Situacion de Adolescente A Nivel Mundial 1111
Situacion de Adolescente A Nivel Mundial 1111
Situacion de Adolescente A Nivel Mundial 1111
24-6-2023
HP
SUCRE-BOLIVIA
TEMA 5
SITUACION DEL ADOLESCENTE A NIVEL MUNDIAL
1.INTRODUCCIÓN
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el período del ciclo vital entre los 10
y los 19 años es la adolescencia y puede dividirse en temprana desde los 10 a los 14
años, y tardía de los 15 a los 19 años. Hoy, en el mundo, 1 de cada 4 personas es
adolescente; de ellos 9 de cada 10 viven en países menos desarrollados.
Esta etapa del curso de vida, presenta grandes oportunidades para construir y consolidar
formas de vida saludable que incrementan la salud y el bienestar en la adolescencia y
como impulsores claves del cambio en edades posteriores.
El 90% de los adolescentes viven en países de bajos y medianos ingresos, y 125 millones
viven en zonas donde hay conflictos armados.
Los adolescentes son el único grupo de edad en el que las muertes relacionadas con el
sida no están disminuyendo.
Situación educativa: El informe, que analiza los progresos de 209 países en su intento
de conseguir los objetivos de educación incluidos en la Agenda 2030 de Desarrollo
Sostenible, señala que hay 258 millones de niños y jóvenes que quedaron totalmente
fuera del sistema educativo y que la pobreza fue el principal obstáculo para su acceso.
Además, destaca que la región es una de las más diversas lingüísticamente del mundo,
pero que esta situación no siempre se refleja en los sistemas educativos ya que “en el
tercer grado, los estudiantes que no hablan el idioma de examinación tienen tres veces
menos probabilidades de poder leer un cuento. En Brasil, México y Perú, existe una
persistente desigualdad por origen indígena, incluso después de controlar por clase
social”.
Situación cultural:
La adolescencia actual constituye una clase social con una cultura propia en sus formas
de entretenimiento, diversión, ocio, aprendizaje personal y relaciones sociales, sexuales
y de comunicación; esta cultura les exige unos conocimientos y una madurez social que
a veces no poseen y es motivo de comportamiento social desajustado. Durante el
desarrollo evolutivo tanto el conocimiento como las habilidades sociales y los
sentimientos deben madurar en paralelo, no ocurre así en los adolescentes actuales que
han desarrollado ostensiblemente sus capacidades cognitivas pero sus habilidades
sociales, emocionales y sentimentales han quedado rezagadas.
Situación de género :
En 2016, una cifra sin precedentes de niñas completó la escuela primaria. Desde 2000,
se han producido avances en todo el mundo, pero sigue habiendo grandes disparidades
entre las regiones y los países. Solo el 66 % de las niñas en África al sur del Sahara
terminó la escuela primaria en 2016, y en tres países esta cifra fue inferior al 35 %. La
educación de las niñas es una de las mejores inversiones que podemos hacer y es
probable que en 2019 los países en desarrollo en su conjunto logren la paridad de género
(aproximadamente el mismo número de niños y niñas adolescentes) en términos de
matrícula en enseñanza secundaria.
La tasa de fecundidad en mujeres adolescentes se redujo un 40 % entre 1970 y
2017 a nivel mundial
África al sur del Sahara tiene la participación femenina en la fuerza laboral más alta del
mundo con un 64 %
Más de 700 millones de mujeres han sufrido violencia física o sexual en todo el
mundo
El informe “Voice and Agency” (Voz y participación) (i) del Banco Mundial concluye que
1 de cada 3 mujeres adolescentes, o más de 700 millones de mujeres en todo el mundo
han sufrido violencia física o sexual de parte de sus esposos, novios o parejas. La
violencia de género es una epidemia mundial, que afecta a las mujeres de todas las
regiones del planeta. En la mayor parte del mundo, el propio hogar es el lugar más
inseguro para las mujeres. En 33 países de ingreso bajo y mediano, casi un tercio de las
mujeres dice que no puede rehusarse a mantener relaciones sexuales con su pareja.
El desafío fundamental para entender y abordar las brechas de género y las cuestiones
destacadas anteriormente es contar con más y mejores datos y pruebas. Pero para
muchos países en desarrollo, no tenemos datos que nos ayuden a comprender cuán
grandes son estas diferencias de género, o cómo tratarlas. Recientemente, Data2x (i)
identificó 28 deficiencias en materia de datos sobre género (i) en cinco esferas: salud,
educación, oportunidades económicas, participación política y seguridad. El Banco
Mundial está colaborando con Data2x y con una serie de otras iniciativas para mejorar la
calidad y disponibilidad de los datos sobre género. Puede ver más al respecto en la
Página de cuestiones de género (i) del Banco y en el Portal de datos de cuestiones de
género. (i)
Por último, agradecemos a varios colegas del Grupo de gestión de datos sobre el
desarrollo del Banco Mundial por compartir sus conocimientos y contribuir con la
información anterior, en particular a Masako Hiraga, (i) Haruna Kashiwase, (i) Emi
Suzuki, (i) Hiroko Maeda (i) y Buyant Khaltarkhuu.
Hacer de la generación de empleo juvenil una prioridad en la agenda del diálogo social
entre los actores fundamentales de la economía.
Apoyar el espíritu emprendedor de los jovenes para que pongan en práctica sus propias
iniciativas a través de sistemas de micro crédito como “incubadoras de empresas.
Dar eficiencia y cobertura a los servicios de empleo, sitios digitalizados, oficinas donde
se de a los jóvenes información en tiempo real sobre posibilidades inmediatas de
enganche.
Debatir sobre la educación necesaria para que se articule mejor con el mercado laboral,
estimule la innovación, recalifique la mano de obra y facilite la certificación de
competencias.
Incrementar los sistemas de pasantías para consolidar la formación profesional de los
jóvenes en las empresas y el sector público y facilitar la transición educación-trabajo.
Dar acceso a los jóvenes a un sistema de créditos educativos, transferencias monetarias
condicionadas y becas sueldo para que puedan continuar su formación y recalificación
laboral.
Facilitar que las mujeres jóvenes se mantengan en el mercado laboral, a través de
guarderías para sus hijos y turnos de todo el día en las escuelas
El desempleo y el subempleo juvenil impiden aprovechar el potencial de la generación
mejor formada y educada que hemos tenido.
Trastorno Trastorn
Accidentes Trastornos Trastorno
Depresión Migraña s os Enfermedades cut
4 de tránsito de ansiedad disocial
(645) (713) depresivo depresiv (740)
(571) (568) (471)
s (802) os (902)
Más de 3.000 adolescentes (10-19 años) mueren cada día en el mundo, lo que equivale
a un total de 1,2 millones de muertes cada año, la mayoría de ellas evitables. En 2015,
más de dos tercios de los decesos se concentraron en países de ingresos bajos y
medianos de África y el sudeste asiático, mientras que las causas más comunes son
los accidentes de tráfico, las infecciones respiratorias y el suicidio. Los adolescentes han
sido los grandes olvidados de los planes nacionales de salud durante décadas y, cuando
estos sufren enfermedades mentales, desnutrición o consumen sustancias peligrosas
como el alcohol, el tabaco o las drogas no suelen buscar atención médica, bien porque
el acceso a ella no existe o porque no saben dónde pueden conseguirla. Por si fuera
poco, muchos comportamientos de riesgo que tienen un gran impacto en su vida futura,
como la falta de actividad física, una dieta pobre o prácticas sexuales arriesgadas,
comienzan en la adolescencia.
Sin embargo, lo cierto es que la salud de los adolescentes difiere enormemente según la
parte del mundo en la que hayan nacido, tal y como muestran los datos de 2015 de la
Organización Mundial de la Salud (OMS). Mientras que en España apenas murieron 14
de cada 100.000 personas de entre 10 y 19 años en 2015, en Nigeria fueron 340. Es, de
hecho, África subsahariana la región que refleja las peores cifras junto con algunos
países de Oriente Próximo como Siria y Afganistán.
Aunque a nivel global la primera causa de muerte entre los adolescentes fueron los
accidentes de tráfico, en África las enfermedades contagiosas como el VIH, las
infecciones de las vías respiratorias inferiores, la meningitis y las enfermedades
diarreicas provocan más muertes que los fallecimientos en la carretera. En cuanto a las
chicas adolescentes, las causas de muerte más comunes son las infecciones de las vías
respiratorias inferiores, como la neumonía —normalmente como resultado de la
contaminación que provoca cocinar con combustibles sucios—, y las complicaciones en
el embarazo como hemorragias, sepsis, obstrucciones en el parto y abortos inseguros.
En las regiones donde la mortalidad adolescente tiene una prevalencia más alta los
jóvenes suelen asumir responsabilidades más asociadas a la adultez, incluyendo el
cuidado de familiares o trabajar, y muchos se ven obligados a abandonar la escuela,
casarse o en las situaciones más extremas prostituirse para poder subsistir. Por estas
razones, en los países de bajos ingresos los adolescentes sufren con mayor frecuencia
malnutrición, lesiones, embarazos, violencia sexual, enfermedades sexuales y trastornos
mentales.
Las Américas ocupa el cuarto lugar entre las seis regiones de la OMS en términos de
mortalidad adolescente (77,5 por 100.000 en 2012), debajo del promedio global (110,7)
y después de África (282,5), el Mediterráneo Oriental (118,3) y Asia Sudoriental (102,3).
Sólo Europa (57,4) y el Pacífico Occidental (43,6) tienen tasas de mortalidad adolescente
más bajas que las Américas. En 2000, esta tasa para las Américas era de 81,9 por
100.000.
Las principales causas de muerte han cambiado poco entre 2000 y 2012: la violencia
interpersonal, las heridas por siniestros viales, los suicidios, el ahogamiento y la infección
de las vías respiratorias bajas se ubicaron en los cinco primeros lugares. La violencia
interpersonal está entre las cinco causas de muerte entre los adolescentes mayores de
todas las regiones de la OMS.
La depresión está entre las tres primeras causas de enfermedad y discapacidad en todas
las regiones, menos en África. La violencia interpersonal es la primera causa por la cual
los jóvenes de 15 a 19 años de las Américas pierden años de vida saludables en función
de la discapacidad.
La situación en el mundo
A nivel mundial, las tres principales causas de mortalidad entre los adolescentes son los
traumatismos causados por el tránsito, el VIH/sida y el suicidio. Se estima que en 2012
fallecieron 1,3 millones de adolescentes en todo el mundo.
Los traumatismos causados por el tránsito son la primera causa de muerte entre los
adolescentes a nivel mundial, así como la segunda causa de enfermedad y discapacidad.
Los varones se ven afectados de manera desproporcionada, y su tasa de mortalidad es
más de tres veces superior a la de las mujeres. Un mayor acceso a medios de transporte
público fiables y seguros puede reducir los traumatismos causados por el tránsito en la
población adolescente. Las normas de seguridad vial (por ejemplo, los límites en materia
de velocidad y alcoholemia), la construcción de zonas peatonales seguras en las
inmediaciones de las escuelas y los sistemas de concesión de permisos de conducir
graduales, en los que los conductores noveles van adquiriendo derechos de manera
gradual, pueden contribuir a reducir los riesgos.
Los nuevos datos de los países en los que se han realizado estudios indican que menos
de uno de cada cuatro adolescentes hace suficiente ejercicio (la OMS recomienda por lo
menos una hora diaria de ejercicio de intensidad moderada a elevada) y, en algunos
países, una de cada tres personas es obesa.
La adolescencia es una etapa fundamental para sentar los cimientos de una buena salud
en la edad adulta. Detrás de las principales enfermedades no transmisibles hay muchos
comportamientos y problemas relacionados con la salud que se manifiestan o se agravan
durante esta etapa de la vida.
Para la elaboración del informe, se examinaron las políticas sanitarias de 109 países. El
84% de estas políticas presta cierta atención a la salud de los adolescentes. De estas
últimas, en tres cuartas partes se hace hincapié en la salud sexual y reproductiva
(incluido el VIH/sida); en alrededor de un tercio se aborda el consumo de tabaco y alcohol
entre los adolescentes, y en una cuarta parte se aborda la salud mental. El informe
destaca la necesidad de que otros países sigan el ejemplo de la India, cuya nueva
estrategia para la salud del adolescente aborda una gama más amplia de cuestiones de
salud que afectan a los adolescentes, como la salud mental, la nutrición, el consumo de
sustancias, la violencia y las enfermedades no transmisibles, además de la salud sexual
y reproductiva.
El informe también insiste en la necesidad de mejorar los datos y la información sobre la
salud de los adolescentes y los programas que abordan esta cuestión.
La OPS trabaja con los países de las Américas para mejorar la salud y la calidad de la
vida de su población. Fundada en 1902, es la organización internacional de salud pública
más antigua del mundo. Actúa como la oficina regional para las Américas de la OMS y
es la agencia especializada en salud del sistema interamericano.
1. Depresión
2. Traumatismos causados por el tránsito
3. Anemia
4. VIH/sida
5. Lesiones autoprovocadas
6. Dolores en la espalda y el cuello
7. Diarrea
8. Trastornos de ansiedad
9. Asma
Por otra parte, el embarazo de una adolescente está considerado de alto riesgo, pues el
cuerpo de la mujer a esa edad aún no está suficientemente maduro como para afrontar
el desgaste que supone dicho proceso. Por supuesto a menor edad, mayores
complicaciones existen. (Montero, 1999; 6:10.). Y es que la llegada de la edad fértil con
la aparición de la menstruación no implica que la fisionomía de la afectada esté aún
suficientemente desarrollada para soportar los cambios que produce el embarazo, ni
para dar a luz de forma natural. Hay que recordar que la menstruación, que marca el
comienzo de la fertilidad de la mujer, suele aparecer en torno a los 11 años, a veces
incluso antes.
Por otra parte, y no menos importante, está el desarrollo emocional, la madurez que se
necesita para ser madre, que tarda aún más en llegar que el desarrollo físico. La
adolescencia es una época complicada, es el periodo en el que se está entre la niñez y
la edad adulta, en el que se reacciona como niño pero se pretende actuar como si ya se
fuese mayor.
Y ahí está la clave de esta cuestión. Las relaciones sexuales no son un juego, no son
simplemente una forma de pasarlo bien. Para disfrutar de ellas es necesario tomar
precauciones y ser conscientes de porque se llevan a cabo. Cuestión aparte son los
casos en los que la adolescente ha sido forzada y, a consecuencia de este hecho
terriblemente doloroso, se queda embarazada. En estos supuestos lo mejores
denunciarlo cuanto antes y ponerse en manos de los especialistas.
Para toda adolescente el embarazo lo toma como una decepción, algo que arruino su
vida pero no se ponen a pensar que esta situación es debido a que no supieron cuidarse.
Ésta es una situación difícil de entender, ya que, aunque la mayoría de las personas lo
considera como terror, esto depende del criterio y punto de vista de cada persona.
Por ejemplo, hay casos en los que a pesar de que no se esperaba un embarazo, éste es
el resultado de una relación maravillosa, basada en el amor y lo aceptan con
responsabilidad y alegría porque, a pesar de su inexperiencia y, si es el caso, cuentan
con el apoyo de sus familias y la sociedad, podrán alcanzar la madurez que en su
momento les falto PROBABILIDADES O EXPECTATIVAS DEL EMBARAZO
Una adolescente sexualmente activa que no utiliza anticonceptivos, tiene un 90% de
probabilidades de quedar embarazada en un año.
Las citas a la edad de los 12 años, están relacionadas con una probabilidad del 91% de
tener relaciones sexuales antes de los 19 años de edad.
Las citas a la edad de los 13 años, se asocian con una probabilidad de 56 % de actividad
sexual durante la adolescencia. (Montenegro, 2000: 571-3.). Las mujeres que tienen su
primer hijo durante la adolescencia, tienen una mayor probabilidad de tener en general
más hijos y menos probabilidades de:
Las madres adolescentes casadas, tienen una mayor probabilidad del 80% o más de
experimentar el divorcio, que las mujeres casadas que son madres hasta los 20 años.
Los bebes que nacen de mujeres adolescentes tienen mayor riesgo de presentar
problemas de desarrollo.
Los niños varones, con las mismas expectativas, tienen una tasa superior al promedio
de ser arrestados, encarcelados o de convertirse en una población potencial para
generar embarazos no deseados en su futura adolescencia. (Padilla de Gil, 2000; 7(1):
16-25.)
EMBARAZO EN LA ADOLESCENCIA.CONSECUENCIAS
Datos y cifras
En 2019, se calcula que las adolescentes de entre 15 y 19 años de los países de ingreso
mediano bajo tenían 21 millones de embarazos al año, de los cuales aproximadamente
el 50% eran no deseados (1).
Los datos sobre partos entre niñas de 10 a 14 años no están ampliamente disponibles;
los escasos datos disponibles de Angola, Bangladesh, Mozambique y Nigeria apuntan a
que las tasas de natalidad en este grupo de edad superaron los 10 nacimientos por cada
1000 niñas en 2020 (3).
Según los datos de 2019, el 55% de los embarazos no deseados entre las adolescentes
de 15 a 19 años terminan en abortos, que a menudo no son seguros en los países de
ingreso mediano bajo (1).
Información general
En el informe de la OMS sobre las estimaciones para 2018 relativas a la violencia contra
las mujeres (Violence against women Prevalence estimates 2018), se señala que,
«según las estimaciones, las adolescentes de 15 a 19 años (24%) ya han sido objeto de
violencia física o sexual por parte de su pareja al menos una vez en su vida, y el 16% de
las adolescentes y mujeres jóvenes de 15 a 24 años han sido objeto de esta violencia en
los últimos 12 meses.»
Un nuevo estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 36 países reveló que dos
tercios de las mujeres sexualmente activas que deseaban retrasar o limitar la maternidad dejaron de usar
métodos anticonceptivos por temor a sus efectos secundarios, por problemas de salud o por subestimar
la probabilidad de concepción, lo que hizo que uno de cada cuatro embarazos fuera no planificado.
Muchas de esas cuestiones podrían resolverse con un asesoramiento y un apoyo eficaces en materia de
planificación familiar.
«La planificación familiar de gran calidad ofrece una serie de beneficios potenciales que abarcan no sólo
la mejora de la salud maternoinfantil, sino también el desarrollo social y económico, la educación y el
empoderamiento de la mujer», explica la Dra. Mari, ex Funcionaria Médica de Salud Reproductiva y
Materna de la Oficina Regional de la OMS para el Pacífico Occidental, y autora del informe.
Los embarazos no planificados siguen siendo un importante problema de salud pública. Cada año hay 74
millones de mujeres de países de ingresos bajos y medianos con embarazos no planificados que son causa
de 25 millones de abortos peligrosos y 47 000 muertes maternas al año.
Resultados y recomendaciones
En el estudio de la OMS hubo 4794 mujeres que tuvieron un embarazo no planificado después de
abandonar su método anticonceptivo. El 56% de las mujeres que quedaron embarazadas no usaron
métodos anticonceptivos en los 5 años anteriores a la concepción. El 9,9% de las que tuvieron embarazos
no planificados señalaron que el último método que habían utilizado era un método tradicional, como el
coitus interruptus o el método de Ogino; el 31,2%, métodos modernos de corta duración, como píldoras
o preservativos, y el 2,6%, métodos reversibles de larga duración, como dispositivos intrauterinos o
implantes.
Los resultados del estudio destacan la necesidad de servicios que:
identifiquen a tiempo cuando las mujeres y las niñas tienen problemas con el método que están
utilizando;
permitan que las mujeres y las niñas cambien de un método moderno a otro sin dejar de estar protegidas
mediante un asesoramiento eficaz y el respeto de sus derechos y dignidad.
Oportunidades perdidas para apoyar la elección de las mujeres con respecto al método anticonceptivo
Otro estudio de la OMS realizado en Filipinas y publicado recientemente reveló que sólo el 3% de las
mujeres que deseaban retrasar o limitar la maternidad recibieron asesoramiento anticonceptivo durante
su última visita por cualquier motivo a un centro de salud. La detección de todos los problemas de
planificación familiar en todas las mujeres podría ayudar a prevenir el gran número de embarazos no
planificados y abortos peligrosos que se producen en muchos países de Asia. Se calcula que, solo en
Filipinas, hay cada año casi 2 millones de embarazos no planificados y más de 600 000 abortos peligrosos.
Sin asesoramiento adecuado, mejor calidad de los servicios, ampliación de las opciones anticonceptivas
eficaces y aceptables y respeto de los derechos de todas las mujeres y las niñas, el ciclo continuará. La
equidad también es una preocupación importante. El estudio reciente realizado en Filipinas mostró que
las probabilidades de que las mujeres con menos nivel educativo que no querían quedar embarazadas
utilizaran anticonceptivos modernos era un 66% menor que en las mujeres con mayor nivel educativo.
«El acceso a información y servicios de salud sexual y reproductiva asequibles y de gran calidad, incluida
una amplia gama de métodos anticonceptivos, puede desempeñar un papel fundamental para asegurar a
las mujeres y niñas un futuro más saludable, y para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible», dice el
Dr. Ian Askew, Director del Departamento de Salud Reproductiva e Investigaciones Conexas de la OMS.
La superación de las barreras jurídicas, políticas, sociales, culturales y estructurales permitirá que más
personas se beneficien de servicios anticonceptivos eficaces. Un componente clave de esos servicios será,
en primer lugar, identificar a las mujeres que puedan tener problemas con su método anticonceptivo y
deseen cambiarlo; y, en segundo lugar, proporcionar a esas mujeres asesoramiento de gran calidad, sin
estigmatización, discriminación ni coerción, a fin de garantizar que se respeten sus intenciones
reproductivas y se proteja su salud sexual. También es esencial mejorar las competencias del personal
médico, de enfermería y partería mediante la capacitación y la formación profesional, de modo que
puedan proporcionar a todas las mujeres que lo necesiten un asesoramiento eficaz centrado en la familia.
11-. Situación de consumo de sustancias peligrosas (droga, cigarrillo, alcohol y psicofármacos)
Abuso de sustancias
Las sustancias psicoactivas son diversos compuestos naturales o sintéticos, que actúan sobre el sistema
nervioso generando alteraciones en las funciones que regulan pensamientos, emociones y el
comportamiento.
Existen regulaciones para el control y fiscalización del uso de estas sustancias, ya sea para uso recreativo,
como el alcohol o el tabaco; para uso farmacológico, como los tranquilizantes o analgésicos opiáceos, o de
uso general, como los solventes industriales. Hay un grupo cuyo uso es considerado ilícito y solo autorizado
con fines médicos o de investigación, como el caso de la cocaína y sus derivados. El uso de sustancias
psicoactivas siempre implica un grado de riesgo de sufrir consecuencias adversas sobre distintos órganos y
sistemas, las cuales pueden darse en el corto plazo, como en el caso de la intoxicación, la cual incrementa
el riesgo de lesiones por accidentes o agresión, así como conductas sexuales en condiciones inseguras. El
uso repetido y prolongado en el tiempo de estas sustancias, favorece el desarrollo de trastornos por
dependencia, que son trastornos crónicos y recurrentes, caracterizados por necesidad intensa de la
sustancia y pérdida de la capacidad de controlar su consumo, a pesar de consecuencias adversas en el
estado de salud o en el funcionamiento interpersonal, familiar, académico, laboral o legal.
11.1 -. Situación de consumo de droga
Los trastornos causados por el uso de drogas son una pesada carga para los individuos y las
comunidades. El uso continuo de drogas puede causar dependencia y discapacidad además de
problemas crónicos de salud. Las consecuencias sociales del uso perjudicial o dependencia de
drogas llegan mucho más allá del usuario y afectan a sus familias y a otras relaciones personales
Las cargas sociales y para la salud impuestas no son inevitables: los problemas causados por las
drogas y la dependencia de estas son prevenibles y tratables. Cuando se lo identifica
tempranamente, el uso riesgoso de drogas puede ser reducido o restringido mediante evaluaciones
de la salud e intervenciones breves, antes de que las personas que lo consumen se vuelvan
dependientes.
Las drogas ilegales son usadas con más frecuencia en los países de ingresos altos de las Américas,
pero las consecuencias de la dependencia de drogas para la salud enfermedades, discapacidades
y defunciones ocurren de manera desproporcionada en los países de ingresos bajos y medios,
donde las personas tienen menos acceso a la atención de salud.
El proyecto para el desarrollo e implementación de una propuesta para el “Abordaje Integral de la
Concurrencia entre Trastornos por Uso de Sustancias y otros Trastornos Mentales y de la Conducta, en
países de América Latina”, se enmarca en los acuerdos desarrollados en materia de salud pública, entre la
Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), el Gobierno de España y el Instituto Nacional de
Psiquiatría (Centro Colaborador OMS), para fortalecer el enfoque de salud pública en el abordaje de los
problemas relacionados con el uso de sustancias , en los países de las Américas.
Datos/Estadísticas: Por lo menos 4,4 millones de hombres y 1,2 millones de mujeres de América Latina
y el Caribe sufren trastornos causados por el uso de drogas como dependencia.
11.2-. Situación de consumo de cigarrillo
La epidemia de tabaquismo es una de las mayores amenazas para la salud pública que ha tenido que
afrontar el mundo. Causa más de 8 millones de muertes al año, de las cuales aproximadamente 1,2 millones
se deben a la exposición al humo ajeno. El tabaco es perjudicial en todas sus modalidades y no existe un
nivel seguro de exposición al tabaco. Fumar cigarrillos es la forma de consumir tabaco más extendida en
todo el mundo. Otros productos de tabaco son: el tabaco para pipa de agua o narguile, diferentes productos
de tabaco sin humo, cigarros, puritos, tabaco de liar, tabaco picado. Más del 80% de los 1300 millones de
personas que consumen tabaco viven en países de ingresos medianos o bajos, donde la carga de
morbimortalidad asociada a este producto es más alta. El tabaquismo aumenta la pobreza porque los
hogares gastan en tabaco un dinero que podrían dedicar a necesidades básicas como la alimentación y la
vivienda.
En el 2016, más de la mitad (57% o 3 100 millones de personas) de la población mundial de 15 años o más
se había abstenido de consumir alcohol en los 12 meses anteriores. Alrededor de 2 300 millones de personas
son consumidores actuales. Más de la mitad de la población consume alcohol en solo tres regiones de la
OMS (Américas, Europa y Pacífico Occidental).
• En las regiones de África (AFR), las Américas (AMR), el Mediterráneo Oriental (EMR) y Europa (EUR), el
porcentaje de bebedores ha disminuido desde el año 2000. Sin embargo, aumentó en la Región del Pacífico
Occidental (WPR) de 51,5% en el 2000 a 53,8% en la actualidad, y se ha mantenido estable en la Región
de Asia Sudoriental (SEAR).
Cada año, más de 8 millones de personas fallecen a causa del tabaco. Más de 7 millones de estas
defunciones se deben al consumo directo de tabaco y alrededor de 1,2 millones son consecuencia
de la exposición de no fumadores al humo ajeno.
Más del 80% de los 1300 millones de consumidores de tabaco que hay en el mundo viven en países
de ingresos medianos o bajos.
En 2020, el 22,3% de la población mundial consumía tabaco, concretamente el 36,7% de todos los
hombres y el 7,8% de las mujeres del mundo.
Para hacer frente a la epidemia de tabaquismo, los Estados Miembros de la OMS adoptaron en
2003 el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT de la OMS), tratado que
actualmente han ratificado 182 países.
Las medidas «MPOWER» de la OMS están en consonancia con el CMCT de la OMS y se ha
demostrado que salvan vidas y reducen los costos derivados del gasto sanitario evitado.
Un que ya se intuye el costo económico y social del aislamiento social preventivo y obligatorio por la
pandemia de coronavirus que ya se extiende por ochenta días, una encuesta reveló un nuevo aspecto de
sus efectos sobre la sociedad: los expertos comienzan a registrar un aumento en la utilización de sustancias
psicoactivas. Un estudio de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) publicado esta semana, entre 1.007
adultos en todo el país, reveló que el 73% afirmó haber consumido sustancias psicoactivas durante la
cuarentena, el 41% dijo haber acrecentado la frecuencia con la que consumía y uno de cada tres, haber
incrementado la cantidad. El ranking de consumos lo lidera el alcohol, seguido por la nicotina, la marihuana
y los psicofármacos. Además, el 20% reconoció haber violado la cuarentena para poder conseguí.
El presente artículo estudia el fenómeno de la prescripción y el consumo de psicofármacos en los centros
de protección para adolescentes, en Montevideo. Se parte del supuesto que el centro de protección incluye
al dispositivo psiquiátrico como parte de su estrategia naturalizada de intervención. Se utiliza una
metodología cartográfica (Passos, Kastrup & da Escóssia, 2009), con un diseño mixto. Por una parte, se
analizan aquellas situaciones cotidianas de los centros que demandan la atención psiquiátrica y se
problematiza la puesta en práctica de su tratamiento. Por otra parte, se debate acerca de la construcción de
subjetividad de los jóvenes que transitan su adolescencia en estos dispositivos institucionales. Las
subjetividades adolescentes aquí son comprendidas gubernamentalmente, como producto del cruce del
dispositivo del centro de protección con el psiquiátrico (Foucault, 2002, 2011). El psicofármaco es, en este
apartado, entendido como una tecnopolítica que en su uso sistemático, se convierte en cuerpo y al hacerse
inseparable, deviene en subjetividad (Preciado, 2013).Como resultado, el 46,6% de los adolescentes tenía
prescripto psicofármacos al momento de la investigación; superando los antecedentes relevados a nivel
mundial y local. Los enunciados que fundamentan esta intervención desde la prevención y protección a los
adolescentes, invisibilizan un sistema que ofrece el recurso del psicofármaco desde el inicio del proceso de
institucionalización. Asimismo, se desarrollan algunas dimensiones institucionales que cronifican sus
tratamientos, poniendo en cuestión la atribución exclusiva de la intervención por la situación de salud mental
del joven.
12.- MARCO LEGAL QUE APOYA A LA SALUD DEL ADOLESCENTE
Marco normativo nacional e internacional sobre los derechos de los niños, niñas y
adolescentes El actual marco normativo internacional y nacional sobre niños y niñas es
el resultado de la evolución de diferentes doctrinas expresadas en tratados, protocolos y
leyes. Estas normas guían la definición y aplicación de las políticas públicas destinadas
a garantizar el ejercicio de los derechos de la niñez y adolescencia.
IV.1. Proceso histórico para la comprensión del concepto de niñez
El marco doctrinal de la Convención de los Derechos del Niño (CDN) establece los
valores, principios, criterios y normas generales que en la actualidad inspiran y orientan
la concepción de los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos. Sin
embargo, esta idea no fue la misma a lo largo del tiempo. A continuación, se presenta un
resumen de este proceso histórico.
IV.1.1. Doctrina de la situación irregular
Durante muchos años, los niños, niñas y adolescentes y los adultos recibieron el mismo
tratamiento legal. Sin importar si un delito era cometido por un niño o niña, un
adolescente o un adulto, todas las violaciones a la ley eran sancionadas de la misma
manera. Ante ello, surgieron movimientos dirigidos a separar a los menores de edad
infractores del derecho penal y se planteó aprobar leyes especiales para asegurar un
tratamiento particular y exclusivo para ellos (Luna & Sánchez B., 2010). La niñez y la
adolescencia fueron entendidas como etapas de la vida del ser humano previas a la
adultez y a las que la ley debía asignarles una condición jurídica especial llamada
“minoridad”, por lo que debían ser objetos de tutela (Luna & Sánchez B., 2010). Con esta
premisa, los menores de edad debían ser protegidos y tutelados por adultos, quienes
presumiblemente sabían qué necesitaba un niño e ignoraban sus opiniones, deseos y
necesidades particulares solo por su corta edad. Así, la doctrina de la “situación irregular”
nace con concepciones erradas sobre la capacidad, dignidad e integridad de niños, niñas
y adolescentes. La doctrina irregular englobaba a todos aquellos “menores” en estado
de abandono, de riesgo social y cuyos derechos estuvieran siendo vulnerados. El
surgimiento de la doctrina de la situación irregular provocó cambios en casi todas las
legislaciones de los Estados del mundo que se tradujeron en la instauración de políticas
y normas de control y protección. El Estado adoptó un papel paternalista, asumiendo un
directo compromiso de proteger a la infancia a través de políticas de protección y
disponiendo, con absoluta potestad, de la vida de los “menores” (Luna & Sánchez B.,
2010). Situación de niños sin cuidado parental 04-situación niños-Normativa [10] AMC
26.01.17 (versión para armado) Por ejemplo, la situación de tutela se manifestaba en la
discrecionalidad del juez: era libre de tomar las decisiones que creía convenientes, pero
sin escuchar al entonces menor (Liebel & Martínez, 2009). Es por ello que esta doctrina
recibió varias y severas críticas, pues tenía un carácter excluyente y marginalizador, y
concebía a los niños y niñas en situación de riesgo como sujetos de caridad, bajo
responsabilidad, básicamente, de instituciones religiosas o de personas piadosas y
solidarias con la pobreza y vulnerabilidad infantil. En este contexto se consolidan los
“hogares de niños”, “orfanatos”, “casas cunas” y “albergues” que se caracterizaban por
una subsistencia gracias a donaciones o aportes mínimos del Estado, por la negación de
cualquier responsabilidad familiar, comunitaria y gubernamental, y por la toma de
decisiones adulto-céntricas que en ningún momento consideraban la participación
infantil. IV.1.2. Doctrina de la protección integral
Esta doctrina representa un nuevo paradigma en el tratamiento de los derechos
humanos de los niños y niñas. Tal como señala la CDN, esta doctrina surge para superar
—enmendar— las críticas y observaciones a la doctrina de la situación irregular.
Además, asigna una gran importancia al principio de la unidad familiar y a la
responsabilidad conjunta de la familia y el Estado. La doctrina de la protección integral
se centra en dos posiciones: la primera plantea que los niños y niñas, por su condición
de seres humanos en desarrollo, requieren que se les reconozca una protección especial
acorde con su naturaleza de vulnerabilidad; y la segunda, que los niños y niñas son
sujetos de derechos sin importar su edad, sexo y condición social (Liebel y Martínez,
2009). Otro de los aportes importantes de la doctrina de protección integral es la
eliminación del término “menor”, y en lugar de este, el empleo del término “niño o niña”.
De esta manera, el niño y niña deja de ser objeto de compasión y de tutela del Estado u
otras instituciones, para convertirse en un sujeto pleno de derechos (Luna & Sánchez B.,
2010). También se aprecia una diferencia entre paradigmas en lo que respecta al
tratamiento de niños, niñas y adolescentes en conflicto con la ley: la doctrina de
protección integral otorga cierta responsabilidad al niño o niña que infrinja la ley, según
su edad y grado de madurez y acorde con el tipo de hecho cometido.
IV.1.3. El Enfoque de derechos
Este enfoque también considera a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de
derecho y como personas en desarrollo, pero y da un paso más allá: convoca a los niños,
niñas y adolescentes a ser partícipes activos de la defensa de sus derechos, en forma
urgente, y a intervenir en todas las circunstancias en que estén siendo avasallados,
vulnerados o en riesgo de serlo. El enfoque de derechos permite establecer claramente
las diferencias entre políticas públicas universales —destinadas a generar condiciones
sociales, económicas, Situación de niños sin cuidado parental 04-situación niños-
Normativa [10] AMC 26.01.17 (versión para armado) culturales y de toda índole para la
satisfacción de los derechos fundamentales de todos los niños, niñas y adolescentes—
y las políticas especiales, destinadas básicamente a atender ciertas circunstancias que
provocan situaciones de vulnerabilidad en grupos determinados de niños, niñas y
adolescentes (Noceti, 2005). Con el enfoque de derechos, el papel de la comunidad o
sociedad civil y, particularmente, del Estado es esencial, porque la protección infantil no
solo es responsabilidad de las familias o de interés particular, sino de toda la sociedad.
Por ello, los Estados asumen el papel de garantes del ejercicio de los derechos de los
niños y niñas. A partir de esta doctrina, todos los niños, niñas y adolescentes —en
particular aquellos que sufren mayor exclusión social— requieren de una decidida acción
del gobierno, como administrador del Estado, en la creación y activación de mecanismos
legislativos, educativos, culturales, sociales e institucionales que combatan la
vulneración de los derechos de niños, niñas y adolescentes, y las diferentes formas de
exclusión y discriminación que estos sufren.
IV.2. Convención sobre los Derechos del Niño
La Convención sobre los Derechos de la Niñez marca un verdadero hito en la protección
de los derechos de la infancia y adolescencia a nivel mundial, ya que todos los Estados
firmantes de ese instrumento se comprometen a garantizar el cumplimiento de los
derechos de los niños, niñas y adolescentes de manera inclusiva y con equidad, por
medio de los principios de universalidad, igualdad, participación e interés superior (Fondo
de las Naciones Unidas para la Infancia [Unicef], 2012). Para llegar a la Convención, se
tuvo que recorrer un largo camino que atravesó las diferentes concepciones sobre la
niñez, sucesos históricos como la primera y segunda guerra mundial, y la emergencia de
la concepción de los niños y niñas como sujetos de derechos.
IV.2.2. Características de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN)
La CDN constituye un punto de referencia común que sirve para analizar los progresos
alcanzados en el cumplimiento de las normas de derechos humanos de los niños, niñas
y adolescentes, y para comparar los resultados logrados por los países firmantes. En
este sentido, los países comprometidos, idealmente deben tomar una serie de medidas,
para garantizar el ejercicio de esos derechos. La intencionalidad de la CDN es que estos
derechos puedan desarrollar plenamente las personalidades, habilidades y talentos de
los niños, niñas y adolescentes. De la misma manera, se espera que estos crezcan en
un ambiente de felicidad, amor, comprensión y a la vez puedan acceder a información
para el ejercicio de sus derechos. Los gobiernos participantes están llamados a
armonizar sus leyes, políticas y prácticas Situación de niños sin cuidado parental 04-
situación niños-Normativa [10] AMC 26.01.17 (versión para armado) con la CDN; a
traducirla en normas para garantizar los derechos de los niños y niñas; y a abstenerse
de tomar cualquier medida que pueda impedir el disfrute de estos derechos (Unicef,
2012). Así también, están obligados a presentar informes periódicos ante un comité de
expertos independientes sobre los progresos alcanzados en el cumplimiento de todos
los derechos. En cuanto a su estructura, la CDN está conformada por tres grupos de
derechos que son indivisibles, interdependientes y universales: a) derechos de
protección; b) derechos de supervivencia y desarrollo y c) derechos de participación. Los
dos primeros responden a una visión de la infancia con características particulares: los
niños, niñas y adolescentes continúan siendo receptores de medidas de protección,
prestaciones y servicios, cuya aplicación es liderada por el Estado, las comunidades y la
sociedad civil (Liebel y Martínez, 2009). Los derechos de participación en cambio,
presentan a los niños, niñas y adolescentes como capaces de pensamientos y acciones
propias y, sobre todo, los conciben como actores protagónicos de su desarrollo; así, la
toma de decisiones debe realizarse con base en su participación.
IV.3.3 Código Niña, Niño y Adolescente, Ley N.o 548: una oportunidad para promover y
garantizar el derecho a la familia de los niños, niñas y adolescentes El Código Niña, Niño
y Adolescente, aprobado en julio de 2014, contempló su armonización con la nueva
Constitución Política del Estado. De esta manera, mientras en la Constitución se sientan
los pilares para el respeto de derechos de niños, niñas y adolescentes y para la
protección de la familia, el Código establece la normativa para la aplicación de todo ello.
La nueva carta magna constitucionaliza por primera vez los derechos de los niños, niñas
y adolescentes, reconociéndolos como protagonistas de sus propios derechos, y revalida
el papel fundamental de la familia, las comunidades y el Estado. Por esta razón, con el
liderazgo del Viceministerio de Igualdad de Oportunidades, dependiente del Ministerio
de Justicia, en julio de 2014 se promulga la Ley 548, Código Niña, Niño y Adolescente,
de actual vigencia. Los artículos 35 al 51 del Código Niña, Niño y Adolescente expresan
con claridad el papel de la familia en el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes y,
por esta razón, la importancia de llevar adelante políticas públicas que garanticen la
unidad de la familia (ya sea con los padres o entre hermanos) y, sobre todo, prevengan
la pérdida del cuidado parental. De esta manera, el Código reconoce elementos del
principio de necesidad contenidos en las Directrices; especialmente en su artículo 37,
sobre el “mantenimiento de la familia” y el artículo 46, sobre la “restitución” de los niños
y niñas a su familia de origen.
IV.4. Comparación con la legislación de otros países de la región
La aprobación de la Convención sobre los Derechos de la Niñez y el posterior proceso
de ratificaciones provocaron en América Latina, a través de movimientos nacionales
destinados a adecuar las legislaciones internas, una serie de transformaciones cuyo
impacto real ha sido y es, todavía hoy, extremamente difícil de evaluar (Unicef, 2011).
No obstante, más allá de cualquier apreciación crítica sobre su desarrollo y resultados,
en ninguna otra región del mundo se produjo una movilización social tan intensa en torno
a la CDN como en el caso de América Latina (algunos países avanzaron más
rápidamente, como Brasil, que reformó su legislación en 1990). Es posible distinguir dos
etapas diferentes: una primera y muy breve transición de modelos, que va desde la
aprobación de la Convención, en noviembre de 1989, hasta fines de 1991. La segunda
etapa, que se podría denominar de expansión jurídicocultural de la autonomía de la
infancia y de implementación fluctuante, se extiende hasta nuestros días (2016). A partir
de la revisión de la normativa referida a niños, niñas y adolescentes, se observa que en
casi todos los países de la región hay modalidades como el acogimiento temporal, la
familia ampliada, la familia sustituta, la adopción y el fortalecimiento familiar, con
excepción de Venezuela (parece ser el país que menos modalidades contempla, por lo
que se podría interpretar que la institucionalización sigue siendo la medida imperante).
Brasil encabeza la lista de países que implementan diferentes modalidades alternativas
de cuidado familiar, que cuentan con el marco legal y reglamentario suficiente y, sobre
todo, con la estructura organizacional y presupuesto necesario para hacer viable y
operativas las Directrices, y privilegiar modalidades de acogimiento familiar antes que la
institucionalización permanente. Bolivia, Chile y Colombia también cuentan con la
normativa suficiente para aplicar las Directrices. Estos datos demuestran que hay un
marco normativo suficiente y sólido en muchos países de la región, principalmente en
Bolivia, donde hay buenas condiciones para el ejercicio de los derechos, de los niños,
niñas y adolescentes que han perdido el cuidado parental o que están en riesgo de
perderlo. En el país se han tomado las medidas legislativas pertinentes y se han incluido
en las actuales leyes las recomendaciones de la CDN y las orientaciones de las
Directrices sobre Modalidades Alternativas de Cuidado. Sin embargo, aún es un gran
desafío facilitar la completa implementación de todo ello, con el liderazgo de la secretaría
técnica del SIPPROINA (el Viceministerio de Igualdad de Oportunidades, VIO) y la
aplicación del “plan plurinacional de la niñez y adolescencia”.
2.- POLITICAS DE SALUD REFERIDAS A ADOLESCENTES
Los adolescentes y jóvenes juegan un papel importante en la sociedad, y forman el 30%
de la población de Latinoamérica y el Caribe. Los adolescentes son considerados como
un subconjunto saludable de la población, y como resultado, generalmente no se le da
importancia a sus necesidades de salud. Sin embargo el fortalecimiento del desarrollo
de salud de los jóvenes les permite pasar a la vida de adultos con más habilidades para
servir a sus comunidades de una forma productiva, estimulando crecimiento económico.
Además, muchos hábitos dañinos son adquiridos tempranos en la vida, y se convierten
en problemas serios de salud en la edad adulta.
Entonces es crítico educar a los adolescentes y ayudarles a ser más resistentes para
que puedan evitar problemas de salud, como ENTs (por ejemplo, cáncer de pulmón
causado por consumo de tabaco). Si se toma una estrategia proactiva para fomentar
un envejecimiento saludable, se puede evitar una carga financiera adicional sobre los
sistemas de salud. De por sí, proteger la salud y el bienestar de los adolescentes y
jóvenes es una prioridad para la Organización Panamericana de Salud y la Organización
Mundial de Salud.
En septiembre del 2018 se registró otro avance en la mejora de la salud de todas las
mujeres, los niños y los adolescentes de la Región de las Américas cuando los Estados
Miembros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) adoptaron el Plan de
acción para la salud de la mujer, el niño, la niña y adolescentes 2018-2030. El plan de
acción se basa en cuatro líneas estratégicas de acción que son complementarias y se
refuerzan mutuamente:
Lesiones y traumatismos
Violencia
Salud mental
Muchos son los factores que inciden en el bienestar y la salud mental de los
adolescentes. La violencia, la pobreza, la estigmatización, la exclusión y la vida en
entornos frágiles o de crisis humanitaria pueden aumentar el riesgo de que surjan
problemas de salud mental. El hecho de no ocuparse de los trastornos de salud mental
de los adolescentes tiene consecuencias que se extienden a la edad adulta, perjudican
la salud física y mental de la persona y restringen sus posibilidades de llevar una vida
plena en la edad adulta.
El cannabis es la droga psicoactiva que más utilizan los jóvenes: alrededor de un 4,7%
de las personas de 15 a 16 años lo consumieron al menos una vez en 2018. El consumo
de alcohol y drogas por parte de niños y adolescentes viene asociado a alteraciones
neurocognitivas que más adelante pueden generar problemas de comportamiento,
emocionales, sociales o académicos.
Consumo de tabaco
La inmensa mayoría de las personas que hoy en día consumen tabaco empezaron a
hacerlo en la adolescencia. Es crucial prohibir la venta de productos de tabaco a los
menores (menos de 18 años) y aumentar el precio de los productos del tabaco
gravándolos con impuestos más elevados, prohibir la publicidad del tabaco y garantizar
espacios libres de humo. A escala mundial, al menos 1 de cada 10 adolescentes de entre
13 y 15 años consume tabaco, aunque hay zonas donde esta cifra es mucho más alta.
VIH/sida
Según los cálculos, en 2019 había 1,7 millones de adolescentes (de entre 10 y 19 años)
que vivían con el VIH, de los que alrededor del 90% estaban en la Región de África de
la OMS (3). Si bien las nuevas infecciones de adolescentes han ido cayendo
sustancialmente desde el pico máximo registrado en 1994, este grupo de edad todavía
representa alrededor de un 10% del total de nuevas infecciones de adultos por el VIH.
Dentro de ese porcentaje, tres cuartas partes corresponden a chicas (4). Además,
aunque las nuevas infecciones pueden haber disminuido en muchos de los países más
gravemente afectados, la cobertura de las pruebas realizadas últimamente sigue siendo
baja, lo que deja pensar que quizá muchos adolescentes y jóvenes adultos vivan con el
VIH sin saberlo (5).
Los adolescentes que viven con el VIH tienen peor acceso a tratamiento antirretroviral y
en ellos se observan índices más bajos de cumplimiento del tratamiento, permanencia
en el proceso asistencial y supresión de la carga vírica. Un factor básico que contribuye
a ello es la escasa prestación de servicios adaptados a los adolescentes, que incluyan
apoyo e intervenciones psicosociales.
Los adolescentes y los jóvenes adultos deben saber cómo protegerse de la infección por
el VIH y también deben tener los medios para hacerlo, lo que significa en particular que
puedan tener acceso a intervenciones de prevención (como la circuncisión médica
masculina voluntaria, preservativos y profilaxis anterior a la exposición) y mejor acceso
a servicios de prueba y asesoramiento en relación con el VIH, y que además haya nexos
más sólidos con los servicios de tratamiento contra el VIH para aquellos que den
resultado positivo.
Ciertas infecciones, como la causada por el virus del papiloma humano (VPH), que suele
darse una vez que la persona empieza a tener relaciones sexuales, pueden provocar
enfermedades a corto plazo (verrugas genitales) durante la adolescencia, pero lo más
importante es que también dan lugar a cánceres cervicales y otros cánceres varios
decenios después. La primera adolescencia (de 9 a 14 años) es el momento óptimo para
vacunar contra la infección por el VPH. Se calcula que, si el 90% de las niñas del mundo
recibiera la vacuna contra el VPH, se podrían salvar más de 40 millones de vidas en el
curso del próximo siglo. Según las estimaciones, sin embargo, en 2019 solo recibieron
la vacuna un 15% de las niñas del mundo.
La División de Población de las Naciones Unidas muestra que, en 2020, la tasa mundial
de natalidad entre las adolescentes asciende a 41 partos por 1000 chicas de esa edad
y, en función de los países, oscila entre 1 y más de 200 por 1000 (6). Esas cifras indican
un marcado descenso desde 1990, que se refleja asimismo en la disminución de las
tasas de mortalidad materna de las jóvenes de 15 a 19 años.
Una de las metas específicas del Objetivo de Desarrollo Sostenible relacionado con la
salud (ODS 3) consiste en garantizar, de aquí a 2030, el acceso universal a los servicios
de salud sexual y reproductiva, incluidos los de planificación familiar, información y
educación y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y los programas
nacionales.
Las adolescentes necesitan una educación sexual completa, es decir, un proceso
didáctico basado en un currículo sobre los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y
sociales de la sexualidad. Es algo a lo que tienen derecho. Mejorar el acceso a la
información y los servicios de anticoncepción puede hacer que disminuya el número de
jóvenes que quedan embarazadas y dan a luz a una edad demasiado temprana. También
puede ser útiles leyes por las que se prohíba contraer matrimonio antes de los 18 años.
Las jóvenes que quedan embarazadas deben poder recibir una atención prenatal de
calidad. Cuando la ley lo permita, las embarazadas que decidan poner término a su
embarazo han de tener acceso a un aborto seguro.
En 2019, la anemia por carencia de hierro fue la segunda causa principal de años
perdidos por fallecimiento o discapacidad entre los adolescentes. Los suplementos de
hierro y ácido fólico son una solución que también ayuda a mejorar la salud antes de que
los adolescentes se conviertan en padres. Se recomienda administrar regularmente a los
adolescentes un tratamiento vermífugo en aquellas zonas con presencia frecuente de
helmintos intestinales, como los anquilostomas, a fin de prevenir deficiencias de
micronutrientes (como el hierro).
Desnutrición y obesidad
Actividad física
Se calcula que, a nivel mundial, solo 1 de cada 5 adolescentes cumplen estas directrices.
La prevalencia de la falta de actividad es elevada en todas las regiones de la OMS, y es
más alta entre las adolescentes en comparación con los adolescentes varones.
Para aumentar los niveles de actividad, los países, las sociedades y las comunidades
deben crear entornos y oportunidades seguros y propicios para que todos los
adolescentes puedan realizar actividad física.
Para mejorar las mediciones sobre la salud del adolescente en todo el mundo, la OMS,
en colaboración con el ONUSIDA, la UNESCO, el UNFPA, el UNICEF, ONU-Mujeres, el
Banco Mundial y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), ha establecido el Grupo
Consultivo sobre la Acción Mundial para la Medición de la Salud del Adolescente
(GAMA). GAMA proporciona orientación técnica a la OMS y a los organismos asociados
de las Naciones Unidas para definir un conjunto básico de indicadores de la salud del
adolescente con miras a armonizar las medidas sobre la medición y presentación de
informes en ese campo.
De forma general, la OMS desempeña toda una serie de funciones para mejorar la salud
de los jóvenes, en particular:
BIBLEOGRAFIA:
https://odsal.oducal.com/documentos/situacion%20de%20ninos%20sin%20cuida
do%20parental%20-%20normativa%20_1499714966.pdf
https://www.paho.org/es/temas/salud-adolescente
BIBLEOGRAFIA
https://www.un.org/es/chronicle/article/la-salud-mundial-antes-y-
ahora#:~:text=La%20salud%20mundial%20se%20ha,ciudadanos%20de%20todo%20el%20mundo.
https://elordenmundial.com/mapas/mapa-tasa-suicidios-mundo
Sistemas electrónicos de administración de nicótica y sistemas similares sin nicotina (SEAN/SESN) [en
línea]. Decisión de la OMS, Conferencia de las Partes en el Convenio Marco de la OMS para el Control del
Tabaco, séptima reunión, FCTC/COP/7(9), 2016