Historia de La Música

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HISTORIA DE LA MÚSICA

Introducción: Son dos los libros del cristianismo: la Biblia y el Himnario. En la biblia tenemos la
revelación de Dios al hombre. En el himnario tenemos la reacción del hombre a la revelación
de Dios. El estudio de cómo llegó la Palabra de Dios a nosotros es fascinante. Es tan fascinante
el estudio de cómo ha llegado a nosotros la expresión espiritual del hombre en la hermosura
de la música. Martín Lutero, considerado como el “Padre del Canto Congregacional”, dijo, “La
música se para lo más cerca a la divinidad. No daría lo poco que sé de la música por todos los
tesoros del mundo. Es mi escudo en lucha y adversidad. Es mi amigo y compañero en
momentos de gozo. Es mi consolador y refugio en tiempos de desánimo y soledad”. Su mismo
himno, “Castillo Fuerte”, fue una fuerza poderosa en la formación de los destinos de los
hombres y las naciones.

Hay mucho más en la himnología que una mera colección de canciones con sus historias. La
misma historia emocionante del cristianismo se ve en sus himnos. Se nota la “unidad del
espíritu” entre los creyentes de los siglos quizás más en la himnología que en ninguna otra
parte de la historia de la iglesia cristiana. Sostenida e inspirada por los himnos del pasado cada
generación sucesiva ha hecho su contribución al rio de cántico cristiano, así enriqueciéndolo
por la experiencia individual y corporal de los cantantes. Al estudiar los grandes himnos de la
fe cristiana con sus fuentes arraigadas en la historia es beber de los manantiales argentinas de
la antigüedad. Es menester decir que los puquiales cristalinas que producen las ricas aguas de
la himnología proceden de la Palabra de Dios y a sus páginas vamos primeramente para
nuestro estudio del himno cristiano.

Capítulo 1 - “El Trasfondo Bíblico”

I. Himnología en el Antiguo Testamento


No se sabe en qué punto de la historia de la humanidad se inició la himnología. Es
muy probable que desde Adán y Eva hayan cantado los hombres. ¿Qué indicio
tenemos que fue así? (Génesis 4:21)
A. Las primeras canciones registradas
1. Una canción de Moisés (Éxodo 15:1-18)
2. La canción de María (Éxodo 15:20-21)
3. Otra canción por Moisés (Deuteronomio 32:1-43) a. Actualmente Dios le dio a
Moisés el cántico (Deuteronomio 31:19, 22) b. El propósito del cántico era para un
testimonio c. Es posible que es el mismo “Cántico de Moisés” de Apocalipsis 15:3
B. La himnología de los hebreos
1. Quizás el programa musical más extensiva de todo tiempo fue a la dedicación
del templo de Salomón (2 Crónicas 5:12-14). Un estudio de aquello evento trae
emoción al músico que de veras está interesado en la música que glorifica a Dios al
ver el gran programa y sus efectos.
2. Por su puesto, tenemos el gran himnario de los Israelitas con nosotros hasta hoy
día, el libro de los Salmos, escritos en su mayoría por el gran compositor David. La
fuente de la himnología a través de los siglos es el libro de los Salmos. Son
composiciones registradas en un estilo más alto de la literatura del mundo de los
pensamientos, intentos, propósitos y emociones de Dios y el hombre. En su
contenido están llenos de adoración y alabanza al Creador del universo, también
llenos de instrucción y doctrinas para el hombre como de consolación y ánimo. Son
inmortales. Además el libro de los Salmos sirve como un manual para los
compositores y cantores.
II. Himnología en el Nuevo Testamento El profeta Malaquías deja caer la cortina de
la himnología del Antiguo Testamento con las palabras “He aquí viene el Señor…”
(Malaquías 3:1). Y después por varios siglos reinó un silencio musical hasta el
nacimiento del Hijo de Dios. La ausencia de datos específicos de aquella época
sería porque los israelitas habían colgado sus arpas en los sauces a causa de la
mano severa de Dios sobre ellos por su desobediencia. Sin embargo, a la venida
del Hijo de Dios al mundo en el pesebre de Belén, se rompe el gran silencio con
una explosión de música celestial. Lucas en su evangelio registró algunas canciones
que se puede denominar los primeros villancicos. Después se ve ejemplos de
música en los evangelios y el libro de Hechos. Además, las epístolas nos dan
algunas instrucciones y principios de la música para hoy día. Finalmente, en el libro
de Apocalipsis se ve la himnología del cielo.
A. La himnología de los evangelios
1. La Anunciación (Lucas 1:30-33)
Apareció a la humilde virgen María el ángel Gabriel con un mensaje tan
maravilloso que creemos que él habló acompañado con arpas celestiales. Su
mensaje ha sido la inspiración de muchos cánticos en la himnología cristiana.
2. El Magníficat (Lucas 1:46-55)
Después de la visita de Gabriel, María fue a la casa de su prima, Elisabeth dónde
por primera vez fue saludada como la madre del Señor. Aparentemente, el
significado total del mensaje de Gabriel cayó sobre ella. Como resultado se
exclamó con un himno de alabanza a Dios con tan excelente poesía que los críticos
cuestionan su capacidad de poder una dama con tan humilde nacimiento
componer tal canto. Sin embargo, al considerar que Dios escogió a ella entre todas
las damas hebreas de aquel tiempo tenemos que pensar que por lo menos tenía
María un concepto amplio y correcto de las profecías acerca del Mesías.
3. El Benedicto (Lucas 1:68-79)
En seguida de la canción de María sale de los labios de uno que había sido mudo
por un buen tiempo otra alabanza al nacimiento de su hijo Juan el Bautista.
Zacarías nos da las palabras de esta expresión admirable de adoración a nuestro
Dios.
4. La Gloria en Excel cio (Lucas 2:14)
En el cumplimiento del tiempo el ángel anunció a los pastores la venida del Mesías
como un bebe en Belén. En seguida se llenó el cielo con un coro de ángeles que en
un gran antífonía alabaron a Dios.
5. El Nunc Dimitís (Lucas 2:29-32)
El último de los villancicos bíblicos se escuchó en el templo del hombre devoto,
Simeón. Dios le había señalado que no iba a ver la muerte hasta ver al Mesías con
sus propios ojos. Al entrar el templo José y María con el bebé Jesús, el Espíritu de
Dios reveló a Simeón que el bebé era el Salvador prometido. Entonces al tomarlo
en sus brazos alabó al Señor con las palabras que registró Lucas para la gloria de
Dios y nuestra edificación.
6. La Entrada Triunfal (Mateo 21:15; Lucas 19:38)
Una semana antes de la crucifixión del Salvador, él entró la ciudad de Jerusalén
montado sobre una bestia. Como resultado de todas las obras y señales que había
hecho mucha gente le seguían alabándole. Al llegar al templo vemos la
participación de los niños en la alabanza al Señor, lo cual nos indica que todas las
edades participaron en el cantar de himnos. Los niños deben estar incluidos en la
música, también, aunque no entienden, tal vez todo los que cantan. Por los menos
saben que están glorificando a Dios.
7. La Última Cena (Mateo 26:30)
Es muy posible que Jesús cantó muchas veces con sus discípulos, pero la única vez
que se registra que cantaron es cuando estaban sentados a la mesa la noche que
fue traicionado. Después de terminar la cena, como de costumbre cantaron juntos
el “Hallel” (Salmos 113-118). Escuchar a Jesús cantar los salmos de David y poder
juntar sus voces con él debía ser una experiencia sin par para los discípulos.
B. La himnología del libro de los Hechos
1. Los Apóstoles (Hechos 4:24-30) Muchos dicen que este pasaje es el único himno
registrado en el libro de Hechos. Es una exclamación de gratitud y alabanza a Dios
de parte de los apóstoles por ser librados Pedro y Juan de las manos de los
miembros del Sanedrín.
2. Pablo y Silas (Hechos 16:25) Quien no ha regocijado al escuchar o leer la historia
de Pablo y Silas cuando cantaron a la media noche en la cárcel. Es posible que
entonaron algunos salmos o la otra posibilidad es que cantaron algunas canciones
evangelísticas de su época o de su propia composición. De todos modos, produjo
resultados: 1. Dios causó un terremoto. (¿Será porque le gustó su música?) 2. Los
otros prisioneros respetaron a Pablo y Silas escuchando y no escaparon. 3. El
carcelero se convirtió con su familia. 4. Ellos mismos fueron librados.
C. La himnología de las epístolas
1. Las instrucciones de Pablo
a. Efesios 5:18-20
(1) El cantar es una práctica que se ejerce cuando uno está lleno del Espíritu.
(2) El cantar es una práctica para edificar unos a otros.
(3) El cantar es una práctica que utiliza diferentes tipos de canciones.
(4) El cantar es una práctica que viene del corazón.
(5) El cantar es una práctica que debe ser dirigido a Dios.
(6) El cantar es una práctica que es acompañada con una actitud de gratitud a
Dios. (7) El cantar es una práctica que se hace en y considerando el nombre del
Señor Jesucristo.
b. Colosenses 3:16
(1) El cantar es una práctica que hacen los que practican la Palabra de Dios.
(2) El cantar es una práctica que se usa para enseñar a otros.
(3) El cantar es una práctica que se usa para amonestar a otros.
(4) El cantar es una práctica que utiliza diferentes tipos de canciones.
(5) El cantar es una práctica que se hace con gracia.
(6) El cantar es una práctica que se debe hacer desde el corazón.
(7) El cantar es una práctica que debe ser dirigido al Señor.
2. La amonestación de Santiago (Santiago 5:13)
a. El cantar y el orar eran dos prácticas normales de los primeros cristianos.
b. El cantar debe ser una expresión de gozo.
3. Algunos pasajes líricos Hay algunos pasajes en los escritos de Pablo que muchos
consideran que eran porciones de la música que cantaron en la iglesia primitiva.
Como a veces cuando algún pastor cita una canción o parte de una canción en su
mensaje, Pablo posiblemente están haciendo lo mismo en los siguientes pasajes:
Efesios 5:14; 1 Timoteo 3:16; 6:15-16; 2 Timoteo 2:11-13.
4. Las canciones en el libro de Apocalipsis En la revelación de Jesús al apóstol Juan
existe muchas referencias a la himnología celestial del futuro. En este libro
encontramos el canto en su expresión más alto de adoración a Dios. Aquello nos
indica que en el futuro como en el pasado la música será una de los medios más
nobles de alabanza. Jamás había un coro en la tierra tan numeroso como los coros
del cielo. Su magnitud sobrepasa la comprensión de la mente finita del hombre.
Nuestra preparación para juntarnos con los coros celestiales al cantar el “Cántico
Nuevo”, el “Cántico del Cordero” y el “Cántico de Moisés” entre muchos más
empieza aquí en la tierra cuando unamos nuestras voces para alabar a nuestro
grandioso Dios.
Capítulo 2 - “Himnología de la Primera Edad de la Iglesia”
Introducción:
Al dejar las páginas de la Palabra de Dios para buscar rastros del cántico sagrado
de la primera edad de la iglesia cristiana se encuentra poca luz. Sin embargo es
seguro que los cristianos judíos continuaron cantando los salmos de David y que la
conversión de gentiles al cristianismo trajo una influencia griega a la himnología de
aquella época. Por lo menos vemos de las escrituras que agregaron el “cántico
espiritual” que originó en esa edad. Tenemos dos fuentes de información para la
himnología de la primera edad de la iglesia. Hay referencias a la música en la
literatura de de aquella época. Después existe también una porción de cánticos
que parece ser de ese período.
I. El Período Pos-Apostólico
A. Literatura del primer siglo La declaración más definida viene no de un histórico
cristiano sino de Plinio, gobernador de Bitinia. En un informe al emperador
Trajano, él describe la rutina de los cristianos al reunirse cierto día de la semana.
“Ellos cantan alabanzas a su Dios.”
B. Cánticos del primer siglo
1. “Gloria en Excelsa” (La Doxología Mayor) Se escuchó esta canción por primera
vez de los ángeles en Lucas 2: 14, pero al salir de los labios de los primeros
creyentes se elaboró como uno de los más amados himnos de aquella época.
Muchos mártires fueron a sus muertes con este himno saliendo de sus labios.
2. “Gloria Patria” (La Doxología Menor) Se han usado varias formas de esta
doxología en las iglesias desde el tiempo de los apóstoles. La primera parte del
himno viene de la Gran Comisión.
3. “Ter Sanctus” (Santo, Santo, Santo) La raíz de este canto se encuentra en Isaías
6:3. Es uno de los más impresionantes himnos cantado por mucha gente en
muchos idiomas.
4. “Te Duma Laudamos” (Te Alabamos, O Dios) Hay tantas historias de este himno
que es imposible precisar su origen. Una de las historias dice que cuando Ambrosio
bautizó a Agustino la canción salió de sus labios en una forma antifonal como una
inspiración del momento, mientras que su madre de Agustino escuchó y gritó
“prefiero tenerte como Agustino el Cristiano que Agustino el Emperador. Aunque
hay algunos que insisten que el himno tiene un origen latino, no explican porque
existe en antiguos manuscritos griegos. Siendo que el Nuevo Testamento fue
escrito en griego y el idioma de los primeros creyentes era griego, es más seguro
que existía desde el principio de la iglesia.
II. Himnos de la Iglesia de Siria
Aunque la dirección de la mayoría del crecimiento de la iglesia en el tiempo del
apóstol Pablo fue hacia el oeste, había una influencia en la himnología del oriente.
Los cristianos de las iglesias de Mesopotamia, Persia y Siria produjeron los
primeros compositores de himnos. Efren Sirio (307-373) fue uno de los más
famosos compositores. No tenemos muchos de sus himnos hoy día, pero vale la
pena mencionar su nombre por la influencia que él tuvo en la himnología.
En 1909 J. Rendel Harris de Inglaterra descubrió en la ribera del Rio Tigris algunos
manuscritos que él reconoció como las “Odas de Salomón”. Las “Odas de
Salomón” son considerados como el primer himnario de la época cristiano. Hasta
ahora no se sabe el autor de ese himnario.
III. Himnos de la Iglesia Oriental
El cantar de himnos de “composición humana” se inició en los hogares en tiempos
devocionales familiares. En las iglesias cantaron los salmos y cánticos bíblicos. Pero
después de un tiempo cuando se descubrieron que los himnos servían como un
buen medio de enseñar la doctrina y de combatir la herejía, entonces se
introdujeron los himnos en las iglesias, después de quitar los prejuicios que tenía
la gente por tradición.
Una vez que empezó la himnología greca, creció bastante por un tiempo y
después menguó, según la naturaleza oriental. Tenemos que entender de que sus
himnos no eran métricos. Han sido modificados para hoy día. Sin embargo,
algunos de nuestros himnos más hermosos vienen de fuentes grecas. San Basil
escribió en el cuarto siglo de un himno “antiguo” que se piensa que vino del
segundo o aún del primer siglo que fue traducido por Juan Keble titulado “Hail,
Gladdening Light”. Era un himno que cantaron los cristianos griegos al anochecer.
Ellos tenían la costumbre de cantar ciertos himnos según el período del día y según
las facetas de la naturaleza.
A. Clemente de Alejandría (170-220 d.C.)
Ahora, por primera vez vamos a listar nombres y fechas que son conocidos.
Clemente se convirtió en una escuela Alejandría donde llegó a ser la cabeza de
dicha escuela y desde dónde la influencia de su ministerio se esparció lejos.
Tenemos un himno de él que Henry M. Dexter tradujo en 1846 titulado
“Shepherd of Tender Youth”.
B. Andrés de Creta (660-732 d.C.)
Andrés nació en Damasco, llegó a ser un diácono en Constantinopla y luego el
arzobispo de Creta. Juan Mason Neale nos ha dado su himno de Andrés.
C. Juan de Damasco (780)
Conocido como el mayor de sus poetas de Damasco, Juan ejerció una
influencia grande en la teología de su día en la iglesia ortodoxa. La mayoría de
su vida pasó en Judea escribiendo. Juan Mason Neale tradujo su famoso himno
de la resurrección. D. Esteban, el Sabita (725-794) Esteban era el sobrino de
Juan de Damasco y pasó 59 años en el monasterio de Mar Seba en Judea. Juan
Mason Neale, también tradujo su excelente himno que habla del descanso que
tenemos en Cristo.
IV. Himnología de la Iglesia Occidental
Después de la gran división entre la iglesia oriental y la iglesia occidental
menguó la himnodia y poesía en la tierra que los mismos apóstoles habían
cultivado. Sin embargo, el avance del evangelio en el occidental aprovechó de
toda oportunidad y por un milenio de los poetas de la iglesia latina fluyó un rio
de cánticos e himnos que todavía son tan dulces como la mañana. Pero
después la corrupción causó un silencio largo y marcado que por fin fue roto
por la voz de Lutero y la gran reformación. De la gran cantidad de himnos
latinos, son pocos los que han llegado a ser usados por los evangélicos. Otra
vez somos deudores a los que tradujeron los himnos de esa época. Vamos a
considerar a algunos de los compositores de la primera etapa de la iglesia
latina.
A. Hilario de Poictiers (el siglo cuatro)
Nació Hilario a final del siglo tres a padres paganos. Se convirtió a una
edad temprana y se desarrolló a ser un defensor flamante de la fe. Llegó a
ser conocido como “el martillo de los Arrianos”. También llegó a ser el
obispo de Poictiers en 353 d.C. Durante un exilio en Frigia en 356 llegó
bajo la influencia del canto griego de los himnos. Después al regresar a
casa, llevó algunas de sus propias composiciones e introdujo el cantar
entre su propia gente. Tenemos solo un himno suyo que él envió a su hija,
Abra. Aunque no han vivido sus himnos, su influencia a la himnología es
grande y duradera.
B. Ambrosio (340-397)
Ambrosio es uno de los nombres más grandes de la primera etapa de la
historia de la iglesia. Era de nacimiento noble y tuvo una buena educación. Era
un maestro de elocuencia y gran profesor. Tuvo el privilegio de bautizar a uno
de sus alumnos más distinguidos, Agustino. El llegó a ser obispo de la iglesia de
Milano en 374. Como Hilario, él era un gran defensor de la fe. Cuando Justina,
la madre del emperador demandó el uso de la iglesia para los Arrianos,
quienes no creyeron que Cristo era eterno; él llamó a sus fieles para ocupar el
edificio día y noche mientras los soldados sitiaron el edificio. A través de las
largas horas que los soldados sitiaron a su iglesia Ambrosio enseñó a sus
seguidores himnos y cantaron para mantener su ánimo, una práctica que había
aprendido de Hilario. Su coraje animó tanto la gente de que Justina tenía que
retirar a los soldados, así aceptando el triunfo de Ambrosio. Los soldados
salieron y los seguidores de Ambrosio regresaron a sus casas, pero regresaron
cantando los himnos aprendidos. Esta práctica se extendió como un fuego en
la zona. Como en el caso de Hilario, sus himnos de Ambrosio mayormente se
han perdido a través de los siglos de la historia. Sin embargo, la historia de la
himnología no sería completa sin el nombre e influencia de Ambrosio.
C. Aurelio Prudencias (348-410?)
Frecuentemente llamado “el primer poeta cristiana” nació Aurelio Prudencias
cera a Zaragoza, España y sirvió allá como juez por muchos años. Neale ha
traducido uno de sus hermosos himnos: El amor del Padre engendrado Aún el
mundo comenzó El es Alfa y Omega Fuente y Final es él.
D. Venencias Fortunato (530-609?)
Un poeta clásica, trabador y compositor de himnos Fortunato nació en Italia,
pero se mudó a Francia aproximadamente en el año 566. Su vida no fue
irreprensible, pero de su pluma viene tres himnos de excelencia. Neale tradujo
dos de ellos en inglés: “The Royal Banners Forward Go” (Los Pendones Reales
Adelante Van) y “Sing, My Tongue, the Glorious Battle” (Cante Lengua Mia la
Batalla Gloriosa). Ellerton tradujo el otro: “Welcome, Happy Morning”
(Bienvenida, Mañana Alegre).

E. Gregorio el Grande (540-604)


Nació Gregorio en Roma de una familia de riqueza y prominencia. Como
Agustino pasó su juventud en los placeres del mundo, pero después se
arrepintió y entró el monasterio de Benedicto. El ascendió rápidamente en la
iglesia y llegó a ser papa en 590. Se caracterizó su papel en ese oficio de
justicia e integridad, aunque hizo muchos enemigos. Se relata una historia de
él al ver a los pieles blancos de los cautivos anglicanos de Britania en el
mercado de esclavos, que alguien le dijo que “son anglicanos de Britania” y él
respondió “non Angli sed algeli” (no anglicanos, sino ángeles). De ese
momento él tuvo un gran deseo de evangelizar a Britania. En 592 envió
misioneros a Canterbury. No solo escribió himnos Gregorio sino que animó a
otros de hacerlo. Como Ambrosio, ejerció mucha influencia en el desarrollo de
la música en la iglesia. Estableció una escuela de canto en Roma y compiló una
antología de toda la música sagrada de su tiempo. Uno de sus himnos
compuestos por los domingos de la mañana que tradujo Neale empieza así:
Fuera con el relajo del dormir y la pereza
Levantamos nuestros corazones y doblamos nuestras rodillas
Y temprano buscamos al Señor de todo
Como un hombre quien ayudó en llevar la civilización a Britania, inspiró
grandes himnos y dio a la iglesia la alabanza del Tono Gregoriano, el merece
estar en nuestra memoria.
Capítulo 3 - “Himnos Latinos de la Edad Oscurante o Medieval”
I. Descripción de la Edad

En un manuscrito por Ruth Ellis Messenger presentado a la Sociedad de


Himnos en América en 1948 titulado “Himnos Latinos de la Edad Media” ella
da en breves palabras concisas un argumento por el estudio y uso de los
himnos latinos de la Edad Medieval. Dijo “no expresión de confianza o
veracidad eterna es anticuado. Todavía cantamos los salmos en su versión de
metro. Los himnos latinos de la Edad Media también pertenecen a nosotros.
Aquellos constituyen un canon de técnica y un estándar de hermosura poética
y solemnidad. Ellos cristalizan los pensamientos humanos de Dios y de la
responsabilidad diaria. Se ha perfeccionado en ellos los ideales comunes de
adoración cristiana en el canto.” A pesar de que la cantidad de himnos que
usamos de esa época es relativamente pequeña, la calidad es entre los
mejores. En su mayoría tienen poco tenor de Roma y los traductores han
eliminado algunas frases no adecuados para el cantar entre evangélicos.

En el quinto siglo viene la entrada al Romanismo de los Barbaros de la zona


de Alemania. Ellos trajeron consigo supersticiones y terror a la mente de la
gente. Como consecuencia la iglesia romana descendió al fondo del vicio y
mundanalidad. Solo el reinado de Carlos Magno proveyó un alivio por un
breve período de tiempo y después de su muerte las tinieblas de la época
llegaron a ser más oscuras. Aquello estado produjo algunos extremistas como
los monjes y los monasterios con el fin de hacer la contra a los vicios del día. A
pesar de las diferencias entre el catolicismo y el evangelismo, existe cierta
deuda a los extremistas de esa etapa por la preservación de las escrituras, los
escritos de los padres de la iglesia, como las obras de los primeros
compositores de himnos, poesías y otros escritos. Llegando los himnos de los
claustros tienen un contenido de reflexión, contemplación y consagración.
También se ve en esos himnos ecos de las batallas contra la corrupción del día
que surgieron dentro la iglesia que fueron peleadas por pluma y lengua. Lo
asombroso de esa edad oscura es que algún bien podía salir de toda la
corrupción. Vemos que la cadena de alabanza a Dios aún en ese período no
fue quebrantado. De esa noche tan oscura vienen algunas melodías e himnos
hermosos. El origen de muchos de ellos queda todavía en la oscuridad. Sin
embargo, hay algunos que vienen hasta nuestra época con los nombres de los
compositores.

El número de los himnos latinos aumentaba y también mejoraba la calidad de


los himnos latinos hasta los siglos doce y treces cuando alcanzaron su ápice.
Terminó su época de himnos latinos con el siglo quince. Los himnos latinos
superaron los himnos grecos no sólo en número sino también en calidad.
Apareció en su forma literaria rima. Hubo más compositores de lo que vamos
a considerar aquí. Pero con los siguientes esperamos que sirva como muestra
para indagar más en la historia de la himnología de esa época.

II. Los Compositores de la Edad

A. Teodolfo de Orleans (760-821)


Teodolfo nació en España y llegó a ser el obispo de Orleans. Aunque no es
uno que vivía en los claustros, viene de su pluma un majestuoso himno
del año 820 d.C. que se usa hasta hoy que tiene que ver con la entrada
triunfal de Cristo a Jerusalén. Otra vez fue traducido por el Doctor Neale a
inglés y al castellano por Maurilio López. Se encuentra en el Himnario
Bautista # 24 titulado “Honor, Loor y Gloria”.
B. Bernardo de Clairvaux (1091-1153)
Martín Lutero dice que Bernardo de Clairvaux era el mejor monje que
jamás haya vivido. La fe de su madre Aleta le influenció mucho.
Después de la muerte de ella él dejó ofertas de posiciones buenas en
el ejército, la corte y escuelas para entrar en el monasterio de Citeaux,
conocido por su pobreza y rutina severa. En pocos años él fue enviado
como líder con otros 12 monjes a formar otra comunidad. Se fueron a
un valle desolado llamado “Valle de Ajenjo”. Por arduo trabajo ellos
transformaron el valle a un huerto fértil y lo llamaron “Clairvaux” que
quiere decir “valle claro”. Llegó a ser un lugar de fama. Reyes y Papas
buscaron el consejo de Bernardo, pero él recibió por igual al pobre
también. Escribió una poesía de 48 estrofas “Jesu Dulcis Memoria”.
También escribió otra poesía larga titulado “Salve Mundi Salutari” que
hemos recibido hoy día a través de una traducción alemana. Vea el
Himnario Majestuosa # 38, 236 y 305.
C. Bernardo de Cluny (el mismo periodo)
Cerca de “Claraval” era el monasterio fuerte y rico de Cluny. Otro
Bernardo y contemporáneo con Bernardo de Clairvaux vivió dentro de
sus muros. El escribió una poesía titulada “De Contemptu Mundi”
hablando de los errores dentro de la iglesia, pero al final de la poesía
él enfoca en la ciudad celestial. El Doctor Neale ha traducido
porciones de la poesía de lo cual ha compuesto tres himnos.
D. Francisco de Asís (1182-1226)

El trató de imitar la vida y espíritu de Cristo. Nacido en Asís, Italia a un comerciante de éxito.
Negó esa vida fácil y viajó predicando a los pobres. Mientras que descansaba durante un
verano de mucho calor sobre un petate en una choza, sufriendo gran dolor de una infección de
los ojos y la compañía constante de pericotes, escribió el himno “El Canto de la Criaturas”. (Vea
H.M. # 48).

E. Tomás de Celán (Siglo trece) Tomás de Celán era un amigo de


Francisco de Asís y estuvo con él en su muerte. También escribió su
biografía. Escribió el gran himno basado en Sofonías 1:15-16 “Dies
Irae” (Día de Ira). Fue considerado como uno de los himnos más
grandes de la Edad Media, fue traducido en todo idioma con 150
versiones en inglés y apareció en los himnarios de todas las
denominaciones. Aparentemente los editores modernos de himnarios
no están incluyendo este himno en sus tomos por dejar el temor de la
retribución de Dios. La literatura de todas las naciones abunde en
alusiones al himno.
Capítulo 4 – “Martín Lutero y la Himnología Alemana”
Debe quedar en claro de que hasta el tiempo de Martín Lutero los
himnos no fueron para el uso de las congregaciones. Hubo una
separación del lego y clero por casi mil años. El lego no tuvo
participación en los cultos de adoración en la iglesia. Parte de la razón
era por el idioma latín que se usaba en los cultos. Se desarrolló una
liturgia tan elaborado en latín que era muy difícil la participación de la
gente común. Los monjes o sacerdotes se encargaron de la música en
la iglesia que fue cantada por un coro o una persona.
Con la llegada de la gran reformación cambió la escena y la música
como la biblia llegó de nuevo a su lugar debido en las manos de la
congregación. Se considera la gran reformación como el inicio del
cristianismo evangélico y Martín Lutero como el promotor del cambio.
No obstante en los siglos que preceden Martín Lutero hubo grupos de
personas que continuaban en su senda de independencia aún durante
los años de la gran reformación como los anabaptistas.
I. Himnología de los Anabaptistas
Sabemos de los anabaptistas fueron perseguidos por su fe.
Muchos de ellos murieron como mártires por su fe en Cristo.
Cientos de ellos marcharon a sus muertes con los himnos de
su fe en sus labios. Su práctica del canto congregacional en
Alemania, Suiza y otros países influyó directamente a Juan
Has quien introdujo el canto congregacional en las iglesias de
Bohemia. Aquellas iglesias en cambio influyeron a Martín
Lutero en promover el poder del canto congregacional en su
lucha contra Roma.
II. Martín Lutero y la Gran Reformación
Lutero nació en Eisleben, Alemania en 1483. Su padre quiso
educarle en derecho, pero un escape de un relámpago cambió
la mente de Martín. El entró en el monasterio de Erfurt en
1505 con el gran deseo de buscar paz en su mente y corazón.
El guardó las reglas del monasterio estrictamente. Pero no
llegó la paz que buscaba. En cambio, al estudiar la Palabra de
Dios y observar la corrupción increíble de la iglesia católica
romana, llegó a su corazón una convicción de que no estaban
practicando el sacerdocio del creyente y de que el justo por
solo la fe vivirá. En aquello tiempo el papa aumento las
indulgencias para obtener fondos para la construcción de la
catedral de San Pedro en Roma. Entonces Lutero se separó de
la iglesia católica romana y descubrió que la gente de
Alemania estuvo a favor.
Con la gran reformación vino también la imprenta, el
descubrimiento de las Américas, el despertar de la educación
y lo mejor, la libertad del alma. Ahora el discípulo más
humilde podía tener acceso al trono de gracia. Por su puesto
hubo una gran expresión de júbilo a través del canto.
Martín Lutero era predicador, maestro, poeta, traductor y
músico. No solo dio a la gente de Alemania la biblia en su
propio idioma, pero los dio un himnario también. Estas dos
contribuciones hicieron más en la lucha contra la iglesia
católica romana que todos sus sermones y tesis.
El himno “Castillo Fuerte” es su composición más famosa
conocido como la marcha de la gran reformación. En esta
versión de Salmos 46 la gente encontró refugio y vigor para la
batalla contra las prácticas de la iglesia en Roma. Es uno de los
himnos más majestuosos de toda edad. Llegó a ser un himno
universal. Un himnólogo de Canadá, Alejandro McMillan
cuenta de que lo escuchó la congregación de Westminster
Abey cantarlo fervientemente en el tiempo de la Segunda
Guerra Mundial. Aparentemente no les importaba que el
autor del himno era del país del enemigo. Desde su niñez
Martín Lutero amaba la música y entendió su poder. Como
monje había regocijado con la gran música de la iglesia. Al
renunciar el monasterio y el catolicismo, el llevó en su mente
y corazón los himnos latinos, y muchos de ellos tradujo a
Alemán para que su pueblo pudo cantarlos. Su ejemplo animó
a otros en la labor y ministerio de escribir himnos. Juan Julián,
un gran himnólogo ha dicho que debe haber casi 100,000
himnos en Alemán, de los cuales 10,000 son populares, y de
los 10,000 un millar son clásicos e inmortales. Hombres y
mujeres de todo tipo y clase escribieron himnos: pastores,
eruditos, monjes convertidos, reyes, princesas, comerciantes,
madres de casa, generales, políticos, estudiantes y profesores.
Muchos de ellos nacieron y vivieron en el tiempo de la
reformación y experimentaron las pruebas y tribulaciones de
los 30 años de guerra entre 1618-1648.
III. Himnólogos Alemanes Después de Martín Lutero
A. Petrus Herbert (? – 1571) Uno de los seguidores de Juan
Has de Bohemia escapó la persecución huyendo a Moravia y
escribió 90 himnos. Era un hombre de renombre que
representó a su gente en varias misiones. El compuso un
himno de la anochecida que tradujo Catherine Winkworth y
ha sido muy querido por los ingleses.
B. Felipe Nicolai (1556-1608)
Felipe Nicolai, un pastor Luterano quien era famosa una
elocuencia en el púlpito es conocido hoy por dos cantatas
reconocidas como el “rey” y la “reina” de cantatas alemanes.
C. Martín Rinkart (1586-1649)
Durante los 30 años de guerra en Alemania Martín Rinkart
sirvió como arzodiacono de Eilenburg. El tubo que soportar no
solo las pruebas de la guerra, sino también de hambruna y
pestilencia. En un período terrible él oficio al sepelio de 4,000
personas que murieron con la plaga. Sin embargo, no
muenguó su espíritu y al final de aquella período escribió uno
de los himnos más grandiosos en Alemania. Fue traducido al
inglés por Chatherine Winkworth en 1858 y al castellano por
Fritz Fliedner y titulado “De Boca y Corazón” (vea # 239 del
Himnario Bautista).
D. Pablo Gerhard (1607-1676)
Pablo Gerhard, hijo de un profesor, nació cerca a Wittenburg
y estudió en la universidad allí. Entró en el ministerio y
rápidamente llegó a ser el ministro en la iglesia de San Nicolás
en Berlín, donde su prédica atrajo mucha gente. Sin embargo,
a través de su controversia con la iglesia reformada, tuvo que
dejar la iglesia grande y tomó una iglesia pequeña rural donde
pasó el resto de su vida. Aunque tuvo muchas pruebas, fue
una inspiración a mucha gente, y le encantaba predicar del
amor de Dios. Escribió más de cien poesías y muchas de ellas
aparecen en himnarios hoy en día (vea Himnario Bautista #
97, 173).
E. Joachim Neander (1650-1680)
Aunque la iglesia reformada era más fuerte en Suiza, tuvo muchos
seguidores en Alemania también. Uno de ellos, Joachim Neander,
quién vivió una vida descarriada en su juventud, se convirtió y aportó
a la himnología antes de su muerte inesperada. Uno de sus himnos
amado por los creyentes en las Américas es “Alma, Bendice al Señor”
(vea el Himnario Bautista # 234). Otro himno que compuso es “¡Dios
Está Presente!” (vea el Himnario Bautista # 14).
F. Erdmann Neumeister (1671-1756)
Como pastor de una iglesia grande en Hamburgo, él logró mucha
fama y compuso más que seis cientos himnos. Pero el único conocido
hoy día es “Al Que en Busca de la Luz” (vea el Himnario Bautista #
179).
G. Gerhard Tersteegen (1697-1769)
Sus padres de Gerhard le dedicaron al ministerio, pero por algunas
circunstancias fuera de su control no pudo lograr el pastorado. Sin
embargo después de su trabajo cada día, él pasó su tiempo como
Guillermo Carey, en oración, meditación, en aconsejar a otros y en
escribir. El escribió más de cien himnos. Uno de ellos es “¡Dios Está
Presente!”
H. Benjamín Schmolck (1672-1737)
Entre Checoslovaquia y Polonia había el pequeño país de Silesia.
Benjamín Schmolck era un pastor Luterano en aquello país. Su vida
estuvo llena de dificultades y pruebas de parte de las autoridades
católicas. Aun en medio de la persecución y sufrimiento él escribió
himnos. Uno de ellos es “My Jesus, As Thou Wilt” (Mi Jesús Como Tu
Quieres). Del mismo país de Silesia viene el himno anónimo “Cristo
Divino, Hijo Unigénito”. Otro himno anónimo de una fuente alemán se
encuentra en el Himnario Majestuoso # 16 I. José Mohúr (1792-1848)
Clausuramos este breve vista de himnología alemana con el himno
navideño amado universalmente “Noche de Paz” por José Mohúr, un
sacerdote católico quien escribió la letra en una villa de los Alpes una
noche antes de navidad.
La edad dorada de himnología alemana terminó, y en los años que
siguieron llegó una sequía de teología y de himnología. Somos
deudores a los dulces músicos de Alemania y necesitamos orar que
otra vez suenen los grandes himnos de aquello país.
Capítulo 5 – “Juan Calvino y la Salmodia Métrica”
Hubo dos grandes líderes de la Reformación. Martín Lutero empezó
en Alemania un gran movimiento de himnología evangélica. En
Francia y Suiza otro movimiento empezó bajo el liderazgo de Juan
Calvino, un francés que huyó a Suiza para escapar la persecución.
Desde su centro en Ginebra ejerció una influencia grande sobre las
iglesias reformadas de Suiza, Francia, Holanda y las congregaciones
puritanos de Inglaterra y Escocia. Ambos líderes tuvieron la misma
determinación de poner la participación de la música en las manos de
las congregaciones. Martín Lutero usaba más los himnos latinos. Sin
embargo, Calvino recurrió a la biblia como la única fuente de música
cristiana. El rechazó todo himno de “composición humana”. Sus
himnos fueron llenos de palabras de los salmos y algunos textos del
Nuevo Testamento, como “Gloria en Excelsis” y “Nunc Dimittis”. I.
Juan Calvino, el Hombre y su Movimiento Nació Juan Calvino en 1509.
Sus padres eran pobres pero trabajadores y de mucha influencia. Su
padre le mandó a prepararse para ser sacerdote pero después le
cambió para estudiar derecho. Se distinguió como alumno y estimado
por los otros alumnos. Su idea de la música para la iglesia fue basada
en tres puntos: 1. La música es para la gente, entonces debe ser
sencilla. 2. La música es para Dios, entonces debe ser modesta. 3.
Estos dos objetivos se logra mejor con la voz sin acompañamiento. En
1542 él publicó el “Salterio de Ginebra”, uno de los himnarios más
famosos de toda la historia. Fue una compilación de las mejores
versiones métricas de los salmos con música compuesta y arreglada
por los mejores músicos de aquel entonces. II. El Salterio de Ginebra
A. Su convección Cuando Calvino decidió de publicar su salterio en
1539, ya existían versiones métricas de los salmos. Los mejores de
estos escribió Clemente Marot el poeta de la corte de Francia, quien
tuvo que huir más luego a Ginebra por sus tendencias protestantes.
Dos grandes compositores que usó Calvino eran Louis Bourgeois y
Claude Goudimel. B. Su influencia El libro de Calvino llegó a ser muy
popular inmediatamente. Fue traducido en varios idiomas y se
imprimió cientos de ediciones. Fue el modelo de otros salterios que
aparecieron después en el continente como en Inglaterra y América.
La insistencia de Calvino en usar la Biblia puso una base sólida para la
himnología evangélica. III. La Salmodia Inglesa A. El trasfondo El dejar
del catolicismo en Inglaterra no fue un movimiento del pueblo como
fue en Alemania. El rey Enrique VIII hizo una separación de Roma por
razones personales. La nueva Iglesia Anglicana en el principio era muy
similar a la Iglesia Católica. Pero pronto se vio la disolución de los
monasterios y las imágenes como cambios en la liturgia. Pero hubo
algunos dentro de la Iglesia Anglicana que por su influencia de los
movimientos en Alemania y Suiza, querían ver más cambios todavía.
Aquellos grupos fueron conocidos como los Independientes, los
Separatistas y los Puritanos. Esos grupos sufrieron persecución por la
Iglesia Anglicana. B. Dos influencias 1. En Inglaterra habían dos
influencias trabando en el siglo dieciséis. Los cánticos de Lutero
llegaron a Inglaterra aún antes de la reformación. Después de 1531
Miles Cloverdale publicó un salterio que incluyó “Castillo Fuerte” y
otras canciones alemanes. 2. Durante el reinado de María la
Sanguinaria de 1553-1558 muchos reformistas huyeron a Ginebra.
Llegaron a conocer el Salterio de Ginebra. Al retornarse después
llevaron no solamente la memoria del gran cantar pero también como
87 salmos con su música del Salterio de Ginebra. IV. Salterios Ingleses
A. La Versión Antiguo Tomás Sternhold encargado de las túnicas del
rey en la corte de Enrique VIII hizo la primera versión de los salmos
autorizada para uso en la Iglesia Anglicana. Sternhold cantaba sus
salmos acompañado por un órgano para su propio contentamiento.
Pero el príncipe Eduardo al escuchar sus canciones se deleitó en ellas
y al llegar rey mandó a publicarlas. Después en 1562 se publicó todos
los salmos compuestos por Sternhold, John Hopkins y otros. Fue
conocido como “La Versión Antiguo” y por más de 200 años tomó el
lugar de prominencia entre la gente común en Inglaterra sobre otras
publicaciones de los salmos. Aunque no era muy elocuente
literariamente, fue fiel al texto de la Biblia. Su fidelidad a la Biblia es
los que ganó su popularidad para la gente. De este salterio llega hasta
hoy día “La Doxología” que se canta comúnmente en muchas iglesias
(vea # 20 del Himnos Majestuosos). B. La Versión Nueva En el año
1696 se publicó con aprobación real una versión nueva de los salmos
de David. Bajo el reinado de William III Nahum Tate y Nicolás Brady
eran los autores. Aunque nunca tomó el lugar de la versión antigua en
las afecciones de la gente, es muy importante en el hecho de que
sirvió como puente entre la salmodia y la himnodia. Los cambios
literarios engrandecieron la fluidez de la letra y produjo versos más
hermosos. Hubo varias ediciones de la versión nueva de Tate y Brady
y cada una tenía más himnos. En la segunda edición de 1700 se
encuentra el villancico “Pastores Cerca de Belén” (vea Himnario
Bautista # 61 o Himnos Majestuosos # 209) y en la sexta edición de
1708 apareció la música “St. Anne” que se usa hoy para el himno “Oh
Dios, Socorro en el Ayer” (vea Himnario Bautista # 219). William Croft
compuso la música que se usó originalmente para el Salmo 42, “Como
el ciervo brama por las aguas”. V. Nuestra Deuda a la Salmodia
Métrica Alista Juan Julian 326 versiones de los salmos publicadas en
parte o enteramente desde 1414 al 1886. Nuestra deuda es doble. A.
En primer lugar muchas de las composiciones musicales de esa era
viven hasta hoy día como “St Anne” y “Old 100th”. B. En segundo
lugar esa época estableció una presidencia en cuanta la base bíblica
para la letra de los cánticos. Los escritores fueron obligados seguir
usando frases y términos de las Escrituras para sus nuevos himnos si
esperaban tener la aprobación de los creyentes. Capítulo 6 –
“Himnodia Inglesa” “Un himno de gloria cantaremos; Un himno por
todo el mundo entonaremos.” Así cantó Bede a su arpa en Inglaterra
cerca del año 750 d.C. Bede era un monje, predicador e historiador
quien tradujo el evangelio de Juan a Inglés. El compiló un himnario
titulado “Un Libro de Himnos en Metros y Rimas Diversos”. Por los
siguientes siglos los ingleses produjeron himnos mayormente en latín.
Pero al llegar el cantar de los Salmos a las congregaciones de
Inglaterra, entonces empezó a fluir de las plumas de poetas himnos
en inglés. Sin embargo, hubo cuatro autores de himnos en inglés
antes de la llegada del canto congregacional. 1. George Herbert (1593-
1633) Era un pastor muy dedicado de la Iglesia Anglicana, amado por
su congregación y reconocido por su humildad, gentileza y sus
poesías. Era uno de los mejores poetas de Inglaterra y enseñó a su
congregación algunas de sus canciones. Muchos le alabaron por su
carácter cristiana, entre ellos fue Henry Vaughan, quien atribuyó su
propia conversión a la vida ejemplar de George Herbert. Una de sus
canciones es “Que Todo el Mundo Cante al Señor” (Vea el Himnario
Bautista # 6). 2. John Milton (1608-1674) Era secretario a Oliver
Cromwell, quien dirigió a Inglaterra por muchos años. Ambos
pertenecían a los Independientes. Milton es el autor de la gran pieza
literaria “Paraíso Perdido” que es un clásico. A la edad de quince años
escribió una canción basada en el Salmo 136 titulada “Let Us, with a
Gladsome Mind”. El es considerado como un bautista, siendo que su
teología era de los bautistas y que su esposa era miembro de la iglesia
bautista en Nantwich. 3. John Bunyan (1638-1688) Era un pastor
bautista quien desde la cárcel escribió el alegoría clásica “El Progreso
del Peregrino” que es considerado como la mejor alegoría en todo el
mundo de literatura. De esta alegoría sale un himno de prominencia
“He Who Would Be Valiant”. 4. Tomás Ken (1637-1711) Era uno de los
muchos pastores anglicanos conocido por su piedad universalmente.
Era capellán a la Princesa María y luego al rey Carlos II. Fue
respectado y amado por la nobleza que exhortaba y por la gente
común que servía. Una gran aportación a la himnodia inglesa fue las
letras de la doxología que juntas al tono el “Old 100th” ha sido
cantado por varios siglos y que se canta en miles de iglesias hasta hoy
en día. Originalmente él había escrito tres himnos para los niños del
colegio en Winchester, uno para ser cantado en la mañana, otro para
la tarde y el tercero para la noche. Los tres terminaron con las cuatro
líneas de la doxología. 5. George Wither (1588-1667) Nació cuando
Shakespear estuvo escribiendo sus dramas. El renunció la iglesia del
estado y como un puritano usó sus talentos de poeta para el
movimiento puritano. En 1623 publicó “Los Himnos y Cánticos de la
Iglesia” que consistió de himnos basados en las Escrituras e himnos
compuestos para días especiales. Orlando Gibbons compuso la música
de muchos de sus himnos de Wither. 6. Richard Baxter (1661-1708)
Baxter era otro ministro quien promovió el cantar en las
congregaciones. Siendo un presbiteriano junto con el gran
comentarista Matthew Henry influenciaron a sus congregaciones en
cantar los himnos que tenían letra aparte de las Escrituras. Siendo
portavoz de los puritanos fue involucrado en muchas controversias, y
llegó cerca a perder su vida en varias ocasiones. En uno de estas
ocasiones, él escribió las letras a “Lord, It Belongs Not to My Care”,
(Señor, No Me Pertenece Preocuparme) una profunda declaración de
fe. 7. Benjamín Keach (1640-1704) Era un pastor joven de una iglesia
bautista durante el tiempo de la controversia entre los bautistas
generales y los bautistas particulares. Keach también era un pastor
que quiso promover el cantar de los himnos en la congregación. El
introdujo un himno en la cena del Señor. Después uso un himno en los
días de agradecimiento. Y finalmente en 1690, después de ser pastor
en la misma iglesia por 22 la iglesia decidió en una sesión de cantar un
himno después del sermón para dar tiempo a los que estuvieron en
contra de dejar el culto antes de cantar. Aun mostrando tanta
paciencia en el proceder del cambio de cantar puros salmos a usar
himnos resultó en una controversia. Keach entonces escribió una
defensa de cantar himnos en la congregación. El también publicó una
colección de trescientos himnos llamada “Melodía Espiritual” de los
cuales ninguno es usado hoy, pero fue un paso en la dirección del uso
del himno en la congregación. 8. José Stennett (1663-1713) Cuando
Benjamín Keach falleció después de pastorear por 36 años la iglesia en
Horsley-Down, José Stennett, pastor de la Iglesia Bautista del Séptimo
Día en Londres, predicó en su sepelio. El apellido Stennett fue de
renombre entre los bautistas, siendo que produjo cinco generaciones
de predicadores. José Stennett era un erudito en hebreo y escribió
varias obras que son importantes en la historia de la iglesia. Pero
también escribió varios himnos para las congregaciones. En 1697 él
publicó una colección de himnos titulado “Himnos en Conmemoración
de los Padecimientos de Nuestro Amado Salvador Jesucristo,
Compuestos para la Celebración de Su Santa Cena”. En 1712 apareció
una colección de sus himnos compuestos para la ordenanza del
bautismo. Esos himnos atraía la atención de un joven llamado Isaac
Watts quien llegó a ser considerado como el “padre de la himnodia
inglesa. Antes de hablar de Isaac Watts y sus contemporáneos vamos
a analizar el desarrollo temprano de la himnodia en Inglaterra. 1. Se
hizo un esfuerzo para mejorar el carácter literario del salterio
autorizado. Los liricos del “Salterio de Ginebra” (en francés) fueron
fieles a las Escrituras y de una calidad alta de literatura, porque fueron
hechos por un poeta, Clemente Marot. En cambio en Inglaterra los
hombres (Sternhold y Hopkins) quienes produjeron la “Versión
Antiguo” no fueron poetas, por tanto su reproducción faltaba la gracia
del “Salterio de Ginebra”. Con la “Versión Nueva” de Tate y Brady
vemos un paso de mejoría en el estilo literario. 2. El segundo impacto
hecho con los salmos en metro fue el esfuerzo de acomodar los textos
de las Escrituras a las circunstancias de los adoradores de aquel
entonces. El salterio no dejó la oportunidad para los creyentes de
nombrar el Salvador en su adoración. Entonces el esfuerzo de
acomodar la salmodia de David a la dispensación del cristianismo fue
un avance. 3. El tercer impacto fue de incluir otras porciones de las
Escrituras aparte de los salmos en la himnodia. Por ejemplo Crístofer
Tye produjo una versión en rima de los primeros catorce capítulos del
libro de Hechos. Capítulo 7 - “Himnodia Inglesa de Watts en Adelante”
Introducción: Duró la era dorada de cantar los salmos de la Gran
Reformación hasta la mitad del siglo 17. La Iglesia Anglicana como las
iglesias independientes había usado los salmos en metro por igual.
Mientra que se quedó la Iglesia Anglicana con un canto monótono de
los salmos, las iglesias independientes empezaron a usar las canciones
espirituales. No vino el cambio de repente. Pero después de los años
cuando hombres como Baxter, Keach y Stennett empezaron a
promover el nuevo cántico, llegó la obra de uno quien iba a ser
instrumento de empujar el coche del cambio. Ese hombre fue Isaac
Watts, reconocido como el “Padre de la Himnodia Inglesa” A. La
Himnodia Inglesa Establecida 1. Isaac Watts (1674-1748) Aunque vivió
Watts en un tiempo cuando habían logrado la toleración de los
independientes y no conformistas de la Iglesia Anglicana, él como
niño recordaba yendo a la cárcel con su madre para visitar a su papá
quien estuvo encarcelado tres veces por su fe. Como joven, le dolía el
oído de Isaac al escuchar en la capilla pequeña el canto monótono de
los salmos métricos. A la edad de 20 años se quejó a su padre quien le
contestó “escribe algo mejor”. Entonces, tomó el reto y empezó a
escribir. Su primer himno fue así: “He aquí, las glorias del Cordero
Delante del trono de Su Padre Prepare honores nuevos para Su
nombre E himnos antes no cantados.” De ese inicio Watts siguió
escribiendo hasta logró 600 himnos. Llegó a ser ministro en la Iglesia
Independiente (Iglesia Congregacional) y un teólogo de renombre
escribiendo un libro de lógico que fue usado en grandes universidades
por muchos años. Pero su obra más grande fue en el área de
himnodia. El empezó a escribir himnos libres de la traducción literal
de las escrituras usando pensamientos y reflexiones propios de los
cantantes no limitándose a los de David. En 1707 publicó Watts su
primer edición de “Himnos y Cánticos Espirituales” que fue revisado
en 1709. Ambas ediciones contenían 14 salmos. En 1719 él publicó
“Los Salmos de David Imitado en el Lenguaje del Nuevo Testamento y
Aplicado al Estado Cristiano y Adoración”. De esas dos obras Watts
ganó el seguimiento de los cristianos evangélicos. Tanto fue la
influencia y grandeza de sus obras de que por muchos años los que
publicaron otras obras sintieron la necesidad de hacer claro en sus
introducciones de que eran suplementos a las obras de Watts.
Aunque Isaac Watts era un hombre de habilidades extra ordinarias y
de gran carisma, careció de apariencia física. Era bajito y delgado con
una nariz grande en forma de pirata. Ofreció su mano y corazón a una
señorita se llama Elizabeth Singer. Ella declinó en una forma suave
diciendo “Ojalá pudiera decir que admiro el cascajo tanto como la
joya.” El sufrió corporalmente en los años como niño cuando su
madre tuvo que buscar la vida mientras que su padre estuvo
encarcelado. Por años no pudo subir a su púlpito todos los domingos
por su salud. Pero gracias a Dios, tuvo un asistente en el ministerio de
la Iglesia Mark Lane. También tuvo buenos amigos en la pareja de
Tomás Abney y su señora, quienes le invitó a radicar en su hermoso
fundo. 2. Felipe Doddridge (1702-1751) Uno de los primeros para
seguir a Isaac Watts en la nueva manera de alabar era un erudito y
poeta Puritano quien llegó a ser un ministro eminente en la Iglesia
Congregacional. En la edad más fructífera de su vida Felipe Doddridge
contrajo consunción y tuvo que dejar Inglaterra. Murió a los 49 años
en Portugal. Uno de sus himnos que cantamos hoy es “Día Feliz”
(Himnario Bautista # 442). 3. Anne Steele (1716-1778) Una verdadera
pionera, Anne Steele, hija y nieta de predicadores Bautistas fue la
primera dama de escribir himnos en Inglaterra. Tragedia y mala salud
a través de muchos años no le impidió de escribir y cantar himnos en
su congregación. Ella escribió 144 canciones, todas de un tono
devocional y lleno de sentimientos cristianos. 4. Samuel Medley
(1738-1799) Después de pasar varios años en la marina royal de
Inglaterra, se convirtió Samuel Medley y llegó a ser pastor de dos
iglesias Bautistas donde sirvió hasta su muerte. Era su costumbre de
escribir un himno para acompañar su mensaje cada domingo. Algunos
han llegado hasta hoy. 5. John Fawcett (1740-1817) John Fawcett era
un huérfano que trabajó duro y se educó a sí mismo, llegó a ser un
predicador joven y después un pastor de renombre, aun reconocido
por el mismo rey. Su primera iglesia fue una congregación pequeña en
Wainsgate compuesta de campesinos pobres. Después de siete años
allí recibió una llamada para pastorear la iglesia de Carter´s Lane en
Londres donde podría recibir mejor salario y más oportunidad de
avanzar. Con su esposa decidieron aceptar la invitación. El día de su
salida empaquetaron sus pertinencias y cargaron la careta. Todo
estuvo listo. Solo faltaba despedirse de su congregación que estuvo
presente por la ocasión con caras tristes, porque amaban a su pastor
quien les había servido de corazón. Sus caras conmovieron los
corazones de Juan y María y descargaron sus cosas y las colocaron en
su casa de nuevo y sirvió a su congregación un total de 54 años. Como
consecuencia de esta experiencia escribió “Sagrado Es el Amor”
(Himnario Bautista # 260). Dentro de sus escritos es uno titulado “Ira”
que llegó a ser un favorito del Rey George III, quien ofreció cualquiera
beneficio que deseaba. Pero John declinó la oferta diciendo “he vivido
entre mi propia gente, gozándome de su amor, Dios ha bendecido mi
labor entre ellos y no necesito nada que aun el rey puede suplir. 6.
Samuel Stennett (1727-1795) Otro miembro de la familia distinguida
Stennett de pastores Bautistas era Samuel. Samuel fue ordenado al
ministerio y sirvió como co-pastor con su padre por varios años.
Cuando falleció su papa llegó a ser el pastor de la iglesia en Londres.
Como su abuelo Joseph (José), fue bien conocido y admirado por su
erudición. El Rey George III le consideró un amigo personal y le dio
varios favores. Pudiera tener una posición alta en la Iglesia del Estado
pero nadie podía persuadirle renunciar sus convicciones bautistas.
Uno de sus himnos que se canta hoy día es “Corona Nuestro Salvador”
(Himnario Bautista # 270). 7. John (Juan) Rippon (1751-1836) Se
publicó en 1787 en Londres un himnario Bautista “Una selección de
Himnos de los Mejores Autores Intentado Ser un Suplemento a los
Salmos e Himnos de Watts”. El editor de este himnario era el Dr. John
Rippon, pastor de la iglesia en Carter´s ane que mas luego tuvo como
pastor el famoso Carlos Spurgeon. También a esa misma iglesia John
Fawcett aceptó una invitación, pero después decidió quedarse con su
gente en Wainsgate. El Dr. John Rippon sirvió en esa iglesia 63 años. El
himnario que editó fue por muchos años una fuente de consulta al
publicar nuevos himnarios. El escribió la última estrofa del himno
“Loores Dad a Cristo el Rey”. Escribió otros himnos que no se cantan
hoy. B. Himnodia Inglesa de la Época del Avivamiento Durante el
tiempo que los salmos e himnos de Watts estaba ganando lugar en las
iglesias independientes de Inglaterra, también hubo un movimiento
dentro de la iglesia establecida (Iglesia Anglicana) de avivamiento.
Aunque Juan y Carlos Wesley son considerados como fundadores de
la gran denominación Metodista, nunca dejaron la Iglesia Anglicana.
Mayormente consideramos a Juan como el predicador y su hermano
Carlos como el músico. Sin embargo, los dos era gran predicadores y
los dos participaron en la composición y publicación de himnos. 1.
Juan Wesley (1703-1791) Juan, hijo de Samuel y Susana Wesley, nació
en Epworth, Inglaterra donde su padre era ministro. La disciplina
estricta y entrenamiento espiritual de su madre dio fruto en la vida de
Juan. Se educó en la Universidad de Oxford, donde fue un líder en un
movimiento espiritual entre los alumnos. En 1735 viajo a las Américas
con la esperanza de hacer la obra misionera entre los indios. Pero
ministró en la colonia de Georgia donde escribió y publicó sus
primeros himnos. En el viaje a las américas Juan fue introducido a un
grupo de moravos que cantaban himnos aun en medio de una terrible
tempestad. Juan estudió el Alemán para que pudo acompañarles en
su adoración. Su contacto con ellos tuvo un gran impacto en la vida de
Juan. En su primer año en Savannah, Georgia, él tradujo cinco himnos
de alemán a inglés. Aunque su tiempo en américa era de frustración,
pudo publicar el primer himno en américa, el cual también llegó a ser
el primer himno diseñado para la Iglesia Anglicana. Después de su
regreso a Inglaterra su juntó otra vez con algunos Moravos y
experimentó un gran avivamiento que le empujó predicar con
convicción por el resto de su vida. Dedicó su tiempo a la prédica, la
organización de sus seguidores y la edición de los himnos de su
hermano Carlos. 2. Carlos Wesley (1707-1788) Carlos era el hijo
número 18 de Samuel y Susana Wesley. Recibió su educación en la
Universidad de Oxford también. Él siguió a su hermano Juan en el
viaje a las américas como secretario al General Oglethorpe. Sin
embargó, todo salió mal y pronto regresó a Inglaterra. Luego cuando
llegó Juan, Samuel pasó por una experiencia espiritual similar a la de
su hermano. Después los dos trabajaron juntos como ministros de
sermones y canciones. Soportaron mucha persecución de los líderes
de la iglesia, autoridades civiles y la gente común. Pero persistieron en
su ministerio y pronto vieron cambios en la gente. Samuel compuso
poemas tal fácilmente como canta un pájaro. Muchas de ellas
consistían de muchas estrofas. Juan quitaba y añadía palabras y
estrofas para sacar himnos de cuatro o cinco estrofas, así haciendo
una de las mejores colecciones de himnos en inglés. Algunos de sus
canciones que son traducidos en español son: “Tu Santo Nombre
Alabaré” (H.B. # 39), “¡Oh Amor Que Excede a Todos!” (H.B. # 338),
“Cariñoso Salvador” (H.B. # 167), “Se Oye un Son en Alta Esfera” (H.B.
# 64), “Ven, Jesús Muy Esperado” (H.B. 56), “Maravilloso Es el Gran
Amor” (H.M. 127), Tierno Cristo” (H.M. # 172), “El Señor Resucitó”
(H.M. # 260) y “Con las Nubes Viene Cristo” (H.M. # 261). 3. William
Williams (1717-1791) En el mismo tiempo del fuego de avivamiento
en Inglaterra George (Jorge) Whitefield predicaba en Gales a los
miembros de la Iglesia Establecida a salir de sus iglesias mientras que
estaban parados en los cementerios de las iglesias. Uno de sus
convertidos era un joven de 20 años, quien quiso ser un médico, pero
cedió a la llamada de predicar el evangelio. Su ministerio de William
Williams era similar al ministerio de los Wesley, viajando por caballo
más de 100,000 millas a través de 40 años, cantando y predicando. Su
contribución a la himnodia de Gales le logró los títulos de “El Watts de
Gales” y también “El Dulce Cantor de Gales”. Uno de sus canciones es
el popular y hermoso “Guárdame, Gran Jehová” (H.M. # 82). 4.
Augustus Toplady (1740-1778) Hijo de un soldado de Gran Britania
Augustus Toplady se convirtió en una reunión en un establo mientras
estudiaba en la Universidad de Dublín en Irlanda. Llegó a ser
sacerdote en la Iglesia Anglicana y en espíritu muy evangélico. Siendo
calvinista en doctrina tuvo gran controversia con los Wesley con
fuertes y frecuentes ataques uno al otro. Uno de sus gran himnos que
llega hasta hoy día es “Roca de la Eternidad” (H.M. # 444). 5. John
(Juan) Newton (1725-1807) El himno más famoso de Juan Newton
“Sublime Gracia” es como una autobiografía de su vida. Su padre era
un capitán marino. Su madre era una creyente fiel y enseño a Juan las
cosas de Dios, pero murió cuando Juan era niño todavía. Entonces,
por los próximos once años pasó Juan un vida depravada en alta mar
con su padre. Dios cambió su vida al contemplar su estado de pecado
al pasar por una tempestad terrible. Tomó un trabajo en el muelle de
Liverpool y pasó horas estudiando en preparación de contestar la
llamada de Dios de predicar el evangelio. Llegó a ser un ministro en
una iglesia en Olney, donde desarrolló una amistad profunda y larga
con el famoso poeta de Inglaterra, William Cowper. Juntos ellos
visitaron a los enfermos, enseñaron clases bíblicas y tuvieron
reuniones de oración. También hicieron un himnario al cual Juan
contribuyó 280 himnos. (Vea H.M. # 139, 146, 150, H.B. # 180, 183) 6.
William Cowper (1731-1800) William, hijo de un rector de la Iglesia
Anglicana, era un niño delicado y frágil de salud. Estuvo en un colegio
internado donde los otros niños más robustos le hicieron la vida muy
difícil y pasó muchos tiempos a bordo de la locura. Estudio derecho
pero no pudo enfrentar el examen final. Se refugió en el hogar de sus
amigos, la familia Unwins en Olney donde pasó el resto de su vida.
Juan Newton fue el único quien pudo hacerle salir de sus momentos
de depresión dándole oportunidades de servir. El aportó al himnario
de Newton 68 canciones. Vea H.B. # 98 y H.M. 249. C. Himnodia
Inglesa de la Época del Romanticismo Hasta el siglo 19 la composición
y el cantar de himnos se veía en solamente las iglesias independientes
y en un grupo pequeño de iglesias evangélicas dentro de la Iglesia
Anglicana. Sin embargo muchos de los rectores de la Iglesia Anglicana
estaban observando con interés la música de ellos. El himnario de
Newton y Cowper conocido como “Himnos Olney” con su alta calidad
literaria captó la atención de varios rectores. No podían dejar de
reconocer el impacto del cantar de los himnos a través de los países
ingleses. 1. Reginald Heber (1783-1826) En 1809 Reginald Heber, un
rector brillante de la iglesia en Hodnet escribió a un amigo diciendo,
“El canto de los salmos en mi iglesia está mal. ¿Puede decirme dónde
puedo comprar copias de Himnos Olney” por Cowper para poner en
las bancas de la iglesia? Yo admiro mucho varios de sus canciones y
cualquier novedad será bienvenida para atraer más personas a la
iglesia para cantar.” En una ocasión en la iglesia de su suegro en
veinte minutos compuso una canción para estimular una ofrenda
misionera (H.P. 130). El murió en la India como el obispo de Calcuta.
Entre todos los himnos que escribió el más usado es “Santo, Santo,
Santo” (H.B. # 1; H.M. # 64). 2. James Montgomery (1771-1854)
Durante esa época había un despertar no solamente en cantar
himnos, pero también en la obra misionera. Guillermo Carey había ido
a la India que resultó en un reunión en Kettering el 2 de Octubre de
1792 para organizar “La Sociedad de Bautistas Particulares para la
Propagación del Evangelio a los Paganos”. Dentro de pocos años
cambiaron el nombre a “La Sociedad Misionera Bautista”. Al sentir la
responsabilidad de llevar el evangelio lejos, los padres de James
enviaron a su hijo a una escuela Morava y viajaron a los Antillas como
misioneros donde servían, sufrían y fallecieron. James fue a Londres
buscando a alguien para publicar sus poesías y finalmente se radicó en
Sheffield donde asumió la publicación de un periódico, porque el
editor antiguo tuvo que huir del país por sus ideas radicales. James,
también, tuvo algunas ideas radicales y pasó tiempo en la cárcel. Pero
ganó el respecto de la gente hasta el día de su muerte con su vida
ejemplar. Algunas de sus canciones se canta hoy (vea H.B. # 252; H.M
# 186). 3. Charlotte Elliott (1789-1871) Otra persona que escribió
himnos dentro del grupo de los evangélicos en la Iglesia Anglicana fue
la hija y nieta de ministros. Como Anne Steele, Charlotte Elliott fue
invalida por muchos años y escribió para animar a otros en la misma
situación. Su hermano, también un ministro, había establecido una
escuela para la educación de las hijas de ministros. Charlotte quiso
ayudarle, pero por su salud no pudo y sintió mucha pena pensando
que su vida era inútil. Después de pasar una noche sin dormir en
reflexión se levantó su espíritu y escribió el himno conocido en todo el
mundo hecho famoso por las campañas de Billy Graham, “Tal Como
Soy” (H.M. # 317). 4. Henry Francis Lyte (1793-1847) Un humilde
pastor Anglicana quien ministró a los pescadores de Lower Brixham
escribió varios himnos hermosos. Casi desconocido al morir es bien
conocido hoy por algunos de sus himnos que son considerados como
clásicos (H.M. # 21, 389, 430). D. Himnodia Inglesa del Movimiento
Oxford Hasta este momento los compositores de himnos en la Iglesia
Anglicana recibían su influencia del avivamiento evangélico. Aunque
Reginald Heber había producido un himnario para su iglesia, no fue
aceptado oficialmente por la Iglesia Anglicana. Con el Movimiento
Oxford, un esfuerzo para recobrar algunos aspectos de la Iglesia
Católica que dejaron en la Reformación, vino un interés en usar los
himnos en latín. Entonces los eruditos en latín y griego empezaron a
traducir los himnos antiguos y produjeron el himno litúrgico que trajo
una voz nueva a la Iglesia Establecida. La mayoría de los líderes del
movimiento tenía deseos genuinos de ver una mejoría en la vida
espiritual de la iglesia. 1. John Keble (1792-1866) Como vicario de una
pequeña iglesia y a la vez profesor de la Universidad de Oxford John
Keble combinó las cualidades de un humilde predicador campesino
con la cultura docta de un profesor universitario. El publicó un
volumen titulado “El Año Cristiano, Pensamientos en Verso para los
Domingos y Días Santos a Través del Año” para acompañar el “Libro
de Oraciones” de la Iglesia Anglicana. El libro fue diseñado para
proveer devocionales para es uso privado. De ese volumen llegan
algunos himnos hasta hoy día (H.M. # 7). 2. Frederick William Faber
(1814-1863) Algunos durante ese época del Movimiento Oxford como
Frederick W. Faber dejaron la Iglesia Anglicana para entrar en la
Iglesia Católica. Faber era conocido en ambas iglesias por su lengua
dorada como orador. La influencia de Watts, los Wesley y el “Himnos
Olney” ayudó a Faber en producir himnos de piedad y devoción.
Algunos de ellos se canta hoy en iglesias evangélicas (H.M. # 49, 407;
H.B. # 453). 3. John Mason Neale (1818-1866) De todos los asociados
con el Movimiento Oxford, John Mason Neale sobresale como él
quien contribuyó más a la himnodia de hoy. El tradujo muchos himnos
de griego y latín. Él nació en una familia evangélica, pero conoció el
Movimiento Oxford al estudiar en la Universidad de Cambridge. Fue
ordenado como ministro en la Iglesia Anglicana. A la edad de 28 años
se enfermó y dejó el pastorado, pero siguió estudios en la himnología
e historia de la iglesia. Algunos de sus obras son: H.B. # 24, 54, 66,
113, 497). 4. Matthew Bridges (1800-1894) Otro que entró la Iglesia
Católica fue Matthew Bridges. Matthew (Mateo) era el hijo menor de
Carlos Bridges, un pastor en la Iglesia Anglicana, donde recibió su
educación Mateo. Pero viajó a Canadá donde pasó el resto de su vida.
A la edad de 48 años se junto con la Iglesia Católica. Aunque se mucho
más de sus himnos en esa iglesia, él ha a portado un himno
importante basado en Apocalipsis 19:12 que cantan los evangélicos
(H.M. # 30). E. La Himnodia Inglesa del Siglo XIX Se nota en los
cánticos de los compositores de himnos de la última parte del siglo
XIX la influencia de los movimientos: Evangélico, Romanticismo y
Oxford. Los siguientes son algunos de los que aprovecharon los estilos
de esos movimientos. 1. Sarah Flower Adams (1805-1848) La Sra.
Adams era esposa de un ingeniero civil de Londres. Ella era
reconocida por sus talentos en drama y poesía. Se usa sólo uno de sus
himnos hoy día. Pero es un himno de primera categoría en contenido
y en popularidad. Es “Cerca de Ti, Señor” (H.M. # 429). 2. Horatius
Bonar (1803-1889) Este “príncipe de himnos escoceses” era
descendiente de muchos ministros distinguidos en la Iglesia de
Escocia. En 1843 él dejó la Iglesia Establecida y entró en la
organización de la iglesia libre donde sirvió con mucho amor por 46
años. Él tuvo un interés en estudiar la Biblia especialmente los pasajes
proféticos. Escribió casi 600 himnos. Uno de ellos es “Cara a Cara Yo
Te Miro Aquí” (H.B. # 253). 3. Cecil Frances Alexander (1818-1895)
Una de las damas con más talento en escribir himnos de ese período
era la Sra. Alexander, esposa del arzobispo de la iglesia de Irlanda. Sus
mejores himnos son para niños. Dos años antes de su matrimonio ella
publicó “Himnos Para Niños”, un volumen que tuvo cien ediciones.
Uno de sus himnos que se canta todavía hoy es “Jesucristo Te
Convida” (H.M. “ 325). 4. Elizabeth Cecilia Douglas Clephane (1830-
1869) Una descendiente de la famosa familia Douglas de las novelas
de Sir Walter Scott, Elizabeth vivió con su hermana. Con la limitación
de su fuerza frágil y pocos recursos, ella ministraba a los enfermos y
necesitados. Dos de sus himnos son: “Junto a la Cruz de Cristo” (H.M.
# 239) y “Noventa y Nueve Ovejas Son” (H.P. # 76). Ira Sankey, solista
y director de la música para las campañas evangelísticas de Moody
descubrió el poema de “Noventa y Nueve Ovejas Son” en un periódico
que compró en Glasgow, Escocia. En el comino por tren a Edinburgh,
al leer el poema, lo cortó del periódico y lo colocó en una colección de
música que siempre mantuvo. Al llegar a Edinburgh en una reunión
Moody predicó del tema del “Buen Pastor” y Horatius Bonar también
con su elocuencia siguió a Moody con algunas palabras del mismo
tema. Al concluir sus palabras Moody preguntó a Sankey “¿Tiene Ud.
un solo apropiado con este tema para concluir el culto?” Sankey
colocó el poema que había cortado del periódico en el órgano, tocó la
tecla “la bemol” y empezó a cantar nota por nota creando así la
melodía que no se cambió hasta hoy. Poco tiempo después Sankey
recibió una carta de la hermana de Elizabeth Clephane, quien estuvo
presente en esa reunión, agradeciéndole por cantar las palabras que
había escrito su hermana. 5. Frances Ridley Havergal (1836-1879) La
hija de un ministro Anglicano quien era poeta y músico, Frances
Havergal inválida por la mayor parte de su vida produjo más en el
estudio de la Biblia, en escribir y en enseñar que muchos de buen
salud. Algunos de sus himnos son: “Mi Vida Di Por Ti” (H.M. # 540),
“Oh, Háblame y Hablaré” (H.M. # 531), “¿Quién Está Por Cristo?”
(H.M. # 383), “Himno de Consagración” (H.M. # 372), “Cristo Su
Preciosa Sangre” (H.B. # 101), “Se Acerca Un Año Nuevo” (H.B. # 526),
“Entera Consagración” (H.P # 94, H. B. # 386, 365) 6. George
Matheson (1842-1906) A pesar de que fue ciego a la edad de 18 años
George Matheson graduó a la edad de 19 años de la Universidad de
Glasgow con “altos honores”. Él llegó a ser un ministro en la Iglesia
Libre de Escocia y fue reconocido por sus escritos devocionales y su
influencia en las vidas de varones jóvenes. El escribió “¡Oh! Amor Que
No Me Dejarás” (H.B. # 355). Capítulo 8 - “Himnodia Norteamericana”
La excelencia en la himnodia de américa del norte se atribuye a
algunos factores que no habían en Inglaterra. Uno de ellos era la
ausencia de una iglesia del estado. Otro factor es que los poetas
americanos eran más conmovidos espiritualmente que sus hermanos
de Inglaterra. Uno de los primeros himnarios fue publicado en 1640
titulado “Bay Psalm Book” del cual hubo 27 ediciones. Un ambiente
conservador y un temor de herejía fueron dos factores en recibir
lentamente la himnodia de Isaac Watts. Pero en 1739 el ferviente
evangelista George Whitefield llegó a las américas trayendo consigo el
sistema de alabanza de Watts. Algunos de los primeros escritores de
himnos en américa son: 1. Samuel Davies (1723-1761) Samuel Davies
era un predicador Presbiteriano en la colonia de Viriginia. Aunque
murió a la edad joven de 37 años, era famoso por su oratorio. En un
viaje a Inglaterra fue invitado por George II para predicar en la Capilla
Royal. A menudo él terminó sus sermones con himno original.
Aparecieron siete de sus himnos en el famoso himnario bautista
“Rippon´s Selections” (Selecciones de Rippon) en 1787. 2. Samson
Occum (1723-1792) Un personaje muy interesante en la historia de la
himnodia de américa es un indio de la tribu de los Mojicans,
convertido por George Whitefield, educado por dos predicadores y
ordenado en la Iglesia Presbiteriana. Ministraba más entre su propia
gente. Pero en un ocasión hizo un viaje a Inglaterra para recaudar
fondos para la educación de jóvenes indios. Juan Newton le invitó a su
iglesia en Olney para predicar. El regresó con suficientes fondos para
empezar una escuela. El dio a su propia gente algunos salmos e
himnos en su idioma. 3. Timothy Dwight (1752-1817) El nieto del gran
predicador Jonathan Edwards, Timothy Dwight fue el principal
predicador del Gran Avivamiento en América era también uno de los
primeros y más distinguidos escritores de himnos. El graduó de Yale a
una edad joven, llegó a ser capellán en el ejército y muy amado por el
General George Washington. Era miembro del congreso del estado de
Massachusetts y después presidente de su alma mater, la Universidad
de Yale. Uno de sus himnos basado en el Salmo 187 está en el
Himnario Bautista # 242. 4. Oliver Holden (1765-1844) Oliver Holden
era un carpintero, un músico y un bautista quien dirigió un coro
masculino para saludar al Presidente Washington en su visita a
Boston. También escribió muchos himnos.

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