Anatomia e Reabilitation de La Columna Vertebral

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

Anatomia 1
Anatomia 2
reabilitation

Anatomía descriptiva de la Columna


Vertebral
La columna vertebral cumple un doble cometido: Por una parte sirve de eje al
cuerpo encargándose de soportar el peso de la cabeza y del tronco y de transmitirlo a la
pelvis; por otra parte actúa facilitando protección al sistema nervioso medular, alojado
en el conducto raquídeo.
Sin embargo, dicha columna no es un tallo rígido sino que se encuentra integrada
por una serie de piezas – vértebras – que articuladas ofrecen poca movilidad entre sí,
pero que en conjunto proporciona una gran amplitud de movimientos que permiten
flexionar, extender, rotar y movilizar en sentido lateral.
La columna así constituida procede a sustituir al primitivo eje embrionario –
notocorda – mediante un proceso de osificación a partir de una serie de puntos de
osificación, que vienen a ocupar a lo largo del eje corporal una posición intersomítica.
Ello explica que se constituyan siete elementos vertebrales de tipo cervical que vienen a
ocupar posición intermedia entre los ocho somitas cervicales.
A continuación se sitúan los doce puntos de osificación de carácter dorsal (serán
el punto de partida de las vértebras de esta región), de los cuales el primero está
colocado entre el octavo somita cervical y el primero dorsal y los once restantes son
ínter dorsales.
De la misma forma, entre la región dorsal y lumbar se constituye la primera
vértebra lumbar, que sumada a las cuatro intersomíticas lumbares completa los cinco
elementos integrantes de la región lumbar.
Finalmente se constituyen cinco vértebras sacras y tres o cuatro coxígeas, que
suman el conjunto de las 31 o 32 vértebras integradoras de la columna vertebral
completa.
Por otra parte, la columna que inicialmente forma una amplia curva de concavidad
anterior que se corresponde con la actitud embrionaria primitiva, sufre una progresiva
rectificación pues en el nacimiento y a raíz de los primeros meses de la vida, los
músculos erectores se encargan de colocar erguida la cabeza y, con ella, la porción
cervical de la columna que de esta forma rectifica su primitiva curvatura para hacerse a
este nivel convexa hacia adelante.
Por un proceso similar, la puesta en acción del mecanismo de la marcha y del
apoyo de los miembros inferiores lleva consigo un enderezamiento de su primitivo
estado de flexión, que repercute sobre la zona lumbar obligándola a desplazarse hacia
delante, haciéndose convexa y rectificando así su curvatura para centrar mejor el eje de
gravedad del cuerpo.
De esta manera queda constituida la columna vertebral con una cuádruple
curvatura en el plano antero posterior:
 La dorsal y la sacro coxígea conservan la concavidad anterior de la morfología
primitiva (cifosis) y el centro de sus curvas respectivas corresponde en cada caso
a la zona media de ambas regiones.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

 La curva cervical y la lumbar (lordosis) son adquiridas con posterioridad (son


curvas compensatorias) y su convexidad anterior ofrece como centro la cuarta
vértebra cervical y la tercera lumbar respectivamente.
Aparte de esto, en sentido frontal la columna tampoco resulta totalmente rectilínea
ofreciendo en conjunto una ligera curva de concavidad izquierda muy discreta
(escoliosis).

1.1. Osificación vertebral.


El cuerpo vertebral es la porción que más primitivamente se constituye en cada
vértebra para cumplir esa primera misión de soporte y de eje. Posteriormente, surge a la
altura de cada cuerpo vertebral primitivo un patrón cartilaginoso encargado de proteger
al tubo neural situado por detrás y que dirigido hacia atrás forma el arco neural.
Así pues, la vértebra tiene su origen en un gran punto de osificación anterior –
cuerpo vertebral – y en dos puntos de osificación laterales integra-dores de cada mitad
de arco neural, que más tardíamente termina por soldarse entre sí formando una unidad
vertebral.
La superposición de una vértebra con otra formaría un arco seguido de otro, es
decir, forman un conducto vertebral. Si no se suelda el arco por detrás surge una
patología denominada espina bifida (a nivel sacro o en las últimas vértebras lumbares).
Por otra parte, frente a estos puntos de osificación primitivos surgen otros
secundarios encargados de perfilar la morfología vertebral, bien para proporcionar
atadura a las musculaturas apareciendo a tal fin transversal- mente las apófisis
transversas, y hacia atrás la apófisis espinosa; bien facilitando la unión entre los arcos
neurales vecinos surgiendo hacia arriba y hacia abajo como fruto de sendos puntos de
osificación secundarios las apófisis articulares superiores e inferiores; e incluso
perfilándose la morfología del cuerpo vertebral con la aparición de puntos que
determinan rodetes óseos que sirven de límite superior e inferior a cada cuerpo
vertebral.
A los veinte años se produce la completa soldadura y unificación de la vértebra.

1.2. Elementos comunes vertebrales.


Cada vértebra totalmente desarrollada queda integrada por los siguientes
elementos:
 El cuerpo vertebral. De forma más o menos cilíndrica ofrece eje al organismo.
 El arco neural. Soldado al cuerpo por los llamados pedículos forma un anillo que
aloja a la médula y a los elementos nerviosos raquídeos.
 La apófisis articular. Es una prolongación hacia arriba o abajo a partir del
pedículo.
 La apófisis espinosa-. Es una prolongación hacia atrás que surge de dicho arco.
 La apófisis transversa-. Surge lateralmente del pedículo.
 Láminas vertebrales-. Se define como la porción del arco neu ral que se
encuentra entre ambas apófisis, de forma más o menos cuadrilátera.

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 Agujero de conjunción-. Es el espacio delimitado arriba y a-bajo por la


escotadura superior de un pedículo de una vértebra al contactar con la escotadura
inferior de otro pedículo de otra vértebra; adelante por el cuerpo y disco
intervertebral, y atrás por las apófisis articulares. Es la zona de salida de las
raíces espinales originadas en la médula.
 Carillas articulares. Son partes del hueso de placa lisa revestidas de cartílago. Se
encuentran en el vértice de las transversas y en el cuerpo vertebral de las
dorsales. En el resto de las vértebras sólo a nivel de las apófisis articulares.
 Agujero vertebral. Está delimitado adelante por la cara posterior del cuerpo
vertebral; atrás, por las láminas y la base de la apófisis es-pinosa, y lateralmente
por los pedículos y las apófisis articulares.
La superposición de los agujeros vertebrales constituye el canal vertebral, que
aloja a la médula espinal.
Éste se abre a ambos lados, en los agujeros de conjunción.
 Pedículo-. Se extiende desde la base de las apófisis transversas y articulares
hasta la parte posterior y lateral del cuerpo vertebral. Sus bordes superior e
inferior describen dos curvas opuestas por su convexidad ensanchándose en sus
extremos. Estas escotaduras se corresponden con las de las vértebras
suprayacentes y subyacentes formando los agujeros de conjunción

1.3. Diferencias regionales de las vértebras.


A. Vértebras cervicales.
La zona cervical, encargada de soportar tan sólo el peso de la cabeza, queda
integrada por elementos vertebrales ligeros y aplanados que, por otra parte, van a
estar en consonancia con la amplia movilidad que esta zona requiere, haciendo que
dichas vértebras ofrezcan una extensa superficie frente a un escaso grosor.
Los cuerpos vertebrales son anchos y planos. Para evitar las posibilidades de
luxación a que pudiera prestarse esa amplitud de movilidad ofrecen unos salientes
laterales en su cara superior con forma de uña apófisis semilunares o unciformes que
se corresponden y articulan con unos entrantes similares que le ofrece la cara
inferior de la vértebra vecina.
Los pedículos emergen del cuerpo vertebral oblicuos hacia atrás y
lateralmente. Su extremo anterior se fija en la unión de las caras lateral y posterior
del cuerpo; su extremo posterior se confunde atrás con la lámina y lateralmente con
las apófisis articulares. Su cara lateral presenta un canal vertical que constituye la
pared del agujero por el que transcurre la arteria vertebral; su cara medial contribuye
a delimitar el agujero vertebral. La escotadura superior presenta una incisura más
marcada que la de la inferior. Ambas son espesas por lo cual el agujero de
conjunción se vuelve un verdadero conducto.
Las apófisis articulares tienden a orientarse horizontalmente para adquirir la
máxima movilidad y permitir la rotación vertebral en su desliza-miento mutuo. A
ella se conectan: la lámina, el pedículo y la raíz lateral de la apófisis transversa.
Presentan dos carillas articulares: una superior incli-nada hacia atrás, arriba; y una
inferior orientada hacia abajo y adelante. Se articulan con las apófisis
correspondientes de las vértebras supra y subyacentes.

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El agujero vertebral tiene forma de triángulo isósceles y origina un amplio


orificio que, en consonancia con la mayor movilidad cervical, permite los amplios
desplazamientos a la médula, evitando posibles pellizcamientos. La formación del
agujero se produce gracias a la disposición de las láminas que permiten que las
cervicales se cierren en dicho agujero.
Las apófisis espinosas son bituberculosas, como fruto de una incompleta
soldadura de las dos mitades integrantes del arco neural. Tiene como misión
permitir el mayor número de inserciones musculares. Son cortas y horizontales.
Las apófisis transversas son complejas en su formación, pues en realidad
resultan de la soldadura del punto de osificación propiamente transversario con el
punto costal, quedando así constituida una apófisis transversa bituberculosa, con un
tubérculo y raíz posterior que se implanta en el arco neural y otro tubérculo y raíz
anterior que toma apoyo lateralmente en el cuerpo vertebral, originándose la apófisis
transversa. Ésta ofrece en su centro el agujero intertransversario por donde pasan la
arteria vertebral, las venas vertebrales y las ramas del simpático
Las apófisis semilunares o unciformes son típicas de estas vértebras. Su cara
medial se continúa con la cara superior del cuerpo, corresponde al disco
intervertebral; la cara lateral rugosa corresponde a la arteria vertebral; su base se
implanta en el cuerpo; el borde superior es convexo de adelante hacia atrás.
B. Vértebras dorsales.
Al aumentar el peso que debe soportar la columna, la vértebra incrementa su
consistencia y el cuerpo vertebral, principal elemento de soporte, se hace cilíndrico
con una relativa igualdad por parte de sus tres ejes. Además, es tanto más
voluminoso cuanto más abajo se le considere.
Pero además, la movilidad de esta región es mucho menor ya que su principal
cometido es servir de soporte al esqueleto del tórax; por ello el agujero vertebral se
achica y tiende a hacerse circular; las apófisis espinosas son monotuberculosas, se
dirigen oblicuas hacia abajo y atrás y son cortas y horizontales. El borde superior es
romo; el borde inferior excavado en canal; sus caras laterales se estrechan hacia el
vértice. Gracias a esto, las apófisis espinosas contribuyen indirectamente a limitar la
movilidad vertebral.
Por su parte, en los cuerpos vertebrales y en las apófisis transversas queda el
impacto del apoyo costal representado por una serie de superficies articulares.
Concretamente, en los cuerpos aparecen lateralmente unas semicarillas costales que
se complementan con la de la vértebra vecina para formar una superficie articular
que aloja la cabeza costal. Tal dispositivo tiene su fundamento en el hecho de que
los cuerpos ocupan una posición intersomítica, mientras que las costillas se
desarrollan a expensas de los correspondientes somitas. Así, esta disposición de
repite a todo lo largo con la única excepción de la primera vértebra torácica, que
presenta en su parte alta una carilla completa para alojar la primera cabeza costal (ya
que no participa en este proceso la séptima vértebra cervical) y otra semicarilla en su
reborde inferior en relación con la segunda vértebra y la segunda costilla.
Además, la once y doce vértebras ofrecen también carillas costales completas
que sirven de apoyo a las correspondientes costillas. En consecuencia, la décima
vértebra ofrece tan sólo una semicarilla en su parte superior en relación con la
décima costilla.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

Las apófisis transversas o costiformes se separan ampliamente por detrás del


pedículo. En la cara anterior de su vértice presentan una cara articular – cara costal –
que corresponde a la tuberosidad costal (a nivel dorsal se generan verdaderas
articulaciones con las costillas).
Los pedículos tienen un borde superior ligeramente cóncavo y el in-ferior
tiene una fuerte incisura de acuerdo con la inclinación de las láminas y de las
espinosas.
Las láminas son cuadriláteras y casi verticales.
C. Vértebras lumbares.
El peso del tórax, cabeza y miembro superior al transmitirse a la columna
lumbar exige por parte de ésta una mayor solidez y volumen en sus piezas óseas que
tiene que hacerse compatible con la relativa movilidad que se exige a esta zona
vertebral. Por ello, el cuerpo vertebral se hace voluminoso y arriñonado, y el arco
neural ofrece un predominio del diámetro ver-tical contribuyendo a limitar un
agujero vertebral más amplio para evitar posibles lesiones del contenido raquídeo a
consecuencias de los movimientos. Para facilitar también esta movilidad, las
apófisis espinosas son cuadriláteras y horizontales. Su borde posterior posee en su
parte inferior un tubérculo que representa el vértice de la apófisis.
El agujero vertebral es triangular de lados iguales y relativamente pequeño, ya
que a partir de la segunda lumbar sólo contiene las raíces espina-les inferiores y sus
envolturas.
Lanzadas transversalmente se sitúan las apófisis costiformes que re-presentan
a las costillas lumbares, mientras que en su base posterior se colocan unos pequeños
salientes que forman las auténticas apófisis transversas y que constituyen los
tubérculos accesorios.
Los pedículos emergen de los ángulos posterosuperiores del cuerpo
dirigiéndose de adelante hacia atrás. Son cortos y horizontales y su incisura inferior
es mucho más marcada que la superior.
Las láminas son espesas y cuadriláteras, más altas que anchas y oblicuas de
arriba hacia abajo y de adelante hacia atrás.
En las apófisis articulares se distinguen las superiores excavadas y situadas
por detrás y arriba de la apófisis costiforme, orientados hacia atrás y medialmente.
Las inferiores son cilindroides, convexas y orientadas lateralmente y ligeramente
hacia delante. Estas superficies articulares están en-marcadas por un rodete óseo
prominente. En la cara externa del borde posterior de las superiores destaca una
eminencia que es el tubérculo mamilar.

1.4. Peculiaridades de ciertas vértebras.


I. Atlas (1ª vértebra cervical).
No se parece a ninguna. En ella se observan, a diferencia del resto, dos masas
laterales reunidas por un arco anterior y un arco posterior.
Las masas laterales son dos columnas óseas cuyas caras superior e inferior
convergen medialmente. Su cara superior presenta una superficie articular: la
cavidad glenoidea, configurada en “suela de zapato” y orienta-da hacia arriba y
medialmente que recibe al cóndilo del occipital (Es una articulación doble

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

condílea). Su cara inferior es una superficie articular plano cóncava en sentido


transversal y convexo en sentido antero posterior. Está orientada hacia abajo
medialmente y responde a la apófisis articular del axis. En su cara lateral se
implanta la apófisis transversa. En su cara anterior se implanta el arco anterior y en
la posterior el arco posterior.
Las apófisis transversas emergen de las caras laterales de la masa lateral y se
extienden más lateralmente que las de las otras vértebras cervicales. Se implantan
por medio de dos raíces: una anterior, situada en el tercio anterior, más alta que la
posterior, y otra posterior, sobre el tercio posterior, a mitad de su altura. Ambas
delimitan el agujero transversario para la arteria vertebral (y las dos venas
vertebrales). Lateralmente, la reunión de sus raíces forma un tubérculo aplastado de
arriba hacia abajo.
El arco anterior constituye, junto con la apófisis odontoide del axis, el cuerpo
de la vértebra. Aplastado de adelante hacia atrás, se implanta en las caras anteriores
de las masas laterales por medio de sus dos extremos. Su cara anterior es convexa y
presenta en la línea mediana el tubérculo anterior y a sus lados dos depresiones y
rugosidades. Su cara posterior es cóncava y presenta en el medio una superficie
articular también cóncava, limitada por un reborde donde articula la cara anterior de
la apófisis odontoide del axis.
El arco posterior describe una curvatura de concavidad anterior cuyos
extremos se implantan en la cara posterior de las masas laterales. En su parte lateral
es aplastado de arriba hacia abajo. La cara superior presenta un canal donde se
aplican la arteria vertebral y el primer nervio cervical. La cara inferior es convexa y
contribuye a delimitar el agujero vertebral por su borde medial; su borde lateral se
continúa con la raíz posterior de la apófisis transversa. El arco es aplastado de
adelante hacia atrás en su parte media. Su cara anterior delimita el agujero vertebral,
y la posterior posee un saliente: el tubérculo posterior del atlas.
Su función es la de articular la columna con la cabeza.
II. Axis (2ª vértebra cervical).
El axis posee un cuerpo vertebral casi tan ancho como alto, del que se
desprende la apófisis odontoide que se fija por su base en la cara superior del cuerpo
vertebral. Por encima de la base la apófisis se estrecha y for-ma el cuello; luego se
ensancha y forma el cuerpo que, aplastado de adelante hacia atrás, presenta en su
cara anterior una cara articular oval de eje mayor vertical que se corresponde con la
que existe en la cara posterior del arco anterior del atlas; la cara posterior presenta
otra cara articular convexa y transversal para el ligamento transverso del atlas.
La cara anterior del cuerpo vertebral posee un saliente triangular, y la cara
posterior es semejante a la de las otras vértebras.
Los pedículos se extienden desde el cuerpo hasta las apófisis articulares y
láminas. Su borde inferior presenta una marcada incisura ausente en el superior.
Las láminas son gruesas y rugosas. Sus caras superiores se encuentran
excavadas para inserciones musculares.
La apófisis espinosa se implanta en la unión de ambas láminas y es
voluminosa y dirigida hacia atrás. Su extremo bifurcado en “V” es abierto hacia
abajo.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

La raíz anterior de la apófisis transversa se implanta en el cuerpo, y la raíz


posterior en el pedículo. Contrariamente a las otras vértebras cervicales, su extremo
es monotuberculoso. La raíz anterior y el pedículo se unen por un puente óseo que
soporta la mitad anterior de la cara articular superior. La cara inferior de este puente
presenta un canal por el que pasa la arteria vertebral. El agujero transversario está
limitado por el cuerpo vertebral, el pedículo y las raíces anterior y posterior de la
transversa.
En las laderas de la odontoide aparecen dos grandes caras articulares
separadas de la base de dicha apófisis por un surco. Son convexas de adelante hacia
atrás, y casi planas en sentido transversal.
Las apófisis articulares inferiores están situadas por fuera y por de-tras de las
anteriores. Por debajo del extremo anterior de las láminas poseen una cara articular
más pequeña orientada como la de las vértebras subyacentes.
El agujero vertebral es triangular, y mayor que los del resto de las vértebras
cervicales, salvo el del atlas.
III. 6ª vértebra cervical.
La raíz anterior de la apófisis transversa adquiere dimensiones importantes.
Tiene una prominencia anterior que se puede palpar bajo la piel. Este tubérculo se
conoce como tubérculo de Chassaignac o carotídeo.
Es la señal o punto de referencia para saber si hay artrosis.
IV. 7ª vértebra cervical.
Tiene un cuerpo más voluminoso que el de las otras vértebras cervicales.
Es una vértebra de transición. Sus apófisis semilunares son pequeñas; las
láminas tienen dimensiones verticales más grandes; la apófisis espinosa es larga y
saliente, lo que origina su nombre de vértebra prominente; las transversas son largas,
fuertes y monotuberculosas, su raíz anterior es poco espesa y la posterior posee las
características de una apófisis transversa dorsal. El agujero transversario es más
pequeño, puede faltar, y por él no pasa la arteria vertebral. Las apófisis articulares
superiores están por arriba y detrás de la raíz posterior de la transversa.
Excepcionalmente se puede encontrar un esbozo de costilla cervical de
carácter anómalo que bien puede pasar desapercibida, bien puede dar o-rigen a
ciertos trastornos clínicos de compresión neurovascular (pérdida de sensibilidad del
brazo, manifestaciones atróficas en el músculo de la mano debida a la compresión
del plexo braquial y deficiencias en la irrigación). Este esbozo es asimétrico, no se
da en los dos huecos supraclaviculares.
V. Vértebras dorsales.
En la cara lateral del cuerpo vertebral hay unas escotaduras superior e inferior,
apófisis articulares y carillas para las costillas superior e inferior.
En las apófisis transversas hay una carilla articular para el ángulo de la
costilla.
La costilla pone su cabeza para articularse con la vértebra y contacta con la
cara inferior de la vértebra suprayacente.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

La 10ª vértebra dorsal se caracteriza porque en ella comienzan a aparecer los


caracteres de transición hacia las lumbares. Sólo existe la cara articular costal: la
superior para la décima costilla. La espinosa es menos oblicua.
La 11ª vértebra dorsal se caracteriza porque su cuerpo presenta una sola cara
articular para la undécima costilla. Su apófisis espinosa está aplastada en sentido
transversal y dirigido hacia atrás horizontalmente. Las transversas son cortas,
rugosas y sin caras articulares. Las apófisis articulares comienzan a orientarse hacia
fuera.
La 12ª vértebra dorsal se caracteriza porque su cuerpo presenta una cara
articular para la duodécima costilla en la superficie exterior del pedículo. Sus
apófisis transversas son más cortas que las de las vértebras precedentes y no tienen
faceta articular. Las articulares inferiores son convexas y miran lateralmente y
adelante como las de las vértebras lumbares.
Estas tres vértebras son de transición y poseen una especie de tubérculo
encima de la apófisis articular superior: la apófisis o tubérculo mamilar. Poseen un
conducto vertebral pequeño.
VI. Vértebras lumbares.
Destacan la 1ª y la 5ª lumbar.
La 1ª lumbar presenta una apófisis costiforme más corta que las de-más
vértebras lumbares.
La 5ª lumbar se caracteriza por tener un cuerpo más arriñonado (cuerpo
cuneiforme) más alto adelante que atrás, lo que da a su cara inferior la oblicuidad
necesaria para su contacto con el sacro subyacente. Las costiformes son cortas,
macizas y piramidales; las articulares inferiores están situadas en el mismo plano
sagital que las superiores.
VII. El Sacro.
En la región sacra viene a concretarse la máxima misión de soporte de la
columna vertebral y por ello a este nivel se sueldan los elementos ó-seos formando
una sola pieza, el sacro, fruto de la suma de las cinco vértebras de esta región.
El sacro está situado en la parte posterior de la pelvis, entre los huesos iliacos
y es aplanado de adelante hacia atrás, y más voluminoso arriba que abajo. Sus
dimensiones disminuyen a partir del punto en que su función de sustentación es
transferida a la pelvis por la articulación sacroilíaca.
En el sacro se distinguen cuatro caras, una base y un vértice.
Su cara anterior es cóncava hacia delante y abajo y presenta en la línea
mediana cuatro salientes: las crestas transversales del sacro, que exteriorizan la
soldadura de las cinco vértebras sacras. En los extremos de cada línea se disponen
los agujeros sacros anteriores que se prolongan lateral-mente por canales
transversales, de diferente orientación, que convergen hacia la escotadura ciática
mayor.
Esta cara está delimitada por tres bordes: superior, anterior y laterales. El
anterior es convexo y su parte media corresponde al cuerpo de la 1ª sacra, y forma
con la 5ª lumbar un ángulo conocido con el nombre de promontorio. A ambos lados
el borde es convexo y romo y corresponde al borde inferior de los alerones del
sacro. Los bordes laterales presentan tres segmentos: anterior (cóncavo hacia abajo y

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

adelante, es el borde anterior de la superficie articular), medio (cóncavo hacia abajo,


continúa a la escotadura ciática mayor del hueso iliaco) y posterior (oblicuo hacia
abajo, atrás y me-dial, hacia el vértice del sacro).
Su cara posterior es irregular en la línea mediana, y de la base al vértice se
observan una escotadura de concavidad superior origen del conducto sacro; una
cresta saliente que representa las apófisis espinosas de las vértebras sacras, la cresta
sacra mediana, cuya parte inferior se continúa en un orificio con forma de “V”
invertida, el hiato u orificio inferior del canal sacro. Lateralmente a la cresta sacra y
a ambos lados: el canal sacro, que corresponde a las soldaduras de las láminas
vertebrales. Más lateral aún, los tubérculos sacros posteromediales, que resultan de
la unión de las apófisis articulares y forman la cresta sacra medial. A nivel de la
quinta sacra, estos tubérculos forman a ambos lados de la línea media, las astas del
sacro, que limitan lateralmente la parte inferior del canal sacro y responden a los
cuernos del cóccix. Lateral a los tubérculos, se observan los cuatro agujeros sacros
posteriores, y los tubérculos sacros posterolaterales, que representan la soldadura de
las apófisis transversas y forman la cresta sacra lateral.
La parte medial de la base está constituida por una superficie oval que
representa el cuerpo de la 1ª vértebra sacra; el borde inferior saliente responde al
ángulo lumbosacro. Por detrás se observa el agujero superior del canal sacro. Más
lateralmente se observa a cada lado una superficie triangular plana de eje mayor
transversal: las alas del sacro. Sobre el borde posterior de la base, entre el cuerpo y
el ala se elevan las apófisis articula-res cuyas superficies miran hacia atrás y se
articulan con las articulares inferiores de la 5ª lumbar.
En las caras laterales, su parte superior es ancha y constituye una verdadera
cara, y la inferior se adelgaza y forma un borde. La parte superior presenta la
superficie auricular, amplia superficie articular para el hueso ilíaco del coxal. Detrás
de ella se observa una superficie irregular con excavaciones más o menos profundas
para inserciones ligamentosas y con orificio para la penetración de vasos: la fosa
cribosa.
El vértice presenta en la línea media una cara elíptica de eje mayor transversal,
convexo en todos los sentidos, que se articula con la base cóncava del cóccix.
VIII. El cóccix.
Como el peso del cuerpo se transmite a través de las alas del sacro hacia los
huesos ilíacos, la parte baja de la columna vertebral pierde su misión de sostén lo
que justifica su debilitación y su disposición rudimentaria en los niveles coccígeos,
y el afinamiento del sacro en su extremidad inferior.
Así el cóccix queda reducido a una primera vértebra coccígea que muestra
restos de su cuerpo, con las astas laterales (como expresión de los puntos transversos
y costales), y las astas menores que se corresponden con las apófisis articulares
superiores. En cambio, las restantes vértebras coccígeas, en número variable, quedan
reducidas a restos atróficos que se manifiestan en un cuerpo vertebral soldado a los
vecinos para formar un conglomerado total unificado en la pieza cóccix, integrado
por los vestigios de tres o cuatro elementos vertebrales.

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1.5. Unión articular de los elementos vertebrales.


Las piezas óseas integrantes de la columna vertebral tienden a articular y unir
entre sí a sus distintos elementos constitutivos para formar un todo único que haga
compatible la rigidez con la movilidad.
A. Articulaciones de los elementos vertebrales.
Las articulaciones de los cuerpos vertebrales pertenecen al grupo de las
articulaciones cartilaginosas, subgrupo de las sínfisis (anfiartrosis) inter-vertebral.
Destacan las superficies articulares, formadas por las caras superior e inferior de
los cuerpos vertebrales. La depresión cóncava que se observa en el hueso aislado se
encuentra atenuada por una lámina de cartílago que tapiza la parte central. También
tienen importancia los medios de unión, re-presentados por los discos intervertebrales y
por un estuche fibroso reforzado delante y atrás por los ligamentos vertebrales comunes
anterior y posterior.
Discos intervertebrales.
Es el elemento más característico de unión entre las vértebras.
Al unirse un cuerpo vertebral con otro se sitúa en el centro el disco que, desde el
punto de vista hidromecánico, permite con pequeñas concesiones de movimiento un
resultado final importante: el movimiento en con-junto de la columna.
Los discos se hallan formados por dos porciones: una periférica fibrosa, y otra
central blanda y gelatinosa.
La porción periférica es dura y elástica y forma una especie de anillo adaptado a
las superficies. Los haces fibrosos que la forman se agrupan en laminillas cuya
dirección está determinada por las tracciones a las que están sometidas. Las fibras que
forman una laminilla tienen todas la misma dirección: verticales, para la flexión y la
extensión, transversales para el movimiento de rotación, y oblicuas para los complejos
movimientos de la columna vertebral.
La porción central está formada por un centro blando, gelatinoso: el núcleo
pulposo, que se halla algo más cerca de la circunferencia posterior. Es transparente,
opalino y depresible en el sujeto joven, mientras que se torna amarillento, seco y duro
con la edad disminuyendo la flexibilidad de la columna (alto contenido en agua). Esta
involución se ve favorecida por la escasa vascularización del núcleo del disco.
El núcleo pulposo, que tiene su origen en la notocorda, tiene una función
importante en los movimientos de la columna: se alarga o se concentra sobre sí mismo.
Puede desplazarse hacia adelante o hacia atrás en la medida en que lo permite la
elasticidad de la parte fibrosa del disco.
El contenido acuoso del disco se ve saneado durante el descanso gracias a
pequeños acúmulos del líquido, ya que el peso corporal hace que el líquido se difunda
entre las fibras del anillo provocando su pérdida.
Con el tiempo ese líquido y esa fluidez de cambio del núcleo a la periferia van
dando paso a la pérdida de humedad del disco. Cuando se resiente la elasticidad de la
parte fibrosa, por traumatismo o micro traumatismos repetidos, puede observarse un
desplazamiento anormal, en general hacia a-tras, del núcleo pulposo: hernia discal, que
puede sobresalir en el canal me-dular o en el agujero de conjunción y comprimir las
raíces espinales. Este accidente genera neuralgias y se produce especialmente en las

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

regiones móviles del raquis (columna cervical: neuralgias cervicobraquiales; columna


lumbar: neuralgias lumbociáticas).
El tamaño de un disco será mayor cuanto más móvil sea la región.
Otras articulaciones.
Para afianzar su unión se recurre a un fuerte ligamento por la cara anterior de los
cuerpos: el ligamento vertebral común anterior que se extiende desde la parte basilar del
occipital hasta el sacro.
En la zona posterior se origina una banda recia: el ligamento vertebral común
posterior que presenta discontinuidades en las zonas correspondientes a la entrada y
salida de los vasos sanguíneos. Por ello, se expande en los discos y se estrecha en los
cuerpos (toma la forma de una doble sierra).
Las articulaciones de las apófisis articulares son artrodias en las regiones cervical
y torácica, y trocoides en la región lumbar.
En las apófisis transversas la unión la realizan los ligamentos inter.-transversos. A
nivel cervical, está sustituido por los músculos intertransversos lo que denota una
adaptación de estas formaciones a la movilidad de la columna cervical. A nivel lumbar,
se insertan en los tubérculos de las aófisis transversas vecinas.
La unión de las láminas se establece por medio de los ligamentos amarillos
derechos e izquierdos para cada espacio interlamelar. De forma cuadrangular, poseen un
borde superior (inserto en la cara anterior de la lámina suprayacente), un borde inferior
(inserto en el borde superior de la lá-mina subyacente), un borde lateral (que recubre la
parte medial de la cápsula articular de las apófisis articulares, a la que se adhiere) y un
borde medial donde sus fibras se reúnen con el ligamento amarillo opuesto. Estos
ligamentos son muy resistentes y muy elásticos.
Los ligamentos interespinosos ocupan el espacio entre dos apófisis espinosas y se
insertan en los bordes superiores e inferiores de las apófisis infrayacentes y
suprayacentes. Alcanzan a los ligamentos amarillos por delante y se extienden hacia
atrás hasta la extremidad posterior de la apófisis.
Para sellar todas estas articulaciones aparece el ligamento impar y medio que se
extiende a lo largo de la columna uniendo las apófisis espinosas: el ligamento
supraespinoso.
B. Zona de unión cérvico-cefálica.
En esta zona la amplitud de los movimientos es mayor lo que exige articulaciones
plenamente funcionales.
Sobre las cavidades glenoideas (cóncavas en sentido antero posterior y
transversal) que hace el atlas caen los cóndilos del occipital, y se organiza una diartrosis
con movimientos de flexo-extensión y lateralidad.
Además, se requiere una movilización sobre los tres ejes; por una parte, el eje
vertical permite la rotación, mientras el eje transversal hace posible la flexión y
extensión, y el eje antero-posterior proporciona los de lateralidad. Este problema se
resuelve en la práctica con una doble articulación de tipo diartrosis. Por una parte la
occipitoatloidea resulta ser una doble condílea que permite la doble movilización que
hace posible la flexión y extensión y la lateralidad. En cambio la apófisis odontoides
queda actuando como el segmento macizo de una trocoide cuya porción cóncava viene
constituida por un anillo ósteo-fibroso integrado por el arco anterior del atlas y el

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

ligamento transverso que completa por detrás el anillo, implántandose transversalmente


entre ambas masas laterales del atlas (hay un ligamento que “cuelga” la apófisis
odontoide del occipital llamado apicisdentis y que está acompañado de dos grandes
aletas laterales que se fijan al reborde del occipital, llamadas ligamentos alares, y que
forman la unión de la odontoide con el occipital). En esta última articulación atloido-
axoidea pueden realizarse los movimientos de rotación.
Para evitar la posible luxación de esta articulación trocoide, que lle-varía consigo
un gravísimo peligro para la porción más alta de la médula espinal, existen una serie de
ligamentos que tratan de impedirlo sin perjudicar la movilidad.
Para conseguirlo, el vértice de la apófisis odontoide queda unido por un triple
ligamento con un haz medio y dos laterales que le fijan a la superficie basilar interna del
occipital. Igualmente, los desplazamientos del ligamento transverso quedan evitados
mediante un brazo ligamentoso superior de tipo transverso-occipital y otro inferior
transverso-axoideo, que completan en conjunto el ligamento cruciforme. Tapando este
conjunto aparece una capa nueva: una membrana que salta desde la 3ª cervical y el axis
hasta el reborde del occipital y la apófisis basilar, llamada membrana tectoria.
Finalmente, perfilan la unión otros ligamentos: ligamento occipito-atloideo
anterior (porción superior del LVC anterior) cuyas fibras últimas son las membrana
atloido-axoideas y la membrana occipito-atloideas (une el occipital con el atlas).
Por su parte, el LVC posterior no se detiene en el axis sino que salta por encima
del ligamento occipito-axoideo y sube hasta el occipital. Mientras que el ligamento
occipito-atloideo posterior no es más que la expresión del primer par de ligamentos
amarillos, extendidos entre el reborde superior del arco posterior del atlas y la mitad
posterior del reborde del agujero occipital y a cuyo través se abre paso la arteria
vertebral para penetrar en el conducto raquídeo a la vez que sale el primer nervio
cervical.
El occipital presenta en el saliente de su protuberancia occipital externa el punto
final de inserción del ligamento supraespinoso, el cual a nivel de esa zona se ensancha y
amplía mucho formando un tabique en la línea media que constituye el ligamento de la
nuca.
Con todo, se forma la charnela occipital.
C. Zona de unión sacro-coccígea.
Hay dos zonas articuladas:
 Articulación lumbo-sacra.
La particular orientación de las superficies articulares imponen a esta
articulación características propias. La superficie articular de la vértebra sacra está
orientada hacia arriba y adelante e inclinada 45º con respecto a la horizontal
(oblicua), mientras que en la cara inferior de la 5ª lumbar está inclinada
inferiormente y hacia atrás casi 20º. De ello resulta una angulación entre ambas
piezas poco marcada en el niño y más acentuada en la mujer que en el hombre, que
oscila entre 100-130º: ángulo sacrovertebral.
Esto se manifiesta por una fuerte tendencia al deslizamiento de la 5ª lumbar
sobre el sacro y en consecuencia una adaptación de las estructuras para impedir esta
situación:

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

 el disco intervertebral es muy espeso, cuneiforme, más ancho en su parte


anterior que en la posterior.
 las articulaciones posteriores están muy separadas unas de las otras. Su
superficie es más plana que en la región lumbar; el ligamento posterior está
más reforzado y la unión de las apófisis lumbares con sus homólogas sacras
es el principal obstáculo al deslizamiento hacia delante de la columna
lumbar.
 los ligamentos longitudinales anterior y posterior, amarillo, interespinoso e
intertransversario, están muy desarrollados. Entre la transversa de la 5ª
lumbar y el alerón sacro se extiende una cintilla fibrosa sólida: el ligamento
de Bichat.
La articulación lumbo-sacra es el asiento de los movimientos que animan la
columna vertebral en relación con la pelvis. También denominada charnela lumbo-
sacra en virtud de las condiciones mecánicas de su funcionamiento estático y
dinámico.
 Articulación sacro-coccígea.
Es una articulación cartilaginosa tipo sínfisis (anfiartrosis) en la cual la
superficie sacra es convexa y la coccígea algo cóncava. Entre ambas se interpone un
ligamento dorsal profundo o interóseo, análogo al disco inter.-vertebral pero que
aquí es fibroso. Se describe un LVC anterior que se acota y se continúa con un
ligamento sacro coccígeo anterior y otro posterior que se apoya abajo en las astas
del cóccix.
Los ligamentos sacrococcígeos laterales comprenden un haz medial y otro
lateral. Esta articulación carece de apófisis articulares posteriores.
Esta articulación no adquiere real significación funcional más que en el
momento del parto. Los ligamentos permiten que la cabeza fetal empuje el cóccix
hacia atrás lo que modifica el diámetro antero posterior del orificio inferior de la
pelvis en los movimientos de nutación y contra nutación.

1.6. Musculatura de la columna vertebral.


1.6.1. Musculaturas autóctonas.
Los músculos de los canales paravertebrales se encargan fundamentalmente de
mantener la columna erguida, así como su movilidad y estabilidad.
Consiste en un cordón carnoso que se va a lanzar desde la nuca hasta el final del
sacro ocupando el espacio que media entre las apófisis espinosas y las transversas.
Esta musculatura paravertebral está inervada directamente por los nervios
raquídeos en su división posterior (de los nervios).
Se trata, en definitiva, de una musculatura muy difícil de estudiar: es un amasijo
de músculos albergados en un espacio reducido. Son musculaturas cortas. Este sistema
muscular (también la musculatura larga) acabará siendo empaquetado por una
aponeurosis que lo hará independiente del res-to, salvo algunos tractos.
Los músculos cortos son:

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

 Músculos interespinosos-. Estos pequeños músculos extendidos entre los bordes


superior e inferior de las apófisis espinosas vecinas, surgen disponiéndose por
parejas en cada espacio interespinoso ya que entre ambos se interpone en la línea
media el ligamento interespinoso correspon-diente.
 Músculos intertransversarios-. Se da en toda la serie de las apófisis transversas
una serie de pequeñas musculaturas intertransversarias que o-frecen
particularidades regionales. A nivel cervical son dobles por cada espacio
intertransversario, uniendo entre sí los tubérculos anteriores y posteriores de las
vértebras vecinas, y quedando entre ambos el espacio corres-pondiente para dar
paso a los vasos vertebrales.
 A nivel lumbar, la presencia de dichos músculos tiene lugar uniendo entre sí a
las apófisis accesorias como auténticas representantes de las apófisis transversas
lumbares.
 Músculos transverso-espinosos-. Extendidos entre las apófisis transversas y
espinosas, constituyen una masa muscular transverso-espinosa que se extiende
formando una capa muscular a todo lo largo del raquis. Pueden ser:
 Músculos rotadores-. Presenta fibras de poca oblicuidad y son cortas y casi
horizontales. Saltan desde una apófisis transversa a las es-pinosas de las dos
vértebras suprayacentes. La contracción de estas fibras determina una acción
de rotación de las dos vértebras a lo largo de su eje vertical.
 Músculos multífidos-. De fibras aún más largas y oblicuas, se origina en las
transversas por encima de las precedentes para saltar a las apófisis espinosas
de las vértebras que ocupan el tercer y cuarto lugar por encima. Estos
músculos alternan la acción rotadora más débil con la erectora o extensora de
la columna.
 Músculos semiespinales-. Son las fibras transversarias que ocupan una
posición más superficial. Adopta una inclinación aún más vertical mucho
mayor a nivel dorsal y cervical y saltan a las apófisis espinosas de las
vértebras superiores que ocupan el quinto y sexto lugar. Constituyen una
musculatura francamente extensora.
 Músculos rectos y oblicuos de la nuca-. Este dispositivo extendido a todo lo
largo desde el sacro hasta la región cervical, se detiene a la altura de la
apófisis espinosa del axis para sufrir a este nivel una transformación en su
organización y adaptarse a los dispositivos óseos y a las necesidades
funcionales de la cabeza, donde el papel de rotación es más necesario.
 Así, la masa transverso-espinosa queda reemplazada por cuatro pequeños
músculos: los rectos y oblicuos de la nuca.
 Músculo recto posterior menor-. Representa al primer interés pinoso y se ata
en el tubérculo posterior del atlas y sube abriéndose en superficie triangular
para fijarse en el espacio que queda por debajo de la línea curva occipital
inferior.
 Músculo recto posterior mayor-. Se origina en el vértice de la apófisis
espinosa del axis y sube cubriendo en parte al recto posterior me nor para
ensancharse y tomar atadura por fuera del mismo.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

 Oblicuos-. Existen dos oblicuos: uno superior, extendido en-tre la apófisis


transversa del atlas hasta la línea curva occipital, cubriendo en parte a la
porción más externa del recto posterior mayor; otro inferior, lanzado entre la
apófisis transversa del atlas y la apófisis espinosa del axis.
Con ello, queda delimitado entre estas masas musculares un triángulo
suboccipital, entre el recto posterior mayor por arriba y por dentro, el oblicuo superior
por arriba y por fuera, y el oblicuo inferior por abajo.
Es a nivel de este triángulo donde aparece el primer nervio raquídeo, encargado de
la inervación de todas estas musculaturas rectas y oblicuas. Por otra parte, el área de
este triángulo corresponde en profundidad a la arteria vertebral, en el momento concreto
en que dicha arteria se sitúa por de-tras de las masas laterales del atlas.
Los músculos erectores del raquis también se conocen bajo el nombre de
musculatura larga.
Inmediatamente por encima de este plano muscular yuxta-óseo, se sitúa otra parte
más superficial de las masas musculares cortas que viene a colocarse longitudinalmente
a todo lo largo del raquis, desde el sacro hasta el occipital, formando tres bandas
musculares:
 Músculos ílio-costo-cervical-. Esta banda longitudinal externa toma en toda su
trayectoria unas inserciones costales. Por abajo se inicia en la parte posterior de
la cresta ilíaca a nivel de su labio interno, así como en la cara posterior del sacro,
inmediatamente por fuera de las inserciones del longísimo del dorso, desde
donde forma un primer cuerpo muscular que su-be para fijar sus fibras en las
apófisis costiformes lumbares y en las seis últimas costillas, por dentro del
ángulo costal posterior. Es la porción íliocostal.
A continuación y por dentro de la precedente se sitúa una segunda porción que
salta desde las seis últimas costillas hasta las seis primeras: porción costo-costal.
Engranando con esta porción costo-costal y tomando inserción en las seis
primeras costillas sube una nueva porción cervical más interna que, constituyendo la
parte cérvico-costal del músculo, viene a terminar en los tubérculos posteriores de las
apófisis transversas de las cuatro últimas vértebras cervicales.
 Músculos longísimos-. Esta segunda banda muscular longitudinal se sitúa por
dentro del anterior y por fuera del epi-espinoso. Queda fragmenta-da en tres
porciones situadas respectivamente a niveles del dorso, del cuello y de la nuca.
Sus fibras musculares van tomando atadura a todo lo largo en las apófisis
transversas y en la cabeza de la costilla, lo cual quiere decir que estos haces se
originan en las apófisis accesorias y costiformes de la región lumbar y en las
transversas a nivel cervical.
Así se constituye el músculo longísimo, dentro del cual hay que distinguir un
longísimo del dorso, que se agota con sus inserciones a nivel de la primera apófisis
transversa dorsal y de la primera costilla.
El longísimo del cuello o transversario del cuello, se sitúa inmediata-mente por
dentro del longísimo del dorso y está extendido entre la porción torácica alta (cinco
primeras vértebras) y la parte baja cervical (tubérculo posterior de las apófisis
transversas de las cinco últimas vértebras cervicales).

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

Finalmente el longísimo de la cabeza, colocándose inmediatamente por dentro del


longísimo del cuello toma las mismas ataduras vertebrales que dicho músculo y
asciende por la nuca hasta el occipital hacia la parte media del espacio comprendido
entre ambas líneas curvas occipitales.
Músculos epi-espinosos-. Es la banda muscular más central y viene a situarse a
cada lado de la línea media en íntima relación con las apófisis espinosas en las cuales
toma sus inserciones, constituyendo así la musculatura epi-espinosa que
morfológicamente puede considerarse integrada por dos partes: una baja, que forma una
tira que se extiende hasta la primera es-pinosa dorsal y que tomando atadura en todas las
espinosas que hay por de-bajo, viene a constituir el epi-espinoso del dorso; mientras que
otra parte alta suele tomar inserción en la espinosa de la primera dorsal y en la
prominente y desde allí sube hasta la nuca para terminar insertándose en el occipital
junto a la línea media en el espacio comprendido entre ambas líneas curvas occipitales.
Al disponer de unas fibras tendinosas intermedias queda integrado a expensas de dos
vientres musculares, y recibe el nombre de di-gástrico de la nuca o epi-espinoso de la
cabeza.
Estas tres musculaturas longitudinales tienen un origen común en un gran paquete
muscular, donde es difícil distinguir los vientres, a nivel lumbo-sacro: masa común
lumbo-sacra.
Todas estas musculaturas quedan aisladas e independizadas de las musculaturas
emigradas que los cubren debido a un revestimiento aponeurótico propio: aponeurosis
profunda de la espalda.
Además, destacan los músculos complejos y el músculo esplenio.
 Los complejos son dos:
 El complejo menor-. Se origina en los tubérculos posteriores de las apófisis
transversas de las cinco últimas vértebras cervicales y desde allí asciende una
estrecha tira muscular en el espacio que le dejan el longísimo del cuello,
situado por dentro, y la porción cérvico-costal del ílio-costo-cervical, que
queda por fuera, terminando en último término con sus inserciones en la
porción mastoidea del occipital.
 El complejo mayor-. Bajo este concepto se engloban el longísimo de la
cabeza y el digástrico de la nuca, que forman una cierta unidad.
 Así, podemos decir que el complejo mayor parte de las transversas de las
seis primeras dorsales y las cinco últimas cervicales, y termina entre las dos
pequeñas curvas del occipital. En las fibras interiores se aprecia una especie
de tendón: el digástrico de la nuca.
 El esplenio-. La aponeurosis de la musculatura corta y larga de la espalda se
refuerza con fibras musculares a nivel del cuello dando lugar a una masa
muscular – el esplenio – que se lanza oblicuamente desde las apófisis espinosas
cérvico-torácicas a la región mastoidea. Para ello toma su o-rigen aponeurótico a
partir de una lámina que se implanta en la línea de apófisis espinosas a nivel de
las cuatro últimas vértebras cervicales y cuatro primeras dorsales.
Hay fibras que no tienen sitio en la mastoide –las más bajas – y se ven obligadas a
fijarse en ataduras cervicales a nivel de las apófisis transversas de las tres o cuatro
primeras.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

Esto permite diferenciar dentro de la masa del esplenio, inicialmente única, dos
porciones: la mastoidea, que forma el esplenio de la cabeza, y la transversaria, que
origina el esplenio del cuello.

1.6.2. Inervación y vascularización.


Su vascularización metamérica la suministra por una parte la rama arterial y
venosa de los vasos metaméricos intercostales y lumbares; por o-tra parte los ramos
metaméricos de la arteria vertebral para la región cervical, así como la arteria cervical
(profunda rama de la subclavia).
Su inervación también metamérica la suministra la rama posterior de los nervios
raquídeos que pasando por los espacios intertransversarios, por dentro de los
correspondientes músculos, llega a las musculaturas retrorraquídeas y se bifurca en una
rama interna para el transverso-espinoso, el epi-espinoso y la parte interna del
longísimo, y otra rama externa que se reparte por el íleo-costo-cervical y la porción
externa del longísimo.

1.6.3. Músculos emigrados.

1.6.3.1. Musculaturas de origen torácico.


Se encuentran en un plano superior al de los canales vertebrales.
Se les denomina “emigrados” por tener su origen en relación con la columna pero
que después se van a relacionar con el tórax.
Su principal función es la de estabilizar la columna. Movilizarán también el
muñón del hombro, y participarán en la respiración moviendo las costillas.
Músculos serratos-.Tienen forma de sierra. Los músculos serratos son tres:
 Músculo serrato menor postero-superior-. Este músculo plano se inserta en las
apófisis espinosas de la vértebra prominente y de las tres primeras dorsales.
Desde allí sus fascículos se ordenan en una lámina delgada, oblicua hacia abajo
y lateral que termina en la cara posterolateral de la 2ª, 3ª, 4ª y 5ª costillas por
medio de fascículos independientes.
Este músculo es superficial en relación con los músculos de los canales
vertebrales, y profundo en relación con el romboide y el trapecio.
Esta inervado por las ramas posteriores de los nervios intercostales
vecinos (I, II, III, IV nervios dorsales).
 Músculo serrato menor postero-inferior-. Músculo plano se origina en las
apófisis espinosas de las dos últimas vértebras dorsales y en la de las tres
primeras lumbares. Desde allí, se dirige hacia arriba y lateral a la cara postero-
lateral de las cuatro últimas costillas y sus espacios.
Esta inervado por ramas posteriores de los nervios intercostales (cuatro
últimos dorsales).
Adopta una forma complementaria del músculo anterior.
 Los dos músculos serratos menores posteriores se encuentran unidos por una
fascia toracolumbar o aponeurosis intermediaria o interserrática, inserta en el
raquis medialmente y en las costillas, de la 2ª a la 12ª, lateral-mente.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

Por su acción sobre las costillas se los considera músculos respiratorios:


superior  inspirador; inferior  espirador.

1.6.3.2. Musculaturas de origen braquial.


El esqueleto del miembro superior, representado por la escápula, viene a apoyarse
sobre la parte postero-lateral del tórax, quedando fijo al tronco gracias a las ataduras que
les proporcionan determinadas masas musculares:
 Músculo elevador de la escápula o músculo angular-. Nace del ángu lo superior
de la escápula, y desde este origen sube y se abre en cinco digita ciones que van
a tomar atadura por otros tantos tendones en las apófisis transversas de las cinco
primeras vértebras cervicales, en íntima relación con las inserciones del cérvico-
costal y del complejo menor.
Esta inervado por la quinta raíz (V nervio dorsal del plexo braquial).
Si se contrae lleva el hombro hacia arriba y hacia adentro, aunque también puede
hacer el efecto contrario: fija el hombro e inclina la espalda.
D. Músculo romboides-. Se origina en toda la amplitud del borde espinal del omoplato
y sus fibras musculares se dirigen hacia atrás y hacia arriba en busca de las apófisis
espinosas, donde se fijan por medio de una lámina aponeurótica a nivel de la zona
de transición cérvico-torácica (C7, D1, D2, D3, D4, D5).
Cubre al músculo serrato menor postero-inferior.
Va a aproximar el omoplato a la línea media.
La parte superior de este músculo recibe el nombre de romboides menor.
E. Músculo serrato mayor-. Se origina en el borde espinal de la escápula, en sentido
contrario al romboide, y pasa por debajo de la misma tomando atadura en la cara
antero-lateral del tórax.
Se extiende desde el ángulo superior al inferior de la escápula, y de ahí a la 1ª-9ª
costilla.
Al contraerse lleva a la escápula hacia fuera, elevando al hombro, e imprime una
rotación contraria a la del romboides.
Según la orientación de sus fibras participa en la inspiración o en la espiración.
Está inervado por las raíces C5, C6 y C7.
F. Músculo dorsal ancho -.Toma sus inserciones braquiales a nivel del insterticio de la
corredera bicipital del húmero, entre el pectoral mayor que le cubre por delante y el
redondo mayor que queda por detrás. Después de contornear el borde inferior del
citado músculo redondo mayor, se dirige hacia atrás y toma ataduras inconstantes en
el vértice inferior de la escápula y recibe su vascularización braquial integrada por el
nervio del dorsal ancho (quinta raíz) y las arterias y venas correspondientes, ramas
de la escapular inferior. Después la masa muscular se abre en abanico y se extiende
por la espalda convirtiéndose en una extensa lámina aponeurótica que toma una
amplia inserción en la línea de las apófisis espinosas desde la sexta dorsal hasta la
región sacra, así como también en la parte posterior del labio externo de la cresta
iliaca.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

Inervado por los nervios raquídeos C5, C6 y C7, se preocupa de la rotación


interna y aproximación del brazo. También juega un importante papel en el acto de
trepar encargándose de elevar el tronco sobre el brazo utilizado como punto de apoyo.

1.6.3.3. Musculaturas de origen cérvico-cefálico.


G. Músculo trapecio. Es el músculo más superficial de los anteriores. Tiene un doble
origen cérvico-cefálico que denuncia su doble inervación realizada a expensas del
espinal ayudado por unas fibras que le proporcionan la tercera y la cuarta raíces
cervicales (plexo cervical).
Dicho músculo viene a implantarse aponeuróticamente en la parte más interna de
la línea curva occipital superior, en toda la línea de apófisis espinosas desde la
protuberancia occipital externa hasta las seis últimas vértebras dorsales; desde toda esta
amplia inserción las fibras confluyen hacia la cintura escapular: las superiores oblicuas
hacia abajo y afuera; las medias transversalmente y las inferiores oblicuas hacia arriba y
hacia afuera, para terminar todas ellas aponeuróticamente en el borde superior de la
espina de la escápula, e incluso en los dos tercios más externos de la clavícula.
También está inervado por el nervio espinal (pares craneales).
Este músculo moviliza el hombro hacia arriba (fibras superiores), a-bajo
(inferiores) o atrás (medias) según las fibras actuantes. Además, puede ayudar a la
inclinación lateral de la cabeza (acción unilateral de un músculo trapecio) o a la
extensión del tronco y de la cabeza (acción conjunta y simultánea de ambos trapecios).
Finalmente, la arteria del trapecio o cervical transversa superficial, que procede de
la subclavia, vasculariza a este músculo.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

ANATOMÍA DE LA COLUMNA VERTEBRAL

La columna vertebral del hombre es fundamental para mantener la posición bípeda que
nos caracteriza. Así, existen dentro de ella 3 segmentos bien diferenciados:

1. La columna cervical, que se ocupa de los movimientos y sostén del cuello.


2. La columna dorsal que con las costillas forman el tórax.
3. La columna lumbar, que es él segmento final y por lo tanto el que soporta mayor peso; de
ahí que las lesiones en esta zona sean especialmente frecuentes.

La lesión de esta parte de la columna es lo que va a originar la aparición del lumbago. La


columna está formada por una serie de huesos superpuestos, llamados vértebras, que van
desde el cuello hasta la parte final de la columna lumbar. Para evitar que una vértebra se ponga
en contacto directo con su inmediata superior o inferior, están separadas por el llamado "disco
vertebral", que es una estructura fundamental en la anatomía de la columna.

Esto es así, porque el disco sirve por un lado de


"amortiguador" entre dos vértebras y a la vez las une fuertemente.
Tiene una consistencia firme y elástica, a modo de cojín o
almohadilla. Las lesiones del disco van a tener gran importancia en
la afectación de la columna. Además del papel que juega el disco
como elemento de unión, también están los ligamentos que
refuerzan ese papel. Todo ello se complementa por una potente
musculatura, fundamental para lograr mantener recta la columna.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

Por todo ello cuando hablamos de la columna lumbar en realidad nos estamos refiriendo
a ese "todo" que forman: las vértebras, los discos, los ligamentos y los músculos. La lesión o el
daño de cualquiera de estas estructuras va a ocasionar lumbago. El problema radica en que a
veces es muy difícil poder distinguir con exactitud la estructura dada.

Finalmente, hay que recordar que entre cada dos


vértebras salen las raíces nerviosas responsables de
distribuir la sensibilidad en el miembro inferior, así como
de dotar de movilidad a los músculos de la pierna

Cuando estas raíces se dañan, como por


ejemplo sucede en la hernia discal, aparecerá la ciática,
que se comentará más adelante.

LUMBAGO

El lumbago familiarmente conocido como "dolor de riñones", es el dolor de la zona


lumbar causado por alteraciones de las diferentes estructuras que forman la columna vertebral a
ese nivel, como ligamentos, músculos, discos vertebrales y vértebras. Por lo tanto no llamamos
lumbago, al dolor que localizándose en esa zona tiene otro origen, como por ejemplo el dolor que
se debe a una alteración del riñón. El ejemplo más ilustrativo es el cólico nefrítico. Este cuadro
debido a la existencia de un cálculo en las vías urinarias, es motivo de intenso dolor lumbar, que
no llamaremos lumbago. Es curioso hacer notar como el lumbago es un dolor que aunque sea
conocido como "dolor de riñones", nunca se debe a alteraciones de estas vísceras.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

FRECUENCIA

El lumbago es uno de los síntomas más frecuentes que padece el ser humano a lo largo
de su vida. Cerca del 80% de las personas padecen dolor lumbar en algún momento de su vida,
y probablemente casi el 100%, tendrá algún tipo de molestia lumbar leve. Como veremos más
adelante, las causas del lumbago son múltiples. Hoy en día sabemos que existen entre otros,
factores laborales, posturales, factores relacionados con la actividad física que desarrolla la
persona y factores psicológicos, que van a ser decisivos en la aparición de las molestias. Si a
esto se une la frecuencia conque la columna lumbar sufre alteraciones, tendremos varios
elementos que bien por si solos o combinados, explican la elevada frecuencia del lumbago en la
población general.

TIPOS DE LUMBALGIA

La columna vertebral puede entenderse como la suma de las articulaciones de las


vértebras en la porción posterior y la relación entre una vértebra y las contiguas a través del
disco intervertebral. El dolor lumbar o lumbalgia es una patología muy frecuente y podemos
distinguir dos tipos principales:
1. LOCAL. Las causas de dolor local son las que afectan las articulaciones (sinoviales), el
periostio (la membrana que cubre los huesos), los músculos y los ligamentos (que sostienen
las vértebras) y el anillo fibroso (que contiene los cartílagos discales). Un adecuado
interrogatorio y exploración del paciente, permitirá distinguir uno de otro y determinar el
tratamiento adecuado.

2. RADICULAR. Se refiere a la lesión de una raíz lumbar (porción inicial del nervio ciático).
Suele ser intensa e incapacitante de acuerdo a su magnitud y sigue característicamente el
trayecto del nervio ciático (toda la pierna) y frecuentemente se inicia a nivel lumbar. Los
cambios de posición y los esfuerzos (tos, estornudo) intensifican el dolor y suele asociarse a
hormigueo en el muslo o la pierna y pie y con el tiempo a disminuir la fuerza del pie.

LUMBAGO AGUDO

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

El episodio de lumbago agudo es sumamente característico. Aparece generalmente al


agacharse para coger un peso aunque otras veces lo hace sin motivo aparente. Generalmente
se inicia tras notarse un "chasquido" en la zona lumbar y se sigue de un intenso dolor en esa
zona, que impide a la persona afectada enderezarse y caminar.

Esta circunstancia, obliga a guardar reposo en cama durante unos pocos días, hasta que
el dolor desaparece por completo. Las causas exactas de este cuadro no están bien aclaradas.
Parece evidente que existe un componente de contractura y distensión muscular y ligamentosa,
que es el que en principio origina el dolor. El problema radica en saber, en cuántos de estos
cuadros subyace una alteración de la columna, especialmente a nivel del disco vertebral. De
hecho, los reumatólogos clásicos franceses, pioneros por otra parte de la descripción de estos
cuadros, siempre han defendido la postura de que en el lumbago agudo, existe ya una alteración
de la columna, más concretamente a nivel del disco vertebral. La evolución normal de este
episodio es que cure por completo en unos pocos días. Sin embargo, la persona que lo ha
padecido debe tener en cuenta que estará expuesta a padecer un cuadro similar en el futuro y no
siempre desencadenado por el mismo mecanismo.

LUMBAGO CRÓNICO

El lumbago crónico es el dolor lumbar que se prolonga mas allá de 6 semanas. A veces
es la continuación de un lumbago agudo que no ha curado del todo, y en otras, las más, aparece
de forma lenta y progresiva, sin una causa concreta que lo desencadene. Sus causas son
múltiples y aparecen especificadas en el apartado próximo. Lo que se conviene mencionar es
que el lumbago crónico es una de las situaciones que más quebraderos de cabeza produce al
médico y al paciente, debido sobre todo a la situación de desequilibrio que produce en toda
persona, la existencia de un dolor crónico y a la dificultad que a veces encierra proporcionar un
tratamiento totalmente satisfactorio.
CAUSAS DEL LUMBAGO

1. Anormalidades congénitas pueden predisponer al individuo a complicaciones dolorosas,


como la lumbarización de la primera vértebra sacra (como una vértebra lumbar de más)
o la sacralización de la última vértebra lumbar (como una vértebra menos). La
espondilosis (defecto de la articulación de las vértebras) que puede ser bilateral y llegar
a provocar que la vértebra se deslice hacia adelante (espondilolistesis). La estenosis del

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canal raquídeo (congénita o adquirida) será la disminución del diámetro del canal por
donde viajan los nervios antes de su salida a las piernas.

2. El trauma vertebral y su posible afectación de las raíces lumbares.

3. La hernia de disco intervertebral, que puede ser secundaria a factores congénitos


predisponentes asociados a un trauma o esfuerzo.

4. Las artritis suelen causar deformidad de la columna, luxaciones de sus articulaciones y


dolor en cualquier segmento de la columna y/o de los nervios que de ella se desprenden.

5. Las infecciones de la columna o de los discos son causa de dolor intenso.

6. La osteoporosis, ya sea postmenopáusica, senil o de otras causas, provoca pérdida de


la substancia ósea, que pueden llegar a aplastamientos de los cuerpos vertebrales con
el consecuente dolor y compresión de los nervios.

7. Tumorales. Múltiples tipos diferentes de neoplasias que pueden afectar la columna o su


contenido neural, ya sean lesiones primarias o metastásicas (de otros sitios como
mama, bronquios, próstata, etc.) con manifestaciones variadas y habitualmente severas.

8. Las alteraciones psiquiátricas de tipo neurótico, histérico y/o depresivo, pueden


condicionar manifestaciones dolorosas. Sin olvidar mencionar los casos matizados por
incapacidades laborales o indemnizaciones. Ambos casos suelen revelar
manifestaciones vagas, distorsionadas o exageradas.

Es importante mencionar que existen otras causas más raras de tipo circulatorio, viral,
metabólico, visceral, etc., etc., que pueden provocar los síntomas mencionados. El diagnóstico
clínico establecido por el médico, deberá apoyarse en otros estudios cuando las molestias se
prolonguen o sean muy intensas o progresivas o se acompañen de otros trastornos y esto de
acuerdo al criterio médico.

Las Causas De Origen Mecánico

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Son con mucho las más frecuentes y radican en alteraciones de la mecánica y estática,
de las estructuras que forman la columna lumbar. Así, la degeneración del disco vertebral, la
aparición de artrosis en las vértebras lumbares ("desgaste de las articulaciones"), la existencia
de osteoporosis importante ("descalcificación vertebral"), o de una musculatura lumbar atrófica o
una escoliosis (alteración de las curvaturas normales de la columna, que origina una desviación
lateral), son entre otras, causas frecuentes de dolor lumbar.

Esto se debe a que estas anomalías originan una alteración de la estética normal de la
columna o exponen a las vértebras a soportar un peso excesivo y en malas condiciones.

Factores Que Agravan El Lumbago

Al margen de lo mencionado, hay que recordar que nuestra columna lumbar precisa de
unos cuidados que con frecuencia se olvidan. Así, determinadas posturas, cuando son
prolongadas y/o inadecuadas, pueden originar dolor por una sobrecarga de los músculos
lumbares, como sucede por ejemplo con el conductor que permanece varias horas sentado en
una postura y asiento incorrectos. Lo mismo ocurre con determinadas actividades laborales
como cargar pesos, jardinería o trabajos del hogar, ya que requieren agacharse con frecuencia o
hacer esfuerzos físicos mientras la columna permanece en una posición forzada.

También es conocido, que tanto el sedentarismo excesivo como la práctica deportiva sin
un entrenamiento adecuado pueden producir lumbago. En el primer caso, porque los músculos
están atróficos y cualquier esfuerzo es excesivo para ellos, Y en el segundo por someterlos a un
trabajo para el cual no están capacitados. Finalmente, hoy sabemos que existen factores
psicológicos que son básicos en el desencadenamiento y en el mantenimiento de muchos de los
dolores que padecen las personas.

Entre ellos los dolores de la columna en general, tanto a nivel cervical, dorsal y lumbar,
ocupan un lugar preferente. En qué medida las causas "puramente mecánicas", los factores
laborales y posturales y finalmente los psicológicos se entremezclan para originar dolor lumbar
es muy difícil de valorar. Es obvio que en muchos pacientes se podrán identificar factores
exclusivamente mecánicos, como por ejemplo sucede con el lumbago que aparece a
consecuencia de una hernia discal (ver más adelante) y en otros los factores posturales o

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laborales serán preponderantes. Habitualmente el dolor lumbar crónico es una mezcla de


muchos de estos factores.

Es labor del médico tratar de averiguar cuál de ellos es el predominante, para que el
tratamiento tenga éxito.
Las Causas De Origen Inflamatorio

Las causas de origen inflamatorio tienen su origen en determinadas enfermedades que


producen una inflamación de las vértebras, de los tendones o de las articulaciones próximas. La
enfermedad más conocida es la espondilitis anquilosante. Otras causas no estrictamente
inflamatorias pero que se podrían encuadrar en este apartado, será el lumbago producido por
infecciones o tumores. Afortunadamente muy poco frecuentes, si se comparan con la incidencia
real del lumbago.

¿Cómo Es El Lumbago Producido Por Causas Mecánicas?

El lumbago producido por causas mecánicas, al margen de que pueda ser agudo o
crónico, tiene unas características peculiares. Por ejemplo, empeora al estar mucho tiempo de
pie o cuando se mantienen posturas incorrectas de forma prolongada. Cualquier actitud que
sobrecargue la columna lo aumenta, y en general se alivia o desaparece por completo al
tumbarse en la cama. Como ya se ha dicho la inmensa mayoría de lumbagos son de tipo
mecánico.

Sin embargo, no todos tienen unos síntomas con unas características tan definidas
como las que hemos comentado. De hecho, algunos lumbagos empeoran en la cama o en los
días de descanso, como ocurre en vacaciones.

¿Cómo Es El Lumbago Producido Por Causas Inflamatorias?

El dolor tiene unas características radicalmente diferentes. Aparece generalmente por la


noche, de madrugada y despierta a la persona. Con frecuencia le obliga a levantarse de la cama.
La actividad diaria en lugar de empeorar el dolor, lo mejora y a veces lo hace desaparecer.

SÍNTOMAS

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La ciática es un dolor muy intenso de espalda irradiado a las nalgas, piernas y pies, que se
acompaña de hormigueo o adormecimiento de piernas/pies y que puede llevar a debilidad
muscular en etapas tardías. En casos extremos pueden ocurrir pérdida del control de la vejiga o
del intestino y dificultad al andar o al mantener el equilibrio. Esto ocurre cuando la hernia discal
es tan grande que llena el canal vertebral por completo. Esta situación se llama síndrome de
Cauda Equina o de Cola de Caballo, y es una urgencia médica.

RELACIÓN ENTRE EL LUMBAGO Y LA CIÁTICA

Una de las causas más frecuentes de lumbago es la afectación del disco vertebral.
Cuando esto sucede el disco se va agrietando y fragmentando, lo cual hace que bien en su
conjunto o una parte de él, pueda desplazarse hacia atrás. Si esto ocurre de forma brusca, el
disco quedará emplazado fuera de su sitio habitual, produciéndose una hernia discal, lo cual
origina un lumbago agudo. Esta parte del disco herniado contactará con la raíz nerviosa más
cercana, originando un intenso dolor por la parte posterior del muslo y pierna que llamamos,
ciática.
Esto además se suele acompañar de
sensación de hormigueo y a veces de falta de fuerza en
la pierna dañada. Aunque existen otras causas por las
cuales puede aparecer una ciática, la hernia discal es la
más frecuente. En consecuencia la aparición de una
ciática supone "la complicación" de un lumbago
originado por una hernia discal. A veces, si la hernia es
pequeña, los síntomas pueden quedar en un simple
lumbago que curar sin más. En otras ocasiones, la
irritación de la raíz nerviosa por parte del disco
herniado conduce a la aparición de la ciática.
DIAGNÓSTICO

El diagnóstico del lumbago no ofrece ninguna dificultad. Los síntomas en la mayoría de


los casos son lo suficientemente claros, como para que el médico haga el diagnóstico tras unas
sencillas preguntas y una exploración física rutinaria.

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Otro aspecto totalmente diferente es él referente a la causa exacta que origina el


lumbago. Llegar a una conclusión correcta puede ser sumamente sencillo, pero en ocasiones se
convierte en uno de los grandes problemas a los que se enfrenta el médico.

Y esto es así, porque como ya hemos comentado, las causas que pueden originarlo son
múltiples, y a veces no es una sola la que lo produce.

Una persona puede tener lumbago por una lesión discal, pero a la vez éste puede verse
agravado por una mala postura durante el trabajo diario y/o durante el sueño, a lo cual se puede
añadir un factor psicológico, como es el de una situación anímica de ansiedad, que muchas
veces agrava las molestias.

Por ello, determinar las distintas causas del lumbago con un interrogatorio amplio sobre
los hábitos de vida y situación anímica del paciente, va a ser determinante en la mayoría de los
pacientes, especialmente en aquellos con lumbago crónico, sobre todo si se quiere tener éxito a
la hora de instaurar un tratamiento.

Una vez cumplimentado este paso, lo más probable es que el estudio se complete con
unos sencillos análisis y una radiografía de columna lumbar. Una vez hecho esto, se puede
afirmar que el médico está en condiciones de conocer la causa o causas principales del
lumbago, en la mayoría de los casos.

ESTUDIOS COMPLEMENTARIOS

1. Las radiografías de las áreas de la columna afectadas en diversas posiciones.


2. El estudio de la actividad eléctrica de los nervios. Electromiografía.
3. Tomografía de columna.
4. Resonancia magnética de columna.

Con estos estudios solicitados por el médico, se obtiene habitualmente el origen del síntoma
doloroso a cualquier nivel de la columna.

TRATAMIENTO DEL LUMBAGO AGUDO

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El tratamiento del lumbago agudo es sumamente sencillo. Unicamente requiere reposo


en cama dura, y la administración de analgésicos (paracetamol o aspirina a dosis bajas) o
antiinflamatorios, dependiendo de la intensidad del dolor.

Estas medidas se pueden completar con la administración de relajantes musculares y


de la aplicación de calor local. Por norma general se puede afirmar que en el plazo de 3 a 7 días,
el paciente se encuentra totalmente restablecido. Una vez pasada la fase aguda del primer y
segundo día, es recomendable comenzar a realizar determinados ejercicios, como indica la
Figura
No obstante, es muy importante saber que tumbado
boca abajo, intente poco a poco, apoyando los brazos en el
suelo, doblar hacia atrás la espalda.
Cualquier ejercicio que origine un cambio sustancial
en la localización del dolor, especialmente si el dolor se
extiende por la pierna, debe ser suspendido de inmediato.

TRATAMIENTO DEL LUMBAGO CRÓNICO

Desde el punto de vista médico no hay grandes diferencias sobre los medicamentos que
hay que administrar, con respecto a los que se dan en el lumbago agudo. Si acaso, en los
pacientes que existe un componente psíquico añadido, administrar algún medicamento que alivie
la ansiedad o la depresión. Rehabilitación La instrucción por un fisioterapeuta de los ejercicios
más adecuados para potenciar los músculos de la columna lumbar ayudaran a aliviar el dolor.

La práctica regular de deportes, como la natación son de gran ayuda en el tratamiento


de estos enfermos. Otras medidas, como la aplicación de masajes en la musculatura lumbar por
un fisioterapeuta experto y de calor local ("corrientes") pueden ser útiles. El problema de la
rehabilitación, es que una gran mayoría de pacientes pierden enseguida el hábito de realizar los
ejercicios con la frecuencia que se les indica y olvidan que la constancia es la base para que la
rehabilitación tenga el éxito que se persigue.

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Recomendaciones Prácticas Para El Tratamiento Del Lumbago

En el tratamiento del lumbago crónico hay que tener en cuenta y aconsejar al paciente,
sobre otros aspectos importantes entre los que destacaremos: Hábitos posturales durante el
sueño: Durante el sueño es fundamental conservar una postura correcta. Lo más aconsejable es
dormir de lado y con las piernas encogidas.

También es una buena postura, dormir boca arriba con las piernas flexionadas. El mayor
problema estriba en poder "controlar" la postura, mientras se duerme. En cualquier caso no es
aconsejable dormir boca abajo, ya que origina un aumento de la lordosis lumbar y una torsión
forzada del cuello.

Características De La Cama Y El Colchón

Es un aspecto fundamental. El colchón debe tener una consistencia firme pero también
es muy importante que el somier tenga unas características adecuadas. Un somier con barras
transversales de madera proporciona un buen soporte para el colchón.

Profesión Y Actividad Laboral

Muchas profesiones son potencialmente productoras de lumbago. Así los conductores


de camión o autobús, secretarias, personas que cargan grandes pesos, etc., están expuestas a
la aparición de este problema.
Por ello es fundamental que conozcan varios
aspectos de "higiene postural", cuando
permanecen sentados. Así, el asiento debe
tener un apoyo para la zona lumbar (cojín,
pequeña almohada), y deben aprender unas
normas elementales sobre la forma correcta
de estar sentado: la espalda debe estar recta
y apoyada sobre el respaldo.

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Es imprescindible levantarse cada 2 horas y realizar algún ejercicio de estiramiento de la


musculatura lumbar. Si se levantan pesos, hay que saber que es necesario doblar las rodillas
antes de hacerlo. ¡No hacerlo nunca inclinando el tronco hacia adelante, sin flexión de las
piernas!.

Labores Domésticas

Las labores domésticas como planchar, fregar y hacer la limpieza de las habitaciones,
pueden ser muy perjudiciales para la columna lumbar. Existen muchas formas recomendadas
para hacerlas, pero entre ellas destacaremos: para planchar, hágalo descansando una pierna en
una pequeña tarima, eso le descansa la espalda.

Friegue siempre los suelos y limpie los armarios que estén en alto, con utensilios lo
suficientemente largos, que no le obliguen a esforzarse; para hacer las camas arrodíllese y no se
incline hacia adelante.

Tipo De Vida Que Se Realiza En El Tiempo De Ocio

La vida sedentaria que conduce a una falta de tono de la musculatura lumbar es un


factor más que agrava un lumbago. Si pensamos simplemente en algunas de las profesiones
que hemos mencionado anteriormente, nos daremos cuenta cómo el poseer una musculatura
lumbar en condiciones, puede ayudar a mantener la columna lumbar de forma correcta y sin
producir dolor.

Por otro lado la práctica de un deporte de forma habitual, no tiene porqué producir
ningún problema lumbar, salvo en los que exista un gran riesgo de contacto físico o traumatismo.
Lo que sí puede ser motivo de lumbalgia es la práctica de algunos deportes sin el entrenamiento
necesario. Todo deporte requiere un entrenamiento. Cuando aquel se realiza sin esas
condiciones previas, puede ser motivo de aparición de lumbago o de su agravamiento.

Situación laboral, familiar, y emocional

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Es bien conocido que el estrés, o estados emocionales depresivos o de ansiedad,


pueden incidir de forma desfavorable en el dolor en general. Por lo tanto en el dolor lumbar, el
cual es especialmente sensible a estas situaciones.

Es evidente que los problemas de relación que puedan existir en el seno de una familia,
o en el trabajo son fuente de tensiones. Que a veces se reflejan de forma indirecta en el aumento
del dolor lumbar. Por ello en todo lumbago crónico es imprescindible recabar detalles sobre la
situación emocional y laboral del paciente.

En resumen. Resulta evidente que cualquiera de las situaciones mencionadas puede


agravar un lumbago. La labor del médico será tratar de averiguar cuál o cuáles son los más
influyentes en el dolor lumbar de cada paciente, para que una vez eliminados, tenga éxito el
tratamiento.

TRATAMIENTO QUIRURGICO

La inmensa mayoría de los lumbagos no son tributarios de tratamiento quirúrgico. Sin


embargo puede haber excepciones. La más conocida es el lumbago y la ciática producidos por
una hernia discal.

En estas circunstancias es aconsejable un tratamiento médico inicial, pero si el cuadro


no evoluciona bien se puede recurrir a la cirugía, la cual en la mayoría de los casos, soluciona de
forma definitiva el problema.

LUMBALGIA EN EL DEPORTISTA

El dolor lumbar en atletas ocurre con más frecuencia como consecuencia de lesiones en
partes blandas, inflamación en las carillas articulares o por hernia discal.

En el deportista con dolor que se acentúa al extender el tronco, es preciso descartar


fractura de esfuerzo de la porción interarticular (espondilolisis), que puede pasar inadvertida en

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radiografías de fase inicial. En estos casos, la gammagrafía es útil para detectar fracturas de
esfuerzo recientes.

La lesión aguda obliga a suspender la actividad y a veces se requiere inmovilización. En


deportistas es imperativo la cuidadosa evaluación del dolor lumbar y debe sospecharse de hernia
de disco y espondilolisis.

La irritación e inflamación de las carillas articulares produce, con frecuencia, lumbalgia


en el atleta; el dolor aumenta al correr, saltar o realizar toda actividad que exija la extensión de la
espalda. Lo vemos al desarrollar técnicas defectuosas en el levantamiento de pesas, gimnasia,
servicios en el tenis, lucha, etcétera. Las lesiones ligamentosas y musculares agudas en la
espalda pueden tratarse con breves períodos de reposo en cama, suspensión del acto deportivo
por poco tiempo, antiinflamatorios, relajantes musculares y programa médico fisiátrico que
incluya ejercicios de fortalecimiento de la flexión abdominal y músculos erectores de la espalda,
masoterapia relajante de la musculatura en áreas contracturadas.

Y algo de suprema importancia: corrección inmediata de las técnicas deportivas


defectuosas, indicadas por personal no capacitado técnicamente. Todo esto representa un
programa de tratamiento conservador para retornar al atleta a su actividad lo más pronto y
sanamente posible, con óptima función y... ¡Sin dolor!

La espondilolisis y la espondilolistesis son habituales en deportes con hiperextensión,


como la natación al estilo mariposa, o con cargas", ha señalado.

Si la lumbalgia es frecuente en el mundo de los mortales, en el de los deportistas de alto


rendimiento, sobre todo de los que participan en disciplinas donde el triunfo depende de
posiciones muy forzadas, la incidencia de este problema es superior.

Sentados

Gestos como permanecer sentado durante horas en una embarcación de vela ligera, en
una bicicleta, en una moto o sobre un caballo también resultan muy molestos y afectan a la
región lumbar de los deportistas que han de realizarlos en el día a día de sus entrenamientos o

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en las competiciones. La posición forzada que implican y las vibraciones que suelen
acompañarlas son factores agravantes.

Prevención

El especialista reconoce que las lumbalgias son un problema que muchos deportistas
han de asumir como un gaje del oficio y para el que han de ser tratados de forma repetitiva con
analgésicos y fisioterapia, entre otros métodos. Pero, como en todos los ámbitos de la medicina,
la prevención desempeña un importante papel, lo que redunda en el bienestar del atleta y en la
posibilidad de mantener un alto rendimiento.

Aunque los abdominales son músculos que no rodean a la columna, hay que entrenarlos
especialmente para reforzar la región lumbar. "Los abdominales son los que vigilan a la columna
a mayor distancia, pero a la vez son los que más contribuyen a mantener la estática vertebral",
ha añadido.

A su juicio, hay que actuar con cautela al trabajar esta zona, ya que resulta muy fácil
hacer mal los ejercicios, trasladando la contracción muscular a otras zonas, como el psoas, lo
que no sólo no evita el problema, sino que lo agrava. Ha insistido en la correcta realización de
los gestos más comprometedores de cada disciplina.

Una buena higiene postural depende de la estrecha colaboración del atleta con su
entrenador, así como con otros expertos, como los médicos del deporte, explica este
especialista.

PROBLEMÁTICA SOCIAL Y LABORAL DEL LUMBAGO

La magnitud del problema social y laboral del dolor lumbar crónico es muy grande. De
hecho, una gran parte de las bajas laborales se deben a este problema, lo cual origina un gasto
sanitario excesivo y repercute gravemente en la economía, por los gastos sociales que esta
situación laboral conlleva.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

Por éste y otros motivos, algunos países han creado las llamadas "Escuelas de
Espalda". En ellas, los reumatólogos, con la ayuda de otros especialistas como psicólogos,
especialistas en el dolor, etc. tratan de valorar y tratar conjuntamente al paciente con dolor
lumbar crónico que se ha mostrado resistente al tratamiento convencional.

PREVENCIÓN

La mayoría de los episodios de ciática se curan por sí mismos con la ayuda de algunos
cuidados en casa. Puede intentar las siguientes medidas caseras para reducir el dolor y
estimular la curación:

 Descanse durante veinticuatro horas una vez haya empezado el dolor para evitar
cualquier otra lesión.
 Duerma en un colchón duro con una tabla debajo.

 Acuéstese sobre un lado con una almohada entre las piernas para evitar que las caderas
tengan un movimiento rotatorio y aumente la presión en la espalda o acuéstese sobre la
espalda, con una toalla enrollada bajo la nuca y almohadas bajo las rodillas. Evite
acostarse sobre el estómago.

 Levántese de la cama lentamente y con cuidado, primero sentándose y luego


poniéndose de pie.

 Aplique hielo o compresas frías durante veinte minutos cada dos horas durante las
primeras veinticuatro a cuarenta y ocho horas para reducir el dolor y los espasmos
musculares. Después de cuarenta y ocho horas aplique calor para mejorar la circulación
y la curación. La utilización de hielo o calor es una elección individual que depende de lo
que prefiera y de lo que reduzca el dolor.

 Tome medicamentos analgésicos y antiinflamatorios sin receta médica, como por


ejemplo la aspirina o ibuprofen. Es mejor que tome estos medicamentos con leche,
comida o antiácidos para proteger el estómago. Las mujeres embarazadas deben
consultar con su médico antes de tomar cualquier medicación.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

 Además debe evitarse la actividad enérgica durante seis semanas después de que el
dolor haya desaparecido para conseguir una curación completa y evitar que la lesión se
vuelva a producir.

Otras medidas de tratamiento para el dolor de espalda crónico o recurrente causado por una
lesión nerviosa incluyen:
 Terapia de estimulación eléctrica del nervio ("corrientes").

 Medicamentos específicos orales o inyectables para aliviar el dolor, reducir la hinchazón


y relajar los músculos.

 Tablas de ejercicios y programas específicos de reducción de peso.

CONSEJOS POSTURALES.

Adopte siempre una buena postura, siguiendo estos pasos:

 Distribuya su peso uniformemente mientras esté de pie.

 Mantenga un pie elevado sobre una caja o peldaño si está de pie durante períodos
largos.

 Mantenga la cabeza y los hombros hacia atrás mientras camine.

 Mantenga la espalda recta y apoyada en una silla, con ambos pies apoyados en el suelo
o elevados en un reposapiés, y evite hundirse en la silla.

 Lleve zapatos con tacones bajos o planos para evitar la tensión en la espalda.

 Realice los movimientos del cuerpo correctamente al levantar objetos pesados o


difíciles.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

Los hábitos de vida que imperan en este final de siglo han otorgado a la lumbalgia el
dudoso honor de ser uno de los problemas que casi todo el mundo ha sufrido en más de una
ocasión.

Posiciones forzadas en el trabajo, en el hogar o en el lugar de estudios hacen que la


zona lumbar acumule una tensión que muchas veces se convierte en un mal con el que hay que
aprender a convivir.

ESTUDIO COMUNITARIO

¿Cuáles son los factores psicosociales asociados a las consultas por lumbalgia?

Antecedentes

Diversos estudios han demostrado que un gran porcentaje de pacientes afectos de


lumbalgia no consultan a su médico por este motivo.

Esto sugiere que distintos factores psicosociales pueden jugar un papel en la decisión de
consultar o no. Algunos estudios han demostrado que los pacientes que consultan por lumbalgia
tienen mayor incidencia de psicopatología.

Población Estudiada Y Ámbito Del Estudio

Estudio realizado en el área metropolitana de Bradford (Reino Unido) a partir de un


estudio previo (1). Se incluyeron 540 pacientes (de 25 a 64 años de edad) afectos de, al menos,
un episodio de lumbalgia durante el año anterior.

Diseño Del Estudio Y Validez

Se trata de la segunda fase de un estudio de observación transversal mediante


cuestionario postal.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

Efectos Más Importantes Medidos

Seis parámetros psicosociales que se valoraron mediante cuestionarios validados que


tenían en cuenta aspectos tales como creencias personales en relación con el dolor, síntomas
depresivos asociados, grado de discapacidad por el dolor, grado de percepción somática del
dolor, etc.

Principales Resultados

El 52% de pacientes con lumbalgia durante el año anterior (n=406) no habían consultado
al médico. Mediante regresión logística se apreció relación entre el hecho de consultar y las
creencias personales en relación al tratamiento del dolor (odds ratio [OR] 3,6; intervalo de
confianza [IC] del 95%, 2,2-6,0). La consulta por episodios de menos de 2 semanas de duración
se relacionó con una mayor intensidad del dolor (superior al nivel definido como intermedio) (OR
3,0; IC 95% 1,7-5,5).

La consulta por episodios de más de 2 semanas de evolución se asoció con una mayor
limitación funcional (OR 3,7; IC 95% 1,5-9,0). En episodios de lumbalgia de más de 3 meses, el
hecho de consultar se relacionó con aumento de depresión (OR 3,9; IC 95% 1,3-11,8).

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

Rehabilitación de la columna vertebral


La rehabilitación es uno de los métodos más utilizados y más efectivos en el tratamiento
del dolor de espalda tanto agudo como crónico y en cualquier tipo de diagnóstico. La
rehabilitación abarca multitud de técnicas que van desde la cinesiterapia, que abarca
todo lo relacionado con los ejercicios, hasta la electroterapia con el uso de la onda corta
o el ultrasonido, pasando por la hidroterapia con baños a distintas temperaturas.
El papel de la fisioterapia en el tratamiento del dolor de espalda es el de reducir el dolor
y mejorar la capacidad funcional del paciente permitiendo que éste pueda incorporarse
al trabajo y desarrollar una vida normal. La fisioterapia tiene además una labor
preventiva con un objetivo de mejora de la capacidad del paciente para manejar el
problema de espalda y evitar que éste aparezca de nuevo.
El ejercicio
El ejercicio ha sido una de las piezas clave en el tratamiento del dolor de espalda, pero
es preciso dejar claro que no todos los problemas de espalda necesitan ejercicios, ya que
algunos pueden empeorar el problema. En tal sentido no todos los ejercicios son
válidos.
Beneficios del ejercicio
Los posibles beneficios que se han otorgado al ejercicio en el dolor de espalda son
múltiples, pero en muchos casos no existe evidencia científica comprobada de su
eficacia. La disminución del dolor de espalda en muchos enfermos que han recibido
tratamiento con ejercicios es algo que los especialistas confirman a diario, pero en
muchos casos no se sabe muy bien el mecanismo por el cual el enfermo ha mejorado.
Por ejemplo, para algunos autores los ejercicios de flexión de la espalda podrían
beneficiar a los pacientes porque al doblarse hacia adelante por la cintura, se abren los
orificios por donde salen las raíces nerviosas comprimidas, mientras que otros opinan
que con estos ejercicios el material discal herniado vuelve a su lugar previo,
disminuyendo la compresión.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

Otras tantas teorías existen para probar el efecto beneficioso de los ejercicios de
extensión. Como se puede comprobar, no hay acuerdo entre los propios especialistas en
el modo en que el ejercicio es útil en el dolor de espalda porque muchas de estas teorías
son difíciles de comprobar de modo científico irrefutable y carecen de validez ante los
profesionales.
Existen pruebas claras de que aquellas personas que hacen deporte regularmente y están
en una buena forma física en general, tienen menos proporción de problemas de espalda
y sufren con menos frecuencia lesiones de la columna en la vida diaria. Además, el
ejercicio físico mejora la postura y la movilidad de la columna con lo que mejora
también la función y la eficiencia de la misma. El ejercicio ha demostrado ser más
efectivo que los relajantes musculares en aliviar la tensión muscular, con otro beneficio
añadido y es el de ayudar a conciliar el sueño con más facilidad.
Fortalecimiento muscular
La población que sufre dolor de espalda crónico se caracteriza por tener una mayor
debilidad en la musculatura paravertebral que rodea a la columna, además de una menor
resistencia de dichos músculos a la fatiga en el trabajo. Es decir, estas personas no son
capaces de levantar el mismo peso que otras personas de su misma constitución, ni
pueden realizar un trabajo el mismo número de veces que uno sano por ser mucho
menos resistentes.
Se puede decir, pues, que el dolor de espalda se podría mejorar o evitar haciendo
ejercicio con dos fines: fortalecer la musculatura de la espalda, haciendo que sus
músculos sean mucho más fuertes para poder empujar y levantar objetos más pesados y
mejorar la resistencia a la fatiga de esos músculos, pudiendo hacer el mismo trabajo
pero durante mucho más tiempo.
Tablas de ejercicios
Existen multitud de tablas de ejercicios de la columna vertebral para el tratamiento de
los problemas de espalda, en algunas de ellas se aboga por los ejercicios de flexión de la
columna como método de aumentar la presión del abdomen y disminuir la presión de
los discos. Otras tablas contienen ejercicios de extensión de la columna porque mejoran
la postura y ayudan a soportar mejor las cargas a compresión.
La elección de la tabla adecuada es difícil incluso para un especialista, porque no existe
un acuerdo dentro del mundo de la rehabilitación en cuanto a la efectividad demostrada
científicamente de cada tipo de ejercicio. Incluso se han llegado a poner medidores de
presión en los discos de pacientes para ver el efecto de cada tipo de ejercicio sobre la
columna, con el fin de comprobar qué ejercicios que someten a mayor sobrecarga
pueden no sólo no ser beneficiosos sino perjudiciales.
Ejercicios de flexión
Los más utilizados son los que se recomiendan en la Tabla de Williams que abarca
cuatro tipos de ejercicios:
          abdominales con las piernas dobladas y desde una posición tumbada
inclinándose hacia un lado
          basculación de la pelvis hacia adelante

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

          rodillas al pecho


          fortalecimiento de los flexores de la cadera desde la posición de pie (flexión
ventral)
Los ejercicios de flexión se han recomendado con la finalidad de mejorar la musculatura
abdominal y así disminuir la presión sobre los discos lumbares. Se ha visto que los
enfermos con problemas de espalda tienen aproximadamente un 80% de la fortaleza de
la musculatura abdominal. Los músculos importantes para aumentar la presión
abdominal y disminuir la presión en el disco es la musculatura oblicua del abdomen que
se utiliza al girar el tórax sobre la pelvis o al mover la pelvis hacia atrás desde la
posición erguida (de pie) y al girar la cadera. El hacer abdominales elevando las piernas
extendidas apenas fortalece los oblicuos y por lo tanto no consigue beneficio alguno,
ocasionando en muchos casos un empeoramiento del dolor de espalda.
No se deben hacer ejercicios de flexión en prolapso discal agudo, ni en el dolor lumbar
postural, ni se deben hacer nada más levantarse de la cama por las mañanas puesto que
es cuando los discos están más hidratados y pueden romperse con más facilidad.
Ejercicios de extensión
Los ejercicios de extensión están recomendados en personas con debilidad en la
musculatura extensora de la columna vertebral y en pacientes con dolores posturales
(dolor tras estar sentado un tiempo prolongado o en posiciones en flexión mantenidas,
que disminuyen al ponerse de pie). También se recomienda en empleados en trabajos
duros o pesados. No se deben utilizar en problemas discales agudos, espaldas con
múltiples operaciones o en pacientes con problemas específicos de espalda como
espondilolistesis.
Se recomiendan dos tipos de ejercicios de extensión:
          los que se realizan desde una posición neutra de la espalda
          los que se realizan desde una hiperextensión de espalda
¿Por qué son importantes los ejercicios de hipertensión?
          La extensión de la columna hace que ésta se descargue y permite
una mejor alimentación del disco
          Existe una correlación entre la fortaleza de la musculatura extensora
y la máxima capacidad de carga de la columna
          El dolor de espalda se produce en pacientes con una significativa
pérdida de la musculatura extensora de la espalda además de una
menor resistencia a las actividades de la vida diaria. Las posturas de
flexión mantenida de la columna vertebral llevan a la aparición del
dolor de espalda.
Los ejercicios se pueden empezar desde una postura de flexión de unos 40 o 45 grados y
desde esta posición extender la espalda y las cadera hasta la posición neutra, también se
pueden hacer los ejercicios desde la posición de pie.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

Hay que resaltar que un 30% de los pacientes que realizan este tipo de ejercicios
empeoran del dolor, por lo que es muy importante seleccionarlos correctamente.
Aunque se ha recomendado mucho el ejercicio para mejorar la postura de la columna,
no existen pruebas de que el ejercicio mejore dicha postura. La lordosis o curva normal
de la columna lumbar se ha medido antes y después de un periodo de ejercicio y se ha
visto que no ha cambiado en absoluto en el número de grados.

Ejercicios aeróbicos
Estos ejercicios van encaminados a mejorar la forma física en general del paciente. Los
programas incluyen un periodo de tiempo de unos 30 o 40 minutos y deben incluir
calentamiento y enfriamiento. Se deben hacer de tres a cinco sesiones semanales. Los
ejercicios deben ser aeróbicos y deben utilizar grandes grupos musculares. Los más
recomendados son: caminar, trotar, nadar, montar en bicicleta y aerobics con
precaución.
Tracciones espinales
Es una técnica antiquísima que ya los griegos utilizaban en el tratamiento de los
problemas de espalda. Este método de tratamiento rehabilitador se basa en aplicar unas
fuerzas de distracción a la columna vertebral con el fin de estirar la musculatura,
evitando la contractura y disminuyendo la presión sobre las estructuras nerviosas
comprimidas. Aunque mucha gente ha dejado de utilizarla por no haber obtenido
buenos resultados, estos fracasos han sido ocasionados por errores en la indicación.
Cuando se usa correctamente, es un sistema de gran utilidad en el tratamiento del dolor
de la columna, sobre todo de la columna cervical.
Tipos de tracciones espinales
          Tracción continua. Se aplica la tracción durante un largo periodo de tiempo
y requiere poca cantidad de peso.
          Tracción estática o sostenida. Se aplica una cantidad fija de peso durante
unos 30 minutos.
          Tracción mecánica intermitente. Consiste en aplicar y soltar peso durante
unos segundos.
          Tracción manual. El fisioterapeuta aplica y suelta peso durante unos
segundos
          Tracción posicional. Se coloca al paciente en una posición que someta a
tracción a las estructuras de la espalda usando sacos, almohadas, etcétera.
          Autotracción. El propio paciente tira con sus brazos sometiéndose a la
tracción que él soporta.
¿Cuándo se debe utilizar la tracción espinal?
Las tracciones cervicales están indicadas en las distintas regiones de la columna
dependiendo del tipo de patología. Los dos casos en los que se suelen utilizar las
tracciones son los problemas discales y la artrosis.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

          En la hernia y el prolapso discal se ha comprobado que tracciones de 30 a 50


kilogramos durante unos 20 minutos, pueden hacer que el material discal, se
introduzca de nuevo en el espacio intervertebral, reduciendo así la presión sobre
las raíces nerviosas comprimidas. Este fenómeno desaparece cuando la tracción
se retira, produciéndose el prolapso otra vez, no se consigue un efecto
beneficioso definitivo.
          En artrosis con alteraciones de las apófisis articulares intervertebrales, las
tracciones pueden ser efectivas porque produce una movilización pasiva de estas
pequeñas articulaciones mejorando la rigidez y la contractura.
¿Cuándo no se debe utilizar la tracción espinal?
Las tracciones no deben utilizarse en casos de tumores, infecciones o en pacientes con
problemas musculares. Deben usarse con precaución en esguinces o traumatismos de la
espalda, así como en pacientes con osteoporosis.
Tracciones lumbares
Pueden llegar a ser tan efectivas como las tracciones cervicales, siempre y cuando se
someta a la columna lumbar a tracciones suficientes, que vienen a ser de unos 50
kilogramos durante 15 minutos, aunque se deben hacer ajustes individuales. No debe
existir el temor de que una cantidad de peso excesivo pueda causar daño en la columna
ya que se necesitan cerca de 200 kilogramos para producir lesiones a la columna dorsal
y cerca de 400 para dañar la columna lumbar.
Es importante que el paciente sea capaz de relajarse, puesto que de lo contrario el
tratamiento puede ser inefectivo.
El tipo de tracción va a depender del tipo de problema de espalda, la tracción continua
es mejor para los problemas discales, mientras que la tracción intermitente es mejor para
la artrosis y problemas facetarios.
Tracciones cervicales
Las tracciones cervicales se pueden dar con el paciente en dos posiciones, sentado o
tumbado. Aunque parece ser que tumbado son más efectivas, es importante el ángulo en
que se da la tracción. Se precisan fuerzas de 11 a 21 kilogramos para producir la
separación de la columna cervical. La fuerza que se requiere para producir daño en la
columna cervical es de aproximadamente 55 kilogramos.
Las tracciones se pueden utilizar varias veces al día, normalmente durante unos 20
minutos cada vez. El tratamiento se debe continuar por espacio de un mes o mes y
medio para después suspenderlo, incluso si el paciente está mejorando clínicamente.
Manipulaciones vertebrales
Las manipulaciones en la columna vertebral consisten en una serie de maniobras
realizadas por personas especialmente entrenadas con el fin de movilizar la columna
vertebral más allá de lo que el enfermo puede realizar por sí mismo.
Hay una gran variedad de técnicas y de filosofías que no se pueden describir aquí, pero
todas ellas persiguen un triple efecto: mejoría de la movilidad quitando las contracturas,
disminución del dolor, y un efecto psicológico beneficioso.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

En ocasiones es sorprendente la mejoría que se logra con las manipulaciones


vertebrales, incluso después de una sola sesión. Enfermos que habían estado durante
meses o años tomando medicación o recibiendo rehabilitación, se quedan asintomáticos,
no precisando tratamiento posterior de ningún tipo. Pero esta técnica tiene sus
indicaciones y no puede ser utilizada en cualquier caso de dolor de espalda. Los casos
en que puede ser utilizada la manipulación dependen mucho de la técnica empleada y de
la habilidad del manipulador. No se recomienda en pacientes con discos herniados o
prolapsos discales con signos neurológicos.
¿Cuándo no se deben utilizar las manipulaciones vertebrales?
No se debe realizar en pacientes con afecciones que debiliten de manera sustancial al
hueso como es el caso de tumores, infecciones o enfermedades reumáticas por la
posibilidad de que se puedan producir fracturas en esa zona, tampoco se debe utilizar en
enfermos con problemas hemorrágicos o trastornos de la coagulación para evitar
hematomas o sangrado a nivel del área manipulada.
Electroterapia
La electroterapia abarca una serie de técnicas que se usan muy frecuentemente en el
tratamiento del dolor agudo y crónico de espalda. Se basan en aplicar una energía a
través de ondas de distinto tipo con el fin de aumentar la temperatura de los tejidos en
profundidad.
La aplicación de calor con objetos previamente calentados o simplemente con agua
caliente, ha demostrado ser efectiva como relajante muscular además de por su efecto
analgésico y antiinflamatorio. El problema de este modo de aplicar calor es que no
penetra en profundidad, y no alcanza a músculos o tendones situados más allá de unos
centímetros por debajo de la piel.
La electroterapia mejora este problema utilizando distintas fuentes de energía como son
los ultrasonidos o la onda corta con el fin de aplicar el calor en profundidad, mejorando
así la vascularización de los tejidos y acelerando los procesos de curación.
Ultrasonidos
Consiste en aplicar al paciente ondas ultrasónicas en forma de vibraciones,
transmitiéndose la mitad de su energía al paciente, penetrando unos 5 centímetros en los
tejidos blandos.
Los tejidos que más absorben esta energía son el tejido muscular y el tejido nervioso.
Cuando se aplica en un punto fijo puede originar dolor por aumentar excesivamente la
temperatura de la zona, para evitarlo se debe aplicar moviendo el aparato
continuamente. Se puede usar sin problemas en personas que llevan implantes metálicos
al contrario que otras técnicas utilizadas en electroterapia. Se han comprobado los
efectos beneficiosos de la aplicación del ultrasonido, disminuyendo el dolor y
aumentando la movilidad. También tiene un efecto relajante muscular por aumentar la
temperatura del músculo donde se aplica en uno o dos grados.
Se han utilizado los ultrasonidos para aplicar algunas medicinas localmente como es la
cortisona, anestésicos locales o cremas antiinflamatorias, ya que favorecen la
penetración de los medicamento a través de la piel.

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

Onda corta
Son ondas electromagnéticas de alta frecuencia que atraviesan los tejidos originando un
aumento de la temperatura. El músculo puede calentarse a temperaturas de hasta 42
grados, lo que produce una relajación y una mejor circulación. El tratamiento suele
durar unos 20 minutos. Otros efectos de la onda corta es que acelera la curación de las
heridas y mejora la resolución de los hematomas.
No se debe aplicar en personas con enfermedades hemorrágicas por la posibilidad de
producir hematomas. Tampoco puede darse en zonas con implantes metálicos como
placas o prótesis, porque se calentarían en exceso pudiendo lesionar los tejidos de
alrededor. Tampoco se puede utilizar en enfermos con marcapasos por la posibilidad de
dañarlo.
Estimulación eléctrica transcutánea (TENS)
La TENS es un método eficaz de control del dolor agudo y crónico de espalda. Consiste
en aplicar al paciente una corriente eléctrica intermitente de bajo voltaje.
Los estudios realizados con la aplicación de la TENS reflejan una disminución del dolor
en el 60% de los pacientes a los que se le aplica.
Los electrodos se aplican a la piel sobre la zona dolorida. La estimulación eléctrica que
recibe el paciente no debe ser percibida como desagradable. Se puede mantener dicha
estimulación de 30 a 60 minutos en los problemas crónicos y hasta dos horas en los
problemas agudos.
Electroanalgesia
Este método, más difícil de aplicar que la TENS, se ha utilizado en el tratamiento del
dolor agudo de espalda. Consiste en aplicar una corriente eléctrica de bajo voltaje en los
puntos clásicos de acupuntura durante unos 60 segundos. En ocasiones, el alivio del
dolor es completo en una sola sesión.
Escuelas de espalda
Las escuelas de espalda surgieron en los años 60 en las factorías de automóviles Volvo
en Suecia, extendiéndose posteriormente al resto del mundo. Hoy en día son miles las
escuelas de espalda funcionando en los 5 continentes.
Objetivos
El objetivo de las escuelas de espalda es educar a la población en general, en cuanto a
las normas y cuidados posturales para evitar tener problemas de espalda. Las personas
más asiduas a estas escuelas son los pacientes que han tenido previamente algún
problema de espalda aunque están destinadas también hacia aquellas personas que no
han tenido con anterioridad problema alguno en la columna.
A continuación se dan algunas normas de prevención de los problemas de espalda para
las tareas domésticas, el deporte y el mundo laboral.
 Recomendaciones para la práctica deportiva
          No todos los deportes son igualmente recomendables para no sobrecargar

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Anatomía descriptiva de la Columna Vertebral

la espalda.
          Los más recomendables son caminar, la marcha y la natación. En la
natación no se recomienda el estilo mariposa. El mejor estilo es la espalda y
nadar de lado
          Deportes poco recomendables son el golf por la torsión del cuerpo al
golpear la bola, por la misma razón tampoco se recomiendan el remo y el
tenis, éste último porque además de los giros bruscos, se hacen muchas
maniobras de hipertensión y flexión. El ciclismo se puede hacer en
bicicletas de paseo con el manillar alto para tener la espalda recta.
 
Recomendaciones en el trabajo
          No permanecer de pie siempre en la misma postura
          No girar el tronco sin mover los pies
          No sentarse sin respaldo
          No levantar peso flexionando el tronco con las piernas rectas, ni desde la
posición de sentado.
          No llevar objetos sobre la cabeza o los hombros.
          Evitar la flexión del tronco hacia adelante mucho tiempo.
          Utilizar sillas giratorias. La silla debe ser profunda, terminando a unos cinco
centímetros de las rodillas. No dejar los pies colgando de las sillas. Apoyar la
espalda en el respaldo.
          Las mesas de trabajo deben estar a la altura de los codos.
          No permanecer mucho tiempo con la cabeza inclinada hacia adelante.
          Utilizar atriles para leer y elevar la pantalla de los ordenadores para que quede
a la altura de los ojos.
          En el coche, el respaldo del asiento debe estar inclinado unos 110 grados. Los
brazos no deben estar completamente extendidos sino algo flexionados y las
rodillas deben quedar algo flexionadas. Colocar un cojín lumbar si el asiento es
demasiado blando.
          Salir y entrar en el coche sin girar el cuerpo

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