado la sensibilización de las autoridades nativas
sobre temas de violencia de género y vulneración de derechos de los niños, quienes
incluso solicitaron charlas de capacitación sobre mecanismos de protección e
indicadores de violencia en menores, las mismas que se llevaron a cabo en la
comunidad nativa de Huascayacu, recibiendo la menor agraviada - en su propio
territorio indígena, la atención psicológica que requería.
Caso 1660-2019-0-2201-JR-FC-01: Se trata de una denuncia interpuesta ante el
Juzgado de Familia de Moyobamba, por el abogado del Centro de Emergencia Mujer
Uchuglla – Moyobamba, al haber tomado conocimiento que en el Departamento de
Investigación Criminal de la Policía, el familiar de una niña indígena awajun de dos
años de edad, integrante de comunidad nativa de Shimpiyacu, distrito y provincia de
Moyobamba, habría sufrido actos de violencia sexual por parte de otro miembro adulto
de dicha comunidad, indicando que pese a que las autoridades indígenas awajun
conocieron de tales hechos, no habían procedido a las acciones de protección a la
víctima, ni sanción del hecho, pues pretendían realizar “un acuerdo entre las partes
para dar solución al problema” .
Los agentes policiales encargados de la ejecución de la medida de protección,
informaron que no fue posible el cumplimiento del mandato judicial, ya que
apersonados en la comunidad nativa, un miembro de ésta lo abordó y no le permitió el
ingreso, aduciendo que no contaba con autorización del Jefe Awajun y se negó a
brindarle información sobre la ubicación de la agraviada. Ante ello, se organizó la visita
a territorio indígena, realizándose anticipadamente las coordinaciones con las
autoridades comunales a nivel de la zona del Alto Mayo - FERIAAM, lográndose
autorización para el ingreso de la psicóloga encargada del tratamiento psicológico a la
menor, así como de los representantes del Ministerio de la Mujer, la Fiscalía, agentes de
la Policía Nacional y de la Defensoría del Pueblo, siendo que en la reunión de su
propósito, conjuntamente con el Jefe de la comunidad nativa, se pudo conversar con los
progenitores de la víctima, para conocer de fuente directa sus necesidades de protección
y atenderlas, en acción concertada con la autoridad awajun. De parte del Jefe comunal y
los directivos de la comunidad se tuvo interés en conocer sobre la función tuitiva que les
corresponde cumplir en resguardo de los derechos de las mujeres víctimas de agresión y
de forma reforzada cuando se trata de niñas, niños y adolescentes.
ALTERNATIVAS DE ACTUACIÓN:

La investigación ha permitido identificar dos supuestos en cuanto al acceso de las


mujeres e integrantes del grupo familiar, pertenecientes a comunidades nativas awajún,
víctimas de violencia, a la protección debida de sus derechos frente a situaciones de
violencia; en los que se pueden aplicar las siguientes soluciones, dependiendo la
instancia a la que recurre la víctima awajún:

a) Cuando la denuncia se interpone ante las instituciones del sistema integrado de


protección (Poder Judicial, Ministerio Público, Policía Nacional, mediante el
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables u otros del sistema de justicia
ordinario):
De acuerdo al artículo 2° del TUO de la Ley N° 30364, ante la denuncia recibida
sobre algún hecho o amenaza de violencia, debe procederse conforme al
Principio de la debida diligencia y el de intervención inmediata y oportuna, por
los cuales sin dilaciones, los operadores de justicia y la Policía Nacional deben
actuar en forma oportuna, atendiendo a la víctima, disponiendo el Juzgado de
Familia las medidas de protección para brindarle tutela urgente y efectiva;
siendo que la ejecución de la medida de protección dictada no puede dejarse solo
bajo responsabilidad de la Policía Nacional, conforme lo señala el artículo 36°
del TUO de la Ley N° 30364; sino que por el contrario, el reconocimiento de la
diversidad cultural, el respeto a la autodeterminación de las normas
consuetudinarias y ancestrales de los pueblos originarios y el enfoque de
interculturalidad, exigen de parte del Juez de Familia una actitud proactiva de
diálogo y concertación con las autoridades de las comunidades indígenas awajun
para desarrollar un plan articulado de protección que le permita a la parte
agraviada la restitución pronta de sus derechos conculcados por la agresión
sufrida; reconociendo que este nivel de coordinación debe ser encabezado por el
Poder Judicial, tal como se ha validado en el caso N° 1284-2021-0-2201-JR-FC-
01; em que de forma conjunta se ha dictado la medida de protección
intercultural, por parte del Presidente del Consejo de Justicia Mayor Awajún de
la FERIAAM y la Jueza de Familia de Moyobamba, a favor de una infante de
ocho meses de edad y de su joven madre victima de violencia estructural y
sistemática; habiéndose diseñado conjuntamente la forma en que la medida de
protección se materializará, lográndose el reconocimiento de la filiación
extramamtrimonial de la niña en el plazo de tres días, con la respectivo
inscripción de la niña en la Oficina del Registro Civil Awajún, garantizándose su
derecho a la identidad.
b) Cuando la denuncia se realiza ante las autoridades indígenas awajún: En ese
segundo supuesto se necesita que los Jefes de las Comunidades Nativas sean
sensibilizados con los instrumentos de defensa de derechos humanos de las
mujeres, desde la CEDAW, la Convención de Belém do Pará, las Cien Reglas de
Brasilia y los diversos pronunciamientos de la Corte Interamericana de Derechos
Humanos sobre cuestiones de género, a fin que logren identificar cualquier
práctica discriminatoria y de violencia en su contexto cultural y así puedan
diseñar e implementar procedimientos para su prevención, sanción y
erradicación. En esta labor, es imperiosa la participación activa de las mujeres
indígenas en el diseño y ejecución de la estrategia de intervención, donde
además de un enfoque de derechos humanos, se aplique el de género, que
reconoce las históricas posiciones asimétricas en la relación entre hombres y
mujeres, así como el enfoque de interseccionalidad, que permite visibilizar los
múltiples factores que confluyen en las situaciones de violencia, por lo que su
abordaje debe ser interdisciplinario e integral.     

CONCLUSIONES:
1. El reconocimiento internacional de los derechos de las mujeres debe traducirse
en políticas públicas de protección eficaz de sus derechos frente a situaciones de
violencia, siendo que en el caso de las mujeres indígenas debe visualizarse la
discriminación estructural y sistemática de la que son víctimas.
2. El acceso de las mujeres e integrantes del grupo familiar, indígenas, a la justicia
ordinaria debe contemplar el reconocimiento y el respeto del derecho indígena.
3. En el supuesto que las víctimas de violencia indígenas decidan por recurrir a la
justicia comunal, debe asegurárseles que las reglas y procedimientos respeten los
parámetros y garantías consignados en las normas internacionales de derechos
humanos, otorgándoles mecanismos claros de acceso a la justicia y de forma
efectiva materializar la restitución de sus derechos vulnerados.
4. Es necesario el diseño e implementación de un Protocolo de Actuación Conjunta
entre el Poder Judicial y las autoridades de los pueblos originarios – nativos y
campesinos, para garantizar la tutela jurisdiccional efectiva de las mujeres e
integrantes del grupo familiar víctimas de violencia.
5. Los deberes de accesibilidad a la justicia, debida diligencia y no discriminación,
frente a hechos de violencia, es exigible tanto a las autoridades ordinarias del
sistema integrado de protección, como a autoridades indígenas.
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