Jesus Ayer Hoy y Siempre

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IE 88025 “RAMON CASTILLA”

ESTUDIANTE……………………………… …………………………………..……….
DOCENTE: Lic. Martin Sifuentes Arias .

EVIDENCIA DE APRENDIZAJE
Asume a Jesús presente en el mundo y en la historia de la
humanidad, en un mapa semántico.

Una vez, un sacerdote recorría su Iglesia al mediodía. De pronto vio entrar a un hombre desarreglado, que cargaba una maleta. Un
poco molesto frunció el ceño y se quedó detrás de una puerta. El hombre se arrodilló en una de las bancas, inclinó la cabeza, y al cabo
de pocos minutos se levantó y se fue. Y repitió esta rutina todos los días.
El sacerdote, desconfiado, empezó a sospechar que se trataba de un ladrón. Por eso una buena tarde lo detuvo y le pidió que le
contara por qué todos los días acudía al templo a la misma hora. El hombre, entonces le comentó:
 Trabajo cerca, y en mi hora libre vengo a visitar a mi Señor. Como no sé orar muy bien, sólo le
digo: Estoy feliz de haber encontrado tu gracia, no sabes cuánto bien me has hecho desde que
perdonaste mis pecados. Jesús, este es Jim reportándose.
El sacerdote se sonrojó, acompañó al hombre hasta la calle y le dijo que el templo estaría abierto
siempre para él. Luego, con lágrimas en los ojos, oró al Señor y al final repitió la frase que el hombre
le había enseñado: “Jesús, este es tu siervo reportándose”
Al día siguiente el hombre no acudió al templo. Indagando por el barrio, el sacerdote se enteró de que había caído enfermo, y fue a
visitarlo al hospital, allí, la enfermera le contó que a pesar de su grave estado, Jim mantenía en buen ánimo y tenía mejor semblante,
pese a que no había esperanzas de curación. Y, le agradeció por visitarlo, ya que nadie lo había hecho. Cuando la enfermera los dejó,
el buen Jim le dijo al sacerdote:
-Ella está equivocada… aunque claro, no puede saber que todos los días, desde que estoy aquí, un amigo viene, se sienta junto a mí y
me dice: “sólo vine para que sepas, Jim, cuán feliz fui desde que encontré tu amistad y te liberé de tus pecados. Siempre me gustó oír
tus oraciones, pienso en ti cada día… así que Jim, es Jesús reportándose.
RESPONDE:
1. ¿Cuál fue la actitud del sacerdote ante el hombre que ingresó al templo?
¿Qué opinión te merece?
2. ¿Cómo crees que se sintió el sacerdote al escuchar la respuesta de Jim?
3. ¿Cómo oraba Jim? ¿Cómo se sentía Jim después de orar? ¿Por qué?
4. ¿Crees que Jim sentía la presencia de Jesús? ¿Por qué?
5. ¿Qué debes hacer tú para sentir la presencia de Jesús?

Existe en la actualidad una pregunta que, para un cristiano que aprecie y viva su condición de cristiano, es verdaderamente
crucial y hasta preocupante: ¿Jesucristo, para el hombre de hoy, es un “valor en alza”, o un “valor a la baja”?
Efectivamente, para un cristiano, Jesucristo es el que da el verdadero sentido a su vida: “cristiano” -decía el antiguo
catecismo-, es el que tiene la Fe de Cristo que recibió en el Bautismo. Y recibir la Fe es aceptar a Cristo como el valor
supremo en la propia vida. Un valor a partir del cual se juzgan, se ordenan, se valoran las restantes realidades que forman
la propia existencia. No estamos, por tanto, ante un tema más o menos importante, más o menos periférico de nuestra
condición de cristianos’. Estamos ante el Tema verdaderamente central y determinante de nuestra forma de pensar, de
nuestras opciones fundamentales de vida, de la explicación última de por qué nosotros vivimos o actuamos así.

A. Era judío: Pertenecía a la tribu de Judá. Era Hijo de David: José era descendiente de David y como los judíos
reconocían la paternidad legal por adopción, muchas veces la gente le llamaba Hijo de David y él no lo rechazaba.

B. Era el Mesías: El Siervo de Yavé, el Hijo del hombre, el Pastor de Israel o el Servidor, el Ungido de Dios.
C. Jesús era el rey de los judíos: Según el modo de pensar de los judíos la palabra “Rey” era un título mesiánico; cuando
Jesús admitió que era rey estaba reconociendo su misión mesiánica.
D. Jesús era el Hijo de Dios: Jesús nunca dijo textualmente que era Dios. Sin embargo:
 Realizaba cosas que eran propias de Dios: perdonaba los pecados y los maestros de la ley de
Moisés, con razón decían ¿Quién puede quitar el pecado sino Dios y solamente él?
 Hacia hazañas que sólo Dios puede hacer, como calmar la tempestad, provocando la pregunta
de los discípulos ¿Quién es éste?
 Evidentemente tenía una relación muy especial con Dios a quien le llamaba mi Padre.

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a) Jesús ratifica el primer mandamiento declarado en las antiguas escrituras de los judíos: hay que amar a Dios con todo
el corazón y el segundo mandamiento de amar al prójimo como a sí mismo.
b) Su enseñanza tiene un fuerte contenido ético: el requisito primordial para seguirlo es el propósito de
abandonar los vicios y el pecado. Urge cambiar actitudes y motivaciones negativas.
c) Pues, su prédica desafío a la gente: les propuso cambiar el rumbo de sus vidas, ser sal y luz de la
tierra, reconociendo que Dios es buen Padre que cuida a sus hijos. Hay que corresponder al amor
de Dios viviendo en fraternidad y ayuda mutua los unos con los otros.
d) Hay un sentido de urgencia en su prédica: lo que un biblista ha llamado “La hora cero”. El Reino de Dios está cerca, el
tiempo es corto, urge la conversión: es necesario tomar decisiones radicales ahora mismo.

En la última página del Nuevo Testamento resuenan estas palabras solemnes de Jesús: «Yo soy el Alfa y
la Omega, el primero y el último, el principio y el fin» (Ap.22,13). Y a esta suprema manifestación responde
la fe de la Iglesia confesando: «Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre» (Heb.13,8).
Jesús no es para nosotros un simple pasado, sino el presente decisivo de nuestra vida y el futuro absoluto de toda la
humanidad. La comunidad cristiana del siglo XX proclamó solemnemente en el Concilio Vaticano II: «La Iglesia cree que
Cristo, muerto y resucitado por todos, da al hombre luz y fuerzas por su Espíritu, para que pueda responder a su máxima
vocación; y que no ha sido dado a los hombres bajo el cielo ningún otro nombre en el que haya que salvarse. Igualmente,
cree que la clave, el centro y el fin de toda la historia humana se encuentra en su Señor y Maestro.
¿CÓMO ESTÁ PRESENTE JESÚS EN NUESTRA VIDA?
1. Jesús está presente en nuestra vida personal de fe . Como los primeros discípulos, nosotros también podemos decir:
«Hemos encontrado al Mesías» (Jn.1,41). Por caminos misteriosos y distintos, nuestra historia personal y la historia de
Jesús se han encontrado, hasta el punto de que Cristo es el centro de nuestra vida. Hemos escuchado su llamada
personal e intransferible a ser sus discípulos. Por el bautismo hemos sido incorporados a su persona y a su destino.
Somos como miembros de su propio cuerpo.
2. Jesús está presente en su Iglesia . Nuestro encuentro personal con Jesús ha acontecido en la comunidad fundada
por él. La Iglesia es el lugar donde los bautizados experimentamos y vivimos juntos la presencia de Jesús. Y esta
presencia del Señor en su familia tiene múltiples manifestaciones:
 Jesús está presente a través de su Palabra, acogida y proclamada constante y fielmente por
la Iglesia, como origen y fundamento de todo su existir.
 Jesús está presente y actúa en los Sacramentos, a través de los cuales el Señor glorioso nos
comunica el don del Espíritu, que nos transforma y construye como personas y como Iglesia.
 Jesús está presente en nuestra vida comunitaria, es decir, siempre que nos reunimos para orar
en común, para compartir nuestros bienes y ayudarnos, para trabajar juntos en la extensión del
Reino.
3. Jesús está presente en los pobres. Cada vez que un hambriento o desnudo, un perseguido o marginado, solicita
nuestra atención y ayuda, es Cristo quien nos viene al encuentro pidiendo nuestro amor y ofreciéndonos la posibilidad
de encontrar la verdadera vida y superar la falsa vida del egoísmo.

Sabemos que la historia no la hacemos solamente los hombres a nuestro antojo. Afortunadamente, hay otro
que la dirige hacia una meta mucho más dichosa que las metas oscuras que proyectamos los hombres. Por
eso, los cristianos, en este umbral del siglo XXI, en un momento en que parece que los hombres se han
olvidado de Dios y se creen los únicos dueños del destino de la humanidad, seguimos afirmando con la gracia
de Dios:
«El Verbo de Dios, por quien todo fue hecho, se encarnó para que, hombre perfecto, salvara a todos y recapitulara todas las
cosas. El Señor es el fin de la historia humana, punto de convergencia hacia el cual tienden los deseos de la historia y de la
civilización, centro de la humanidad, gozo del corazón humano y plenitud total de sus aspiraciones. Él es aquel a quien el
Padre resucitó, exaltó y colocó a su derecha, constituyéndolo juez de vivos y muertos. Vivificados y reunidos en su Espíritu,
caminamos como peregrinos hacia la consumación de la historia humana, la cual coincide plenamente con su amoroso
designio: Restaurar en Cristo todo lo que hay en el cielo y en la tierra» (Gaudium et spes, 45).

1. ¿Por qué Jesús en el principio y el fin?


2. ¿Por qué Jesús es el centro de la historia?
3. ¿Quién es Jesús para ti? ¿Qué haces para dar a conocer a Jesús a los demás?
4. ¿Dónde podemos encontrar a Jesús?
5. Redacta una oración de acoger a Jesús en tu vida.
6. Ilustra tu cuaderno con dibujos relacionados al tema.

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