Situacion de Adolescente A Nivel Mundial 1111

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UNIVERSIDAD MAYOR REAL Y PONTIFICIA DE

SAN FRANSISCO XAVIER DE CHUQUISACA


CARRERA DE ENFERMERIA

24-6-2023

ASIGNATURA: CUIDADO INTEGRAL DEL


NIÑO Y ADOLESCENTE
COMUNITARIO

HP
SUCRE-BOLIVIA
TEMA 5
SITUACION DEL ADOLESCENTE A NIVEL MUNDIAL
1.INTRODUCCIÓN

La adolescencia es una etapa dinámica y esencialmente positiva: se completa el proceso


de crecimiento y desarrollo biológico, se amplían las funciones físicas, se adquiere la
capacidad reproductiva, se logran nuevas habilidades cognitivas, destrezas sociales y se
adquiere la identidad personal y social. Desde el punto de vista social, la estrecha
relación y la dependencia de la familia empiezan a ceder ante las relaciones más intensas
con sus pares.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el período del ciclo vital entre los 10
y los 19 años es la adolescencia y puede dividirse en temprana desde los 10 a los 14
años, y tardía de los 15 a los 19 años. Hoy, en el mundo, 1 de cada 4 personas es
adolescente; de ellos 9 de cada 10 viven en países menos desarrollados.

Esta etapa del curso de vida, presenta grandes oportunidades para construir y consolidar
formas de vida saludable que incrementan la salud y el bienestar en la adolescencia y
como impulsores claves del cambio en edades posteriores.

2. SITUACION DEMOGRAFICO (POBLACIÓN URBANO Y RURAL)

En el mundo hay 1.200 millones de adolescentes: se trata de la generación más


numerosa de la historia, así como la más educada y urbanizada.

El 90% de los adolescentes viven en países de bajos y medianos ingresos, y 125 millones
viven en zonas donde hay conflictos armados.

La creciente población adolescente de África Subsahariana (que, según estimaciones,


alcanzará los 500 millones antes de 2050) tiene el potencial de impulsar un cambio
poderoso, siempre y cuando los gobiernos les ayuden y hagan las inversiones
necesarias.
Uno de cada cuatro de los adolescentes más pobres del mundo nunca ha ido a la
escuela, y más de 200 millones de adolescentes en edad de recibir educación secundaria
no van a la escuela.

Los adolescentes son el único grupo de edad en el que las muertes relacionadas con el
sida no están disminuyendo.

Población urbano y rural:

3. SITUACIÓN EDUCATIVA CULTURAL Y DE GÉNERO

Situación educativa: El informe, que analiza los progresos de 209 países en su intento
de conseguir los objetivos de educación incluidos en la Agenda 2030 de Desarrollo
Sostenible, señala que hay 258 millones de niños y jóvenes que quedaron totalmente
fuera del sistema educativo y que la pobreza fue el principal obstáculo para su acceso.

Así, la crisis educativa provocada por la pandemia de coronavirus ya era de carácter


preexistente en la región con casi 12 millones de niños y jóvenes excluidos del sistema
educativo.

Igualmente concluye que “los sistemas educativos no se adaptan a las necesidades de


los estudiantes, por lo que uno de cada cuatro estudiantes de 15 años en todo el mundo
declara sentirse como un extraño en la escuela; en la República Dominicana esta cifra
supera el 30%.”

Además, destaca que la región es una de las más diversas lingüísticamente del mundo,
pero que esta situación no siempre se refleja en los sistemas educativos ya que “en el
tercer grado, los estudiantes que no hablan el idioma de examinación tienen tres veces
menos probabilidades de poder leer un cuento. En Brasil, México y Perú, existe una
persistente desigualdad por origen indígena, incluso después de controlar por clase
social”.

Al mismo tiempo persiste la segregación económica y social ya que la mitad de los


estudiantes en países como Chile y México “tendrían que ser reasignados a otras
escuelas para lograr una mezcla socioeconómica uniforme”. Además, indica que la
segregación de origen étnico es más acentuada que la socioeconómica
Pero, el COVID-19 ha mostrado que se pueden hacer las cosas de manera diferente, si
nos concentramos en ello”, señaló. El Informe también demuestra que a menudo los
sistemas educativos no tienen en cuenta las necesidades especiales de los alumnos.
Así, únicamente 41 países reconocen oficialmente el lenguaje de señas y, a nivel global,
las escuelas están más interesadas en obtener acceso a internet que en atender a los
alumnos con discapacidades.

Situación cultural:

La adolescencia actual constituye una clase social con una cultura propia en sus formas
de entretenimiento, diversión, ocio, aprendizaje personal y relaciones sociales, sexuales
y de comunicación; esta cultura les exige unos conocimientos y una madurez social que
a veces no poseen y es motivo de comportamiento social desajustado. Durante el
desarrollo evolutivo tanto el conocimiento como las habilidades sociales y los
sentimientos deben madurar en paralelo, no ocurre así en los adolescentes actuales que
han desarrollado ostensiblemente sus capacidades cognitivas pero sus habilidades
sociales, emocionales y sentimentales han quedado rezagadas.

Situación de género :

El 91 % de las niñas del mundo completó la escuela primaria

En 2016, una cifra sin precedentes de niñas completó la escuela primaria. Desde 2000,
se han producido avances en todo el mundo, pero sigue habiendo grandes disparidades
entre las regiones y los países. Solo el 66 % de las niñas en África al sur del Sahara
terminó la escuela primaria en 2016, y en tres países esta cifra fue inferior al 35 %. La
educación de las niñas es una de las mejores inversiones que podemos hacer y es
probable que en 2019 los países en desarrollo en su conjunto logren la paridad de género
(aproximadamente el mismo número de niños y niñas adolescentes) en términos de
matrícula en enseñanza secundaria.
La tasa de fecundidad en mujeres adolescentes se redujo un 40 % entre 1970 y
2017 a nivel mundial

A nivel mundial, la tasa de fecundidad en mujeres adolescentes de 15 a 19 años se


redujo de 77 % por cada 1000 mujeres en 1970 a 45 % en 2012. Esto ocurrió mientras
la matrícula femenina en educación secundaria f aumentó de 35 % a 72 %. Como se
puede ver en el gráfico interactivo anterior, las adolescentes tienen menos probabilidades
de ser madres cuando asisten a la escuela secundaria. La relación entre ambas tasas
tiende a ser similar en todas las regiones, excepto en América Latina y el Caribe, y Asia
oriental y el Pacífico, donde la correlación es mucho más débil.Si se está preguntando
cómo se miden exactamente las tasas de fertilidad y quiere conocer las tendencias
mundiales en los últimos 50 años, no deje de ver este episodio de “The Data Minute”: (i)
The Data Minute

África al sur del Sahara tiene la participación femenina en la fuerza laboral más alta del
mundo con un 64 %

La tasa de participación de mujeres en el mercado laboral —es decir, la relación entre


empleadas y desempleadas con respecto a la población en edad de trabajar— oscila
entre el 22 % en Oriente Medio y Norte de África y el 64 % en África al sur del Sahara.
En casi todos los países, las tasas de participación en la fuerza laboral son más bajas
para las mujeres que para los hombres, en parte porque las tasas de participación
femenina son susceptibles de ser subestimadas debido a las dificultades para captar a
aquellos (a menudo mujeres) en trabajos ocasionales, no remunerados o informales.
Además, una tasa alta de participación laboral no siempre es un signo positivo, ya que
puede implicar que no hay muchas opciones de permanecer fuera del mercado de
trabajo. Como señala Alice Newton, (i) es fundamental contar con políticas que
garanticen que las mujeres puedan participar en la fuerza laboral en condiciones
igualitarias con los hombres para lograr la igualdad de género y la reducción de la
pobreza.
Unas 137 economías tienen leyes que exigen la licencia por maternidad en el
mundo

Algunas diferenciaciones en la legislación laboral pueden aumentar las oportunidades de


empleo para las mujeres, mientras que otras pueden limitarlas. En general, se espera
que las políticas de permisos por maternidad o paternidad generen un reparto más
equitativo de las responsabilidades en la crianza de los niños, dando a las mujeres las
mismas oportunidades de desarrollo profesional que a los hombres. En el caso de la
licencia por maternidad, según la publicación Women, Business and the Law (Mujer,
empresas y derecho), (i) el promedio mínimo mundial obligatorio es de unos 100 días
remunerados. Bulgaria (i) está a la vanguardia con un mínimo de 410 días de permiso y
el 90 % del sueldo pagado en su totalidad por el Gobierno.

Más de 700 millones de mujeres han sufrido violencia física o sexual en todo el
mundo

El informe “Voice and Agency” (Voz y participación) (i) del Banco Mundial concluye que
1 de cada 3 mujeres adolescentes, o más de 700 millones de mujeres en todo el mundo
han sufrido violencia física o sexual de parte de sus esposos, novios o parejas. La
violencia de género es una epidemia mundial, que afecta a las mujeres de todas las
regiones del planeta. En la mayor parte del mundo, el propio hogar es el lugar más
inseguro para las mujeres. En 33 países de ingreso bajo y mediano, casi un tercio de las
mujeres dice que no puede rehusarse a mantener relaciones sexuales con su pareja.

La falta de datos sobre género

El desafío fundamental para entender y abordar las brechas de género y las cuestiones
destacadas anteriormente es contar con más y mejores datos y pruebas. Pero para
muchos países en desarrollo, no tenemos datos que nos ayuden a comprender cuán
grandes son estas diferencias de género, o cómo tratarlas. Recientemente, Data2x (i)
identificó 28 deficiencias en materia de datos sobre género (i) en cinco esferas: salud,
educación, oportunidades económicas, participación política y seguridad. El Banco
Mundial está colaborando con Data2x y con una serie de otras iniciativas para mejorar la
calidad y disponibilidad de los datos sobre género. Puede ver más al respecto en la
Página de cuestiones de género (i) del Banco y en el Portal de datos de cuestiones de
género. (i)

Por último, agradecemos a varios colegas del Grupo de gestión de datos sobre el
desarrollo del Banco Mundial por compartir sus conocimientos y contribuir con la
información anterior, en particular a Masako Hiraga, (i) Haruna Kashiwase, (i) Emi
Suzuki, (i) Hiroko Maeda (i) y Buyant Khaltarkhuu.

6-. Situación de salud


La salud mundial se ha convertido, ciertamente, en una preocupación de todos:
responsables de la elaboración de políticas, financistas, diplomáticos, un amplio abanico de
proveedores de servicios de salud, activistas, grupos de la sociedad civil, y ciudadanos de
todo el mundo.
Una mayor parte del trabajo de la Unidad de Información y Análisis de Salud es
la producción de la evidencia para apoyar las decisiones institucionales de la OPS en un
rango amplio de temas de salud. También provee cooperación técnica a los estados
miembros para el fortalecimiento de su capacidad análitica, mediante el desarrollo y la
diseminación de instrumentos metodológicos y técnicos para el análisis de situación de
salud. El panorama de la salud mundial está siendo poblado cada vez más por alianzas
entre el sector público y el sector privado creadas para fines específicos. La mayor y más
ambiciosa de estas alianzas, el Fondo Mundial, fue la primera gran nueva institución
financiera internacional establecida después de la creación del menos prominente
Organismo Multilateral de Garantía de Inversiones, por el Banco Mundial durante
prolongadas negociaciones a finales de la década de los setenta y durante la de los
ochenta. La Fundación Bill y Melinda Gates ha asumido una importancia en la salud
mundial que es mayor que la de muchos donantes bilaterales. Esta Fundación, que en
la actualidad es la mayor fundación privada del mundo, ha comprometido cerca de
10.000 millones de dólares en subvenciones para la salud mundial. En septiembre de
2006 se fundó UNITAID, un mecanismo internacional de compra de medicamentos para
tratar el VIH/SIDA, la tuberculosis y la malaria. A comienzos del milenio se estableció la
Fundación Clinton. El antiguo Secretario General de las Naciones Unidas, Kofi Annan,
puso en marcha en 2002 la Iniciativa Mundial sobre la Salud del Foro Económico Mundial,
con el fin de implicar a las empresas en alianzas entre el sector público y el sector privado
para abordar el VIH/SIDA, la malaria, la tuberculosis y los sistemas de salud.
El VIH/SIDA fue la primera enfermedad que convirtió a la salud en un verdadero asunto
mundial de nuestro tiempo. La deficiente comprensión de la epidemiología de una
enfermedad muy común tanto en los países ricos como en los pobres; la percepción de
que la OMS no era capaz de liderar la respuesta a una amenaza en aumento; y el éxito
del activismo político de las personas seropositivas en organizaciones gubernamentales.
La generación de evidencia en salud puede ser producida a través de colección de los
datos de morbilidad y mortalidad, análisis de estos datos, y la diseminación de la
información obtenida a partir de los análisis, lo cual es muy útil para la toma de decisiones
en salud. En muchos casos, la evidencia proviene de los resultados de investigaciones
basadas en diferentes tipos de diseños utilizados en salud, incluyendo estudios
poblacionales.
La Unidad de Información y Análisis de Salud es responsable por el desarrollo y
mantenimiento de sistemas de información vinculados a datos de mortalidad y datos
básicos para los países de las Américas. La base de datos de mortalidad mantenida por
la OPS (Sistema de información de mortalidad regional) es una fuente de datos
importante para los análisis de situación de la mortalidad y sus tendencias.
Ahora resulta fundamental tender puentes entre la exhortación mundial y el conjunto de
las declaraciones sobre políticas de las Naciones Unidas, y las realidades de la actuación
en materia de salud pública en todo el mundo, tanto a nivel nacional como,
especialmente, de los distritos. A nivel de los países y más allá de la atmósfera, a veces
enrarecida, de las reuniones de las Naciones Unidas en Nueva York y Ginebra y de las
reuniones consultivas con los donantes en el Comité de Asistencia para el Desarrollo de
la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos en París las , posibilidades de
conseguir mejoras significativas de la salud en los países en desarrollo nunca han sido
mayores.
Sin embargo, los retos que supone gestionar las relaciones y los recursos de múltiples
asociados en los sectores público y no gubernamental, así como en los programas
mundiales y en las alianzas de colaboración entre el sector público y el sector privado,
que van desde el Fondo Mundial hasta la Alianza Mundial Alto a la Tuberculosis, pasando
por Hacer Retroceder el Paludismo por sólo nombrar a unos pocos nunca han sido
mayores.

4. SITUACION DE EMPLEO EN ADOLESCENTES


Definición-.A nivel mundial 6 de cada 10 jóvenes que si consiguen ocupación se ven
obligados a aceptar empleos en la economía informal, lo que en general implica malas
condiciones de trabajo, sin protección ni derechos, y con bajos salarios y baja
productividad. se estima que unos 20 millones de jóvenes en la región no estudian ni
trabajan, debido en gran parte a la frustración y el desaliento por la falta de oportunidades
en el mercado laboral.

Los problemas relacionados con el empleo juvenil demandan la adopción de políticas


específicas destinadas a mejorar sus oportunidades en el mercado de trabajo.La crisis
por COVID-19 en los mercados de trabajo elevó la tasa de desocupación entre los
jóvenes latinoamericanos y caribeños por encima de 20 por ciento, una proporción que
triplica la tasa de los adultos y es más del doble que la tasa general de desempleo
promedio en la región. En números absolutos, son más de 10 millones de jóvenes que
buscan empleo sin conseguirlo.
Por otra parte Hay un abanico de opciones y de buenas prácticas, como por ejemplo:

Hacer de la generación de empleo juvenil una prioridad en la agenda del diálogo social
entre los actores fundamentales de la economía.
Apoyar el espíritu emprendedor de los jovenes para que pongan en práctica sus propias
iniciativas a través de sistemas de micro crédito como “incubadoras de empresas.
Dar eficiencia y cobertura a los servicios de empleo, sitios digitalizados, oficinas donde
se de a los jóvenes información en tiempo real sobre posibilidades inmediatas de
enganche.
Debatir sobre la educación necesaria para que se articule mejor con el mercado laboral,
estimule la innovación, recalifique la mano de obra y facilite la certificación de
competencias.
Incrementar los sistemas de pasantías para consolidar la formación profesional de los
jóvenes en las empresas y el sector público y facilitar la transición educación-trabajo.
Dar acceso a los jóvenes a un sistema de créditos educativos, transferencias monetarias
condicionadas y becas sueldo para que puedan continuar su formación y recalificación
laboral.
Facilitar que las mujeres jóvenes se mantengan en el mercado laboral, a través de
guarderías para sus hijos y turnos de todo el día en las escuelas
El desempleo y el subempleo juvenil impiden aprovechar el potencial de la generación
mejor formada y educada que hemos tenido.

5.SITUACION DE VIOLENCIA EN ADOLESCENTES


La violencia juvenil es la violencia que ocurre fuera del hogar, entre niños, adolescentes y
hombres jóvenes, en el grupo de edad de 10 a 29 años (OMS) .
La violencia juvenil se superpone con otros tipos de violencia, incluida la violencia contra los
niños y el homicidio. Puede incluir: intimidación y peleas físicas, acoso sexual y agresiones
durante la adolescencia, violencia en el noviazgo, así como agresiones asociadas a la violencia
entre compañeros y pandillas.
La violencia juvenil puede comenzar en grupos de edad más jóvenes y escalar más tarde y
continuar hasta la edad adulta. La adolescencia es un momento particularmente crítico para
intervenir.
La prevención de la violencia juvenil requiere un enfoque integral que aborde los determinantes
sociales de la violencia, como la desigualdad de ingresos, el rápido cambio demográfico y social
y los bajos niveles de protección social. El sector de la salud no es el único que debe intervenir,
pero es importante. Existen oportunidades para intervenir temprano y así reducir la carga de
violencia juvenil y los homicidios en jóvenes en la Región de las Américas; por ejemplo, integrar
la prevención de la violencia en esfuerzos más amplios para mejorar la salud y la resiliencia de
niños y adolescentes.
La violencia juvenil le cuesta la vida a cientos de jóvenes en la Región de las Américas. Los
homicidios son una de las principales causas de muerte entre los jóvenes, especialmente los
hombres y niños jóvenes de 15 a 24 años en las Américas.
Por cada asesinato, hay muchos otros jóvenes que sufren lesiones. Los datos sugieren que al
menos 20–40 jóvenes son ingresados en un hospital con lesiones graves relacionadas con la
violencia infligidas durante el asalto y el robo.
Otros viven con las consecuencias de la violencia por el resto de sus vidas. La exposición a la
violencia puede ocasionar problemas de salud mental o llevar a los jóvenes a adoptar
comportamientos de alto riesgo, como fumar, abuso de alcohol y drogas, y relaciones sexuales
poco seguras.
Los costos sociales y económicos de la violencia juvenil son mucho más altos y a menudo duran
toda la vida, como el bajo rendimiento educativo, el mayor riesgo de desempleo y la pobreza. La
violencia juvenil puede relacionarse con la pertenencia a pandillas y el crimen organizado.
La violencia juvenil es prevenible. La evidencia muestra que hay varias mejores opciones para
prevenir la violencia y mitigar sus consecuencias, para que todos los niños y jóvenes puedan
disfrutar del más alto nivel de salud y bienestar.
La mejora en los servicios de salud es esencial para reducir las consecuencias inmediatas de la
violencia juvenil. Cuando los servicios de salud tienen la capacidad de responder
adecuadamente, pueden ayudar a interrumpir la naturaleza de represalia de la violencia juvenil
y derivar a los jóvenes a servicios de apoyo.
Sensibilizar sobre la necesidad de reducir la violencia en la Región de las Américas
Identificar, sintetizar y difundir evidencia sobre qué funciona para reducir la violencia
Brindar orientación y apoyo técnico a los países para desarrollar capacidades de prevención y
respuesta basadas en evidencia
Fortalecer las alianzas entre sectores y partes interesadas para una respuesta integral y
coordinada a la violencia
6.SITUACION DE SALUD TAZA DE MORTALIDAD DEL ADOLECENTE
: Objetivos regionales de salud para los adolescentes y los jóvenes (1-3)
Objetivo 1: Reducir la mortalidad de los adolescente y jóvenes
 Reducir la tasa de mortalidad de los adolescentes y jóvenes (de 10 a 24 años)
Objetivo 2: Reducir los traumatismos no intencionados
 Reducir la tasa de mortalidad causada por accidentes de transporte terrestre en

10-14 años 15-19 años 20-24 años


Orde
n Ambos Ambos
Hombre Mujer Hombre Mujer Hombre Mujer
sexos sexos

Anemia Enfermed Violencia Violencia


Anemia Anemia Violencia
ferropéni ades interperso interpers Trastornos depr
1 ferropénica ferropénica interperson
ca cutáneas nal onal (1,363)
(1,354) (1,046) al (3,626)
(1,203) (967) (2,055) (5,685)

Enfermed Trastorno Accidente Accident


Enfermedad Enfermedad Accidentes
ades s s de es de Trastornos de ans
2 es cutáneas es cutáneas de tránsito
cutáneas depresivo tránsito tránsito (910)
(772) (922) (1,724)
(846) s (965) (1,114) (2,748)

Enfermeda Trastorno Enfermed


Autoagre
Asma des s de ades
3 Asma (661) Asma (603) sión Migraña (768)
(633) cutáneas ansiedad cutáneas
(1,001)
(830) (792) (897)

Trastorno Trastorn
Accidentes Trastornos Trastorno
Depresión Migraña s os Enfermedades cut
4 de tránsito de ansiedad disocial
(645) (713) depresivo depresiv (740)
(571) (568) (471)
s (802) os (902)

Accidente Lumbalgia Trastorno Lumbalgi


Trastorno Migraña s de Autoagresió y dolor s de a y dolor Lumbalgia y dolor c
5
disocial (562) (567) tránsito n (628) cervical ansiedad cervical (729)
(443) (575) (597) (691)

los hombres (de 15 a 24 años)


Objetivo 3: Reducir la violencia

 Reducir la tasa de suicidio (de 10 a 24 años)


 Reducir la tasa de homicidios en los hombres (de 15 a 24 años)

Cuadro II.1: Principales causas de años de vida ajustados en función de la discapacidad


(AVAD) perdidos en América Latina y el Caribe, por grupo de edad y sexo (tasas por
100.000 habitantes), 2015

Más de 3.000 adolescentes (10-19 años) mueren cada día en el mundo, lo que equivale
a un total de 1,2 millones de muertes cada año, la mayoría de ellas evitables. En 2015,
más de dos tercios de los decesos se concentraron en países de ingresos bajos y
medianos de África y el sudeste asiático, mientras que las causas más comunes son
los accidentes de tráfico, las infecciones respiratorias y el suicidio. Los adolescentes han
sido los grandes olvidados de los planes nacionales de salud durante décadas y, cuando
estos sufren enfermedades mentales, desnutrición o consumen sustancias peligrosas
como el alcohol, el tabaco o las drogas no suelen buscar atención médica, bien porque
el acceso a ella no existe o porque no saben dónde pueden conseguirla. Por si fuera
poco, muchos comportamientos de riesgo que tienen un gran impacto en su vida futura,
como la falta de actividad física, una dieta pobre o prácticas sexuales arriesgadas,
comienzan en la adolescencia.
Sin embargo, lo cierto es que la salud de los adolescentes difiere enormemente según la
parte del mundo en la que hayan nacido, tal y como muestran los datos de 2015 de la
Organización Mundial de la Salud (OMS). Mientras que en España apenas murieron 14
de cada 100.000 personas de entre 10 y 19 años en 2015, en Nigeria fueron 340. Es, de
hecho, África subsahariana la región que refleja las peores cifras junto con algunos
países de Oriente Próximo como Siria y Afganistán.

Aunque a nivel global la primera causa de muerte entre los adolescentes fueron los
accidentes de tráfico, en África las enfermedades contagiosas como el VIH, las
infecciones de las vías respiratorias inferiores, la meningitis y las enfermedades
diarreicas provocan más muertes que los fallecimientos en la carretera. En cuanto a las
chicas adolescentes, las causas de muerte más comunes son las infecciones de las vías
respiratorias inferiores, como la neumonía —normalmente como resultado de la
contaminación que provoca cocinar con combustibles sucios—, y las complicaciones en
el embarazo como hemorragias, sepsis, obstrucciones en el parto y abortos inseguros.

En las regiones donde la mortalidad adolescente tiene una prevalencia más alta los
jóvenes suelen asumir responsabilidades más asociadas a la adultez, incluyendo el
cuidado de familiares o trabajar, y muchos se ven obligados a abandonar la escuela,
casarse o en las situaciones más extremas prostituirse para poder subsistir. Por estas
razones, en los países de bajos ingresos los adolescentes sufren con mayor frecuencia
malnutrición, lesiones, embarazos, violencia sexual, enfermedades sexuales y trastornos
mentales.

Más allá de mejorar el acceso a la asistencia sanitaria, la Organización Mundial de la


Salud recomienda a los distintos Gobiernos que intervengan en todos los sectores que
afectan a la vida de las personas de entre 10 y 19 años. De esta manera, sus principales
propuestas son “la educación sexual integral en las escuelas, el aumento del límite
mínimo de edad para consumir alcohol, la obligación de utilizar casco y cinturón de
seguridad, la limitación del acceso a las armas de fuego y de su uso indebido, la
reducción de la contaminación del aire en los hogares mediante el uso de combustibles
no contaminantes para cocinar y la mejora del acceso al agua, el saneamiento y la
higiene”( Por Álvaro Merino 31 mayo 2021).

7. CAUSAS DE LA MORTALIDAD EN ADOLESCENTES


El informe sobre Salud para los adolescentes del mundo de la Organización Mundial de
la Salud (OMS) revela que la violencia interpersonal, las heridas por siniestros viales y el
suicidio son las tres principales causas de muerte entre los adolescentes de 10 a 19 años
de las Américas. La depresión es una de las tres primeras causas de enfermedad y
discapacidad en este grupo en la región.

El informe, que se basa en un importante acervo de datos publicados y en entrevistas


realizadas a adolescentes de entre 10 y 19 años de edad de todo el mundo, también
reúne, por primera vez, el conjunto de orientaciones brindadas por la OMS sobre toda la
gama de cuestiones de salud que afectan a los adolescentes. Entre ellas, figuran
orientaciones sobre el tabaco, el consumo de alcohol y drogas, el VIH, los traumatismos,
la salud mental, la nutrición, la salud sexual y reproductiva, y la violencia.

La Organización Panamericana de la Salud (OPS), oficina regional para las Américas de


la OMS, contribuyó al informe mundial con los datos de la región, entre otros aportes.

La situación en las Américas

Las Américas ocupa el cuarto lugar entre las seis regiones de la OMS en términos de
mortalidad adolescente (77,5 por 100.000 en 2012), debajo del promedio global (110,7)
y después de África (282,5), el Mediterráneo Oriental (118,3) y Asia Sudoriental (102,3).
Sólo Europa (57,4) y el Pacífico Occidental (43,6) tienen tasas de mortalidad adolescente
más bajas que las Américas. En 2000, esta tasa para las Américas era de 81,9 por
100.000.

Las principales causas de muerte han cambiado poco entre 2000 y 2012: la violencia
interpersonal, las heridas por siniestros viales, los suicidios, el ahogamiento y la infección
de las vías respiratorias bajas se ubicaron en los cinco primeros lugares. La violencia
interpersonal está entre las cinco causas de muerte entre los adolescentes mayores de
todas las regiones de la OMS.

La tasa de mortalidad de adolescentes varones es considerablemente más alta que la


de las mujeres. Mientras la violencia interpersonal (37,21 por 100.000) es la principal
causa de mortalidad entre los varones, entre sus pares mujeres lo son las heridas por
accidentes de tránsito (5,84). Entre las cinco principales causas de muerte entre las
mujeres aparece en el quinto lugar las condiciones maternas.

La asesora regional de Salud del Adolescente de la OPS, Matilde Maddaleno, consideró


en el informe que la salud sexual y reproductiva es un punto a tener en cuenta en la
región, especialmente en lo que respecta a la planificación de los embarazos.

La depresión está entre las tres primeras causas de enfermedad y discapacidad en todas
las regiones, menos en África. La violencia interpersonal es la primera causa por la cual
los jóvenes de 15 a 19 años de las Américas pierden años de vida saludables en función
de la discapacidad.

La situación en el mundo

A nivel mundial, las tres principales causas de mortalidad entre los adolescentes son los
traumatismos causados por el tránsito, el VIH/sida y el suicidio. Se estima que en 2012
fallecieron 1,3 millones de adolescentes en todo el mundo.

Los traumatismos causados por el tránsito son la principal causa de muerte

Los traumatismos causados por el tránsito son la primera causa de muerte entre los
adolescentes a nivel mundial, así como la segunda causa de enfermedad y discapacidad.
Los varones se ven afectados de manera desproporcionada, y su tasa de mortalidad es
más de tres veces superior a la de las mujeres. Un mayor acceso a medios de transporte
público fiables y seguros puede reducir los traumatismos causados por el tránsito en la
población adolescente. Las normas de seguridad vial (por ejemplo, los límites en materia
de velocidad y alcoholemia), la construcción de zonas peatonales seguras en las
inmediaciones de las escuelas y los sistemas de concesión de permisos de conducir
graduales, en los que los conductores noveles van adquiriendo derechos de manera
gradual, pueden contribuir a reducir los riesgos.

Los problemas de salud mental se cobran un oneroso tributo

A nivel mundial, la depresión es la primera causa de enfermedad y discapacidad en este


grupo de edad, y el suicidio ocupa el tercer lugar entre las causas de mortalidad. Según
varios estudios realizados, una de cada dos personas que desarrollan trastornos
mentales presenta los primeros síntomas a los 14 años de edad. Si los adolescentes con
problemas de salud mental reciben la atención que precisan, se pueden evitar muertes
y un sufrimiento de por vida.

Menos defunciones por causas relacionadas con el embarazo y el parto

Desde el año 2000, el número de adolescentes fallecidas por complicaciones sufridas


durante el embarazo o el parto ha disminuido considerablemente, sobre todo en aquellas
regiones que presentan las tasas de mortalidad materna más elevadas. Se estima que,
en las regiones de Asia Sudoriental, del Mediterráneo Oriental y de África de la OMS, el
número de defunciones se ha reducido en un 57%, un 50% y un 37%, respectivamente.
Pese a estas mejoras, la mortalidad materna sigue siendo la segunda causa de muerte
entre las adolescentes de 15 a 19 años de edad en el mundo, sólo superada por el
suicidio.

Defunciones atribuibles al mayor número de infecciones por VIH

Según algunas estimaciones, el número de defunciones relacionadas con el VIH en la


población adolescente está aumentando, sobre todo en la región de África, en un
momento en que el número de muertes relacionadas con el VIH está disminuyendo en
los demás grupos de población. El VIH es actualmente la segunda causa de muerte entre
los adolescentes a nivel mundial.

Otras enfermedades infecciosas siguen figurando entre las principales causas de


muerte

Gracias a la vacunación infantil, la mortalidad y la discapacidad causadas por el


sarampión entre los adolescentes han disminuido de manera pronunciada — en la
Región de África, se redujeron en un 90% entre los años 2000 y 2012. Con todo, las
enfermedades infecciosas comunes en las que se han centrado las intervenciones
dirigidas a la población infantil siguen siendo una causa de muerte entre los
adolescentes. Así, por ejemplo, la diarrea y las infecciones de las vías respiratorias
inferiores son actualmente la segunda y la cuarta causa de muerte entre los adolescentes
de 10 a 14 años de edad. Junto con la meningitis, estas enfermedades son responsables
del 18% de todas las defunciones en este grupo de edad, lo que representa una pequeña
variación con respecto al porcentaje del 19% correspondiente al año 2000.trau

Nuevos datos sobre los comportamientos de los adolescentes en materia de salud

Los nuevos datos de los países en los que se han realizado estudios indican que menos
de uno de cada cuatro adolescentes hace suficiente ejercicio (la OMS recomienda por lo
menos una hora diaria de ejercicio de intensidad moderada a elevada) y, en algunos
países, una de cada tres personas es obesa.

Algunas tendencias en los comportamientos de los adolescentes relacionados con la


salud están mejorando. Así, por ejemplo, el consumo de cigarrillos entre los adolescentes
más jóvenes está disminuyendo en la mayor parte de países de elevados ingresos, así
como en algunos países de bajos y medianos ingresos.

Una etapa crítica para prevenir las enfermedades crónicas

La adolescencia es una etapa fundamental para sentar los cimientos de una buena salud
en la edad adulta. Detrás de las principales enfermedades no transmisibles hay muchos
comportamientos y problemas relacionados con la salud que se manifiestan o se agravan
durante esta etapa de la vida.

"Si no se corrigen, los problemas y comportamientos relacionados con la salud que


aparecen en la adolescencia — como el consumo de tabaco y alcohol, los hábitos de
alimentación y ejercicio físico, el sobrepeso y la obesidad — pueden tener graves
consecuencias para la salud y el desarrollo de los adolescentes de hoy, así como efectos
devastadores en su salud cuando sean adultos el día de mañana", manifestó Jane
Ferguson, experta del Departamento de Salud de la Madre, el Recién Nacido, el Niño y
el Adolescente de la OMS y principal autora del informe. "Al mismo tiempo, no debemos
cejar en nuestro empeño de promover y proteger la salud sexual y reproductiva de los
adolescentes, incluso en relación con el VIH", remarcó.

Para la elaboración del informe, se examinaron las políticas sanitarias de 109 países. El
84% de estas políticas presta cierta atención a la salud de los adolescentes. De estas
últimas, en tres cuartas partes se hace hincapié en la salud sexual y reproductiva
(incluido el VIH/sida); en alrededor de un tercio se aborda el consumo de tabaco y alcohol
entre los adolescentes, y en una cuarta parte se aborda la salud mental. El informe
destaca la necesidad de que otros países sigan el ejemplo de la India, cuya nueva
estrategia para la salud del adolescente aborda una gama más amplia de cuestiones de
salud que afectan a los adolescentes, como la salud mental, la nutrición, el consumo de
sustancias, la violencia y las enfermedades no transmisibles, además de la salud sexual
y reproductiva.
El informe también insiste en la necesidad de mejorar los datos y la información sobre la
salud de los adolescentes y los programas que abordan esta cuestión.

La OPS trabaja con los países de las Américas para mejorar la salud y la calidad de la
vida de su población. Fundada en 1902, es la organización internacional de salud pública
más antigua del mundo. Actúa como la oficina regional para las Américas de la OMS y
es la agencia especializada en salud del sistema interamericano.

 Principales causas de muerte entre los adolescentes en el mundo

1. Traumatismos causados por el tránsito


2. VIH/sida
3. Suicidio
4. Infecciones de las vías respiratorias inferiores
5. Violencia
6. Diarrea
7. Ahogamiento
8. Meningitis
9. Epilepsia
10. Trastornos endocrinos, hematológicos o inmunitarios

 Principales causas de enfermedad y discapacidad en el mundo

1. Depresión
2. Traumatismos causados por el tránsito
3. Anemia
4. VIH/sida
5. Lesiones autoprovocadas
6. Dolores en la espalda y el cuello
7. Diarrea
8. Trastornos de ansiedad
9. Asma

8. SITUACION DE SALUD SEXUAL Y REPRODUCTIVA DE LOS ADOLESCENTES


8.1 EMBARAZO EN ADOLESCENTE
El embarazo adolescente es aquel que ocurre en mujeres de diecinueve años o menos
es uno de los hechos más frecuentes en nuestra sociedad; son experiencias difíciles que
afectan la salud integral tanto de los padres adolescentes como la de sus hijos, familiares
y de la sociedad en sí; actualmente es considerado un problema de salud pública debido
al creciente aumento. (Bethesda; 2008)
El embarazo en una pareja de jóvenes es un evento inesperado, sorpresivo.
Generalmente se desarrollan reacciones de angustia propias del momento y trastornos
en el proceso normal del desarrollo de la personalidad, fenómenos que están asociados
a la aparición de patologías orgánicas propias del embarazo. (Molina; 1992:83-9)

Las adolescentes en embarazo son consideradas un grupo de alto riesgo reproductivo,


no sólo por las implicaciones sociales y psicológicas propias de la gestación, sino porque
su cuerpo aún está en proceso de formación.

Por otra parte, el embarazo de una adolescente está considerado de alto riesgo, pues el
cuerpo de la mujer a esa edad aún no está suficientemente maduro como para afrontar
el desgaste que supone dicho proceso. Por supuesto a menor edad, mayores
complicaciones existen. (Montero, 1999; 6:10.). Y es que la llegada de la edad fértil con
la aparición de la menstruación no implica que la fisionomía de la afectada esté aún
suficientemente desarrollada para soportar los cambios que produce el embarazo, ni
para dar a luz de forma natural. Hay que recordar que la menstruación, que marca el
comienzo de la fertilidad de la mujer, suele aparecer en torno a los 11 años, a veces
incluso antes.

Por otra parte, y no menos importante, está el desarrollo emocional, la madurez que se
necesita para ser madre, que tarda aún más en llegar que el desarrollo físico. La
adolescencia es una época complicada, es el periodo en el que se está entre la niñez y
la edad adulta, en el que se reacciona como niño pero se pretende actuar como si ya se
fuese mayor.

Y ahí está la clave de esta cuestión. Las relaciones sexuales no son un juego, no son
simplemente una forma de pasarlo bien. Para disfrutar de ellas es necesario tomar
precauciones y ser conscientes de porque se llevan a cabo. Cuestión aparte son los
casos en los que la adolescente ha sido forzada y, a consecuencia de este hecho
terriblemente doloroso, se queda embarazada. En estos supuestos lo mejores
denunciarlo cuanto antes y ponerse en manos de los especialistas.

EL EMBARAZO EN LA ADOLESCENCIA, FELICIDAD O TERROR

Para toda adolescente el embarazo lo toma como una decepción, algo que arruino su
vida pero no se ponen a pensar que esta situación es debido a que no supieron cuidarse.

Ésta es una situación difícil de entender, ya que, aunque la mayoría de las personas lo
considera como terror, esto depende del criterio y punto de vista de cada persona.

Por ejemplo, hay casos en los que a pesar de que no se esperaba un embarazo, éste es
el resultado de una relación maravillosa, basada en el amor y lo aceptan con
responsabilidad y alegría porque, a pesar de su inexperiencia y, si es el caso, cuentan
con el apoyo de sus familias y la sociedad, podrán alcanzar la madurez que en su
momento les falto PROBABILIDADES O EXPECTATIVAS DEL EMBARAZO
Una adolescente sexualmente activa que no utiliza anticonceptivos, tiene un 90% de
probabilidades de quedar embarazada en un año.

Las citas a la edad de los 12 años, están relacionadas con una probabilidad del 91% de
tener relaciones sexuales antes de los 19 años de edad.

Las citas a la edad de los 13 años, se asocian con una probabilidad de 56 % de actividad
sexual durante la adolescencia. (Montenegro, 2000: 571-3.). Las mujeres que tienen su
primer hijo durante la adolescencia, tienen una mayor probabilidad de tener en general
más hijos y menos probabilidades de:

• Recibir apoyo del padre biológico de sus hijos

• De terminar sus estudios

• De establecer una independencia y estabilidad financiera adecuada que le permita


sostenerse a sí misma y a sus hijos sin necesidad de recursos externos.

Las madres adolescentes casadas, tienen una mayor probabilidad del 80% o más de
experimentar el divorcio, que las mujeres casadas que son madres hasta los 20 años.

Los bebes que nacen de mujeres adolescentes tienen mayor riesgo de presentar
problemas de desarrollo.

Los niños varones, con las mismas expectativas, tienen una tasa superior al promedio
de ser arrestados, encarcelados o de convertirse en una población potencial para
generar embarazos no deseados en su futura adolescencia. (Padilla de Gil, 2000; 7(1):
16-25.)

EMBARAZO EN LA ADOLESCENCIA.CONSECUENCIAS

Datos y cifras

En 2019, se calcula que las adolescentes de entre 15 y 19 años de los países de ingreso
mediano bajo tenían 21 millones de embarazos al año, de los cuales aproximadamente
el 50% eran no deseados (1).

Se calcula que en 2016 se produjeron 21 millones de embarazos en mujeres


adolescentes de 15 a 19 años en las regiones en desarrollo, de los que se estima que
12 millones dieron lugar a nacimientos (2).

Los datos sobre partos entre niñas de 10 a 14 años no están ampliamente disponibles;
los escasos datos disponibles de Angola, Bangladesh, Mozambique y Nigeria apuntan a
que las tasas de natalidad en este grupo de edad superaron los 10 nacimientos por cada
1000 niñas en 2020 (3).
Según los datos de 2019, el 55% de los embarazos no deseados entre las adolescentes
de 15 a 19 años terminan en abortos, que a menudo no son seguros en los países de
ingreso mediano bajo (1).

Las madres adolescentes (de 10 a 19 años) tienen mayor riesgo de eclampsia,


endometritis puerperal e infecciones sistémicas que las mujeres de 20 a 24 años, y los
bebés de madres adolescentes tienen un mayor riesgo de padecer bajo peso al nacer,
nacimiento prematuro y afección neonatal grave.

La prevención del embarazo entre las adolescentes y la mortalidad y morbilidad


relacionadas con el embarazo son fundamentales para lograr resultados positivos en la
salud a lo largo de la vida, y son imprescindibles para alcanzar los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS) relacionados con la salud materna y neonatal.

Información general

El embarazo en la adolescencia es un fenómeno mundial con causas claramente


conocidas y graves consecuencias sanitarias, sociales y económicas. A nivel mundial, la
tasa de natalidad en adolescentes ha disminuido, pero las tasas de cambio han sido
desiguales entre las regiones. También hay enormes variaciones en los niveles entre los
países y dentro de ellos. El embarazo en la adolescencia tiende a ser mayor en personas
con menos educación o de bajo estatus económico. Además, el progreso en la reducción
de los primeros nacimientos de madres adolescentes es más lento en estos y otros
grupos vulnerables, lo que conduce a una creciente desigualdad. El matrimonio infantil y
el abuso sexual de niñas ponen a estas últimas en mayor riesgo de embarazo, a menudo
no deseado. En muchos lugares, los obstáculos para obtener y usar anticonceptivos
impiden que las adolescentes eviten embarazos no deseados. Cada vez se presta más
atención a mejorar el acceso de las adolescentes embarazadas y con hijos a una
atención materna de calidad. La OMS colabora con asociados para promover la atención
prestada al embarazo en la adolescencia, crear una base empírica para la acción,
elaborar instrumentos de apoyo a las políticas y los programas, crear capacidad y apoyar
a los países para que aborden eficazmente el embarazo en la adolescencia.

Magnitud del problema

En 2019, se estima que 21 millones de niñas de entre 15 y 19 años de los países de


ingreso mediano bajo se quedaron embarazadas (1). Se estima que 12 millones de estos
embarazos dieron lugar a nacimientos en 2016 (2).

A nivel mundial, la tasa de nacimientos en la adolescencia ha disminuido de 64,5


nacimientos por cada 1000 mujeres en 2000 a 42,5 nacimientos por cada 1000 mujeres
en 2021. Sin embargo, las tasas de cambio han sido desiguales en diferentes regiones
del mundo, con la mayor disminución en Asia meridional y disminuciones más lentas en
las regiones de América Latina y el Caribe y África subsahariana. Aunque se han
producido disminuciones en todas las regiones, África subsahariana y América Latina y
el Caribe continúan teniendo las tasas más altas a nivel mundial, con 101 y 53,2
nacimientos por cada 1000 mujeres, respectivamente, en 2021(4).

También hay enormes diferencias en la tasa de nacimientos en la adolescencia dentro


de las regiones. En América Latina y el Caribe, por ejemplo, Nicaragua registró la tasa
de nacimientos en la adolescencia estimada más alta, con 85,6 por cada 1000
adolescentes en 2021, mientras que en Chile esta cifra fue de 24,1 por cada 1000
adolescentes (4). Hay enormes variaciones, incluso dentro del mismo país. Por ejemplo,
en Zambia, el porcentaje de adolescentes de 15 a 19 años que han comenzado a
procrear (mujeres que han dado a luz o que están embarazadas en el momento de la
entrevista) osciló entre el 14,9% en Lusaka y el 42,5% en la Provincia Meridional en 2018
(5). En Indonesia, este porcentaje osciló entre el 3,5% en la región administrativa de la
Cordillera y el 17,9% en la región de la península de Davao en 2017 (6).

Si bien la tasa de nacimientos en la adolescencia mundial estimada ha disminuido, el


número real de partos de adolescentes sigue siendo alto. El mayor número estimado de
nacimientos de jóvenes de 15 a 19 años en 2021 tuvo lugar en el África subsahariana (6
114 000), mientras que en Asia Central los nacimientos fueron muchos menos (68 000).
El número correspondiente fue de 332 000 entre los adolescentes de 10 a 14 años en el
África subsahariana, en comparación con 22 000 en Asia sudoriental en el mismo año
(4).

Contexto en el que se producen los embarazos en la adolescencia

Los estudios de factores de riesgo y protección relacionados con el embarazo en la


adolescencia en los países de ingreso mediano bajo indican que los niveles tienden a
ser más altos entre aquellos con menos educación o de bajo nivel económico (7). El
progreso en la reducción de primeros nacimientos en adolescentes ha sido
particularmente lento entre estos grupos vulnerables, lo que ha llevado a una creciente
desigualdad.

Hay varios factores que influyen en el número de embarazos y nacimientos en la


adolescencia. En primer lugar, en muchas sociedades, las niñas se ven presionadas a
casarse y tener hijos. En 2021, el número estimado de novias infantiles en el mundo fue
de 650 millones: el matrimonio infantil aumenta el riesgo de embarazo entre las niñas
porque las que se casan muy pronto suelen tener una autonomía limitada para influir en
la toma de decisiones sobre el retraso de la maternidad y el uso de anticonceptivos. En
segundo lugar, en muchos lugares, las niñas eligen quedarse embarazadas porque sus
perspectivas educativas y laborales son escasas. A menudo, en tales sociedades, se
valora la maternidad (dentro o fuera del matrimonio o la unión), y el matrimonio o la unión
y la procreación pueden ser la mejor de las escasas opciones disponibles para las
adolescentes.
En muchos lugares, los adolescentes no tienen fácil acceso a métodos anticonceptivos.
Incluso cuando pueden obtenerlos, pueden carecer de los medios o los recursos para
pagarlos, así como el conocimiento sobre dónde obtenerlos y cómo usarlos
correctamente. Cuando intentan obtener anticonceptivos, puede que sean
estigmatizados. Además, a menudo corren un mayor riesgo de suspender su uso debido
a los efectos secundarios y debido a las circunstancias cambiantes de la vida y las
intenciones reproductivas. Las leyes y políticas restrictivas relativas al suministro de
anticonceptivos basadas en la edad o el estado civil constituyen un obstáculo importante
para el suministro y la aceptación de los anticonceptivos entre los adolescentes. A
menudo, esto se combina con los prejuicios o la falta de voluntad del personal de salud
para reconocer las necesidades de salud sexual de los adolescentes.

El abuso sexual infantil aumenta el riesgo de embarazos no deseados. Un informe de la


OMS de 2020 estima que 120 millones de niñas menores de 20 años han experimentado
alguna forma de contacto sexual forzado. Este abuso está profundamente arraigado en
la desigualdad de género; afecta más a las niñas que a los niños, aunque muchos niños
también se ven afectados. Según las estimaciones, en 2020 al menos 1 de cada 8 niños
del mundo había sufrido abusos sexuales antes de cumplir los 18 años, y 1 de cada 20
niñas de 15 a 19 años había experimentado relaciones sexuales forzadas durante su
vida.

En el informe de la OMS sobre las estimaciones para 2018 relativas a la violencia contra
las mujeres (Violence against women Prevalence estimates 2018), se señala que,
«según las estimaciones, las adolescentes de 15 a 19 años (24%) ya han sido objeto de
violencia física o sexual por parte de su pareja al menos una vez en su vida, y el 16% de
las adolescentes y mujeres jóvenes de 15 a 24 años han sido objeto de esta violencia en
los últimos 12 meses.»

La prevención del embarazo y la maternidad en la adolescencia, así como el matrimonio


infantil, forma parte de la agenda de los ODS con indicadores específicos, incluidos los
indicadores 3.7.2, «Tasa de natalidad en adolescentes (de 10 a 14 años; de 15 a 19
años) por cada 1000 mujeres en ese grupo de edad», y 5.3.1, «Proporción de mujeres
de entre 20 y 24 años que estaban casadas antes de cumplir los 18 años».

Las estrategias e intervenciones relacionadas con el embarazo en la adolescencia se


han centrado en la prevención del embarazo. Sin embargo, cada vez se presta más
atención a mejorar el acceso de las adolescentes embarazadas y con hijos a una
atención materna de calidad. Los datos disponibles sobre el acceso muestran resultados
desiguales. El acceso a una atención de calidad depende del contexto geográfico y de la
posición social de los adolescentes. Incluso cuando el acceso no está limitado, las
adolescentes parecen recibir atención clínica y de apoyo interpersonal de menor calidad
que las mujeres adultas.
8.2 USO DE METODOS ANTICONCEPTIVOS

Un nuevo estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 36 países reveló que dos
tercios de las mujeres sexualmente activas que deseaban retrasar o limitar la maternidad dejaron de usar
métodos anticonceptivos por temor a sus efectos secundarios, por problemas de salud o por subestimar
la probabilidad de concepción, lo que hizo que uno de cada cuatro embarazos fuera no planificado.

Aunque los embarazos no planificados no necesariamente equivalen a embarazos no deseados, pueden


generar una amplia gama de riesgos para la salud de la madre y el niño, como malnutrición, enfermedad,
maltrato, abandono, e incluso la muerte. Además, los embarazos no planificados pueden producir ciclos
de gran fecundidad, reducir las posibilidades educativas y laborales y llevar a la pobreza, problemas que
pueden extenderse a lo largo de generaciones.

Necesidad de servicios de planificación familiar de gran calidad

Los métodos anticonceptivos modernos desempeñan un papel fundamental en la prevención de los


embarazos no planificados. Hay estudios que muestran que el 85% de las mujeres que dejaron de usar
métodos anticonceptivos quedaron embarazadas durante el primer año. Entre las que tuvieron
embarazos no planificados que las llevaron a abortar, la mitad había abandonado sus métodos
anticonceptivos por problemas relacionados con el uso de estos, tales como problemas de salud, efectos
secundarios o incomodidades.

Muchas de esas cuestiones podrían resolverse con un asesoramiento y un apoyo eficaces en materia de
planificación familiar.

«La planificación familiar de gran calidad ofrece una serie de beneficios potenciales que abarcan no sólo
la mejora de la salud maternoinfantil, sino también el desarrollo social y económico, la educación y el
empoderamiento de la mujer», explica la Dra. Mari, ex Funcionaria Médica de Salud Reproductiva y
Materna de la Oficina Regional de la OMS para el Pacífico Occidental, y autora del informe.

Los embarazos no planificados siguen siendo un importante problema de salud pública. Cada año hay 74
millones de mujeres de países de ingresos bajos y medianos con embarazos no planificados que son causa
de 25 millones de abortos peligrosos y 47 000 muertes maternas al año.

Resultados y recomendaciones

En el estudio de la OMS hubo 4794 mujeres que tuvieron un embarazo no planificado después de
abandonar su método anticonceptivo. El 56% de las mujeres que quedaron embarazadas no usaron
métodos anticonceptivos en los 5 años anteriores a la concepción. El 9,9% de las que tuvieron embarazos
no planificados señalaron que el último método que habían utilizado era un método tradicional, como el
coitus interruptus o el método de Ogino; el 31,2%, métodos modernos de corta duración, como píldoras
o preservativos, y el 2,6%, métodos reversibles de larga duración, como dispositivos intrauterinos o
implantes.
Los resultados del estudio destacan la necesidad de servicios que:

adopten un enfoque de toma de decisiones compartida para seleccionar y utilizar métodos


anticonceptivos eficaces que se ajusten mejor a las necesidades y preferencias de las clientas;

identifiquen a tiempo cuando las mujeres y las niñas tienen problemas con el método que están
utilizando;

permitan que las mujeres y las niñas cambien de un método moderno a otro sin dejar de estar protegidas
mediante un asesoramiento eficaz y el respeto de sus derechos y dignidad.

Oportunidades perdidas para apoyar la elección de las mujeres con respecto al método anticonceptivo

Otro estudio de la OMS realizado en Filipinas y publicado recientemente reveló que sólo el 3% de las
mujeres que deseaban retrasar o limitar la maternidad recibieron asesoramiento anticonceptivo durante
su última visita por cualquier motivo a un centro de salud. La detección de todos los problemas de
planificación familiar en todas las mujeres podría ayudar a prevenir el gran número de embarazos no
planificados y abortos peligrosos que se producen en muchos países de Asia. Se calcula que, solo en
Filipinas, hay cada año casi 2 millones de embarazos no planificados y más de 600 000 abortos peligrosos.

Sin asesoramiento adecuado, mejor calidad de los servicios, ampliación de las opciones anticonceptivas
eficaces y aceptables y respeto de los derechos de todas las mujeres y las niñas, el ciclo continuará. La
equidad también es una preocupación importante. El estudio reciente realizado en Filipinas mostró que
las probabilidades de que las mujeres con menos nivel educativo que no querían quedar embarazadas
utilizaran anticonceptivos modernos era un 66% menor que en las mujeres con mayor nivel educativo.

«El acceso a información y servicios de salud sexual y reproductiva asequibles y de gran calidad, incluida
una amplia gama de métodos anticonceptivos, puede desempeñar un papel fundamental para asegurar a
las mujeres y niñas un futuro más saludable, y para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible», dice el
Dr. Ian Askew, Director del Departamento de Salud Reproductiva e Investigaciones Conexas de la OMS.

Asegurar que más personas se beneficien de la anticoncepción moderna

La superación de las barreras jurídicas, políticas, sociales, culturales y estructurales permitirá que más
personas se beneficien de servicios anticonceptivos eficaces. Un componente clave de esos servicios será,
en primer lugar, identificar a las mujeres que puedan tener problemas con su método anticonceptivo y
deseen cambiarlo; y, en segundo lugar, proporcionar a esas mujeres asesoramiento de gran calidad, sin
estigmatización, discriminación ni coerción, a fin de garantizar que se respeten sus intenciones
reproductivas y se proteja su salud sexual. También es esencial mejorar las competencias del personal
médico, de enfermería y partería mediante la capacitación y la formación profesional, de modo que
puedan proporcionar a todas las mujeres que lo necesiten un asesoramiento eficaz centrado en la familia.
11-. Situación de consumo de sustancias peligrosas (droga, cigarrillo, alcohol y psicofármacos)

Abuso de sustancias
Las sustancias psicoactivas son diversos compuestos naturales o sintéticos, que actúan sobre el sistema
nervioso generando alteraciones en las funciones que regulan pensamientos, emociones y el
comportamiento.
Existen regulaciones para el control y fiscalización del uso de estas sustancias, ya sea para uso recreativo,
como el alcohol o el tabaco; para uso farmacológico, como los tranquilizantes o analgésicos opiáceos, o de
uso general, como los solventes industriales. Hay un grupo cuyo uso es considerado ilícito y solo autorizado
con fines médicos o de investigación, como el caso de la cocaína y sus derivados. El uso de sustancias
psicoactivas siempre implica un grado de riesgo de sufrir consecuencias adversas sobre distintos órganos y
sistemas, las cuales pueden darse en el corto plazo, como en el caso de la intoxicación, la cual incrementa
el riesgo de lesiones por accidentes o agresión, así como conductas sexuales en condiciones inseguras. El
uso repetido y prolongado en el tiempo de estas sustancias, favorece el desarrollo de trastornos por
dependencia, que son trastornos crónicos y recurrentes, caracterizados por necesidad intensa de la
sustancia y pérdida de la capacidad de controlar su consumo, a pesar de consecuencias adversas en el
estado de salud o en el funcionamiento interpersonal, familiar, académico, laboral o legal.
11.1 -. Situación de consumo de droga
 Los trastornos causados por el uso de drogas son una pesada carga para los individuos y las
comunidades. El uso continuo de drogas puede causar dependencia y discapacidad además de
problemas crónicos de salud. Las consecuencias sociales del uso perjudicial o dependencia de
drogas llegan mucho más allá del usuario y afectan a sus familias y a otras relaciones personales
 Las cargas sociales y para la salud impuestas no son inevitables: los problemas causados por las
drogas y la dependencia de estas son prevenibles y tratables. Cuando se lo identifica
tempranamente, el uso riesgoso de drogas puede ser reducido o restringido mediante evaluaciones
de la salud e intervenciones breves, antes de que las personas que lo consumen se vuelvan
dependientes.
 Las drogas ilegales son usadas con más frecuencia en los países de ingresos altos de las Américas,
pero las consecuencias de la dependencia de drogas para la salud enfermedades, discapacidades
y defunciones ocurren de manera desproporcionada en los países de ingresos bajos y medios,
donde las personas tienen menos acceso a la atención de salud.
El proyecto para el desarrollo e implementación de una propuesta para el “Abordaje Integral de la
Concurrencia entre Trastornos por Uso de Sustancias y otros Trastornos Mentales y de la Conducta, en
países de América Latina”, se enmarca en los acuerdos desarrollados en materia de salud pública, entre la
Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS), el Gobierno de España y el Instituto Nacional de
Psiquiatría (Centro Colaborador OMS), para fortalecer el enfoque de salud pública en el abordaje de los
problemas relacionados con el uso de sustancias , en los países de las Américas.
Datos/Estadísticas: Por lo menos 4,4 millones de hombres y 1,2 millones de mujeres de América Latina
y el Caribe sufren trastornos causados por el uso de drogas como dependencia.
11.2-. Situación de consumo de cigarrillo

La epidemia de tabaquismo es una de las mayores amenazas para la salud pública que ha tenido que
afrontar el mundo. Causa más de 8 millones de muertes al año, de las cuales aproximadamente 1,2 millones
se deben a la exposición al humo ajeno. El tabaco es perjudicial en todas sus modalidades y no existe un
nivel seguro de exposición al tabaco. Fumar cigarrillos es la forma de consumir tabaco más extendida en
todo el mundo. Otros productos de tabaco son: el tabaco para pipa de agua o narguile, diferentes productos
de tabaco sin humo, cigarros, puritos, tabaco de liar, tabaco picado. Más del 80% de los 1300 millones de
personas que consumen tabaco viven en países de ingresos medianos o bajos, donde la carga de
morbimortalidad asociada a este producto es más alta. El tabaquismo aumenta la pobreza porque los
hogares gastan en tabaco un dinero que podrían dedicar a necesidades básicas como la alimentación y la
vivienda.

En el 2016, más de la mitad (57% o 3 100 millones de personas) de la población mundial de 15 años o más
se había abstenido de consumir alcohol en los 12 meses anteriores. Alrededor de 2 300 millones de personas
son consumidores actuales. Más de la mitad de la población consume alcohol en solo tres regiones de la
OMS (Américas, Europa y Pacífico Occidental).
• En las regiones de África (AFR), las Américas (AMR), el Mediterráneo Oriental (EMR) y Europa (EUR), el
porcentaje de bebedores ha disminuido desde el año 2000. Sin embargo, aumentó en la Región del Pacífico
Occidental (WPR) de 51,5% en el 2000 a 53,8% en la actualidad, y se ha mantenido estable en la Región
de Asia Sudoriental (SEAR).

• El tabaco mata hasta a la mitad de las personas que lo consumen.

 Cada año, más de 8 millones de personas fallecen a causa del tabaco. Más de 7 millones de estas
defunciones se deben al consumo directo de tabaco y alrededor de 1,2 millones son consecuencia
de la exposición de no fumadores al humo ajeno.
 Más del 80% de los 1300 millones de consumidores de tabaco que hay en el mundo viven en países
de ingresos medianos o bajos.
 En 2020, el 22,3% de la población mundial consumía tabaco, concretamente el 36,7% de todos los
hombres y el 7,8% de las mujeres del mundo.
 Para hacer frente a la epidemia de tabaquismo, los Estados Miembros de la OMS adoptaron en
2003 el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT de la OMS), tratado que
actualmente han ratificado 182 países.
 Las medidas «MPOWER» de la OMS están en consonancia con el CMCT de la OMS y se ha
demostrado que salvan vidas y reducen los costos derivados del gasto sanitario evitado.

11.3-. Situación de consumo de sustancias peligrosas alcohol


Consecuencias para la salud
En el 2016, el consumo nocivo de alcohol causó unos 3 millones de muertes (5,3% de todas las muertes)
en el mundo y 132,6 millones de años de vida ajustados en función de la discapacidad (AVAD), es decir, el
5,1% de todos los AVAD de ese año. La mortalidad resultante del consumo de alcohol es mayor que la
causada por enfermedades como la tuberculosis, la infección por el VIH/sida y la diabetes. Se estima que
en el 2016 unos 2,3 millones de muertes y 106,5 millones de AVAD en los hombres se atribuyen al consumo
de bebidas alcohólicas. Sin embargo, las mujeres presentaron 0,7 millones de muertes y 26,1 millones de
AVAD atribuibles al consumo de alcohol.
La carga de enfermedad y los traumatismos atribuibles al alcohol, estandarizadas por la edad, fueron más
elevadas en la Región de África de la OMS, mientras que los porcentajes de todas las muertes y AVAD
atribuibles al consumo de alcohol fueron más altos en la Región de Europa de la OMS (10,1% de todas las
muertes y 10,8% de todos los AVAD), seguido de la Región de las Américas (5,5% de las muertes y 6,7%
de los AVAD).
En el 2016, de todas las muertes atribuibles al consumo de alcohol en todo el mundo, el 28,7% se debió a
traumatismos, el 21,3% a enfermedades digestivas, el 19% a enfermedades cardiovasculares, el 12,9% a
enfermedades infecciosas y el 12,6% a cánceres. Aproximadamente el 49% de los AVAD atribuibles al
alcohol se deben a enfermedades no transmisibles y trastornos de salud mental, y cerca del 40% se deben
a traumatismos.
El alcohol causó 0,4 millones de muertes de los 11 millones que se produjeron en todo el mundo en el 2016
como consecuencia de enfermedades transmisibles, afecciones maternas, perinatales y nutricionales, lo que
representa el 3,5% de estas muertes. El consumo nocivo de alcohol causó aproximadamente 1,7 millones
de muertes por enfermedades no transmisibles en el 2016, incluidos los aproximadamente 1,2 millones de
muertes por enfermedades digestivas y cardiovasculares (0,6 millones de cada una de ellas) y 0,4 millones
de muertes por cáncer. A nivel mundial, se estima que un millón de muertes por traumatismos fueron
atribuibles al alcohol, lo que incluye alrededor de 370 000 muertes por traumatismos causados por el tránsito,
150 000 por autoagresión y cerca de 90 000 por violencia interpersonal. De los traumatismos causados por
el tránsito, 187 000 muertes atribuibles al alcohol se produjeron en personas distintas de los conductores.
la carga de enfermedad atribuible al alcohol fue más elevada en los países de ingresos bajos y en los de
ingresos medianos-bajos en comparación con los países de ingresos medianos-altos y de ingresos altos.
11.4-. Situación de consumo de sustancias peligrosas (psicofármacos)
Durante el año del inicio de la pandemia, el total de medicamentos vendidos fue de 689.838.945 unidades,
rompiendo con la tendencia descendente de 2019 al aumentar un 1,35%.se advierte un gran aumento en el
consumo de psicofármacos durante la pandemia del COVID-19. Específicamente, el de dos psicofármacos:
el clonazepam y el alprazolam que se venden bajo receta. Estos psicotrópicos se encuentran entre los 15
más vendidos en el país y la tasa de crecimiento de sus ventas supera varias veces el promedio general.
Los fármacos que actúan sobre el sistema nervioso central (SNC) representan el 16,59% del mercado total al
haberse dispensando más de 114 millones de medicamentos de este grupo, habiendo aumentado un 6,5%
más que en el 2019, o sea en el 2020 se vendieron unos 7 millones de unidades más de productos que
actúan sobre el SNC, destacándose entre ellos la fuerte demanda de Paracetamol. Dentro de este grupo
farmacológico, también se encuentran los medicamentos que son utilizados para tratamientos psiquiátricos
que muestran un crecimiento de 5,69% en 2020, alcanzando las 51.951.691 unidades totales.
Todos los subgrupos de estos medicamentos mostraron aumentos, destacándose:
-Los sedantes con 9,18%
-Los antipsicóticos 8,59%
En cantidades, fueron vendidas casi 20 millones de antiepilépticos. En el 2020, dentro de los 100
medicamentos más vendidos, se encuentran el clonazepam con 10.598.329 y el alprazolam con 6.784.510
pastillas dispensadas.
La razón del aumento de psicofármacos se debió en parte a los trastornos en la salud mental que trajo
COVID-19 como el insomnio y los problemas de sueño; también a otros problemas que algunas personas
tenían hace mucho tiempo sin saberlo porque habían generado hasta el momento barreras para superarlos,
como la ansiedad, y por otro lado a la inadaptabilidad de algunos a los cambios de hábitos, rutinas y horarios.
En el caso de los adolescentes, para “estar a la moda”.

Un que ya se intuye el costo económico y social del aislamiento social preventivo y obligatorio por la
pandemia de coronavirus que ya se extiende por ochenta días, una encuesta reveló un nuevo aspecto de
sus efectos sobre la sociedad: los expertos comienzan a registrar un aumento en la utilización de sustancias
psicoactivas. Un estudio de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) publicado esta semana, entre 1.007
adultos en todo el país, reveló que el 73% afirmó haber consumido sustancias psicoactivas durante la
cuarentena, el 41% dijo haber acrecentado la frecuencia con la que consumía y uno de cada tres, haber
incrementado la cantidad. El ranking de consumos lo lidera el alcohol, seguido por la nicotina, la marihuana
y los psicofármacos. Además, el 20% reconoció haber violado la cuarentena para poder conseguí.
El presente artículo estudia el fenómeno de la prescripción y el consumo de psicofármacos en los centros
de protección para adolescentes, en Montevideo. Se parte del supuesto que el centro de protección incluye
al dispositivo psiquiátrico como parte de su estrategia naturalizada de intervención. Se utiliza una
metodología cartográfica (Passos, Kastrup & da Escóssia, 2009), con un diseño mixto. Por una parte, se
analizan aquellas situaciones cotidianas de los centros que demandan la atención psiquiátrica y se
problematiza la puesta en práctica de su tratamiento. Por otra parte, se debate acerca de la construcción de
subjetividad de los jóvenes que transitan su adolescencia en estos dispositivos institucionales. Las
subjetividades adolescentes aquí son comprendidas gubernamentalmente, como producto del cruce del
dispositivo del centro de protección con el psiquiátrico (Foucault, 2002, 2011). El psicofármaco es, en este
apartado, entendido como una tecnopolítica que en su uso sistemático, se convierte en cuerpo y al hacerse
inseparable, deviene en subjetividad (Preciado, 2013).Como resultado, el 46,6% de los adolescentes tenía
prescripto psicofármacos al momento de la investigación; superando los antecedentes relevados a nivel
mundial y local. Los enunciados que fundamentan esta intervención desde la prevención y protección a los
adolescentes, invisibilizan un sistema que ofrece el recurso del psicofármaco desde el inicio del proceso de
institucionalización. Asimismo, se desarrollan algunas dimensiones institucionales que cronifican sus
tratamientos, poniendo en cuestión la atribución exclusiva de la intervención por la situación de salud mental
del joven.
12.- MARCO LEGAL QUE APOYA A LA SALUD DEL ADOLESCENTE
Marco normativo nacional e internacional sobre los derechos de los niños, niñas y
adolescentes El actual marco normativo internacional y nacional sobre niños y niñas es
el resultado de la evolución de diferentes doctrinas expresadas en tratados, protocolos y
leyes. Estas normas guían la definición y aplicación de las políticas públicas destinadas
a garantizar el ejercicio de los derechos de la niñez y adolescencia.
IV.1. Proceso histórico para la comprensión del concepto de niñez
El marco doctrinal de la Convención de los Derechos del Niño (CDN) establece los
valores, principios, criterios y normas generales que en la actualidad inspiran y orientan
la concepción de los niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos. Sin
embargo, esta idea no fue la misma a lo largo del tiempo. A continuación, se presenta un
resumen de este proceso histórico.
IV.1.1. Doctrina de la situación irregular
Durante muchos años, los niños, niñas y adolescentes y los adultos recibieron el mismo
tratamiento legal. Sin importar si un delito era cometido por un niño o niña, un
adolescente o un adulto, todas las violaciones a la ley eran sancionadas de la misma
manera. Ante ello, surgieron movimientos dirigidos a separar a los menores de edad
infractores del derecho penal y se planteó aprobar leyes especiales para asegurar un
tratamiento particular y exclusivo para ellos (Luna & Sánchez B., 2010). La niñez y la
adolescencia fueron entendidas como etapas de la vida del ser humano previas a la
adultez y a las que la ley debía asignarles una condición jurídica especial llamada
“minoridad”, por lo que debían ser objetos de tutela (Luna & Sánchez B., 2010). Con esta
premisa, los menores de edad debían ser protegidos y tutelados por adultos, quienes
presumiblemente sabían qué necesitaba un niño e ignoraban sus opiniones, deseos y
necesidades particulares solo por su corta edad. Así, la doctrina de la “situación irregular”
nace con concepciones erradas sobre la capacidad, dignidad e integridad de niños, niñas
y adolescentes. La doctrina irregular englobaba a todos aquellos “menores” en estado
de abandono, de riesgo social y cuyos derechos estuvieran siendo vulnerados. El
surgimiento de la doctrina de la situación irregular provocó cambios en casi todas las
legislaciones de los Estados del mundo que se tradujeron en la instauración de políticas
y normas de control y protección. El Estado adoptó un papel paternalista, asumiendo un
directo compromiso de proteger a la infancia a través de políticas de protección y
disponiendo, con absoluta potestad, de la vida de los “menores” (Luna & Sánchez B.,
2010). Situación de niños sin cuidado parental 04-situación niños-Normativa [10] AMC
26.01.17 (versión para armado) Por ejemplo, la situación de tutela se manifestaba en la
discrecionalidad del juez: era libre de tomar las decisiones que creía convenientes, pero
sin escuchar al entonces menor (Liebel & Martínez, 2009). Es por ello que esta doctrina
recibió varias y severas críticas, pues tenía un carácter excluyente y marginalizador, y
concebía a los niños y niñas en situación de riesgo como sujetos de caridad, bajo
responsabilidad, básicamente, de instituciones religiosas o de personas piadosas y
solidarias con la pobreza y vulnerabilidad infantil. En este contexto se consolidan los
“hogares de niños”, “orfanatos”, “casas cunas” y “albergues” que se caracterizaban por
una subsistencia gracias a donaciones o aportes mínimos del Estado, por la negación de
cualquier responsabilidad familiar, comunitaria y gubernamental, y por la toma de
decisiones adulto-céntricas que en ningún momento consideraban la participación
infantil. IV.1.2. Doctrina de la protección integral
Esta doctrina representa un nuevo paradigma en el tratamiento de los derechos
humanos de los niños y niñas. Tal como señala la CDN, esta doctrina surge para superar
—enmendar— las críticas y observaciones a la doctrina de la situación irregular.
Además, asigna una gran importancia al principio de la unidad familiar y a la
responsabilidad conjunta de la familia y el Estado. La doctrina de la protección integral
se centra en dos posiciones: la primera plantea que los niños y niñas, por su condición
de seres humanos en desarrollo, requieren que se les reconozca una protección especial
acorde con su naturaleza de vulnerabilidad; y la segunda, que los niños y niñas son
sujetos de derechos sin importar su edad, sexo y condición social (Liebel y Martínez,
2009). Otro de los aportes importantes de la doctrina de protección integral es la
eliminación del término “menor”, y en lugar de este, el empleo del término “niño o niña”.
De esta manera, el niño y niña deja de ser objeto de compasión y de tutela del Estado u
otras instituciones, para convertirse en un sujeto pleno de derechos (Luna & Sánchez B.,
2010). También se aprecia una diferencia entre paradigmas en lo que respecta al
tratamiento de niños, niñas y adolescentes en conflicto con la ley: la doctrina de
protección integral otorga cierta responsabilidad al niño o niña que infrinja la ley, según
su edad y grado de madurez y acorde con el tipo de hecho cometido.
IV.1.3. El Enfoque de derechos
Este enfoque también considera a los niños, niñas y adolescentes como sujetos de
derecho y como personas en desarrollo, pero y da un paso más allá: convoca a los niños,
niñas y adolescentes a ser partícipes activos de la defensa de sus derechos, en forma
urgente, y a intervenir en todas las circunstancias en que estén siendo avasallados,
vulnerados o en riesgo de serlo. El enfoque de derechos permite establecer claramente
las diferencias entre políticas públicas universales —destinadas a generar condiciones
sociales, económicas, Situación de niños sin cuidado parental 04-situación niños-
Normativa [10] AMC 26.01.17 (versión para armado) culturales y de toda índole para la
satisfacción de los derechos fundamentales de todos los niños, niñas y adolescentes—
y las políticas especiales, destinadas básicamente a atender ciertas circunstancias que
provocan situaciones de vulnerabilidad en grupos determinados de niños, niñas y
adolescentes (Noceti, 2005). Con el enfoque de derechos, el papel de la comunidad o
sociedad civil y, particularmente, del Estado es esencial, porque la protección infantil no
solo es responsabilidad de las familias o de interés particular, sino de toda la sociedad.
Por ello, los Estados asumen el papel de garantes del ejercicio de los derechos de los
niños y niñas. A partir de esta doctrina, todos los niños, niñas y adolescentes —en
particular aquellos que sufren mayor exclusión social— requieren de una decidida acción
del gobierno, como administrador del Estado, en la creación y activación de mecanismos
legislativos, educativos, culturales, sociales e institucionales que combatan la
vulneración de los derechos de niños, niñas y adolescentes, y las diferentes formas de
exclusión y discriminación que estos sufren.
IV.2. Convención sobre los Derechos del Niño
La Convención sobre los Derechos de la Niñez marca un verdadero hito en la protección
de los derechos de la infancia y adolescencia a nivel mundial, ya que todos los Estados
firmantes de ese instrumento se comprometen a garantizar el cumplimiento de los
derechos de los niños, niñas y adolescentes de manera inclusiva y con equidad, por
medio de los principios de universalidad, igualdad, participación e interés superior (Fondo
de las Naciones Unidas para la Infancia [Unicef], 2012). Para llegar a la Convención, se
tuvo que recorrer un largo camino que atravesó las diferentes concepciones sobre la
niñez, sucesos históricos como la primera y segunda guerra mundial, y la emergencia de
la concepción de los niños y niñas como sujetos de derechos.
IV.2.2. Características de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN)
La CDN constituye un punto de referencia común que sirve para analizar los progresos
alcanzados en el cumplimiento de las normas de derechos humanos de los niños, niñas
y adolescentes, y para comparar los resultados logrados por los países firmantes. En
este sentido, los países comprometidos, idealmente deben tomar una serie de medidas,
para garantizar el ejercicio de esos derechos. La intencionalidad de la CDN es que estos
derechos puedan desarrollar plenamente las personalidades, habilidades y talentos de
los niños, niñas y adolescentes. De la misma manera, se espera que estos crezcan en
un ambiente de felicidad, amor, comprensión y a la vez puedan acceder a información
para el ejercicio de sus derechos. Los gobiernos participantes están llamados a
armonizar sus leyes, políticas y prácticas Situación de niños sin cuidado parental 04-
situación niños-Normativa [10] AMC 26.01.17 (versión para armado) con la CDN; a
traducirla en normas para garantizar los derechos de los niños y niñas; y a abstenerse
de tomar cualquier medida que pueda impedir el disfrute de estos derechos (Unicef,
2012). Así también, están obligados a presentar informes periódicos ante un comité de
expertos independientes sobre los progresos alcanzados en el cumplimiento de todos
los derechos. En cuanto a su estructura, la CDN está conformada por tres grupos de
derechos que son indivisibles, interdependientes y universales: a) derechos de
protección; b) derechos de supervivencia y desarrollo y c) derechos de participación. Los
dos primeros responden a una visión de la infancia con características particulares: los
niños, niñas y adolescentes continúan siendo receptores de medidas de protección,
prestaciones y servicios, cuya aplicación es liderada por el Estado, las comunidades y la
sociedad civil (Liebel y Martínez, 2009). Los derechos de participación en cambio,
presentan a los niños, niñas y adolescentes como capaces de pensamientos y acciones
propias y, sobre todo, los conciben como actores protagónicos de su desarrollo; así, la
toma de decisiones debe realizarse con base en su participación.
IV.3.3 Código Niña, Niño y Adolescente, Ley N.o 548: una oportunidad para promover y
garantizar el derecho a la familia de los niños, niñas y adolescentes El Código Niña, Niño
y Adolescente, aprobado en julio de 2014, contempló su armonización con la nueva
Constitución Política del Estado. De esta manera, mientras en la Constitución se sientan
los pilares para el respeto de derechos de niños, niñas y adolescentes y para la
protección de la familia, el Código establece la normativa para la aplicación de todo ello.
La nueva carta magna constitucionaliza por primera vez los derechos de los niños, niñas
y adolescentes, reconociéndolos como protagonistas de sus propios derechos, y revalida
el papel fundamental de la familia, las comunidades y el Estado. Por esta razón, con el
liderazgo del Viceministerio de Igualdad de Oportunidades, dependiente del Ministerio
de Justicia, en julio de 2014 se promulga la Ley 548, Código Niña, Niño y Adolescente,
de actual vigencia. Los artículos 35 al 51 del Código Niña, Niño y Adolescente expresan
con claridad el papel de la familia en el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes y,
por esta razón, la importancia de llevar adelante políticas públicas que garanticen la
unidad de la familia (ya sea con los padres o entre hermanos) y, sobre todo, prevengan
la pérdida del cuidado parental. De esta manera, el Código reconoce elementos del
principio de necesidad contenidos en las Directrices; especialmente en su artículo 37,
sobre el “mantenimiento de la familia” y el artículo 46, sobre la “restitución” de los niños
y niñas a su familia de origen.
IV.4. Comparación con la legislación de otros países de la región
La aprobación de la Convención sobre los Derechos de la Niñez y el posterior proceso
de ratificaciones provocaron en América Latina, a través de movimientos nacionales
destinados a adecuar las legislaciones internas, una serie de transformaciones cuyo
impacto real ha sido y es, todavía hoy, extremamente difícil de evaluar (Unicef, 2011).
No obstante, más allá de cualquier apreciación crítica sobre su desarrollo y resultados,
en ninguna otra región del mundo se produjo una movilización social tan intensa en torno
a la CDN como en el caso de América Latina (algunos países avanzaron más
rápidamente, como Brasil, que reformó su legislación en 1990). Es posible distinguir dos
etapas diferentes: una primera y muy breve transición de modelos, que va desde la
aprobación de la Convención, en noviembre de 1989, hasta fines de 1991. La segunda
etapa, que se podría denominar de expansión jurídicocultural de la autonomía de la
infancia y de implementación fluctuante, se extiende hasta nuestros días (2016). A partir
de la revisión de la normativa referida a niños, niñas y adolescentes, se observa que en
casi todos los países de la región hay modalidades como el acogimiento temporal, la
familia ampliada, la familia sustituta, la adopción y el fortalecimiento familiar, con
excepción de Venezuela (parece ser el país que menos modalidades contempla, por lo
que se podría interpretar que la institucionalización sigue siendo la medida imperante).
Brasil encabeza la lista de países que implementan diferentes modalidades alternativas
de cuidado familiar, que cuentan con el marco legal y reglamentario suficiente y, sobre
todo, con la estructura organizacional y presupuesto necesario para hacer viable y
operativas las Directrices, y privilegiar modalidades de acogimiento familiar antes que la
institucionalización permanente. Bolivia, Chile y Colombia también cuentan con la
normativa suficiente para aplicar las Directrices. Estos datos demuestran que hay un
marco normativo suficiente y sólido en muchos países de la región, principalmente en
Bolivia, donde hay buenas condiciones para el ejercicio de los derechos, de los niños,
niñas y adolescentes que han perdido el cuidado parental o que están en riesgo de
perderlo. En el país se han tomado las medidas legislativas pertinentes y se han incluido
en las actuales leyes las recomendaciones de la CDN y las orientaciones de las
Directrices sobre Modalidades Alternativas de Cuidado. Sin embargo, aún es un gran
desafío facilitar la completa implementación de todo ello, con el liderazgo de la secretaría
técnica del SIPPROINA (el Viceministerio de Igualdad de Oportunidades, VIO) y la
aplicación del “plan plurinacional de la niñez y adolescencia”.
2.- POLITICAS DE SALUD REFERIDAS A ADOLESCENTES
Los adolescentes y jóvenes juegan un papel importante en la sociedad, y forman el 30%
de la población de Latinoamérica y el Caribe. Los adolescentes son considerados como
un subconjunto saludable de la población, y como resultado, generalmente no se le da
importancia a sus necesidades de salud. Sin embargo el fortalecimiento del desarrollo
de salud de los jóvenes les permite pasar a la vida de adultos con más habilidades para
servir a sus comunidades de una forma productiva, estimulando crecimiento económico.
Además, muchos hábitos dañinos son adquiridos tempranos en la vida, y se convierten
en problemas serios de salud en la edad adulta.
Entonces es crítico educar a los adolescentes y ayudarles a ser más resistentes para
que puedan evitar problemas de salud, como ENTs (por ejemplo, cáncer de pulmón
causado por consumo de tabaco). Si se toma una estrategia proactiva para fomentar
un envejecimiento saludable, se puede evitar una carga financiera adicional sobre los
sistemas de salud. De por sí, proteger la salud y el bienestar de los adolescentes y
jóvenes es una prioridad para la Organización Panamericana de Salud y la Organización
Mundial de Salud.
En septiembre del 2018 se registró otro avance en la mejora de la salud de todas las
mujeres, los niños y los adolescentes de la Región de las Américas cuando los Estados
Miembros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) adoptaron el Plan de
acción para la salud de la mujer, el niño, la niña y adolescentes 2018-2030. El plan de
acción se basa en cuatro líneas estratégicas de acción que son complementarias y se
refuerzan mutuamente:

1. Fortalecer un entorno normativo transformador a fin de reducir las inequidades en


materia de salud que afectan a las mujeres, los niños, las niñas y adolescentes.
2. Promover la salud y el bienestar universales, efectivos y equitativos para todas las
mujeres, los niños, las niñas y adolescentes en sus familias, escuelas y
comunidades a lo largo del curso de la vida.
3. Ampliar el acceso equitativo de las mujeres, los niños, las niñas y adolescentes a
servicios de salud integrales, integrados y de buena calidad que se centren en las
personas, las familias y las comunidades.
4. Fortalecer los sistemas de información para la recolección, disponibilidad,
accesibilidad, calidad y difusión de información estratégica, incluidos datos y
estadísticas sobre la salud de las mujeres, los niños, las niñas y adolescentes, en
el marco de los principios propuestos en el presente plan.

 En 2020 murieron más de 1,5 millones de adolescentes y jóvenes adultos de entre


10 y 24 años de edad, lo que supone casi 5000 al día.
 De todos los grupos de edad, el que presenta el menor riesgo de muerte es el de
los jóvenes adolescentes de entre 10 y 14 años.
 Las principales causas de defunción de adolescentes y jóvenes adultos son las
lesiones y los traumatismos (incluidos los causados por el tránsito y los
ahogamientos), la violencia, las conductas autolesivas, enfermedades infecciosas
como las infecciones respiratorias y las dolencias ligadas a la maternidad.
 La mitad de todos los trastornos de salud mental en la edad adulta comienzan
antes de los 14 años, pero en la mayoría de los casos no son detectados ni
tratados.
 El hecho de empezar tempranamente a consumir sustancias está asociado a un
mayor riesgo de caer en dependencias y otros problemas durante la vida adulta.
El abuso de sustancias afecta a las personas jóvenes de forma desproporcionada,
en comparación con las personas de más edad.
 A escala mundial, en 2020 dieron a luz 41 de cada 1000 chicas de entre 15 y 19
años de edad.

¿Quiénes presentan mayor riesgo de morir?


Las probabilidades de supervivencia de adolescentes y jóvenes adultos son muy
variables según el lugar del mundo de que se trate. En 2020, la probabilidad más alta de
morir entre los 10 y los 24 años se daba en el África subsahariana, Oceanía (excluyendo
Australia y Nueva Zelandia) África septentrional y Asia meridional (1). En promedio, la
probabilidad general de que un niño de 10 años muriera antes de cumplir los 24 era 6
veces mayor en el África subsahariana que en América del Norte y Europa.

PRINCIPALES PROBLEMAS DE SALUD

Lesiones y traumatismos

Las lesiones y traumatismos no intencionados son una de las principales causas de


muerte o discapacidad entre los adolescentes. En 2019 murieron casi 100 000
adolescentes (de 10 a 19 años) a consecuencia de un accidente de tránsito (2). Muchos
de ellos eran «usuarios vulnerables de las vías de tránsito», esto es, peatones, ciclistas
o usuarios de vehículos de dos ruedas motorizados. En muchos países hacen falta leyes
más amplias de seguridad vial y hay que reforzar la aplicación de esas leyes. Además,
los conductores jóvenes deben recibir asesoramiento sobre conducción segura, sin
olvidar que las leyes que prohíben conducir bajo los efectos del alcohol o las drogas
deben aplicarse con rigor a todos los grupos de edad. Los niveles prescritos de
alcoholemia deben ser más bajos para un conductor joven que para un adulto. Se
recomienda la implantación de un permiso progresivo para conductores noveles, con
tolerancia cero para la conducción bajo los efectos del alcohol.

El ahogamiento es otra de las principales causas de muerte de adolescentes: se calcula


que en 2019 se ahogaron más de 40 000 adolescentes, que en más de sus tres cuartas
partes eran varones. Una intervención esencial para prevenir estos fallecimientos es
enseñar a nadar a los niños y adolescentes.

Violencia

La violencia interpersonal se encuentra entre las principales causas de mortalidad de


adolescentes y jóvenes en el mundo, aunque su peso varía sustancialmente de una
región del mundo a otra. En los países de ingresos bajos y medianos de la Región de las
Américas de la OMS es la causa de casi un tercio de todas las muertes de varones
adolescentes. Según los datos de la Encuesta Mundial de Salud Escolar (EMSE), un
42% de los chicos adolescentes y un 37% de las chicas estaban expuestos a
intimidación. La violencia sexual también afecta a una importante proporción de los
jóvenes: 1 de cada 8 jóvenes da cuenta de abusos sexuales.

La violencia durante la adolescencia también acrecienta el riesgo de lesiones, infección


por el VIH y otras infecciones de transmisión sexual, problemas de salud mental, mal
rendimiento en la escuela y deserción escolar, embarazo precoz, problemas de salud
reproductiva y enfermedades transmisibles y no transmisibles.

Entre las estrategias eficaces de prevención y respuesta están el fomento de la


parentalidad y del desarrollo en la primera infancia, la prevención de la intimidación en el
medio escolar, programas que fomenten las aptitudes sociales y para la vida e
intervenciones comunitarias para reducir el acceso al alcohol y las armas de fuego. La
prestación de una atención eficaz y empática a los adolescentes sobrevivientes de la
violencia, proporcionándoles un respaldo continuo, puede ayudar a manejar las
consecuencias físicas y psicológicas.

Salud mental

La depresión es una de las principales causas de enfermedad y discapacidad en los


adolescentes y el suicidio es la segunda causa de defunción entre los 15 y los 19 años
(2). Los trastornos de salud mental explican un 16% de la carga mundial de morbilidad y
lesiones en las personas de entre 10 y 19 años. La mitad de todos los trastornos de salud
mental en la edad adulta comienzan antes de los 14 años, pero en la mayoría de los
casos no son detectados ni tratados.

Muchos son los factores que inciden en el bienestar y la salud mental de los
adolescentes. La violencia, la pobreza, la estigmatización, la exclusión y la vida en
entornos frágiles o de crisis humanitaria pueden aumentar el riesgo de que surjan
problemas de salud mental. El hecho de no ocuparse de los trastornos de salud mental
de los adolescentes tiene consecuencias que se extienden a la edad adulta, perjudican
la salud física y mental de la persona y restringen sus posibilidades de llevar una vida
plena en la edad adulta.

El cultivo de las aptitudes socioemocionales de niños y adolescentes y el hecho de


proporcionarles apoyo psicosocial en la escuela y otros espacios comunitarios puede
ayudar a promover un buen estado de salud mental. También son importantes los
programas que ayudan a reforzar el vínculo entre los adolescentes y su familia y a
mejorar la calidad de su entorno doméstico. En caso de que surjan problemas, estos
deben ser detectados y manejados a tiempo por profesionales sanitarios competentes y
solícitos.

Salud mental del adolescente – Nota descriptiva

Consumo de alcohol y drogas

En muchos países el consumo de alcohol en la adolescencia suscita gran preocupación.


Puede reducir el autocontrol y alimentar comportamientos arriesgados, como las
prácticas sexuales de riesgo o la conducción peligrosa, y es una causa subyacente de
lesiones (en particular a consecuencia de accidentes de tránsito), violencia y muerte
prematura. También puede engendrar problemas de salud que aparezcan en una etapa
posterior de la vida y afecta a la esperanza de vida. Más de una cuarta parte de las
personas de entre 15 y 19 años del mundo, lo que supone 155 millones de adolescentes,
son consumidores actuales de alcohol. En 2016, la prevalencia de ingesta episódica de
grandes cantidades de alcohol en adolescentes de entre 15 y 19 años fue del 13,6%,
estando los varones expuestos al mayor nivel de riesgo.

El cannabis es la droga psicoactiva que más utilizan los jóvenes: alrededor de un 4,7%
de las personas de 15 a 16 años lo consumieron al menos una vez en 2018. El consumo
de alcohol y drogas por parte de niños y adolescentes viene asociado a alteraciones
neurocognitivas que más adelante pueden generar problemas de comportamiento,
emocionales, sociales o académicos.

La prevención del consumo de alcohol y drogas es un importante ámbito de trabajo en


materia de salud pública, labor que puede pasar por estrategias e intervenciones
dirigidas a la población y actividades en la escuela, la comunidad, la familia o a nivel
individual. Entre las principales fórmulas para reducir el consumo de alcohol en la
adolescencia están el establecimiento de una edad mínima para comprar y consumir
alcohol y la eliminación de la mercadotecnia y la publicidad dirigidas a los menores.

Consumo de tabaco

La inmensa mayoría de las personas que hoy en día consumen tabaco empezaron a
hacerlo en la adolescencia. Es crucial prohibir la venta de productos de tabaco a los
menores (menos de 18 años) y aumentar el precio de los productos del tabaco
gravándolos con impuestos más elevados, prohibir la publicidad del tabaco y garantizar
espacios libres de humo. A escala mundial, al menos 1 de cada 10 adolescentes de entre
13 y 15 años consume tabaco, aunque hay zonas donde esta cifra es mucho más alta.

VIH/sida

Según los cálculos, en 2019 había 1,7 millones de adolescentes (de entre 10 y 19 años)
que vivían con el VIH, de los que alrededor del 90% estaban en la Región de África de
la OMS (3). Si bien las nuevas infecciones de adolescentes han ido cayendo
sustancialmente desde el pico máximo registrado en 1994, este grupo de edad todavía
representa alrededor de un 10% del total de nuevas infecciones de adultos por el VIH.
Dentro de ese porcentaje, tres cuartas partes corresponden a chicas (4). Además,
aunque las nuevas infecciones pueden haber disminuido en muchos de los países más
gravemente afectados, la cobertura de las pruebas realizadas últimamente sigue siendo
baja, lo que deja pensar que quizá muchos adolescentes y jóvenes adultos vivan con el
VIH sin saberlo (5).

Los adolescentes que viven con el VIH tienen peor acceso a tratamiento antirretroviral y
en ellos se observan índices más bajos de cumplimiento del tratamiento, permanencia
en el proceso asistencial y supresión de la carga vírica. Un factor básico que contribuye
a ello es la escasa prestación de servicios adaptados a los adolescentes, que incluyan
apoyo e intervenciones psicosociales.

Los adolescentes y los jóvenes adultos deben saber cómo protegerse de la infección por
el VIH y también deben tener los medios para hacerlo, lo que significa en particular que
puedan tener acceso a intervenciones de prevención (como la circuncisión médica
masculina voluntaria, preservativos y profilaxis anterior a la exposición) y mejor acceso
a servicios de prueba y asesoramiento en relación con el VIH, y que además haya nexos
más sólidos con los servicios de tratamiento contra el VIH para aquellos que den
resultado positivo.

Otras enfermedades infecciosas

Gracias a la mejora de la vacunación infantil, se ha registrado una marcada disminución


de la mortalidad y la discapacidad de adolescentes debidas al sarampión. Entre 2000 y
2012, por ejemplo, la mortalidad de adolescentes por sarampión cayó en un 90% en la
Región de África.
Según las estimaciones, la diarrea y las infecciones de las vías respiratorias inferiores
(neumonía) se encuentran entre las 10 principales causas de mortalidad de adolescentes
de entre 10 y 14 años. Estas dos enfermedades, junto con la meningitis, figuran entre las
cinco principales causas de mortalidad de adolescentes en los países africanos de
ingresos bajos y medianos.

Ciertas infecciones, como la causada por el virus del papiloma humano (VPH), que suele
darse una vez que la persona empieza a tener relaciones sexuales, pueden provocar
enfermedades a corto plazo (verrugas genitales) durante la adolescencia, pero lo más
importante es que también dan lugar a cánceres cervicales y otros cánceres varios
decenios después. La primera adolescencia (de 9 a 14 años) es el momento óptimo para
vacunar contra la infección por el VPH. Se calcula que, si el 90% de las niñas del mundo
recibiera la vacuna contra el VPH, se podrían salvar más de 40 millones de vidas en el
curso del próximo siglo. Según las estimaciones, sin embargo, en 2019 solo recibieron
la vacuna un 15% de las niñas del mundo.

Papilomavirus humanos y cáncer cervicouterino – Nota descriptiva

Embarazos y partos precoces

Cada año, aproximadamente 12 millones de adolescentes y jóvenes de entre 15 y 19


años, y al menos 777 000 niñas menores de 15 años, dan a luz en regiones en desarrollo.
Las complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto se encuentran entre las
principales causas de mortalidad entre las jóvenes de 15 a 19 años en todo el mundo.

La División de Población de las Naciones Unidas muestra que, en 2020, la tasa mundial
de natalidad entre las adolescentes asciende a 41 partos por 1000 chicas de esa edad
y, en función de los países, oscila entre 1 y más de 200 por 1000 (6). Esas cifras indican
un marcado descenso desde 1990, que se refleja asimismo en la disminución de las
tasas de mortalidad materna de las jóvenes de 15 a 19 años.

Una de las metas específicas del Objetivo de Desarrollo Sostenible relacionado con la
salud (ODS 3) consiste en garantizar, de aquí a 2030, el acceso universal a los servicios
de salud sexual y reproductiva, incluidos los de planificación familiar, información y
educación y la integración de la salud reproductiva en las estrategias y los programas
nacionales.
Las adolescentes necesitan una educación sexual completa, es decir, un proceso
didáctico basado en un currículo sobre los aspectos cognitivos, emocionales, físicos y
sociales de la sexualidad. Es algo a lo que tienen derecho. Mejorar el acceso a la
información y los servicios de anticoncepción puede hacer que disminuya el número de
jóvenes que quedan embarazadas y dan a luz a una edad demasiado temprana. También
puede ser útiles leyes por las que se prohíba contraer matrimonio antes de los 18 años.

Las jóvenes que quedan embarazadas deben poder recibir una atención prenatal de
calidad. Cuando la ley lo permita, las embarazadas que decidan poner término a su
embarazo han de tener acceso a un aborto seguro.

Embarazo en la adolescencia – Nota descriptiva

Nutrición y carencia de micronutrientes

En 2019, la anemia por carencia de hierro fue la segunda causa principal de años
perdidos por fallecimiento o discapacidad entre los adolescentes. Los suplementos de
hierro y ácido fólico son una solución que también ayuda a mejorar la salud antes de que
los adolescentes se conviertan en padres. Se recomienda administrar regularmente a los
adolescentes un tratamiento vermífugo en aquellas zonas con presencia frecuente de
helmintos intestinales, como los anquilostomas, a fin de prevenir deficiencias de
micronutrientes (como el hierro).

Desarrollar en la adolescencia unos buenos hábitos de alimentación sana es


fundamental para gozar de una buena salud en la edad adulta. Asimismo, reducir la
comercialización de alimentos ricos en grasas saturadas, ácidos grasos trans, azúcares
libres o sal, y ofrecer acceso a alimentos sanos son medidas importantes para todos,
pero en particular para los niños y los adolescentes.

Desnutrición y obesidad

Muchos niños y niñas de países en desarrollo padecen desnutrición cuando llegan a la


adolescencia, lo que los hace más propensos a contraer enfermedades y morir a una
edad temprana. En el lado opuesto, el número de adolescentes con exceso de peso u
obesidad está aumentando en los países de ingresos bajos, medios y altos.
A nivel mundial, en 2016, más de uno de cada seis adolescentes de 10 a 19 años tenía
sobrepeso. La prevalencia variaba según las regiones de la OMS, y oscilaba entre menos
del 10% en la Región de Asia Sudoriental y más del 30% en la Región de las Américas.

Actividad física

La actividad física aporta beneficios para la salud sumamente importantes en los


adolescentes, entre ellos la mejora de la capacidad cardiorrespiratoria y muscular, de la
salud ósea, el mantenimiento de un peso corporal saludable y beneficios
psicosociales. La OMS recomienda que los adolescentes realicen al menos 60 minutos
de actividad física de moderada a intensa de promedio diario a lo largo de la semana,
por ejemplo mediante juegos o deportes, actividades de desplazamiento (como el
ciclismo o caminar) o la educación física.

Se calcula que, a nivel mundial, solo 1 de cada 5 adolescentes cumplen estas directrices.
La prevalencia de la falta de actividad es elevada en todas las regiones de la OMS, y es
más alta entre las adolescentes en comparación con los adolescentes varones.

Para aumentar los niveles de actividad, los países, las sociedades y las comunidades
deben crear entornos y oportunidades seguros y propicios para que todos los
adolescentes puedan realizar actividad física.

Derechos de los adolescentes


Los derechos del niño (persona menor de 18 años) a sobrevivir, crecer y desarrollarse
se recogen en diversos instrumentos jurídicos internacionales. En 2013, el Comité de los
Derechos del Niño, encargado de vigilar el cumplimiento de la Convención sobre los
Derechos del Niño, publicó directrices sobre el derecho de los niños y los adolescentes
al goce del grado máximo de salud que se pueda lograr. Asimismo, en 2016 se publicó
una Observación general sobre el cumplimiento de los derechos de los niños durante la
adolescencia. En las publicaciones se ponen de relieve las obligaciones de los Estados
de reconocer los derechos y necesidades de salud y de desarrollo de los adolescentes y
las personas jóvenes.

La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la


Mujer establece también los derechos de las mujeres y las niñas a la salud y a una
atención de salud adecuada.
Respuesta de la OMS
En mayo de 2017, la OMS publicó un importante informe: Aceleración mundial de las
medidas para promover la salud de los adolescentes (Guía AA-HA!): Orientación para la
aplicación en los países. La Guía AA-HA! se basa en las aportaciones recibidas tras un
amplio proceso de consultas con los Estados Miembros, los organismos de las Naciones
Unidas, los adolescentes y los jóvenes, la sociedad civil y otros asociados. Su objetivo
consiste en prestar asistencia a los gobiernos a la hora de decidir qué prevén hacer, y
cómo, para responder a las necesidades sanitarias de los adolescentes en sus países.
Este documento de referencia va dirigido a los formuladores de políticas y a los gestores
de programas nacionales para ayudarlos a planificar, aplicar, seguir y evaluar los
programas de salud del adolescente. Se ha formado a equipos de 68 países en la
aplicación de la Guía AA-HA! por lo que respecta a la determinación de las prioridades
nacionales, la programación, el seguimiento y la evaluación, y muchos países están
utilizando este enfoque para actualizar las estrategias y políticas nacionales.

Para mejorar las mediciones sobre la salud del adolescente en todo el mundo, la OMS,
en colaboración con el ONUSIDA, la UNESCO, el UNFPA, el UNICEF, ONU-Mujeres, el
Banco Mundial y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), ha establecido el Grupo
Consultivo sobre la Acción Mundial para la Medición de la Salud del Adolescente
(GAMA). GAMA proporciona orientación técnica a la OMS y a los organismos asociados
de las Naciones Unidas para definir un conjunto básico de indicadores de la salud del
adolescente con miras a armonizar las medidas sobre la medición y presentación de
informes en ese campo.

De forma general, la OMS desempeña toda una serie de funciones para mejorar la salud
de los jóvenes, en particular:

 establece directrices basadas en datos científicos para prestar apoyo a los


servicios de salud y otros sectores;
 formula recomendaciones a los gobiernos sobre la salud de los adolescentes y los
sistemas de salud adaptados a los adolescentes, entre otras cosas en relación
con la oferta a este grupo de servicios de salud de alta calidad y diseñados en
función de la edad;
 documenta los progresos realizados en materia de salud y desarrollo del
adolescente; y
 promueve la toma de conciencia sobre cuestiones de salud de los jóvenes entre
el público en general y entre las diferentes partes interesadas.
 aboga, junto con gobiernos y en colaboración con organizaciones de jóvenes y al
servicio de los jóvenes, por apoyar el establecimiento de estructuras y procesos
nacionales para institucionalizar la participación del adolescente en los diálogos
relativos a las esferas pertinentes de políticas públicas, financiación y aplicación
de programas.

En este capítulo revisaremos aquellos aspectos de la reforma de salud que impulsa el


gobierno, dirigidas a mejorar la protección social en salud para niños y adolescentes.
Destacaremos dos ejes: (1) el desarrollo programático y la cooperación intersectorial, (2)
la creación del Sistema Nacional Integrado de Salud y la política de fortalecimiento de
Servicios Públicos. El capítulo se cierra con una evaluación de diversos aspectos de las
reforma de salud. Son avances tentativos, a tan solo unos meses de aprobadas las
principales leyes de reforma. 3.1 El desarrollo programático y la cooperación
intersectorial Uno de los principales problemas de la política de salud consistía en la
debilidad de lineamientos programáticos generales que permitan dar sentido a la
diversidad de políticas y acciones públicas que impulsa el Estado. La ausencia de marco
generaba consecuencias negativas de diverso signo. Por un lado alienta la superposición
de servicios y el derroche de recursos. Por otro lado permite que se generen “huecos”
en la cobertura necesidades integrales de las personas. Este es un aspecto crítico de las
funciones de Rectoría del MSP, que exige formular política sectorial, desarrollar
programas específicos, pero también fomentar la cooperación intersectorial. En el campo
político programático hay tres desarrollos fundamentales, vinculados específicamente
con la temática de la niñez y la adolescencia, totalmente novedosos.
DESEMPEÑO EN EL CAMPO DEL DERECHO
Esta sección presenta los avances registrados en los indicadores seleccionados por el
CEE para verificar el cumplimiento de la CDN. Los indicadores se presentan
diferenciados por grupo de edad14. En la sección final se presenta una selección de las
normativas aprobadas por el gobierno para el cumplimiento de los objetivos de la matriz
de la ENIA. Se omiten las leyes de la reforma del sistema de salud, que fueron
consideradas anteriormente.
SERVICIOS DE SALUD
• Aprovechar las oportunidades institucionales y sociales que existen para multiplicar los
puntos de entrada al sistema de salud. O el momento educativo es una oportunidad para
el seguimiento integral, el control y la educación en salud del niño y muy especialmente
del adolescente. Un ejemplo excelente ha sido la introducción de la educación en salud
sexual y reproductiva en la currículo de la enseñanza. O fomentar las campañas
territoriales, con base en centros educativos y/o sociales, que combinen recursos
público-privados. Como ejemplo posible, la experiencia del programa de Salud Bucal de
Presidencia de la República. O las nuevas Asignaciones Familiares pueden ser utilizadas
como una herramienta para alentar la práctica y la cultura del control en salud de niños
y adolescentes. El MSP debe aprovechar esa oportunidad.
• La Medicina Intensiva y la Emergencia Pediátrica han tenido un desarrollo muy
importante en el país. Pero es necesario analizar las prioridades del país, contrastando
la disponibilidad de recursos y necesidades del país. O es preciso continuar avanzando
en fortalecer el primer nivel de atención en su capacidad de respuesta. Es allí donde se
resuelven la mayoría de los problemas de salud y donde se evita la generación de
episodios agudos, que derivan en sobre-utilización de servicios de medicina crítica. O las
intervenciones de alta tecnología que financia el Fondo Nacional de Recursos también
deberían contar con un acompañamiento adecuado desde el primer nivel de atención,
para el seguimiento y la contención del paciente intervenido.
• Algunos tratamientos y técnicas de gran complejidad se deberían centralizar, para
optimizar recursos y evitar superposiciones. La política de complementación asistencial
debería propender a ello. Por ejemplo, algunos servicios del Hospital de Niños podrían
funcionar como referencia para todo el SNIS (ej. Traumatología, Hemato-oncología, CTI,
Quemados, etc.), lo que permitiría optimizar y racionalizar infraestructuras y dotaciones
de recursos humanos.

BIBLEOGRAFIA:
https://odsal.oducal.com/documentos/situacion%20de%20ninos%20sin%20cuida
do%20parental%20-%20normativa%20_1499714966.pdf
https://www.paho.org/es/temas/salud-adolescente
BIBLEOGRAFIA
https://www.un.org/es/chronicle/article/la-salud-mundial-antes-y-
ahora#:~:text=La%20salud%20mundial%20se%20ha,ciudadanos%20de%20todo%20el%20mundo.
https://elordenmundial.com/mapas/mapa-tasa-suicidios-mundo
Sistemas electrónicos de administración de nicótica y sistemas similares sin nicotina (SEAN/SESN) [en
línea]. Decisión de la OMS, Conferencia de las Partes en el Convenio Marco de la OMS para el Control del
Tabaco, séptima reunión, FCTC/COP/7(9), 2016

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