DE Presidencia 56/2022 Poder Judicial de La Nacion
DE Presidencia 56/2022 Poder Judicial de La Nacion
DE Presidencia 56/2022 Poder Judicial de La Nacion
SEÑOR JUEZ:
I. PERSONERÍA
Me encuentro facultado para ejercer la representación de ANSES en las causas
en las que, como en la presente, corresponda su intervención, en virtud de la Resolución DE
PRESIDENCIA 56/2022 PODER JUDICIAL DE LA NACION sobre cuya autenticidad y
vigencia presto juramento.
II. OBJETO
Siguiendo expresas instrucciones de mi mandante, vengo en legal tiempo y forma
a contestar demanda, solicitando el rechazo de todos los planteos formulados por la parte actora,
en razón de las consideraciones de hecho y de derecho que seguidamente se exponen.
En el marco del cumplimiento de los Art. 26 y 27 de la Ley 6059 asumo en éste acto la
responsabilidad por el cumplimiento de la misma, prestando caución juratoria.
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III. OPONE PRESCRIPCIÓN ART. 82 LEY N° 18.037
Reiterando los términos de la resolución impugnada, se deja opuesta a todo
evento la prescripción liberatoria prevista en el art. 82, parr. 3°, de la Ley N° 18.037 (t.o. 1976),
ratificada por el art. 168 de la Ley N° 24.241. La ley establece que prescribe a los dos años la
obligación de pagar los haberes devengados con posterioridad al otorgamiento del beneficio,
resultando incontestable, en caso de prosperar la acción intentada en autos, que el crédito cuyo
reconocimiento se persigue queda comprendido en el concepto de haberes previsionales
generados con posterioridad al otorgamiento del beneficio.
IV. NEGATIVAS
Por imperio procesal niego todos y cada uno de los hechos que no sean objeto de
expreso reconocimiento en este responde. Específicamente:
NIEGO que la prestación que percibe el actor deba guardar relación con el salario
del personal en actividad y/o con la renta presuntamente percibida por un afiliado de la misma
categoría autónoma y por el cual hubiere efectuado aportes previsionales correspondientes.
NIEGO que la categoría laboral en que revistaba la parte actora a la fecha de su
cese se compadezca con las características que se presentan en la actualidad bajo la misma o
análoga denominación.
NIEGO que resulte procedente recalcular el haber inicial determinado en sede
administrativa.
NIEGO que la jubilación se traduzca en una mera consecuencia de la
remuneración.
NIEGO que en la especie se encuentre afectado el carácter de irrenunciable e
integral de las prestaciones de la seguridad social.
NIEGO que medie menoscabo a los derechos constitucionales de la propiedad,
igualdad y movilidad de las jubilaciones.
NIEGO la confiscatoriedad aludida por la actora.
NIEGO que los precedentes jurisprudenciales que invoca la parte actora sean
aplicables al caso.
NIEGO la pretendida inconstitucionalidad de las leyes 18.037, 23.928, 24.130,
24.241, 24.463, 25.344, 26.417, 27.426, 27.541, 27.609 y sus respectivos decretos
reglamentarios.
DESCONOZCO la documental acompañada, que no emane de mi mandante, por
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no constarme su veracidad, como así también niego la procedencia de la liquidación practicada
por la parte actora por resultar a todas luces inconducente en ésta instancia y por no ajustarse la
misma a la normativa aplicable respecto de la liquidación de su haber previsional.
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los lineamientos establecidos en la Ley N° 27.426, Decreto N° 110/2018 y la Resolución SSS N°
2-E/2018.
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legal, en su artículo cuarto, sustituyó el art. 20 de la ley 24.241 y sus modificatorias, además de
establecer un nuevo sistema de cálculo móvil para esa prestación (ver art. 6). Por lo tanto, nos
hallamos frente a un nuevo método legal fijado por el legislador para calcular esta prestación, con
carácter móvil en el contexto de la ley 26.417 y en ese marco no resulta demostrado que conculque
derecho constitucional alguno, por lo que corresponde dejar sin efecto el planteo efectuado.”.
En igual sentido, la Sala III de la CFSS, en autos “Hlace Olga Noemí c/ ANSES s/
reajustes varios”, ha dicho: “No procede el recalculo de haber inicial de la Prestación Básica
Universal de la actora ni el reajuste de aquélla, atento que dichos aspectos encuentran suficiente
resguardo en el sistema instituido por la Ley 26.417, por lo que corresponde desestimar el agravio
de la actora sobre el particular.”
En consecuencia, solicito se rechace el planteo de la actora en este punto por
improcedente.
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la Corte Suprema de Justicia de la Nación – el legislador dispone el índice –combinado- por
el cual se deben actualizar las remuneraciones a los efectos del haber inicial.
En consecuencia, respecto a las remuneraciones consideradas para calcular
la P.C. y la P.A.P., de los beneficios previsionales de aquellos que cesaran o solicitaran sus
beneficios desde el 01/03/2018, las mismas fueron actualizadas en virtud de los índices dispuestos
por la Ley N° 27.426 de la siguiente manera:
(i) hasta el 31 de marzo de 1995 por el Índice Nivel General del (INGR);
(ii) del 1 de abril de 1995 al 30 de junio de 2008 por el índice RIPTE;
(iii) desde el 1 de julio del 2008 al 28 de diciembre del 2017 por las variaciones resultantes de las
movilidades establecidas por la Ley N° 26.417 y
(iv) desde el 29 de diciembre del 2017 a la fecha del otorgamiento del beneficio, por el índice
establecido por la Remuneración Promedio de los Trabajadores Estables.
De esta manera se implementó un mecanismo de actualización para las
remuneraciones históricas que abarca la totalidad de los períodos reclamados por la parte actora
y que contempla la evolución de los salarios de todos los sectores de trabajadores, según los
índices dispuestos por el Congreso de la Nación Argentina por la Ley N° 27.426 y en un todo de
acuerdo a lo prescripto por nuestro Máximo Tribunal en el precedente “Blanco Lucio Orlando c/
ANSeS s/ Reajustes varios” que en su parte pertinente determinó que la elección de los índices
de actualización es “…una potestad de exclusivo resorte del Poder Legislativo Nacional, ejecutada
por ese departamento del Estado desde el año 2008 en dos oportunidades (leyes 26.417 y
27.426)…es el Congreso Nacional en su carácter de órgano representativo de la voluntad popular,
el que deberá establecer, conforme las facultades conferidas por la Constitución Nacional, el índice
para la actualización de los salarios computables para el cálculo del haber inicial…toda vez que
se trata de un componente decisivo para asegurar la vigencia de los derechos consagrados en el
art. 14 bis de la Ley Fundamental…”.
Como se puede observar, desde la sanción de la ley 27.426, se actualizan la
totalidad de las remuneraciones, de conformidad con leyes de movilidad dictadas por el Congreso
de la Nación creándose a partir de su dictado un nuevo motor de actualización (fórmula de ley)
derogando en consecuencia cualquier otro esquema de actualización o movilidad creado por leyes
anteriores o por vía jurisprudencial.
En el precedente arriba citado (341:1924), la CSJN destaca “la regla básica
republicana según la cual cada poder del Estado Federal debe actuar dentro de su ámbito de
competencia, siendo respetuoso del ejercicio que los otros pudieran hacer de los poderes que la
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Constitución les atribuye.”
Esta situación pretende ser desconocida por la parte actora solicitando la
aplicación del criterio del precedente Elliff, lo cual resulta improcedente atento que la totalidad de
sus remuneraciones ya fueron actualizadas de acuerdo a la normativa aplicable.
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con lo dispuesto por el Máximo Tribunal in re: ‘Blanco, Lucio Orlando c/ Anses s/ Reajustes
varios’ (conf. pto. 3 la parte resolutiva)”.
Agregando que “el Alto Tribunal, en la causa referida (considerando 9º) sostuvo
que ‘la autoridad legislativa en materia de seguridad social ha sido reconocida por esta
Corte desde antiguo (Fallos; 170:12; 173:5; 179:394; 326:1431 ̧328:1602 y 329:3089), en el
entendimiento de que son facultades propias de la competencia funcional de ese poder con
el fin de cumplir con el objetivo establecido en el Preámbulo de ‘promover el bienestar
general’”.
En igual sentido, la Cámara Federal de Mar del Plata en autos “LOPEZ, JULIO
ADRIAN c/ ANSES s/REAJUSTE DE HABERES, Expte Nº 45598/2018”,- sentencia del
13/08/2021 -ha dicho que “ Ingresando concretamente en el examen del primer planteo traído
a debate, cabe aclarar primeramente que el Sr. López ha adquirido su beneficio previsional
con fecha 22/03/2018, conforme surge del Detalle de Beneficio obrante en las actuaciones
administrativas Nº 024-20-16251437-8-005-000002, con ello tengo por acreditado que el
beneficio previsional, le fue otorgado bajo la vigencia de la ley 27.426, que sustituyó el
artículo 2º de la ley 26.417, el cual quedó redactado de la siguiente forma: “Artículo 2º: A fin
de practicar la actualización de las remuneraciones a las que se refiere el artículo 24, inciso
a) y las mencionadas en el artículo 97 de la ley 24.241 y sus modificaciones, se aplicará un
índice combinado entre el previsto en el inciso b) del apartado I del artículo 5° de la ley
27.260 y su modificatorio y el índice establecido por la Remuneración Promedio de los
Trabajadores Estables.” (Textual de la normativa citada). –
Con lo que, comprendo correcto el razonamiento al que ha arribado el A quo.
Nótese que los agravios expresados por el apelante, refieren a la pretendida aplicación al
caso de marras, del precedente dictado por la CSJN en los Autos “Blanco, Lucio Orlando
c/ANSeS s/ Reajustes Varios” frente a la supuesta aplicación del índice establecido en el
decreto 807/16 al momento de calcular el haber inicial del actor. ---
En el decisorio citado, la Corte declaró la inconstitucionalidad de las
Resoluciones de ANSeS N°56/2018 y de la Secretaría de Seguridad Social N° 1/2018, al
entender que “Es el Congreso Nacional en su carácter de órgano representativo de la
voluntad popular, el que deberá establecer, conforme a las facultades conferidas por la
Constitución Nacional, el índice para la actualización de los salarios computables para el
cálculo del haber inicial en el período en juego, toda vez que se trata de un componente
decisivo para asegurar la vigencia de los derechos consagrados en el art. 14 bis de la Ley
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Fundamental.” (Fallo 341:1924 - Cons. 21, el resaltado es propio). -
Sin embargo, el caso de Autos se legitima de diverso modo, al poseer base
legal, ya se encuentra comprendido dentro de las disposiciones de la ley 27.426, por lo que
este supuesto en concreto no se ajusta a las pretensiones articuladas por el apelante. -
Con ello, concluyo que no se ha evidenciado aquí, ni aún probado, el
perjuicio alegado por el recurrente, ya que ha sido el Congreso de la Nación, quien ha
dispuesto a partir del dictado de la ley 27.426 cuál será el índice que ha de aplicarse a los
beneficios otorgados con posterioridad al mes de marzo de 2018, siendo concordante con
ello la solución que ha brindado en autos el Juez de grado.”
Como se puede observar, los precedentes citados- con razonamientos jurídicos
precisos y concordante con los lineamientos dictados por la CSJN en “Blanco Lucio” (341:1924)-
rechazan la pretensión de actualización de la parte actora en materia de remuneraciones, lo cual
consideramos debe ser replicado en igual manera.
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previsión cuyos regímenes fueron transferidos a la Nación.
Nótese que el referido artículo es idéntico al art. 2 de la ley 27.426 citado en el punto
anterior razón por la cual replicamos los argumentos en favor de su procedencia en este período.
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En efecto la última pauta dictada por la Corte Suprema de Justicia de la
Nación ha sido referenciada en el precedente ¨Badaro, Adolfo Valentín¨ no correspondiendo
su aplicación al caso de autos toda vez que por la fecha de alta del beneficio (01/10/2019),
excede el límite temporal (31/12/2006) considerado por el más Alto Tribunal.
Cabe recordar que la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación en el fallo
¨Badaro¨ de fecha 8/8/06 ha dicho: ¨... Que la misión más delicada de la Justicia es la de saberse
mantener dentro del ámbito de su jurisdicción, sin menoscabar las funciones que incumben a los
otros poderes ni suplir las decisiones que deben adoptar para solucionar el problema y dar
acabado cumplimiento a las disposiciones del art. 14 bis de la Constitución Nacional.¨
(Considerando 18)
De la misma manera en el precedente “Blanco” señala que “(21) “…Reasumida la
facultad por el Congreso, será en el marco de la tarea legislativa -a través del diálogo de las dos
cámaras que deben confluir en la sanción de una ley- que se establecerán las pautas adecuadas
para hacer efectivo el mandato del artículo 14 bis de establecer "jubilaciones y pensiones móviles"
Siendo entonces que los fallos del Alto Tribunal desde siempre han reconocido la
facultad del Poder Legislativo para organizar el sistema de jubilaciones y pensiones y habiendo
retomado el legislador a partir de la ley 26.417, la facultad de fijar el contenido concreto de la
movilidad- aplicada ya en el ámbito administrativo del accionar de mi mandante- no corresponde
tampoco hacer lugar a la pretensión de la parte actora en este punto.
En efecto, a partir de marzo de 2.009, los haberes previsionales obtuvieron en un
principio la movilidad ordenada en la Ley N° 26.417, norma que generó un mayor incremento en
el monto de las prestaciones del régimen previsional público.
Posteriormente la Ley N° 27.426 sustituyó dicha metodología desde el
01/03/2018, aplicándose a partir de aquel momento un índice combinado compuesto en un 70%
por la evolución de la inflación y en un 30% por la de los salarios (RIPTE).
En virtud de la declaración de emergencia previsional dictada por la ley 27.541- y
ante la situación excepcional de la pandemia mundial,- el congreso suspende la movilidad
dispuesta en la ley 27.426 y delega en el Poder Ejecutivo la facultad de disponer la misma durante
el término de dicha suspensión, dictándose en consecuencia los decretos 163/20, 495/20 , 692/20
y 899/20.
Finalmente, con fecha 04/01/21, el Congreso de la Nación dicta la ley 27.609, la
cual se encuentra en plena vigencia restableciendo pautas de movilidad similares a las dispuestas
en la ley 26.417 y aplicando como índice para la actualización- ahora trimestral - de los haberes
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previsionales una fórmula combinada atendiendo a la variación de los recursos tributarios (50%)
y a la variación del índice general de salarios (ISAL) o a la remuneración imponible promedio de
los trabajadores estables (RIPTE) (50%) , la que resulte mayor.
Respecto de la movilidad del haber previsional de la parte actora, en virtud de la
fecha de adquisición de su derecho, ya obtuvo las movilidades por aplicación de las leyes a las
cuales se hizo referencia supra, dictadas por el poder jurisdiccional competente en orden a lo
dispuesto por la Constitución Nacional, solicitamos sea considerada como una cuestión abstracta
y excluida de pautas de ajuste judicial.
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VI.1 CONSTITUCIONALIDAD DE LA LEY N° 24.463
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Plata”).Debe tenerse en cuenta que una reforma general y reconstructiva de las finanzas del
sistema no puede reducirse a rebajar los emolumentos a acordar, dejando incólumes los ya
acordados, a fin de no romper la igualdad, la armonía y equidad que debe existir en la distribución
de los beneficios entre sus integrantes.
Tan acreedores al sistema son los primeros afiliados como los que les suceden, y
si para salvar la solvencia del régimen se rebajan los emolumentos de unos, debe imponerse igual
sacrificio a los otros.
El interés personal de la actora no resulta apto para consagrar la
inconstitucionalidad de la ley, si con dicha postura persigue una declaración de ilegitimidad cuyos
efectos no se limitarían a los actos relacionados en el caso concreto sino que se proyectarían a
todos los supuestos, otorgando al pronunciamiento el carácter de una norma general.
En cuanto al planteo de inconstitucionalidad formulado por la actora al art. 7,
último párrafo de la Ley N° 24.463, el cual establece que la movilidad "en ningún caso...podrá
consistir en una determinada proporción entre el haber de retiro y las remuneraciones de los
activos", corresponde su rechazo.
En este sentido, el Dr. Fayt en su voto en el precedente “Chocobar” ha sostenido,
que “El art. 14 bis de la Constitución Nacional no establece ningún sistema o técnica especial de
movilidad. Lo que exige la Constitución es que las jubilaciones y pensiones sean móviles, por lo
que deben considerarse prematuras las impugnaciones constitucionales desplegadas contra la
validez del art. 7, inc. 2º de la ley 24.463, en cuanto establece que a partir de su vigencia ‘todas
las prestaciones de los sistemas públicos de previsión tendrán la movilidad que determine la ley
de presupuesto’. La sola incertidumbre acerca del modo en que se concretará la movilidad en el
futuro revela el carácter conjetural del agravio y la inexistencia de un gravamen actual, lo cual
cancela la competencia de la Corte en este sentido...” “En tales condiciones, lo establecido por el
art. 7, inc. 2º, apartado segundo, en el sentido de que en ningún caso la movilidad que establezca
la ley de presupuesto ‘podrá consistir en una determinada proporción entre el haber de retiro y las
remuneraciones de los activos’, significa que el Congreso se ha fijado para sí una directiva a
cumplir sobre el modo de reglar el derecho constitucional respectivo. Empero –al igual de lo
expresado en el considerando anterior- ello no representa para la actora un perjuicio concreto y
actual que suscite la intervención de la Corte, la que se habilitará en el caso en que la modalidad
adoptada signifique una abrasión al carácter sustitutivo de la prestación previsional.” (Fallos
319:3241)
Posteriormente en el caso “Heit Rupp” (Fallos 322:2226) quedó expresamente
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establecido que “...esta Corte ha afirmado las atribuciones con que cuenta el Congreso de la
Nación para reglamentar el art. 14 bis de la Constitución Nacional y, en particular, para establecer
el modo de hacer efectivo ese derecho a partir de la vigencia de la ley 24.463, que remite a las
disposiciones de la ley de presupuesto, por lo que ha rechazado los planteos de invalidez del
citado art. 7, inc. 2, basados en agravios conjeturales que no alcanzaban a demostrar el perjuicio
concreto ocasionado por dicho sistema a los interesados. En cuanto al artículo 21, las razones que
esgrime la actora para tachar dicha disposición de inconstitucional, bien pueden servir para
sostener su validez. Las circunstancias y características del objeto del proceso y de las partes
involucradas en él, justifican plenamente la procedencia de dicha regulación en cuanto a las costas
del proceso. Las resoluciones emanadas de la ANSES, como órgano de aplicación del régimen
jubilatorio, se encuentran sometidas a la justicia al sólo efecto de juzgar la legalidad del acto
administrativo que se ha dictado en razón de su específica competencia, por lo que cabe destacar
que, en autos, no se defiende un interés propio, sino el interés general de la comunidad pasiva,
integrando necesariamente la estructura propia del derecho de seguridad social, ajeno a los
requisitos y responsabilidades procesales ordinariamente impuestos a los litigantes, por lo que
corresponde el rechazo de la inconstitucionalidad planteada. En este sentido la Corte Suprema de
Justicia de la Nación ha sostenido reiteradamente que “Cuando el legislador ha querido establecer
una excepción a las disposiciones contenidas en la ley de solidaridad previsional lo ha hecho de
modo expreso, por lo que el art. 21 de la ley 24.463 debe ser interpretado en el sentido amplio que
resulta de sus términos y comprensivo - en principio - de la diversidad de procesos y jurisdicciones
en que debe actuar la ANSeS.” Autos: Vago, Alicia Sara c/ ANSeS s/ amparo por mora de la
administración. Tomo: 320 Folio: 2781 Ref.: Costas. Seguridad social. Amparo por mora de la
administración. Administración Nacional de la Seguridad Social. Mayoría: Nazareno, Moliné
O'Connor, Fayt, Belluscio, Petracchi, Boggiano, López, Bossert, Vázquez. Disidencia: Abstención:
10/12/1997, Autos: Arisa, Angel Umberto c/ ANSeS s/ haberes jubilatorios y nulidad de acto admin.
Tomo: 324 Ref.: Interpretación de la ley. Administración Nacional de la Seguridad Social. Mayoría:
Nazareno, Moliné O'connor, López, Bossert, Vázquez. Disidencia: Fayt, Belluscio, Petracchi,
Boggiano.
Igual rechazo merece la inconstitucionalidad del art. 22 de la Ley N° 24.463. En
este punto la actora formula una afirmación puramente dogmática, referida a la ausencia de control
en el organigrama de pago de sentencias, que no acredita ni intenta probar. Cabe recordar que
los actos de la Administración son públicos y están sujetos a los controles de los organismos
pertinentes, y, en consecuencia, todo ciudadano tiene acceso a esa información. La norma en
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cuestión fue modificada por Ley N° 26.153 promulgada el 25/10/2006 en la que se dispone en su
artículo 2ª modificar el art. 22 estableciendo que las sentencias condenatorias contra la
Administración Nacional de la Seguridad Social serán cumplidas dentro del plazo de CIENTO
VEINTE (120) días hábiles contados a partir de la recepción efectiva del expediente administrativo
correspondiente. Si durante la ejecución presupuestaria se agotará la partida para el cumplimiento
de dichas sentencias, el jefe de Gabinete de Ministerios podrá disponer ampliaciones o
reestructuraciones presupuestarias con el objeto de asegurar el pago en el plazo indicado.
Podrá apreciar V.S. que el mantenimiento de la situación existente con
anterioridad al dictado de la Ley N° 24.463 hubiese importado el colapso del sistema previsional,
e, independientemente de ello, una situación límite dentro del sistema general económico de
nuestra Nación.
Los reclamos contra la ANSES o el Estado Nacional, que tuvieren por causa cobro
de reajustes de las prestaciones basadas en la impugnación de la determinación del haber, su
movilidad, el tope máximo, o la actualización o repotencialización de la deuda o de las
mensualidades de las diferencias resultantes, han quedado regulados por la Ley N° 24.463. El
régimen previsional público es un régimen de reparto asistido, basado en el principio de
solidaridad. Sus prestaciones son financiadas con los recursos enumerados en el art. 18 de la Ley
N° 24.241, modificada por la Ley N° 24.463 y por Ley N° 26.417..
Que la movilidad de las prestaciones se ajustarán de acuerdo al índice combinado
previsto en el art. 32 de la Ley N° 24.241. La movilidad de las prestaciones previsionales de los
sistemas públicos de previsión de carácter nacional, por períodos anteriores a la promulgación de
la Ley N° 24.463, se hallan normados por su art. 7 y reglamentado por los apartados I y II del
decreto 525/95 (BO 3/10/95).En ningún caso esta movilidad podrá consistir en una determinada
proporción entre el haber de retiro y las remuneraciones de los activos (art. 7, in fine, ley 24.463).A
las prestaciones que se otorguen después de la sanción de la Ley N° 24.463, y en virtud de las
leyes anteriores a la Ley N° 24.241, que no tengan tope en la ley respectiva, se les aplicará el
límite máximo que establece el apartado 3 del art. 9 de la norma citada. La CSJN ha establecido
que el principio de que las prestaciones previsionales se incorporan como derecho adquirido al
patrimonio de los beneficiarios, no reviste el carácter de absoluto, "toda vez que de mediar razones
de orden público o de beneficio general, las prestaciones son pasibles de reducción, sin que ello
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implique violar la garantía constitucional de propiedad" (Fallos 192:359; 242:44; 234:718 y 258:14,
entre otros).
Al estar debidamente observada en la determinación del haber que percibe el
titular y su movilidad las prescripciones de la ley que le eran aplicables, se encuentra cumplido el
principio de movilidad de las prestaciones consagrado por el art. 14 bis, y no existe violación al
derecho de propiedad garantizado por el art.17, ambos de la Constitución Nacional.
Apartándose del derecho aplicable al caso (i.e. artículo 7º del Código Civil y Comercial de
la Nación) el Tribunal considera: (i) otorgarle ultra actividad a una norma que perdió vigencia (ley
26.417), y (ii) negarle por contrario sensu la plena operatividad a la que la reemplazó (ley 27.426).
El artículo 7º, párrafo 1º, del Código Civil y Comercial de la Nación establece que: “A partir
de su entrada en vigencia, las leyes se aplican a las consecuencias de las relaciones y situaciones
jurídicas existentes […]”.
Es decir, las normas son aplicables de forma automática a todas las consecuencias y
efectos aún no producidos al momento de su entrada en vigencia.
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aplicar en marzo del año siguiente”.
Según el Anexo citado, dos eran los momentos previstos para el ajuste de los haberes: (i)
marzo y (ii) septiembre de cada año. En esas fechas (y no antes) la movilidad se devengaba y
otorgaba. En consecuencia, la norma no preveía devengamientos mensuales.
Precisamente, los argumentos expresados en los párrafos previos han sido receptados
por la Cámara Federal de la Seguridad Social la cual ya ha modificado el criterio expresado en el
precedente “Fernandez Pastor”.
“IX. Con respecto al planteo de inconstitucionalidad de la Ley 27.426, cabe considerar que
en nuestro ordenamiento jurídico no existe prohibición de aplicar las leyes en forma retroactiva,
salvo que su dictado violente derechos amparados por garantías constitucionales. Así el art. 7 del
Código Civil y Comercial de la Nación dispone que a partir de su entrada en vigencia, las leyes se
aplican a las consecuencias de las relaciones y situaciones jurídicas existentes. Agrega la norma
que las leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden público, excepto disposición en
contrario y que la retroactividad establecida por la ley no puede afectar derechos amparados por
garantías constitucionales. Analizando los términos tanto de la ley 26.417 y su reglamentación
(Res. S.S.N. nr. 06/09), como de la ley 27.426, se advierte que a la fecha de entrada en vigencia
de esta última, ya habían transcurrido los meses de julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre
y parte de ddiciembre de 2017, cuyos índices debían ser considerados a los fines del cálculo de
la fórmula prevista por la primera de las leyes citadas -ley nº 26.417- para otorgar el incremento
semestral a aplicar a los haberes previsionales devengados en el mes de marzo de 2018, por lo
que fácilmente puede deducirse que la ley 27.426, al modificar tales índices y aplicarlos sobre
meses y días ya transcurridos (julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre y buena parte de
diciembre de 2017), legisla retroactivamente en tanto que modifica índices correspondientes a
períodos ya transcurridos. Sin embargo y de conformidad a lo dispuesto en el art. 7 del Código
Civil y Comercial de la Nación, tal aplicación no afecta derechos amparos por garantías
constitucionales, tal como el de propiedad sobre el que la parte actora formula agravio. Que ello
es así en tanto que el derecho del actor –como el de todo beneficiario previsional- a ver
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incrementado el haber con tales índices, hubiese quedado incorporado a su patrimonio recién en
el corriente mes de marzo de 2018, fecha ésta en la que la ley 27.426 ya se encuentra vigente, en
tanto que el derecho a la movilidad con los índices de los transcurridos meses de julio, agosto,
septiembre, octubre, noviembre y diciembre de 2017, recién se hubiese determinado, otorgado y
abonado con los haberes del mes de marzo de 2018 y no antes, impide coincidir con el
demandante de que la movilidad devengó en tales meses (julio, agosto, septiembre, octubre,
noviembre y diciembre de 2017) ingresando a su patrimonio en esas fechas. En efecto, la ley
26.417 claramente estipulaba dos momentos para otorgar el incremento por movilidad: en los
meses de marzo y septiembre de cada año, por lo que no era sino en esas fechas en que la
movilidad se otorgaba y devengaba, sin que dicha ley determinara que la movilidad se devengaba
mes a mes aun cuando su pago se realizara semestralmente. La circunstancia de que el legislador
determinara que el monto de la movilidad a otorgar semestralmente sería el resultado de una
fórmula en la que se consideraban determinados índices correspondientes a los meses de enero
a junio y de julio a diciembre, (a abonar en septiembre y marzo de cada año respectivamente), no
es sinónimo de un hipotético devengamiento mensual. Por ende, toda vez que la reforma que el
actor cuestiona entró en vigencia con anterioridad al devengamiento de la movilidad otorgada por
la ley 26.417, fecha ésta en la cual tal derecho hubiese ingresado definitivamente a su patrimonio,
no existe en el caso violación alguna del derecho de propiedad del actor susceptible de invalidar
la norma retroactiva, así como ningún otro derecho amparado por garantías constitucionales en la
actualidad, conforme surge de los considerandos que anteceden.”
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2020 (art. 1°);
(ii) suspende por 180 días la aplicación del artículo 32 de la Ley N° 24.241, sus
complementarias y modificatorias, a los fines de atender en forma prioritaria y en el corto plazo a
los sectores de más bajos ingresos (art. 55, párr. 1°);
(iii) delega durante dicho plazo en el Poder Ejecutivo Nacional, la facultad de fijar
trimestralmente el incremento de los haberes previsionales correspondientes al régimen general
de la Ley N° 24.241, atendiendo prioritariamente a los beneficiarios de más bajos ingresos (arts.
1° y 55, párr. 2°);
(iv) establece a tal fin, como base de dicha delegación, el fortalecimiento del
carácter redistributivo y solidario de los haberes previsionales considerando los distintos
regímenes que lo integran como un sistema único, con la finalidad de mejorar el poder adquisitivo
de aquellos que perciben los menores ingresos (art. 2°, inc. e); y
(v) durante el mismo plazo de 180 días, el Poder Ejecutivo Nacional convocará
una comisión integrada por representantes del Ministerio de Economía, del Ministerio de Trabajo,
Empleo y Seguridad Social y miembros de las comisiones del Congreso de la Nación competentes
en la materia, que “proponga un proyecto de ley de movilidad de los haberes previsionales que
garantice una adecuada participación de los ingresos de los beneficiarios del sistema en la riqueza
de la Nación, de acuerdo con los principios de solidaridad y redistribución” (art. 55, párr. 3°).
En cuanto a la emergencia decretada conviene recordar que la doctrina de la
emergencia no es tema novedoso en la jurisprudencia del Máximo Tribunal. Sin embargo, cabe
atribuir características particulares y de inusitada gravedad a la crisis que afectó a los sectores
más vulnerables y produjo, entre otras consecuencias, la declaración legal del estado de
emergencia pública en materia económica, financiera, fiscal, administrativa, previsional, tarifaria,
energética, sanitaria y social, mediante la ley cuestionada por la actora.
El contexto económico y social que rodea a las medidas cuya inconstitucionalidad
solicita la actora no puede ser soslayado, pues se corre el peligro cierto de encontrar soluciones
abstractas, y por lo mismo, desvinculadas de la realidad nacional.
Es un hecho de público y notorio conocimiento que nuestro país está enfrentando
el impacto de una crisis de lamentables consecuencias sobre el bienestar del conjunto de la
población, particularmente aquellos que perciben menores ingresos.
La legislación de emergencia responde al intento de conjurar o atenuar los efectos
de situaciones anómalas, ya sean económicas, sociales o de otra naturaleza, y constituye la
expresión jurídica de un estado de necesidad generalizado, cuya existencia y gravedad
20
corresponde apreciar al legislador sin que los órganos judiciales puedan revisar su decisión ni la
oportunidad de las medidas que escoja para remediar aquellas circunstancias, siempre, claro está,
que los medios arbitrados resulten razonables y no respondan a móviles discriminatorios o de
persecución contra grupos o individuos.
Mal podría alegarse válidamente la violación al derecho de propiedad consagrado
en el artículo 17 de la Constitución Nacional -como lo hace falazmente la contraparte en el escrito
en traslado- cuando por razones de necesidad se sanciona una norma que no priva a los
particulares de los beneficios patrimoniales legítimamente reconocidos, ni les niega su propiedad
y sólo limita temporalmente la percepción de tales beneficios o restringe el uso que pueda hacerse
de esa propiedad.
Antes bien, hay una limitación impuesta por la necesidad de atenuar o superar
una situación de crisis que, paradojalmente, también está destinada a proteger los derechos
presuntamente afectados que corrían el riesgo de convertirse en ilusorios por un proceso de
desarticulación del sistema económico y financiero.
Nuestra jurisprudencia ha entendido que: “Cuando una situación de crisis o de
necesidad pública exige la adopción de medidas tendientes a salvaguardar los intereses
generales, se puede sin violar ni suprimir las garantías que protegen los derechos patrimoniales,
postergar, dentro de límites razonables, el cumplimiento de obligaciones emanadas de derechos
adquiridos. No se trata de reconocer grados de omnipotencia al legislador ni de excluirlo del control
de constitucionalidad, sino de no privar al Estado de las medidas de gobierno que conceptualice
útiles para llevar un alivio a la comunidad. En esencia se trata de hacer posible el ejercicio de
facultades indispensables para armonizar los derechos y garantías individuales con las
conveniencias generales, de manera de impedir que los derechos amparados por esas garantías,
además de correr el riesgo de convertirse en ilusorios por un proceso de desarticulación de la
economía estatal, puedan alcanzar un grado de perturbación social acumulada, con capacidad
suficiente para dañar a la comunidad nacional.
“Cuando por razones de necesidad se sanciona una norma que no priva a los
particulares de los beneficios patrimoniales legítimamente reconocidos, ni les niega su propiedad
y sólo limita temporalmente la percepción de tales beneficios o restringe el uso que puede hacerse
de esa propiedad, no hay violación del art. 17 de la Constitución Nacional, sino una limitación
impuesta por la necesidad de atenuar o superar una situación de crisis. En el sistema constitucional
argentino, no hay derechos absolutos y todos están subordinados a las leyes que reglamenten su
ejercicio” (“Peralta, Luis A. y otro c/ E.N y otros”, L.L., 1991-C, pág. 158).
21
Cabe mencionar que el fundamento de las leyes de emergencia es la necesidad
de poner fin o remediar situaciones de gravedad que obligan a intervenir en el orden patrimonial,
fijando plazos, concediendo esperas, como una forma de hacer posible el cumplimiento de las
obligaciones, a la vez que atenuar su gravitación negativa sobre el orden económico e institucional
y la sociedad en su conjunto.
En situaciones de emergencia o con motivo de ponerles fin, se ha reconocido la
constitucionalidad de las leyes que suspenden temporalmente los efectos de los contratos
libremente convenidos por las partes, como de las sentencias firmes, siempre que no se altere la
sustancia de unos y otras, a fin de proteger el interés público en presencia de desastres o graves
perturbaciones de carácter físico, económico o de otra índole.
Pues bien, en el sub examine la Ley N° 27.541 sólo suspende temporalmente la
aplicación del artículo 32 de la Ley N° 24.241, sus complementarias y modificatorias, a los fines
de atender en forma prioritaria y en el corto plazo a los sectores de más bajos ingresos.
Pero delega en el Poder Ejecutivo Nacional, durante los 180 días que rige la
suspensión, la facultad de fijar el incremento de los haberes previsionales correspondientes al
régimen general de la Ley N° 24.241, atendiendo prioritariamente a los beneficiarios de más bajos
ingresos.
Ello con el objetivo de fortalecer el carácter redistributivo y solidario de los haberes
previsionales considerando los distintos regímenes que lo integran como un sistema único, con la
finalidad de mejorar el poder adquisitivo de aquellos que perciben los menores ingresos.
Dicha delegación legislativa en el Poder Ejecutivo Nacional cumple con las pautas
establecidas en el artículo 76 de la Constitución Nacional1, que la exceptúan de la prohibición
general, en tanto se efectúa en el marco de una emergencia pública declarada por ley, con un
plazo fijado para su ejercicio y estableciendo las bases de la misma.
Por último, es dable señalar que -de conformidad con la jurisprudencia de la Corte
Suprema- la declaración del estado de emergencia por parte del Congreso no es susceptible de
control judicial.
Al respecto, el Máximo Tribunal ha sostenido que “[l]a legislación de emergencia
responde al intento de conjurar o atenuar los efectos de situaciones anómalas, ya sean
económicas, sociales o de otra naturaleza, y constituye la expresión jurídica de un estado de
1
Artículo 76 Constitución Nacional - Se prohíbe la delegación legislativa en el Poder Ejecutivo, salvo en materias
determinadas de administración o de emergencia pública, con plazo fijado para su ejercicio y dentro de las bases de la
delegación que el Congreso establezca.
22
necesidad generalizado, cuya existencia y gravedad corresponde apreciar al legislador sin que los
órganos judiciales puedan revisar su decisión ni la oportunidad de las medidas que escoja para
remediar aquellas circunstancias, siempre que los medios arbitrados resulten razonables y no
respondan a móviles discriminatorios o de persecución contra grupos o individuos” (cfr. CSJN,
Fallos 327:4495 y 328:690).
Como se puede apreciar, es competencia exclusiva del Congreso determinar si
existen circunstancias que motiven la declaración del estado de emergencia, no pudiendo el Poder
Judicial controlar la oportunidad o conveniencia de dicha decisión.
En definitiva, la situación de emergencia debe ser definida por el Congreso,
circunstancia que en la especie aparece cumplida.
En ese aspecto, se ha dicho en el voto del juez Belluscio en la causa “Videla
Cuello”, de Fallos: 313:1638: “8º) Que […] en situaciones de emergencia como las que ha dado
sustento a la medida cuestionada, la imperiosa necesidad de afrontar sus consecuencias justifica
una interpretación más amplia de las facultades atribuidas constitucionalmente al legislador. En
tales condiciones, medios o procedimientos que en circunstancias normales podrían parecer
inválidos, suelen resistir el cotejo con la Ley Suprema. Ello es así pues si bien, en rigor, la
emergencia no crea poderes inexistentes, ni disminuye las restricciones impuestas a los atribuidos
anteriormente, permite encontrar una razón para ejercer aquellos existentes (Home Building &
Loan Association v. Blaisell, 290 U.S. 398, 440/48 [1934]), de modo tal que, ante acontecimientos
extraordinarios, el ejercicio del poder de policía atribuido constitucionalmente al Congreso permita
satisfacer las necesidades de una comunidad hondamente perturbada y que, en caso de no ser
atendidas, comprometerían la paz social y el interés general cuya custodia constituye uno de los
fines esenciales del Estado Moderno.”
Los jueces están llamados a juzgar, no a administrar, ni a fijar, ni revisar la política
económica de los poderes políticos, pues lo contrario implicaría desvirtuar el régimen democrático
sustituyéndolo por el gobierno del Poder Judicial, que impediría el desarrollo de cualquier
programa de gobierno coherente, máxime frente a una emergencia que los jueces no están en
capacidad para encauzar.
Las leyes y demás normas respectivas son susceptibles de cuestionamiento
constitucional cuando resultan irrazonables o sea, cuando los medios que arbitran no se adecuan
a los fines cuya realización procuran o cuando consagran una manifiesta iniquidad, y el principio
de razonabilidad debe cuidar especialmente que las normas legales mantengan coherencia con
las reglas constitucionales durante el lapso que dure su vigencia en el tiempo, de suerte que su
23
aplicación concreta no resulte contradictoria con lo establecido en la Ley Fundamental (Fallos:
307:906; 243:504; 243: 470; 299:428; 310:2845; 311:394; 312:435; 315:142 y 2804; 319:2151 y
2215), de allí que el cuestionamiento constitucional del artículo 55 de la Ley N° 27.541 no proceda,
dado que en el caso de marras el mismo resulta razonable, los medios se adecuan a los fines
perseguidos por la norma y mantiene coherencia con las normas constitucionales. Además, tiene
dicho la CSJN que no le corresponde expedirse sobre cuestiones de política económica que son
privativas de los otros poderes del Estado (Fallos: 315:1820).
En el marco de la emergencia pública declarada por ley, en cumplimiento del
mandato legal, dentro del plazo fijado para su ejercicio y con ajuste a las bases de delegación y
principios de la Ley N° 27.541, el Poder Ejecutivo Nacional dictó los Decretos N° 163/2020 y
495/2020.
Dichos decretos han sido dictados por el Poder Ejecutivo Nacional en virtud a la
expresa delegación efectuada por el Congreso Nacional en el art. 55 de la Ley N° 27.541.
Dicha encomienda fue realizada a fin de cumplir -hasta tanto se dicte una nueva
ley de movilidad- con la obligación de establecida en el art. 14 bis de la C.N. de jubilaciones
móviles, atendiendo en forma prioritaria y en el corto plazo, dado el contexto de emergencia en el
que nos encontramos, a los beneficiarios de más bajos ingresos.
Asimismo destaco lo manifestado en la exposición de motivos del proyecto de la
Ley N° 26.417 efectuada el 29 de julio del 2008 en donde en la parte pertinente estableció que
“…No es una situación de emergencia económica y social, la oportunidad más propicia para
establecer un régimen de movilidad de las prestaciones previsionales que debe ser aplicado en
épocas de normalidad, ya que es sabido que la emergencia exige para su superación, la adopción
de medidas que implican la postergación o una reglamentación más severa a los derechos de
contenido patrimonial. Es en cambio…cuando las consecuencias sumas graves de la crisis se han
ido superando…el momento en que debe fijarse la movilidad de las prestaciones previsionales
como un sistema permanente y normal, que garantice tanto la efectividad de la tutela constitucional
prevista en el artículo 14 bis, como la sustentabilidad futura de Sistema Integrado de Jubilaciones
y Pensiones, haciendo realidad el pacto intergeneracional que lo precede…”.
Por lo dicho, y no pudiendo demostrar la contraria la invalidez constitucional de la
ley de emergencia y los decretos dictados en su consecuencia, es que solicito a V.S. su rechazo.
24
VII. 1. PRELIMINAR
En lo que interesa, el artículo 2°, inciso e), fijó las siguientes bases de delegación
en materia previsional: “[...] fortalecer el carácter redistributivo y solidario de los haberes
previsionales considerando los distintos regímenes que lo integran como un sistema único,
con la finalidad de mejorar el poder adquisitivo de aquellos que perciben los menores
ingresos [...]”.
25
Resulta también paradójico que la accionante no haya referido -y relacionado con
las peculiares circunstancias de la causa- las pautas de la Corte Suprema en materia de
constitucionalidad de los actos estatales, de emergencia y las vinculadas a la delegación
legislativa.
Como V.S. advertirá, la demanda sólo contiene una serie de citas normativas
nacionales e internacionales y afirmaciones dogmáticas que no conmueven la mentada
presunción. Los dichos y argumentos de la actora solamente reflejan su disconformidad con la
decisión adoptada por el Congreso Nacional y el Poder Ejecutivo Nacional.
No se ha acreditado objetivamente ninguna irregularidad en orden a la
delegación efectuada por la Ley N° 27.541, ni respecto a los decretos delegados. Concretamente,
además, como se verá más adelante en forma separada, no se ha probado que se hayan
soslayado las disposiciones establecidas por el artículo 76 de la Constitución Nacional o por la Ley
N° 26.122.
Por lo demás, reitero, la accionante omitió ponderar la emergencia -que es el
marco en el que se dictaron las normas impugnadas- y la razonabilidad de sus disposiciones.
26
Señala, con todo acierto, LINARES QUINTANA (“Tratado de Interpretación
Constitucional”, págs. 583 y ss., ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires, 1998) que la norma inferior
no puede ser declarada inconstitucional en tanto y en cuanto haya en el ánimo del juzgador
una duda razonable acerca de su invalidez; ya que para que proceda la declaración de
inconstitucionalidad debe aparecer claramente una discordancia sustancial con la
Constitución, y aun en los casos de duda entre la validez y la invalidez, ha de estarse
siempre a favor de la constitucionalidad.
No puede suponerse, por parte de los titulares de los Poderes del gobierno, un
propósito preconcebido de ejecutar actos contrarios a la Ley Suprema del país. Los tribunales
deben, en principio, presumir su constitucionalidad mientras no se compruebe clara y
fehacientemente lo contrario; o bien no haya una demostración concluyente en contrario
(v. Fallos 100:323, “The River Plate Fresh Meat Co. L. c/ Provincia de Buenos Aires” -1904-).
Por otra parte, nuestro más Alto Tribunal ratificando una larga cuanto pacífica
jurisprudencia, en el caso “Sara García de Machado v. Caja de Jubilaciones, Pensiones y Retiros
de la Provincia de Córdoba”, decidido en 1989, remarcó que el control de constitucionalidad que
27
compete a los tribunales de justicia no incluye el examen de la conveniencia o acierto del
criterio adoptado por el legislador (Fallos 308: 1631, entre otros).
28
cumplido en el ámbito de las facultades que le son privativas con arreglo a lo prescripto en la
Constitución Nacional, la función jurisdiccional de los jueces no alcance a interferir con el
ejercicio de tales atribuciones, puesto que si así fuera se haría manifiesta la invasión del campo
de las potestades propias de las demás autoridades de la Nación (voto de Moliné O'Connor y
López).
La competencia del Poder Judicial debe ser ejercida con la profundidad y energía
que mejor respondan a los mandatos de la Constitución Nacional y las leyes, como que una de
sus misiones más delicadas: es saberse mantener dentro de la órbita de su jurisdicción, sin
menoscabo de las facultades que incumben a otros poderes o jurisdicciones. Lo atinente
al gobierno, administración de la hacienda y patrimonios públicos, y las políticas
respectivas, son materia propia de los poderes Ejecutivo y Legislativo. Mientras que al Poder
Judicial le compete, en punto a los actos dictados en esas materias, decidir en casos judiciales
acerca de su legalidad, especialmente en cuanto concierne a su confrontación con la Constitución
Nacional, pero no de su acierto, oportunidad y conveniencia (también voto de Moliné O'Connor
y López en la misma causa).
Asimismo, ha dicho que: En las causas en que se impugnan actos cumplidos por
otros poderes en el ámbito de las facultades que les son privativas, la función jurisdiccional no
alcanza al modo del ejercicio de tales atribuciones, en cuanto de otra manera se haría manifiesta
la invasión del ámbito de las facultades propias de las otras autoridades de la Nación (Fallos
320:2851, “Rodríguez, Jorge”).
29
individuales con las conveniencias generales, y no incumbe a los jueces sustituir a los otros
poderes del Estado en las funciones que le son propias (Fallos 326:417, “San Luis, Provincia
de”).
Cuando por razones de necesidad se sanciona una norma que no priva a los
particulares de los beneficios patrimoniales legítimamente reconocidos, ni les niega la propiedad
30
y sólo limita temporalmente la percepción de tales beneficios o restringe el uso que puede
hacerse de esa propiedad, no hay violación del art. 17 de la Constitución Nacional, sino una
limitación impuesta por la necesidad de atenuar o superar una situación de crisis.
De este modo, el Alto Tribunal estableció que: una legislación de esta especie
sería inconstitucional si la emergencia no la justificara o si pretendiese remediar sus
consecuencias mediante una alteración arbitraria de los derechos adquiridos que importe
31
afectación de la sustancia misma de la propiedad (Fallos 209:407). Situación que claramente
no se halla presente en el caso de autos.
Dentro de las materias que han sido objeto de tratamiento favorable por el Alto
Tribunal, pueden mencionarse las siguientes: 1. Reducción y congelamiento de alquileres
pactados (Fallos 136:170; 204: 95); 2. Prórroga legal de las locaciones urbanas (Fallos 136:161;
199:466; 200: 158; 206:158); 3. Moratoria hipotecaria (Fallos 172:21 y 291; 263:83); 4. Reducción
de los intereses pactados entre acreedores y deudores hipotecarios (Fallos 172:21); 5. Suspensión
de ejecución de sentencias y paralización de procesos judiciales de desalojo (Fallos 144: 220; 204:
95; 235: 171 y 512; 243:467); 6. Fijación de precios máximos para la venta de ciertos productos
(Fallos 200:450; 205:386); 7. Disminución de haberes jubilatorios ya acordados (Fallos 173:5;
179:394). 8; Obligación de contratar e imposición de aportes forzosos a ciertos empresarios (Fallos
177:147); 9. Obligación de las salas de cine de contratar “números vivos” (Fallos 247:121); y 10.
Devolución de depósitos en el sistema financiero en bonos con garantía estatal (Fallos 313:1513).
32
percepción de tales beneficios o restringen el uso que puede hacerse de esa propiedad. Ello
responde a una limitación impuesta por la necesidad de atenuar o superar una situación de
crisis, debiéndose tener en cuenta que en el sistema constitucional argentino no hay derechos
absolutos y todos están supeditados a las leyes que reglamentan su ejercicio (v.
considerandos 38º a 46º, donde se repite la jurisprudencia ya sentada por la CSJN en 1934 en
“Avico c/ De la Pesa”, Fallos 172:21).
Como notará V.S. dichos principios han sido respetados por las normas
impugnadas por lo que resultan plenamente legítimas.
33
Reactivación Productiva en el marco de la Emergencia Pública”, fue sancionada en el marco de la
grave crisis económica y financiera que padece el país desde hace tiempo, con el objetivo de
acompañar y cuidar a los sectores más vulnerables y necesitados de la sociedad.
Dicha norma -en su artículo 1°- declaró “la emergencia pública en materia
económica, financiera, fiscal, administrativa, previsional, tarifaria, energética, sanitaria y
social”, y delegó en el Poder Ejecutivo Nacional las facultades comprendidas en la ley en los
términos del artículo 76 de la Constitución Nacional, con arreglo a las bases de delegación
establecidas en su artículo 2°, hasta el 31 de diciembre de 2020.
2.4.2. Cabe insistir en que las medidas cuestionadas deben ser analizadas en
el contexto de una crisis de magnitud como la que motivó la sanción de la Ley N° 27.541,
que se vio luego profundamente agravada a poco de iniciado el año 2020 por la pandemia
del COVID-19.
34
ese contexto, la Comisión estima que los ingresos por exportaciones desde la región disminuirán
no menos del 23%, siendo este el peor indicador durante los últimos ochenta años (fuente:
news.un.org/es/story/2020/08/1478502).
Ese escenario mundial explica la crisis que se ha proyectado a nuestro país, la
que ha tenido por efecto caídas de magnitud en la recaudación tributaria y previsional.
Medidas, todas ellas, de alto impacto sobre el gasto público. A título de ejemplo,
y sin que esta mención agote la referencia a esas decisiones: el subsidio extraordinario previsto
por el Decreto N° 309/2020; el Ingreso Familiar de Emergencia instituido por el Decreto N°
310/2020; los estímulos destinados al personal que presta servicios en el campo de la salud,
establecidos por el Decreto N° 315/2020; el Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y
la Producción para empleadores/as y trabajadores/as afectados/as por la emergencia, creado por
el Decreto N° 332/2020, el que entre otras medidas destinadas a evitar el cierre de actividades
económicas contempla, en lo que aquí interesa, la postergación o reducción de los aportes al
sistema previsional.
35
La sociedad en su conjunto está sometida a sacrificios y pérdidas; distintos
sectores de la actividad económica están expuestos a la disminución de puestos laborales, con la
consiguiente desfinanciación del sistema previsional, y allí ha acudido el Estado con distintos
programas de asistencia.
36
impuestas por la necesidad de atenuar o superar una situación de crisis que,
paradójicamente, también están destinadas a proteger los derechos presuntamente
afectados, que existe el riesgo de que se conviertan en ilusorios ante procesos de desarticulación
del sistema económico y financiero (Fallos 313:1513, consid. 56, pág. 1554).
Por otra parte, debe ponderarse que la Ley N° 27.541, en su artículo 2°, fijó entre
otras finalidades la de fortalecer el carácter redistributivo y solidario de los haberes
previsionales, considerando los distintos regímenes que lo integran como un sistema único, con
la finalidad de mejorar el poder adquisitivo de aquellos que perciben los menores ingresos.
Ello es así, por cuanto constituye una de las exigencias que establece la Constitución Nacional y
las normas internacionales de rango constitucional. El legislador, no puede soslayar la
consideración de ellos por cuanto se inspiran en los principios jurídicos que informan la seguridad
social.
Resulta claro que el texto del artículo 55 de la Ley N° 27.541, armoniza con el
objetivo diseñado en el inciso e) del artículo 2°, al establecer una suspensión temporaria
de la aplicación del artículo 32 de la Ley N° 24.241, sus complementarias y modificatorias,
a los fines de atender en forma prioritaria y en el corto plazo a los sectores de más bajos
ingresos.
Sin perjuicio de ello, dicha norma justifica de manera pormenorizada las razones
que llevaron a su dictado. En sus considerandos se destacan las principales medidas tomadas por
el PEN para morigerar los efectos causados por la pandemia del COVID-19 (v. considerandos,
párrafo décimo). Es evidente que dicha pandemia, repotenció negativamente la entidad de la crisis
económico y financiera preexistente. Partiendo de tal circunstancia, no puede valorarse la
razonabilidad de la suspensión de la movilidad, ni la prórroga dispuesta en el DNU citado,
sin tener en consideración el conjunto de medidas y el esfuerzo realizado por todos los
37
sectores de la sociedad, en pos del interés superior.
38
poner de resalto que con el fin de cumplir con dicho propósito, el PEN remitió a consideración del
Congreso Nacional un Proyecto de Ley (INLEG-2020-35874628-APN-PTE), acompañado por el
Mensaje (MENSJ-2020-34-APN-PTE) del 2 de junio de 2020, sin que hasta la fecha haya tenido
trámite parlamentario (v. considerandos, párr. 23)]; “Que por la inminencia del vencimiento de
los plazos citados deviene imposible seguir los trámites ordinarios para la sanción de las
leyes […]”; y “Que las medidas que se establecen en el presente decreto son temporarias y
resultan necesarias, razonables y proporcionadas con relación a la situación que se atiende y
los derechos que se preservan”.
39
trimestralmente en los meses de marzo, junio, septiembre y diciembre de cada año calendario. En
ningún caso la aplicación de dicho índice podrá producir la disminución del haber que percibe el
beneficiario. Por su artículo 2° se determinó que “La primera actualización en base a la movilidad
dispuesta en el artículo 1° de la presente, se hará efectiva a partir del 1° de marzo de 2018”.
40
como un sistema único, con la finalidad de mejorar el poder adquisitivo de aquellos que
perciben los menores ingresos […].
En nuestro caso, los tres decretos fueron dictados dentro de dichas bases y
además se siguió con el procedimiento especial previsto por la Ley N° 26.122, pues el Jefe
de Gabinete de Ministros los remitió al Congreso.
El Congreso dictó las pautas inteligibles dentro de las que debe actuar el PEN y
así lo hizo este último a través de los Decretos N° 163/2020, N° 495/2020 y N° 692/2020.
Debe ponderarse que dichas disposiciones han respetado también las pautas
elaboradas por la Corte Suprema de Justicia de la Nación a través del tiempo.
41
de 1920, la Corte estableció los dos principios mediante los cuales llevó a cabo, en las décadas
siguientes, el test de validez de las leyes delegantes y el de los reglamentos delegados. A
las primeras las juzgó mediante la regla establecida en “A.M. Delfino”; a los segundos les
aplicó la creada en “Chadwick”. Así, mientras la ley delegante debía contener una clara
“política legislativa” (“Delfino”), el reglamento delegado podía modificar las expresiones
verbales de la ley, pero no podía apartarse del “espíritu” de la misma (“Chadwick”) (v.
BIANCHI Alberto, “La delegación legislativa: evolución y estado actual”, Forum. Anuario del Centro
de Derecho Constitucional, 3. Disponible en: http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/ revistas/
delegacion-legislativa-evolucion-estado.pdf).
42
Contrariamente a lo que parece surgir de la demanda, el PEN no ha ejercido
atribuciones que no le correspondan, ni ha avanzado en materias propias de otro poder estatal.
La delegación legislativa, además de estar contemplada expresamente en la Constitución, está
sometida al control legislativo (Ley N° 26.122) y obviamente al judicial dentro de los límites fijados
por la propia jurisprudencia.
La demanda propone que V.S. sustituya el criterio de los poderes políticos, que
en ejercicio de sus atribuciones constitucionales, han implementado las medidas aquí
cuestionadas por medio de la Ley N° 27.541 y de los Decretos N° 163/2020, N° 495/2020 y N°
692/2020.
43
311:2580 respectivamente, criterio mantenido en los casos ‘Prodelco’, Fallos 321:1252 y
‘Verbitsky’, Fallos 328:1146, entre muchos otros).
Más recientemente, en el caso ‘Thomas’ en 2010, esta Corte […] tuvo presente la
repetida advertencia expuesta en su jurisprudencia según la cual ‘la misión más delicada de la
justicia es la de saber mantenerse dentro de la órbita de su jurisdicción, sin menoscabar las
funciones que incumben a los demás poderes […]’ (Fallos 333:1023)” (Autos CSJ 353/2020/CS1,
“Fernández de Kirchner”, 24 de abril de 2020).
En este caso puntual, es indudable que las normas delegadas además de regular
cuestiones que hacen a las materias permitidas de delegación, se sustentan en la grave situación
de emergencia pública declara por la Ley N° 27.541, con el notorio agravante de las consecuencias
de todo tipo producidas por la pandemia del COVID-19.
44
permiten verificar su existencia y además precisó las circunstancias de tiempo y lugar que tornaron
indispensable acudir a la delegación legislativa.
45
Tratamiento, que prescinde de cualquier ponderación en torno a la emergencia, como así también
en cuanto a su agravamiento por el COVID-19.
Por tales razones, el Congreso Nacional suspendió los efectos de la movilidad tal
como venía efectuándose, encomendando al PEN que atendiera en forma prioritaria y en el corto
plazo a los sectores de más bajos ingresos, fijando el incremento pertinente.
46
Existe en el caso, un deber de tolerar la suspensión y modificación
transitoria, atento la emergencia pública general declarada por la Ley N° 27.541, pero
también en función de la grave situación ocasionada por la pandemia que atraviesa nuestro
país y el mundo, que requiere de los ciudadanos solidaridad y distribución de las cargas.
Ello se funda en la igualdad con que las cargas deben distribuirse. La sociedad en su conjunto
colabora con su aporte ante esta nueva realidad.
47
La Cámara Federal de Mar del Plata, en autos "CABRERA OSVALDO
ATANASIO c/ ANSES s/REAJUSTE DE HABERES” (Expte N°. 21077049 / 2008”) Sentencia del
15/10/2020, expresa que en esta primera etapa de emergencia se ha visto retaceada la garantía
constitucional de la movilidad al haberse suspendido la aplicación del art. 32 de la ley 24.241, pero
ello encuentra por ahora, justificación en el contexto de emergencia en el que nos hallamos
inmersos, siempre que la limitación dentro de este escenario, permanezca por un tiempo
razonable, o al menos por el plazo taxativamente establecido por el Poder Legislativo al efectuar
la delegación en cuestión (31 de diciembre del 2020, según lo dispone el Art. 1 de la Ley 27.451).
Rechaza expresamente el planteo de inconstitucionalidad de la ley 27.546 y del decreto 163/20.
48
c/ ADMINISTRACION NACIONAL DE LA SEGURIDAD SOCIAL s/AMPARO LEY 16.986”,
Expte. nº 37646/2020, sentencia de julio de 2021, expresa que “….al estándar aplicado por la
Corte, para que la normativa de emergencia cuente con sustento constitucional, debe estar atada
al cumplimiento de cuatro requisitos: a) situación de emergencia definida por el Congreso de la
Nación; b) persecución de un fin público que “consulte los superiores y generales intereses del
país”; c) transitoriedad de la regulación excepcional; d) razonabilidad del medio elegido –en
términos de adecuación de medios y fines– y respeto del “límite infranqueable” fijado por el art. 28
de la C.N. (Fallos: 243:467 (1959); 313:1513 (1991), En igual sentido, CSJN, Fallos, 318:1887
(1995); 321:1984 (1998); 325:28 (2002); Fallos, 330:3002; entre muchos otros). “
Bajo tales premisas y analizado el contexto fáctico expuesto y acreditado por las
partes, encuentro que todos dichos recaudos aparecen como cumplidos.
Por su parte, surge de la propia normativa en estudio que persigue un fin público
superior y general.
Asimismo, considero que, los incrementos otorgados por los decretos 163/2020,
495/2020, 692/2020 y 899/2020, constituyen en su conjunto, el mecanismo de compensación
dispuesto por la norma, para morigerar el impacto de la suspensión de la fórmula de movilidad. De
modo que, en este punto, cabe concluir que el medio elegido resulta razonable al no verse
disminuidos ni congelados los haberes previsionales.
49
actor contra el Dec. 163/20 y art. 55 de la ley 27541. Para así decidir, el fallo expresa que “ en un
todo de acuerdo a los argumentos hasta aquí expuestos, advierto que no se ha logrado demostrar
la arbitrariedad en el dictado del artículo 55 de la ley 27.541, sumado a que el ejecutivo en ejercicio
de las facultades delegadas por la normativa citada dicto los decretos 163/2020, 495/2020,
692/2020 y 899/2020, tendientes a cumplir con el mandato constitucional previsto en el art. 14 bis
de la C.N. Así, cito por compartir la parte pertinente del voto de la Dra. Nora Carmen Dorado dentro
de los autos: “TORTEROLA JORGE NICOLAS C/ ANSES S/ AMPAROS Y SUMARISIMOS” expte.
Nº 10543/2020 Sentencia de fecha 08/06/2021, “En tales condiciones, se señala que con los
elementos aportados no se logra demostrar la arbitrariedad o ilegalidad manifiesta del art. 55 de
la ley 27541, pues no se evidencia un gravamen actual al accionante que violente derechos y
garantías de índole constitucional. Ello así pues, con el dictado de los Decretos 163/2020,
495/2020, 692/2020 y 899/2020 se establecieron diversos incrementos de modo de no verse
disminuidos ni congelados los haberes previsionales, sino solo temporalmente suspendida la
fórmula de movilidad”.
50
de la movilidad dispuesta en el art. 1° de la Ley N° 27.609- resulta aventurada y carece de todo
fundamento técnico y jurídico.
b) Inexistencia de derechos adquiridos
La sustitución de un mecanismo de movilidad por otro de diferente naturaleza no
irroga agravio constitucional alguno, pues no existe un derecho adquirido al mantenimiento de las
leyes o reglamentaciones.
En efecto, la movilidad es un derecho constitucional, pero no existe un derecho
adquirido a una fórmula preestablecida de actualización. Su aplicación no se encuentra
consolidada, ni es inmutable.
La Corte Suprema de Justicia de la Nación ha señalado al respecto:
- En el fallo “ARRÚES Abraham David Segismundo c/ ANSES s/ acción
declarativa - medida cautelar” de fecha 30/05/2006, en su considerando 12°, sostuvo que “no
existen derechos adquiridos a que el monto del haber siga siendo calculado por las mismas reglas
vigentes a la fecha del cese en actividad, de modo que a partir del 1° de diciembre de 2002 es
atribución del Congreso disponer las pautas adecuadas para hacer efectiva la movilidad que
consagra el art. 14 bis de la Constitución Nacional con respecto a las jubilaciones y pensiones”
(Fallos 329:2146).
- En el fallo “VERÓN Antenor Benedicto s/ jubilación por invalidez”, confirmó la sentencia de la
Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, sala 4ta, la cual dispuso que “…la modificación del
ordenamiento jurídico que determina el cálculo de la movilidad del haber no puede considerarse
violatorio de la garantía de inviolabilidad de la propiedad privada, y menos aún que se hubiesen
afectado derechos adquiridos, sino que en la especie la ley nueva se aplica a las consecuencias
de relaciones y situaciones jurídicas existentes, lo cual no es incompatible con el principio de
irretroactividad que el mismo código contempla, en tanto no se ha vulnerado ninguna garantía
constitucional, ya que la movilidad y adecuación futura del haber configura una expectativa, y por
tanto no había ingresado en el patrimonio del recurrente bien alguno fundado en las normas
reemplazadas…”
- En el fallo “PERCIVALE de COLOMBI Adela” (Fallo 307:1108), de fecha
04/07/1985, estableció que “…Los agravios vinculados con la aplicación del nuevo régimen de
jubilatorio (…) resultan ineficaces para habilitar la vía extraordinaria, pues no existen derechos
adquiridos a un determinado sistema de movilidad de los haberes de jubilaciones y pensiones
(…)”.
51
civil de las FFAA y de Seg.”, de fecha 16/12/1997, reiteró su doctrina que establece que “…en esta
materia el derecho adquirido lo es a que se respete la situación de jubilado o retirado, y no a que
el haber siga siendo determinado por las mismas reglas vigentes al tiempo de concederse el
beneficio. Y ello es así, ya que nadie tiene un derecho adquirido al mantenimiento de las leyes o
reglamentaciones o a la inmovilidad normativa…”.
52
del Estado (Fallos: 315:1820), ni pronunciarse sobre el acierto, el error, el mérito o la conveniencia
de las soluciones legislativas (Fallos: 314:424).
Sin perjuicio de los argumentos vertidos por la contraria (los cuales aclaro que no
tienen sustento en prueba alguna), es necesario recordar que el principio de razonabilidad se
encuentra incluido en el art. 28 de la Carta Magna, habiendo sido claramente delineado por el
Tribunal Cimero en el conocido precedente “Cine Callao”, que en su Considerando 13 reza: “Como
quedó dicho, y por aplicación de la doctrina sentada en Fallos, t. 199, p. 483, el análisis del mérito
o eficacia de los medios arbitrados para alcanzar los fines propuestos, la cuestión de saber si
debieron elegirse los de la ley 14.226 u otros procedimientos, son ajenos a la competencia de esta
Corte, a la que sólo incumbe pronunciarse acerca de la razonabilidad de los medios elegidos por
el Congreso, es decir, que sólo debe examinar si son o no proporcionados a los fines que el
legislador se propuso conseguir y en consecuencia decidir si es o no admisible la consiguiente
restricción de los derechos individuales afectados. Pues, como se afirmó en Fallos, t. 171, p. 348
y se recordó en Fallos, t. 199, p. 483, el tribunal nunca ha entendido que pueda sustituir su criterio
de conveniencia o eficacia económica o social al del Congreso de la Nación, para pronunciarse
sobre la validez constitucional de las leyes, sea de las que regulan trabajos, comercios o industrias
con fines de policía, sea de las que establecen impuestos o tasas (Fallos, t. 98, p. 20; t. 147, p.
402; t. 150, p. 89; t. 160, p. 247). El examen y el pronunciamiento judicial, deben radicar sin duda
en la conformidad que, de acuerdo con los arts. 28 y 31 de la Constitución Nacional, deben guardar
con ella las leyes de la Nación, porque, como lo ha destacado la Suprema Corte de Estados Unidos
53
en 193 US 197, 350, refiriéndose a la distribución de poderes, establecidos en la Constitución,
‘...esta Corte no tiene deber superior que el de dar vigencia, mediante sus fallos, a la voluntad del
Departamento Legislativo del Gobierno, tal como se expresa en la ley, salvo en aquellos casos en
que la ley sea evidente e indubitablemente violatoria de la Constitución, pues si la ley excede los
poderes constitucionales del Congreso, la Corte dejaría de cumplir un deber solemne si así no lo
declarase’. Esta atribución, por tanto, sólo debe ser ejercida cuando la repugnancia con la cláusula
constitucional que se invoca es manifiesta y la incompatibilidad inconciliable, debiendo resolverse
cualquier duda a favor de la constitucionalidad, máxime si ello es posible sin violencia de los textos
(doctrina de la Suprema Corte de los Estados Unidos en 106 US 629, 635 [1883]; 155 US 648,
657 [1895]; 123 US 142, 147 [1927] y otros. Igualmente doctrina de esta Corte en Fallos, t. 14, p.
432; t. 112, p. 63; t. 200, p. 180; t. 209, p. 337; t. 234, p. 229; t. 235, p. 548; t. 242, p. 73 y
especialmente t. 244, p. 309).”
Dicho esto, la Ley N° 27.609 al establecer como una de las variables los aumentos
salariales otorgados a los trabajadores estables, logra trasladar a los pasivos con mayor precisión
y eficiencia los aumentos que obtienen los trabajadores activos.
Por otra parte, al tener en cuenta los recursos tributarios de ANSES como la otra
variable de ajuste, la formula consigue una mayor estabilidad financiera del sistema previsional.
54
móviles, aunque no establece un sistema o mecanismo especial para hacer efectiva dicha
exigencia, por lo que es atribución y deber del legislador fijar el contenido concreto de esa
garantía…”; recordando que si bien la Constitución Nacional garantiza “jubilaciones y pensiones
móviles”, la reglamentación de dicho derecho es facultad del poder legislativo.
Así también V.S. podrá advertir que la Ley N° 27.609 resulta ser una versión
superadora de la Ley N° 26.417, la cual destaco que a lo largo de su vigencia no ha recibido tacha
de inconstitucionalidad alguna.
En este sendero expositivo, la Ley N° 27.609 mejora a su predecesora Ley N°
26.417 al actualizar trimestralmente los haberes de los beneficiarios del sistema, reiterando que si
pacíficamente los tribunales han rechazado la impugnación constitucional de aquélla, más aún
debe ser desechado el planteo de inconstitucionalidad en traslado de la nueva normativa.
55
Culturales (PIDESC), establece que: “(…) cada uno de los estados Partes en el presente Pacto se
compromete a adoptar medidas, tanto por separado como mediante la asistencia y la cooperación
internacionales, especialmente económicas y técnicas, hasta el máximo de los recursos de que
disponga, para lograr progresivamente, por todos los medios apropiados, inclusive en particular la
adopción de medidas legislativas, la plena efectividad de los derechos aquí reconocidos”
Por su parte, el artículo 26 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos prevé
que: “Artículo 26. Desarrollo Progresivo. Los Estados Partes se comprometen a adoptar
providencias, tanto a nivel interno como mediante la cooperación internacional, especialmente
económica y técnica, para lograr progresivamente la plena efectividad de los derechos que se
derivan de las normas económicas, sociales y sobre educación, ciencia y cultura, contenidas en
la Carta de la Organización de los Estados Americanos, reformada por el Protocolo de Buenos
Aires, en la medida de los recursos disponibles, por vía legislativa u otros medios apropiados”
Así la Corte Suprema de Justicia de la Nación, en el precedente “Giroldi” ha dicho que los
Tribunales locales al aplicar los tratados internacionales de derechos humanos deber seguir las
pautas interpretativas dadas por los órganos internacionales a cargo de su aplicación a los fines
de evitar que el Estado vea comprometida su responsabilidad frente a la comunidad internacional,
deber que les cabe a todos los poderes del Estado (y no sólo al Poder Ejecutivo).
El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, creado
por el Consejo Económico y Social de la Naciones Unidas, en su Observación General N.º 3 (“La
índole de las obligaciones de los Estados Partes, pár. 1 del art. 2° del Pacto”, 5to. Período de
Sesiones, 14/1290), estableció que “el concepto de progresividad efectiva constituye un
reconocimiento del hecho de que la plena efectividad de los derechos económicos, sociales y
culturales en general, no podrá lograrse en un breve período de tiempo. Sin embargo, [...] [l]a frase
[progresividad] debe interpretarse a la luz del objetivo general [...], que es establecer claras
obligaciones para los Estados Partes con respecto a la plena efectividad de los derechos de que
se trata. Este impone así una obligación de proceder lo más expedita y eficazmente posible con
miras a lograr ese objetivo.
Además señala que “todas las medidas de carácter deliberadamente retroactivo en este
aspecto requerirán la consideración más cuidadosa y deberán justificarse plenamente por
referencia a la totalidad de los derechos previstos en el Pacto y en el contexto del aprovechamiento
pleno del máximo de los recursos de que se disponga” (subrayado agregado).
Esta afirmación del Comité permite sostener que el concepto de progresividad no supone
absoluta imposibilidad de regresión en los avances efectuados por el Estado en materia de
56
derechos sociales, en la medida en que ello quede plenamente justificado en atención a la totalidad
de los recursos de los que disponga el Estado y siempre que existan razones de interés social que
así lo impongan.
Pero además, el concepto de progresividad constituye un concepto netamente objetivo y
no subjetivo, motivo por el cual el análisis de las eventuales regresiones que en materia de
seguridad social realice el Estado Nacional no pueden ser analizadas a la luz de un grupo de
actores no representativos de la situación que afronta el Estado en dicha materia.
En consecuencia el supuesto comportamiento regresivo en materia de seguridad social
no puede ser restrictivo y sesgado atendiendo sólo a los cálculos matemáticos que surgen de un
beneficio jubilatorio sino que la misma surge de un accionar objetivo e integral tendiente a una
mayor cobertura de derechos (y no sólo de su contenido económico) .
En consecuencia, la regresividad en materia de movilidad sólo podría ser alegada en tanto
que las leyes que la contengan dispongan una reducción grosera e injustificada.
Tal fue el criterio de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso Cinco
Pensionistas, cuando negó la existencia de una vulneración al artículo 26° de la Convención,
señalando que el desarrollo progresivo de los derechos sociales “se debe medir (...) en función de
la creciente cobertura de (tales) derechos (...) en general, y del derecho a la seguridad social y a
la pensión en particular, sobre el conjunto de la población, teniendo presentes los imperativos de
la equidad social, y no en función de las circunstancias de un muy limitado grupo de pensionistas
no necesariamente reprepresentativos de la situación general prevaleciente”
En este sentido se ha pronunciado también la Corte Suprema de Justicia de la
Nación en el precedente “Registro Nacional de Trabajadores Rurales y Empleadores e/ Poder
Ejecutivo Nacional y otro s/ acción de amparo-“ CSJ 906/2012 (48-R)/CS1 RECURSO DE HECHO-
, expresando que “el principio de progresividad o no regresividad que veda al legislador la
posibilidad de adoptar injustificadamente medidas regresivas, no sólo es principio arquitectónico
del Derecho Internacional de Derechos Humanos sino también una regla que emerge de nuestro
propio texto constitucional en la materia”.
Como puede observarse, la CSJN , máxime interprete de nuestro sistema legal,
al utilizar en su expresión el adverbio “injustificadamente” está condicionando la aplicación del
Principio, aceptando que el mismo puede exceptuarse en situaciones en las cuales esté justificado.
Cabe asimismo recordar que cualquier análisis de regresividad debe ser
contextualizado dentro del marco de emergencia sanitaria por el cual está atravesando nuestro
país y el mundo con motivo de la pandemia Mundial.
57
De esta manera, La Cámara Federal de la Seguridad Social (CABA), SALA I,
especialista en la materia previsional, el 03/05/2021 se expide en los autos "BARROS Mario
Rafael c/ ANSES s/ reajustes varios" (Expte. N° 1953/2015), sentencia del 03/05/2021 en la
cual desestimó los agravios del actor dirigidos a cuestionar la validez constitucional de las normas
de emergencia (Ley N° 27.541 y decretos delegados) y la consecuente modificación de las
fórmulas de movilidad originales previstas en las Leyes N° 24.241, 26.417, 27.426 y cc.
Expresando que “ La declaración de emergencia corresponde ser analizada y declarada por el
legislador sin que los órganos judiciales puedan revisar su decisión.”
Asimismo, la Sala 2 de la misma cámara (CFSS), en autos "TORTEROLA Jorge
Nicolás c/ ANSES s/ amparos y sumarísimos" (Expte. N° 10.543/2020), sentencia
del08/06/2021, considera que el análisis de la cuestión no puede efectuarse aisladamente sino
dentro del marco de la emergencia económica y sanitaria originada por la pandemia mundial no
resultando la movilidad dispuesta por los decretos - 163/20,495/20,962/20 y 899/20-
desproporcionada y repugnante a la Constitución Nacional.
Así retomando el Artículo 26, -Desarrollo Progresivo.- el mismo expresa que “ Los
Estados Partes se comprometen a adoptar providencias, tanto a nivel interno como mediante la
cooperación internacional, especialmente económica y técnica, para lograr progresivamente la
plena efectividad de los derechos que se derivan de las normas económicas, sociales y sobre
educación, ciencia y cultura, contenidas en la Carta de la Organización de los Estados Americanos,
reformada por el Protocolo de Buenos Aires, en la medida de los recursos disponibles, por vía
legislativa u otros medios apropiados”
En el contexto de la presente acción , no hay ningún argumento esgrimido por el
actor que pueda llevar a concluir por la inconstitucionalidad de ley 27.609 desde el punto de la
regresividad dado que como lo señala el art. 26 de Convención americana, es una “medida” que
se ha establecido por vía legislativa, y tiene directa vinculación y proporción con los recursos de
la seguridad social, siendo uno de los componentes de la fórmula que define su operatividad.
De esta manera creemos que el alegado principio de desarrollo progresivo debe
ser correctamente interpretado por los tribunales evitando caer en oscilaciones que terminen
apartándose del espíritu del legislador de la Convención Americana . Así en “La tutela de los
derechos económicos, sociales y culturales en el artículo 26 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos”. Abril de 2007. Estud. Socio-Jurid., Bogotá (Colombia), 9 (Número especial):
34-53 - Rossi y Abramovich- señalan que “en la lectura del artículo 26 hemos oscilado entre
aquellas posiciones que históricamente han considerado a esta norma como no operativa,
58
limitándola a una simple expresión de objetivos programáticos, pero no obligaciones vinculantes,
ni derechos justiciables, a nuevas posiciones doctrinarias, que, a partir de un uso extensivo del
principio pro homine y una inferencia rápida de derechos en el texto de la Carta de la OEA,
pretenden convertirla en una varilla mágica para abrir abruptamente la Convención a una suerte
de justiciabilidad plena de los derechos económicos, sociales y culturales”.
De esta manera el actor equivoca su fundamento al expresar que del hipotético
análisis subjetivo, numérico y económico se puede concluir la regresividad de las normas
señaladas. Esto merece un análisis objetivo, integral, vinculado con los recursos del Estado y la
situación socio económica por la cual atraviesa nuestro país.
Por todo lo argumentado, deben ser rechazados los planteos de inaplicabilidad o
inconstitucionalidad efectuados por el actor y pido que así se resuelva.
Para aquellos titulares que, por la suma de los haberes de todas sus prestaciones
vigentes, perciban un monto equivalente de hasta PESOS TREINTA MIL OCHOCIENTOS
CINCUENTA Y SIETE CON DIECISÉIS CENTAVOS ($30.857,16), el subsidio extraordinario será
equivalente a PESOS MIL QUINIENTOS ($1.500) y para aquellos y aquellas titulares que, por la
suma de todas sus prestaciones vigentes perciban un importe superior al precitado monto, el
subsidio extraordinario será igual a la cantidad necesaria hasta alcanzar la suma de PESOS
59
TREINTA Y DOS MIL TRESCIENTOS CINCUENTA Y SIETE CON DIECISÉIS CENTAVOS
($32.357,16).
Tal y como se anticipara en los diversos pasajes del presente líbelo, existen
cuestiones que resultan privativas de cada uno de los poderes del estado y deben resguardarse
del debate judicial precisamente para no convertir a este último poder -valga la redundancia- en
un supra poder (esto sin perjuicio del control de constitucionalidad que le ha sido reservado).
Al respecto, se ha sostenido que “es la naturaleza del asunto lo que impide a los
jueces controlar las razones que han tenido los poderes políticos para adoptar determinadas
decisiones”. Estas cuestiones “son políticas por naturaleza en la medida en que la toma de decisión
depende de una apreciación de la realidad -de su conveniencia y oportunidad- por parte del
Congreso o del Presidente, que los tribunales no pueden revisar” (Bianchi, Alberto, op. cit., t. 2, p.
274).
La regla general en esta materia consiste en que -en virtud del principio de división
de poderes-, a los jueces no les compete sustituir al legislador (Fallos 320:1692-1976, 321:1888,
entre muchos otros). Es común, entonces, leer en los precedentes del Máximo Tribunal Nacional
que “la misión más delicada que compete al Poder Judicial es la de saberse mantener dentro de
la órbita de su jurisdicción sin menoscabar las funciones que incumben a otros poderes, pues un
avance en desmedro de las facultades de los demás poderes revestiría la mayor gravedad para la
armonía constitucional” (Fallos 322:1988, entre muchos otros).
60
ellas en la valoración de las circunstancias ajenas al campo de lo jurídico […]” (CSJN, autos
“Rodríguez, Rafael Antonio y otros c/ Consejo Nacional de Educación Técnica s/ empleo público”
sentencia del 2/04/1998, Fallos t. 321, p. 663; Fallos: 98:20; 147:403; 150:89; 160:247; 238:60;
247:121; 251:21; 275:218; 295:814; 301:341; 302:457; 303:1029; 308:2246; 321:1252; 325:28,
entre muchos otros).
Estas pautas han sido enfáticamente reiteradas por la Corte Suprema en el caso
“Grupo Clarin” (Fallos 336:1774), donde sostuvo que el Poder Judicial no puede indagar si existían
otros medios alternativos al adoptado por el legislador, igualmente idóneos para alcanzar el fin
buscado, en tanto ello implicaría ingresar en un ámbito de exclusiva discrecionalidad legislativa.
Asimismo, sostuvo: “[c]abe recordar que los jueces no deben decidir sobre la conveniencia o
acierto del criterio adoptado por el legislador en el ámbito propio de sus funciones, ni pronunciarse
sobre la oportunidad o discreción en el ejercicio de aquéllas, ni imponer su criterio de eficacia
económica o social al Congreso de la Nación; y que el control de constitucionalidad no autoriza a
la Corte Suprema a sustituir en su función a los otros poderes del gobierno” (Fallos: 328:690 y sus
citas, voto de los jueces Highton de Nolasco y Maqueda).
61
En virtud de lo hasta aquí expuesto, y sin perjuicio de los motivos que he brindado
para sustentar el rechazo de la petición en traslado que en mi criterio se impone, siquiera amerita
la temática debatida la introducción en el debate de la pertinencia o no de la finalidad de la
normativa atacada por el pretendiente, toda vez que como se ha sostenido a lo largo de toda la
presentación y en especial en el presente acápite, el sistema republicano de gobierno consagrado
por la Carta Magna y resguardado por la copiosa jurisprudencia del Tribunal Cimero que se citó
en forma antecedente, llevan indudablemente a concluir que por tratarse la pretensión vertida por
el accionante erigida contra decisiones adoptadas por el Poder Legislativo en ejercicio de sus
facultades privativas, resultando las mismas decisiones de oportunidad, mérito y conveniencia, no
constituyen de modo alguno una cuestión que deba o pueda ser sometida a litigio alguno o revisión
judicial.
Pues lo que aquí se intenta es transpolar a nuestro sistema jurídico una suerte de
recurso previo a la ejecución de la ley, tal y como ocurre en países como España o Francia, donde
la existencia de un Tribunal Constitucional, permite la evaluación en abstracto de la norma.
62
Nacional, “[e]l pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes” y la acción
que aquí se ejerce no es otra cosa que la pretensa vulneración de lo que la mayoría representada
ha decidido.
La democracia no constituye sino lo que ha ocurrido con ésta y con todas las leyes
donde cada fuerza política expone sus proyectos, los somete a la votación de la mayoría y el Poder
Ejecutivo ejerciendo su rol promulga la ley.
Todo lo expuesto pone en evidencia que hacer lugar a la pretensión planteada por
la actora implicaría una violación flagrante de la división de poderes, a todas luces inadmisible en
nuestro sistema constitucional.
Por otro lado, si el sistema garantiza prestaciones hasta un cierto monto (máximo
haber jubilatorio), también es coherente establecer en forma correlativa, un tope en los aportes
personales que realizan los trabajadores (art. 9 Ley N° 24241). De manera que quien efectuó
aportes hasta el mencionado tope, no puede pretender un haber que se desligue del esfuerzo
personal realizado durante la vida activa, pues se ha beneficiado con una menor deducción, que
le ha significado menores retenciones, y un mayor salario de bolsillo.
63
cuando sostiene que, sin perjuicio de remitir a un precedente en el cual se ordenó el reajuste por
índices (“Seta, Sara s/Jubilación”), “… a fin de evitar desfases que desvirtúen en la práctica los
objetivos del sistema previsional, corresponde destacar que las diferencias a abonarse en favor
del interesado no podrán exceder en ningún caso los porcentajes establecidos por las leyes de
fondo”, poniendo así un claro límite a la pretensión del actor.
64
el salario real del trabajador, definido en el art. 6 de la ley 24241, a los efectos previsionales
siempre se tendrá en cuenta el máximo imponible al que refiere el art. 9 de la citada ley 24241.
Una persona durante su vida laboral no aporta al Sistema por encima de este tope
intrínseco.
Si bien el criterio de tope, como quita, fue antiguamente receptado por la CSJN
respecto del cual introdujo la noción de confiscatoriedad para liberar su aplicación - situación
pretendida por la parte actora-, a partir de la ley 24.241 no existe noción de confiscatoriedad en el
tope intrínseco, toda vez que limita al monto imponible, no al monto de la prestación, resultando el
tope extrínseco del art. 9 de la Ley 24463 sólo una consecuencia del primero.
65
no tuvieren otro haber máximo menor, en la suma equivalente al ochenta y dos por ciento (82 %)
del monto máximo de la remuneración sujeta a aportes y contribuciones, prevista en el segundo
párrafo del artículo 13 de la Ley 18.037, modificado por el artículo 158 apartado 1 de la Ley 24.241,
estarán sujetos a la escala de deducción. Si al reajustar el haber, el mismo superase el máximo
fijado, no cabe duda de que procede efectuarle la deducción que establece la escala prevista en
el artículo 9 de la Ley 24.463 reglamentado por el art. 3 del Decreto 525/95, resultando tal
disposición de inexcusable aplicación para este Organismo.
A su vez a partir del 01/03/09, si el haber supera el monto del haber máximo,
corresponde la deducción del 15% sobre el excedente de dicho importe máximo, conforme la Res.
06/09 reglamentaria de la Ley 26.417.
66
solicito el rechazo de la declaración de inconstitucionalidad pretendida.
Solicito que las costas sean impuestas en el orden causado (art. 21 Ley N°
24.463).
El Alto Tribunal ha dicho que “la circunstancia de que el art. 21 de la ley 24.463 -
solidaridad previsional- disponga que las costas se abonen en el orden causado, no trae aparejada
una lesión a las garantías de igualdad y propiedad, pues el régimen favorece a ambas partes por
igual, no advirtiéndose que la circunstancia de abonar sus trabajos a un profesional implique la
confiscación de los bienes del obligado” (“Flagello, Vicente” Fallos 331:1873).
67
Tribunal con fecha 26 de marzo del 2019 en la causa “Garcia María Isabel c/AFIP s/acción
meramente declarativa de inconstitucionalidad”.
Necesario debate con el ente fiscal: Asimismo debe observar V.S. que es
imprescindible contar con la intervención de la A.F.I.P. a efectos de resolver el presente punto, ya
que tal y como en el voto del Dr. Carlos Fernando Rosenkrantz dijo en el fallo citado “…En el año
2017, los recursos provenientes de tributos representaron el 27,8% del total de recursos corrientes
y de capital de la ANSeS (fuente: ANSeS Datos Abiertos Financiero, disponible en:
https://www.anses.gob.ar/informacion/datosabiertos- financiero, último acceso 21 de marzo de
2019), lo que demuestra la relevancia que tienen los recursos tributarios en el financiamiento y
sustentabilidad del sistema nacional de previsión social argentino. Por lo tanto, el impuesto a las
ganancias responde a motivos de interés general y a las exigencias de la justicia distributiva ya
que los recursos que mediante este impuesto se obtienen son destinados, por imperativo
constitucional, a la promoción del bienestar general (Preámbulo, arts. 4 y 75, inc. 2°, 18 y 19,
Constitución Nacional) lo que incluye el pago de los beneficios concedidos por el sistema de
seguridad social…“.
Motivo este por el cual siendo la financiación del sistema uno de los pilares básicos
de cualquier decisión judicial en materia previsional claramente es necesario la participación del
Departamento del Estado encargado de hacer efectiva la garantía establecida en el art. 14 bis de
la C.N. a efectos de resolver sobre el presente.
68
Corte ha decidido reiteradamente que las reducciones en los montos de las jubilaciones están
constitucionalmente justificadas cuando: 1) fueran impuestas por ley; 2) respondieran al interés
público; y 3) no fueran confiscatorias ni padecieran de una arbitraria desproporcionalidad (Fallos:
278:232; 300:616; 303:1155;321:2181; entre otros)….”.
69
económica inicial, se explique por la reiteración de un standard patrimonial escogido varias
décadas atrás en las que era tecnológicamente imposible distinguir -dentro del universo rotulado
como "jubilados"- entre quienes son vulnerables en mayor o menor medida. Hoy esta
diferenciación puede extraerse -cuanto menos en sus trazos más notorios, que es lo que busca el
legislador- a partir de la propia información registral en poder del Estado…”.
XII. PRUEBA
DOCUMENTAL:
Constancias del sistema informático de las cuales surge la ley y metodología
aplicada al beneficio previsional objeto de reclamo.
XIII. DERECHO
Fundo el derecho que asiste a mi parte en las Leyes N° 18.037, 23.928, 24.241,
24.283, 24.463, 25.344, 25.565, 26.417 y 27.426, Resolución N° 63/1994, 140/1995 y 56/2018,
Ley N° 27.260 jurisprudencia y doctrina aplicables al caso.
XV. PETITORIO
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1°) Se me tenga por presentado, por parte en el carácter invocado y por
constituido los domicilios procesal y electrónico.
4°) Se tenga por opuesta la prescripción del art. 82, parr. 3°, de la Ley N° 18.037
(t.o. 1976), ratificado por el art. 168 de la Ley N° 24.241.
7°) Se tenga presente a los fines de las costas lo dispuesto por el art. 21 de la Ley
N° 24.463.
Proveer de conformidad,
SERÁ JUSTICIA.