Sdra
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ETIOLOGIA
Causa: 80% son de origen pulmonar (60%, neumonía, y 20%, neumonía aspirativa). 20%
restante es de causas heterogéneas, como sepsis extrapulmonar, politraumatismo,
transfusiones, etc.
Según la causa, el SDRA se clasifica de la siguiente forma: 1) por afección pulmonar directa
(aspiración, neumonía vírica o bacteriana), y 2) por afección pulmonar indirecta: a) síndrome
séptico; b) traumatismo extratorácico, y c) causa politransfusional. Existen diferencias en la
patogenia, la anatomía patológica, la mecánica pulmonar y el pronóstico, según si la causa es
pulmonar o extrapulmonar
primera fase (aguda o exudativa) se produce durante la primera semana y se caracteriza por
edema, exudación y formación de membranas hialinas.
La segunda forma, de carácter menos agudo, es la que aparece después de una sepsis de más
de 48 h de duración. En este caso puede existir un período de latencia en el que sólo habrá una
discreta taquipnea y un aumento del gradiente alveoloarterial de oxígeno. En el síndrome
establecido, la exploración física muestra aumento del trabajo respiratorio, con utilización de
la musculatura accesoria, taquipnea, taquicardia y sudación. La auscultación respiratoria suele
revelar estertores bilaterales. Los hallazgos físicos restantes dependerán de la enfermedad
subyacente. El dato funcional más característico es la presencia de insuficiencia respiratoria. En
las fases iniciales del síndrome se observan hipocapnia y aumento del gradiente alveoloarterial
de oxígeno, y en fases más avanzadas, hipoxemia grave, que responde parcialmente o no a la
administración de oxígeno. En el estudio hemodinámico se observa aumento de la presión en
la arteria pulmonar, pero con la presión capilar enclavada normal, dato que diferencia el SDRA
del edema pulmonar cardiogénico. Se ha observado que puede coexistir hipertensión
pulmonar capilar.
La evolución clínica es variada: a) mala evolución inicial en 1-2 días, con muerte del paciente
por hipoxemia; esta evolución es la menos frecuente; b) buena evolución y curación en 48-72
h; c) empeoramiento progresivo del cuadro respiratorio en 15 días, con aparición de fibrosis
pulmonar y muerte por insuficiencia respiratoria, y d) empeoramiento durante los primeros 10
días, al que sigue un período de estabilidad con mejoría progresiva. En las situaciones c y d, la
causa de la muerte es en su mayoría por fallo multiorgánico. Las complicaciones del SDRA son
las propias de la insuficiencia respiratoria, de la ventilación mecánica y de la enfermedad
desencadenante del síndrome. Los pacientes ventilados mecánicamente pueden presentar
neumotórax y enfisema subcutáneo o mediastínico, debidos a las elevadas presiones de
insuflación con que se realiza la respiración artificial. Muy a menudo, a partir de la primera
semana de ventilación mecánica se presentan neumonías nosocomiales, debido a que las
lesiones del parénquima pulmonar y las alteraciones de los neutrófilos favorecen la aparición
de infecciones. En los pacientes que sobreviven al SDRA se observan alteraciones funcionales
respiratorias que, en su mayoría, desaparecen con el transcurso del tiempo. En las fases
iniciales de la recuperación predominan las alteraciones ventilatorias de tipo restrictivo. Un
tercio de los pacientes presenta disminución de la TLC, y casi la mitad, reducción de la DLCO.
Las alteraciones tardías son las anomalías en el intercambio de gases. Aunque en la mayoría de
los pacientes la PaO2 basal es normal, en alrededor del 50% de ellos se observa su descenso
durante la prueba de esfuerzo. Estas anomalías funcionales pueden deberse a la presencia de
fibrosis pulmonar, como se ha demostrado en los pocos casos en los que se dispone de
estudios anatomopatológicos
Respecto al tratamiento farmacológico del SDRA, apenas existen medidas útiles comprobadas
científicamente. Se ha demostrado que los glucocorticoides no son eficaces en las fases
iniciales. También parece claro que no son efectivos en la fase tardía del SDRA y aumentan el
riesgo de infección nosocomial, y que deberían considerarse de forma individual. La
administración de surfactante se ha mostrado útil tanto en la prevención del SDRA del recién
nacido como en su tratamiento, debido a la importancia de esta sustancia en la fisiopatología
del síndrome.