Resumen Libros Historicos

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UNIDAD I INTRODUCCIÓN A LOS LIBROS HISTÓRICOS: JOSUÉ – ESTER

RESUMEN

1. NOMBRE
En la Biblia hebrea, estos libros conforman la segunda división de los así llamados Nebi’im –
“profetas”. A su vez, en esta división, los biblistas, suelen distinguir un primer grupo de
escritos ANTES del destierro en Babilonia, conocido como los “profetas anteriores”, y el
segundo grupo, escritos DESPUÉS del destierro, es decir, al regresar a Palestina, como los
“profetas posteriores”. Comúnmente esta división no es tan conocida entre los cristianos; sin
embargo, es algo practico, porque el contenido de los “libros proféticos” orienta en alguna
medida a sus lectores, referente al desarrollo histórico – profético de la gran nación Israel.

2. DESCRIPCIÓN Y NATURALEZA DE LOS LIBROS


Los “profetas anteriores” consta de la historia de Israel y son conocidos también como “libros
históricos”. Esta división incluye a Josué, Jueces, Rut, 1 y 2 Samuel, 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas,
Esdras, Nehemías y Ester, respectivamente. El carácter del contenido de los “libros proféticos”
se evidencia por su constante llamamiento a Israel, en nombre de Dios, a la obediencia y fiel
cumplimiento de sus leyes y ordenanzas, y una severa admonición contra la idolatría en
cualquiera de sus formas doquiera que vivan.
3. BREVE RESUMEN HISTÓRICO
Este periodo defiere del precedente (Pentateuco) en que su centro histórico se desplaza del
Valle de Éufrates y Palestina al país de Canaán. Dios se manifiesta frecuentemente a los
patriarcas mediante teofanías. Los libros históricos comprenden desde la muerte de Moisés y
la conquista de Canaán; la lucha a muerte entre el culto a Jehová y el culto a Baal, en la época
de Elías y Eliseo; el cautiverio de Babilonia. La historia del pueblo elegido se puede dividir en
etapas marcadas por sus desarrollos externos:
 Una comunidad de doce tribus, regidas por una constitución teocrática, y que poseía
un santuario central y único (Ex. 19 hasta 1 S. 7). El sumo sacerdote era la viva imagen de
la nación; los profetas estaban para asistirle, y en ocasiones para dirigirlo, como en el caso
de Moisés. Al salir del Sinaí, lo israelitas se dirigieron a Cades. Su falta de fe hizo que el
Señor los devolviera al desierto, donde peregrinaron durante 38 años. Finalmente,
rodearon el país de Edom y encontraron un paso rio arriba del Arnón. A ello siguió la
conquista del país situado al este del Jordán. Se levantó entonces el campamento en el
valle del Jordán. Después de la muerte de Moisés, los israelitas cruzaron el Jordán,
conquistando el país de Canaán. Josué murió después de que los israelitas quedaron
instaladas en el país de Canaán. La historia de Israel ofrece brillantes ejemplos de piedad,
pero también exhibe el hecho de que el pueblo caía fácilmente en la incredulidad.
 Una monarquía unida de las doce tribus. El pueblo no había llegado a manifestar la
unidad por su religión y, en la época de los Jueces, “cada uno hacia lo que bien le parecía”
(Jue. 21:25). La actitud amenazadora de las naciones vecinas hizo desear a Israel la
presencia de un gobierno fuerte y un caudillo militar respetado. En estos momentos,
Samuel era ya anciano. Los israelitas se apartaron del ideal de la teocracia, y pidieron otro
rey parte de monarca terreno, investido de la autoridad suprema, reinando
permanentemente en lugar de los Jueces que Dios había suscitado. Saúl fue el primer rey.
Presuntuoso e incapaz de admitir la superioridad del sumo sacerdote y del profeta, perdió
el privilegio de fundar una dinastía. Le fue arrebatado el 6 reino. Dios se retiró de él, y el
profeta Samuel también le abandono, por cuanto había desobedecido voluntariamente las
órdenes formales de Dios. David fue entonces el elegido. Bajo el reinado de David, las
doce tribus quedaron unidas después de siete años de guerra civil; Jerusalén arrebatada a
los jebuseos, vino a ser la capital del centro religioso del reino, cuyos límites se
extendieron mediante conquistas adicionales, hasta el noreste de Damasco. Los territorios
adquiridos fueron hechos tributarios. Israel impuso guarniciones en el país de Edom.
Salomón, el sucesor de David, edifico el templo, y adorno Jerusalén, desarrollando sus
fortificaciones y dando gran esplendor a Israel. Pero sus exacciones tributarias hicieron
surgir el descontento entre el pueblo, y su caída en la idolatría, bajo la influencia e sus
mujeres extranjeras, le hicieron incurrir en el desagrado de Dios. Su hijo y sucesor
Roboam, no supo discernir la gravedad de la situación, y ante su actitud arrogante diez
tribus se rebelaron contra la casa de David. Por ello, Judá y Benjamín vinieron a formar el
reino del sur, el resto de tribus formo el reino del norte.
 Dos reinos rivales. Una monarquía constituida principalmente por la tribu de Judá, y
un reino cismático y apostata creado por las diez tribus rebeldes. Las causas que
condujeron a esta escisión eran antiguas y variopintas. El reino de Judá, más fuerte, tenía
el poderío material. Además, su situación geográfica le proporcionaba mejores defensas
naturales; poseía la capital, un gobierno estable, y el centro cultural al que el pueblo
estaba acostumbrado. Tenía además la fuerza moral: la historia señala que la convicción
de la adhesión a una dinastía considerada como legítima es siempre un factor de poderío.
Sobre todo, el reino de Judá se benefició de la influencia exaltante de la verdadera religión
y del sentido de la fidelidad debida a Jehová. Tuvo reyes poderosos que los del reino de
Israel. Para mantener en el seno de la humanidad el conocimiento y el culto al Dios único y
verdadero, Jehová protegió el reino de Judá, y preparo la venida del Moisés. De todas
maneras, la historia religiosa de este periodo acusa una decadencia en la época de
Roboam (1 R. 14:22); Abiam (1 R. 15: 3) y de nuevo bajo Joram y Ocozias (2 R. 8:27). Las
mujeres de Salomón, al introducir en Israel los cultos idolátricos, fueron la raíz de esta
degeneración religiosa. La madre de Roboam era amonita. Salomon construyo para ella un
lugar alto dedicado a Milcom (Moloc), y esta mujer ofrecia sacrificios a este abominable
ídolo de su nación, Joram era yerno de Acab y Jezabel. Cada uno de estos periodos de
decadencia religiosa, fue seguido de un avivamiento: el primero tuvo lugar bajo el reinado
de Asa, el segundo bajo el de Joas; después del mismo Joas se apartó de Jehová, y tuyo
que venir otro avivamiento religioso, seguido más tarde de una nueva oleada de idolatría
debido a la nefasta influencia del rey Acaz. Las incursiones asirias contra el territorio de los
israelitas comenzaron en esta época. La nación dividida y muy degenerada en el aspecto
religioso, no estaba en estado de resistirlos. Lenta, pero seguramente, desde la época de
Acab los asirios fueron ensanchando sus conquistas, hasta que el reino del norte se
derrumbó.
 La monarquía de Judá subsiste sola. El reino del sur quedo desde entonces expuesto
a los ataques de los asirios, a los que siguieron los de los caldeos (babilonios). El estado
espiritual del pueblo era muy malo, a pesar de que grandes profetas, Isaías, Jeremías y
miqueas, habían dado valiente testimonio de la verdad. A excepción de Exequias y Josías,
los reyes de Judá no fueron rectos ni fieles a Jehová. El pueblo siguió a los reyes en su
disolución. Los partidarios de la idolatría triunfaron bajo Acaz. Los falsos cultos arraigaron
profundamente en el pueblo, y las reformas desde el trono no tuvieron más que un efecto
superficial. Había además en Israel veinte años, el ejercito de Nabucodonosor hizo
frecuentes apariciones ante Jerusalén. Se dieron varias deportaciones de judíos a
Babilonia. Finalmente, Jerusalén fue tomada e incendiada el 586 a.C. Los israelitas no
habían mantenido las bases del poderío de su nación. Sucumbieron al no haber querido
mantenerse bajo la sombra del Omnipotente.
 Un pueblo esclavizado. Judá durante el cautiverio en Babilonia.

 Judá en Palestina. El primer año de su gobierno en Babilonia (539 – 538 a. C.), Ciro
promulgo un edicto que permitió a los judíos el retorno a Palestina y la reconstrucción del
templo. Cuarenta y tres mil judíos aprovecharon la ocasión de volver, bajo la dirección de
Zorobabel. Esta colonia israelita fue sin embargo:
 Una parte del imperio persa, subordinada a la provincia situada al otro lado del río
(Éufrates). Fue colonia persa durante doscientos años. Dos veces tuvo gobernadores
locales de raza judía, nombrados por el emperador de Persia. Sin embargo, lo más
frecuente era que el poder fuera ejercido por el sátrapa del “otro lado del rio”. Este
delegaba en un gobernador de Judá, con derecho a la leva de hombres y recaudación de
tributos, pero dejando la administración local al sumo sacerdote, que fue poco a poco
adquiriendo el puesto de cabeza política y religiosa de la nación. A su vuelta del exilio, los
judíos pusieron los cimientos del templo. Los profetas Hageo y Zacarias exhortaron a sus
compatriotas a que prosiguieran esta reconstrucción, que finalizó el 515 a. C., a pesar de
las interrupciones y oposiciones. Por orden de Artajerjes, emitida el 445 a. c., Nehemías
dirigió la restauración de las murallas de Jerusalén. En esta misma época, el escriba Esdras,
lleno de celo por la Ley de Dios, estaba en Jerusalén, trabajando eficazmente en la reforma
religiosa.

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