Normas de Bioseguridad en Consultorio de Ginecologia y Obstetricia 1
Normas de Bioseguridad en Consultorio de Ginecologia y Obstetricia 1
Normas de Bioseguridad en Consultorio de Ginecologia y Obstetricia 1
DE GINECOLOGIA Y OBSTETRICIA
Introducción
El personal que trabajan en el consultorio Ginecología y Obstetricia están
expuestos a una gran variedad de microorganismos desde esporas, bacterias,
hongos, virus y protozoarios que pueden encontrarse en la sangre y/o fluidos.
Cualquiera de estos microorganismos puede causar una enfermedad
infectocontagiosa a través de pinchazos y/o salpicaduras producidas y de una
manera indirecta en el momento de limpiar el instrumental o eliminar los
desechos.
Por otro lado, los microorganismos más comunes son virus: hepatitis B (VHB),
hepatitis C (VHC)< hepatitis simple (tipo I y II) y el virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH). Existen otros virus que pueden ser transmitidos en el consultorio
Gineco – Obstetricia, entre ellos están la rubeola, varicela zoster, Epstein-barr,
citomegalovirus, papiloma humano (VPH). El contagio puede establecerse por
contacto directo con sangre, fluidos, o por contacto indirecto con instrumentos,
equipos y superficies ambientales contaminadas. Sin embargo, para que exista
una infección se requiere que tres condiciones estén presentes (cadena de la
infección:)
2. Barreras protectoras.
Barreras protectoras
Las salpicaduras de productos biológicos contaminados de origen genital
suponen un riesgo de contagio cuando entran en contacto con la mucosa
conjuntival, o bien, el tejido cutáneo que presente solución de continuidad o
procesos inflamatorios que faciliten la penetración de un posible agente
microbiano a la dermis.
Guantes. La principal vía de transmisión en las infecciones cruzadas son las
manos; en ese sentido, el empleo de los guantes es una de las barreras
mecánicas más eficaces.
Calzado. Debe ser cómodo, cerrado y de corte alto, no debe tener ninguna
parte del pie expuesta al medio ambiente y debe ser de uso único, es decir,
sólo para estar dentro de las instalaciones.
Lavado de las manos
La piel intacta y saludable provee la mejor protección contra los
microorganismos. En la piel de los trabajadores de la salud se pueden
encontrar microorganismos residentes y transitorios. La flora residente o
saprófita se halla en la capa superficial de la piel y tiene poca virulencia. En
cambio, la flora transitoria es aquella que se adquiere al entrar en contacto con
pacientes con enfermedades infectocontagiosas. El lavado adecuado de las
manos podrá remover o inhibir a ambas poblaciones de microorganismos, sin
embargo, la flora transitoria es removida más fácilmente por los jabones, y la
flora residente es mucho más lábil a los antisépticos.
La zona que se halla por debajo de las uñas puede albergar microorganismos y
sangre residuales hasta por un periodo de cinco días cuando no se utilizan
sistemáticamente los guantes, es por ello que durante el lavado de las manos
se debe poner atención especial al área por debajo de las uñas y la cutícula.
Para la higiene de las manos en procedimientos no invasivos es adecuado el
uso de agua y jabón común, aunque se pueden emplear igualmente
antimicrobianos (como hexaclorofeno al 3%), cloruro de benzalcónico o
yodopovidina al 0.75%. En ambos casos es recomendable el lavado con agua
fría, ya que ésta provoca el cierre de los poros de las manos. La presentación
líquida de los jabones es la más segura, pues la presentación sólida o en barra
puede favorecer el crecimiento bacteriano y las infecciones cruzadas.
Cuidado de las manos
Cuando la piel está irritada, sus propiedades como elemento de barrera natural
se ven comprometidas, lo cual la hace más susceptible a la penetración de
cuerpos extraños de cualquier índole. En consecuencia, los integrantes del
equipo medico que presenten lesiones exudativas o cualquier tipo de dermatitis
en las manos, no deben exponerse directamente a los fluidos del paciente. No
obstante, cualquier corte o abrasión debe ser cubierto con algún adhesivo o
similar antes de la colocación de los guantes. Las cremas evanescentes para
las manos, hidratantes, lubricantes o emolientes de la piel se recomiendan para
aliviar la resequedad producida por el lavado de manos frecuente y evitar la
dispersión de los microbios de la piel al medio ambiente. Una zona importante
es la cutícula, la cual al recortarse o eliminarse totalmente se puede convertir
en una puerta de entrada para hongos, virus y bacterias, por lo que es
fundamental prepararla por lo menos 48 horas antes de acudir al lugar de
trabajo con el fin de que el tejido epitelial se regenere.
- Examen Fisico
- Examen externo
- Examen con especulo
- Examen bimanual
PROTECCION PERSONAL