Unidad 2

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MÓDULO IV: DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS

UNIDAD DIDÁCTICA 2
DIAGNÓSTICO CLÍNICO EN LA PSICOLOGÍA FORENSE

INTRODUCCIÓN
El quehacer del psicólogo forense es muy específico en cuanto a las áreas en las
que se le pide su valoración. En este sentido el peritaje psicológico es diferente
de la evaluación psicológica en contenidos y procesos. Reconocer las diferencias
y características de la labor pericial es fundamental para establecer un trabajo
adecuado a las demandas legales.

Así mismo, es de suma importancia reconocer las demandas del peritaje según
las áreas de trabajo requerido: penal, civil, laboral. La especificación del
requerimiento legal orientará el tipo de trabajo a realizar en el proceso pericial.
Esto incluye el análisis del expediente asociado a la persona o personas a ser
evaluadas; la estructuración de la entrevista pericial, el planteamiento de la
hipótesis diagnóstica, la planificación de la aplicación de técnicas e instrumentos
adecuados y la elaboración del informe final.

En el presente texto se hace una revisión de todos los puntos detallados


anteriormente, con el fin de conocer el proceso pericial y diferenciarlo de otros
tipos de evaluación psicológica.

OBJETIVO DE LA UNIDAD:

Al finalizar la unidad didáctica 2, los diplomantes lograrán:

• Comprender/aplicar el diagnóstico clínico, el informe psicológico y el peritaje en


campos específicos de la psicología forense
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MÓDULO IV: DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS

Contenido

EL DIAGNÓSTICO CLÍNICO EN LA ACTIVIDAD FORENSE ....................................... 3


La conducta normal/anormal ..................................................................................... 3
Implicancia de la evaluación diagnóstica en el ámbito forense .................................. 4
PERITAJE E INFORME PSICOLÓGICO ...................................................................... 7
PERITAJE PSICOLÓGICO ....................................................................................... 7
PROCESO DEL PERITAJE PSICOLÓGICO ............................................................. 8
Revisión del expediente judicial ......................................................................... 9
Realización de la entrevista pericial ................................................................... 9
Análisis de la entrevista, elaboración de hipótesis y planificación del peritaje
............................................................................................................................ 13
Ejecución del plan de peritaje ........................................................................... 14
Elaboración del informe pericial ....................................................................... 15
Dificultades En La Evaluación Pericial..................................................................... 17
DIFERENCIAS ENTRE PSICODIAGNÓSTICO CLÍNICO Y PERITAJE
PSICOLÓGICO ....................................................................................................... 18
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DIAGNÓSTICO CLÍNICO EN LA PSICOLOGÍA FORENSE

EL DIAGNÓSTICO CLÍNICO EN LA ACTIVIDAD FORENSE

La conducta normal/anormal

Todos tenemos una idea de lo que es considerado como “normal” o “anormal”.


Lo “anormal” es lo raro, lo extraño, lo impropio, lo no-corriente o que se sale,
decimos, “de la normalidad”. Por el contrario, también tenemos la idea de lo
“normal”, aquello que es propio, adecuado, que no es extraño o raro, lo que se
ajusta a la “norma”.

En psicología existen distintos tipos de “normalidad” aplicables a distintos ámbitos


(Medicina, Sociología, Estadística, Psicología, Jurisprudencia, etc.), veamos:

• Normalidad/anormalidad estadística. Hablamos de “normalidad


estadística” cuando los datos hallados podemos referirlos en una zona
determinada de la curva de normalidad (Curva de Gauss). La curva
estadística de la Normalidad delimita cada una de las zonas con respecto
a su cantidad y cualidad: parte central o normal, en los extremos fuera de
la norma. Para los psicólogos que interpretan los resultados de sus
técnicas de evaluación esta “normalidad estadística” es sumamente
importante por las implicaciones diagnósticas que tiene y por la
acreditación de un documento científico que avala la labor pericial del
psicólogo.
• Normalidad/anormalidad psicológica. Cuando hablamos de
“anormalidad” estamos refiriéndonos con términos como
“psicopatología”, “trastorno mental” o “enfermedad psíquica”. De alguna
manera su mente no mantiene un comportamiento coherente con la
realidad, con la situación, adecuado a las circunstancias. El objeto de la
Psicopatología se centra en la descripción y evaluación de la conducta o
comportamiento considerado como “anormal”. Poder determinar el
origen de la conducta errática de una persona, sus repercusiones para sí
mismo y para su entorno social, es la labor fundamental de los
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MÓDULO IV: DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS

psicopatólogos y psiquiatras. A nivel forense los jueces y fiscales quieren


saber si la alteración es grave, moderada o leve y si el sujeto comprende,
sabe, conoce y quiere hacer lo que desea hacer.
Para ello, los psicólogos disponemos de una serie de técnicas de
evaluación, de carácter científico, para poder documentar objetivamente
los diferentes trastornos psicopatológicos que pueden estar afectando, o
ser causantes, de una determinada conducta errática o hecho antijurídico.
• Normal/anormal para la Jurisprudencia. Para una sociedad
fundamentada en el respeto por el Derecho a las personas, la Ley es
considerada como la “norma” para regirnos por ella. Toda aquella
conducta desviada y que se aparte de la norma (Ley) sería considerada
como “anormal”, que debe ser contemplada para poder, o no, ser
penalizada. Cada sociedad ha establecido sus propias “normas”, de
convivencia y respeto, en forma de leyes, plasmadas en diversos libros de
leyes (códigos), estableciendo una serie de penas o castigos con el
objetivo de reinsertar (reeducar, responsabilizar) al que quebranta la ley.
En este contexto hablamos de “conducta delictiva”

Implicancia de la evaluación diagnóstica en el ámbito forense

La posibilidad de que los psicólogos actúen como peritos o dando su propia


opinión como “expertos”, aportando sus investigaciones ante los órganos
jurisdiccionales, viene referido por diversas normas jurídicas que integran el
peritaje psicológico ante los tribunales. Es evidente y palpable que existen
innumerables temáticas y casos donde la psicología puede aportar importantes
elementos clarificadores para ayudar al juez a clarificar sus propias dudas. Los
profesionales de la psicología, adecuadamente formados en esta área, pueden
ofrecer a la jurisdicción la evaluación y diagnóstico de las capacidades cognitivas,
volitivas, retrasos y trastornos mentales o características individuales de la
personalidad, a distintos niveles de afectación, y con referencia a cualquier
proceso de la jurisdicción.
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MÓDULO IV: DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS

Hay un gran abanico de escenarios posibles dentro de cada campo de actuación


en los que podemos intervenir con los conocimientos de psicólogo forense. Estos
son los más conocidos:

Penal: En este campo se trabaja en dos niveles

A nivel del acusado/sospechoso. Valoraciones periciales psicológicas de secuelas


después de un delito, comportamiento criminal, análisis de simulaciones,
determinar el perfil psicológico del acusado entre otros:
• Imputabilidad y responsabilidad penal
• Afectación de las capacidades cognitivas y volitivas
• Trastornos psicopatológicos
• Relación entre trastorno y hecho delictivo
• Predicción de la peligrosidad y reincidencia criminal (Riesgo delictivo)
• Detección de simulación o disimulación
• Perfil criminal
• Toxicomanías y/o drogodependencias
• Daños y secuelas
• Delitos contra la libertad sexual (violaciones, agresiones y abusos sexuales)

A nivel de la víctima:
• Victimología: Evaluación de secuelas psicológicas de la víctima, daño moral
o credibilidad de testimonio de la víctima
▪ Violencia doméstica
▪ Violencia de género
▪ Evaluación de abuso, agresión y acoso sexual
▪ Mal moral y consecuencias psicológicas
▪ Secuelas psíquicas
▪ Credibilidad del testimonio
▪ Autopsia psicológica
• Menores: Elaboración de informes periciales psicológicos relacionados con
menores dentro del ámbito judicial:
▪ Credibilidad de testimonio en supuesto abuso sexual infantil
▪ Bullying/ciberbullying
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▪ Evaluación del maltrato infantil


▪ Valoración psicológica del menor

Civil: Se puede observar en dos aspectos fundamentales:

A nivel familia: Valoraciones periciales psicológicas para poder evaluar las


capacidades parentales y/o el estado psicológico de los menores y en general el correcto
desarrollo psico-socio-educativo del menor:

• Privación o extinción de patria potestad


• Valoración de las capacidades parentales en una guarda y custodia
• Régimen de visitas
• Revisión de medidas y régimen de visitas
• Sospecha de manipulación psicológica del/s hijo/s
• Idoneidad parental para adopciones y tutelas
• Mediación

A nivel procesos judiciales: Valoraciones periciales psicológicas con el fin de


determinar el estado mental para personas que se encuentren inmersas en
procesos judiciales contra otras personas:
• Incapacitados (discapacidad, minusvalía)
• Nulidad
• Internamientos voluntarios/involuntarios
• Valoraciones en responsabilidad civil y accidentes
• Capacitado/impugnación testamentaria

Laboral: Valoraciones periciales psicológicas destinadas a determinar el estado


mental de una persona para poder desarrollar las funciones que requiere su
puesto de trabajo entre otros:

• Incapacidad e invalidez
• Mobbing o mal psicológico (acoso laboral)
• Secuelas psicológicas por accidentes laborales
• Psicopatologías laborales
• Acoso sexual en el trabajo
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MÓDULO IV: DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS

• Valoración del síndrome de burnout


• Detección de simulación

PERITAJE E INFORME PSICOLÓGICO

PERITAJE PSICOLÓGICO

Concepto

El peritaje psicológico en sentido amplio, según Sabaté, (1975) es “una parte de


la Psicología que analiza, investiga, evalúa, predice y diagnostica cualquier
conducta o comportamiento de la persona con el objetivo de dar contestación a
las solicitudes previamente presentadas por los jueces, fiscales, abogados, etc.
Dicha contestación, generalmente escrita, está fundamentada sobre los
resultados obtenidos, aportando la orientación más adecuada y las posibilidades
de intervención, de aquellas personas que se encuentren implicadas en un
proceso”.

Otro concepto señala: “La opinión objetiva e imparcial de un técnico o


especialista en Psicología que, disponiendo de una metodología, conocimientos
e instrumentos científicos, emite una opinión acerca de las peculiaridades o
características psicológicas de una determinada conducta o comportamiento,
dando con ello contestación a lo solicitado por la autoridad o juez”. Expliquemos
por partes esta definición:

Es una opinión objetiva. Y tiene su importancia, porque los resultados de sus


pesquisas deben basarse en la “objetividad” de unos datos. Investigar la conducta
de un individuo no es fácil, ya que la mayor parte de las veces se está tratando de
hacer un diagnóstico, por ejemplo, de su personalidad, de algo que no se ve, que
no se oye, que no se siente, que solamente su “forma de actuar” por ello no debe
basarse solamente en la pretendida “experiencia” como “garante de “objetividad.
El psicólogo puede aportar “documentos” científicos (léase tests o instrumentos
de evaluación) que describen de forma “objetiva” la personalidad del sujeto
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mediante un perfil de la personalidad el (que lo aporta el mismo test mediante


corrección computarizada) de una determinada persona.

La imparcialidad es algo complementario a la misma objetividad comentada. Uno


no puede dejarse llevar de los prejuicios personales, de sus inclinaciones afectivas,
amistosas o profesionales de cualquier índole que sea, incluso del abogado que
nos solicite un “determinado” informe pericial con una cierta visión “inclinada”
hacia un determinado e interesado ángulo.

El perito debe ser un técnico o especialista en la materia, no cabe la menor duda.


Los instrumentos científicos utilizados son una serie de técnicas de evaluación
psicológica que tras muchos años de investigación han sido adaptadas y
baremadas a la población específica para la que han sido diseñadas.

Características del peritaje:

El informe pericial realizado tiene una importancia primordial y fundamental ante


la justicia, porque con los datos aportados podemos ayudar al juez a clarificar o
tomar una decisión que pueda servir para completar su dictamen.

• El Objetivo fundamental es ayudar al juez a tomar una decisión.


• Son peritos los profesionales que tienen título oficial de una ciencia o arte
cuyo
• Los informes periciales son de apoyo, no vinculantes.

PROCESO DEL PERITAJE PSICOLÓGICO

El proceso de peritaje psicológico, es muy similar al proceso de evaluación


psicológica. Sin embargo, cada una de las etapas tiene características propias del
trabajo forense. A continuación, se destallan cada uno de los pasos a seguir y sus
implicancias en el campo pericial:
1. Revisión del expediente judicial
2. Realización de la entrevista pericial
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3. Análisis de la entrevista, elaboración de hipótesis y planificación del


peritaje
4. Ejecución del plan de peritaje
5. Elaboración del informe pericial

Revisión del expediente judicial

Estudio de los autos o el estudio del expediente para extraer la información


necesaria, para ello se debe revisar:
• Datos generales y de localización de las personas interesadas.
• Análisis de la secuencia del propio proceso.
• Estudio de documentos de interés.
• Estudio de otros informes técnicos y, en su caso, puesta en contacto con
los profesionales que los han realizado.

Realización de la entrevista pericial

Principios generales de la entrevista pericial

La neutralidad, es el principio clave de la intervención como peritos. Esta


neutralidad debe ser demostrada ante el/la entrevistado/a, y para ello la
conducta durante la entrevista tiene que guiarse por una serie de normas:
• Hablar despacio, con claridad y tranquilidad, sin indicaciones o consejos
superfluos y sin afirmaciones dogmáticas o tajantes, teniendo en cuenta
que la persona entrevistada se encuentra alerta ante todas las
manifestaciones conductuales del entrevistador: gestos, expresiones,
interrupciones, distracciones, tono de voz, etc.
• La actitud debe ser tal que el comprenda que el entrevistador esta
activamente interesado en escucharle y comprometido con el trabajo
realizado.
• Escucha activa más que intervención directiva. En este punto es esencial
ser capaz de conceder el tiempo necesario a cada persona, mantener el
contacto ocular, respetar las pausas, los silencios, no interrumpir. Se trata
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MÓDULO IV: DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS

de aparecer como personas receptivas, no invasivas del espacio del otro.


Mostrar empatía sin identificarse o posicionarse
• La entrevista debe ser semiestructurada. Las preguntas deben ser en la
medida de lo posible abiertas, de manera que den lugar a respuestas de
tipo narrativo, ya que son este tipo de respuestas las que maximizan la
información que podemos obtener, al contrario que las respuestas
cerradas, donde un sí o un no nos ofrecen una información mucho más
escasa. No obstante, según los objetivos hacer preguntas cerradas.

Aspectos orientadores a tomar en cuenta durante la realización del peritaje:


• En casos de personas con actitudes manipuladoras que pueden intentar
tomar las riendas de la situación, asumiendo el papel de entrevistador:
cuando el entrevistado devuelve la pregunta al perito o intentar un
acercamiento afectivo para quebrar la neutralidad, en ningún caso un
perito entra a manifestar datos propios.
• Intentar conseguir que las respuestas de la persona evaluada sean
narrativas. En ocasiones, una de las formas en que una persona intenta no
aportar información válida consiste en dar respuestas de tipo neutro.
• Es recomendable no entrar a explorar aspectos de la intimidad de la
persona que en nada se encuentran relacionados con la situación pericial.
• En el caso de los informes de guarda y custodia es corriente que los ex
cónyuges aporten datos muy negativos sobre la otra persona. Si estos
datos no se encuentran contrastados, no se recogen en el informe si en
nada afectan al motivo del peritaje, o se recogen, si tuvieran relevancia,
explicando de dónde se ha obtenido la información y que ésta no se
puede validar por criterios externos.
• El perito no es un policía y no se encuentra realizando la entrevista para
recabar o probar hechos. Como psicólogos interesan las vivencias,
motivaciones y actitudes. Si valoramos a una víctima, los hechos concretos
del delito nos interesan solo si la pericial solicitada se centra en la
credibilidad del testimonio. Y aún en este caso el perito no se dedica a
afirmar que un hecho ocurrió o dejó de ocurrir, sino tan sólo si las
características de la narración y del conjunto de la situación psicológica es
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MÓDULO IV: DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS

más o menos creíble en función de una serie de criterios propios de la


Psicología y que debe a su vez especificar dentro del informe.
• Si se valora secuelas o daño psicológico interesa recoger la severidad o
gravedad, que se mide en función de criterios propios como son la
cronicidad, la vivencia de indefensión, la pérdida de control en el
ambiente, el grado de violencia ejercida y vivenciada por la víctima, la
victimización anterior y posterior a los supuestos hechos, etc.
• Si se valora situaciones de guarda y custodia, los posibles problemas
psicológicos de los padres sólo interesan en la medida en que estos
pueden afectar a la relación paterno-filial. En este ámbito se evita en la
medida de lo posible, emitir etiquetas psicodiagnósticas sí estigmatizan a
quien las recibe.
• El perito debe especificar a los imputados que en cuanto a los hechos del
delito no está obligado a guardar secreto profesional. Ni en el resto de la
información que recabemos, salvo que no tenga que ver con el objeto de
la pericia.
• Se debe dejar en claro al inicio de la entrevista al peritado que el objetivo
del peritaje es obtener la información necesaria para poder contestar a la
pregunta judicial. La mayoría de las personas que se encuentran inmersas
como imputadas en procesos penales no admiten su autoría. En los casos
en que sí lo hacen y además desean explicar de manera subjetiva lo
ocurrido, dentro de la narración que nos hacen y el delito previamente
estudiado a través del expediente judicial, el perito pone en relación los
supuestos hechos con las motivaciones y razonamiento subjetivos del
imputado. Es lo que se llama análisis etiopatológico del delito. Este análisis
es posible cuando la persona ha cometido un acto en función de una
alteración grave de sus facultades mentales. Por ello un perito necesita ser
especialista en psicopatología clínica para poder cumplir adecuadamente
su intervención.

Datos que se recogen en la entrevista

Se ofrecen a continuación una serie de puntos que la entrevista debe explorar.


No es una lista exhaustiva, ya que cada pericial es diferente, y habrá que adaptar
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esta entrevista al caso concreto. El protocolo propio sirve también de guía cuando
la entrevista, por causa del perito, de la persona evaluada o de la naturaleza del
asunto, se desvía en exceso de su objetivo y el perito no experto necesita
reconducirla en un momento dado.
1. Composición familiar:
• Relación entre los miembros de la familia de origen, y si existe, relación
entre los miembros de la familia adquirida.
2. Nivel de estudios
3. Profesión
4. Antecedentes médicos, psicológicos, psiquiátricos familiares y personales y
cualesquiera otros que puedan estar relacionados con el conflicto judicial
actual.
5. Si la persona informada está en la cárcel: nivel de apoyo familiar y social extra-
carcelario. Si la persona entrevistada está en la cárcel grado de apoyo e
implicación familiar en el conflicto actual.
6. Fecha y lugar de nacimiento y desarrollo psicoevolutivo:
• Infancia: Primera y segunda infancia, escolarización, relación con padres,
hermanos e iguales.
• Adolescencia: relaciones con pares, posibles conflictos, toxicomanías,
posibles primeras conductas delincuenciales, adaptación escolar.
7. Vida laboral. Adaptación.
8. Relaciones de pareja. - Historia del matrimonio (si el conflicto es matrimonial,
de custodia o malos tratos). En casos de familia habrá que indagar en este
ámbito de manera especial:
• Historia del emparejamiento, convivencia, roles, llegada de los hijos,
implicación en su cuidado, desarrollo de los menores, explicaciones sobre
la ruptura, pautas de interacción entre los progenitores y los hijos tras la
separación, grado de hostilidad-cooperación entre aquellos.
9. Historia de toxicomanía.
10. Historia delincuencial
11. Vivencia subjetiva de los hechos, locus de control, síntomas relacionados con
el delito si los hay.
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MÓDULO IV: DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS

Observación durante la entrevista: orientación, aspecto, relación de entrevista,


conducta gestual, signos neuróticos o psicóticos, estado mental: lucidez,
obnubilación, nivel intelectual, signos de deterioro.

Cierre de la entrevista. La finalización de la entrevista es un acto importante


porque es en este cierre o despedida que la persona puede volver a tener una
sensación de ansiedad anticipatoria sobre el resultado de la prueba. Es eficaz
terminar la entrevista ofreciendo la posibilidad de que la persona ofrezca
cualquier otro tipo de información que considere de interés y que no haya
proporcionado. De este modo se le ofrece la posibilidad de tomar el control sobre
la situación. En algunas ocasiones es precisamente en este momento, y una vez
que al dar por finalizada la entrevista se anulan las defensas psicológicas
establecidas en principio, cuando la persona ofrece la información más valiosa.

Igualmente se puede plantear una entrevista posterior con la persona, otras


entrevistas con personas diferentes, recogida de otro tipo de datos: información
escolar, familiar, sobre tratamientos, etc., anterior a la pasación de las pruebas.
Esto es especialmente importante en el ámbito de familia, donde es necesario
contrastar la información que recabemos al menos por dos fuentes distintas, ya
que en este ámbito la distorsión motivacional se encuentra especialmente
elevada, y la información aportada por cada una de las partes va estar
especialmente sesgada.

Análisis de la entrevista, elaboración de hipótesis y planificación del peritaje

Se realiza una lectura detenida de toda la información recogida a través de la


entrevista. En función de los datos del expediente que ya conocemos y de la
pregunta pericial vamos señalando aquella información obtenida en la entrevista
o entrevistas que nos pueden ser de especial relevancia. Esta información se
refiere a todos los datos de realidad que nos resultan válidos para contestar la
pregunta pericial y todos aquellos que son concurrentes con la información que
ya poseemos a través del expediente; o, bien al contrario, datos obtenidos
contradictorios con la información previa.
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MÓDULO IV: DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS

Con la recogida de los datos de la entrevista o entrevistas realizadas, más la


información del expediente, existe la disposición de plantear la hipótesis que
parece más conveniente en función de la pregunta pericial. En este momento se
toma la decisión sobre la aplicación de las pruebas. Esta no es obligada, pero sí
conveniente. A veces, según las circunstancias puede incluso resultar
imprescindible Las técnicas psicodiagnósticas servirán para probar o refutar las
hipótesis que hayamos enunciado implícita o explícitamente ante un caso
concreto.

Ejecución del plan de peritaje

El paso consecuente es la aplicación de las pruebas, que también pueden ir


acompañadas por entrevistas complementarias al entrevistado, o incluso a
familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc. Que podrían ser muy útiles para
corroborar información.

En el caso de que los resultados obtenidos en las pruebas sean del todo contrarias
a la hipótesis inicial y no interpretables desde hipótesis alternativas, es necesario
replantear un reinicio de intervención, revisión de la información, ampliación de
ésta, nuevas entrevistas o nuevas pruebas psicodiagnósticas, ya que no se pudo
recabar suficiente información para probar ninguna hipótesis capaz de dar
respuesta a la pregunta pericial. En algunos casos aislados, se puede concluir la
imposibilidad de llegar a obtener suficiente información para validar ninguna
hipótesis. Esto puede deberse a diversas causas: simulación, sobresimulación y
disimulación son los tres artefactos más frecuentes, aunque no los únicos.

Aunque no resulta tan fácil disfrazar los datos de realidad dentro de una
intervención realizada con cautela y método, en ocasiones se puede llegar a
resultados tan contradictorios que, incluso teniendo la certeza personal sobre un
asunto, se carece de forma de demostrarlo o prueba. Hay que tener en cuenta
que una convicción o una opinión no son relevantes dentro del peritaje, no son
opiniones expertas porque las emita un perito. El perito tiene que basar siempre
sus conclusiones, para que sean válidas, en elementos de realidad que pueda
demostrar dentro del peritaje.
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MÓDULO IV: DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS

Elaboración del informe pericial

El perito debe delimitar aquellos datos que va a recoger en su peritaje. Por ello
incluirá en el informe primordialmente los datos exigidos por el Tribunal en el
momento de la ratificación. Igualmente, dentro del peritaje, se proporciona los
datos dentro de un orden, con coherencia y comprensibilidad, desde los datos
más objetivos como el sexo o a la edad, pasando por los datos de observación
clínica, hasta llegar a las conclusiones, donde en base a estos datos realizamos
unas afirmaciones siempre fundadas en los datos descritos anteriormente dentro
del propio informe.

Un peritaje es correcto cuando después de su lectura se puede discutir sus


conclusiones. Si un peritaje se encuentra enunciado de tal manera que es
imposible saber si las conclusiones derivadas son acertadas o desacertadas es
porque el peritaje se ha realizado sin rigor, o porque se ha expresado en términos
que lo convierte en un peritaje blindado. Con este término hacemos referencia a
aquellos peritajes que por su conformación son irrefutables. Es decir, no aportan
datos en base a los que podamos saber si sus conclusiones se basan en datos de
realidad psicológica o no.

Los peritajes siempre siguen una línea de diversos apartados fijos, que se adaptan
a las Leyes de Enjuiciamiento Civil y Penal. Estos son, en resumen:

1. Encabezamiento del informe:

▪ Datos del perito y peritado


▪ Juzgado o persona que ha solicitado el informe
▪ Número de expediente judicial.
2. Motivo del Informe.

▪ Enunciación clara y precisa de la pregunta pericial.


3. Metodología:

▪ Operaciones y cronología que se han llevado a cabo para la obtención


de la información que consta en el informe.
4. Fuentes consultadas.

5. Resultados.
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MÓDULO IV: DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS

▪ Datos derivados de las entrevistas, observación, y técnicas


psicodiagnósticas.
6. Discusión forense.

▪ Aunque no es imprescindible, en este apartado se sugiere


interrelacionar todos los datos obtenidos y expuestos con aquellos
otros que hasta ese momento pueden no figurar dentro del texto,
como datos obtenidos del expediente o relación entre lo expresado y
las diversas teorías psicológicas que pueden tener que ver con el
asunto, como por ejemplo teorías sobre victimización en el caso de
malos tratos etc.
7. Conclusiones.

▪ Aquí se contesta a la pregunta o preguntas periciales. Es la parte quizá


más importante de nuestro informe. Es el lugar donde se deben
realizar, si es necesario, los psicodiagnósticos y recomendaciones
específicas en base a lo expresado en el informe.
▪ Las conclusiones deben claramente estar correlacionadas con lo
expuesto previamente en el informe.

Es necesario también explicar lo que es impropio en un informe pericial y en sus


conclusiones:
• Impresiones subjetivas de tipo positivo o peyorativo sobre los evaluados
• Concluir sobre los hechos de un delito
• Concluir sin pruebas

El informe se redactará en forma clara. Las frases deben ser cortas, al igual que
los ----párrafos. Se huirá de términos técnicos e interminables citas bibliográficas.
Se explicará el significado y alcance de los términos psicológicos que se utilicen.
En la redacción del informe siempre tenemos en consideración a quién va
dirigido y en consecuencia observar que el destinatario no tiene por qué conocer
o puede malinterpretar la jerga psicológica.
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MÓDULO IV: DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS

Dificultades En La Evaluación Pericial

Algunas de las dificultades que presenta la evaluación psicológica pericial es que


el sujeto no se presenta de forma voluntaria ante el profesional, sino que su
participación está determinada por su papel en el proceso
judicial (denunciado/denunciante; demandado/demandante). Además, las
consecuencias directas del dictamen pericial para el avaluado aumentan la
probabilidad de manipulación de la información aportada para conseguir un
beneficio o evitar un perjuicio; a diferencia que en una evaluación clínica las
personas acuden por voluntad propia con el objetivo de sanar alguna dolencia o
afectación emocional considerable, por lo que la información que proporciona a
la hora de ser atendido suele ser mayormente ajustada a su realidad.

Otra gran dificultad es la falsación de información, llamada también simulación.


Esta se define como la “producción intencionada de síntomas físicos o
psicológicos desproporcionados o falsos, activados por incentivos externos como
no realizar el servicio militar, evitar un trabajo, obtener una compensación
económica, escapar de una condena criminal u obtener drogas”.

Algunas de las acciones de la persona que nos lleva a determinar la existencia de


simulación son:

• Discrepancia acusada entre el estrés o la alteración/lesión


explicados/referidos por la persona y los datos objetivos de la exploración
médica.
• Falta de cooperación durante la valoración diagnóstica; ausencia de
respuesta al tratamiento convencional.
• Síntomas mal definidos, erráticos o vagos.
• Dramatización de las quejas.
• Mala colaboración del sujeto en las exploraciones.
• Resistencia a aceptar un diagnóstico favorable.
• Manipulación del historial clínico, pruebas u otros registros
• Presencia de síntomas atípicos o inusuales
• Exageración de la sintomatología
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MÓDULO IV: DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS

• Resultados en los tests psicológicos y sintomatología incongruente con el


curso normal de la enfermedad.
• Discrepancias entre los datos de la entrevista y la historia clínica o la
documentación preexistente.
• La frecuencia y/o intensidad y/o duración de los síntomas excede con
mucho lo usual en la patología diagnosticada.
• El paciente “predice” su empeoramiento o su falta de mejoría.

DIFERENCIAS ENTRE PSICODIAGNÓSTICO CLÍNICO Y PERITAJE PSICOLÓGICO

La evaluación forense presenta diferencias notables respecto a la evaluación


clínica. Al margen de que en uno y otro caso, el objetivo pueda ser la exploración
del estado mental del sujeto evaluado, el proceso psicopatológico en la
evaluación forense sólo tiene interés desde la perspectiva de las repercusiones
forenses de los trastornos mentales, a diferencia del contexto clínico, en donde se
convierte en el eje central de la intervención (Archer, 2006).

La evaluación psicológica forense se encuentra con algunas dificultades


específicas, como la involuntariedad del sujeto, los intentos de manipulación de
la información aportada (simulación o disimulación) o la influencia del propio
proceso legal en el estado mental del sujeto (Esbec y Gómez-Jarabo, 2000).
Además, el dictamen pericial no finaliza con un psicodiagnóstico confirme a las
categorías nosológicas internacionales (DSM o CIE), sino que la psicopatología
detectada debe ponerse en relación con el asunto jurídico demandado.

La población forense es más variada que la que se suele encontrar en la clínica.


El espectro de edades oscila desde niños de dos o tres años en víctimas de abuso
sexual hasta ancianos de 90 años en proceso de incapacitación. En el entorno
forense hay más personas analfabetas funcionales o pertenecientes a grupos
indígenas. Todo ello limita el alcance de la exploración forense (Ackerman, 2010;
Hernández, 2002).

La actividad del psicólogo/a forense, a diferencia de otros campos de actuación


profesional del psicólogo/a, se va a caracterizar por la enorme responsabilidad de
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MÓDULO IV: DIAGNÓSTICO CLÍNICO Y TRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS

su actuación, derivada de la repercusión del informe pericial en la vida de los


sujetos evaluados. Junto a esta peculiaridad, su contexto de intervención (dentro
de un procedimiento judicial) y el objeto de la misma (contestación a la solicitud
realizada desde el ámbito legal) delimitarán las divergencias entre la evaluación
pericial psicológica y la evaluación clínica. El informe clínico se diferenciará así del
dictamen pericial en tres puntos: a) la autoría (terapeuta/perito); b) el contenido
(el informe clínico centrado en el funcionamiento psíquico global del paciente;
dictamen pericial referido al estado mental del sujeto en relación con el
procedimiento judicial; y c) la finalidad (terapéutica en un caso; judicial en el otro).
Por otro lado, el carácter probatorio del dictamen forense (documento legal)
imprime unas exigencias técnicas innecesarias en el informe clínico (documento
sanitario de comunicación interprofesional –historia clínica-) (Ackerman, 2010).

La demanda de ayuda terapéutica típica del contexto clínico suele implicar una
actitud colaboradora por parte del evaluado ante la intervención profesional, sin
perjuicio de la instrumentalización creciente observada del dictamen clínico en el
contexto judicial. Por el contrario, las características del contexto forense facilitan
la distorsión y la manipulación de la información aportada por los evaluados, lo
que lleva a la necesidad de un entrenamiento especializado del perito en el
control de la simulación/disimulación y en la detección del engaño. Esta
diferencia junto con la ausencia de confidencialidad en la evaluación forense,
fundamental para el establecimiento de la relación terapéutica, hace
incompatibles la función clínica-asistencial y la pericial (Echeburúa, 2002).

Tanto la Psicología Forense como la Psicología Clínica tienen en común que uno
de los instrumentos de evaluación que más utilizan son los autoinformes y las
entrevistas estructuradas.

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