Una Mirada A La Condición de Extraedad Escolar Dentro de La Jornada Regular en La

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Tesis de Grado

Una mirada a la condición de extraedad escolar dentro de la jornada regular en la


Institución Educativa Álvaro Marín Velasco de la ciudad de Medellín

Maestría en Educación y Desarrollo Humano

Convenio Fundación Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano CINDE –


Universidad de Manizales

UMZ 23

Participantes

María Patricia Gómez Duque

Astrid Albany Lopera Vásquez

Asesor:

Andrés Klaus Runge Peña

Doctor en Educación

Sabaneta 2019
Contenido

1. RESUMEN TÉCNICO ....................................................................................................... 6

1.1 Descripción del problema .................................................................................................. 6

1.1.2 Antecedentes .................................................................................................................. 7

1.1.3 Formulación del problema de investigación.................................................................. 10

1.1.4 Justificación ................................................................................................................. 10

1.1.5 Estado del Arte............................................................................................................. 11

1.1.6 Objetivos...................................................................................................................... 18

1.1.6.1 Objetivo general ........................................................................................................ 18

1.1.6.2 Objetivo específico .................................................................................................... 18

1.2 Ruta Conceptual.............................................................................................................. 18

1.2.1 Educación inclusiva ..................................................................................................... 19

1.2.2 Concepción .................................................................................................................. 20

1.2.3 Extraedad ..................................................................................................................... 20

1.2.4 Equidad ........................................................................................................................ 21

1.3. Presupuestos epistemológicos ........................................................................................ 22

1.4. Metodología utilizada en la generación de la información .............................................. 24


1.4.1 Proceso de selección de muestras o de actores sociales ................................................. 24

1.4.2 Técnica y herramientas ................................................................................................. 24

1.4.2.1 Matriz de observación ............................................................................................... 24

1.4.2.2 Entrevista semiestructurada ....................................................................................... 25

1.4.3. Consideraciones éticas de la investigación................................................................... 26

1.4.4. Ruta para el trabajo de campo...................................................................................... 26

1.5. Procedimiento en el análisis de la información ............................................................... 27

2. PRINCIPALES HALLAZGOS DEL PROCESO INVESTIGATIVO................................ 28

2.1 ¿Podemos hablar sin etiquetas?Entrevistas a estudiantes ................................................. 28

2.2 ¿Y si me le dan otra oportunidad? Entrevistas a padres de familia ................................... 34

2.3 ¿Y si nos salimos de lo convencional? Entrevistas a docentes ......................................... 35

2.4 ¡Solos no podemos! Entrevistas a directivos .................................................................... 39

2.6 Conclusiones ................................................................................................................... 41

3. PRODUCTOS GENERADOS .......................................................................................... 43

3.1. Publicaciones ................................................................................................................. 43

3.2. Diseminación ................................................................................................................. 43

3.3 Aplicaciones para el Desarrollo ....................................................................................... 43


ANEXOS.............................................................................................................................. 49

Anexo 1: Consentimiento Informado .................................................................................... 49

Anexo 2 Entrevista ............................................................................................................... 52

Anexo 3 Matiz de Observación …………………………………………………………………......55

Anexo 4: Matriz de Análisis………………………………………………………………………..58

Anexo 5. Productos generados .............................................................................................. 59

I. Artículo Grupal ¿Se gesta la exclusión en la escuela? ¿Son estigmatizados los estudiantes en
condición de extraedad .............................................................................................................. 59

II. La extraedad en Colombia: consecuencias de un estado insuficiente ................................. 77

III. La autoestima en los estudiantes en condición de extraedad ............................................ 95


5

I. INFORME TÉCNICO DEL PROYECTO DE INVESTIGACIÓN

Una mirada a la condición de extraedad escolar dentro de la jornada regular en la Institución


Educativa Álvaro Marín Velasco de la ciudad de Medellín
6

1. RESUMEN TÉCNICO

1.1 Descripción del problema

Existe un sector de la población estudiantil que aunque no presenta un diagnóstico clínico


de alguna discapacidad, se le dificulta su normal desempeño en las aulas regulares. Esto genera
deserción, repitencia escolar, exclusión; a su vez encasilla a los estudiantes en una condición de
extraedad, la cual es concebida por el Ministerio de Educacion Nacional como el desface entre la
edad y el grado y ocurre cuando un niño o un joven tienen 2 o 3 años, por encima de la edad
promedio esperada para cursar un determinado grado. La condición de extraedad puede estar
relacionada con múltiples factores; algunos de ellos son pobreza, abandono, inequidad,
fragmentación de las familias, conflicto social, etc., lo que crea una brecha amplia entre el
estudiante cuya edad no corresponde a la edad regular con relación a la edad de sus pares y la
forma en que puede interactuar socialmente.
Para la atención de población adulta y en condición de extraedad el Ministerio de
Educación dispone homologar los grados de la educación formal regular, en Ciclos Lectivos
Especiales Integrados (CLEI) con el objetivo de ofrecer otras alternativas de educación acelerada
y flexible. Cuando el estudiante se encuentra con la premisa de que por su edad deberá ingresar a
un programa educativo con mayores, puede resistirse a abandonar el aula regular generando en él
y en sus compañeros expectativas diferentes y aunque prevalezca la autodeterminación esto no
garantiza que logre las competencias propuestas en el grado.
Algunos estudiantes en condición de extraedad se enfrentan a un desfase entre lo que la
escuela les ofrece y las expectativas de vida que tienen en el momento actual, sin embargo se
resisten a ingresar a los programas dispuestos por el gobierno para atenderlos y desean continuar
en el aula regular.
Actualmente, la condición de extraedad no es atendida únicamente bajo esta modalidad,
sino también por instituciones que ofrecen educación formal regular en el sector oficial.
Situación que se evidencia específicamente en la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco
ubicada en la ciudad de Medellín, la cual cuenta con un alto porcentaje de estudiantes en
condición de extraedad (en primaria alumnos con 16 años y en secundaria alumnos que superan
los 19 años), con intereses y particularidades complejas desde el punto de vista académico,
7

comportamental, social y con los cuales se requiere implementar estrategias pedagógicas de


inclusión, resocialización y mejoramiento académico con la finalidad de aportar herramientas
que les permitan fortalecer su proyecto de vida.
Esta situación, enmarca otra problemática dentro de la comunidad educativa, ya que, son
variadas las posiciones de los directivos, los docentes, los padres de familia y sus pares frente a
la atención de esta población teniendo en cuenta que podrían generar alteraciones en la dinámica
institucional. Por esto, cabe preguntarse ¿Qué concepciones de extraedad tienen los diferentes
actores de la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco y su influencia en el entorno escolar?
Teniendo en cuenta la postura de la etnografía educativa, según lo planteado por
Bartolomé (1994),
(…) las aulas se han convertido en lugares de socialización para el alumnado de diverso
origen étnico y cultural, y por lo tanto se hace necesario el conocimiento y comprensión
de estos grupos para orientar la práctica pedagógica. El profesorado también constituye
grupos de culturas específicas, que a su vez deben dialogar con otras culturas de padres y
alumnos (p. 35).
Es por esto que se concibe al grupo de docentes como agentes que propician o no un
ambiente favorecedor dentro del aula apoyando así el trabajo colaborativo.
La etnografía educativa se ha venido utilizando en distintos tipos de estudios debido a
que, Según Sandín (2003), de acuerdo a Goetz & LeCompte (1998),
contribuye a descubrir la complejidad que encierran los fenómenos educativos y posibilita
a las personas responsables de la política educativa y a los profesionales de la educación
un conocimiento real y profundo de los mismos, orientando la introducción de reformas e
innovaciones y la toma de decisiones (p. 28).

1.1.2 Antecedentes

Con la entrada en vigencia de la Constitución Nacional en 1991 y de allí la


reglamentación de la Ley 115 de 1994 (Ley General de Educación) el gobierno nacional empieza
a evidenciar el fenómeno de la extraedad como una problemática de carácter social, en el sector
de la educación oficial.
8

Con la aparición del Decreto 3011 de diciembre 19 de 1997 el gobierno nacional y en su


representación el Ministerio de Educación se permiten establecer normas para el ofrecimiento de
la educación de adultos y de estudiantes en condición de extraedad (CLEI). Por otro lado, en el
diagnóstico del Plan Nacional de Desarrollo 2002 – 2006. "Hacia un Estado Comunitario",
evidenció las inequidades del sistema educativo, reflejadas en problemas de cobertura, calidad y
eficiencia con reveladores contrastes educativos de las zonas urbanas y rurales.

En el 2001 1,8 millones de niños y jóvenes entre 5 y 17 año (16% del total) estaban por
fuera del sistema escolar. De éstos, 970 mil (12%), eran de zonas urbanas y 889 mil (25%) de
zonas rurales. La misma situación tenían 20 de cada 100 niños entre 5 y 6 años y el 75% de la
población entre 18 y 24 años potencialmente demandante de educación superior (DNP, p. 166).

De otro lado, se evidencia que una de las causas de la inasistencia es la falta de interés
contemplada en 21%. Esta cifra indica la necesidad de revisar la pertinencia de la formación en
secundaria, así como las metodologías empleadas (DNP, p. 168).

En consecuencia el gobierno Nacional propone una Revolución Educativa, que tiene en


cuenta mejorar la ampliación en la cobertura para todos los sectores de la población en edad que
tengan la intención de ingresar al sistema educativo, en el establecimiento de políticas educativas
tendientes a cualificar los niveles de educación a través de la aplicación de estándares mínimos
para cada nivel de escolaridad y diseñar estrategias que aseguren el mejoramiento de los sistemas
de información, modernizando las entidades territoriales según el Ministerio de Educación
Nacional (MEN, 2006).

Estos estudios afirman que para la construcción de un Estado comunitario es necesario


atender los diferentes tipos de población emergentes por factores sociales, económicos o
culturales que pueden conllevar a que las personas se encuentren en condición de vulnerabilidad
frente a las oportunidades que ofrece el Estado. Para el Ministerio de Educación de Colombia la
vulnerabilidad “…es una situación producto de la desigualdad que por diversos factores se
presenta en grupos de población, impidiéndoles aprovechar las riquezas del desarrollo humano y
en este caso las posibilidades de acceder al servicio educativo” (MEN, 2005, p. 10).
9

Sin embargo, no puede delegarse toda la responsabilidad al Ministerio ya que es


necesario que los estamentos del Estado se involucren, para el caso con mayor fuerza el sector
educativo formando un tejido social en el cual estudiantes, padres de familia, docentes y
directivos identifiquen las verdaderas necesidades de su comunidad para encaminar las prácticas
educativas a minimizar las barreras de acceso al aprendizaje.

Para Ruiz y Pachano (2006),


La Extraedad se manifiesta como factor de segregación y exclusión escolar, es un
problema educativo que trasciende el simple desfase entre la edad escolar
institucionalizada y la edad cronológica en un estudiante escolarizado, aparece como
fenómeno asociado a la repitencia escolar y al ingreso tardío al sistema escolar, sin
embargo, en su seno alberga y cohabita el efecto más devastador de nuestro sistema
educativo: la segregación y la exclusión escolar (p. 33).
El Foro Mundial sobre la Educación (ONU, 2000), por su parte, declara que
(…) la educación es un derecho humano fundamental, y como tal es un elemento clave
del desarrollo sostenible y de la paz y estabilidad en cada país y entre las naciones, y, por
consiguiente, un medio indispensable para participar en los sistemas sociales y
económicos del siglo XXI, afectados por una rápida mundialización. Ya no se debería
posponer más el logro de los objetivos de la Educación para Todos. Se puede y debe
atender con toda urgencia a las necesidades básicas de aprendizaje (ONU, 2000, p. 43).
Para el Plan Nacional de Desarrollo 2014 – 2018. El Gobierno Nacional con la meta
propuesta “Colombia, la más educada”, ha tomado como punto de partida los logros obtenidos en
planes de Desarrollo anteriores en términos de cobertura educativa, incremento de niños en la
educación inicial, expansión en gratuidad, el incremento de instituciones educativas en procesos
de calidad con relación a la deserción educativa. Promoviendo la educación como la herramienta
más poderosa para impulsar la equidad y la paz, con una formación integral, moderna e
incluyente que respete a los individuos. Sin embargo, no se evidencia la atención directa a
estudiantes en condición de extraedad dentro del aula regular, lo que hace difícil cerrar las
brechas para acceder al sistema educativo en el país. Es allí donde surgió esta propuesta de
investigación que se enfocó en estudiantes con esta condición escolar, que paulatinamente se van
convirtiendo en una población altamente vulnerable.
10

1.1.3 Formulación del Problema de Investigación.


En la actualidad, los países en América Latina revisan sus sistemas educativos y
Colombia no es la excepción, aun así estas revisiones deben ser permanentes y orientadas al
contexto social y económico de cada lugar para garantizar la eficacia de políticas públicas
concordantes a las necesidades de la población escolar.
En el caso de la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco de la ciudad de Medellín,
ubicada en el barrio Manrique el Pomar, para el año 2015 contaba con un total de 555
estudiantes, de los cuales 175 de ellos estaban en condición de extraedad que correspondían al
24% del total de la población estudiantil. Estos estudiantes deciden autónomamente no retirarse
de la institución y continuar en al aula regular con compañeros más pequeños generando
dinámicas complejas por los intereses particulares de la edad y se niegan a ingresar a programas
como el CLEI.
Es pertinente aclarar que dado las dinámicas particulares de la institución respecto a la
atención de estos estudiantes en condición de extraedad y por su ubicación, pues allí convergen
estudiantes de toda la comuna, el equipo de investigación volcó su interés por abordar este tema
ya que en ese momento el Ministerio de Educación Nacional no contaba con estrategias de
atención para esta población y al ahondar en dichas dinámicas surgieron estos interrogantes:
¿Cuáles son las diferentes concepciones que tienen directivos, docentes, padres de familia
y estudiantes frente a la condición de extraedad escolar dentro de la jornada regular en la
Institución Educativa Álvaro Marín Velasco de la ciudad de Medellín?
¿Cuál es la relación de los estudiantes en condición de extraedad y la atención pedagógica
que se les brinda dentro de la jornada regular en la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco
de la ciudad de Medellín?
¿Qué significa para los directivos, docentes, padres de familia y estudiantes la condición
de extraedad escolar dentro de la jornada regular en la institución educativa Álvaro Marín
Velasco de la ciudad de Medellín?

1.1.4 Justificación
Dado que en la actualidad no son muchos los referentes teóricos, conceptuales,
académicos y las investigaciones de carácter social y cualitativo (a nivel nacional) que se
11

enfoquen de manera concreta en analizar y en estudiar el fenómeno de la extraedad en la


educación formal regular, esta investigación toma relevancia en la medida que puede contribuir o
ampliar la concepción que se tiene del fenómeno desde el punto de vista local y con ellos
motivar a otros grupos de investigación para que observen con mayor detenimiento dicha
situación. Si bien la extraedad se ha definido desde ciertas perspectivas de investigación, hasta
ese momento no se hallaron investigaciones que analizaran dicha concepción, en ese sentido la
investigación buscó hacer aportes a la problemática de la extraedad a partir de los sentidos, las
opiniones, juicios, creencias que tienen los diferentes actores de la comunidad educativa, para
dejar de verlo como una dificultad y por el contrario fortalecer otras dinámicas de intervención
en el aula y en otros espacios de la institución donde prevalezca el trabajo colaborativo entre
pares.
La Institución Álvaro Marín Velasco atiende esta población de manera informal puesto
que no cuenta con una base de datos, sistematización de procesos, o alguna regulación desde el
PEI (Proyecto Educativo Institucional) o en el Manual de Convivencia en consonancia con lo
anterior se pretende hacer un aporte preciso dando una mirada descriptiva de la situación que se
presentan con estos estudiantes y sugiriendo formalizar institucionalmente la manera de atender a
esta población, debidamente reglamentado en el plan de estudios para no suspender el proceso de
inclusión escolar en caso de un eventual traslado de directivos.

1.1.5 Estado del Arte


Atendiendo a la concepción de extraedad escolar, es necesario dar una mirada a las
funciones que el sistema educativo ha cumplido a través del tiempo teniendo en cuenta que éste
es la base de la movilidad social en un contexto cultural, social, político y económico.
La escuela tiene una función socializadora que permite a los niños y jóvenes encontrar en
este espacio una comunidad de aprendizaje en la cual se integran diferentes gustos, expectativas,
niveles de crianza que convergen en el deseo de satisfacer las necesidades de conocimiento.
Al hablar de la función de la escuela en el marco de la educación formadora e
integradora, entonces es necesario que se comprenda una función de aprendizaje social que
permita que entre pares interactúen y fortalezcan su construcción individual y puedan generar
grupos en los cuales puedan incluir a otros con diferentes ritmos para abordar las enseñanzas de
12

ésta; así mismo, una función académica que permita que lo aprendido pueda legitimarse en una
sociedad que está en constante búsqueda de conceptos nuevos para permitir espacios de
aprendizaje desde la multiculturalidad.
Y es precisamente esa diversidad cultural la que permite hacer visibles poblaciones con
algún tipo de vulnerabilidad como son los estudiantes que ya no están en el rango de edad
estimado para un determinado grado escolar y que aun así permanecen en el aula esperando que
ésta provea saberes nuevos.
Con el fin de fortalecer la pregunta de investigación, se realizó un rastreo de estudios e
investigaciones a nivel local, regional, nacional e internacional, desde el año 2006 hasta el 2017
a través de bases de datos, centros de documentación y repositorios físicos y digitales de
diferentes universidades. Para dicha búsqueda se estableció como categoría preliminar: la
extraedad en básica secundaria. Los hallazgos con estas características fueron mínimos, sólo se
encontraron cinco investigaciones de contexto nacional y una de contexto internacional debido a
que la gran mayoría apuntaba a estudios sobre deserción escolar, exclusión, educación inclusiva
y repitencia escolar. Aunque estas categorías tenían cierto grado de pertinencia, los estudios
fueron descartados porque no apuntaban al objeto de investigación.
Las seis investigaciones halladas fueron pertinentes, pero no se ajustaron por completo a
la categoría preliminar, debido a que algunas aun teniendo por objeto de investigación la
extraedad, limitaban su campo de estudio a la básica primaria, y otras considerando brevemente
la extraedad, estaban más enfocadas al funcionamiento y articulación del Programa de
Aceleración del Aprendizaje.
La primera investigación, de contexto internacional, “La extraedad como factor de
segregación y exclusión escolar” realizada por Ruiz y Pachano (2006), estudió la extraedad en
las dos primeras etapas de Educación Básica en el municipio Pampanito del estado Trujillo en
Venezuela, y buscó analizar las causas y consecuencias de este fenómeno social. Las autoras
tomaron la etnografía como marco metodológico buscando describir e interpretar la realidad
cultural de la población de estudio tomada, y utilizaron la observación participante, las notas y
diario de campo y las entrevistas para lograr dicho cometido.
El estudio a través de una descripción contextual expuso que el Municipio de Pampanito
a pesar de contar con servicios adecuados, tenía calles donde se observaban signos de pobreza y
13

marginalidad, y que dentro las escuelas la labor docente estaba limitada a un modelo tradicional
de enseñanza donde debido a la ubicación rural, los profesores eran temporales, con cargos
provisionales, y poco supervisados.
Recurriendo a los relatos escolares, las autoras evidenciaron cómo los discursos de la
escuela y la familia establecían repercusiones importantes con valores de verdad para dar ciertas
características a los niños “y la forma en que las diferencias eran utilizadas “para marcar y
reforzar lo «normal» y las «desviaciones” (p. 57). Encontraron que cuando los estudiantes no se
ajustaban a los moldes de homogenización, la escuela insistía en considerarlos como casos de
patología o anormalidad; que la escuela desconocía profundamente las capacidades y habilidades
particulares de los estudiantes, e insistía en trasladar la responsabilidad a la familia.
En el ejercicio de caracterizar a ésta población estudiantil, describieron que la extraedad
podía estar ligado al ingreso tardío o a la repitencia escolar; que los estudiantes en ésta condición
académica eran sujetos ligados “al espacio del aula, pero en un estado de segregación o exclusión
silenciado y atado al poder de la misma” (p. 64); que si la extraedad se debía al ingreso tardío,
podrían haber factores de pobreza e ideales de un tener inmediato que la escuela no podía
satisfacer; que si las familias eran pobres, y los padres tenían un nivel de escolaridad bajo, no
veían la necesidad de que sus hijos se educaran y los niños podían introyectar esos discursos;
que cuando las familias cambiaban de residencia constantemente y los niños eran incorporados al
trabajo, esta situación se agravaba.
Las autoras concluyen la investigación expresando que lejos de aplicar pedagogías
recuperativas, para entender y transformar el fenómeno social y escolar de la extraedad, es
necesario repensar la familia, los docentes y la escuela.

La segunda investigación, de contexto nacional, “El programa de aceleración del


aprendizaje como apuesta de inclusión y mejoramiento de los procesos formativos” realizada por
Echeverry (2015), buscó evaluar el Programa de Aceleración del Aprendizaje y sus posibles
ventajas y desventajas, y se interesó por indagar las posibles causas y consecuencias de la
extraedad en la Sede María Inmaculada de la Institución Educativa San Francisco de Paula
ubicada en Chinchiná, Caldas.
14

A través de una metodología mixta, de enfoque cualitativo y cuantitativo, terminó


caracterizando a las familias de los estudiantes en aceleración y encontró que el 49% pertenecía a
familias extensas; en el nivel de escolaridad el 56% de las madres y el 32 % de los padres habían
completado sólo hasta primaria; en el 72% de los hogares la jefatura era ejercida por la madre,
quien era la encargada de poner las reglas y ser responsables de los gastos; el 44% de las madres
eran amas de casa y el 55% de los padres trabajaban el algún tipo de fabrica o negocio; el 59%
de las familias pertenecía al estrato 1, y el 26% al estrato 2.
Se encontró que los motivos de ingreso al Programa de Aceleración con mayor porcentaje
fueron la repitencia y la extra-edad. Según el testimonio de varios docentes, estudiantes, padres
de familia y directivos, algunas causas de la extraedad son:
La deserción, la repitencia y el mal rendimiento en los educandos como el cambio de
domicilio, el poco compromiso familiar, el desempleo, la poca motivación por aprender,
las relaciones poco amenas entre estudiantes y docentes, la desintegración familiar, la
pobreza, la violencia familiar, la inasistencia y el ingreso tarde a estudiar (p. 124).
La investigación concluyó que el Programa de Aceleración del Aprendizaje ha
resignificado el proceso educativo, que gracias a él muchos niños y jóvenes han podido
mantenerse escolarizados pese a la difícil realidad social en la que se encuentran inmersos, y que
esa era la oportunidad para repensar las estrategias pedagógicas y educativas. También se
concluyó que aun como medio de resiliencia para muchos niños y jóvenes, el Programa de
Aceleración todavía presenta grandes dificultades que giran en torno a problemas de recursos,
falta de acompañamiento de los padres, conflictividad en el aula y abandono por parte del
Ministerio de educación.

La tercera investigación, de contexto nacional, “Situación de extraedad, ingreso tardío de


los estudiantes al sistema escolar en el municipio de bello” realizada por Montoya & Tamayo
(2014), buscó determinar “el impacto generado por el programa aulas de Aceleración del
Aprendizaje sobre el proceso Enseñanza-Aprendizaje, en el periodo comprendido en los años
2012 y 2013 en las instituciones Playa Rica y Juan XXIII, ubicadas en el municipio de Bello” (p.
17) a través de un estudio de tipo cualitativo, donde la autoras se apropiaron de la metodología
etnográfica y el enfoque hermenéutico, recurriendo a un acercamiento y un dialogo profundo con
estudiantes, docentes y padres de familia.
15

Se encontró que en ambas instituciones se integraban los requisitos establecidos por el


Modelo Educativo de Aceleración del Aprendizaje, y sustentados en la pedagogía del éxito el
programa de aceleración estableció dinámicas enfocadas a fortalecer la autoestima, a realizar
proyectos que despertaran el interés y a ejecutar un proceso de evaluación constante.
Entre los principales hallazgos, se estableció que ambas instituciones educativas lograron
promover a los estudiantes hacia los grados de nivelación sobreponiéndose a las más grandes
dificultades que posee el modelo de Aceleración de Aprendizaje y que se concentran
principalmente en la falta de insumos, material de lectura, material didáctico en general y
deficiencia en cuanto a infraestructura.

La cuarta investigación, de carácter nacional, “Aceleración del Aprendizaje de la


Población Vulnerable con Extraedad”, realizada por Gutiérrez y Puentes (2009), buscó
comprender el Programa de Aceleración en la ciudad de Bogotá y a través de un enfoque
cualitativo descriptivo de caso, estudió 4 instituciones educativas para rastrear las características
del Programa.
La investigación encontró que el Programa de Aceleración había sido bien aceptado en
las 4 instituciones y se había valorado por mejorar la cobertura, darle otra oportunidad a los
niños y jóvenes que por diferentes razones han tenido que renunciar al sistema, nivelar a los
estudiantes para que pudieran concluir sus estudios y a través de los docentes trabajar en la
resolución de conflictos y en el manejo de las emociones.

La quinta investigación, de carácter nacional, “Las aulas de Aceleración del aprendizaje


Desde la óptica de sus protagonistas”, realizada por Bolívar (2015), se propuso “analizar los
elementos pedagógicos e intersubjetivos que constituyen las aulas de Aceleración del
Aprendizaje, desde la experiencia de sus diferentes actores” (p. 60) en cuatro instituciones
educativas ubicadas en la localidad San Cristóbal en Bogotá.
A través del enfoque metodológico de paradigma cualitativo, la autora hace una
reconstrucción contextual de los estudiantes en extraedad en el Programa de Aceleración y
expone que: pertenecen mayoritariamente a los estratos 1 y 2, sus familias se sostienen a través
de la economía informal y su extendido horario laboral reduce el acompañamiento en el proceso
16

escolar, han tenido experiencias de fracaso escolar y repitencia, algunos han desertado del
proceso educativo, sus historias pueden estar marcadas por conflicto armado, desplazamiento
forzado, desmovilización, trabajo infantil; dentro del aula hay procesos de diferenciación,
conductas agresivas, discriminación y estigmatización hacia ellos.
Se enumeran tres pilares mediante los cuales el Programa de Aceleración busca que los
estudiantes superen la experiencia del fracaso escolar: “Fortalecimiento de la autoestima de los
estudiantes, desarrollo de su capacidad de resiliencia y orientación para la construcción de sus
proyectos de vida” (p. 119).
Finalmente, la autora aboga por la necesidad empoderar el modelo, fortalecer la
formación de los docentes, dinamizar las estrategias de apoyo psicosocial, involucrar a las
familias y alentar los procesos de comunicación permanente entre directivos y profesionales para
identificar las características respectivas de los estudiantes.

La sexta investigación, de contexto nacional, “Análisis de los factores que afectan la


permanencia de estudiantes en extraedad en el sistema educativo” realizada por Camacho (2017),
que analizó los factores que influían en la permanencia de los estudiantes en extraedad dentro del
sistema educativo y en la culminación de sus estudios, desarrolló un estudio de caso tomando
una pequeña muestra de cuatro Instituciones en la localidad de Kennedy en Bogotá: dos que
contaban con el programa de Aceleración y dos que no lo hacían.
Apropiándose de una metodología descriptiva, la autora encontró que la ausencia del
Programa de Aceleración en las instituciones se debía a la carencia de recursos e infraestructura.
Las instituciones que contaban con este modelo de educación flexible, a pesar de ofrecer una
oportunidad para una comunidad marginada y con un contexto y una realidad tan compleja, no
garantizaban la culminación completa del ciclo académico debido a: el ingreso de personas con
alguna discapacidad cognitiva al Programa de Aceleración, estigmatización por parte de los
maestros, dificultades dentro del contexto familiar asociados principalmente la situación
económica precaria, el trabajo infantil y la carencia de recursos e infraestructura.
Se concluyó por lo tanto que, aunque el Estado haya creado modelos de ecuación flexible,
como el Programa de Aceleración del aprendizaje, para extender la cobertura educativa y
17

asegurar el derecho constitucional a la educación, se hace necesario además que se creen


políticas y estrategias enfocadas a la permanencia y culminación de todo el proceso educativo.
Después de realizar la revisión de los antecedentes investigativos, es posible replicar que
resulta ambicioso pretender que los estudiantes logren construir su proyecto de vida y fortalezcan
sus habilidades sociales a partir de su participación en el Programa de aceleración del
Aprendizaje, debido a que no a todos los satisfacen estos lineamientos y existe otra población en
condición de extraedad que no quiere pertenecer y desea continuar su curso de forma regular
aunque se asuma diferente a sus demás compañeros.
La deserción escolar se manifiesta en una debilidad estructural del sistema educativo, “es
el abandono del sistema escolar por parte de los estudiantes, provocado por la combinación de
factores que se generan tanto al interior del sistema como en contextos de tipo social, familiar,
individual y del entorno” (MEN, s. f, párr.1).
Este abandono puede atenderse si en los Proyectos Educativos Institucionales (PEI) de
cada escuela se resignificara y se planteara desde una educación preventiva que permita abrir
espacios para organizarse y hacerle frente a las demandas de la población que generalmente
deserta al iniciar el ciclo de la básica, cuando comienza a sentirse parte de un grupo más grande
en el que su participación será notoria entre pares, pueda sentirse útil, motivado por sus
profesores y comprender que es parte fundamental de una comunidad.
Desde el comienzo debe hacerle frente a esas necesidades: económicas, culturales,
profesionales, afectivas, sociales y espirituales de los alumnos. Para cada una de estas diversas
formas de necesidad, el equipo de maestros debe estar capacitado para ofrecer soluciones,
gracias a una organización, a unos contenidos, a unos métodos de trabajo y a unas relaciones
interpersonales establecidas (Cruz, 2010, p. 1).
La familia, la escuela y la sociedad, deben tener un punto de convergencia en la forma
como se deberá atender los factores de vulnerabilidad para que cada individuo pueda encontrar
en la educación una forma de enfrentar la vida, de asumir un rol acorde al lugar que ocupa en su
familia ya que las actividades laborales para los niños y niñas están penalizadas en Colombia.
Tal como lo expone Pardo, “La Ley 15 de 1925 estableció los parámetros de protección para esta
población, priorizando la educación y la alfabetización sobre el trabajo” (Pardo, 2014, p. 55).
18

La descomposición actual en Colombia aumenta los cinturones de extrema pobreza y


aunque las escuelas traten de proveer de alimentación, dar jornadas complementarias y de
campañas de salud a su población, aspectos como la ausencia del padre, la madres cabeza de
familia, los proveedores de drogas y alucinógenos a la vuelta de la esquina o a la entrada de los
establecimientos educativos enfrentan al estudiante a confundir su rol dentro de su núcleo
familiar y esta condición le genera una confusión que puede llevarlo a la deserción o a reiniciar
el grado por no alcanzar las competencias esperadas y cuando esto sucede el estudiante se ve
enfrentado a múltiples condiciones dentro del aula que lo incomodan haciéndolo sentirse
excluido porque sus pares distan en edad , en actividades afines y en muchas ocasiones desde su
nivel de desarrollo físico ya ven las diferencias.

1.1.6 Objetivos

1.1.6.1 Objetivo general

Identificar la concepción frente a la condición de extraedad que tienen algunos miembros


de la comunidad educativa (directivos, docentes, estudiantes y padres de familia) de la
Institución Educativa Álvaro Marín Velasco.

1.1.6.2 Objetivo específico


1. Describir las concepciones de extraedad que tienen los directivos, docentes,
estudiantes y padres de familia de la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco.
2. Caracterizar las concepciones de extraedad que tienen los directivos, docentes,
estudiantes y padres de familia de la Institución Álvaro Marín Velasco, frente a la condición de
extraedad.

1.2 Ruta conceptual

En el ejercicio educativo, los diferentes ritmos de aprendizaje son un factor predominante


dentro del aula que pueden generar o no dificultades para la práctica de este. Lo que hace
19

necesario hablar en términos de una gestión inclusiva que tenga en cuenta a poblaciones diversas
eliminando las barreras en el aprendizaje y que posibilite el acceso al contexto formativo. 1

1.2.1 Educación inclusiva inclusiva

La inclusión para Ainscow (2003),

(…) es un proceso. Es decir, no se trata simplemente de una cuestión de fijación y logro


de determinados objetivos y asunto terminado. En la práctica la labor nunca finaliza. La
inclusión debe ser considerada como una búsqueda interminable de formas más
adecuadas de responder a la diversidad. Se trata de aprender a convivir con la diferencia y
de aprender a aprender de la diferencia. De este modo la diferencia es un factor más
positivo y un estímulo para el aprendizaje de menores y adultos (p. 12).

Por tanto, se busca atender a las poblaciones en su diversidad ya que en términos


etnográficos siempre las aulas de clase se convierten en espacios que generan conocimiento a
través de la multiculturalidad transformando en el tiempo la calidad de lo que se aprende.

Los procesos inclusivos en Colombia atienden específicamente a la población


multicultural (afrocolombianos, raizales, indígenas, palenqueros) aunque no satisfagan sus
necesidades en un alto porcentaje pareciera que las políticas públicas visibilizan a estos grupos
poblacionales en contraposición de otros sectores como los estudiantes con necesidades
educativas especiales, estudiantes en situaciones de extraedad o estudiantes en riesgo sicosocial
quienes lentamente van engrosando los índices de población vulnerable desertora del sistema
educativo.

1 Las categorías mencionadas a continuación serán trabajadas en mayor detalle en los artículos de reflexión que
acompañan este informe.
20

1.2.2 Concepción

Para la psicología, el concepto de concepción (inglés: conception) designa una fase de lo


que acontece cognitivamente en cuyo transcurrir tiene lugar una comprehensión de aspectos,
propiedades o relaciones de objetos o asuntos. En el ámbito de la concepción entran procesos que
se pueden describir como abstracción, generalización, reflexión y comparación. El instrumento
de una concepción es el lenguaje y el resultado son enunciados. Si se mira una concepción en
este marco, entonces los enunciados –lo que la gente dice o expresa (por ejemplo en dibujos,
oralmente o de manera escrita) - se expresarían como conceptos. El instrumento de los conceptos
es el lenguaje, es decir, un concepto se puede leer, escribir, escuchar, expresar.

Para Arbeláez (2000),

(…) hacer uso de ese conjunto de ideas coordinadas e imágenes coherentes, explicativas,
utilizadas por las personas que aprenden para razonar frente a situaciones problema. Ideas
que traducen una estructura mental subyacente responsable de manifestaciones
contextuales que sirven de elemento motor en la construcción de un saber, permitiendo
incluso las transformaciones necesarias, acordes con la evolución cultural, científica y
tecnológica, partiendo de ese conocimiento personal que es la base de las concepciones.
Estas concepciones, construyen en parte el mundo que nos rodea, incluso la forma como
se produce el desarrollo individual y social y los problemas con que se encuentra el
individuo (p. 2).

Los docentes son parte fundamental de este proyecto, ya que son ellos quienes con sus
intereses particulares, su formación profesional y una actitud abierta frente a la concepción de
extraedad lideraran un proceso más incluyente en el desarrollo formativo de estos estudiantes.

1.2.3 Extraedad

Es concebida por el Ministerio de Educación Nacional como el desfase entre la edad y el


grado y ocurre cuando un niño o un joven tiene 2 o 3 años, por encima de la edad promedio,
esperada para cursar un determinado grado. Lo anterior, teniendo como base que La Ley General
21

de Educación ha planteado que la educación es obligatoria entre los 5 y 15 años de edad, de


transición a noveno grado y que el grado de preescolar obligatorio (transición) lo cursan los
niños entre los 5 y los 6 años.

La condición de extredad es una situación enmarcada en un contexto familiar, social y


político que trae consigo un reto para la educación y la implementación de nuevas estrategias que
permitan el acceso de los estudiantes a la educación pertinente, formadora y posibilitadora del
desarrollo social.

Según Román (2013),

Los problemas inherentes a la pobreza, la segmentación social, la inestabilidad


económica, la mantención de tasas de bajo crecimiento, el alto desempleo en las
sociedades y la vulnerabilidad social, los principales responsables del abandono y la
deserción de niños, niñas y jóvenes del sistema escolar (p. 37).

La problemática social que se vive en Colombia favorece el aumento de los índices de


extraedad, ya que el desplazamiento constante de las familias es causa de deserción y algunos
niños optan por trabajar para mejorar los ingresos familiares a corto plazo. Así, es necesario
tener en cuenta además factores como el contexto económico que enmarca la convivencia
familiar teniendo en cuenta los ingresos de cada uno de sus miembros, las condiciones
geográficas del lugar que habitan, la capacidad adquisitiva, el nivel educativo y los proyectos que
los padres tengan para sus hijos ya que todavía en algunos hogares se establecen roles de
funciones dentro del hogar direccionados desde el género.

1.2.4 Equidad

La equidad en la educación está relacionada con la equiparación de oportunidades


independientemente de factores externos como el socioeconómico, el ambiental, el político o el
cultural, si se tiene en cuenta que la educación es un derecho fundamental que no puede estar
condicionado a situaciones de pobreza, creencias ideológicas o abandono de los cuidadores.
22

Para Martínez (2000),

una interpretación de la educación como ‘mercado económico’ en el que se demandan y


ofrecen servicios educativos, permite entender y atender a la equidad mediante la
introducción de nuevas variables. En realidad, y de acuerdo con esta posición, la única
variable sobre la que se tendría que operar sería la económica. Procurar a las familias los
apoyos que les permitan ejercer sus derechos como consumidores en igualdad de
condiciones con los restantes demandantes, debería ser suficiente para garantizar la
equidad educativa. La libertad de elección, los intereses y preferencias del usuario, los
elementos diferenciales del servicio ofrecido, la competencia entre distintos oferentes, son
elementos que deberían bastar para obtener una educación de calidad al alcance de todos
(p. 16).

Aun así, las cifras de desplazamiento en Colombia y el aumento de niños y adolescentes


trabajadores acrecientan la deserción escolar y desmejoran las condiciones de motivación para
que los niños permanezcan en el aula.

De acuerdo con el Observatorio de Política y Estrategia en América Latina de la Cepal,

(…) de la mano de los últimos informes del Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia, UNICEF, y del Instituto de Estadísticas de la Agencia de Naciones Unidas para la
Ciencia, la Educación y la Cultura, UNESCO, 22 millones de los cerca de 117 millones de
jóvenes de Latinoamérica y el Caribe no se encuentran estudiando, o están en riesgo de dejar la
escuela. De los 22,1 millones de niños y adolescentes que están en riesgo de dejar la escuela, 6,5
millones no asisten y 15,6 millones sí lo hacen pero con dificultades (Molano, 2013, p. 1).

1.3. Presupuestos epistemológicos

Esta investigación es de corte cualitativo y busca comprender un fenómeno para poder


compartir, convivir y de ahí construir sentido. Creswell (1988) afirma que “un estudio
fenomenológico describe el significado de las experiencias vividas por una persona o grupo de
personas acerca de un concepto o fenómeno” (Citado en Sandín, 2003, p. 16).
23

Cuando se investiga acerca de un fenómeno social deberá tenerse en cuenta que el objeto
de investigación develará en su proceso de interacción una serie de características que subyacen
de su experiencia propia influenciada por agentes externos como pares relacionales o del
ambiente: “La investigación de un fenómeno enfatiza los aspectos individuales y subjetivos de la
experiencia”, exponiendo que de acuerdo a Tesch (1990):

en lugar de estudiar el impacto de un programa destinado a facilitar la integración de


alumnado de grupos minoritarios o estudiar la cultura escolar de las aulas multiculturales
o las interacciones entre alumnos de diversas razas, la fenomenología estudiaría cómo es
la vivencia para una persona en un aula de estas características o cuál es la experiencia de
un niño del grupo minoritario (o mayoritario) en un aula plural. La fenomenología es el
estudio sistemático de la subjetividad (Citado en Sandín, 2003, p. 16).

Este enfoque se hace más relevante y pertinente en la medida que retoma los elementos
metodológicos de la fenomenología hermenéutica propuesta por Manen, la cual se interesa
“primordialmente por el estudio del significado esencial de los fenómenos así como por el
sentido y la importancia que éstos tienen” (Ayala, 2008, p. 411) y

(...) estudia el mundo de la vida mediante métodos de reflexión y escritura que acceden
tanto a las dimensiones prácticas como lógicas del conocimiento (…) es necesario destacar que
desde este enfoque no se plantean “problemas a resolver” sino interrogantes acerca del
significado y sentido de determinada experiencia. En efecto, el investigador pretende dar
respuesta a cuestiones como: ¿Cómo es vivida esta experiencia por los niños? ¿Cómo viven los
educadores esta experiencia? ¿Cuál es la naturaleza esencial de ser/experimentar/vivir…?
(Ayala, 2008, p. 413)

Dentro de la investigación cualitativa además, “el estudio de casos ofrece, con carácter
holístico (…) un análisis en profundidad de segmentos de la realidad social o, en otras palabras,
es una investigación intensiva de los procesos sociales (personas y hechos) en sus contextos
específicos” (Saéz & Carretero, 1994, p.166). Bajo este postulado se pretende estudiar un
fenómeno que caracteriza a una población y que genera una situación particular dentro de una
comunidad.
24

1.4. Metodología utilizada en la generación de la información

1.4.1 Proceso de selección de muestras o de actores sociales

La investigación se llevó a cabo entre los años 2015-2016 en la Institución Educativa


Álvaro Marín Velasco, con directivos, docentes, estudiantes, padres de familia y se escogieron
aleatoriamente para ello: siete estudiantes de los grados de sexto a undécimo algunos en
condición de extraedad y otros acordes en el proceso del grado con la edad, dos padres de
familia, cuatro docentes de diferentes áreas, la institución solo cuenta con dos directivos
docentes y éstos hicieron parte de la investigación.

La institución educativa se encuentra ubicada en la ciudad de Medellín, en el barrio


Manrique el Pomar, en la zona nororiental comuna 3, dividida en 23 sectores de los cuales 15
son barrios oficialmente declarados por la Secretaría de Planeación Municipal y 8 aún no; de
acuerdo al Proyecto Educativo Institucional (PEI), la mayoría de esta población pertenece a los
estratos 1, 2 y 3; las familias en su mayoría son integradas por personas con un nivel de
escolaridad heterogéneo unos sin formación en lectoescritura, otros con la básica primaria, y en
menor proporción algunos alcanzan la educación superior.

En sus hogares las madres por lo general son cabeza de familia, sus empleos son de
carácter informal o desempeñan labores como empleadas domésticas. Los estudiantes están entre
las edades en promedio de los 5 años y a los 19 años, tienen distintas características según la
edad en que se encuentran: niñez, adolescencia y juventud. El diagnóstico se realizó mediante
observación directa de directivos y docentes.

1.4.2 Técnicas y Herramientas

1.4.2.1 Matriz de Observación.

Con visitas reguladas a la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco, se realizaron


observaciones en diferentes espacios y momentos, para obtener una descripción clara y precisa
sobre el objeto de estudio y la forma como se atiende la extraedad, teniendo en cuenta cómo
25

interactúan con sus pares, sus niveles de tolerancia frente al otro o aspectos que tengan que ver
con el desarrollo de su autonomía. Según Hurtado (2000), “la observación constituye un proceso
de atención, recopilación y registro de información, para el cual el investigador se apoya en sus
sentidos (vista, oído, sentidos kinestésicos y cenestésicos, olfato, tacto…)” (p. 449). Ver Anexo
No 3.

1.4.2.2 Entrevista Semiestructurada


Para (Flick, 2007),
(…) las entrevistas semiestructuradas son las que ofrecen un grado de flexibilidad
aceptable, a la vez que mantienen la suficiente uniformidad para alcanzar interpretaciones
acordes con los propósitos del estudio. Este tipo de entrevista es la que ha despertado
mayor interés ya que (…) se asocia con la expectativa de que es más probable que los
sujetos entrevistados expresen sus puntos de vista... de manera relativamente abierta, que
en una entrevista estandarizada o un cuestionario (Citado en Díaz, Torruco, Martínez &
Varela, 2013, p. 163).
Posteriormente se realizaron durante varios días encuentros directos (entrevistas) con los
agentes educativos (directivos, docentes, estudiantes y padres de familia); con antelación la
coordinadora académica citó a las personas seleccionadas aleatoriamente, en la jornada de la
mañana puesto que allí funciona el bachillerato. Estos fueron un grupo de maestros (4),
directivos docentes (2), alumnos que se encuentran en condición de extraedad (4) y alumnos que
no presentan esta condición (3) padres de familia (2) uno como acudiente de estudiante en
condición de extraedad y otro como acudiente de estudiante en situación regular. Para tal fin se
dispuso de la oficina del rector, por ser un espacio que tenía algunas características requeridas
como: privacidad, comodidad, se realizaron dos entrevistas por día.
Como los estudiantes entrevistados eran menores de edad se diligenció un formato de
consentimiento informado por parte de sus padres (Anexo 1).
Se utilizó un formato guía, sin embargo bajo la modalidad de entrevista semiestructurada
los entrevistados pudieron expresar libremente aspectos que consideraban pertinentes para
ampliar sus respuestas de manera espontánea (Anexo 2).
26

1.4.3. Consideraciones éticas de la investigación


Dentro de las consideraciones éticas para esta investigación se contemplaron las
siguientes:
1. Secreto Profesional: con el objetivo de garantizar el respeto a la dignidad y al
anonimato de los participantes en la investigación, fue compromiso de las investigadoras no
publicar los nombres de los participantes y evitar cualquier otra forma en la que quedara
expuesta su identificación.
2. Derecho a la no-participación: los participantes estuvieron informados del objetivo de
la investigación de allí que quedó al libre albedrío la participación o no en ella, la posibilidad de
no responder preguntas y retirarse en cualquier momento que lo consideraran conveniente.
3. Derecho a la información: los participantes estuvieron en el derecho de solicitar
información concerniente a esta en el momento que la requirieron.
4. Remuneración: los participantes fueron notificados del fin de la investigación la cual
era de carácter académico, por lo tanto no medió ningún tipo de contraprestación económica ni
de otra índole.
5. Divulgación: la socialización de los resultados será presentada a la comunidad
educativa de la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco y a otros grupos académicos o de
docentes.

1.4.4. Ruta para el trabajo de campo


Considerando lo anterior para la realización de las entrevistas a los menores de edad se
contó con el consentimiento informado firmado por éstos y sus respectivos padres de familia. Se
realizó una guía de preguntas con características de entrevista semiestructurada tanto para
estudiantes, docentes, directivos docentes y padres de familia, con las cuales se hizo una prueba
piloto para conocer si eran claras y pertinentes al momento de realizar las entrevistas. Las
entrevistas realizadas tuvieron una hora de duración por cada entrevistado, se cuenta con los
audios. Respecto a la transcripción de entrevista se hizo de forma natural y manual; se tienen
digitalizadas en un documento en word.
27

1.5. Procedimiento en el análisis de la información.


1. En esta fase con los insumos obtenidos después de las entrevistas se procedió a
transcribir cada una de ellas y se realizó una familiarización de los datos recolectados por parte
de los entrevistadores, haciendo una lectura general de éstos.
2. Producción de una matriz de análisis que incluye categorías y subcategorías relevantes
de los objetivos de investigación y del referente teórico. Se inició con 4 categorías principales de
las cuales emergen 4 de segundo nivel y 59 de tercer nivel. Ver Anexo No 4
3. Luego se identificaron algunas respuestas que se presentaron de forma repetitiva
formando categorías de clasificación, con el objetivo de realizar la interpretación de estas,
buscando los puntos de convergencia, los cuales permitieron darle sentido a las voces de los
actores, a través de sus relatos.
4. Proceso de triangulación de la información, se establecieron relaciones entre las
categorías definidas según el referente teórico y las categorías emergentes en la información
producida por el trabajo de campo, triangulando la información de estas. Con estas categorías
posteriormente se organizan bloques de información para elaborar el informe final de hallazgos
de resultados.
28

2. PRINCIPALES HALLAZGOS DEL PROCESO INVESTIGATIVO


2.1 ¿Podemos hablar sin etiquetas?
Entrevistas a estudiantes
Adaptación Escolar y Sentido de Pertenencia
Para abordar los términos adaptación y sentido de pertenencia desde la concepción de los
estudiantes es preciso hacer una definición previa de éstos.
El término adaptación proviene del latín y dentro de esta lengua tiene origen en la palabra
adaptare, la cual tiene un verbo compuesto por dos partes, en primer lugar el prefijo ad, que
significa “hacia” y en segundo lugar el verbo aptare que se traduce como “ajustar o equipar”.
Este a su vez hace referencia a la acomodación o ajuste de algo respecto a otra cosa. Cuando se
habla de adaptación de una persona se puede identificar que el individuo se habitúa a múltiples
circunstancia y condiciones (Pérez, 2008, p. 1).
La adaptación, según García y Magaz, como se citó en López (2013) indica que
la adaptación humana puede establecerse en un doble proceso: ajuste de la conducta del
individuo a sus deseos, gustos, preferencias y necesidades propias y como tal conducta a
los contextos del entorno en que habita, es decir a las normas, deseos, gustos, preferencias
y necesidades de los seres humanos con quienes cohabita e interactúa ocasional o
habitualmente (p. 25).
Lo anterior guarda una estrecha relación con el sentido de pertenencia el cual es abordado
por (Maslow, 1991) “si tanto las necesidades fisiológicas como las de seguridad están bien
satisfechas surgirán las necesidades de amor, afecto y sentido de pertenencia…” (p. 28).
Los estudiantes en condición de extraedad llegan a la Institución Educativa Álvaro Marín
Velasco en su mayoría porque vienen de otras instituciones en las que no han encontrado acogida
o no se han sentido cómodos como lo expresan algunos de los estudiantes entrevistados:
Desde hace dos años estoy estudiando en esta institución, porque tuve unos problemas en
la otra institución, entonces me sacaron, me echaron, porque en la hoja de vida, tenía
muchas anotaciones, no era que me gustaba pelear sino que me buscaban, se engañan, me
encontraban.
Escogí esta institución porque buscamos en unas y no me aceptaron; por la hoja de vida,
vinimos acá y me aceptaron. Vi que en esta institución me podían brindar mucha ayuda y
oportunidades, la coordinadora me brindó muchas posibilidades yo acá cambié mucho
(Estudiante entrevistado #3).
29

Después de realizar un rastreo de varios manuales de convivencia de diferentes


instituciones educativas de la ciudad de Medellín, se evidenció que los estudiantes están sujetos a
la negación de cupo escolar por diferentes razones, las cuales deben estar sustentadas y
justificadas en el P.E.I. (Proyecto Educativo Institucional) exactamente en lo que concierne al
manual de convivencia.
Algunas de las razones a considerar son:
1. Reprobar un grado por segunda vez, teniendo en cuenta que el estudiante puede
permanecer en la institución más de dos años repitiendo un grado siempre y cuando tenga
Necesidades Educativas Especiales (NEE) y buen comportamiento.
2. Inasistencia injustificada de un 20% a las actividades escolares.
3. Haber infringido persistentemente las normas que hayan originado procesos
disciplinarios y no haber dado respuesta positiva a todas las acciones pedagógicas realizadas por
la Institución (Institución Educativa Montecarlo Guillermo Gaviria, 2015).
Por las razones antes citadas, algunos estudiantes que dieron sus testimonios en el
proceso investigativo, manifestaron que perdieron su cupo escolar, las repitencias escolares, la
movilidad entre instituciones educativas, generó en estos jóvenes apatía, y desinterés por el
proceso educativo, propiciando así la condición de extraedad en la que se encontraban al
momento de llegar a la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco, así lo expone otro de los
estudiantes entrevistados:
(…) Estoy estudiando hace dos años en la institución, en el otro colegio me negaron el
cupo, como había perdido dos años. En ese tiempo estaba muy descarrilado, iba,
molestaba, no hacía tareas, no hacía nada, perdía el año y volvía a empezar, después me
daba un cambio de moral, y ahí era cuando ganaba el año y pasaba y volvía y pasaba lo
mismo a veces volvía y perdía el año. No le tenía como tanta importancia al estudio. Yo
salí de la otra institución y hay mismo me puse a buscar y encontré este colegio, me vine
para acá a buscar cupo, además como los amigos también estudian en esta institución no
busqué más, además no me pidieron hoja de vida; y ahí empecé a cambiar (Estudiante
entrevistado #4).
Respecto a la institución consideran que es un espacio para desarrollar su conocimiento
personal, están satisfechos con el ambiente escolar, encuentran un espacio para conocer a otras
30

personas, aprender y compartir con sus docentes quienes les dedican tiempo extra para que ellos
aprendan y son un referente importante en su proceso de aprendizaje, les enseñan buenos
modales, como comportasen y cómo prepararse para la vida.
La buena disposición de los docentes para colaborar a los estudiantes es reflejada en un
aparte de la siguiente entrevista:
De los docentes me gusta la amabilidad, cuando yo no entiendo, yo les pido ayuda
después de clase, y son muy cortes ellos se pueden quedar después de su horario
cotidiano, se pueden quedar solamente para explicarnos (Estudiante entrevistado #1).
Si bien es cierto que los estudiantes encuentran en la institución un lugar confortable y
acogedor en el que se sienten cómodos, expresan que les gustaría que se abrieran otros espacios
para el arte, el baile y actividades culturales ya que necesitan tiempo de lúdica y esparcimiento:
Lo único que me gustaría que le colocaran, sería como: hacer obras de teatro, que hicieran
actos cívicos y culturales más seguidos, cursos no sé cómo de música, baile, arte, para los
jóvenes que no tienen nada para hacer en la tarde, me gustaría eso (Estudiante
entrevistado #1).
En la institución se sienten como sujetos que aprenden a defenderse por medio de su voz,
que son escuchados y que como seres sociales se proyectan a una sociedad por medio de la
educación ya que es un lugar de oportunidades.
Todos los estudiantes entrevistados afirman que la institución ha mejorado notablemente
y que no es de “gamines” como lo consideran algunos adultos del sector, los alumnos están en
las aulas, obedecen a sus docentes y la relación entre pares es cordial ya que las dificultades
surgidas de algún conflicto son abordadas en el tiempo establecido.
Sus apreciaciones al respecto son:
Esta institución siempre ha tenido fama de “gamín”, porque algunos estudiantes al lado
de la institución fuman, toman, pero no sé, nunca me ha parecido mala (Estudiante
entrevistado #1).
(…) Pues por lo que aquí reciben gente de todo tipo de pensamiento, algunas personas no
lo han visto de buena forma, pero como esas personas no han metido a sus hijos acá, ni
han llegado a venir a observar la institución, ni el comportamiento de los docentes y el
resto, entonces no lo ven de buena manera, entonces dicen que es una institución de
gamines, o que aquí todo es malo, que solamente hay marihuaneros, pero como ellos no
31

vienen acá a mirar esas cosas, no se dan cuenta que la institución ha mejorado mucho en
eso ya los estudiantes no son tan gamines como eran antes (Estudiante entrevistado #2).

(…) Que acá es donde aceptan a todos los que no reciben en los otros colegios
(Estudiante entrevistado #3).

Que es una gaminería, porque permiten todo, que hay veces que no vienen con el
uniforme, que vienen con la ropa que quieren; a mí no me afecta eso, que digan tantas
cosas, pues más exigencia con el uniforme no me afecta, uno trata de hacer las cosas bien,
pero finalmente el uniforme es lo de menos (Estudiante entrevistado #4).

(…) Cuando yo me iba a venir a estudiar a acá, encontré dos versiones. una de la gente
que estudiaba acá y me decía que es buena, que enseñan bien, y a otros les escuchaba
decir que allá hay mucho vicioso (Estudiante entrevistado #6).

(…) dice que hay muchos gamines, pero uno no debe pensar en eso, sino en lo que
enseñan y aquí enseñan mucho (Estudiante entrevistado #7).

Condición de extraedad y la incidencia en el ámbito escolar


En esta categoría se abordó la relación que se puedo evidenciar a través de las entrevistas,
entre la condición de extraedad y la incidencia en el ámbito escolar, entendiendo este último
como: (…) aquellos espacios sociales institucionalizados que poseen una organización, dinámica
propia y que tienen la función social de educar a los ciudadanos en las diferentes etapas del ciclo
vital (Secretaría Distrital de Salud, 2017, p. 13).
En cuanto al término de extraedad los actores refieren que, es reconocido por la mayoría
de ellos y se entiende como el estudiante que es mayor en edad para el grado que está cursando
con respecto a sus demás compañeros. Conocen el concepto y lo definen de la siguiente manera:
(…) La extraedad sería una persona que es mayor en el grado que no debería estar
(Estudiante entrevistado #1).
32

(…) Es como que uno está en una parte en donde no debería estar para la edad que uno
tiene ¿cierto?, debería estar uno más adelante (Estudiante entrevistado #3).
(…) Es atrasado en los años escolares (Estudiante entrevistado #5).
A su vez piensan que se ven raro ya que ellos tienen otras costumbres, sus ritmos de
estudio son diferentes.
(…) Pues, es maluco porque uno en un grado y la otra gente más pequeña va pasando, y
uno todavía ahí en ese grado, uno tan bien viejo y la gente más pequeña que uno, como si
uno fuera el papa de todos (Estudiante entrevistado #4).
Algunos de los estudiantes en condición de extraedad cuando no comprenden un tema no
le piden ayuda a los profesores porque les da pena, entonces recurren a sus compañeros; lo cual
les permite un intercambio de experiencias y una enseñanza recíproca.
La mayoría de los estudiantes entrevistados se sienten cómodos, no sienten rechazo por
su edad y por el contrario consideran que ayudan a los más pequeños a resolver sus dificultades
por medio del diálogo ya que ellos comprenden que todo se soluciona hablando, y que la
estrategia de separar los pequeños y los grandes por aulas es más beneficioso para la convivencia
y para las relaciones interpersonales, así lo manifiesta un estudiante:
(…) Acá obviamente se ven pequeños y grandes, pero en el colegio separan a los más
pequeños en un grupo y los más grandes en otro. (…) en el patio no dejan que los niños
se acerquen a los grandes porque los grandes empiezan a fastidiarlos, intentan evitar eso.
(…), además siempre hay un profesor que está cuidando (Estudiante entrevistado #6).

Cómo influye la repitencia escolar en el ámbito familiar


Según el glosario del MEN (Ministerio de Educación Nacional):
La repitencia se da cuando el estudiante, que no es promovido al grado siguiente,
hace nuevamente el grado que estaba cursando o cuando ha dejado de estudiar
durante un tiempo y regresa a la institución educativa con el fin de ponerse al día
y repasar áreas que no recuerda u obtuvieron una evaluación muy baja, y
voluntariamente decide hacer nuevamente el último grado cursado (MEN, s. f,
párr.1).
33

En cuanto al ámbito familiar, de acuerdo con la Sentencia del 11 de julio de 2013 del
Consejo de Estado, se define como:
(…) una estructura social que se construye a partir de un proceso que genera vínculos de
consanguinidad o afinidad entre sus miembros. Por tanto, si bien la familia puede surgir
como un fenómeno natural producto de la decisión libre de dos personas, lo cierto es que
son las manifestaciones de solidaridad, fraternidad, apoyo, cariño y amor; lo que
estructuran y le brindan cohesión a la institución (citado en Ministerio de Salud, 2017, p
12).
Los estudiantes pierden el grado escolar debido a múltiples situaciones como una familia
disruptiva, los niveles de pobreza, la apatía a contenidos y métodos de enseñanza, las malas
relaciones con docentes, el desacomodo en la institución y sus dinámicas, situaciones de maltrato
escolar entre pares mal resueltas.
Ellos sienten que lastiman a sus familias cuando deben reiniciar el grado escolar, es un
sentimiento colectivo de frustración porque sus padres se decepcionan y en algunos casos son
ellos mismos quienes deben encontrar otra opción en una nueva institución educativa y entre sus
compañeros porque quienes han aprobado el año escolar los dejan atrás generando en ellos una
sensación de desarraigo social. Algunos de los que le han hecho frente a esta situación expresan:
(…) mis padres ya estaban cansados y decepcionados de darme las cosas y no valorarlas,
uno no hacía nada, entonces, me dijeron que consiguiera colegio y que hiciera las cosas
por mí mismo y yo me puse a buscar y encontré este colegio y ahí empecé a cambiar
(Estudiante entrevistado #4).
(…) Conflictos con mi mamá, cuando perdía años ella se ponía mal y se enojaba, esto
llevaba a regaños, peleas, pero peleas feas, si a ella no le gustaba. Aun así, ella me decía:
“dele con ganas para que no se quede muy atrás”. Cuando ya me pasaron para octavo
(aceleración) se puso feliz, mejor feliz que triste, ya que no en todos los colegios hacen
grupos de aceleración (Estudiante entrevistado #6).
Encuentran en su Institución un espacio que los invita a ser mejores, al aprovechamiento
del tiempo, a permanecer en el sistema educativo y a reconciliarse con sus familias ya que la
dinámica familiar y el nivel de confianza mejora cuando son promovidos al siguiente grado:
(…) Sí, mi papá se ha sorprendido conmigo porque he cambiado demasiado; cambié
mucho en el estudio, en la forma de ser (Estudiante entrevistado #4).
34

2.2 ¿Y si me le dan otra oportunidad?


Entrevistas a Padres de Familia
Nivel de confianza en el proceso formativo que brinda la Institución Educativa
Los padres de familia reconocen en la institución educativa un referente de confianza
entendida esta como la define Cornu (1999), “… es una hipótesis sobre la conducta futura del
otro. Es una actitud que concierne el futuro, en la medida en que este futuro depende de la acción
de otro. Es una especie de apuesta que consiste en no inquietarse del no-control del otro y del
tiempo” (p. 19).
Éstos a su vez manifiestan que aunque la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco no
cuenta con un buen reconocimiento dentro del sector por ser considerada un espacio de
estudiantes problemáticos, peleadores y que llegan allí porque no los reciben en ninguna otra
institución, valoran la posibilidad que le han dado a sus hijos para continuar su proceso
formativo ya que el cambio ha sido favorable en cuanto a lo académico y disciplinario, así lo
narró una de las madres entrevistadas:
(…) Yo estoy feliz, yo estoy matada porque es el único colegio donde mi hijo ha
funcionado. Vi el colegio, la verdad no me gustó, había mucho muchachito fuera de clase.
(…)
(…) Él no trabajaba, yo en la casa tengo cerros de cuadernos, y les he quitado 5 hojas que
trabajo en el año, tengo todos los cuadernos empezados ahí, sin saber qué hacer con ellos,
en cambio acá es totalmente distinto (Padre de familia entrevistado #1).
Las madres de familia entrevistadas refieren que los docentes y la coordinadora son
amables, excelentes seres humanos y que ellas se sienten confiadas de dejar a sus hijos en la
institución, quienes demuestran haber logrado en este espacio educativo un acomodo escolar y la
satisfacción a sus expectativas después de tantos cambios; así mismo consideran que todos los
estudiantes merecen una oportunidad independiente de su procedencia o de cualquier otra
situación puesto que es la posibilidad de mejorar y de salir adelante.

La Institución un espacio inclusivo para sus hijos


Si bien se identifica en el discurso de las personas entrevistadas que la inclusión es una
insignia de la institución, es importante conceptualizarla desde el ámbito educativo, para esto nos
remitimos a la definición presentada por la (Unesco, 2003, p. 7):
35

La integración se concibe como un proceso consistente en responder a la diversidad de


necesidades de todos los alumnos y satisfacerlas mediante una mayor participación en el
aprendizaje, las culturas y las comunidades, así como en reducir la exclusión dentro de la
educación y a partir de ella (Booth, 1996). Supone cambios y modificaciones en el
contenido, los métodos, las estructuras y las estrategias, con un enfoque común que
abarque a todos los niños de la edad apropiada y la convicción de que incumbe al sistema
oficial educar a todos los niños (UNESCO, 1994).
Consideran que si es un espacio donde todos “caben”, y las diferencias las saben tratar
para que no se generen problemas; si bien es cierto que la institución ha tratado de hacer el
manejo organizando los grupos con edades más homogéneas tampoco hay dificultad en que en
un aula compartan estudiantes de edades heterogéneas aunque es necesario acompañar a los más
“pequeños” para que los más “grandes” no se vayan aprovechar de ellos con las tareas.
Advierten además, que esta dinámica puede convertirse en una situación “difícil” para los
docentes ya que si en un aula existen tantas diferencias de edades, los gustos y las formas de
aprender son diferentes por lo que los ritmos de aprendizaje varían, situación que también se
pueden evidenciar en las aulas regulares, pero que de igual forma es una oportunidad para
compartir sus experiencias, no han tenido problemas por esta situación con sus hijos, por el
contrario los ven adaptados académica y comportamentalmente.

2.3 ¿Y si nos salimos de lo convencional?


Entrevistas a Docentes
La población en condición de extraedad: un reto inclusivo para los docentes
Los docentes encuentran dos tipos de estudiantes en condición de extraedad:

Los primeros son estudiantes que manifiestan deseo de aprender pero presentan
dificultades sociales o familiares, con ellos el proceso educativo es eficiente y productivo,
por el contrario otros estudiantes en condiciones sociales o económicas que se consideran
dentro de lo normal pero que están en situaciones de drogadicción, desplazamiento,
delincuencial, entre otras, para los cuales el proceso educativo es más complejo ya que
tienen otros intereses particulares y su desmotivación es evidente; sus procesos no
permanecen en el tiempo e interrumpen en periodos hasta de cinco años y no continúan
estudiando (Docente entrevistado #1).
36

La Institución Educativa Álvaro Marín Velasco atiende esta población logrando en un


alto porcentaje que los estudiantes en condición de extraedad se adapten al ámbito educativo, que
ocasionalmente dejen el consumo de drogas y en otro porcentaje mejore el acompañamiento
familiar. La planta física de la institución es pequeña por lo que esta población encuentra un
ambiente familiar en el cual logra establecer vínculos con la comunidad educativa y generar un
arraigo que les permite quedarse, superar obstáculos y en algunos casos graduarse.

Como docentes consideran que el proceso en ocasiones es complicado porque es


necesario adaptar los contenidos y el enfoque de las diferentes temáticas, ya que los rangos de
edad son bastante amplios y sus saberes previos son diferentes; además las significativas
diferencias de edad, por ejemplo: entre 11 y 17 años pueden ocasionar algunas alteraciones en
los procesos de los estudiantes que vienen en forma regular y de acuerdo a la edad establecida
para el grado.

Es necesario tener en la práctica docente, algunos aspectos fundamentales como son: el


respeto, el buen trato en todos los momentos y en todos los espacios de la institución y el
manejo de la disciplina durante las clases ya que es necesario que se evidencie quien
direcciona los procesos. (Docente entrevistado #1).

La labor docente siempre debe estar encaminada a la inclusión, independiente del área
que dicte o la formación profesional que se tenga, pese a que no hay las suficientes herramientas
con contenido para atender a este tipo de población, los docentes deben prepararse y adaptar el
conocimiento generando oportunidades y espacios pedagógicos para que los estudiantes no
deserten de las escuelas.

La Institución Educativa asume la condición de Extraedad como un proceso de inclusión

La Institución Educativa sin dejar de lado los procesos disciplinarios abre un espacio en
el cual docentes, directivos y estudiantes establecen diálogos formativos en cualquier espacio de
su planta física en el día a día, lo que permite acercamientos informales que fortalecen las
relaciones interpersonales:
37

(…) pienso que hay una gran ventaja, y es que es un ambiente muy familiar porque como
el colegio es tan pequeño, se logran unos vínculos que facilitan a los estudiantes ser
escuchados y sienten que están pendiente de ellos pero en el buen sentido. Eso ha servido
mucho; es un ambiente favorable para ellos (Docente entrevistado #1).

Además, ha sido una política de la institución, recibir a los estudiantes en cualquier tipo
de condición, que sea de ellos mismos, del aprovechamiento del tiempo y el espacio educativo
que dependa su permanencia. La Institución con el objetivo de dar continuidad a los procesos
educativos tiene contemplado en el P.E.I. (Proyecto Educativo Institucional) procesos de
inclusión, atención a la diversidad y pluralismo, en los aspectos pedagógicos y de convivencia, lo
cual les permite prestar un servicio educativo a todos los niños, niñas y jóvenes con diferentes
características físicas, cognitivas, emocionales y de sus elecciones personales e ideológicas;
igualmente admiten atender los diferentes ritmos de aprendizaje y desarrolla procesos de
nivelación y promoción con estudiantes extraedad. Así mismo analiza las circunstancias y
condiciones del ambiente escolar que inciden en el estudiante (Plan Educativo Institucional
Álvaro Marín Velasco 2017).

Los docentes han recibido algunas capacitaciones frente al tema de inclusión, pero de
carácter muy general, las cuales no han sido significativas ya que no están ajustadas al contexto y
a la realidad institucional, ha sido fundamental la motivación que han tenido docentes y
directivos para darle una mirada a la población en esta condición, y entender sus dinámicas
familiares y la forma de relacionarse con los otros.

El Premio a la Calidad de la Educación es una iniciativa de la Secretaría de Educación de


Medellín que viene ejecutándose desde el año 2006. Es reconocido en la ciudad como una ruta a
través de la cual se visibiliza la gestión escolar de los establecimientos educativos, las acciones
pedagógicas de los maestros y directivos docentes, y los proyectos de liderazgo de los
estudiantes. Gracias a sus herramientas y modelo de trabajo, se ha convertido en una estrategia
que aporta al mejoramiento tanto de las prácticas pedagógicas institucionales como de los
maestros.
38

Busca contribuir al mejoramiento de los establecimientos educativos promoviendo la


documentación, el análisis crítico, la retroalimentación y difusión de sus experiencias; incentivar
a quienes han hecho posible el mejoramiento de los procesos formativos y de aprendizajes de los
estudiantes en su contexto; y destacar los esfuerzos y progresos en las instituciones oficiales,
privadas y de cobertura educativa del municipio, que aportan herramientas, elementos y
conocimientos para la vida (Proantioquia, 2018, p. 1).

Si bien es cierto que existen reconocimientos a las prácticas exitosas como el antes
mencionado algunas instituciones que también tienen experiencias significativas han sido
invisibilizadas, a pesar de la contención social que realizan en el entorno, a los esfuerzos para
que los estudiantes tengan acceso, cobertura, permanencia y promoción, los docentes sienten que
no son reconocidos, que dentro de las políticas de ciudad siempre se reconocen a las mismas
instituciones, por lo tanto ellos y los estudiantes se desmotivan frente a los proyectos que
emprenden y que son significativos en su contexto.

Es necesario reevaluar algunos aspectos como el límite en los rangos de edad porque
algunas actividades no han funcionado con estudiantes de 19 o 20 años, los cuales ya podrían
ingresar a los CLEI (Ciclos Lectivos Especiales Integrados) y algunos tienen problemas de
adicción por lo que no les genera la misma motivación que a un estudiante de menos edad y sin
problemas familiares o como los antes mencionados.

Algunos de los docentes entrevistados consideran que no se deben recibir estudiantes por
recibir y aumentar los porcentajes de la población, se debe dotar y mejorar los espacios para los
estudiantes que ya están en la institución, motivarlos a mejorar su capacidad cognitiva y
articularse a los procesos formativos de ciudad. Además, se debe mejorar en la caracterización o
registro de los estudiantes con algunas necesidades específicas ya sea educativas,
comportamentales o sociales para que los docentes puedan abordar estas situaciones teniendo en
cuenta el contexto y la comunidad circundante de la institución y poder mejorar las prácticas
pedagógicas desde las aulas:

(…) Para nosotros los docentes es importante conocer las situaciones particulares de los
estudiantes que nos lo hagan saber, porque muchas veces uno tiene en el salón de clase
39

estudiantes que tienen dificultades y uno los identifica, pero no sabe realmente qué tipo
de dificultad tiene, para uno así poder trabajar con ellos (Docente entrevistado #2).

2.4 ¡Solos no podemos!

Entrevistas a directivos

La Extraedad concebida desde la normatividad

La institución tiene claridad frente a la atención a estudiantes en condición de extraedad,


pero sus directivos explican que desde lo administrativo es necesario buscar apoyo con entidades
que colaboren con el proceso.

Puesto que hay cosas que se le salen de las manos, por más que la institución sea
completamente incluyente hay asuntos que ya no dependen de ella sino de otras entidades
del gobierno y esas otras entidades del gobierno ya están saturadas. Entonces cuando
nosotros como institución incluyente hacemos por ejemplo: diagnósticos de estudiantes,
remisiones de estudiantes, pues esa remisión llega a la entidad y esa entidad que ya está
saturada no la puede recibir o simplemente no la puede procesar, esto frena los procesos
internos porque nosotros necesitamos ayudas externas y no la podemos tener.
Contemplando que la inclusión que se hace es más de índole social que académica
(Directivo Docente entrevistado #2).

Es necesario apropiar la didáctica de los docentes puesto que estos estudiantes están
cansados de trabajar las temáticas de la misma manera, por lo que se hace necesario establecer
otras estrategias para generar interés en ellos.

Se realiza la evaluación y promoción de estudiantes en condición de extraedad, con un


sentido humano teniendo en cuenta que han perdido mucho tiempo por sus dificultades
familiares o sociales, los docentes dedican tiempo extra al trabajo haciendo énfasis en los
contenidos de matemáticas y lengua castellana, facilitando así que se dé la promoción de algunos
estudiantes del grupo de aceleración de sexto y séptimo a octavo y noveno. La promoción les
40

genera confianza en sí mismos porque comprenden que si pueden aprender y mejoran sus
relaciones sociales y la forma de expresarse ante otras personas.

En este sentido, Umaña (2014) expresa:

Desde la Secretaría de Educación de Medellín, “la problemática se trabaja partiendo de la


aceleración del aprendizaje, como lo hace el gobierno departamental. "Esta es una manera
de apoyar el proceso, mientras que con ayuda de las instituciones educativas, sus
directivos y los docentes se realizan dentro de las aulas de clase procesos de inclusión, de
resolución de conflictos, para que el chico en extraedad no sufra de discriminación
alguna. El establecimiento debe generar las condiciones para que ellos estudien y no
deserten (p. 3).

La Institución Educativa Álvaro Marín Velasco promueve la Educación Inclusiva. Es


incluyente, no se establecen procesos de selección para la admisión de estudiantes en situación
de extraedad, cuando ingresan se busca la estrategia para que permanezcan sin hacerse daño así
mismo y a los demás, ya en el proceso si se evidencia que no pudieron adaptarse a la institución
entonces se procede a la no renovación de la matrícula escolar.

Si es incluyente primero no establecemos procesos, puede entrar el que quiera y en el


proceso cuando ya está aquí se busca la estrategia para que permanezca si uno de ellos
está obstaculizando el proceso de los demás se busca la estrategia de que se tiene que ir,
qué pesar pero al no respetar el proceso de inclusión del otro se tiene que ir porque si no
lo dañaría (Directivo docente entrevistado #1).

Para el Año 2015 la institución contaba con 90 estudiantes en condición de extraedad, el índice
más alto en la ciudad de Medellín.

Considerando todo lo anterior es relevante que el Estado intervenga con políticas que
permanezcan en el tiempo y generen en estos estudiantes nuevas posibilidades de adaptación a la
sociedad por medio de la educación, que han sido reducidas por múltiples factores entre ellos el
abandono familiar, la violencia, el abuso sexual, las adicciones.
41

2.6 Conclusiones

En primer lugar, el abandono familiar, los malos hábitos de crianza, las condiciones de
pobreza, favorecen el escenario para que los niños abandonen a temprana edad la escuela,
ingresando así a los altos índices de estudiantes en condición de extraedad. Esto genera baja
autoestima, desconfianza con el sistema educativo y malas relaciones familiares ya que sus
cuidadores se agotan por la pérdida escolar.

Asimismo, la familia juega un papel fundamental en la crianza de los individuos, los


hábitos y rutinas son concomitantes en el desempeño eficaz de éstos en la sociedad. Cuando la
familia se desorienta ante los procesos de crianza delega esta responsabilidad al Estado y al no
encontrar respuesta somete al niño a un estado de abandono. Puede o no iniciar estados de
intermitencia en los cuales la escolarización es una opción, posteriormente si el estudiante
fracasa en la escuela se le delega a él la búsqueda de otra institución escolar.

Los padres de familia consideran que pese a la mala fama que tiene la institución
educativa Álvaro Marín Velasco en el entorno, han encontrado en esta, un lugar de acogida para
sus hijos, donde se respeta la diferencia y se potencializan las habilidades de los estudiantes.
Por otro lado, las dinámicas fragmentadas de la escuela inmersa en un sistema económico
que no advierte en su plataforma educativa estudiantes de poblaciones flotantes que van y vienen
por diversos factores sociales, no están en una línea regular, los cuales necesitan una razón
adicional para permanecer, sugieren otras posibles formas y adecuaciones para adaptarse, debe
visionar las posibilidades a las que estos estudiantes se verán enfrentados al salir tarde de
undécimo.

Si bien en el análisis de la información se evidenció que en la Institución Educativa


Álvaro Marín Velasco los procesos son inclusivos, de apertura y de acogida, dentro de las
concepciones de algunos miembros de la comunidad educativa (estudiantes, docentes, padres de
familia) persisten discursos inconscientes de estigmatización hacia los estudiantes en esta
condición.
42

Se encontró además que el cuerpo docente no está preparado para atender los altos
índices de población diversa desde la academia, ya que la heterogeneidad en cuanto a las edades
conlleva a múltiples requerimientos que no son posibles desde las condiciones de la planta física,
la cual es pequeña, sino que generan además una alta demanda en cuanto a adaptaciones
curriculares y recursos didácticos y pedagógicos que al ser insuficientes se ven reflejados en las
múltiples repitencias de estos estudiantes, lo cual conlleva a pensar que la educación
convencional no es exitosa en éstos casos. No obstante, en la Institución Educativa no han
titubeado en realizar transformaciones, que les han permitido crear una propuesta de atención
desde la vocación de los docentes y directivos que le dan relevancia a la permanencia del
estudiante en territorios de paz y entornos protectores para mejorar sus procesos de convivencia.

Según el testimonio de algunos docentes, las políticas públicas de ciudad no dan el


reconocimiento suficiente al trabajo de las instituciones educativas que luchan por mantener
escolarizada a una población en condición de desfavorabilidad, es necesario visibilizarlas para
atenderlas y mejorar su nivel de expectativas en el campo profesional y laboral, la deserción de
los centros educativos eleva los índices de pobreza y vulnerabilidad.

Finalmente, se hace urgente y necesario en nuestro contexto construir y aplicar


propuestas educativas que desde las políticas públicas, influyan e impacten de manera favorable
a esta población, en muchos casos segregada y excluida de procesos educativos, proyectos
institucionales y lineamientos curriculares, los cuales generalmente solo se construyen para
atender y posibilitar la solución de problemáticas de los estudiantes en edad regular.
43

3. PRODUCTOS GENERADOS

De esta investigación se derivan los siguientes productos:

3.1. Publicaciones
Se presentan 1 artículo grupal y dos artículos individuales.
1. Artículo Grupal: ¿Se Gesta la Exclusión en la Escuela? ¿Son estigmatizados los
estudiantes en condición de extraedad
2. Artículo Individual: “La Extraedad en Colombia: Consecuencias de un Estado
Insuficiente”
3. Artículo Individual: “La Autoestima en los estudiantes en condición de extraedad”

3.2. Diseminación.
La socialización se realizó en CINDE en convenio con la Universidad de Manizales con
los estudiantes de la Maestría en Educación y Desarrollo Humano de la UMZ - ---- el día 24 de
noviembre y en la Institución Álvaro Marín Velasco con la comunidad educativa realizada el día
27 de noviembre de 2018.
Nuestra ponencia: “UNA MIRADA A LA CONDICIÓN DE EXTRAEDAD ESCOLAR
DENTRO DE LA JORNADA REGULAR EN LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA ÁLVARO
MARÍN VELASCO DE LA CIUDAD DE MEDELLÍN: Línea de Investigación: Ambientes
Educativos.

3.3 Aplicaciones para el Desarrollo

Se realizó una propuesta educativa denominada: “Las Herramientas Tecnológicas en el


Fortalecimiento de la Autoestima y la Autodeterminación en los estudiantes en condición de
Extraedad en la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco de la Ciudad de Medellín”.
44

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49

ANEXOS

Anexo 1: Consentimiento Informado

El equipo de investigación conformado por María Patricia Gómez Duque con c.c.
43´533.134 de Medellín y Astrid Lopera Vásquez con c.c. 43´832.675 de Itagüí pertenecientes al
proyecto de Investigación: "Una mirada a la condición de extraedad escolar dentro de la
jornada regular en la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco de la ciudad de
Medellín”. La cual se realizará parar optar al Título en la Maestría en Educación y Desarrollo
Humano convenio CINDE – Universidad de Manizales.

Dirige el siguiente consentimiento informado a los padres de familia de los estudiantes


menores de edad que se les invita a participar en dicha investigación.

La cual tiene como propósito indagar en la Institución Álvaro Marín Velasco acerca de la
condición de extraedad, entendiéndose esta como el desfase entre la edad cronológica y el grado
que cursan algunos estudiantes, con subjetividades y particularidades complejas desde el punto
de vista académico, comportamental, social y con los cuales se requiere implementar estrategias
pedagógicas de inclusión, resocialización y mejoramiento académico con la finalidad de aportar
herramientas que les permita fortalecer su proyecto de vida.

Para la realización de esta investigación que es de tipo cualitativa, se harán entrevistas a


algunos estudiantes, docentes, directivos docentes. Cabe anotar que la participación en dicha
investigación es de carácter voluntario, que el equipo de investigación mantendrá la
confidencialidad de la información especialmente en lo que se refiere al nombre de cada
participante; los datos suministrados serán socializados pero se mantendrá en anonimato la
fuente.

La investigación se realizará de agosto de 2015 a noviembre de 2016, contará con el


desplazamiento de las investigadoras a la Institución, los resultados se socializarán en la
Institución con las personas participantes. Cualquier inquietud al respecto será atendida por la
coordinadora académica Bibiana Quiroz Ossa.
50

Se me ha comunicado de la invitación a participar en la investigación: Alternatividad en


la Educación Regular "Una Mirada a la Condición de Extraedad Escolar en la Institución
Educativa Álvaro Marín Velasco de la ciudad de Medellín", lo cual no implica ningún
desplazamiento, igualmente se me ha proporcionado el nombre de los investigadores.

He leído la información proporcionada, he tenido la oportunidad de preguntar sobre ella,


me ha quedado clara dicha información.

Consiento voluntariamente dejar participar en esta investigación a mi hijo menor de


edad.

Nombre del Participante: _______________________________

Firma del Participante: ________________________________

Fecha día/mes/año: ________________________________

Nombre y Parentesco del Acudiente quien autoriza la participación:

________________________________________________________________

Firma del Acudiente quien autoriza la participación:

________________________________________________________________

Fecha día/mes/año: _________________________________

Confirmo que la persona ha dado consentimiento libremente

_______________________________ ________________________________

Nombre de la Investigadora Firma de la Investigadora


51

_______________________________ ________________________________

Nombre de la Investigadora Firma de la Investigadora

Ha sido proporcionada al participante una copia de este documento de consentimiento


informado ____
52

Anexo 2 Entrevista

2.1 Estudiantes

1. ¿Para usted que es educación?

2. ¿Qué le gustaría que le enseñaran?

3. ¿Desde cuándo está estudiando en la Institución?

4. ¿Por qué esta en esta Institución y no en otra?

5. ¿Qué ha hecho que esté acá?

6. ¿Usted se ha ido de la Institución? ¿Por qué se ha ido y porqué regresa?

7. ¿Dónde estudiaba antes, cómo era la educación allá?

8. ¿Qué es lo que más le gusta de esta Institución?

9. ¿Cómo se siente en la Institución?

10. ¿Usted sabe que significa el término “extraedad” y qué implicaciones tiene esto?

11. ¿Cómo es concebida la Institución por fuera, cómo es vista por el entorno?

12. ¿Si es repitente por qué cree que ha sucedido esto?

13. ¿Qué le ha generado esta repitencia en el entorno familiar y social?

14. ¿Para usted qué es la Institución, que espera de ella?

2.2. Entrevista a Docentes

1. ¿Cómo percibe a la Institución?


53

2. ¿Qué concepciones tiene de los alumnos en condición de extraedad?

3. ¿Usted considera que se le ha preparado para la atención de este tipo de


estudiantes?

4. ¿Usted cree que los estudiantes en condición de extraedad, cambian las dinámicas
de la Institución? ¿Por qué? ¿Cómo?

5. ¿Cuál sería su apuesta en esta Institución?

6. ¿Qué elementos considera que debe tener un docente que atienda a población en
condición de extraedad?

7. ¿Para usted que es la educación incluyente?

8. ¿Considera que esta institución lo es y por qué?

2.4. Entrevista Directivos

1. ¿Conoce de donde proviene el término de extraedad?

2. ¿Hay normatividad al respecto?

3. ¿Qué lectura hace usted de un estudiante que se encuentra en condición de


extraedad?

4. Desde el componente administrativo ¿qué elementos considera usted que se


necesitan en la Institución para la atención a estudiantes en condición de extraedad?

5. ¿Para usted que es la educación incluyente?

6. ¿Considera que en la Institución se da y por qué?


54

2.5 Entrevista a padres de familia

1. ¿Qué opinión tiene usted de esta Institución Educativa a cerca de su proceso


formativo?

2. ¿Por qué eligió esta Institución para su hijo (a)?

3. ¿Considera que esta Institución debería seleccionar a los estudiantes que ingresan
a ella?

4. ¿Usted sabe que es Inclusión?

5. ¿Qué piensa de que su hijo (a) estudie con compañeros mayores?

6. ¿Considera usted y porque, que la diferencia de edades dentro del aula, puede
generar dificultades?

7. ¿Considera usted que la diferencia de edades dentro del aula, puede generar
oportunidades?

8. ¿Cómo considera usted que esta Institución atiende esta situación en las aulas?
55

Anexo 3. Matriz de Observación

Visita
Objetivo Lugar Situación Observación
No
Se observa que los estudiantes en
condición de extraedad, interactúan
tanto con los estudiantes más
grandes, como con los pequeños,
Aunque el
Observar el muestran una gran predilección por
descanso se puede
comportamiento estar con los grandes, son cuidadores
llevar a cabo en
de los de los más pequeños, al contrario de
varios escenarios
estudiantes en los niños más pequeños ya no se ven
de la Institución
1 condición de Descanso. inmersos en juegos bruscos.
Educativa, la
extraedad, en el Respetan el turno en la fila de la
mayoría de los
lugar donde tienda.
estudiantes
convergen todos Utilizan los apodos, apellidos para
convergen en el
los estudiantes. llamarse entre ellos. Se involucran en
patio.
juegos de contacto como futbol,
baloncesto y voleibol.
Pocos se quedan inmersos en el uso
de sus celulares.
A través de la observación de los
Observar las estudiantes en clase, se evidencia el
interacciones respeto de unos a otros, en cuanto a
que tienen los la participación se puede preguntar
Trabajo en clase
2 estudiantes en Aula de clase. todo sin temor hacer ridiculizados, se
de Matemáticas.
condición de nota que el docente no tiene que
extraedad en el hacer un esfuerzo mayor para
aula de clase. mantener la atención y cohesión
con el grupo.
56

El trabajo colaborativo propicia que


quienes tienen fortaleza en el tema,
para este caso matemáticas, apoyen a
quienes no se les facilita.

Observar las
En el acto cívico, se puede observar
actitudes de los
cómo los estudiantes en condición de
estudiantes en
extraedad son participativos, su
condición de Patio de la Acto Cívico
comportamiento no es diferente al de
3 extraedad, en un Institución Conmemoración
otros estudiantes en condición
acto regulado Educativa 20 de Julio
escolar regular, además acorde con la
por la
edad.
Institución
Acatan normas.
Educativa
Este ambiente de clase de educación
física en lugar abierto (cancha) es
propicio para que haya mayor
interacción.
Observar como
Se nota el goce y disfrute de todos
proceden los
Cancha de la Trabajo en clase los estudiantes, se crea un ambiente
estudiantes en
4 Institución de Educación de competitividad, se nota con mayor
condición de
Educativa Física facilidad la cercanía que hay entre
extraedad en un
pares.
espacio abierto
La solidaridad con quien se le
dificulta realizar alguna de las
actividades propuesta por el docente
no se hace esperar.
57

Anexo 4. Matriz de Análisis

EDUCACIÓN CONCEPCIÓN EXTRAEDAD EQUIDAD


INCLUSIVA

ESTIGMATIZACIÓN ÁMBITO ESCOLAR ADAPTACIÓN ÁMBIITO FAMILIAR


ESCOLAR

Indisciplina Apoyo, Solidaridad, Contexto Cultura


Gamín Colaboración Entorno Ética
Consumo, Vicioso Ética Procesos Gamín
Abandono Flexibilidad Normas, Reglas Consumo
Desertor Pedagogía Disciplina, Sexualidad
Choque Atención Rigurosidad Embarazo
Imagen Socialización Paciencia, Tacto Abandono
Pereza Tacto Compañerismo Dinámica
Sexualidad Imagen Metodología Normas
Embarazo Administración Flexibilidad Choque
Decepción Respetuoso Dinámica Atención
Frustración Inteligencia Motivación, Interés Tacto
Peleador Cómodo Gobierno, Política Imagen
Suspensión Protegido Acompañamiento Acompañamiento
Comportamiento Bienvenido Decepción
Hiperactivo Segundo hogar Frustración
Conflicto Acompañamiento
Dificultades Cuidado
Oportunidad
Derechos
Incluyente
Opción
Sentido de
pertenencia
CATEGORÍAS CATEGORÍAS CATEGORÍAS
PRINCIPALES EMERGENTES EMERGENTES DE
O PRIMER NIVEL DE SEGUNDO NIVEL TERCER NIVEL
58

Anexo 5. Productos generados

I. ¿Se gesta la exclusión en la escuela?

¿Son estigmatizados los estudiantes en condición de extraedad? 2

Artículo grupal:

María Patricia Gómez Duque

Astrid Albany Lopera Vásquez

Resumen

Cuando hablamos de educación, son muchos los panoramas que se abren para considerar los
retos enfocados a una educación integral que atienda la dimensión física, cognitiva, y emocional
de los estudiantes desde la diversidad. Pareciera que en las escuelas hay un compromiso
constante con la homogenización, pues se busca estandarizar la diferencia de muchas maneras; se
imponen etiquetas y estigmas para aquellos estudiantes que se salen de los moldes del orden
escolar. Este artículo trata de dar cuenta de la manera en que las dinámicas de clasificación y
categorización dentro del aula, producen relaciones sociales conflictivas. A partir de la hipótesis
de la extraedad como un factor de exclusión escolar, se realiza una conceptualización acerca de
aquello que es entendido como normal/anormal en nuestra sociedad para, hacer transversales
dichos conceptos al orden escolar y, profundizar teóricamente en aquellas prácticas de
clasificación que se desarrollan dentro de las aulas. En ese acercamiento, se analizarán aquellos
procesos de categorización y etiquetaje que hacen del aula un lugar en el que hay que sobrevivir,
tomando aproximaciones puntuales al fenómeno de la extraedad y el estigma presente hacia su
población estudiantil. Al final, se expone la necesidad de que los educadores tengan tacto en la
enseñanza y se invita a repensar el orden social, el sistema educativo y la calidad de los docentes
como agentes y medios que deben posibilitar el desarrollo efectivo de la diversidad.

2 Artículo de reflexión grupal producto de la investigación “Una Mirada a la Condición de Extraedad Escolar dentro
de la Jornada Regular en la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco de la Ciudad de Medellín”
59

Palabras clave: Orden social, normalidad, homogeneidad orden escolar, exclusión, estigma.

Abstract

When we talk about education, there are many scenarios that are open to consider the challenges
focused on a comprehensive education that addresses the physical, cognitive and emotional
dimension of students from diversity. It seems that in schools there is a constant commitment to
homogenization, since the objective is to standardize the difference in many ways; labels and
stigmas are imposed for those students who abandon the molds of school order. This article tries
to account for the way in which the dynamics of classification and categorization within the
classroom, produces relationships conflicting. From the hypothesis of the extra school age as a
factor of school exclusion, a conceptualization is made about what is understood as normal /
abnormal in our society, to make these concepts cross the school order and, theoretically, to
deepen those practices of classification that take place inside the classrooms. In this approach,
the processes of categorization and labeling that make the classroom a place in which to survive
must be analyzed, adopting specific approaches to the phenomenon of extra age and the present
stigma towards its student population. In the end, the need for educators to have tact in teaching
and an invitation to rethink the social order, the educational system and the quality of teachers as
agents and means that should allow the effective development of diversity is exposed.

Keywords: Social order, normality, school order homogeneity, exclusion, stigma .


60

1. Introducción

Nosotros cinco, en verdad, tampoco nos conocíamos antes y, si se quiere,


tampoco nos conocemos ahora, pero lo que es posible y admitido entre
nosotros cinco es imposible e inadmisible en ese sexto. Además, somos cinco y
no queremos ser seis (…). Pero, ¿cómo enseñar todo esto al sexto, puesto que
largas explicaciones implicarían ya una aceptación en nuestro círculo? Es
preferible no explicar nada y no aceptarlo

(Franz Kafka, "Comunidad". Citado por Bauman, 2005, p. 21).

Dentro del aula de clase se gestan unas dinámicas complejas y específicas hacia quienes
allí son considerados “diferentes”. La escuela como una institución pedagógica de secuestro, que
según Foucault (1978) “se desarrolla en el siglo XIX alrededor de la institución judicial (…) para
permitirle asumir la función de control sobre la peligrosidad de los individuos” (p. 102) y tiene
por objetivo explotar todo el tiempo, controlar los cuerpos de los individuos, e instalar un poder
que él llama “polimorfo y polivalente”, termina normalizando las prácticas de exclusión que
aparecen en su interior constantemente. Se impone una disciplina administrada por el miedo, y
los estudiantes obedecen, o al menos, intentan comportarse acorde a las exigencias de lo
“normal”, debido a que “tienen mucho miedo a hacer el ridículo o a ser humillados delante de
sus compañeros” (Manen, 1998, p .204).

Los estudiantes en situación de extraedad escolar son el blanco de una extensa serie de
estigmatizaciones debido a que en muchas ocasiones, después de negarse a renunciar al proceso
en el aula regular para ingresar a programas de aceleración conocidos en Colombia como “Ciclos
Lectivos Especiales Integrados” (CLEI), deben establecer relaciones sociales que resultan
conflictivas con sus pares y sus docentes, debido a que los primeros en su mayoría tendrán
61

edades regulares con su año lectivo y comportamientos y concepciones distintas por su edad , y
los segundos, poseerán unos imaginarios particulares hacia esta población estudiantil
caracterizada por la repitencia.

Los estudiantes en extraedad no pasan desapercibidos en el aula; sus características


fisiológicas y comportamentales no concuerdan con la de sus pares. El vello facial en los
varones, la estatura, los quiebres tonales al hablar, la manera de expresarse, entre otros, son
señales de su disparidad frente a los demás estudiantes. Sus compañeros los ven diferentes, pero
no en el sentido de diversidad positiva, aparecen los apodos, las burlas y la exclusión. Según
Bolívar (2015):

Específicamente los grupos escolares en los que confluyen estudiantes con características
diferenciadas (…) viven una dinámica de grupo en el que las miradas, los gestos, las
palabras y acciones representan un marco dinámico para la intersubjetividad en la que
todos son afectados (p. 58).

Las dinámicas de estigmatización en el proceso educativo generan conflictos que


terminan alterando la convivencia escolar y pueden suscitar pugnas verbales o físicas; en otros
casos, crean en los estudiantes una profunda desafección por su proceso que comienza a
traducirse en constante ausentismo, bajo rendimiento académico, y pérdida de confianza en las
capacidades y virtudes propias. Estas prácticas de estigma, exclusión y rechazo siembran en los
niños, niñas y jóvenes cierto escepticismo sobre su potencial y cierto recelo hacía un sistema y
un conjunto de pares que constantemente los descalifica.

Para analizar las dinámicas de exclusión y segregación que les son impuestas a los
estudiantes en extraedad, previamente debemos reflexionar acerca de aquello que es entendido
en la sociedad y en la escuela por normal y anormal. En ese ejercicio, resulta imprescindible
además, caracterizar aquella institución de secuestro para rastrear allí los mecanismos y procesos
mediante los cuales se les introyecta a los niños y jóvenes, concepciones específicas y
categorizadas de todo aquello que los rodea.
62

2. La escuela: Institución de secuestro que normaliza y excluye

Se parte de considerar que uno de los rasgos centrales de la modernidad fue la


construcción de “(…) las pautas de comportamiento de los individuos: se trata de los sistemas
sociales y culturales de regulación. Uno de ellos fue la escolarización, con desarrollos,
estrategias y tensiones específicas” (Birgin, 2001, p. 221).

Esas pautas de comportamiento se mantienen hoy, y buscan mantener el status quo, la


inmutabilidad del sistema. De acuerdo a Foucault (1997), el espacio se dispone de una manera
especial en todas las instituciones de secuestro, y a través de la vigilancia y el control se
introyectan lógicas de un orden social y una disciplina especifica. Ese orden da las pautas de lo
“normal”, pero esa normalidad es subjetiva porque no es natural, sino un “pacto” de mayorías:
“(...) La norma no se define en absoluto como una ley natural, sino por el papel de exigencia y
coerción que es capaz de ejercer con respecto a los ámbitos en que se aplica” (Foucault, 2000, p.
57). Aquello considerado “normal” y “anormal” es en realidad una conceptualización de las
acciones y concepciones de la mayoría versus la minoría; si la mayoría es quien define el orden
social y establece lo que es “normal”, aquellos que se salgan de aquellas categorías serán
catalogados como “anormales” (Bauman, 2013).

(…) la anormalidad no repele o se siente como una amenaza porque sea inferior
de modo inherente, sino porque colisiona con el orden establecido para satisfacer
las necesidades, los hábitos y las expectativas de lo “normal”, es decir, de la
mayoría. En resumidas cuentas, la discriminación contra lo “anormal (…) es una
acción destinada a defender y a preservar el orden, la creación sociocultural
(Bauman, 2013, p. 88).

En su búsqueda de homogeneidad en los individuos, el orden social da los delineamientos


y medios para clasificarlos, categorizarlos y marcarlos. El orden social se extiende a la economía
y a la política; quien termina estando fuera de esa homogeneidad que establece el orden,
representa un peligro para el sistema y es marcado como aquel que debe ser “corregido” o
63

incluso “destruido”. La concepción de normalidad es tan peligrosa en las sociedades porque, en


su convicción de lo correcto, puede auspiciar todo tipo de humillaciones y maltratos.

Cuando se le preguntó a una estudiante en condición académica regular si conocía el


término extraedad y que concepción tenia de los estudiantes en esta condición, respondió:

Pues, se ve mal porque, pues si, a mi experiencia ver a alguien mayor que yo en el mismo
grupo que yo estoy, simplemente se ve raro simplemente porque uno es pequeño, y ellos
tienen otras costumbres, pueden ser vagos. (Estudiante entrevistado #1)

La escuela, como una institución de secuestro que vigila, controla, marca, clasifica y
“corrige”, comienza a reproducir exclusiones hacia aquellos niños, niñas y jóvenes que no
cumplen las expectativas del sistema. Aquellos que no logran permanecer en quietud y silencio
en el puesto que se les ha asignado, o que no alcanzan los logros escolares y reprueban las
asignaturas empiezan a ser observados por sus pares y por sus profesores, después se les
comienza a etiquetar, aparecen los apodos: rebelde, indisciplinado, vago, holgazán. Como
exponen Gaviria y Ospina (2009):

Las niñas, los niños y los jóvenes acogidos por el sistema presentan manifestaciones de
exclusión educativa, que se materializan, principalmente en las fallas cualitativas de los
procesos mismos de la educación: marginalización, estigmatización, homogenización,
fracaso escolar, prácticas divisorias, diferencias vistas como deficiencias, silenciamientos
y opresión (p. 9).

Esa exclusión educativa introyecta discursos en los niños, que desconcertantemente


terminan clasificándose y etiquetándose a sí mismos. Esto se pudo evidenciar en el aparte de esta
entrevista:

El año pasado que yo estaba en sexto habían solo 6-1 y 6-2 de solo niños, usted los veía
todos chiquiticos, pero 6-3 y 6-4 ya si eran los de los más grandes. Cada cual este con lo
suyo la manzana con la manzana y la pera con la pera. Pero no la manzana con la pera.
(Estudiante entrevistado # 6)

3. Sobrevivir en el aula: Resistir las etiquetas


64

El sistema educativo cada día está más permeado por las políticas, ideologías, y prácticas
del sistema económico, como afirman Gaviria y Ospina (2009): “El modelo posee elementos
estructurales no sólo de orden económico capitalista, sino también con respecto a la manera en
que logra redefinir las relaciones sociales centrándolas en el individualismo y la competencia”
(p. 9).

Las políticas educativas de homogenización, que no reconocen a cada niño como un


individuo marcado por historias y realidades distintas, establecen sistemas de calificación y
normalización que resultan fatales en sus procesos de aprendizaje. El aula se convierte en un
lugar de competencia que debe exhibir, al igual que lo hace la economía, aquellos individuos
considerados “improductivos”, y en esa pugna comienzan a hacerse visibles las nefastas
consecuencias: estudiantes frustrados con profundo miedo al fracaso. Escudero, González y
Martínez (2009), afirman que: “(...) muchos niños y jóvenes sufren la paradoja de que la misma
institución que ha sido pensada y dispuesta para ayudarles a lograr los aprendizajes considerados
indispensables, es la misma que fabrica, sanciona y certifica sus fracasos, su exclusión” (p. 44).

Las aulas se convierten en un lugar hostil, hay demarcaciones de los “buenos” y de los
“malos” académicamente hablando, clasificaciones de los “normales” y los “anormales”; todavía
no se han podido superar esas toscas maneras de visualizar el mundo más allá de las dicotomías
que trajo aparejadas la modernidad. Esas estructuras de categorización empiezan a adoctrinar a
los niños, niñas y jóvenes, bajo las lógicas del orden social establecido. Las aulas son un lugar en
el que hay que sobrevivir. “(…) supervivencia es el nombre del juego de la convivencia humana
y (…) la apuesta máxima de la supervivencia consiste en sobrevivir a los demás” (Bauman,
2005, p. 169).

Sobrevivir a los demás dentro del aula es resignarse a ser clasificado de una u otra manera
sin poner objeción. Nadie puede sublevarse y librarse de la etiqueta que le ha sido asignada. El
sistema educativo se auto legitima cuando argumenta que los fracasos de los niños se deben a sus
incapacidades naturales, negando que es el propio sistema el que falla, cuando trata de establecer
un orden escolar de homogenización que desconoce las potencialidades que tiene cada individuo
como un ser único. Gaviria y Ospina (2009) exponen que:
65

(…) la institución educativa, logra convencer fácilmente a los excluidos de que deben su
destino escolar y social a su falta de capacidades o méritos cuanto mayor sea su
desposesión. Esta operación de naturalización de lo social, es decir, convertir
desigualdades sociales en desigualdades naturales de inteligencia o de cultura, le permite
cumplir su función de legitimación (p. 13).

Para los estudiantes, sobrevivir en el aula es resistir las etiquetas que les son impuestas
por sus pares y profesores como consecuencia de un sistema de educación mediado por un
sistema económico, que trata de reproducir sus lógicas de clasificación y exclusión en todas las
esferas sociales que asedia.

3.1 Extraedad en el aula

Aquellos estudiantes que rebosan las categorías de homogeneidad dentro del aula debido
a sus comportamientos o condiciones físicas, adquieren etiquetas. Como expone Ruiz (2007): “El
sujeto es clasificado de diversas formas como “objeto” para otros, en tanto hiperactivo, lento,
perezoso, agresivo. El aula es un espacio en el que hay que separar lo bueno y lo malo, lo normal
y lo desviado” (p. 97). Esas etiquetas no sólo surgen de los comportamientos y resultados
académicos, a los estudiantes también los catalogan por sus características somáticas.

3.1.1 Diferencias corporales

Los estudiantes en extraedad rompen la homogeneidad. Su desfase de edad en relación


con sus pares pone en evidencia las características fisiológicas y comportamentales que los hacen
emerger dentro del aula como individuos fuera del “rango común” de la clase. Hay casos en los
que generalmente los estudiantes en extraedad que se encuentran en un reducido desfase de edad
con respecto a sus pares, pueden pasar desapercibidos debido a que físicamente no presentan
cambios notables en relación con sus compañeros porque comparten una misma etapa de
desarrollo humano: por ejemplo, la niñez. Todo lo contario sucede si el estudiante en extraedad
tiene un desfase demasiado amplio con sus pares y se encuentra en una etapa de desarrollo
66

humano diferente: por ejemplo, un estudiante en extraedad que se encuentra en medio de la


pubertad o finalizando su etapa de adolescencia, y está cursando un grado escolar donde sus
compañeros se encuentran aún en la etapa de la niñez.

El último caso trae aparejadas ciertas prácticas dentro del aula donde los estudiantes en
extraedad se ven segregados y excluidos al tiempo que sienten vergüenza de su condición. Si
consideramos que, durante la pubertad y la adolescencia, los chicos pueden alcanzar estaturas
elevadas, y las chicas tienen un desarrollo notable de las mamas (Healthy Children, 2014), y hay
además cambios en el tono vocal, los estudiantes en extraedad que están en esta etapa que
comparten el aula con niños, se convierten en un foco de atención. Como señalan Ruiz y
Pachano (2006): “Su situación espacial dentro del aula es una representación de sí mismos con
relación a los demás (ocupan los asientos posteriores, se encorvan para esconder sus cuerpos,
juegan en grupos cerrados)” (p. 64).

Los estudiantes en extraedad quedan por fuera de lo considerado “normal”, son


observados constantemente por sus pares, docentes y cualquier otra persona que visite el aula,
porque desde la simple percepción distan notablemente del resto de sus compañeros de grupo.
No hay nada raro en que se les apode con designaciones encaminadas a resaltar sus diferencias
físicas y de edad: jirafa, abuelo(a), entre otros.

3.1.2 Estigma de “repitentes”

Según Goffman (2006), el estigma hace referencia a un atributo que él mismo domina
“profundamente desacreditador”. Cuando un estudiante es expuesto por sus pares o por sus
profesores como un repitente, se empieza a generar un estigma por su atributo. Como señala el
autor:

En los múltiples casos en que la estigmatización del individuo se asocia con su ingreso a
una institución de vigilancia, (…) gran parte de lo que aprende acerca de su estigma le
será trasmitido a lo largo de estrechos y prolongados contactos con aquellos que se
67

encuentran en el proceso de transformarse en sus compañeros de infortunio (Goffman,


2006, p. 51).

La extraedad escolar puede estar asociada al ingreso tardío o a la repitencia (Ruiz y


Pachano, 2006). Los estudiantes en extraedad generalmente son calificados como “repitentes”;
“(…) se considera que el rótulo de “niño repitente” puede implicar atribuciones con
connotaciones negativas como “violentos”, “reflejo de su familia”, “indisciplinados”, “víctimas”,
“apáticos”, “dolor de cabeza”, “causas perdidas (…)” (Villalonga, 2011, p. 54). Los profesores
tienen cierta predisposición hacia éstos estudiantes; los imaginarios los sitúan como niños
rebeldes e irresponsables que no cumplen la norma. Después de preguntarle a un estudiante en
extraedad cómo había llegado a la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco y si había
buscado cupo en otras instituciones antes de ingresar, este respondió: “Ah no, buscamos en unas
y no me aceptaron (…) por la hoja de vida” (Estudiante entrevistado #3).

(...) El estigma de "repitente" influye en el desempeño de los estudiantes (…), puesto que
al ser el estigma una condición existente que incluye elementos de nivelación,
estereotipos, separación, perdida de estatus y discriminación, que se da de forma conjunta
en una situación de poder que los facilita, produce entre la población un tipo de influencia
social (Pajón & Jiménez, 2010, p. 22).

La trágica consecuencia, es que estas concepciones generales de torpeza, rebeldía y


desobediencia que tienen los pares y los docentes de los estudiantes en extraedad como
repitentes, empiezan a ser introyectadas en esta población estudiantil. Los niños, niñas y jóvenes
comienzan a sentirse incapaces, los discursos y las etiquetas que se les han impuesto, comienzan
a marcarlos y a afectarlos, se frustran y su situación de extraedad se agrava más porque siguen
reprobando años; el sistema los hace responsables de su fracaso, mientras silencia la deficiencia
de sus políticas de estandarización y calificación.

(...) El fracaso o la exclusión educativa guardan una relación estrecha con un determinado
orden escolar y con los discursos que lo constituyen. Opera sometiendo a los estudiantes a
determinadas operaciones de etiquetaje y clasificación, así como a un sistema de
atribuciones y responsabilidades según el cual el fracaso se debe, básicamente, a sujetos
«incapaces» de lograr el éxito (Escudero, González & Martínez, 2009, p. 52).
68

4. La necesidad del tacto en la enseñanza

Los estudiantes en extraedad no logran desarrollar todas sus potencialidades dentro del
aula por temor a ser expuestos por sus pares y por sus profesores. No hay un ambiente seguro
para arriesgarse a aprender porque el estigma no cesa en ningún momento. “Los estudiantes
aprenden mejor, están dispuestos a esforzarse y arriesgarse, en un medio educativo que
encuentran seguro y estable” (Manen, 1998, p. 72).

Las problemáticas dentro del aula no se reducen únicamente a los estudiantes que por
miedo a la burla no logran desarrollar plenamente sus facultades. Dentro del aula se empiezan a
generar enfrentamientos constantes entre los profesores y aquellos estudiantes considerados
“molestos”; hay llamados de atención regulares y persistentes, y en algunas ocasiones, bajo la
excusa de la indisciplina y actitudes que no permiten que las clases se desarrollen con
normalidad, los profesores tienden a ridiculizar a los estudiantes en frente de todos sus
compañeros.

Los docentes en lugar de respaldar y promover las acciones de estigmatización que


desacreditan a los estudiantes dentro del aula, deberían favorecer y velar por la aceptación e
inclusión.

(…) el reconocimiento del estudiante como ser diverso depende de la capacidad


que posee el maestro para desarrollar su creatividad, planteando nuevas formas de
enseñanza, que garanticen el aprendizaje de los estudiantes de acuerdo con sus
potencialidades y limitaciones, convirtiendo la interacción dialógica en el eje
principal de la práctica en el aula (Gómez, guío & Hurtado, 2016, p. 50).

Esa interacción dialógica, lejos de ser una ridiculización pública o un sermón de críticas
destructivas, está enfocada a establecer lazos de respeto y comprensión entre el docente y el
estudiante, considerando que en muchos casos de la población en extraedad hay alumnos con
antecedentes de desintegración y violencia familiar, y otros factores que influyen en la
69

desafección por el proceso de aprendizaje y que terminan repercutiendo en los comportamientos


dentro del aula que resultan molestos para sus profesores.

El acto educativo (…) es una conjugación de interacciones, que se pueden


mejorar en el día a día, conociendo a los estudiantes, compartiendo con ellos su
realidad, involucrándolos efectivamente en el contexto escolar, como parte
constitutiva de él (…) (Bolívar, 2015, p. 152).

Los docentes deben ser conscientes de la inmensa responsabilidad que poseen al enseñar
a niños, niñas y jóvenes que se verán permeados e influenciados por sus prácticas y actitudes. La
pedagogía pierde en absoluto su sentido, cuando un docente sólo se percata de sus estudiantes
para exponerlos y ridiculizarlos frente a toda la clase; la docencia, más allá de necesitar
profesores con amplios y especializados perfiles y currículos, requiere de maestros y educadores
que comprendan y apliquen lo que Manen (1998) denomina “tacto en la enseñanza”.

El tacto trata de evitar que las cosas se rompan, e intenta recomponer lo que se ha
roto. Un niño que se siente traicionado, frustrado o dolido no sólo cree que algo se
ha roto en su vida sino que, lo que es más importante, experimenta sentimientos
de frustración, traición y dolor por esta causa. Cuando uno se siente traicionado o
enfadado con alguien, la relación con esa persona ya no es completa (Manen,
1998, p. 174).

El tacto en la enseñanza consiste en que el educador, más allá de enseñar al niño, niña y
joven lo que dictan los currículos escolares, se percate de que cada uno es un ser único,
irrepetible y especial; y que su función como pedagogo es hacer que cada uno de sus estudiantes,
desarrolle al máximo sus capacidades y facultades mientras está envuelto por un ambiente de
amor y comprensión que respeta y ampara todas sus particularidades y diferencias. Como indica
Manen (1998):

El tacto descubre lo que es único y diferente de un niño e intenta resaltar su singularidad.


En cambio, un profesor sin tacto es incapaz de ver las diferencias entre los niños. Un
profesor que no tiene tacto trata a todos los niños de la misma manera, en la falsa creencia
de que ese tipo de aproximación sirve al principio de justicia equitativa y a la coherencia.
70

Por supuesto, todos los niños no son iguales en temperamento, habilidad ni antecedentes.
Preocuparse por la igualdad entre los niños todavía puede significar que uno es capaz de
ver la singularidad y la diferencia entre ellos. El tacto pedagógico sabe cómo discernir y
evaluar la singularidad. El tacto pedagógico pretende realzar la diferencia, esa
«diferencia» que marca en un niño el crecimiento personal y la evolución (p. 177).

Hacer del aula un lugar al que no hubiese que sobrevivir, hace parte del tacto en la
enseñanza de los educadores. La escuela debería ser un lugar seguro donde los niños pudieran
expresarse y desarrollarse plena y libremente, sin miedo a ser calificados y etiquetados. Los
profesores deben propiciar ambientes donde los niños se sientan protegidos y respetados. El tacto
consiste en que los educadores puedan comprender, acoger, proteger y ayudar a cada niño que
llega a sus aulas, para “darles la fuerza necesaria para que puedan dar forma con decisión a las
contingencias de su vida” (Manen, 1998, p. 19).

El tacto en la enseñanza demanda que el educador trate a los niños, niñas y jóvenes, con
paciencia, amabilidad y comprensión. “Una acción con tacto es solícita, consciente, reflexiva”
(Manen, 1998, p. 139). El educador, el pedagogo, y el maestro tienen tacto a través de las
palabras, saben escuchar y saben dar consejo; por eso son como poetas. De esta manera, Mèlich
(2002) señala que:

(…) todo maestro es, de alguna manera, un poeta, porque (...) el educador (el maestro) es
alguien que “trata con la palabra”, que se da en sus palabras y que acoge las palabras de
los otros, que sabe escucharlas. Sin esta sensibilidad para las palabras, propia de los
poetas, no puede concebirse, a mi entender, el arte de educar (p. 52).

Hay docentes con tacto en la enseñanza, que piensan que el elemento imprescindible para
atender a la población en condición de extraedad es el respeto:

Eso es fundamental: que el profesor trate bien al estudiante. De hecho, casi todos los
profes que se han ido de la institución que no han sido capaz con esos procesos es
precisamente porque entran en un choque con estudiante, es decir, el estudiante me trató
mal y lo trato mal, el estudiante me habló duro, yo le hablo duro. Una de las mejores
formas que he encontrado, yo no sé otros profes, para desarmar a estos estudiantes, es el
buen trato, creo que es fundamental (Docente entrevistado #1).
71

5. Consideraciones finales: Repensar el orden social, el sistema educativo, la calidad de


los docentes y la importancia de la diferencia.

La escuela, un lugar al que todos deberían tener acceso cuando la educación se manifiesta
como un Derecho fundamental3, termina reproduciendo prácticas de exclusión y segregación.
Vulnerar el derecho a la educación de un estudiante no consiste solamente en la negación de un
cupo escolar; atenderlo en condiciones que no sean aptas para propiciarle ambientes de
aprendizaje, es otra forma de transgredirlo. Repensar la educación a la que nuestros niños, niñas
y jóvenes están accediendo, necesariamente debe cuestionar las formas cautelosas en que el
orden social extiende su idiosincrasia de selección y clasificación al interior de las aulas. Citando
a Dubet, un excelso sociólogo francés, Ramos (2014) asegura que: “la paradoja de la escuela de
la igualdad de oportunidades obedece a que sus ambiciones y su apertura hacen que ella misma
se convierta en agente de exclusión” (p. 158).

Repensar la educación a la que están teniendo acceso nuestros niños, niñas y jóvenes,
necesariamente debe hacer que cuestionemos la ruptura que se genera en los procesos de
aprendizaje cuando el sistema trata de homogenizar a individuos heterogéneos. Las políticas de
normalización del sistema de educación dejaron de ser efectivas desde el mismo momento en que
se crearon, porque los estudiantes no pueden aprender y desarrollarse íntegramente en un
ambiente adverso que constantemente los clasifica y califica. Cuando dentro del aula es
constante la amenaza de las etiquetas y los estigmas por los resultados académicos, por las
características físicas, por la historia o la procedencia, la educación al contrario de convertirse en
una herramienta de emancipación, se trasforma en un medio para reproducir la opresión social y
la frustración.

Repensar la educación, además de cuestionar la estructura del sistema educativo, implica


reflexionar acerca de la calidad, no solo técnica, sino también humana, de los docentes que se
encuentran en nuestras instituciones. Las facultades y escuelas donde se preparan los docentes no

3
La educación es declarada derecho fundamental en el Artículo 44 de la constitución Política de Colombia y en el
artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
72

enseñan el significado de la sensibilidad pedagógica; en la práctica y el contacto con sus


estudiantes, los educadores deben descubrir que su trabajo es más amplio que instruir en
contenidos curriculares, como señala Manen (1998), deberán comprender que:

La educación paternal y la escolar derivan de la misma y fundamental experiencia de la


pedagogía: la tarea humana de proteger y enseñar a los más jóvenes a vivir en este mundo
y a responsabilizarse de sí mismos, de los demás y de la continuidad y el bienestar del
mundo (p. 23).

Repensar la diferencia en el aula, más allá de encontrar formas para tolerarla y adaptarla a
una homogeneidad curricular, debe considerar que aceptar y proteger la diversidad, es una
oportunidad para favorecer la inclusión social en un mundo con oportunidades tan desiguales.
Estamos ante la necesidad de que el escenario educativo se estructure para todos, y que sus
propuestas vayan dirigidas a dar las respuestas apropiadas a una amplia gama de necesidades de
aprendizaje. Ese escenario debe reconocer la diversidad y generar espacios en donde esta sea
compartida y singularizada en el sentido de dar a cada estudiante su lugar desde la tolerancia y el
respeto. La educación incluyente no funciona cuando es impartida por escuelas excluyentes.

Repensar la educación está en lograr lo que expresó la madre de un estudiante de la


Institución Educativa Álvaro Marín Velasco cuando se le preguntó si la Institución debía realizar
procesos de selección a los niños, niñas y jóvenes para que éstos pudieran acceder a ella: “Yo
pienso que a todos deberían darle la oportunidad, normal, todos los niños merecen una
oportunidad, vengan de donde vengan, sean quien sean, independientemente de la situación de
cada persona, las oportunidades deben estar en todos lados” (Padre de familia entrevistado #2).
73

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75

II. La extraedad en Colombia: consecuencias de un estado insuficiente4

Participante:

María Patricia Gómez Duque5

Resumen

La extraedad se entiende como el desfase entre la edad y el grado de escolaridad y ocurre cuando
un niño o joven tiene dos o tres años más, por encima de la edad promedio, esperada para cursar
un determinado grado. Este artículo pretende exponer los factores externos e intrínsecos al
sistema educativo, que conllevan a los estudiantes a la repetición de cursos, perdida de logros y a
la inminente alerta de incorporación de esta población a la condición de extraedad. Además de
aportar contenido teórico a un fenómeno tan poco estudiado, este escrito procura evidenciar las
dificultades y paradojas que encierra el sistema educativo colombiano, las cuales se encuentran
relacionadas con problemáticas de carácter social y económico. El análisis parte de una
descripción introductoria a la realidad de los estudiantes en extraedad, y luego profundiza en tres
puntos relevantes: primero, la desigualdad y la pobreza como obstáculos para educarse, segundo,
los antecedentes de los estudiantes en extraedad puntualizados en la pobreza, deserción escolar
por necesidades económicas, falta de acompañamiento, repitencia y un sistema educativo
deficiente; tercero, el sistema educativo colombiano sin lineamientos para la extraedad.

Palabras claves: Extraedad, repitencia, pobreza, abandono, sistema educativo.

4 Artículo de reflexión individual producto de la investigación “Una Mirada a la Condición de Extraedad Escolar
dentro de la Jornada Regular en la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco de la Ciudad de Medellín”
5
Artículo presentado para optar al título de Magister en Educación y Desarrollo Humano Convenio Fundación
Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano CINDE- Universidad de Manizales, 2018. Asesor: Andrés
Klaus Runge Peña
76

Abstract

Extra school age is understood as the gap between age and the level of schooling and occurs
when a child or young person is two or three years older, above the average age, expected to
attend a certain grade. This article intends to expose the external and intrinsic factors to the
educational system, which lead the students to the repetition of courses, loss of achievements and
the imminent alert of incorporation of this population to the extra-age condition. In addition to
providing theoretical content to a phenomenon so little studied, this paper seeks to highlight the
difficulties and paradoxes that surround the Colombian educational system, which are related to
problems of a social and economic nature. The analysis starts from an introductory description of
the reality of extra-aged students, and then delves into three relevant points: first, inequality and
poverty as obstacles to education, second, the background of extra-aged students punctuated in
poverty, school dropout for economic needs, lack of accompaniment, repetition and a deficient
educational system; third, the Colombian educational system without guidelines for extra school
age.

Key Words: Extra-age, repetition, poverty, abandonment, educational system.


77

1. Introducción

“Hacerse persona, en los actuales contextos, es una cuestión que

tiene que ver con condiciones, recursos, capacidades, derechos

y responsabilidades, y éstos están distribuidos de forma desigual”

(Ghiso, 2010, p. 26).

El Ministerio de Educación Nacional de Colombia define la extraedad como el desfase


entre la edad y el grado de escolaridad y ocurre cuando un niño o joven tiene dos o tres años
más, por encima de la edad promedio, esperada para cursar un determinado grado. Lo anterior,
teniendo como base la Ley General de Educación 115 de 1994, la cual ha planteado que la
educación es obligatoria entre los 5 y 15 años de edad, de transición a noveno grado y que el
grado de preescolar obligatorio (transición) lo cursan los niños entre 5 y 6 años de edad.

La situación de extraedad escolar aparece asociada a dos aspectos básicos dentro del
sistema educativo: primero, el ingreso tardío al sistema educativo, considerado deficiente
para América Latina según el Banco Mundial; y como segundo se indican las altas tasas
de repitencia (Pachano & Ruiz, 2006, p. 35).

Esa repitencia, constituida como uno de los principales antecedentes de los estudiantes en
condición de extraedad, está intrínsecamente relacionada a un modelo educativo que no funciona
porque tiene unos métodos que como afirma Alba (2004): “no responden a cómo aprenden los
niños” (p. 193).

La condición de extraedad de algunos estudiantes además de ser una de las consecuencias


de un sistema educativo ineficiente, es en muchos casos la secuela de un Estado ausente, que
dándole primacía a la esfera económica, no ha logrado asegurar la integración de factores
sociales que garanticen a todas las personas las oportunidades para desarrollarse plenamente.
Como expone Ghiso (2010):
78

Los procesos de globalización, reestructuración económica, reforma del Estado, apertura


del mercado financiero, crecimiento del desempleo e incremento de la tercerización, dan
cuenta de un modelo de desarrollo que no se conmueve ante la carencia de los elementos
esenciales y de las herramientas necesarias para el sustento en amplios sectores de la
población (...) con lo que se afecta la suerte de las generaciones futuras (p. 26).

Consecuentemente, el análisis a la condición de los estudiantes en extraedad dentro del


sistema educativo colombiano, además de plantear cuestionamientos críticos a la forma en que se
está impartiendo la educación dentro de las aulas, a los precedentes que tienen las altas tasas de
repitencia y a la exigua capacitación que tienen los docentes para enseñar a aquellos que se
encuentran en un desfase de edad, debe hacer visible que esta población estudiantil es la
consecuencia directa de los papeles que el Estado ha dejado de cumplir y los roles que el mismo
ha dejado de interpretar. Es de suma importancia entender y comprender que la educación no es
una esfera independiente, y que existen numerosos factores externos que la circundan y le
marcan unas dinámicas y unos modos de desarrollo particulares.

2. La desigualdad y la pobreza: obstáculos para educarse

En América Latina y desde luego en Colombia, a partir de la crisis de 1929, primó un


modelo de desarrollo mixto, es decir, sistema capitalista o de mercado con dosis variadas de
intervencionismo del Estado. Desde luego, con la excepción de Cuba y el período de Allende en
Chile (El Tiempo, 1997).

Ese modelo de desarrollo mixto, a través de sus políticas neoliberales rapaces y


caprichosas, terminó consolidando brechas económicas muy amplias, altos índices de desempleo,
oportunidades laborales reducidas, sistemas sociales y sistemas de salud negligentes. Como
afirma Santos (2005):

A medida que el proyecto de la modernidad se redujo al proyecto de la modernidad


capitalista, el Estado y el mercado adquirieron una total primacía en la regulación social,
al paso que la comunidad, tan elocuentemente teorizada por Rousseau, se vio condenada a
una mediocre marginalidad (p. 165).
79

En el artículo 67 de la Constitución Política de Colombia se dictamina que la educación


es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social; corresponde al
Estado garantizar el adecuado cubrimiento del servicio y asegurar a los menores las condiciones
necesarias para su acceso y permanencia en el sistema educativo.

Resulta paradójico tratar de asegurar el acceso y la permanencia en el sistema educativo,


cuando el Estado no garantiza unas condiciones básicas para la vida, como la alimentación, la
vivienda, la seguridad social y la asistencia médica. Esas garantías, lejos de abogar por un Estado
benefactor, exige que el Estado Social de Derecho imponga reglas estrictas en el mercado, que
garanticen que la economía no sea una esfera desmedida que pueda explotar a las personas,
vulnerar sus derechos y mantener a altos sectores de la población en condiciones tan míseras.
Aunque los hallazgos publicados por el DANE, en el boletín técnico del 22 de marzo del
presente año, ofrezcan un panorama esperanzador en la reducción de la pobreza monetaria,
multidimensional y extrema en Colombia en el año 2017, el Estado Colombiano sigue estando
muy lejos de consolidarse como el Estado Social protector de los derechos fundamentales que
dice ser, porque las cifras continúan siendo demasiado altas (pobreza monetaria 6 26,9%, pobreza
extrema 7 7,4% y pobreza multidimensional 17% en 2017)

Es ilógico pensar que aquellas familias a las que el Estado ha negado oportunidades
mínimas de vida digna, tengan herramientas o medios para enviar a los niños, niñas y jóvenes a
las escuelas, o en caso de lograr hacerlo, mantenerlos en el proceso educativo. No se trata sólo de
que la educación sea un derecho gratuito, es necesario que se garanticen otros principios y
condiciones que hagan posible ese acceso y permanencia. En Julio de 2016, a través del informe
No dejar a nadie atrás: ¿Cuánto falta para la educación primaria y secundaria universal?, la
UNESCO anunció que, según el Panel de Indicadores de Innovación Europeo (IUS), había “263
millones de niños y jóvenes no escolarizados desde la enseñanza primaria hasta el segundo ciclo
de la enseñanza secundaria” (p. 1), y que la pobreza y los conflictos armados se erguían como las

6
Según el DANE (2012), hay dos formas de calcular la pobreza en Colombia: la
primera de ellas, y la más conocida, es el cálculo a partir de los ingresos monetarios de los hogares, conocida como
pobreza monetaria. La segunda de ellas es el Índice de Pobreza Multidimensional (IPM)
que evalúa 5 dimensiones donde los hogares colombianos podrían estar en privación (p. 1).
7
Según la ONU (2010): La “pobreza extrema” o “indigencia” se entiende (..) como la situación en que no se dispone
de los recursos que permitan satisfacer al menos las necesidades básicas de alimentación. (p. 25)
80

barreras más excelsas para acceder a la educación. Señalan además García, Rodríguez, Sánchez
& Bedoya (2015), en La lotería de la cuna: La movilidad social a través de la educación en los
municipios de Colombia, un estudio que analizó el estado de la movilidad social a través de la
educación en Colombia para ese año, que:

Colombia es un país relativamente inmóvil. Quienes nacen en un hogar cuyos padres


alcanzan altos niveles educativos y que, por lo tanto tienen mayores niveles de riqueza,
tienen una alta probabilidad de llegar a la edad adulta bajo condiciones socioeconómicas
muy favorables. En contraste, quienes nacen en un hogar cuyos padres tiene bajos logros
educativos y por lo tanto bajos niveles de riqueza es casi inalcanzable consolidar un hogar
en donde se haya dado una movilidad social positiva y significativa como adultos (p. 79).

Aunque se han presentado algunos avances en la movilidad social a través de la


educación, este estudio muestra que el nivel de inmovilidad es aún muy alto,
especialmente para los más vulnerables: mientras que el 93 por ciento de los individuos
cuyas madres tienen educación superior, han logrado alcanzar este nivel educativo, tan
solo el 19 por ciento de los individuos cuya madre tiene educación primaria han logrado
alcanzar una educación superior (p. 80)

3. Antecedentes de los estudiantes en extraedad

La situación de extraedad tiene múltiples factores de origen que un docente de la


Institución Educativa Álvaro Marín Velasco precisó así:

Yo creo que hay como dos casos: o sea, está el estudiante extra edad, que por dificultades
sociales o familiares, no ha llevado como su proceso académico, pues acorde, pero que
tiene ganas, entonces con ese estudiante se trabaja y el proceso es muy bueno; hay otro
frente que es con el estudiante extra edad que ha tenido unas condiciones sociales o
económicas dentro de lo normal, ha tenido otros procesos que no lo han permitido
estudiar, como por ejemplo el caso de las drogas (Docente entrevistado #1).

Según Rodríguez (2015): “Son estudiantes repitentes, los que nunca terminan un grado
(..). Adolescentes que han quedado sin tutela de sus progenitoras, porque se marcharon en busca
de trabajo” (p. 66). Esa repitencia está influenciada por factores sociales, económicos y
81

educativos que impiden a los niños, niñas y jóvenes tener un proceso de aprendizaje regular; su
condición de extraedad sólo es la cristalización de las dinámicas particulares que se articulan
alrededor de:

A. La Pobreza

Hay niños, niñas y jóvenes que se encuentran en familias que atraviesan condiciones
materiales y económicas tan deplorables, que su estabilidad en el proceso educativo es
prácticamente una hazaña. Como informó, citando a Vargas, Blanco & Vargas, la Estrategia
Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia De Cero a Siempre a través de su primer
boletín:

Existe una fuerte asociación entre pobreza y desnutrición, mortalidad, abandono escolar,
soledad, trabajo infantil, exposición a situaciones de riesgo, y otras circunstancias que
constituyen obstáculos para el bienestar y el desarrollo de los niños y las niñas en sus
primeros años (p. 13).

Como expone Rodríguez (2015) de acuerdo a Richard Jessor, Profesor de Ciencias del
Comportamiento en la Universidad de Colorado:

(...) la pobreza es un factor de riesgo en el medio social para los adolescentes. Es decir, la
pobreza constituye la forma extrema de exclusión de éstos, de sus familias, de la
integración social y del acceso a múltiples bienes, servicios y oportunidades. Por lo tanto,
el fenómeno de la pobreza tiene efectos destructivos: lesiona a los adolescentes no sólo
por las carencias materiales que implica, sino también porque les impide desarrollar todas
sus capacidades y potencialidades humanas (p. 50).

La pobreza en muchas familias, además de impedir un desarrollo integral en los niños,


niñas y jóvenes, genera ambientes considerablemente hostiles y violentos que terminan
repercutiendo en el rendimiento académico de los estudiantes.

La investigación de Psicología Pobreza y violencia familiar: Una perspectiva de análisis


desde la Investigación de Operaciones -donde participaron cuatro académicos como la Dr. en
Ciencia Sira María Allende Alonso, el Dr. en Ciencia Carlos Narciso Bouza Herrera, el Dr. en
82

Psicología Eduardo Cairo Valcárcel y Dr. en Finanzas Públicas y en Ciencias Filosóficas José
Félix García Rodríguez – encontró a través de un modelo matemático que: “sólo el nivel de
pobreza es importante en la descripción de la probabilidad de la violencia familiar”(p. 31). Según
Allende, Narciso, Cairo & García (s.f): “La violencia familiar psicológica es cada vez más
frecuente e intensa. Ella se agrava con la pobreza y su secuela de hambre y necesidad. Esto
conforma un problema social, pues transciende la problemática personal” (p. 2).

B) Deserción escolar por necesidades económicas: alto riesgo de unirse a pandillas y


bandas.

“La deserción es un fenómeno escolar que está atravesado por las dimensiones sociales
(…)” (Triviño, 2004, p. 185). Algunos niños, niñas y jóvenes, dejan de asistir a la escuela porque
no existe una solvencia económica en sus hogares que mínimamente pueda garantizar la
alimentación o los servicios públicos; muchos desertan de la escuela para trabajar, y algunos de
los que deciden volver luego, llegan en edades superiores a las concebidas para los grados
escolares que deben cursar. Hay algunos que debido a la situación económica, deciden por sí
mismos abandonar el proceso educativo, y hay otros que son explotados por los adultos que los
obligan a trabajar. Según el comunicado de prensa emitido el 20 de febrero de 2018 por la
Directora del ICBF, 357.000 niños son víctimas de trabajo infantil en Colombia.

Muchos de los que desertan de la escuela debido a la insatisfacción de las necesidades


básicas y que han crecido en medio de un ambiente marginal, terminan uniéndose a bandas
delincuenciales; generalmente han sido descuidados por sus padres o cuidadores y en estos
grupos al margen de la ley encuentran reconocimiento, límites, reglas y patrones de autoridad.

Según Clifford Shaw y Henry McKay, la incursión o no de jóvenes en la delincuencia se


relaciona directamente con las características de los barrios en los que viven. Los lugares
marcados por la migración poblacional, la pobreza, baja cohesión social y debilidad de sus
instituciones convencionales (ej. Estado, trabajo, escuela y familia), generan mayores índices de
criminalidad predatoria que otros (Bosch, Vanegas, González & López, 2017, p. 25).
83

Hay otros que no abandonan la escuela, pero que a la par interactúan con bandas
delincuenciales; las responsabilidades a ellos encomendadas como, cuidar determinados espacios
territoriales, cobro de vacunas y extorsiones, venta y expendio de estupefacientes, dejan a las
escuelas y colegios como lugares para el “descanso” o la mera socialización. Estos estudiantes
empiezan a tener un rendimiento académico muy bajo y, con una alta probabilidad de convertirse
en repitentes, su condición como estudiantes en extraedad es inminente.

Este factor de riesgo no deriva solamente en la pobreza: La carencia de recursos y


posibilidades de satisfacer necesidades por medios lícitos en barrios marginales, junto a la
ausencia de planes sociales que mitiguen la pobreza o estimulen el crecimiento en la comunidad,
dejan un espacio que pueden llenar, a manera de clientelismo, las pandillas u otros actores
criminales mayores (Bosch, Vanegas, González & López, 2017, p. 178).

C. Falta de acompañamiento

En otros casos los progenitores, que generalmente se reducen a madres cabeza de familia,
deben salir a trabajar principalmente en labores mal remuneradas y con jornadas laborales
extensas donde no hay posibilidad de un acompañamiento en el proceso educativo de los
estudiantes; por otro lado, hay quienes le hacen el quite al acompañamiento de éstos por
desinterés, irresponsabilidad o como una consecuencia de la maternidad/paternidad precoz.
Burbano (2017) señala que:

(…) el rendimiento académico se ve afectado cuando no hay acompañamiento parental y


la deserción escolar se aumenta notoriamente. Los estudiantes se sienten abandonados por
parte de sus padres y deciden dejar el estudio por un tiempo que muchas veces se
transforma en indefinido (p. 23).

Un docente de la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco señaló, cuando se le


preguntó qué concepción tenía de los estudiantes en extraedad, que:

(…) esta población de estudiantes es muy golpeada, en si la mayoría de estos muchachos


tienen muchos problemas sociales, son pelaos que crecen sin papá, ni mamá, sin normas
84

prácticamente, entonces ellos parte de su niñez la pasan en la calle (…) (Docente


entrevistado #2).

D. Sistema educativo deficiente.

Según la revista Semana (2018):

En Colombia (…) seguimos dando “palos de ciego” y cada vez estamos más confundidos
a nivel curricular: se trabajan más de quince asignaturas por año, atomizadas y con
contenidos en general impertinentes. En formación hemos asumido la ruta más costosa y
la que menos impacto genera: enviar a los docentes a tomar maestrías, cuando todos los
estudios han ratificado una y otra vez que esto no impacta la calidad en la educación
básica. Y pensando de manera fragmentada, hemos iniciado la jornada única sin cambios
en el currículo ni en la formación de docentes.

Aunque se han incrementado los niveles de acceso a la educación, todavía hay miles de
niños que no tienen oportunidad de ingresar al sistema educativo; y otra gran cantidad que
después del incorporarse al mismo, no logran terminar el bachillerato. Como postuló la revista
Semana (2018):

En el caso de la educación básica y media, y pese a los avances logrados en la última


época en cobertura, el país también permanece atrás del promedio de América Latina.
Esto es así ya que de cada cien niños que se matriculan en primero de primaria, solo
treinta y nueve terminan el bachillerato. La deserción hace imposible garantizar el
derecho a la educación.

Tenemos un sistema educativo antiguo y anquilosado, el cual resulta ineficaz para la


forma en que los estudiantes aprenden; la calidad educativa se ha sacrificado por una cobertura
que además resulta insuficiente. La alta frecuencia de fracaso y repitencia son la consecuencia de
una educación que avanza en acceso y no en calidad (Alba, 2004).

Las prácticas de aula utilizadas aún por algunos docentes tienen un criterio
homogenizador de calificación, no hay un reconocimiento y aceptación de la diferencia porque a
85

todos los estudiantes se les califica bajo los mismos parámetros; existe un modelo único para
calificar a seres bastante distintos y particulares. Esa homogeneidad no es un asunto de igualdad,
es un sutil medio para auspiciar la discriminación y la exclusión.

Nuestro modelo educativo requiere replanteamientos estructurales y reformas curriculares


que tomen en cuenta el contexto y la población a la que se dirige; la educación como derecho
fundamental, y como único medio de empoderamiento de las naciones para la reducción de la
pobreza y la desigualdad, debe comenzar a replantear aquel modelo con el que paradójicamente
está produciendo lógicas de segregación y exclusión. Como señala Ghiso (2010):

La conformación de subjetividades medida por prácticas de educación social necesita


refundamentar y rediseñar ambientes educativos, en la que las personas reconozcan sus
potencialidades y posibilidades de construirse y ser tratadas como humanos dignos, para
que sea imposible justificar social, económica y políticamente la desigualdad y la
exclusión (p. 28).

Si el sistema educativo no evoluciona a la par de las dinámicas sociales, económicas y


políticas que lo envuelven, su pretensión de empoderamiento de los individuos para transformar
las realidades de desigualdad e injusticia, se verá impedida por esas mismas dinámicas que lo
han superado.

E. Repitencia

Los estudiantes en extraedad tienen un historial de repitencia y fracaso escolar del que no
son los únicos responsables; hay otros actores y entidades que tienen incidencias importantes
sobre este fenómeno educativo según lo expuesto anteriormente: los padres, los docentes, las
instituciones educativas y el Estado.

En primer lugar, la falta de acompañamiento de los padres crea sesgos en los procesos de
aprendizaje. Cuando los padres no acompañan el proceso educativo desde el hogar es probable
que los estudiantes comiencen a tener un mal rendimiento académico y terminen expuestos a
factores de riesgo como la repitencia, que puede llevar a que en algunas situaciones haya
86

deserción escolar. Desvincularse del sistema educativo trae consecuencias nefastas para los
niños, niñas y jóvenes. Rincón (2004) expone:

Situaciones como la repetición de cursos, la pérdida de los objetivos y logros escolares, el


abandono de la escuela, ponen a los niños y jóvenes en alto riesgo de vulnerabilidad
social, provocando muchas veces su exclusión y la pérdida del vínculo con el sistema
educativo, situación que los conduce a una vivencia de la fatalidad, por cuanto ven
disminuidas sus posibilidades de desarrollo en las dimensiones humanas, éticas,
espirituales, sociales y cognoscitivas (p. 125)

Segundo, la actitud y la pedagogía de algunos docentes termina influyendo en el


rendimiento académico de los estudiantes debido a que pueden crear desinterés o recelo por el
proceso de aprendizaje. La repitencia puede ser la consecuencia de una mala pedagogía y un
exceso de actitudes impertinentes del docente asociado en parte a una capacitación y a una
formación deficiente desde la academia. Señalan Moreno, Viera & Pérez (2011) que “en muchos
casos, la repitencia, la inasistencia, las dificultades de aprendizaje, o la mala conducta,
aparecieron asociadas a las prácticas pedagógicas de los docentes” (pág. 54).

Tercero, las instituciones educativas por naturaleza tienen una rigidez estructural y un
modelo “talla única” para educar a un cumulo de seres excesivamente heterogéneos y diversos.
La repitencia es una de las muchas consecuencias de dicho modelo, y en este punto se encuentra
asociada a estudiantes con capacidades diferenciadas que no logran adaptarse a una planeación
curricular inflexible.

Por último, el Estado, y su deficiente papel para regular el sistema económico,


reproducen y aumentan las cifras de pobreza y desempleo, incrementando la imposibilidad para
que muchos estudiantes logren permanecer en el sistema educativo debido a problemas asociados
a la inseguridad económica y por ende a la inseguridad alimentaria y nutricional. Según
Martínez (2005) en un informe de la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y el
Caribe):

Al igual que en la salud, la relación entre desnutrición y menor resultado educativo


depende del grado de intensidad de la desnutrición (…). El hecho de que los niños y niñas
87

desnutridos tienen una mayor probabilidad de contraer enfermedades hace que estos se
incorporen tardíamente al sistema educativo y registren un mayor ausentismo escolar, con
lo cual aumenta la probabilidad de repetición de cursos y deserción (p.22).

En resumen, las desventajas socioeconómicas, culturales y familiares; el sistema


educativo, sus programas y sus currículos; la falta de acompañamiento en el proceso educativo y
la falta de oportunidades para acceder y permanecer en el sistema articulan las principales causas
de dicho fenómeno.

4. Un sistema educativo sin lineamientos para la extraedad

Aunque el Ministerio de Educación Nacional tiene programas de Aceleración del


Aprendizaje, de básica primaria y Caminar en Secundaria como una estrategia para la nivelación
de los estudiantes en condición de extraedad, los lineamientos impartidos resultan ser ineficaces
para aquellos estudiantes en condición de extraedad que siguen cursando los grados en
instituciones y currículos regulares.

Dentro de un aula, puede haber estudiantes que tienen un proceso de aprendizaje regular,
es decir que han cursado todos los años lectivos en el tiempo cronológico habitual, y estudiantes
en condición de extraedad que por diferentes razones, como las expuestas anteriormente, se
encuentran en un desfase con los años lectivos al tener una edad por encima de la que es
considerada común. El sistema falla, cuando desde un método normalizador y homogenizador,
hace que el docente, primero, califique de acuerdo a los mismos parámetros a todos los
estudiantes, cuando todos tienen ritmos de aprendizaje diferentes y poseen, de acuerdo a Gardner
(1983), inteligencias múltiples, que son según él siete:

(…) las inteligencias lingüística y lógico matemática que de tantos privilegios gozan en
las escuelas hoy en día; la inteligencia musical; la inteligencia espacial; la inteligencia
cinestésico corporal; y dos formas de inteligencia personal, una que se dirige hacia los
demás y otra que apunta hacia la propia persona (p. 5).
88

Segundo, enseñe a una población estudiantil en condición de extraedad para la que, desde
la academia, no se le ha preparado.

La falta de herramientas pedagógicas que tienen los docentes en Colombia para atender a
los estudiantes en condición de extraedad, están ligadas a capacitaciones fortuitas que ofrece el
Ministerio de Educación y las secretarías de educación de los diferentes entes territoriales que
además no tienen un acercamiento real a dicha población, y que giran en torno a temas vagos e
imprecisos de inclusión, sin que se les suministre realmente a los docentes y directivos, las
herramientas y consideraciones necesarias para trabajar óptimamente con esta población
estudiantil. Cómo señaló un directivo de la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco, cuando
se le preguntó por los elementos necesarios para la atención a los estudiantes en condición de
extraedad:

Cuando uno va a trabajar con estudiantes en extraedad ellos tienen otros ritmos diferentes
de acuerdo con su edad, con sus mínimas necesidades. Uno tendría que tener capacitación
mínimamente para poder comprender, entender y hacer unos diagnósticos al respecto de
eso, y eso es en el sector educativo un poco complejo porque los docentes están
capacitados para dentro de los términos de homogenización, por decirlo de alguna
manera, tratar los estudiantes que son medianamente homogéneos; pero cuando ya todos
son tan diversos, tan heterogéneos (…), entonces ahí se necesita capacitación (Directivo
docente entrevistado #2).

Indudablemente se percibe el abandono del Estado y de la academia, los primeros en


materia legislativa y los segundos en pedagógica, hacia los estudiantes en condición de extraedad
y hacia los directivos y docentes de las instituciones donde estos se encuentran. Es inaplazable
que se establezcan procedimientos específicos para trabajar con esta población estudiantil, para
evitar producir las actuales prácticas de segregación, estigmatización y exclusión que dentro del
aula les son impuestas. Según Alba (2004) “hay numerosos testimonios sobre la discriminación
que sufren los repitentes por parte de sus nuevos compañeros y por los maestros, pues sobre ellos
recae el imaginario de que son ‘vagos’” (p. 205).
89

5. Consideraciones finales

Se concluye que, alrededor de los estudiantes en condición de extraedad giran una serie
de estigmatizaciones que terminan calificándolos como un “problema”; al hacerlo, se desconoce
un síntoma de una sociedad que no ha proporcionado el ambiente necesario para que sean
protegidos los derechos de los niños, niñas y adolescentes. La condición de extraedad, es la
cristalización educativa de un Estado insuficiente, que por muchas décadas ha mantenido brechas
de desigualdad abismalmente amplias. Mientras esas brechas no se reduzcan, y millones de
personas sigan viviendo en situaciones tan precarias, la extraedad, y otros fenómenos educativos
y sociales, tenderán a comparecer.

Por lo tanto, se requiere que escuela y territorio formen una dupla, como espacio único de
articulación de las múltiples dimensiones de la vida, económica, social, cultural, productiva,
ambiental; la educación parametrizada, homogeneizada y uniforme no es conveniente, ya que no
logra articularse, ni dar cuenta de las complejidades con las que cargan los actores de los
contextos, que a la vez son los mismos niños, niñas y jóvenes que arriban a la escuela, con
marcas y huellas particulares. Como afirma Manen (1998):

Los niños no son contenedores vacíos que vienen a la escuela para que viertan sobre ellos
los contenidos curriculares mediante una serie de métodos de instrucción especiales.
Además, los niños que vienen a la escuela, vienen también de algún sitio. Los profesores
deben tener alguna indicación de lo que los niños traen con ellos, de lo que define su
forma de comprensión, su predisposición, su estado emocional y su preparación para
abordar la asignatura y el mundo escolar (p. 23).

Como expone Triviño (2004): “La escuela comparte con su entorno en la dinámica social
los problemas de violencia intrafamiliar, la desintegración de la familia, promiscuidad, violencia
callejera, pandillas, drogadicción, desempleo y delincuencia juvenil” (p. 188).

En efecto, es bien sabido que gran parte de las instituciones educativas no cuentan con las
suficientes y bien logradas adaptaciones curriculares, que permitan dar cuenta de que quienes lo
requieren, están siendo incluidos y atendidos de manera pertinente. Termina haciéndose evidente
90

que la escuela colombiana aún dista de tener una perspectiva relacional con los contextos, porque
allí todavía no se evidencia la dimensión territorial de las prácticas educativas.

Finalmente, es necesario abogar por una escuela inclusiva que reconozca la diferencia, la
respete y realice las acciones pertinentes para que esta se viva sin pretensiones de homogeneidad.
Se debe involucrar verdaderamente a los estudiantes en condición de extraedad, y más que
considerarlos como una carga para el sistema educativo que en ocasiones los ha discriminado y
excluido, se deben buscar los medios para articularlos a este.
91

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95

III. La autoestima en los estudiantes en condición de extraedad8

Participante:

Astrid Albany Lopera Vásquez9.

Resumen

Este artículo intenta evidenciar los procesos de modificación del autoconcepto y la autoestima de
los estudiantes en extraedad que suscitan debido a las consideraciones y juicios que emiten
aquellos que los rodean. Partiendo de una descripción general de la forma en que los niños, niñas
y jóvenes comprometen los conceptos que tienen sobre sí mismos a partir de lo que reciben de
otros, se procede a aclarar el concepto de autoestima mediante su relación y diferenciación con el
autoconcepto, la autoimagen y la autoconfianza. Después de clarificar estos conceptos, se realiza
una aproximación especial a la manera en que la autoestima y el autoconcepto se ven
deformados y trasformados en los estudiantes en extraedad a partir de las relaciones que éstos
establecen con sus agentes sociales inmediatos: los padres de familia, los docentes y los pares.
Para concluir, se expone la necesidad de que los currículos escolares dejen de restringirse a un
conocimiento científico, e incluyan herramientas y procesos a través de los cuales se forme a los
niños, niñas y jóvenes en educación emocional.

Palabras clave: Autoconcepto, autoestima, educación emocional, extraedad, escuela.

8 Artículo de reflexión individual producto de la investigación “Una Mirada a la Condición de Extraedad Escolar
dentro de la Jornada Regular en la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco de la Ciudad de Medellín”
9
Artículo presentado para optar al título de Magister en Educación y Desarrollo Humano Convenio Fundación
Centro Internacional de Educación y Desarrollo Humano CINDE- Universidad de Manizales, 2018. Asesor: Andrés
Klaus Runge Peña
96

Abstract

This article tries to show the processes of modification of the self-concept and the self-esteem
of the students in extra-age that raise due to the considerations and judgments that those around
them issue. Based on a general description of how children and youth commit to the concepts
they have about themselves, based on what they receive from others, the concept of self-esteem
is clarified through differentiation and connection of it with self-concept, self-image and self-
confidence. After clarifying these concepts, a special approach is made to the way in which self-
esteem and self-concept are distorted and transformed in Extra-aged students because of the
relationships established with their immediate social agents: parents, teachers and classmates. To
conclude, is explained the need for school curricula to stop being restricted to scientific
knowledge and include tools and processes through which they train children and young people
in emotional education.

Key Words: Self-concept, Self-esteem, emotional education, extra-age, school.


97

1. Introducción

El niño que llega al mundo carece de una escala de comparación


para valorarse a sí mismo. Tiene que depender de las experiencias
que adquiere de las personas que lo rodean y de los mensajes que le
comunican de su valor como persona.

(Gamboa & García, 1997, p. 22).

Los niños, niñas y jóvenes se ven expuestos todos los días de su vida a múltiples
dinámicas sociales y culturales que terminan repercutiendo significativamente en su conducta y
en su autoconcepto. Todas aquellas experiencias y relaciones sociales en las que deben mediar,
además de marcarles el presente de su existencia, trascienden al futuro. Aquello que marcó a un
niño o a una niña de manera positiva o negativa en sus primeros años, difícilmente puede
desaparecer cuando entre a la adolescencia, y luego en la vida adulta; las personas no viven las
etapas de desarrollo humano como fases independientes, al contrario, a medida que van
avanzando y rebasando esos ciclos, edifican un proyecto sucesivo e ininterrumpido que tiende a
construirse sobre el pasado; según Bolívar (2015):

La biografía es parte constitutiva del ser, en la medida que se ha construido por medio de
experiencias que se han adquirido desde la infancia, las cuales han estado siempre en
relación con “otro” (...). La experiencia inmediata se constituye en parte de la vida,
afectando de una u otra manera su historia y su futuro, la manera como es aprehendida
depende en gran medida de lo vivido, de lo que existe en la memoria interna, de allí que
se suman distintas actitudes frente algunas experiencias o personas. Cuando un ser
humano se enfrenta a una determinada situación, hace uso del repositorio de
conocimiento disponible, en el cual se ha realizado un almacenamiento pasivo de
experiencias que pueden ser traídas al “aquí y ahora” para construir una nueva
experiencia inmediata, fortaleciendo la biografía (p. 52).

En la niñez y en la adolescencia se presentan cambios extensos y relevantes en materia


fisiológica y psíquica que suponen unas conductas y comportamientos característicos de la edad,
98

éstos en un proceso natural, son superados con el tiempo. Sin embargo, en estas etapas se
desarrollan algunos factores y dinámicas que se erigen como situaciones de alto riesgo debido a
que dejan de ser características transitorias en el tiempo y tienden a permanecer.

Los niños, las niñas y los jóvenes que estando en una condición de extrema
vulnerabilidad por su edad, crecen en medio de ambientes hostiles, violentos y desfavorables
para su condición física, psíquica y emocional, tienden a sufrir las fatídicas consecuencias toda
su vida.

Cuando a un niño o a una niña, se le niegan las oportunidades para desarrollarse


íntegramente, es estigmatizado por sus comportamientos por cualquier condición que lo
constituya, se le maltrata y se desconoce como un individuo con unas singularidades que lo
hacen especial, esto los marca e impone una vida lamentable a la que muy pocos logran
sobreponerse. Los estudiantes en condición de extraedad no están lejos de ser parte de aquellos
niños, niñas y jóvenes, que dentro de los hogares y las escuelas reciben ciertas valoraciones, que
al contrario de motivarlos e impulsarlos a sobreponerse a su condición caracterizada por la
repitencia y el fracaso escolar, los desaniman y los culpan.

Para comprender por qué la extraedad es un fenómeno escolar que se agrava con el
tiempo, debemos ubicar y analizar aquellas situaciones y circunstancias en que los agentes
encargados de influir en sus procesos de socialización y aprendizaje, terminan gestando en éstos
estudiantes profundos sentimientos de frustración que agravan su situación académica y social.
Entender cómo y por qué las concepciones y comportamientos hacia está población estudiantil
tienen repercusiones significativas en su vida, abre un horizonte de discusión importante sobre la
necesidad de educar en las emociones más allá del intelecto. Los padres, los maestros y los pares,
al contrario de posibilitar en los niños y jóvenes en condición de extraedad procesos de
integración y reconocimiento que influyan positivamente en sus esfuerzos y conductas para
superarse a sí mismos, propician la estigmatización y la exclusión social de esta población
estudiantil que termina debilitando la autoestima y la autoconfianza y se sume en una insondable
inseguridad. Citando al MEN, Echeverry (2015) señala respecto a la caracterización de los
alumnos en extraedad que inician el Programa de Aceleración del Aprendizaje que “parecen
99

haber perdido la seguridad, la confianza en sí mismos, los deseos de continuar estudiando y la


socialización que ofrece la vida escolar” (p. 53).

En el proceso de comprensión del fenómeno de la extraeadad como una realidad social


que tiene repercusiones sobre la autoestima, se hace imprescindible, en primer lugar, exponer
brevemente este concepto para luego precisar y puntualizar el proceso de modificación de este en
la referida población estudiantil.

2. Conceptualización de la autoestima; la autoestima que construyen los niños y


jóvenes

La autoestima está vinculada a la concepción que tenemos de lo que nosotros mismos


creemos que valemos y se construye sobre todas las experiencias que hemos vivido y las
sensaciones y sentimientos que hemos experimentado. Nos concebimos de determinada manera,
construimos un autoconcepto, y a partir de él decidimos si nos gustamos o no… asignamos cierta
estima sobre nosotros mismos, y es a eso lo que llamamos autoestima. (Gamboa y García, 1997)

“Se puede definir la autoestima como «la valoración positiva o negativa que el sujeto
hace de su autoconcepto, valoración que se acompaña de sentimientos de valía personal y auto
aceptación»” (Gonzáles, 1999, p. 217). La autoestima está íntimamente relacionada con otros
conceptos como la autoimagen, la autoconfianza y el autoconcepto, sin que esto llegue a
significar que sean análogas. Según Gamboa y García (1997) estos cuatros conceptos pueden ser
una base importante para construirnos como personas fuertes, y por esa relación tan cercana, con
el defecto que se presente en cualquiera de ellos, la autoestima se manifestará débil. De acuerdo
a las autoras, el autoconcepto es aquello que pensamos sobre nosotros mismos, la autoestima es
la cuantía de lo que nos queremos, la autoimagen de qué tanto nos gustamos, y la autoconfianza,
de cuanta confianza tenemos sobre nosotros. Gonzáles (1999) reafirma la construcción
conceptual de Gamboa y García (1997) al entenderla la autoestima como “la valoración que el
sujeto hace de su autoconcepto, de aquello que conoce de sí mismo. (…) como un aspecto del
autoconcepto (Berk, 1998) o cómo un componente del autoconcepto (Burns, 1990)” (p. 220).
100

La autoestima que construyen los niños y las niñas, pero sobretodo los jóvenes, está
bastante influenciada por las opiniones y comentarios que manifiestan los otros; esas
concepciones tienen una influencia directa en el autoconcepto, y las modificaciones en ese
autoconcepto, generan en el individuo una alteración de la autoestima. El autoconcepto en estas
etapas de la niñez y la adolescencia, está mayoritariamente compuesto por los conceptos que los
demás tienen sobre el individuo, que por el propio concepto que el individuo tiene sobre sí.
Santibáñez (2009) expone que de acuerdo a Harter y a Cooley, los interaccionistas simbólicos:
“la principal fuente de la autoestima del sujeto es la valoración recibida de los otros (…)” (p. 99).

2.1 Autoestima en estudiantes en condición de extraedad:

Los estudiantes en condición de extraedad se encuentran en medio de una encrucijada


constante de juicios y estigmas. Continuamente son hostigados dentro y fuera del aula a través de
prácticas de ridiculización y apelativos dirigidos a resaltar y a hacer visible su condición de
repitentes. Su autoestima, característicamente baja, se encuentra influenciada por el concepto que
ellos construyen sobre sí mismos a partir de aquellas experiencias doloras que deben vivir
cuando sus pares, maestros y padres emiten comentarios encaminados a la burla, a la
desacreditación y a la demostración de desconfianza y escepticismo ante la superación escolar.
Santibáñez (2009) señala que las fuentes que afectan a la formación de la autoestima son:

(…) la valoración recibida desde los demás, los éxitos o fracasos juzgados con referencia
a criterios de valor para el alumno de diez a doce años, la comparación social y las
atribuciones acerca de las causas de la conducta hacia los demás (p. 100).

El estudiante en extraedad pierde la confianza en sí mismo y su condición escolar y social


tiende a empeorar porque la escuela y la familia, al contrario de propiciar herramientas y
actitudes que fortalezcan su autoconcepto afectado por el fracaso previo, recalcan la supuesta
incapacidad e ineptitud con la que constantemente se le califica a esta población estudiantil.
Estas críticas destructivas marcan la vida de los estudiantes: Primero, los niños, niñas y jóvenes
comienzan a creer que el fracaso escolar es la consecuencia de su falta de habilidad y virtud;
segundo, les da una excusa para hacer de su supuesta incapacidad un pretexto para dejar de
101

esforzarse en su proceso de aprendizaje y finalmente, les impone la penosa idea de concebirse a


sí mismos como individuos inútiles destinados al fracaso. Convenientemente señala Bizkarra
(2005) de acuerdo a Antonio Blay: (…) la poca valoración que podemos recibir de nuestros
padres y maestros de escuela durante la niñez, con frases como ¡No vales nada!, ¡eres un tonto!,
etc. se van grabando en nuestro interior y creamos una idea de mí mismo muy baja por todo lo
escuchado (p. 140).

2.2 La autoestima desde el hogar

La familia al ser la célula social a través de la cual las personas tienen su primer
acercamiento al mundo, establece unos marcos de referencia importantes a partir de los cuales se
proyectarán ciertos aspectos emocionales y comportamentales que influirán significativamente
en la vida de los individuos. Goleman (1995) asegura que:

La vida familiar es la primera escuela de aprendizaje emocional; es el crisol doméstico en


el que aprendemos a sentirnos a nosotros mismos y en donde aprendemos la forma en que
los demás reaccionan ante nuestros sentimientos; ahí es también donde aprendemos a
pensar en nuestros sentimientos, en nuestras posibilidades de respuesta y en la forma de
interpretar y expresar nuestras esperanzas y nuestros temores (p. 122).

Los padres se convierten en un modelo de comportamiento y sus actitudes en el hogar


influirán en las conductas, el autoconcepto y la autoestima de sus descendientes. Los padres que
maltratan constantemente física y/o verbalmente a sus hijos, crean en ellos agravios que
marcarán el resto de su existencia. Lo contrario sucede con aquellos padres que educan a sus
hijos desde el amor y la comprensión, éstos también dejarán marcas en ellos, pero serán
positivas. Plata et al (2010), basándose en otros autores10, aseguran que:

(…) si la crianza se asocia a patrones de comportamientos agresivos o por el contrario a


patrones positivos de los padres, esto medirá en el desarrollo emocional dado que

10
Martínez et al, 2008; Mestrei, Tur, Samper, Nacher & Cortez, 2007; Ortiz, Apodaca, Etxebarria & Fuentes, 2008
102

contribuyen a fortalecer o debilitar la autoestima en los niños permitiendo el


establecimiento de vínculos efectivos sanos y actitudes prosociales (p. 101).

Esas influencias sociales y emocionales que tiene la familia a pesar de producirse durante
toda la existencia de los individuos, se hacen más significativas en los primeros años, debido a
que es en este período donde se edifican las bases que condicionarán las experiencias futuras. La
escuela, en todos sus niveles y grados, neuróticamente preocupada por el rendimiento escolar y
el conocimiento técnico y científico, marca un periodo decisivo donde además de los pares y los
docentes, los padres establecen unas prácticas y unas alocuciones que definitivamente
repercutirán en la forma en que los niños, niñas y jóvenes afrontan el proceso educativo, las
maneras como este los califica, descalifica, normaliza, estigmatiza, y los incluye en sus
instituciones para excluirlos dentro de sus aulas.

Cuando los estudiantes reprueban cursos, y en consecuencia entran a formar parte de la


población en condición de extraedad, los padres comienzan a ejercer discursos donde se
recriminan la capacidad intelectual y cognitiva de sus hijos. Lo nefasto de dichas apreciaciones
parentales radica en que, primero, crean un profundo desconsuelo y desánimo en los estudiantes,
y segundo, legitiman aquella concepción ridícula según la cual, los fracasos y deficiencias nacen
de la incapacidad y defectos de los alumnos y no del propio sistema educativo. Los padres
ignoran y evaden que de alguna manera, el fracaso escolar de sus hijos además de ser una
consecuencia explicita de un sistema educativo como el nuestro, tiene algunos principios en los
déficits de acompañamiento familiar en los procesos emocionales y cognitivos de aprendizaje.

En casa, los estudiantes en extraedad pueden comenzar a recibir descalificativos sobre su


condición y su tendencia al fracaso escolar que afectan excesivamente su autoestima. Además de
tener que soportar y resignarse a los tratos de exclusión y señalamiento dentro del aula,
encuentran en el hogar un ambiente desfavorable que resulta bastante pernicioso para la imagen
que empiezan a crear de sí mismos y la manera en que se sienten respecto a ella. Elaboran un
concepto de sí mismos sobre lo que escuchan de sus padres, disminuyen la estima que tienen
sobre sí mismos porque dejan de verse como seres valiosos y terminan perdiendo la
autoconfianza. Vivas (2003) expone:
103

(…) es importante que los padres sean capaces de estar en sintonía con las emociones de
sus hijos, pues la manera en que los padres manejen sus propias emociones y reacciones
ante las de sus hijos, determinará en gran medida las competencias emocionales futuras
de sus hijos (p. 10).

2.3 La autoestima en la escuela

La escuela tiende a ser la segunda célula social, después de la familia, donde los niños y
niñas se relacionan, y los vínculos que establecen con sus pares y maestros, ejercen, según Cava
y Musitu (2001): “una poderosa influencia tanto en su interés y motivación por la escuela como
su ajuste personal y social” (p. 297). En su afán de normalizar y homogenizar a una cantidad de
estudiantes completamente distintos, la escuela comienza a ejercer prácticas de segregación y
exclusión hacía aquellos estudiantes que se encuentran por fuera del modelo de lo deseado; los
estudiantes en extraedad se encuentran en ese grupo de excluidos. A partir de las experiencias
académicas –sociales, emocionales, e intelectuales-, los estudiantes comienzan a elaborar juicios
sobre sí mismos; como argumenta Santibáñez (2009):

Las percepciones e imágenes que tiene el alumno de sí mismo, que incrementan el sentido
de la identidad y repercuten en la autoestima, resultan influidas por la popularidad entre
los compañeros, los logros y los fracasos en la vida académica, deportiva y social (p. 97).

Un estudiante en extraedad de la Institución Educativa Álvaro Marín Velasco respondió,


cuando se le preguntó qué implicaciones creía que tenía el término extraedad para él en la
Institución, que

(…) es maluco porque uno en un grado y la otra gente más pequeña va pasando, y uno
todavía ahí en ese grado, uno tan bien viejo y la gente más pequeña que uno, como si uno
fuera el papa de todos (Estudiante entrevistado #4)

El aula se convierte en un lugar desfavorable para el aprendizaje, y el rendimiento


escolar, influenciado por un sistema que desconoce la pluralidad y singularidad de las
capacidades de todos los alumnos, empieza a fundar dinámicas de separación y distinción entre
104

aquellos que no logran adherirse al currículo y aquellos que lo hacen. Los estudiantes en
extraedad hacen parte de la primera categoría, y su condición de repitencia hace que algunos de
los pares y los maestros elaboren juicios de desacreditación de sus capacidades y competencias.

Esas dinámicas de exclusión y señalamiento producen en los niños, niñas y jóvenes, unos
puntos relevantes sobre los cuales replantean el concepto que tienen sobre sí mismos y su
autoestima disminuye. “El rendimiento escolar constituye el principal sector de la ejecución del
niño y el marco fundamental desde el que los adultos y él mismo configuran un juicio acerca de
sus capacidades” (Frías & Mestre, 1996, p. 281). Los resultados académicos, además de las
relaciones sociales conflictivas, se convierten en la fuente de descalificación de aquellos
“inadaptados escolares”, y de ella emanan los juicios y concepciones heterónomas que terminan
desfigurando y reconfigurando el autoconcepto del individuo; pierden la confianza en sí mismos
y en el sistema escolar que no se preocupa por acogerlos, la seguridad para participar en los
procesos del aula y la esperanza de recuperar una situación académica regular. En el estudiante
en condición de extraedad, el fracaso académico se extiende a la estigmatización y exclusión
social, que terminan sumiéndolo en una profunda desilusión desde la cual se conciben como
sujetos incapaces, perpetuando así un círculo vicioso alrededor de la frustración que propenderá
a mantener y agravar su condición de repitentes.

Con respecto a la menor autoestima académica de los niños con problemas de integración
social, se ha señalado que los niños rechazados tienen más problemas de ajuste escolar y un
rendimiento académico inferior al de sus compañeros (Kupersmidt y cols., 1990; Wentzel y
Asher, 1995, Wentzel, 1998) (Cava & Musitu, 2000, p. 331).

2.3.1 Los pares y la autoestima escolar de los estudiantes en extraedad

En ocasiones las relaciones sociales de los estudiantes en condición de extraedad, con sus
pares implican situaciones conflictivas en las que se terminan desarrollando dinámicas de
victimización y maltrato, que están referidas a un acoso escolar dirigido mayoritariamente a
prácticas verbales de descalificación y estigma hacia esta población estudiantil. La manera en
que sus pares se refieren a los estudiantes en extraedad, las concepciones que tienen sobre su
105

intelecto y sobre su capacidad de acuerdo a su antecedente de “repitentes”, esbozan los


imaginarios y las prácticas de estigma y exclusión que se generan al interior del aula. Plata,
Riveros & Moreno (2010), de acuerdo a Thijs y a Verkuyten, ambos profesores de ciencias
sociales de la Universidad de Utrecht ubicada en los Países Bajos, señalan que:

(…) la victimización hacia los pares tiene una consecuencia negativa para los jóvenes en
su rendimiento académico y en su autoconcepto. Se afecta la autoeficacia académica por
recibir mensajes negativos de sí mismos de parte de los pares afectando su
autoevaluación, extendiéndose a su autoeficacia académica y su autoestima (p. 102).

Las concepciones de los pares, afectan profundamente la autoestima de los niños, niñas y
jóvenes. Los estudiantes pueden opacar grandes virtudes y capacidades que poseen, porque se les
hacen más importantes las concepciones y opiniones que tienen los demás sobre ellos. Se
convierten en un tipo de esponja que absorbe todo lo que se les dice, especialmente lo negativo,
y lo mantienen dentro; después, de acuerdo al autoconcepto que han generado sobre la opinión
de otros, comienzan a enjuiciarse y reprocharse a sí mimos inclementemente. Aparece lo que
Nasio (2011), de acuerdo a la teoría freudiana, describe como el superyó del adolescente, que
más allá de ser una cosa o un ser, es: “la facultad propiamente humana de hablarse y de juzgarse
a sí mismo” (p. 103); en el adolescente es “su rumor moral, su enemigo interior que lo agobia
con autocríticas y lo mina” (p. 103).

2.3.2 Los docentes y la autoestima escolar de los estudiantes en extraedad

Los docentes dentro el aula, al igual que los pares, influye significativamente en la
autoestima y autoconcepto de los alumnos. Constantemente están predispuestos con aquellos
estudiantes que poseen dinámicas complejas de integración al interior del aula, dentro de los
cuales están incluidos los estudiantes en extraedad. El estigma de repitientes lleva a que en
ocasiones estén asociados a concepciones de vagancia, holgazanería, pereza, rebeldía e
indisciplina sobre estos alumnos. En algunos casos, pueden anunciar y hacer evidente frente a
toda la clase, esos juicios de estigma que poseen hacia alguno de esos estudiantes, que por el
106

motivo más mínimo compromete la naturalidad y serenidad de la clase. Cava y Musitu (2000)
exponen pertinentemente que:

(…) las principales características de los niños con problemas de integración social en el
aula son una autoestima académica y social inferior a la de sus compañeros bien
adaptados socialmente, una percepción algo menos favorable del clima escolar y,
fundamentalmente, una percepción menos favorable de estos niños por el profesor (p.
332).

Los estudiantes que son expuestos por los profesores frente a sus pares, además de sentir
frustración y decepción por las actitudes del docente, extienden esos penosos sentimientos a sí
mismos y comienzan a germinar en su interior ciertas dudas sobre sus habilidades y cualidades
que terminan debilitando su autoestima. Cuando los profesores al contrario de ser un pilar de
protección y de apoyo para los alumnos, se establecen dentro del aula como enemigos de los
cuales hay que esconderse y protegerse, la pedagogía y la educación dejan de tener un
significado efectivo.

(…) se ha constatado que aquellos alumnos que perciben un mayor grado de apoyo de sus
profesores e iguales manifiestan también una mayor motivación e interés por las actividades
escolares, son más proclives al cumplimiento de las normas que regulan el funcionamiento del
aula, se implican más activamente en metas prosociales y su autoestima es más positiva
(Wentzel, 1998) (Cava & Musitu, 2001, p. 297).

3 La necesidad de educar en las emociones. Educar desde el amor

Como señala Vivas (2003): “La educación tradicionalmente se ha centrado en el


desarrollo del intelecto, con un marcado olvido de lo emocional” (p. 3). Las escuelas enseñan
currículos que se basan en un conjunto de saberes meramente científicos teóricos desinteresados
completamente de la manera en que los individuos se adaptan a la institución social, y al mundo
que los rodea. La educación en las emociones se ha subestimado por siglos, pero hoy demanda
107

una reivindicación en los currículos escolares, para brindar la oportunidad de que los niños, niñas
y jóvenes pueden vivir su proceso escolar con bienestar y tranquilidad.

Hace falta una educación de las emociones. Pero esto sólo es transmitido por el que lo
vive y en esto hay pocos “maestros”. En el aprendizaje del arte de las relaciones humanas es
preciso tener en cuenta la idea que lanza Antonio Blay, de que hemos venido al mundo a
actualizar nuestras potencialidades de energía, amor y conocimiento. La verdadera educación,
según Montagu y Erich Fromm, tiene que tender más que al aprendizaje de cosas al de modos de
convivencia (Bizkarra, 2005, p. 166).

Mientras nos sentamos a esperar que el sistema educativo cambie sus currículos de
enseñanza, debe ser iniciativa de los padres y los maestros -más allá de docentes y profesores-,
educar en emociones a los niños y jóvenes. Y educar en las emociones, significa enseñarles a los
hijos y a los estudiantes que son especiales e invaluables, motivarlos de todas las formas posibles
para que se esfuercen en el proceso de aprendizaje y producir lazos de confianza estrechos y
fuertes donde puedan encontrar consejo y guía.

El docente debe constituirse en un mediador esencial de las habilidades emocionales en el


alumno. Debe seleccionar, programar y presentar al estudiante aquellos estímulos que
modifiquen su trayectoria emocional, le hagan sentirse bien consigo mismo y desarrolle su
capacidad para regular sus reacciones emocionales (Vivas, 2003, p. 15).

Educar en las emociones implica que tanto padres como maestros, desde el amor y el
respeto, reconozcan en todos los niños facultades y capacidades especiales y diversas, que los
sitúan dentro del aula y el hogar, como individuos inimitables. Educar desde el amor significa
educar desde la palabra, que se extiende con delicadeza y cautela para no herir las
susceptibilidades de niños y jóvenes que pueden quedar marcados para siempre. Cuando se
educa con amor, se hace posible que los niños y los jóvenes sean clasificados, al contrario de lo
que expone Kremenchutzky (1995), más en función de las posibilidades y potencialidades que de
los déficits y las dificultades. El amor es comprensivo y afable, y educar consiste en eso... en
amar.
108

El amor es la emoción central en la historia evolutiva humana desde su inicio, y toda ella
se da como una historia en la que la conservación de un modo de vida en el que el amor,
la aceptación del otro como un legítimo otro en la convivencia, es una condición
necesaria para el desarrollo físico, conductual, psíquico, social y espiritual normal del
niño, así como para la conservación de la salud física, conductual, psíquica, social y
espiritual del adulto.

En un sentido estricto, los seres humanos nos originamos en el amor y somos


dependientes de, él. En la vida humana, la mayor parte del sufrimiento viene de la
negación del amor: los seres humanos somos hijos del amor (Maturana, 1994, p.
9).

4. Consideraciones finales

Se ha dicho, de acuerdo a Echeverry (2015), Bolívar (2015), Montoya & Tamayo (2014),
que para los estudiantes en extraedad, los programas de aceleración de Aprendizaje han sido
pensados y están dirigidos a un proceso de fortalecimiento de la autoestima y a una
resignificación del aula y del proceso como un medio de resiliencia por parte de esta población.
Sin embargo, al momento de observar los procesos y las dinámicas que se gestan dentro y fuera
del aula regular cuando confluyen estudiantes en extraedad con estudiantes sin ninguna
anormalidad académica, el panorama es distinto.

La educación en el aula regular innegablemente sigue funcionado bajo la construcción


que ha tenido en occidente, primero, a través de unos currículos toscos y enfocada a un
conocimiento específico: el científico; y segundo, como un medio de homogenización de
individuos infinitamente diversos. Dentro de ese marco excesivamente inflexible e intransigente,
el sistema educativo al contrario de dinamizar los procesos de enseñanza al dar cabida y permitir
el desarrollo de seres ampliamente heterogéneos, termina descartando y omitiendo a ciertos
estudiantes en procesos que resultan dolorosos y humillantes. De esta manera, la educación para
ciertos estudiantes al contrario de resignificar su vida y las oportunidades para la movilización
109

social termina debilitando profundamente el autoconcepto y el autoestima cuando señala,


clasifica y discrimina.

Mientras que la educación en el aula regular siga estando construida bajo esos pilares,
difícilmente los estudiantes en extraedad, y los estudiantes en general, podrán encontrar allí un
medio de resiliencia sobre el cual construir un proyecto de vida. Sin embargo, no hay que
desconocer que falta mucho tiempo para que haya una trasformación social y cultural que
reconstruya y renueve esos pilares; no podemos quedarnos con los brazos cruzados mientras
vemos como muchos niños y jóvenes desisten del sistema y estamos llamados como agentes
inmediatos, padres, madres o maestros, a encontrar estrategias y métodos para hacer que estos
niños permanezcan en las escuelas y en medio de las más profundas contradicciones logren ver
allí una oportunidad para cambiar la realidad social en medio de la cual les ha tocado vivir. Esas
estrategias para hacer que los niños permanezcan, están necesariamente vinculadas a fortalecer y
estimular la autoestima.

La intención de este estímulo le permite al infante y adolescente, para este caso, quererse,
valorarse, respetarse, es algo que se construye o reconstruye al interior del Ser, pero bajo la
consideración que no solo es el compromiso de los actores institucionales, como docentes y
directores sino que es condición sine qua non un adecuado ambiente familiar y social que genere
mecanismo de inclusión y estímulo para el aprendiz (Montoya y Tamayo, 2014, p. 45).

En esta tarea de estimular la autoestima, se hace necesaria la educación en las emociones


a la que apela con tanta vehemencia en el punto anterior. Hacer sentir a los niños, niñas y jóvenes
especiales y ser consciente de que sus habilidades no necesariamente son iguales a las de los
pares; acompañar su proceso de aprendizaje con comprensión, amor y respeto; insistir en su gran
potencial y guiar su proceso con paciencia y benevolencia, es la labor a la que están llamados
maestros y padres. Argumenta Echeverry (2015) que la autoestima se potencia con “la
celebración de éxitos, descubrimiento de fortalezas, apoyo constante y estímulos positivos” (p.
11).
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