Sentencia Corte Suprema Por Negligencia Médica - Daños Recien Nacido

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Santiago, tres de agosto de dos mil veintidós.

VISTOS:

Que en los autos seguidos ante esta Corte bajo el

rol N° 89.034-2021 caratulados "Florez Rojas, Marilia

Carolina y otro con Servicio de Salud Metropolitano

Oriente”, el demandado interpone recursos de casación en

la forma y en el fondo en contra de la sentencia de la

Corte de Valparaíso que confirmó la de primera instancia,

que acogió, con costas, la demanda y condenó al demandado

a pagar $150.000.000, por concepto de daño moral, en

favor de la actora Marilia Carolina Florez Rojas y a

solucionar la suma de $100.000.000, por el mismo

concepto, en beneficio de su hijo, M.C.T.F., más

reajustes e intereses.

En la especie la señora Marilia Carolina Florez

Rojas, actuando por sí y en representación de su hijo

menor M.C.T.F., accionó en contra del Servicio de Salud

Metropolitano Oriente basada en que durante 2012, y

teniendo 21 años, quedó embarazada y realizó sus

controles sin inconveniente en el Hospital Hanga Roa (en

lo sucesivo, HHR), con fecha probable de parto para el 9

de noviembre de 2012. Señala que el día 1 de este último

mes, aproximadamente a las 8.30, rompió membrana, motivo

por el cual se dirigió a la urgencia del HHR, donde fue

ingresada y monitoreada por la matrona de turno, ocasión

en la que, además, le fue suministrado un medicamento a

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fin de inducir el parto. Añade que el trabajo de parto

fue muy extenso y que, alrededor de la 1 de la madrugada

del día siguiente, pidió ser sometida a una cesárea,

solicitud que fue negada. Agrega que entre las 3:30 y las

4:30 A.M. la matrona realizó dos intentos de parto

vaginal fallidos, mientras la demandante insistía en su

petición de una cesárea, la que nuevamente fue rechazada,

y consigna que, a eso de las 5:00 A.M., arribó el médico

Alan Torres, quien intentó practicar un parto vaginal con

fórceps, hasta completar un total de ocho intentos

frustros, tras lo cual se decidió por una cesárea de

urgencia.

Manifiesta que, al despertar, pudo ver a su hijo,

quien presentaba un tajo que le cruzaba la cara, un

hematoma y varias laceraciones o cortes pequeños.

Agrega que ese 2 de noviembre se constató que el

niño no tenía reflejo de succión ni termorregulación; que

el día siguiente, 3 de noviembre, se estableció que se

hallaba hipotónico y se dejó constancia en la ficha

clínica de una posible secuela de asfixia perinatal o

infección, mientras que el 4 de ese mismo mes se

determinó su traslado al Hospital Luis Tisné en avión

ambulancia, recinto en el cual el médico de la UCI de

neonatología le informó que el niño había sufrido una

asfixia en el parto, así como una hemorragia

intracerebral. Expone que, más adelante, fue trasladado

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al Calvo Mackenna, del que fue dado de alta el 3 de enero

de 2013.

Sostiene que a la fecha de la demanda el niño, de 5

años, presenta daño neurológico severo e hipotonía, por

lo que es por completo dependiente de su madre y abuelos,

no habla y sólo emite sonidos y balbuceos, sin perjuicio

de que es capaz de manifestar sentimientos. Manifiesta

que un informe médico del Hospital Luis Calvo Mackenna

deja constancia del siguiente diagnóstico del menor:

retraso del desarrollo psicomotor global severo; síndrome

hipotónico central; síndrome epiléptico sintomático;

síndrome dismórfico; antecedentes EHI-HSA; cardiopatía

(CIV-DAP); nefrocalcinosis – pielectasia y una probable

enfermedad metabólica (en estudio).

Como fundamentos de derecho invoca lo estatuido en

el artículo 38 inciso 2° de la Constitución Política de

la República, en el artículo 44 de la Ley N° 18.575 y en

el artículo 38 de la Ley N° 19.966 y asevera que el

demandado incurrió en falta de servicio, la que radica,

por una parte, en la falta de formación, criterio y

sentido común de la matrona Kattyana Muñoz Rapu para

determinar en qué momento un parto deja de ser normal y

pasa a ser uno de mayor complejidad, sin escuchar las dos

peticiones de la propia paciente para realizar una

cesárea; en segundo término deriva de la falta de

coordinación en los procedimientos, pues la matrona no

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podía comunicarse directamente con el ginecólogo, sino

que debía hacerlo a través del médico de turno; en tercer

lugar, consiste en la falta de experiencia, criterio y

capacidad resolutiva del médico Alan Torres Cisternas

quien aún no estaba titulado de su beca de especialidad,

al insistir en parto vaginal, después de 17 horas de

trabajo de parto, realizando 8 forceps frustros y, por

último, en la circunstancia de que, al mes de noviembre

de 2012, no existían en el HHR las condiciones humanas y

técnicas para recibir a un recién nacido con asfixia o

complicaciones en el parto, ya que era un hospital de

menor complejidad, cuyo personal no estaba debidamente

capacitado para tomar exámenes y puncionar a recién

nacidos, no sabía usar la incubadora de transporte, ni

conocía las condiciones de transporte de un paciente

crítico.

Acusa que tales hechos provocaron la asfixia

perinatal y la hemorragia intracerebral causantes de las

secuelas que el niño padece hasta hoy y asevera que los

mismos provocaron daño moral a los dos actores, cuyo

resarcimiento avalúa, para Marilia Carolina Florez Rojas,

en la suma de $150.000.000, mientras que para su hijo

estima una suma de $100.000.000, a cuyo pago pide que se

condene al demandado, más intereses y reajustes.

Al contestar el demandado pidió el rechazo de la

demanda, con costas. Para ello opuso, en primer lugar, la

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excepción de prescripción extintiva arguyendo que entre

el 2 de noviembre de 2012, fecha de la atención, y el 10

de enero de 2018, data de la notificación de la demanda,

transcurrieron 5 años y 2 meses, contados desde la acción

u omisión respectiva, tiempo muy superior al lapso de 4

años previsto en el artículo 40 de la Ley N° 19.966.

Sostiene que dicho término se había completado cabalmente

a esta última data, conclusión que no se altera aun

contando la interrupción por el tiempo actuado ante

tribunal incompetente.

En segundo término resalta que la demanda omite

señalar el daño preciso que atribuye a su parte como

constitutivo de la falta de servicio, pues no detalla

cuál era el servicio debido por el demandado, dado que su

parte no puede intervenir en los actos médicos.

En tercer lugar opone la excepción de falta de

legitimación pasiva, pues, en su concepto, la acción

intentada se encuentra mal dirigida en contra de ese

servicio, desde que el libelo respectivo no justifica el

motivo por el cual debiera responder su parte, que no es

un establecimiento asistencial ni está obligada a otorgar

prestaciones, de acuerdo al artículo 141 del Decreto con

Fuerza de Ley N° 1 /2005 de Salud, de modo que no existe

un servicio del demandado para con los actores.

Enseguida controvierte los hechos que sirven de

sustento a la acción; a continuación alega que no existe

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falta de servicio, desde que los actos en que se apoya la

demanda corresponden a actuaciones del HHR, de lo que

deduce que la indemnización de perjuicios solicitada

carece de causa de pedir, pues no hay reproche imputable

a su parte ni fuente legal que la sustente.

Luego, y en cuanto concierne a los daños demandados,

sostiene que sus montos son infundados y carecen de

respaldo y, por último, asegura que no existe vínculo

causal entre los hechos que se le reprochan y el daño que

se demanda.

El sentenciador de primer grado rechaza, por una

parte, la excepción de prescripción opuesta basado en que

se debe dilucidar si la presentación y notificación de

una demanda ante un tribunal incompetente permite

interrumpir la prescripción alegada, en torno a lo cual

asienta que la presentación de la demanda anterior se

verificó el 30 de noviembre de 2016, en la causa seguida

con el rol C-29586-2016 ante el 12° Juzgado Civil de

Santiago siendo notificada al Servicio de Salud

Metropolitano Oriente el 14 de diciembre de ese año. A lo

dicho añade que, opuesta excepción dilatoria de

incompetencia a dicha acción, ésta fue acogida y, una vez

confirmada tal decisión por la Corte de Apelaciones, se

ordenó cumplir aquella resolución por decreto de 13 de

noviembre de 2017. Establecido lo anterior deja asentado

que, en ese contexto, se produjo la interrupción de la

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prescripción, que supone la pérdida de todo el tiempo

previo, motivo por el cual el 13 de noviembre de 2017,

esto es, en la fecha del cúmplase, comenzó un nuevo

término, sin que se haya completado el tiempo de

prescripción contado desde esa fecha y hasta el 11 de

diciembre de 2017, día en que la presente acción fue

iniciada.

Enseguida desestima la excepción de falta de

legitimación pasiva basado en lo que establecen los

artículos 29 y 36 de la Ley N° 18.575 y en los artículos

16 y 31 del Decreto con Fuerza de Ley N° 1 de 2005 y

considerando que el de autos es un hospital de baja

complejidad, que no es autogestionado.

En lo que concierne a la falta de servicio que sirve

de sustento a la acción, explica en primer término, y aun

cuando ninguna de las partes formuló alegato alguno sobre

el particular, que, al obligar a la demandante a

practicar un parto por vía natural, pese a su petición de

realizar una cesárea, se violentó su autodeterminación y

se la expuso, junto a su hijo no nacido, a las nefastas

consecuencias que a la larga se produjeron, todo lo cual

se tradujo en la comisión, por los agentes del demandado,

de actos de violencia obstétrica que constituyen falta de

servicio.

Sin perjuicio de lo señalado, agrega que el HHR, a

través de sus funcionarios, incurrió en una serie de

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malas prácticas médicas que desencadenaron los trastornos

que sufre hasta el día de hoy el hijo de la actora. Así,

señala que constituye falta de servicio la comisión de

ilegalidades al anotar el Dr. Alan Torres sólo dos

intentos frustros de fórceps, pese a que existe material

probatorio suficiente que permite determinar que los

mismos fueron muchos más; que también la configura la

mala praxis médica del citado profesional al intentar

realizar una maniobra de extracción mecánica vía fórceps

en circunstancias para las cuales estaba contraindicada;

que dicho factor de imputación también reside en la

circunstancia de que, una vez llamados para atender a la

demandante, el médico que ejercía como ginecólogo y la

anestesióloga tardaron una hora en llegar al centro

asistencial, no obstante que el tiempo medio esperable

para este fin era de sólo 15 minutos. Añade que el

servicio deficiente prestado a los actores radica,

además, en la falta de pericia del personal médico para

decidir un nacimiento por cesárea antes de que se

produjesen los hematomas anotados, en la carencia de

anotaciones y diagnóstico en el recién nacido una vez

sacado de la vía materna y, finalmente, en que el

traslado del niño al continente no fue realizado conforme

a la lex artis, pues en su ejecución se desprendió una

vía venosa que le fuera colocada en el hospital de autos.

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En estas condiciones, el juzgador a quo llega a la

convicción de que los traumatismos causados al niño, y

que derivaron en la lesión neurológica que hoy lo afecta,

fueron provocados por la mala praxis médica del personal

de salud que intervino en esa ocasión, ya sea por no

haber tomado la decisión de practicar una cesárea en

tiempo y forma, ya sea por haber insistido en la

utilización de un sistema mecánico contraindicado para el

caso.

Más adelante, el sentenciador tiene por demostrado

que los hechos de que se trata causaron daño moral a los

demandantes, desde que el equipo de salud incumplió su

deber de atención eficaz y eficiente, y cuantifica,

finalmente, el monto de la indemnización a la que accede,

estimando que, en el caso del niño, debe ascender a

$100.000.000 y, en relación a la madre, que ha de

alcanzar a $150.000.000.

Al concluir deja asentado que, por haber resultado

totalmente vencido, el demandado debe ser condenado al

pago de las costas.

Apelada dicha determinación por el demandado, la

Corte de Apelaciones de Valparaíso la confirmó añadiendo,

en relación al rechazo de la excepción de prescripción,

que, antes de la interposición de la demanda que dio

inicio a la causa anterior, seguida bajo el rol Rol C-

29586-2016, se llevó a cabo el proceso de mediación que

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exige el artículo 43 de la Ley N° 19.966, el que se

extendió desde el 7 de marzo hasta el 5 de julio de 2016.

Así las cosas, dados los hechos establecidos en el

fallo de primer grado, considerando que, conforme al

inciso final del artículo 45 de la Ley N° 19.966, el

término de prescripción se suspende mientras dure la

mediación y teniendo presente, por último, que el mismo

efecto produce la interposición de la demanda ante

tribunal incompetente, los juzgadores de la Corte de

Apelaciones llegaron a la conclusión de que la citada

defensa debía ser rechazada, pues a la fecha de

interposición de la acción de autos, el plazo de

prescripción previsto en el artículo 40 de la citada ley

no había transcurrido.

Respecto de esta decisión la defensa del demandado

dedujo recursos de casación en la forma y en el fondo,

para cuyo conocimiento se trajeron los autos en relación.

CONSIDERANDO:

I.- EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN EN LA FORMA.

PRIMERO: Que el recurrente invoca, en primer lugar,

la causal del N° 5 del artículo 768 del Código de

Procedimiento Civil, en relación con la omisión de los

requisitos de los números 4 y 6 del artículo 170 del

mismo cuerpo legal, pese a lo cual sólo desarrolla

aquella prevista en el citado N° 4.

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Al respecto sostiene que la omisión que denuncia,

del requisito establecido en el numeral 4 del artículo

170, consiste en que la sentencia no expresa las razones

en cuya virtud el juzgador no considera la prueba rendida

por su parte, la que sólo nombra, a la vez que tampoco

explica por qué desechó la excepción perentoria de

prescripción extintiva de la acción, pese a que de los

antecedentes aparece con claridad que los perjuicios se

produjeron el 2 de noviembre de 2012, esto es, incluso

antes de nacer la criatura. Así, sostiene que entre esa

fecha y el 10 de enero de 2018, día en que se notificó la

actual demanda, transcurrieron más de 5 años, motivo por

el cual se debió acoger la excepción aludida, conforme al

artículo 40 de la Ley N° 19.966.

Agrega que, aun atendiendo a la presentación de la

demanda ante tribunal incompetente, hecho ocurrido el 30

de noviembre de 2016, la acción ya se encontraba

prescrita a esa data, de lo que deduce que el tribunal no

pudo razonar de la forma en que lo hizo respecto de una

acción que ya se hallaba extinguida a esa fecha, pues no

resulta posible interrumpir algo que ya estaba agotado.

Aduce, además, que tampoco se verifica la identidad de

personas exigida, pues la primera demanda fue dirigida en

contra del Hospital Hanga Roa y del Servicio de Salud

Metropolitano Oriente, mientras que la segunda sólo se

dedujo respecto de este último.

XGXNXXHQXHR
Finalmente, y en cuanto a la suspensión derivada de

la mediación, indica que tampoco debió ser considerada,

desde que su parte no fue reclamada en dicha gestión y

considerando que la suspensión sólo opera respecto de los

reclamados, conforme a los artículos 43 y 45 de la Ley N°

19.966, motivo por el cual dicho procedimiento no le es

oponible.

SEGUNDO: Que en un segundo acápite el recurso acusa

que el fallo incurre en la causal del N° 4 del artículo

768 del Código de Procedimiento Civil, al haber sido dado

ultra petita, desde que condena en costas a su parte,

pese a que en la demanda no se pidió la imposición de

dicha carga, sin perjuicio de que, además, resulta

improcedente conforme al artículo 600 del Código Orgánico

de Tribunales y al inciso 4° del artículo 16 del Decreto

con Fuerza de Ley N° 1 de 2005 y atendiendo, además, a

que no fue totalmente vencido.

TERCERO: Que, como se destacó en lo que antecede,

los jueces de la instancia se pronunciaron respecto de la

prueba rendida en autos, así como en relación con los

fundamentos que tuvieron en consideración a fin de

rechazar la excepción de prescripción opuesta por la

demandada.

En este sentido, al examinar la primera causal de

casación formal, no debe olvidarse que el vicio

denunciado aparece sólo cuando la sentencia carece de las

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consideraciones de hecho y de derecho que le sirven de

fundamento, no así cuando aquéllas no se ajustan a la

tesis sustentada por el recurrente. Desde esta

perspectiva, una atenta lectura del fallo impugnado

permite verificar, como ya se ha dejado constancia, que

sí se explicitan las razones, de hecho y de derecho, que

llevaron a los juzgadores a resolver del modo en que lo

hicieron.

Asimismo, y respecto de la segunda causal del

arbitrio de nulidad formal, la alegación formulada por el

recurrente también deberá ser desestimada, desde el

momento que la condenación en costas constituye una

facultad –y en ciertos casos un deber– de los jueces, sin

que sea menester, para su imposición, que se formule una

expresa petición en tal sentido. Así las cosas, no se

advierte que concurra en la especie el vicio de

ultrapetita denunciado por el recurrente.

II.- EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN EN EL FONDO.

CUARTO: Que el recurrente asevera, en lo que atañe a

la excepción de prescripción opuesta, que el fallo

infringe el artículo 40 de la Ley N° 19.966, en relación

con los artículos 43 y 44, inciso tercero, de la misma

ley.

Recuerda que su parte opuso la excepción

prescripción de 4 años contemplada en el artículo 40 de

la Ley N° 19.966, basada en que el hecho dañoso ocurrió

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el 2 de noviembre de 2012, mientras que la demanda de

autos fue notificada el 10 de enero de 2018, esto es, una

vez extinguida la acción, pues a esta última data habían

transcurrido 5 años, 2 meses y 8 días, conclusión que no

altera la presentación de una demanda anterior ante un

tribunal incompetente, pues a la fecha en que ello

ocurrió el plazo de prescripción ya se había completado,

sin perjuicio de que tampoco operó a su respecto la

suspensión que se sigue del procedimiento de mediación,

dado que en éste el servicio que representa no revistió

la calidad de reclamado. Aduce, asimismo, que la

circunstancia de que su parte haya sido citada al mentado

procedimiento como tercero interesado no la transforma en

reclamado y no hace aplicables, a su respecto, las reglas

de la mediación.

Más adelante sostiene que tampoco ha operado la

suspensión establecida en los artículos 2509 y 2520 del

Código Civil y concluye señalando que la notificación de

la demanda presentada ante tribunal incompetente tampoco

es válida, por lo que se debe aplicar la excepción del

artículo 2518 en relación con el artículo 2503, ambos del

Código Civil.

QUINTO: Que en otro capítulo denuncia la

transgresión del artículo 38 de la Ley N° 19.966, en

relación con los artículos 45, 46 y 141, todos del

Decreto con Fuerza de Ley N° 1, de 2005, pues, según

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afirma, su parte carece de legitimación pasiva, desde que

los hechos materia de autos sólo involucran al Hospital

Hanga Roa y a sus dependientes.

Asevera que el fallo no señala el daño que se

atribuye a su parte ni cuál sería el servicio que debió

prestar a los actores, cuya omisión sería la causante de

la falta que se le reprocha. Sobre el particular enfatiza

que el demandado no puede intervenir en los actos

quirúrgicos ni en las funciones propias del Hospital

Hanga Roa, las que corresponden a su Director, de lo que

deduce que la imputación en comento ha sido mal dirigida

en su contra.

SEXTO: Que más adelante acusa que el fallo quebranta

las leyes reguladoras de la prueba establecidas en el

artículo 426 del Código de Procedimiento Civil y en los

artículos 1706 y 1712 del Código Civil.

Al respecto afirma que todo perjuicio debe probarse,

incluyendo el daño moral, pese a lo cual la sentencia

recurrida supuso el de esta clase en relación a los

demandantes sin que exista prueba idónea que lo haya

acreditado fehacientemente. Así, disiente de la

valoración que el sentenciador realiza del informe de

intervención sicológica de doña Rita Álvarez, el que fue

objetado y no fue ratificado en juicio. Asevera que el

juez de la instancia no consideró esta objeción,

limitándose a construir -a falta de toda otra prueba- una

XGXNXXHQXHR
presunción judicial que no reúne los requisitos de tal,

en contraposición a lo expresado en los artículos 1712

del Código Civil y 426 y 427 del Código de Procedimiento

Civil, pues no concurren las exigencias de gravedad,

precisión y concordancia propias de esta clase de

probanza.

SÉPTIMO: Que en otro acápite manifiesta que los

juzgadores del mérito contravienen los artículos 38 y 41,

inciso 1°, de la Ley N° 19.966 en relación a la

acreditación de la gravedad del daño.

Desde esta perspectiva asegura que el artículo 38

impone al actor la carga de probar el daño que dice haber

sufrido, por lo que, si no logra hacerlo, nada se le

puede otorgar por este concepto, sin perjuicio de que,

además, el artículo 41 impone la obligación de probar la

gravedad del daño sufrido, carga que, para efectos de

establecer el quantum indemnizatorio, implicaba demostrar

el grado de compromiso del daño síquico mediante

antecedentes médico científicos, nada de lo cual sucedió.

OCTAVO: Que a continuación reseña que el fallo

incumple el artículo 177 del Código de Procedimiento

Civil, en relación al artículo 38 de la Ley N° 19.966.

Asegura que la demanda no señala cuál sería la causa

de pedir en cuya virtud la declaración judicial de falta

de servicio sanitaria, establecida en autos, se ha de

traducir en una indemnización en contra del Servicio de

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Salud o, en otros términos, cuál sería el incumplimiento

que se reprocha a su parte. Recalca que la causa de pedir

debe ser próxima, pues el artículo 177 la entiende como

el fundamento inmediato del derecho deducido en juicio,

pese a lo cual en la especie no existe una fuente sobre

la cual sustentar dicha pretensión en contra de su parte.

Sostiene que el fallo aplica de manera errónea el

estatuto especial de la responsabilidad por falta de

servicio, desde que debió aplicar el de la

responsabilidad extracontractual, pues entre las

funciones de su parte no se incluyen aquellas que no han

sido ejecutadas o que se han ejecutado mal o de manera

tardía.

NOVENO: Que a continuación expone que la sentencia

incurre en error al tener por acreditado un nexo causal

inexistente.

Aduce que, en efecto, no existe relación de causa a

efecto entre las funciones propias de un Servicio de

Salud y los daños que se le pretenden atribuir por

retardo en el otorgamiento de prestaciones asistenciales

propias de los hospitales, las que, en este caso,

debieron ser proporcionadas por el Hospital Hanga Roa.

Indica que en el razonamiento 38° de la sentencia de

primera instancia no se explica cómo, de los actos de los

profesionales del citado hospital, se establece una

conexión con la responsabilidad del Servicio de Salud

XGXNXXHQXHR
Metropolitano Oriente, por actos médicos en los cuales

este último no puede intervenir. Aduce que, en

consecuencia, se le ha condenado como si se tratara de

una demanda civil por responsabilidad extracontractual

por hecho ajeno de un tercero o de sus dependientes,

yerro que es reproducido, según afirma, por la sentencia

impugnada en su fundamento 10°, en tanto su parte no

realiza tratamientos ni procedimientos, pues éstos

constituyen prestaciones asistenciales que brindan los

establecimientos de esta clase.

DÉCIMO: Que en otro capítulo acusa que la sentencia,

al determinar el quantum indemnizatorio, desobedece el

principio de proporcionalidad y los baremos referenciales

establecidos por el Poder Judicial.

Alega falta de proporcionalidad en la magnitud de

los montos indemnizatorios fijados, pues su regulación

denota, en su concepto, una decisión desmedida y alejada

de todo baremo referencial, sin perjuicio de que su

determinación deriva, además, de una pretensión infundada

e insuficientemente acreditada, respecto de hipotéticos

perjuicios por daño moral que no son atribuibles al

Servicio de Salud, por montos excesivos.

DÉCIMO PRIMERO: Que enseguida acusa que el fallo

incurre en error al condenar en costas a su parte, con lo

que vulnera el artículo 81 de la Ley N° 10.383, en

relación con el artículo 16, inciso 4°, del Decreto con

XGXNXXHQXHR
Fuerza de Ley N° 1 de 2005, con el artículo 600 del

Código Orgánico de Tribunales y con el artículo 144 del

Código de Procedimiento Civil.

Al respecto afirma que los demandantes no

solicitaron que se impusiera a su parte este carga, de

modo que la misma no formó parte de la discusión y, si

bien puede ser accesoria al fondo del asunto, el

principio dispositivo del proceso requiere que se haya

solicitado su aplicación, sin que puedan ser declaradas

de oficio. Aduce, además, que es legalmente improcedente

que se impongan a su parte, pues goza de privilegio de

pobreza legal.

DÉCIMO SEGUNDO: Que, por último, acusa que el fallo

infringe el artículo 186 del Código de Procedimiento

Civil, desde que, como lo señala dicho precepto, la

sentencia apelada de primer grado debió ser enmendada con

arreglo a derecho, pese a lo cual el fallo recurrido no

obró de ese modo, haciendo suyos, por el contrario, los

errores contenidos en el dictamen de primera instancia al

decidir su confirmación.

DÉCIMO TERCERO: Que al referirse a la influencia que

los señalados vicios habrían tenido en lo dispositivo del

fallo, expresa que, de no haberse incurrido en ellos, se

habría rechazado la demanda deducida en contra de su

parte.

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DÉCIMO CUARTO: Que, para principiar, cabe hacer

presente las contradicciones en que incurre el arbitrio

de nulidad sustancial en cuanto alega la existencia de

yerros jurídicos en torno a la prescripción y a la falta

de legitimación y luego, contradictoriamente, pues supone

que esas primeras defensas no proceden, que hay errores

de derecho en cuanto a la falta de servicio, nexo causal,

daño, gravedad del daño y quantum indemnizatorio.

ऀEn este sentido, la sola exposición del recurso

deja al descubierto la inviabilidad del arbitrio, toda

vez que en él se exponen argumentaciones que revisten el

carácter de contradictorias y alternativas. Ello, a su

turno, implica dotar al recurso de que se trata de un

carácter dubitativo, cuestión que conspira contra su

naturaleza de derecho estricto, comoquiera que su

finalidad no es otra que la de fijar el recto alcance,

sentido y aplicación de las leyes en términos que no

puede admitirse que se viertan en él reflexiones

incompatibles como tampoco argumentaciones subsidiarias o

alternativas que lo dejan así desprovisto de la certeza

necesaria.

ऀEn este contexto, no debe perderse de vista que lo

puntual y relevante a comprobar, en el contexto de la

casación en el fondo, es si ha existido infracción de ley

en un determinado sentido o si no la hay. Así la

jurisprudencia constante de esta Corte ha establecido

XGXNXXHQXHR
que, tratándose de un recurso de derecho estricto, éste

debe ser deducido en forma categórica y precisa, estando

fuera de lugar peticiones o alegaciones subsidiarias o

alternativas, por carecer de la certeza y determinación

indispensables (a modo meramente ejemplar, se pueden

citar las sentencias dictadas por esta Corte en autos

Roles N°s. 17.059-2018, 16.506-2015, 7.987-2018, 33.757-

2019, 135.533-2020 y 49.178-2021).

DÉCIMO QUINTO: Que, sin perjuicio de lo anterior, y

en lo que respecta, primeramente, a los errores

denunciados respecto de la excepción de prescripción

alegada por el recurrente, debe tenerse en cuenta que el

sentenciador de primer grado la rechazó basado en que se

debe dilucidar si la presentación y notificación de una

demanda ante un tribunal incompetente permite interrumpir

la prescripción alegada, y en torno a lo cual asienta que

la presentación de la demanda anterior se verificó el 30

de noviembre de 2016, en la causa seguida con el rol C-

29586-2016 ante el 12° Juzgado Civil de Santiago siendo

notificada al Servicio de Salud Metropolitano Oriente el

14 de diciembre de ese año. A lo dicho añade que, opuesta

excepción dilatoria de incompetencia a dicha acción, ésta

fue acogida y, una vez confirmada tal decisión por la

Corte de Apelaciones, se ordenó cumplir aquella

resolución por decreto de 13 de noviembre de 2017.

Establecido lo anterior deja asentado que, en ese

XGXNXXHQXHR
contexto, se produjo la interrupción de la prescripción,

que supone la pérdida de todo el tiempo previo, motivo

por el cual el 13 de noviembre de 2017, esto es, en la

fecha del cúmplase, comenzó un nuevo término, sin que se

haya completado el tiempo de prescripción contado desde

esa fecha y hasta el 11 de diciembre de 2017, día en que

la presente acción fue iniciada.

Por su parte, los jueces de segunda instancia, sobre

este mismo particular, tuvieron presente los siguientes

hitos procesales:

a) Los hechos que motivan la presente demanda se

produjeron el día 2 de noviembre de 2012.

b) Según consta en la causa Rol C-29586-2016, que se

tuvo a la vista por el Tribunal, con fecha 30 de

noviembre de 2016 se dedujo demanda de indemnización de

perjuicios por falta de servicio por los mismos

demandantes, contra el mismo servicio demandado y por los

mismos hechos.

c) Esta demanda fue notificada al Servicio de Salud

Metropolitano Oriente el 14 de diciembre de 2016.

d) Ante ello, el servicio demandado opuso la

excepción dilatoria de incompetencia, la cual fue acogida

por el tribunal a quo y, apelada esta decisión, fue

confirmada por la Corte de Apelaciones, ordenándose el

cúmplase el 13 de noviembre de 2017.

XGXNXXHQXHR
e) Previo a la interposición de la primera demanda,

se llevó a cabo el proceso de mediación que exige el

artículo 43 de la Ley N° 19.966, el que se extendió́ desde

el 7 de marzo hasta el 5 de julio de 2016.

f) La presente acción se dedujo el 11 de diciembre

de 2017 y fue notificada el 13 de marzo de 2018.

Adicionalmente, consideraron que, de acuerdo al

inciso final del artículo 45 de la Ley N° 19.966, durante

el plazo que dure la mediación se suspende el término de

prescripción tanto de las acciones civiles como de las

criminales a que hubiere lugar, así como tuvieron

presente lo señalado reiteradamente por la doctrina y la

jurisprudencia, en orden a que el mismo efecto produce la

interposición de la demanda ante tribunal incompetente,

según lo ha resuelto esta Corte Suprema, v.gr. en

sentencia de casación pronunciada en los autos Rol 4993-

2019, de 18 de mayo de 2020.

En consecuencia, compartiendo el razonamiento del

tribunal de primer grado, a la fecha de interposición de

la demanda de autos, el plazo de prescripción de cuatro

años establecido en el artículo 40 de la Ley N° 19.966

aún no había transcurrido.

Considerando lo expuesto en precedencia, así como el

hecho, asentado en la causa, de que el Servicio de Salud

Metropolitano Oriente efectivamente fue citado al

mencionado proceso de mediación, no se advierte que en la

XGXNXXHQXHR
especie concurran los yerros jurídicos acusados por el

recurrente respecto de este capítulo de su arbitrio de

nulidad sustancial, y bien sea que el plazo de

prescripción se cuente hasta la presentación de la

demanda o hasta la notificación de la misma.

DÉCIMO SEXTO: Que, relativamente a la falta de

legitimación pasiva alegada por el recurrente, cabe

recordar que el artículo 16 del Decreto con Fuerza de Ley

Nº 1, que, entre otras materias, creó el Servicio de

Salud Metropolitano Oriente, dispone que son organismos

estatales, descentralizados, dotados de personalidad

jurídica y patrimonio propios, que conforman la red de

establecimientos de salud, de acuerdo a los artículos 2 y

17 del mismo texto jurídico, cuyo artículo 22 admite que

su representación judicial concierne al director.

Asimismo, el artículo 29 de la Ley N° 18.575

prescribe que la Administración del Estado se compone de

servicios públicos centralizados y descentralizados.

Aquéllos actúan bajo la personalidad jurídica y con los

bienes y recursos del Fisco; en cambio, los

descentralizados se manejan con personalidad jurídica y

patrimonio propios, mientras que su representación

judicial y extrajudicial incumbe a los respectivos jefes

superiores, como lo estatuye el artículo 36 de dicha

ley.

XGXNXXHQXHR
DÉCIMO SÉPTIMO. Que de lo expuesto surge con

claridad que el Servicio de Salud Metropolitano Oriente

es una persona jurídica de derecho público y, por ende,

con apego al artículo 545 del Código Civil, capaz de

ejercer derechos y contraer obligaciones y de ser

representada judicial y extrajudicialmente,

representación que le corresponde a su director en su

condición de jefe superior del servicio, como lo previene

el artículo 22 del Decreto con Fuerza de Ley N° 1. En

tanto que el artículo 38 de la Ley N° 19.966 de 2004,

preceptúa que son los órganos de la Administración del

Estado en materia sanitaria los responsables de los daños

que causen a particulares por falta de servicio, dentro

de los cuales están los Servicios de Salud.

DÉCIMO OCTAVO: Que el HHR es un establecimiento no

autogestionado que integra la red asistencial de salud y

depende del Servicio de Salud Metropolitano Oriente. Es

por ello que, sin dudas de clase alguna, corresponde a

este último asumir la responsabilidad por la falta de

servicio que sea imputable al referido hospital, no

pudiendo hacerse responsable al nosocomio, por carecer,

en consecuencia, de legitimación pasiva.

DÉCIMO NOVENO: Que, respecto de la transgresión de

las leyes reguladoras de la prueba establecidas en el

artículo 426 del Código de Procedimiento Civil y en los

artículos 1706 y 1712 del Código Civil que denuncia el

XGXNXXHQXHR
recurrente, de la sola lectura del arbitrio de nulidad

intentado se advierte que más que impugnarse la

aplicación de la ley al caso de autos, su disconformidad

con lo fallado se vincula a las conclusiones a que

arribaron los sentenciadores del grado con ocasión de los

hechos asentados en el pleito, sin que se advierta, en

este sentido, una vulneración de las normas que se dicen

transgredidas.

En este orden de ideas, debe recordarse que los

jueces del fondo establecieron, como hechos de la causa y

que son inamovibles para esta Corte, los siguientes:

1.- Marilia Carolina Florez Rojas –demandante- es

madre del otro actor, el niño M.C.T.F., quien nació́ el 2

de noviembre de 2012.

2.- El nacimiento del niño ya señalado se produjo en

el Hospital Hanga Roa, ingresando la madre parturienta al

servicio de urgencia del citado nosocomio el día 01 de

noviembre de 2012 a las 10.00 am, produciéndose el parto

mediante sistema de cesárea el día 02 de noviembre de

2012 a las 06.15 horas.

3.- Que el nacimiento del niño se produjo más de 18

horas después de haber ingresado la parturienta en el

hospital local, produciéndose una serie de

acontecimientos durante ese lapso de tiempo entre los que

resaltan:

XGXNXXHQXHR
ऀa) inició de trabajo e inducción a través de misotrol

luego del ingreso de la madre del niño alrededor de las

12.30 horas del día primero de noviembre de 2012.

ऀb) que la madre solicitó se practicara parto por cesárea

en innumerables ocasiones durante el trabajo de parto.

c) que existió́ fallo de descenso y con ello, parto

vaginal frustrado por posible desproporción céfalo

pélvica con dilatación completa.

d) que se manifestó́ al dr. Alan Torres varias veces

la necesidad de realizar una cesárea y lo poco

aconsejable que era utilizar el fórceps para efectos del

parto.

e) que la anestesia puesta a la parturienta fue

solicitada primeramente por la Dra. Verónica Muñoz

Palominos, a solicitud de la pediatra de turno Dra. Mirta

Cavieres a las 20.30 horas del día 1° de noviembre de

2012, la que fue intermediaria de la información otorgada

por la matrona Kattyana Muñoz. La anestesióloga solicita

la presencia del Dr. Alan Torres para evaluación, lo que

se produce alrededor de las 21.00 horas, quien finalmente

indica la anestesia pedida, la que fue puesta a las 22.00

horas.

f) los informes de la matrona iban dirigidos al

médico de turno y no al Dr. Alan Torres, cuando éste no

estaba presente.

XGXNXXHQXHR
ऀg) Estando presente la pediatra de turno Dra. Mirta

Cavieres, la matrona le informa que la paciente tiene

sensación de pujo a las 3.30 horas del día 2 de

noviembre, se administra una segunda dosis de anestesia.

h) que el medico a cargo de ginecología del Hospital

Hanga Roa, el día del parto, Dr. Alan Torres, se demoró

alrededor de 40 minutos en llegar al recinto desde que

fue solicitada su presencia, alrededor de las 4.00 am, es

decir, a las 4.40 am se presenta quien ejercía de

ginecoobstetra, momentos en los que se encontraban en

pabellón la matrona Kattyana Muñoz Rapu, la medica


́ de

turno (pediatra) Dra. Mirta Cavieres, la anestesióloga

Verónica Muñoz Palominos y quien ejercía como ginecólogo,

Dr. Alan Torres.

ऀi) que llegado el medico Dr. Alan Torres y pese a las

observaciones efectuadas por el resto del personal

médico, este efectuó́ una maniobra con fórceps intentando

el parto por dicha vía en al menos seis ocasiones, con

resultado frustrado en todos los casos.

j) a las 5.20 horas se coloca por cuarta vez

anestesia epidural, continuando con los intentos de parto

con fórceps.

ऀk) a las 06.00 horas se decide cesárea de urgencia.

l) a las 06.15 horas se produce el nacimiento del niño

por cesárea.

XGXNXXHQXHR
ऀll) al nacimiento el niño presentó signos de asfixia

neonatal, síndrome hipotónico, apgar 6,7 a los cinco

minutos, y 9 a los y 15 minutos. Con céfalo hematoma

parietal derecho. 3.- Al día siguiente del nacimiento y

tras las complicaciones del recién nacido, los médicos

tratantes deciden su traslado a Santiago, lo que se

efectúa el día 4 de noviembre de 2012, luego que al niño

se le hubiera salido vía sin volver a puncionar.

4.- Que el día 30 de noviembre de 2012 se practicó́

examen al niño consistente en tomografía axial

computarizada de cerebro que arrojó como resultado Cuarto

ventrículo amplio en la línea media. Aspecto hipoplásico

del dermis inferior. Cerebelo y tronco encefálico sin

evidencias de lesiones focales. Cisternas basales de

amplitud conservada. Sistema ventricular supratentorial

de volumen normal. Cavum sptum pellucidum y cavum vergae

como variantes anatómicas. Pequeña calcificación parietal

izquierda de aspecto secuelar que determina mayor

amplitud de los surcos adyacentes. Pequeñas

calcificaciones subcorticales adyacente a la lesión

parietal descrita y en la corteza frontal izquierda que

impresionan de aspecto secuelar. ¿TORCH? Resto del

parénquima encefálico sin alteraciones. Surcos corticales

de amplitud y densidad normal. No se observan colecciones

yuxtadurales. Fontanelas de amplitud conservada.

XGXNXXHQXHR
5.- Que el día 07 de diciembre de 2012 se le

practicó examen de resonancia magnética de cerebro, el

que arrojó como resultado lesiones hemorrágicas frontales

bilarales mayor a izquierda, temporo parietal izquierda y

parietal derecha. Pequeños focos de microhemorragia del

surco caudo talámico derecho, periatrial izquierdo y

subcorticales fronto parietales bilaterales. Hipoplasia

del vermis cerebeloso.

6.- Que el día 12 de diciembre de 2012 se practicó́

al niño un nuevo examen de resonancia magnética de

cerebro que arrojó los siguientes hallazgos: Cuarto

ventrículo amplio en la línea media. Hipoplasia del

vermis inferior. Resto del cerebelo sin alteraciones

evidentes. Tronco encefálico normal. Pare craneanos

visibles normales. Sistema ventricular supratentorial de

amplitud conservada, con pequeños focos hemorrágicos a

nivel del surco caudo talámico derecho y periatrial

izquierdo. Lesiones córtico subcorticales hemorrágicas

temporo parietal izquierda, paerital derecha, frontal

bilateral mayor a izquierda y múltiples pequeños otros

focos de microhemorragias subcorticales frontoparietales

bilaterales. No observo alteraciones en el patrón de

sulcacion. Patrón de mielinización acorde a edad

cronológica con discreta hipertensidad de seña de la

sustancia blanca difusa en ambos hemisferios cerebrales.

Cuerpo calloso es de morfología conservada. Silla turca y

XGXNXXHQXHR
su contenido es normal. Espacio subaracnoideo y surcos de

la convexividad de amplitud conservada. Sin colecciones

yuxtadurales. CONCLUSIÓN: aspecto de lesiones

hemorrágicas frontales bilaterales mayores a izquierda,

temporo parietal izquierda y parietal derecha. Pequeños

focos de microhemorragia del surco caudo talámico derecho

periatral izquierdo y subcorticales fronto parietales

bilaterales. Hipoplasia del vermis cerebeloso.

7.- Que no hay un informe concluyente que acredite

genopatía del cromosoma 15, toda vez que existen exámenes

con conclusiones contradictorias pág. 289 y 354 de red

Christus que indican normalidad en el cromosoma 15, de

junio de 2013, mientras que el de pág. 353, Test de

metilación, señala presencia de un único fragmento del

221 pb correspondiente al cromosoma 15 paterno, siendo

compatible dicho resultado con el síndrome de Angelman,

muestra tomada el 28 de diciembre de 2012 y analizada el

05 de febrero de 2013, mientras que en forma posterior se

tomó un nuevo examen test de metilación a la misma

muestra de sangre tomada el 28 de diciembre de 2012,

suscrito entre otras por las mismas profesionales que

señalaron existir una alteración en el cromosoma 15, pero

que en fecha 01 de agosto concluyeron resultados

normales; en tanto que, de otra parte, el Dr. Ricardo

Enrique Candiani Loyola, quien depuso a pág. 322 y

siguientes señaló́ la falta de un examen concluyente al

XGXNXXHQXHR
efecto, por la existencia de estos antecedentes

contradictorios.

8.- Que conforme al documento de pág. al 20 de

octubre de 2016 el servicio de neurología del Hospital

Calvo Mackenna señaló́ como diagnósticos del niño:

 - Retraso sicomotor global severo.

 - Síndrome hipotónico central

 - Síndrome epiléptico sintomático

 - Síndrome dismorfico.
́

 - Antecedentes EHI-HSA

 - Trastorno deglución

 - Probable enfermedad metabólica (en estudio)

 - Cardiopatía (CIV-DAP)

 - Nefrocalcinosis – Pielectasia.

9.- Que el médico Alan Igor Torres Cisternas figura

en la nómina de la dotación de contrata del Servicio de

Salud Metropolitano Oriente al 09/11/2012 como Médico

Cirujano de cirugía general y no como Ginecólogo o

Ginecoobstetra.

10.- Que previo al parto, no se observaron

malformaciones ni patología intrauterinas en el feto.

11.- Que se efectuó́ un acuerdo en mediación entre la

madre demandante de la presente causa y el médico Alan

Igor Torres Cisternas, en el que la demandante se reservó

los derechos para iniciar acciones judiciales en contra

XGXNXXHQXHR
del Hospital Hanga Roa y el Servicio de Salud

Metropolitano Oriente.

12.- Que el niño M.C.T.F. mantiene una discapacidad

global severa del 87,5%, con causa física principal y

mental/psíquica secundaria, presentando al año 2017

diagnósticos de Síndrome Hiptonico


́ central severo,

enfermedad metabólica en observación, escoliosis severa,

cardiopatía resuelta, tratamiento de deglución y síndrome

convulsivo.

13.- Que respecto del procedimiento de parto,

existen discrepancias entre lo declarado en la ficha

clínica y lo sostenido por los diferentes profesionales

que incidieron en aquél.

14.- Que el niño de la presente causa requiere de

asistencia del 100% para efecto de realizar todas las

actividades que le son posibles, toda vez que tiene una

parálisis cerebral de tipo hipotónica con consecuencias

cognitivas y motoras que le impiden desempeñarse

autónomamente.

15.- Que el hospital Hanga Roa carecía de unidad de

neonatología y de unidad de atención de paciente recién

nacido crítico el día del nacimiento del niño demandante

de la presente causa.

16.- Que la madre del niño ha sufrido dolor físico,

angustia, estrés constante, sentimientos de angustia,

ansiedad y frustración desde que ingresó al Hospital

XGXNXXHQXHR
Hanga Roa con síntomas de parto y en forma posterior, a

partir del nacimiento de su hijo.

17.- Que el niño de la presente causa ha sufrido

dolores y padecimientos, manteniendo múltiples patologías

asociadas a su discapacidad cognitiva, sensorial y

motora.

VIGÉSIMO: Que lo propio puede decirse en cuanto a la

pretendida transgresión de las normas que cita el

recurrente respecto de la falta de acreditación de la

gravedad del daño, causa de pedir y nexo causal,

revelando su denuncia una disconformidad con lo resuelto

por los sentenciadores del grado sobre la base de los

hechos asentados en la causa, más que una vulneración de

los preceptos legales que acusa infringidos.

VIGÉSIMO PRIMERO: Que respecto de las alegaciones

del recurrente relativas a la determinación y

proporcionalidad del quantum indemnizatorio fijado por

los sentenciadores del grado, esta Corte ha fallado

reiteradamente en el sentido de ser ésta una cuestión

privativa de los juces del fondo que no corresponde sea

revisada por la vía de la casación.

VIGÉSIMO SEGUNDO: Que, finalmente y en relación con

las normas legales que el recurrente reputa infringidas

respecto de la condenación en costas de que fue objeto el

recurrente, cabe recordar que el artículo 767 del Código

de Procedimiento Civil establece que el recurso de

XGXNXXHQXHR
casación en el fondo tiene lugar contra sentencias

definitivas inapelables y contra sentencias

interlocutorias inapelables, cuando ponen término al

juicio o hacen imposible su continuación, dictadas, en lo

que interesa para el presente caso, por Cortes de

Apelaciones, siempre que se hayan pronunciado con

infracción de ley y esta infracción haya influido

substancialmente en lo dispositivo del fallo.

Como puede advertirse, la resolución objetada por la

vía del recurso de nulidad sustancial no reviste la

naturaleza jurídica de ninguna de las sentencias

descritas en el párrafo precedente, pues, desde luego,

aquella parte de la sentencia definitiva que se pronuncia

sobre la condena en costas no comparte tal calidad, así

como tampoco corresponde a una interlocutoria de aquellas

que ponen término al juicio o hacen imposible su

continuación.

De esta manera, al no tener la resolución que se

trata de anular la naturaleza jurídica de aquéllas

susceptibles de ser impugnadas por la vía del presente

recurso, éste no puede prosperar.

Por estas consideraciones, y de conformidad con lo

que disponen los artículos 764, 766, 767, 768 y 805 del

Código de Procedimiento Civil, se rechazan los recursos

de casación en la forma y en el fondo deducidos por la

parte demandada en lo principal y primer otrosí de la

XGXNXXHQXHR
presentación de doce de noviembre de dos mil veintiuno,

en contra de la sentencia de veinticinco de octubre del

mismo año, pronunciada por la Corte de Apelaciones de

Valparaíso.

Acordada con el voto en contra del Ministro señor

Muñoz, quien estuvo por imponer al recurrente ejemplar

condena en costas.

Regístrese y devuélvase.

Redacción del Abogado Integrante Sr. Alcalde.

Rol N° 89.034-2021.

Pronunciado por la Tercera Sala de esta Corte Suprema


integrada por los Ministros (as) Sr. Sergio Muñoz G.,
Sra. Ángela Vivanco M., Sra. Adelita Ravanales A. y Sr.
Jean Pierre Matus A. y por el Abogado Integrante Sr.
Enrique Alcalde R.

SERGIO MANUEL MUÑOZ GAJARDO ANGELA FRANCISCA VIVANCO


MINISTRO MARTINEZ
Fecha: 03/08/2022 13:32:07 MINISTRA
Fecha: 03/08/2022 13:32:09

ADELITA INES RAVANALES JEAN PIERRE MATUS ACUÑA


ARRIAGADA MINISTRO
MINISTRA Fecha: 03/08/2022 13:32:11
Fecha: 03/08/2022 13:32:09

XGXNXXHQXHR
RICARDO ENRIQUE ALCALDE
RODRIGUEZ
ABOGADO INTEGRANTE
Fecha: 03/08/2022 14:13:48

XGXNXXHQXHR
Pronunciado por la Tercera Sala de la Corte Suprema integrada por los
Ministros (as) Sergio Manuel Muñoz G., Angela Vivanco M., Adelita Inés
Ravanales A., Jean Pierre Matus A. y Abogado Integrante Enrique Alcalde R.
Santiago, tres de agosto de dos mil veintidós.

En Santiago, a tres de agosto de dos mil veintidós, se incluyó en el Estado


Diario la resolución precedente.

Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la causa.
En aquellos documentos en que se visualiza la hora, esta
corresponde al horario establecido para Chile Continental. XGXNXXHQXHR

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