Violencia Familiar
Violencia Familiar
Violencia Familiar
Facultad de Derecho
Escuela Profesional de Derecho
Programa PEA Derecho
Sede San Borja
Violencia Familiar
(Feminicidio)
Curso:
Seminario De Ciencias Penales
Ciclo:
2016 - XII
Tutor:
Alcalde Muñoz Elvis Jorge
Alumnos:
Oropeza López Araceli Mirella
DEDICATORIA Y AGRADECIMIENTOS
ÍNDICE
ÍNDICE
INTRODUCCIÒN
PROBLEMÁTICA
HIPÓTESIS
MARCO TEÓRICO
CAPITULO I
I.1.- Definiendo los términos violencia - maltrato - agresión y, violencia de género
I.1.a) Violencia - Agresión – Maltrato
I.1.b) Violencia de Género
I.2.- La problemática de la violencia familiar
I.2.a) Definición de violencia familiar Definición personal sobre Violencia Familiar
I.2.b) Características de Violencia Familiar en el Perú
I.2.c) Factores desencadenantes de la Violencia Familiar
I.2.d) Influencia de los aspectos socioculturales en la perpetuación de la Violencia
Familiar.
I.3.- La integridad psicológica como parte del derecho a la Salud. El Daño Psicológico
CAPITULO II.
LA PROBLEMÁTICA DE LA VIOLENCIA FAMILIAR Y EL MARCO NORMATIVO
AL RESPECTO.
II.1 La violencia familiar como violación de derechos humanos. Violencia contra la mujer –
Derecho a la igualdad y no discriminación
II.2 Obligación de los Estados en la prevención, investigación y sanción de la violencia. El
derecho de acceso a la justicia y el principio de debida diligencia.
II.2.a) El Derecho de Acceso a la Justicia y el Principio de Debida Diligencia.
II.3 La violencia familiar como grave problema social que amerita intervención del Estado
y, problema de salud pública
II.4 Marco Jurídico Nacional Constitución Política del Perú de 1993.- Ley 26260 – Ley de
Protección frente a la Violencia Familiar, su Texto Único Ordenado y su Reglamento.
II.5. Procedimiento de violencia familiar Investigación prejudicial Investigación Judicial. El
Proceso Único
CAPÍTULO III
EL CONCEPTO DE FEMINICIDIO, EL REGISTRO DE FEMINICIDIO DEL
MINISTERIO PÚBLICO Y LAS CIFRAS DE HOMICIDIOS EN EL PERÚ
III.1 La violencia por razones de género
III.2 Concepto y clases de feminicidio
III.3 El registro de feminicidio del ministerio público
III.3.a) La importancia de que el Registro de Feminicidio esté a cargo del Ministerio
Público
III.3.b) La Resolución de la Fiscalía de la Nación Nº 216-2009-MP-FN publicada en
el diario oficial El Peruano el 25 de febrero de 2009
3.2.a). El feminicidio íntimo
3.2.b). El feminicidio no íntimo
III.3.c) Los distritos judiciales
MARCO JURÍDICO NACIONAL
VERIFICACIÓN DE HIPÓTESIS H1, H2
CONCLUSIONES
BIBLIOGRAFIA
INTRODUCCIÓN
La problemática de Violencia Familiar está cobrando mayor importancia e
interés. Es reconocida como un problema social que por sus cifras abrumadoras
a nivel mundial, se ha convertido tanto en una forma cotidiana de violar de los
derechos humanos.
Para poder entender esta problemática, se apela al enfoque de género, define las
formas de ser hombre y mujer dentro de la sociedad, además de significar las
relaciones de poder entre ellos, donde la mujer se encuentra generalmente en
desventaja. Desde esta perspectiva, la violencia contra las mujeres se presenta
como un fenómeno que tiene su origen en la cultura, en los modelos y
representaciones asignadas a hombres y mujeres, las cuales son asumidas como
lo socialmente aceptado.
Se les otorga entonces a las mujeres, características como la pasividad, la
dependencia, la sumisión, el ser para otros, el tabú de la sexualidad y la
prohibición para disfrutar el placer. Dichas características se convierten en
imperativos socioculturales sobre cómo debe ser una mujer y estos últimos tienen
una gran importancia dentro del proceso de construcción de la identidad, la
sexualidad y la representación del cuerpo femenino tanto para mujeres como para
hombres.
Las características asignadas socialmente a lo femenino, colocan a las mujeres en
una posición de vulnerabilidad frente al posible establecimiento de relaciones
violentas, donde la violencia puede ser psicológica, física y/o sexual.
Se trata de una investigación descriptiva porque busca identificar y describir
cuales son los obstáculos que presentan las víctimas de violencia familiar en la
modalidad de maltrato psicológico para acceder a la justicia dentro del
procedimiento de violencia familiar a nivel nacional.
Lo que justifica abordar el presente trabajo, tanto desde el enfoque de derechos
humanos, como desde el enfoque de género, para encontrar los obstáculos que
aún se evidencian en los procesos de violencia familiar específicamente cuando
hablamos de violencia psicológica, más aún en víctimas mujeres, teniendo en
cuenta que las responsabilidades internacionales del Estado peruano, no sólo son
relativas a brindar leyes que reconozcan esos derechos sino a procurar la
satisfacción de los mismos, ya que una vida libre de violencia es parte del respeto
por la dignidad humana, gozando de los derechos a la vida, la integridad, la
buena salud física y mental.
La violencia familiar es una violación a los derechos humanos porque afecta la
integridad personal, la salud de la víctima, incluida su integridad emocional, ya
que el ser humano es un todo y su bienestar le permite ser más productivo y que
sus relaciones con las personas de su entorno, entre ellos su familia.
PROBLEMÁTICA
1. ¿Qué es el feminicidio?
"Según la teoría de género, desde Russell (2006), un feminicidio es el crimen genérico
de mujeres motivado por misoginia y/o sexismo. En su sentido subjetivo profundo, el
género femenino de la víctima es determinante en la ocurrencia del fenómeno. Esta
definición dificulta el tratamiento criminológico aplicado a la producción de estadísticas
y la investigación en materia penal.
2. ¿Qué caracterizó el contexto social y político en que se gestó la tipificación penal del
feminicidio en el Perú?
La tipificación del feminicidio en el Perú surge en un contexto social y político en que
se entretejen y movilizan discursos caracterizados por un sentido de alarma e
indignación ante el supuesto incremento de sus cifras anuales.
1. Patriarcado: Las dos principales causas del feminicidio y de la violencia contra las mujeres
se deben a dos maneras de pensar muy difundidas en nuestra sociedad. “Una es el patriarcado.
Se trata del hombre protector, que es como el padre, quien provee y cuida. Puede gritar, puede
castigar, hasta puede pegarle a la mujer, pero lo hace pensando que la está protegiendo a ella, a
la casa.”
Raguz explica que esta situación se encuentra en costa, sierra y selva, sobre todo en la sierra,
donde se piensa que se está protegiendo a la familia y al orden de la comunidad. “Hay incluso
mujeres que esperan que su pareja las críe. Si no me pega es porque no le importa, es su rol
cuidar a la familia“.El patriarcado fue una razón fundamental de la violencia de género en la
región andina.
2. Machismo: La segunda causa se debe al machismo. “Esta es una caricaturización del
patriarcado. Es el hombre que pega, golpea y hasta mata, pero no está preservando ni el bien de
la familia, ni el orden de nada. Lo único que está preservando es su propia autoridad. Golpea a
la mujer para someterla y para hacer lo que quiere. Él no se responsabiliza, no cuida, no provee,
no protege, no les da recursos a los hijos, ni siquiera existe. Es un vivo que tiene hijos y no los
reconoce.”
3. Tradición: Esta es una situación que ha encontrado sustento a lo largo de la historia en las
religiones y la ciencia. Raguz explica que el conocimiento ha sido hecho hasta hace muy poco
desde una perspectiva masculina, por lo que los prejuicios hacia lo femenino se veían
reforzando. “Las religiones monoteístas tienen un pequeño problema. Donde hay un solo dios,
es representado como masculino” explica la docente.
4. Herencia colonial: Raguz también ofrece teorías propias de por qué en la región
latinoamericana se presenta aún más este tipo de violencia. “Después de 40 años de estudiar el
tema, tengo la sensación de que en nuestro país somos tan machistas y sexistas debido a dos
razones adicionales. Uno, es por nuestra historia de colonización y esclavitud. La mujer
indígena pasó a ser nada, una propiedad que los colonizadores usaban. Con el esclavismo, hay
una visión atávica de considerar a la mujer como objeto del hombre”, sostiene.
5. Desigualdad: “Además, somos un país muy desigual. No es lo mismo ser mujer en cierto
sector que en otro. Aunque hay violencia en todos lados, hay menos recursos de denunciar, de
salir cuanto más desempoderada estás”. La psicóloga nos explica que entre las clases
socioeconómicas altas es más frecuente la violencia psicológica y económica, además de la
física. “Conozco gente de muchísimo dinero que deja que el esposo haga lo que quiere por no
perder su estatus. En muchos casos, ellos se las arreglan para que el dinero y las propiedades
para que estén solo a su nombre. De esta manera, sus esposas temen abandonarlos y quedarse en
la calle”, señala.
Hipótesis:
1.- “Perder el sustento económico de su familia reprime a la mujer y la obliga a
aguantar el maltrato”.
Las ansiedades y fantasías de abandono, pérdida, fragilidad, rechazo, entre otras,
vulnerabilidad mucho a los hombres y tienden a evitar hablar de estas
experiencias, o cuando lo hacen, lo hacen de una manera distorsionada, evitando
tomar contacto con la carga emocional y con el sufrimiento.
2.- El estado está obligado internacionalmente, ya que en diversas disposiciones
internacionales, a la protección y respeto de los derechos humanos. En los
feminicidios ocurridos en la franja fronteriza está incumpliendo con esa
obligación al no esclarecer ni detener los crímenes sin darle la prioridad necesaria
que se traduce en una responsabilidad internacional.
Justificación:
1.- La relevancia de nuestra investigación es igualar los derechos entre las
mujeres y los hombres, demostrando que el sexo masculino no tiene toda la
autoridad en el hogar, es decir que ambos deberían aportar equitativamente con
sus opiniones.
Con nuestra Investigación queremos resaltar el daño psicológico y emocional que
muchos hombres le hacen a su pareja, y como esto puede dar lugar a la muerte
(asesinato). No solo afectan a la mujer como objeto principal, sino también a
todo su entorno e incluso a sus hijos e hijas, siendo esta la utilidad de la
investigación; sabiendo que actualmente muchos hombres piensan que ellos son
los únicos que pueden tomar decisiones desplazando a la mujer en un segundo
plano.
Demostrando con nuestra investigación como las mujeres luchan para no permitir
el abuso contra ellas, vinculando la investigación con nuestra formación
profesional.
2.- Es la imputación al estado de la responsabilidad internacional por incumplir
con las disposiciones internacionales en materia de derechos humanos.
Por lo que se debería analizar la violación de los derechos humanos, analizar la
importancia de salvaguardar el derecho a la vida y protección, analizar la
responsabilidad internacional del estado al cumplir con las obligaciones en
derechos humanos.
MARCO TEÓRICO
En el presente capítulo se problematizará la definición de violencia familiar, violencia que es
considerada como una manifestación de la violencia de género, la que sin duda sigue siendo en
el Perú, un grave problema social por su alta incidencia, sus diversas modalidades y los graves
daños en la salud física y mental que acarrea a las víctimas. Con tal propósito partiré por las
definiciones que encontramos en los Tratados relativos al tema y en la doctrina, para
posteriormente proponer una definición que, desde mi punto de vista, abarca en forma general la
violencia familiar.
I.1.- Definiendo los términos violencia - maltrato - agresión y, violencia de género.
I.1.a) Violencia - Agresión - Maltrato:
Para la Organización Mundial de la Salud - OMS, la violencia es “el uso intencional de la fuerza
física o el poder contra uno mismo, hacia otra persona, grupos o comunidades y que tiene como
consecuencias, probables lesiones físicas, daños psicológicos, alteraciones del desarrollo,
abandono e incluso la muerte”5
En opinión de la de la antropóloga F. Héritier, la violencia es "la relación en la cual se produce
un empleo de la fuerza (física, psíquica, sexual) de una persona que es más fuerte, sobre otra,
susceptible de ocasionar el terror, la huida, el sufrimiento o la muerte de un ser humano.”6 En
ese sentido, entiende la actora, que al hablar de agresor o agresora, nos referimos a una persona
con mayor fuerza que la otra sobre quien realiza la agresión, no solo fuerza física como lo
considera la OMS, sino también fuerza psíquica y sexual, sin embargo, para otros autores no se
trata de la fuerza sino del poder, en el que el agresor busca conseguir o mantener una
determinada posición de autoridad frente a la víctima.
Efectivamente, para María Inés Amato, lo que realmente busca el agresor es mostrar poder, así,
para la autora existe diferencia entre el término “agresión” y el término “violencia”. La autora,
define la agresión como cualquier forma de conducta, tanto física como simbólica que pretende
herir física o psicológicamente a alguien, que si bien es intencionada, no hay consenso sobre lo
que persigue el agresor, mayormente, más que el deseo de herir a la víctima, lo que busca es
mostrar poder. Por su parte, define el término “violencia como una forma extrema de agresión,
un intento premeditado de causar daño físico grave.7 Esta autora nos dice que en la violencia,
lo que pretende el agresor es producir un daño, pero mayormente para mostrar poder y, que la
violencia no surge de la diferencia de poder sino de la lucha por el poder y el dominio.
5 FERNÁNDEZ ALONSO, María del Carmen. Papel del Médico de Familia en Prevención y el Abordaje de la
Violencia Doméstica. En Violencia Doméstica – Aspectos Médico Legales. GARCIA ALVAREZ, Ciro. Pág. 70
6 Plan Nacional de lucha contra la Violencia Doméstica 2004 – 2010. Montevideo 25 de Noviembre del 2003.
7 AMATO, María Inés.
De otro lado, para Waldo Nuñez y María Castillo8, el término agresión que proviene del latín
aggredi, en una de sus acepciones significa ir contra alguien con la intención de producirle daño,
que es un acto efectivo y, la agresividad no es un acto efectivo, sino una tendencia o
disposición.
Hemos advertido que en nuestro medio se emplea el término maltrato psicológico en los
procesos de violencia familiar, donde no se distinguen diferencias entre los términos maltrato y
violencia, ahora bien, en el caso de niños y niñas si hay una coincidencia en emplear el término
maltrato. El “maltrato infantil” es definido por Gracia Fuster y Misitu Ochoa , el término
agresión que proviene del latín aggredi, en una de sus acepciones significa ir contra alguien con
la intención de producirle daño, que es un acto efectivo y, la agresividad no es un acto efectivo,
sino una tendencia o disposición. 9 como “cualquier daño físico o psicológico no accidental
contra un menor de dieciséis o dieciocho años –según régimen de cada país-, ocasionado por sus
padres o cuidadores, que ocurre como resultado de acciones físicas, sexuales o emocionales de
omisión o comisión y que amenazan el desarrollo normal, tanto físico como psicológico del
niño.”
En conclusión, no existen bases sólidas para sustentar que hay diferencias entre estos términos
violencia, agresión y maltrato, porque son usados como sinónimos. Sin embargo, existen
trabajos que sustentan la diferencia entre agresividad y violencia. La primera es definida como
un impulso que nos permite enfrentar la vida todos los días, mientras que la violencia es el daño
intencional. En ese sentido, en el presente trabajo al referirme a la modalidad de la violencia
familiar que he escogido desarrollar, voy a utilizar el término violencia.
Ahora bien, ya que la violencia familiar es una de las manifestaciones de la violencia de género,
será necesario definir este término.
I.1.b) Violencia de Género:
La violencia contra la mujer es también llamada violencia de género, así que empezaremos por
definir lo que se entiende por género, encontrando que el Estatuto de la Corte Penal
Internacional, suscrito por el Estado peruano, señala en el numeral 3 del artículo 7º: “el término
género se refiere a los 2 sexos, masculino y femenino, en el contexto de la sociedad. El término
género no tendrá más acepción que la que antecede”.
Básicamente, “género” es el sexo socialmente construido. De acuerdo al concepto que utiliza el
Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables - MIMP:
“Género es una categoría de análisis que aporta a la comprensión de las características,
atributos, roles, cualidades de mujeres y hombres y formas de relacionarse entre ambos,
que son aprendidas a través de los procesos de socialización en el hogar, escuela y
comunidad, y que se transmite generacionalmente"
2004 La pericia psicológica en violencia familiar. 1ra Edición. Buenos Aires. Ediciones La Rocca. Pág. 35-37 Citado
por BRINGIOTTI, AARIA I. Maltrato
8 NUÑEZ MOLINA, Waldo F. y CASTILLO SOLTERO, María Del Pilar. 2009 VIOLENCIA FAMILIAR.
Comentarios a la Ley 29282, Doctrina, Legislación y Jurisprudencia. Ediciones legales. Lima. Pág. 27
9 AMATO, María Inés. Op cit., p136.
Es evidente que la violencia que se produce contra cualquier persona es una violación a sus
derechos humanos, sin embargo no podemos negar la existencia de una violencia que se da
contra las mujeres por el hecho de serlo, los estudios lo demuestran un mayor porcentaje de
mujeres son víctimas de violencia frente al porcentaje de hombres violentados, lo que demuestra
que los derechos de aquellas son minimizados, convirtiéndose ese intento de mostrar
superioridad, en una lucha por el poder.
Ahora bien, ya que se considera que la definición de violencia, contenida en la Convención
Belém Do Pará, abarca una mayor protección de los derechos de la mujer, aquella se tomará en
cuenta al momento de brindar las definiciones personales sobre violencia familiar y daño
psicológico, así como al momento de realizar el análisis de casos en el presente trabajo.
De tal suerte que la violencia de género es aquella que se dirige contra las mujeres por ser
consideradas con menos derechos y subordinadas a las decisiones de los hombres, es un
mecanismo para perpetuar relaciones asimétricas, donde hay una lucha por el poder.
13 Ley Nº 26260 de Protección frente a la Violencia Familiar del 24 de Diciembre 1993 y, según lo previsto en el
Decreto Supremo N° 006-97-JUS, se promulgó el Texto Único Ordenado de la Ley de Protección Familiar,
incluyendo así sus modificaciones y su respectivo Reglamento D.S. Nº 10-2003-MIMDES.
14 Ley 29282 – Modificatoria de la Ley de Protección frente a la Violencia Familiar.
La definición antes descrita, no se refiere a la violencia de género, en los términos en los que la
define la Convención Belén Do Pará, porque hace referencia en forma general a los actores
entre quienes se produce la violencia familiar sin distinguir la condición de uno u otro, o atribuir
la violencia hacia la víctima en razón de su género; sin embargo, recoge lo relativo al daño que
produce la violencia, conforme se contempla en dicha definición.
Efectivamente, cuando hablamos de violencia familiar, conforme expresamente lo dice nuestra
legislación, nos referimos a toda acción u omisión que produce un daño en la persona y, si bien
la mayoría de autores coinciden en definir la violencia como el uso intencional de la fuerza o el
poder, causando daño físico, psicológico o sexual; en relación al daño psicológico, el daño al
que hacen referencia las definiciones, no se manifiesta necesariamente de forma inmediata,
conforme veremos más adelante.
Ahora bien, regresando a nuestra definición de violencia familiar, el artículo 2° literal a) de la
Convención Belém Do Pará, hace referencia a la violencia “que tenga lugar dentro de la familia
o unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal, ya sea que el agresor comparta o
haya compartido el mismo domicilio que la mujer, y que comprende entre otros, violación,
maltrato y abuso sexual”. Al respecto debo indicar que, luego de algunas modificaciones,
nuestra legislación ahora contempla la violencia que pueda ser producida por el ex conviviente
o, por el cónyuge así se encuentre separado de hecho de la víctima, lo que permite brindar una
mayor protección a las víctimas.
Sin embargo, lo que pretende este trabajo, entre otras cosas, es demostrar que la definición de
nuestra legislación es limitada, en tanto no aporta al juzgador lo que debe entender por daño ni
establece un parámetro del mismo, dejando sus decisiones dentro de un criterio muy amplio
respecto al daño que debe causar la violencia para ser entendida como violencia familiar, lo que
no siempre incluirá un criterio amplio para brindar mayor protección a la víctima, sino muchas
veces una restricción a sus derechos humanos.
Es así que como parte del trabajo de estudio, luego de incluir algunas definiciones de violencia
familiar, intrafamiliar o doméstica, de la legislación comparada, voy a proponer una definición
donde pretendo incluir los criterios que abarcan una mayor protección para las víctimas, en
tanto es importante tener en cuenta que el bien protegido es la salud de la persona y el derecho a
una vida libre de violencia y, ésta no puede ser protegida en tanto no se considere que el “daño
psicológico” puede ser un resultado a futuro.
Empecemos por la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia de
México, que sobre la violencia familiar refiere en el artículo 7º: “Es el acto abusivo de poder u
omisión intencional, dirigido a dominar, someter, controlar, o agredir de manera física, verbal,
psicológica, patrimonial, económica y sexual a las mujeres, dentro o fuera del domicilio
familiar, cuyo agresor tenga o haya tenido relación de parentesco por consanguinidad o
afinidad, de matrimonio, concubinato o mantengan o hayan mantenido una relación de hecho”.
En definitiva, primeramente mencionar que ese país cuenta con una Ley que contempla la
violencia de género, así como la violencia familiar que se dirige contra las mujeres, que a
diferencia de la definición que contempla nuestra legislación, implica una mayor protección a la
víctima ya que incluye entre los actos u la omisión que produce violencia, el abuso de poder y la
intencionalidad con un propósito, sea éste la dominación, el sometimiento o el control, sin
incluir que estos o la agresión física, psicológica o sexual deba producir un daño.
En Chile, la Ley 20.066 - Ley de Violencia Intrafamiliar, señala en el artículo 5º “Será
constitutivo de violencia intrafamiliar todo maltrato que afecte la vida o la integridad física o
psíquica de quien tenga o haya tenido la calidad de cónyuge del ofensor o una relación de
convivencia con él; o sea pariente por consanguinidad o por afinidad en toda la línea recta o en
la colateral hasta el tercer grado inclusive, del ofensor o de su cónyuge o de su actual
conviviente. También habrá violencia intrafamiliar cuando la conducta referida en el inciso
precedente ocurra entre los padres de un hijo común, o recaiga sobre persona menor de edad,
adulto mayor o discapacitada que se encuentre bajo el cuidado o dependencia de cualquiera de
los integrantes del grupo familiar.
En esta definición se hace referencia al maltrato que afecte la vida o la integridad de una
persona, lo que en cuestión de términos, una afectación es más amplia que un daño y, por
consiguiente abarca una mayor protección a la integridad y salud de la persona que en el caso de
la definición de nuestra legislación; además es más inclusiva, explícitamente se refiere a los
otros grupos vulnerables, como son los niños y adolescentes, personas de la tercera edad y a las
personas con alguna minusvalía aunque no tengan relación de parentesco entre ellos.
En Colombia, donde lo que entendemos por violencia familiar se ha tipificado como delito, la
Ley 294 de 1996, Ley sobre violencia intrafamiliar, señala en el artículo 3, literales: b) Toda
forma de violencia en la familia se considera destructiva de su armonía y unidad, y por lo tanto,
será prevenida, corregida y sancionada por las autoridades públicas; c) La oportuna y eficaz
protección especial a aquellas personas que en el contexto de una familia sean o puedan llegar a
ser víctimas, en cualquier forma, de daño físico o síquico, amenaza, maltrato, agravio, ofensa,
tortura o ultraje, por causa del comportamiento de otro integrante de la unidad familiar15.
Esta legislación en definitiva abarca una mayor protección a la integridad y salud de la víctima
que la nuestra, porque toma en cuenta la protección de las personas que dentro de una familia
además de ser víctimas, “puedan llegar a ser víctimas” de daño físico o síquico, incluyendo
además sin hacer mención del daño, a las personas que sean o puedan ser víctimas de amenaza,
de maltrato, de agravio, ofensa, tortura o ultraje, por causa de otro integrante de la unidad
familiar.
Cabe precisar que existen dos tendencias en la legislación comparada: una de ellas hace énfasis
en la violencia que se produce entre los miembros del grupo familiar sin hacer distinción de la
violencia que se dirige a las mujeres por el hecho de serlo; mientras que en otras legislaciones,
se ha optado por normar más, precisamente la violencia de género. Todas ellas se refieren a la
violencia física, psicológica y sexual pero no todas han incluido la violencia patrimonial o la
económica como manifestación de la misma.
16 De acuerdo con la ENDES 2012, los actos de control mencionados por las mujeres que refieren sufrir esta
modalidad de violencia son: la insistencia por saber dónde va la mujer; celos, impedimento de visitar o recibir visita
de amistades; expresiones humillantes ante terceros y amenazas de irse de la casa o quitarle a los hijos, entre otras.
ENDES 2012, p. 324-325. Visto en: http://www.inei.gob.pe/biblioineipub/bancopub/Est/Lib1075/index.html
17 Instituto Nacional de Estadística e Informática. Encuesta Nacional Demográfica y de Salud Familiar ENDES
2012. http://www.inei.gob.pe/biblioineipub/bancopub/Est/Lib1075/index.html (Visitada el 13 de agosto de 2013
Esos mismos estudios nos muestran que las víctimas son en su mayoría mujeres, para quienes
en los últimos tiempos las normas han cambiado, protegiendo más sus derechos, incluso dentro
del hogar o de una relación de pareja; las mujeres van tomando el control de sus decisiones y
tienen los mismos derechos y deberes en la familia, pero estos cambios aún necesitan de la
intervención efectiva del Estado y la participación de la sociedad civil, controlando el
cumplimiento de los compromisos asumidos por el Estado al ratificar Tratados Internacionales,
que no han hecho otra cosa que buscar una mayor protección de los derechos de las mujeres y el
goce de los mismos.
Es importante entonces, tanto el compromiso del Estado como de la sociedad para erradicar la
violencia familiar en un futuro que esperemos no sea muy lejano, ya que este tipo de violencia
se desarrolla a través de los años como medio de resolución de conflictos, sin olvidar que se
trata de un problema multicausal, como bien se ha indicado en otros países, “La Violencia
Doméstica o violencia familiar se conoce como un problema multicausal que necesariamente
nos obliga a utilizar para su mejor comprensión un análisis que tome en cuenta una intervención
y tratamiento, es decir, diseñar estrategias de prevención y planes de trabajo a nivel
macrosocial. Se puede considerar que esta violencia tanto en el ámbito público o privado
constituye una violación de los derechos humanos y un obstáculo para la equidad y un problema
de justicia. Esta violencia se ha mantenido durante mucho tiempo como resultado de
desigualdades históricas, culturales y en relaciones sociales estructuralmente enraizadas, más
claro entre hombres y mujeres en los diferentes ámbitos socioculturales, económicos y
políticos”19.
Asimismo, es necesario entender que la violencia familiar se desarrolla en una especie de ciclo,
el ciclo de la violencia, repitiéndose a través del tiempo. Lo que no solo es un problema para la
víctima, ya que un niño que ha experimentado o presenciado hechos de violencia familiar en su
hogar, repetirá esto con su futura familia; en el caso de las niñas, estas, al igual que sus madres,
aceptaran ser golpeadas, ser víctimas de violencia y los hijos de estos repetirán el ciclo.
No es nuevo decir que lo que caracteriza la violencia contra la mujer, y por lo cual es pertinente
tener en cuenta al tratar casos de violencia familiar, es la llamada relación de poder, relaciones
familiares jerárquicas y asimétricas, donde normalmente el varón goza del poder y ejerce
violencia para mantener ese status que le brinda beneficios; relación de poder que sin embargo,
a mi entender debe ser analizada en cada caso en particular, pues el poder del que se habla
puede darse en una situación de dependencia emocional, esto es, no porque una mujer trabaje y
gane más que su pareja, este hecho la excluirá de la violencia.
18 Ministerio Público. El Crimen y la Violencia en Cifras - Violencia Familiar (2008 - 2010) Lima, mayo 2011.
1http://www.mpfn.gob.pe/descargas/observatorio/estadisticas_/20120227165307133037958742056779.pdf (visitada
el 04 de setiembre de 2013).
19 Plan Nacional de lucha contra la Violencia Doméstica 2004 – 2010. Montevideo 25 de Noviembre del 2003.
Así, no solo se tiene poder sobre otra persona por ser más fuerte físicamente, podría serlo quien
es capaz de utilizar a los hijos u otro miembro de la familia para ponerlo en contra de la víctima;
en el caso de la mujer que trabaja y puede ganar incluso más que el hombre, puede darse la
violencia como una forma de lograr el equilibrio, ante el sentimiento de la perdida de status, al
haberse puesto en juego la masculinidad del hombre (la amenaza de su papel de proveedor de
dinero y seguridad).
No cabe duda que una estructura jerárquica en la familia dificulta el diálogo, pues no se puede
llegar a acuerdos cuando una de las partes considera que puede imponer su decisión. Y si bien la
violencia familiar está en todos los sectores y clases sociales, se presentan mayores problemas
en los sectores más pobres, lo que se explica porque en este sector hay mayores elementos que
pueden provocarla, como el hacinamiento (los miembros de la familia comparten un solo
espacio en casa), falta de trabajo y de recursos económicos, consumo de alcohol, experiencias
de violencia en el hogar de origen, que los hacen proclives a continuar el ciclo de la violencia,
entre otros, como veremos en las causas de este tipo de violencia.
1.2.c) Factores desencadenantes de la Violencia Familiar.
Desde la perspectiva de género, las causas que propician la violencia familiar tienen que ver con
las relaciones que se establecen al interior de la familia, las relaciones de poder y asimétricas
que rigen a estas personas, o que su perpetrador intenta hacer perdurar, aun cuando para la
víctima o para ambos la relación haya terminado.
La falta de trabajo, la calidad de vida, la erosión del capital social, son factores desencadenantes
que contribuyen a multiplicar los índices de la violencia, tanto dentro como fuera del hogar, así
como el uso frecuente de alcohol y drogas.20 Otros factores desencadenantes pueden provenir
de factores individuales, entre los que figuran el miedo, la pobre autoestima, falta de
comunicación, dependencia emocional, como la experiencia de violencia en la familia de
origen, el autoritarismo.
Una de las causas para la perpetuación de la violencia familiar es desconocerla como un asunto
de interés público y mantenerla dentro del ámbito privado, donde es mejor no meterse porque
debe resolverse dentro de la familia y no se denuncia o se hace algo para detenerla, también lo
es, el verla como un problema menor, como algo que no tiene que ver con la seguridad humana,
muchas personas aconsejan a la víctima a regresar con su agresor para evitar males mayores, la
falta de redes de apoyo es una de las formas de perpetuar la violencia familiar.
Respecto a las otras causas que propician la violencia familiar, como el machismo, sociedades
patriarcales, la relación de la violencia con la masculinidad, Felipe Antonio Ramírez Hernández,
en Violencia Masculina en el Hogar, refiere que existen varias explicaciones de por qué el
hombre es violento en el hogar, las que podemos dividir en 3: una explicación biológica, una
psicológica y, la tercera desde una perspectiva de género. Desde la interpretación biológica, el
hombre estaría propenso genéticamente a ser violento por una cuestión de supervivencia, pero
esta postura no tendría sustento, pues, la violencia familiar es selectiva y va dirigida contra
quienes tienen menos poder físico y especialmente social.
Desde la explicación psicológica, se trata de establecer de qué manera ambas partes (agresor y
víctima) participan como responsables de la violencia, uno de sus puntos de quiebre, lo
encontramos en que no toma en cuenta que la decisión de ser o no ser violento, es una decisión
personal. Y, desde la perspectiva de género, se habla de una división de géneros, el hombre ha
asumido su superioridad y busca tener a la mujer bajo su control para mantener esta dinámica
social, que como se dijo antes le brinda un status.
I.2.d) Influencia de los aspectos socioculturales en la perpetuación de la Violencia
Familiar. Uno de los aspectos que influye para la perpetuación de la violencia es el silencio, y
la impunidad tiene que ver con la importancia que se da a la familia en la sociedad, por lo
menos a la idea de mantener la unión familiar, aun cuando al interior de la familia no se goza de
amor y estabilidad emocional, sino por el contrario de violencia, miedo, sumisión, es decir de
una vida de constante martirio, que lesiona la estabilidad emocional de quien padece la
violencia de la otra parte.
De esa forma, aspectos que tienen que ver con la violencia de género, es necesario incluirlos
como causas que propician la violencia familiar, entre ellos tenemos a continuación: Rezagos
patriarcales.- Se habla de sociedades patriarcales, producto de un largo proceso a través de la
historia, donde es el patriarca quien tiene el control, el dominio sobre el otro. Una cultura
patriarcal posiciona lo masculino frente a lo femenino, naturalizando la violencia como una
forma de castigo, un control legitimado.21
El Machismo.- Es una forma de organización social y de ejercicio de poder de dominación
masculina, donde las mujeres son sujetos de algunos derechos y tienen algunos espacios de
autonomía, pero donde todavía tienen mucha indefensión.22
La Construcción de Identidades, Feminidad y Masculinidad.- Los seres humanos buscan
construir sus identidades en base a lo personal y lo que tienen en el entorno; lo “masculino” y
“femenino” son conceptos opuestos y por tanto, la construcción de la masculinidad y feminidad
se dan de manera opuesta, tiene que ver con los géneros y la construcción socio-cultural que se
les asigna, no se nace con estas identidades. Y, actualmente es necesario tener en cuenta que
tanto puede influir en la perpetuación de la violencia familiar, la crisis de la masculinidad, frente
a los reclamos de derechos de las mujeres y del papel que estas ocupan en la sociedad, es decir,
la invasión del ámbito que antes pareciera haberles pertenecido solo a los hombres.
Además, tenemos dentro y fuera de la casa, modelos que no son los mejores a seguir, los niños
viven la violencia como algo normal, dentro de su familia, en las calles, video juegos, en la
televisión, donde además de ver noticias sobre violencia, los programas, películas y hasta
dibujos animados, muestran actos de violencia como algo espectacular y heroico; lo que nos
deja una tarea grande respecto a la intervención en los modelos que van construyendo la
identidad de los niños.
23 http://www.tc.gob.pe/jurisprudencia/2011/03425-2010-HC.html
24 COMITÉ DESC, Recomendaciones Generales. Recomendación N° 14. Visto en
http://confdts1.unog.ch/1%20SPA/Tradutek/Derechos_hum_Base/CESCR/00_1_obs_grales_Cte%20Dchos%2 0Ec
%20Soc%20Cult.html#GEN14 09 de junio del 2013
De hecho coincidiendo con esta definición, en tanto la intención del autor de controlar a la
víctima, lo que sigue me parece de gran importancia, para tomar la atención que merece este
tipo de violencia familiar, teniendo en cuenta que esta modalidad de violencia no es de menor
grado que la violencia física, “Los que ejercen la violencia psicológica, lo que se proponen,
conscientemente, es obtener el control sobre su víctima, y, a la larga, destruir la identidad
personal de la misma. Es un error interpretar que la violencia psicológica sea una modalidad de
maltrato de menor entidad que el maltrato físico: cuando en realidad es la fase primordial de
todo maltrato, que desprovee a la víctima de su propia identidad.”28
Sin embargo, la definición de violencia familiar que contiene nuestra legislación, incluye el
daño que debe producir la violencia familiar y, en ese sentido el daño psicológico debería ser el
resultado de toda violencia psicológica.
A continuación, luego de señalar algunas definiciones de lo que se entiendo por daño
psicológico, voy a plantear una definición personal sobre el mismo, tomando como referencia la
definición de salud mental y otros elementos que a mi modesto entender debería incluir la Ley
de Protección frente a la violencia familiar, ya que una dificultad advertida en la definición de
violencia familiar en nuestra legislación, gira en torno a referirse al daño, específicamente para
nuestro estudio, al daño psicológico, sin definir que debemos entender por éste o delimitarlo.
Ahora bien, es necesario tener en cuenta que en el caso de la violencia familiar en la modalidad
de violencia psicológica, lo que entendamos por daño psicológico determinará el grado de
protección al derecho a la salud y a la integridad personal de la víctima, máxime
encontrándonos en un contexto de protección de los derechos humanos, a través de un proceso
civil de carácter tuitivo29. Entonces bien, una protección más amplia de las víctimas de este tipo
de violencia debe no solo indicar si hay o no un daño psicológico, lo cual puede ser muy
subjetivo, sino que es necesario determinar si el daño se presenta en algún grado, perturbando o
amenazando de alguna forma la estabilidad emocional de la víctima.
El Daño Psicológico:
Para autores como “Marianetti”, al evaluar lo que se entiende por daño psicológico, debe existir
un menoscabo resultante de una alteración anatómica o funcional, física o psíquica, que lleve al
organismo a una disfunción que implica una modificación del estado anterior de la persona El
Daño Psicológico: 30 En el caso de Josefa Tkaczuck, el daño psíquico se define como un
perjuicio producido por un evento no previsible e inesperado por el sujeto, al que le provoca
determinadas perturbaciones, modifica su interacción con el medio y le origina alteraciones en
el área afectiva, volitiva, ideativa o en todas ellas.31
27 La Violencia contra la mujer en las Américas - Una violación de los derechos humanos y un problema de salud
pública internacional. En: http://www.paho.org/Spanish/DPI/Numero10_articulo2.htm
28 NUÑEZ MOLINA, Waldo F. y CASTILLO SOLTERO, María Del Pilar
29 El análisis del presente trabajo se circunscribirá al ámbito civil y no penal, porque para el segundo ámbito, la
determinación de la violencia ejercida por el investigado y el daño efectuado son valorados bajo el estricto
cumplimiento de las normas que contemplan los casos que constituyen delitos y faltas.
30 Citada por CABALLERO PINTO, Henry Víctor La Determinación de la Violencia Psicológica en los casos de
Violencia Familiar. Comentario a la Cas. Nº 774- 2010-Lima. Análisis Jurisprudencial.
31 AMATO, María Inés 2004 La pericia psicológica en violencia familiar. 1ra Edición. Buenos Aires. Ediciones La
Rocca. Pág. 32
Así, en nuestro medio, “Manuel Sotelo refiere que el daño psíquico no se agota en el trastorno
de estrés postraumático, sino que se puede manifestar de otras formas como los trastornos de
ansiedad, los trastornos psicosomáticos, los trastornos de personalidad, la depresión y las
fobias”32, lo que cobra importancia al tener en cuenta que en la mayoría de los casos escogidos
para su análisis en el presente trabajo, la conclusión de los informes psicológicos realizados a
las víctimas indica que presentan “reacción ansiosa”.
Una nota interesante respecto al daño psicológico ha sido trabajada por un perito en Psicología
Forense33 para quien, antes de definir el concepto de daño psíquico, psicológico o emocional, es
necesario tomar en cuenta 5 elementos:
1) El daño causado es originado por uno o varios eventos o sucesos inadecuados o inesperados
que alteran el equilibrio emocional, psicológico o psíquico de la víctima.
2) El evento, suceso, vivencia traumática, hecho dañoso o acto delictivo establece una relación
causal entre agresor y víctima, directa o indirecta.
3) La vivencia traumática puede causar un desequilibrio o perturbación permanente, transitoria,
periódica o pasajera en mayor o menor grado en todas o diferentes áreas de la personalidad de la
víctima, pudiendo existir alteraciones en el área emocional, cognitiva, afectiva, volitiva,
espiritual, que afectan la capacidad de desarrollo o goce individual, familiar, laboral, social,
espiritual o recreativo.
4) Las perturbaciones pueden o no ser diagnosticadas de acuerdo con los catálogos de las
psicopatologías como el DSM-IV o el CE 10, o simplemente consistir en síntomas de
alteraciones emocionales sin naturaleza patológica permanente.
5) No se debe caer en el extremo de establecer la decisión categórica de la existencia o no del
daño psicológico, más bien de debe entender que pueden existir diferentes niveles del daño
psicológico.
Nótese que dentro de los elementos antes descritos, un aspecto importante a tomar en cuenta es
que aquella no necesariamente será permanente, pudiendo ser transitoria, pasajera, siempre y
cuando afecte la capacidad de desarrollo o goce de la víctima. Asimismo, es importante lo
acotado en tanto toma en cuenta que pueden existir diferentes niveles de daño psicológico, que
es precisamente lo que se debe medir. Además, nos interesa lo referente a la relación causal,
cuándo estamos ante la presencia de uno o varios hechos perturbadores que terminan agravando
la afectación o enfermedad que ya presentaba la víctima y, cuándo la afectación diagnosticada
es el resultado directo del hecho.
Ahora bien, ya que es necesario medir entre otros, los síntomas de la víctima, como el nivel de
daño que pueda sufrir aquella, para el peritaje psicológico se requieren directrices o
determinadas escalas de valores que den como resultado un informe confiable y no sujeto a la
subjetividad del evaluador, y en ese sentido, es importante tener en cuenta que al momento de la
toma de muestras para el presente estudio, aún no se contaba con un protocolo o guía de
valoración del daño psicológico, lo que será materia de análisis en el capítulo III, para
determinar si constituyó un obstáculo para que las víctimas de violencia psicológica alcancen
sentencias justas.
32 Citado por CABALLERO PINTO, Henry Víctor La Determinación de la Violencia Psicológica en los casos de
Violencia Familiar. Comentario a la Cas. Nº 774-2010-Lima. Análisis Jurisprudencial.
33 Visitado en: http://psicologos-forenses.blogspot.com/2010/11/dano-moral-dano-psiquico-dano.html
Cabe indicar, que a la fecha tenemos una “Guía de valoración frente al daño psíquico en
víctimas adultas de violencia familiar, sexual, tortura y otras formas de violencia
intencional”34, herramienta que si bien era necesaria, aún no podemos advertir la eficacia que
tenga en nuestro medio, donde los recursos económicos tienen una trascendental importancia
para realizar una evaluación exhaustiva con diferentes pruebas que permitan medir el estado
emocional de la víctima, siendo importante contar con una cantidad considerable de peritos en
psicología.
En la referida Guía, se hace referencia al daño psíquico, al que se define como “la afectación y/o
alteración de algunas de las funciones mentales o capacidades de la persona, producida por un
hecho o un conjunto de situaciones de violencia, que determina un menoscabo temporal o
permanente, reversible o irreversible del funcionamiento integral previo”. Resaltando en esta
definición que al referirse al menoscabo del funcionamiento integral previo de la víctima, se
considera que aquél puede ser “temporal” como “reversible”, términos que permiten una
protección más amplia de los derechos humanos protegidos en los tratados internacionales y
consagrados como derechos fundamentales en nuestra Constitución, entre ellos el derecho a la
integridad física y psicológica de toda persona, acorde con el más alto grado de bienestar y la
dignidad humana.
Con elementos similares, pero incluyendo como patrones de reacción común en las víctimas, la
presencia de ansiedad, angustia, entre otros, se ha referido en la doctrina: “antes de evaluar a
una víctima de maltrato psicológico en los casos de violencia familiar, es importante tener
presente que el daño psicológico puede manifestarse en diferentes grados, que la reacción frente
al maltrato puede aparecer de forma inmediata a la comisión del delito, así como también a
corto, mediano y /o largo plazo; que un patrón de reacción común en las víctimas, es la
presencia de ansiedad, angustia, shock generalizado, confusión, sentimientos de impotencia,
rabia, perturbaciones en el sueño y cambios en el estilo de vida, por tanto el tipo de
personalidad, la presencia o no de ansiedad, defensas predominantes, características afectivas
previas y los cambios en el estilo de vida se requieren para saber cómo han afectado los hechos
de violencia familiar en la víctima, un conocimiento del funcionamiento psicológico previo,
durante y después de los hechos de violencia familiar”.35
Las definiciones y trabajos antes referidos, fueron escogidos en tanto en todos ellos se tomaron
en cuenta elementos que considero indispensables al hablar de daño psicológico como resultado
de la violencia familiar, esto es una perturbación que modifica el estado anterior de la persona,
reacciones de ansiedad y otros que alteran su estabilidad emocional. En ese sentido, considero
adecuada la definición que del daño psíquico se hace en la Guía de Valoración del Daño
Psíquico antes citada, sin embargo para un tratamiento procesal efectivo en la lucha contra la
violencia familiar, es necesario que se incluya en la ley la graduación del daño psicológico.
34 Elaborada por el Comité de expertos del Instituto de Medicina Legal del Ministerio Público, el 05 de octubre del
2011.
35 AMATO, María Inés. 2004 La pericia psicológica en violencia familiar. 1ra Edición. Buenos Aires. Ediciones La
Rocca. Pág. 314
Así pues, para una mayor protección de los derechos de las personas afectadas por la violencia
familiar en la modalidad de violencia psicológica, es necesario determinar en el informe
psicológico, tanto del grado de incapacidad como la temporalidad del daño psicológico
ocasionado, para lo cual es necesario diferenciar la intensidad del mismo en leve, moderado y
severo, identificando la cantidad de días que requerirá la persona afectada para reponerse, lo que
permitirá identificar cuando nos encontramos frente a una falta o delito y, cuando frente a un
caso que no lo es y amerita una investigación dentro del ámbito civil tutelar.
Definición personal de Daño Psicológico:
“Se entenderá por daño psicológico todo tipo de afectación, menoscabo o perturbación a
la estabilidad emocional de una persona, que le impida disfrutar de un nivel de bienestar
general, o altere el estado en el que se encontraba antes del acto perturbador o situación
de violencia, el que puede ser temporal o durar en el tiempo.
CAPÍTULO II.
LA PROBLEMÁTICA DE LA VIOLENCIA FAMILIAR Y EL MARCO NORMATIVO
AL RESPECTO
En este capítulo se revisarán los avances normativos internacionales sobre la protección de los
derechos humanos y aquellos que han reconocido derecho a la igualdad y no discriminación; en
los que los Estados parte, entre ellos el Perú ha asumido importantes compromisos de respetar,
garantizar y hacer efectivos los derechos humanos de las mujeres y en especial el derecho a una
vida libre de violencia.
Posteriormente y dentro de la normativa nacional para hacerle frente a la violencia familiar, que
como veremos constituye una violación a los derechos humanos de sus víctimas, analizaré la
Ley 26260 – Ley de Protección frente a la violencia familiar y, el procedimiento que se lleva,
dentro del ámbito civil tutelar, en las investigaciones de violencia familiar.
II.1 LA VIOLENCIA FAMILIAR COMO VIOLACIÓN DE DERECHOS HUMANOS.
VIOLENCIA CONTRA LA MUJER - DERECHO A LA IGUALDAD Y NO
DISCRIMINACIÓN:
La violencia familiar, afecta un conjunto de derechos que han sido recogidos en diversos
Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos y relativos al tema de la violencia, que
además regulan las obligaciones de los Estados parte al ratificar dichos instrumentos.
Se empezará haciendo referencia a la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948) 44,
que si bien no es vinculante para el Estado peruano, fue la primera base jurídica en establecer
que todas las personas tienen derecho a la vida, la libertad y la seguridad personal (artículo3º).
Y, en una formulación similar, encontramos los Pactos Internacionales de Derechos Civiles y
Políticos y, de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, sin embargo en estos últimos se
compromete a los Estados parte “a garantizar a hombres y mujeres la igualdad en el goce” de
los derechos a que ellos se refieren; además de ser instrumentos vinculantes para el Estado
Peruano.
Así encontramos regulados, en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos 45, el
derecho a la vida, en el artículo 6.1; derecho inherente a la persona humana, el derecho a no ser
sometido a tortura, en el artículo 7º; y, el derecho a la libertad y seguridad personales, en el
artículo 9.1, derechos amenazados por la violencia familiar.
En el caso del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales 46 - DESC y,
relevante al tema de estudio, encontramos el derecho a la salud, en el artículo12º.1, en el que se
establece que toda persona tiene derecho al disfrute del más alto nivel de salud física y mental.
44 Adoptada y proclamada por Asamblea General de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948. Visto en:
http://www.derechoshumanos.net/normativa/normas/1948-DeclaracionUniversal.htm?gclid=CNvI8-
GatbcCFa5xOgode14Alg (Visitada el 26 de mayo de 2013)
45Adoptado y abierto a la firma, ratificación y adhesión por la Asamblea General en su resolución 2200 (XXI), del
16 de diciembre de 1966. Aprobado por el Perú mediante Decreto Ley Nº 22231(11-7-78).
Siendo así como se considera la salud, la lucha contra toda forma de violencia familiar requiere
una mayor incidencia en la terapia psicológica individual y familiar, las mismas que deben
llevarse desde la denuncia como medida de protección, no solo por la salud de la víctima y la
modificación de conducta en el agresor, sino por el bienestar general de toda la familia, lo que
requiere un verdadero control de las autoridades para verificar su cumplimiento.
Refiriéndome ya, a otro instrumento de gran valor en el Sistema Interamericano, encontramos la
Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica 47, a través
de la cual, los Estados parte se "comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos
en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción,
sin discriminación alguna". Entre esos derechos y libertades reconocidos, también encontramos
aquellos que pueden ser vulnerados en los casos de violencia familiar, como el derecho a la
Vida, en el artículo 4.1; el derecho a la integridad física y mental, en el artículo 5.1; el derecho a
no ser sometido a tortura, en el artículo 5.2; y, el derecho a la libertad y seguridad personales, en
el artículo 7.
Luego de mencionar estos instrumentos internacionales, indicaré que fueron necesarios otros
que específicamente protejan los derechos humanos de las mujeres, lo que se entiende si se tiene
en cuenta que por largo tiempo aquellos, los derechos de las mujeres, fueron invisibilizados,
épocas en las que no se reconocía que las mujeres eran víctimas de discriminación dentro y
fuera del hogar.
La búsqueda por la igualdad en el reconocimiento y el goce de los derechos de las mujeres, en
las últimas décadas ha producido una serie de importantes cambios normativos, con un
tratamiento especial a sus derechos humanos, lo que fue posible gracias a organizaciones
sociales, haciéndose visibles las terribles consecuencias de la vulneración de sus derechos
humanos y la impunidad en la que quedaban las situaciones de violencia en los sistemas de
justicia.
Me referiré en primer orden, al instrumento internacional que reconoce el derecho a la igualdad
y no discriminación, considerando que la discriminación es una violación a los derechos
humanos.
Convención para la Eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer –
CEDAW48, no cabe duda que el espíritu de esta Convención 49 tiene su génesis en los objetivos
de las Naciones Unidas: reafirmar la fe en los derechos fundamentales, en la dignidad y el valor
de la persona humana y en la igualdad de derechos de hombres y mujeres.
47 La Convención Americana sobre Derechos Humanos (también llamada Pacto de San José de Costa Rica o CADH)
fue suscrita, tras la Conferencia Especializada Interamericana de Derechos Humanos, el 22 de noviembre de 1969 en
la ciudad de San José de Costa Rica y entró en vigencia el 18 de julio de 1978. Es una de las bases del Sistema
interamericano.
48 El 18 de diciembre de 1979, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, que entró en vigor como tratado internacional
50 Adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 06 de octubre de 1999. (Visitada el 27 de mayo de
2013. En http://www2.ohchr.org/spanish/law/cedaw-one.htm
53 CATALÁ PELLON, ALICIA. Jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Discriminación
Múltiple por razón de género y pertenencia a minoría étnica. En dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/3212120.pdf
(Visitada el 05 de junio de2013)
57 FACIO, Alda. 1996 “Violencia contra la mujer: Reflexiones desde el derecho”. Movimiento Manuela Ramos.
Lima. Pág.23.
Sin embargo, aun cuando la referida Convención Americana sobre Derechos Humanos existía,
fue necesario contar con un instrumento que específicamente tratara el tema de la violencia
contra las mujeres para brindar una mayor protección a sus derechos humanos, me refiero a la
Convención Belém Do Pará, la misma que también regula lo pertinente a las obligaciones que
tienen los Estados parte respecto del acceso a recursos sencillos y eficaces en los procesos en
agravio de aquellas.
Así, el artículo 7º, de la referida Convención, reconoce que los Estados Parte deben: b) “Actuar
con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer”;
asimismo, d) “Adoptar medidas jurídicas para conminar al agresor a abstenerse de hostigar,
intimidar, amenazar, dañar o poner en peligro la vida de la mujer de cualquier forma que atente
contra su integridad o perjudique su propiedad”.
Reconoce además, el artículo 7°, que los Estados parte deben: f) “Establecer procedimientos
legales justos y eficaces para la mujer que haya sido sometida a violencia, que incluyan entre
otros, medidas de protección, un juicio oportuno y el acceso efectivo a tales procedimientos”;
asimismo, g) “Establecer los mecanismos judiciales y administrativos necesarios para asegurar
que la mujer objeto de violencia tenga acceso efectivo a resarcimiento, reparación del daño u
otros medios de compensación justos y eficaces”.
Ambas Convenciones han tomado en cuenta una amplia protección en relación a los procesos
que deben seguir las investigaciones que violen derechos fundamentales, como es el caso de la
violencia, en ese sentido también se incluyen los casos de violencia familiar, en tanto la misma
lesiona derechos humanos de sus víctimas y más aún en tanto lesiona también a la sociedad y al
Estado en general.
En ese sentido, es necesario evaluar el cumplimiento del Estado peruano, en tanto Estado parte
de las Convenciones antes referidas, respecto a estas obligaciones, ya que las investigaciones en
los casos de violencia familiar requieren de procesos eficaces donde el agresor reciba sanciones
al violar los derechos humanos de las víctimas.
II.2.a) El Derecho de Acceso a la Justicia y el Principio de Debida Diligencia.
Respecto al derecho de acceso a la justicia, uno de los informes realizados por la Secretaría
General de la Organización de Estados Americanos 58 lo define como el acceso de iure y de facto
a instancias y recursos judiciales de protección frente a los actos de violencia, de conformidad
con los parámetros internacionales de derechos humanos.
Refiere Alda Facio59, en uno de sus artículos60, que el acceso a la justicia se entiende como un
derecho humano fundamental que involucra tanto el deber estatal de proveer un servicio
público, como el ejercicio de un derecho que debe ser satisfecho en el caso de hombres y
mujeres. Esto, a razón del artículo 8° de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
donde el “derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes…” ya no se
entenderá como el deber en abstracto del Estado, ya que ahora el Estado debe garantizar que se
cumpla. Derecho que, además, se ha analizado desde la óptica de los derechos humanos desde la
Conferencia Mundial de Viena.
Refiere además la autora, que este derecho se entiende en 3 aspectos de la norma: la legislativa,
la surgida de la interpretación en cada caso y, el aspecto político y cultural, y, por este último
aspecto, serían los operadores de justicia quienes decidirían quiénes, cuándo y cómo se tiene
acceso a la justicia, es ésta la norma creada al administrar justicia, donde juega un papel
importante la posición de aquellos que investigan un caso, por lo que es importante en nuestro
medio, trabajar en el conocimiento de los instrumentos internacionales, pero también en
desterrar la discriminación, de esta forma se tendrá en cuenta una nueva visión del acceso a la
justicia jurisdiccional, considerando la violencia contra la mujer como una violación de
derechos humanos.
El Informe de la OEA antes referido, ha analizado cada uno de los instrumentos que norman lo
relativo al derecho de acceso a la justicia y a la actuación de los Estados con la debida
diligencia, además del desarrollo de estos, derecho y principio, a través de algunos casos que
han llegado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos(CIDH), como a la Corte
Interamericana de Derechos Humanos (La Corte) en el que se ha aplicado la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer – Convención
Belém Do Pará, instrumento que como se dijo antes tiene gran importancia al tratar
específicamente el tema de la violencia contra la mujer.
La labor de la CIDH y de la Relatoría sobre los Derechos de las Mujeres, revela que a menudo,
las mujeres víctimas no logran un acceso oportuno y efectivo a recursos judiciales, cuando
denuncian los hechos, por lo que la mayoría de estos actos de violencia permanecen en la
impunidad, mientras que los derechos de las víctimas son desprotegidos.
El punto II) de dicho Informe, contempla las deficiencias en la respuesta judicial en relación a
los casos de violencia contra las mujeres: obstáculos para cumplir la obligación de debida
diligencia y combatir la impunidad, destacando entre las deficiencias advertidas, el retraso
injustificado en las diligencias por parte de las instancias encargadas de efectuar la investigación
y, vacíos e irregularidades en las diligencias perse que obstaculizan el proceso de juzgamiento y
la sanción eventual de los casos, antecedente importante para el análisis del presente trabajo
sobre los obstáculos que presentan las víctimas de violencia familiar en la modalidad de
violencia psicológica.
Así tenemos, que entre los deberes del Perú, como Estado parte de las Convenciones antes
mencionadas, éste debe actuar con la debida diligencia al investigar y sancionar los casos de
violencia familiar, en tanto una de las manifestaciones de la violencia contra la mujer, de tal
manera que dichos actos no queden impunes.
El informe sobre “Acceso a la justicia para las mujeres víctimas de violencia en las Américas”,
antes referido, advierte entre las deficiencias en la respuesta judicial en casos de violencia
contra las mujeres: obstáculos para cumplir la obligación de debida diligencia y combatir la
impunidad, el retraso injustificado en las diligencias por parte de las instancias encargadas de
efectuar la investigación e irregularidades en las diligencias que obstaculizan el proceso de
juzgamiento de los casos. Dicho obstáculo, advertido en el Informe, será una directriz para
evaluar, en el Capítulo III, la idoneidad del proceso civil que curiosamente debe tutelar los
derechos de las víctimas en nuestro país.
Así tenemos que, para medir el cumplimiento del Estado y la satisfacción del derecho de acceso
a la justicia en los casos de violencia familiar, debe tenerse en cuenta la actitud del Estado, por
lo que serán importantes las decisiones y el presupuesto que se destine al fin deseado, ya que no
bastan las normas internas, juzgados y, un proceso determinado, en nuestro caso el proceso
único, ya que dicho proceso debe proteger los derechos en forma efectiva, además de ser rápido
y sencillo para alcanzar el “fin de todo proceso” 66, también es importante contar con
magistrados y otros operadores de justicia sensibilizados con la problemática de la violencia
familiar desde una perspectiva de género, sin prejuicios que terminen en discriminación.
Es necesario en este punto, indicar que en el Perú, nuestra constitución contempla en el artículo
139.3, como principios de la función jurisdiccional, el derecho al debido proceso y el principio
de tutela jurisdiccional, y es este último el que contempla el derecho de acceso a la justicia.
Asimismo, encontramos una sentencia del Tribunal Constitucional peruano 67 donde se toma al
derecho de acceso a la justicia como manifestación del derecho al debido proceso.
Ya en el tema del derecho constitucional a la Tutela Jurisdiccional, Eduardo Couture define la
tutela en sentido general, en los siguientes términos: protección y amparo mediante el derecho,
acción y efecto de dispensar justicia por parte de los órganos de la jurisdicción. Definición de la
cual entiende que el derecho debe ser proteccionista, y en sentido más específico, la justicia es
un excelente medio tuitivo para que las personas concurran a ella; pero referido al principio de
tutela jurisdiccional que contempla la Constitución junto al derecho al debido proceso, debemos
interpretarlo como un principio procesal, que exige al juez tutelar a las partes en el proceso
especialmente en la sentencia, sin olvidar que, para recobrar el equilibrio de entre las relaciones
humanas y sociales, en un sentido reparador del derecho agredido, deberá conceder la tutela a
quien se la merece, en función de los hechos y de las pruebas. 68
66 La paz social en justicia. A decir de Devis Echandía, las distintas concepciones y fines del proceso pueden
clasificarse en 2 niveles: uno objetivo (actuación de la norma positiva en cada caso específico) y otro subjetivo (el fin
se cumple si se logra la tutela de los derechos subjetivos y de la dignidad humana, lo que se traduce en un interés
público y otro privado.
67 SENTENCIA DEL PLENO DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL PERÚ N.° 0007-2007-PI/TC. Resolución del
19 de junio del 2007. Punto 38.
Lo antes referido es importante tenerlo en cuenta desde mucho antes de proceso, al dar la Ley y
regular el procedimiento, sobre todo en los casos de violencia familiar en la modalidad de
violencia psicológica, porque es entonces donde puede ampliarse el campo de protección,
especificar lo que se entiende por violencia psicológica y la necesidad de cuantificar el daño, ya
que en definitiva los jueces deben dar tutela en función de los hechos y las pruebas y,
corresponde al Estado brindar a los peritos en psicología mayores lineamientos para medir los
efectos de la violencia en la víctima, o medir el daño que la violencia familiar cause en la
misma.
Víctor Ticona Postigo69, quien indica una situación de mutua relación entre la tutela
jurisdiccional y el debido proceso, señalando que una parte del debido proceso encuentra su
vigencia dentro del ámbito jurisdiccional y, a su vez una parte de la tutela jurisdiccional tiene su
vigencia conjuntamente con el debido proceso, apoyando su posición en que la existencia del
derecho a la tutela jurisdiccional tiene vigencia antes y durante el proceso judicial, esto hasta la
sentencia firme.
Esta última apreciación coincide con lo antes expresado sobre la posición del sistema regional
interamericano, la investigación es importante para lograr el acceso a la justicia y, debemos
recordar que la tutela jurisdiccional no solo implica el acceso a la justicia sino que requiere
luego del proceso, una respuesta judicial, la que será efectiva, en tanto concrete los valores y
principios contemplados en la Constitución, como es el valor del principio superior de
“justicia”.
Lo antes referido es importante, en tanto lo que se pretende con el presente trabajo es analizar si
en nuestro medio, las víctimas de violencia familiar en la modalidad de violencia psicológica
que llevan procesos civiles, obtienen una efectiva tutela jurisdiccional, la que implica acceso a
la justicia y sentencias justas, teniendo en cuenta que la violencia familiar es considerada una
violación a los derechos humanos y, que la obligación del Estado peruano de brindar acceso a la
justicia, se ha incrementado desde la ratificación de la Convención Belén Do Pará, que refuerza
este derecho a víctimas mujeres.
Respecto a la obligación del Estado, de satisfacer el acceso a la justicia a las víctimas de
violencia en el Perú, la Defensoría del Pueblo ha realizado diferentes estudios, indicando en un
artículo sobre Derechos de las Mujeres: una agenda aún pendiente 70, la importancia de la
participación de la sociedad para combatir la violencia de género además de esclarecer el
sentido del acceso a la justicia para las mujeres víctimas de violencia en el Perú y no tolerar la
impunidad.
68 ORTECHO VILLENA, VÍCTOR. Debido Proceso y Tutela Jurisdiccional en ESCUELA DE ALTOS ESTUDIOS
JURIDICOS. El Debido Proceso. Material de enseñanza del curso de preparación para el examen del CNM. Lima.
69 CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA. 2007 “El debido proceso y las líneas cardinales para
un modelo procesal en el estado constitucional de derecho”. Revista Oficial del Poder Judicial. Lima. Vol.½. 2007
Pág.27-49.
70 DEFENSORIA DEL PUEBLO.
El cumplimiento de este deber del Estado solo es posible medirlo con estudios de los resultados
de casos y, la Defensoría del Pueblo realizó otro estudio que tiene que ver con la violencia
familiar en sede penal71 donde se detectaron problemas que afectan el derecho de acceso a una
tutela judicial efectiva, entre ellos: no se dictan medidas de protección; se mantiene la
conciliación en sede judicial en los casos de violencia familiar (problema superado a la fecha 72);
en los procesos penales se aplican sanciones benignas; los montos de reparación civil no son
suficientes para reparar el daño causado por el delito, y los estándares internacionales de
protección de derechos humanos de las mujeres no son tomados en cuenta, identificando entre
una de las razones para ello, las creencias de los operadores de justicia.
El Estado peruano ha recibido algunas recomendaciones 73 sobre acceso a la justicia y violencia
contra la mujer74 por parte del Comité de la CEDAW y, a continuación voy a resaltar algunos
puntos de las mismas.
El Comité exhortó al Estado peruano a reforzar su actual sistema de reunión de datos en todos
los ámbitos tratados en la Convención, para medir con exactitud la situación real de la mujer;
vigilar las consecuencias de las medidas adoptadas usando indicadores cuantificables, utilizando
esos datos en la formulación de leyes, políticas y programas para lograr la igualdad de facto
entre hombre y mujer.
Y, acatando esta primera recomendación y, consciente que una de las formas para hacerle frente
a la violencia es tomando conocimiento real del problema, el Ministerio Público lleva un
registro de los casos de feminicidio, entendido como la máxima expresión de la violencia contra
la mujer.
También se le exhorta al Estado peruano dar mayor prioridad a la estrategia integral para
combatir y erradicar todas las formas de violencia contra la mujer, de conformidad con la
Recomendación General N.° 19, a fin de prevenirla, castigarla y prestar servicios a las víctimas,
incluyendo en la prevención, charlas, seminarios de sensibilización, tanto a los operadores de
justicia, como a maestros, personal de los servicios de salud, los trabajadores sociales y los
medios de comunicación.
2012 “Derechos de las Mujeres: una agenda aún pendiente” Boletín de la Adjuntía de los Derechos de la Mujer.
Lima, Marzo 2012, Volumen I, Pág.2.
71 DEFENSORIA DEL PUEBLO 2012. “Derechos de las Mujeres: una agenda aún pendiente” Boletín de la Adjuntía
de los Derechos de la Mujer. Lima, Marzo 2012, Volumen I, Pág.2. Fuente: Informe Defensorial N.° 110. “Violencia
Familiar: Un análisis desde el derecho penal”, Lima, 2006, pp.60y61.
72 Ley 29990, publicada el 31 de enero del 2013, por la cual no habrá audiencia de conciliación en los procesos de
violencia familiar. 73 De conformidad con lo dispuesto en el párrafo 1 del artículo 21º de la CEDAW, el Comité
puede hacer sugerencias y recomendaciones de carácter general basadas en el examen de los informes y de los datos
transmitidos por los Estados parte. 74 COMITÉ PARA LA ELIMINACIÓN DE LA DISCRIMINACIÓNCONTRA
En nuestro país se emplea la información recogida por la ENDES para medir la violencia, tal
como lo hace la Defensoría del Pueblo en uno de sus últimos informes 77 , tomando en cuenta
que en los últimos 09 años, de las diferentes manifestaciones de violencia psicológica ejercida
contra la mujer, a nivel nacional, entre el 47.8% y el 66.3% de las mujeres reconocen que han
vivido situaciones de control por parte de sus parejas, entre el 26.9% y 21.9% señalan haber
experimentado situaciones humillantes por sus parejas delante de terceros, 12.6% y 10.8% han
sido amenazadas por sus parejas de algún tipo de daño y 22.1% y 19.9% amenazas de irse de la
casa, que les quitarían a sus hijos o la ayuda económica. No olvidemos pues, que la violencia
contra la mujer lesiona una serie de derechos de la mujer, inhibe su habilidad para defenderse y
defender a sus hijos, su habilidad para el trabajo o estudio y, que este tipo de violencia es un
problema que lesiona las capas de la sociedad en todos los países, al igual que la violencia
familiar, la que evidencia graves consecuencias en la salud de sus víctimas, incluida su salud
mental, como grandes costos para la sociedad, razón suficiente para considerarla en los últimos
años como un problema de salud pública.
Otro Informe de la Defensoría del Pueblo 78, citando a la Organización Panamericana de la Salud,
pone en evidencia que la violencia no solo se limita a las lesiones causadas en el momento de la
agresión, sino que estas mujeres también pueden llegar a sufrir estrés crónico, lo que a largo
plazo genera otro tipo de enfermedades como hipertensión, diabetes, depresiones fobias entre
otros, lo que genera un mayor gasto del estado para la atención y disminuye la capacidad
productiva de las mujeres en el trabajo, todo lo cual implica un impacto negativo en la economía
del país.
Teniendo en cuenta que la violencia familiar es además un problema de salud pública, para
prevenirla y erradicarla es trascendente la política nacional de salud que se siga, y en nuestro
caso ésta se regula en nuestra Constitución, Capítulo II sobre los Derechos Sociales y
Económicos, específicamente en el artículo 9º, es obvio que esta política nacional debe incluir
mayor presupuesto para abarcar la atención en todos los rincones del país, en tanto se quiere
hacer frente a un problema social que mayormente se presenta en familias de escasos recursos,
como ya vimos, porque es el sector donde convergen mayores factores desencadenantes de este
tipo de violencia, como el desconocimiento de los derechos, el alcohol, el hacinamiento.
De otro lado, en la Resolución WHA 49.25, de la 49ª Asamblea Mundial de la Salud 79, se trata
el tema de la “Prevención de la Violencia” como una prioridad de salud pública, para lo cual
acató algunas recomendaciones de la IV Conferencia Mundial en Beijing, entre otras,
destacando la importancia de este instrumento para el presente trabajo, en tanto se toma en
cuenta las graves consecuencias, inmediatas y futuras, a largo plazo, que la violencia tiene para
la salud y para el desarrollo psicológico y social de los individuos, las familias, las comunidades
y los países, asimismo, toma en cuenta las consecuencias de la violencia y la importancia de las
personas que atienden los servicios de salud; declarando que la violencia constituye un
problema de salud pública.
Resulta importante que en la referida resolución, se contempla la necesidad de caracterizar los
tipos de violencia, definir su magnitud, las repercusiones en la salud pública desde una
perspectiva de género, lo que servirá al propósito de la erradicación de la violencia familiar y,
en tanto esto no ocurra, servirá para el tratamiento de la violencia psicológica con mayor
conocimiento del tema, teniendo en cuenta que un adecuado nivel de salud, el que sirve al
desarrollo pleno de la persona humana, también está referido a la estabilidad emocional, a la
salud psíquica y mental.
Al respecto, en una recopilación de jurisprudencia, encontramos el Informe de la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos sobre "La Situación de los Derechos de la Mujer en
Ciudad Juárez, México: El Derecho a No Ser Objeto de Violencia Y Discriminación" 80, donde
se destaca el problema de la violencia doméstica como un problema social, puesto que "impone
un costo terrible a las víctimas, a sus familias y a la sociedad en conjunto, y tiene efectos
intergeneracionales".
CAPÍTULO III
EL CONCEPTO DE FEMINICIDIO, EL REGISTRO DE FEMINICIDIO DEL
MINISTERIO PÚBLICO Y LAS CIFRAS DE HOMICIDIOS EN EL PERÚ
1. LA VIOLENCIA POR RAZONES DE GÉNERO
Es cierto que las mujeres pueden ser víctimas de una acción violenta al igual que los hombres;
sin embargo, hay un tipo de violencia que se dirige a ellas por su condición de mujeres, como
consecuencia de su situación de subordinación con respecto a los hombres. Por ello, se emplean
los términos violencia de género, violencia basada en el género o violencia por razones de
género para poner de manifiesto que este tipo de violencia no está constituida por hechos
aislados sino que está asociada a la situación de desigualdad, de menor poder y de desventaja de
las mujeres respecto a los hombres.1 Esta situación explica que en el mundo aquéllas mueran
mayormente a manos de sus parejas o ex parejas, que sean las víctimas frecuentes de la
violencia familiar, de la violencia sexual o de la trata de personas para fines de explotación
sexual, por poner sólo algunos ejemplos.2 La desigualdad entre hombres y mujeres debe ser
cambiada pues es el resultado de la forma como se ha ido construyendo históricamente la
relación entre las personas de diferente sexo.3
1. Yakin ERTÜK ha firmado que “la desigualdad entre los géneros, y la violencia asociada con ella, es uno de
los elementos comunes de la historia que trasciende a todas las civilizaciones”, véase Aplicación de la
Resolución 60/251 de la Asamblea General, de 15 de marzo de 2006, titulada “Consejo de Derechos
Humanos”, Informe de la Relatora Especial sobre la violencia contra la mujer, sus causas y sus
consecuencias, Intersecciones entre la cultura y la violencia contra la mujer, 17 de enero de 2007, párrafo
24.
2. La noción de violencia de género contra las mujeres es distinta de la noción de violencia contra las mujeres,
véase CONSEJO CENTROAMERICANO DE PROCURADORES DE DERECHOS HUMANOS, I
Informe regional: situación y análisis del femicidio en la región centroamericana, IIDH, Asdi y Danida, San
José, agosto, 2006, p. 15 y CLADEM, Investigación feminicidio. Monitoreo sobre femicidio/feminicidio en
El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá, Lima, febrero, 2007, p. 8. Para Patsilí
Toledo la noción de violencia de género es teóricamente más amplia que la de violencia contra las mujeres
e incluye también la violencia contra las personas por su condición de género, que es la que se dirige a
quienes tienen una orientación o identidades de género distintas a las dominantes, como ocurre con los
gays, lesbianas o transexuales, véase TOLEDO VÁSQUEZ, Patsilí, Feminicidio, Naciones Unidas,
Derechos Humanos, O¿ cina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos, México D.F., agosto,
2009, p. 35.
4 CEPAL , ¡Ni una más! El derecho a vivir una vida libre de violencia en América Latina y El Caribe , octubre, 2007,
p. 10.
5 Esta declaración fue adoptada el 20 de diciembre de 1993, en el cuadragésimo octavo período de sesiones de la
Asamblea General de las Naciones Unidas.
6 Artículo 1º de la CEDAW.- A los efectos de la presente Convención, la expresión "discriminación contra la mujer"
denotará toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o resultado menoscabar o
9 RUSSELL, Diana E.H., Femicide: Politicizing the Killing of Females, p.1, Meeting on Strengthening
Understanding of Femicide, Meeting organized by PATH, World Health Organization and Medical Research Council
of South Africa, Washington D.C., April 14-16, 2008. Russell afirma que su asistenta de investigación, Roberta
Harmes, identficó una publicación británica de 1801 en la que se empleaba el término “femicide” para referirse a “la
muerte (killing) de una mujer”; y, otra de 1827, en la que el autor de un pequeño libro utilizó ese término para
referirse a la seducción, embarazo, abandono y muerte de una joven mujer.
10 Ibid. En 1985, Mary Anne Warren escribió Gendercide: The Implications of Sex Selection (Rowman and Little
field Publishers). Según Warren “gendercide” es el deliberado exterminio de personas de un sexo en particular. El
mencionado término es neutral en el sentido de que no se refiere sólo a la muerte de mujeres sino también a la de
hombres, y enfatiza el hecho de que los roles de género también ocasionan consecuencias letales.
de determinación”, “que exige que la ley determine de forma suficientemente diferenciada las
distintas conductas punibles (…)”,16 pues el principio de legalidad permite reconocer qué
características ha de tener la conducta punible.17 Como se ha señalado anteriormente, el
término feminicidio fue empleado inicialmente para develar el sustrato sexista de ciertos
crímenes contra las mujeres, sin tener como meta su incorporación en los códigos penales, lo
que explica que las propuestas sobre cómo debía ser definido no suelan cumplir con las
exigencias del principio de legalidad.
Es importante señalar que esta investigación tampoco tiene por objeto proponer un tipo penal de
feminicidio sino contribuir a hacer visible que hay características y circunstancias que rodean la
muerte de un porcentaje importante de mujeres, que no suelen presentarse en los homicidios de
hombres, y que por lo tanto se requiere de un determinado tipo de medidas a fin de prevenir esta
clase específica de homicidio.
Es frecuente que en las investigaciones sobre el feminicidio éste sea definido como el homicidio
de mujeres por el hecho de serlo,18 y que las investigaciones producidas en América Latina lo
empleen para referirse a las muertes violentas de mujeres por razones de género.19 Como se ha
señalado, se trata de un tipo de homicidio que: a) se dirige a las mujeres o las afecta en mayor
proporción que a los hombres, b) se produce en determinadas circunstancias; y, c) se explica por
la relación de histórica desigualdad entre hombres y mujeres. Por lo tanto, no todo homicidio de
mujeres es un feminicidio pues las mujeres también mueren en semejantes circunstancias que
los hombres. Como veremos más adelante, el ejemplo típico de feminicidio es el asesinato de
las mujeres a manos de sus parejas o ex parejas, mientras que la muerte de una mujer en el
contexto de un robo en la calle es un homicidio que no constituye feminicidio.20
Muchas veces el feminicidio es el último eslabón de las distintas formas de violencia de género
contra las mujeres.21 Sin duda, el feminicidio es una gravísima violación a los derechos
humanos y es una de las manifestaciones más extremas de la violencia. Jurídicamente estas
conductas pueden ser calificadas como formas agravadas del delito de homicidio, es decir, como
parricidios y asesinatos.
16 Ibid., p. 78.
17 ROXIN, Claus, Derecho Penal. Parte General, Tomo I, Fundamentos de la estructura de la teoría del delito,
traducción y notas por Diego-Manuel Luzón Peña, Miguel Díaz y García Conlledo y Javier de Vicente Remesal,
Editorial Cívitas, 1997, Madrid, p. 141.
18 CONSEJO CENTROAMERICANO DE PROCURADORES DE DERECHOS HUMANOS, I Informe regional:
situación y análisis del femicidio en la región centroamericana, ob. cit., p. 15.
19 TOLEDO VÁSQUEZ, Patsilí, Feminicidio, op. cit., p. 29. Hay un concepto más amplio de feminicidio que
incluye otras violaciones a los derechos de las mujeres como la muerte de mujeres como consecuencia de
histerectomías innecesarias, la mutilación genital femenina, la experimentación en el cuerpo de las mujeres
22 Véase, por ejemplo, CENTRO DE ENCUENTROS CULTURA Y MUJER, Femicidios e impunidad, edición
Silvia Chejter, Buenos Aires, 2005; CLADEM, Investigación feminicidio. Monitoreo sobre femicidio/
feminicidio en El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá, ob. cit.; CLADEM,
Monitoreo sobre feminicidio/femicidio en Bolivia, Ecuador, Paraguay, Perú y República Dominicana, Lima, octubre,
2008; RUSSELL, Diana E. y HARMES, Roberta A., editoras, Feminicidio: una perspectiva global,
presentación de Marcela Lagarde y de los Ríos, coedición de la Cámara de Diputados, la Comisión Especial para
conocer y dar seguimiento a las investigaciones relacionadas con los feminicidios en la República Mexicana y a la
25 El artículo 21º de la Ley Nº 8589 de Costa Rica (Penalización de las Violencia contra las Mujeres) tipifica el femicidio
definiéndolo de una manera más restrictiva que la propuesta en esta investigación: “Se le impondrá pena de prisión de veinte a
treinta y cinco años a quien dé muerte a una mujer con la que mantenga una relación de matrimonio, en unión de hecho declarada o
no”. Por su parte, el Decreto 22-2008 de Guatemala (Ley contra el femicidio y otras formas de violencia contra la mujer) sanciona el
femicidio en los siguientes términos: Artículo 6º. Femicidio. Comete el delito de femicidio quien, en el marco de las relaciones
desiguales de poder entre hombres y mujeres, diere muerte a una mujer, por su condición de mujer, valiéndose de cualquiera de las
siguientes circunstancias:
a. Haber pretendido infructuosamente establecer o restablecer una relación de pareja o de intimidad con la víctima.
b. Mantener en la época en que se perpetró el hecho, o haber mantenido con la víctima relaciones familiares, conyugales, de
convivencia, de intimidad o noviazgo, amistad, compañerismo o relación laboral.
c. Como resultado de la reiterada manifestación de violencia en contra de la víctima.
d. Como resultado de ritos grupales usando o no armas de cualquier tipo.
e. En menosprecio del cuerpo de la víctima para satisfacción de instintos sexuales o cometiendo actos de mutilación genital o
cualquier otro tipo de mutilación.
f. Por misoginia.
g. Cuando el hecho se cometa en presencia de las hijas o hijos de la víctima.
h. Concurriendo cualquiera de las circunstancias de calificación contempladas en el artículo 132 del Código Penal.
Sin embargo, el artículo 132 del Código Penal señala que “Comete asesinato quien matare a una persona:
1. Con alevosía
2. Por precio, recompensa, ánimo de lucro
3. Por medio o en ocasión de inundación, incendio, veneno, explosión, desmoronamiento, derrumbe de edificio u otro artificio que
pueda ocasionar gran estrago.
4. Con premeditación conocida
5. Con ensañamiento
6. Con impulso de perversidad brutal
27 Diana Russell señala que si bien el feminicidio es el homicidio de mujeres por hombres debido a que son mujeres,
hay una significativa minoría de asesinatos de mujeres hacia mujeres por el hecho de serlo, como por ejemplo los
homicidios de nueras a manos de sus suegras en India, quienes las queman porque consideran que la dote entregada a
(Departamento de Estadística de la Procuraduría General de la República y la Oficina Nacional de Estadística –ONE-) hay registros
de feminicidio a cargo de instituciones públicas, véase CLADEM, Monitoreo sobre feminicidio/femicidio en Bolivia, Ecuador,
Paraguay, Perú y República Dominicana, ob. cit., pp. 14-15.
30 La Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, circunscribe su
ámbito de aplicación a “la violencia que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de
poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén
o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia” (artículo 1).
31 CONSEJO EJECUTIVO DEL PODER JUDICIAL, Servicio de Inspección, Informe de Víctimas Mortales por Violencia
Doméstica y Violencia de Género en el año 2008. Este informe da cuenta de un total de 121 personas muertas a causa de lo que en
España denominan “violencia de género” y “violencia doméstica”.
Según el mencionado documento, 75 mujeres murieron a manos de sus parejas o ex parejas; siendo el 36.8% de nacionalidad
extranjera. Otras 40 personas murieron a manos de sus padres, madres u otros parientes (15 mujeres, 6 de las cuales eran menores de
87 ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD 2003 “La Violencia contra las Mujeres: responde el
sector salud”. Washington, D.C. Publicación ocasional Nº12. Capítulo V. El establecimiento de un enfoque integral.
Pág.45
88 EXP. N.º 047-2004-AI/TC Sentencia del 24 de abril de 2006 Punto 22: “…Como puede apreciarse, nuestro
sistema de fuentes normativas reconoce que los tratados de derechos humanos sirven para interpretar los derechos y
libertades reconocidos por la Constitución. Por tanto, tales tratados constituyen parámetro de constitucionalidad en
materia de derechos y libertades. Estos tratados no solo son incorporados a nuestro derecho nacional –conforme al
artículo 55º de la Constitución – sino que, además, por mandato de ella misma, son incorporados a través de la
integración o recepción interpretativa.”
89 Sentencia del Tribunal Constitucional recaída en el Exp. Nº 047-2004- AI/TC, de 24 de abril de 2006, Párr. 32 y
33.
El TUO de la Ley N.º 26260, en el literal b) del artículo 21 96, refiere sobre la sentencia: “(...) b)
El tratamiento que debe recibir la víctima, su familia y el agresor, si se estima conveniente. Si la
resolución judicial establece como medida de protección el tratamiento del agresor y este no
cumple el mandato judicial, a solicitud de la víctima, el juez debe variar la medida y ordenar el
retiro temporal del agresor del domicilio y/o el impedimento temporal de visitas, según sea el
caso. Cuando se establezca que el agresor debe seguir tratamiento de rehabilitación,
corresponde supeditar la duración de la suspensión temporal de cohabitación y/o visitas al
tratamiento que debe someterse; la rehabilitación debe ser acreditada con la certificación del
médico tratante (...).”
El mismo TUO de la Ley, en el artículo 23 97, sobre las medidas cautelares anticipadas refiere:
“El juez puede adoptar medidas cautelares anticipadas sobre el fondo, desde la iniciación del
proceso y durante su tramitación, las cuales deben ser resueltas en el plazo de cuarenta y ocho
(48) horas de solicitadas bajo responsabilidad, sujetándose en tal caso a lo previsto por el
Código Procesal Civil.”
Refiere el artículo 2998 del TUO de la Ley en comento, sobre el valor probatorio de los
certificados médicos: “Los certificados de salud física y mental que expidan los médicos de los
establecimientos de salud del Estado, (…), tienen valor probatorio del estado de salud física y
mental en los procesos sobre violencia familiar. (…)”. Esto es importante resaltar en tanto será
el medio probatorio por excelencia para valorar si existe o no daño psicológico y por tanto
violencia familiar en la modalidad de violencia psicológica.
El Reglamento de la Ley 26260, en el artículo 18°, hace referencia a la intervención de la
víctima en el caso de la interposición de la demanda por parte del Fiscal, en tanto el Juez
notificará el auto admisorio de la demanda al agraviado y, éste puede actuar como parte en tanto
presente un primer escrito.
En el artículo 20° de este Reglamento conforme a lo dispuesto, la sentencia que desestime la
demanda interpuesta por el Fiscal, deberá ser elevada en consulta al superior jerárquico, o
motivo de una revisión en segunda instancia, lo que resulta lógico en tanto se trata de un tema
de violación de derechos humanos.
Ahora bien, dicho todo esto, cabe preguntarse si el Estado ha implementado correctamente la
Ley de Protección frente a la Violencia Familiar y, sería el Proceso Único, el proceso más
idóneo para afrontar esta problemática social, respondiendo a las expectativas de las víctimas,
sobre todo en el caso de violencia psicológica dentro del ámbito familiar, lo que será materia de
análisis en el Capítulo III.
Ahora bien, para hacerle frente al problema de violencia familiar, otras legislaciones la
consideran como delito en sus códigos penales, punto que ha sido un reclamo constante en el
Perú por las ONG y grupos de mujeres que estudian el tema, es así que la Defensora del Pueblo,
el 25 de Noviembre del 2008, hizo hincapié al Legislativo para reconsiderar incluir a la
violencia familiar como delito penal autónomo, además de solicitar al Ministerio Público, que el
Instituto de Medicina Legal apruebe el protocolo o guía de atención de violencia psicológica
para medir el daño psicológico.
Valdría la pena mencionar un proyecto de ley el N.° 1212 que tiene dictamen favorable de la
Comisión de la Mujer que incluye un artículo en el que se crea el tipo penal de violencia
familiar.
El 07 de marzo de 2007, la Comisión de la Mujer y Desarrollo Social del Congreso de la
República ha dictaminado favorablemente un proyecto de ley que modifica el Código Penal,
creando el delito de violencia familiar que tendría una sanción entre cuatro a seis años de pena
privativa de libertad para quien ejerza violencia física, psicológica, o física psicológica contra:
1) su ascendiente, descendiente, natural, adoptivo; 2) su cónyuge, conviviente o los hijos de
estos; 3) su pariente colateral hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad; 4)
las personas sujetas a su potestad, tutela, curatela; 5) su ex cónyuge, ex conviviente o los hijos
en común.
Se señala en los fundamentos de dicho dictamen que frente al alto número de denuncias por
violencia familiar contra mujeres y niños, siendo ésta situación una grave afectación de los
derechos fundamentales vulnerando la salud de las víctimas, y porque sería un clamor general
de la población, se requiere penalizar esta clase de conducta, dando así a la sociedad una señal
clara de condena y rechazo para esta forma de violencia.
90 Las políticas públicas se entienden como decisiones que toman los funcionarios del Estado, quienes tienen la
potestad de hacer o no, determinadas acciones y, respecto de aquellas, Charles Lindblom señala que, la elaboración
de políticas públicas es un proceso no claro, que más bien sería todo lo contrario, porque la solución para un grupo,
puede no ser la solución para otro. Material de enseñanza sobre Diseño de Políticas Públicas y DDHH Maestría
DDHH PUCP
91 Las políticas públicas además de tomar forma de leyes, pueden darse en forma de programas, reglamentos,
prácticas administrativas y decisiones legales. STROMQUIST, Nelly P.
92 Aprobado mediante Decreto Supremo Nº 006-97- JUS
93 Cabe precisar que de acuerdo al Plan Nacional las políticas son multisectoriales y la obligación de realizar estas
políticas es exigible a todos los sectores, cada uno en su competencia.
94 Publicada en el Diario el Peruano el 27 de noviembre del 2008 95 Modificado por la Ley 29282. 96 Ib idem.
97 Ib idem. 98 Ib idem.
CONCLUSIÓN
El presente trabajo, en el cual consideré relevante el tema de violencia familiar en la modalidad
de violencia psicológica dentro del ámbito civil tutelar, incluye un análisis de la Ley 26260 -
Ley de Protección frente a la Violencia Familiar, así como de lo dispuesto por algunos Tratados
Internacionales sobre Derechos Humanos ratificados por el Estado peruano, respecto de los
cuales éste tiene el compromiso no sólo a respetarlos y garantizarlos, sino incluso de promover
el derecho al acceso a la justicia a través del principio de la debida diligencia. Al respecto, la
Constitución Política del Perú, así como la jurisprudencia del Tribunal Constitucional, han
establecido que los Tratados de Protección de Derechos Humanos tienen rango constitucional y
por lo tanto son de obligatorio cumplimiento.
Es de advertir que dicha normativa internacional, que debe ser incluida al investigar los casos de
violencia familiar, protege una serie de derechos, como el derecho a la vida, la integridad
personal, que incluye la integridad psíquica o psicológica, el derecho a la salud, entre otros que
pueden ser afectados en los casos de violencia familiar, pero también derechos que el Estado
peruano está obligado a cumplir, como el derecho de acceso a la justicia y el de la debida
diligencia al investigar los hechos de violencia.
Así, en tanto la violencia familiar, en cualquiera de sus formas: violencia física, sexual y/o
psicológica, es un problema social que no solo lesiona los derechos humanos de las víctimas
directas sino que afecta al resto de la sociedad y al Estado, se considera importante que la
legislación tenga en cuenta lo que se entiende por “salud”, ya que toda persona tiene derecho a
gozar de un estado de completo bienestar, sin violencia, que por mínima que parezca colisiona
con la referida definición de salud.
Ahora bien, para el desarrollo del presente trabajo, además de la parte teórica, incluí una
muestra de 11 expedientes que llegaron a segunda instancia judicial tanto en consulta como en
apelación, en su mayoría víctimas de sexo femenino; advirtiendo una serie de obstáculos en el
acceso a la justicia de las mismas.
1. Así, tenemos procesos que duraron demasiado tiempo, sobre todo a nivel de primera instancia
judicial, incumpliendo el Estado peruano, a través de la PNP, Ministerio Público y Poder
Judicial, llevar investigaciones rápidas y eficaces, lo que constituye un primer obstáculo para el
acceso a la justicia de las víctimas de violencia psicológica, en los procesos de violencia
familiar en estudio.
2. Otro obstáculo se evidencia en la demora para obtener medidas de protección a nivel
prejudicial, lo que tiene que ver, sobre todo, con la demora en la obtención de los resultados de
las pericias psicológicas, también la falta de seguimiento a la ejecución de las sentencias que
disponen la terapia psicológica para el demandado.
3. Otro obstáculo se advierte a la hora que el Ministerio Público interpone las demandas, donde
se evidencia un escaso empleo de la normatividad internacional, ya que en el 100% de los casos
analizados no se invocaron normas internacionales.
4. Asimismo, se advierte la escasa práctica de los Magistrados de señalar reparación civil para
las víctimas al declarar fundada la demanda.
5. Se ha detectado también como un obstáculo en el acceso a la justicia, la definición de
violencia familiar que contiene nuestra legislación, ya que la misma no refiere que el daño o
afectación, como requisito para configurar la violencia familiar, debe entenderse de forma
amplia y, omite referir una valoración o escala del daño psicológico. Esto sumado al hecho que,
para la apreciación del daño psicológico, al tiempo que se investigaron los casos que sirvieron
de análisis, no se contaba con una directriz o guía de valoración del mismo.
6. Otro gran obstáculo es la valoración de la pericia psicológica, ya que conforme hemos podido
advertir del grupo de expedientes analizados, la mayoría de las sentencias que declararon
infundadas las demandas, después de largos años en el Juzgado, se basaron en las conclusiones
de las pericias psicológicas, las que no indicaban expresamente que el evaluado(a) presentaba
daño psicológico, resaltando de la valoración de dichos informes psicológicos, los diferentes
criterios frente a las conclusiones de “reacción ansiosa” que no señalaba una escala de ansiedad
o del daño.
7. Por ello, con la sensación que existe un alto grado de desprotección hacia las víctimas de
violencia familiar en la modalidad de violencia psicológica, es necesario insistir en el
cumplimiento por parte del Estado peruano de los instrumentos internacionales de Derechos
Humanos ratificados, entre ellos aquellos que protegen específicamente los derechos humanos
de las mujeres y, en ese sentido, investigar los casos de violencia familiar, sancionar a los
agresores, buscar la reparación del daño, brindar procesos rápidos y eficaces, actuar con la
debida diligencia y con un mínimo de formalismo, para la máxima protección de los derechos
reconocidos en dichos tratados, entre ellos, el derecho de las mujeres a una vida libre de
violencia.
8. Cabe hacer presente en este punto, que si bien la violencia familiar es una de las
manifestaciones de la violencia de género, la Ley 26260 no es un instrumento normativo que
combata este tipo de violencia. Recordemos que es obligación del Estado peruano dar
cumplimiento a las recomendaciones y Tratados internacionales, por lo que aún es necesario
incluir en esta Ley la violencia de género o, en todo caso promulgar una ley cuyo objetivo
específico sea hacerle frente a esa violencia que sufre la mujer por el hecho de serlo.
9. Al respecto, se recomienda capacitar a los operadores de justicia para evitar que las
resoluciones que emiten reproduzcan criterios estereotipados que no hacen sino reforzar la
violencia de género.
10. Se recomienda que la norma incluya una disposición que permita al Juez valerse del equipo
multidisciplinario para que realice el seguimiento de lo dispuesto en sentencia, sobre todo de la
terapia psicológica para el agresor.
11. De otro lado, habiéndose considerando necesario realizar un análisis de la “Guía de
valoración del daño psíquico en víctimas adultas de violencia familiar, sexual, tortura y otras
formas de violencia intencional”, guía que se
hizo público de fecha posterior a la tramitación de los expedientes materia de estudio; cabe
indicar que aun cuando la misma empiece a aplicarse, es necesario que la Ley 26260 se
modifique a efectos que contemple la valoración del daño psicológico de la forma que allí se
señala, para que sea posible calificar la violencia familiar como delito o falta.
12. Asimismo, es necesario modificar la Ley en relación al tipo de proceso que corresponde a la
investigación de violencia familiar, de forma tal que se sancione a los agresores y se repare el
daño causado a las víctimas, conforme a los Tratados de Derechos Humanos, por lo que
propongo la siguiente modificación a la Ley de la materia, que a mi parecer puede brindar una
mayor protección de los derechos de la víctimas de violencia familiar, en tanto la ley debe
responder a las necesidades y circunstancias que se dan en la vida diaria.
derechos de las víctimas, lo que incluye la indemnización en relación al grado de afectación que
presenten las mismas, tanto física, sexual, moral, emocional y/o psicológicamente. Las penas
oscilarán de 02 días de arresto o multa en caso de falta hasta 15 años en caso de lesiones graves,
agravando la pena en el caso la finalidad del agresor sea la muerte de la víctima. Recomendando
que se capacite no solo a los peritos en psicología sobre la guía de valoración del daño psíquico,
sino también a los operadores de justicia. Asimismo, se realicen más estudios sobre el daño
psíquico o psicológico, en tanto un mayor conocimiento del tema permitirá una mayor
protección de los derechos violentados con los actos y omisiones de violencia familiar.
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