Elcredo 5to
Elcredo 5to
Elcredo 5to
Te pido Señor que me des salud física, mental, emocional y espiritual esta
semana para así tener la energía necesaria para hacer aquello que tú quieras
que haga. Trae a mi vida personas buenas a quienes yo pueda servir y que
deseen servirme por igual, Padre Amado. Y te pido que me permitas recibir todo
aquello que necesito para vivir digna y tranquilamente sin esfuerzo. AMEN
abía una vez una niña llamada Lucía, quien veía a su abuelita rezando cada tarde en un rincón de la casa, llena de
fe y absorta en el rezo. Un día, decidió acercarse para preguntarle: 'Abuelita, ¿qué haces?' La abuela sonrió,
acarició su cabeza y le respondió: 'Estoy rezando el Credo, querida. Es una oración que nos ayuda a entender lo
que creemos como católicos'
Lucía se quedó pensativa y luego dijo, 'Me gustaría aprender a rezarlo, abuelita'. Ella le sonrió, le dio un abrazo
cálido y le prometió ayudarla. Al día siguiente, su abuelita le explicó a Lucía que el Credo comienza diciendo: 'Creo
en un solo Dios Padre, todopoderoso, creador del cielo y de la tierra...' Y le aclaró que esto significa que creemos
que Dios es quien creó en su totalidad lo que vemos a nuestro alrededor.
Al paso de los día y poco a poco, Lucía fue aprendiendo más partes del Credo, siempre con la ayuda de su
abuelita, que con paciencia y cariño, le iba explicando el significado de cada frase. Incluso le enseñó a rezar el
llamado Credo de los Apóstoles que era un poco diferente. Cuando llegaron a 'creo en la resurrección de los
muertos y la vida del mundo futuro', Lucía preguntó qué significaba.
La abuelita, muy sabia, le explicó que como católicos creemos en la resurrección, es decir, en volver a la vida
eterna junto a Jesucristo. Con esas explicaciones tan certeras y tras varias semanas, Lucía logró aprender el
Credo. Estaba muy emocionada y decidió rezarlo a diario con su abuelita. Cada vez que lo hacía, sentía una
conexión especial con Dios y su fe se fortalecía.
ucía aprendió que el Credo, junto al Padre Nuestro, no es solo un conjunto de palabras que se dicen, sino una guía
espiritual que nos ayuda a entender y vivir nuestra fe. Y desde ese día, a Lucía le entró la inquietud de aprender
más oraciones y de hacer su Primera Comunión, por eso, cuando su abuelita se enteró se ofreció a ser su
madrina y a enseñarle a rezar. ¡Lucía aceptó encantada!
4. ¿Cómo explicó la abuelita la frase: '¿Creo en Dios Padre, creador del cielo y de la tierra’?
Todo lo que creemos lo debemos de vivir. Debemos demostrar con nuestras obras que creemos en Dios. Se
debe notar la diferencia entre un niño que no tiene fe y un niño que sí tiene fe. La vida se vive diferente. Por
ejemplo, si yo creo que tengo un Padre Todopoderoso que vela por mí, mis acciones deberán demostrar esa
seguridad y confianza. Si yo creo en la Iglesia, la voy a ayudar.
A lo largo de los siglos, en respuesta a las necesidades de diferentes épocas, se han elaborado numerosos
símbolos de nuestra fe, por ejemplo:
Los símbolos de las diferentes Iglesias apostólicas y antiguas.
Entre los símbolos de la fe dos ocupan un lugar muy particular en la vida de la Iglesia, estos son: El símbolo de
los Apóstoles y El Símbolo de Nicea-Constantinopla.
El Credo de los Apóstoles o Símbolo de los Apóstoles, es el corto, es llamado de los apóstoles por que es
considerado con justicia como el resumen fiel de la fe de los apóstoles. Es el antiguo símbolo bautismal de la
Iglesia Romana. Su gran autoridad proviene del hecho de que es el símbolo que guarda la Iglesia Romana, la
que fue sede de Pedro, el primero de los apóstoles, y a la cual él llevó a la doctrina común.
El Credo de Nicea-Constantinopla, es más largo por ser mas explícito y lo rezamos todos los domingos
en la Misa. Debe su gran autoridad al hecho de que es fruto de los dos primeros Concilios ecuménicos,
como su nombre lo indica respectivamente Concilio de Nicea año 325 y el Concilio de Constantinopla
año 381. Sigue siendo hoy el símbolo común de todas las Iglesias de Oriente y Occidente.
Recitar con fe el Credo es recordar nuestro Bautismo y entrar en comunión con Dios Padre, Hijo y
Espíritu Santo, es también entrar en comunión con toda la Iglesia que nos transmite la fe y en el seno
de la cual creemos.
CREDO Nicea-Constantinopla
Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible. Creo
en un solo Señor Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de
Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien
todo fue hecho; que, por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu
Santo se encarnó María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio
Pilato: padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras y subió al cielo y está sentado a la
derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin. Creo en
el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una
misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Creo en la Iglesia, que es una , santa, católica y
apostólica. Confieso que hay un solo Bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los
muertos y la vida del mundo futuro. Amén
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