MiCuartoFrio 1 50
MiCuartoFrio 1 50
MiCuartoFrio 1 50
de Joël Pommerat
PERSONAJES
La hermana en el convento
La madre superiora
Estelle
El hermano de Estelle que trabaja en el hospital
Adeline, jefa de contabilidad
Jean-Pierre, jefe carnicero
Nathalie, cajera
Alain, carnicero auxiliar
Blocq, patron de la tienda
Bertrand, bodeguero
Chi, bodeguero asiático que habla mal el francés
Claudie, cajera, narradora de la historia
El marido de Estelle, policía
El vecino de Estelle
El empleado del rastro
El director del rastro
La enfermera
El inspector de policía 1
El inspector de policía 2
Los monjes
ACTO I
ESTELLE - ¿Sí?
ESTELLE - Estelle.
LA MADRE SUPERIORA - Podría quitarse el velo por favor. (Estelle lo hace) ¿Qué
hace aquí señorita? ¿Cómo le hizo para penetrar hasta aquí?
ESTELLE - …
LA HERMANA - Parece que hace dos días que está aquí y trata de mezclarse al
grupo.
ESTELLE - Como ustedes son muchas pensé que tal vez no todas se conocerían.
LA MADRE SUPERIORA - ¿Cree con mucha fuerza en Jesús y piensa que no puede
vivir sin su presencia esa es su motivación?
ESTELLE - No
ESTELLE - No, no creo en Dios madre ese es el problema es la razón por la que vine
aquí.
ESTELLE - Es la verdad.
Estelle se desviste.
ESTELLE - Estoy segura que la vida es mucho más bella cuando se cree en Dios.
Quisiera aprender a mirar mejor para ver mejor. Estoy segura que no sé mirar por eso
Dios me es invisible. Cuando era niña, mi padre se transformó de pies a cabeza
cuando empezó a mirar de verdad alrededor de él.
LA MADRE SUPERIORA - Las personas que entran aquí no lo hacen porque tienen
ganas de creer en Dios sino porque no pueden evitarlo, porque están obligadas a ello
por una fuerza y una fe que las rebasa. Ahora salga de aquí.
ESTELLE (mostrando el vestido) - ¿Qué hago con esto?
Oscuro.
2. Los escusados de la tienda
Oscuro.
3. Estelle le hace un favor a su hermano y a Nathalie
Al final del día. En los vestidores de la tienda. Los empleados se cambian. Estelle le
da dos bolsas de compras a su hermano que trabaja en el hospital.
ESTELLE - Vete.
ESTELLE - No te entiendo.
Empieza a irse.
ESTELLE - Buen provecho.
ESTELLE - No.
ESTELLE - ¡Claro que no! en la vida hay que ayudarse mutuamente, es normal faltaba
más.
ESTELLE - ¿A dónde?
NATHALIE - A la oficina.
4. Un domingo trabajando
En la tienda. Estelle atraviesa la bodega para irse. Se cruza con Alain y Jean-Pierre.
ESTELLE - Buenas noches. (Se detiene al ver las caras deshechas de Alain y Jean-
Pierre) ¿Qué pasa?
ESTELLE - ...
ALAIN - Acabamos de hablar de eso… Tú eres el jefe, Jean-Pierre. Tienes que tomar
tu responsabilidad.
ESTELLE - Porque tenía previsto hacer cosas que no puedo hacer los otros días.
JEAN-PIERRE (casi suplicando) - Sabes, sería increíble que pudieras venir aun así…
ESTELLE - ¡Hay cosas ahí dentro que apenas pueden levantar entre los dos!
JEAN-PIERRE - No sé qué responderte… Lo único es que si no nos haces ese favor
no sé cómo le vamos a hacer.
JEAN-PIERRE - De verdad eres una persona a todo dar, sabes… Uno puede contar
contigo realmente, eso da gusto…
ESTELLE - Hay que apoyarse mutuamente… Entre colegas… Seguro que ustedes
harían lo mismo en mi lugar.
JEAN-PIERRE - Claro.
Trabajar es cansado, pero Estelle a menudo estaba dos veces más cansada que todo
mundo. Y es muy normal. El sueño ocupaba un lugar muy grande en su vida. Aunque
durmiera poco por falta de tiempo. Estelle lamentaba que los sueños que tenía fueran
banales y aburridos. Soñaba mucho con su trabajo y sus colegas. Durante el día Estelle
nos lo contaba. Un día tuvo un sueño bastante original: soñó que sus condiciones de
trabajo en tienda habían evolucionado considerablemente.
Oscuro.
6. Blocq regaña a Chi
En la bodega de la tienda.
ADELINE - No.
BLOCQ - Ah sí, claro, él de plano sólo habla cuando llueve… Se me olvidaba que es
medio mongol… ¡Puta madre no puede ser! (A Adeline) Bueno, pero ¿cómo le hacen
con el chino? ¿cuánto hace que está aquí para empezar?
ADELINE - En la tienda siete años, creo que hace veinte años que está en Francia
BLOCQ - ¡¡No puede ser!! ¡Voy a hacer aquí una limpieza a fondo! Desde cuándo lo
ando diciendo… Voy a regresar aquí de tiempo completo, van a ver cómo me voy a
encargar de ustedes… Bueno y ahora ¿qué hago con éste si quiero mi explicación?
ADELINE - No, pero le entiende cuando habla con su acento, es la única en tienda.
BLOCQ - No lo puedo creer… Sería más rápido instalar mi tienda en China de una
vez.
Oscuro.
7. Blocq regaña a Chi (continuación)
ADELINE - Ahí está, es lo que yo decía, yo había entendido que decía eso.
Se empieza a ir.
Oscuro.
Escuchamos a lo lejos la voz de Blocq gritando. Frente la puerta del cuarto frío está
Alain, muy mortificado, sentado sobre un taburete. Estelle está de pie a su lado. Entra
Adeline.
ALAIN - …
ADELINE - Hay que dejar de decir “en su cuarto frío” no es SU cuarto es EL cuarto
de la empresa.
ADELINE (a Alain) - Tiene que salir. Tenía cita con el señor Blocq, es importante.
ALAIN - Se encerró.
ALAIN - Chilla desde hace dos años. Con el tiempo se ha vuelto insoportable, carajo.
Oscuro.
9. Blocq humilla a Jean-Pierre en el cuarto frío
Unos instantes después. En el cuarto frío. Blocq, Estelle, Alain y Adeline rodean a
Jean-Pierre, temblando de frío.
BLOCQ - ¿¡Ya vio en qué estado se encuentra este cuarto frío!? ¿Así está su casa,
Jean-Pierre? ¡¿Qué siente al ver este cuarto en este estado?! ¡¿No contesta?! ¡¿No
siente nada?! ¿Su casa está igual de sucia Jean-Pierre? ¿Dígame? ¿Su mujer es igual de
sucia? ¿Es así de dejada? ¿Es por eso que se venga viniendo aquí? Se ha de decir:
“Bueno, mi mujer es sucia, yo ya no puedo más con esto… No tengo fuerzas para
hacerme respetar en mi casa, mejor dejo que me gane la dejadez con Blocq… Me va
hacer bien que me gane la dejadez con Blocq… Me voy a cagar en su cuarto frío. Va a
estar tan sucio, me va a ganar tanto la dejadez… Lo que voy a cagar en su cuarto frío
va ser tan asqueroso que me va a ayudar a olvidar que no tengo fuerzas para hacerme
respetar en casa…” Pero una cosa sí le digo: Blocq no se va a dejar, Jean-Pierre.
¿Quiere que le diga una cosa? Si sigue cagándome la madre así vendo la tienda… Me
echo el dinero a la bolsa… y lo pongo de patitas en la calle, le vendo al primer pendejo
comprador que venga, que bien puede decidir liquidar a todo mundo si se le pega la
gana. ¿Eso es lo que quiere?
BLOCQ (entrando) - ¿Qué carajos sigue haciendo aquí a estas horas? ¿Me quiere
arruinar con las horas extras?
ESTELLE - Sí.
BLOCQ - Usted se viste igual de mal cuando trabaja que cuando no trabaja…
¿Por qué?
ESTELLE - Sí.
BLOCQ - ¿A lo mejor a su marido le gustaría tener enfrente algo más que un costal en
la casa?
ESTELLE - …
BLOCQ - Usted es la más fea de la tienda, pero hay algo que me irrita: es la única con
la que nunca he tenido tiempo de una entrevista personal para aprender a conocernos
mejor, en casi diez años… ya sabe son cosas que le hacen a uno bien, y en la vida
hacer cosas que le hacen a uno bien me parece que no hace daño… (mete su mano en
su vientre, Estelle se incomoda)… Uy, qué tímida… (se rie)… ¡¿Bueno, hasta mañana
entonces?!… Ahora me tengo que ir, lo siento, tengo una cita de verdad.
Sale.
Oscuro.
En el vestidor.
Breve pausa.
BERTRAND - Dijo que si hay alguien aquí que no tiene de qué preocuparse eres tú.
BERTRAND - Tú no tienes nada qué temer de su parte… porque te coge todas las
mañanas en los baños… o algo así… ya no sé.
CLAUDIE - ¿Crees que no nos hemos dado cuenta de cómo funcionas con él?
ESTELLE - ¿Ah sí?
CLAUDIE - Eres la única aquí que más o menos la libra. Él te protege, está bien, ya
entendiste cómo lidiar con ese tipo asqueroso.
CLAUDIE (a Chi) - Tú, cierra el hocico, aprende a hablar el francés normal, como los
demás.
CLAUDIE (a Alain) – Esta chava es falsa e hipócrita como la muerte, hace tiempo que
se los digo, algún día van a terminar por darse cuenta.
ALAIN - ¡Ya párale! Estás llena de odio... Eres la única que habla mal de Estelle.
CLAUDIE - Y eso que ese tipo no tiene nada a su favor, uno apenas puede creer que
exista tanta podredumbre en una sola persona.
Se va.
Chi dice algo en un francés incomprensible.
ALAIN (a Estelle) - ¿Qué dice?
ADELINE (llorando) - …No voy a poder, hasta aquí llegué, no estoy a la altura, está
super claro, por lo menos así ya no hay ninguna ambigüedad… Renuncio… no será
difícil encontrar alguien más competente que yo.
ALAIN – ¡Ándale!
ESTELLE - Son sus ideas que tiene en su cabeza las que son malas, no es él el que es
malo…
ESTELLE - Son las ideas de la gente las que no son buenas, no son las personas en sí
las que son malas. Él, son sus ideas las que son malas… no es él.
ALAIN - ¿Es un pendejo porque no ve bien lo que pasa a su alrededor? Hay que
comprarle otros lentes.
NATHALIE - Es la teoría de Estelle.
ESTELLE - ...
Pausa.
Estelle no se ha dado cuenta de la presencia de su marido.
Oscuro.
VOZ DE CLAUDIE - Ese día, la gente se rió comparando la amabilidad del marido
de Estelle y su aspecto elegante con los modos vulgares de Blocq. Desde luego, yo
había exagerado con Estelle, pero su generosidad permanente, su indulgencia y su
amabilidad se me habían hecho insoportables. Además había algo que me hacía pensar
que eso era falso, no de verdad. Estelle no era realmente buena en el fondo, estaba
segura. Y quería probarlo. Por el contrario, Estelle decía que había notado en Blocq un
día una señal, un detalle, que demostraba que poseía algo verdaderamente hermoso,
maravilloso, incluso sublime escondido en su interior. Ese algo en el interior de Blocq
era, por el momento, completamente invisible a simple vista, pero sin embargo ahí
estaba, vivo y sobre todo real…
12. Anuncio de la enfermedad de Blocq
ALAIN - Sí.
BLOCQ - ¡Ahí está!… Lo único que les pido es que se pongan en el lugar del cliente,
no es complicado, y si hay un cliente que tiene ganas de bromear con ustedes pues
bromean…
BLOCQ - Bueno, sí, Blocq. […] ¡Sí, mis resultados! […] Entonces, ¿cuál es la
explicación de esos dolores de cabeza que me tienen hasta la madre? […] Pues
dígamelo que no tengo tiempo que perder… estoy en una reunión… ya me mandará
luego la receta. […] Y entonces, ¡¿se trata de algo grave o qué?! […] (Silencio.)
(Absorto) Sí, aquí estoy… Sí, voy a estar bien… (Cuelga. Silencio. Dirigiéndose a los
demás) Me acaban de decir que me voy a morir…
Pausa.
Chi dice algo en un francés incomprensible.
ESTELLE - Creo que dijo: “Esa sí es una buena broma, bravo”. (Pausa) Perdón,
señor Blocq, pero yo me muero de hambre, estoy despierta desde las cinco de la
mañana.
Pausa.
BLOCQ - Puta madre, ¿usted cree que es el momento de venirme a fastidiar? Déjeme
respirar… ¡Tómese unas vacaciones!
Oscuro.
BLOCQ - Están preocupados por su futuro… y tienen por qué… El mío en cambio ya
está trazado… Todas mis fantasías, todos mis sueños, están ahora enterrados muy
profundo… en el fondo de un hoyo… y voy a reunirme con ellos en unas cuantas
semanas… (pausa, presa de una emoción) Creo que… Les sorprenderá escuchar
esto… (Ligero suspenso) Creo que no me conocen realmente… ¡De hecho, creo que
no saben quién soy! No creo haber desperdiciado mi vida… pero en cambio estoy
seguro que los demás me desperdiciaron a mi… Hoy, a mi alrededor, no siento
ninguna consideración por todo lo que he hecho… Nada. Cero. Y casi podría echarme
a llorar… de lo amargado que estoy… Porque les voy a decir una cosa: lo triste no es
morirse; lo que es aterrador es la falta de consideración que siento a mi alrededor. Si
tuviera tiempo… me gustaría poder decir todo lo que tengo que decir, sí que me
gustaría, en un libro, por ejemplo, como todos esos pendejos que salen en la tele...
decir todo lo que tengo que decir… Pero en fin… no hay tiempo… (pausa) Hablemos
de ustedes y de su futuro… Lo que tengo aquí en mi mano, esto, se llama un contrato...
Y este contrato lo vamos a ir a firmar mañana con el notario. ¿No sé si alguno de
ustedes han tenido que ir con un notario alguna vez en sus vidas? ¡Seguramente no! De
este contrato hay una copia redactada a nombre de cada uno de ustedes… Aquí está
escrito… que yo LES cedo… la casi totalidad de mi patrimonio… Aquí está escrito…
que se convertirán juntos desde mañana en copropietarios de esta tienda… así como de
tres otras sociedades Blocq que he creado gracias a mi trabajo: el rastro, la cementera y
el bar de lujo. A menos que ustedes rechacen semejante oferta, a partir de mañana, se
los estoy anunciando oficialmente, ya no seré más el dueño de estas empresas, serán
suyas, ustedes serán los dueños-accionarios, a partes estrictamente iguales…
(Largo silencio)
BLOCQ - ¡Ay, puta madre, no puede ser! ¡La única pregunta me la hacen en egipcio!
Nos va a perdonar, señor, ya no me acuerdo de su nombre, perdón se me olvidó, no
tengo previsto un intérprete para la conferencia internacional.
ESTELLE (traduciendo) - “Usted tiene una familia, ¿por qué haría algo así?”
BLOCQ - No, no tengo familia. Cero familia. Si tuvieran una familia como la mía
harían lo mismo que yo… La única manera de impedir que esa gente eche mano a mi
dinero y a mis bienes… La única que encontré… Es que yo me quede pobre en vida.
Como es un hecho que me voy a morir, ustedes son los que se van a convertir en los
pinches ricos en mi lugar, eso es todo… Fuera de eso, y tal vez sea por razones
sentimentales, pero estoy ligado a esta tienda por la simple razón de que aquí fue
donde comenzó todo para mi hace más de treinta años. Por eso estoy ligado a su
personal. Así es, ya sé que es un poco inexplicable, tomando en cuenta la cantidad de
disgustos que ustedes me han provocado en la vida.
ADELINE - Es muy generoso de su parte tener una iniciativa como esta, pero no
estamos lo suficientemente capacitados para asumir una carga tan considerable…
BLOCQ - Pues entonces se las a tener que arreglar como puedan, se las arreglan como
puedan, van a aprender, van a pensar. Van a tomar cursos… Si quieren. Si quieren
salir un poco adelante. En vez de quedarse en las pantuflas de su rutina… Y si no
quieren se quedan en su casa y hasta aquí llegamos… Vendo la tienda… Y ustedes
tendrán encima un nuevo dueño, quizá más odioso que yo… Que los va a liquidar en
tres semanas… Supongamos que no sean tan idiotas como para rechazar la
oportunidad increíble que les ofrezco. Entonces les pediría que piensen en algo muy
importante. ¡Les pediría simplemente que piensen en la manera de darme las gracias!
Porque, de hecho, no tengo la intención de no pedirles nada en compensación de lo
que hoy estoy dándoles… La vida sería demasiado fácil… ¿No? ¿No creen? Bueno…
Pensé que… podríamos estipular en el contrato que van a firmar, y que validará un
notario, la obligación que tendrían ustedes, cada año, de dedicarme un día de su
tiempo, un día para hacer algo en memoria del tipo que les legó todos estos bienes…
Como cuando se celebra la vida de alguien que ha sido generoso y que no se pasó la
vida rascándose la panza… No sé todavía la forma que podría tomar exactamente, voy
a pensar en ello esta tarde y lo voy a agregar al contrato que van a firmar mañana por
la mañana.
ESTELLE - En ese caso, mejor habría que escribir una obra de teatro.
ESTELLE - Hace diez años participé en una obra de teatro sobre la vida de San Luis.
La actuamos cinco años seguidos cada verano, al aire libre, había cientos de personas
cada año. Podríamos escribir bajo la forma de una obra de teatro los momentos de su
vida que usted considera importantes, y cada año la actuaríamos, eso podría interesarle
a la gente… si actuamos bien.
ACTO II
En la oficina del notario. Los empleados entran uno por uno para firmar el contrato
en presencia de Blocq.
NATHALIE - Les digo que firmé, pero no sé qué firmé… Volverme dueña de una
empresa me provoca la misma sensación que volverme dueña de un semi-remolque o
un helicóptero…
ALAIN - ¡Cuatro!
JEAN-PIERRE - ¡Blocq!
ALAIN - ¡No empieces, Jean Pierre! ¡Blocq ya no está, ya no hay que focalizar todo
en él!
ALAIN - No vamos a empezar otra vez con los pleitos infantiles, no puede ser… ¡ya
no eres mi superior, Jean Pierre, eres mi socio!
Silence.
ALAIN (con timidez) - Lo que nos está pasando es una locura, ¡pero tampoco es peor
que estar desempleados! Yo en mi vida nunca he sido dueño, así que perdón pero lo
disfruto… Soy coproprietario de un capital de 50 millones de francos de un día para
otro… Es un sueño… ¿no?
JEAN-PIERRE - Este anda en una nube.
ADELINE - Todavía heredar una tienda, tratar de aprender a manejarla, pero volverte
al mismo tiempo patrón de tres empresas en las que nunca he puesto un pie es algo que
me rebasa y les confieso que me muero de miedo.
ALAIN - A lo mejor no es tan complicado, perdón pero Blocq no era ningún genio.
ESTELLE (traduciendo) - “Abrimos en dos horas, hay que dejar de hablar, hay que
trabajar”.
Breve silencio.
JEAN-PIERRE - Lo que para mi es todavía más extraño es que te den cosas que
pertenecen a alguien que ni siquiera esta muerto todavía… Te sientes un pendejo.
ALAIN - Dije: “depresivo”. (Silencio) ¡Cuando chillas sobre la carne de los clientes
durante dos años seguidos es porque eres depresivo, vas a ver un doctor!
ADELINE - En todo caso, para empezar, vamos a tener que contratar un director en la
tienda.
JEAN-PIERRE - Alguien que venga a dirigirla… ¿Como Blocq? ¡¿Tal vez podemos
discutirlo!?
ADELINE - Pues vas a tener que evolucionar en tus gustos, lo siento… Luego lo que
tenemos que hacer es nombrar un presidente del consejo de administración que va a
tener la firma del banco y…
CHI - Yo.
ADELINE - Alain… Bueno, empezamos con Chi. ¿Quién vota por Chi? (Chi levanta
la mano) Bueno, pues un voto, muy bien. ¿Ahora Alain? (Todos levantan la mano
menos Chi y Jean-Pierre) Mmm, seis votos entonces. ¿Ahora Jean-Pierre? (Tras un
momento de duda Jean-Pierre levanta la mano) Un voto. Listo. Pues, creo que es
Alain… el que será el primer presidente delegado del consejo de administración de las
antiguas empresas Blocq.
CLAUDIE - Bueno, ahora hay que ir a trabajar. Lo único que les digo es que todo esto
me importa un carajo. Yo lo único que quiero es no perder mi trabajo.
ADELINE - ¿Cuándo nos volvemos a ver para seguir hablando y decidiendo que va a
ser de nosotros?
NATHALIE - Les advierto que si ahora soy dueña no es para hacer horas extra sino
para trabajar menos.
ESTELLE - “Sin mencionar que tenemos que volver a vernos para esa pendejada de la
obra de teatro”.
ESTELLE - Me habla a mi, de hecho… “Ese día dejaste pasar una buena ocasión para
cerrar el pico, Estelle”.
ALAIN - Seguro.
Risas.
Oscuro.
Oscuro.
4. Sueño de la reunión
VOZ DE CLAUDIE - Por la noche decía que soñaba cosas directamente inspiradas en
nuestra situación. Soñaba con nuestras reuniones y con nosotros, sus colegas. Sueños
muy reales. Banales. Cada noche soñaba el contenido del día transcurrido. Lo peor es
que se le metió en la cabeza que nos los tenía que contar, pero por fortuna no la
escuchábamos…
Oscuro.
VOZ DE CLAUDIE - Una noche que regresaba a casa, Estelle se cruzó en el pasillo
de su edificio con un hombre, un vecino, que suscitaba muchas preguntas en la
colonia. Este hombre vivía recluido en su departamento durante el día y sólo salía por
la noche. Existía el rumor de que trabajaba en una estación de depuración.
ESTELLE - Es fantástico…
El VECINO - Podría hablarle de eso más tiempo otro día pero justamente ahora me
tengo que ir.
ESTELLE - ¿Ah, sí? Seguro fue el inconsciente (señalando su cabeza) el que habló…
pero es cierto, se ha vuelto un poco “mi” cuarto frío… de hecho es chistoso. Perdón,
me tengo que ir, mi marido me espera.
Estelle entra a su casa y cierra la puerta. El vecino desaparece a su vez por el pasillo.
Se escuchan gritos. El marido de Estelle la ataca violentamente. Le pega. Ruido de
golpes. Gemidos de Estelle. El vecino regresa por el pasillo y escucha la escena.
Oscuro.
VOZ DE CLAUDIE - Una semana más tarde fuimos a ver a Blocq al hospital. Parecía
normal ir a visitarlo, lo habían operado del cerebro. Una operación sin esperanza de
cura. Nada más para atenuar el sufrimiento que iba a tener que soportar durante sus
últimas semanas de vida. Estaba durmiendo. Nos quedamos dos horas sin que se
despertara. Para regresar teníamos que tomar el autobús a una hora precisa, era
domingo. Ya nos empezábamos a ir, en ese momento nos sorprendimos al ver que uno
de los muchos hermanos de Estelle, aquel al que surtía en la tienda, trabajaba ahí en
ese hospital, en la farmacia del hospital. Nos íbamos a ir, en ese momento se despertó
Blocq. Tenía en la mano un montón de correos, de cartas que había recibido antes de
que le detecten su enfermedad. Había tarjetas postales y hasta dibujos infantiles. Blocq
se aventó un gran monólogo. Nos dijo: “Esta es la causa de todo lo que me pasa y de
mi enfermedad…” En esas cartas habían escrito algo así como: “Oye, tío ¿cuándo vas
a hacer lo que te pedimos? ¿Cuándo nos vas a obedecer? Si no nos obedeces te vas a
morir, ¿sabías?” ¡Lo tomamos como un delirio! Para ser amables, fingimos interesar-
nos por esa orden de la que hablaban las cartas… Le preguntamos: “¡¿Qué orden es
esa?!” ¡Nos contestó que no sabía! ¡Todo eso era absurdo! Era una broma de los niños
del barrio. No queríamos perder nuestro autobús, pero Blocq no paraba de dar sus
explicaciones. Blocq pensaba que si lograba adivinar esa orden a la que le pedían obe-
decer se salvaría, se curaría. Pensaba en eso obsesivamente desde que le anunciaron su
enfermedad. No podíamos más, perdimos nuestro autobús, regresamos a pie. Blocq
también había conseguido despojarnos de nuestro domingo.
7. Reunión sobre la obra teatral
Silencio.
Pausa.
Chi dice algo en un francés incomprensible.
ESTELLE - Está hablando de las botellas, dice que no apuntamos lo que tomamos de
las existencias.
ADELINE - Sí es cierto.
Risotadas.
Chi dice algo en un francés incomprensible.
Risotadas.
Chi dice algo en un francés incomprensible.
ADELINE - Sí es cierto.
Menos risas.
NATHALIE - ¿Por qué tendría que reembolsar algo si esto me pertenece?
ADELINE - Pues vamos a pagar lo que tomamos está noche, lo sacamos de las
existencias, es normal.
ADELINE - ¿Entonces tú te sirves así nomás de las existencias desde que somos
dueños?
ESTELLE (traduciendo) - “¡Por qué no traes a tus amigos para que se sirvan ellos
también, si a esas vamos!”
ALAIN - Está loca de atar, (a Nathalie) vas a reembolsarlo… ¡y más te vale que sea
pronto!
NATHALIE (a Chi) - Retira eso de “ladrona”, no soy una ladrona, ¡no he robado
nunca en mi vida!
ADELINE - Perdón, discúlpame, pero tiene razón, es como un robo lo que haces.
Piénsalo.
ALAIN - Cállate, ¡ya viste en qué estado te pusiste para una reunión!
Silencio. Tensiones.
ADELINE - Si todo mundo se sirve así todos los días nos estrellamos directo, se los
aseguro y en seis meses estamos en la cárcel por deudas. De por sí las ventas de la
tienda han bajado.
ADELINE - No sé.
ALAIN - Sí.
ADELINE - Por supuesto.
ESTELLE - Dice que, en todo caso, si la obra teatral se hace, le gustaría actuar al
señor Blocq.
ADELINE - ¿Quién?
Risotada general.
Risas.
TODOS - ¡Sí!
Carcajada.
ALAIN - Ahora, ¿quien vota por que Estelle se encargue de pensar en la novela-teatral
sobre la vida de ese pendejo de Blocq?
(Todo mundo levanta la mano menos Chi)
Bueno pues, ya estuvo, Estelle tu te encargas de esa madre, le piensas y luego nos
dices de qué se trata y vemos…
ESTELLE - Sí me interesa, pero no sé si voy a poder.
ESTELLE - Sí.
Risas.
NATHALIE - ¿Fuiste tú la que se quedó con el cuaderno de Blocq en el que cuenta los
grandes momentos de su vida?
ESTELLE - Sí.
ESTELLE - …Lo que va a estar complicado, creo, va a ser liberar tiempo, porque se
va a necesitar mucho trabajo. Me acuerdo que en lo de San Luis nos tardamos tres
meses y al final ni siquiera estábamos listos…
EL DIRECTOR DEL RASTRO - Somos cincuenta empleados fijos, más unos veinte
temporales.
EL EMPLEADO DEL RASTRO - ¡Eso dice! Pero a lo mejor piensa todo lo contra-
rio… Ya tiene su plan en la cabeza.
EL EMPLEADO DEL RASTRO - De todos modos ya sabemos que nos van a chin-
gar… Siempre es así en los casos de reanudación de actividades, cualquier pretexto es
bueno…
ALAIN (un poco molesto) – ¡Pero que le pasa! ¿Por qué dice eso? Vamos a estudiar la
situación… pero nos comprometemos a no echar a la gente a la calle… Yo me com-
prometo personalmente.
EL DIRECTOR DEL RASTRO - ¿Les heredaron todas las otras empresas Blocq?
ALAIN - ¿Cómo?
EL EMPLEADO DEL RASTRO - ¡Pues, está bien! De todos modos van a ir a darse
una vuelta, ya verán… Ustedes ahora son los dueños…
ALAIN - Sí.
ALAIN - ¿Cómo?
Oscuro.
Pausa.
NATHALIE - Todos estamos muy cansados.
ALAIN - No parece.
ESTELLE - Sí, creo. (Silencio) ¿Quieren que les vuelva a explicar un poco?
NATHALIE - Yo les advierto que tengo un niño y no voy a poder conseguir quien lo
cuide todas las noches.
ADELINE (sorprendida) - ¡De todos modos te toca a ti abrir mañana por la mañana!
ALAIN (duramente, a Estelle) - Decidimos que cada vez que hacíamos el teatro de
mierda por la noche te tocaba a ti abrir al día siguiente.