Che Guevara - Debemos Aprender A Pensar. Con El Método Del Materialismo Dialéctico en Todo
Che Guevara - Debemos Aprender A Pensar. Con El Método Del Materialismo Dialéctico en Todo
Che Guevara - Debemos Aprender A Pensar. Con El Método Del Materialismo Dialéctico en Todo
Editorial Aurora
Caracas, 2023
Digitalización
Daniela Añez L.
Revisión y edición
Carlos Aquino G.
Diagramación
Alejandro Díaz M.
Diseño
Carolina Sandoval Q.
https://EditorialAurora.home.blog
2
CONTENIDO
3
Nota preliminar
Editorial Aurora
Julio de 2023.
5
Compañeros:
Hoy nos congregamos en este acto sencillo
para entregar unos premios que son un estímulo
a los compañeros que han trabajado más durante
algunos meses en los círculos de estudios que se
organizaran por el Ministerio, o con la orienta-
ción del Ministerio, en las diversas empresas con-
solidadas.
Creo que tiene, a pesar de todo, mucha impor-
tancia este acto, como el comienzo formal, el es-
tablecimiento formal de la necesidad del estudio
establecida a nivel de Ministerio y controlada por
el Ministerio. Naturalmente que el estudio tiene
muchas facetas, y nosotros, como responsables
de la producción en mayor o menor grado, tene-
mos que estudiar también todo lo que compete a
las especialidades que la Revolución va deman-
dando de nosotros; pero sobre la base de todo
como motor –como dijera el compañero Blas1–
está el conocimiento fundamental de los proce-
sos históricos y los procesos económicos que nos
1
Blas Roca Calderío (1908-1987). Fue dirigente obrero y desde 1934 secretario ge-
neral del partido comunista de Cuba (fundado en 1925, que cambió su nombre
en 1939 a Unión Revolucionaria Comunista, y en enero de 1944 a Partido Socia-
lista Popular - PSP) hasta junio de 1961, cuando las direcciones del PSP, del Movi-
miento 26 de Julio y del Directorio Revolucionario 13 de Marzo decidieron fusio-
narse en las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI), que en marzo de
1962 se transformaría en el Partido Unido de la Revolución Socialista de Cuba
(PURSC) (N. de la Edit.)
6
llevan a la situación actual. El conocimiento ca-
bal de la necesidad histórica de que se produjeran
todos estos hechos, el conocimiento de cómo la
voluntad del hombre, expresada a través de su
conciencia, puede también acelerar determina-
dos procesos, darle nueva vida, nuevo contenido,
y llevar a más feliz término, en menor tiempo, los
anhelos que, más o menos conscientemente, flo-
tan en la mayoría de la población. Para eso ha ser-
vido como primer escalón el libro del compañero
Blas2; es bueno referirse a ello porque muchas ve-
ces hemos encontrado cierta resistencia de algu-
nos compañeros a tener ese libro como básico en
los estudios.
He hablado con algunos compañeros que de-
cían que lo han leído hace 10 ó 15 años –no sé
cuándo salió–, otros que opinan que es muy ele-
mental, que se consideran con un nivel de cono-
cimientos superiores a los que puede brindar el
libro. Personalmente considero que para mí fue
una gran ayuda en la comprensión y sistematiza-
ción de todo el proceso cubano. (Aplausos.) El li-
bro del compañero Blas es un libro ambicioso
porque aspira a que todo el mundo lo comprenda,
a que todo el mundo pueda sacar de él un prove-
cho propio, y en ninguna parte surge nada del lu-
cimiento personal del autor. Es un libro hecho
2
No se dice a cuál libro se refiere el Che, pero por las características que éste señala
seguramente sea Los fundamentos del socialismo en Cuba, escrito y publicado en
1943, cuya sexta edición, de 1949, contiene modificaciones importantes por el
fin de la II Guerra Mundial y el inicio de la Guerra Fría; tras el triunfo de la Revo-
lución cubana, por encargo de la dirección nacional del PSP, Roca lo revisó y ac-
tualizó para una edición en diciembre de 1959, y en mayo de 1961 –el mes si-
guiente a la declaración del carácter socialista de la revolución– la dirección na-
cional de las Escuelas de Instrucción Revolucionaria publicó una otra edición sin
modificaciones (N. de la Edit.)
7
completamente hacia afuera; es un libro dedi-
cado al pueblo, y hecho en tal forma que todo el
mundo puede leerlo y, a pesar de que es pro-
fundo, de que recoge todo lo necesario para la
comprensión de los fenómenos cubanos, sin em-
bargo, permite que todo el mundo lo lea; eso es lo
que hace que sea más interesante para nosotros
y que sea la base obligatoria de todos los que va-
mos a estudiar.
Puede ser que algunos compañeros lo hayan
leído ya, pero leerlo en forma colectiva, discutir
cada uno de los puntos donde el autor ha puesto
todos sus conocimientos, toda su experiencia de
larguísimos años de lucha por la construcción de
esta sociedad, es muy importante.
Ya hemos sobrepasado esa primera etapa3 y
muchos compañeros lo han leído. Creo que casi
todos estarán de acuerdo conmigo en que han ad-
quirido nuevos conocimientos en una nueva base
para interpretar los hechos. Nosotros aspiramos
a eso; todos los libros de este tipo son libros que
van dando los conocimientos básicos para poder
utilizar las ideas. No se aspira a que se haga un
estudio memorizado de cada texto y que se apli-
quen, esquemáticamente, los conceptos de los
textos; lo que se trata es de enseñar a pensar, y
enseñar a pensar con la base que da el materia-
lismo dialéctico.
Es muy importante. El concepto de la vida que
3
Se refiere a las tareas nacional-liberadoras, antilatifundistas y democrático-po-
pulares que, como «fase» previa a la socialista, preconizaba la última actualiza-
ción del libro en 1959, por lo que en el prólogo para la edición de 1961 Roca escri-
bió: «el desarrollo acelerado de nuestra revolución ha convertido en pasado algunas
de las cosas que en el libro estaban escritas en futuro.» (N. de la Edit.)
8
da el materialismo dialéctico es diferente al con-
cepto de la vida que da el idealismo4; el concepto
de las ciencias del materialismo dialéctico es
también diferente. Desde hace muchos años [Fe-
derico] Engels se había planteado que la vida era
el modo de ser de la materia albuminoide5; es una
nueva concepción, es algo que en aquella época
revolucionaba las ideas. Hoy puede ser para mu-
chos una cosa natural y una definición que no de-
fine nada. Sin embargo, fue una bandera de lu-
cha en tiempos en que había que abrirse paso, y
en que las teorías tenían que abrirse paso para
aprender a pensar.
Hoy todos estamos iguales; inconsciente-
mente nosotros aplicamos en cada momento
toda una serie de resabios de nuestra vida capita-
lista. Aun los que han luchado desde hace mu-
chos años y los que han estudiado hace muchos
años, han debido, sin embargo, vivir en un
mundo capitalista, un mundo que impone toda
una serie de preconceptos que van quedando en
el subconsciente y que se reflejan en la actitud de
cada uno, aun cuando sea una cosa inconsciente.
Por eso debemos ir buscando estas bases, ir
aprendiendo a pensar con propiedad con el mé-
todo del materialismo dialéctico en todo, no para
4
Véase el apéndice, página 23 (N. de la Edit.)
5
«La vida es el modo de existencia de los cuerpos albuminoideos, y ese modo de
existencia consiste esencialmente en la constante autorrenovación de los elementos
químicos de esos cuerpos. […] Cuando encontramos vida la hallamos siempre vin-
culada a un cuerpo albuminoideo, y siempre que encontramos un cuerpo albumi-
noideo que no esté ya en descomposición, hallamos también sin excepción fenóme-
nos vitales.», F. Engels, Anti-Dühring (1878), Editorial Grijalbo, México DF, 1968,
pp. 70-71. «[…] Según se comprobó, los portadores de la vida son las albúminas y
ácidos nucleicos, sustancias que componen todos los organismos conocidos. Se for-
man a partir de sustancias que los organismos reciben del medio que los rodea,
donde se encuentran separados los componentes de la actividad vital. […]», Diccio-
nario filosófico marxista, Ediciones Armadillo, Bogotá, 1975, p. 186 (N. de la Edit.)
9
una discusión política, no para un momento de-
terminado, sino para aplicarlo como método en
cada una de las tareas científicas o prácticas que
tengamos que realizar. Todas las interpretacio-
nes de la técnica, y por sobre todas las cosas la in-
terpretación de la economía, tienen un cambio
enorme, si se los ve a la luz del materialismo dia-
léctico o bajo las falsas luces de los conceptos ca-
pitalistas.
No quiero decir con esto que nosotros aspire-
mos a convertir a todo el mundo en marxista-le-
ninista; sabemos que eso será un proceso largo y
que hoy hay muchas teorías, muchos conceptos
en algunos casos filosóficos, que impiden que la
gente acepte como algo inevitable la filosofía ma-
terialista.
Sin embargo, el tiempo va indicando cómo
utilizando esos métodos se logran resultados
nuevos y más prometedores. Se puede pensar di-
ferente, pero se debe vivir en esta sociedad con el
anhelo de ir estudiando los conceptos filosóficos
que la rigen y tratando de comprenderlos. De
comprenderlos para aquellos que filosófica-
mente están en contra del socialismo y para toda
aquella gran cantidad de personas que no tienen
un concepto cabal ni siquiera de las diferencias
fundamentales que entraña un concepto u otro
de la vida.
Todo esto debe ir estudiándose y discutién-
dose. De esa manera saldrán poco a poco los nue-
vos conceptos adecuados en muchas cosas a
nuestra realidad.
10
Cuando dejemos ya la teoría más o menos
pura, cuando salgamos de textos generales de
economía y vayamos a aplicarlos directamente
sobre la economía cubana hecha en este año del
62, veremos que hay muchas cosas a las cuales
hay que darles la aplicación cubana. Eso no
quiere decir transformar nada ni negar nada de
lo que está dicho. Quiere decir, simplemente, uti-
lizar el método, el razonamiento del materia-
lismo dialéctico, las armas del marxismo-leni-
nismo, para interpretar cabalmente la situación.
Sobre esa base tendremos entonces que empe-
zar la tarea de nuestro estudio siguiente. La tarea
del perfeccionamiento cada vez mayor, cons-
tante, diario, de nuestros conocimientos.
Todos nosotros, por lo menos los que hemos
estado en cargos de dirección en este Ministerio,
salvo contadísimas excepciones, hemos venido
de otras actividades, con conocimientos muy ru-
dimentarios de lo que había que hacer; teníamos
nada más que los conceptos generales y teníamos
la seguridad de que estábamos trabajando por
una línea justa; seguridad porque conocíamos las
cosas más gruesas, los textos, las ideas, que ya se
han expresado mucho y que han demostrado su
valor y su fuerza a través de cuarenta y cuatro
años de vida práctica del primer país socialista
del mundo; del incremento del socialismo: cómo
muchas y grandes partes del mundo han abra-
zado el socialismo; cómo la lucha continúa; cómo
la correlación de fuerzas se hace cada vez más y
más fuerte hacia el lado del socialismo; cómo la
11
mentalidad de la gente en los países de América,
incluso, los que vemos todos los días, se va empe-
zando a adaptar a la idea de la inevitabilidad del
advenimiento del socialismo.
Nosotros teníamos nada más que estos con-
ceptos generales; con ellos, con las experiencias
que hemos ido ganando, con los estudios que de-
bemos seguir haciendo constantemente, tendre-
mos ya la base para pensar, para empezar a estu-
diar lo que debe ser nuestra especialidad.
Nosotros hemos saltado de un lado hacia otro,
había compañeros que eran ingenieros, que eran
contadores, economistas, que tenían ya una vo-
cación y una orientación definida y que fueron
aprovechados en ella. La mayoría de nosotros, a
veces teníamos muy poca cultura general si-
quiera y debimos abocarnos a la tarea de empe-
zar a aprender con el trabajo, aprender con los
errores.
No podíamos dejar de hacer errores, porque
estábamos haciendo algo nuevo para nosotros,
en condiciones difíciles; no es un pecado cometer
errores; el pecado es volver a cometerlos, el pe-
cado es ocultarlos y no analizarlos. Nosotros te-
nemos que ir sobre nuestros errores, machacar
sobre ellos, analizarlos y que no se repitan.
Sabemos muchas veces de nuestros errores
por los resultados, a veces a cierta distancia, de
aquel error que cometimos antes. Tenemos que
analizarlo, volver sobre él y que no se repita más;
discutir y divulgar ese error. De tal manera que
todos los compañeros conozcan el error, debemos
12
saltar a la vía pública a decir nuestro error; en to-
das las reuniones, «nos equivocamos aquí, consi-
deramos que nos equivocamos por esto y por
aquello»; para que todos sepan que hay allí un
error posible y que hay que evitarlo.
Esa es la manera constructiva de ir haciendo
nuestra tarea.
Vendrá ahora, en estos próximos años, la tarea
de traducir una gran cantidad de textos, de ir al-
canzando la técnica en la administración, en la
dirección económica, y en la dirección técnica de
cada industria. Los saltos que hemos dado en es-
tos años cada vez serán menores; se respetará
cada vez más la especialización que la gente
tenga; ya empieza a haber cursos para adminis-
tradores de industrias que está predeterminado
que van a ser administradores si tienen éxito, que
se especializan en esa disciplina, digamos, que es
la administración.
Así, cada vez surgirán más y más cursos de ese
tipo, que vayan dándole a la gente una idea clara
de lo que tiene que hacer y especializándola. ¿Por
qué? Porque evidentemente, el socialismo, que es
una etapa avanzada de la sociedad, la más avan-
zada que se conoce en este momento práctica-
mente, está realizada sobre la base de todo lo an-
terior, con el aditamento de los nuevos conceptos
de justicia social.
Por ello nosotros debemos ir apoyándonos en
todo lo viejo, buscando todo aquello viejo que
sirva para el futuro, cambiarle la mentalidad y
ponerlo en el mundo actual.
13
Debemos ya ir pensando en los ingenieros que
necesitamos, ingenieros que sabrán aproxima-
damente lo mismo que sabían los ingenieros que
salieron de las aulas universitarias hace unos
cuantos años, pero que tienen un nuevo concepto
de su trabajo, para qué van a trabajar y cuál debe
ser el fin de su carrera.
Así saldrán como ingenieros, médicos, todos
los especialistas que necesita la nación; irán a
ocupar un lugar determinado. Tenemos que pla-
nificar el estudio de tal manera que no sobren los
médicos ni falten los ingenieros; que haya el nú-
mero de ingenieros, de técnicos de todo tipo, de
médicos, incluso de abogados, que también son
necesarios, en su número, en su lugar; de conta-
dores, que se ha demostrado la importancia que
tiene en este momento; de tal manera que los
próximos alumnos no tengan nunca el fantasma
que existía en Cuba, el fantasma del hombre que
estudió medicina para después ser corredor de
una casa de artículos medicinales, y venderles a
los médicos una mercancía mala, que todos más
o menos saben que es malo; el de los ingenieros
que hasta hace poco tiempo vendían abono, que
eran corredores de una casa importadora; eso te-
nemos que eliminarlo. El ingeniero que tiene
unos conocimientos debe aprovecharse en ese
ramo donde tiene conocimientos.
En los nuevos conocimientos precisos en esta
etapa de construcción del socialismo, tenemos
que sacar la nueva gente que vaya a ocupar esos
lugares.
14
Todos ¿sobre qué base? Sobre la base de estar
acostumbrados a manejar su pensamiento de
acuerdo con los nuevos conceptos, a manejar los
pensamientos de tal manera que sirva toda esa
tarea de educación fundamental para que se
aprenda a pensar y se pueda caminar con los pies
propios; adentrándonos en esa ventura ameri-
cana que significa para nosotros la construcción
del socialismo, en estas condiciones difíciles,
cerca de un país agresivo, el imperialismo más
fuerte que existe, el más agresivo también, el más
brutal también, el que tiene técnicamente las
mayores posibilidades de hacer daño y que lo
muestra todos los momentos6. Frente a las oligar-
quías de todos los países de América, que se de-
fienden de la influencia de la Revolución cu-
bana7, que tratan de bloquearla por un lado, que
tratan de que fracase por todos los medios del
otro.
Frente a todo esto, nosotros tenemos que salir
adelante, ir demostrando con hechos prácticos
las ventajas reales que significan el régimen so-
cial que estamos construyendo.
Ahora bien, este régimen se basa, sí, en la dis-
tribución social de todos los bienes, se basa en
una conciencia nueva que se adquiere, pero ade-
más para que realmente se pueda construir el so-
6
Cuando el Che dio estas palabras habían pasado poco más de nueve meses de la
invasión mercenaria de Playa Girón, organizada y apoyada por el Gobierno de
EEUU, y faltaban poco menos de nueve meses para que el presidente John Fitzge-
rald Kennedy decretara el bloqueo naval a Cuba, desatando una crisis que puso
al mundo al borde de la guerra termonuclear (N. de la Edit.)
7
En la madrugada del mismo día en que el Che pronunció estas palabras (31 de
enero de 1962), en Punta del Este, Uruguay, se aprobó (con 14 votos a favor, de
21) excluir a Cuba de la Organización de Estados Americanos (OEA) por «la in-
compatibilidad de un gobierno marxista-leninista con los principios y los fines del
sistema interamericano» (N. de la Edit.)
15
cialismo, se necesita que exista una cantidad su-
ficiente de bienes para repartir entre la pobla-
ción.
Y los organismos encargados de la producción
son los responsables de que en el menor tiempo
posible esa cantidad de bienes necesarios se pro-
duzcan. Por ello, nosotros tenemos una responsa-
bilidad enorme en este momento. Nosotros no
podemos ser quietistas, no podemos conformar-
nos con que el error de otro organismo o de otra
empresa justifique nuestra baja de producción.
Hay compañeros que dicen que [el Ministerio
de] Comercio Exterior no les dio «tal cosa»; otros
que el INRA8 no cumplió a tiempo «tal», otras que
[el Ministerio de] Comercio Interior no distri-
buyó; otros que «una empresa, tal» no les dio «tal
cosa» dentro del Ministerio. En muchos casos es
cierto, en otros casos no es cierto. Y en todos los
casos, siempre se puede hacer algo de parte nues-
tra para corregir lo que está sucediendo. Que Co-
mercio Exterior no trae un artículo, ¿por qué no
lo trae, porque no quiere? No porque no quiere; es
porque nuestra balanza de comercio muchas ve-
ces no nos permite traer más artículos.
¿Qué es lo que hay que hacer? Hay que buscar
en Cuba lo necesario, las materias primas nece-
sarias para la elaboración de ese producto. A ve-
ces no existen, pero a veces sí y a veces hay suce-
dáneos; debemos por la tanto desarrollar nuestra
tecnología, la que permitirá buscar nuestros re-
cursos para utilizarlos en la creación de nuestros
8
«Instituto Nacional de Reforma Agraria», creado tras el triunfo de la Revolución,
en mayo de 1959 (N. de la Edit.)
16
propios bienes de consumo. Ir hacia la creación
de los bienes de producción, ir pensando rápida-
mente en que tenemos que caminar hacia el fu-
turo y que estamos caminando muy rápida-
mente; no es que tengamos que caminar, es que
caminamos todos los días, y que debemos darle
alimentos a nuestras piernas para que caminen
con la velocidad con que lo hacemos hoy. Ya tene-
mos el alimento ideológico, ya conocemos las ba-
ses de justicia que hacen imprescindibles los
cambios que han ocurrido, pero nos falta la base
tecnológica y allí tenemos que trabajar.
Ya hemos pasado estos primeros círculos de
estudio, no quiere decir que tengamos que dejar
los círculos de estudios, de materias políticas y de
materias históricas generales, todo lo que agre-
gue al conocimiento, sino que, además tenemos
que agregar los conocimientos técnicos y muy rá-
pidamente. Los obreros con los Mínimos Técni-
cos9, con el aumento de su base cultural a través
de todos los cursos que se están dando, los técni-
cos con la especialización. Nosotros debemos ir
caminando hacia la especialización; aun cuando
el humanismo socialista exige que haya una base
de conocimientos amplia, tenemos que elegir un
campo –el más necesario al país y el más ade-
cuado a nuestra propia vocación– en el cual tra-
bajar con más profundidad; no quiere decir con-
vertirse en un tecnólogo norteamericano, que
tiene un estrechísimo margen de conocimientos
y que conoce bien o mal su materia, pero nada al-
9
Sistema de capacitación teórica y práctica para los obreros. Véase el apéndice,
página 30 (N. de la Edit.)
17
rededor; debemos conocer las materias que nos
cercan, debemos conocer y tener la base para ca-
minar, pero debemos también elegir un camino,
y por ese camino profundizar y convertirnos en
técnicos calificados en el menor tiempo posible.
Lenin decía que la obligación de los revolucio-
narios era ser los mejores en el oficio que tuvie-
ran; el que se dedicara a revolucionario profesio-
nal nada más, pues tenía que ser el mejor revolu-
cionario, tratar de ser el mejor, de descollar; pero
el individuo que era revolucionario y era médico,
tenía la obligación de ser un buen médico. No se
puede ser un buen revolucionario en la construc-
ción del socialismo en esta etapa, y ser malo en el
oficio que se tiene.
Todos los miembros de los núcleos deben des-
collar por su trabajo, por su amor al estudio, por
su conciencia del deber, por su superación diaria
y constante, y deben predicar –por sobre todas las
cosas– con el ejemplo del sacrificio y del trabajo,
sobre los otros compañeros.
El hombre que va adelante impulsa a los de-
más a que lo alcancen, atrae a los demás hacia su
nivel mucho más que aquel que desde atrás em-
puja con la palabra solamente. Por eso es obliga-
ción de todos los miembros del núcleo, de todos
los núcleos en todas las empresas y a todos los ni-
veles, descollar en su trabajo, descollar en el amor
al estudio, poder clarificar a cualquier compa-
ñero con sus conocimientos básicos, pero ayu-
darlo con sus conocimientos técnicos también, y
siempre ser el primero en el trabajo, el primero
18
en el sacrificio.
Esas son, creo, las ideas centrales que debe-
mos recoger, y es lo que debemos sacar como con-
clusión de todas estas tareas que estamos reali-
zando.
Por otra parte, tendremos que organizar mu-
cho mejor los cursos; el compañero De la Osa ha
hecho algunas críticas, autocríticas de su trabajo.
Son autocríticas que corresponden al Ministerio
en general, y son errores que debemos señalar
–como se han señalado aquí– para corregirlos sin
miedo ninguno, pero que los próximos cursos
sean mejores, para que las discusiones encona-
das por el premio, no por el mayor grado de cono-
cimientos alcanzados, acabe, para que las discu-
siones en las emulaciones entre los compañeros
se hagan sobre la base del marxismo-leninismo,
que representa un grado de conciencia superior,
un grado de conciencia donde la gente no debe
pelear solamente por el estímulo de un premio,
aun cuando ese premio sea tan sencillo, tan huér-
fano de estímulos materiales –digamos como es
un libro que se ha dado en esta ocasión, y un pe-
queño distintivo que solamente demuestra que
los compañeros fueron los más empeñosos en su
tarea.
Debemos trabajar por nuestro perfecciona-
miento interno como una obsesión casi, como
una impulsión constante; cada día analizar, ana-
lizar honestamente lo que hemos hecho, corregir
nuestros errores y volver a empezar al día si-
guiente. Pero debe ser una tarea constante, una
19
tarea donde haya mucho de análisis, autoanáli-
sis, y por eso se debe emplear tanto la autocrítica
porque es una disciplina de mejoramiento y de
mejoramiento colectivo que se va estableciendo,
a medida que cada uno se acostumbra a sacar a la
luz todos sus defectos, todos sus errores, y discu-
tirlos para que se corrijan. De esa manera se hace
más fácil que otros se los saque a los errores que
él no ha analizado –porque nunca uno puede ana-
lizar todos los errores–, y de tal manera se esta-
blezcan discusiones sobre la actividad de todo el
mundo; eso sin desconocer que hay una línea de
autoridad, una línea que debe respetarse y que en
el momento de tomar las decisiones deben ser
acatadas, porque debe haber un solo responsable
de las decisiones en estos organismos. Ese res-
ponsable será ante el Ministerio, ante la empresa
consolidada, en cada nivel, el hombre que res-
ponderá de su conducta y de los actos de la gente
que está a su cargo.
Nosotros todavía en estos caminos nuevos, te-
nemos que avanzar mucho. Hemos avanzado,
quizás, enormemente… sin «quizás», hemos
avanzado enormemente. Quien en estos momen-
tos se pare a pensar en los primeros días, digamos
en el 31 de enero de 1959, verá que la distancia re-
corrida, en términos de avance, de conciencia, es
realmente extraordinaria, es algo que se puede
medir en otros países por decenas de años. Sin
embargo, esto no nos puede ya dejar satisfechos;
tenemos que avanzar más porque todavía falta
mucho por hacer.
20
Así mismo los edificios que uno empieza a ver
que hace unos meses apenas estaba la base y que
ahora hay tantos pisos, sin embargo hay más que
hacer y hay que seguir haciendo para que todos
los edificios se completen; y apenas se acabe un
edificio hay que empezar el otro, que significa un
nuevo avance.
De tal manera que para el revolucionario que
sienta esta Revolución como una cosa suya, para
el hombre que sienta que está ligado a ella y que
está ligado por lazos no sólo de la conveniencia,
de lo que ha recibido, sino de su deber hacia la so-
ciedad, debe plantearse siempre el trabajo hacia
el futuro.
Por eso nosotros planificamos, tratamos de
planificar en estos momentos; nos equivocamos
mucho, nos hemos equivocado muchísimo en
nuestros primeros planes; repetimos el intento,
volvemos a hacerlo, lo hacemos un poco mejor,
después lo tendremos que hacer mejor todavía,
hasta que algún día pueda ser que ya las tareas de
planificación a cinco años o cuatro años, como
hemos intentado ahora, sea un juego de niños
para nosotros; pero hoy son tareas difíciles que
hay que sobrepasar. Debemos para eso conocer
todo lo que hay en cada fábrica, en cada empresa
y saber manejarlo. De la misma manera que ya
conociendo los elementos del pensamiento pode-
mos manejarlos en la forma nueva que da el ma-
terialismo dialéctico; asimismo, cuando tenga-
mos todos los conocimientos básicos de nuestra
técnica y lo que hay en cada fábrica y en cada em-
21
presa, podemos manejarlo mucho más fácil; ha-
cer nuevas combinaciones, poder saltar hacia el
futuro, buscar innovaciones técnicas; ir bus-
cando todo el tiempo la superación del país; ir po-
niendo cada uno de nosotros en cada acción
nuestro grano de arena, para este edificio que es-
tamos construyendo todos.
Y eso me parece que debe ser la conclusión de
esta noche; la importancia que tiene el estudio, la
superación continuada, día a día, la discusión
diaria de los problemas; la crítica, y la autocrítica;
la superación técnica; la previsión del futuro y la
conciencia de que estamos en un nuevo camino y
donde nadie nos puede parar, donde no hay
forma de detenernos, pero donde sí nuestra ac-
ción puede acelerar o retardar el proceso y nues-
tro deber es acelerar el proceso al máximo me-
diante la voluntad conjugada de todos nosotros.
(Aplausos.)
* * *
22
Apéndice
Vida1
[…] Desde hace mucho tiempo, en el problema de
la vida se enfrentan dos líneas fundamentalmente
opuestas, dos grandes partidos filosóficos, el idea-
lismo y el materialismo. El idealismo, en este pro-
blema, asume la forma de vitalismo2, de weisma-
nismo-morganismo3. Los materialistas premarxistas,
aunque combatiendo activamente al vitalismo, in-
tentaban justificar, en la cuestión de la vida, el punto
de vista del materialismo mecanicista4 que desecha
toda distinción cualitativa entre la materia viva y la
materia inerte, y se esfuerza por reducir las manifes-
taciones de la vida a procesos físico-químicos, y
hasta a simples procesos mecánicos. [René] Descar-
tes [1596-1650], ciertos materialistas franceses del
siglo XVIII y otros, querían demostrar, por analogía,
la similitud de los organismos vivos y las máquinas.
El materialismo dialéctico ha criticado la concep-
ción estrecha acerca de la vida característica de los
mecanicistas, así como las ficciones idealistas de los
vitalistas. El materialismo dialéctico, considerando
la vida como una de las formas del movimiento de la
materia, ha mostrado el carácter específico de la
vida, nacida de la materia inerte. Refuta las tentati-
vas absurdas de crear directamente organismos vi-
1
M. Rosental y P. Iudin, Diccionario filosófico abreviado, Ediciones Pueblos Unidos,
Montevideo, 1960, pp. 523-524.
2
Véase en el apéndice, página 24.
3
Véase en el apéndice, página 26.
4
Véase en el apéndice, página 27.
23
vos altamente organizados, así como la idea de la
eternidad de la vida o la explicación de su origen por
un acto creador. El materialismo dialéctico ha for-
mulado la concepción histórica del nacimiento de la
vida a partir de la naturaleza inorgánica a conse-
cuencia de una prolongada evolución de la materia
inerte que se extiende a través de millones de años.
La vida apareció gracias a la formación de un subs-
trato primario, la materia viva, cuyo componente
principal es la albúmina. La gran diversidad de las
formas organizadas y de sus funciones, resulta de la
evolución de la materia viva en las condiciones ince-
santemente cambiantes del medio exterior. Esta
multiplicidad de formas del mundo orgánico se tra-
duce hoy en la enorme cantidad de seres vivos, desde
los protistas al hombre. El proceso histórico de la
evolución de la vida sobre la tierra, las leyes del ori-
gen de las diferentes especies de organismos han
sido dilucidados por el darwinismo, que asestó un
golpe decisivo a las ideas religiosas e idealistas sobre
el origen divino de las especies. […]
Vitalismo5
Orientación idealista en biología, que explica los
procesos vitales por la presencia, en el organismo
vivo, de una fuerza vital particular (vis vitalis). Los vi-
talistas afirman que la naturaleza orgánica se halla
separada de la naturaleza inerte por un abismo in-
franqueable, porque ella resultaría de fuerzas ultra-
materiales, orientadas hacia un fin, a las cuales se
subordinarían todos los procesos físico-químicos en
los cuerpos vivos. […] Los vitalistas se esforzaban por
5
M. Rosental y P. Iudin, Diccionario filosófico abreviado, Ediciones Pueblos Unidos,
Montevideo, 1960, pp. 524-525.
24
justificar su pseudoteoría por el hecho de que un pre-
sunto principio de finalidad orgánica se manifesta-
ría en la naturaleza viva y sería la causa de la estruc-
tura armoniosa y de la adaptación de los organismos
a las condiciones de su existencia. La religión se
apresuró a apoderarse de esas ideas fantásticas de
los vitalistas y ofrecerlas como «pruebas» de la exis-
tencia en la naturaleza de una «clarividencia di-
vina». [Charles] Darwin6 asestó un golpe al vitalismo
y a la religión, al demostrar que la adaptación armo-
niosa de los organismos a su medio no resulta ni de
la «clarividencia divina» ni de una «fuerza vital»
orientada hacia un fin, sino de una larga evolución
histórica bajo la influencia de la selección natural.
Darwin, como lo subrayaron Marx y Engels, dio así
una explicación materialista del problema de la
adaptación de los organismos y expulsó de la natura-
leza a la teología. Las concepciones fantásticas de los
vitalistas, según las cuales los organismos vivos no
estarían sometidos a la ley de la conservación y de la
transformación de la energía, fueron completa-
mente refutadas por [Kliment] Timiriazev [1843-
1920] quien, con sus brillantes trabajos sobre la foto-
síntesis, demostró que esta ley se aplica igualmente
a los procesos vitales de los organismos.
[…] La biología anticientífica de Mendel, Weis-
mann y Morgan, es una de las variedades del vita-
lismo. […] El vitalismo moderno cree poder defender
sus posiciones reaccionarias idealistas por medio de
la «solución» que da al problema de la unidad y de la
integridad del organismo. Los vitalistas pretenden
haber hallado una fuerza vital particular, de natura-
leza mística que ellos llaman «entelequia», «domi-
6
Véase en el apéndice, página 28.
25
nante», «campo biológico», etc. La doctrina de [Iván]
Pavlov [1849-1936] que muestra el papel determi-
nante del sistema nervioso central en la regulación
de la actividad vital de los seres altamente organiza-
dos, ofrece la solución materialista del problema del
organismo considerado como un todo y, con ello, ex-
pulsa a los vitalistas de su último refugio. […]
Weismanismo-morganismo7
Corriente reaccionaria y antidarwinista en biolo-
gía, así designada por el nombre de los biólogos [Au-
gust] Weismann (1834-1914) y [Thomas H.] Morgan
(1866-1945), que disimula su esencia metafísica e
idealista bajo la falsa insignia del neodarwinismo.
[…] Aunque se hacen pasar por continuadores
de Darwin, los weismanistas-morganistas intentan
desfigurar, por todos los medios, el fondo mismo del
darwinismo, su concepción materialista de la evolu-
ción, la teoría de la selección natural, de la variabili-
dad de los organismos y de sus propiedades heredi-
tarias bajo la influencia del medio exterior, y la teo-
ría de la trasmisión de los caracteres adquiridos.
El weismanismo-morganismo se basa en una
falsa interpretación de la herencia, resultante de la
teoría anticientífica, metafísica de [Gregor] Mendel
[1822-1884]. A pesar de la diversidad de su arsenal
terminológico (genes, determinantes, genofondo,
reservas de mutación, etc.), en su manera de com-
prender la herencia, todos los weismanistas-morga-
nistas están de acuerdo en un punto: la herencia es
trasmitida por una substancia especial que se en-
cuentra en los cromosomas de las células sexuales.
7
M. Rosental y P. Iudin, Diccionario filosófico abreviado, Ediciones Pueblos Unidos,
Montevideo, 1960, p. 528.
26
Para los weismanistas-morganistas, la substancia
hereditaria es eterna e inmutable; independiente del
medio exterior en el que viven los organismos, no se
renueva jamás, sino que se trasmite de generación
en generación sin experimentar modificaciones
cualitativas. La substancia hereditaria, proclaman,
es incognoscible. Según esta teoría, el organismo se
compone de dos partes independientes entre sí: la
substancia hereditaria inmortal e invariable, y el
cuerpo perecedero. […]
8
M. Rosental y P. Iudin, Diccionario filosófico abreviado, Ediciones Pueblos Unidos,
Montevideo, 1960, p. 73.
9
Calendario gregoriano.
27
ceses del siglo XVIII). Al número de materialistas me-
canicistas pertenecía, también, Feuerbach. El mate-
rialismo mecánico, en su tiempo (siglo XVII y XVIII)
fue una etapa necesaria y progresista del desarrollo
de la filosofía materialista. Esta forma del materia-
lismo estuvo condicionada por el hecho de que, por
aquel tiempo sólo alcanzaron entre todas las ciencias
un alto nivel de desarrollo, la mecánica y las mate-
máticas.
Después que Marx y Engels crearon la doctrina
moderna del materialismo dialéctico, el materia-
lismo mecánico caducó definitivamente. […]
10
M. Rosental y P. Iudin, Diccionario filosófico abreviado, Ediciones Pueblos Unidos,
Montevideo, 1960, pp. 114-116.
28
mos. Las modificaciones útiles al animal o a la planta
en su lucha por la vida, se van fijando. Y al acumu-
larse y transmitirse por herencia, determinan la
aparición de nuevas formas animales y vegetales.
Para demostrar las leyes de la selección natural, Dar-
win comparó ésta a la selección practicada artificial-
mente por el hombre en la agricultura. El hombre
elige las plantas y los animales de acuerdo con su uti-
lidad. La teoría de Darwin se funda en su doctrina de
la selección natural y artificial. Gracias a esta doc-
trina, Darwin ofreció una explicación racional de la
adaptación que se comprueba en el mundo orgánico,
y que, desde los tiempos más remotos, ha servido de
argumento a los obscurantistas y a los idealistas
para justificar y defender sus ideas religiosas. Marx
subrayaba que «Darwin había asestado un golpe mor-
tal a la “teleología”11 en las ciencias naturales». Ha-
biendo refutado la teoría metafísica de la invariabi-
lidad de las especies y ofrecido una explicación ma-
terialista de la adaptación, Darwin afirmó la victoria
de la interpretación materialista de los fenómenos
de la naturaleza orgánica. Fue una gran hazaña cien-
tífica.
A pesar de toda su grandeza, la doctrina darwi-
nista del origen y de la evolución de las especies, se
ve ensombrecida por ciertos errores esenciales. Aun-
que explicó acertadamente el origen de las especies
desde el punto de vista de su desarrollo y de su trans-
formación, exageró el papel de la lucha por la vida en
los organismos. […] Al apoyarse en la teoría de [Tho-
mas] Malthus [sobre la superpoblación], llegó a la
11
«Doctrina idealista según la cual, todo en el mundo ha sido creado por Dios y tiende
a un determinado fin. Engels escribe que, según los teleólogos, «…los gatos han sido
creados para devorar a los ratones, los ratones para ser devorados por los gatos,
y el conjunto de la naturaleza para ofrecer testimonio de la sabiduría del Crea-
dor» (Dialéctica de la naturaleza, Ed. rusa). […]», M. Rosental y P. Iudin, Dicciona-
rio filosófico abreviado, Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo, 1960, p. 489.
29
afirmación errónea según la cual, la lucha en el seno
de una misma especie constituiría el factor decisivo
del progreso biológico. Darwin negaba los saltos en el
desarrollo de la naturaleza orgánica.
[…]
Darwin oponía a las creencias religiosas, la de-
mostración científica irrefutable del origen del hom-
bre a partir de los monos antropoides. Pero perma-
neció en el terreno biológico y fue incapaz de resol-
ver enteramente ese problema. El marxismo encon-
tró la solución justa del problema del origen del hom-
bre, estableciendo que fue el empleo de los útiles e
instrumentos lo que más contribuyó a separar al
hombre del estado animal. El empleo de instrumen-
tos de trabajo provocó en el hombre modificaciones
físicas, el desarrollo de su mano y de su cerebro, la
aparición del lenguaje, lo que creó una distinción
esencial entre el hombre y los demás animales. La
producción material, y no los factores geográficos y
biológicos como quisieran demostrar los sociólogos
reaccionarios, es lo que desempeña un papel deter-
minante en el desarrollo del hombre, ser social. […]
Compañeros:
El fortalecimiento de la economía nacional de la
República de Cuba y el desarrollo de la producción
industrial exigen la elevación rápida de la producti-
12
Periódico Hoy, del 10 de enero de 1962; en: Ernesto Che Guevara, Escritos y dis-
cursos, tomo 6, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1977, pp. 21-23.
30
vidad del trabajo en todas las fábricas del país, pero
la productividad del trabajo en gran parte depende
de la calificación de los trabajadores en cuanto al
manejo correcto de los mecanismos e instrumentos,
el dominio de la técnica de la producción y la capaci-
dad de producir más y de mejor calidad que antes.
Ahora cuando la industria nacional trabaja para
satisfacer las necesidades de la República y la mayo-
ría de las fábricas del país pasan a la producción de
los artículos complejos, cuando se construyen las
grandes fábricas nuevas, surge la necesidad de la or-
ganización del estudio técnico en la masa de los obre-
ros. Este estudio debe garantizar a cada trabajador
los conocimientos mínimos de los fundamentos de la
producción, de los procedimientos de la utilización
racional de los mecanismos, instrumentos y mate-
riales, de la habilidad de trabajar con la productivi-
dad.
El estudio de Mínimo Técnico debe asegurar la
elevación de la productividad del trabajo, el mejora-
miento de la calidad de la producción y la reducción
del precio de costo en todas las fábricas del Ministe-
rio.
Ya fue aprobado el plan de organización del estu-
dio técnico de los obreros elaborado por la Oficina de
Capacitación de este Ministerio, y estamos abocados
a la organización en 1962 del estudio técnico de to-
dos los obreros en las unidades de producción de las
Empresas Consolidadas de este Ministerio.
DIRECTORES DE EMPRESAS
Los directores de las Empresas Consolidadas de-
ben tomar las siguientes medidas:
1. Organizar el cumplimiento del Plan de Mínimo-
Técnico en todas las unidades de producción, garan-
tizando en primer lugar el estudio de los obreros de
31
las especialidades complejas.
2. Asegurar el comienzo del estudio en los cursos
de Mínimo-Técnico antes del primero de febrero de
1962.
3. Prestar ayuda a las unidades de producción en
la selección de los instructores prácticos y los profe-
sores para los cursos de Mínimo Técnico y también
en la elaboración de los programas de estudio teórico
y práctico.
4. Organizar conjuntamente con las organizacio-
nes sindicales la emulación entre las unidades de
producción en cuanto a la superación en el estudio.
ADMINISTRADORES
A los Administradores de las unidades de produc-
ción les están encomendadas estas tareas:
1. Hasta el 15 de enero de 1962 aprobar las listas
de los obreros que deben estudiar en los cursos de Mí-
nimo Técnico.
2. Garantizar la confección de los programas de
estudio teórico y práctico de cada puesto de trabajo
por los instructores de la fábrica y el consolidado.
3. Hasta el 15 de enero de 1962 seleccionar los ins-
tructores y los profesores de los cursos y dar a cada
uno de ellos el programa de estudio práctico o teó-
rico.
4. Garantizar las condiciones necesarias para el
trabajo de los cursos de Mínimo Técnico (superación
de las esferas del trabajo o equipo en los talleres de la
fábrica; preparación de los locales para las clases teó-
ricas, aprobación del horario de clase, etcétera.)
5. Crear las Comisiones de Mínimo Técnico y pres-
tar ayuda constantemente a los instructores y profe-
sores en su trabajo de estudio. Nombrar a un miem-
bro de la comisión responsable personalmente del
trabajo de los Cursos de Mínimo Técnico.
32
OFICINA DE CAPACITACIÓN
La Oficina de Capacitación tendrá este trabajo:
1. Organizar la ayuda constante a las Empresas
Consolidadas y unidades de producción del Ministe-
rio en el trabajo sobre el estudio técnico de los obre-
ros y garantizar el cumplimiento del plan de Mínimo
Técnico.
2. Preparar las proposiciones sobre premios a dar
a los obreros que hayan demostrado mayor empeño
en el estudio.
3. Organizar a través de la prensa, radio y televi-
sión, el trabajo explicativo sobre la importancia del
estudio técnico de los obreros y sobre las formas de
su realización.
4. Organizar los cursos de los instructores del es-
tudio práctico para enseñarles la realización co-
rrecta desde el punto de vista de la metodología de
las clases con los obreros.
33
La Editorial Aurora valora altamente
su opinión acerca del contenido, diseño
y diagramación de la presente publicación.
Igualmente, agradece cualquier otra sugerencia.
34