De Cara Al Corazon 0
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IBR ediciones
Elvio Romero nació en Yegros,
Paraguay, en 1926. En 1946, a raíz
de la guerra civil, abandona eí país
y se radica en la Argentina. Viajó
por Asia, Oriente Medio, Africa, Eu-
ropa y América del Sur. Leyó sus
poemas y dio conferencias en ios
principales centros culturales del
mundo.
En 1991 el gobierno le otorgó
el Primer Premio Nacional de Li-
teratura.
OBRAS PUBLICADAS
Primeras ediciones:
DÍAS ROTURADOS (Edit.
Lautaro, 1948)
RESOLES ÁRIDOS (Edit.
Lautaro, 1950)
DESPIERTAN LAS FOGATAS
(Edit. Losada, 1953)
EL SOL BAJO LAS RAICES
(Edit. Losada, 1956)
DE CARA AL CORAZÓN (Edit.
Losada, 1961)
ESTA GUITARRA DURA (Edit.
Losada, 1961)
ANTOLOGIA POETICA (Edit.
Losada, 1965)
LIBRO DE LA MIGRACIÓN
(Edit. Leipzig, 1966)
UN RELÁMPAGO HERIDO
(Edit. Losada, 1967)
LOS INNOMBRABLES (Edit.
Losada, 1970)
DESTIERRO Y ATARDECER
(Edit. Losada, 1975)
EL VIEJO FUEGO (Edit.
Losada, 1977)
LOS VALLES IMAGINARIOS
(Edit. Losada, 1984)
FLECHAS EN UN ARCO TEN-
DIDO (1995)
Edición de Ticio Escobar y Os-
valdo Salerno
Elvio Romero
De cara
al corazón
(2a edición)
m fflPedici ones
LIBRO
© Elvio Romero
ÍBPediciones
25 de Mayo esq. Mexico - Tel. 442 855
Edición al cuidado de Lalo Robles
Composición y Armado: A & C.
Tirada: 1.000 ejemplares.
Hecho el depósito que marca la ley.
CANCIÓN
6
MAGIA
Te vi temblar;
al verte temblé yo mismo.
Sólo en sortilegio puro
y mágico pudimos ver lo que vimos,
el camino subiendo hasta los bosques,
los bosques descendiendo hasta el camino,
una amorosa espiga alando el viento,
el viento hablando de secretos íntimos.
9
AQUEL DIA...
12
TUS PASEOS
14
FERVOR
Junto a ti se arremansa,
sin reposar, mi sangre.
20
CONOZCO LO QUE TRAES
Escudriño en tu pecho,
tenaz escalo adentro buscando el buen abrigo,
como quien satisfecho puede arrimarse al fuego;
escucho atento, entredormido, el canto
de tus venas azules. Y de pronto
puedo sentir que vibro, me reconcentro y crezco.
21
Conozco ya, conozco
las lámparas que traes, la bujía
que enciendes, los pequeños diamantes que te
cubren
el corazón, la fuente silenciosa
que va de pronto a revelar al mundo
su escondido tesoro;
conozco desde siempre lo que diste a mi pecho,
el enigma inquietante que reposa en tus ojos.
22
Pequeña mía, vuelo
de pluma casi inmóvil por el aire,
tú eres mi albura, el cofre
que guarda las antiguas maravillas,
imán de mis vasijas taciturnas,
un sol que va escalando mis colinas
TRANSFIGURACIÓN
¿Acaso la dulzura
pudo inmantarlos en su ardiente prado,
sellar sus sueños en un sólo viento,
en el brillo boreal de un sólo canto?
¿Qué raíz sosegada les dio el fuego
de ese arpegio de luna entre los párpados,
30
que ya son como riegos de semillas
sobre el activo surco emocionado?
34
Por triste y dura, pues la vida traza
para los dos una fragante ruta,
radiante y fecundada.
hoguera.
Quisiéramos, hermosa,
y no hay sitio de pronto para la calma, somos
una cuerda tendida en el espacio,
nuestra música triste resuena entre disparos
y nuestra voz levanta su sombra entre las ruinas.
41
DIRÁN
44
AH, NO TEMAS, HERMOSA.
50
ASI ERES
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que cimbrea tus pasos, que bulle por tu boca,
las velas de la brisa que en tu sendero aguardan,
la subyugante calma de tu melancolía..,
52
en tu pelo las ramas, como un lejano sueño,
y en tus manos, orladas por la paz de la casa,
la trémula y primaria densidad de la tierra.
53
TAMBIÉN VIENES DE ABAJO
56
Allí te sellarán los labios,
abajo, donde todo quema,
hija del amor, criatura
ya demudada en su belleza,
allí te espigarán perfumes
y raíces de la cabeza,
mujer segura, iluminada y honda,
enamorada, dulce, fuerte y nueva.
FUEGO PRIMARIO
Se ve que en tu cintura
se doblan valles que arden con vientos incesantes;
se ve, rosado y táctil, nimbado por rumores,
el hoyo de agua nivea que tu vientre arremansa
como un rosado tiesto de palpitantes flores,
si te miro desnuda.
Si te miro desnuda.
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EL BESO
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Por él nacerá el hijo, por él veo
que habrán de prolongarse mis raíces,
mis primarios silencios.
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NUESTRO LECHO
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para tu femenina levedad, tul ardiente,
campo para mi hombría.
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cuánta lágrima tuvo que rodar hasta el punto
de lavar el vestigio final de una sonrisa,
para que no pudiendo germinar, desprendiera
su luz de esos perfiles de infinita tristeza,
para que así cayeran sus rutilantes frutos
de esas máscaras negras sin sosiego!
77
ELLA
Reconociendo en Ella
sus largas hebras, la intemperie toca
su oscura cabellera.
Su claridad penetra
y anima el poderío de un paisaje
de primarias riberas.
Taciturna en la urgencia
de aprisionar los ecos del silencio,
posa el oído en tierra.
En su rostro conserva
la impaciencia boreal de una semilla
que el rocío atraviesa.
El decoro, a su vera,
se sienta con un gesto adolescente
de humilde transparencia.
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FUEGO
Se apoya en tu corazón,
envío solar, esencia
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de enamorado temblor,
de nunca extinguida hoguera;
sol, avidez, centelleo
de anegada transparencia,
de clavos que llevo adentro
donde mis hambres te acechan,
donde mis armas te forjan,
donde mis hierros te queman.
Se apoya en tu corazón,
y allí te acosa y te cerca.
ESOS DÍAS EXTRAÑOS
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ÉXTASIS
(Ante un paisaje)
El sol destituía
su cárdeno fulgor por las laderas;
me miraste, sin ver, el ceño adusto,
te estreché, sin sentir, la mano diestra.
El crepúsculo haría aquellos rostros
—humo y cobre— en la oscura carretera...
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INVITACIÓN
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Mira sus densos ríos, sus heléchos abiertos
al rayo calcinante que hiere su cintura,
esos ríos cargados de inmensa desventura
al devolver, temblando, por las noches sus
muertos.
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MÚSICOS SOMOS
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anhelación por dar a la hermosura
de nuestro amor un arco rumoroso
de pan fecundo, de temblor dichoso,
de una nueva medida para el día
gobernando el color de la alegría!
Rafael Peroni