Control Del Ciclo Logistico
Control Del Ciclo Logistico
Control Del Ciclo Logistico
Para que los indicadores sirvan para poder ejercer el control es necesario:
Compararlos con una referencia u objetivo. Las diferencias sólo dicen si se está donde se
quiere estar.
Un indicador responde a algo que sucedió en un momento. Es conveniente que los valores de
los indicadores:
Cuanto más tiempo pase entre lo sucedido en la realidad y la actuación realizada menores son
la utilidad y la efectividad del control. La situación que manifiestan los indicadores ha podido
cambiar sustancialmente en el tiempo transcurrido desde que se tomaron hasta que se actuó.
1. Nivel de servicio
Unidades.
Valor en dinero.
Otras.
El rigor del indicador disminuye si en el numerador de la ratio figuran las cantidades entregadas
a satisfacción del cliente –unidades, referencias, valor de los productos– aunque pertenezcan a
pedidos que no satisfacen al cliente.
Los motivos por los que un cliente no queda satisfecho pueden tener orígenes diferentes:
defectos de fabricación, errores de manipulación en almacenes o fallos en el transporte. De ahí
que también se puedan definir indicadores de calidad de servicio para las actividades de
fabricación, almacenaje y transporte.
La suma de los valores de cada uno de estos indicadores siempre es igual o superior al valor del
indicador del conjunto. Es el caso de productos que se fabrican más tarde del tiempo
establecido y que llegan al cliente a tiempo. El retraso en fabricación se compensa con
2. Coste unitario
Este indicador parece sencillo y es válido cuando el perfil de los clientes, la localización de
puntos de entrega, el tamaño de los pedidos y las cantidades demandadas permanecen
estables en el tiempo. Sin embargo, sufre fuertes oscilaciones y plantea serios problemas de
interpretación en cuanto cualquiera de los factores anteriores cambia.
El valor que toma la ratio depende de demasiados factores, muchos de los cuales no son
predecibles ni controlables. La ratio se puede hacer más manejable si se introducen
correcciones en los conceptos que intervienen en él.
Las empresas disponen de una gama de productos cuyo tratamiento y consumo de recursos
varía de unos a otros. Cualquier alteración en las proporciones de unidades entregadas se
transmite al valor de la ratio, el cual nace distorsionado. La distorsión se corrige mediante la
definición de las unidades equivalentes entregadas, que se usarán en el cálculo de la ratio.
Las unidades equivalentes se obtienen a partir de una unidad de un producto considerado como
El efecto de los cambios en otros factores sobre los costes resulta de muy difícil valoración. Para
conocerlo la empresa necesitaría de un potente sistema de contabilidad de costes, al alcance de
muy pocos. En la práctica, el efecto de otros factores se ve con la ayuda de otros indicadores
que midan las variaciones de las cantidades demandadas, del tamaño medio del pedido del
cliente o de la proporción de la demanda por zona geográfica.
Desde el punto de vista de las actividades logísticas se pueden obtener costes unitarios para
cada una de las actividades, comenzando por la planificación de la demanda y terminando con
la atención al cliente.
3. Otros indicadores
La meta del gestor debe ser el logro de costes unitarios menores a lo largo del tiempo.
En ausencia de datos anuales se puede obtener dividiendo la salida mensual por la existencia
media del mes. El cociente obtenido se multiplica por 12 y se obtiene la rotación.
Se buscará siempre la máxima rotación sin que el nivel de servicio al cliente se resienta. A
mayor rotación menores existencias en almacén y menor necesidad de capital corriente.
Es la mejor medida de la calidad del trabajo realizado y tiene una clara influencia sobre la
productividad de los almacenes. El indicador admite variantes, en función del uso –operativo o
contable– que se le desee dar en la empresa.
A efectos operativos, el numerador del ratio contiene la suma de sobrantes y faltantes, ya que
considera que unos y otros son errores. Las variables con las que se puede construir el ratio son:
unidades, referencias almacenadas –la más exigente– y valor de lo almacenado.
Los obsoletos son una carga para la empresa, pues debe amortizarlos. Además, incrementan los
costes de almacén y empeoran su productividad. Conviene deshacerse de ellos cuanto antes de
la manera menos perjudicial.
Las variables con las que se puede construir el ratio son: unidades, referencias almacenadas -la
más exigente y valor de lo almacenado. Las dos primeras se utilizan con propósito operativo. El
valor de las existencias se usa con fines contables.
El objetivo del gestor debe ser mantener la obsolescencia en niveles irrelevantes, tanto en
unidades como en valor.
Es una herramienta de control que pretende dar una visión de conjunto de la Logística
desde las perspectivas:
financiera
del cliente
productiva
del aprendizaje
Emplea un número reducido de indicadores críticos, que están en sintonía con la estrategia de
la empresa a largo plazo:
La perspectiva financiera da una idea del valor que crea el área. Se traduce en indicadores
que miden costes unitarios.
La perspectiva del cliente mide su grado de satisfacción con los productos y/o servicios
prestados. Se refleja en indicadores de calidad de servicio.
Un cuadro de mando sólo debe ocupar una hoja. Puede ir acompañado de hojas adicionales en
las que aparezcan otros indicadores de menor nivel, que expliquen los valores obtenidos en el
cuadro de mando.
Criterio. Formula un indicador que está en sintonía con el objetivo. Un objetivo puede
necesitar varios criterios para medirlo correctamente.
Meta. Es el valor mínimo que debe alcanzar el indicador para que el objetivo se considere
cumplido.
Aporta una visión de conjunto desde varios enfoques, que se contrarrestan entre sí.
Empuja a todas las actividades de un área al logro de objetivos comunes, coherentes con
los objetivos de la empresa.
No existen dos sistemas de control idénticos, puesto que tampoco existen dos empresas
idénticas. La empresa decide cuál es el sistema de control idóneo para su negocio.
Un objetivo puede estar bien representado por un criterio pero hay algunos que necesitan dos o
más para obtener conclusiones acertadas.
Los criterios se definen como más conviene. Pueden ser valores absolutos -dinero, un número,
etc.ratios de todo tipo, índices o resultados de encuestas.
Cada vez que se emite un cuadro de mando aparecen los valores reales obtenidos para los
criterios y las desviaciones frente a la meta. A la vista de las desviaciones se plantean iniciativas
para corregir las que son desfavorables.
Resulta evidente que el último cuadro de mando emitido debe invitar a la reflexión y a
preguntarse por las causas de las desviaciones y los efectos de las iniciativas decididas en
cuadros de mando previos.
Gestión de almacenamiento
1. Logística de almacenamiento
Las mercancías recibidas pasarán a ser inspeccionadas de acuerdo con los criterios de muestreo
que el control de calidad tenga establecidos, permaneciendo en un lugar asignado a este fin
hasta el dictamen final de ese departamento.
Debe tenerse en cuenta que una mercancía no debe pasar a formar parte del activo de una
empresa y, por tanto, seguir siendo propiedad del suministrador, en tanto no sea considerada
apta para su consumo. Es por esto que muchos almacenes no las incorporan a su lugar
definitivo de ubicación hasta no haberse confirmado este hecho, evitando así manipulaciones y
costes innecesarios.
La formación y experiencia de los recursos humanos que trabajan en los almacenes puede
aportar mucha eficacia a la gestión de control y aceptación, pues no se debe olvidar que en la
mayoría de las ocasiones el control de la calidad se efectúa mediante muestreos al azar, de
manera que la observación directa del conjunto de bultos, palés o cajas que compone un envío
proporciona a un trabajador experto una idea clara del estado real de las mercancías.
Control de los inventarios, entradas y salidas, a través de conteos fijos o conteos rotativos
de las mercancías.
Las posibilidades de llevar a cabo gestiones que redunden en la reducción de los costes que se
adivinan de estas misiones son muy variadas, a lo que se suma que cualquier reducción de
costes asociados a inventarios se traduce en un aumento de los beneficios finales a través de la:
2. Tipología de almacenes
Las mercancías recibidas pasarán a ser inspeccionadas de acuerdo con los criterios de muestreo
que el control de calidad tenga establecidos, permaneciendo en un lugar asignado a este fin
hasta el dictamen final de ese departam
Almacenes cerrados.
Almacenes abiertos.
El almacenamiento se lleva a cabo de acuerdo a las directrices de cada cosa en su sitio y cada
lugar para una cosa y se exige a los proveedores una concordancia en la presentación de sus
suministros con las posibilidades de almacenamiento de los artículos, asignando a cada
mercancía un lugar fijo y específico del almacén.
El orden y el control de los “stocks” así gestionados es muy sencillo y permite el empleo de
sistemas tradicionales de tratamiento de mercancías, pero requiere de mucho más espacio de
almacenamiento que la mayoría de los otros sistemas, puesto que condiciona el espacio del
almacén a la dimensión y cantidad de producto almacenado por cada referencia, esté o no
ocupando ese lugar de almacenaje.
Generalmente tienen la cantidad suficiente como para amparar, si el tamaño físico de los
materiales lo permite, una orden completa, un ciclo o un turno de fabricación, de tal manera
que los operarios de la cadena de fabricación o de montaje toman directamente de ese depósito
cuantas mercancías necesitan para llevar a cabo la manufactura.
La diferencia esencial consiste en que no asigna un lugar específico ni fijo a las mercancías, sino
que a su llegada éstas ocupan el primer lugar libre del almacén, quedando controladas por el
sistema informático que registra ese lugar, lo contabiliza y usa de la mercancía almacenada tan
pronto como es precisada.
Con esta modificación, los almacenes se dividen en diferentes áreas de configuración y diseño
adaptado a las distintas formas de embalado de productos, tales como áreas de contenedores
sobre palé europeo, palé americano, contenedores apilables, cajas autoportantes, graneles
sólidos, graneles líquidos, bidones, etc., de manera que los distintos artículos tienen un área de
almacenamiento predefinida, ocupando dentro de ella el primer lugar libre disponible.
Las ventajas de este proceder no sólo pasan por dotar a los almacenes de una gran flexibilidad
sin perder por ello el concepto de ordenamiento, sino que permiten la automatización y
robotización de los mismos a costes muy razonables.
3. Diseño de almacenes
No obstante, la forma tradicional y base de diseño es aquélla con disposición lineal, puesto
que la línea recta es la distancia más corta para unir dos puntos y de eso se trata, de
reducir al máximo el trasiego, número de movimientos y distancia a recorrer por un artículo
desde que entra en el almacén hasta que es expedido para su utilización en fábrica.
Bajo este criterio, de forma conceptual, el diseño lineal situaría en cabecera de línea los muelles
de descarga de mercancías, a continuación el área de recepción, el almacén de cuarentena si
ello fuera exigido por la naturaleza del producto, el área de almacenamiento y la zona de
expedición.