El documento describe la importancia de pertenecer a una iglesia local. Explica que Dios nos creó para vivir en comunidad y que la iglesia es el cuerpo de Cristo. Ser miembro de una iglesia local permite identificarse como creyente genuino, evita el aislamiento egocéntrico, ayuda a mantenerse espiritualmente en forma, el cuerpo de Cristo necesita que cada persona desempeñe su papel, y compartir la misión de Cristo en el mundo.
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El documento describe la importancia de pertenecer a una iglesia local. Explica que Dios nos creó para vivir en comunidad y que la iglesia es el cuerpo de Cristo. Ser miembro de una iglesia local permite identificarse como creyente genuino, evita el aislamiento egocéntrico, ayuda a mantenerse espiritualmente en forma, el cuerpo de Cristo necesita que cada persona desempeñe su papel, y compartir la misión de Cristo en el mundo.
El documento describe la importancia de pertenecer a una iglesia local. Explica que Dios nos creó para vivir en comunidad y que la iglesia es el cuerpo de Cristo. Ser miembro de una iglesia local permite identificarse como creyente genuino, evita el aislamiento egocéntrico, ayuda a mantenerse espiritualmente en forma, el cuerpo de Cristo necesita que cada persona desempeñe su papel, y compartir la misión de Cristo en el mundo.
El documento describe la importancia de pertenecer a una iglesia local. Explica que Dios nos creó para vivir en comunidad y que la iglesia es el cuerpo de Cristo. Ser miembro de una iglesia local permite identificarse como creyente genuino, evita el aislamiento egocéntrico, ayuda a mantenerse espiritualmente en forma, el cuerpo de Cristo necesita que cada persona desempeñe su papel, y compartir la misión de Cristo en el mundo.
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• PRIMERA CLASE DE VALIENTES. (MODALIDAD VIRTUAL) Tema 1.
UN LUGAR DONDE PERTENCER.
Eres llamado a pertenecer, no solo a creer. Incluso en el entorno perfecto y sin pecado, en el jardín del Edén, Dios dijo: “No es bueno que el hombre este solo”. Dios nos creó para vivir en comunidad, para la comunión y para tener una familia, y no podemos cumplir los propósitos de Dios solos. En la Biblia no hay ningún ejemplo de santos solitarios o ermitaños espirituales aislados de otros creyentes y privados de la comunión. La Biblia dice: que formamos un cuerpo, somos sus miembros, hemos sido edificados juntamente, formamos articulaciones, somos herederos juntos, estamos sostenidos y ajustados en conjunto, y seremos arrebatados juntos, ya no podemos valernos por nosotros mismos. Aunque nuestra relación con Cristo es personal, la intención de Dios no es que sea privada. En la familia de Dios estamos conectados con todos los demás creyentes, y nos pertenecemos mutuamente por la eternidad (Romanos 12.5). Seguir a Cristo implica participación, no solamente creer. Somos miembros de su cuerpo. ¿Qué significa ser un Miembro? Significa ser un órgano vital de un cuerpo con vida, una parte indispensable y ligada al cuerpo de Cristo. La Iglesia es un cuerpo, no un edificio, es un organismo no una organización. Debemos revisar y entender (Romanos 12.4-5) descubrirás tu papel en la vida mediante tu relación con los demás. SOY PARTE DEL CUERPO DE CRISTO. Fuera del cuerpo, los órganos se secan y mueren. No pueden sobrevivir solos; nosotros tampoco. Por eso es que el enfriamiento espiritual de los creyentes se debe a la ausencia en las reuniones de adoración, cuando descuidamos la comunión todo lo demás se va a pique. Ser miembro de la familia de Dios tiene repercusiones y no es algo para ser ignorado casualmente, la Iglesia es parte del plan de Dios para el mundo. Jesús dijo: edificare mi iglesia, y las puertas del reino de la muerte no prevalecerá contra ella. LA IGLESIA DE CRISTO ES INDESTRUCTIBLE. La iglesia es indestructible y existirá por la eternidad. Sobrevivirá al universo, y tu papel en ella también. La persona que dice: “No necesito a la iglesia”, es arrogante o ignorante. La iglesia es tan importante que Jesús murió en la cruz por ella. “Cristo amó a su iglesia entregó su vida por ella”. La Biblia llama a la iglesia “la esposa de Cristo” y “el cuerpo de Cristo”. No me puedo imaginar diciéndole a Jesús: “Te amo, pero no me gusta tu esposa”, o “Te acepto, pero rechazo tu cuerpo”. Sin embargo, eso es lo que hacemos cuando le restamos importancia, menospreciamos o nos quejamos de la iglesia. Por el contrario, Dios nos manda a amarla tanto como la ama Jesús. La Biblia nos ordena “amar a nuestra familia espiritual”. Es triste ver que muchos cristianos usan la iglesia, pero no la aman. LA CONGREGACIÓN LOCAL: Ekklesia: conjunto de creyentes que se unen en un mismo espíritu y una misma fe en Jesucristo. Todas las veces que se usa la palabra iglesia en la Biblia se refiere a la congregación local y visible. El Nuevo Testamento da por sentado que los creyentes son miembros activos de una congregación local. Un cristiano sin Ekklesia es como un órgano sin un cuerpo, una oveja sin rebaño o un niño sin familia. No es su estado natural. (Efesios 2.19). En la actualidad, el individualismo independiente de nuestra cultura ha creado muchos huérfanos espirituales: “creyentes conejos” que saltan de una iglesia a otra sin identificarse, sin rendir cuentas ni comprometerse con ninguna. Muchos creen que es posible ser un “buen cristiano” si unirse (a veces sin siquiera asistir) a una iglesia local, pero Dios no está de acuerdo con eso. Su Palabra ofrece muchas razones de peso para justificar la necesidad de estar comprometidos y ser activos en la comunión. LA NECESIDAD DE LA FAMILIA ECLESIÁSTICA: 1. Te permite identificarte como creyente genuino: No se puede decir que sigo a Cristo si no tengo ningún compromiso con otro grupo específico de discípulos. En nuestro Ministerio, las Tribus y los Jesús en las Casas. (Juan 13.35). Somos testimonio al mundo cuando, viniendo de diferentes comunidades, diferentes familias y clases sociales, nos reunimos en amor como una familia en la iglesia. No somos parte del cuerpo de Cristo en soledad. Necesitamos a los demás para expresar que somos miembros del cuerpo. Juntos, no por separado, somos miembros de su cuerpo. Y eso da testimonio al mundo.
2. Te aparta del aislamiento Egocéntrico: La iglesia es el salón de clases
donde aprendes a vivir en la familia de Dios, es el laboratorio donde se practica el amor comprensivo y sin egoísmo. Como miembro participante podrás aprender a interesarte en los demás y a conocer la experiencia de otros. (I Corintios 12.26). teniendo regularmente contacto con creyentes comunes e imperfectos podremos aprender a tener comunión verdadera y a experimentar el Centro del Evangelio, el Amor unos a otros. La comunión Bíblica cosiste en estar tan comprometidos con los demás, así como lo estamos con Jesucristo. Dios espera que entreguemos la vida unos por otros, nos sabemos de memoria (Juan 3.16) pero nos olvidamos de (I Juan 3.16) 3. Te ayuda a mantenerte en forma espiritualmente: No podrás crecer y madurar si solo asistes a los cultos de adoración y tribus, si eres un espectador pasivo. (Efesios 4.16). El Nuevo Testamento emplea más de cincuenta veces la frase “UNOS A OTROS”. Se nos manda a orar, alentar, saludar, edificar, amar, servir, perdonar, llevar las cargas, enseñar ayudar, estimular entre muchas más tareas mutuas y reciprocas. Esto es Membresía Bíblica, estas son nuestras responsabilidades como Iglesia, que Dios espera que cumplamos en nuestra congregación Dulce Refugio. Parece ser más fácil ser santo cuando no hay nadie a nuestro alrededor que pueda frustrar nuestras preferencias, pero esta santidad es falsa y no verificable. La verdadera madurez se demuestra en nuestras relaciones. Para crecer necesitamos algo más que la Biblia y la Oración, necesitamos a otros hermanos. Crecemos más rápidos y seremos más fuertes y efectivos si aprendemos de los demás y asumimos responsabilidades.
4. El Cuerpo de Cristo te necesita: Dios tiene un papel exclusivo para que lo
desempeñes en su familia. En el cuerpo de Cristo está el desarrollo dentro de El Ministerio y a fin de desempeñarlo Dios te ha dado dones (I Corintios 12.7) La manifestación del Espíritu es para provecho de la Iglesia. La Iglesia Dulce Refugio es el lugar que Dios te ha provisto para descubrir, desarrollar y usar tus dones. Quizás tengas un ministerio más amplio, pero eso es un agregado al servicio del Cuerpo de Cristo. Jesús no prometió edificar tu ministerio personal sino Edificar su Iglesia.
5. Compartirás la Misión de Cristo en el Mundo: Jesús estuvo en la tierra
obrando en su cuerpo físico bienes y sanidades, hoy usa a su Iglesia, su Cuerpo espiritual. La Iglesia es el instrumento de Dios en la tierra. No solo debemos ser ejemplo al mundo de que nos amamos unos a otros, también debemos manifestar el Amor del Padre al mundo.
6. La Iglesia evitara que te apartes: nadie es inmune a la tentación, a las
tormentas, a los ríos que golpean las casas, dadas las circunstancias, tanto tú como yo podemos caer en la tentación. Como el Padre sabe eso, nos ha asignado la responsabilidad de cuidarnos mutuamente. Tienes un hermano menor que debes atender y guiar (hebreos 3.13). “No te metas en mi vida” no es una frase que un cristiano debe expresar. Dios nos llama y nos manda a asumir compromiso con los demás. Si sabes de alguien en este momento que está flaqueando es tu responsabilidad buscar a esa persona y devolverla a la comunión (Santiago 5.19-20).