Manual Adoración - SCJ - 3 Reparación Mundial - 2023
Manual Adoración - SCJ - 3 Reparación Mundial - 2023
Manual Adoración - SCJ - 3 Reparación Mundial - 2023
INTRODUCCIÓN
A continuación, dará comienzo la Hora Santa de reparación.
En este día, Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, celebramos el amor y
la misericordia que Dios Padre nos tiene en el Corazón de su Hijo Jesucristo.
Dispongamos el corazón ante el Señor presente en el Santísimo Sacramento,
y reparemos, unidos, por los pecados del mundo, tributando el amor, honor y
gloria que le son debidos.
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9. Por las guerras, fruto del pecado de no amarnos como Jesús nos ha amado.
10. Por la tibieza en el conocimiento de la Fe Católica y los pecados de omi-
sión.
11. Por las ofensas y blasfemias dirigidas contra el Inmaculado Corazón de
María en su Inmaculada Concepción, Virginidad Perpetua y Maternidad Divina.
Por aquellos que la insultan en sus sagradas imágenes e infunden en los cora-
zones de los niños la indiferencia, el desprecio y hasta el odio hacia Ella.
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Mas entretanto, como reparación del Honor Divino conculcado, uniéndola con
la expiación de la Virgen vuestra Madre, de los Santos y de las almas buenas,
os ofrecemos la satisfacción que Vos mismo ofrecisteis un día sobre la Cruz al
Eterno Padre y que diariamente se renueva en nuestros altares, prometiendo
de todo corazón que, en cuanto nos sea posible y mediante el auxilio de
Vuestra Gracia, repararemos los pecados propios y ajenos y la indiferencia de
las almas hacia vuestro Amor, oponiendo la firmeza en la fe, la inocencia de la
vida y la observancia perfecta de la Ley Evangélica, sobre todo de la caridad,
mientras nos esforzamos además por impedir que seáis injuriado y por atraer
a cuantos podamos para que vayan en vuestro seguimiento.
¡Oh Benignísimo Jesús! Por intercesión de la Santísima Virgen María
Reparadora, os suplicamos que recibáis este voluntario acto de reparación;
concedednos que seamos fieles a vuestros mandatos y a vuestro servicio
hasta la muerte y otorgadnos el don de la perseverancia, con el cual
lleguemos felizmente a la gloria, donde, en unión del Padre y del Espíritu
Santo, vivís y reináis, Dios por los siglos de los siglos. Amén.
¡Dios mío! Yo creo, adoro, espero y os amo. Os pido perdón por los que no
creen, no adoran, no esperan y no os aman. (3 veces)
Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, os adoro profundamente y os
ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Nuestro Señor
Jesucristo, presente en todos los Sagrarios de la tierra, en reparación de los
ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que Él mismo es ofendido. Y por los
méritos infinitos de su Santísimo Corazón y del Inmaculado Corazón de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.
Meditación
«Yo seré su Dios y ellos serán mi pueblo...»
¡Oh Dios, Trino y Uno! Que habiéndote formado un pueblo para que te perte-
neciese por completo, de entre las doce tribus de Israel escogiste una, la de
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Leví, para que te sirvieran como sacerdotes. A éstos los pusiste como media-
dores, para ofrecerte sacrificios y ofrendas en expiación de los pecados, y
derramar sobre todos las bendiciones que de Ti manaban.
Les mandaste construir la Tienda del Encuentro, para Morada Tuya en medio
de ellos. En ella había una primera tienda, llamada El Santo, donde entraban
los sacerdotes para oficiar. Detrás de la segunda cortina estaba El Santo de
los santos, que contenía el Arca de la Alianza, donde entraba sólo el sumo
sacerdote una vez al año, con la sangre que ofrecía por sí y por los pecados
del pueblo.
Pero, ¡oh Padre Eterno! Estos dones y sacrificios eran sólo signos proféticos
del verdadero sacrificio… el que tu Unigénito habría de ofrecer en el Calvario.
Lo enviaste al mundo como Sumo Sacerdote de los bienes definitivos. No
llevó sangre de machos cabríos ni de becerros, porque es imposible que esta
borre los pecados, sino que ofreció la Suya Preciosísima, de Hombre y Dios, la
única que podía liberarnos de nuestra conducta inútil.
Breve pausa
Canto
Jesús… bien profetizó sobre Ti Zacarías: «nos visitará el Sol que nace de lo
alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y sombras de muerte, para guiar
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nuestros pasos por el camino de la paz». Y así, nos iluminaste y guiaste con el
ejemplo de tu vida oculta, y con la gloria de tu predicación. Mas donde tu
Corazón se derramó en copioso Fuego de Caridad, fue en el momento en que
debías pasar de este mundo al Padre.
La víspera de tu Pasión, reunido en el Cenáculo con tus amados discípulos,
manifestó tu Corazón Sacerdotal el Amor que desde la Eternidad te consumía:
«Ardientemente he deseado comer esta Pascua con vosotros, antes de pade-
cer».
Sobre la mesa está el Cordero Pascual, figura Tuya; y así como en Él no queda
ningún humor vital por la acción del fuego, así Tú, Místico Cordero, consumido
en el ara de la Cruz por el incendio de tu Inmensa Caridad, no conservarás
para Ti una sola gota de tu Sangre.
Tanto fue el Amor por tu Amada Esposa, la Iglesia, que quisiste amarla hasta
el final, y no pudiendo soportar la separación, decidiste quedarte como Sa-
cramento. Y así, en esta Cena Pascual, estableces el Memorial perenne de tu
Sacrificio en el Calvario, y gustaste de esconderlo bajo el velo de un Pan
Celestial y una Bebida de Salvación. Aquí los sentidos se equivocan al juzgar,
mas el oído basta para creer con firmeza. Creemos lo que has dicho, que es
Tu Cuerpo y tu Sangre, Verdadero Alimento del alma. ¡Esta es la Pascua de la
Nueva Alianza, Redención del hombre consumada!
Breve pausa
Breve pausa
¡Oh Cristo! Es el sacerdote don precioso Tuyo, elegido para extender por
todas partes la llama de Tu Caridad. ¡Cuánta admiración y gratitud brota de
nuestro corazón ante tan gran misterio! Como le sucedía al Santo Cura de Ars.
Él decía: “si comprendiéramos bien lo que representa un sacerdote moriría-
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mos de amor… Él tiene la llave de los tesoros del Cielo. Si desapareciese no
tendríamos al Señor.”
Te pedimos, Señor, que Tu Luz llegue a nosotros a través de ellos; y así como
de sus manos Te recibimos, así también recibamos de sus labios Tu Verdad.
Afiánzalos en la posesión de lo justo y verdadero para que, unidos íntimamen-
te a Ti, se configuren sus corazones al Tuyo y jamás se aparten de Tu Camino.
Canto
Breve pausa
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Cielo, para ponerte ante Dios intercediendo por nosotros. Destruiste el peca-
do, y fueron derramados sobre el mundo los tesoros de la sabiduría y cono-
cimiento encerrados en Tu Humanidad.
Pero, así como Tu Amor es Eterno, lo que ofreciste una vez, lo renuevas cada
día. Este es el Misterio de Tu Eucaristía.
¡Oh Bocado Divino donde estás encerrado, convirtiéndonos en Ti y haciéndo-
nos uno Contigo! Porque «el que come Tu Carne y bebe Tu Sangre tiene Vida
Eterna, y Tú lo resucitarás en el último día».
Breve pausa
Silencio y canto
Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos.
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Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre,
Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen Madre,
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios,
Corazón de Jesús, de Majestad Infinita,
Corazón de Jesús, Templo Santo de Dios,
Corazón de Jesús, Tabernáculo del Altísimo,
Corazón de Jesús, Casa de Dios y Puerta del Cielo,
Corazón de Jesús, Horno ardiente de Caridad,
Corazón de Jesús, Receptáculo de justicia y de amor,
Corazón de Jesús, lleno de bondad y amor,
Corazón de Jesús, Abismo de todas las virtudes,
Corazón de Jesús, dignísimo de toda alabanza,
Corazón de Jesús, Rey y Centro de todos los corazones,
Corazón de Jesús, en el que están todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia,
Corazón de Jesús, en el que habita toda la plenitud de la Divinidad,
Corazón de Jesús, en el que el Padre halló sus complacencias,
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido,
Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados,
Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia,
Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan,
Corazón de Jesús, Fuente de vida y de santidad,
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados,
Corazón de Jesús, saturado de oprobios,
Corazón de Jesús, triturado por nuestras maldades,
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte,
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza,
Corazón de Jesús, Fuente de toda consolación,
Corazón de Jesús, Vida y Resurrección nuestra,
Corazón de Jesús, Paz y Reconciliación nuestra,
Corazón de Jesús, Víctima por los pecadores,
Corazón de Jesús, Salvación de los que en Ti esperan,
Corazón de Jesús, Esperanza de los que en Ti mueren,
Corazón de Jesús, Delicia de todos los santos,
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Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Oración:
Dios Todopoderoso y Eterno, mira el Corazón de tu amadísimo Hijo y las
alabanzas y satisfacciones que te ofrece en nombre de los pecadores, y
concede el perdón a los que imploran Tu Misericordia en nombre de tu mismo
Hijo, Jesucristo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, por
los siglos de los siglos. Amén.
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VIII. BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO
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