La Enfermedad de Wilson

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La enfermedad de Wilson (EW)

Causa:

La enfermedad de Wilson se hereda como un rasgo autosómico recesivo, lo que significa


que para padecer la enfermedad se debe heredar una copia del gen defectuoso de cada
padre. Si se recibe un solo gen anormal, no se padecerá la enfermedad, aunque se
considerará portador y es posible que los hijos hereden el gen

Se caracteriza por una alteración en el metabolismo del cobre que ocasiona su acumulo
en diferentes tejidos, principalmente hígado, núcleos basales y córnea, lo que origina las
múltiples manifestaciones clínicas de la enfermedad.

El paciente con enfermedad de Wilson, tiene baja concentración de la proteína


transportadora de cobre, llamada ceruloplasmina, por lo tanto, el cobre quda libre y se
deposita en los órganos, en especial, los núcleos de la base del sistema extrapiramidal, ,
el putamen y lenticular e hígado.

En el ojo, su depósito en la membrana de Descemet da lugar al anillo de KayserFleischer.


Otros tejidos preferentemente afectados son riñón, articulaciones y membrana de los
glóbulos rojos.

Si bien el cobre libre puede eliminarse por orina al incorporarse, con facilidad, a ciertos
tejidos del organismo provocando daño tisular., siendo el daño hepático en esta enfermedad
el más importante.

El diagnóstico y tratamiento precoz son fundamentales ya que, al ser una enfermedad


progresiva, se evitarían las importantes secuelas que pueden llegar a ocasionar la muerte
antes de los 50 años.

CLÍNICA

La enfermedad se diagnostica la mayoría de las veces entre los 5 a 35 años , con un pico de
mayor incidencia a los 20 años.
Las manifestaciones clínicas de la EW son muy diversas y están influidas por la evolución
de los depósitos de cobre. No obstante, los principales síntomas suelen ser hepáticos en
las primeras fases de la enfermedad y neurológicos o neuropsiquiátricos en estadios más
avanzados. Solo ocasionalmente puede ocurrir que el paciente consulte por síntomas
exclusivamente neurológicos, pero los estudios evolutivos evidencian lesión hepática.
Aproximadamente un tercio de los niños presenta síntomas clínicos relacionados con la
EW, preferentemente hepáticos. Entre los más frecuentes se encuentran ictericia, epistaxis,
dolor abdominal, edema en miembros inferiores y ascitis. Otros síntomas derivan del
depósito en la membrana de hematíes y túbulo renal, como anemia hemolítica. proteinuria,.
La presentación en forma de fallo hepático fulminante ocurre hasta en el 3,5% de los
pacientes. Su base anatomopatológica es de necrosis lobulillar sobre cirrosis.

. En estos casos de fallo agudo, el transplante hepático es la única opción terapéutica que
puede evitar el fallecimiento de los pacientes

El 50% de adolescentes con enfermedad de Wilson tiene síntomas neurológicos.

Su causa es la afectación extrapiramidal o cerebelosa y, clínicamente, se manifiesta con


temblor en reposo e intencional, rigidez, exceso de salivación, discinesia, disartria, disfagia,
ataxia y movimientos coreicos.

. Sin embargo, el ideal para obtener la mejor respuesta al tratamiento es captar lo más
precozmente posible los signos que permitan sospechar la enfermedad en la fase inicial,
como son bajo rendimiento escolar, alteraciones sutiles en la movilidad fina, alteraciones
en fonética y en escritura y/o trastornos del comportamiento.

No se ha observado deterioro intelectual ni anomalías sensitivas.

Entre el 10 y el 20% de los casos, generalmente pacientes jóvenes y adultos, pueden


cursar con manifestaciones psiquiátricas, afectivas, conductuales, neuróticas o incluso
psicóticas. La resonancia magnética cerebral muestra en estos pacientes cambios
característicos en los ganglios basales, tálamo y núcleo dentado, junto con atrofia cortical
generalizada y aumento del tamaño de los ventrículos.
El anillo de Kaiser-Fleischer, un hallazgo típico en la enfermedad, es raro encontrarlo en
niños menores de 7 años de edad. Está presente en más del 90% de los pacientes que tienen
manifestaciones neurológicas y su diagnóstico exige la utilización de lámpara de hendidura.

Diagnóstico: dosaje de ceruloplasmina, y en orina, aumento de la eliminación de cobre.

Tratamiento: si bien la enfermedad de Wilson no tiene cura, si se puede tratar y de esta


manera evitar el daño hepático y neurológico.

El tratamiento consiste en eliminar absolutamente todo lo que contenga cobre en la dieta,


aún si se consume agua, hay que descartar que las cañerías no sean de cobre.

Se administra también una sustancia , llamada EDTA, que es quelante, significa que el
cobre que pudiera existir en la luz intestinal, se une a este fármaco y es eliminado por las
deposiciones.

Corea de Huntington

La enfermedad de Huntington (EH) es una enfermedad hereditaria, autosómica


dominante y progresiva , que se manifiesta a través de alteraciones neurológicas y
psiquiátricas y trastornos cognitivos

EL gen asociado a la EH se descubrió en 1993, . Localizado en el brazo corto del


cromosoma 4,

La edad de inicio de la sintomatología se sitúa dentro de un amplio intervalo, que puede ir


desde los 10 hasta los 60 años o más. Numerosos investigadores afirman que es frecuente
que aparezca en edades medias de la vida, entre los 35 y los 50 años, con una edad
promedio de vida restante de 10-20 años, y afecta de igual forma a hombres y a mujeres

Los trastornos motores son los síntomas más llamativos de esta enfermedad en los
estadios iniciales. Suelen manifestarse en forma de tics, que se pueden acompañar de
ciertos estados de agitación y perjudicar la vida cotidiana del paciente; paulatinamente,
dichos movimientos son cada vez más frecuentes, y se hacen finalmente evidentes en la
cabeza, el cuello y las extremidades. Los movimientos coreicos, son bruscos, involuntarios,
de la musculatura proximal, acompañados de gesticulación facial. Los pacientes terminan
por manifestar marcadas alteraciones al caminar, hablar o comer, e incluso, también es
frecuente que presenten rigidez, bradicinesia o acinesia, distonía, trastornos de los
movimientos voluntarios y de los oculares,

 Los trastornos psiquiátricos son también manifestaciones frecuentes de la EH .


Su prevalencia varía entre un 35 y un 73% de los pacientes ,sin embargo, no suelen
seguir el mismo patrón en todos los casos y, más que específicos, suelen abarcar una
gran variedad de trastornos, como síntomas esquizoides, depresión, ansiedad,
trastornos de personalidad, irritabilidad, impulsividad, abuso de sustancias, trastornos
de la conducta sexual, apatía, agresividad, drogodependencia y fobias Retraimiento
social, Insomnio, Fatiga y pérdida de energía. Ideas frecuentes sobre la muerte, el
morir o el suicidio

Los trastornos cognitivos en la EH suelen manifestarse a través de alteraciones en el


habla (lenguaje disártrico), enlentecimiento de los procesos mentales (bradifrenia o
bradipsiquia)), alteraciones de la memoria reciente –principalmente se alteran los
procesos de recuperación de la información–, problemas de atención, alteraciones
visuoespaciales y de las funciones ejecutivas (déficit de planificación y secuenciación)

Se ha informado de que existen diferencias entre las formas de inicio juvenil o aparición
temprana de la enfermedad (antes de los 20 años) y las de aparición tardía (después de los
55 años). Las formas de inicio juvenil ocurren en un 3-10% de todos los casos de EH y se
han asociado con un predominio de transmisión de la enfermedad por vía paterna,
mayor presencia de hipocinesia, rigidez y crisis epilépticas

Por otro lado, se calcula que entre un 10 y un 15% de las personas portadoras del gen
suelen presentar la EH tardíamente , lo que se asocia a un predominio de transmisión de
la enfermedad por vía materna, menor atrofia neuronal, un curso evolutivo más lento ,
presencia de trastornos cognitivos leves e incluso, en algunos casos, ausencia de ellos , a lo
que hay que añadir una baja frecuencia, de alrededor de un 2%, de crisis epilépticas

. Los estudios emprendidos con sujetos asintomáticos han demostrado que el deterioro de
los procesos cognitivos puede comenzar a producirse mucho antes de que se pueda realizar
un diagnóstico clínico de la enfermedad. La responsable de la aparición de muchos de
dichos déficit es una disfunción de los circuitos frontosubcorticales.

Síntomas de la enfermedad de Huntington juvenil

Cuando la enfermedad se presenta antes de los 20 años.

El comienzo y la progresión de la enfermedad de Huntington en personas jóvenes pueden variar


levemente en comparación con los adultos. Algunos de los problemas que, generalmente, se
observan en la etapa temprana del curso de la enfermedad son:
Cambios en el comportamiento

Pérdida de habilidades físicas o académicas previamente aprendidas

Disminución rápida y significativa del desempeño escolar general

Problemas de conducta

Cambios físicos

Músculos contraídos y rígidos que afectan la marcha (especialmente, en niños pequeños)

Cambios en las habilidades motoras finas, que pueden observarse en habilidades como la
escritura a mano

Temblores o movimientos involuntarios leves

Convulsiones.

Evolución de la enfermedad.

 El tiempo desde la aparición de la enfermedad hasta la muerte por lo general es de 10 a


30 años.

La enfermedad de Huntington juvenil suele provocar la muerte dentro de los 10 años a


partir de la aparición de los síntomas.

A la larga, una persona que padece la enfermedad de Huntington requerirá ayuda con todas
las actividades de la vida diaria y atención. En las etapas finales de la enfermedad, la
persona quedará postrada en una cama y no podrá hablar. Sin embargo, por lo general,
podrá comprender el idioma y reconocerá a los amigos y familiares.

La depresión clínica relacionada con la enfermedad de Huntington puede incrementar el


riesgo de suicidio. Algunas investigaciones sugieren que el mayor riesgo de suicidio se da
antes de que se realice el diagnóstico y en las etapas intermedias de la enfermedad, cuando
la persona comienza a perder independencia.

Las causas de muerte frecuentes comprenden las siguientes: Neumonía u otras


infecciones, lesiones relacionadas con caídas, suicidio

No existe tratamiento. Es importante el estudio genético, si hay antecedentes familiares de


la enfermedad, para el consejo genético.

DISTONÍAS.

La distonía, es un trastorno del tono muscular, por lesión a nivel del sistema extrapiramidal,
que consiste en un tono muscular cambiante: por momentos el paciente es hipertónico,
luego hipotónico y por momentos puede tener un tono normal (eutónico),

Las distonías se clasifican en:

1- localizadas

2- generalizadas.

La distonía de torsión,es la forma generalizada, previamente denominada distonía


muscular deformante, , es una distonía poco común que puede ser hereditaria, comienza
generalmente en la niñez y empeora progresivamente. Puede dejar a los pacientes
seriamente incapacitados y confinados a una silla de ruedas.

Distonías localizadas.

1- La tortícolis espasmódica o tortícolis, es la más común de las distonías localizadas.

En los casos de tortícolis, los músculos del cuello que controlan la posición de la cabeza se
ven afectados, haciendo que la cabeza se doble hacia un lado.
Además, la cabeza se va hacia delante o hacia atrás. Cuando es llevada hacia adelante, se
llama antecolix y si es llevada hacia atrás, retrocolix.

La tortícolis puede ocurrir a cualquier edad, aunque la mayoría de los pacientes padecen
los síntomas iniciales en la edad mediana. Comienza a menudo lentamente y generalmente
se vuelve estacionaria.

Cerca del 10 al 20 por ciento de los pacientes con tortícolis sufren una remisión espontánea
(disminución de la gravedad de los síntomas), pero desafortunadamente la remisión puede
que no sea duradera.

2- El blefaroespasmo, la segunda distonía focal más común, es el cierre involuntario y


forzado de los párpados.

Los primeros síntomas pueden incluir un parpadeo incontrolable. Puede que solamente un
ojo se vea afectado inicialmente, pero eventualmente la enfermedad afecta a ambos ojos.
Los espasmos pueden hacer que los párpados permanezcan cerrados constantemente,
causando ceguera funcional aunque los ojos y la visión sean normales.

3- La distonía craneal es un término usado para describir la distonía que afecta a los
músculos de la cabeza, la cara y el cuello.
4- La distonía oromandibular afecta a los músculos de la mandíbula, los labios y la
lengua. La mandíbula puede abrirse o cerrarse completamente, dificultando la acción de
tragar y el habla.

Distonía oromandibular

5- La disfonía espasmódica afecta a los músculos de la garganta que controlan el habla.


También llamada disfonía espástica o distonía de la laringe, causa quebraduras en la voz
y dificultades en el habla, tales como un habla forzosa y entrecortada con la respiración.
El síndrome de Meige es la combinación del blefaroespasmo y la distonía oromandibular y
a veces la disfonía espasmódica. La tortícolis espasmódica se puede clasificar como un tipo
de distonía craneal.

5- El calambre del escritor es una distonía que afecta a los músculos de la mano y a veces
del antebrazo y ocurre solamente durante la escritura..

La distonía de torsión, también conocida como distonía muscular deformante, es


una enfermedad heredofamiliar, caracterizada por espasmos tónicos de los músculos del
cuello y del tronco, como también de la raíz de los miembros, lo que da lugar a posturas
corporales estrafalarias, como incurvaciones del tronco, movimientos de rotación de los
miembros, muecas, contorciones. A pesar que la distonía de torsión se trata de una afección
de carácter hereditario y recesivo, existe también una variedad postencefalítica que se
observó en la epidemia de encefalitis letárgica luego de la Primera Guerra Mundial.
Cuando es de carácter hereditario, la enfermedad se inicia en la infancia entre los
cinco y once años, con ligero predomino masculino.
Anatomía patológica

En la distonía de torsión las lesiones radican en el cuerpo estriado, prevalentemente; pero


también se comprueban en la corteza cerebral, el tálamo, el cuerpo de Luys, la sustancia
negra y el núcleo dentado. Se trata de lesiones neuronales degenerativas, con notable
reacción de la glia, predominantemente a nivel del núcleo caudado y del putamen. En las
formas postencefalíticas, las lesiones son de tipo inflamatorio; en el hígado se comprueba
una cirrosis macronodular no constante.

Cuadro clínico

Se observa en los sujetos afectados la instalación de movimientos involuntarios, suscitados


por la estación de pie y de la marcha, que afectan sobre todo al tronco y a las porciones
proximales de las extremidades y que determinan posturas extravagantes y variadas. Por
ejemplo, el individuo se retuerce, coloca la cabeza en rotación, flexiona, extiende o tuerce
los miembros sobre su eje. Los movimientos son lentos y reptantes y se parecen a la
atetosis. El tono muscular se presenta variable, alternando entre la hipotonía y la hipertonía;
la primera verificable en el reposo, y la segunda durante los movimientos; de ahí el nombre
de distonía. En decúbito, el enfermo no presenta trastornos, pero los desencadena cualquier
emoción o movimiento.

Evolución

La evolución es crónica y a veces se comprueba la conversión en otros cuadros


extrapiramidales, por ejemplo enfermedad de Parkinson. En general, los enfermos no curan
y a veces presentan remisiones y suelen fallecer por procesos intercurrentes.

Tratamiento
Se emplea: escopolamina, Artane,, Botox, etc. La mejor terapeútica es la neuroquirúrgica,
con la colocación de un neuroestimulador.

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