Revista Aleph 206
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D.V.R. - Autorretrato
Consejo Editorial
Director
Carlos-Enrique Ruiz
Tel. +57.606.8864085
http://www.revistaaleph.com.co
e-mail: [email protected]
Carrera 17 Nº 71-87
Manizales, Colombia, S.A.
Diagramación:
Andrea Betancourt G.
Impresión:
Xpress - Estudio Gráfico y Digital
julio/septiembre 2023
Año LVII
Revista Aleph No. 206
(julio/septiembre, 2023. ¡57 Años!)
Edición monográfica dedicada a exaltar la vida y la obra de
Darío Valencia-Restrepo
Contenido
3. Música 19
/Darío Valencia-Restrepo/
Aproximación a Bach 19
Beethoven y el metrónomo 30
Don Giovanni 45
La canción artística 52
La canción de la tierra 61
Períodos históricos de la música en el siglo XX 70
Antonio-María Valencia 78
La música en León y Otto de Greiff 81
4. Homenajes 97
/Darío Valencia-Restrepo/
Ernesto Sábato 97
Gerardo Molina 100
Rafael Gutiérrez-Girardot 108
Álvaro Mutis 111
Luis-Alberto Álvarez 115
Gabriel Poveda-Ramos 117
6. Educación 209
/Darío Valencia-Restrepo/
Las dos culturas (Intervención al recibir el Doctorado h.c. de
la Universidad Nacional de Colombia) 209
La universidad y la paz 214
Anotaciones sobre el futuro de la educación universitaria 219
El desarrollo de las matemáticas en la Escuela Nacional de
Minas 227
Las humanidades, las ciencias sociales y el arte en la forma-
ción de los científicos 246
* * *
APRECIACIONES SOBRE LA VIDA Y LA OBRA DE
DARÍO VALENCIA-RESTREPO
8. Él 318
/Carlos-Alberto Valencia R./
9. NOTAS 319
La Nueva Biblioteca de Alejandría
/Darío Valencia-Restrepo/
Carlos-Enrique Ruiz
A
pesar de las múltiples y permanentes dificultades que
padece el mundo, incluida nuestra Colombia, no dejan
de aflorar personalidades luminosas que permiten abrir
camino, a partir de la formación integral, con apego y desarrollo
en el conocimiento, ligadas a las realidades incuestionables y en
ocasiones trágicas, con asidero fundamental en universidades y
de voz pública. Se trata de polímatas e intelectuales, hitos en la
historia de la cultura, en todos los tiempos, desde la Academia
de Platón, el Liceo de Aristóteles, con paso sobresaliente por
el Renacimiento y la Ilustración, con ecos en los tiempos
contemporáneos. Y los antecedentes luminosos de Sócrates,
Confucio, Lao Tsé, Pitágoras, Epicuro, Parménides, Diógenes,
etc. Con asomo luego por Sei Shônagon, Galileo Galilei, Leonardo
da Vinci,… Alexander von Humboldt,… Aldous Huxley, Albert
Einstein, Bertrand Russell, George Steiner, Isaiah Berlin, etc.
Los pilares fundamentales de la ciencia en Colombia fueron la
Expedición Botánica y la Comisión Corográfica. En más cercanía
están los republicanos españoles del exilio, o del transtierro, con
mayor incidencia académica en México y Argentina, también
con presencia significativa en nuestro país, con aplicaciones en
la Universidad Nacional de Colombia y en la Escuela Normal
Superior, por ejemplo José Prat, Francisco de Abrisketa, Luis de
Zulueta, Pedro Urbano González de la Calle, Mercedes Rodrí-
Pilar González-Gómez
Darío Valencia-Restrepo
“L
o que yo he alcanzado por medio de la diligencia y
la práctica, también podrá ser alcanzado por cual-
quiera con algo de talento natural y habilidad”. Esta
frase, atribuida a un razonamiento de Johann Sebastian Bach,
amén de hacer un encomio sin par al trabajo, nos revela un as-
pecto fundamental del compositor que es necesario analizar en
un contexto histórico. Existía de tiempo atrás una larga tradición
de oficios ligados a una misma familia, a la vez que no se daba
entonces una distinción entre artista y artesano como la que hoy
conocemos. Es bien posible que Bach se viera a sí mismo en
buena medida como un artesano, heredero de varias generacio-
nes de músicos con su mismo apellido; y que, muy al contrario
de la visión del artista como héroe, reconociese que el mero ta-
lento no servía de gran cosa si no estaba acompañado de una
laboriosidad y una paciencia casi sin límites.
Aquella concepción debía llevar, en primer lugar, a un domi-
nio de ese arte u oficio recibido en la casa paterna y acendrado
continuamente mediante el estudio, la transcripción y la inter-
pretación de grandes obras del pasado. Su capacidad de asimilar
el denominado “estilo antiguo” y de continuar después con su
1. Publicado en el libro Comentarios sobre la vida y obra de Johann Sebastian Bach, del
mismo autor (2021).
Pilar González-Gómez
Darío Valencia-Restrepo
L
a decisión sobre el tempo correcto para interpretar una pie-
za musical ha sido uno de esos temas siempre debatidos
y nunca resueltos por parte de compositores, ejecutantes,
críticos y aficionados. Mozart, por ejemplo, señalaba en una de
sus cartas que la elección de tempo era “la más necesaria, la más
difícil, la más importante cosa en música”. (Mersmann, 1972, p.
41). Al parecer, Beethoven también le atribuía particular impor-
tancia a este atributo pues cuenta Schindler, en su biografía del
maestro, que cuando se presentaba al público alguna de sus obras,
la primera pregunta de Beethoven siempre era la misma: “¿Cómo
estuvieron los tempi?” Por otra parte, el gran pianista Glenn Gould
comentaba que él subordinaba la decisión sobre tempo a otras
consideraciones interpretativas, y que el carácter de una misma
pieza podía admitir diversos tempi. (Bazzana, 1997, p. 166).
Algunas definiciones
El metrónomo de Mälzel
Sostener en buenos términos una amistad con Beethoven no era nada fácil,
dado su temperamento impetuoso, impaciente y desconfiado. Los malenten-
didos daban con frecuencia origen a disputas y peleas, a veces seguidas de
reconciliación y remordimiento. Mälzel no escaparía a tal situación.
Durante la primavera de 1812 el compositor y el inventor estaban en mag-
níficos términos. Al punto que durante una cena Beethoven improvisó un ca-
non dedicado a Mälzel y que empieza:
Ta ta ta... lieber, lieber Mälzel. Ta ta ta... leben Sie wohl, sehr wohl.
Traducido sería:
Ta ta ta... querido, querido Mälzel. Ta ta ta... adiós y que te vaya muy bien.
El canon imita el sonido del metrónomo mediante semicorcheas que deben
tocarse en staccato, o sea, haciendo claramente una corta separación entre
Darío Valencia-Restrepo
E
n un reciente programa radial, los periodistas que lo
orientaban plantearon el tema del amor y ofrecieron la
palabra a los oyentes con el fin de escuchar sus opiniones al
respecto y, en especial, sobre la relación entre el amor y la música,
y sobre la figura de Don Juan. Inclusive, uno de los periodistas
mencionó de pasada la ópera Don Giovanni, de Mozart.
Uno de los entrevistados fue un expresidente de Colombia,
a quien se le preguntó por qué a veces se musicalizan algunos
textos de amor y también cuál era su opinión sobre el legendario
seductor ya indicado. La primera pregunta fue respondida con
1. Publicado el libro Viaje del tiempo 1, del mismo autor (2004).
Don Juan
Se extiende la leyenda
Es bien fácil que una representación de Don Juan, sea ella teatral u
operática, se convierta en una trama entre hombres, con las mujeres relegadas
al papel de meras comparsas, instrumentos de placer y motivo de escarnio por
parte del burlador. Algo muy distinto sucede en Don Giovanni.
Doña Ana y Doña Elvira son protagonistas esenciales, presentadas con
gran dignidad y sentido dramático. A ellas reserva Mozart hermosísimas arias
en el sentido tradicional del género. La campesina Zerlina recibe también un
tratamiento cuidadoso, juguetón y ambiguo, expresado en bellas y simples
melodías. Aquellas dos mujeres persiguen implacablemente a Don Juan y se
oponen a la consumación de sus conquistas. Aunque este es el centro de la
obra y alrededor de su actividad gravitan los demás personajes, y a pesar
de que su criado Leporello enumera en la maravillosa “aria del catálogo” la
interminable lista de sus conquistas, en la ópera no tiene ningún éxito en sus
Pilar González-Gómez
Darío Valencia-Restrepo
A
unque Schubert no inventó la canción alemana, con más
propiedad denominada por la palabra alemana Lied, sí fue
responsable de elevar aquella a una categoría artística sin
precedentes. Lo primero que debemos decir es que la palabra Lied
(plural: Lieder) se aplica a una fusión entre literatura y música que
se inició en lo que hoy es Alemania hacia fines del siglo XVIII y
continuó principalmente en las primeras décadas del siglo XIX.
Antecedentes
El Romanticismo
Un joven de solo 17 años compone una obra maestra en 1814 con el título
“Gretchen am Spinnrade” (Margarita en la rueca). Se ha dicho que de un golpe
Schubert creó una nueva forma artística, sin precedentes, lo cual tiene un fondo
de verdad. Se considera que esta es la primera canción alemana moderna, en la
cual se integran ejemplarmente aspectos líricos y dramáticos.
Toma como base un texto de la primera parte del Fausto, de Goethe, com-
puesto por ocho estrofas cada una de cuatro versos casi todos yámbicos, para
voz de soprano. Es un ejemplo de la canción estrófica con variaciones, pues se
va cambiando la música según lo exigido por el carácter de cada estrofa.
Un primer plano lo constituye el canto, un segundo unas incesantes semi-
corcheas a cargo de la mano derecha en el piano que evocan el movimiento de
la rueca, y un tercer plano proviene de un bajo proporcionado por la mano iz-
quierda que por momentos parece señalar el movimiento del pie sobre el pedal
de la rueca. La soprano se ve muy exigida por un creciente dramatismo que la
lleva hasta casi un grito, pero todo atemperado por las varias repeticiones de la
línea melódica central a partir del texto de la estrofa inicial.
A propósito, dice Richard Capell en un libro muy citado que Schubert, al
brindar tanta atención al poema, demanda un nuevo estilo de canto y que ade-
más el cantante, para hacerle justicia a la música, debe conocer a fondo los
poetas que la inspiraron. Es bueno comentar que el compositor prefería a veces
altas tesituras, nada cómodas para muchos cantantes, lo cual lleva a que diferen-
tes canciones se interpreten transportadas a tonalidades distintas a la original.
Tipos de Lied
Los ciclos
El piano
En los Lieder tradicionales del siglo XVIII el piano tenía una función
subordinada a la voz, en gran medida para proporcionar a ésta una base armó-
nica. Su función era entonces de simple acompañamiento.
Con Schubert el instrumento se convierte en por lo menos un igual de la
voz, a veces inclusive responsable de establecer el tono de todo un Lied. Pue-
de darnos la sensación del caminar, del viento o del movimiento de un arroyo,
pero no se limita a crear una especie de fondo de la voz ni a, por así decirlo,
una pintura sonora. Más bien se constituye en un símbolo o representación del
poema mismo.
Algunas veces el piano nos da una idea del paisaje y en otras del clima
interior del personaje. Pero también puede con frecuencia presentar los dos
al mismo tiempo, tal el caso de los dos ciclos antes mencionados. En ellos se
establece una relación entre, como dirían bellamente en inglés, el “landscape”
y el “innerscape”, entre el paisaje y el mundo interior del personaje.
Puede afirmarse que el papel del piano introducido por Schubert fue único
en su tiempo e influiría posteriormente en compositores como Schumann.
Es tal la integración que puede alcanzarse entre voz y piano que en alguna
ocasión Schubert diría, al referirse a la manera como él se unía al cantante
Vogl, que la audiencia percibía algo nuevo, no escuchado antes, y que durante
la interpretación los dos parecían como uno solo.
Los poetas
La aparición de los grandes líricos alemanes hacia fines del siglo XVIII
y principios del XIX, en especial Goethe, fue un decisivo impulso para que
Los amigos
Poesía y canción
Darío Valencia-Restrepo
E
l año 1907 fue trágico en la vida de Gustav Mahler. Mu-
rió su hija mayor, perdió su posición como director de la
Ópera de Viena y se le diagnosticó una afección cardía-
ca que lo llevaría pocos años después a la tumba. Sin duda, los
acontecimientos cambiaron en forma radical la vida y el quehacer
artístico del compositor.
Mahler esboza la que denominó sinfonía para contralto, tenor
y orquesta “La Canción de la Tierra” durante una estadía en la be-
lla región austríaca del Tirol, poco después de la muerte de su hija
Maria. Compone la mayor parte de la obra al año siguiente cuan-
do se encuentra en un retiro veraniego de las montañas dolomitas.
El compositor había nacido en 1860, en Bohemia, entonces
parte del imperio austríaco. Sus padres judíos pertenecían a la mi-
noría germanoparlante que vivía entre la población checa. Aun-
que su obra no mereció mayor atención durante largas décadas,
hoy día muchos la consideran anticipadora de los drásticos cam-
bios de la música en el siglo XX. Mahler puede verse como uno
de los últimos herederos de la tradición romántica en el cambio
de siglo, y como un compositor que expandió la concepción sin-
fónica y la enriqueció al combinarla con la canción.
1. Publicado en el libro Viaje del tiempo 1 (columnas de prensa hasta 2004) del mismo
autor (2004).
La Canción de la Tierra
2. El Solitario en otoño
3. De la Juventud
4. De la Belleza
El Borracho en primavera
Si la vida es sueño,
¿por qué entonces fatiga y pena?
Beberé hasta no poder más
¡todo el santo día!
La Despedida
Duerme el mundo...
La brisa es fresca a la sombra de mis pinos.
Allí espero a mi amigo;
lo espero para una última despedida.
¡Amigo! Cuánto añoro estar a tu lado
en la belleza de este anochecer.
¿Dónde estás? ¡Hace tanto que me dejaste solo!
Darío Valencia-Restrepo
A
l decir que se va a dividir un siglo en períodos es indis-
pensable reconocer que, al igual que ocurre con muchas
clasificaciones, incurriremos en cierto grado de arbitra-
riedad y no pretenderemos creer en la existencia de rupturas cla-
ras entre períodos consecutivos. Más bien se intenta establecer
algún orden o esquema que tal vez ayude a entender una realidad
compleja. Además, dada la diversidad de tendencias y estilos,
nos ocuparemos solo de compositores y obras centrales.
Vamos a considerar los siguientes cuatro períodos de la músi-
ca de Occidente en el siglo XX:
1. Publicado en el suplemento Palabra & Obra del periódico El Mundo, de Medellín, el
13 de febrero de 2009.
La tonalidad
Si se toca una nota Do del teclado de un piano, podrá observarse que por
simpatía vibrarán espontáneamente las cuerdas del interior del instrumento
correspondientes a otras notas, denominadas los armónicos de aquella. En
este caso, los primeros armónicos distintos al propio Do serán las notas Sol
y Mi. Si las teclas correspondientes a estas tres notas se tocan al tiempo, lo
que constituye un acorde, escucharemos un sonido luminoso y muy agrada-
ble, lo cual nos lleva a pensar que nuestro oído aprecia una consonancia que
proviene de la naturaleza.
Todos estamos familiarizados con la escala de siete notas que va de Do
a Si, llamadas notas naturales, fácilmente localizable en siete teclas blan-
cas consecutivas del piano si empezamos con una nota Do (observemos
que entre esas siete teclas blancas existen otras cinco de color negro que
corresponden a alteraciones, sostenidos o bemoles, de las anteriores). Se
trata de la escala denominada Do Mayor, o tonalidad de Do Mayor o escala
diatónica del Do, y existen otras escalas o tonalidades, cada una de las cua-
les consta también de siete notas principales. La música tonal, con respecto
a la melodía y la armonía (sonido simultáneo de notas), tiene preferencia
por escalas de siete notas, como las mencionadas, aunque también emplea
ocasionalmente notas diferentes a las dichas siete. En esas escalas existe
una cierta jerarquía pues la primera nota se constituye en un centro tonal
de primera importancia, en tanto que la nota llamada dominante, el Sol del
ejemplo precedente, tiene una relación significativa con aquella. El empleo
de la tonalidad dominó la composición hasta los cambios de que hablaremos
más adelante.
París
Viena
Por esos mismos años aparece la gran figura de Schoenberg, quien emplea
con intensidad el cromatismo hasta que en 1909 se aparta totalmente del sis-
tema tonal mediante el desarrollo de la atonalidad, lo cual le valió una gran
hostilidad pero a la vez un decidido apoyo de sus seguidores. Crea más tarde
el dodecafonismo, o sea, el uso de la escala completa de las doce notas (pasó
entonces de la escala diatónica a la escala cromática). Ahora las doce notas
estarán en pie de igualdad y no existirá el centro tonal, la llamada tónica, ni la
dominante, etc. de la escala tradicional. Con sus discípulos, entre los cuales
Berg y Webern son los principales, integra la denominada Segunda Escuela
de Viena.
Bartok
4. POSMODERNISMO (1975-2000)
Coda
A pesar del interés que la música del siglo XX despierta en ciertos círculos,
es necesario reconocer que ella no ha alcanzado el favor de los aficionados en
general. Es importante acercarnos a dicha música con una actitud más abierta
y menos apegada a lo que ya conocemos, y estar dispuestos a escuchar varias
veces una obra hasta adquirir cierta familiaridad. Pero no nos tiene que gustar
todo. Si especulamos un poco, es bien posible que algunas composiciones del
pasado siglo, consideradas importantes por uno que otro crítico, no resistan la
prueba del tiempo ni sean consideradas clásicas por la posteridad.
Darío Valencia-Restrepo
C
on múltiples impresiones y cierta tristeza se termina de
leer el primer tomo del libro “Imagen y obra de Antonio
María Valencia”, una monumental biografía escrita por
Mario Gómez-Vignes sobre el destacado compositor vallecauca-
no, a la vez intérprete del piano y pedagogo de primer orden. Un
libro de gran formato que se lee con asombro y deleite pues es el
resultado de un inmenso trabajo que está a la altura de las mejores
biografías de los grandes compositores de la música occidental.
Un texto analítico, minucioso y documentado, tan ameno como
una buena novela, bien escrito y no exento de pasajes con fino
sentido de humor.
Puede hablarse de tristeza porque después de conocer la im-
presionante acogida del maestro en París, claro reconocimiento a
su talento y personalidad, la narración pone de presente los alti-
bajos de su vida en Colombia hasta su declive final, producto de
incomprensiones, ignorancia y maldad. Y producto de una per-
sonalidad que no pudo superar unos sobrevalorados sentimien-
tos por su familia y su departamento, pero asimismo resultado
de un altruismo sin límites que lo llevó a sacrificar una carrera
de concertista en Europa y de compositor más prolífico, con el
Darío Valencia-Restrepo
C
omo fundamental fue la relación de León de Greiff y
Otto de Greiff con la música, se intentará a continuación
un esbozo del significado y alcance de dicha relación
con base principalmente en sus escritos y también en el recorri-
do vital de tan distinguidos hermanos.
1. Libreto para una sesión del programa “Tertulia divertimento”, del profesor Alberto
González, y emitido por la emisora cultural de la Universidad Nacional de Colombia-Sede
Medellín, FM 100.4. (2006).
Poesía y música
Sonoridad y sintaxis
Una propiedad muy distintiva tiene que ver con la musicalidad de los ver-
sos greiffianos que se deriva de la sonoridad de sus palabras y peculiar sin-
taxis. Escuchemos las dos primeras estrofas de la “Fanfarria en Sol mayor”
(Odecilla estival):
Instrumentos musicales
El tañedor de flauta
-como es la noche indiferente-
presta al silencio espacio, si no le roba oídos,
para esparcir la discontinua seda
de su felpada melodía.
Se afila,
titila,
cintila:
-destila
frágiles notas,
donde el cegado ruiseñor ensaya
fundir claros acordes y destacar silbantes
sollozos cristalinos.
Mención de compositores
Un tercer aspecto específico que mencionaremos tiene que ver con la uti-
lización por parte de don León de formas, texturas y tiempos musicales para
definir la estructura, el tono, el ritmo de sus poemas. Como se sabe, desde
la Grecia clásica se había establecido una correspondencia entre los ritmos
prosódico y musical. Hoy día, al comparar literatura y música, se suele esta-
blecer cierta identidad entre sílaba y sonido, entre palabra y motivo, entre las
frases en una y otra, entre oración y período musical, etc. Así encontramos
en los títulos o la organización de ciertos poemas configuraciones musicales
como sonatas y sonatinas, baladas, scherzos, nocturnos, rapsodias, fantasías,
preludios..., a veces con indicación de los correspondientes tempi o tiempos.
Como se trata de un destacado ejemplo, nos referiremos a la “Fantasía
cuasi una sonata”, un poema que De Greiff asocia con la sonata para piano
No. 14 de Beethoven.
Empieza así el preludio del poema, en el cual destacamos la mención de
la Noche, y de las teclas negras del piano que son importantes en la tonalidad
do sostenido menor de la sonata:
Don Otto
Dos folletos
Entre las publicaciones del maestro Otto de Greiff podemos destacar dos
asociadas con sendos acontecimientos musicales en la vida nacional, aquellas
y estos auspiciados por la benemérita Sociedad de los Amigos de la Música.
El primero es un folleto que se titula “Las sonatas para piano de Beethoven”
y que contiene notas informativas y transcripción de autorizados juicios sobre
las 32 sonatas que interpretaría el extraordinario pianista Wilhelm Backhaus
en el Bogotá de 1951.
El segundo folleto de don Otto es “Los cuartetos de cuerdas de Beetho-
ven”, editado como preparación al ciclo de los 17 cuartetos que interpretara
en Bogotá en 1948 el Cuarteto de cuerdas húngaro, acontecimiento musical
calificado por De Greiff como el mayor ocurrido en Colombia.
Se trata de una bellísima e ilustrativa guía que introduce y orienta al aficio-
nado al presentarle un conjunto de obras que han sido consideradas como ca-
pitales en la historia de la composición. En sus páginas el maestro nos lleva de
la mano a lo largo de cada movimiento de cada uno de los cuartetos mediante
la discusión de estilos, formas, influencias, temas, relaciones y circunstancias.
Para su cabal aprovechamiento, el lector sólo debe poseer conocimientos bá-
sicos de la terminología musical y de la lectura de partituras.
Pero también está presente en la poesía de don Otto una clara relación
con la música como puede verse en el libro antes mencionado, Grafismos del
grifo grumete. Hay frecuentes asociaciones con formas musicales y con la
organización por movimientos con su correspondiente tempo, al igual que se
recrea poéticamente la voz de diferentes compositores y se mencionan algu-
nas obras. Ya en 1928 el distinguido poeta Eduardo Carranza diría: “Otto de
Greiff posee una agudísima sensibilidad melódica y una vasta cultura musical,
elementos que, trasladados a su poesía, la bañan de una hechizante atmósfera,
de un extraño ritmo cristalino. Allí en cada penumbra, un piano relata fabulo-
sas odiseas por el sueño o por la sangre o por las lejanas islas encantadas. En
cada esquina del poema un violín canta como si alguien pulsara la luna. Y las
flautas inventan una ‘letra para la música de las estrellas’.”
Como muestra mínima de estos poemas asociados con la música, oiga-
mos un aparte del “Tríptico de Tristán” cuando el autor describe elementos y
símbolos centrales presentes al comienzo del primer acto de la que Wagner
denominara acción musical “Tristán e Isolda”:
El traductor
De mi corazón
huyó la paz;
no puedo encontrarla
ya nunca más.
Mi pobre sér
enloqueció,
mi pobre espíritu
se destrozó.
De mi corazón
huyó la paz;
no puedo encontrarla
ya nunca más.
Su altivo paso,
su noble ademán,
sus labios sonrientes,
su arrogante mirar.
De sus palabras
el manantial,
su mano franca,
y ¡ay, su besar!
De mi corazón
huyó la paz;
no puedo encontrarla
ya nunca más.
Por él se oprime
de amor el pecho;
ah, si pudiera
siempre tenerlo,
siempre besarlo,
y así feliz,
Darío Valencia-Restrepo
H
ace casi cuarenta años, el antiguo estudiante de matemá-
tica y física, y por entonces investigador científico, hace
el tránsito de esa clara ciudad de las torres donde reinan
la seguridad y el orden hacia un continente lleno de peligros don-
de reina la conjetura.
Es época de desgarramiento en el orden mundial y de grandes
cambios en su propio país. La nueva opción es la salida al con-
traste entre un espíritu caótico y contradictorio, como él se des-
cribe a sí mismo, y la armonía de las estructuras y los sistemas.
Como también lo ha dicho, es el triunfo del doctor Jekyll sobre el
señor Hyde, para usar los paradigmas del gran escocés.
Es la decisión de un hombre preocupado por el devenir de la
cultura occidental y el futuro de América Latina, angustiado por
la crisis total de la especie. Quiere ser testigo de una época y dar
su testimonio. Para ello cuenta con una tremenda conciencia y
una terrible lógica. Escoge la literatura como salvación porque si
la literatura es profunda es testimonio. Se decide por la palabra
escrita porque “yo no he escrito para ganar dinero ni adquirir re-
La mesa de honor en el Paraninfo estuvo presidida por el escritor Ernesto Sábato, el gobernador de
Antioquia Rodrigo Uribe Echavarría y el rector de la Universidad de Antioquia, Darío Valencia Restrepo.
Darío Valencia-Restrepo
E
n momentos críticos de la vida nacional, muchos ocurri-
dos en el pasado siglo, se alzó la voz de Gerardo Molina
para analizar los acontecimientos, ocuparse de sus causas,
arrojar luces históricas y proponer caminos de cambio siempre
basados en la democracia, la libertad y la justicia social. Dada
la trascendencia de la política, su aproximación siempre estuvo
signada por un fundamento en la teoría y el pensamiento político.
Pero como además era un hombre de acción, con frecuencia una
práctica política lo llevó a diversos escenarios de lucha por sus
principios e ideas.
El panorama actual en el mundo nos muestra un completo
descrédito de la política, los políticos y los partidos, así como
una pérdida de confianza en la democracia. Pero para el maes-
tro Molina solo existía el camino de los movimientos políticos
para promover la superación de unas estructuras y unas condicio-
nes de vida intolerables para la mayoría del pueblo colombiano.
Situación esta que no ha cambiado en nuestro tiempo, y antes
podríamos decir que se ha agravado cuando, como nunca antes,
las gentes son más conscientes de sus derechos y los exigen con
continuadas formas de protesta. Lo vemos hoy cuando jóvenes
1. Discurso inaugural de la primera versión de la Cátedra Nacional Gerardo Molina, de la
Universidad Nacional de Colombia (segundo semestre de 2021).
Darío Valencia-Restrepo
“E
l contacto con su obra ampliará nuestro horizonte y
nos abrirá a la esperanza. Nos hará conscientes de la
magnitud de la crisis por la que estamos atravesando
y nos proveerá de medios para reconocerla, para pensarla con
acierto y, eventualmente, superarla. Hoy, más que nunca, resulta
impostergable el sereno pero implacable ejercicio de la crítica,
sobre el cual se pronunciara Kant con absoluta radicalidad cuan-
do decía que la razón sólo concede su respeto a lo que puede so-
portar su examen público y libre.” Así concluye Rubén Jaramillo
Vélez un artículo dedicado a un ilustre colombiano fallecido hace
cinco años en Alemania. Rafael Gutiérrez Girardot deja una obra
que le permitió descollar internacionalmente en exigentes esce-
narios culturales e intelectuales, al punto de recibir la distinción
de profesor emérito de la Universidad de Bonn y de fundar allí
el departamento de hispanística. Estamos ante un estudioso serio
de las tradiciones y la cultura de la modernidad latinoamericana
y de sus relaciones con la literatura y el pensamiento filosófico
de Europa, en especial de Alemania; un crítico que destaca la
literatura como fuente de conocimiento y un ensayista de gran
aliento sobre temas filosóficos; un investigador que se apoya en
la sociología para interpretar fenómenos culturales y que procla-
Darío Valencia-Restrepo
nada mejor, para esta ocasión, que el reconocimiento a un poeta como Álva-
ro Mutis, en quien se cifran con tanta eficacia los valores de una poesía con
una incidencia nacional incuestionable. Este reconocimiento, pues, señala una
importancia que todos compartimos y que la Universidad, en particular, se
complace este día en manifestarle al poeta.
Tal como comentaba uno de los jurados del V Premio Nacional de Poesía,
este año se ha presentado una coincidencia muy significativa que quiero men-
cionar de nuevo aquí: en el Premio por Reconocimiento, concedido al poeta
Álvaro Mutis, y en los dos premios por concurso, otorgados a los poetas Jaime
Jaramillo Escobar y Orlando Gallo, se ha premiado a tres generaciones dife-
rentes de poetas colombianos. En primer lugar a la generación de “Mito”, cu-
yos valores culturales continúan presentes en la actual literatura colombiana;
en segundo lugar, a la generación nadaísta, que ha celebrado recientemente
sus primeros 25 años de existencia; y, finalmente, a la joven poesía colombia-
na que comienza a manifestarse de manera original y vigorosa por medio de
un estudiante de esta Universidad.
Esta oportuna coincidencia contribuye aún más a resaltar el homenaje que
anualmente la Universidad de Antioquia rinde a la poesía colombiana. Y al
premiar a los poetas Álvaro Mutis, Jaime Jaramillo Escobar y Orlando Ga-
llo, la Institución tiene la certeza de haber cumplido a cabalidad esta quinta
Darío Valencia-Restrepo
I
ch musst’ auch heute wandern vorbei in tiefer Nacht,
Da hab’ ich noch im Dunkel die Augen zugemacht.
Und seine Zweige rauschten, als riefen sie mir zu:
Komm her zu mir, Geselle, hier find’st du deine Ruh!
Darío Valencia-Restrepo
L
a dedicación de una vida a la actividad científica y a la
búsqueda de un conocimiento que pudiera ser útil para
el progreso de Colombia constituye el rasgo central de
quien, desde la cátedra y su actividad profesional, sin pausa ni
descanso, se constituyó en un ejemplo para sus conciudadanos.
Una tradición establecida por nuestro primer científico, Francisco
José de Caldas, quien nunca vaciló en tratar de aplicar a la reali-
dad lo aprendido en medio de las más grandes dificultades.
Gabriel Poveda Ramos nació en el municipio de Sonsón,
Antioquia, el 6 de marzo de 1931, en el hogar formado por el
ingeniero Pío B. Poveda Narváez y doña Josefina Ramos Jaramillo,
y estuvo casado por 65 años con doña Fabiola Jaramillo Gaviria,
cuyos hijos fueron Germán, Edgar, David y Norma. Falleció el
22 de enero de 2022 en la ciudad de Medellín.
Principales libros
Estudios y distinciones
Darío Valencia-Restrepo
A
lexander von Humboldt construyó una enorme red de
colaboradores que incluía científicos, expedicionarios,
observadores y aficionados al conocimiento en dife-
rentes campos del saber. Tuvo también la amistad y correspon-
dencia con grandes poetas y humanistas de su tiempo. Ello le
permitió enriquecer considerablemente su trabajo y sus publi-
caciones, pues la información obtenida en sus viajes la com-
plementaba con imágenes o datos adicionales y, sobre todo, le
permitió su visión integradora de diferentes fenómenos.
Uno de los más importantes miembros de dicha red fue el
científico y filósofo británico William Whewell (1794-1896),
quien acuñó dos palabras, una de las cuales nos sorprende que
apareciera tan tardíamente: “científico”. La otra no recibió la
misma atención en años posteriores, pero ha cobrado vigencia
en las últimas décadas: “consiliencia”.
La consiliencia tiene un bello significado integrador, y de
llamado a la unidad, para quienes trabajan en diversos campos:
“saltemos juntos”. La palabra permanece como neologismo
pues no ha sido aceptada por el DRAE. Pero vamos a ver que
Arte en Humboldt
La consiliencia
Darío Valencia-Restrepo
U
n patrimonio mayor de la humanidad lo constituyen
once códices repartidos en cuadernos que alcanzan más
de 7.200 páginas, todo ello con la autoría de Leonardo
da Vinci. Es posible que solo se conserve una cuarta parte de lo
que en realidad existió. En forma con frecuencia abigarrada, las
páginas incluyen dibujos y textos con ideas que todavía causan
asombro, descripciones sobre lo realizado o en marcha, pautas de
trabajo personal, observación de los gestos y las emociones de las
personas, apuntes de la vida cotidiana… Los textos están escritos
con la mano izquierda, de derecha a izquierda, en lengua vulgar y
no en latín como era usual, y en forma especular, o sea, que cada
página puede leerse al ver su imagen en un espejo. El examen de
muchos de esos cuadernos fueron la base para que Walter Isaac-
son escribiera en inglés una gran biografía de Leonardo, de la
cual fue publicada en 2018 una versión al español. El autor era ya
bien conocido por una extraordinaria biografía de Einstein, en la
cual sortea con éxito una aproximación a los trabajos de uno de
los científicos más importantes de la historia.
Es asombroso el trabajo interdisciplinario de Leonardo, una
preparación que en buena medida adquirió en la corte del duque
Darío Valencia-Restrepo
C
ultura es el sistema de ideas en cada tiempo.
El carácter catastrófico de la situación presente euro-
pea se debe a que el inglés medio, el francés medio, el
alemán medio son incultos, no poseen el sistema vital de ideas
sobre el mundo y el hombre correspondientes al tiempo. Ese
personaje medio es el nuevo bárbaro, retrasado con respecto
a su época, arcaico y primitivo en comparación con la terri-
ble actualidad y fecha de sus problemas. Este nuevo bárbaro
es principalmente el profesional, más sabio que nunca, pero
más inculto también -el ingeniero, el médico, el abogado, el
científico.
Por eso es ineludible crear de nuevo en la Universidad la en-
señanza de la cultura o sistema de ideas vivas que el tiempo
posee. Esa es la tarea universitaria radical. Eso tiene que ser
antes y más que ninguna cosa la Universidad.
Los anteriores párrafos son tomados del libro de José Ortega
y Gasset titulado Misión de la Universidad y publicado en 1930.
A pesar del largo tiempo transcurrido, la publicación conserva
vigencia, puesto que algunos problemas allí señalados siguen sin
1. Prólogo para el libro Estudios para una historia de la física, de Jorge-Alberto Naran-
jo-Mesa y publicado por la Editorial Universidad de Antioquia (2022).
Darío Valencia-Restrepo
Darío Valencia-Restrepo
E
n el artículo “Sobre la distribución y colocación de las
tierras baldías que se han concedido al Estado Soberano
de Antioquia”, publicado en el No. 103 del Boletín de la
Sociedad Geográfica de Colombia correspondiente a 1971, Car-
los Segismundo de Greiff con visión anticipatoria se ocupa del
estado de los caminos en dicho Estado hacia mediados del siglo
XIX. Señala que su mejora y mantenimiento son urgentes para
el progreso industrial del país; que su trazado no es el más con-
veniente ni siquiera para el presente; que es necesario tener en
cuenta que más adelante deberán transformarse en caminos de
carros y de hierro; y que como ningún camino se puede conser-
var sin población es del caso colocar en las vecindades de la vía
colonos laboriosos a quienes el Estado ceda terrenos baldíos y
les ofrezca ayuda inicial. Con un gran detalle geográfico, el ar-
tículo caracteriza los baldíos de interés para Antioquia, comenta
sobre lo caminos existentes, propone otros nuevos y señala dón-
de deben asentarse las poblaciones para el fin antes propuesto.
En el mismo Boletín mencionado se encuentra un sorpren-
dente y muy completo mapa de la provincia de Antioquia prepa-
rado por don Carlos Segismundo después de treinta años de ex-
1. Prólogo para el libro El Puente de Occidente y la integración de Antioquia, de Luis
Fernando Múnera López. (2018).
Darío Valencia-Restrepo
C
uando Newton descubre la Ley de la Gravitación Univer-
sal, expresión de la fuerza de atracción que existe entre
los cuerpos del universo, surgieron varias graves pregun-
tas: ¿Por qué ocurre esta fuerza? ¿Cómo se transmite? Si el sol
atrae a la tierra con una fuerza que cumple dicha ley ¿lo hará en
forma instantánea y se tratará de una acción a distancia? Newton
escribe que no ha sido capaz de encontrar la causa de las propie-
dades de la gravedad a partir de fenómenos y agrega la famosa
frase: “Hypotheses non fingo” (Yo no construyo hipótesis).
Según la teoría de la relatividad general, publicada por
Einstein en 1915 y en gran medida dedicada a la gravedad, no hay
tal acción a distancia pues esa fuerza se debe transmitir mediante
unas ondas que viajan a la velocidad de la luz. Bien se sabe que
vemos el sol como era hace ocho minutos, tiempo que le toma a
la luz, a pesar de su enorme velocidad de 300.000 kilómetros por
segundo, para viajar del sol a la tierra. De igual modo, si el sol
explotara o chocara con un gran cuerpo, solo sentiríamos después
de ocho minutos la fuerte perturbación de la órbita terrestre.
Cada una de las cuatro fuerzas fundamentales de la naturale-
za, una de las cuales es la gravedad, es transmitida por medio de
1. Publicado como editorial del periódico El Mundo, de Medellín, el 13 de febrero de
2016.
Darío Valencia-Restrepo
E
n el año 1760 llega a la Nueva Granada, procedente de
España, el ilustrado José Celestino Mutis (1732-1808).
La calificación de ilustrado proviene de la Ilustración, un
movimiento intelectual y cultural que con las luces de la razón y
el conocimiento enfrentó la superstición, la ignorancia y el oscu-
rantismo. Señalaba la importancia de la observación, la experi-
mentación y la medición. Ocurrió en los siglos XVII y XVIII en
Europa, y con las limitaciones impuestas por una fuerte tradición
escolástica llegó a España y fue adoptada por la monarquía de los
Borbones. En ese ambiente se forma Mutis.
En el contexto atrasado y precientífico de ese virreinato, don
José Celestino introduce un cambio cultural, centrado en la cul-
tura científica. Establece formalmente una educación basada en
las matemáticas y la física newtoniana, educación que solo llega
a una élite. Y de mucho interés es saber que la Real Expedición
Botánica, dirigida por este mismo ilustrado, permite realizar una
práctica que afirma y complementa la mencionada educación
científica.
Se enuncian a continuación varios acontecimientos relaciona-
dos con Mutis que sustentan ese cambio cultural y que más adelan-
Pero para empezar por fin, ilustrísimos oyentes, sería conveniente que
recordéis que la finalidad de la Filosofía natural no es otra que conocer, en la
Referencias
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Darío Valencia-Restrepo
C
on estas palabras comienza Vasari la biografía de Fili-
ppo Brunelleschi que aparece en su clásico libro Las vi-
das de los artistas. Nos referiremos más adelante a aquel
arquitecto e ingeniero del temprano Renacimiento Italiano en la
ciudad de Florencia, durante el Quattrocento o siglo XV, con el
objeto central de discutir su magna obra: la cúpula de la catedral
de Santa Maria del Fiore.
Il capomaestro
Aspectos estructurales
La maquinaria
Conclusión
Darío Valencia-Restrepo
N
o existe acuerdo entre los expertos sobre el futuro de
la Inteligencia Artificial (IA), aunque es un hecho que
ya se ha alcanzado una inteligencia restringida, como lo
prueba la victoria de Deep Blue en 1997 sobre uno de los grandes
en la historia del ajedrez, Garri Kasparov. Algunos consideran
que será posible lograr la Inteligencia Artificial General (IAG), o
sea, la capacidad de emular la inteligencia de los seres humanos,
e incluso se atreven a señalar más o menos cuándo, en tanto otros
conocedores dicen que esto es imposible. Si se alcanzase la IAG,
tal vez habría mayor acuerdo en que sería entonces ineludible el
rápido progreso para obtener la superinteligencia, una capacidad
superior al nivel humano.
La controversia se intensifica cuándo se discuten las bondades
o peligros futuros de esas máquinas, pero es indudable que en
la actualidad estas continuarán mejorando en forma significativa
su desempeño, después de décadas de esperanzas y promesas
incumplidas. Pero más importante que ocuparse de predicciones
de largo plazo, de lo bueno o malo que puede ocurrir, es urgente
analizar primero lo que ya está pasando, lo que ya es una realidad
con la IA. Luego, presentaremos algunos hitos históricos, los
1. Publicado en ALEPH Convergencia de saberes, un libro editado por Carlos-Enrique
Ruiz y publicado para conmemorar el número 200 de la Revista Aleph (2022).
Para una eventual llegada a la IAG, son bien diversos los métodos de
trabajo que se han propuesto y las opiniones y argumentos para concluir si
es factible alcanzar o no dicha meta. Se discute, a veces con pasión, sobre
los peligros o las bondades de una eventual IAG. Mencionaremos al respecto
algunos autores cuyas publicaciones han sido recibidas con interés.
Objeciones teóricas. Podría mencionarse algunas: Husserl y Heidegger
se encontraron con una tarea inacabable cuando intentaron definir en forma
simbólica los conceptos humanos, algo que también enfrentaría la IA;
“entender” conceptos es diferente a la manipulación de símbolos; la actividad
motora debida a estímulos sensoriales y otras capacidades no obedecen a
procesos de pensamiento tales como los estudiados en la IA; el pensamiento
humano es holístico y no puede dividirse en subprocesos tal como lo hace la IA
al aproximarse al asunto; y el pensamiento humano con infinitas excepciones
y ambigüedades es muy complejo para los computadores. Lo anterior se
discute en un libro de interés (Jackson, 2019, pp. xix-xxi).
Agregaríamos una objeción adicional. Como nuestro cerebro está
compuesto de partículas elementales, puede deducirse que el estudio de sus
procesos mentales, en especial la conciencia, exige considerar fenómenos
subyacentes estudiados en la mecánica cuántica, algo muy difícil de tratar
y, llegado el caso, de modelar en la IA. Un obstáculo similar adujo quien
esto escribe para oponerse a lo expresado por Yuval Noah Harari, en su
libro Homo Deus, cuando afirmó que los seres humanos somos algoritmos
(Valencia-Restrepo, 2018).
Utopía y distopía. Los utópicos ven los albores de la IAG como la última
frontera de la prosperidad humana para expandir nuestra conciencia; un
futuro radical en el cual los seres humanos y las máquinas se fusionarán
por completo; la posibilidad de llevar nuestras mentes a la nube; hacia 2029
se tendrá la IAG y la superinteligencia se alcanzará hacia 2045, momento
denominado la singularidad; y la creación de la superinteligencia permitirá a
la civilización humana resolver problemas en la actualidad insolubles.
Pero los distópicos no se han callado e incluso se refieren a peligros ya
existentes: Elon Musk ha dicho de la superinteligencia que es el mayor riesgo
Referencias
Darío Valencia-Restrepo
E
l 4 de abril de 1804 Francisco Antonio Zea es nombra-
do primer profesor y encargado del gobierno y dirección
del Real Jardín Botánico de Madrid, posición esta última
que desempeñaría hasta 1808. La institución había sido creada
en 1755 durante el reinado de Fernando VI y a principios del
siglo XIX se había convertido en uno de los más importantes
jardines botánicos de Europa. Además, su colección de plantas se
ampliaría al recibir las provenientes de América, pues el Jardín
había participado en el desarrollo de expediciones científicas de
carácter botánico a la Nueva Granada, al virreinato del Perú y a
la Nueva España (México). ¿Cómo fue posible que un neograna-
dino nacido en Medellín en 1766 llegara a ocupar tan importante
posición en la España metropolitana?
Zea fue uno de los ilustrados formados por José Félix de Res-
trepo en el Colegio Seminario de Popayán durante la década de
1780, donde tuvo como condiscípulos a Camilo Torres y Fran-
En Francia
Zea estuvo una primera vez en París, adonde había sido enviado por
el Gobierno español en 1800 gracias a una sugerencia de Cavanilles, para
estudiar ciencias naturales y obtener libros e instrumentos; lo anterior también
fue facilitado por el apoyo económico de Mutis. Allí se hizo amigo de grandes
naturalistas de la época, en particular Jean-Baptiste Lamarck y Antoine-
Laurent de Jussieu, y se vinculó como estudiante al recientemente creado
Instituto Nacional de Francia, entidad cuya reputación académica sería
reconocida internacionalmente.
El periodista en España
El periodismo fue fundamental para que Zea se hiciera a una carrera como
científico, político y educador. Desde muy temprano mostró su interés al
respecto cuando en 1791 se publica un significativo texto suyo en el Papel Pe-
riódico de la ciudad de Santafé de Bogotá con el título Avisos de Hebephilo,
un artículo del cual nos ocuparemos posteriormente. Después de su regreso a
América en 1815, proveniente de Europa, vuelve al periodismo cuando años
Figura 1. Portada del libro con el discurso Figura 2. Primera página de un borrador de Zea para
de Zea sobre utilidad de la botánica. De la un discurso que ensalza la historia natural y la botánica.
Biblioteca digital del Real Jardín Botánico RJB- Cortesía del Real Jardín Botánico. Signatura AJB, Div.
CSIC: https://bibdigital.rjb.csic.es/ III, 7, 1, 10
Figura 5. Primera página del primer número del semanario Correo del
Orinoco. Archivo de Wikimedia Commons, un depósito de contenido
libre hospedado por la Fundación Wikimedia.
Agradecimiento
Darío Valencia-Restrepo
D
urante una cena que en honor del doctor Rodolfo Llinás
ofreció el Capítulo de Antioquia de la Academia Colom-
biana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, el 17 de
septiembre de 2018 en Medellín, tuvo lugar una conversación
con el destacado neurofisiólogo colombiano, algunos de cuyos
apartes se incluyen en el presente artículo. Durante la tarde de
ese mismo día, el doctor Llinás había pronunciado en el Parque
Explora una conferencia con el título “La vida es inevitable. Evo-
lución de la cognición”.
Al llegar al homenaje, el Dr. Llinás fue muy amable al salu-
dar a cada uno de los investigadores presentes. Al conversar con
algunos de ellos, se interesó por el trabajo que venían realizando.
Uno de los comensales pidió una trucha. Dijimos que ojalá fuera acompa-
ñada por una interpretación del quinteto “La trucha” de Schubert. Agregamos
que también existía una de las más de 600 canciones del compositor que tam-
bién llevaba el mismo título, en alemán “Die Forelle”. Entonces el Dr. Llinás
empezó a tararear la canción.
Matrimonio
Darío Valencia-Restrepo
E
sta ceremonia es propicia para referirme a un aspecto fun-
damental de la formación universitaria. Hace varias dé-
cadas, la Facultad de Minas adoptó un plan de estudios
de humanidades que, con seriedad y profundidad, debía comple-
mentar la formación básica y técnica que recibían tradicional-
mente los estudiantes de ingeniería. Se reconocía así la necesidad
de que el futuro profesional fuera consciente en algún grado del
contexto político, económico y social que propiciaría o restringi-
ría su acción; de la importancia de orientar y aplicar sus conoci-
mientos al servicio de su país y de su región; en suma, del deber
institucional de entregar a la sociedad ciudadanos responsables.
Se trataba de volver a principios fundacionales de la antigua
Escuela de Minas, cuyos egresados tanto contribuyeron a la in-
dustrialización y el desarrollo de la infraestructura de Antioquia
y de Colombia en los comienzos del pasado siglo. Así lo han
puesto de presente Alberto Mayor Mora en su libro Ética, trabajo
y productividad en Antioquia, y Peter Santa María en Origen,
desarrollo y realizaciones de la Escuela de Minas de Medellín.
Decía, en efecto, su rector Tulio Ospina, a partir del lema
“Trabajo y Rectitud”: “Porque en la vida práctica de todos los
1. Intervención al recibir el Doctorado Honoris-causa de la Universidad Nacional de
Colombia en 2009.
Darío Valencia-Restrepo
D
urante más de cincuenta años, Colombia ha intentado
alcanzar la paz mediante negociaciones con diferentes
grupos guerrilleros, con el ánimo de superar un ances-
tral conflicto armado. Como la última negociación ha dividido
en forma radical el país, es sorprendente que la búsqueda de la
paz no sea un proyecto conjunto de los ciudadanos, como sería
lo deseable. Y es notorio que, a pesar de este esfuerzo, continúa
en 2021 una violencia de enorme intensidad que sigue dejando
un gran número de víctimas en diferentes regiones y que causa
espanto en ámbitos internacionales.
La situación actual exige la participación de instituciones pú-
blicas, entidades de derecho privado y todos los ciudadanos de
buena voluntad, cada cual desde su lugar de acción por pequeño
que sea, en procura de una reconciliación nacional que haga todo
lo posible por parar el abrumador desangre. Ciertos desarrollos
recientes permiten albergar esperanza, como son la necesidad
de conocer la verdad, la recuperación de la memoria y, sobre
todo, el reconocimiento y atención preferencial que merecen las
muchas víctimas con respecto a verdad, justicia, reparación y no
repetición.
1. Artículo escrito en 2021 a propósito del libro Hacia la paz, publicado por la Unidad
Especial de Paz de la Universidad de Antioquia.
Darío Valencia-Restrepo
L
a irrupción del mundo digital está cambiando en forma
acelerada las sociedades de nuestro tiempo. Las tecnolo-
gías de la información y la comunicación han propiciado
una globalización de los mercados y los sistemas financieros, la
difusión del conocimiento y cambios crecientes en los trabajos
tradicionales. Como consecuencia, la institución universitaria
enfrenta los retos y las presiones de la educación abierta; la
oferta de títulos a distancia; las demandas de formación que pri-
vilegian el éxito en los negocios y la administración; la supre-
sión o disminución de las humanidades, las ciencias sociales y
las artes, inducida por el actual capitalismo que no las considera
de utilidad para sus fines; y la transformación de los métodos
de enseñanza y aprendizaje gracias a la inteligencia artificial, la
realidad virtual y los grandes volúmenes de datos que exigirán
la interacción entre los seres humanos y las máquinas. Sin olvi-
dar la aparición social en el mundo de un malestar y una incerti-
dumbre cuyas consecuencias no están todavía claras.
¿Cómo será la universidad del futuro? ¿Será posible que una
institución tan conservadora se transforme para mantener su
vigencia, sin perder aquello esencial que le ha permitido so-
1. Publicado en el No. 01 de la quinta época de la Revista Universidad Nacional de Co-
lombia (2020)
La globalización de la universidad
Bibliografía
Darío Valencia-Restrepo
Introducción
L
a Facultad de Minas es en realidad una facultad de ingeniería que con-
serva por razones históricas un nombre asociado a su inicial formación
en minería, y que hoy hace parte de la Sede Medellín de la Universidad
Nacional de Colombia.
El presente trabajo sobre el desarrollo de las matemáticas en dicha Insti-
tución se extiende desde los comienzos de la Facultad de Minas, hacia fines
del siglo XIX y principios del XX, cuando era conocida como Escuela de
Minas, hasta mediados de la década de 1970, cuando dicha Facultad cede su
área de matemáticas a una Facultad de Ciencias creada en esa sede en el año
1975.
Para la realización del trabajo sirvieron de apoyo principal los trabajos
de Gabriel Poveda Ramos (Poveda, 2012), Peter Santa-María Álvarez (San-
ta-María, 1994), Clara Helena Sánchez (Sánchez, 2005) y, en menor grado,
las publicaciones o notas personales de otros autores. Además, el autor del
presente trabajo, en su calidad de estudiante y profesor de la Facultad de
Minas, pudo ser testigo o participante de lo ocurrido en los últimos años del
período abarcado por el estudio.
El autor agradece las comunicaciones personales que le ayudaron a descri-
bir o caracterizar momentos históricos aquí narrados. Dichas comunicaciones
se solicitaron y se recibieron en 2013 y fueron sus autores Luis Fernando
Múnera, Roberto Navarro González, Antonio Vélez Montoya, Gabriel Pove-
da Ramos, Félix Moreno Posada y Jorge Julián Uribe.
Es fundamental señalar la histórica relación entre la ingeniería y las
matemáticas, dada la importancia de éstas en lo tocante a la formación del
futuro ingeniero. Esa estrecha relación proviene de las antiguas escuelas de
ingeniería militar y se extendió posteriormente a la ingeniería civil. Se ha
observado avances y profundización en los estudios matemáticos cuando la
ingeniería pasa de ser un arte u oficio muy especializado a convertirse en una
Dice el profesor Poveda Ramos que “(…) es justo y oportuno, recordar los
nombres de algunos de los profesores universitarios que más se distinguieron
por la calidad de su enseñanza, por la duración de su labor y por su acción
formadora y estimulante sobre sus alumnos.” (Poveda, 2012, pp. 217-223).
El autor se está refiriendo a los años sesenta y setenta e incluye los siguien-
tes nombres relacionados con la Facultad de Minas: Luis de Greiff Bravo,
Antonio Vélez Montoya, Santiago Botero Ospina, Gabriel Panesso Robledo,
Alejandro Delgado Trillos, Yu Takeuchi, Jairo Charris Castañeda.
Vale la pena citar lo que con respecto a Luis de Greiff dice la profesora
Sánchez:
Ya para terminar es necesario destacar un nombre, el de Luis de Greiff
Bravo (1908–1967), sin duda el matemático colombiano más destacado
de la mitad del siglo XX. Quizás el primero en pertenecer a la American
Conclusiones
Referencias
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Naranjo, Jorge Alberto (1995). La estrella de cinco picos – Una novela sobre la Es-
cuela de Minas. Medellín: Facultad de Minas.
Darío Valencia-Restrepo
U
na cuestión central de la educación debería ser la formación para la
democracia y el ejercicio de una ciudadanía independiente, respon-
sable e informada, consciente de los procesos sociales y partícipe en
el debate político. Y con razón se ha dicho que en los cursos de humanidades
se puede adquirir un pensamiento crítico, así como la capacidad de comunicar
y escribir con claridad .
La educación y el arte
Darío Valencia-Restrepo
D
urante los años cincuenta del siglo pasado, Alberto
Aguirre funda y posteriormente dirige por largo tiempo
el Cine Club de Medellín, un proyecto muy avanzado
para la ciudad de la época. Con una programación de gran cali-
dad, apoyada en la presentación previa y la discusión posterior de
las películas, se educó en la apreciación y gusto por el buen cine
a un significativo grupo de ciudadanos, y se crearon condiciones
favorables para la posterior aparición de otros clubes de cine, es-
pecialmente universitarios.
El mencionado proyecto consideraba que existía una pro-
ducción cinematográfica muy distinta a la que solía verse en las
carteleras locales, ya que éstas se centraban en la exhibición del
entretenimiento banal procedente de los grandes estudios de Ho-
llywood. En efecto, existían directores que tenían la capacidad de
convertirse en verdaderos autores de sus filmes, pues su prestigio
les hacía posible enfrentarse a la férula de los productores intere-
sados en el aspecto comercial. Eran directores que se ocupaban
de temas trascendentes y que intentaban seguir el camino de los
pioneros que en las primeras décadas del siglo XX buscaban una
autonomía del cine frente a las demás artes que le habían servido
de base o referencia. Y es bien posible que ningún otro direc-
1. Publicado en el periódico El Mundo, de Medellín, el 1º de agosto de 2007.
Darío Valencia-Restrepo
S
e encuentra ya en las librerías de la ciudad el nuevo libro
de Boris de Greiff titulado “Jaque al olvido”, un título muy
apropiado para una obra que recrea acontecimientos cen-
trales del ajedrez en nuestro país a lo largo de un período que se
inicia en 1938, cuando el denominado juego ciencia daba en Co-
lombia sus primeros pasos formales de competencia y organiza-
ción, y cuando también gozaba de una atención y un seguimiento
nacionales muy superiores a los actuales.
Nadie más preparado que el mencionado autor para revivir
en el lector aquellas grandes partidas de esa época temprana y
evocar con emoción personajes y circunstancias que rodearon
dichos encuentros y también el ambiente de los grandes torneos.
Pues como lo dice De Greiff al comienzo del libro: “Permitió el
destino que yo llegara a una edad provecta y por ello he sido tes-
tigo del acontecer de nuestro ajedrez durante cerca de 60 años.”
Pero no sólo testigo, agregaríamos nosotros, sino también actor
en su calidad de ex campeón nacional y representante de Colom-
bia en numerosas olimpiadas y certámenes, amén de dirigente,
árbitro, periodista y autor de un buen número de libros sobre el
juego.
1. Publicado en el periódico El Mundo, de Medellín, en la segunda quincena de enero
de 2005.
Darío Valencia-Restrepo
A
pareció en 2014 una nueva edición en español de la obra
completa de Velázquez, de la editorial Taschen, en for-
mato de gran tamaño, hermosas reproducciones con el
empleo de alta tecnología, recientes atribuciones y textos muy
ilustrativos. En una presentación del libro se dice lo siguiente:
En palabras de Manet, Velázquez fue “el pintor más grande
de todos”. Picasso se sintió tan inspirado por su obra maestra,
Las Meninas, que creó 44 versiones distintas. Francis Bacon
pintó un estudio de su retrato del papa Inocencio X. Monet y
Renoir, Corot y Courbet, Degas y Dalí… para muchos gigan-
tes de la historia del arte de ayer y de hoy, el mayor referente
ha sido y sigue siendo Diego Rodríguez de Silva y Velázquez
(1599-1660).
En la página 92 de la mencionada publicación se reproduce un
cuadro de gran factura, pintado por Velázquez en 1628, en el cual
se muestra un personaje de cuerpo entero “siempre de negro hasta
los pies vestido”. Por su parte, Manuel Machado, hermano me-
nor del gran Antonio, compuso los siguientes cuatro tercetos que
parecen salidos del Siglo de Oro español y que fueron publicados
en su libro de 1938 titulado Horas de Oro, Devocionario Poético:
1. Actualización de una columna de prensa aparecida en el libro Viaje del tiempo 1 (2004).
Al observar los numerosos retratos que Velázquez hizo del rey Felipe IV
(el pintor llegó a ser amigo personal del rey y éste lo nombró aposentador
real), no se encuentra ninguno en que su majestad sostenga un guante, tal
como se menciona al terminar el poema. En uno realizado por el pintor antes
de su primer viaje a Italia, el rey aparece de cuerpo entero pero sosteniendo
un papel en su mano derecha, retrato que se encuentra en el Museo del Prado,
en Madrid, y existen otros similares en el Museo de Bellas Artes, en Boston,
y en el Museo Isabelle Stewart Gardner, también en Boston.
En el mencionado Museo del Prado también existe un retrato de cuerpo
entero pintado por el mismo Velázquez, que Julián Gállego, autor del catálo-
go de las históricas retrospectivas del pintor en Nueva York (1989) y Madrid
(1990), considera el más atractivo y elegante de la época llamada “grísea” del
pintor. En ese cuadro el personaje sí sostiene en su mano derecha un guante.
Pero no hace falta mucho esfuerzo para darse cuenta de que el personaje no
es Felipe IV, pues aunque aquel tiene el aire familiar (tal vez alguna tara) de
los austrias, es clara la diferencia con el rey. En efecto, se trata del infante Don
Carlos, segundo hijo varón de Felipe III y Margarita de Austria, quien moriría
a los 25 años, cuatro años después de ser retratado por Velázquez.
Darío Valencia-Restrepo
U
n sorprendente y útil adelanto tecnológico permite que
los pasajeros de un vehículo se dirijan en forma segura
y ágil a su destino. Se trata de los llamados navegadores
que utilizan el sistema de posicionamiento global (GPS por su
sigla en inglés), desarrollado por la fuerza área de los Estados
Unidos hacia los años setenta del siglo pasado, y que en la actua-
lidad son de uso libre para fines civiles.
Cuando se alquila un carro en dicho país, es posible median-
te una modesta suma adicional incluir un pequeño aparato que
proporcionará instrucciones mediante voz y un mapa digital que
aparece y se desplaza en su pantalla. Basta introducir con ayuda
del teclado del aparato la dirección exacta del destino (número,
calle, ciudad y estado) para que de inmediato la voz proporcione
información sobre el comienzo de la ruta que debe seguirse, los
virajes necesarios para tomar calles y avenidas cuyos nombres se
señalan, la distancia hasta los mencionados virajes y, cuando se
trata de una autopista, la salida que debe tomarse y la distancia
hasta la misma.
Todo lo anterior es mencionado por la voz con anticipación
y reiterado cuando se acerca la novedad, a la vez que el mapa
Darío Valencia-Restrepo
T
erminaron hace pocos días las representaciones del grupo
teatral “El Tablado” en el presente año, después de una in-
tensa actividad que incluyó una temporada con Antígona,
de Sófocles, funciones todos los sábados desde el mes de mayo
con la obra para niños El león enamorado, de Lauro Olmo, y
dos temporadas de Terror y miserias del Tercer Reich, de Bertolt
Brecht, precisamente la pieza que cerró el 2002 en la sede del
Pequeño Teatro.
El grupo mencionado inició actividades en 1983 bajo la
dirección de Mario Yepes y está integrado por estudiantes y
egresados de la carrera de teatro, aquellos después de haber
cursado la mitad del respectivo plan de estudios. De la mayor
importancia es el significado docente que anima la acción
colectiva de “El Tablado” en el contexto de la formación teatral.
Se parte de la base de que se aprende haciendo, inclusive desde
momentos tempranos, o, en otros términos, de que teoría y
práctica deben ir de la mano. La confrontación con la crítica,
inicialmente entre los propios integrantes y posteriormente frente
al público, constituye un elemento central del proceso académico
que no puede dejarse para muy tarde. Las lógicas limitaciones de
Incorporación de la música
La obra de Brecht nos obliga, una vez más, a hablar de la relación entre
arte y política o, en forma más específica, entre teatro y realidad social. Una
discusión que más de uno puede considerar agotada pero que cobra nuevos
acentos cuando con cierta frecuencia las tablas se convierten en un escenario
para saltimbanquis, o se utilizan para simbolismos gratuitos, metáforas in-
comprensibles, diálogos sin ton ni son o textos a los cuales no se les concede
ninguna importancia.
No se trata de volver a caer en esa etapa del teatro panfletario o de simples
consignas políticas, o con la idea aparente de que en el medio artístico todo
vale cuando supuestamente se está al servicio del pueblo. Se trata de reafirmar
que el teatro puede ser un poderoso medio de comunicación para plantear y
señalar realidades, elevar el nivel de conciencia del público y enriquecer las
relaciones entre los seres humanos. Pero que debe hacerlo con lo que le es
esencial: la representación que produce sentido y con un lenguaje elaborado
capaz de sacudir y emocionar al espectador. Se trataría de una forma de comu-
nicación estética, entendida ésta como aquella que proporciona conocimiento
y cultura mediante el aprovechamiento de la sensibilidad del espectador.
Bertolt Brecht fundamenta y elabora en forma ejemplar esa relación entre
teatro y realidad social por medio de obras heterodoxas y ya clásicas, algunas
de ellas objeto de gran controversia o rechazo en su momento. Para dicho
dramaturgo, a diferencia de las tendencias más convencionales, el teatro
no debe crear ilusiones sino convertir la obra en un foro para presentar y
reflexionar sobre asuntos sociales e ideológicos. Brecht no busca entretener
a los espectadores, más bien espera que éstos observen en forma crítica lo
planteado por el drama y que saquen sus propias conclusiones.
La obra Terror y miserias del Tercer Reich está compuesta por una se-
rie de 24 escenas escritas por Brecht entre 1935 y 1938 con la colaboración
de M. Steffin, en las cuales se muestra los terribles efectos del nazismo so-
bre diversos ámbitos de la vida alemana. El dramaturgo basó sus sketches o
bocetos de carácter documental en relatos de testigos y noticias aparecidas en
Versión estremecedora
Darío Valencia-Restrepo
E
l primero de julio de 1858 tuvo lugar en la Sociedad
Linneana de Londres una sesión que cambiaría en forma
radical la historia de la humanidad, al menos en una forma
tan trascendental como ocurrió con los paradigmas introducidos
por Newton y Einstein. Aunque para el secretario de dicha
sociedad en ese año no pasó nada importante para el desarrollo y
porvenir de la ciencia.
Durante la mencionada sesión se leyeron textos de Charles
Darwin y Alfred Russel Wallace que se referían a una teoría de
la evolución basada en la selección natural y a la cual ambos
habían llegado de modo independiente y con conclusiones pare-
cidas. Del primero se leyó un artículo, fundamentado en trabajos
que se remontaban a casi dos décadas atrás, con el título “Sobre
la variación de los seres orgánicos en estado natural; sobre los
medios naturales de selección; sobre la comparación de las razas
domesticadas y las especies verdaderas”. Y del segundo se leyó
un artículo titulado “Sobre la tendencia de variedades a apartarse
indefinidamente de su tipo original”, escrito en febrero de 1858
mientras su autor recolectaba especímenes en las islas del archi-
piélago malayo para sus estudios zoológicos y para la venta.
Medalla Humboldt-Caldas
Fue entregada por primera vez al trabajo “BioModelos: un sistema colaborativo en línea para mapear
distribuciones de especies” de Jorge Velásquez-Tibatá, María H. Olaya-Rodríguez, Daniel López-Loza-
no, César Gutiérrez, Iván González y María C. Londoño-Murcia.
Darío Valencia-Restrepo
D
urante los últimos 10.000 años, la época del período
cuaternario que los geólogos denominan holoceno, el
ambiente de nuestro planeta ha permanecido bastante
estable y propiciado el surgimiento y desarrollo de la civiliza-
ción humana. Pero desde la Revolución Industrial han aparecido
nuevas actividades humanas que se han convertido en un peligro
para dicha estabilidad ya que están impulsando un cambio climá-
tico global que, si no se enfrenta pronta y decididamente, puede
tener consecuencias catastróficas para buena parte del mundo.
El intenso empleo de combustibles fósiles y ciertas formas de
industrialización en la agricultura están afectando importantes
sistemas y procesos del planeta, a tal punto que la tendencia ac-
tual puede llevar aquel a un estado irreversible con eventuales
cambios ambientales tan abruptos que perjudicarían el carácter
habitable de la Tierra.
¿Cuáles son los sistemas o procesos fundamentales para man-
tener la estabilidad natural del holoceno? En la edición de la
importante revista Nature, correspondiente al volumen 461 del
pasado septiembre, Johan Rockström y otros tratan de identificar
nueve procesos planetarios para los cuales es necesario establecer
Darío Valencia-Restrepo
U
n bel morir tutta la vita onora (Un bello morir honra
toda la vida). Así termina un soneto que Petrarca in-
cluye en uno de los fragmentos de su Rerum vulgarium
fragmenta, obra con título en latín pero con poemas escritos en
el dialecto toscano del siglo XIV. ¿La muerte como ratificadora
de un destino?
Alguna vez le escuché al maestro Pedro Nel Gómez, trabaja-
dor incansable, otro profundo pensamiento sobre la muerte, origi-
nado en una cita atribuida a Leonardo da Vinci: “Así como es tan
bueno dormir después de un día de trabajo, cómo lo será morir
después de toda una vida de trabajo.”
La concepción y sentido de la muerte constituye un rasgo
sobresaliente de toda cultura o religión. Podría citarse el Egipto
de los faraones, con el mito de Osiris sobre la inmortalidad y el
juicio que decidiría el destino del difunto, los antiguos pueblos
de Mesopotamia que veían el fallecimiento como resultado del
pecado, el hinduismo en el que los seres están predestinados a nu-
merosos renacimientos, hasta llegar a las tres grandes religiones
monoteístas con sus diferentes visiones al respecto.
Darío Valencia-Restrepo
E
n su libro de 1740 “Principios de la naturaleza y la gracia
fundados en la razón”, Leibniz planteó la pregunta fun-
damental de la filosofía: “¿Por qué hay algo en lugar de
nada?” Casi doscientos años después, en 1929, Heidegger refor-
muló la pregunta en su libro “¿Qué es la metafísica?” de la si-
guiente manera: “¿Por qué en realidad existe el siendo y no más
bien nada?” Como la teoría vigente sobre el origen del universo
se basa en la Gran Explosión, una nueva versión de la pregunta
podría ser hoy: “Por qué hubo Gran Explosión y no más bien
ninguna explosión?” Cómo mucho se ha intentado responder esa
pregunta desde campos como la teología, la filosofía y la cien-
cia, cobra interés el reciente libro “¿Por qué existe el mundo?”,
en el cual su autor, Jim Holt, reflexiona sobre posibles respues-
tas con la ayuda de entrevistas a personalidades de diferentes
disciplinas.
En dos ocasiones el Vaticano ha aceptado la teoría de la Gran
Explosión, pero al mismo tiempo ha señalado que dicho evento
fue obra de Dios. Pío XII, al inaugurar una conferencia en 1951,
declaró que la nueva teoría era un testimonio del “Fiat lux” (Há-
gase la luz) y Juan Pablo II, según cuenta Stephen Hawking en su
1. Artículo basado en sendas columnas de prensa publicadas por el periódico El Mundo,
de Medellín, los días 3 y 17 de septiembre de 2012.
E
xisten seres humanos que desde muy temprano nos
muestran que su paso por la tierra ha sido un transcurrir
vital como compromiso y búsqueda de su significado
profundo.
Muchas de las personas que conocemos a Darío Valencia
vislumbramos que debió mostrar desde muy joven un proyecto
personal de formación educativa y cultural muy sólido. Asimis-
mo, supimos que en ese proyecto la actividad del deporte iba a
ser fundamental.
Darío, como ya se ha dicho en esta publicación de Aleph,
cursó su bachillerato en el colegio de San José de Medellín y
sus estudios universitarios en la prestigiosa Facultad de Minas
de la Universidad Nacional de Colombia. En ambos claustros,
secundario y universitario, sobresalió por sus dotes intelectua-
les y por su dedicación a la formación integral. También Darío
mostró desde muy joven los atributos de un verdadero líder: ser
referente para muchos de sus compañeros y para jóvenes que
cursaban sus estudios en otros centros universitarios y señalar
caminos para seguir y entusiasmar a sus compañeros y colegas
a explorarlos.
Es precisamente en esos momentos de su formación cuando
Darío muestra su talante intelectual que lo ha caracterizado a
Servicio público
*El profesor Darío Valencia Restrepo fue Gerente General de las Empresas Públicas de Medellín, 1987-
1988.
Germán Poveda-Jaramillo
H
e tenido el privilegio de conocer la vida y obra del profe-
sor Darío Valencia Restrepo desde mi infancia, dado que
mi padre fue su profesor de varios cursos como estudian-
te de Ingeniería Civil y de la Maestría en Matemática Aplicada,
ambos en la en la Facultad de Minas de la Universidad Nacional
de Colombia, Sede Medellín. Desde esas épocas, mi padre y Da-
río compartieron una cercana amistad que perduró por más de
seis décadas, hasta su fallecimiento en enero de 2022. En lo per-
sonal, Darío fue decisivo en mi elección del área de Aguas como
el foco de los cursos electivos de mi carrera de Ingeniería Civil en
la misma Facultad. Fue mi profesor de los cursos de Hidrología
Estocástica y de Planificación de Recursos Hidráulicos. De esos
cursos surgió mi interés por desarrollar mi Tesis de Grado bajo
la supervisión de Darío, titulada “Técnicas para la Reconstruc-
ción de Registros Hidrológicos”, la cual recibió la mención de
Meritoria por parte de la Facultad de Minas. Más adelante, Darío
también fue mi profesor en cursos del Posgrado en Aprovecha-
miento de Recursos Hidráulicos (PARH) de la misma Facultad,
programa del cual fue fundador y líder por muchos años, y que
dio origen al primer doctorado en ingeniería en Colombia, del
cual fui su primer egresado. Su carta de recomendación fue cru-
cial para mi admisión en la Universidad de California, Davis, a
donde fui a realizar estudios de doctorado. Con el paso de los
Mario Yepes-Londoño
Y
a en 2004, Darío Valencia Restrepo había recogido en
un primer volumen con ese título sus columnas en los
diarios EL MUNDO, EL ESPECTADOR, EL TIEMPO
y EL COLOMBIANO, así como en los semanarios LA HOJA
DE MEDELLÍN y CAMBIO. Ahora, a fines de 2020, publica dos
volúmenes más con sus colaboraciones en el primer periódico
citado, en circulación cerrada; en los tres tomos hay una adver-
tencia: “Este es un libro para los familiares, amigos y conocidos.
No tiene la intención ni menos la pretensión de que su circula-
ción trascienda ese ámbito.” Es decir, la circulación amplia ya
fue garantizada para la libre elección de anónimos lectores por
la inserción en diarios de diversa proyección; ahora, la selecta
muestra de los escritos escogida por el autor, va dirigida a preci-
sos afectos y a una variada colección de lectores: gentes de muy
diferentes walks of life, pero seguramente todos con una curiosi-
dad por asomarse a otras disciplinas como las que estos libros les
ofrecen, reunidas.
Hasta aquí ya aparecen dos rasgos que caracterizan a Darío
Valencia, sin que agoten la complejidad del ser humano y del
ciudadano íntegro que muchos conocemos: la discreción en todo
lo que vive y emprende, y la asombrosa pluralidad y rigor de sus
intereses intelectuales. Ya está claro lo primero desde el párrafo
de arriba y quienes hemos tenido la fortuna de alternar con él sa-
Óscar Mesa-Sánchez
D
esde mi perspectiva personal presento algunos de los
significativos aportes académicos del profesor Valencia.
No hay la intención de cubrir todas las múltiples
dimensiones de su riqueza intelectual, no mencionaré sus trabajos
en historia, su participación en la administración pública o en los
cargos de dirección académica o su interés en la relación entre la
ciencia y las humanidades o mucho otros que seguramente serán
objeto de otros trabajos. Sin entrar en tecnicismos quiero resaltar
lo que considero esencial de sus aportes a la hidrología y a la
planificación de los recursos hidráulicos.
Hidrología Estocástica
Maestro
Referencias
Enrique Forero G.
“U
na gran alegría estar alrededor de personas así”
dije yo en algún momento, pero en referencia a un
tenor lírico, Bernardo Sánchez Cardona, después
de leer una hermosa semblanza escrita por el Dr. Carlos-Enrique
Ruiz. Ahora quiero aplicar la misma expresión a mis vivencias
con el Dr. Darío Valencia Restrepo. No hay duda de que, traji-
nando en los ambientes de la academia sensu lato, todos tenemos
la oportunidad de conocer, aprender y disfrutar de la compañía
y de los conocimientos de un buen número de personas. Pero
cuando nos trasladamos al ámbito de una Academia de Ciencias,
podemos vivir experiencias muy especiales y sentir la “gran ale-
gría de estar alrededor de personas” tan extraordinarias.
Este es mi caso, en lo que tiene que ver con el Dr. Valen-
cia-Restrepo. Yo no lo conocía, a menos que lo haya encontrado
en los pasillos de la Universidad Nacional de Colombia en Bo-
gotá, o en la Universidad de Antioquia en Medellín cuando él era
Rector de una de las dos y yo un profesor “común y corriente”
de la Nacional. El destino y mis deseos de fomentar la ciencia
nacional me llevaron un día del año 2013 a ser presidente de la
Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.
Estar en ese cargo me depararía la grata oportunidad de conocer
personalmente, ahí sí, al Dr. Valencia-Restrepo.
Álvaro Lobo-Urquijo
E
ntré en contacto con las ideas de Darío Valencia Restre-
po en 1983 cuando concluía mis estudios de pregrado.
En ese momento, él era el rector de la Universidad de
Antioquia. Vivía la educación pública superior un momento
delicado y su futuro era incierto. Ante la habitual desidia del
gobierno central, las administraciones universitarias limitaban
buena parte de sus acciones a la búsqueda de recursos y a li-
diar con los paros estudiantiles rutinarios.
El ingreso de Valencia Restrepo a la rectoría significó un
cambio importante en la forma de responder a la difícil si-
tuación. Presentó una propuesta de reforma sin antecedentes.
Elaboró un documento titulado “Hacia un proyecto de Univer-
sidad” para promover la discusión. Sus conclusiones se divul-
garon y reprodujeron ampliamente en los diarios de la ciudad
y fueron objeto de debate entre los estudiantes, profesores y
trabajadores de la institución. Contrario al método tradicional
de imponer una visión, la propuesta rectoral convocaba a que
la misma comunidad señalara el modelo necesario y posible
sin desconocer las circunstancias sociales del país; al mismo
tiempo hacía una invitación a la «comunidad externa» para
que reflexionara y colaborara con sus aportes a los planes de
la reforma.
1. https://www.elespectador.com/el-magazin-cultural/viaje-al-tiempo-de-dario-valencia-restrepo-article/
2. Pérez L., D. Valencia, G. Beltrán, A. Lobo y C. Londoño. Comité de Dirección del Plan de Desarrollo de
Antioquia 1989-1993, publicación del Departamento Administrativo de Planeación, Gobernación de Antioquia,
Medellín, 1989.
3. Valencia Darío. Prólogo del libro Aproximación a Bach, de Rodolfo Pérez González, Dann Regional,
Medellín, agosto de 2004.
4. Pérez, González Rodolfo, Momentos olvidados de la historia de la música, Dann Regional, Medellín,
agosto de 2002.
5. Valencia Darío. Prólogo del libro Aproximación a Bach, de Rodolfo Pérez González, Dann Regional,
Medellín, agosto de 2004.
6. https://editorialpi.net/presentacion-del-libroaproximacion-a-bach/
7. Valencia Darío Comentarios sobre la vida y obra de Johan Sebastian Bach. Medellín, 2021.
Gustavo Restrepo-Villa*
E
n abril de 2002, luego de la asamblea de constitución de
la Corporación Fernando González - Otraparte, en la que
participaron varios integrantes del centro cultural Stultife-
ra Navis (1999-2005), empecé a oír con frecuencia el nombre de
«don Darío».
Lo mencionaban con admiración Sergio Restrepo y los demás
camaradas de «La Nave de los Locos», como también se le llamaba
a ese mágico lugar que operaba en una hermosa casona del barrio
Mesa en Envigado. A lado y lado del largo y colorido corredor
que la atravesaba había plantas, muebles antiguos, libros, patios y
habitaciones adecuadas para exposiciones, proyecciones de cine,
encuentros literarios, juegos y lecturas. Y al fondo el lugar de la
tertulia, un pequeño café en el rústico sótano con productos con
nombres tan hermosos como «Frida Kahlo», «Gandhi», «Débora
Arango» y, por supuesto, «Fernando González».
Si «en el Café de los Mokistas» los panidas eran trece, en
la Nave eran legión, y poco a poco me fui integrando a esta
entrañable cofradía de artistas, escritores, cineastas, músicos,
poetas y gestores culturales. En medio de todo ello el nombre de
don Darío se pronunciaba con respeto y cariño.
Pilar González-Gómez
Carlos-Alberto Valencia R
SIEMPRE
El propósito integrador
La profundidad diáfana
Longitud y latitud exactas
Singularidad en el proceso
Pluralidad en el resultado
NUNCA
Una doble intención
Una maniobra indebida
Una carta ladina
AQUÍ Y AHORA
Presencia y aporte
Cimentación
Crecimiento
Consolidación
MÁS ALLÁ
Todo posibilidad
Todo esperanza
Todo transparencia
Notas
Germán Poveda-Jaramillo