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COLOR-T16 Metalogénesis y Marco Tectónico

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YACIMIENTOS MINERALES METALICOS (3155) Prof.

Sebastián Grande

Tema 16. METALOGÉNESIS, RECURSOS ENERGÉTICOS Y MARCO


TECTÓNICO GLOBAL
16.1 Marco tectónico como controlador de la mineralización
Se define como el marco tectónico de formación de un conjunto dado de rocas la ubicación, respecto a
los rasgos corticales más importantes, en que las rocas y los depósitos minerales asociados a ellas, de
edades similares, fueron depositados, intrusionados, o frecuentemente, generados como resultado de la
deformación y el metamorfismo. Los rasgos corticales generalmente exhiben claras formas geomorfológicas
que afectan a los procesos de erosión y sedimentación, reflejando variaciones en la naturaleza, la
temperatura y el espesor de la corteza o de la litosfera, que pueden causar actividad magmática. La duración
de un marco tectónico cualquiera es relativamente corta, unas decenas de Ma, a lo sumo, por ende sólo las
rocas más jóvenes pueden referirse a los marcos tectónicos en que se hallan actualmente, las demás no
muestran ninguna relación entre sus marcos tectónicos de origen y aquellos donde se encuentran en el
presente. El objetivo principal que se persigue al relacionar los marcos tectónicos con los ambientes de
formación de los depósitos minerales, es obtener una indicación del potencial metalogénico de rocas
originadas en diversos lugares y determinar los sitios más favorables donde ocurran mineralizaciones.
Los marcos tectónicos ejercen un poderoso control sobre los procesos de la metalogénesis, establecen el
tipo de yacimiento a formarse, la deformación a que estará sujeto y los chances que tendrá de ser
preservado (es decir, si será soterrado rápidamente y preservado, o destruido por la erosión). Estos
controles son de cinco tipos:

a) Las series magmáticas: son características de marcos tectónicos particulares, cada una está asociada a
un cierto tipo de alteración hidrotermal o de mineralización, debidas tanto a plutonismo como a vulcanismo
submarino (depósitos exhalativos) o subaéreo. Por ejemplo: las rocas volcánicas y plutónicas calco-alcalinas
son extrusionadas e intrusionadas en arcos magmáticos relacionados con zonas de subducción; las rocas
alcalinas y exóticas en rifts intracontinentales, cuencas retro o intra-arco y fallas de transformación con pull-
aparts; y las lavas tholeíticas en centros de expansión intraoceánicos (dorsales) y en mesetas continentales.
b) La naturaleza de las principales secuencias sedimentarias: su geometría, espesor, composición,
hasta sus facies en detalle y la formación de depósitos singenéticos, diagenéticos o epigenéticos tempranos,
está controlada, por lo menos en parte, por el marco tectónico. Por ejemplo: extensos prismas de carbonatos
marinos someros, con depósitos teletermales de Pb-Zn-F-Ba, son característicos de márgenes continentales
pasivos (no-orogénicos) y de mares epicontinentales; los gruesos cinturones alargados de grauvacas
feldespáticas casi carentes de sulfuros estratiformes son típicos de cuencas ante-arco orogénicas.
c) La deformación que afecta a las rocas luego de su formación: su metamorfismo, levantamiento y
erosión subsiguientes, a menudo dependen del marco tectónico en que se generaron. El potencial de
preservación de las rocas y de los depósitos minerales asociados, en gran parte está determinado por el
marco tectónico existente al momento de su formación.
d) El gradiente geotérmico: que depende intrínsecamente del marco tectónico. No sólo es de mucha
importancia en la generación y maduración de los hidrocarburos o en determinar la calidad de los carbones,
sino también ejerce control sobre la circulación de las salmueras hidrotermales mineralizantes. El
movimiento de estas salmueras calientes y la migración de los hidrocarburos es esencial para la formación
de depósitos metálicos de tipo sedimentario-epigénico o vulcanogénico-hidrotermales.
e) Las fallas mayores: pueden controlar la circulación de los fluidos mineralizantes, y por ende, la
depositación de menas. Estas pueden considerarse como un tipo de marco tectónico. Aunque su control
directo se restringe a la formación de depósitos hidrotermales, tienen un control indirecto sobre el
levantamiento, la erosión y la sedimentación en áreas adyacentes.
El marco tectónico es pues, un control fundamental sobre la mineralización, más que los ambientes
sedimentarios o volcánicos, tomados en sentido restringido. Los depósitos de placeres de metales pesados
formados en barras de meandro pueden acumularse en secuencias fluviales generadas en varios marcos
tectónicos; si el depósito fue formado en una cuenca foreland, arco externo o en un valle rift, sólo podrá
determinarse interpretando el ambiente depositacional regional de las secuencias mineralizadas y de las
rocas fuentes que les dieron origen.
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Al tratar de relacionar los depósitos de menas con marcos tectónicos globales, es necesario dividir los
cuatro tipos principales de límites de placas (dorsales, zonas de subducción, zonas de sutura y fallas
transformantes) en un número adecuado de subambientes. Algunos de éstos dependen de la naturaleza
(oceánica o continental) de las placas involucradas, mientras que otros evolucionan durante prolongadas
interacciones entre las placas. En cada uno de estos sub-ambientes ocurren procesos volcánicos,
plutónicos, sedimentarios y metamórficos, que generan secuencias sedimentario-volcánicas y rocas
plutónicas o metamórficas características del marco tectónico en consideración. En la mayoría de los casos
los marcos tectónicos modernos son definidos de acuerdo a su posición con respecto a los límites actuales
de las placas. Las rocas que allí se forman son observadas y las secuencias rocosas antiguas se interpretan
como formadas en ambientes pasados análogos a los modernos. En la actualidad la deformación y el
metamorfismo de los principales cinturones orogénicos pueden ser asociados a procesos que ocurrieron en
marcos tectónicos relacionados con algún límite de placas (dorsal centroceánica, zonas de subducción o de
sutura o fallas transformantes (Fig. 16-1), pero otros procesos no-orogénicos (epirogénicos) ocurrieron en
marcos tectónicos intraplaca (oceánicos o continentales), relacionados probablemente con puntos calientes
(hot spots) presentes en el manto.

D E

F G

Fig. 16-1. Secciones a lo largo de la litósfera terrestre actual mostrando los diferentes tipos de límites e
interacciones posibles entre las placas tectónicas. En negro: corteza oceánica, cuencas marginales y cuencas
remanentes; en amarillo con rayitas: corteza continental; en verde: manto litosférico; en rojo: arcos volcánicos y
zonas de sutura. Límites: DIVERGENTES o dorsales; CONVERGENTES: zonas de subducción (arcos volcánicos y
márgenes activos) o zonas de sutura; TRANSFORMANTES: fallas transformantes; MARCOS INTRAPLACA: valles rift,
puntos calientes (en morado) y márgenes pasivos (punteado). De W a E: (A) margen activo andino, escudo
brasileño, margen pasivo atlántico de Brasil, dorsal Centroatlántica, margen pasivo del oeste de África, escudo
africano, valle rift africano, margen pasivo del este de África, dorsal Índica. (B) Escudo chino, cuencas
marginales japonesas, arco volcánico japonés, océano Pacífico, punto caliente de Hawai (cadena de islas
oceánicas y guyots), dorsal del Pacífico sur, margen activo andino. (C) Escudo chino, cuenca marginal del mar
de la China, arco volcánico filipino, cuenca marginal de las Filipinas, arco volcánico de las Marianas, océano
Pacífico, margen transformante del oeste de Norteamérica (falla de San Andrés). (E) Escudo australiano, margen
pasivo del este de Australia, cuencas marginales de Dampier y Nva. Caledonia, arco remanente de Nva.
Caledonia, arco volcánico de las Nvas. Hébridas, océano Pacífico. De N a S: (F) Arco extinto del Cáucaso,
cuenca remanente (mar Negro), placa turca, falla transformante de Anatolia y arco volcánico turco desactivado,
cuenca mediterránea, margen pasivo del norte de África. (G) Meseta del Tíbet, sutura himalayana (colisión
continental), escudo de la India, margen pasivo del SE de la India, posible futura zona de subducción en
formación, dorsal Índica. Modificado de DEWEY Y BIRD (1973).
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Las descripciones que siguen, relacionando marcos tectónicos con depósitos minerales asociados,
comenzarán con los depósitos formados en ambientes oceánicos, dado que la expansión de los fondos
oceánicos es el motor principal de la tectónica de placas. Estos depósitos se hallan sobre todo en ofiolitas
emplazadas tectónicamente en cinturones orogénicos durante colisiones arco/arco, arco/continente o
continente/continente. A continuación, se describirán los marcos relacionados con zonas de subducción y
de colisión (o sutura), para finalizar con los marcos relacionados con la actividad ígnea intraplaca, rifts
continentales y límites transformantes (ver Fig. 16-1).

16.2 Depósitos formados en marcos tectónicos oceánicos (Tabla 16-1)


Luego de los continentes y las cuencas oceánicas, las dorsales centroceánicas constituyen los rasgos
morfológicos más grandes de la Tierra. Los ejes de las dorsales se caracterizan por una intensa actividad
sísmica somera, fallamiento normal, vulcanismo y alto flujo de calor. La extrusión y solidificación de enormes
volúmenes de magma basáltico origina nueva corteza oceánica y produce la expansión de los fondos
oceánicos. Las rocas ígneas producidas constituyen la asociación denominada suite ofiolítica, integrada por
diversos tipos de rocas ígneas volcánicas y plutónicas, que van desde peridotitas, dunitas, serpentinitas,
gabros, diabasas y tholeítas almohadilladas. Los procesos de fraccionamiento del magma basáltico
tholeiítico son responsables de la formación de importantes depósitos magmáticos e hidrotermales (Fig. 16-
2):

Fig. 16-2. Mapa esquemático de un complejo ofiolítico en Terranova, mostrando las diversas litologías que
contiene, su relación con las rocas aledañas y los depósitos de menas contenidos en cada tipo litológico. Los
contactos de los cuerpos ofiolíticos son generalmente fallas de corrimiento. En la suela del corrimiento
principal, que contiene a la napa ofiolítica, puede desarrollarse una zona de contacto de relativa alta temperatura
debida al emplazamiento de litosfera profunda y caliente, no es metamorfismo de contacto sensu stricto y no es
igual a una aureola de contacto producida por una intrusión ìgnea. Nótese la gran profusión y variedad
metalogénica posible en los depósitos asociados, que contienen una asociación Mn-Cu-Fe-Cr-Pt.

(A) Cromititas podiformes: el asentamiento gravitacional de cristales de alta densidad en el fondo de


cámaras magmáticas someras (ubicadas debajo de los ejes de las dorsales activas), origina cumulados
ultramáficos-máficos, con lentes o cuerpos de cromititas. Debajo de cada uno de los segmentos de dorsal,
limitados por fallas transformantes, existe una gran cámara magmática somera con forma de “salchicha”, es
decir, con unos 10 km de ancho, unos 6 de espesor y varios centenares de km de largo. Debido a que su
formación ocurre en un marco tectónico de gran actividad, donde existe un centro de expansión, un valle rift
axial con fallas normales y fallas transformantes ortogonales a los segmentos de dorsal, estos cuerpos no
son tan regulares como los que forman en los lopolitos gabroides estratiformes, teniendo formas lenticulares
o podiformes (Fig. 16.2). Sin embargo, pueden contener grandes reservas de mena de cromo, como ocurre
en las ofiolitas de Chipre, Moa-Camagüey (Cuba), Kop Daglari (Turquía), Omán, Vourinos (Grecia) y las del
cinturón apalachiano (SE del Canadá y Terranova).
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(B) Sulfuros masivos de Cu-Zn-Fe-Pb (tipo Chipre): la circulación convectiva del agua marina,
originalmente fría y oxigenada, en el interior de la corteza oceánica de nueva formación origina importantes
depósitos de Cu-Pb-Zn, en forma de sulfuros masivos y stockwork (Fig. 16-3). El agua marina (a 4°C) se
infiltra a través de las múltiples fracturas y grietas de la nueva corteza, penetrando a más de 4-6 km de
profundidad y alcanza temperaturas de unos 350 °C, debido al elevado gradiente geotérmico local. Son
soluciones salinas ricas en hidrosulfuro y cloruro, Na, Mg, Ca y K, que alteran metasomáticamente las rocas
basálticas y gabroides, generando espilitas, queratofiros y rodingitas, serpentinizando a las rocas
ultramáficas del manto y a los cumulados máfico-ultramáficos, generando vetas de crisotilo (asbesto) y
depósitos de talco-magnesita. Originalmente son oxidantes, pero durante su trayecto en el interior de la
corteza estas soluciones clorinadas y sulfuradas calientes se tornan reductoras y lixivian metales de las
rocas basálticas. Cuando finalmente ascienden a niveles superficiales, depositan su carga formando
importantes depósitos de sulfuros masivos de tipo exhalativo-hidrotermal (tipo Chipre), especialmente en los
altos topográficos submarinos (horst de los valles rift, montes submarinos, etc.). La zona de recarga de la
circulación convectiva es muy amplia y difusa, abarcando grandes áreas del fondo oceánico. No así las
zonas de descarga, las cuales se hallan extremadamente localizadas, teniendo un gran caudal. Estas zonas
de descarga hidrotermales fueron descubiertas en el piso de la dorsal E del Pacífico por el submarino
ALVIN, en 1982. Constan de chimeneas que exhalan aguas a 300-350 °C, muy ricas en sulfuros,
denominadas por sus descubridores chimeneas de humo negro (Fig. 16-4). Estas fueron muestreadas,
hallándose que están formadas por costras sucesivas de sulfuros de Zn-Cu-Pb, barita, anhidrita y otros
minerales, formando cuerpos tubulares de 30-50 cm de diámetro y 3-4 m de altura, que se yerguen en el
fondo marino.

Fig. 16-3. (A) Corte del valle axial de una dorsal mostrando la ubicación de los depósitos de menas de Mn y Cu
asociados basaltos almohadillados submarinos, espilitizados por la alteración hidrotermal en esa zona de
elevado gradiente geotérmico. (B) Modelo de circulación convectiva hidrotermal en la corteza del valle axial de
una dorsal. Las flechas indican que la zona de recarga freática marina es muy difusa y amplia, mientras que las
zonas de descarga son muy localizadas. El lente o cuerpo de sulfuros masivos vulcanogénicos se forma muy
cerca o en el fondo marino y luego es rápidamente soterrado por sedimentos pelágicos o nuevas lavas. El
stockwork debajo del lente masivo representa la zona de ascenso de los fluidos hidrotermales mineralizantes. A
la derecha de la figura se muestran las isógradas de metamorfismo de piso oceánico, con gradiente de baja P/T.
Facies metamórficas: z, zeolitas; ev, esquistos verdes; an, anfibolita. (a) Rocas gabroides; (b) Complejo de
diques de diabasa; (c) Basaltos almohadillados espilitizados; (d) Costras y capas de óxidos de Mn hidrogénicos;
(e) Lente de sulfuros masivos vulcanogénicos de Cu-Fe ( Zn-Pb-As-Sb-Au-Ag-Ni-Co); (f) Stockwork de sulfuros
y alteración propilítica. Modificado de Sassano y Cárcano (1983).
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(C) Nódulos-costras de hidróxidos de Fe-Mn: las aguas reductoras calientes al abandonar las chimeneas
entran en contacto con el agua marina fría y oxidante, precipitando inmediatamente óxidos e hidróxidos de
Fe y Mn, que forman nódulos y costras sobre la corteza basáltica, éstos depósitos se denominan
hidrogénicos, y generalmente se hallan interestratificados con sedimentos pelágicos, como barros rojos,
barros calcáreos y barros de radiolaritas. El ALVIN además descubrió que un nuevo tipo de ecosistema
marino pelágico se había generado en los alrededores de las chimeneas hidrotermales. Las aguas calientes,
ricas en bacterias, nutren a extrañas criaturas como almejas gigantes (de 30 cm), gusanos tubulares rojos
(de 1 m), cangrejos, camarones, etc. La preservación de los sulfuros precipitados requiere de condiciones
anóxicas o de un rápido soterramiento debajo de sedimentos detríticos o hidrogénicos. Las chimeneas han
sido halladas sólo en el fondo de la dorsal Pacífico-este, en segmentos con muy elevada tasa de expansión
(8-10 cm/año), lo que sugiere que altas tasas de expansión pueden ser favorables para la formación de
eficientes sistemas convectivos hidrotermales que permiten la acumulación de sulfuros y nódulos de Mn.
(D) Depósitos epigénicos hidrotermales: otros tipos de depósitos hidrotermales (hipotermales) se asocian
a grandes zonas de cizallamiento profundas, que cortan a rocas gabroides y cumulados ultramáficos. En los
cumulados se hallan mineralizaciones de arseniuros de Ni-Co y sulfuros de Ni-Fe; en las rocas gabroides,
depósitos de calcopirita (Cu) y pirrotita (Fe). El resto de la zona gabroide es notoriamente estéril en
depósitos de menas. La TABLA 16-1 resume esquemáticamente los principales depósitos de minerales
asociados a marcos tectónicos oceánicos.

Fig. 16-4. Esquema de la zona de descarga hidrotermal submarina en el piso del valle axial de la dorsal del
Atlántico norte, tal y como fue fotografiada por el submarino no-tripulado ALVIN. La descarga submarina más
concentrada forma lo que se denominado una “chimenea de humo negro”, que exhala un fluido denso,
negruzco, muy caliente (a una temperatura de 350ºC) y sobresaturado en menas metálicas; otras “chimeneas”
exhalan agua no-mineralizada a 300ºC y se denominan de humo blanco o “bolas de nieve”, siendo el material
blanquecino sulfatos insolubles (barita, anhidrita); y otras están extintas y desgastadas. Las chimeneas activas
se hierguen generalmente unos 3-4 m por encima del suelo marino y alcanzan hasta 50 cm de diámetro, pero
recientemente se ha hallado chimeneas gigantes de hasta 30-40 m de altura. Todo el fondo marino, formado por
basaltos almohadillados, se halla cubierto de costras de óxido-hidróxidos de Mn. En este ambiente situado en
total oscuridad existe un ecosistema realmente insólito, alimentado por la energía termal de las chimeneas y una
sobreabundancia de bacterias, que generan los nutrientes necesarios para sustentar una extraña vida
multicelular constituida por gusanos tubulares con las puntas rojas (¿por qué rojas si no hay luz?), almejas
gigantes, camarones y cangrejos. Algunos de estos ejemplares fueron sustraídos del fondo marino por el brazo
mecánico del ALVIN y se encontró que habitan en un ambiente tan contaminado con elementos venenosos
como Cu, Pb, Zn, As, etc. que su consumo sería letal para seres humanos. Algunos científicos creen que en
lugares como estos, en el Arqueano, comenzó la vida en la Tierra, hace 4.000 Ma y otros especulan que en Marte
pudieran existir “oasis” similares alimentados por una circulación convectiva hidrotermal similar a la terrestre
cuando el planeta rojo tenía un océano similar al terrestre. Modificado de MITCHELL Y GARSON (1983).
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16.3 DEPOSITOS FORMADOS EN ZONAS DE SUBDUCCION (TABLAS 16-2 y 16-3)


Las zonas de subducción son probablemente los marcos tectónicos más complejos. Ellas muestran una
gran variabilidad y contienen numerosos sub-marcos, todos ellos caracterizados por asociaciones
metalogénicas específicas. Estos incluyen los elementos esenciales de los márgenes activos y arcos
volcánicos, como lo son (Figs. 16-5 y 16-6):

-Arcos magmáticos: en los que la generación de magma se relaciona directamente con el descenso de la
litosfera oceánica, y la deshidratación de la corteza oceánica metasomatizada en las dorsales.
-Trincheras submarinas y arcos externos: donde la destrucción de las placas es responsable de procesos
predominantemente tectónicos.
-Cuencas ante-arco: donde la subsidencia y la sedimentación se relacionan indirectamente con la subducción,
estando influenciadas por fuentes diversas, como el arco externo o el arco magmático.
-Cinturones magmáticos retro-arco: situados unos cientos de km tierra adentro en los márgenes activos
tipo andino, generados por fusión parcial de metasedimentos en una corteza muy gruesa formada por napas
de corrimiento imbricadas con rocas fuertemente plegadas y tectonizadas.
-Cuencas retro-arco: cuya subsidencia y sedimentación se halla influenciada por el crecimiento y erosión
de los cinturones magmáticos retro-arco.
-Cuencas marginales y cuencas inter-arco: situadas detrás de los sistemas arco-trinchera y generadas
por el proceso de expansión retro-arco, indirectamente relacionado con la zona de subducción.

No se conocen bien las etapas iniciales de la subducción, ni los lugares donde ésta comienza. Entre los
mecanismos propuestos se encuentran: movimiento gravitacional de la litosfera generada en zonas de
expansión (dorsales); hundimiento de litosfera "fría" y por lo tanto, densa; y arrastre viscoso debido a
corrientes de convección en el manto superior. Las zonas de subducción actuales parecen demostrar que la
subducción comienza en los límites entre corteza oceánica normal y corteza más gruesa, que puede ser
continental o corteza oceánica anómala. Se acepta que la litosfera oceánica más antigua (más fría y de
mayor densidad) tiende a ser subducida más fácilmente que la litosfera oceánica joven (caliente y menos
densa). Una vez que el proceso de subducción comienza procede por muchas decenas de millones de años,
terminando con una colisión de tipo alpino, o por un cambio en el movimiento relativo de las placas, que
pudiera resultar en un límite de tipo transformante o en una inversión de polaridad de subducción.
Cuando la subducción comienza en un ambiente intra-oceánico, el proceso es meramente tectónico y
consiste en la formación de un complejo de subducción o prisma de acreción, formado por una melánge de
sedimentos marinos no subducidos y fragmentos ofiolíticos arrancados a la placa oceánica. Sólo cuando la
placa subducida alcanza la profundidad “mágica” de 70-80 km comenzarán los complejos procesos de
deshidratación y fusión parcial que darán origen a magmas tholeiíticos, que al principio serán extrusionados
sobre el fondo marino como lavas basálticas almohadilladas, casi idénticas a las que forman la parte
superior de la corteza oceánica. A medida que la subducción progresa, el complejo de subducción crece y el
arco magmático incipiente evoluciona hacia series calco-alcalinas hasta emerger de la superficie del mar: se
ha formado un arco volcánico intra-oceánico con un fuerte vulcanismo subaéreo (Fig 16-5).
Si la zona de subducción se forma marginal a una masa continental (margen activo), se forman un
complejo de subducción y una trinchera submarina marginales al continente (tipo andino). Cuando la placa
alcanza la profundidad crítica comienza la generación de magmas. Estos serán ahora intrusionados en la
corteza continental como batolitos graníticos y formarán sobre la superficie del continente una cadena de
estratovolcanes andesíticos, acompañados por extensos flujos de cenizas y de ignimbritas y profundas
calderas de colapso o explosión (Andes Perú-Chile y México-Centro América).
En el momento actual y probablemente en tiempos pasados, existe una marcada diferencia entre las
zonas de subducción con polaridad este y las de polaridad oeste, sobre todo en los márgenes de la cuenca
del Pacífico. Las zonas de subducción situadas al este del Pacífico (Norte-Centro-Suramérica) se hallan
cerca de la dorsal Pacífica y destruyen corteza joven y caliente debajo de una corteza continental que
avanza hacia el oeste, empujada por la expansión del piso del océano Atlántico. En los Andes centrales
(Perú-Chile) la subducción es de ángulo bajo (15-25°), se produce así una erosión tectónica del complejo
de subducción, el cual es sobrecorrido por el continente y no se preserva. La compresión genera un cinturón
de napas retro-arco, el cual crecerá hasta el punto de generar magmas anatécticos propios, que formarán
otro arco magmático detrás del original, como ocurre en Bolivia.
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Las zonas de subducción con polaridad este situadas al NE del océano Índico (Indonesia), subducen
corteza oceánica antigua, gruesa y fría debajo de un margen activo, con un ángulo de subducción alto (más
de 45°). Allí no se generan cinturones magmáticos retro-arco, pero sí se preservan los complejos de
subducción, los cuales pueden llegar a emerger formando arcos externos no-magmáticos, especialmente si
el aporte de sedimentos sobre la placa oceánica está controlado por masas continentales cercanas, como
ocurre en las islas Nicobar y Andamán, ceca de Indonesia (Fig. 16-5). Contrariamente, las zonas de
subducción con polaridad oeste situadas en el margen oeste del Pacífico muestran un fenómeno
denominado expansión retro-arco, cuyo efecto es el de disecar los arcos maduros, generando un arco
activo supra-zona de Benioff y un arco inactivo separado del anterior por una cuenca marginal. La cuenca
marginal es muy similar a una pequeña cuenca oceánica, sólo que en ella la expansión del piso oceánico no
es a través de una dorsal definida, sino que ocurre de manera esporádica y por “parches” a lo largo y ancho
de la misma. El arco remanente, una vez desactivado el vulcanismo, es objeto de una profunda erosión y
subsidencia, que lo pueden llegar a sumergir bajo las aguas, lo que promoverá la formación de arrecifes y
atolones coralinos. Este caso es muy notable en los arcos de Filipinas, Marianas, Tonga, Japón, Nueva
Zelanda y de las Antillas Menores.
En cuanto a la metalogénesis los ambientes relacionados con la subducción son muy importantes y
prolíficos. Los arcos magmáticos y los cinturones magmáticos retro-arco contienen ricos yacimientos de tipo
singenético y epigénico relacionados con la actividad hidrotermal plutónico-volcánica. Los complejos de
subducción, los arcos externos y las cuencas marginales, en los que a menudo se hallan fragmentos y
napas ofiolíticas arrancados de la placa subducida, pueden contener los característicos depósitos formados
en marcos oceánicos, asociados a la suite ofiolítica, ya descritos (Fig. 16-2).

16.3.1 Depósitos formados en complejos de subducción y arcos externos


En estos ambientes es posible hallar depósitos formados en ambientes oceánicos emplazados
tectónicamente como cuerpos o complejos ofiolíticos, a menudo desmembrados, deformados y
metamorfizados (TABLA 16-2). También los complejos de mèlange contienen yacimientos de Hg-Sb
epigénicos, formados por la acción de fluidos meteóricos o metamórficos de baja T, relacionados al proceso
de serpentinización. Dichos depósitos se concentran generalmente en las grauvacas del prisma de acreción
(Almadén, España). También es posible la presencia de vetas de cuarzo-Au en las secuencias tipo flysch.

16.3.2 Depósitos formados en arcos magmáticos (TABLA 16-3)


Los arcos magmáticos contienen una alta proporción de los volcanes activos en el mundo y definen
zonas de elevada sismicidad. Forman rasgos arqueados o rectilíneos de varios miles de km de largo que
contienen cadenas de estratovolcanes en una franja de más de 100 km de ancho, detrás del frente
volcánico. La mayor concentración de arcos volcánicos se halla en el Cinturón de Fuego del Pacífico (Japón,
islas Aleutianas, Indonesia, W del Pacífico y W de América), pero existen arcos en el mar Caribe (Antillas
Menores), en el océano Atlántico (Arco de Scotia) y en el mar Mediterráneo (Islas Egeas y Eolias y el sur de
Italia). Los arcos activos se sitúan sobre un plano inclinado de focos sísmicos intermedios a profundos,
denominado zona de Wadati-Benioff. Ésta se encuentra a unos 100-150 km por debajo de los volcanes
activos y corta la superficie terrestre en la trinchera submarina adyacente o en el arco externo.
Los arcos inactivos son erosionados rápidamente, exponiendo complejos ígneo-metamórficos formados
por un cinturón de batolitos de diorita-granodiorita, que pueden interpretarse como las cámaras magmáticas
que alimentaban a los volcanes andesítico-riolíticos del arco y cinturones de rocas metasedimentarias de
baja P/T, con andalucita, cordierita y sillimanita formados en un régimen de alto gradiente geotérmico.
Para estudiar y comprender los procesos metalogénicos los arcos magmáticos pueden ser
convenientemente divididos en dos tipos diferentes: arcos intra-oceánicos y márgenes continentales activos.
A) Arcos intra-oceánicos: estos arcos se hallan separados del continente por la formación de cuencas
marginales. Son muy abundantes en el oeste del Pacífico, pero se conocen en otras zonas. Es notable el
hecho que la mayoría de estos arcos tienen subducción con polaridad hacia el oeste (Antillas Menores,
Scotia, Japón, Tonga, Nueva Zelanda). En los arcos intraoceánicos el único rasgo topográfico emergente es
una cadena de volcanes activos, aunque a veces el complejo de subducción emerge como arco externo
(Barbados). En otros casos existe una cadena de volcanes inactivos y erosionados detrás del arco activo,
estos arcos inactivos se han formado por la disección del arco previo, debido al proceso de expansión retro-
arco. La corteza debajo de estos arcos activos no supera los 30 km de espesor y puede consistir de corteza
oceánica normal, corteza oceánica tectónicamente engrosada, rocas volcánicas antiguas o arcos externos.
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En los arcos más complejos, al parecer existe un basamento antiguo que incluye fragmentos de corteza
continental paleozoica o precámbrica que fueron separados del continente tras la expansión retro-arco en un
margen activo previo (Japón, Filipinas, isla norte de Nueva Zelanda). Las rocas volcánicas son
predominantemente andesitas, andesitas basálticas y dacitas, raramente se encuentran rocas más silíceas.
Debido al levantamiento las rocas volcánicas subaéreas son rápidamente erosionadas y se preservan
raramente. Las facies reportadas comprenden lavas almohadilladas basálticas o andesíticas y brechas de
flujo submarinas, interestratificadas con depósitos de lahares y flujos de lodo submarinos, formados por la
erosión de los volcanes subaéreos.

Fig. 16-5. Mineralización asociada a un sistema arco-trinchera. El prisma de acreción ha crecido lo suficiente
para emerger del mar como un arco externo. Ofiolitas desmembradas con sus depósitos Cu-Fe y Cr han sido
obducidas e incorporados a la mèlange, cuyas partes más profundas sufren metamorfismo de alta P/T con
formación de jadeita-nefrita. Las peridotitas aflorantes pueden desarrollar, en climas tropicales, lateritas
niquelíferas. En el arco volcánico emergente se originan depósitos tipo “kuroko” y en las cúpulas de los
batolitos intrusivos se pueden desarrollar pórfidos de Cu-Au; skarns metasomáticos de W-Sn pueden originarse
en las aureolas de contacto de los batolitos epi-mesozonales. La cuenca ante-arco puede acumular Au en
placeres y generar sulfuros masivos tipo “Besshi”. Las soluciones responsables de la serpentinización pueden
depositar vetas de cinabrio (Hg), que generalmente se encuentran en las grauvacas del complejo de subducción,
desligadas de las serpentinitas que les dieron origen (depósitos tipo “Almadén”). Otros depósitos menores son
mostrados y señalados en el diagrama. Modificado de MITCHELL Y GARSON (1983).

B) Márgenes continentales activos: incluyen los llamados márgenes de tipo andino y los arcos tipo
cordillerano. Muchos márgenes continentales activos son la continuación dentro de los continentes de arcos
intraoceánicos (Aleutianas-Alaska, Tonga-Nva. Zelanda). Este tipo de arcos tiende a formarse casi siempre
en los márgenes occidentales de los continentes (Fig. 16-6). En muchos arcos las rocas volcánicas recubren
una corteza muy engrosada debido al acortamiento tectónico y al sobrecorrimiento de placas. Aunque la
corteza debajo del arco está en un estado general de compresión, muchos arcos volcánicos experimentan
fallamiento extensional de bloques, que originan graben paralelos (lagos de Nicaragua y Managua) u
oblícuos al arco. Las rocas volcánicas extrusionadas son típicamente calco-alcalinas y shoshoníticas, de
composición intermedia a ácida (andesita a riolita), raramente basálticas. Comprenden altos estratovolcanes
construidos por intercalaciones de lavas, piroclásticos e ignimbritas. Gruesas secuencias de sedimentos
volcaniclásticos se acumulan en los flancos de los volcanes, sobre todo en depresiones y graben de origen
tectónico, donde se interestratifican con sedimentos fluviales.
9

Entre o en los flancos de los volcanes afloran extensas áreas de rocas pre-volcánicas, que consisten de
rocas metamórficas antiguas y de rocas sedimentarias levantadas e intrusionadas por plutones de tonalita-
granodiorita, con escasos granito y diorita. El detritus proveniente de estas rocas prexistentes se mezcla con
los del arco formando sedimentos epiclásticos y polimícticos.
Los arcos antiguos, que otrora fueron arcos activos o inactivos, se hallan ahora en los márgenes
continentales o en posiciones intraplaca, debido a que han sido emplazados tectónicamente en los
cinturones orogénicos por el proceso de colisión-acreción. La naturaleza previa de estos arcos
(intraoceánicos o márgenes activos) a veces es difícil de determinar, aunque un ambiente oceánico puede
ser inferido por la presencia de abundantes rocas basálticas submarinas. Los dos tipos pueden diferenciarse
sólo mediante estudios muy completos efectuados en zonas periféricas, que requieren de un conocimiento
de la polaridad de la subducción y otras variables. Muchos arcos antiguos han sido incluidos en las
secuencias denominadas "eugeosinclinales" del Paleozoico al Terciario ubicadas en diversos cinturones
orogénicos. Algunos autores postulan su existencia hasta en cinturones del Proterozoico, basándose en la
gran similitud litológica de las secuencias. El problema de estos arcos antiguos es que, debido a la colisión y
levantamiento subsiguientes, han sido erosionados hasta sus raíces, las cuales contienen sólo complejos
ígneo-metamórficos muy deformados, carentes a menudo de rocas volcánicas diagnósticas, indicadoras de
marco tectónico. A pesar de ello, muchos arcos deformados y "volcados" han sido identificados en
numerosos cinturones montañosos, como los montes Urales, las montañas Rocosas, el Himalaya y las
cordilleras Hercínicas europeas. Otros han sido propuestos en cinturones proterozoicos que ahora forman
parte de escudos precámbricos, como el Escudo Arábigo y el de Guayana (Provincia Pastora).

U-V

4 cm/año

Fig. 16-6. Mineralización asociada a un margen continental activo tipo Andino. La mineralización refleja una
completa zonación regional de provincias metalogénicas, con una copiosa mineralización, que incluye:
depósitos de epitermales a hipotermales polimetálicos, pórfidos de Cu-Mo, depósitos xenotermales de Sn-Ag-
Sb, skarns con variadas mineralogías, magmas mena con Fe-apatito y placeres auríferos con gran volumen de
reservas. En las cuencas retro-arco compresivas se pueden generar depósitos de U-V tipo “Meseta del Colorado”
en areniscas fluviales. Escala vertical exagerada 3X, por claridad. Modificado de SASSANO Y CÁRCANO.

Debido a esta intensa actividad magmática y orogénica LOS ARCOS MAGMÁTICOS CONTIENEN LAS ROCAS
CON LA MAYOR CONCENTRACIÓN AREAL DE MINERALIZACIONES QUE SE PUEDAN HALLAR EN AMBIENTE TECTÓNICO
ALGUNO. Los depósitos más importantes, sin duda, son los grandes pórfidos de Cu-Mo o Cu-Au y los sulfuros
polimetálicos vulcanogénicos de Pb-Cu-Zn-Ag-Au (tipos Kuroko y Besshi), también se conocen depósitos de
skarn de Sn-W asociados a los plutones graníticos, depósitos epitermales de Au-Ag-Te, depósitos de
apatito-Fe formados por magmas mena y yacimientos de carbón, hidrocarburos y uranio, formados en las
cuencas ante-arco, inter-arco o retro-arco (Figs. 16-5 y 16-6).
10

1) Depósitos formados en arcos volcánico-plutónicos


(A) Pórfidos de Cu-Au/Mo: asociados a los grandes cinturones andesítico-granodioríticos que
caracterizan a los arcos magmáticos se encuentran los importantes yacimientos diseminados o de stockwork
de Cu-Mo. Estos se relacionan con stocks hipoabisales emplazados a no más de 4-6 km de profundidad,
dentro o por encima de cuerpos batolíticos previos. Las rocas intrusivas son dioritas cuarcíferas, cuarzo-
monzonitas y granodioritas, de tipo "I". La mena se acumula en forma de vetillas, impregnaciones,
chimeneas de brecha y venas hidrotermales en o cerca de las cúpulas de los cuerpos intrusivos (Figs. 16-5 y
16-6). El tenor de Cu es algo bajo ( 0,1%), pero las reservas cuantiosas; éste puede ser aumentado por la
formación de zonas de enriquecimiento supergénico, en regiones con climas muy áridos (norte de Chile, SW
de U.S.A., Namibia, NE de Australia, Irán, China central), algunas preferiblemente influenciadas por la acción
del salitre marino, a valores hasta de 2-3%. En general, los pórfidos de Cu formados en márgenes activos
contienen elevadas proporciones de Mo, aquellos formados en arcos intraoceánicos suelen tener menos Mo
y más Au, es decir, son pórfidos de Cu-Au (como el depósito de Las Cristinas, en el Escudo de Guayana).
(B) Depósitos de Zn-Pb-Cu (tipo kuroko): las etapas iniciales del vulcanismo calco-alcalino en los arcos
insulares son submarinas y se caracterizan por un vulcanismo predominantemente explosivo. Dentro de las
pilas volcánicas acumuladas en el fondo marino ocurre, en condiciones de elevado gradiente geotérmico,
una circulación convectiva-hidrotermal del agua marina, al igual que en las dorsales centroceánicas, pero a
muy poca profundidad acuática (unos centenares de metros). Estos depósitos llamados también
vulcanogénico-sedimentarios, son característicamente estratolimitados, no-estratiformes. Se hallan dentro de
sucesiones de flujos de lava riolítica, domos riolíticos, brechas y tobas piroclásticas depositadas debajo el
nivel base del oleaje y formando la parte superior de unidades cíclicas que van desde andesita hasta riolita,
ocupando amplios graben intra-arco. Muchos autores relacionan la formación de estos depósitos con la
actividad de fuentes termales submarinas, subsiguiente a las explosiones de vapor en los flancos de los
domos riolíticos (Fig.16-5) o al desarrollo de calderas de colapso resurgentes. Depósitos similares pueden
formarse en cuencas intra-arco, en ambientes lagunares, debido a la circulación de aguas meteóricas a
través de rocas volcánicas calientes, inmediatamente luego de su acumulación (depósitos tipo Chile, en
manto).
(C) Depósitos de skarn de Sn-W: se asocian a plutones de tipo "S" formados por la anatexis de
metasedimentos en las raíces de los arcos magmáticos (Fig. 16-6). Los plutones de tipo "I", que contienen
magnetita, se generaron en condiciones de alta PO2 y tienden formar pórfidos de Cu-Mo. Algunos autores
sugieren que el Sn se halla en estos plutones en estado tetravalente (Sn 4+) y sustituye al Ti4+ en la titanita, la
magnetita y la ilmenita, quedando los líquidos residuales empobrecidos en este elemento, mientras que en
los plutones de tipo "S", formados en ambientes de baja PO2, debidos a la presencia de grafito en los
metasedimentos, el SnF4 gaseoso queda libre hasta las últimas etapas de la cristalización magmática. El W,
el Nb y el Be seguramente tienen un comportamiento geoquímico similar. Estos cuerpos contienen mucho B,
P y F, elementos abundantes en los sedimentos marinos originales que les dieron origen.
(D) Depósitos de skarn de lapislázuli: plutones alcalinos de alta temperatura generados en zonas
extensionales dentro del margen activo intrusionan rocas carbonáticas mesozoicas o paleozoicas generando
skarns conteniendo este mineral semiprecioso. Desde tiempos históricos se conocen los yacimientos de
lapislázuli de Afganistán y Siberia. Recientemente en Ovalle (norte de Chile), se han encontrado depósitos
similares, a 4.000 m de altura s.n.m.
(E) Depósitos hidrotermales de Au: las mineralizaciones auríferas se asocian frecuentemente con las
rocas de arcos magmáticos como depósitos primarios o como placeres aluviales. Existen varios tipos de
depósitos auríferos de edad Cenozoico en los arcos circumpacíficos, ello probablemente refleja la tendencia
del oro a ocurrir en arcos intraoceánicos en vez de los márgenes activos:
• Telururos de Au-Ag y sulfuros auríferos: ricos depósitos epitermales generados en calderas de
traquiandesita formadas en las etapas más maduras de los arcos.
• Venas de cuarzo aurífero: fluidos liberados durante el metamorfismo de rocas andesíticas causaron
la lixiviación del Au y su posterior depositación.
• Pórfidos de Au (subeconómicos) y venas auríferas relacionadas con plutones dioríticos (isla de
Aruba).
(F) Magmas minerales de óxidos de Fe-apatito: magmas extrusivos o intrusivos producidos por la
segregación de líquidos inmiscibles han sido propuestos para explicar el origen de estos depósitos. Algunos
autores niegan esta génesis y abogan por procesos normales sedimentario-exhalativos.
11

2) Depósitos formados en cuencas ante-arco (TABLA 16-3)

(A) Placeres auríferos: ricos placeres auríferos contenidos en sedimentos fluviales son posibles en este
ambiente. El oro proviene de depósitos de grano grueso (conglomerados polimícticos) situados en el arco
magmático adyacente y se puede hallar en paleocauces, barras de meandro y terrazas aluviales levantadas.
Los famosos placeres del Gran Valle de California, de edad Cuaternario, representan este tipo de ambiente y
acumularon tal cantidad de oro que dieron origen a la legendaria "fiebre del oro" de California, a mediados
del siglo pasado. Actualmente dicha región es una de las que proveen mayor cantidad de hortalizas, nueces
y frutas, a nivel mundial.
(B) Capas de carbón: en ambientes deltaicos se preservaron gruesas capas de materia vegetal, que por
soterramiento dieron origen a carbones sub-bituminosos, a medida que se producía la maduración térmica
de la materia orgánica.

3) Depósitos formados cinturones magmáticos retro-arco (TABLA 16-4)


(A) Depósitos de Sn-W en granitos anatécticos: mineralizaciones de Sn-W en forma de greisen y vetas
hipotermales ocurren en los márgenes de plutones de monzonitas cuarcíferas biotíticas y granitos de dos
micas (peralumínicos). Son frecuentes las pegmatitas complejas mineralizadas con Sn y es obvio el gran
enriquecimiento en F, B y P de los magmas primarios, los cuales provienen del reciclaje anatéctico de rocas
sedimentarias prexistentes. Algunos autores opinan que la fuente del Sn se hallaba en ricos placeres
soterrados, incluidos en la secuencia metasedimentaria que posteriormente sufrió anatexis (Fig 16-6).
(B) Vetas hidrotermales de Cu-Au-Ag: adyacentes a los plutones anatécticos se hallan ricas venas
auríferas, cuyo patrón de alteración hidrotermal recuerda al de los pórfidos de Cu, excepto que han sido
emplazadas en cinturones magmáticos retro-arco compresivos.

4) Depósitos formados en cuencas retro-arco compresivas (TABLA 16-4)


(A) Areniscas uraníferas (tipo Meseta del Colorado): estos depósitos fueron ya descritos en el Tema
11. Constituyen las principales fuentes de U y Ra del mundo. La mineralización consiste de carnotita y otros
minerales secundarios de U-V. Los depósitos más ricos se localizan donde las areniscas de barra de punta
gradan lateralmente a depósitos paludales o de llanura de inundación, ricos en materia orgánica. Son
depósitos epigénicos relacionados con la circulación de aguas meteóricas que contenían el uranio en forma
de complejos carbonatados de uranilo solubles, que fueron precipitados por reducción en la interfase
arenisca oxidante/lodolitas reductoras, en contacto con pirita FeS 2 de origen orgánico e inorgánico. Las
fuentes de U pudieron ser horizontes de tobas riolíticas interestratificadas con sedimentos fluviales
continentales; pero también pudo provenir de la lixiviación de granitos precámbricos adyacentes levantados
por la orogénesis (Figs. 16-6 y 16-7).
(B) Placeres de Au y Sn: las "molasas" o cuñas clásticas depositadas a lo largo de los flancos de las
grandes cordilleras pueden ser levantadas y erosionadas. Durante el retrabajo de estos sedimentos se
producen ricas concentraciones de Au o casiterita en los cauces fluviales. Algunos de estos placeres pueden
ser luego sumergidos por el mar, como ocurrió en la península Malaya. Los placeres de Au situados en
cuencas retro-arco o pericratónicas que bordean por el este a las Montañas Rocosas (desde Yukón hasta la
Columbia Británica) y a los Andes, (desde Colombia hasta Bolivia) se encuentran entre los más ricos del
mundo y eran conocidos desde tiempos pre-hispánicos por las culturas amerindias, sobre todo por los
Aztecas, Mayas, Chibchas e Incas (ver Fig.14-2). Los placeres de casiterita de Malasia, algunos sumergidos,
aportan casi la mitad del Sn producido actualmente en el mundo (Fig 16-7).

(C) Evaporitas con sales de K: cuando las cuencas retro-arco sufren una marcada subsidencia se
pueden poner en contacto con las cuencas oceánicas y el ambiente sedimentario, típicamente continental,
pasa transicionalmente y episódicamente a marino costero-transicional. En estas condiciones y en climas
áridos, es posible la depositación de espesas secuencias evaporíticas, algunas de las cuales pueden
contener importantes estratos de silvina-carnalita, o sales de Li, todas ellas de alto valor económico. Los
salares de Chile y Bolivia contienen las más grandes reservas de este metal tan solicitado por la industria
electrónica (baterías recargables de ión-litio).

(D) Capas de carbón: debido a la gran variabilidad de los ambientes de sedimentación que puede ocurrir
en estas cuencas, es posible la depositación de secuencias fluvio-deltaicas, en las cuales puede preservarse
materia orgánica vegetal, formando luego gruesas capas carboníferas.
12

Fig. 16-7. Depósitos asociados a un margen continental activo exhumado en el oeste de Norteamérica. El arco
magmático y la orogénesis tienen edad Cretácico tardío, por lo tanto, las rocas C-A afloran como una imponente
cadena de grandes batolitos graníticos, algunos de origen anatéctico. Los batolitos contienen numerosos
pórfidos de Cu-Mo. incluyendo los famosos y gigantescos yacimientos de Bingham Canyon (Utah) y Butte
(Montana), en el sur de California existen pegmatitas complejas con Li, Be y turmalina gema. Las ofiolitas
obducidas en extensos complejos ofiolíticos contienen cromititas podiformes, la secuencia del Gran Valle, de
Califronia, otrora una cuenca ante-arco, contuvo y contiene ricos placeres auríferos y las secuencias
continentales de la extensa cuenca ante-país contienen los importantes depósitos de U-V tipo “Meseta del
Colorado”. Finalmente, los corrimientos ante-país han levantado bloques precámbricos de edades proterozoica
y arqueanas que contienen depósitos tan variados como granitos con pegmatitas con Li-Be (Black Hills, Dakota
del Sur; Domo de San Pedro, Colorado; Nuevo México), carbonatitas con T.R. y Th (Mountain Pass, California) y
hasta un lopolito estratiforme con capas de Cr-Pt-Pd (Complejo Stillwater, en Montana). Numerosas vetas
hidrotermales polimetálicas (Pb, Zn, Cu, Ag, Au), bonanzas epitermales de Au-Ag-Te y depósitos de skarn se
asocian tambien a los batolitos mesozoicos y a las rocas volcánicas félsicas consanguíneas. Esta es una
provincia metalogénica de gran importancia en el ámbito mundial. Modificado de MITCHELL Y GARSON (1983).
13

16.4 DEPOSITOS FORMADOS EN ZONAS DE COLISIÓN (TABLA 16-5)


La subducción, y la actividad ígnea asociada a ella, cesan cuando en la parte distal de la placa oceánica
subducida se halla corteza de gran espesor, de arco insular o continental. Es sabido que las colisiones más
significativas, en términos de orogénesis y de mineralización, son aquellas que involucran a un margen
pasivo en la placa subducida. Este margen puede entrar en colisión con un margen activo, o más
comúnmente, con un arco insular, seguido de una inversión en la polaridad de subducción (Fig. 16-8).
Aunque la corteza continental no puede ser subducida demasiado profundamente dentro del manto,
debido a su baja densidad y gran espesor, durante la colisión el continente pasivo puede ser parcialmente
sobrecorrido por el margen activo o, más importante aún, puede sobrecorrerse a sí mismo, con desarrollo de
napas de corrimiento imbricadas que representan acortamientos corticales de centenares de km (como en
los Alpes y el Himalaya). Generalmente la deformación sin-colisional e inmediatamente post-colisional ocurre
principalmente en la placa sobrecorrida (margen pasivo, ante-país o foreland), habiendo corrimientos menos
intensos en la placa activa. Durante el sobrecorrimiento de la placa pasiva ocurre la yuxtaposición tectónica
de secuencias plataformales y de talud del margen pasivo con secuencias ofiolíticas de piso oceánico. El
engrosamiento cortical alcanza valores extremos (60-75 km), pudiéndose generar magmas anatécticos
(leucogranitos de tipo "S"), similares a los que generan en los cinturones magmáticos retro-arco (Fig.16-
1:H,I,J). En estas condiciones, el propio basamento precámbrico de la placa continental puede ser expuesto
por el levantamiento, como ocurre en muchas cordilleras alpinas (Macizo del Monte Blanco-Monte Rosa en
Italia-Suiza, Grand Tetons en Wyoming, augengneis de Peña de Mora y Anortositas del Complejo de
Yumare en la cordillera del Caribe, Venezuela). En este complejo marco tectónico colisional pueden
reconocerse siete sub-ambientes: cuencas remanentes y residuales pre-colisionales, zonas de sutura sin-
colisionales, el arco magmático inactivo y exhumado del margen activo, cinturones de napas sin- a post-
colisionales, cuencas de ante-país (foreland basins), cuencas de entro-país (hinterland basins) y cuencas
intramontanas (rifts pasivos).

1) Depósitos formados en cuencas remanentes y residuales


Las cuencas remanentes son cuencas en proceso de cierre o subducción limitadas por un lado por una
zona de subducción y por el otro por un foreland continental o un arco insular inactivo, en la placa que
subduce. No son muy significativas en lo que respecta a la mineralización, pero el comprender su relación
genética con los procesos de colisión continental ayuda a explicar los otros procesos que tienen lugar en
este marco tectónico.
Los márgenes pasivos tienen un perfil irregular, debido a que se forman en complejas uniones triples de
rifts continentales. Al cerrarse una cuenca debido a la subducción de corteza oceánica, las partes más
prominentes de los bloques continentales son las primeras que entran en colisión. A medida que la colisión
procede, los lugares de colisión incipiente migran, mientras que los entrantes en los márgenes continentales
son progresivamente cerrados. Esto da lugar a una colisión diacrónica a lo largo de la cuenca oceánica
original. Los "restos" de la cuenca, situados en los entrantes y las cuencas en forma de "V" adyacentes a las
zonas de colisión migratorias se denominan cuencas remanentes. Muchas cuencas remanentes son
cerradas mientras que la colisión procede. El proceso involucra un reciclaje tectónico de la cuenca, primero
las secuencias de la cuenca son yuxtapuestas por encima de la zona de subducción, formando arcos
externos y luego son progresivamente deformadas durante la colisión. Mucho del material de las cuencas
remanentes puede ser empujado lateralmente hacia otras cuencas remanentes por fallamiento
transcurrente. Esto forma extensos y elevados cinturones orogénicos, caso típico el Cáucaso, entre la placa
iraní y la asiática. En estos orógenos colisionales, otrora márgenes activos, el arco volcánico continental es
profundamente erosionado dejando expuestos grandes pórfidos de Cu-Mo-Au-U, como el de Sherman-Shah,
en Irán.
Las cuencas residuales son cuencas remanentes donde la subducción cesó antes de comenzar la
colisión. En ellas se preservan secuencias marinas depositadas sobre corteza oceánica, pero rodeadas por
corteza de espesor continental. Sólo algunas de estas cuencas residuales han sido reconocidas, de ellas la
depresión del mar Caspio es la más importante, la cual tiene un inmenso potencial petrolífero y gasífero.
Los depósitos que se hallan en cuencas remanentes incluyen capas de carbón, en ambientes deltaicos y
horizontes de fosforitas, en secuencias carbonáticas plataformales, además de los mencionados yacimientos
de hidrocarburos.
14

Fig. 16-8. Esquema de una colisión continental tipo alpino-himalayano, que genera una megasutura continental.
Inicialmente existió una zona de subducción por debajo del margen activo “A”, que generó una cuenca ante-
arco y un complejo de subducción o arco externo, y alimentaba a un arco volcánico-plutónico calco-alcalino,
con un complejo basal metamórfico de baja P/T, detrás del cual existía una cuenca reto-arco, posiblemente
molásica. En el lado opuesto de la placa que se subducía (a miles de km de distancia) hubo un margen
continental pasivo con un grueso prisma sedimentario miogeoclinal, con una secuencia progradante de
plataforma-talud-levantamiento continental. Eventualmente el margen pasivo se aproximó a la zona de
subducción entrando en colisión ambas masas continentales. La colisión desactivó el arco volcánico en “A”,
levantándolo y exponiendo sus raíces plutónico-metamórficas, mientras que en el otrora margen pasivo se dio
lugar a una intensa deformación compresional que produjo un cinturón de napas de corrimiento ante-país (FTB:
foreland thrust fold belt) donde se involucran la melánge de subducción, rocas ofiolíticas, sedimentos del
margen pasivo, a menudo metamorfizados a intermedia P/T y hasta bloques del basamento Pre-C del margen
pasivo “B”. Luego de la colisión la raíz isostática del cinturón, engrosada hasta más 65 km de espesor por la
yuxtaposición de napas de corrimiento, sufre anatexis, con formación de magmas graníticos peralumínicos que
generan leucogranitos turmaliníferos ricos en Sn-W-F-B. Las rocas expuestas del arco magmático generalmente
contienen copiosas mineralizaciones de sulfuros y otras menas, en forma de pórfidos de Cu-Mo, vetas
hidrotermales polimetálicas, skarns, depósitos vulcanogénicos y xenotermales. El cinturón metamórfico de baja
P/T puede ser expuesto, allí es posible la exposición de mármoles de alto grado con rubí-zafiro-espinela noble o
de rocas metapelíticas con andalucita-sillimanita-corindón. Las rocas ofiolíticas obducidas pueden contener su
mineralización característica de Mn en sedimentos pelágicos, Cu-Fe vulcanogénico, Cr podiforme, Ni-Co
hipotermales y Pt magmático diseminado. La mèlange de alta P/T pudiera exponer rocas de facies esquistos
azules con jadeita-nefrita, secuencias flysch con vetas de cuarzo-Au o de sulfuros de Hg-Sb epitermales. Sobre
el margen pasivo se desarrolla una cuenca molásica con sedimentación continental a marina somera (cuenca
ante-país o foreland basin) en la cual pueden acumularse depósitos de U-V en areniscas, placeres de Au o Sn, y
sobre todo, capas de carbón y yacimientos de hidrocarburos. Los bloques de basamento precámbrico
levantados por la colisión pudieran exponer rocas con mineralizaciones típicas de la era precámbrica, como
anortositas titaníferas, cinturones verdes con formación bandeada de Fe, vetas auríferas o komatitas con
sulfuros masivos de Ni-Cu-Pt, además de granitos con pegmatitas complejas, gabros estratiformes y hasta
carbonatitas. En las rocas aflorantes del margen pasivo, del arco extinto, del escudo precámbrico o de las
ofiolitas, si el clima es apropiado, pueden generarse, respectivamente, lateritas de Al, Ni, Al-Fe-Mn, Nb-T.R., o
depósitos de enriquecimiento supergénico de Cu, Ag, Co-Ni, U-V, etc. En fin, las cuencas expuestas pueden
contener valiosos depósitos de sulfuros sedimentario-exhalativos, teletermales, evaporitas o fosforitas. Al
continuar los movimientos compresivos las napas serán levantadas y erosionadas cada vez más, pudiendo
llegar a desaparecer, entrando los dos basamentos continentales “A” y “B” en contacto directo sin presencia de
rocas supracorticales diagnósticas de la colisión: sutura críptica. Es sin duda el marco tectónico más complejo
que pueda existir. Basado en varios diagramas y secciones de Mitchell y Garson (1983), Windley (1988), y Wyllie
(1985).
15

2) Depósitos formados en zonas de sutura y ofiolitas obducidas


-Zonas de sutura: en los cinturones colisionales se hallan presentes cinturones complejos compuestos por
olistostromos, melanges, pelagitas, rocas ofiolíticas con serpentinitas y esquistos azules (con glaucofano +
lawsonita). Éstos han sido sobrecorridos por encima del margen pasivo y se yuxtaponen a las rocas del arco
magmático del margen activo, por lo que generalmente se interpretan como el límite entre dos placas que
colisionaron (Fig. 16-1G). A veces la sutura sólo representa el borde continental de un arco externo; otras
veces el levantamiento es tan intenso que las rocas ofiolíticas y metamórficas de alta P/T son totalmente
erosionadas (suturas crípticas). En la mayoría de los casos bien estudiados del mundo (montañas Rocosas,
Himalaya, Alpes), se encuentra que las suturas no son "limpias", es decir, no se produce nunca un choque
directo de dos bloques continentales, sino que uno o más arcos volcánicos existentes en la placa oceánica
subducida intermediaria son acrecionados tectónicamente al margen activo, para finalizar luego en la
verdadera colisión continental o sutura terminal. Estos arcos intermediarios están muy deformados,
generalmente volcados casi 90°, debido a esto el levantamiento elimina gran parte de las secuencias
volcánicas, dejando al descubierto un complejo ígneo-metamórfico donde muchas veces no es fácil
identificar la presencia de un arco insular previo.
-Ofiolitas obducidas: lo más significativo de las zonas de sutura es que, comúnmente, éstas son los lugares
de emplazamiento tectónico de grandes complejos ofiolíticos, copiosamente mineralizados con depósitos
típicos de la suite ofiolítica (ver Fig. 16-2). Las grandes ofiolitas no pueden ser emplazadas por procesos
normales de subducción, se requiere un proceso contrario denominado obducción. Los depósitos asociados
a las zonas de sutura incluyen los yacimientos o placeres de jade (jadeita y nefrita), minerales semipreciosos
que requieren condiciones de elevada P para su formación y que se hallan en complejos de subducción
obducidos, asociados a esquistos azules y vetas de cinabrio (Hg) en grauvacas.

3) Depósitos formados en el margen pasivo o cuenca ante-país (foreland basin)


En la mayoría de los cinturones colisionales el rasgo topográfico más prominente lo constituye el cinturón
de rocas sedimentarias o metasedimentarias deformadas y sobrecorridas, situado entre la zona de sutura y
la cuenca ante-país o foreland basin. Estos corrimientos ocupan una franja de más de 200 km de ancho,
aunque la zona de mayor deformación abarca unos 50 km tierra adentro de la zona de sutura. Muchos de
estos corrimientos pueden estar predeterminados y controlados por antiguas fallas normales presentes en
los graben de la etapa de valle rift del margen pasivo. En los cinturones colisionales cenozoicos es evidente
que los corrimientos comenzaron cerca de la zona de sutura y que fueron migrando progresivamente hacia
el foreland. En los Alpes, las evaporitas presentes en la antigua plataforma continental (yeso-anhidrita)
favorecieron la formación de los corrimientos, en los Himalayas éstos fueron iniciados por el efecto lubricante
de niveles de esquistos grafíticos. El espesor de la corteza alcanza su máximo en estos cinturones, 55 km
debajo de los Alpes Lepontinos y 85 km debajo del Alto Himalaya.
Las napas consisten de rocas plataformales o de talud continental. Intensos movimientos tectónicos
pueden exponer además rocas metamórficas e ígneas previas y hasta al basamento precámbrico,
exhumando depósitos formados en otros ambientes y en tiempos pasados, como Ti-anortositas, gabros
estratiformes, carbonatitas con Nb, T.R., y granulitas con Fe-cuarcitas. Las napas plataformales incluyen
depósitos teletermales de Pb-Zn-Ba-F (tipo valle de Mississippi) y fosforitas, formados en el margen pasivo;
en adición se hallan también depósitos en las ofiolitas, sucesiones de semi-graben que subyacen a los
sedimentos plataformales formadas durante las etapas iniciales de la separación continental y antiguos
cinturones orogénicos erosionados. El único marco tectónico similar en complejidad a éste se puede hallar
en los cinturones de napas retro-arco, siendo frecuente, al igual que en esos cinturones, la generación de
magmas anatécticos tipo "S". Estos plutones post-colisionales son granitos leucocráticos con dos micas y
turmalina (B, F, P) y forman ricos depósitos de Sn-W de greisen, skarns e hipotermales (Figs. 16-8; 16-9, 16-
10). Una importante provincia estannífera existe en el oeste de Europa, desde Inglaterra, hasta Portugal.
Depósitos famosos, como Cornwall y Panasqueira, eran conocidos en tiempos prehistóricos y proveyeron el
estaño para fabricar el bronce. Incidentalmente, el depósito de Inglaterra tambien contenía el otro metal
necesario para elaborar dicha aleación, el Cu y recientemente se ha hallado pechblenda (UO 2).
4) Depósitos formados en las cuencas ante-país (foreland basins)
La yuxtaposición tectónica de napas de corrimiento por encima de la placa pasiva produce una flexión en
la litosfera que origina cuencas de ante-país o foreland basins (ver Tema 13). El ambiente es similar al de
las cuencas retro-arco o pericratónicas y muchos depósitos formados son similares. Las molasas
depositadas en ambientes continentales oxidantes pueden contener areniscas con U-V (Fig. 16-1,H),
evaporitas con sales de K y capas de carbón.
16

Fig. 16-9. Depósitos asociados a las zonas de colisión del continente asiático con microcontinentes indochinos
durante el Mesozoico y con la India, en el Eoceno tardío. Los granitos anatécticos formaron cinturones
estanníferos generadores de los más importantes depósitos mundiales de Sn como placeres de varios tipos, en
los cuales tambien se recuperan columbita y tantalita. Existen pórfidos de Cu en los plutones tonalítico-
monzoníticos de los arcos mesozoicos, placeres de Au en cuencas ante-arco y cromititas en los arcos externos
o complejos de subducción con ofiolitas obducidas. En las cuencas retro-arco de Indochina se depositaron
evaporitas y sedimentos fluviales con depósitos de U-V tipo Colorado (Meseta Khorat), en ciertas partes rocas
de alto grado de la raíz del antiguo margen activo han sido expuestas y se han generado placeres de rubí-zafiro
y espinela noble producto de la denudación de mármoles de alto grado y skarns con esas gemas (Hunza y
Mogok). Las secuencias plataformales de ante-país (foreland basin) en la India han dejado al descubierto
importantes depósitos de fosforitas formadas en un antiguo margen pasivo proterozoico del Escudo Índico.
Finalmente, en cuencas graben intramontanas en Pakistán han sido intrusionadas carbonatitas con apatito, Nb y
T.R, en rifts pasivos post-colisionales. Pequeños plutones graníticos post-colisionales con Sn existen en los
altos Himalayas, pero su explotación es muy dificultosa debido a la altitud y accesibilidad. Las rocas de alta
presión de los prismas de acreción obducidos contienen vetas de jadeita y nefrita. Ciudades C: Calcutta; L:
Lhasa; M: Mandalay; R: Rangún; B: Bangkok; K: Kuala Lumpur; S: Singapur; Sg: Saigon. Modificado de
MITCHELL Y GARSON (1988).
17

5) Depósitos formados en cuencas intramontanas y graben post-colisionales


Es posible que luego del clímax de la colisión continental la zona de sutura permanezca en un régimen
compresional. Al mismo tiempo esfuerzos extensionales que se desarrollan perpendicularmente a la zona de
sutura, originan graben y cuencas intramontanas (similares a mini-valles rift). Los depósitos que pueden
generarse aquí incluyen areniscas con U-V, rocas volcánicas alcalinas con U y F, y hasta carbonatitas con
T.R. y apatito, como las que se hallan en Pakistán (Figs. 16-1,I y 16-8,A).
.
16.5 DEPÓSITOS FORMADOS EN RIFTS, PUNTOS CALIENTES Y AULACÓGENOS
Los depósitos que se describen a continuación se forman generalmente en ambientes intracontinentales
no relacionados a la orogénesis (no-orogénicos). Los puntos calientes (hot spots) pueden relacionarse con
procesos termales que ocurren en la astenósfera; los rifts continentales representan las etapas iniciales de la
separación continental y límites incipientes de placas y son creados por la acción de los puntos calientes.

1) Depósitos formados en puntos calientes (TABLA 16-6 ; Fig 16-1,A,B)

(A) Granitos anorogénicos con Sn-U: granitos peralcalinos (con riebeckita), contienen importantes
concentraciones de elementos incompatibles. La mineralización se asocia a estructuras anulares y greisen,
conteniendo menas de Sn-Nb-Th-T.R. diseminadas y venas greisenizadas con Sn-Zn-Cu-Pb-Fe. Son
frecuentes las vetas de topacio-cuarzo, topacio-casiterita y de wolframita-columbita/tantalita. Es notable el
complejo de granitos alcalinos como stocks y diques anulares ubicado en las mesetas de Jos (Nigeria) y Air
(Níger) (Fig 16-9).

(B) Carbonatitas y rocas ultramáficas relacionadas: las carbonatitas son rocas ígneas volcánicas o
plutónicas formadas por más de 50% de carbonatos de origen ígneo (primarios). La intrusión de la
carbonatita origina una amplia aureola de fenitización y alteración metasomática, donde son notables las
transformaciones del basamento granítico-gneísico a fenitas (rocas con Na-anfíbol y Na-cpx) y de las rocas
ultramáficas (jacupirangitas, peridotitas y dunitas) a rocas de flogopita, llamadas glimmeritas. Las
carbonatitas han sido reconocidas como fuente de T.R., apatito, magnetita, vermiculita (alteración de
flogopita), circón, baddeleyita (ZrO2), pirocloro (óxido de Nb y T.R.), fluorita, barita, estroncianita (SrCO 3), V,
Ti, U y, excepcionalmente, de Pt, Cu y Pb (raro caso de la carbonatita de Palabora, Sudáfrica) (Fig. 16-10).

(C) Basaltos alcalinos y basanitas con gemas preciosas: en la región de Kampuchea (Laos-Tailandia)
existen placeres de rubí, zafiro, circón gema y espinela noble, derivados de extensos flujos basaníticos de
inundación originados en el manto superior profundo. Las gemas representan xenocristales de alta presión
formados en el manto superior y transportados rápidamente a la superficie por las lavas alcalinas.

2) Depósitos formados en rifts continentales y aulacógenos (TABLA 16-6)

Los valles rift continentales son graben muy amplios y largos caracterizados por una intensa actividad
volcánica y una acumulación de secuencias clásticas de origen continental. Los estudios más recientes
indican la existencia de dos tipos de valles rift: a) activos, que generalmente se desarrollan como uniones
triples de tres o más rifts, que radian desde un levantamiento dómico cortical producido por la epirogénesis
debida a un punto caliente o astenolito sub-cortical. Los rifts activos tienen una gran probabilidad para dar
lugar a nuevas cuencas oceánicas y representan la primera etapa del fracturamiento de una masa
continental; y b) pasivos, son los rifts post-colisionales que se desarrollan luego de una colisión continental y
perpendicularmente al cinturón de sutura. Generalmente permanecen como cuencas intramontanas, siendo
difícil que den lugar una nueva corteza oceánica o a un centro de expansión.
Las uniones triples rift/rift/rift pueden dar lugar a tres dorsales, pero comúnmente uno de los tres brazos
es abortado y queda como una muesca que se adentra desde el margen pasivo hacia en interior del bloque
continental. Estos rifts abortados o aulacógenos acumulan enormes espesores de sedimentos mientras que
forman parte del margen pasivo (en efecto, en ellos se suman las secuencias del valle rift y golfo
protoceánico más las del margen pasivo, que generalmente son inmensos prismas deltaicos). Si,
eventualmente, el océano abierto comienza a cerrarse, debido a un cambio en los movimientos de las
placas, se producirá una colisión continental y los aulacógenos quedarán como cuencas o graben
intracratónicos ortogonales al cinturón de sutura, pero de edad más antigua que la colisión continental.
18

Los valles rift y, en especial, los aulacógenos han sido objeto de detallados estudios debido al interés
económico que revisten como posibles sitios de formación de yacimientos de hidrocarburos y de evaporitas
continentales (boratos, en particular). Pero, a parte de esto, en estos graben ocurren intrusiones y
extrusiones con un enorme potencial metalífero. Las carbonatitas, las kimberlitas, los granitos alcalinos y los
complejos gabroides estratiformes son importantes fuentes de metales raros, preciosos y radiactivos. No
está claro si existen diferencias en las mineralizaciones de ambos tipos de rifts, por ende, se describirán los
depósitos asociados a ellos, independientemente de su origen del rift (activo, pasivo o aulacógeno).

Fig. 16-9. Depósitos asociados a puntos calientes intracontinentales y sus trazas. (A) Macizos graníticos
alcalinos de Nigeria-Níger, con mineralización de Sn, Nb, Y-T.R. y crocidolita. (B): Intrusiones no-orogénicas de
edad precámbrica en el SE de Africa. Se muestran los complejos gabroides estratiformes de Bushweld y el Gran
Dique de Zimbabwe y carbonatitas de edad Proterozoico (Palabora). La alineación de estos centros magmáticos
sugiere una traza de punto caliente o un antiguo rifting Proterozoico. Las líneas punteadas muestran la
ubicación de cinturones móviles intercratónicos. Modificado de MITCHELL Y GARSON (1988).

2.1 Depósitos asociados a rocas ígneas (Fig 16-1,B)


(A) Carbonatitas: cuerpos intrusivos caracterizados por una intensa actividad metasomática que origina
depósitos de los tipos más variados: Nb y T.R.-Th, Ba-F-Sr, apatito, vermiculita, Cu-Zn, Pt, U y Zr. La zona
de valles rift africanos es la que contiene casi 2/3 de las carbonatitas conocidas en el planeta, con muy
diversas asociaciones metalogénicas. Las carbonatitas del SW de Africa y del Brasil fueron emplazadas en
rifts que precedieron la disgregación de Gondwana, parte final de la disgregación de Pangea o en las
prolongaciones hacia continentales de fallas transformantes y zonas de fractura de la dorsal Atlántica.
(B) Complejos alcalinos subsaturados: complejos anulares con rocas ricas en nefelina y cantidades
variables de minerales máficos. El apatito suele formar segregaciones estratiformes en rocas alcalino-máficas,
y como los descritos en el oeste de África, mineralizaciones con Sn, Nb, T.R., topacio y crocidolita.
(C) Kimberlitas diamantíferas: las kimberlitas son peridotitas porfídicas brechoides generadas por la
extrusión de raros magmas ultramáficos ricos en volátiles (CO2 y H2O) generados en el manto superior, a
más de 130 km de profundidad. Algunas kimberlitas ascienden desde niveles por encima de la transición de
fase diamante/grafito y no contienen diamantes, pero sí granate piropo. Sólo aquellas que provienen de
profundidades mayores de 150 km arrastran consigo los diamantes del manto superior hasta la superficie. La
zona con mayor cantidad de diatremas de kimberlita comprende a Sudáfrica, Namibia, Congo y Angola.
Muchas de éstas son de edad Mesozoico y presumiblemente fueron emplazadas previo a la separación de
Gondwana. Los diamantes del sur de Venezuela provienen de kimberlitas neoproterozoicas profundamente
erosionadas (zona de Guaniamo, estado Bolívar).
19

(D) Complejos gabroides estratiformes con Cr-Ni-Pt-Cu: enormes volúmenes de basalto tholeiítico
son intrusionados a gran profundidad debajo de los graben de los valles rift. Allí, en gigantescas cámaras
magmáticas, se produce un fraccionamiento gravitatorio que da origen a numerosos y ricos depósitos de tipo
magmático: Pt y Au diseminados, cumulados de cromitita (Cr), horizontes debidos a líquidos inmiscibles de
sulfuros de Ni-Cu-Fe, segregaciones de Ti-magnetita y V-magnetita en anortositas y "arrecifes" de sulfuros
con cantidades económicamente explotables de Pt y Au. Nuevamente Sudáfrica ostenta la primicia mundial
en este tipo de depósitos, con el espectacular Complejo Bushweld y otros plutones lopolíticos adyacentes en
Zimbabwe (Gran Dique). Sin embargo, otros plutones similares en el mundo contienen depósitos similares,
por ejemplo Muskox y Sudbury, en Canadá; Duluth y Stillwater, en Estados Unidos, Campo Formoso, en
Bahía, Brasil; y otros en Rusia (Noril’sk, Siberia), la India, Australia y la zona del mar Rojo (Arabia, Egipto y
Yemen) (Fig. 16-xx).

2.2 Depósitos estratiformes en secuencias sedimentarias

(A) Depósitos estratolimitados de Cu: son mineralizaciones de Cu confinadas a secuencias clásticas


continentales o marinas muy someras, que incluyen las conocidas "capas rojas". La mena está restringida a
horizontes de lutitas carbonosas o sedimentos arenosos. En general los depósitos están controlados por la
facies sedimentaria y las condiciones Eh/pH de las soluciones hidrotermales que migraron durante la
diagénesis, posiblemente favorecidas por el alto gradiente geotérmico en la zona de rift. Son depósitos de
tipo sedimentario-exhalativo, de gran extensión regional y gran valor económico (el Cinturón Cuprífero de
Zambia-Zaire provee 1/5 de la producción mundial de Cu y 2/3 de la de cobalto). El cierre de la zona de rift,
con o sin subducción, dependiendo de la magnitud de la extensión cortical permite exhumar estos depósitos
a niveles donde pueden ser aprovechables. A menudo pueden mostrar metamorfismo de baja P/T, en facies
anfibolita.

(B) Depósitos de Ag-Pb-Zn (tipo Sullivan): depósitos contenidos en secuencias muy espesas formadas
casi totalmente por clásticos terrígenos en secuencias flysch, generalmente metamorfizadas a bajo grado. La
mineralización es más o menos estratiforme y está limitada a lodolitas y limolitas, con escasos flujos y diques
basálticos asociados. Se cree que estos tipos de depósitos se formaron en rifts que no llegaron a formar
demasiada corteza oceánica o en aulacógenos.

(C) Depósitos estratolimitados de U en areniscas: el U en forma de uraninita intersticial, remplazando


a sulfuros, ocurre en areniscas y conglomerados no-marinos, en distintos horizontes estratigráficos, en las
espesas secuencias de los aulacógenos. El modelo postulado para la génesis de estos depósitos involucra
fluidos hidrotermales de origen metamórfico que fueron expulsados ya bien desde las partes más profundas
de la secuencia, o desde el basamento arqueano.

(D) Evaporitas: sedimentos químicos depositados en las etapas iniciales de la separación continental o
en rifts abortados. Se acumulan gruesos espesores de cloruros de Na, K, Li y K-Mg, sulfatos de Ca, etc.

(E) Depósitos de carbonatos de Na y K, fosfatos y magnesita (Reciente): las salmueras lacustrinas


de los lagos del Rift Oriental Africano (lagos Magadi, Kivu y Natrón) comprenden enormes reservas de
carbonato, fluoruro y cloruro de Na. También están presentes capas de trona (urao) interestratificadas con
arcillas y carnalita (K-Mg). En la costa sur del lago Natrón existen depósitos de fosfato sedimentario,
levemente radioactivo. No está claro si los álcalis y carbonatos provienen de la meteorización de lavas y
tobas alcalinas adyacentes o de magmas carbonatíticos y soluciones hidrotermales. Las enormes espirales
tipo "géiser" en el lago Natrón (alcanzan 1,5 km de diámetro) parecen ser las manifestaciones superficiales
de géisers alcalinos emitidos a través de grietas producidas por la extensión del piso del Rift Valley.

2.3 Depósitos de venas mineralizadas


Son comunes en los valles rift y aulacógenos las vetas mineralizadas producidas por la migración de
fluidos hidrotermales y vapores ricos en HF a través de las grietas y fracturas del piso de los rifts. Se
conocen las siguientes asociaciones metalogénicas: Pb-Zn, fluorita, pórfidos de Mo, Mo-Cu-Pb-Zn y Cu. La
presencia de grandes y profundos lagos en los graben centrales de los rifts promueve la infiltración de aguas
meteóricas y lacustrinas, que serán calentadas y puestas en movimiento por los elevados gradientes
geotérmicos existentes en la zona del rift.
20

Fig. 16-10. Detalle del sistema de valles rift del este de Africa mostrando la ubicación de las kimberlitas y de las carbonatitas.
Nótese que las carbonatitas ocurren en o cerca de los graben centrales de los rifts, mientras que las kimberlitas ocurren en los
horst inter-graben, a una distancia angular de 3º−5º de los graben centrales. La gran mayoría de las kimberlitas son estériles
(círculos blancos), sólo un pequeño porcentaje contiene diamantes (círculos negros) porque provienen de profundidades
mayores de 150 km, donde ese polimorfo del C es estable. Cerca del centro de la figura, en el extremo sur del Rift Oriental, se
halla en único volcán carbonatítico activo del mundo, el Oldoinyo Lengai, en Tanzania, justo en el punto de intersección de
tres rifts. En una o dos localidades de esta área se sospecha la existencia de kimberlitas extrusivas (Igwisi). El volcán
Oldoinyo Lengai (al sur del Lago Natrón) es el único volcán carbonatítico activo del mundo. Los extensos flujos bimodales de
basalto Th-riolita o basalto alcalino-fonolita son posteriores a la apertura de los rifts y los inundan. Grandes lagos alargados
ocupan las depresiones más profundas de los graben centrales, algunos de estos lagos tienen más de 1.000 m de
profundidad, como el Tanganyka y el Malawi. Otros lagos, como el Victoria se hallan en mesetas o horst inter-rifts y tienen
profundidades muy someras. El famoso lago Natrón contiene una gran cantidad de carbonatos de Na-Ca-Mg disueltos, que
precipitan en las riberas en las épocas de verano. La zona volcánica de Toro-Ankole y el volcán Nyirangongo en el rift
occidental contiene las litologías más exóticas que se hallan sobre el planeta, incluyendo raras lavas melilíticas con el muy
raro mineral kalsilita (KAlSiO4). Los yacimientos en esta área son de tipo carbonatítico (Nb-T.R., Th, U, F, P, Ba, Sr), diamantes,
y evaporitas con sales alcalinas y magnesita. Es notable la estructura ramificada en uniones triples de este sistema de rifts.
Cuando la expansión alcance proporciones oceánicas, uno de los brazos de las uniones triples será abortado, mientras que
los otros dos coalescerán formando segmentos de una misma dorsal, la cual tendrá la forma de la zona de rifts, estando sus
segmentos cortados, pero no desplazados, por fallas transformantes casi ortogonales a ellos. Tomado y modificado de
SASSANO Y CÁRCANO (1988).
21

16.6 DEPOSITOS FORMADOS EN MARGENES PASIVOS Y CUENCAS INTRACRATONICAS


Luego que un bloque continental ha sido separado en dos o más fragmentos debido a la formación de
dorsales y nueva corteza oceánica, quedan márgenes continentales divergentes, cada uno de los cuales se
asoma a un océano abierto. En estos márgenes pasivos no existe movimiento relativo entre el continente y
el piso oceánico, ni tampoco existe ninguna actividad magmática o sísmica, ya que ellos no constituyen
límites de placas, puesto que yacen en un marco intraplaca. Sin embargo, no debe olvidarse que su
desarrollo comenzó en zonas de divergencia intracontinentales y que los procesos de subsidencia y
sedimentación que ellos experimentaron estuvieron controlados por el desarrollo de centros de expansión.
La gran abundancia de yacimientos de hidrocarburos presente en estos márgenes y los exhaustivos
trabajos oceanográficos allí realizados, sobre todo en los de los oceános Atlántico e Indico, han permitido
recopilar un conocimiento bastante profundo de sus rasgos morfológicos submarinos, por medio de sondeos
batimétricos con sonar, y de su estructura geológica subterránea, a través de sondeos sísmicos. Los
ambientes sedimentarios incluyen llanuras costeras, plataformas someras y mares epicontinentales, que se
extienden a través de la plataforma hacia el talud y hasta los ambientes abisales, caracterizados por
abanicos y cañones submarinos. Generalmente estos ambientes y los sedimentos asociados a ellos se
extienden por miles de km a lo largo del margen continental, estando interrumpidos solo por grandes deltas
desarrollados en aulacógenos o por las extensiones continentales de las zonas de fractura oceánicas.
El proceso fundamental que ocurre en estos márgenes pasivos es la acumulación de espesas secuencias
sedimentarias como resultado de la subsidencia post-separación continental. La subsidencia inicial se debe
al enfriamiento de la corteza y litosfera continental a medida que se aleja de zona de rift, coadyuvada por el
adelgazamiento tectónico de la corteza superior, el flujo plástico en la corteza inferior y el enfriamiento de la
nueva corteza oceánica situada debajo del levantamiento continental. La subsidencia cuando el margen se
halla lejos de la dorsal es de tipo isostático y se debe a la carga que ejercen los sedimentos depositados en
el levantamiento continental y, en menor grado, en la plataforma continental. El comienzo del metamorfismo
de enterramiento en la base de la columna sedimentaria (que puede superar los 15 km de espesor) puede
aumentar la densidad de las rocas y causar una subsidencia adicional.
Durante esta subsidencia mantenida las secuencias sedimentarias de talud y levantamiento progradan
hacia el mar abierto, de modo que los sedimentos de plataforma que suprayacen a las cuencas semi-graben
de rifting inicial terminan por extenderse sobre las turbiditas depositadas previamente sobre el piso oceánico.
Así se forma una terraza continental progradante, la cual alcanza su máximo desarrollo frente a los grandes
deltas (ver Figs. 16-11 y 16-12C).
Las asociaciones comunes en los márgenes pasivos incluyen las sucesiones plataformales de areniscas
cuarzosas y calizas (facies miogeoclinal) y las secuencias de talud/levantamiento continental tipo flysch
(facies eugeoclinal). La exploración petrolera de márgenes pasivos modernos ha permitido reconocer
diversos tipos (Fig. 16-12): a) márgenes formados por secuencias clásticas; b) formados por plataformas
carbonáticas y arrecifales; c) caracterizados por la presencia de grandes deltas; y d) subyacidos por espesas
secuencias evaporíticas, a menudo con formación de diapiros salinos.
En el Pacífico occidental existen márgenes pasivos similares a los del Atlántico, formados por
subsidencia y sedimentación subsiguiente al proceso de expansión retro-arco (costa de Corea del Sur, en el
mar del Japón). A diferencia de los márgenes pasivos tipo Atlántico, cuyas secuencias se desarrollan sobre
antiguos rifts, con rocas basálticas y alcalinas, éstos se desarrollan sobre antiguos arcos volcánicos
desactivados, que han experimentado subsidencia termal y profunda erosión luego de la apertura de las
cuencas marginales y suprayacen rocas graníticas C-A y a complejos metamórficos de grado medio a alto,
que forman las raíces de los arcos volcánicos.
16.6.1 Depósitos formados en márgenes continentales pasivos (TABLA 16-7)
En este ambiente, carente de actividad ígnea, los depósitos son exclusivamente de tipo sedimentario. Los
márgenes modernos sólo contienen algunas cuencas evaporíticas y placeres de playa o de estuario de
minerales pesados, pero las secuencias plataformales antiguas (miogeoclinales), expuestas a la erosión por
colisiones continentales y que forman gran parte de muchos cinturones orogénicos, contienen gigantescos
depósitos estratolimitados y sedimentarios de metales y otros minerales útiles (TABLA 16-7). La mayoría de
estos depósitos son de edad Proterozoico Tardío y Fanerozoico (evaporitas, fosforitas y depósitos
teletermales de Pb-Zn, tipo Valle del Mississippi), pero las secuencias plataformales del Proterozoico
Temprano a Medio contienen enormes depósitos de Fe sedimentario (las llamadas formaciones bandeadas
de Hierro o BIF). En cuanto a su contenido en combustibles fósiles, muchas de las grandes cuencas
carboníferas se asocian a deltas formados en antiguos márgenes pasivos; empero las secuencias flysch de
los antiguos taludes continentales son prácticamente estériles, excepto por acumulaciones de hidrocarburos.
22

Fig. 16-11. Corte esquemático de un margen continental pasivo tipo “Atlántico” que se asoma a un océano
abierto con una dorsal centroceánica activa. La actividad sísmica y magmática ocurre a muchos miles de km del
continente, en cuyo margen sólo ocurren fenómenos de sedimentación y subsidencia isostática. El complejo
basamento continental conserva unidades formadas durante las etapas iniciales de rifting, como cuencas semi-
graben con clásticos continentales, flujos volcánicos bimodales e intrusiones máficas, que se hallan cubiertas
por la secuencia de golfo proto-oceánico integrada por lutitas negras, calizas y evaporitas, que a su vez está
cubierta por la secuencia de océano estrecho, caracterizada por una cuña clástica basal. En el borde del
continente se genera una plataforma continental progradante, que termina en un talud que grada hacia el
levantamiento continental, formado por cañones submarinos, turbiditas y slumps. En el borde del talud pueden
desarrollarse facies arrecifales o éste puede ser invadido por un delta progradante alimentado por un masivo
drenaje del continente. Los depósitos desarrollados en este marco son de tipo sedimentario, sedimentario-
exhalativo y teletermales, pudiendo tener enormes reservas. En la costa pueden acumularse placeres de playa
con metales pesados, o incluso diamantes.

(A) Evaporitas: los depósitos salinos en las secuencias miogeoclinales no sólo son importantes por sus
reservas de sales de Na y K, yeso y anhidrita, sino que los diapiros salinos o domos de sal que ellos forman
constituyen excelentes trampas para hidrocarburos (plataforma del golfo de México). Además, las soluciones
salinas calientes que éstos expelen durante su diagénesis profunda son esenciales para la formación de los
depósitos de Cu estratolimitados y de los depósitos teletermales de Pb-Zn-Ba-F en las plataformas
carbonáticas suprayacentes. Enormes espesores de evaporitas fueron depositados en cuencas restringidas
durante las primeras etapas de la separación de la Pangea y se hallan ahora como diapiros salinos debajo
de las secuencias plataformales de África y Sudamérica (la cuenca Pre-Sal del Brasil) (Fig.16-12).
(B) Fosforitas: son rocas sedimentarias que contienen más de 10% de fosfato de Ca (como dahlita o
hidroxi-apatito amorfo). Ellas aportan las 4/5 partes de la producción mundial de fosfatos, utilizados en la
industria de fertilizantes. Se conocen desde el Proterozoico Medio, pero son principalmente abundantes en
el Cámbrico y el Pérmico, y desde el Jurásico al Terciario Tardío. Consisten en material fosfático en forma
de precipitados bioquímicos o granos detríticos, como intraclastos, pellets, oolitas y material fósil esqueletal.
La mayoría de las fosforitas se asocian, a menudo, a secuencias de lutitas negras, ftanitas y dolomías. Las
reconstrucciones paleogeográficas muestran que muchas fosforitas antiguas se formaron en costas con una
zona superficial de aguas muy oxigenadas (Fig.16-13). La precipitación del fosfato puede resultar de su
acumulación por el fitoplacton, por precipitación directa en el fondo marino o, durante la diagénesis somera,
por precipitación intersticial y remplazo de granos carbonáticos (oolitas, en especial). La asociación de aguas
resurgentes con la circulación oceánica actual indica que la depositación de estos sedimentos es común en
las costas occidentales de los márgenes continentales con orientación norte-sur (oeste de U.S.A., Perú-
Chile, SW de Africa). En los márgenes con costas en sentido E-W la depositación de fosfatos será favorable
en las costas del hemisferio norte que se asomen hacia el sur (sur de la península Arábiga) y en las costas
de hemisferio sur que se asomen hacia el norte (NW de Australia).

(C) Lutitas negras metalíferas: estos sedimentos finos de ambiente reductor y sus equivalentes
metamorfizados (filitas carbonosas y esquistos grafíticos) comúnmente contienen cientos de ppm (partes por
millón) de ciertos metales, sobre todo: Ag, Ni, Cr, V, Mo, Cu, Pb, Zn y U. Con raras excepciones, como las
lutitas negras uraníferas de los Alpes Venecianos, estos depósitos no son económicamente explotables. Sin
embargo, estas lutitas en algunos países constituyen reservas potenciales, dependiendo en las mejoras en
las técnicas de extracción. Estos sedimentos se depositan en ambientes marinos pelágicos anóxicos,
generados por transgresiones marinas sobre plataformas continentales y llanuras costeras. En general estas
transgresiones depositan fosfatos en áreas marinas someras favorables y lutitas negras metalíferas en los
bajos topográficos, en vez de los sedimentos hidrogénicos ricos en Mn (nódulos de manganeso) formados
en ambientes oxidantes.
23

Fig. 16-12. Diferentes tipos de márgenes pasivos desarrollados de acuerdo a las condiciones iniciales del rifting
y el régimen climatológico de la zona de separación continental. Desde arriba hacia abajo: 1. Margen
caracterizado por secuencias clásticas plataformales y de talud, generado en climas templados. 2. Margen
dominado por crecimiento de arrecifes y plataformas carbonáticas, generado en zonas tropicales con escasez
de sedimentación clástica, en aguas claras y cálidas. 3. Margen dominado por un gran delta progradante,
generado en clima tropical con gran aporte de clásticos continentales. En este caso el basamento contiene una
meseta basáltica formada durante la etapa de valle rift inicial. 4. Margen controlado por diapirismo salino. Las
capas de sal son las evaporitas depositadas en la etapa de golfo proto-oceánico, en clima árido. A lo largo de un
mismo margen orientado N-S son posibles tramos de centenares a miles de km de largo caracterizados por uno
de los tipos aquí mostrados, u otras posibilidades menos comunes, no consideradas en esta figura. Además,
hay variaciones también en el tipo de basamento continental fracturado por el rifting inicial, por ejemplo, en (3)
ocurre una meseta basáltica, en (1) pueden ocurrir kimberlitas o carbonatitas, en (4) capas rojas y lutitas negras,
las cuales al madurar y compactarse expulsarán hidrocarburos que pueden ser entrampados por los diapiros
salinos, etc.
24

(D) Menas de Fe oolíticas: consisten de capas de oolitas formadas por chamosita (Fe-clorita) en una
matriz del mismo mineral o de siderita (FeCO 3). Como se explicó en el Tema 11, estos sedimentos se
depositan en ambientes marinos someros, por precipitación del Fe derivado de la erosión del continente
adyacente. Por ende, en los márgenes pasivos se pueden hallar las condiciones ideales para su formación.
(E) Formación bandeada de Fe: rocas corrientes en terrenos arqueanos y proterozoicos (cintornes de
rocas verdes) hoy completamente metamorfizadas. Puesto que no se conocen equivalentes modernos, se
sugieren como ambientes de formación lagos intracontinentales o lagunas costeras y barras con amplias
llanuras supratidales, o incluso exhalaciones hidrotermales submarinas.
(F) Placeres de playa: concentraciones económicas de minerales pesados pueden ocurrir en las costas
de los márgenes pasivos. Numerosos depósitos de circón, rutilo, ilmenita y monacita son conocidos y
explotados en las costas SW de Africa, sur de la India y del este del Brasil y Australia, sin contar las ricas
arenas diamantíferas de las costas de Namibia y Sudáfrica. Claramente es necesaria la presencia de rocas
madre adecuadas en el continente adyacente, un drenaje hacia el océano y la presencia de corrientes
litorales que concentren los minerales en depósitos de anteplaya.

Fig.16-13. Asociación observada en las costas actuales entre aguas resurgentes, frías y cargadas de nutrientes y
plancton, con horizontes de fosforitas, diatomeas y el misterioso fenómeno de las mareas rojas. Nótese una
importante zona de resurgencia situada al norte de Venezuela en la región de Carúpano, donde periódicamente
tambien se observan mareas rojas. Se observa claramente que la zona de resurgencia más importante del
mundo se halla en las costas de Chile y Perú. Otras explicaciones en el texto. Tomado de Mitchell y Garson
(1988).

(G) Depósitos teletermales de Pb-Zn en plataformas carbonáticas (tipo Valle del Mississippi):
descritos detalladamente en el Tema 14. Son gigantescos depósitos sedex de blenda, galena, barita y
fluorita asociados a rocas carbonáticas levemente plegadas y afectadas por disolución cárstica subaérea. Se
conocen grandes cuerpos de mena en U.S.A. (Valle del Mississippi, estados Missouri, Illinois y Kansas, de
edad Cámbrico y Carbonífero) y en la zona alpina del norte de Africa (montes Atlas, Marruecos; isla de
Cerdeña, Italia; y en Polonia, edad Triásico).
Lo que caracteriza a los márgenes pasivos actuales o antiguos es una marcada variación de facies a lo
largo de su rumbo. Puesto que estos márgenes, sobre todo aquellos orientados N-S, tienen miles de km de
longitud es casi seguro que abarquen varias zonas climáticas. La zona inicial del rifting era tan larga como el
margen generado por la separación y estuvo bajo regímenes climáticos distintos, que pueden variar de
zonas templadas, a desérticas y tropicales, en las cuales ocurren procesos sedimentarios enteramente
diferentes.
25

En climas templados las plataformas contienen clásticos finos a gruesos, en climas áridos es posible la
depositación de evaporitas, en climas tropicales pueden desarrollarse grandes deltas o en su ausencia,
extensas plataformas carbonáticas y arrecifes. La Fig. 16-12 muestra algunos de los diferentes tipos de
márgenes continentales pasivos que pueden generarse. Es importante recordar que todos estos tipos de
márgenes pueden estar presentes simultáneamente en diversos tramos de un mismo margen pasivo. Toda
esta complejidad aumenta notablemente cuando el continente pasivo se aproxima a una zona de subducción
y el margen pasivo se involucra en una colisión continental. Aquí podrá ser deformado, plegado y
sobrecorrido en el cinturón de corrimientos ante-país (foreland) y hasta sufrir metamorfismo regional,
fenómenos éstos que harán mucho más difícil su interpretación. Precisamente debido a la orogénesis y el
levantamiento de antiguos márgenes pasivos han quedado expuestos basamentos con secuencias iniciales
de rifting y golfo proto-oceánico (sobre todo en los Alpes) que han permitido formular los modelos propuestos
para el proceso de separación continental.

16.6.2 Depósitos formados en cuencas intracontinentales (TABLA 16-7)

Se describen en esta sección depósitos muy importantes formados en ambientes intracontinentales, pero
con marco tectónico incierto debido a su antigüedad o al registro fragmentario de las rocas donde están
contenidos, generalmente de edad Proterozoico. A menudo sus relaciones de campo y texturas iniciales
están oscurecidas o destruidas completamente debido al metamorfismo subsiguiente que, en algunos casos,
alcanzó la facies de anfibolita.
(A) Depósitos de vetas de U, tipo discordancia: son depósitos de uranio, como uraninita o pechblenda,
situados debajo de discordancias angulares entre sedimentos marinos de Proterozoico Temprano a Medio y
sedimentos no-marinos del Proterozoico Tardío. La mena se presenta en vetas carbonáticas unos cientos de
metros debajo de la discordancia y, localmente, en las areniscas fluviales suprayacentes. Además de uranio
se acumulan sulfuros con As y Se combinados con Fe, Cu, Pb, Co, Ni, Bi y Mo. También puede haber
notables concentraciones de Ag y Au. Son típicos de la cuenta de Athabaska, en Canadá.
(B) Conglomerados de cuarzo con Au y U (tipo Rand): los depósitos de U en conglomerados de
cuarzo, de edad Neoarqueano a Proterozoico (2.800-2.300 Ma), se conocen en Canadá (lago Elliot),
Sudáfrica (Witwatersrand), Brasil (Jacobina) y Australia occidental y comprenden la ¼ parte de las reservas
mundiales probadas de U. El uranio, asociado a pirita, ocurre por encima de una discordancia angular en la
base de una espesa secuencia de sedimentos clásticos marinos someros o continentales. Algunos de estos
depósitos fueron afectados por metamorfismo de alta temperatura, como el Rand de Sudáfrica, cuyos
conglomerados con U y Au alcanzan la facies de la anfibolita, a 600°C y sufrieron una removilización de
algunos elementos, que posiblemente ayudó a su concentración. El distrito minero del Witwatersrand, de
Sudáfrica es notable no sólo porque contiene grandes reservas de uranio, sino porque produce el 50% del
Au mundial, sus galerías alcanzan más de 3,5 km de profundidad y se proyecta llevarlas a 4,5 km.

16.7 DEPOSITOS FORMADOS EN FALLAS TRANSFORMANTES Y ZONAS DE FRACTURA


Las prolongaciones de las fallas transformantes relacionadas a formación incipiente de dorsales
oceánicas pueden extenderse hacia los márgenes pasivos y hacia el interior de los continentes, donde a
menudo forman lineaciones tectónicas importantes asociadas con provincias metalogénicas reconocidas.
Wilson y Williams (1979) reconocen tres tipos de cuencas sedimentarias adyacentes a los márgenes
pasivos, controladas por zonas de fractura oceánicas: cuencas de rift extensionales paralelas a los
márgenes pasivos y ortogonales a las zonas de fractura; aulacógenos, ortogonales a los márgenes pasivos y
paralelos a las zonas de fractura; y márgenes cizallados, paralelos a la vez a los márgenes continentales y a
las zonas de fractura, también conocidos como marginal offsets. Los depósitos asociados a las trazas y
prolongaciones continentales de las zonas de fractura son similares a los producidos en los valles rift, tanto
los de tipo continental, como los de tipo oceánico y se describen en la TABLA 16-8.
Algunos autores indican que las lineaciones observadas en ciertos distritos mineros, a nivel regional o
continental, se deben a zonas de fractura continentales que son continuaciones de zonas de fractura
oceánicas. Así los depósitos hidrotermales más importantes en U.S.A. se alinean a lo largo de un círculo
máximo con la zona de fractura de Mendocino, en el Pacífico norte; los granitos post-orogénicos, ricos en
Sn-Nb, de Nigeria, se alinean en una franja norte-sur que puede representar una antigua zona de debilidad o
de fractura del continente africano (Fig. 16-9A).
26

16.8 DEPÓSITOS MINERALES Y EL CICLO OROGÉNICO DE WILSON


El advenimiento de la tectónica global trajo como consecuencia una revolución en las ciencias
geológicas. Pronto todos los fenómenos geológicos y paleobiológicos fueron explicados por la nueva teoría,
en especial los ciclos orogénicos. El Ciclo de Wilson es el que mejor explica las complejidades de los
cinturones orogénicos y básicamente se inspira en datos conocidos a escala mundial, relacionados con la
ruptura de la Pangea durante el Mesozoico, que todavía continúa en el este de África y partes de Asia.
El Ciclo comienza con la ruptura de una masa continental (Pangea), por medio de rifts generados por la
acción de varias plumas del manto, seguida de la separación de las masas continentales formadas, debido a
la creación de nueva corteza oceánica. Las siguientes etapas abogan por un cambio global en los
movimientos de las placas, que produce un estado compresional donde la corteza oceánica antes generada
es destruida por subducción debajo de arcos insulares o márgenes activos. Eventualmente se producen
colisiones múltiples arco/arco, arco/continente o continente/continente y se alcanza una gran sutura terminal,
con la formación de varios cinturones orogénicos de diversos tipos. Al cesar los movimientos orogénicos y la
subducción el nuevo supercontinente formado es objeto de erosión y peneplanación. Sin embargo, una
observación muy importante se debe hacer aquí: el nuevo supercontinente no es exactamente igual al
original. La nueva Pangea creada contiene nuevo material acrecionado en forma de arcos volcánicos,
cinturones orogénicos colisionales y cuencas relacionadas. La cratonización y peneplanación del nuevo
continente lo dejará expuesto a la acción de plumas de manto nuevamente, iniciándose así un nuevo ciclo
de rift-expansión-subducción-colisión, generalmente unos centenares de Ma más tarde (Fig.16-14).
A continuación, se sumarizan las relaciones entre la metalogénesis y los marcos tectónicos tratando a los
depósitos como parte de sus rocas huéspedes y describiendo una secuencia de formación y emplazamiento
de depósitos de minerales útiles, a la luz del ciclo de Wilson. Para ello se toman en cuenta las diferencias
descritas entre los márgenes este y oeste de los continentes y se asume la formación de dos centros de
expansión y sus respectivas cuencas oceánicas, las cuales se cerrarán por diversas subducciones,
permitiendo apreciar la total variedad posible de marcos tectónicos y los diferentes yacimientos asociados a
ellos. Obviamente esto es sólo un modelo propuesto. El lector puede inventar sus propios modelos o
modificar éste como le plazca, pero siempre ateniéndose a los postulados y movimientos posibles de la
tectónica global y teniendo en cuenta los conceptos emitidos a lo largo de todo el curso, en especial los
expuestos en el presente Tema.

1a Etapa: Actividad ígnea intraplaca (hot spots) y rifts continentales


El ciclo comienza cuando un gran bloque continental o Pangea, designado como "", se estaciona por
encima de varias plumas del manto, consideradas aproximadamente fijas entre sí (Fig.16-14A). Estas dan
origen a sendos domos epirogénicos coronados por puntos calientes con vulcanismo alcalino, peralcalino,
melilítico, ultrapotásico o carbonatítico (marcados 1, 2 y 3). Los depósitos formados en esta etapa se asocian
a cuerpos de carbonatita, granitos peralumínicos con Sn-Nb y granitos peralcalinos con U (ver TABLA 16-1).
La continua acción de las plumas fractura los domos en patrones radiales, los cuales coalescen formando un
sistema de rifts ramificado (Fig.16-14B). La actividad magmática en los rifts es de series alcalinas y
tholeíticas, comprende complejos alcalinos subsaturados con carbonatitas, kimberlitas con diamantes y
gabros estratiformes. La sedimentación clástica puede dar origen a depósitos de Ag-Pb-Zn (tipo Sullivan) y
depósitos de Cu estratiformes. En climas áridos es posible la acumulación de evaporitas con sales de K,
fosfatos y magnesita en ambientes lacustrinos. Es posible también que en las cuencas intracratónicas
situadas entre los domos epirogénicos y valles rift puedan formarse depósitos de U (tipo discordancia) y de
U-Au (tipo conglomerados Rand), aunque éstos son de edad Proterozoico, no pudiéndose formar en rocas
más jóvenes.

2a Etapa: Expansión de los fondos oceánicos y deriva continental


Cuando comienza el emplazamiento de corteza oceánica en la base de los rifts, dos de ellos colasecen y
forman una dorsal y el otro es abortado formando un aulacógeno (Fig. 16-14C). Como resultado de esto el
continente original  se divide en tres fragmentos 1, 2 y 3. El esquema muestra que el continente 3 se
desplaza lentamente con respecto a la astenosfera y queda expuesto a la acción de una pluma del manto
que formará una traza de puntos calientes y vulcanismo alcalino (basanítico), posiblemente asociado con
depósitos de gemas preciosas (tipo Kampuchea, Tailandia). El continente 2 se mueve rápidamente hacia el
oeste y no es afectado por las plumas, cesando la actividad ígnea intraplaca. La dorsal situada al este se ve
forzada a desplazarse hacia el oeste y la acción de la pluma fija puede originar sobre la corteza oceánica
una cadena de islas tipo Hawaii, que pudiera contener rocas carbonatíticas o alcalinas mineralizadas.
27

En los centros de expansión y fallas transformantes asociadas es de esperarse la formación de depósitos


de ambiente oceánico, como sulfuros masivos de Cu-Pb-Zn-Au-Ag (tipo Chipre), sedimentos
manganesíferos, Cr podiforme, vetas de asbesto crisotilo, etc. (ver TABLAS 16-1 y 16-8). Los márgenes
pasivos formados por la separación continental pueden acumular, en climas áridos, secuencias evaporíticas,
cuyas salmueras pueden ser determinantes en la formación de depósitos de Pb-Zn teletermales en las
plataformas carbonáticas. Durante las transgresiones marinas, debidas a la expansión termal de las dorsales
y a otras causas (deshielo glacial), se acumulan, en los márgenes que se asoman hacia el oeste, horizontes
de fosforitas y, en aguas profundas, lutitas negras metalíferas. Placeres de playa formados en los márgenes
pasivos pueden acumular minerales pesados (monacita, rutilo, circón o diamantes) (ver TABLA 16-7) y en
ambientes marinos someros, puede acumularse Fe sedimentario (ferrolitas) (en el Proterozoico, BIF’s de tipo
“Superior”). Las secuencias de talud y levantamiento normalmente son estériles, pero la acción de una
pluma del manto pudiera generar depósitos submarinos de sulfuros (tipo Besshi). Finalmente, en la
prolongación de una zona de fractura oceánica dentro de un continente, como se muestra en el margen
pasivo del continente 2, se pueden emplazar asociaciones no-orogénicas continentales, que incluyen
kimberlitas, carbonatitas, granitos alcalinos o gabros estratiformes (ver TABLA 16-8).

3a Etapa: Subducción de litosfera oceánica y expansión retro-arco


La subducción de corteza oceánica antigua, fría y densa, puede comenzar en los márgenes
continentales. La subducción con polaridad este debajo de 2, que se mueve hacia el oeste, origina una
zona de Benioff con poca inclinación y un margen activo compresional (tipo Andes Centrales). La
mineralización en el arco magmático C-A comprende pórfidos de Cu-Mo, magmas mena con apatito y óxidos
de Fe, depósitos estratolimitados de Sb-W-Hg y depósitos de Hg, Au y S, ligados al arco volcánico (Fig.16-
14D).
La compresión tierra adentro en el margen 2 origina un cinturón de napas retro-arco compresivo, donde
la anatexis produce granitos tipo "S", ricos en Sn-W-F; la cuenca retro-arco pericratónica puede ser un lugar
favorable para la acumulación de U en areniscas fluviales (tipo Meseta del Colorado), evaporitas o carbón.
Aunque no se muestre en la figura, los continentes 1 y 2 pueden entrar en colisión diacrónica, lo que
produce la depositación de abanicos submarinos que aporten gran cantidad de turbiditas a la trinchera. Con
esto el complejo de subducción crece y se crea un arco externo emergente (margen oeste de 2). Allí
pueden aflorar ofiolitas (con su mineralización asociada, ver TABLA 16-2) y venas de cuarzo-Au
diseminadas que podrían acumular Au en placeres en la cuenca ante-arco (Fig.16-14D). Al proseguir la
subducción la dorsal puede hundirse dentro del manto y la reactivación térmica del complejo de
subducción/arco externo pudiera generar granitos tipo "S", con Sn-W-F; Cu-pórfidos y venas de cuarzo-Au.
La subducción en el margen este de 2 es similar a la del margen oeste del Pacífico actual y crea un arco
migratorio 4, fundado sobre corteza continental, separado del continente por una cuenca marginal (tipo
Japón). La cuenca marginal desarrolla depósitos similares a los de las cuencas oceánicas normales (ver
TABLA 16-4). Durante cortos periodos de rifting intra-arco es posible la formación de depósitos
vulcanogénicos de Zn-Pb-Cu (tipo Kuroko), además de la variada mineralización inherente al arco volcánico
(ver TABLA 16-3). Durante esta subducción hacia el oeste la dorsal es también subducida y si la
convergencia de las placas es bastante oblicua, puede ser remplazada por un límite de tipo transformante
(Fig. 16-14E, centro). Otro cambio en el movimiento de las placas puede generar una subducción hacia el
este, donde será destruida la cuenca marginal previamente formada, hasta que el arco 4 entre en colisión
con el continente 2, produciéndose un posible emplazamiento de ofiolitas, a menudo profusamente
mineralizadas, y una posterior inversión de polaridad de subducción (Fig. 16-14E).

4a Etapa: Colisiones continentales y zonas de sutura terminales

La colisión del arco 4 con el continente 2 da comienzo a la etapa de acreción continental. Detrás de la
zona de sutura se forma un cinturón de napas de corrimiento ante-país (foreland), donde es posible la
generación de granitos anatécticos con Sn-W-U. Al oeste del cinturón de napas se forma una cuenca ante-
país donde es posible la acumulación de U-V en areniscas (tipo Meseta del Colorado) y la formación de
depósitos de Cu estratolimitados y capas de carbón.
Del mismo modo, la subducción hacia el oeste debajo del margen oeste de 2 resulta en el cierre de la
cuenca remanente y la colisión de los dos grandes bloques continentales 1/2 (Fig.16-14,E-F). La presencia
del gran arco externo en 2 inhibe la acreción y subsiguiente emplazamiento de ofiolitas, pero éste puede ser
28

levantado y erosionado rápidamente, dejando expuestas rocas metamórficas de alta P/T con jadeita y
nefrita; o puede ser sobrecorrido por las rocas del arco magmático o por napas ante-tierra continentales,
dejando así una sutura críptica. Igualmente, en la ante-país (foreland) de 1 se genera un cinturón de napas
de corrimiento que involucran secuencias plataformales y antiguas secuencias de rift, donde pueden ser
expuestos numerosos depósitos previamente formados, como de Pb-Zn teletermales, ferrolitas, Cu
estratolimitado, fosforitas y evaporitas, el yeso de éstas últimas actuaría como horizonte lubricante en las
suelas de los corrimientos. Es frecuente en estos cinturones de corrimiento la inclusión de napas de rocas
del basamento antiguo, con mineralizaciones producidas en ciclos orogénicos muy anteriores o durante el
Precámbrico (con posibles mineralizaciones de Au, Ni, Cu en cinturones verdes o de Fe-Mn en los
cinturones granulíticos), así como fragmentos del propio manto superior subcontinental (lherzolitas
granatíferas), como ocurre en los Alpes Noroccidentales (la llamada Línea Insúbrica). En 2 la antigua
cuenca retro-arco compresiva se transforma en cuenca de entro-país (hinterland) y los corrimientos pueden
continuar. Como resultado de la colisión, el rift presente en 1, que antes se extendía hacia el océano,
termina ortogonal al cinturón colisional, constituyendo un aulacógeno (Fig. 16-14 F).

La inversión de polaridad de subducción luego de la colisión del arco 4 con el continente 2 produce una
nueva subducción hacia el oeste, resultando en una eventual colisión 2/3, donde la ubicación de los
cinturones de corrimiento de antepaís puede estar controlada por la presencia del rift abortado generado
anteriormente (ver Fig.16-14B).

Se ha producido una SUTURA TERMINAL. Los tres continentes y un arco volcánico han sido recombinados
en un nuevo supercontinente, el cual muestra marcadas diferencias con el supercontinente  inicial. La
formación de cuencas graben post-colisionales (intramontanas) permite la acumulación de U en areniscas, la
depositación de evaporitas y posibles horizontes carboníferos (Fig.16-14G). Si el continente formado se
estaciona sobre plumas del manto, es posible iniciar un nuevo ciclo orogénico de rifting y deriva continental.

De este ejemplo es posible concluir lo siguiente:

1. Los graben post-colisionales formados luego de colisiones arco/continente pueden dar origen a centros
de expansión, sin la necesaria intervención de plumas del manto. Los graben post-colisionales formados
a raíz de colisiones continente/continente pueden o no dar origen a centros de expansión, sin la
intervención de plumas del manto.

2. Los ciclos orogénicos raramente finalizan con colisiones arco/continente, sólo se estabilizan con
megacolisiones continentales, que den lugar a suturas terminales. Es posible demostrar que antes de la
Pangea del Triásico, existió, por lo menos, otra Pangea diferente durante el Neoproterozoico: Rodinia. La
preservación de numerosos aulacógenos formados en el Proterozoico prueba que el ciclo orogénico ya
actuaba de modo similar al actual hace más de 2.000 Ma. El rifting neoproterozoico de Rodinia dio lugar a
la deriva de masas continentales, las cuales fueron suturadas durante varias orogénesis colisionales
durante el Paleozoico (Uraliana, Apalachiana, Caledoniana y Hercínica), para dar origen a la Pangea del
Pérmico-Triásico. Esta comenzó un ciclo de desintegración durante el Mesozoico, que continúa en la
actualidad en la zona de los rifts africanos y el mar Rojo, y en China y Siberia (lago Baikal).

3. De acuerdo a esto la orogénesis ha alcanzado su clímax en el Himalaya, con suturas terminales, pero en
la región del Mediterráneo e Indonesia debe continuar el ciclo de colisiones arco/continente y
continente/continente hasta que África y Europa alcancen la sutura terminal con el cierre total del mar
Mediterráneo y hasta que Australia haya chocado con el sureste de Asia. Al mismo tiempo es posible la
evolución de los rifts africanos, formando un nuevo océano dentro de la actual placa africana. Atendiendo
a los movimientos actuales de las placas Pacífica y Americana, es casi imposible que una masa
continental llegue a entrar en colisión con las actuales zonas de subducción, el continente más próximo
es Australia y se halla a más de 10.000 km de la costa de Perú.
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SUMARIO Y CONCLUSIONES
METALOGÉNESIS Y MARCO TECTÓNICO GLOBAL
1. El estudio de los marcos tectónicos requiere una revaluación del registro geológico en términos de:

a) Ensamblajes o asociaciones petrotectónicos: conjuntos diagnósticos de rocas ígneas,


sedimentarias o metamórficas relacionadas formadas en diferentes tipos de márgenes y límites de
placas.

b) Procesos evolutivos: modificaciones posteriores (desplazamiento, deformación o metamorfismo)


de dichas asociaciones como consecuencia de su marco tectónico de origen o emplazamiento.

Dada la naturaleza cambiante y no-permanente de los límites de las placas y de sus uniones, cada región
del planeta ha estado en marcos tectónicos diferentes a lo largo de su historia geológica. Antiguos márgenes
continentales y zonas de subducción yacen hoy en día en el interior de los bloques continentales y
secuencias de rift-margen pasivo y ofiolitas se hallan a grandes alturas en los cinturones orogénicos.

2. Debido a la destrucción de la litosfera oceánica formada en las dorsales, se halla tan solo un registro muy
fragmentario de los antiguos márgenes de placas y solamente en los bloques continentales.

El volumen total de las ofiolitas emplazadas en zonas de subducción o colisión es ínfimo (del orden de
0,001%) si se compara con el volumen de la placa oceánica que ha venido siendo subducida durante 100-
200 Ma en dicha zona de subducción. Las irregularidades topográficas elevadas del fondo marino, como
islas oceánicas o montes marinos, escarpes de fallas transformantes y zonas de fractura o mesetas
submarinas, que poseen una raíz isostática y alcanzan espesores corticales de 12-25 km, son las que tienen
los mejores chances de ser emplazadas como fragmentos ofiolíticos, debido a que el gran grosor de su
corteza subyacente impide que sean subducidas. Estas irregularidades al llegar a una trinchera pueden
bloquear provisoriamente el proceso de subducción, desactivar parcialmente el arco volcánico y hasta
disminuir el ángulo de subducción, produciendo indentaciones o “cusps” en el arco volcánico.

3. Las asociaciones petrotectónicas claves para dilucidar la historia geotectónica de una región son:

a) Secuencias ofiolíticas: formadas en márgenes divergentes o dorsales centroceánicas y en islas


oceánicas - rocas volcánicas máficas y rocas plutónicas máficas a ultramáficas. A menudo se hallan
metamorfizadas a muy bajo – bajo grado, con series de presión de alta P/T.

b) Cinturones orogénicos volcánico-plutónicos: formados en márgenes convergentes y zonas de


colisión-sutura continental - rocas volcánicas o plutónicas félsicas a intermedias. Exhiben casi siempre
un metamorfismo de grado bajo a medio, de baja a intermedia P/T.

La distribución actual de estas rocas es el resultado de los complejos movimientos de las placas,
migración de uniones triples y colisiones pasadas. Existen varios tipos de uniones triples, definidas por la
intersección mutua de tres tipos iguales o diferentes de límites de placas en un sólo punto. La geometría de
cada tipo de unión triple determina el modo como cada uno los límites involucrados evolucionará en el futuro.

Cinturones precámbricos o proterozoicos son involucrados y reactivados por colisiones o subducciones


más recientes. La mayoría de estas rocas son deformadas y metamorfizadas, pero algunas se preservan
evidenciando la tectónica antigua de esos cinturones. Es frecuente hallar bloques precámbricos o
paleozoicos en cinturones mesozoicos a cenozoicos; su edad radimétrica, su contenido de fósiles y, a veces,
su asociación litológica o metalogénica los identifican como bloques de basamento antiguo Arqueano o
Proterozoico.
30

4. Cada marco tectónico tiene un potencial intrínseco para la metalogénesis y la formación de recursos
energéticos, determinados por los tipos de series ígneas emplazadas, los tipos de cuencas generadas y el
gradiente geotérmico que actuó durante el metamorfismo en el mismo. En los límites de placas divergentes
se tiene que:
a) La secuencia inicial de rift/golfo proto-oceánico puede generar valiosos depósitos sedimentarios,
sedimentario-exhalativos, teletermales o evaporíticos, pero sobre todo se caracteriza por la variada
asociación metalógénica relacionada con intrusiones y extrusiones no-orogénicas, como complejos
gabroides estratiformes, complejos alcalinos, carbonatitas, kimberlitas y basaltos tholeíticos de
inundación.

b) Durante la subsidencia de los márgenes pasivos generados se forman muy variados depósitos
sedimentarios y diagenéticos que son preservados debajo de inmensos espesores de sedimentos
plataformales y de talud. En esta etapa es posible la maduración, migración y entrampamiento de los
hidrocarburos debido al soterramiento de las rocas madre (lutitas negras) depositadas en las etapas
iniciales del rifting, a su vez que se generan trampas estructurales de diversos tipos. Los marcados
cambios de facies sedimentarias en las secuencias plataformales pueden dar lugar a importantes
trampas estratigráficas en discordancias y secuencias de on-lap/off-lap. Las secuencias evaporíticas
soterradas y los niveles lutíticos sobrepresionados son involucrados en diapirismo, formando domos y
anticlinales de sal o de barro. Los sedimentos costeros pueden albergar ricos placeres de playa, con
Sn, Au, Ti, T.R., Zr o Fe.

5. LOS SISTEMAS ARCO-TRINCHERA CONTIENEN LAS DOS ASOCIACIONES PETROTECTÓNICAS MÁS FÉRTILES PARA LA
METALOGÉNESIS y contienen, además, varios tipos de cuencas con potencial metalogénico.

a) Las rocas ígneas y metamórficas de los arcos magmáticos contienen una profusión de menas
metálicas y no-metálicas originadas por procesos endogénicos ígneos, metamórficos, metasomáticos,
neumatolíticos e hidrotermales, o por el metamorfismo de yacimientos previos.
b) Los complejos de subducción contienen fragmentos ofiolíticos que pueden encerrar una amplia
gama de depósitos hidrogénicos, vulcanogénico-hidrotermales, magmáticos y metasomáticos
formados en dorsales centroceánicas, o posiblemente en islas oceánicas o arcos volcánicos primitivos
submarinos.
c) Las cuencas ante-, intra-, inter- y retro-arco contienen una amplia gama de depósitos sedimentarios
y sedimentario-exhalativos, así como aluvionales (placeres), siendo también áreas claves para la
acumulación de hidrocarburos, carbones y menas radioactivas.

6. La orogénesis que acompaña a los cinturones colisionales expone rocas profundamente enterradas de los
márgenes pasivos y activos involucrados, raíces de arcos volcánicos intermediarios, partes del basamento
continental antiguo (Paleozoico/Pre-C) y, a veces, hasta fragmentos del manto superior subcontinental.

Así ricos depósitos formados en rifts, aulacógenos, márgenes pasivos y sistemas arco-trinchera,
además de los generados en el propio cinturón colisional y aquellos característicos de terrenos
precámbricos, pueden ser expuestos a la superficie. De este modo podrán sufrir procesos de
meteorización y erosión que darán lugar a importantes yacimientos lateríticos, supergénicos y de
placer. La formación de estos depósitos residuales y supergénicos está determinada por el régimen
climático en que se encuentre el marco tectónico en un momento dado de su proceso de deriva.
Lateritas con bauxita se hallan ahora en la zona mediterránea, la cual actualmente no goza de un
clima tropical, debido al desplazamiento hacia el norte de Eurasia a partir del Cretácico.
Asimismo, las cuencas sedimentarias conteniendo variados recursos energéticos (HC, carbones y U-
Ra-V) y depósitos polimetálicos estratiformes o estratolimitados son expuestas a niveles donde
pueden ser aprovechables.
Sin embargo, demasiados levantamiento y erosión pueden ser contraproducentes, puesto que tienden
a eliminar las rocas supracorticales, epizonales, profusamente mineralizadas, dejando basamentos
meso-catazonales prácticamente estériles.
31

7. Durante la subducción-sutura de masas continentales numerosos terrenos alóctonos con diversos


orígenes, denominados tectonoestratigráficos, son incorporados a los cinturones orogénicos colisionales:
a) Microcontinentes y arcos insulares, (activos o extintos): los primeros se reconocen por su edad
antigua (Pre-C- a Paleozoico), los segundos por su característica asociación orogénica C-A.
b) Cadenas de islas oceánicas y montes submarinos: se reconocen por su asociación ofiolítica con
lavas alcalinas abundantes.
c) Mesetas y elevaciones submarinas de origen desconocido, como dorsales abandonadas, dorsales
asísmicas, escarpes submarinos, etc.
8. Al ser incorporados a los cinturones orogénicos estos terrenos alóctonos son, a menudo, deformados,
metamorfizados e intrusionados y pueden ser fragmentados y desplazados por el fallamiento transcurrente
que suele ocurrir luego de la colisión con masas continentales mayores, sobre todo si la subducción es muy
oblicua.
Cada uno de esos "terrenos" contendrá su propia y distintiva asociación petrotectónica, lo que lleva
implícito un potencial de generación de recursos energéticos y una asociación metalogénica característica.
Todos esos depósitos y yacimientos pueden ser expuestos por la orogénesis colisional a niveles donde
pueden ser explotados y, a menudo, enriquecidos por procesos exogenéticos; por otra parte, también
pueden ser totalmente destruidos por procesos erosivos a gran escala.
9. Las colisiones de microcontinentes, arcos y terrenos alóctonos con grandes masas continentales nunca
son definitivas, y dan origen a nuevas zonas de subducción, a menudo con polaridad invertida. Sólo la
aproximación y colisión de un margen continental pasivo a otro activo (simple o formado por muchas micro-
colisiones) puede generar una sutura terminal, como la que dio origen a la Pangea, a finales del
Paleozoico.
Una vez que todas las grandes masas continentales se han suturado para formar un supercontinente, la
acción de las plumas del manto o puntos calientes comienza a fracturar al supercontinente dando lugar a
una nueva etapa de rifting y deriva continental.

10. La evidencia de regímenes tectónicos pasados se basa en analogías entre asociaciones petrotectónicas
Cenozoicas, cuyo marco tectónico se conoce con cierta precisión, y asociaciones antiguas, cuyo marco
tectónico podrá ser inferido a partir de detallados estudios geológicos regionales, que incluyen:

a) Levantamiento geológico regional:


litología, contactos, estructuras
b) Petrología y geoquímica de rocas ígneas y metaígneas: MARCO
asociaciones y series ígneas TECTÓNICO
c) Estratigrafía y análisis de cuencas sedimentarias:
subsidencia, evolución termal, ambientes sedimentarios
d) Geocronología y paleontología:
edades, historia geológica
e) Estudios geofísicos: sísmicos, paleomagnéticos:
estructura del subsuelo, movimientos de las placas

MODELO DE EVOLUCION GEOTECTÓNICA DE LA REGION ESTUDIADA

15. El MODELO GEOTECTONICO así estructurado permite, para una región dada:
a) Conocer con cierto detalle la historia geológica de la región.
b) Designar en las cuencas áreas favorables para la exploración y búsqueda de recursos energéticos:
hidrocarburos, carbones o elementos radioactivos.
c) Delimitar las zonas metalogénicas para la prospección de menas.
d) Delimitar áreas favorables para la explotación de energía geotérmica.
e) Determinar el riesgo geológico de la región.
32

Fig. 16-14a. Ciclo de Wilson y metalogénesis. (1ª parte)


33

Fig. 16-14b. Ciclo de Wilson y metalogénesis. (2ª parte)

Leyenda para las Figs. 16-4a,b (símbolos originales en inglés)

A, aulacógeno; BACB, cuenca retro-arco compresiva; BAEB, cuenca retro-arco extensional; BAMB, cinturón magmático
retro-arco; CR, levantamiento continental; CS, plataforma continental; FB, cuenca antepaís o foreland; FR, rift abortado;
FTB, cinturón de napas de antepaís; G, fosas y graben; HB, cuenca trans-país o hinterland; HD, domo epirogénico de
punto caliente; HM, margen de transpaís; IB, cuenca intracontinental; IR, rift intracontinental; LIC, cadena de islas
oceánicas; MA, arco magmático; MB, cuenca marginal; OA, arco externo no-magmático; OAT, cuenca ante-arco; OB,
cuenca oceánica; OIA, arco volcánico intraoceánico; OR, dorsal centroceánica; PT, traza de punto caliente
intracontinental; RB, cuenca remanente; RRT, falla transformante dorsal-dorsal; S, zona de sutura; TE, cuenca
transtensiva o pull-apart; TF, falla transformante. Plutones: puntos, complejos alcalinos; asteriscos, carbonatitas; cruces,
granitos peralumínicos o leucogranitos; equis, diorita-granodiorita C-A; barras cortas gruesas, ofiolitas obducidas; flechas
punteadas, centros de expansión; flechas; plumas del manto y respectivos puntos calientes.
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Fig. 16-15. Metalogénesis asociada a distintos marcos tectónicos.

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