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FACULTAD DE DERECHO

INFORME JURÍDICO DE EXPEDIENTE CIVIL


N° 20595-2010

PRESENTADO POR

MARIELLA ELIZABETH ALFARO ROJO

TRABAJO DE SUFICIENCIA PROFESIONAL

PARA OPTAR EL TÍTULO PROFESIONAL DE ABOGADA

LIMA – PERÚ

2020
Reconocimiento - Compartir igual
CC BY-SA
El autor permite a otros transformar (traducir, adaptar o compilar) esta obra incluso para propósitos
comerciales, siempre que se reconozca la autoría y licencien las nuevas obras bajo idénticos términos.

http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0/
1

INFORME JURIDICO DE EXPEDIENTE CIVIL PARA OPTAR EL TÍTULO

PROFESIONAL DE ABOGADA

MATERIA: Prescripción Adquisitiva.

NUMERO DE EXPEDIENTE: 20595-2010.

DEMANDANTE: Feliciano Rivera Alcarraz.

DEMANDADO: Sucesión de Carlos Sánchez Manrique.

BACHILLER: Alfaro Rojo, Mariella Elizabeth.

CÓDIGO: 2013104508

Lima, julio 2020.


2

INDICE GENERAL

1. RELACIÓN DE LOS HECHOS PRINCIPALES EXPUESTOS POR LAS


PARTES INTERVINIENTES EN EL PROCEDIMIENTO............................................. 3
1.1. Demanda ……………...………………………………………………………………3
1.1.1. Petitorio…………………………………………………………………………..3
1.1.2. Hechos expuestos…….................................................................................. 3
1.2. Contestación de la demanda………………….................................................... 5
1.2.1. Hechos expuestos………………………………………………………………..5
2. IDENTIFICACION Y ANALISIS DE LOS PRINCIPALES PROBLEMAS
JURIDICOS DEL EXPEDIENTE........................................................................................ 7
2.1. Determinar la naturaleza de la sentencia de prescripción adquisitiva............................... 7
2.2. Determinar si la interposición la demanda de desalojo por ocupante precario del año
2006 afectó el requisito de pacificidad sobre la posesión del demandante.............................. 9
2.3. Determinar si correspondía que la Corte Suprema de Justicia de la República declare nula
la sentencia de vista................................................................................................................ 13
3. POSICIÓN FUNDAMENTADA SOBRE LAS RESOLUCIONES EMITIDAS Y
LOS PROBLEMAS JURÍDICOS IDENTIFICADOS.................................................... 18
3.1. Postura respecto a la sentencia de primera instancia................................................... 18
3.2. Postura respecto a la primera sentencia de segunda instancia................................ 19
3.3. Postura respecto a la sentencia de la Corte Suprema............................................ 19
3.4. Postura respecto a la segunda sentencia de segunda instancia……………………22
3.5. Postura respecto a la improcedencia del segundo recurso de casación interpuesto por
la parte demandada…………………………………………………………………………23
4. CONCLUSIONES..................................................................................................... 24
5. BIBLIOGRAFIA................................................................................................... 25
6. ANEXOS................................................................................................................. 27
3

1. RELACIÓN DE LOS HECHOS PRINCIPALES EXPUESTOS POR LAS PARTES


INTERVINIENTES EN EL PROCESO
1.1. Demanda:

1.1.1. Petitorio:

El 06 de Setiembre del año 2010, el Sr. Feliciano Rivera Alcarraz interpone demanda de
prescripción adquisitiva de dominio contra la sucesión del Sr. Carlos Sánchez Manrique,
solicitando que se le declare propietario del inmueble ubicado en el Jr. Yanahuanca, Mz. B,
Lote 08 de la Tercera Zona Lotización Villa Baja, distrito de Chorrillos, provincia y
departamento de Lima, que se encuentra dentro un área de mayor extensión inscrito en la
ficha N°317300 del Registro de Predios de Lima.

1.1.2. Hechos expuestos:

Afirma que tomó posesión del inmueble el 15 de marzo del año 1987, por haber celebrado un
contrato de transferencia de lote de terreno con su anterior posesionario, acreditando a partir
de ese momento una posesión continua, pacífica, pública y como propietario por más de diez
años.

Asimismo, menciona que en el año 1990 se dio inicio a un proceso judicial de Inspección
Ocular efectuada en el año siguiente, que tuvo como propósito constatar las instalaciones del
inmueble, así como la posesión que venía ejerciendo, donde se pudo verificar que contaba
con áreas destinadas al uso de vivienda, además, era utilizado como centro de crianza de
animales porcinos, acreditando esto último con el certificado de inscripción de Registros de
Productores Pecuarios expedido por el Ministerio de Agricultura en el año 1987 y el Acta de
compromiso sanitario del año 2004.

Posteriormente, nació su hija en el año 1995, consignando como domicilio en la partida de


nacimiento de ésta, la dirección del inmueble.

Asimismo, señala que cuenta con un suministro de energía eléctrica desde el año 1996, lo
cual acredita con dos cartas emitidas por Luz del Sur, la primera del año 1996 y la segunda
del año 2010.
4

Seguidamente, sostiene que viene ejerciendo la posesión en forma pública y como


propietario, acreditándolo con las declaraciones de autoevalúo de los años 1986, 1987, 1994,
hasta el 2010, así como con los pagos de los impuestos prediales efectuados en la
Municipalidad.

Por último, presenta los recaudos sobre el bien inmueble materia de usucapión, siendo los
siguientes:

• Copias legalizadas y originales del HR, PU y recibos por pago del impuesto predial de
los años 1986, 1987, 1994 hasta el 2010.

• Copia legalizada del contrato de transferencia de lote de terreno del año 1987.

• Copia legalizada del Certificado de Inscripción de Registro de Productores Pecuarios


del año 1987.

• Copia certificada de la partida de nacimiento de su hija del año 1995.

• Copias legalizadas y originales de las cartas de fechas 08 de enero del año 1996, y 31
de mayo del 2010, respectivamente, emitidas por Luz del Sur.

• Copias legalizadas de las boletas de venta de Luz del Sur, por el pago de la instalación
del suministro del año 1996, y de los pagos correspondientes a los años 1997 y 1998.

• Copias legalizadas de la memoria descriptiva y de los planos de ubicación y


perimétricos.

• Copia legalizada del Acta de compromiso sanitario del año 2004.

• Copia del Documento Nacional de Identidad con fecha de emisión del año 2009, en
donde figura la dirección del inmueble.
5

• Copia certificada de la constatación policial de fecha 28 de mayo del año 2010


expedida por la Policía Nacional del Perú en la que consta que éste se encontraba en el
inmueble.

• Sobre cerrado que contienen el pliego interrogatorio que deberán absolver los tres
testigos.

1.2. Contestación de la demanda:

El 02 de febrero del año 2011, el apoderado de la sucesión del demandado, contesta la


demanda negándola y contradiciéndola en todos sus extremos, solicitando que sea declarada
infundada con expresa condena en costos y costas.

1.2.1. Hechos expuestos:

Sostiene que es falso que el demandante se encuentre poseyendo el inmueble desde el 15 de


marzo del año 1987, por los siguientes fundamentos:

• El contrato de transferencia de lote de terreno no tiene fecha cierta, por lo que no


podría acreditarse que se haya celebrado en ese mismo año.

• El documento de inspección judicial determinaría que este se encontraba en posesión


del inmueble el día de su realización, pero no acreditaría que cumpla con todos los requisitos
exigidos por el artículo 950° del Código Civil.

• De conformidad con el recibo de Edelnor, acreditaría su posesión desde el año 1996.

• Las declaraciones juradas de autoevalúo acreditaría su posesión desde el año 2005, ya


que recién en el último año regularizó los pagos en la Municipalidad.

Por otro lado, afirma que el demandante no cumpliría con acreditar la posesión pacífica,
puesto que el 02 de febrero del año 2006, el demandado interpuso una demanda de desalojo
6

por ocupante precario para que se le restituya la posesión del inmueble materia de litis, la
misma que quedó archivada sin pronunciamiento sobre el fondo.

Posteriormente, el 11 de junio del año 2010, la sucesión del demandado interpuso la segunda
demanda de desalojo, la cual ha sido admitida y notificada al demandante.

Sustenta dicho argumento en el carácter constitutivo de la sentencia de usucapión, pues


señala que “de conformidad con el artículo 952° del Código Civil, la acción debe ser
ejercitada por el que se considera propietario, ya que sus efectos no son automáticos”.

Asimismo, menciona que el demandante tampoco cumpliría con el requisito de “poseer como
propietario” por las siguientes razones:

• Según el mismo demandante, entraría a poseer el inmueble en virtud del contrato de


transferencia del año 1987, sin embargo presentó como medio probatorio una declaración
jurada de autoevalúo del año 1986, es decir un año antes, no pudiendo declarar ante la
Municipalidad una posesión que aún no ejercía.

• Según las declaraciones juradas de autoevalúo de los años 1995 hasta el 2005, han
sido recién presentadas y pagadas en la Municipalidad en este último año, lo que demostraría
que hasta el año 2004 no se comportaba como propietario del bien, más aún si los
demandados en su condición de propietarios han cumplido con pagar los prediales y arbitrios
desde el año 1983 hasta el 2004.

Finalmente, presenta los siguientes medios probatorios:

• Copia de la demanda, del auto admisorio y de la contestación de la demanda de la


demanda de desalojo por ocupante precario, interpuesta el 02 de febrero del año 2006,
Expediente N°4981-2006, seguido ante el 23° Juzgado Civil de Lima y de la segunda
demanda de desalojo por ocupante precario, interpuesta contra el demandante el 01 de junio
del 2010, Expediente N°1373-2010.

• Copia de los pagos de los impuestos prediales desde el año 1983 hasta el 2004.
7

2. IDENTIFICACIÓN Y ANÁLISIS DE LOS PRINCIPALES PROBLEMAS


JURÍDICOS DEL EXPEDIENTE

2.1. Determinar la naturaleza de la sentencia de prescripción adquisitiva:

Los requisitos que exige nuestro ordenamiento para adquirir un bien inmueble por
prescripción adquisitiva se encuentran previstos en el artículo 950° del Código Civil, el cual
establece que: “La propiedad inmueble se adquiere por prescripción mediante la posesión
continua, pacífica, pública y como propietario durante diez años. Se adquiere a los cinco años
cuando median justo título y buena fe.”

Conforme vemos de la norma anterior, no se establece un concepto, sin embargo, podemos


afirmar que “Es un modo de adquirir la propiedad y los demás derechos reales”, (Hernández
1987, pág. 357) y “(…) una consecuencia natural de la tutela de la propiedad, representando
una superposición del hecho sobre el derecho”. (Ninamancco 2017, pág. 125)

Ahora bien, en primera instancia se menciona que los requisitos que exige el artículo en
comentario, deben cumplirse hasta antes de la interposición de la demanda de prescripción
adquisitiva, siendo la sentencia “constitutiva”. Sin embargo, para la Sala Superior esta sería
declarativa y, por último, para la Corte Suprema, constitutiva.

Así, el debate se centra en determinar desde cuándo el poseedor adquiere la propiedad por
usucapión. Es decir, si se requiere intervención judicial para que mediante la sentencia se
adquiera la propiedad o, de lo contrario, si con el simple cumplimiento de los requisitos
exigidos por ley por el tiempo determinado se convertiría en propietario.

Sobre este particular, Gonzáles (2017) refiere que la Doctrina Procesal clasifica a las
sentencias en declarativas, de condena y ejecución:

Las primeras se limitan a reconocer una situación jurídica, sin que produzcan
modificación alguna en el mundo de los hechos (…). Las segundas tienen como
finalidad la alteración de la situación fáctica (…).
La sentencia de prescripción adquisitiva tiene naturaleza “declarativa”, pues se limita
8

a reconocer un hecho jurídico mediante su comprobación judicial. (pág. 300)

Aunado a ello, Monroy (2004) establece que:

La tutela meramente declarativa se produce cuando el juzgador emite una sentencia


que se limita a verificar una situación jurídica preexistente. Y, por otro lado, la tutela
constitutiva, a diferencia de la mera declaración, antes de implicar un
pronunciamiento respecto de una situación jurídica preexistente, crea una nueva. (pág.
282-283)

Así también, La Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de Justicia de la República en la


Casación N°2596-2015-Del Santa, ha señalado lo siguiente:

La prescripción adquisitiva es evidentemente declarativa, en tanto busca el


reconocimiento de un derecho a partir de una situación de hecho determinada o un
pronunciamiento de contenido probatorio que adquirirá certidumbre mediante la
sentencia o resolución (…). (Fundamento sétimo)

Además, vemos que el artículo 952° del Código Civil nos da una pauta para establecer la
naturaleza de la sentencia, ya que establece lo siguiente: “Quien adquiere un bien por
prescripción puede entablar un juicio para que se le declare propietario”.

En ese sentido, podemos afirmar que es una opción del prescribiente, ya que al haber
transcurrido el tiempo exigido por ley, junto con los requisitos establecidos se convertiría en
propietario, acudiendo al sistema judicial para cancelar el asiento del antiguo dueño, otorgar
oponibilidad y publicidad, y no para que recién surtan los efectos de la institución.

Asimismo, el Cuarto Pleno Casatorio Civil deja abierta la posibilidad que en el caso que se
presente una demanda de desalojo y el demandado alegue haber adquirido el bien por
prescripción adquisitiva, el Juez deberá valorar las pruebas incorporadas al proceso y si le
genera convicción que es propietario del bien, declarará infundada la demanda, quedando la
posibilidad de que en otro proceso pueda demandar la usucapión.
9

Ninamanco (2017), menciona que este pleno nos da una pauta para poder establecer que la
sentencia que declara la usucapión es declarativa “Esto quiere decir que la usucapión opera
de pleno derecho, por el solo cumplimiento de los requisitos previstos en el artículo 950° del
Código Civil”. (pág. 235)

En efecto, vemos que existen varias pautas para establecer la naturaleza de la sentencia de la
usucapión, no obstante, al no haber un criterio vinculante sobre cuándo operarían sus efectos,
genera graves problemas jurídicos como el presente caso materia de análisis.

2.2. Determinar si la interposición la demanda de desalojo por ocupante precario del


año 2006 afectó el requisito de pacificidad sobre la posesión del demandante:

En primera instancia se afirmó que la demanda de desalojo interpuesta en el año 2006 afectó
el requisito de pacificidad, fundamentando su decisión de la siguiente manera:

El artículo 950 del Código Civil señala que para que la posesión continua permita
acceder al derecho de propiedad, debe ser fundamentalmente pacífica, lo que significa
que debe transcurrir sin generar ningún conflicto con los derechos de los demás,
precepto que no cumple el demandante por cuando antes de la presentación de la
demanda (…), con fecha dos de febrero del 2006, interpusieron contra el actor una
demanda de desalojo por ocupante precario.

Sin embargo, en segunda instancia se menciona lo siguiente:

En tal sentido, si bien la posesión pacífica puede interrumpirse con la interposición de


una demanda mediante la cual se pretenda reivindicar el bien, dicha circunstancia no
puede enervar el derecho del usucapiente al cumplirse el tiempo establecido por ley
(…).

Sobre este particular, Gonzáles (2017) afirma:

En el caso de que el propietario interponga la demanda contra el poseedor, pero, luego


de que el plazo de la usucapión ya se hubiese consumado, entonces no cabe la
10

interrupción, y se le considera ineficaz, pues la propiedad del poseedor había


ingresado a su patrimonio, por lo que no podría ser perjudicado. Por lo demás, vale
recordar que la interrupción solo opera respecto de los plazos en curso, y aún no
cumplidos. (pág. 176-177)

Ahora bien, podemos advertir que tanto en primera y segunda instancia se refieren al
requisito de “pacificidad”, sin embargo en doctrina y jurisprudencia ha quedado establecido
que la interposición de demandas en donde se discuta el derecho de propiedad, afecta el
requisito de continuidad, produciendo una interrupción civil, como desarrollaremos a
continuación:

Pasco (2017) dice que “El requisito de posesión pacífica está referido a que la posesión no
sea mantenida mediante violencia”. (pág. 109)

Y, el Segundo Pleno Casatorio Civil señala que:

La posesión pacífica se dará cuando el poder de hecho sobre la cosa no se mantenga


por la fuerza; por lo que, aún obtenida violentamente, pasa a haber posesión pacífica
una vez que cesa la violencia que instauró el nuevo estado de cosas. (Fundamento
44)

Como podemos apreciar, una posesión cumplirá con el requisito de pacificidad cuando esta
no se mantenga por la fuerza, y si bien es cierto, la posesión puede iniciarse de forma
violenta, véase el caso del usurpador, no obstante puede convertirse en pacífica cuando esta
cesa. Esto es porque: “La pacificidad no va de la mano con la forma en que uno accede al
bien materia de prescripción.” (Pasco 2017, pág. 108)

Por otro lado, respecto al requisito de continuidad, Gonzáles (2017) afirma que: “La
continuidad de la posesión implica que esta no se haya interrumpido durante el plazo legal
exigido para la usucapión”. (pág. 171)

Aunado a ello, Hernández (1987) señala: “La posesión no interrumpida quiere decir posesión
continuada, reiterada, mantenida (…)”. (pág. 406)
11

Del mismo modo, el Segundo Pleno Casatorio Civil establece “(…) la posesión continua se
dará cuanto esta se ejerza a través de actos posesorios realizados en la cosa, sin contradictorio
alguno, durante el tiempo exigido por ley” (fundamento 44).

Finalmente, la Sala Civil Permanente de la Corte Suprema de la República ha dispuesto en


los incisos 1) y 3) del cuarto considerando de la casación N°1064-2015-Lima, lo siguiente:

En estricto, no hay nada más pacífico que la remisión de cartas notariales o el inicio
de procesos judiciales; por lo tanto, la remisión de documentos solicitando la
desocupación del bien no constituye acto de violencia física o moral que suponga que
el inmueble se retiene por la fuerza (…). Tales actos, por tanto, no perjudican la
pacificidad; son, en cambio actos de interrupción, y así deben ser entendidos.
(Fundamento cuarto)

Dicho todo esto, podemos ver que el problema jurídico de identificar si es que la primera
demanda de desalojo del año 2006 afecta el requisito de pacificidad, gira en torno al carácter
declarativo o constitutivo de la sentencia de la usucapión. Así vemos que:

i) Si es que la sentencia tiene carácter declarativo, se tendría que acreditar los requisitos
exigidos, entre ellos, el de pacificidad, por el plazo de diez años.

ii) Por el contrario, si tiene carácter constitutivo, se tendría que acreditar los requisitos hasta
la demanda de prescripción adquisitiva.

La discusión acerca de establecer el inicio del plazo prescriptorio para contabilizar los diez
años de posesión y, así verificar si es que había adquirido por prescripción antes de la
demanda de desalojo del año 2006, se advirtió tanto en la primera y segunda sentencia que
emite la Sala Superior.

Así, en el considerando décimo segundo la Corte señala:


12

Del análisis de los medios probatorios ofrecidos por la parte demandante como son el
“Contrato de Transferencia de Lote de Terreno de fecha quince de marzo de mil
novecientos ochenta y siete (…) se concluye que la actora ha acreditado la posesión
del inmueble sub litis desde el año 1987.

Sin embargo, posteriormente en la segunda sentencia afirma:

(…) se aprecia que el demandante afirma en su demanda que empezó la posesión del
inmueble el 15 de marzo de 1987, lo que precisa acreditar con el contrato de
transferencia celebrado con el anterior poseedor; sin embargo, dicho documento
obrante a folio 18 y 19, en ningún punto refiere constituir una posesión inmediata del
inmueble a su suscripción.
Esta situación cambia con el pedido ante el Juez de Paz Letrado de Chorrillos (…) en
el que demandante peticiona reconocimiento como propietario del predio que venía
ocupando y que se verifica con el Acta de Inspección de fecha 07 de enero de 1991.

Al parecer, no se quiso referir al concepto de “posesión inmediata” regulada en el artículo


905° del Código Civil, ya que este señala que “es poseedor inmediato el poseedor temporal
en virtud de un título. Corresponde la posesión mediata a quién confirió el título”.

Esto ya fue aclarado en el Cuarto Pleno Casatorio, en el sentido que el poseedor inmediato no
puede prescribir un bien, ya que no estaría no tendría el “animus domini” al reconocer a un
poseedor superior.

En ese sentido, la demanda de desalojo del año 2006 no puede generar un perjuicio a la
posesión pacífica, ya que estrictamente afectaría el requisito de “continuidad”, sin embargo,
ya sea considerando como inicio del plazo prescriptorio, el contrato de transferencia del año
1987, o la inspección judicial del año 1991, en nada afecta a la usucapión del demandante,
pues en ambos casos, ya habían transcurridos los diez años de posesión antes de la demanda
de desalojo.
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2.3. Determinar si correspondía que la Corte Suprema de Justicia de la República


declare nula la sentencia de vista:

La Corte Suprema declaró nula la primera sentencia de vista, a pesar que el pedido recursal
interpuesto por la parte demandada fue “revocatorio”, señalando en los últimos
considerandos de su fundamentación, el hecho de la vulneración a la tutela jurisdiccional
efectiva, el debido proceso y la falta de motivación de las resoluciones judiciales reconocidos
en los incisos 3 y 4 del artículo 139° de la Constitución Política del Perú, por parte de la Sala
Superior.

En estricto, afirma que la Sala no realizó una interpretación sistemática y armoniosa de los
siguientes artículos:

- 2°, inciso 16 y 70° de la Constitución Política del Perú, que protegen el derecho de la
propiedad.

- 950°, 927° y 952° del Código Civil, referidos a la usucapión.

Ahora bien, podemos ver que existe una serie de principios de orden procesal que deben
llevarse a cabo desde el inicio hasta la culminación del proceso para garantizar el correcto
desempeño de la función jurisdiccional de la cual se servirán las partes para la dilucidación
de sus controversias de incertidumbres, ambas con relevancia jurídica, siendo uno de esos
principios el referente al juez y el derecho, es decir, el contenido en el artículo VII del Título
Preliminar del Código Procesal Civil, mismo que indica que el Juez debe aplicar el derecho
que corresponda al proceso “aunque no haya sido invocado por las partes o lo haya sido
erróneamente. Sin embargo, no puede ir más allá del petitorio ni fundar su decisión en hechos
diversos de los que han sido alegados por las partes”.

Así, Monroy (2020) afirma “lo que las partes piden no puede ser modificado por el juez en
aplicación del aforismo iura novit curia”. (pág. 47)

En ese sentido, el Juez tiene facultades discrecionales respecto a la razonabilidad jurídica en


el proceso, ya que este es director del proceso, pero siempre limitado al petitorio de las
14

partes. Aquí tenemos la expresión de dos principios del orden procesal: el iura novit curia y
el principio de congruencia procesal. Ambos fundamentales para entender el rol del juez en
el proceso promovido por las partes.

El principio de congruencia se traduce en la obligación de los jueces en no dar cosa distinta a


lo peticionado (ni más, ni menos, ni algo diferente), así como tampoco a fundar sus
resoluciones en hechos no alegados por las partes. Esto último es importante, dado que el
Juez tiene la facultad de pronunciarse solamente sobre los hechos o alegaciones realizadas
por las partes tanto en sus escritos postulatorios como en los escritos interpuestos con la
finalidad de realizar alguna impugnación.

Sin embargo, frente a esto existe la nulidad de oficio, que, conforme al tercer párrafo del
artículo 176°: “Los Jueces sólo declararán de oficio las nulidades insubsanables, mediante
resolución motivada”.

Esto quiere decir que solamente procederá la nulidad de oficio, cuando el Juez advierta que el
acto procesal contiene un vicio insubsanable, debiendo motivar debidamente su decisión.

Como vemos, a pesar que el proceso debe según las alegaciones de las partes, también
debemos advertir que el Juez es director del proceso, y en la medida que éste pueda advertir
una nulidad insubsanable, podrá declararla, siempre que se realice como una excepción,
estrictamente en los casos que lo amerite, ya que lo que se quiere es preservar los actos
procesales, rigiéndonos por principios y reglas establecidas en nuestro ordenamiento, como
los principios de legalidad, trascendencia, finalidad, etc.

Sobre este particular, Vilela (2020) afirma lo siguiente:

Esta facultad del órgano jurisdiccional para vigilar de oficio la regularidad del proceso
encuentra su fundamentación, desde un punto de vista general, en el marcado carácter
de orden público que tienen las normas procesales, que las hace de obligado
cumplimiento, de modo que su quebrantamiento provoca la nulidad de los actos
procesales afectados; nulidad que los tribunales deben declarar tan pronto como lo
15

perciban, incluso cuando las partes no hubieses instado la declaración expresa de la


misma. (pág. 165)

Ahora bien, el tercer párrafo del artículo 172° del Código Procesal Civil establece que
“Existe convalidación tácita cuando el facultado para plantear la nulidad no formula su
pedido en la primera oportunidad que tuviera para hacerlo”.

Martínez Héctor (2004), citando a la casación N°671-99-Chincha, afirma que:

Si bien es cierto el artículo II del Título Preliminar del Código Procesal Civil,
establece que el Juez es el director del proceso, ello no invalida que la naturaleza
esencial del proceso civil es de ser dispositivo, y por lo tanto, “el Colegiado no puede
sustituirse en el lugar de una de las partes y anular actos procesales que han sido
consentidos por ésta, máxime si en autos dicho sujeto procesal no ha sufrido
indefección (sic), porque ello implicaría vulnerar el principio de igualdad entre las
partes”.

Como bien señala el referido autor, en la práctica se dan muchas situaciones donde las Salas
revisoras, por no querer pronunciarse sobre el fondo del asunto, declaran la nulidad de una
sentencia, por advertir una “motivación aparente” en la resolución que se impugna.

El Tribunal Constitucional, en la Sentencia N°0079-2008-PA/TC ha señalado, respecto a la


motivación aparente, lo siguiente:

No se da cuenta de las razones mínimas que sustentan la decisión o de que no se


responde a las alegaciones de las partes del proceso, o porque solo intenta dar un
cumplimiento formal al mandato, amparándose en frases sin ningún sustento fáctico o
jurídico. (Fundamento 11)

Sin embargo, la Resolución Administrativa N°002-2014-CE-PJ, en la parte resolutiva ha


establecido dos reglas, entre ellas, la que es más pertinente:
16

b) Como excepción, el órgano jurisdiccional competente para resolver el medio


impugnatorio sólo podrá anular la resolución impugnada, cuando se trate de vicios
insubsanables que impidan un pronunciamiento válido sobre el fondo del asunto
jurídico, que signifiquen un agravio real y concreto, lo cual corresponde ser invocado
por la parte afectada y debe estar acreditado.

La Corte Suprema, como recurso extraordinario, debe pronunciarse sobre los aspectos de
forma denunciados por las partes. En el presente caso se denunció la “interpretación
incorrecta del artículo 950° del Código Civil”, el cual se encuentra relacionado a un error de
juicio. Sin embargo, la Corte advirtió una afectación al derecho de debido proceso declarando
nula la sentencia de vista.

En ese sentido, corresponde analizar si es que en la sentencia de vista no se realizó una


interpretación sistemática de los artículos 950°, 927° y 952° del Código Civil y 70° de la
Constitución Política del Perú como afirma la Corte Suprema.

Como hemos visto en el primer análisis, los artículos 950° y 952° del Código Civil, nos dan
una pauta para establecer que la naturaleza de la sentencia de usucapión es declarativa.

Ahora, respecto al artículo 927°1 del mismo ordenamiento, sabemos que hasta que no se
declare en vía judicial, notarial o administrativa la usucapión, existen acciones a favor del
titular registral para que se le restituya la propiedad, como por ejemplo, la acción de desalojo,
reivindicación, etc.; no obstante, estos siempre se van a desvirtuar si es que el poseedor ya
había cumplido con los requisitos del Código Civil, dependiendo si es una prescripción
ordinaria o extraordinaria.

Así, Castañeda (1958) afirma:

La acción real por excelencia es la reivindicatoria; en otros derechos, por lo mismo


que el dominio no se extingue por el no uso, la reivindicatoria es imprescriptible. Ello

1
Artículo 927: La acción reivindicatoria es imprescriptible. No procede contra aquel que adquirió por
prescripción.
17

no impide, sin embargo, que a la reivindicación pueda oponérsele con éxito la


usucapio, cuando ésta se hubiera cumplido. (pág. 234)

Asimismo, según el artículo 70° de nuestra Carta Magna “El derecho de propiedad es
inviolable. El Estado lo Garantiza. Se ejerce en armonía con el bien común y dentro de los
límites de la ley (…)”.

Sobre este particular, el Tribunal Constitucional, en la Sentencia N°0048-2004-AI/TC ha


señalado lo siguiente:

Cuando nuestra Constitución garantiza la inviolabilidad de la propiedad privada y


señala que debe ser ejercitada en armonía con el bien común y dentro de los límites
legales, no hace más que referirse a la función social que el propio derecho de
propiedad contiene en su contenido esencial. (Fundamento 78)

Esta función social explica la doble dimensión del derecho de propiedad y determina
que, además del compromiso del Estado de proteger la propiedad privada y las
actuaciones legítimas que de ella se deriven, pueda exigir también un conjunto de
deberes y obligaciones concernientes a su ejercicio, en atención a los intereses
colectivos de la Nación. (Fundamento 79)

Finalmente, Gonzáles (2017) ha precisado que:

(…) la propiedad conserva su carácter de derecho individual, que garantiza una


rentabilidad al titular, de acuerdo a la naturaleza del bien, pero, desde hace bastante tiempo,
se exige e impone que tenga proyección social, esto es, que atienda a los fines generales y
sociales de la colectividad. (pág. 41)

En ese sentido, si bien la Corte Suprema señaló que hubo una motivación aparente porque la
Sala no interpretó los artículos que regulan a la usucapión conjuntamente con el derecho de
propiedad, lo único que demuestra es que no comparte el criterio invocado, lo cual no puede
dar lugar a una nulidad de oficio, advirtiéndose un grave problema jurídico para ambas partes
en el proceso, ya que generó más dilaciones innecesarias.
18

3. POSICIÓN FUNDAMENTADA SOBRE LAS RESOLUCIONES EMITIDAS Y


LOS PROBLEMAS JURÍDICOS IDENTIFICADOS

3.1. Postura respecto a la sentencia de primera instancia:

Considero que el criterio asumido por el A quo es erróneo, pues en el caso que se presenten
demandas de desalojo o cualquiera en la que se discuta la propiedad del bien afecta
únicamente el requisito de continuidad, produciendo una interrupción civil, regulada en el
inciso 3) del artículo 1996° del Código Civil, que si bien es cierto, este se refiere a los
supuestos de prescripción extintiva, no obstante la doctrina y jurisprudencia mayoritaria se
inclinan por aplicar por analogía este supuesto.

Esto es, porque para interponer la demanda de desalojo no se utiliza la violencia, más aún si
se está recurriendo ante una autoridad judicial o administrativa para que resuelva un conflicto
de intereses conforme al derecho, como se menciona en la Casación N°1064-2015-Lima.

Sin perjuicio de lo expuesto, a la fecha de la interposición de la demanda de desalojo del año


2006, el demandante ya había cumplido con todos los requisitos exigidos por el Código Civil
por más de diez años, por tanto ya era propietario de bien inmueble, no pudiendo afectar su
derecho una demanda interpuesta con posterioridad.

Ahora, respecto al artículo III del Título Preliminar del Código Civil, este se refiere a que
nuestro ordenamiento se rige por la teoría de los hechos cumplidos, más conocida como la
aplicación inmediata de la norma. Asimismo, según lo dispuesto por el artículo 103° de
nuestra Carta Magna2, la ley desde su entrada en vigencia, se aplica a las consecuencias de las
relaciones y situaciones jurídicas existentes y no tiene fuerza ni efectos retroactivos.

En ese sentido, considero que el A quo aplicó incorrectamente la norma para fundamentar su
decisión del efecto “constitutivo” de la sentencia de la usucapión.

2
Artículo 103: Pueden expedirse leyes especiales porque así lo exige la naturaleza de las cosas, pero no
por razón de las diferencias de las personas. La ley, desde su entrada en vigencia, se aplica a las consecuencias
de las relaciones y situaciones jurídicas existentes y no tiene fuerza ni efectos retroactivos (…).
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Y, respecto al artículo 1992°, concuerdo con que el Juez no puede declarar de oficio la
prescripción, pues, siempre tiene que ser invocada, ya que en el caso de la usucapión uno de
los efectos jurídicos que se produce con la sentencia es cancelar el asiento del antiguo dueño,
siendo evidente que, para eliminar un derecho de propiedad reconocido en el artículo 70° de
nuestra Carta Magna, requiere que el demandante tenga interés en que se reconozca que es
propietario, lo cual tiene que ser necesariamente un pedido de parte.

Finalmente, considero que la interpretación que realiza el A quo desnaturaliza la esencia de la


usucapión, ya que no solo se exigiría cinco o diez años, dependiendo del tipo de prescripción
que alegue, sino que, además se tendría que sumar el tiempo que el demandante se demore en
interponer la demanda de desalojo, lo cual es contraproducente.

3.2. Postura respecto a la primera sentencia de segunda instancia:

Comparto lo señalado por la Sala respecto a la naturaleza declarativa de la sentencia de


prescripción adquisitiva, pues, el Juez debe analizar que los requisitos se cumplan durante el
tiempo exigido por ley, sino fuera así, cualquier propietario negligente podría interponer una
demanda de desalojo antes que el posesionario demande la prescripción y ganaría el primero,
vulnerando uno de los fines de esta institución, que es el castigo que se le otorga al
propietario que no reclama a tiempo y abandona el bien.

3.3. Postura respecto a la sentencia de la Corte Suprema:

Si bien no fue un pedido recursal interpuesto por la parte demandada, no obstante, de


conformidad con el artículo II del Título Preliminar del Código Procesal Civil3, el Juez es
director del proceso y además nuestro ordenamiento reconoce la posibilidad de que este, en la
medida que advierta causales de nulidad, en estricto, errores de procedimiento, puede
declararla, siempre y cuando estas sean insubsanables y se produzca una vulneración al
debido proceso y tutela jurisdiccional efectiva, produciendo una indefensión de las partes.

3
Artículo II.- La dirección del proceso está a cargo del Juez, quien la ejerce de acuerdo a lo dispuesto
en
este Código. (…).
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Sin embargo, la Corte Suprema vulnera principios y derechos de los justiciables, pues no
puede alegar que existe una "motivación aparente" por discrepar de la interpretación que
realiza la Sala Superior, lo correcto sería indicar cuál es la interpretación correcta del artículo
950° del Código Civil, el cual fue un pedido "in iudicando", por lo tanto, correspondería la
revocación de la sentencia de vista y no su nulidad, afectando el principio de congruencia
procesal, celeridad procesal y derecho al debido proceso.

Esto es, porque claramente con la declaración de nulidad, que solo debería realizarse en casos
excepcionales, crea una incertidumbre jurídica acerca de la solución del conflicto en
concreto, alargando el proceso.

Ahora bien, ¿la Corte Suprema fundamentó debidamente la sentencia al declarar de


oficio la sentencia de vista?

Considero que no, ya que en principio no hubo ninguno vulneración de los derechos de tutela
jurisdiccional efectiva y debido proceso, en estricto, debida motivación, por parte de la Sala
Superior, pues a pesar que hubo un error de concepto respecto al requisito de pacificidad y
continuidad, no obstante ello, cumplió con todos los estándares establecidos por ley y
desarrolló correctamente sus fundamentos de derecho, realizando una interpretación conjunta
y no aislada, como señala la Corte, de los artículos 927°, 950° y 952° del Código Civil, ya
que el sentido correcto es el efecto declarativo que tiene una sentencia de prescripción
adquisitiva, lo cual no contradice lo dispuesto por los artículos en los cuales fundamenta su
decisión la Corte.

La propiedad es un derecho constitucional que debe ser respetado por todos los ciudadanos,
ya que esta es inviolable, sin embargo cuando el propietario no demuestra interés durante el
lapso de cinco o diez años, se le castiga con la pérdida de la propiedad y de acuerdo a esto
podemos ver el “fin social” de la propiedad, lo cual no es tomado en cuenta por la Corte
Suprema.

En efecto, nuestro Código Civil ha ido cambiando a lo largo del tiempo, pues en nuestro
ordenamiento anterior del año 1936, se señalaba un plazo mayor para declarar el derecho de
propiedad mediante el proceso de prescripción adquisitiva de dominio, no obstante, debido al
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reconocimiento de sus fines y a la importancia que tiene esta institución, se optó por reducir
el plazo establecido, otorgando una mayor facilidad a los poseedores que se consideran
propietarios y cumplen con los requisitos exigidos.

Por otro lado, la Corte nos da a entender que el Juzgado no tomó en cuenta el proceso de
desalojo, sin embargo, sí lo hace, pues señala que, a la interposición de la demanda, el
demandante ya había cumplido con ejercer la posesión durante el plazo establecido por ley,
cumpliendo con todos los requisitos exigidos. Incluso, este proceso enriquece más la teoría
declarativa de la prescripción, debido a que si se interponen demandas en donde se discuta el
derecho de propiedad, en nada afecta a la prescripción ya ganada, ya que el juez solo realiza
una constatación de una situación jurídica preexistente.

En consecuencia, considero que la Corte Suprema no debió declarar nula la sentencia, ya que
ni fue un pedido recursal interpuesto por el recurrente, ni tampoco se evidenció un error de
procedimiento que afecte la tutela jurisdiccional efectiva, debido proceso y motivación de las
resoluciones judiciales. Y, por el contrario, su decisión afecta estos mismos, ya que
naturalmente, generó más dilaciones al presente.

Por otro lado, ¿qué es lo que realmente quiere decir la Corte con la interpretación del artículo
950° y 952° del Código Civil?

Pues, si verificamos la primera parte de su conclusión, diríamos que bastaría que el poseedor
acredite que ha cumplido con los requisitos exigidos por el plazo establecido por ley, siendo
necesario una declaración judicial solo para verificar que los requisitos se hayan cumplido.
Lo cual, es totalmente correcto, sin embargo, luego señala que, “a partir de la sentencia se
genera una nueva situación jurídica” tanto para el titular registral y demandante de la
prescripción.

Considero que es dudosa dicha afirmación, pues si partimos de la definición que nos alcanza
Marcial (1996) “Por situación jurídica entendemos el haz de atribuciones, derechos, deberes,
obligaciones y calificaciones jurídicas, que recibe una persona al adoptar un status
determinado frente al derecho”. (pág. 63) Podemos establecer que, “la nueva situación
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jurídica” no se genera con la sentencia, pues, desde que el prescribiente cumple con todos los
requisitos ya es propietario, cambiando su situación jurídica de poseedor a propietario.

Asimismo, debemos recordar que a veces el registro no concuerda con la realidad, y este es
un claro ejemplo, pues el titular registral ya no es propietario, faltando solo la sentencia para
cancelar su asiento registral.

Entonces, la interpretación que realiza la Corte es vaga y sin fundamento legal, ya que solo
por ley se puede establecer una formalidad para que determinada situación jurídica pueda
producir efectos jurídicos, un claro ejemplo es la formalidad que se establece en los contratos
de donación, exigiendo la concreción del título a través de una escritura pública. Mientras
que, en la transferencia de bienes inmuebles solo basta la simple voluntad de enajenación y
adquisición por las partes, y no hay ley que establezca una formalidad que cumplir para que
dicho acto surta efectos.

De igual manera, en la usucapión, cuando se den los elementos y la persona esté apta para
usucapir, se convierte en propietario.

Por último, tampoco se estaría vulnerando lo dispuesto en el artículo 927° del Código Civil,
ya que, si el demandante ya había cumplido con todos los requisitos exigidos por el tiempo
establecido, no podría oponerse “el propietario” a un derecho ya ganado.

3.4. Postura respecto a la segunda sentencia de segunda instancia:

No estoy a favor de lo indicado por la Corte Superior, respecto a la valoración de las pruebas
para establecer el inicio de la posesión del demandante y contabilizar el plazo prescriptorio de
los diez años.

Considero que es necesario que se haga una valoración conjunta de los medios probatorios
aportados por las partes, además de establecer la causa posesoria, es decir, ¿cómo entró el
demandante en posesión del bien? Precepto recogido por Gunther (2017), para determinar el
inicio de la posesión a efectos de contabilizar los diez años de posesión.
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En ese sentido, si bien es cierto el contrato de transferencia del lote de terreno del año 1987
no tiene fecha cierta, no obstante de una valoración conjunta podemos establecer que la
posesión comenzó en ese año, como veremos a continuación:

i. Mediante solicitud dirigida al Ministerio de Agricultura del año 1987, se verifica que el
demandante consignó como domicilio el inmueble materia de usucapión.

ii. De acuerdo a los HR, PU y pago del impuesto predial de los años 1986 y 1987, éste estaba
consignado como contribuyente en la Municipalidad.

Además, la inspección judicial llevada a cabo en el año 1991, sí tuvo como propósito
acreditar la posesión que tenía éste, pues, se verificó que había realizado construcciones
menores como “cercar” el terreno, construir viviendas independientes; como se señala
expresamente “en el tercer y cuarto ambiente se encuentra destinado a dormitorio”.

Entonces, se debió establecer como inicio de la posesión el contrato de transferencia de lote


de terreno, ya que, a partir de ese momento podemos verificar que se empezó a comportar
como propietario del bien inmueble.

3.5. Postura respecto a la improcedencia del segundo recurso de casación interpuesto


por la parte demandada:

Finalmente, estoy a favor de lo resuelto por la Corte Suprema respecto a la calificación de


improcedencia del segundo recurso de casación interpuesto por la parte demandada.

En mi opinión la sentencia de la prescripción adquisitiva es declarativa y la interpretación


correcta del artículo 950° del Código Civil debe entenderse en el sentido que, si es que el
prescribiente cumple con todos los requisitos exigidos por el tiempo establecido, ya sea cinco
o diez años, será propietario.

Esto es porque, no se señala en el mismo artículo, alguna formalidad para la configuración de


ese derecho, por lo que no es exigible acudir a la instancia judicial para que recién se
constituya el derecho de propiedad.
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4. CONCLUSIONES

• La interposición de demandas en las cuales se discuta sobre el bien materia de usucapión,


afecta el requisito de continuidad y no el de pacificidad, produciendo una interrupción
civil.

• La naturaleza de la sentencia de la prescripción adquisitiva es declarativa y, por tanto, los


requisitos exigidos por el artículo 950° del Código Civil deben cumplirse por el tiempo
que exige la ley, en este caso, diez años y no hasta antes de la interposición de la demanda
de usucapión, ya que los efectos son automáticos; acudiendo al Juez para que se
reconozca su propiedad y de esa manera, otorgar certidumbre jurídica y para cancelar el
asiento del titular registral, llevando la realidad fáctica al registro.

• El demandante había poseído el bien inmueble de manera pública, pacífica, continua y


como propietario por más de diez años, no pudiendo interrumpir su posesión, una
demanda que fue interpuesta luego del cumplimiento de todos estos requisitos.

• Finalmente, es un derecho de los particulares que todas las sentencias cumplan con
garantizar el derecho de tutela jurisdiccional efectiva, debido proceso y motivación de las
resoluciones judiciales. En ese sentido, el Juez sí puede declarar la nulidad de oficio si
advierte que existe un vicio insubsanable en el acto procesal que afecte los derechos antes
señalados, teniendo en cuenta que debe realizarse en los casos estrictamente necesarios,
privilegiando la finalidad del acto y la conservación de este mismo.
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5. BIBLIOGRAFIA

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Tribunal Constitucional (01 de abril del 2004). Exp. N° 0048-2004-AI/TC.
Tribunal Constitucional (13 de agosto del 2009) Exp. N°0079-2008-PA/TC.
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6. ANEXOS

6.1. Copia simple de la demanda de prescripción adquisitiva de dominio y sus respectivos

anexos.

6.2. Copia simple de la contestación de la demanda y sus respectivos anexos.

6.3. Copia simple del acta de Audiencia de fijación de puntos controvertidos.

6.4. Copia simple del acta de Audiencia de Pruebas.

6.5. Copia simple de la sentencia de primera instancia.

6.6. Copia simple de la primera sentencia de segunda instancia.

6.7. Copia simple de la sentencia de la Corte Suprema.

6.8. Copia simple de la segunda sentencia de segunda instancia.

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