Este documento describe los principios fundamentales de la pedagogía crítica. La pedagogía crítica se opone al análisis positivista, ahistórico y despolitizado de la educación y enfatiza el papel político de las escuelas en la reproducción de las relaciones de poder y desigualdad social. Los teóricos críticos ven a las escuelas no como mecanismos neutrales sino como instituciones que promueven formas particulares de vida social y conocimiento que apoyan ciertas visiones del mundo. El documento también disc
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La política del conocimiento
oficial es una política de
acuerdos o de La vida en las escuelas: McLaren El surgimiento de la pedagogía critica: Definida de manera informal como la nueva sociología de la educación. La pedagogía critica opone varios argumentos importantes al análisis positivista, ahistórico y despolitizado empleado tanto por los críticos liberales como por los conservadores, un análisis demasiado visible en los programas de entrenamiento en el colegio de educación. Los teóricos críticos han realizado estudios centrados en la economía política de la escuela, el estado y la educación, la presentación de los textos y la construcción de la subjetividad del estudiante. La pedagogía critica ha comenzado a proporcionar una teoría radical y un análisis de la escuela, y al mismo tiempo añade nuevos avances en la teoría social y desarrolla nuevas categorías de investigación y nuevas metodologías. El movimiento constituye solo una pequeña minoría dentro de la comunidad académica. Principios fundamentales: Política: una de las mayores tareas de la P.C ha sido revelar y desafiar el papel que las escuelas desempeñan en nuestra vida política y cultural. Los teóricos críticos sostienen que los maestros deben comprender el papel que asume la escuela al unir el conocimiento con el poder. El punto de vista tradicional de la instrucción y el aprendizaje en el salón de clases como un proceso neutral antiséptico y aislado de los conceptos de poder, política, historia y contexto ya no pueden ser sostenidos con verosimilitud. Cultura: Ven a la escuela como una forma de política cultural; la escuela siempre representa una introducción, preparación y una legitimación de formas particulares de vida social. Esta siempre implicada en la vida social, en las relaciones de poder y en la aprobación de las formas de conocimiento que apoyan o sostienen una visión especifica del pasado, presente y futuro. Economía: la visión moral que subyace en este punto de vista alienta a los estudiantes a tener éxito en el difícil mundo competitivo. Los teóricos han respondido a la nueva derecha sosteniendo que la creciente adopción de pedagogía de tipo administrativo y los esquemas orientados a cumplir con la lógica de las demandas del mercado que han dado lugar a un propósito político que promueve activamente la desespecialización de los maestros. Los estadunidenses por tradición han asumido que las escuelas funcionan como mecanismos para el desarrollo del orden social igualitario y democrático. Los teóricos críticos argumentan lo contrario y sugieren que las escuelas no proporcionan oportunidades en la amplia corriente humanista occidental para dar poder al sujeto y a la sociedad, sino que trabajan contra esas oportunidades. Los teóricos críticos impugnan la relación entre la escuela y la sociedad, desenmascarado la pretensión de la pedagogía dominante que provee igualdad de oportunidades y acceso a la democracia igualitaria y al pensamiento crítico. Los pedagogos críticos quisieran sacar la teoría de la academia e incorporarla a la práctica educacional. Los educadores críticos sostienen que somos responsables no solo por como actuamos individualmente en la sociedad, sino también del sistema en el que practicamos. Estos proponen algo que puede ser etiquetado como surrealismo pedagógico: intentan hacer familiar lo extraño y extraño lo familiar y comienzan a “relativizar” las escuelas como medios normalizadores desmantelando y reordenando las reglas y códigos artificiales que maquillan la realidad en el salón de clases. Se necesita una nueva ética económica que ayude a guiar y eventualmente a redefinir una política económica del interés de todo que tenga la visión y el poder para contraponerse a los efectos deshumanizantes del moderno capitalismo del consumo. Teorías del interés y de la experiencia: Los teóricos críticos quieren proporcionar a los teóricos de la educación en general un lenguaje publico que no solo afirme las voces de los maestros y d ellos grupos subordinados en la población estudiantil, sino que además vincule el propósito de la escuela a una visión transformadora del futuro. Pedagogía critica: una revisión de los principales conceptos LA IMPORTANCIA DE LA TEORÍA Los teóricos críticos comienzan con la premisa de que los hombres y las mujeres no son en esencia libres y que habitan un mundo repleto de contradicciones y asimetrías de poder y privilegios. El educador crítico aprueba teorías que son, ante todo, dialécticas; esto es, teorías que reconocen los problemas de la sociedad como algo más que simples hechos aislados de los individuos o deficiencias en la estructura social. Más bien, estos problemas surgen del contexto interactivo entre el individuo y la sociedad. El individuo, un actor social, tanto crea como es creado por el universo social del que es parte. La naturaleza dialéctica de la teoría crítica habilita al investigador de la educación para ver a la escuela no simplemente como un lugar de adoctrinamiento o socialización o como un sitio de instrucción, sino también como un terreno cultural que promueve la afirmación del estudiante y su autotransformación. Los educadores críticos sostienen que una teoría de la escolarización digna debe tomar partido, esto es, debe estar fundamentalmente ligada a una lucha por una vida cualitativamente mejor para todos mediante la construcción de una sociedad basada en relaciones no explotadoras y en la justicia social. El educador crítico no cree que haya dos lados para cada cuestión, y que ambos requieran igual atención. Para el educador crítico hay muchos lados en un problema que con frecuencia están vinculados a ciertos intereses de clase, raza y género. Los macro objetivos están diseñados para permitir a los estudiantes hacer conexiones entre los métodos, el contenido y la estructura de un curso y su significado dentro de la realidad social. Este enfoque dialéctico de los objetivos del aula permite a los estudiantes adquirir un marco de referencia más amplio o visión del mundo; en otras palabras, los ayuda a adquirir una perspectiva política. Los estudiantes pueden entonces hacer explícito el programa oculto y desarrollar una conciencia política crítica. Los micro objetivos representan el contenido del curso y se caracterizan por su estrechez de propósitos y su limitado campo de cuestionamiento. Giroux nos dice que la importancia de la relación entre ambas clases de objetivos deriva de que los estudiantes descubran las conexiones entre los objetivos del curso y las normas, valores y relaciones estructurales de la sociedad. Los micro objetivos tienen que ver con la organización, la clasificación, el dominio y la manipulación de los datos. A esto es a lo que Giroux llama conocimiento productivo. Los macro objetivos, por otra parte, se centran en la relación entre medios y fines, entre los hechos específicos y sus implicaciones sociales y políticas más amplias. Desarrollar macro objetivos favorece un modo dialéctico de investigación; el proceso constituye una aplicación sociopolítica del conocimiento, que Henry Gi-roux llama conocimiento directivo. Los teóricos críticos buscan una clase de conocimiento que ayude a los estudiantes a reconocer la función social de las formas particulares de conocimiento. El propósito de la teoría educacional dialéctica, entonces, es proporcionar a los estudiantes un modelo que les permita examinar los fundamentos políticos, sociales y económicos subyacentes en la sociedad. LA PEDAGOGÍA CRÍTICA Y LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL CONOCIMIENTO -Formas de conocimiento: Los educadores de la corriente dominante que trabajan dentro de las ideologías liberal y conservadora enfatizan el conocimiento técnico: conocimiento es lo que puede ser medido y cuantificado. El conocimiento técnico está basado en las ciencias naturales, utiliza métodos analíticos hipotético-de-ductivos o empíricos. Un segundo tipo, el conocimiento práctico, apunta a ilustrar a los individuos de modo que puedan dar forma a sus acciones diarias en el mundo. El conocimiento práctico se adquiere en general mediante descripción y análisis, en forma histórica o de desarrollo de situaciones sociales, y está articulado para ayudar a los individuos a comprender los hechos sociales en curso y situacionales. El educador crítico está más interesado en lo que Habermas llama el conocimiento emancipatorio, que intenta reconciliar y trascender la oposición entre el conocimiento técnico y el práctico -Clase: La clase se refiere a las relaciones económicas, sociales y políticas que gobiernan la vida en un orden social dado. Las relaciones de clase reflejan las restricciones y limitaciones que los individuos y los grupos experimentan en las áreas de nivel de ingreso, ocupación, lugar de residencia y otros indicadores de estatus y de rango social. Las relaciones de clase son las asociadas con la plusvalía del trabajo, quién la produce y quién la recibe. -Cultura: Además de definir la cultura como un conjunto de prácticas, ideologías y valores a partir de los cuales diferentes grupos otorgan sentido a su mundo, necesitamos reconocer cómo las cuestiones culturales nos ayudan a entender quién tiene poder y cómo es reproducido y manifestado en las relaciones sociales que vinculan a la escuela con el orden social mayor; la capacidad de los individuos para expresar su cultura está relacionada con el poder que ciertos grupos son capaces de ejercer en el orden social; la expresión de los valores y creencias de los individuos que comparten ciertas experiencias históricas es determinada por su poder colectivo en la sociedad. El vínculo entre cultura y poder ha sido ampliamente analizado en la teoría social crítica en los últimos diez años. Por lo tanto, es posible ofrecer tres postulados de esa literatura que iluminan en particular la lógica política que subyace en las diferentes relaciones entre cultura y poder. En primer lugar, la cultura está íntimamente vinculada con la estructura de las relaciones sociales dentro de las agrupaciones de clase, género y edad que producen formas de opresión y dependencia. Segundo, la cultura es analizada no sólo como una forma de vida sino como una forma de producción merced a la cual los diferentes grupos tanto en sus relaciones dominantes como subordinadas definen y perciben sus aspiraciones en las relaciones desiguales de poder. Tercero, la cultura es vista como un campo de lucha en el que la producción, legitimación y circulación de formas particulares de conocimiento y experiencia son áreas centrales de conflicto. Cultura dominante, cultura subordinada y subcultura Tres categorías centrales relacionadas con el concepto de cultura. La cultura dominante se refiere a las prácticas y representaciones sociales que afirman los valores centrales, intereses y compromisos de la clase social que controla la riqueza material y simbólica de la sociedad. Los grupos subculturales pueden ser descritos como subconjuntos de las dos culturas de origen (la dominante y la subordinada). Los individuos que forman las subculturas suelen emplear símbolos distintos y prácticas sociales para favorecer una identidad distinta de la de la cultura dominante. Las subculturas están envueltas en la disputa por el "espacio" cultural o aberturas en la cultura dominante, ya que ésta nunca es capaz de asegurar un control total sobre los grupos culturales subordinados. Las subculturas constituyen "una crisis dentro de la cultura dominante más que una conspiración en contra de ella". La contracultura de los jóvenes de los sesenta fue el abono ideológico que fertilizó mi pedagogía en la parte dos. Había aprendido los rudimentos del radicalismo de la clase media que estaba preocupada con la política pública y evitaba el examen concienzudo y crítico de las desigualdades estructurales que se daban dentro del orden social del capitalismo. -Formas culturales: Las formas culturales son aquellos símbolos y prácticas sociales que expresan cultura, tales como los que se encuentran en la música, el vestido, la alimentación, la religión, la danza y la educación, que se han desarrollado a partir de los esfuerzos de los grupos por definir sus vidas en el entorno político y material. -Hegemonía: La hegemonía se refiere al mantenimiento de la dominación no sólo por el puro ejercicio de la fuerza sino principalmente por prácticas sociales consensuales, formas sociales y estructuras sociales producidas en espacios específicos tales como la iglesia, el estado, la escuela, los medios masivos de comunicación, el sistema político y la familia. Por prácticas sociales me refiero a lo que la gente dice y hace. La hegemonía se refiere al liderazgo moral e intelectual de una clase dominante sobre una clase subordinada llevado a efecto no por medio de coerción, ni de la construcción intencionada de reglas y regulaciones, sino más bien gracias al consentimiento de la clase subordinada a la autoridad de la clase dominante. La clase dominante no necesita emplear la fuerza para la manufactura de la hegemonía dado que la clase subordinada se suscribe activamente a muchos de los valores y objetivos de la clase dominante sin estar consciente de la fuente de esos valores o los intereses que los conforman. -Ideología: La ideología se refiere a la producción y representación de ideas, valores y creencias y a la forma en que son expresados y vividos tanto por los individuos como por los grupos. Simplemente, la ideología se refiere a la producción de sentidos y significados. Puede describirse como una forma de ver el mundo, un complejo de ideas, diferentes tipos de prácticas sociales, rituales y representaciones que tendemos a aceptar tanto como naturales como de sentido común. La ideología incluye tanto funciones positivas como negativas en cualquier momento dado: la función positiva de la ideología es "proporcionar los conceptos, categorías, imágenes e ideas por medio de los cuales la gente da sentido a su mundo social y político, forma sus proyectos, toma una cierta conciencia de su ubicación en el mundo y actúa en él"; la función negativa de la ideología "se refiere al hecho de que todas esas perspectivas son inevitablemente selectivas. La negativa se relaciona, La dominación ocurre cuando las relaciones de poder establecidas en un nivel institucional son sistemáticamente asimétricas; esto es, cuando son desiguales y privilegian por lo tanto a algunos grupos por encima de otros. La legitimación ocurre cuando un sistema de dominación se sostiene presentándose como legítimo o como eminentemente justo y digno de respeto. La disimulación resulta cuando las relaciones de dominación están ocultas, negadas u oscurecidas en diferentes formas. La fragmentación ocurre cuando las relaciones de dominación están sostenidas por la producción de significados en una forma que fragmenta a los grupos de tal modo que quedan ubicados en oposición a otros. La cosificación ocurre cuando ciertas situaciones históricas transitorias se presentan como permanentes, naturales y de sentido común como si existieran fuera del tiempo. La ideología dominante se refiere a los patrones de creencias y valores compartidos por la mayoría de los individuos. Aquí debemos reconocer que el sistema económico requiere de la ideología del capitalismo consumidor para naturalizarla y presentarla como de sentido común. Las ideologías oposicionales existen, no obstante, e intentan desafiar a las ideologías dominantes y resquebrajar los estereotipos existentes. La ideología dominante frecuentemente alienta a las ideologías oposicionales y tolera las que desafían su propia racionalidad, dado que, absorbiendo esos valores contradictorios, ellas serán cada vez menos capaces de domesticar los valores conflictivos y contradictorios. Esto se debe a que la sujeción hegemónica del sistema social es tan fuerte que en general puede resistir la disensión y de hecho neutralizarla como oposición simbólica. -Prejuicio. Prejuicio es el juicio anticipado y negativo de individuos y grupos a partir de evidencias no reconocidas, infundadas e inadecuadas. LA PEDAGOGÍA CRÍTICA Y LAS RELACIONES ENTRE EL PODER Y EL CONOCIMIENTO La pedagogía crítica está fundamentalmente interesada en la comprensión de la relación entre el poder y el conocimiento. -Discurso: Las relaciones de poder se inscriben en lo que Foucault llama discurso o una familia de conceptos. Las prácticas discursivas, por tanto, se refieren a las reglas por las cuales se forman los discursos, las reglas que gobiernan lo que puede ser dicho y lo que debe permanecer callado, quién puede hablar con autoridad y quién debe escuchar. Las instituciones sociales y políticas, como las escuelas y las instituciones penales, son gobernadas por prácticas discursivas. "Las prácticas discursivas no son pura y simplemente formas de producir discurso. Están incorporadas en los procesos técnicos, en las instituciones, en los patrones de conducta general, en formas de transmisión y difusión, y en formas pedagógicas que, al mismo tiempo, las imponen y mantienen." Para la educación, el discurso puede definirse como un "sistema regulado de planteamientos" que establecen diferencias entre los campos y las teorías de la formación de docentes. En el ambiente del salón de clase, los discursos educativos dominantes determinan qué libros se pueden usar, qué enfoques del aula deberíamos emplear y qué valores y creencias deberíamos trasmitir a nuestros estudiantes. LA PEDAGOGÍA CRÍTICA Y EL CURRÍCULUM Desde la perspectiva de los teóricos críticos de la educación, el curriculum representa mucho más que un programa de estudio. Más bien, representa la introducción a una forma particular de vida y sirve en parte para preparar a los estudiantes para ocupar posiciones dominantes o subordinadas en la sociedad. El curriculum favorece ciertas formas de conocimiento sobre otras y afirma los sueños, deseos y valores de grupos selectos de estudiantes sobre otros grupos y a menudo discrimina a partir de la raza, la clase y el género. -El curriculum oculto: El curriculum oculto se refiere a los resultados explícitos del proceso escolar. El curriculum oculto también incluye los estilos de enseñanza y aprendizaje que son enfatizados en el salón de clase, los mensajes que trasmiten al estudiante el ambiente físico e instruccional total, las estructuras de gobierno, las expectativas del maestro y los procedimientos de clasificación. El curriculum oculto trata de las formas tácitas en las que el conocimiento y la conducta son construidos, fuera de los materiales usuales del curso y de las lecciones formalmente programadas. Es parte de la "presión" burocrática y administrativa de la escuela -las fuerzas combinadas por las que los estudiantes son inducidos a cumplir con las ideologías dominantes y las prácticas sociales referidas a la autoridad, la conducta y la moralidad. El punto en cuestión es identificar los supuestos estructurales y políticos sobre los cuales descansa el curriculum oculto e intentar cambiar los arreglos institucionales del salón de clase lo suficiente como para contrarrestar los resultados más antidemocráticos y opresivos. -El curriculum como una forma de política cultural: Los teóricos críticos de la educación ven al curriculum como una forma de política cultural, esto es, como parte de la dimensión sociocultural del proceso escolar. El término política cultural permite al teórico educacional resaltar las consecuencias políticas de la interacción entre maestros y estudiantes que vienen de diferentes culturas, dominante o subordinadas. Ver al curriculum como una forma de política cultural presupone que las dimensiones sociales, culturales, políticas y económicas son las categorías primarias para comprender a la escuela contemporánea. Basar un curriculum en la política cultura consiste en vincular la teoría social crítica con un conjunto de prácticas estipuladas mediante las cuales los maestros pueden desmantelar y examinar críticamente las tradiciones educacionales y culturales dominantes. Muchas de esas tradiciones han caído presas de una racionalidad instrumental que limita o ignora los ideales y principios democráticos.
-La pedagogía crítica y la reproducción social:
Los teóricos críticos han tratado de comprender cómo están implicadas las escuelas en el proceso de reproducción social. En otras palabras, han intentado explorar cómo las escuelas perpetúan y reproducen las relaciones sociales y actitudes necesarias para sostener las relaciones económicas y de clase dominantes de la sociedad. La reproducción social se refiere a la reproducción intergeneracional de las clases. Las escuelas reproducen las estructuras de la vida social mediante la colonización (socialización) de las subjetividades del estudiante y estableciendo las prácticas sociales características de la sociedad. Los estudiantes resisten el "tiempo muerto" de la escuela, donde las relaciones interpersonales están reducidas a los imperativos de la ideología del mercado de trabajo. La resistencia, en otras palabras, es un rechazo a su reformulación como objetos dóciles donde la espontaneidad es remplazada por la eficiencia y la productividad, en sumisión a las necesidades del mercado de trabajo corporativo. De acuerdo con esto, los propios cuerpos de los estudiantes se convierten en espacios de lucha, y la resistencia una forma para ganar poder, celebrar el placer y pelear en contra de la opresión en la historia en curso. Ninguna pedagogía emancipatoria será jamás construida a partir de las teorías de la conducta que ven a los estudiantes como flojos, rebeldes, faltos de ambición o genéticamente inferiores. Una solución mucho más profunda es tratar de comprender las estructuras de mediación en el mundo sociocultural, que forman la resistencia estudiantil. En otras palabras, ¿cuál es la mayor imagen? Debemos extraer el concepto de resistencia estudiantil del cubículo del conductista o del psicólogo y, en cambio, insertarlo dentro del terreno de la teoría social. -Capital cultural: La reproducción cultural como una función de las diferencias clasistas de capital cultural. El concepto de capital cultural, popularizado por el sociólogo francés Pierre Bourdieu, se refiere a los antecedentes culturales, el conocimiento, la disposición y las habilidades que son trasmitidas de una generación a otra. El capital cultural representa las formas de hablar, actuar, modos de vida, movimientos, socializaciones, formas de conocer, prácticas de lenguaje y valores. El capital cultural puede existir en estado corpóreo, como disposiciones duraderas de la mente y el cuerpo; en estado objetivado, como artefactos culturales tales como pinturas, libros, diplomas y otros objetos materiales y en estado institucionalizado, que confiere propiedades originales al capital cultural que garantiza. Los estudiantes de la cultura dominante heredan sustancialmente un capital cultural diferente del que heredan los estudiantes pobres, y las escuelas en general valoran y recompensan a los que exhiben ese capital cultural dominante (que es también el que suele exhibir el maestro). Las escuelas sistemáticamente devalúan el capital cultural de los estudiantes que ocupan posiciones de clase subordinada. El capital cultural es un reflejo del capital material y lo remplaza en forma de moneda simbólica que entra al sistema de intercambio de la escuela. El capital cultural es por tanto símbolo de la fuerza económica de la estructura social y se vuelve una fuerza productiva en sí para la reproducción de las relaciones sociales en el capitalismo.