Concepcion Cluniaciense Realeza
Concepcion Cluniaciense Realeza
Concepcion Cluniaciense Realeza
SUMARIO
^La realización de este trabajo ha sido posible gracias a una beca de la Fundación Caja de
Madrid. Quiero también agradecer los sabios consejos de mi director de tesis, Carlos de Ayala
Martínez, así como la inestimable ayuda que me han prestado en esta investigación los
medievalistas Juan Parral Puerta, Philippe Josserand y Mario Huete Fudio. Asimismo hay que
señalar que esta investigación se inserta en el marco más amplio de un exhaustivo análisis del
concepto de Realeza en la Castilla de los siglos XI al XIII, una investigación que presta especial
atención al paradigma político de los reyes sabios. Por último, last but not least, me gustaría
agradecer la desinteresada ayuda prestada por el profesor José Manuel Nieto Soria para la
publicación de este artículo.
I. INTRODUCCIÓN
^Wilhelm BERGES, Die Fürstenspiegel des ¡when und spaten Mittelalters, "M. G. H.
Schriften", 2 (1938), pp. 299-301. Berges considera al Libro de los Doze Sabios como el primer
speculum principis castellano. En nuestra opinión ese honor le correspondería al Libro de
Alexandre, algo que intentaremos demostrar en un ulterior trabajo.
^En efecto, es de agradecer que, al menos, incluyera en su repertorio tratados políticos
españoles (don Juan Manuel también atrajo su atención) dado que la mayor parte de las obras
generales europeas sobre la cuestión ignoraban (y aún ignoran en muchos casos) el acervo del
pensamiento político medieval hispano como algo marginal o simplemente inexistente.
de Tuy y Juan de Osma, cuyo pensamiento político era ya sin duda puntero
en el conjunto de la publicística europea del momento"^. Utilizando un adagio
escolástico podríamos decir: ex nihil nihil, de la Nada no puede surgir nada.
Esto es, el esplendor alfonsi, en éste como en tantos otros campos, tuvo
necesariamente que tener una fundamentación en el periodo que le precedió.
Aún más misterioso es este vacío si nos asomamos al estallido
especular que se vivió a partir de finales del siglo XII en los reinos de Francia
e Inglaterra, así como en el Sacro Imperio Germánico (en particular, en lo que
toca a sus despiertos súbditos italianos), una proliferación de espejos de
príncipes que, sin razón aparente, no tendría paralelo en esos mismos años en
los reinos españoles.
Por desgracia, el espectacular desarrollo de la investigación española
sobre ideología política medieval en estos últimos años no ha repercutido aún
en un análisis del siglo XII y apenas algo se ha hecho en lo que toca a la
primera mitad del siglo XIII. Así, el más brillante de cuantos hoy investigan
teoría política medieval en España, José Manuel Nieto Soria, ha circunscrito
su labor de análisis al periodo posterior al año en que Alfonso X subió al
trono^. Y como él muchos otros historiadores, absorbidos por la riqueza de
las fuentes que la Baja Edad Media les ofrece.
Ahora bien, a la hora de analizar la literatura política del propio siglo
XV, Alan Deyermond ha escrito algo que, ciertamente, viene muy al caso:
"No debe sorprendernos que las primeras manifestaciones de la ideología del
Estado en la literatura española se encuentren mucho antes del siglo XV. Se
encuentran en la literatura vernácula, de hecho —si hacemos excepción de
unos posibles matices en el Auto de los reyes magos— hacia 1207, en el
Cantar de Mío Cid. Poco después se nota en algunos aspectos de la historio-
grafía hispanolatina, sobre todo en De Rebus Hispaniae (1243) de Rodrigo
Jiménez de Rada"^. Como veremos, Deyermond, a pesar de vislumbrar el
"^El trabajo más completo y erudito sobre la historiografía medieval hispana es, sin duda, el
de Peter LINEMAN, History and the Historians ofMedieval Spain, Oxford, 1993. No obstante, esta
magna obra (de obligada consulta) deja algunas lagunas por rellenar, como, por ejemplo, en
relación al tema que nos ocupa.
^Vid. José Manuel NIETO SORIA, Fundamentos ideológicos del poder real en Castilla (siglos
XIII al XVI), Madrid, 1988. Es esta una obra de referencia obligada para cualquiera que se
interese por la ideología política de la Castilla medieval.
^Alan DEYERMOND, La ideología del Estado moderno en la literatura española del siglo XV,
"Realidad e imágenes del poder", ed. A. RuCQUOi, Valladolid, 1988, p. 171.
que impide que aparezcan a los ojos del lector medieval como disgresiones sin
sentido^. Y es que fue un espíritu esencialmente didáctico el que los animó,
un Ideal sapiencial, esto es, una intención consciente de dar instrucción a los
gobernantes. Recuérdese el adagio rex illitteratus est quasi asinus coronatila.
Sintomática es, en este sentido, la facilidad con la que se intercambiaban los
términos para designar al manual pedagógico propiamente dicho y al tratado
especular dirigido a un lector principesco: Instructio, Educatio, Disciplina,
Eruditio, Speculum, Doctrinal, Miroir, Enseignement...
Instruir, enseñar a los príncipes, no únicamente sobre los arcanos del
poder, sino también, y quizá principalmente, en los entresijos de la Sabiduría,
entendida ésta desde una óptica a un tiempo moral (prudentia), mística
(Sapientiá) y cognitiva (eruditio). Ciertamente, estos tratados van más allá de
la definición al uso de catecismos político-morales, pues no se limitan a ser
meros catálogos de vicios y virtudes o simples tratados de coritúdípalaciana.
No, su temática es, en muchas ocasiones, bastante más ambiciosa a fuer de
universalista.
En consecuencia, es evidente que toda pretensión de encerrar al
género especular en unos límites disciplinares precisos parece condenado al
fracaso. Todo speculumprincipis participa de al menos tres o cuatro campos
^En este sentido, Pierre RICHE ha deslizado observaciones interesantes en su trabajo Sources
pédagogiques et traités d ^éducation, "Les entrées dans la vie. Initiations et apprentissages" (Actes
du Xlle Congrès de la Société des Historiens médiévistes de l'Enseignement Supérieur public),
Nancy, 1981, pp. 15-29.
^Por no abrumar al lector con un exceso de bibliografía señalaremos apenas unas cuantas
obras de referencia en este sentido. Wilhelm BERGES, en su mencionado estudio sobre los espejos
de príncipes (Die Fürstenspiegel, p. 66), acuñó la expresión Ideal des gelehrtenkonigs para hacer
referencia a la aspiración a la sabiduría de los reyes imbuidos de los ideales escolásticos del
renacimiento del siglo XII. Herbert GRUNDMANN (Sacerdotium-Regnum-Studium. Zur Wertung
der Wissenschaft im 13. Jahrhundert, "Archiv fQr Kulturgeschichte", 34 (1951), Ernst R.
CURTIUS (Europaische Literatur und lateinisches Mittelalter, Berna, 1948, ed. esp. Literatura
europea y Edad Me^ia latina, México, 1955), Jacques LE GOFF {Les^ Universités et les pouvoirs
publics au Moyen Age et à la Renaissance, "Pour un autre Moyen Age", Paris, 1978, éd. esp.
en Tiempo, trabajo y cultura en el Occidente medieval, Madrid, 1983) y Alexander MURRAY
(Reason and Society in the Middle Âges, Oxford, 1978, ed. esp. Razón y Sociedad en la Edad
Media, Madrid, 1982) han abordado esta cuestión desde diferentes ópticas. En el ámbito español
ha sido José Antonio M ARA v ALL quien mayor atención ha prestado a este aspecto (vid. El
intelectual y el poder. Arranque de una actitud histórica, "Cuadernos del Idioma", 3 (1965), pp.
5-25; Los hombres de saber o letrados y su conciencia estamental, "Revista de Estudios
Políticos", 70 (1953) y La concepción del saber en la sociedad tradicional, "Estudios", op. cit.,
pp. 203-259). Más recientemente, en tomo a la noción de Ideal sapiencial, se puede consultar
nuestro trabajo Imago Sapientiae: los orígenes del Ideal sapiencial medieval, "Medievalismo",
7, 1997, así como nuestra memoria de licenciatura El nacimiento del Ideal sapiencial medieval:
la función política de la Sabiduría en la concepción carolingia de la Realeza, Universidad
Autónoma de Madrid, 1997 (en prensa).
del saber diferentes a la ciencia del buen gobierno. Del mismo modo,
podemos hallar características abiertamente especulares en obras literarias,
filosóficas y didácticas de diversa índole. Ya desde los brumosos orígenes de
la cultura plenomedieval, en los "siglos de hierro" postcarolingios, se
concebía en los monasterios benedictinos que toda obra narrativa era unsermo
o una lectio moralizante, es decir, un ejercicio de eloquentia y no únicamente
de scientia^.
Un espíritu adoctrinador que permaneció, aunque algo más seculariza-
do y alejado de los monasterios, tras el despegue historiográfico enmarcado
en el renacimiento del siglo XII. Y es que, como Boehm y Smalley han
señalado, la escolástica del siglo XII ensalzaría a la Historia convirtiéndola en
la síntesis de las tres Artes del Trivium}^, yendo de la mano el florecimiento
del género cronístico y el de los espejos de príncipes. Carmen Orcástegui ha
definido con acierto este fenómeno: "La historia es una actividad esencial del
espíritu en estos siglos, pues enraiza a los hombres y a las instituciones
confrontándolos con el ideal de los orígenes... la literatura histórica entronca
con el humanismo literario propio de la época" ^^
No es de extrañar pues, tal y como nos indica el indiscutible
magisterio en este campo del profesor francés Bernard Guenée^^, que la
dans les chansons de geste, "Revue de questions historiques" (1869), pp. 79-114).
^^Algo que ya han apuntado para el caso español, entre otros, Peter LINEHAN (vid. History
and the Historians of Medieval Spain, op. cit., y Pseudo-histona y pseudo-liturgia en la obra
alfonsina, "España y Europa: un pasado jurídico común". Murcia, 1985, pp. 259-274), Francisco
RICO (vid. Alfonso X el Sabio y la General Estoria, Barcelona, 1984) e Inés FERNÁNDEZ-
ORDÓÑEZ, La Historiografía alfonsi y post-alfonsí, "Cahiers de Linguistique Hispanique
Médiévale", 18-19 (1993-1994), pp. 101-132.
^"^Vid. H. BEUMANN, Die Historiographie des Mittelalters als Quelle fur Ideengeschichte des
Kônigstums, "Ideengeschichtliche Studien zu Einhard und anderen Geschichtesschreibern des
friiheren Mittelalters", Darmstadt, 1969, pp. 40-79.
'^Inés FERNÁNDEZ-ORDÓÑEZ, La Historiografía alfonsi y post-alfonsi en sus textos, art. cit.,
p. 113.
'^Carmen ORCÁSTEGUI; Esteban SARASA, La Historia en la Edad Media, op. cit., pp. 40-43.
'^Vid. Leonardo FUNES, Las crónicas como objeto de estudio, "Revista de Poética
Medieval", 1 (1997), pp. 123-144.
'^Emilio MITRE, El Siglo alfonsi: cultura histórica y poder real en la Castilla del siglo
XIII, "Alfonso X. Aportaciones de un Rey castellano a la construcción de Europa", ed. M.
RODRÍGUEZ LLOPIS, Murcia, 1997, p. 102.
*^Peter LINEHAN, On further Thought: Lucas ofTuy, Rodrigo of Toledo and the Alfonsine
Histories, "Anuario de Estudios Medievales", 27 (1997), p. 415. Un completo y exhaustivo
repertorio de Ia historiografía latina hispana anterior ai siglo AIH lo tenemos en la obra de Mario
HUETE, La historiografia latina medieval en la Península Ibérica (siglos VIII-XII), Universidad
Autónoma de Madrid, 1997.
^°Carmen ORCÁSTEGUI; Esteban SARASA, La Historia en la Edad Media, op. cit., p. 199.
^^Vid. José Manuel NiETO SORIA, Les clercs du Roi et les origines de VÉtat moderne en
Castille: propagande et légitimation (KlIIème-XVème siècles), "Journal of Medieval History", 18
(1992), pp. 297-318.
^^Marcélin
'Marcelin DEFOURNEAUX,
DEFOU Les français en Espagne aux Xle et Xlle siècles, Paris, 1949, pp.
17-18.
Ì.
Rey^^. Así pues, en el siglo XI había una conciencia en Francia de que los
monjes habían usurpado el papel del clero secular en tanto que creadores de
ideología. ¿Y qué pretendían en concreto los cluniacenses? El propio Duby
nos responde escuetamente: monarquizar la condición de los nobles^^. Lo
cual, según denuncia Adalberón en su Carmen adRodbertum regem, suponía
un debilitamiento de la posición de preeminencia política y moral de la
Realeza.
En otro orden de cosas, pero que también afecta a la crisis de la
clerecía aulica en el siglo XI, Bernard Guenée advierte que, en tomo al Año
Mil, los cronistas desaparecen de los capítulos catedralicios del Occidente
cristiano y se les empieza a encontrar únicamente en los scriptoria monásti-
cos. Va a tener que transcurrir más de un siglo para que esta situación se
invierta, ya en el marco del renacimiento del siglo XIL No obstante, si bien
es cierto que, en general, el espíritu monástico benedictino fue muy proclive
al cultivo de la historia, Guenée apunta que la espiritualidad cluniacense fue
más bien reacia a este género, dado que les interesaban más aspectos como la
maestría del estilo en lengua latina de los historiadores de la Antigüedad o la
especulación sobre una teología de la historia, que el opus cronístico en sí
mismo-^^ De hecho, señala Guenée, el único historiador francés de obediencia
estrictamente cluniacense del siglo XII fue Ricardo el Pictavense.
Aunque, por supuesto, la situación fue muy diferente en el siglo XI
donde sí encontramos historiadores cluniacenses de la talla de Raúl Glaber,
Ademar de Chabannes y Orderico Vitalis (este último a caballo entre los dos
siglos), la verdad es que si bien es cierto que la mayor parte de los cronistas
de este periodo fueron monjes benedictinos, muchos de entre los más
destacados (como Sigeberto de Gembloux, Helgaud de Fleury, Roberto de
Torigni o Guillermo de Jumiñges) no vistieron el hábito negro de Cluny,
siendo cronistas laudatorios de la Realeza o incluso polemistas antigregorianos
como Sigeberto. Lo cual dice mucho de esta cuestión si tenemos en cuenta la
enorme preponderancia adquirida por la casa madre cluniacense en esos años.
^^Qeorges DUBY, Les Trois Ordres ou l'imaginaire duféodalisme, París, 1978, ed. esp. Los
Tres Ordenes o lo Imaginario del Feudalismo, Madrid, 1992, pp. 92-93.
^°G. DUBY, Les Trois Ordres, op. cit., p. 93.
^'B. GUENÉE, Histoire et culture historique, op. cit., p. 47; la situación no fue mucho mejor
en los monasterios de obediencia cisterciense donde, según Guenée, el género histórico se limitó
a vegetar (ibíd.).
^^V.H. GALBRAITH, Historical Research in Medieval England, Londres, 1951, pp. 10-11.
^^Vid. R.H. BAUTIER, L'Epitoma Vita Rotberti PU du moine Helgaud, art. cit.
^^C. ORCÁSTEGUI; E. SARASA, La Historia en la Edad Media, op. cit., p. 142.
^''C. ORCÁSTEGUI; E . SARASA , La Historia en la Edad Media, op. cit., p. 143; vid. John
GiLLiNGHAM, Ademar of Chabannes and the History of Aquitaine in the Reign of Charles the
Bald, "Charles the Bald. Court and Kingdom", ed. M. GIBSON, Oxford, 1981, pp. 3-14.
^^G. DUBY, Les Trois Ordres, op. cit., p. 181.
^^G. DUBY, Les Trois Ordres, op. cit., p. 195.
'^^Ernst H. KANTOROWICZ, The King's Two Bodies: A Study in Medieval Political Thought,
Princeton, 1957, ed. esp. Los dos cuerpos del Rey. Un estudio de teología política medieval,
Madrid, 1985, pp. 53-92.
"^'JUAN DE SALERNO, Vita Sancti Odonis, V: erat enim velut lapis angularis quadrus,
angelicus videlicet et humanus (apud E.H. KANTOROWICZ, The King's Two Bodies, op. cit., p.
54, n. 2). Vid. Gerhart B. LADNER, The Symbolism of the Biblical Corner Stone in the Mediaeval
West, "Mediaeval Studies", 2 (1940), pp. 43-60.
^E.H. KANTOROWICZ, The King's Two Bodies, op. cit., pp. 72-73. Walter ULLMANN ha
incidido también en la importancia de la Collectio pseudo-isidoriana como fuente de argumentos
fortalecedores de la Realeza, tales como el topos del Rey ungido {A History of Political Thought:
The Middle Ages, Londres, 1965, ed. esp. Historia del pensamiento político en la Edad Media,
Barcelona, 1992, p. 87).
^^Vid. Justo PÉREZ DE URBEL, Sampiro: notario, cronista y obispo, "Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos", 58 (1952), pp. 203-270.
"^^C. ORCÁSTEGUI; E . SARASA, La Historia en la Edad Media, op. cit., p. 197; vid. Justo
PÉREZ DE URBEL, Sampiro, su crónica y la monarquía leonesa en el siglo X, Madrid, 1952.
"^^Justo PÉREZ DE URBEL, Introducción de la Historia Silense, Madrid, 1959, p. 84.
'^^J. PÉREZ DE URBEL, Introducción de la Historia Silense, op. cit., p. 85.
"^^J. PÉREZ DE URBEL, Introducción a la Historia Silense, op. cit., p. 85.
^^Historia Silense, 18, ed. cit.: "Tunc Carolus rex... more Francorum auro corruptus...
anelabat etenim Carolus in termis illis citius lavari, quas Grani ad hoc opus delitiose construxe-
rat".
^^Historia Silense, 1, ed. cit.'. "inúndala barbarorum fortitudine, studium cum doctrina
funditus evanuit".
^^Manuel DÍAZ Y DÍAZ, De Isidoro al siglo XI, Barcelona, 1978, pp. 233-234; vid. también
de este autor La historiografía hispana desde la invasión árabe hasta el año 1000y "La
storiografia altomedievale", XVH Settimane di studio del Centro Italiano di Studi sull'Alto
Medioevo, t. 1, Spoleto, 1970, pp. 313-343.
^^Historia Silense, 42, ed. cit.: "Erat namque in omni bello providus atque prudentissimus"
^Historia Silense, 32, éd. cit. : "Is ab ipsis puerilibus annis iussione patris literarum studia
traditus, ubi adolevit, pocius celeste quam terrenum sibi regnum afectavit".
^^Historia Silense, 13y ed. cit.: "in ecclesias et pauperes Christi misericordie visceribus satis
afluentem, atque barbarorum et eorundem civitatum strenuissimum expugnatorem. Verum legem
Dei zelando, cum barbaricam superstitiosam sectam máximo odio propulsaren.
^^Historia Silense, 42, ed. cit.: "in civibus iustus et misericordissimus, in miserorum et
pauperum necessitudinibus ultra modum humanum misericordie visceribus affluens et piissimus,
atque in universa gubernandi regni honéstate preclarus".
^^Historia Silense, %\,ed. cit.: "Rex vero Fernandus fílios suos et filias ita censuit instruere,
ut primo liberalibus disciplinis, quibus et ipse studium dederat, erudirentur; dein, ubi etas
patiebatur, more Ispanorum equos cursare, armis et venationibus filios exercere fecit, sed et filias,
ne per otium torperent, ad omnem muliebrem honestatem erudiri iusit. Igitur, administratio regni
Fernandi regis, post ubi liberis moribus militibusque aucta... ** Ha llamado mi atención sobre este
pasaje Adehne RUCQUOl, quien considera crçíble esta información en el marco de una historia
de la educación en la Égjaña medieval [Education et société dans la Péninsule Ibérique
médiévale, "Histoire de l'Education", 69 (1996), p. 9].
^^Historía Silense, 105, ed. cit.: "Ceterum in ipsa celebri nativitatis Dominice nocte, cum
clerici festivo more natalicium matitutinum canerent, adfuit inter eos dompnus rex, atque virtute
que poterat letus concinere cepit ultimum sonoum matutinorum:" Advenit nobis, "quem nunc
temporis more Toletano canebant, succentoribus autem respondentibus": Erudimini omnes qui
iudicatis terram, "quod Fernando serenissimo regi non incongrue tunc conveniebant, qui dum
vivere sibi licuit, et regnum catholice gubernavit et seipsum, presso impudicicie freno, funditus
eruditum reddidit".
407-415). A tenor de los contenidos ideológicos de la obra, consideramos improbable una autoría
leonesa, inclinándonos, de no ser factible la hipótesis de Moralejo, por un autor francés en
cualquier caso.
^^E. FALQUE, ed.. Historia Roderici, Introducción, op, cit., p. 13.
^E. FALQUE, éd.. Historia Roderici, Introducción, op. cit., p. 14.
^^Vid. Colin SMITH, The Making of the Poema de Mio Cid, op. cit.
^Historia Roderici, V, ed. cit., p. 48.
sino también la enemistad del Rey, quien acogió las nuevas de una victoria del
Cid dure et moleste. Ante las insinuaciones de los envidiosos de la corte, la
ira regia habría estallado contra don Rodrigo, desterrándole "injustamente" del
reino. Este sucinto relato, contenido en el capítulo XI, es todo él un sutil
ataque contra el rey de León y Castilla. Indudablemente, conceptos como
iniuste, iratus o invidia suggestione suponen aquí una velada acusación de
tiranía contra Alfonso VI^^. Este retrato desfavorable se completa en el
capítulo XXXIV cuando el rey, atendiendo de nuevo las calumnias de los
"envidiosos", da pábulo a estas y sobrecogido de una ira maxima, ordena que
se le arrebaten al Cid todas sus posesiones y honores, así como que se ponga
bajo custodia a su mujer y a sus hijas. Aquí el cronista no se recata en
calificar los actos del rey como "crueles": crudeliter retrudf^.
Ante estas acusaciones, el Cid, a quien se brindan ahora nuevos
epítetos laudatorios como militem probissimum ofidelissimusvassallus
despliega un comportamiento lleno de mesura y fidelidad que contrasta
vivamente con la inquina regia hacia su persona. Este Cid muestra un perfil
perfectamente homologable con el ideal francoborgoñón del gran señor feudal,
manteniendo relaciones de amicitia con reyes como Pedro de Aragón,
fundando iglesias, arengando a su hueste... Todo ello, preciso es recordarlo,
también perfectamente ajeno a la tradición política propiamente hispánica, en
la cual era la Realeza el epicentro de los acontecimientos.
Además, el modelo nobiliario que encama el Cid se ajusta al del
bellator feudal. Así, en su arenga a la hueste previa a la toma de Valencia el
cronista pone en su boca giros como fortes et potentes in bello^^, mientras
que, orando en público en la ciudad una vez tomada, don Rodrigo alude a la
fortitudine gladii como un don divino^°. Creemos que no es aventurado ver en
^^Historia Roderici, XI, ed. cit., p. 51: "Ut autem rex Aldefonsus et maiores sue curie hoc
factum Roderici audierunt, dure et moleste acceperunt et huiusmodi causam sibi obicientes sibique
curiales invidentes regi unanimiter dixerunt... Huiusmodi prava et invidia suggestione rex iniuste
commotus et iratus eiecit eum de regno suo".
^^Historia Roderici, XXXIV, ed. cit., p. 63: "Rex autem, huiusmodi accusatione falsa audita,
motus et accensus ira maxima statim iussit ei auferre castella, villas et omnem honorem, quem
de ilio tenebat. Necnon mandavit intrare suam propriam hereditatem et, quod deterius est, suam
uxorem et libero in custodia illaqueatos crudeliter retrudi..."
^^Historia Roderici, LXVI, ed. cit., p. 91: "Audite me, socii mei dilectissimi et dulcissimi,
estote fortes in bello et potentes..."
'^^Historia Roderici, LXVIII, ed. cit., p. 93.
^^Vid. Georges MARTIN, Les juges de Castille; Mentalités et discours historique dans
l'Espagne médiévale, Paris, 1992.
^^Juan GIL, éd., Carmen Campidoctoris, Introducción, "Chronica Hispana SaeculiXH", op.
cit. y p. 101. Por cierto gue este poema expone también brevemente el tema de la ira regia de
Alfonso VI, con las insinuaciones de los envidiosos del aula regia, añadiendo que este temía
perder el trono a manos del Cid: "Doñee ceperunt ei invidere / Compares aule / Dicentes regi:
Domine, quid facis? / Contra te ipsum malum operaris, / Cum Rodericum sublimari sinis. /
Displicet nobis. / Sit tibi notum: te nunquam amabit, / Quod tui fratris curialis fuit; / Semper
contra te mala cogitabit / Et preparabit. / Quibus auditis susurrronum dictis, / Rex Eldefonsus,
tactus zelo cordis, Pederé timens solium honoris, / Causa timoris / Omnem amorem in iram
en una schola catedralicia francesa (bebiendo, por tanto, en las primeras aguas
del renacimento del siglo XII), no cabe duda de que su nacionalidad explica
alguno de los contenidos ideológicos de la obra. En cuanto a su relación con
los monjes negros, hay que consignar que Hugo de Portugal, siendo ya obispo
de Oporto, mantuvo un estrecho contacto con el abad Poncio de Cluny como
relata la propia Historié^. Y no deja de ser un dato interesante, en este
sentido, el que Gerardo acabara siendo abad, tan letrado como religioso, y
asistiera, en compañía de Pedro el Venerable a la consagración del altar de
San Lorenzo de la abadía de Morigny por parte del papa Inocencio II en el
año 113P.
En segundo lugar, como venimos argumentando a lo largo de este
trabajo, opinamos que es en la similitud básica del discurso histórico-ideoló-
gico de la Historia Compostelana con el de otras crónicas cluniacenses del
siglo XII, en donde reside el punto de apoyo para incluir esta obra dentro del
ciclo historiográfico que estamos analizando (coincidencia ideológica que
justificaremos a lo largo de este capítulo).
En tercer y último lugar, la estrecha alianza política establecida entre
el ambicioso arzobispo compostelano, tutor de Alfonso Raimundez y aspirante
a la primacía de su sede en España^"^, y la poderosa Orden de Cluny, invita a
presuponer una cierta afinidad ideológica entre los postulados cluniacenses y
el discurso historiográfico de los canónigos al servicio de Diego Gelmírez.
Numerosos ejemplos de esta afinidad los encontramos en la propia Historia
Compostelana. Xavier Garrigós escribe a este respecto que hay motivos más
que suficientes para concluir que las relaciones entre el arzobispo y Cluny
fueron muy cordiales y frecuente^^. No es aventurado pensar, señala
Garrigós, que los emisarios del arzobispo ante el Papa utilizaran Cluny como
lugar de consulta previa, algo que él mismo hizo en 1104^^. Finalmente, si
Gelmírez acabó obteniendo la dignidad arzobispal para su sede fue, principal-
mente, debido a las presiones ejercidas por Cluny sobre el papa Calixto II, él
mismo un cluniacense. Y es que, según señala la propia Historia Compostela-
na, la amicitia entre Cluny y Gelmírez hizo que el abad de abades Ponce se
inmiscuyera en este negotium^'^. La amicitia entre los monjes negros y Diego
Gelmírez queda reflejada plásticamente en una serie de cartas transcritas en
la Historia Compostelana. En una de ellas, el abad Poncio habla de làfidelis
devotio y sincera dilectio por Cluny que los monjes negros que habían viajado
a Compostela habían hallado en el arzobispo, quien siempre tenía en su boca
y en su corazón a la Orden monástica^^. Del mismo tenor es otra carta del
abad Poncio, en la que se alude a la relación "especial" (specialiter) dt pío
afecto y eximia devoción que dispensa el arzobispo compostelano a la domus
beati Petri (esto es, Cluny), proclamándose a su vez el abdidpraecordialis et
singularis amicus de Gelmírez y exhortándole a sustentar a la Orderf^.
Pedro el Venerable, sucesor de Poncio al frente de los monjes negros,
escribirá diez años después (1131) otra carta a Diego Gelmírez en la que se
comprueba que las relaciones seguían siendo excelentes: "damos gracias por
tanta delicadeza, por tan ferviente y perseverante amor con que a nosotros y
a nuestras cosas ayudáis y sustentáis.... no dejéis de usar de la benignidad
acostumbrada respecto a nuestras cosas (sic) que están cerca de vosotros"^^.
Resulta, pues, indudable que la amicitia entre Cluny y Gelmírez fue
una realidad políticafirmementeasentada. Pero, ¿tuvo esto implicaciones en
el nivel de las mentalidades políticas reflejadas en la Historia Compostelanal
Creemos que sí. En particular en lo que toca a los capítulos de la crónica que
compuso Gerardo de Beauvais. De entre estos capítulos merece especial
mención el capítulo XIV del libro segundo, que es en sí mismo un panegírico
de Cluny digno del más entusiasta monje negro.
Este capítulo da cuenta de las desavenencias entre el abad Poncio de
Cluny y el arzobispo Guido de Vienne (hermano del conde de Galicia, el
^^X. GARRIGÓS, La actuación del arzobispo Gelmírez, art. cit., p. 379 {Historia Compostela-
na, II, e. 11).
^^Historia Compostelana, II, c. 34, ed. FLOREZ, España Sagrada, XX, Madrid, 1765 (reed.
1965), p. 318: "vestra fidelis devotio et sincera dilectio quam erga nos habetis, multum nos vobis
efficit debitores: referunt namque nobis fratres nostri a vobis venientes, quoniam nos semper in
corde et in ore vestro sumus" (la carta está fechada en el año 1121).
^^Historia Compostelana, II, c. XLIV, ed. lat. cit., pp. 337-338.
^Historia Compostelana, HI, c. XXVI, ed. E. FALQUE, p. 538.
^^Historia Compostelana, II, c. XIV, éd. lat. cit., p. 285: "Die vero Epiphanie Domini
Calixtus Papa venit in Capitulum praesente Abbate cum tanta tamíjue gloriosa caterva
Monachorum. Tune magna caritatis gratia compunctus prostravit se humi cum lacrymis coram
Abbate et Cluniacensi Conventu" (ed. E. FALQUE, p. 326).
^^Historia Compostelana, loe. cit.: "... desidero me confratrem et conmilitonem vestrum
haberi: video enim quia charitatis vestrae excellentia totum mundum subjugavit. Si quid minus
diligendo vos usquemodo circa partem vestram deliqui, poenitet modo".
^^Historia Compostelana, loc. cit. : "malora negotia Romanae Ecclesiae quae his in partibus
definienda fuerint, Consilio vestro praecipue defmiantur, persona mea arbitrio et Consilio vestro
suppeditetur" (ed. E. FALQUE, pp. 326-327).
"encendido por el fiíror de su tiranía, a saber: las cosas divinas y las humanas
audazmente profanadas, las iglesias de España gravemente perturbadas, los
tesoros de las iglesias violentamente arrebatados, y sus heredades y predios
expoliados, los caudillos y todos los jefes de Iberia, unos hechos prisioneros
por él mismo y cargados de cadenas, otros aniquilados por las espadas, los
pobres muertos a hierro, de hambre o de frío, los mismos sacerdotes del
Señor, los propios obispos, los maestros de las iglesias, cautivos como
ladrones y salteadores, expulsados de sus sedes y afligidos por diversos
ultrajes"^^^
Este pasaje, de sobra conocido por los medievalistas, ha de ser
contemplado bajo una nueva perspectiva que supere la mera descripción de los
acontecimientos. Lo cierto es que el discurso histórico de la tiranía tenía en
el Medievo muchas convenciones retóricas que el cronista compostelano sigue
aquí a rajatabla. Precisamente, las "devastaciones" apocalípticas que del paso
del ejército del Batallador pinta Gerardo afectaron particularmente al clero,
como el propio cronista deja vislumbrar. Hay, es cierto, una alusión a los
pauperes, "muertos a hierro", de hambre o de frío, pero es apenas una línea
en la larga lista de acusaciones. En cuanto a los Hiberiae heroes, artificio
literario que denota a los nobles leoneses y castellanos del bando antiaragonés
(de nuevo nos encontramos con el motivo cluniacense de la heroización
nobiliaria), el reseñar que fueron cargados de cadenas o aniquilados por la
espada podría bien parecer un elogio al genio militar del Batallador si el que
manejara la pluma fuera otro. No, ciertamente, lo que mueve la indignación
de Gerardo es la Ecclesiae persecutio, que su mentalidad hierocrática asimila
a la destrucción de España (in Hispânia attritionemY^^.
El retrato del "tirano aragonés" es completado con un episodio muy
significativo. Amén de adornar al Batallador con una serie de epítetos
despectivos (ferox, impius...), el cronista le va a negar la virtud de la
Sapientia al relatar su entrevista con un legado pontificio, el abad de Chiusa.
Al negarse el rey aragonés a acceder a las peticiones del legado papal y
renunciar a su unión consanguínea con la reina Urraca, Gerardo de Beauvais
glosa esta decisión con un pasaje del Liber Sapientiae Salomonis (I, 4): En el
^^Historia Compostelana, I, c. LXXIX, ed. lai. cit., p. 138 (ed. E. FALQUE, p. 190).
^^^Historia Compostelana, I, c. LXXIX, loc. cit., p. 139.
^^Historia Compostelana, I, c. LXXIX, loe. cit., p. 139: "In malivolam animam non intrabit
Sapientia" (ed. E. FALQUE, p. 191).
'^^Una de las raras ocasiones en que lo hace es cuando al papa Urbano II se le califica
admirativamente como providentissimus episcopus al reseñarse la convocatoria del Concilio de
Clermont {Historia Compostelana, l, c.W, ed. lat. eit., p. 20).
^^^Historia Compostelana, H, e. E, ed. lat. cit., p. 254 (ed. E. Falque, p. 299).
^^^Historia Compostelana, II, e. II, loe. eit., p. 255 (ed. E. FALQUE, p. 299).
^^^Historia Compostelana, I, c. XLVII, ed. lat. cit., p. 97 (ed. E. FALQUE, pp. 154-155):
"ingenio clarum, Consilio providum, ratione discretum, veracem et rectitudinis zelo ferventem".
^^'^Historía Compostelana, II, c. LIX, ed. lai. cit., p. 382 (ed. E. FALQUE, p. 411).
^^^Historia Compostelana, II, c. LIX, loc. cit.: "quippe cuius prudentia, cuius potentia altius
eminebat".
^^^Historia Compostelana, III, c. LIV, éd. lat. cit., pp. 594-595 (éd. E. FALQUE, pp.
596-597).
^^"^Historia Compostelana, I, c. XLVII, loc. cit.
^^^Historia Compostelana, I, c. XLVI, ed. lat. cit., p. 94. En la edición de Emma Falque,
muy correcta en líneas generales, se obvia inexplicablemente la traducción de esta virtud regia.
Asi, su traducción sería: "este rey, destacado por la virtud de su notable dignidad" (p. 152), lo
que no hace justicia al espíritu del texto.
^^^Hisíoría Compostelana, I, c. XLVI, loe. cit., p. 95 (ed. E. FALQUE, p. 152).
^^^Historia Composîelana, I, c. XLVI, loc. cit.
^^^Chronica Adefonsi Imperatons, I, 70 (ed. Maurilio PÉREZ, León, 1997, pp. 55-56): "et
induto rege caça optima, miro opere contexta, imposuerunt super caput eius coronam ex auro
mundo et lapidibus pretiosis, et misso sceptro in manibus eius... una cum episcopis et abbatibus
deduxerunt ante altare Sánete Marie cantantes Te Deum laudamus" usque ad fìnem et dicentes
Vivat Adefonsus Imperatori".
^^^Chronica Adefonsi Imperatoris, I, 29 {ed. cit., p. 73): "Sed postquam rex Zafadola vidit
sapientiam et divitias regis Legionis et magnam pacem in palatio suo et m omni regno eius dixit
ei: 'Verus est sermo quem audivi de te in Rota, de sapientia et de misericordia , quae est in te,
et de pace quae est in regno tuo, et de divitiis tuis: beati viri tui et beati principes tui, qui tecum
habitant et qui sunt in regno tuo'" {ed. cit. L. SÁNCHEZ BELDA, p. 27).
^^^Chronica Adefonsi Imperatoris, I, 28, ed. cit., p. 73: "Quis similis regi Legionensi in
regibus?" {ed. lat. cit., p. 27).
^"^^Chronica Adefonsi Imperatoris, I, 45 {ed. esp. cit., p. 77): "Y el rey le recibió
pacíficamente, le dirigió las mejores palabras y como dice el hagiógrafo: el corazón de los reyes
y el curso de las aguas en la mano del Señor (cor regum et cursus aquarum in manu Domini").
^'^^I. LAS HERAS, Figuras y temas bíblicas, art. cit., pp. 128-129.
^^^Chronica Adefonsi Imperatoris, "Poema de Almería", vv. 126-134 {éd. cit., p. 135):
"Dux fuit illustris istis Petrus Adefonsi, / nondum consul erat, meritis tamen omnibus est par, /
est nulli moestus, in cunctis erat honestus, / fulget honéstate, superatque pares probitate, / pulcher
ut Absalon, virtute potens quasi Sanson, / instructisque bonis, documenta tenet Salomoms" {éd.
lat. cit., p. 172).
Algo similar sucede con el conde leonés Ramiro Fruela, alférez del
emperador. El cronista alaba en él no sólo su prudencia y afabilidad sino
también escribe: "notable por su belleza, descendiente de estirpe real, es
amado por Cristo al observar el gobierno de las leyes. Flor entre las flores,
protegido también con la fortaleza de los buenos, diestro en las armas, todo
lleno de amabilidad, influyente en el consejo, ilustre por su justo gobierno,
precede a todos los obispos en el séquito de los reyes" ^'^^. Otro retrato digno
de un rey.
Pero nuestra sorpresa aumenta al comprobar que el mayordomo del
emperador, el conde Ponce, noble lanza, recibe un elogio aún más entusiasta.
Él reúne en su persona, añrma el cronista, una serie de virtudes bíblicas tales
como la fuerza de Sansón y la espada de Gedeón, siendo igual a Jonatás e
ilustre como Josué. Pero Arnaldo de Astorga se complace en utilizar también
comparaciones con los héroes clásicos del tipo "jefe de su pueblo como
Héctor, generoso y veraz como el invencible Ayax"^"^.
En consecuencia, la "heroización" nobiliaria de resabios épicos ya
entrevista en la Historia Roderici y la Compostelana, parece alcanzar en estos
versos del Poema de Almería su máxima expresión, poniéndose enjuego giros
tanto bíblicos, como latinos^"^^. Fijémonos sí no en la descripción del héroe
guerrero: "no cedía ante nadie, nunca retrocedía en el combate; su diestra
hiere con fuerza; cuando su voz resuena, el enemigo cae derribado. Cuando
da consejos, se explaya el cronista, posee la sabiduría de Salomón"^'*^. De
nuevo, la apelación a la imagen sapiencial salomónica en un laico que no es
^^''Chronica Adefonsi Imperatoris, "Poema de Almería", vv. 11-20 {ed. cit., p. 131): "Hic
Adefonsus erat nomen tenet imperatoris, / facta sequens Caroli, cui competit aequiparari. / Gente
fuere pares, armorum vi coaequales. / Gloría bellorum gestorum par mit horum {ed. ¡at. cit.,
p. 166).
^^^Vid. a este respecto José Manuel NiETO SORIA, El Imperio medieval como poder público:
problemas de aproximación a un mito político, "Poderes públicos en la Europa medieval , XXIII
Semana de Estudios Medievales, Estella, 1996, pp. 421-423.
^^^Historia Silense, 18, op. cit., ed. cit., p. 164.
^^Chronica Naierense, III, c. XXIX, loe, cit. : " ... que sanioris videbatur esse consilii, habuit
cum eis consilium et colloquium, prescire volens cuius regis exercitus alterius exercitum vi et
numero superaret".
^^^Chronica Naierense, lïï, c. XXIX, loc. cit.
^^^Colin SMITH, The Making of the Poema de Mio Cid, op. cit., pp. 44-52; Salvador
MARTÍNEZ , Tres leyendas heroicas de la Najerense, art. cit., pp. 173-177.
^^^Chronica Naierense, III, e. L, ed. cit., p. 116.
^^Chronica Naierense, HI, c. LVH, ed. cit., p. 118: "Sed tanta pax fiíit in diebus eius quod
guelibet muliercula sola portaret aurum vel argentum per omnem terram regni eius, ita quod non
inveniret qui earn tangeret.."
^^^Chronica Naierense, III, c. LVII, loc. cit.: "Tantum fuit terribilis quod nullus malefactor
se auderet eius conspectui presentare. Nullus princeps, nullus miles, nullus maiorinus, nullus
dives, nullus pauper de regno eius audebat in proximum litem aut rixam movere aut in aliquo
inquietare".
^^Chronica Naierense, III, c. LVIH, ed. cit., p. 119.
VIII. CONCLUSIÓN
RESUME
Cet article s'inscrit dans le contexte d'une recherche exhaustive sur la conception de
la royauté dans la Castille des Xle et XlIIe siècles qui prête attention au paradigme politique
de la Sagesse monarchique. Jusqu'ici très peu étudié. L'étude des chroniques clunisiennes du
Xlle siècle apporte dans cette perspective deux elements de conclusion au bilan de la pensée
politique dans la Castille médiévale. En premier lieu, elle souligne l'importance des récits
historiographiques comme sources de l'idéologie politique ainsi que l'a mis en évidence la
recherche française pour d'autres espaces. En second lieu, l'étude met en exergue l'existence
d'un contre-modèle de royauté, de facture clunisienne et d'inspiration féodalisante et
hiérocratique. Ce schéma théorique domine le Xlle siècle et constitue une alternative tant au
modèle de royauté isidorien au siècle précédent qu'au la monarchie romaniste du XlIIe siècle.
Pour la configuration de ce contre-modèle, l'apparition du genre épique joue en Castille un rôle
essentiel.
SUMMARY