Concepcion Cluniaciense Realeza

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 54

IDEOLOGIA POLITICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS:

LA CONCEPCIÓN CLUNIACENSE DE LA REALEZA


EN LA ESPAÑA DEL SIGLO XII^

MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA


Universidad Autónoma de Madrid

SUMARIO

L Introducción.- II. La línea historiográfica cluniacense en la Francia del


siglo XI: precedentes ideológicos de la cronística cluniacense hispana.- III.
El contexto ideológico-historiográfico de raigambre hispana: la contraposi-
ción con la mentalidad cronística de los monjes negros.- IV. La Historia
Roderici ¿primera crónica del ciclo cluniacense?.- V. El discurso histórico
fílocluniacense de Gerardo de Beauvais en la Historia Compostelana.- VI.
La Chronica Adefonsi Imperatoris: máximo exponente hispánico del modelo
cluniacense de Realeza.- VIL El castellanismo ñlonobiliario de la Chronica
Naierense.- VIII. Conclusión.

Fortes reges tyranni vocabantur...


SAN ISIDORO DE SEVILLA, Etimologías, IX, 3.

^La realización de este trabajo ha sido posible gracias a una beca de la Fundación Caja de
Madrid. Quiero también agradecer los sabios consejos de mi director de tesis, Carlos de Ayala
Martínez, así como la inestimable ayuda que me han prestado en esta investigación los
medievalistas Juan Parral Puerta, Philippe Josserand y Mario Huete Fudio. Asimismo hay que
señalar que esta investigación se inserta en el marco más amplio de un exhaustivo análisis del
concepto de Realeza en la Castilla de los siglos XI al XIII, una investigación que presta especial
atención al paradigma político de los reyes sabios. Por último, last but not least, me gustaría
agradecer la desinteresada ayuda prestada por el profesor José Manuel Nieto Soria para la
publicación de este artículo.

"Anuario de Estudios Medievales", 30/2 (2000)

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
682 MANUEL ALEJANDRO RODRIGUEZ DE LA PEÑA

I. INTRODUCCIÓN

Este trabajo pretende llenar, de alguna forma, un vacío. Un vacío


historiográfico, ello es cierto, pero que ha acabado por convertirse en un
tópico aceptado, un lugar común no discutido ni reflexionado debido a su
propia índole vacua. Este vacío al que aludimos se ha postulado entre la
historiografía al confundirse las densas neblinas del pensamiento político
castellano del siglo XII con una virtual ausencia de materia analizable. Así lo
constató Wilhelm Berges al dar un repaso a la producción especular europea
en su ya clásico trabajo, una obra de referencia que no por añeja ha perdido
su valor. De esta forma, cuando se acerca uno al sistemático catálogo de
Berges (que viene a ser el who is who de los specula principiim del Occidente
medieval), sólo descubre dos tardíos ítems hispánicos entre la profusión de
nombres como Juan de Salisbury, Pedro de Blois, Godofredo de Viterbo,
Gerardo de Gales, Vicente de Beauvais o Helinando de Froidmont.
Son estos dos ítems el Libro de los Doze Sabios y el Libro de Saviesa,
relacionados respectivamente con Femando III de Castilla y Jaime I de
Aragón-. Dos espejos de príncipes que rozan ya la mitad del siglo XIII (1237
y 1246 son las fechas habitualmente otorgadas a su redacción). Y, por
supuesto, si nos ceñimos estrictamente al siglo XII hispánico, el vacío en el
catálogo es absoluto. Un resultado bien magro que no se corresponde con lo
que sería de esperar. Algo que no es achacable, ni mucho menos, a una falta
de erudición por parte del investigador germano^.
Una ausencia tanto o más inexplicable cuando, casi de inmediato,
como un súbito fogonazo, surge en el siglo XIII ante nuestra mirada la
luminosa y rotunda teorización política de Alfonso X el Sabio, precedida de
la rica historiografía latina desarrollada por Rodrigo Jiménez de Rada, Lucas

^Wilhelm BERGES, Die Fürstenspiegel des ¡when und spaten Mittelalters, "M. G. H.
Schriften", 2 (1938), pp. 299-301. Berges considera al Libro de los Doze Sabios como el primer
speculum principis castellano. En nuestra opinión ese honor le correspondería al Libro de
Alexandre, algo que intentaremos demostrar en un ulterior trabajo.
^En efecto, es de agradecer que, al menos, incluyera en su repertorio tratados políticos
españoles (don Juan Manuel también atrajo su atención) dado que la mayor parte de las obras
generales europeas sobre la cuestión ignoraban (y aún ignoran en muchos casos) el acervo del
pensamiento político medieval hispano como algo marginal o simplemente inexistente.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 683

de Tuy y Juan de Osma, cuyo pensamiento político era ya sin duda puntero
en el conjunto de la publicística europea del momento"^. Utilizando un adagio
escolástico podríamos decir: ex nihil nihil, de la Nada no puede surgir nada.
Esto es, el esplendor alfonsi, en éste como en tantos otros campos, tuvo
necesariamente que tener una fundamentación en el periodo que le precedió.
Aún más misterioso es este vacío si nos asomamos al estallido
especular que se vivió a partir de finales del siglo XII en los reinos de Francia
e Inglaterra, así como en el Sacro Imperio Germánico (en particular, en lo que
toca a sus despiertos súbditos italianos), una proliferación de espejos de
príncipes que, sin razón aparente, no tendría paralelo en esos mismos años en
los reinos españoles.
Por desgracia, el espectacular desarrollo de la investigación española
sobre ideología política medieval en estos últimos años no ha repercutido aún
en un análisis del siglo XII y apenas algo se ha hecho en lo que toca a la
primera mitad del siglo XIII. Así, el más brillante de cuantos hoy investigan
teoría política medieval en España, José Manuel Nieto Soria, ha circunscrito
su labor de análisis al periodo posterior al año en que Alfonso X subió al
trono^. Y como él muchos otros historiadores, absorbidos por la riqueza de
las fuentes que la Baja Edad Media les ofrece.
Ahora bien, a la hora de analizar la literatura política del propio siglo
XV, Alan Deyermond ha escrito algo que, ciertamente, viene muy al caso:
"No debe sorprendernos que las primeras manifestaciones de la ideología del
Estado en la literatura española se encuentren mucho antes del siglo XV. Se
encuentran en la literatura vernácula, de hecho —si hacemos excepción de
unos posibles matices en el Auto de los reyes magos— hacia 1207, en el
Cantar de Mío Cid. Poco después se nota en algunos aspectos de la historio-
grafía hispanolatina, sobre todo en De Rebus Hispaniae (1243) de Rodrigo
Jiménez de Rada"^. Como veremos, Deyermond, a pesar de vislumbrar el

"^El trabajo más completo y erudito sobre la historiografía medieval hispana es, sin duda, el
de Peter LINEMAN, History and the Historians ofMedieval Spain, Oxford, 1993. No obstante, esta
magna obra (de obligada consulta) deja algunas lagunas por rellenar, como, por ejemplo, en
relación al tema que nos ocupa.
^Vid. José Manuel NIETO SORIA, Fundamentos ideológicos del poder real en Castilla (siglos
XIII al XVI), Madrid, 1988. Es esta una obra de referencia obligada para cualquiera que se
interese por la ideología política de la Castilla medieval.
^Alan DEYERMOND, La ideología del Estado moderno en la literatura española del siglo XV,
"Realidad e imágenes del poder", ed. A. RuCQUOi, Valladolid, 1988, p. 171.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
684 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

problema se queda bastante corto en su diagnostico. Estos aspectos de la


historiografía hispanolatina que él menciona se aparecen ante nosotros
cargados de una inesperada frondosidad ideológica y resultan ser mucho más
tempranos que el De Rebus Hispaniae.
Entonces, ¿nos encontramos ante un ejemplo de atraso, ya sea en lo
cultural o en lo político, de las sociedades medievales hispánicas? Dadas estas
premisas, creemos que, antes que seguir sosteniendo la existencia de un vacío
en el campo de la teoría política en los reinos de León y Castilla a lo largo del
siglo XII, resulta bastante más acertado reiniciar la búsqueda con mayor
atención, esto es, emprender una audaz cacería de unos vestigios textuales
especulares que la propia lógica histórica nos dice que debieron tener realidad.
La clave de la cuestión está, y esto acaso pueda parecer obvio, en el
replanteamiento de los criterios de búsqueda, dado que con los vectores
anteriores apenas se identificaron un par de textos dignos de interés.
Es aquí donde conviene adoptar la mayor amplitud de miras posible.
No podemos seguir encorsetados en unas estrechas perspectivas, relativamente
imbuidas de presentismo, que exigen a los textos políticos medievales una
autoidentificación palmaria como tales. Esta reflexión, que se podría extender
a otros campos de la historia de las mentalidades, no por repetida en los
últimos tiempos deja de ser necesaria para la cuestión que nos ocupa. Pese a
la revisión historiográfica impulsada en el campo de la historia política por la
Escuela de Annales en Francia y por las siempre fecundas y sesudas escuelas
alemanas, muchos investigadores aún se resisten a abrir su mirada a otras
disciplinas como la Literatura, la Filosofía o la Didáctica a la hora de seguirle
el rastro al pensamiento político medieval.
Parecen olvidar un hecho fundamental: los autores medievales,
imbuidos de un sano universalismo disciplinar, no hacían distinción alguna
entre los diversos campos del saber a la hora de deslizar reflexiones que hoy
catalogamos como políticas. Todo texto medieval es susceptible de contener
pensamiento político, precisamente debido al hecho de que ningún texto
medieval se presenta a sí mismo como abiertamente político. Ni siquiera los
espejos de príncipes son sensu stricto tratados "políticos" (al menos en su
actual acepción o en la que pudieron darle ya en la Edad Moderna Maquia-
velo, Jean Bodin o Johannes Althusius).
Son más bien una mezcla heterogénea de discursos históricos y
consejos morales,filosóficos,científicos, religiosos, sanitarios, económicos
y políticos, cohesionados entre sí por una argamasa didáctica y enciclopedista

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 685

que impide que aparezcan a los ojos del lector medieval como disgresiones sin
sentido^. Y es que fue un espíritu esencialmente didáctico el que los animó,
un Ideal sapiencial, esto es, una intención consciente de dar instrucción a los
gobernantes. Recuérdese el adagio rex illitteratus est quasi asinus coronatila.
Sintomática es, en este sentido, la facilidad con la que se intercambiaban los
términos para designar al manual pedagógico propiamente dicho y al tratado
especular dirigido a un lector principesco: Instructio, Educatio, Disciplina,
Eruditio, Speculum, Doctrinal, Miroir, Enseignement...
Instruir, enseñar a los príncipes, no únicamente sobre los arcanos del
poder, sino también, y quizá principalmente, en los entresijos de la Sabiduría,
entendida ésta desde una óptica a un tiempo moral (prudentia), mística
(Sapientiá) y cognitiva (eruditio). Ciertamente, estos tratados van más allá de
la definición al uso de catecismos político-morales, pues no se limitan a ser
meros catálogos de vicios y virtudes o simples tratados de coritúdípalaciana.
No, su temática es, en muchas ocasiones, bastante más ambiciosa a fuer de
universalista.
En consecuencia, es evidente que toda pretensión de encerrar al
género especular en unos límites disciplinares precisos parece condenado al
fracaso. Todo speculumprincipis participa de al menos tres o cuatro campos

^En este sentido, Pierre RICHE ha deslizado observaciones interesantes en su trabajo Sources
pédagogiques et traités d ^éducation, "Les entrées dans la vie. Initiations et apprentissages" (Actes
du Xlle Congrès de la Société des Historiens médiévistes de l'Enseignement Supérieur public),
Nancy, 1981, pp. 15-29.
^Por no abrumar al lector con un exceso de bibliografía señalaremos apenas unas cuantas
obras de referencia en este sentido. Wilhelm BERGES, en su mencionado estudio sobre los espejos
de príncipes (Die Fürstenspiegel, p. 66), acuñó la expresión Ideal des gelehrtenkonigs para hacer
referencia a la aspiración a la sabiduría de los reyes imbuidos de los ideales escolásticos del
renacimiento del siglo XII. Herbert GRUNDMANN (Sacerdotium-Regnum-Studium. Zur Wertung
der Wissenschaft im 13. Jahrhundert, "Archiv fQr Kulturgeschichte", 34 (1951), Ernst R.
CURTIUS (Europaische Literatur und lateinisches Mittelalter, Berna, 1948, ed. esp. Literatura
europea y Edad Me^ia latina, México, 1955), Jacques LE GOFF {Les^ Universités et les pouvoirs
publics au Moyen Age et à la Renaissance, "Pour un autre Moyen Age", Paris, 1978, éd. esp.
en Tiempo, trabajo y cultura en el Occidente medieval, Madrid, 1983) y Alexander MURRAY
(Reason and Society in the Middle Âges, Oxford, 1978, ed. esp. Razón y Sociedad en la Edad
Media, Madrid, 1982) han abordado esta cuestión desde diferentes ópticas. En el ámbito español
ha sido José Antonio M ARA v ALL quien mayor atención ha prestado a este aspecto (vid. El
intelectual y el poder. Arranque de una actitud histórica, "Cuadernos del Idioma", 3 (1965), pp.
5-25; Los hombres de saber o letrados y su conciencia estamental, "Revista de Estudios
Políticos", 70 (1953) y La concepción del saber en la sociedad tradicional, "Estudios", op. cit.,
pp. 203-259). Más recientemente, en tomo a la noción de Ideal sapiencial, se puede consultar
nuestro trabajo Imago Sapientiae: los orígenes del Ideal sapiencial medieval, "Medievalismo",
7, 1997, así como nuestra memoria de licenciatura El nacimiento del Ideal sapiencial medieval:
la función política de la Sabiduría en la concepción carolingia de la Realeza, Universidad
Autónoma de Madrid, 1997 (en prensa).

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
686 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

del saber diferentes a la ciencia del buen gobierno. Del mismo modo,
podemos hallar características abiertamente especulares en obras literarias,
filosóficas y didácticas de diversa índole. Ya desde los brumosos orígenes de
la cultura plenomedieval, en los "siglos de hierro" postcarolingios, se
concebía en los monasterios benedictinos que toda obra narrativa era unsermo
o una lectio moralizante, es decir, un ejercicio de eloquentia y no únicamente
de scientia^.
Un espíritu adoctrinador que permaneció, aunque algo más seculariza-
do y alejado de los monasterios, tras el despegue historiográfico enmarcado
en el renacimiento del siglo XII. Y es que, como Boehm y Smalley han
señalado, la escolástica del siglo XII ensalzaría a la Historia convirtiéndola en
la síntesis de las tres Artes del Trivium}^, yendo de la mano el florecimiento
del género cronístico y el de los espejos de príncipes. Carmen Orcástegui ha
definido con acierto este fenómeno: "La historia es una actividad esencial del
espíritu en estos siglos, pues enraiza a los hombres y a las instituciones
confrontándolos con el ideal de los orígenes... la literatura histórica entronca
con el humanismo literario propio de la época" ^^
No es de extrañar pues, tal y como nos indica el indiscutible
magisterio en este campo del profesor francés Bernard Guenée^^, que la

^Vjf¿(- P- RoussET, La conception de l'histoire à l'époque féodale, "Mélanges d'histoire du


Moyen Âge", éd. L. Halphen, Paris, 1951, pp. 623-633. Esto se puede comprobar en una de las
primeras obras cronísticas de carácter especular que alumbró el pleno Medievo, la Vida de
Roberto el Piadoso del monje Helgaud de Fleury (vid. R.H. BAUTIER, L'Epitoma Vita Rotberti
PU du moine Helgaud, "Académie des Inscriptions et Belles-Lettres" (1963), p. 364 y ss.).
^°L. BOEHM, Der wissenschaftstheoretische Ort der Historia im Mittlalter: Die Geschichte
auf dem Wege zur Geschichtswissenschaft, "Speculum Historíale: Geschichte im Spiegel von
Geschichtsschreibung und Geschichtsdeutung", éd. C. Brauer, Munich, 1965, p. 665 y B.
SMALLEY, Historians in the Middle Ages, Londres, 1979, p. 179; vid. también A. BORST,
Geschichte an mittelalterlichen Universitâten, Constanza, 1969 y H. WOLTER, Geschichtliche
Bildung im Rahmen der Artes Liberales, ''Artes Liberales. Von der Antiken Bildung zur
Wissenschaft des Mittelalters", éd. J. Koch, Leyden, 1959, pp. 50-83. No obstante, para Bernard
GUENÉE la historia ocupó siempre un lugar secundario en la universidad medieval {Histoire et
culture historique, Paris, 1980, p. 35).
^'Carmen ORCÁSTEGUI; Esteban SARASA, La Historia en la Edad Media, Madrid, 1991, p.
137.
^^Bernard GUENÉE, Histoire et culture historique, op. cit., p. 332; vid. también su trabajo
L'histoire entre l'éloquence et la science. Quelques remarques sur le prologue de Guillaume de
Malmesbury a ses Gesta rerum Anglorum, "Académie des Inscriptions et Bellles-Lettres" (1982),
pp. 357-370. En torno a la historiografía latina del siglo XII resulta muy interesante el trabajo ya
añejo de J. SPORL (Grundformen der hochmittelalterlichen Geschichtsanschauung: Studien zum
Weltbildder Geschichtsschreiber des 12. Jahrhunderts, Munich, 1935). En lo que respecta a los
cantares de gesta muy tempranamente se adelantó esta idea (vid. L. GAUTIER, L'idée politique

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 687

cronística haya demostrado ser un auténtico filón para el buscador de ideas


políticas medievales^^ Y es que, algunos años antes que el propio Guenée, el
investigador alemán Helmut Beumann había avanzado esta idea en un artículo
en el que proponía la utilización sistemática de la cronística medieval como
fílente primordial para estudiar la concepción que en ese tiempo se tem'a de la
Realeza^"^.
También en esta línea, Inés Fernández-Ordóñez ha destacado la
relevancia que adquieren los señores del Mundo para estos autores, lo cual se
debe a su papel de magistriprintípum, de ejemplo para los futuros príncipes.
En efecto, el elenco de vidas de monarcas gloriosos constituía una fuente
primordial de material a la hora de escribir un manual de formación política
para los príncipes y también, señala Inés Fernández-Ordóñez, para los pueblos
que habían de ser adoctrinados en la veneración hacia la Realeza^^. Si bien en
menor medida que Fernández-Ordóñez, también Carmen Orcástegui ha
vislumbrado la importancia detentada por los aspectos edificantes inherentes
a la imago regís transmitida por la historiografía medieval^^.
En un reciente artículo, Leonardo Funes ponía el dedo en la llaga al
recordarnos algo que los trabajos de Diego Catalán ya han probado en la
práctica, esto es, que los aspectos discursivos de las crónicas medievales, en
especial su ideología política, son hoy por hoy el aspecto fundamental de
éstas, una vez superada tanto su aceptación acrítica cual si fueran documentos
fidedignos, como la marginación a la que han sido sometidas por las
corrientes historiográficas excesivamente amantes del documento y los

dans les chansons de geste, "Revue de questions historiques" (1869), pp. 79-114).
^^Algo que ya han apuntado para el caso español, entre otros, Peter LINEHAN (vid. History
and the Historians of Medieval Spain, op. cit., y Pseudo-histona y pseudo-liturgia en la obra
alfonsina, "España y Europa: un pasado jurídico común". Murcia, 1985, pp. 259-274), Francisco
RICO (vid. Alfonso X el Sabio y la General Estoria, Barcelona, 1984) e Inés FERNÁNDEZ-
ORDÓÑEZ, La Historiografía alfonsi y post-alfonsí, "Cahiers de Linguistique Hispanique
Médiévale", 18-19 (1993-1994), pp. 101-132.
^"^Vid. H. BEUMANN, Die Historiographie des Mittelalters als Quelle fur Ideengeschichte des
Kônigstums, "Ideengeschichtliche Studien zu Einhard und anderen Geschichtesschreibern des
friiheren Mittelalters", Darmstadt, 1969, pp. 40-79.
'^Inés FERNÁNDEZ-ORDÓÑEZ, La Historiografía alfonsi y post-alfonsi en sus textos, art. cit.,
p. 113.
'^Carmen ORCÁSTEGUI; Esteban SARASA, La Historia en la Edad Media, op. cit., pp. 40-43.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
688 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

archivos^^. Las crónicas, en tanto que monumentos discursivos, se perfilan,


por consiguiente, como una fuente funda- mental para conocer la producción
ideológica del periodo, particularmente en los siglos anteriores al floreci-
miento del género de los specula principum, Emilio Mitre ha encontrado una
oportuna definición para este planteamiento. Utilizando una terminología
medieval, ha descrito a la Historia en la Edad Media como una ancilla
scientiae politicae. Una relación de sometimiento muy similar a la que
mantenía la Filosofía medieval respecto de la Teología^^.
Ahora bien, en lo que atañe a la estricta producción historiográfica
hispana, Peter Linchan es bastante concluyente: los reinos de Castilla y León
fiíeron hasta el año 1230 an under-developped areà"^, en agudo contraste con
la frenética actividad cronística de los monjes ingleses que él contrapone como
ejemplo (también se podría aludir a la "edad de oro" de la historiografía
francesa a lo largo del siglo XII). De la misma opinión es Carmen Orcástegui,
quien apunta que "la historiografía española de estos siglos tiene escasa
importancia en comparación con la coetánea europea tanto en calidad como
en cantidad"^^. Es ésta, por tanto, una de las claves de la escasa producción
ideológica hispana en el siglo XII, dado que en este periodo, como hemos
dicho, el género de los espejos de príncipes todavía no había calado en los
reinos hispánicos.
Sin embargo, en nuestra opinión, la escasez de material analizable
desde el punto de vista del pensamiento político no se debe tanto a la
parquedad del género cronístico en el siglo XII (una parquedad matizable),
sino al hecho de que, a diferencia de sus coetáneos ingleses, franceses e
imperiales, los cronistas castellanos y leoneses del periodo no se ajustaron al
perfil de clericos áulicos. Como ha señalado Nieto Soria, fueron los clérigos

'^Vid. Leonardo FUNES, Las crónicas como objeto de estudio, "Revista de Poética
Medieval", 1 (1997), pp. 123-144.
'^Emilio MITRE, El Siglo alfonsi: cultura histórica y poder real en la Castilla del siglo
XIII, "Alfonso X. Aportaciones de un Rey castellano a la construcción de Europa", ed. M.
RODRÍGUEZ LLOPIS, Murcia, 1997, p. 102.

*^Peter LINEHAN, On further Thought: Lucas ofTuy, Rodrigo of Toledo and the Alfonsine
Histories, "Anuario de Estudios Medievales", 27 (1997), p. 415. Un completo y exhaustivo
repertorio de Ia historiografía latina hispana anterior ai siglo AIH lo tenemos en la obra de Mario
HUETE, La historiografia latina medieval en la Península Ibérica (siglos VIII-XII), Universidad
Autónoma de Madrid, 1997.
^°Carmen ORCÁSTEGUI; Esteban SARASA, La Historia en la Edad Media, op. cit., p. 199.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 689

del Rey los principales artífices de la publicística política medieval hispana y


europea^^ y en los reinos de Castilla y León hay que esperar a un Lucas de
Tuy o un Rodrigo Jiménez de Rada para hallar a unos clérigos cronistas que
se ajusten, en rigor, a esta figura del propagandista de la Realeza.
Efectivamente, en los autores de la la Chronica Naierense, la Historia
Compostelana o la Chronica Adefonsi Imperatoris no descubrimos un perfil
de clericus aulicus. Son, antes que nada, monjes o clérigos que escriben al
servicio de unos intereses eclesiásticos (bien los de la sede compostelana, bien
los de la Orden de Cluny): ad maiorem Dei gloriam. La gloria regia es aquí
un asunto de interés menor. Ni siquiera en la obra de Arnaldo de Astorga,
probable autor de la Chronica Adefonsi, obispo muy próximo al monarca
biografiado, encontramos un paralelo historiográfico con un Otón de Freising
o un Suger de Saint Denis. Como veremos al abordar el análisis de la
Chronica Adefonsi Imperatoris, los intereses que priman en el discurso de la
obra no son, ni mucho menos, los de la Realeza.
La explicación de las peculiaridades ideológicas de la cronística
hispana del siglo XII se apoya en un único factor: el intenso papel cultural
desempeñado por los monjes cluniacenses en este periodo. Efectivamente, a
lo largo del siglo largo que transcurre entre el acceso al trono de Femando I
(año 1037) y la muerte del emperador Alfonso VII (año 1157), los monjes
cluniacenses venidos de Borgoña van a obtener una influencia política e
ideológica en los reinos de León y Castilla (a los que proporcionó todo una
generación de obispos y consejeros áulicos), que no tiene parangón en el resto
de la Europa del momento, según concluye Marcelin Defourneaux^^. Una
influencia paralela al complejo y aún poco aclarado proceso de incorporación
de formas feudales borgoñonas durante el reinado de Alfonso VI, un proceso
que es definido por Defourneaux como una virtual colonisation féodale^.

^^Vid. José Manuel NiETO SORIA, Les clercs du Roi et les origines de VÉtat moderne en
Castille: propagande et légitimation (KlIIème-XVème siècles), "Journal of Medieval History", 18
(1992), pp. 297-318.
^^Marcélin
'Marcelin DEFOURNEAUX,
DEFOU Les français en Espagne aux Xle et Xlle siècles, Paris, 1949, pp.
17-18.
Ì.

'^M. DEFOURNEAUX, Les français en Espagne, op. cit., p. 230.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
690 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

Se puede decir que cuando el arzobispo Bernardo de Sedirac^"^ regresó


hacia 1095 de su estancia en el concilio cruzado de Clermont acompañado de
una nutrida comitiva de monjes y clérigos franceses, gentes tan honestas como
letradas, se produjo, de alguna forma, el desembarco en los reinos hispánicos
de una nueva intelligentsia que iba a sustituir al clero de tradición hispanomo-
zárabe^^. Estos clérigos franceses, incorporados al capítulo catedralicio
toledano en un primer momento, van a copar la mayor parte de las dignidades
episcopales en las décadas siguientes. De entre ellos destacaron Gerardo de
Moissac (arzobispo de Braga), Pedro de Béziers (obispo de Osma), Pedro de
Agen (obispo de Segovia), Jerónimo de Perigord (obispo de Valencia) y,
finalmente, Raimundo, arzobispo de Toledo y fundador de la Escuela de
Traductores de Toledo^^.
En suma, el leif-motiv de este trabajo consiste en intentar sacar a la
luz los elementos especulares (es decir, la imagen de la Realeza) contenidos
en la cronística cluniacense hispana, identificarla en cuanto ciclo historiográ-
fico ideológicamente coherente (en la medida en que esto es posible para el
Medievo, una época en la cual no hay nunca líneas ideológicas férreas y
monolíticas) y,finalmente,dilucidar cuáles eran los ejes en torno a los cuales
se estructuraba su pensamiento político.
Estos ejes son dos arquetipos políticos de raíz isidoriana, el Rex
tyrannus y el Rex iustus, que fueron aplicados por los cronistas cluniacenses
de forma reiterada y consciente como epítetos definitorios a los soberanos que
se quiere denigrar o ensalzar. Sin embargo, tal y como aparecen recogidos en
el pensamiento cluniacense estos arquetipos habían perdido el contenido
conceptual original del que les había dotado San Isidoro de Sevilla a partir de
la herencia clásica ciceroniana. De acuerdo con su famoso adagioiìex a recte
regendo que definiría al Rex iustus, Isidoro definía a los "tiranos" en sus
Etimologías como a "péssimos atque improbos reges, luxuriosae dominationis
cupiditatem et crudelissimam dominationem in populis exercentes"^^. Por
tanto, la noción isidoriana de tiranía se apoyaba en la condición de Rex

^Monje cluniacense francés, abad de Sahagún, convertido en el primer arzobispo de la


Toledo reconquistada por Alfonso VI.
^^M. DEFOURNEAUX, Les français en Espagne, op. cit., p. 35.
^^M. DEFOURNEAUX, Les français en Espagne, op. cit., pp. 35-37.
2'SAN ISIDORO DE SEVILLA, Etymologiae, IX, c. III, 18-20 (éd. J.P. MIGNE, Patrologia
Latina, 82, col. 342).

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÌA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 691

iniustus, concepto que implicaría sobre todo el ejercicio de un gobierno


opresivo sobre sus súbditos, esto es, una crudelissima dominatio. Es aquí el
populus la víctima, el punto de referencia del tema tiránico.
Por contra, en la mentalidad política cluniacense, impregnada del
espíritu de la Reforma gregoriana, se asimila el concepto de tiranía con el del
Rex impius. Pero la impiedad regia a la que se alude no depende de la
devoción religiosa personal del soberano sino que consiste, en general, en su
anuencia o resistencia a los principios hierocráticos de la Reforma y, en
particular, en sus relaciones con el Papado o el clero. De esta forma, el
apelativo de tyrannus se va a aplicar independientemente del mal o buen
gobierno del Rey, primando su sumisión a la tuitio eclesiástica. Y es que este
fue este uno de los principales legados ideológicos de la fértil publicística
política surgida al albur de la Querella de las Investiduras: la utilización
propagandística del arquetipo tiránico como recurso literario destinado a
debilitar la aureola carismática de la Realeza.
Curiosamente, este giro conceptual dado por los publicistas gregoria-
nos al arquetipo tiránico supuso, de alguna forma, un retorno al sentido
semántico original del término tal y como lo reseñaba el propio San Isidoro:
fortes reges tyranni vocabantur^^. En verdad, de eso se trataba. Son reges
fortes quienes van a sufrir esta acusación a lo largo del siglo XII.

II. LA LÍNEA HISTORIOGRÁFICA CLUNIACENSE


EN LA FRANCIA DEL SIGLO XI:
PRECEDENTES IDEOLÓGICOS DE LA CRONÍSTICA CLUNIACENSE HISPANA

Georges Duby llamó la atención en su obra magna. Los Tres Órdenes


o lo Imaginario del Feudalismo, sobre la pugna ideológica que mantuvieron
contra Cluny en la primera mitad del siglo XI obispos de tradición carolingia
como Adalberón de Laon o Gerardo de Cambray. Los monjes negros habían
sustituido a los obispos, les acusaba Adalberón, en la función sapiencial de
aconsejar al Rey. En particular, el abad Odilon de Cluny es señalado como
"usurpador" del lugar de los obispos, en tanto que clericos áulicos, junto al

'^SAN ISIDORO DE SEVILLA, Etymologiae, loe. cit.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
692 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

Rey^^. Así pues, en el siglo XI había una conciencia en Francia de que los
monjes habían usurpado el papel del clero secular en tanto que creadores de
ideología. ¿Y qué pretendían en concreto los cluniacenses? El propio Duby
nos responde escuetamente: monarquizar la condición de los nobles^^. Lo
cual, según denuncia Adalberón en su Carmen adRodbertum regem, suponía
un debilitamiento de la posición de preeminencia política y moral de la
Realeza.
En otro orden de cosas, pero que también afecta a la crisis de la
clerecía aulica en el siglo XI, Bernard Guenée advierte que, en tomo al Año
Mil, los cronistas desaparecen de los capítulos catedralicios del Occidente
cristiano y se les empieza a encontrar únicamente en los scriptoria monásti-
cos. Va a tener que transcurrir más de un siglo para que esta situación se
invierta, ya en el marco del renacimiento del siglo XIL No obstante, si bien
es cierto que, en general, el espíritu monástico benedictino fue muy proclive
al cultivo de la historia, Guenée apunta que la espiritualidad cluniacense fue
más bien reacia a este género, dado que les interesaban más aspectos como la
maestría del estilo en lengua latina de los historiadores de la Antigüedad o la
especulación sobre una teología de la historia, que el opus cronístico en sí
mismo-^^ De hecho, señala Guenée, el único historiador francés de obediencia
estrictamente cluniacense del siglo XII fue Ricardo el Pictavense.
Aunque, por supuesto, la situación fue muy diferente en el siglo XI
donde sí encontramos historiadores cluniacenses de la talla de Raúl Glaber,
Ademar de Chabannes y Orderico Vitalis (este último a caballo entre los dos
siglos), la verdad es que si bien es cierto que la mayor parte de los cronistas
de este periodo fueron monjes benedictinos, muchos de entre los más
destacados (como Sigeberto de Gembloux, Helgaud de Fleury, Roberto de
Torigni o Guillermo de Jumiñges) no vistieron el hábito negro de Cluny,
siendo cronistas laudatorios de la Realeza o incluso polemistas antigregorianos
como Sigeberto. Lo cual dice mucho de esta cuestión si tenemos en cuenta la
enorme preponderancia adquirida por la casa madre cluniacense en esos años.

^^Qeorges DUBY, Les Trois Ordres ou l'imaginaire duféodalisme, París, 1978, ed. esp. Los
Tres Ordenes o lo Imaginario del Feudalismo, Madrid, 1992, pp. 92-93.
^°G. DUBY, Les Trois Ordres, op. cit., p. 93.
^'B. GUENÉE, Histoire et culture historique, op. cit., p. 47; la situación no fue mucho mejor
en los monasterios de obediencia cisterciense donde, según Guenée, el género histórico se limitó
a vegetar (ibíd.).

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 693

En todo caso, la opinión del historiador inglés Galbraith en el sentido de que


los monjes que se dedicaban a elaborar crónicas eran los "fracasados" del
monasterio parece fuera de lugar^^.
Lo que sí es indudable es la escasa o nula conexión de los contados
cronistas cluniacenses con la Realeza francesa. Resulta esclarecedor en este
sentido comprobar como los dos grandes biógrafos de reyes franceses de este
periodo son monjes que no pertenecían a la disciplina de Cluny sino a
monasterios de tradición benedictina carolingia: Fleury y Saint Denis. Las
vidas de Roberto el Piadoso y Luis VI el Gordo compuestas por Helgaud y
Suger^\ constituyen monumentos literarios, casi hagiográficos, ad maiorem
Regis gloriam en los que se pretende asentar una imagen carismática de la
Realeza francesa, envuelta en una relación directa de patronazgo con ambos
monasterios (ambos lugar de enterramiento de miembros de la dinastía capeta,
aunque en distintos niveles). Así pues, las comunidades monásticas de Fleury
y Saint Denis estaban interesadas en una línea ideológica que iba en un sentido
opuesto al de la cluniacense.
Ciertamente, como parecen probar de forma fehaciente los trabajos
de Dutton, France y Ortigues, los intereses del historiador más afamado de
filiación cluniacense, el "monje calvo" Raúl Glaber, entraban más en el
campo de lo teológico-especulativo que en el de la narración de los aconteci-
mientos {res gestae) propiamente dicha. En opinión de Carmen Orcástegui,
la obra de Glaber tiene más valor como una autobiografía en la que se expone
su postura ante el milenarismo, el misticismo, la herejía o la superstición, ya
que no constituye de ninguna manera una suma de conocimientos históricos.
Además, cuando estos aparecen en su narración se circunscriben a la región
de Borgoña y sus alrededores^"^.
De hecho, la principal aportación de sus Historiaram Libri Quinqué
(1030-1047) compuestos por encargo del abad Odilon de Cluny, es de índole
teológica. Apoyándose en Máximo el Confesor, el monje cluniacense dividió
el Cosmos en cuatro partes, lo que él liamdi divina Quatemitate. Esta división
cuatripartita del Mundo se trasladaría al ámbito del devenir histórico,
estableciendo Raúl Glaber una división de los tiempos en cuatro edades a las

^^V.H. GALBRAITH, Historical Research in Medieval England, Londres, 1951, pp. 10-11.
^^Vid. R.H. BAUTIER, L'Epitoma Vita Rotberti PU du moine Helgaud, art. cit.
^^C. ORCÁSTEGUI; E. SARASA, La Historia en la Edad Media, op. cit., p. 142.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
694 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

que sucedería una Quinta Edad escatologica en la que se produciría el


advenimiento de Cristo^^. Como se puede ver, esta especulación de resabios
neoplatónicos no tiene nada que ver con lo que entendemos por una crónica.
Edmond Ortigues ha llamado la atención sobre un episodio de las
Historias de Glaber que él considera el más significativo de la crónica desde
el punto de vista de la ideología política. Cuando el monje cluniacense relata
la coronación imperial en Roma (año 1014) de Enrique II por parte del papa
Benedicto VIII, va a aprovechar para introducir una serie de imágenes de
hondo significado político. Así, dentro de un esquema hierocrático de
sometimiento de los bellatores (cuya cabeza es el emperador) a los oratores
(cuya cabeza es el Pontífice), Raúl alude a las cuatro gemas del orbe (sphaira)
de oro entregado por el Papa a Enrique II como insignia imperial, un orbe que
sería una imago quaternitatis mundi (un modelo intelectual del mundo
cuaternario de acorde con la visión teológica a la que hemos aludido) a la par
que un documentam cuya función sería recordar al emperador dos cosas: 1)
su potestad se restringe al mundo de lo terrenal, más allá del cual no debe
pretender gobernar ni combatir en modo alguno (non debere aliter imperare
vel militare), pues esto es competencia exclusiva de los oratores\ 2) las cuatro
virtudes cardinales de las cuales debe adornarse (simbolizadas por las cuatro
gemas)^^.
Es este, pues, el único acontecimiento relatado por Glaber en el que
se presta la debida atención a cuestiones políticas de calado universal, como
las relaciones entre el Papado y el Imperio. Y es que si para Glaber el rey de
Francia Roberto el Piadoso no es sino una sombra a la que alude muy de vez
en cuando, la figura mítica de un dominus Mundi como Carlomagno apenas
le merece una línea.
Otro monje negro cronista, Ademar de Chabannes, un hombre más
cultivado que Glaber, trató de escribir una Historia Francorum con pretensio-
nes universales (circa 1028), lo cual se saldría de los parámetros cluniacenses
que hemos visto. No obstante, si los dos primeros libros de su crónica
mantienen ese discurso historiográfico centrado en el pueblo y la Realeza de

^^Paul E. DUTTON, Raoul Glaber's "De Divina Quaternitate": an Unnoticed Reading of


Eriugena's Translation of the "Ambigua" ofMaximus the Confessor, "Mediaeval Studies", 42
(1980), pp. 431-435.
^^E. ORTIGUES, Raoul Glaber et l'historiographie clunisienne, "Studi Medievali", 26 (1985),
p. 561 ; vid. en este sentido J. FRANCE, Rodulfiis Glaber and French Politics in the Early Eleventh
Century, "Francia", 16(1989).

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÌA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 695

los Francos se debe exclusivamente a que transcribe íntegramente la Gesta


Regum Francorum de Fredegario y los Anales Laurissenses. Así, cuando el
relato aborda los hechos ocurridos a partir del año 830 la obra de Ademar se
transforma, como le ocurrió a Glaber, en un cronicón localista centrado en las
regiones del Limousin, el Périgord y Aquitania, un cronicón que no es sino
una Historia pontificum et comitum'^. Además, como señala Duby, el monje
Ademar propone un elogio nobiliario muy significativo: el del duque
Guillermo de Aquitania, en quien reconoce una virtud regia a pesar de no
estar consagrado: la Sapientia^^. Y es que este cronista tenía, en palabras de
Duby, una clara conciencia del hundimiento de la Realeza^^. En definitiva,
al asomarnos a la ideología política cluniacense no encontramos reflejos de
construcciones teóricas complejas del tipo de la Realeza cristocéntrica que el
historiador Ernst H. Kantorowicz creyó descubrir en obras del siglo XI como
el Anónimo Normando (circa 1100) o el Evangelio de Aquisgrán (circa 973)"^^.
Desde el punto de vista cluniacense, en la Realeza cristiana no había
elementos teológicos sacralizadores tales como el halo de perpetuidad o la
naturaleza geminada. Estas características cristocéntricas las reservaban los
monjes a sí mismos, en particular, al abad de Cluny, de quien Juan de
Salerno, al escribir la Vita del abad San Odilon, proclamó una doble
naturaleza angélica y humana. En efecto, como señala Kantorowicz, en el
abad de Cluny, angelicus et humanus, se quería ver un ejemplo en carne y
hueso de la vita angelica de los seres celestiales. Siguiendo el esquema
cuaternario de Raúl Glaber, el abad de Cluny sería, para Juan de Salerno, el
lapis angularis quadrus, la esquina de la piedra angular eristica que une dos
muros: el de los ángeles y el de los hombres'*^

^''C. ORCÁSTEGUI; E . SARASA , La Historia en la Edad Media, op. cit., p. 143; vid. John
GiLLiNGHAM, Ademar of Chabannes and the History of Aquitaine in the Reign of Charles the
Bald, "Charles the Bald. Court and Kingdom", ed. M. GIBSON, Oxford, 1981, pp. 3-14.
^^G. DUBY, Les Trois Ordres, op. cit., p. 181.
^^G. DUBY, Les Trois Ordres, op. cit., p. 195.
'^^Ernst H. KANTOROWICZ, The King's Two Bodies: A Study in Medieval Political Thought,
Princeton, 1957, ed. esp. Los dos cuerpos del Rey. Un estudio de teología política medieval,
Madrid, 1985, pp. 53-92.
"^'JUAN DE SALERNO, Vita Sancti Odonis, V: erat enim velut lapis angularis quadrus,
angelicus videlicet et humanus (apud E.H. KANTOROWICZ, The King's Two Bodies, op. cit., p.
54, n. 2). Vid. Gerhart B. LADNER, The Symbolism of the Biblical Corner Stone in the Mediaeval
West, "Mediaeval Studies", 2 (1940), pp. 43-60.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
696 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

Por consiguiente, vemos perfilada de forma bastante nítida una


historiografía localista, presidida por una indiferencia total hacia la Realeza
y la tradición política carolingia, una historiografía que prefiere centrar su
relato en un marco geográfico reducido, otorgando el protagonismo a la
nobleza feudal y a la iglesia local, a un tiempo que aborda con detalle
cuestiones de índole teológica y de disciplina eclesiástica. No cabe duda de la
posible influencia que pudo tener la circunstancia de que monasterios como
Cluny, Saint-Germain de Auxerre o Saint Martial de Limoges, donde
trabajaron y se formaron Raúl Glaber y Ademar de Chabannes, estuvieran
situados en regiones donde el rey de Francia era sólo una figura lejana y
fantasmagórica, lugares como Aquitania y Borgoña donde la nobleza feudal
era el punto de referencia político. Según lo expresa Duby, "la Francia del
Mediodía se transformó durante un siglo y medio en una región sin Rey, en
una región de príncipes'"^^. Pero tampoco hay que olvidar que el ignorar y
minusvalorar sistemáticamente a la Realeza era parte de la ideología
hierocrática propia de la Reforma gregoriana, la cual tuvo en el Ordo
cluniacensis su principal punto de apoyo.

III. EL CONTEXTO IDEOLÓGICO-HISTORIOGRÁFICO


DE RAIGAMBRE HISPANA:
LA CONTRAPOSICIÓN CON LA MENTALIDAD CRONÍSTICA
DE LOS MONJES NEGROS

Tal y como han puesto de relieve Marcelin Defoumeaux y Salvador


Martínez, la rápida penetración de la reforma monástica cluniacense en los
reinos de León y Castilla no dejó de suscitar enconadas resistencias entre
muchos monjes españoles apegados a la tradición hispanomozárabe'^^ Una rica
tradición religiosa y cultural que también tenía una vertiente ideológica cuyo
eje era la concepción neogòtica de una Realeza fuerte y autosuficiente. Si bien

'*^G. DUBY, Les Trois Ordres, op. cit., p. 181.


"^^Marcelin DEFOURNEAUX, Les français en Espagne aux Xle et Xlle siècles, op. cit., p. 21;
vid. Salvador MARTÍNEZ, La rebelión de los burgos. Crisis de Estado y coyuntura social, Madrid,
1992. Para Martínez, las revueltas de los burgos de Sahagún y Compostela a principios del XII
habrían de ser enmarcadas en este contexto de enfrentamiento social y cultural entre mozarabismo
y monacato cluniacense. Es esta, sin embargo, una compleja cuestión aún no suficientemente
estudiada.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÌA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 697

la ideología política del periodo astur-leonés (siglos IX-XI) aún no ha sido


estudiada de forma solvente, resulta evidente en ella la fuerte impronta de la
herencia visigótica, cuyo legado era una Realeza no tutelada, una Realeza
sacralizada por la unción que legisló, en un estilo muy similar al carolingio,
en el marco de sucesivos concilios.
Según han puesto de relieve tanto Ernst H. Kantorowicz como Walter
Ullmann, la imagen cristocéntrica del Rex ad caelum erectus, recogida por los
otónidas y por los reyes normandos de Sicilia, hunde sus orígenes en la
España visigoda, en concreto en la Collectio Hispana Isidoríana, una
colección de cánones hispanogodos del siglo VII atribuidos a la pluma de San
Isidoro de Sevilla'*'^. Una Collectio que, junto al Liber ludicum, constituía la
fuente principal de la ideología política del reino de León en los siglos X y
XL De este modo, la maiestas propia de la visión isidoriana de la Realeza se
va a contraponer al programa gregoriano del "Rey tutelado" que van a
importar con entusiasmo los monjes cluniacenses.
Al igual que ocurriera en Francia con la oposición a la pujanza
política de Cluny por parte defigurascomo los obispos Adalberon de Laon
y Gerardo de Cambray, en León y Castilla van a surgir dos portavoces de la
tradición isidoriana que defenderán la visión neogòtica de la Realeza con el
mismo celo con el que los obispos francos abogaron un siglo antes por la
preservación de la tradición política carolingia. No casualmente, los autores
de las dos crónicas hispanas más importantes del periodo inmediatamente
anterior al auge del ciclo historiográfico cluniacense, la Crónica de Sampiro
y \à Historia Silense, presentan una serie de llamativas similitudes: ambos son
clérigos áulicos al servicio del Rey (notario uno, gramático el otro), ambos
defienden celosamente la institución regia como epicentro político a un tiempo
que guía moral del reino y,finalmente,los dos acabaron siendo recompensa-
dos con el obispado de Astorga.
Sampiro, notario real, elevado a maiordomus regis por Alfonso V de
León, fue el último portavoz de la ideología imperial leonesa de raigambre
neogoticista a la vez que el último representante de un género cronístico que

^E.H. KANTOROWICZ, The King's Two Bodies, op. cit., pp. 72-73. Walter ULLMANN ha
incidido también en la importancia de la Collectio pseudo-isidoriana como fuente de argumentos
fortalecedores de la Realeza, tales como el topos del Rey ungido {A History of Political Thought:
The Middle Ages, Londres, 1965, ed. esp. Historia del pensamiento político en la Edad Media,
Barcelona, 1992, p. 87).

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
698 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

se iniciaba con la invasión árabe"^^. En su escueto y más bien lacónico relato


los protagonistas absolutos son los reyes asturleoneses, sin prestar apenas
atención a cualquier otro aspecto, incluido el religioso. Y es que la exaltación
de la monarquía imperial leonesa, en la línea de la Crónica de Alfonso III,
constituye su principal, sino único, objetivo historiográfico"^^.
Significativamente, el probable autor de la crónica hispana más
interesante del ciclo anterior al cluniacense, el grammaticus Alón (que habría
compuesto en opinión de Justo Pérez de Urbel la Historia Silensé), intercaló
íntegramente la Crónica de Sampiro en el seno de su propia obra. Un mismo
celo neogoticista por exaltar a la Realeza les unía, viéndose, además. Alón en
el trance de defender a esta institución tal y como se la concebía en sus viejos
presupuestos teóricos hispanomozárabes contra los "vientos del cambio"
cluniacenses. Ahora bien, como veremos. Alón de Astorga, el Silense, no va
a dudar en introducir un matiz personal al ideal neogòtico: un matiz de índole
sapiencial.
Buen dominador de los clásicos, como demuestra la utilización en su
crónica de formas poéticas entresacadas de la lectura de Virgilio, Horacio,
Ovidio, Lucano y Salustio"^^, resulta ser el máximo exponente de la alta
capacidad intelectual de la clerecía aulica que se formó en lã schola palatina
del rey Fernando I, un tema sobre el que volveremos después. Alón,
conectado a la corte ya hacia el 1090, abandonará el monasterio de Silos para
asentarse en el reino de León. En el año 1101 lo encontramos envuelto en un
arbitraje de jurisdicciones episcopales en Oviedo, integrado en el séquito del
arzobispo de Toledo, el cluniacense francés Bernardo de Sedirac, pero, eso
sí, en calidad de grammaticus regis"^^. Y es que Alón, pese a alcanzar el
obispado de Astorga en 1122 en calidad de protegido del filocluniacense
Diego Gelmírez"*^, nunca simpatizó ni con los francos, ni con los planteamien-

^^Vid. Justo PÉREZ DE URBEL, Sampiro: notario, cronista y obispo, "Revista de Archivos,
Bibliotecas y Museos", 58 (1952), pp. 203-270.
"^^C. ORCÁSTEGUI; E . SARASA, La Historia en la Edad Media, op. cit., p. 197; vid. Justo
PÉREZ DE URBEL, Sampiro, su crónica y la monarquía leonesa en el siglo X, Madrid, 1952.
"^^Justo PÉREZ DE URBEL, Introducción de la Historia Silense, Madrid, 1959, p. 84.
'^^J. PÉREZ DE URBEL, Introducción de la Historia Silense, op. cit., p. 85.
"^^J. PÉREZ DE URBEL, Introducción a la Historia Silense, op. cit., p. 85.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÌA POLÌTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 699

tos hierocráticos cluniacenses. Sus lealtades estaban claras: el Rey y la


tradición cultural hispanomozárabe.
Esta línea antifrancesa se comprueba cuando, pese a ser buen
conocedor de los anales carolingios y de la Vita Karoli de Eginardo, no duda
un ápice en tergiversar los hechos para denigrar al propio Carlomagno,
encarnación del ideal de príncipe en los escritos cluniacenses. Así, afirma que
el emperador franco abandonó sin más el sitio de Zaragoza porque le compró
el oro musulmán (algo que sería acorde con la mos Francorum) y anhelaba
regresar a la molicie de sus cómodas termas de Aquisgráif^.
No es, pues, de extrañar que sea con una acérrima exaltación de la
tradición cultural hispanogoda con la que dé comienzo a su Historia: "Cum
olim Yspania omni liberali doctrina ubertimfloreret,ac in ea studio literarum
fontem Sapientie sitientes passim operam darent". Esta España en la que las
Artes Liberales y la fuente de la Sabiduríaflorecíanno es otra que la Hispânia
visigótica, el reino que alumbró a San Isidoro de Sevilla y Julián de Toledo,
cuyas crónicas siguió cumplidamente el Silense.
Este comienzo lleno de enjundia se enriquece aún más cuando
concluye que la invasión árabe, descrita como barbarorum fortitudine, hizo
que el estudio y la doctrina se desvanecieran y cayeran en el olvido?^ Esta
espectacular apertura de la Historia Silense resulta tremendamente interesante
por dos razones: 1) establece la preeminencia y excelencia de la tradición
cultural hispano-mozárabe, lo cual no carecía de implicaciones en el contexto
en el que escribía, el de un soterrado conflicto cultural entre las formas
intelectuales y sociales francoborgoñonas (lo que incluía el rito romano)
importadas por Cluny y las pervivencias de la tradición mozárabe; 2)
considera tan importante la virtud de la Sabiduría, esto es, la cuestión cultural,
que la contrapone favorablemente a hfortitudo (atribuida a los "bárbaros"
musulmanes), una virtud mucho más apreciada en el marco de una sociedad
volcada en la guerra. Además, decide situar esta cuestión en el centro de su
discurso historiográfico, al considerar la decadencia del studium como la
principal de las secuelas de la caída de España en manos de los árabes.

^^Historia Silense, 18, ed. cit.: "Tunc Carolus rex... more Francorum auro corruptus...
anelabat etenim Carolus in termis illis citius lavari, quas Grani ad hoc opus delitiose construxe-
rat".
^^Historia Silense, 1, ed. cit.'. "inúndala barbarorum fortitudine, studium cum doctrina
funditus evanuit".

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
700 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

dándole así la vuelta a la argumentación de otras crónicas anteriores y


posteriores quefijarontambién su inicio en la conquista árabe como fuente de
innumerables desgracias pero nunca citaron esta consecuencia, como poco
insospechada, del desembarco de Tarik. En definitiva, el Silense enmarca el
ideal neogoticista de los siglos IX y X^^ en unas coordenadas nuevas, las de
una renovatio studii gothorum (complemento de la recuperación ovetense del
ordo gothorum).
Por consiguiente, estamos ante un pensamiento histórico sapiencialis-
ta, que sitúa a la Sapientia como paradigma en tomo al cual se organiza su
discurso literario. Ello no significa que tergiverse los hechos para construir
un manual del buen gobierno. No, a decir verdad, el Silense no quiso escribir
un espejo de príncipes y a la hora de retratar a los reyes que le antecedieron
en el tiempo, aquellos de los que habla a partir de la lectura de otras crónicas,
no fuerza las biografías para construir edificantes modelos de sapiencia regia.
De este modo, lo único que podemos entresacar en una línea mínimamente
sapiencial de reyes como Ordoño II es su condición de próvidas atque
prudentissimus rex en la guerra, lo cual no implica ninguna atribución de
saber^^. Así, por ejemplo, el que Bermudo I recibiera la instrucción en los
literarum studia en su infancia por orden de su padre, no merece ninguna
alabanza de Alón, quien incluso señala que ello le capacitó más para los
asuntos del Cielo que para gobernar un reino^"*. Y es que, ciertamente, los
modelos regios que presenta el Silense son más bien convencionales y bastante
ajustados a lo que podría esperarse de los más bien agrestes primeros siglos
del reino asturleonés. De Alfonso III el Magno dice que era severus en la
administración del reino, providus en el batallar y perspicuus en el culto
divino. De Alfonso V ensalza su misericordia con los pobres y las iglesias de
Cristo así como su condición de strenuissimus expugnator de la "secta
supersticiosa" de los mahometanos, a la que combatió con odio máximo y celo

^^Manuel DÍAZ Y DÍAZ, De Isidoro al siglo XI, Barcelona, 1978, pp. 233-234; vid. también
de este autor La historiografía hispana desde la invasión árabe hasta el año 1000y "La
storiografia altomedievale", XVH Settimane di studio del Centro Italiano di Studi sull'Alto
Medioevo, t. 1, Spoleto, 1970, pp. 313-343.
^^Historia Silense, 42, ed. cit.: "Erat namque in omni bello providus atque prudentissimus"
^Historia Silense, 32, éd. cit. : "Is ab ipsis puerilibus annis iussione patris literarum studia
traditus, ubi adolevit, pocius celeste quam terrenum sibi regnum afectavit".

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
I D E O L O G Ì A POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 701

por la ley de Dio^^. En fin, de Ordoño II construye un acabado retrato en el


que destaca su misericordia con los necesitados, más allá de la condición
humana, vertiendo una retahila de epítetos muy elogiosos sobre su forma de
administrar el reino tales como iustus, piissimus y honéstate preclaru^^, En
conclusión, se puede decir que el Silense no se aparta del retrato del optimus
Rex cristiano, enemigo victorioso de los musulmanes y devoto protector de
la iglesia y de los pobres, tal y como este se presenta en el ciclo cronístico de
la Alta Edad Media hispana y europea.
Esta ortodoxia argumentai del Silense hace aún más interesante y
llamativa la irrupción del retrato sapiencial de Femando I. Cuando el lector
casi ya ha olvidado el inicio de la crónica y su acendrada proclama sapiencia-
lista, surge de repente ante su mirada, a modo de conclusión de la obra, el
relato de la vida de un verdadero Rex sapiens que, siglos después, mostrará
una preocupación por la Sabiduría que hacía honor a sus antepasados godos.
Se cierra así un círculo en la obra, la ignorancia que los "bárbaros" agarenos
habrían traído consigo se subsana alfinalde la crónica con el brillante reinado
de un restaurador del saber.
En efecto, el rey Fernando habría hecho instruir a sus hijos, incluidas
sus hijas, en particular la infanta Urraca, en las Artes Liberales, así como en
la caza, las armas y la equitación. Esta completa educación otorgada a sus
hijos se habría, además complementado con una serie de disposiciones (no
explicitadas por el Silense) sobre las Artes Liberales, unas disposiciones que
el cronista agrupa, significativamente, junto a una serie de medidas de
carácter militar, englobándolas a todas bajo el calificativo de administratio
regnF.

^^Historia Silense, 13y ed. cit.: "in ecclesias et pauperes Christi misericordie visceribus satis
afluentem, atque barbarorum et eorundem civitatum strenuissimum expugnatorem. Verum legem
Dei zelando, cum barbaricam superstitiosam sectam máximo odio propulsaren.
^^Historia Silense, 42, ed. cit.: "in civibus iustus et misericordissimus, in miserorum et
pauperum necessitudinibus ultra modum humanum misericordie visceribus affluens et piissimus,
atque in universa gubernandi regni honéstate preclarus".
^^Historia Silense, %\,ed. cit.: "Rex vero Fernandus fílios suos et filias ita censuit instruere,
ut primo liberalibus disciplinis, quibus et ipse studium dederat, erudirentur; dein, ubi etas
patiebatur, more Ispanorum equos cursare, armis et venationibus filios exercere fecit, sed et filias,
ne per otium torperent, ad omnem muliebrem honestatem erudiri iusit. Igitur, administratio regni
Fernandi regis, post ubi liberis moribus militibusque aucta... ** Ha llamado mi atención sobre este
pasaje Adehne RUCQUOl, quien considera crçíble esta información en el marco de una historia
de la educación en la Égjaña medieval [Education et société dans la Péninsule Ibérique
médiévale, "Histoire de l'Education", 69 (1996), p. 9].

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
702 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

Ahora bien, lo verdaderamente importante es que Fernando,


serenissimus Rex, no habría llevado a cabo estas cosas arbitrariamente sino
siguiendo las admoniciones de la Biblia. El Silense se las ingenia para
describir con mano maestra una escena de mesianismo regio que no tiene
desperdicio: durante la cerènìóhia de celebración de la Navidad, un coro de
clérigos entona en presentía del Rey castellano un canto de maitines según el
rito mozárabe (more ro/e/a^é^, una alusión nada inocente) en el cual se invoca
el precepto salomónico tantas veces repetido en el Medievo sobre la necesidad
de que los reyes sean sabios: Erudimini omnes qui iudicatis terram. Por
supuesto, el cronista se apresura a declarar que Fernando lo ha cumplido a
plena satisfacción, ya que ha gobernado católicamente el reino en tanto que
Rex'eruditu^^. Así pues, resulta indudable que Alón de Astorga, el Silense,
estableció una justificación ideológica de raíz bíblica para la actuación del
mómarca, una justificación que nos enfrenta a un modelo conscientemente
evocado de Realeza sapiencial. d
En consecuencia, en los años en los que se inicia el ciclo historiográ-
fico climiacense en León y Castilla nos encontramos con ruMs^tradición
historiográfica de raigambre hispano- mozárabe que ha alcanzada suimadurez
en la brillante figura del Silense, Alón de Astorga, quien había dotado a la
Realera castellanoleonesa de un nuevo propósito en su empresa de restaura-
ción del ordo gothorum a la vez que una aureola legitimadofaquespojdría
haber sido sumamente eficaz como bien se demostraría un siglo después.
Decimos "podría" porque la Realeza sapiencial del Silense no va a encontrar
demasiado eco en los cronistas cluniacenses. Sencillamente, no encajaba en
el modelo de Realeza feudalizante e hierocrático que iban a promover en los
reinos hispanos. : ^ -

^^Historía Silense, 105, ed. cit.: "Ceterum in ipsa celebri nativitatis Dominice nocte, cum
clerici festivo more natalicium matitutinum canerent, adfuit inter eos dompnus rex, atque virtute
que poterat letus concinere cepit ultimum sonoum matutinorum:" Advenit nobis, "quem nunc
temporis more Toletano canebant, succentoribus autem respondentibus": Erudimini omnes qui
iudicatis terram, "quod Fernando serenissimo regi non incongrue tunc conveniebant, qui dum
vivere sibi licuit, et regnum catholice gubernavit et seipsum, presso impudicicie freno, funditus
eruditum reddidit".

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 703

IV. LA "HISTORIA RODERICI"


¿PRIMERA CRÓNICA DEL CICLO CLUNIACENSE?

Puntualizando desde un principio que casi todo lo que concierne a la


autoría y fecha de redacción de esta crónica permanece aún al brumoso
terreno de lo hipotético, queremos aventurarnos a utilizar una de las teorías
más factibles sobre las circunstancias de su redacción para así poder engarzar
esta interesante obra en nuestra propuesta de ciclo historiográfico cluniacense.
La teoría en cuestión es la de José Luis Moralejo, quien apunta como
autor de la Historia Roderici al francés Jerónimo de Perigord, monje
cluniacense y obispo de Valencia (1098-1102) durante el efímero dominio
cidiano de la ciudad. Jerónimo, canónigo de Toledo en su calidad de miembro
del séquito del poderoso Bernardo de Sedirac, habría marchado a Valencia en
el año 1098 para asumir la mitra de la ciudad^^. Así pues, Jerónimo de
Perigord era, sin duda, un cualificado portavoz de la primera generación de
cluniacenses franceses venida a España. De él dice el Cantar del Mio Cid que
bien entendido es de letras e mucho acordado, un obispo guerrero que
celebraba misas antes de la batalla y "de pie e de cavallo mucho era areziado,
sospirando ques viese con moros en campo"^°. En cualquier caso, si bien es
cierto que otros autores prefieren otorgar otra cronología a la Historia
Roderici, apuntando a la década 1140-1150^^ como fecha probable de
redacción de la obra, ninguno presenta un candidato a la autoría. En lo que
si están de acuerdo es en señalar el origen no castellano del autor y su
probable condición de clérigo francés o leonés, amén de alguien que pudo
consultar el archivo cidiano en Salamanca (condiciones todas que reúne
Jerónimo de Perigord, obispo de esta ciudad al final de su vida/^.

^^J.L. MORALEJO, Literatura HispanoAatina (siglos V-XVI), "Historia de las Literaturas


Hispánicas no castellanas", ed. J.M. DÍEZBORQUE, Madrid, 1980, p. 65.
^Poema de Mio Cid, vv. 1290-1291, ed. C. SMITH, Madrid, 1996, p. 192.
^^Vid. Antonio UBIETO, L(3 "Historia Roderici" y su fecha de redacción, "Saitabi", 11 (1961),
pp. 241-246 y Colin SMITH, The Dating and Relationship of the "Historia Roderici" and the
"Carmen Campi Doctoris", "Olifant", 9 (1982), pp. 99-112.
^^y/i/. Emma FALQUE, éd.. Historia Roderici, Introducción, "Chronica Hispana SaeculiXII",
"Coq)us Christianomm: Continuatio Medievalis", t. 71, Turnholt, 1990, pp. 11-14; Colin SMITH,
TTie Making of the Poema de Mio Cid, Cambridge, 1983, ed. esp. La creación del Poema de Mio
Cid, Barcelona, 1985, pp. 75-78. En esta dirección también van las elucubraciones de Jacques
HORRENT {Chroniques latines primitives et chansons de geste espagnoles, "Etudes de Civilisation
Médiévale (IXe-XIIe siècles). Mélanges offerts à Edmond-René Labande", Poitiers, 1974, pp.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
704 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

Emma Falque apunta en esta dirección que las similitudes estilísticas


y de fondo entre el exordium de la Historia Compostelana, compuesto por el
francés Gerardo el presbítero, y la introducción de la Historia Roderici
pueden denotar el hecho de que el autor de esta última tuviera acceso a la
primera^^. Ello, claro está, indicaría una fechapostquem de redacción a partir
de 1140, aunque también pudiera no ser otra cosa que el síntoma de una
afinidad ideológica y cultural entre ambas obras, una afinidad muy lógica
como veremos.
De cualquier forma, no nos atañe aquí el dilucidar la fecha de
redacción o la autoría de la Historia Roderici, Lo que realmente nos interesa
es un hecho básico: independientemente de si fiíe realmente compuesta por
Jerónimo de Perigord hacia el 1102 o lo fue por un clérigo francés hacia el
1140, la Gesta Roderici Campidocti presenta un discurso muy parejo al del
ciclo historiográfico cluniacense (en el que insertamos a la Compostelana, de
la cual ya se han citado las similitudes con la crónica de Rodrigo).
La característica más llamativa de Id. Historia Roderici es su condición
de "panegírico monográfico"^ de lafigurade Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid,
un noble castellano desterrado por Alfonso VI de quien se construye una
imagen heroica que contrasta con el oscuro papel que se otorga al propio rey
en la narración. De hecho, transmitirá una velada imagen deRex tyrannus de
Alfonso VI de la que se haría eco décadas después el Cantar de Mio Ci(f^,
una imagen negativa que contrasta tremendamente con el perfil favorable que,
de forma unánime, nos presentan del conquistador de Toledo todos los
cronistas del Medievo hispano.
La imagen heroica del Cid que nos presenta la Historia Roderici está
apoyada en una serie de epítetos como vir bellator fortissimus o campidoctus
in aula regis ("campeador" o lo que es lo mismo: "sabio en el campo de
batalla"), así como en el relato de una serie de hazañas guerreras?^. Pero la
gloria militar del Cid habría atraído no sólo la envidia de los maiores curiae

407-415). A tenor de los contenidos ideológicos de la obra, consideramos improbable una autoría
leonesa, inclinándonos, de no ser factible la hipótesis de Moralejo, por un autor francés en
cualquier caso.
^^E. FALQUE, ed.. Historia Roderici, Introducción, op, cit., p. 13.
^E. FALQUE, éd.. Historia Roderici, Introducción, op. cit., p. 14.
^^Vid. Colin SMITH, The Making of the Poema de Mio Cid, op. cit.
^Historia Roderici, V, ed. cit., p. 48.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÌA POLÌTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 705

sino también la enemistad del Rey, quien acogió las nuevas de una victoria del
Cid dure et moleste. Ante las insinuaciones de los envidiosos de la corte, la
ira regia habría estallado contra don Rodrigo, desterrándole "injustamente" del
reino. Este sucinto relato, contenido en el capítulo XI, es todo él un sutil
ataque contra el rey de León y Castilla. Indudablemente, conceptos como
iniuste, iratus o invidia suggestione suponen aquí una velada acusación de
tiranía contra Alfonso VI^^. Este retrato desfavorable se completa en el
capítulo XXXIV cuando el rey, atendiendo de nuevo las calumnias de los
"envidiosos", da pábulo a estas y sobrecogido de una ira maxima, ordena que
se le arrebaten al Cid todas sus posesiones y honores, así como que se ponga
bajo custodia a su mujer y a sus hijas. Aquí el cronista no se recata en
calificar los actos del rey como "crueles": crudeliter retrudf^.
Ante estas acusaciones, el Cid, a quien se brindan ahora nuevos
epítetos laudatorios como militem probissimum ofidelissimusvassallus
despliega un comportamiento lleno de mesura y fidelidad que contrasta
vivamente con la inquina regia hacia su persona. Este Cid muestra un perfil
perfectamente homologable con el ideal francoborgoñón del gran señor feudal,
manteniendo relaciones de amicitia con reyes como Pedro de Aragón,
fundando iglesias, arengando a su hueste... Todo ello, preciso es recordarlo,
también perfectamente ajeno a la tradición política propiamente hispánica, en
la cual era la Realeza el epicentro de los acontecimientos.
Además, el modelo nobiliario que encama el Cid se ajusta al del
bellator feudal. Así, en su arenga a la hueste previa a la toma de Valencia el
cronista pone en su boca giros como fortes et potentes in bello^^, mientras
que, orando en público en la ciudad una vez tomada, don Rodrigo alude a la
fortitudine gladii como un don divino^°. Creemos que no es aventurado ver en

^^Historia Roderici, XI, ed. cit., p. 51: "Ut autem rex Aldefonsus et maiores sue curie hoc
factum Roderici audierunt, dure et moleste acceperunt et huiusmodi causam sibi obicientes sibique
curiales invidentes regi unanimiter dixerunt... Huiusmodi prava et invidia suggestione rex iniuste
commotus et iratus eiecit eum de regno suo".
^^Historia Roderici, XXXIV, ed. cit., p. 63: "Rex autem, huiusmodi accusatione falsa audita,
motus et accensus ira maxima statim iussit ei auferre castella, villas et omnem honorem, quem
de ilio tenebat. Necnon mandavit intrare suam propriam hereditatem et, quod deterius est, suam
uxorem et libero in custodia illaqueatos crudeliter retrudi..."
^^Historia Roderici, LXVI, ed. cit., p. 91: "Audite me, socii mei dilectissimi et dulcissimi,
estote fortes in bello et potentes..."
'^^Historia Roderici, LXVIII, ed. cit., p. 93.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
706 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

esta imagen cidiana un modelo heroico-feudal de inspiración cluniacense y


proyección hierocrática, en el cual el miles concilia su condición de instru-
mento de Dios con un larvado enfrentamiento con un rey inicuo, del cual es
fiel vasallo, sí, pero nunca sumiso servidor. Ello estaría acorde con el espíritu
de santificación de la caballería al que el abad Odón de Cluny había dado
carta de naturaleza hacia el 944 con su rupturista hagiografía de un miles
santo: San Gerardo (la figura del guerrero era hasta entonces muy mal vista
desde una perspectiva moral cristiana).
En fin, quizá debido a que la historia del Mio Cid nos es tan familiar,
no se ha reparado suficientemente en lo excepcional del planteamiento político
subyacente en la glorificación de este personaje desterrado y maltratado por
el Rey. Un personaje cuya reivindicación suponía, de algún modo, una toma
de partido por la nobleza castellana frente a la Realeza, por un modelo
feudalizante castellano frente a la tradición imperial leonesa. Esta dicotomía
Realeza leonesa-nobleza castellana ya ha sido analizada de forma muy
solvente por Georges Martin*i el marco de otro ciclo historiográfico: la
leyenda de los jueces de Castilla (uno de los cuales. Lain Calvo, sería el
antepasado del propio Rodrigo Díaz de Vivary^ Por tanto, no resulta una
interpretación aventurada el suponer una intencionalidad política de este tenor
en la Historia Roderici. Insistimos, pues, en que es esta perspectiva
ideológica, independiente de su aún no aclarada autoría, la que nos anima a
incluir, a título de hipótesis, esta crónica en el ciclo cluniacense.
Como comprobaremos al abordar la Chronica Naierense, el tema
cidiano inaugurado por la Historia Roderici va a dar lugar todo un ciclo épico
pronobiliario de factura monástica que si bien alcanzará su culmen con el
Poema del Mio Cid, compuesto por laicos, fue antes desarrollado por monjes,
pues monjes fueron el autor del Carmen Campidoctoris (poema compuesto
hacia 1093 por un monje de Ripoll)^^ y el del Carmen de morte Sanctii Regis

^^Vid. Georges MARTIN, Les juges de Castille; Mentalités et discours historique dans
l'Espagne médiévale, Paris, 1992.
^^Juan GIL, éd., Carmen Campidoctoris, Introducción, "Chronica Hispana SaeculiXH", op.
cit. y p. 101. Por cierto gue este poema expone también brevemente el tema de la ira regia de
Alfonso VI, con las insinuaciones de los envidiosos del aula regia, añadiendo que este temía
perder el trono a manos del Cid: "Doñee ceperunt ei invidere / Compares aule / Dicentes regi:
Domine, quid facis? / Contra te ipsum malum operaris, / Cum Rodericum sublimari sinis. /
Displicet nobis. / Sit tibi notum: te nunquam amabit, / Quod tui fratris curialis fuit; / Semper
contra te mala cogitabit / Et preparabit. / Quibus auditis susurrronum dictis, / Rex Eldefonsus,
tactus zelo cordis, Pederé timens solium honoris, / Causa timoris / Omnem amorem in iram

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS ^07

(poema compuesto por un monje de Oña)^^. Muy importante es el Carmen


Campidoctoris, que procede a una temprana "heroización" de lafiguradel Cid
apoyada en su asimilación con los héroes homéricos de la Guerra de Troyá^"^.
Esta heroizaciónfilonobiliariasentó un precedente literario del que se van a
hacer eco otras crónicas del ciclo cluniacense como Id, Historia Naierense, la
Historia Compostelanayla. Chronica Adefonsi Imperatoris. En esta dirección,
Antonio Antelo ha apuntado la relación existente entre fenómenos como el
auge del ordo cluniacense y la difusión del género épico en los reinos
hispánicos^^.
No ha llamado demasiado la atención, en el nivel de análisis político,
el hecho, cuando menos curioso, de que el ciclo épico cidiano sea el primero
de una larga serie de cantares de gesta castellanos (romances o latinos) en los
cuales el Rey no es el protagonista y a veces es, incluso, el antagonista del
héroe (como ocurre en el Poema de Fernán Gonzálezf^^ Sólo desdé el campo
de la filología apunta, en solitario, Colin Smith que la Historia Roderici es
una obra excepcional por ser la primera en España en narrar la vida de una
persona no perteneciente a la Realeza^^. ' -
Algo que contrasta con ciclos épicos de otros países donde se dieron
cantares de ambas tendencias, unafilonobiliariade iriñuéncia eclesiástica y
otra laica promonárquica. Así, por ejemplo, en Francia cofííamos con el ciclo
épico de Carlomagno (cuya obras cumbre son la Chanson de Roland, Le
Pèlerinage de Charlemagne y la Chanson de Guillaume) como expresión de
la mitificación del emperador de la barbafloriday, por extensión, de la
Realeza francesa. También es cierto que el género de las chansons de geste
debía mucho conceptual y estilísticamente a las fórmulas litúrgicas y a los
textos hagiográficos, siendo algunos cantares instrumento de una propaganda
dirigida desde ambientes eclesiásticos pero, en general, los estudiosos del

convertit" (Carmen Campidoctoris, vv. 47-61, ed. cit., p. 106).


^^Colin SMITH, ed., Poema de Mio Cid, op. cit.. Introducción, p. 97.
^^Carmen Campidoctoris, vv. 125-128, ed. cit., p. 108: "Talibus armis ornatus et equo, /
Paris vel Hector meliores ilio / nunquam fiíerunt in Troiano bello / sunt ñeque modo".
^^A.ANTELO, Santiago y Cluny: poder eclesiástico, letras latinas y epopeya,
"Compostellanum", 39 (1994), pp. 367-369.
^^Es algo que apunta tímidamente Salvador MARTÍNEZ en su artículo Tres leyendas heroicas
de la Najérense, "Anuario de Letras", 9 (1971), p. 173, n. 103.
^^Colin SMITH, ed.. Poema de Mio Cid, op. cit.. Introducción, p. 96.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
708 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

tema coinciden en señalar la tradición cultural laica en la que bebieron los


primeros poema épicos franceses^^.
Por tanto, nos encontramos ante una cierta peculiaridad literaria
castellana, a la que habría también que asociar la particular idiosincrasia social
del "principado feudal" de que hablara el admirado Salvador de Moxó^^. Un
fenómeno literario que habría que ligar, en sus orígenes, a la misma fuente de
inspiración hierocrático-feudal que detectábamos en el ciclo cronístico que
estamos analizando: Cluny, quien habría importado los ideales caballerescos
franceses en clave gregoriana, modificando la ética nobiliaria propiamente
hispánica.

V. EL DISCURSO HISTÓRICO FILOCLUNL\CENSE


DE GERARDO DE BEAUVAIS EN LA "HISTORIA COMPOSTELANA"

A diferencia de la Historia Roderici, esta crónica no presenta dudas


sobre su autoría. Y entre sus autores no hay ningún monje cluniacense.
Además, ni siquiera es una crónica del género monástico, sino que fue
compuesta en un capítulo catedralicio por encargo de un obispo. Como su
propio título indica (De Rebus Gestis Domini Didaci Gelmirez), la obra está
concebida para glorificar la figura del arzobispo de Compostela, Diego
Gelmírez. Sin embargo, tenemos razones de peso para incluirla en el ciclo
historiográfico que estamos abordando^°.
En primer lugar, consideramos muy importante el hecho de que dos
de los autores de la Historia Compostelana fueran franceses: el arcediano
Hugo de Portugal (llamado así debido a que posteriormente fue elevado a la
mitra de Oporto) y el magister Gerardo de Beauvais (Giraldus presbyter)^K
Si bien es cierto que no eran monjes y que, al menos, uno de ellos se formó

^^Franco CARDINI, El guerrero y el caballero, "El hombre medieval", ed. J. LE GOFF,


Madrid, 1990, p. 91.
''^Vid. Salvador de Moxó, Castilla, ¿principado feudal?, "Homenaje a Menéndez Pidal", 3
[="Revista de la Universidad de Madrid", 73 (1970)].
^°Esta vinculación de la escuela historiográfica compostelana con Cluny ha sido resaltada,
si bien tímidamente, por Antonio ANTELO {Santiago y Cluny, art. cit., pp. 357-365).
^^Vid. Emma FALQUE, Los autores de la "Historia Compostelana", "Habis", 15 (1984), pp.
157-171 y Luis SALA, LOS autores de la "Historia Compostelana", "Hispânia", 3 (1943), pp.
16-69.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 709

en una schola catedralicia francesa (bebiendo, por tanto, en las primeras aguas
del renacimento del siglo XII), no cabe duda de que su nacionalidad explica
alguno de los contenidos ideológicos de la obra. En cuanto a su relación con
los monjes negros, hay que consignar que Hugo de Portugal, siendo ya obispo
de Oporto, mantuvo un estrecho contacto con el abad Poncio de Cluny como
relata la propia Historié^. Y no deja de ser un dato interesante, en este
sentido, el que Gerardo acabara siendo abad, tan letrado como religioso, y
asistiera, en compañía de Pedro el Venerable a la consagración del altar de
San Lorenzo de la abadía de Morigny por parte del papa Inocencio II en el
año 113P.
En segundo lugar, como venimos argumentando a lo largo de este
trabajo, opinamos que es en la similitud básica del discurso histórico-ideoló-
gico de la Historia Compostelana con el de otras crónicas cluniacenses del
siglo XII, en donde reside el punto de apoyo para incluir esta obra dentro del
ciclo historiográfico que estamos analizando (coincidencia ideológica que
justificaremos a lo largo de este capítulo).
En tercer y último lugar, la estrecha alianza política establecida entre
el ambicioso arzobispo compostelano, tutor de Alfonso Raimundez y aspirante
a la primacía de su sede en España^"^, y la poderosa Orden de Cluny, invita a
presuponer una cierta afinidad ideológica entre los postulados cluniacenses y
el discurso historiográfico de los canónigos al servicio de Diego Gelmírez.
Numerosos ejemplos de esta afinidad los encontramos en la propia Historia
Compostelana. Xavier Garrigós escribe a este respecto que hay motivos más
que suficientes para concluir que las relaciones entre el arzobispo y Cluny
fueron muy cordiales y frecuente^^. No es aventurado pensar, señala
Garrigós, que los emisarios del arzobispo ante el Papa utilizaran Cluny como
lugar de consulta previa, algo que él mismo hizo en 1104^^. Finalmente, si
Gelmírez acabó obteniendo la dignidad arzobispal para su sede fue, principal-

^^L. SALA, LOS autores de la "Historia Compostelana", art. cit., p. 47.


^^E. FALQUE, éd., Historia Compostelana, Introducción, Madrid, 1994, pp. 13-14.
^'^Vid. A.G. BiGGS, Diego Gelmírez. First Archbishop of Compostela, Washington D.C.,
1949.
^^X. GARRIGÓS, La actuación del arzobispo Gelmírez a través de los documentos de la
Historia Compostelana, "Hispânia", 3 (1943), p. 379.
^^X. GARRIGÓS, La actuación del arzobispo Gelmírez, art. cit., loe. cit.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
710 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

mente, debido a las presiones ejercidas por Cluny sobre el papa Calixto II, él
mismo un cluniacense. Y es que, según señala la propia Historia Compostela-
na, la amicitia entre Cluny y Gelmírez hizo que el abad de abades Ponce se
inmiscuyera en este negotium^'^. La amicitia entre los monjes negros y Diego
Gelmírez queda reflejada plásticamente en una serie de cartas transcritas en
la Historia Compostelana. En una de ellas, el abad Poncio habla de làfidelis
devotio y sincera dilectio por Cluny que los monjes negros que habían viajado
a Compostela habían hallado en el arzobispo, quien siempre tenía en su boca
y en su corazón a la Orden monástica^^. Del mismo tenor es otra carta del
abad Poncio, en la que se alude a la relación "especial" (specialiter) dt pío
afecto y eximia devoción que dispensa el arzobispo compostelano a la domus
beati Petri (esto es, Cluny), proclamándose a su vez el abdidpraecordialis et
singularis amicus de Gelmírez y exhortándole a sustentar a la Orderf^.
Pedro el Venerable, sucesor de Poncio al frente de los monjes negros,
escribirá diez años después (1131) otra carta a Diego Gelmírez en la que se
comprueba que las relaciones seguían siendo excelentes: "damos gracias por
tanta delicadeza, por tan ferviente y perseverante amor con que a nosotros y
a nuestras cosas ayudáis y sustentáis.... no dejéis de usar de la benignidad
acostumbrada respecto a nuestras cosas (sic) que están cerca de vosotros"^^.
Resulta, pues, indudable que la amicitia entre Cluny y Gelmírez fue
una realidad políticafirmementeasentada. Pero, ¿tuvo esto implicaciones en
el nivel de las mentalidades políticas reflejadas en la Historia Compostelanal
Creemos que sí. En particular en lo que toca a los capítulos de la crónica que
compuso Gerardo de Beauvais. De entre estos capítulos merece especial
mención el capítulo XIV del libro segundo, que es en sí mismo un panegírico
de Cluny digno del más entusiasta monje negro.
Este capítulo da cuenta de las desavenencias entre el abad Poncio de
Cluny y el arzobispo Guido de Vienne (hermano del conde de Galicia, el

^^X. GARRIGÓS, La actuación del arzobispo Gelmírez, art. cit., p. 379 {Historia Compostela-
na, II, e. 11).
^^Historia Compostelana, II, c. 34, ed. FLOREZ, España Sagrada, XX, Madrid, 1765 (reed.
1965), p. 318: "vestra fidelis devotio et sincera dilectio quam erga nos habetis, multum nos vobis
efficit debitores: referunt namque nobis fratres nostri a vobis venientes, quoniam nos semper in
corde et in ore vestro sumus" (la carta está fechada en el año 1121).
^^Historia Compostelana, II, c. XLIV, ed. lat. cit., pp. 337-338.
^Historia Compostelana, HI, c. XXVI, ed. E. FALQUE, p. 538.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 711

borgoñón Raimundo), quien era también monje cluniacense. Como fruto de


estas desavenencias, cuando Guido de Vienne es elevado en 1119 al solio
pontificio con el nombre de Calixto II, el abad de abades se muestra reticente
ante la elección y espera un tiempo antes de aprobarla con reluctancia. Un año
después, Calixto II tendrá su particular Canossa, una escena de humillación
de la dignidad papal que Gerardo de Beauvais se complace en relatar. En
efecto, el papa viajó a la abadía de Cluny en la Navidad del año 1120 para
postrarse derramando lágrimas (postravit se humi con lacrymis) delante del
abad Poncio y de todo el capítulo cluniacese, undi gloriosa caterva monacho-
rum que se erigía en juez de un Vicario de Pedro que actuaba como un novicio
atrapado en una falta^^ A continuación, no podía ser de otra forma, el abad
y sus monjes se postran también y ruegan al Papa que se levante.
Ya todos erguidos, Calixto II inicia un largo discurso en el que
proclama sin ambages que la excellentia charitatis de los monjes negros ha
subyugado al mundo, razón por la cual desea volver a ser confratrem et
conmilitonem de la Orden y se muestra arrepentido de haberles ídXtàáo por
amaros menos^^. Esta escena cuasipenitencial de humillación pontificia
termina con la única conclusión posible. El breve pulso que Calixto II había
mantenido con Cluny había demostrado quien ejercía realmente el liderazgo
espiritual de Occidente cristiano y al pontífice no le queda otro remedio que
declarar que los asuntos más importantes de la Iglesia Romana serán resueltos
con vuestro consejo^^, supeditándose la Sede Romana al arbitrio et Consilio de
la poderosa Orden. En esto consistió, pues, el nuevo vínculo de amor entre la
congregación cluniacense y el Pontificado, un vínculo que enseguida
empezaría a operar en beneficio de Gelmírez, quien obtendría inmediatamente
de Calixto II la anhelada dignidad arzobispal, por mediación de su amicus
Ponce, amo y señor de la Iglesia en esos instantes.

^^Historia Compostelana, II, c. XIV, éd. lat. cit., p. 285: "Die vero Epiphanie Domini
Calixtus Papa venit in Capitulum praesente Abbate cum tanta tamíjue gloriosa caterva
Monachorum. Tune magna caritatis gratia compunctus prostravit se humi cum lacrymis coram
Abbate et Cluniacensi Conventu" (ed. E. FALQUE, p. 326).
^^Historia Compostelana, loe. cit.: "... desidero me confratrem et conmilitonem vestrum
haberi: video enim quia charitatis vestrae excellentia totum mundum subjugavit. Si quid minus
diligendo vos usquemodo circa partem vestram deliqui, poenitet modo".
^^Historia Compostelana, loc. cit. : "malora negotia Romanae Ecclesiae quae his in partibus
definienda fuerint, Consilio vestro praecipue defmiantur, persona mea arbitrio et Consilio vestro
suppeditetur" (ed. E. FALQUE, pp. 326-327).

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
712 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

Este capítulo tiene un colofón acorde con los hechos descritos, un


colofón a modo de panegírico final que creemos muy indicativo del ánimo
procluniacense del cronista: "A decir verdad, el monasterio de Cluny aventaja
a todas las iglesias de Francia y destaca por encima de ellas en santidad y
caridad. Por ello interesaba al papa Calixto que el monasterio de Cluny fuera
muy íntimo suyo, su refugio y apoyo"^"^. Se había reparado en este pasaje de
la crónica por parte de Emma Falque y otros autores con el fin de subrayar la
nacionalidad de Gerardo de Beauvais^^, pero nosotros aquí vemos algo más:
una devotio singularizada por el Monasteríum, acorde con la amicitia que los
monjes negros habían mostrado por el señor de Gerardo, el arzobispo
Gelmírez. Esto lo corrobora el hecho de que un clérigo hispano como Munio
Adefonsiades, el tesorero de la iglesia de Santiago que inició la Historia
Compostelana, dedique parecidos elogios a Cluny, de la que habla con
encomio llamándola cabeza de toda la religión monástica, una santísima
congregación que, en su opinión, existe por voluntad divina^^. No sería, por
tanto, solamente debido a la nacionalidad el enfoque de Gerardo. Se trataría,
más bien, de una línea ideológica.
Una línea ideológica que también estaría presente en el Liber Beati
lacobi (integrado en el célebre Codex Calixtinus), obra de un clérigo francés
asentado en Compostela, el presbítero Aymerico Picaud (el Pictavense). En
el Liber Beati lacobi, compuesto hacia 1134 y falsamente ligado por el propio
autor a lafiguradel papa cluniacense Calixto II, encontramos un espíritu muy
similar al de la Historia Compostelana: exaltación de Cluny, promoción de
Compostela en tanto que lugar de peregrinación, compromiso con los intereses
de Diego Gelmírez^^... Es significativa, además, la inclusión de un anuncio
profético: cuando se caiga la llave de la estatua de Hércules en Cádiz
aparecerá un rey galo que recuperará España de los moros: como ha dicho el
profesor Diego Catalán, la Gesta Dei per Francos se proyectaba así al sur de

^Historia Compostelana, loe. cit., ed. E. FALQUE, p. 327.


^^E. FALQUE, Los autores de la Historia Compostelana, art. cit., p. 162.
^^Historia Compostelana, I, c. XVI, ed. lat. cit., p. 45: "Cluniacum, videlicet ad caput totius
Monasticae Religionis... illius Sanctissimae Congregationis quam ibi divinitus prefecto esse
credimus" (ed. E. FALQUE, p. 101); L. SALA, LOS autores de ta "Historia Compostelana", art.
cit., p. 51.
^^Vid. Manuel DÍAZ Y DÍAZ, El "Liber Sancii lacobi". Situación de los problemas,
"Compostellanum", 32 (1987), pp. 359-442. De hecho, Bédier y otros muchos autores de la
primera mitad de nuestro siglo llegaron a atribuir su autoría a un monje cluniacense.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 713

los Pirineos^^. Este tema milenarista encaja a la perfección con el programa


filofrancés de Cluny y con la exaltación carolingia que más adelante se
descubre en la Chronica Adefonsi Imperatorís, Y es que parece que en la corte
de Alfonso VII el Liber Beati lacobi tuvo una gran acogida. Una acogida no
mayor que la que se dispensó allende los Pirineos a la Guía del peregrino o
a la exitosa Historia Rotholandi del Pseudo-Turpin, una chanson de geste que
constituye el cuarto libro del Codex de Calixto II.
Realmente, la inclusión en el marco del Codex Calixtinus de este
cantar de gesta (una narración fantástica de los hechos de armas de Carlomag-
no atribuida al arzobispo Turpin de Reims) constituye el mejor indicio posible
de la estrecha vinculación existente entre el género épico hispánico y la
historiografía cluniacense. Hay que recordar que el Codex es ante todo un
compendio de homilías, ceremoniales jacobeos y relatos hagiográficos. Así
pues, la inclusión en su seno de \à Historia del Pseudo-Turpín sólo se explica
a partir de dos motivos: 1) el hecho probado de que la composición original
de la Historia Rotholandi tuvo lugar en ambientes cluniacenses de Borgoña
(puede que, incluso, en el círculo del propio Calixto 11)^^; 2) los buenos ojos
con los que la mentalidad cluniacense contemplaba un género literario que
estaba contribuyendo a promocionar.
Puesta en claro la estrecha vinculación ideológica de la Historia
Compostelana con el espíritu cluniacense, vamos a abordar el pensamiento
estrictamente político de la crónica. Que la Historia Compostelana es algo
más que un relato de los acontecimientos nos lo indica su propio exordium
inicial: "los antiguos padres, preocupados por la educación y la formación de
la posteridad... juzgaron que estas cosas en modo alguno debían ser
entregadas al olvido sino más bien tenían que recordarse de manera viva y
duradera, para que los que vinieran detrás, al leerlas con bastante frecuencia
anotaran en las mismas historias las costumbres y las alabanzas de los sabios
y de las personas virtuosas, y estimulados hacia la virtud, por el recuerdo de
las hazaüas desearan imitar a los ejemplares y diligentes varones en virtud y
diligencia y seguir sus pasos, y evitaran por el contrario los vicios y las malas

^^Vid. Diego CATALÁN, El "lacobus": la "Gesta Del per Francos" en Compostela,


conferencia pronunciada en el curso de la Mesa Redonda "Identidad y representación de la
frontera en la España medieval (ss. XI-XIV)", Madrid (Casa de Velázquez-UAM), 14-15
diciembre, 1998, en prensa.
^Manuel DÍAZ Y DÍAZ, El "Liber Sanai lacobi", art, cit., pp. 391-392.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
714 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

costumbres de los necios" ^°°. Conceptos como instructio, eruditio e imitatio


aplicados a la memoria histórica indican bien a las claras que esta crónica no
pretende sin más narrar las res gestae: hay una intencionalidad didáctica,
especular en lo que toca a la enseñanza política. No olvidemos esto a la hora
de analizar los perfiles regios que nos presentan, de forma nada inocente, los
redactores de la Historia Compostelana.
En esta dirección, llama la atención en primer lugar un topos que se
repite con insistencia, el del Rex tyrannus. Este arquetipo político, caro al
pensamiento hierocrático, va a ser aplicado indistintamente por la Historia
Compostelana en dos niveles diferentes: la Querella de las Investiduras y el
enfrentamiento entre Urraca y Alfonso el Batallador por el control de los
reinos de León y Castilla. En ambos conflictos, el cronista toma abiertamente
partido por el bando clerical (bien el Papado, bien Urraca) y aplica la imagen
tiránica a sus oponentes, paladines ambos de una Realeza fuerte.
De esta forma, al emperador alemán Enrique V, excomulgado por
Calixto II, se le alude siempre como tyrannus Teutonicorum y únicamente en
una ocasión se le llama por su nombre e intitulación. El cronista le acusa de
pretender reunir en sus manos las dos espadas, el poder espiritual y el poder
temporal: regali namque et ecclesiastica sibi mancipan et manu teneri^^K El
concepto de "tiranía" que aquí maneja el maestro Gerardo es, por consiguien-
te, de raíz gregoriana y consiste básicamente en la impía persecución de la
Iglesia romana y no en consideraciones políticas de índole secular como
atentar contra la lus titia.
Parecido trato recibe el aliado del emperador, el arzobispo de Braga
Mauricio Bourdin (elegido como antipapa con el nombre de Gregorio VIII),
a quien se acusa agriamente de ser un incestuoso ídolo del tirano^^^, alguien
a quien la violentia regis teutonicorum habría elevado al solio pontifício^^^ En
este personaje, enemigo personal de Diego Gelmírez en su dura pugna por la
preeminencia eclesiástica en el noroeste de España y también enemigo
ideológico por su alineamiento con el partido imperial en la Querella de las

^^Historia Compostelana, exordium, ed. lat. cit., p. 3 (ed. E. FALQUE, p. 64).


^^^Historia Compostelana, II, e. V, ed. lat. cit., p. 263 (ed. E. FALQUE, p. 306).
^^^Historia Compostelana, lì, e. XV, ed. lat. cit., p. 284 (ed. E. FALQUE, p. 327);
curiosamente, Mauricio era un monje cluniacense de origen francés, algo que, teóricamente,
debería haberle situado en el otro bando.
^^^Historia Compostelana, I, c. CXVII, ed. lat. cit., p. 250 (ed. E. FALQUE, p. 290).

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS ^15

Investiduras, se fusionan las dos fobias políticas de Gerardo de Beauvais.


Veáse si no el trato dado por Gerardo a Pelayo Menéndez, sucesor en la mitra
bracarense del efímero antipapa: se le califica sin más de idiota^^. Un
desprecio que no obedece, como quiere Emma Falque, a la "sinceridad" del
maestro Gerardo, ni tampoco a su "ingenuidad" como pretende López
Alsina^^^ Es, más bien, prueba de un implacable designio de denigrar a los
enemigos estratégicos e ideológicos de Gelmírez.
Helene Wieruszowski ha estudiado un ejemplo paralelo de aplicación
en esos años del arquetipo tiránico a otro soberano enfrentado a la Iglesia,
alguien demasiado consciente de las prerrogativas de la dignidad regia: Roger
II de Sicilia. Su apoyo al cuestionado ¿papa? Anacleto II, elegido en 1130 en
polémicas circunstancias, le valió la animadversión de los monjes de toda la
Cristiandad latina. Y, especialmente, la del poderoso abad Bernardo de
Claraval, cuya figura empezaba a hacer sombra al abad de abades de Cluny.
San Bernardo, agudo polemista, va a emprender una eficaz "campaña de
propaganda" contra Roger II cuyo eje principal es la acusación de ser un Rex
tyrannus. En el pensamiento del abad cistcrciense, como ocurre en Ì3.Historia
Compostelana, el topos tiránico se asocia al del Rex impius (proyección
hierocrática gregoriana) y no al del Rex iniustus (proyección isidoriana del
mal gobierno secular). El único delito de Roger II es apoyar a un papa
cismático y ser, por tanto, un invasor Imperii y un "perseguidor de la Iglesia",
faltas que le convierten en indigno del trono (en el epistolario bernardiano se
le menciona siempre como el usurpator siculoY^^.
En cuanto a Alfonso el Batallador, la otra "bestia negra" de Gelmírez,
se puede decir que belligerum ("belicoso") es el adjetivo más laudatorio que
le dedica el cronista. En aplicación del modelo literario ya descrito, se le
moteja repetidamente de tyrannus, alguien dominado por la ilícita ambitio
Regni, Aquí Gerardo de Beauvais saca a relucir sus mejores dotes de narrador
para ofrecernos un retrato desolador de la tyrannidis aragonensis, un relato
que ha denigrado de una forma duradera la imagen del Rey Batallador:
cuántos y cuales daños había causado a los hispanos, escribe Gerardo,

^^Historia Compostelana, I, c. CXVII, loe. eit.


'°^E. FALQUE, ed., Historia Compostelana, op. cit., p. 290, n. 796; F. LÓPEZ ALSINA, La
ciudad de Santiago de Compostela en la Edad Media, Santiago de Compostela, 1988, p. 77.
'°^Helene WIERUSZOWSKI, Roger II of Sicily, Rex tyrannus, in Twelfth-Century Political
Thought, "Speculum", 38 (1963), pp. 53-58.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
716 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

"encendido por el fiíror de su tiranía, a saber: las cosas divinas y las humanas
audazmente profanadas, las iglesias de España gravemente perturbadas, los
tesoros de las iglesias violentamente arrebatados, y sus heredades y predios
expoliados, los caudillos y todos los jefes de Iberia, unos hechos prisioneros
por él mismo y cargados de cadenas, otros aniquilados por las espadas, los
pobres muertos a hierro, de hambre o de frío, los mismos sacerdotes del
Señor, los propios obispos, los maestros de las iglesias, cautivos como
ladrones y salteadores, expulsados de sus sedes y afligidos por diversos
ultrajes"^^^
Este pasaje, de sobra conocido por los medievalistas, ha de ser
contemplado bajo una nueva perspectiva que supere la mera descripción de los
acontecimientos. Lo cierto es que el discurso histórico de la tiranía tenía en
el Medievo muchas convenciones retóricas que el cronista compostelano sigue
aquí a rajatabla. Precisamente, las "devastaciones" apocalípticas que del paso
del ejército del Batallador pinta Gerardo afectaron particularmente al clero,
como el propio cronista deja vislumbrar. Hay, es cierto, una alusión a los
pauperes, "muertos a hierro", de hambre o de frío, pero es apenas una línea
en la larga lista de acusaciones. En cuanto a los Hiberiae heroes, artificio
literario que denota a los nobles leoneses y castellanos del bando antiaragonés
(de nuevo nos encontramos con el motivo cluniacense de la heroización
nobiliaria), el reseñar que fueron cargados de cadenas o aniquilados por la
espada podría bien parecer un elogio al genio militar del Batallador si el que
manejara la pluma fuera otro. No, ciertamente, lo que mueve la indignación
de Gerardo es la Ecclesiae persecutio, que su mentalidad hierocrática asimila
a la destrucción de España (in Hispânia attritionemY^^.
El retrato del "tirano aragonés" es completado con un episodio muy
significativo. Amén de adornar al Batallador con una serie de epítetos
despectivos (ferox, impius...), el cronista le va a negar la virtud de la
Sapientia al relatar su entrevista con un legado pontificio, el abad de Chiusa.
Al negarse el rey aragonés a acceder a las peticiones del legado papal y
renunciar a su unión consanguínea con la reina Urraca, Gerardo de Beauvais
glosa esta decisión con un pasaje del Liber Sapientiae Salomonis (I, 4): En el

^^Historia Compostelana, I, c. LXXIX, ed. lai. cit., p. 138 (ed. E. FALQUE, p. 190).
^^^Historia Compostelana, I, c. LXXIX, loc. cit., p. 139.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 717

alma malévola no entrará la Sabiduría^^, En definitiva, la imagen tiránica del


Batallador no hubiera quedado completa sin una imagen sapiencial en
negativo, la del Rex illitteratus en tanto que impius.
Ciertamente, Gerardo, magister y didascalus, otorgaba una cierta
importancia al Ideal sapiencial en tanto que imagen positiva y legitimadora de
los personajes que él consideraba dignos de unlaus. Por ello, en la semblanza
de su señor, el arzobispo Gelmírez, verdadero eje de la Historia Compostela-
na, va a prodigar epítetos sapienciales como prudens, providus o sapiens en
tanto que eficaz mecanismo laudatorio. Raramente va a conceder estos
epítetos sapienciales a otros personajes, ya sean clérigos o laicos^^^.
Gerardo de Beauvais traza, con unas pocas pinceladas, un retrato
sapiencial del arzobispo en su juventud en un capítulo intitulado "de ingenio
et moribus Didaci Episcopi": "fue un buen muchacho, instruido en las letras
en la iglesia de Santiago y educado en la curia de este obispo"^^^ El conde de
Galicia, Raimundo, va a elevarle a la dignidad de praepositus de la iglesia y
señorío de Santiago al observar que "este joven era perspicaz, adornado de
buenas costumbres y dotado de vivo ingenio"^^^. Así pues, la semblanza de
Gelmírez se apoya en tres cualidades: eruditio in litteris, velox ingenium y
bonae mores. Cualidades que, según el cronista, van a tener una repercusión
en la actividad política del arzobispo compostelano.
Muerto el rey Alfonso VI, cuando la tierra era devastada por la
guerra, el arzobispo de Compostela aparece ante los atribulados gallegos como
el sucesor natural de la autoridad regia, tan rebajada en los días de la débil
reina Urraca. Y ello merced a que "era hombre de esclarecido ingenio,
prudente en sus consejos, discreto en su juicio, veraz y fervoroso en su celo
de justicia" ^^^. Así, la reina doña Urraca va a verse obligada a entenderse con

^^Historia Compostelana, I, c. LXXIX, loe. cit., p. 139: "In malivolam animam non intrabit
Sapientia" (ed. E. FALQUE, p. 191).
'^^Una de las raras ocasiones en que lo hace es cuando al papa Urbano II se le califica
admirativamente como providentissimus episcopus al reseñarse la convocatoria del Concilio de
Clermont {Historia Compostelana, l, c.W, ed. lat. eit., p. 20).
^^^Historia Compostelana, H, e. E, ed. lat. cit., p. 254 (ed. E. Falque, p. 299).
^^^Historia Compostelana, II, e. II, loe. eit., p. 255 (ed. E. FALQUE, p. 299).
^^^Historia Compostelana, I, c. XLVII, ed. lat. cit., p. 97 (ed. E. FALQUE, pp. 154-155):
"ingenio clarum, Consilio providum, ratione discretum, veracem et rectitudinis zelo ferventem".

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
718 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

él en 1123, debido a que la prudentia de Gelmirez le era muy necesaria^^^. Y


es que, según apostilla el maestro Gerardo, el consilium y awcilium del
arzobispo eran precisos para dominar el reino de Galicia, pues su prudencia
y su poder sobresalían muy alto^^^. Esta parejdí prudentia-potentia forma parte
del giro literario latino Fortitudo-Sapientia, una dualidad de virtudes muy
utilizada desde la Antigüedad para retratar moralmente a un personaje. Quince
años más tarde, enfrentado al hijo de Urraca, el ya anciano Gelmírez dudaba
en si excomulgar a su antiguo pupilo, el emperador Alfonso VIL Pero, en
palabras del cronista (que probablemente ya no era Gerardo), el arzobispo de
Compostela era, en su senectud, providus, discretione et sapientiafloridus,
y escogió "sabiamente" no provocar la ira regia, nuntia mortis ("mensajera de
la Muerte")''^
Frente a este acabado perfil sapiencial de Diego Gelmírez, nos
encontramos con un único ejemplo paralelo de aplicación del arquetipo del
Rex sapiens en la crónica compostelana. En realidad, Alfonso VI va a ser el
príncipe mejor tratado, de largo, por el taller historiográfico compostelano.
En su persona se van a acumular sucesivas imágenes del optimus princeps, en
una cantidad tal, que el capítulo dedicado a ello es, en sí mismo, im pequeño
speculum principis. En efecto, pareciera como si Gerardo de Beauvais que
toma justo aquí la pluma para sustituir a Munio Adefonsiades, quisiera abrir
su parte de la crónica con un acabado retrato de un Rey por el que, sin duda,
debía sentir profunda admiración.
Basta llevar a cabo una escueta enumeración de los arquetipos regios
aplicados al rey Alfonso para comprobar la presencia de un modelo principes-
co de intencionalidad didáctica. En primer lugar se transmite la idea de que
el reinado de Alfonso VI fue un periodo de paz en todo el reino, paz que
terminaría abruptamente con su muerte, iniciándose un periodo de convulsio-
nes: "tras su muerte, lafidelidad,como si nunca hubiese existido, es relegada
y la paz que en otro tiempo había dominado el reino desaparece"^^^. Así pues,
Alfonso encarnaría el arquetipo del Rex pacificus. Pero también el delií^x

^^'^Historía Compostelana, II, c. LIX, ed. lai. cit., p. 382 (ed. E. FALQUE, p. 411).
^^^Historia Compostelana, II, c. LIX, loc. cit.: "quippe cuius prudentia, cuius potentia altius
eminebat".
^^^Historia Compostelana, III, c. LIV, éd. lat. cit., pp. 594-595 (éd. E. FALQUE, pp.
596-597).
^^"^Historia Compostelana, I, c. XLVII, loc. cit.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 719

catholicus, ya que sería admirable por la "virtud de su santidad" : Qui nimirum


Rex mirae sanctitatis virtute conspicuus^^^. Esta sanctitas regis se ve reflejada
en la liberación de muchos lugares en poder de los ismaelitas por obra de su
"invicta espada"^^^, lugares reconquistados en los que edificó iglesias que se
consagraron al culto divino. El perfil del rey piadoso se apoya, pues, en dos
pilares: idi pugna profidei y la construcción de iglesias.
Ahora bien, lo que más nos llama la atención de este perfil de príncipe
cristiano ideal, luz y escudo de las tierras de España, es la atribución a un
gobernante laico de cualidades sapienciales, algo, en principio, bastante ajeno
al espíritu cluniacense. Gerardo de Beauvais habla sin reparos de hscientia
regis Adefonsi (así intitula el capítulo), de la admirable capacidad de su
ferventis ingenius y, finalmente, de su sapientia, una virtud que alinea con
otras como la humildad y la discreción^^^.
En fin, resulta bastante complejo explicar la aparente contradicción
que supone esta exaltación regia en una crónica y en un cronista, como
Gerardo de Beauvais, quien, como hemos visto, es más bien reacio a todo lo
que signifique una Realeza fuerte y autosuficiente. Evidentemente, la
explicación podría encontrarse en los favores concedidos por Alfonso VI al
clero, al rito romano y a la Orden de Cluny. Desde luego, la suya era la
figura regia del pasado más facilmente asumible por un clérigo progregoriano
como el maestro Gerardo. Por otro lado, la exaltación de la figura del
conquistador de Toledo facilitaba el claroscuro con los años de devastación y
ruina que habría acarreado a los reinos de León y Castilla el "tirano
aragonés ". La mitificación de Alfonso como Rexpacificus obedecería, de esta
forma, a una maniobra más de denigración del Batallador.
No obstante, hay algo más. Cuando Gerardo escribe sobre l2iscientia
regis de Alfonso VI no se refiere a que fuera un Rex eruditus. No, lo que
pretende, ante todo, es dar a entender que gobernó "sabiamente" sus reinos.
¿Y cómo gobernó? Escuchemos la versión de Gerardo: "Y en el gobierno de
sus subditos... no se complacía en su excepcional y elevada posición, sino que

^^^Historia Compostelana, I, c. XLVI, ed. lat. cit., p. 94. En la edición de Emma Falque,
muy correcta en líneas generales, se obvia inexplicablemente la traducción de esta virtud regia.
Asi, su traducción sería: "este rey, destacado por la virtud de su notable dignidad" (p. 152), lo
que no hace justicia al espíritu del texto.
^^^Hisíoría Compostelana, I, c. XLVI, loe. cit., p. 95 (ed. E. FALQUE, p. 152).
^^^Historia Composîelana, I, c. XLVI, loc. cit.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
720 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

él mismo creía en la igualdad de la condición humana . Sabía que si


despreciaba a sus súbditos, iguales a él por naturaleza o no los gobernaba
como convenía, ofendería gravemente por todo ello al Rector de toda la
Creación, ante el cual todos somos iguales por naturaleza^^^ En el análisis de
este pasaje hay que ser extremadamente cuidadosos y prestar enorme atención
a los matices. Parece evidente, si nos ubicamos correctamente en el momen-
tum histórico-ideológico del siglo XII, que esta proclama de gobierno
igualitarista no tiene nada que ver con consideraciones presentistas que nos
invitarían a pensar en el pueblo llano. Muy posiblemente, Gerardo de
Beauvais, hijo de su tiempo, pensaba en la nobleza y el clero cuando escribía
que el rey Alfonso gobernaba siendo muy consciente de que había súbditos
suyos que eran sus aequales natura.
Esta precisión explicaría el siguiente pasaje del capítulo: "Por lo que,
con qué justa y templada moderación exigía de sus súbditos lo que se le debía
a su poder o cómo vivió en paz entre ellos ('pacificus extiterit'), lo mostraron
abiertamente después de su muerte la ruina de los nobles y las guerras que
siguieron"^^^. Por tanto, la nobilium pemicies, "la ruina de la nobleza", es
aquí el concepto fundamental que baraja Gerardo. Y es que, posiblemente,
tenía in mente al sector nobiliario cuando alababa la temperatio con que
reinaba Alfonso VI, una templanza que consistiría en contar con el auxilium
y el consilium del clero y la nobleza, con lo que se señalaba a los lectores una
edad de oro en la cual un Rex pacificus gobernaba en armonía con estos dos
ordines. Aquí y sólo aquí residiría, en nuestra opinión, la explicación del laus
regis con el que encabeza Gerardo de Beauvais sus capítulos.

VI. LA "CHRONICA ADEFONSI IMPERATORIS":


MÁXIMO E X P O N E N T E HISPÁNICO
DEL MODELO CLUNIACENSE DE REALEZA

El caso de la Chronica Adefonsi Imperatoris, dados sus contenidos y


las circunstancias que envuelven su redacción, resulta ser el más paradig-
mático del ciclo historiográfico cluniacense. Una crónica que, si prestamos

^^^Histona Compostelana, I, c. XLVI, loe. cit.


^^^Historia Compostelana, I, c. XLVI, loe. eit.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 721

oídos a la teoría de Ángel Ferrari, había sido compuesta por Pedro de


Poitiers, un monje cluniacense francés en quien no encontramos a un monje
negro cualquiera sino nada menos que el secretario personal de Pedro el
Venerable, abad de abades de Cluny^^^ Otro posible autor pudo haber sido
Arnaldo, obispo de Astorga entre el 1144 y el 1153. Pero dado que también
era francés y cluniacense no cambiarían mucho las circunstancias de la
redacción de la Chronica Adefonsi^^^. Lo que sí es significativo es que el
francés Arnaldo portara la mitra de Astorga, silla episcopal que ya habían
ocupado los dos últimos cronistas del ciclo hispanomozárabe: el gramático
Alón (posible alter ego del Silense como ya se ha dicho) y el notario
Sampiro^^^. No obstante, como veremos, las coordenadas del discurso
histórico de Arnaldo difirieron sustancialmente del de sus antecesores en la
cathedra asturicensis.
Estas coordenadas son, en palabras de Ángel Ferrari, la de "un retrato
universalmente válido y ejemplar de gobernante cristiano supremo, según se
entendía a la sazón la verdad universal, como secuela de la Verdad absoluta
definida por el dogma trinitario" ^^^. En un reciente trabajo sobre el discurso
político de la Chronica Adefonsi Imperatoris, Isabel Las Heras opina, en este
sentido, que el cronista "le da un marcado carácter apologético que manifiesta
las líneas rectoras de la política imperial"^^^. Es la Chronica, pues, una obra
historiográfica de un marcado cariz apologético, un exemplum principis
cluniacense, cuyas ideas iban dirigidas, como señala Las Heras, al "círculo
de poder" hispano del siglo XII^^^.

^^^y/¿/. Ángel FERRARI, El cluniacense Pedro de Poitiers y la "Chronica Adefonsi


Imperatoris", "Boletín de la Real Academia de la Historia", 153 (1963), pp. 153-204.
^^'^L. SÁNCHEZ BELDA, Chronica Adefonsi Imperatoris, ed., Madrid, 1950, p. XX; Antonio
UBIETO, Sugerencias sobre la Chronica Adefonsi Imperatoris, "Cuadernos de Historia de
España", 25-26 (1957), pp. 325-326.
^^^Vid. A. QUINTANA PRIETO, Sampiro, Alón y Arnaldo. Tres obispos de Astorga, cronistas
del reino de León, "León medieval. Doce estudios", León, 1978, pp. 59-68.
'^^A. FERRARI, Artificios septenarios en la "Chronica Adefonsi Imperatoris" y "Poema de
Almería" "Boletín de la Real Academia de la Historia", 153 (1963), p. 20.
^^''Isabel LAS HERAS, Temas y figuras bíblicas en el discurso político de la "Chronica
Adefonsi Imperatoris", "El discurso político en la Edad Media", ed. N. GUGLIELMI y A.
RUCQUOI, Buenos Aires, 1995, p. 118.
'^^I. LAS HERAS, Temas y figuras bíblicas, art. cit., p. 119.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
722 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

Su condición cluniacense la deduce el profesor Ferrari de dos pruebas


de carácter heurístico, su tratamiento de las diversas rebeliones contra el
monarca y de las relaciones con los musulmanes (reflejo de una visión
cruzadista de la Reconquista ajena a la tradición propiamente hispánica), y
una de carácter hemenéutico: la constatación de la aplicación de un esquema
tipológico trinitario (esto es, una aritmología artificiosa que ordena de forma
trinitaria la narración), operativo en la Chronica, semejante al que se observa
en la obra del mencionado secretario del Venerable, Pedro de Poitiers^^^.
Consolidada la figura del rey Alfonso VI como optimus princeps
merced a la Historia Compostelana, sería lógico suponer que la Chronica
Adefonsi Imperatoris tendría como objetivo erigir al nieto en un digno epígono
de la grandeza del conquistador de Toledo. Sin embargo, el clérigo autor de
la Chronica Adefonsi se va a mostrar más bien tímido a la hora de ensalzar a
su biografiado, a pesar de la indudable alianza estratégica que el emperador
estableció con la Iglesia. Así, en opinión de Esther Pascua, "la política de
Alfonso VII pasa por engrandecer y acrecentar el poder de los eclesiásticos
convirtiéndolos en pieza impres- cindible de la organización política del
Reino"^^°. Esta alianza con la Iglesia tuvo un reflejo menor en la Chronica
Adefonsi, en la que el protagonismo político sólo es otorgado con cuentagotas
al biografiado. Ahora bien, no cabe duda de que se inserta en el marco de lo
que la propia Esther Pascua ha definido con acierto como "actividad
ideológica de la Iglesia destinada a presentar la figura del Rey como justa y
restauradora de la paz"^^^
Isabel Las Heras ha puesto de relieve que son las imágenes bíblicas
las que más se aplican al perfil regio de Alfonso VII. No obstante, hay que
señalar que estas imágenes bíblicas van a ser también utilizadas para ensalzar
a distintos nobles en un contexto de "monarquización" nobiliaria. La imagen
bíblica del emperador más clara y rotunda la hallamos en una asimilación de
éste con el rey David, en un marco en el que se establece una dicotomía con

A. FERRARI, El cluniacense Pedro de Poitiers, art. cit., pp. 154 y ss.


^^°Esther PASCUA, Hacia la formación política de la Monarquía medieval. Las relaciones
entre la Monarquía y la Iglesia castellano-leonesa en el reinado de Alfonso VII, "Hispânia", 172
(1989), p. 408.
'^'E. PASCUA, Hacia la formación política de la Monarquía, art. cit., p. 410; vid. también
su artículo El respaldo ideológico de la Iglesia a Alfonso VII: los preámbulos y la "Chronica
Adefonsi Imperatoris ", "Universitas Tarraconensis", 8 (1985-1986), pp. 39-64, que incide en esta
línea.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÌA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 723

la figura de Alfonso I el Batallador, quien es identificado a su vez con el rey


Saúl^^^. Lo verdaderamente interesante aquí no es tanto la imagen davidica de
Alfonso VII como la crítica implícita a la bestia negra de los cluniacenses, el
Batallador, a quien ya veíamos denostado como Rex tyrannus en la Historia
Compostelana. En efecto, Isabel Las Heras interpreta que al escribir el
cronista que la casa del rey aragonés siempre estaba decreciendo mientras que
la de Alfonso Raimundez iba en auge^^^ éste utilizaba un episodio bíblico que
subliminalmente señalaba al Batallador como alter ego de un rey inicuo, Saúl,
a quien Dios había vuelto la espalda, designando un sucesor en la persona de
David cuyo papel haría Alfonso VIL
A tenor de esto, no resulta fácil en principio explicar el posterior
laudo funerario que el cronista lleva a cabo de la figura del Rey Batallador
("no hubo entre los anteriores reyes aragoneses ninguno igual a él en fortaleza
y prudencia" ^^'^), laudo sapiencial aderezado con una escenificación del llanto
del pueblo aragonés por el rey muerto que tiene resonancias del Libro de los
Macabeos^^^. Ahora bien, tanto el elogio funerario como la utilización de la
imagen macabea pueden tener su explicación en un cambio de actitud del
cronista hacia el soberano aragonés, quien, al final de su reinado, habiendo
renunciado al Imperio hispánico, ya no representaba una amenaza para los
intereses cluniacenses en León y Castilla. Como señala Isabel Las Heras, la
condena implícita en la identificación del Batallador con Saúl y Antioco
Epífanes (el monarca seleúcida que saqueó el templo de Jerusalén, alegoría de
las devastaciones de la hueste del aragonés en Castilla), es matizada al final
de la crónica con estos elogios aparentemente contradictorios^^^.
A decir verdad, la única escena de la crónica que encaja en la
dimensión salvifica que tanto Ángel Ferrari como Isabel Las Heras han
detectado en la figura del emperador que dibuja Arnaldo de Astorga, tiene
lugar con ocasión de su coronación imperial. Aquí sí encontramos algún

*^^I. LAS HERAS, Temas y figuras bíblicas, art. cit., p. 124.


^^^Chronica Adefonsi Imperatoris, I, 17 (apud I. LAS HERAS, Temas y figuras bíblicas, loe.
cit.).
^'^^ Chronica Adefonsi Imperatoris, I, 58 (apud I. LAS HERAS, Temas y figuras bíblicas, art.
cit., p. 127).
^^^Chronica Adefonsi Imperatoris, I, 61 : Heu rex! Quomodo cecidisti qui salvos nosfaciebas!
(apud I. LAS HERAS, Temas y figuras bíblicas, art. cit., p. 127, n. 25).
'^^I. LAS HERAS, Temas y figuras bíblicas, loe. cit.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
724 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

atisbo de mesianismo regio, especialmente en la descripción de los cánticos


del Te Deum laudamus y los detalles de la ceremonia de coronaciórf^^. No
obstante, hay que recordar que esta escena apenas tiene aditamentos ni
adjetivaciones laudatorias, sino que es una descripción bastante fiel de un
acontecimiento que realmente tuvo lugar. Las glosas elogiosas que el Silense
añade a una escena similar en el caso de Femando I brillan aquí por su
ausencia. Entiéndase esto bien, no queremos dar a entender que el cronista
despreciara o no valorara la figura del emperador de las Espanas. El hecho
mismo de que decidiera escribir esta obra es señal de su admiración por
Alfonso Raimundez. Sin embargo, dentro de su mentalidad cluniacense y
feudalizante, no considera que el emperador sea el protagonista absoluto de
su reinado ni que se deban cargar las tintas en el laudo de su figura. Como
vamos a comprobar enseguida, Arnaldo de Astorga va a conceder en su obra
un protagonismo a la nobleza castellanoleonesa casi paralelo al de la Realeza.
Por lo demás, a lo largo de la Chronica Adefonsi Imperatoris nos
encontramos con un único pasaje de índole inequívocamente especular (esto
es, que aluda a las cualidades personales del emperador). Y este pasaje
aparece, curiosamente, puesto en boca de un rey andalusi: "Y después que el
rey Zafadola vio la sabiduría y las riquezas del rey de León y una gran paz en
su palacio y en todo su Reino le dijo: 'son ciertas las palabras que sobre tí oí
en Rueda acerca de la sabiduría y de la misericordia que hay en ti, de la paz
que hay en tu Reino y de tus riquezas. Felices tus hombres y felices tus nobles
consejeros, los que habitan contigo y los que están en tu reino'"^^^.
Como se puede comprobar, este pasaje reúne en sí mismo una
completa enumeración de las virtudes regias, conteniendo asimismo un abierto
laus regis de la persona de Alfonso VIL ¿ Quién entre los reyes se asemeja al

^^^Chronica Adefonsi Imperatons, I, 70 (ed. Maurilio PÉREZ, León, 1997, pp. 55-56): "et
induto rege caça optima, miro opere contexta, imposuerunt super caput eius coronam ex auro
mundo et lapidibus pretiosis, et misso sceptro in manibus eius... una cum episcopis et abbatibus
deduxerunt ante altare Sánete Marie cantantes Te Deum laudamus" usque ad fìnem et dicentes
Vivat Adefonsus Imperatori".
^^^Chronica Adefonsi Imperatoris, I, 29 {ed. cit., p. 73): "Sed postquam rex Zafadola vidit
sapientiam et divitias regis Legionis et magnam pacem in palatio suo et m omni regno eius dixit
ei: 'Verus est sermo quem audivi de te in Rota, de sapientia et de misericordia , quae est in te,
et de pace quae est in regno tuo, et de divitiis tuis: beati viri tui et beati principes tui, qui tecum
habitant et qui sunt in regno tuo'" {ed. cit. L. SÁNCHEZ BELDA, p. 27).

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÌA POLÌTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 725

rey de León?, exclama^^^. El emperador de las Espanas encarnaría varios


arquetipos, según las palabras del rey moro de Rueda que el cronista se
ingenió en componer: el del Rexpacificus (la paz impera en sus dominios),
el del Rex sapiens (ya hemos hablado de la significación de los atributos
regios sapienciales), el del Rex misericors {topos repetido en otro pasaje, en
el que se alaba el buen corazón de Alfonso al perdonar al conde Gonzalo^'*^)
y el del Rex dives (cuya derivación moral en las mentalidades de la Feudalidad
sería la de la largueza regia, la liberalitas regis).
En consonancia con el magro contenido especular del retrato regio
perfilado en la Chronica Adefonsi Imperatoris, su colofón, el Poema de
Almería, concentra sus más acabadas imágenes del poder en tres nobles de la
comitiva regia en lugar de hacerlo en la propia persona del emperador. Como
apunta Isabel Las Heras, el cronista ya se complació en aplicar en el cuerpo
central de la Chronica Adefonsi Imperatoris imágenes bíblicas a nobles como
el frontero Munio Alfonso o los alcaides toledanos Rodrigo Fernández y
Rodrigo González de Lara, comparados con los hermanos Macabeos^'^^
De esta forma, del illustris miles asturiano Pedro Alfonso, se nos dice
en el Poema de Almería que sobresale entre todos por sus virtudes. Resplan-
dece por su honradez y supera en probidad a sus iguales. Es hermoso como
Absalón, vigoroso como Sansón, y, versado en el bien, posee el saber de
Salomón^"^^. No es de extrañar, pues, que, en consonancia con esta imagen,
el cronista afirme que el emperador le respetaba como a un igual. El laus que
le dedica él mismo es más propio de un rey que de un simple noble. Más aún
si cabe si observamos que no hay un retrato semejante dedicado al propio
imperator Hispaniarum.

^^^Chronica Adefonsi Imperatoris, I, 28, ed. cit., p. 73: "Quis similis regi Legionensi in
regibus?" {ed. lat. cit., p. 27).
^"^^Chronica Adefonsi Imperatoris, I, 45 {ed. esp. cit., p. 77): "Y el rey le recibió
pacíficamente, le dirigió las mejores palabras y como dice el hagiógrafo: el corazón de los reyes
y el curso de las aguas en la mano del Señor (cor regum et cursus aquarum in manu Domini").
^'^^I. LAS HERAS, Figuras y temas bíblicas, art. cit., pp. 128-129.
^^^Chronica Adefonsi Imperatoris, "Poema de Almería", vv. 126-134 {éd. cit., p. 135):
"Dux fuit illustris istis Petrus Adefonsi, / nondum consul erat, meritis tamen omnibus est par, /
est nulli moestus, in cunctis erat honestus, / fulget honéstate, superatque pares probitate, / pulcher
ut Absalon, virtute potens quasi Sanson, / instructisque bonis, documenta tenet Salomoms" {éd.
lat. cit., p. 172).

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
726 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

Algo similar sucede con el conde leonés Ramiro Fruela, alférez del
emperador. El cronista alaba en él no sólo su prudencia y afabilidad sino
también escribe: "notable por su belleza, descendiente de estirpe real, es
amado por Cristo al observar el gobierno de las leyes. Flor entre las flores,
protegido también con la fortaleza de los buenos, diestro en las armas, todo
lleno de amabilidad, influyente en el consejo, ilustre por su justo gobierno,
precede a todos los obispos en el séquito de los reyes" ^'^^. Otro retrato digno
de un rey.
Pero nuestra sorpresa aumenta al comprobar que el mayordomo del
emperador, el conde Ponce, noble lanza, recibe un elogio aún más entusiasta.
Él reúne en su persona, añrma el cronista, una serie de virtudes bíblicas tales
como la fuerza de Sansón y la espada de Gedeón, siendo igual a Jonatás e
ilustre como Josué. Pero Arnaldo de Astorga se complace en utilizar también
comparaciones con los héroes clásicos del tipo "jefe de su pueblo como
Héctor, generoso y veraz como el invencible Ayax"^"^.
En consecuencia, la "heroización" nobiliaria de resabios épicos ya
entrevista en la Historia Roderici y la Compostelana, parece alcanzar en estos
versos del Poema de Almería su máxima expresión, poniéndose enjuego giros
tanto bíblicos, como latinos^"^^. Fijémonos sí no en la descripción del héroe
guerrero: "no cedía ante nadie, nunca retrocedía en el combate; su diestra
hiere con fuerza; cuando su voz resuena, el enemigo cae derribado. Cuando
da consejos, se explaya el cronista, posee la sabiduría de Salomón"^'*^. De
nuevo, la apelación a la imagen sapiencial salomónica en un laico que no es

^"^^ChronicaAdefonsiimperatons, "Poemade Almería", vv. 100-110 (e¿/. dr.,p. 134): "Hos


Radimims sequitur comes ordine mirus, / prudens et mitis Legionis cura salutis. / Forma
praeclarus, natus de semine regum, / est Christo charus servans moderamina legum. / In cunctis
horis iussum tenet imperatoris, / pervigili cura, cui servit mente benigna; flos erat hic florum,
munitus et arte honorum, / armis edoctus, plenus dulcedine totus, / Consilio pollens, insto
moderamine fulgens, / pontífices omnes praecedit in ordine legum, / exuperatque pares trucidando
cacumina regum" (ed. lat. cit,, pp. 170-171).
^^Chronica Adefonsi Imperatoris, "Poema de Almería", vv. 176-181 (ed. cit., p. 137):
"Pontius ista comes regit agmina nobilis hasta, / virtus Sansonis erat hic, gladius Gedeonis; /
compar erat hic, gladius Gedeonis; / compar erat lonatiiae, praeclarus uti Jesus nave. / Gentis erat
rector, sicut fortissimi Hector. / Dapsilis et verax, velut msuperabilis Ayax" (ed. lat. cit., p.
175).
^^^Vid. Salvador MARTÍNEZ, El "Poema de Almería" y la épica románica, Madrid, 1975.
^^^ Chronica Adefonsi Imperatoris, "Poemade Almería", vv. 182-190 (^(i. c/í.,p. 137): "non
cuiquam cedit, numquam bellando recedit. Non vertit dorsum, nunquam fugit ilíe retrorsum...
/ ... dextra ferit fortis, resonat vox, sternitur hostis. / Cum dat consilium documenta tenet
Salomonis" (ed. lat. cit., p. 176).

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 727

el propio emperador. Sospechosa reiteración, inusual e iconoclasta por cuanto


tiene de menosprecio para la figura regia, lo que nos inclina a opinar que el
autor de la Chronica Adefonsi no era precisamente partidario de una
monarquía fuerte y autosuficiente. Lo cual, creemos que encajaría a la
perfección con su perfil cluniacense.
La verdad es que la única concesión al laus regis en el Poema de
Almería es la mención, delatadora de la mentalidad política de un cluniacense
francés, a la dignitas imperialis de Alfonso VII como un lazo de unión con la
legendariafigurade Carlomagno, cuyas hazañas emularía el emperador de las
Espanas en opinión del cronista, dado que "fueron iguales en carácter, parejos
en la fuerza de las armas e igual fue la gloria de las guerras realizadas por
ellos"^"^^. He aquí un ejemplo de la vinculación existente entre la mitificación
del nomen imperialis y el topos del Carolus redivivus, impulsado con fuerza
en esos años tanto por los Capeto como por los Staufen (Federico Barbarroja
haría canonizar al emperador franco en Aquisgrán pocos años después de la
muerte de Alfonso VII)^"^^.
En los esquemas mentales de un monje cluniacense francés la figura
de Carlomagno representaba el summum del arquetipo regio y pareciera que
el cronista da a entender que la dignidad imperial asumida por Alfonso
Raimundez le hubiera transmitido algo del carisma y las virtudes regias del
emperador franco de Occidente. Significativamente, para el cronista la
dignidad imperial que aquí cuenta no es la procedente de la tradición imperial
leonesa sino aquella homologable con el Imperium Romanum. El contraste,
por poner un ejemplo, con el Silense, un hispano mozarabizante tan
antifrancés como enemigo de lafigurade Carlomagno (al que no se recataba,
como ya vimos, de retratar como frivolo y corrupto con ocasión de su retirada
de España), es palmario^"^^.
Se podría decir que tan elevada y augusta comparación casi compensa
el ninguneo al que Alfonso VII es sometido en lo que se refiere a la

^^''Chronica Adefonsi Imperatoris, "Poema de Almería", vv. 11-20 {ed. cit., p. 131): "Hic
Adefonsus erat nomen tenet imperatoris, / facta sequens Caroli, cui competit aequiparari. / Gente
fuere pares, armorum vi coaequales. / Gloría bellorum gestorum par mit horum {ed. ¡at. cit.,
p. 166).
^^^Vid. a este respecto José Manuel NiETO SORIA, El Imperio medieval como poder público:
problemas de aproximación a un mito político, "Poderes públicos en la Europa medieval , XXIII
Semana de Estudios Medievales, Estella, 1996, pp. 421-423.
^^^Historia Silense, 18, op. cit., ed. cit., p. 164.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
728 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

enumeración preceptiva de sus virtudes regias. En cualquier caso, se echan de


menos las siempre socorridas comparaciones con reyes bíblicos y héroes
homéricos^^^ que el cronista prodiga a manos llenas, como hemos podido
comprobar, con otros personajes contemporáneos de Alfonso Raimundez.
De un modo muy particular, Ferrari se dio cuenta de esta ausencia del
laus regís en el Poema de Almería. Incluso, insinúa que se haya podido perder
el fragmento que contendría este laus, dado que, dentro de la lógica inherente
a la compleja numerologia que él descubrió en el esquema narrativo de la
Chronica, correspondía al apartado segundo del Poema cantar las grandezas
de Alfonso VII conforme al atributo de lo que califica como Espíritu del
Padre (en el marco de la oscura cabala teológica que Ferrari entrevio en la
Chronica, la virtud de la preservación del orden corresponde a la parte de la
obra consagrada a la Primera Persona de la Trinidad)^^^ Sin embargo, este
laus del emperador no aparece por ninguna parte. Y es que, pese a que Ferrari
quiere ver en la Chronica una apología de un emperador mesiánico, "un
nuevo Mesías que ejecuta la voz de Cristo a la Humanidad doliente" ^^^ y a la
que redime con sus campañas contra el Infiel en Al Andalus, lo cierto es que
este pretendido mesianismo regio no pasa, en nuestra opinión, de ser una
construcción artificiosa de alguien tan brillante como lo fue el profesor
Ferrari, empeñado en ver en la Chronica Adefonsi Imperatoris una obra
cumbre de la literatura apologética medieval^^^
Este retrato ejemplar del gobernante cristiano se reproduce, de forma
mucho más concisa claro está, en la documentación cancilleresca del
emperador. En particular, el último de los cancilleres de Alfonso VII, Pedro,
se encargará de hacer patente el perfil regio que aspiraba a encarnar su señor.
Así, el rey Alfonso sería "pius, felix, inclitus, triumphator et semper invictus
tocius Hispaniae divina dementia famossisimus imperator"^^"^. Valores como.

^^^Vid. Maurilio PÉREZ, Influencias clásicas y bíblicas en la Chronica Adefonsi Imperatoris,


"Actas del I Congreso Nacional de Latín medieval", ed. M. PÉREZ, Léon, 1995, pp. 349-355.
*^^A. FERRARI, Artificios septenarios, art. cit., p. 63.
*^^A. FERRARI, Artificios septenerios, art. cit., p. 66.
^^^A. FERRARI, Artificios septenarios, art. cit., p. 67: "ningún otro ejemplar tipológico
occidental de este género, entre los que existen, es parangonable en exactitud y belleza, según las
entendía la estética medieval, con la Chronica Adefonsi Imperatoris""
'^'*Manuel RECUERO, Alfonso VII, Emperador. El Imperio hispánico en el siglo XII, León,
1979, p. 193.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 729

por un lado, la fama y el prestigio (inclitus, famossisimus), y, por el otro, la


pericia bélica y la victoria (invictus, tnumphator) predominan aquí sobre las
otras consideraciones que veíamos apuntadas en la Chronica. Y es que, en
efecto, este escueto retrato cancilleresco se ajustaba mucho más a la imagen
que el propio emperador tenía de sí mismo: afamado y victorioso. ¿Qué más
podía anhelar un rey guerrero, impregnado de la mentalidad propia de la
Feudalidad borgoñona importada a Castilla por su padre y su tío? Ello de
acuerdo con el esquema trifuncional francoborgoñón que otorgaba al Rey
funciones propias de la militia que le abocaban a la tutela doctrinal propia de
los iuvenes.
Esto confirma que las palabras del rey Zafadola en la Chronica
Adefonsi Imperatoris acerca del emperador en tanto que Rex sapiens o Rex
pacificus no son sino una construcción especular del autor, un exemplum
cargado de ideología política y, ni mucho menos, el retrato biográfico de
Alfonso Raimundez. ¿Y qué decir de la exaltación de sabor bíblico llevada a
cabo con los condes Ponce y Pedro Alfonso? Aquí, aparte de la probable
amistad que el obispo Arnaldo de Astorga sintiera hacia estos nobles, el
voluntarismo didáctico y ejempla- rizante propio de un espejo de príncipes se
impone sobre cualquier otra consideración narrativa y el autor de la Chronica
da rienda suelta a su pluma para construir una imagen completamente
artificiosa de un miles emeritus.

VIL E L CASTELLANISMO FILONOBILIARIO


DE LA " C H R O N I C A NAIERENSE"

El Liber chronicorum ab exordio Mundi, una crónica con vocación


frustrada de historia universal, fue compuesto hacia el año 1160 en el
scriptorium de Santa María de Nájera por un monje cluniacense, posiblemente
de origen francés^^^. Los dos primeros libros carecen de interés a efectos de
la investigación que nos ocupa, tanto por su ámbito cronológico como por el
hecho de que el monje najerense se dedicó a copiar casi íntegramente a los
cronistas que le habían precedido como la Crónica de Alfonso III, la Crónica
Albeldense o las ya mencionadas obras del Silense y Sampiro.

'^C. ORCÁSTEGUI; E. SARASA, La Historia en la Edad Media, op. cit., p. 202.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
730 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

El tercer libro (de nuevo, el esquema trinitario) aborda, desde una


óptica castellanista, el periodo 1037-1109. Como ya avanzamos al abordar la
Historia Roderici, es aquí donde la Chronica Naierense se engarza perfecta-
mente en la tradición historiográfica cluniacense. Al incorporar el ciclo épico
cidiano o la leyenda de Fernán González, el monje negro de Nájera va a
cerrar el proceso de heroización nobiliaria iniciado por Jerónimo de Perigord.
De su condición cluniacense apenas si hay otros indicios en el discurso
histórico que presenta, exceptuando un breve pasaje del capítulo XXXVIII del
tercer libro, donde al referir la petición de mediación en el conflicto con su
hermano Sancho, efectuada por Alfonso VI al abad Hugo de Cluny, el
cronista califica elogiosamente a la domus Cluniacensis como sanctissimus
conventus^^^.
Lo cierto es que la Chronica de Nájera no es excesivamente
enjundiosa en lo que toca al pensamiento político. El estilo lacónico, a veces
telegráfico, del monje cronista acerca esta obra al género de los cronicones
monásticos más cortos de miras y localistas. Poco dado a alegrías literarias,
el monje najerense evita calificar los acontecimientos u otorgar epítetos, lo
cual dificulta extraordinariamente conocer sus posturas políticas.
De su retrato de Femando I, lo único que podemos deducir es que la
imagen sapiencial que el Silense había levantado en tomo a su figura no le
disgustaba, dado que la reproduce ad litteram, tanto en lo que toca a la
educación de sus hijos como en la ceremonia navideña de exaltación del
Fernando como Rex eruditus^^^. Más creativo resulta ser respecto a Sancho II
de Castilla. En uno de los pocos perfiles regios que se deben a su pluma, el
Najerense escribe de este príncipe que era magnanimus, fortis y de acer
ingenio^^^. Un perfil regio que se completa cuando, al narrar las vísperas de
la batalla de Vulpéjar entre Sancho II y Alfonso VI, el cronista, que deja ya
ver abiertamente sus preferenciasfilocastellanas,describe la convocatoria de
la curia regia al anochecer por parte de Sancho como algo propio de un rey
sabio^^^. Y es que en este breve pasaje el monje cronista aprovecha para

^^^Chronica Naierense, III, c. XXXVIH, ed. A. Ubieto, Valencia, 1966, p. 112.


^^'^Chronica Naierense, El, c. XX y XXVIII, ed. cit., pp. 94 y 108.
^^^Chronica Naierense, III, c. XXIX, éd. cit., p. 110.
^^^Chronica Naierense, III, c. XXIX, éd. cit., p. 111: "In ipsa autem nocte que diem belli
precedebat, quia iuxta quendam sapientem nox haber consilium, rex Santius, convocata
magnatorum suorum parte..."

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 731

deslizar unas cuantas nociones referentes al buen gobierno en la Realeza


feudal: el Rey convoca el colloquium nocturno con los magnates porque desea
el sanioris consilium (esto es, el consejo de los más cuerdos, de los más
prudentes), un consejo que le permitirá conocer cual de los dos ejércitos en
liza es el más numeroso y potente^^.
Dentro de su línea procastellanista, el monje de Nájera va a describir
entusiásticamente la victoria de Sancho II sobre los leoneses, con arenga a la
hueste castellana por parte del Rey incluida. Una arenga en la cual el monje
cronista, imbuido de ardor castellanista, puso en la boca de Sancho la
siguiente proclama: si illi numerosiores, nos meliores et forciores^^^. En esta
batalla aparece en escena ya la figura del héroe nobiliario castellano, Rodrigo
Díaz de Vivar, cuya lanza comparo a la de cien leoneses. El resto de los
capítulos del reinado de Sancho II, incluido el regicidio a traición cometido
por Vellido Dolfos, está en consonancia con el ciclo épico cidiano, en el cual
se asignaba a la infanta Urraca la instigación del crimen. Como han señalado
Colin Smith y Salvador Martínez, la Chronica Naierense, a diferencia del
resto de crónicas latinas del siglo XII, va a utilizar como fuente los cantares
de gesta de la épica castellana (algunos hoy perdidos), especialmente el ya
mencionado Carmen de morte Sanctii regis^^^.
El castellanismo filonobiliario del Najerense es tan agudo que le
impide verter el menor elogio sobre Alfonso VI una vez este obtuvo el cetro,
ni siquiera cuando impuso el rito romano o, lo que es más llamativo aún,
cuando reseña la entrega a Cluny por parte del Rey del monasterio de Santa
María de Nájera, hecho que le afectaba personalmente y que se limita a
consignar en línea y media: Iste Aldefonsus sub era MCXVIII dedit
monasterium Naiarum cluniacensibus monachisi^^ Y eso es todo. Evidente-
mente, el entusiasmo cidiano- castellanista del monje negro de Nájera era
mucho más fuerte que sus convicciones políticas cluniacenses. ¿Fidelidad
familiar nobiliaria? Quizá en sus orígenes familiares esté la respuesta.

^^Chronica Naierense, III, c. XXIX, loe, cit. : " ... que sanioris videbatur esse consilii, habuit
cum eis consilium et colloquium, prescire volens cuius regis exercitus alterius exercitum vi et
numero superaret".
^^^Chronica Naierense, lïï, c. XXIX, loc. cit.
^^^Colin SMITH, The Making of the Poema de Mio Cid, op. cit., pp. 44-52; Salvador
MARTÍNEZ , Tres leyendas heroicas de la Najerense, art. cit., pp. 173-177.
^^^Chronica Naierense, III, e. L, ed. cit., p. 116.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
732 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

Ciertamente, en la imagen de Alfonso VI como Rex pacificus, muy


parecida a la que hemos visto en la Historia Compostelana, encontramos la
única concesión laudatoria del monje cronista a la figura del Rey de León y
Castilla. El lacónico monje acuña ahora, en un alarde impropio de su estilo,
la célebre imagen literaria de la mujer que podía atravesar los reinos de
Alfonso VI cargada de oro y plata sin correr el más mínimo peligro^^. Ahora
bien, aunque es cierto que esta es una imagen positiva de paz y orden, hay que
recordar que el Najerense la toma prestada, en líneas generales, del Chronicon
del obispo Pelayo de Oviedo, dándole además una explicación poco halagüe-
ña, una explicación que contrasta vivamente con la que daba Gerardo de
Beauvais sobre la temp eratio regis respecto a la nobleza. En efecto, el
Najerense sostiene que es el temor a los castigos ejemplares de Alfonso VI,
entre los cuales cita la defenestración de siete condes revoltosos, lo que
impedía que no sólo los malhechores se movieran, sino que ni príncipes, ni
caballeros, ni jueces, ni merinos, ni ricos, ni pobres se atrevieran a dar un
solo paso en falso, tan grande era el temor que inspiraba la justicia sumaria
del Rey^^^
Bien pudiera ser que a la sensibilidadfilonobiliariadel Najerense no
le hiciera mucha gracia lo de defenestrar a siete condes en una sola jomada.
Y es que, en el último capítulo de la Chronica, al narrar la muerte de Alfonso
VI, tampoco aprovecha la ocasión para elaborar un retrato del monarca que
ocupa los últimos capítulos de su obra. No, la única concesión que hace en su
honor es un aislado y formulario gloriosas Rex^^, que no satisface, ni mucho
menos, la curiosidad del lector con respecto a la personalidad del conquistador
de Toledo.

^^Chronica Naierense, HI, c. LVH, ed. cit., p. 118: "Sed tanta pax fiíit in diebus eius quod
guelibet muliercula sola portaret aurum vel argentum per omnem terram regni eius, ita quod non
inveniret qui earn tangeret.."
^^^Chronica Naierense, III, c. LVII, loc. cit.: "Tantum fuit terribilis quod nullus malefactor
se auderet eius conspectui presentare. Nullus princeps, nullus miles, nullus maiorinus, nullus
dives, nullus pauper de regno eius audebat in proximum litem aut rixam movere aut in aliquo
inquietare".
^^Chronica Naierense, III, c. LVIH, ed. cit., p. 119.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
IDEOLOGÍA POLÍTICA Y CRÓNICAS MONÁSTICAS 733

VIII. CONCLUSIÓN

De todo lo expuesto se colige que nos hallamos ante un hito tan


decisivo como poco estudiado en la evolución de la concepción de la Realeza
en León y Castilla. La noción, propagada por algunos autores de un "desierto
intelectual" en el siglo XII hispánico, ha de ser matizada, ya que la reforma
cluniacense aportó a la cultura de los reinos hispánicos algo más que una
mejora en el estilo literario latino. Ciertamente, al igual que había ocurrido
en Francia con el episcopado de tradición carolingia un siglo antes, los monjes
cluniacenses sustituyeron al episcopado de tradición isidoriana en tanto que
creadores de ideología política y aportaron un programa político de corte
gregoriano para la Realeza hispánica a través de un rico y fecundo ciclo
historiográfico.
Un programa que será la última aportación significativa del monaquis-
mo benedictino a la teoría política castellana, ya que en la segunda mitad del
XII, las escuelas catedralicias y el episcopado van a sustituir a los monjes en
el liderazgo intelectual del Reino. Sin embargo este nuevo liderazgo del clero
secular no iba a producir frutos significativos hasta principios del siglo XIII,
ni en el campo de la literatura, ni en el de la historiografía, ni en el de la
publicistica política. En cuanto a los cistercienses hispanos, su producción
literaria fue mínima. Ahí radica la importancia de este ciclo historiográfico
cluniacense, en su condición de única fuente para conocer el hasta ahora
ignoto pensamiento político hispánico del siglo XII.
Un pensamiento político que, en líneas generales, tiene como principal
característica la mtroducción de una imagen de la Realeza mediatizada por la
tuitio clerical, mediatización cuya máxima expresión sería el arquetipo político
del Rex tyrannus, algo que supuso, en el nivel ideológico, un fenómeno de
una magnitud similar a hitos tales como la aplicación de la reforma monástica
cluniacense, la adopción del rito romano o la penetración de las formas
feudales borgoñonas. De forma paralela a esta imagen de una Realeza
disminuida, que vendría a ser una suerte de "contramodelo" regio alternativo
tanto al isidoriano del siglo XI como al soberanista del siglo XIII, se produjo
una "monarquización" de la nobleza. Una "monarquización" reflejada en el
surgimiento del ciclo épico castellano con su subyacente "heroización"
nobiliaria, de resabios franceses. Este ciclo épico sería, en nuestra opinión,
un epifenómeno del programa ideológico de los monjes cluniacenses tal y
como este es reflejado en el rico ciclo historiográfico que hemos analizado.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)
734 MANUEL ALEJANDRO RODRÍGUEZ DE LA PEÑA

RESUME

Cet article s'inscrit dans le contexte d'une recherche exhaustive sur la conception de
la royauté dans la Castille des Xle et XlIIe siècles qui prête attention au paradigme politique
de la Sagesse monarchique. Jusqu'ici très peu étudié. L'étude des chroniques clunisiennes du
Xlle siècle apporte dans cette perspective deux elements de conclusion au bilan de la pensée
politique dans la Castille médiévale. En premier lieu, elle souligne l'importance des récits
historiographiques comme sources de l'idéologie politique ainsi que l'a mis en évidence la
recherche française pour d'autres espaces. En second lieu, l'étude met en exergue l'existence
d'un contre-modèle de royauté, de facture clunisienne et d'inspiration féodalisante et
hiérocratique. Ce schéma théorique domine le Xlle siècle et constitue une alternative tant au
modèle de royauté isidorien au siècle précédent qu'au la monarchie romaniste du XlIIe siècle.
Pour la configuration de ce contre-modèle, l'apparition du genre épique joue en Castille un rôle
essentiel.

SUMMARY

This article is related to a context of exhaustive research on the concept of Castillan


Kingship (XI-XIII centuries) that pays special attention to the poliúcdãtopos of royal Wisdom,
an aspect neglected until now. The analysis of Twelfth Century's Cluniac chronicles brings
forward two interesting conclusions on the matter of the political thinking in the kingdoms of
Castile and Leon. First, we observe the importance of the role played by the chronicles in the
difiission of medieval political ideology, something yet proved by French sholars in another
countries. In second place, it is outlined the existence of a counter-model of Kingship,
composed by Cluniac monks and relying on the principles of Hierocracy and Feudalism. A
counter-model that was hegemonic in Castile all along the Twelfth Century, being an alternative
so much to the earlier Isidorian one (Eleventh Century) as to the national statecraft characteris-
tic of the Monarchy in the Thirteenth Century. Related to the shape of this Cluniac counter-
model, the offspring of the epic genre in Castile played a significant role.

(c) Consejo Superior de Investigaciones Científicas http://estudiosmedievales.revistas.csic.es


Licencia Creative Commons 3.0 España (by-nc)

También podría gustarte