Pedagogía Humanista

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Pedagogía humanista

La pedagogía humanista es el estudio pedagógico que considera la educación como un


fenómeno intelectual, cultural e histórico y usa la hermenéutica como método básico de
conocimiento para comprender el significado de los estados psicológicos de una persona e
interpretarlos en relación con su significado.
La realidad educativa es siempre el resultado de un desarrollo histórico y biográfico, lo que significa
que solo se puede comprender el significado de una situación educativa si incluye la historia del
alumno y la historia de los que lo rodean. Además, la pedagogía humanista postula una relativa
autonomía de la educación. El concepto de orientación hacia la vida, que lidera el trabajo social en
la actualidad, también se refiere a la pedagogía humanista en su énfasis en la importancia de la
vida cotidiana.
La pedagogía humanista se desarrolló a principios del siglo XX, siglo de creciente especialización
pedagógica. En ese momento hubo una expansión de los campos de trabajo pedagógicos basados
en la comprensión de la importancia de la educación. Esto abrió oportunidades para la pedagogía
institucionalizada y profesional, con un nuevo tipo de enfoque científico que era apropiado para la
práctica cambiada. La pedagogía humanista se vio a sí misma como una base teórica de esta
situación histórica especial. 1 Interpretó la nueva situación social con la intención de lograr una
comprensión coherente de la acción pedagógica plausible y vinculante.
La pedagogía se estableció más tarde como un área independiente de investigación y enseñanza
en las universidades. Las primeras sillas se llenaron en la década de 1920. Antes de eso, la
pedagogía estaba vinculada a otras tareas como la filosofía o la psicología en relación con la
pedagogía. La pedagogía humanista es un término colectivo para la dirección predominante que se
ancló en las universidades y ganó considerable influencia en este sentido.
Ideas como las propagadas por Rousseau deben ser cuestionadas de manera crítica y constructiva
y desarrolladas metódicamente de manera consistente.
La pedagogía humanista se había fijado la tarea de comprender la realidad de la educación, su
desarrollo y sus principios. Al hacerlo, trató de proporcionar una base teórica para la realidad de la
educación que se basa en la práctica y la refleja. A su vez, esta teoría, científicamente aclarada,
debería servir como guía y tranquilidad para los profesionales pedagógicos. Con el concepto de
una teoría de la práctica hacia la práctica, se debe mostrar la dimensión pedagógica en el desarrollo
histórico . Esta práctica pedagógica era sobre todo basada en enfoques pedagógicos de reforma,
que luego servirían como orientación en la actividad práctica actual como teorías científicas.
Los principales representantes de esta dirección de la ciencia educativa fueron, en la primera
generación: Wilhelm Dilthey, Herman Nohl, Theodor Litt, Eduard Spranger, Max Frischeisen-
Köhler y en la implementación de la política escolar Georg Kerschensteiner. En la segunda
generación merece una mención especial : Wilhelm Flitner, Erich Less, Otto Friedrich
Bollnow y Fritz Blättner .
La pedagogía humanista perdió en gran medida su importancia debido al giro realista de la
década de 1960 propagado por Heinrich Roth, que se caracterizó por la orientación hacia
el empirismo y la crítica idealista y fue reemplazada por una ciencia educativa claramente orientada
a las ciencias sociales.

Como movimiento prolífico, del humanismo surgieron muchos pensadores de renombre e


importancia histórica y filosófica. Entre ellos podemos encontrar a:

 Dante Alighieri (1265-1321)


 Francesco Petrarca (1304-1374)
 Giovanni Boccaccio (1313-1375)
 Leonardo Bruni (1370-1444)
 Giovanni Pico Della Mirandola (1463-1494)
 Erasmo de Róterdam (1466-1536)
 Tomás Moro (1478-1535)
 Michel de Montaigne (1533-1592)
 Nicolás Maquiavelo (1469-1527)
 François Rabelais (1494-1553)

Hacia una educación humanista


 
La educación, desde el nivel más básico hasta el grado académico más alto (doctorado o
posdoctorados), forma cada generación para insertarse, retribuir y aportar para la construcción de
una sociedad más justa e imparcial. Se debe luchar por una sociedad más equitativa y solidaria con
el auxilio del sistema educativo, lo cual implica iniciativas políticas que den esperanzas y estímulo a
ese arduo compromiso. Actualmente, con la ayuda de las tecnologías de información como
herramienta de apoyo para los estudiantes, se trabaja para estimular la ambición por aprender y
satisfacer las necesidades de conocimiento.
 
La educación en nuestros días presenta una preocupación para nuestra sociedad, ante la tendencia
de los jóvenes por aprender apresuradamente, con el fin de incorporarse con mayor rapidez a la
fuerza de trabajo de la sociedad. La actividad educativa y la inmersión en un mundo tan acelerado,
dificultan la visión de calidad, donde instruir se ha convertido en un asunto mecánico dirigido a
obtener productos explícitos.
 
Desde esta perspectiva, se considera el trabajo de formar a los educandos como una
responsabilidad de inigualable compromiso, ante la huella que como docente se dejará en el
estudiante y la de este en la sociedad; por ende, urge que el estudiante se desarrolle plenamente
como persona, a sabiendas de que el objetivo final de la educación no es la perfección; por el
contrario, es la preparación para la vida. Debe considerarse la existencia de ciertas habilidades en
la naturaleza humana, frecuentes en todos, las cuales componen el caudal de las energías
principales del hombre, sin importar su clase social y vocación.

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