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I MADR D I

FACULTADACULTAO DE CIENCIAS HUMANAS Y SOCIALES

Evaluación de la relación entre


promiscuidad y compromiso con los valores
personales.

Autor: Isabel Cortijo Primo

Tutor profesional: Adrián Barbero Rubio

Tutor Metod ológico: David Paniagua Sáncnez

Maarid
Mayo 2019
Resumen

La edad de inicio de las relaciones sexuales ha descendido en los últimos años. El


objetivo de este estudio fue averiguar si en los jóvenes existía relación entre la
promiscuidad, la función o significado atribuidos al sexo y la dificultad para
comprometerse con los valores personales. Los resultados mostraron correlaciones
entre algunos componentes de estas tres variables, aunque otras correlaciones
contradijeron las hipótesis iniciales, especialmente en función del tipo de compañero
sexual. Así, la concepción de la sexualidad va unida a las vivencias sexuales y de
compromiso con la pareja o con otros valores que la persona considere relevantes en
su vida. Futuras líneas de investigación, sin embargo, ayudarían a los jóvenes a elegir
de modo informado sobre su sexualidad.

Palabras clave: promiscuidad, compromiso, valores, sexo, jóvenes.

Abstract

The age of onset of sexual intercourse has dropped in recent years. The aim of this
study was to find out if young people had a relationship between promiscuity, the
function or meaning attributed to sex and the difficulty of committing to personal
values. The results showed correlations between some components of these three
variables, although other correlations contradicted the initial hypotheses, especially as
a function of the type of sexual partner. Thus, the conception of sexuality is linked to
sexual experiences and commitment with the partner or with other values that the
person considers relevant in his or her life. Future lines of research, however, would
help young people make informed choices about their sexuality.

Keywords: promiscuity, commitment, values, sex, youth.

Introducción

Dentro de las relaciones románticas, algunos autores señalan el sexo como un


elemento clave que motiva a los individuos a permanecer en ellas (Rusbult, Olsen,
Davis, y Hannon, 2001). Y es que el placer o la mayor unión de la pareja, entre otros
beneficios, se asocian a una mayor satisfacción en la relación (Sprecher y Cate, 2004).
Parecen, sin embargo, encontrarse diferencias entre hombres y mujeres en su opinión
con respecto al sexo, concretamente cuando es casual o se da fuera de la relación de
pareja (Petersen y Hyde, 2010); en el grado de compromiso relacional (Stanley, Whitton
y Markman, 2004); y en preferencias y estrategias (Buss y Schmitt, 1993). En lo
referente al número de relaciones sexuales, no hay acuerdo: algunas investigaciones
muestran que los hombres mantienen más relaciones sexuales (Grello, Welsh, Harper y
Dickson, 2003), mientras que en otras no se obtienen diferencias significativas (Owen,
Rhoades, Stanley, y Fincham, 2010). En cualquier caso, las relaciones sexuales pueden
tener lugar dentro de una relación romántica o, por el contrario, corresponderse con la
práctica de la promiscuidad sexual.

La Real Academia Española (RAE) define la promiscuidad –en una de sus


acepciones- como la “relación sexual poco estable con distintas parejas” (RAE, 2014).
Si bien existen en el ámbito científico otras definiciones –por ejemplo, el
establecimiento de una relación con más de una pareja al mismo tiempo (Martínez y
Pimente, 2015)-, el presente estudio opta por una nueva operativización de la
promiscuidad, basada en Jokin de Irala (2012). Así, en adelante, hablaremos de
promiscuidad para referirnos a una multiplicidad de parejas sexuales. Incluimos en la
definición tanto la promiscuidad seriada –parejas que son posteriores o sucesivas en el
tiempo- como la promiscuidad concurrente –dos o más parejas que son simultáneas–
(Irala, 2012).

Más de 30 años de investigaciones epidemiológicas apoyan las consecuencias


negativas de la promiscuidad en la salud de la persona (Salvent-Tames, Rodríguez-Lara,
Leyva-Lambert, Gamboa-Rodríguez y Columbié-Gámez, 2014). Irala (2012) la señala
como un factor de riesgo para adquirir Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) o
problemas psicológicos –en su mayoría, independientemente del uso de preservativos-,
embarazos no deseados y abortos. Afirma que “El joven con una pareja cada año sí
tiene riesgo… aunque no se considere promiscuo ni infiel” (Irala, 2012).

La promiscuidad también se asocia a una mayor probabilidad para contraer cáncer de


cuello uterino (Martínez-Martínez, Díaz-Ortega, Carr-Pérez, Varona-Sánchez, Borrego-
López y De la Torre, 2014), incluso cuando dicha promiscuidad viene de la pareja
masculina, que puede transmitir infecciones a su compañera sexual (Garcés-Rodríguez,
2010), en ocasiones mediante el semen –que puede contener agentes cancerígenos o
infecciosos- (Laco, Vosmikova, Navakova, Celakovsky y Dolezalova, 2011). Una
asociación similar se encuentra entre la promiscuidad sexual y la probabilidad de
transmisión de diversos agentes infecciosos (Vigil, 2013), en particular, el Virus del
Papiloma Humano (VPH) (González, 2015; Nyitray, Lin y Fulp, 2014).

Además, según Irala (2012), gran parte de las ITS producen síntomas poco vistosos,
por lo que pasan desapercibidas al principio. Y determinadas ITS favorecen el contagio
de otras. Así, las personas pueden transmitirlas a futuras parejas sexuales bajo el
desconocimiento, aumentando su propagación (Irala, 2012). Por otro lado, el uso del
preservativo no protege frente a determinadas ITS, incluyendo tres de las cuatro más
habituales: clamidia, VPH y herpes. Esto es especialmente alarmante al no haber
hallado aún cura para la mayoría de ITS –o consistir en tratamientos económicamente
muy elevados-, las cuales producen graves efectos en la salud e incluso la muerte.

Existe también la llamada promiscuidad emocional, definida como la facilidad para


enamorarse con frecuencia (Jones, 2011). La evidencia apoya que las personas
enamoradas perciben subjetivamente un menor riesgo de contracción de ITS de su
pareja (Flood, 2003; Manuel, 2005), por lo que disminuye la probabilidad de uso del
preservativo (Rosenthal, Gifford y Moore, 1998). Específicamente en mujeres, se ha
encontrado relación entre promiscuidad sexual y promiscuidad emocional, así como
entre ambas variables y el hecho de practicar sexo sin protección (Hoyle, Fejfar y
Miller, 2000; Jones y Paulhus, 2012; Sheeran, Abraham, y Orbell, 1999).

Adentrándonos ya en los problemas psicológicos, Irala (2012) muestra relación entre


promiscuidad y arrepentimiento, desconfianza, baja autoestima, depresión, bajo respeto
hacia uno mismo, problemas relacionales, matrimonios precipitados e intentos de
suicidio. Por otra parte, la edad de inicio de las experiencias sexuales ha ido
disminuyendo progresivamente hasta finales del siglo pasado (Meier, 2004). En el
tránsito a la adultez emergente, el ser humano desarrolla su propia identidad (Arnett,
2015) y aumenta la autonomía y la toma de decisiones (Kenia y Koerner, 2009).
Erikson (2004) propone un modelo de etapas vitales en que la etapa de identidad
precede a la de intimidad. La persona debería integrar los diferentes aspectos de su
identidad previamente a establecer relaciones íntimas con otros. Esto es, la intimidad
sexual, si se lleva a cabo antes de la conformación de la identidad personal o durante la
misma, podría influir en ella, adecuándola a las nuevas experiencias –sexuales- (Vigil,
2009).

En consecuencia, la investigación ha empezado a dirigir su atención a la


promiscuidad de los adolescentes y jóvenes, así como a su conveniencia o
inconveniencia (Fielder y Carey, 2010; Fielder, Walsh, Carey y Carey, 2013; Grello,
Welsh y Harper, 2006; Meier, 2004; Owen y Fincham; 2011a, 2011b; Owen, Fincham y
Moore, 2011). Sin embargo, hasta la fecha los estudios no son concluyentes en cuanto a
los perjuicios de la promiscuidad en el bienestar psicológico de adolescentes y jóvenes
(Dubé, Lavoie, Blais y Hébert, 2017).

Los resultados son muy dispares: ausencia de efectos positivos del sexo (Meier,
2004); ausencia de efectos negativos en el bienestar psicológico (Dubé et al., 2017;
Nogueira Avelar e Silva, van de Bongardt, Baams y Raat, 2017); aumento del
arrepentimiento (Osorio, López-del Burgo, Carlos, Ruiz-Canela, Delgado y de Irala,
2012); disminución de la autoestima (Meier, 2004); aumento del riesgo de depresión
(Rudolph, 2004; Meier, 2004); mayor dificultad de graduarse en la escuela secundaria –
en mujeres- (Sabia y Rees, 2011); aumento en mujeres jóvenes de la angustia
psicológica y el consumo de alcohol y otras drogas en caso de relaciones con
penetración (Dubé et al., 2017); etc.

Por todo ello, parece necesario un mayor número de investigaciones sobre los efectos
del sexo a edades tempranas. El objetivo es averiguar si la promiscuidad adolescente
pertenece a un proceso normativo de exploración sexual (Furman y Shaffer, 2003), si
constituye una violación de las normas de edad (Meier, 2007), o si se relaciona con la
internalización o externalización de problemas psicológicos -tales como la depresión o
el consumo de sustancias, respectivamente- (Grello, Welsh, Harper y Dickson, 2003;
Shulman, Walsh, Weisman, y Schelyer, 2009). El interés en este objetivo aumenta al
descubrir que las experiencias sexuales y la promiscuidad temprana condicionan el resto
de la vida sexual de la persona (Russell, Van Campen y Muraco, 2012).

Otro ámbito carente de estudios suficientes es el de la influencia de la promiscuidad


sobre la capacidad de compromiso. El paso a la adultez se asocia a la exploración de
relaciones románticas y la actividad sexual, ya sea de modo causal o dentro de un
compromiso (Regnerus y Uecker, 2011). La forma en que el sujeto define la situación
también permite entender mejor su comportamiento –por ejemplo, tener relaciones
sexuales por hallarse en una relación romántica comprometida- (White, Klein y Martin,
2015).

Obtener conocimientos sobre la relación entre sexo y compromiso podría orientar a


los jóvenes en las decisiones características de esta etapa. De hecho, las decisiones y
actos en el ámbito sexual y de relación de pareja, entre los jóvenes, están influidas por
el significado que atribuyen al sexo y al compromiso y sus comportamientos asociados
–significado que puede cambiar a lo largo del tiempo- (Olmstead, Anders, y Conrad,
2017), tal y como sugiere la teoría de la interacción simbólica (White et al., 2015).

Estudios como el de Olmstead, Billen, Conrad, Pasley y Fincham (2013) o el de


Olmstead y Anders (2017), muestran un menor número de compañeros sexuales en
personas que conciben el amor, la confianza y el compromiso como condiciones
necesarias para un posterior contacto sexual. Además, encontraron este planteamiento
más habitual entre las mujeres. El compromiso y el significado atribuido al sexo
también variaban en función de la etnia, religiosidad, historial de relaciones sexuales,
tipo de relación y situación de esta (Olmstead y Anders, 2017; Olmstead et al., 2013).
Asimismo, entre los adultos emergentes parece predominar el sexo casual, aunque
muchos enmarcan sus relaciones sexuales dentro de una pareja formal (Regnerus y
Uecker, 2011).

Autores como Smart proponen que para que haya compromiso es necesario que
exista amor (2007). Por su parte, Carter (2012) identifica varios elementos que
constituyen el compromiso, entre los cuales se encuentran: el amor, la inversión, las
expectativas morales y sociales, el tiempo o la exclusividad sexual. La presente
investigación parte de un enfoque funcional contextual del asunto, cuya base es el
modelo de Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT; Hayes, Strosahl y Wilson,
1999, 2012). Dicho modelo concibe el compromiso como el grado en que un individuo
actúa en dirección a sus valores (Luciano y Wilson, 2001). Asimismo, definimos
valores como aquellos aspectos vitales que un sujeto considera importantes (Luciano y
Wilson, 2001).

Dado el hueco de conocimiento existente en lo referente a la relación entre


promiscuidad sexual, función atribuida al sexo y compromiso con los valores –incluida
la pareja-, pretendemos ampliar el conocimiento sobre estas cuestiones. Los objetivos
de nuestra investigación son:

 Analizar si existe relación entre promiscuidad sexual y compromiso con los


valores.
Hipótesis: Los jóvenes con menor grado de promiscuidad sexual tendrán un
grado significativamente mayor de compromiso con sus valores.
 Analizar si existe relación entre el significado/función atribuida al sexo y la
promiscuidad sexual.
Hipótesis: Los jóvenes que atribuyen al sexo funciones asociadas al compromiso
(matrimonio, hijos, etc.), tendrán un grado significativamente menor de
promiscuidad sexual.
 Analizar si existe relación entre la función atribuida al sexo y el compromiso con
los valores.
Hipótesis: Los jóvenes que atribuyen al sexo funciones asociadas al compromiso
(matrimonio, hijos, etc.), tendrán un grado de compromiso con sus valores
significativamente mayor.
 Analizar si existe relación entre el género y los diferentes resultados.
Hipótesis: En las mujeres, las correlaciones encontradas serán mayores que en
los hombres.
 Analizar si existe relación entre orientación sexual y los diferentes resultados.
Hipótesis: En personas con orientación sexual normativa (heterosexuales), las
correlaciones encontradas serán mayores que en personas con orientación
sexual no normativa (homosexuales, bisexuales, pansexuales, etc.).

Los resultados obtenidos en cualquier dirección contribuirían a iniciar estudios


posteriores que continuasen la aclaración de incógnitas de la literatura existente.
Indudablemente, otra aportación sería la mejora de la práctica clínica. Al centrarse
nuestro interés en el compromiso con los valores, se podría intervenir sobre variables
como la promiscuidad sexual, las funciones atribuidas al sexo, etc., especialmente
cuando el sujeto tenga gran dificultad para comprometerse en una relación de pareja.

Los conocimientos obtenidos también aportarían evidencia sobre las implicaciones


que tienen distintas realidades sociales como la monogamia, la promiscuidad sexual, las
relaciones abiertas, los “amigos con derechos” o las prácticas como el llamado “poli-
amor”. Es decir, nos ayudaría a comprender mejor los efectos de los distintos modos de
vivir la sexualidad y las relaciones afectivas. Esto, permitiría a los individuos elegir con
verdadera libertad –esto es, desde el pleno conocimiento- cómo quieren vivir sus
relaciones afectivo-sexuales, valorando los costes y beneficios que plantean las distintas
opciones. Aunque se trata de un conocimiento útil a cualquier edad, nos interesa
especialmente que este conocimiento pueda ser difundido entre los adolescentes y
jóvenes, cuyo inicio en el terreno afectivo-sexual suele estar acompañado de riesgos,
desconocimiento, inmadurez o falta de libertad. Somos conscientes del corto alcance de
este estudio. Sin embargo, futuras líneas de investigación supondrían el caldo de cultivo
para políticas educativas realmente eficaces en este ámbito, desarrollando cursos de
educación afectivo-sexual de mayor riqueza y adaptación a las necesidades de los más
jóvenes.

En definitiva, consideramos relevante la difusión entre los jóvenes de los diferentes


hallazgos, haciéndolos conscientes de las consecuencias de sus decisiones y
proporcionándoles libertad para decidir sobre sus vidas de manera informada.

Método
Muestra.
La muestra estuvo constituida por 142 participantes de entre 18-25 años. La media de
edad se situó en los 21,32 años, con una desviación típica de 2,45 años. La Tabla 1
recoge la proporción de sujetos en función de su distribución por género y orientación
sexual.

Tabla 1. Proporción de participantes por Género y Orientación Sexual.


Orientación sexual. Total
Orientación Sexual Orientación Sexual No
Normativa Normativa
Frecuencia 42 11 53
% dentro del
Hombre 79,2% 20,8% 100,0%
género.
% del total. 29,6% 7,7% 37,3%
Género
Frecuencia 77 12 89
% dentro del
Mujer 86,5% 13,5% 100,0%
género.
% del total. 54,2% 8,5% 62,7%
Frecuencia 119 23 142
% dentro del
Total 83,8% 16,2% 100,0%
género.
% del total. 83,8% 16,2% 100,0%
La muestra aparece distribuida en función del género (hombre/mujer) y de la orientación sexual (normativa/no
normativa). La orientación sexual normativa se corresponde con la heterosexualidad, mientras que la no normativa
hace referencia a la homosexualidad, bisexualidad y pansexualidad.
Las diferentes casillas indican el número de sujetos (frecuencia), el porcentaje en función del género (% dentro del
género) y el porcentaje dentro de todo el grupo (% del total).

Instrumentos.

Screening previo sobre prácticas sexuales.


Se trata de un cribado o screening previo que contiene preguntas referentes a datos
socio-demográficos, funciones atribuidas al sexo y número de prácticas sexuales, de
parejas sexuales y de parejas formales.
Valued Living Questionnaire (Wilson, Sandoz, Kitchens y Roberts, 2010).
El “Valued Living Questionnaire” (VLQ), que podemos traducir como Cuestionario
de Valores Vitales, permite evaluar qué áreas de la vida son relevantes para el individuo
–es decir, los valores- y en qué medida ha dirigido sus actos hacia el cuidado o
compromiso con estas áreas.

Se compone de dos escalas: importancia y consistencia. La escala de importancia


mide la relevancia que la persona da a distintas áreas que, por lo general, forman parte
de la vida. La escala de consistencia evalúa el grado en que el individuo ha cultivado
estas áreas, en función de la importancia con que haya valorado cada una –esto es, en
función de sus valores-.

La prueba completa está formada por 20 ítems -10 por cada escala-. Aparece una
pregunta en cada escala -dos en total- correspondientes 10 áreas vitales diferentes: “1)
Familia (diferente de esposo/a o hijos/as), 2) Esposo/a, parejas, relaciones íntimas, 3)
Cuidado de los hijos/as, 4) Amigos/vida social, 5) Trabajo 6) Educación/formación 7)
Ocio/diversión, 8) Espiritualidad, 9) Ciudadanía/vida comunitaria, 10) Cuidado físico
(dieta, ejercicio, descanso)” (Wilsonet al., 2010). Cada ítem es respondido con una
escala tipo Likert del uno al 10, donde uno significa “nada importante/nada consistente”
y 10 “extremadamente importante/ extremadamente consistente”.

Los índices de fiabilidad (alfa de Cronbachα) entre los elementos de las escalas de
importancia y consistencia fueron α: .77 y α: .75, respectivamente (Wilson et al., 2010).
Preguntas generales sobre capacidad de compromiso.
Al final de la prueba se incluyeron tres preguntas generales sobre la capacidad que la
persona cree poseer para iniciar y mantener una relación de pareja estable y para
comprometerse con otros valores vitales que considere relevantes. El objetivo de dichas
preguntas fue obtener validez convergente con las puntuaciones del cuestionario VLQ.
Procedimiento.
Fase 1:

Tanto las preguntas pertenecientes al screening previo como las del cuestionario de
valores VLQ fueron introducidas en un cuestionario on-line, que se difundió a través de
las redes sociales mediante un enlace de internet. Para iniciar dicho cuestionario, los
sujetos debían leer y aceptar previamente un consentimiento informado.
Fase 2:

Los participantes respondieron a los ítems contenidos en los diferentes instrumentos,


anteriormente explicados.

Fase 3:

Se procedió a recoger los resultados e introducirlos en el programa de análisis de


datos “Statistical Package for the Social Science” (SPSS).

Para el cálculo del grado de vida valiosa -entendida como vida consistente con los
valores-, se efectuó la multiplicación de las medias de cada escala –importancia y
consistencia-, según la recomendación de sus autores.

Además, se analizó también de manera separada el factor “esposo/a, parejas,


relaciones íntimas” –multiplicando sus puntuaciones específicas en importancia y
consistencia-, para investigar el compromiso con este valor personal en individuos con
diferentes trayectorias sexuales.

Los análisis llevados a cabo fueron Chi-Cuadrado y la correlación de Spearman, ya


que las diferentes variables no cumplieron los criterios de normalidad.

Resultados

La prueba Kolmogórov-Smirnov (K-S) reveló que ninguna de las variables de interés


cumplía los supuestos para una distribución normal, por lo que fue necesaria la
aplicación de pruebas no paramétricas en los posteriores contrastes de hipótesis.

Para obtener evidencia sobre la relación entre promiscuidad sexual y compromiso con
los valores, se calcularon las correlaciones pertinentes entre los ítems pertenecientes a
ambas variables. Dichas correlaciones se recogen en la Tabla 2. La promiscuidad sexual
se cuantificó mediante ítems que medían el número de parejas sentimentales/formales
con las cuales se han mantenido relaciones sexuales, tanto a lo largo de la vida
(PFV_RS) como en los últimos 12 meses (PF12_RS) y el número de parejas informales
a lo largo de la vida (PIV) y en los últimos 12 meses (PI12). En este estudio utilizamos
el término “pareja formal” para referirnos a parejas con las que el sujeto ha llegado a
iniciar relaciones serias (noviazgo o matrimonio). Usamos, en cambio, el término
“pareja informal”, para hablar de personas con las se hayan tenido uno o varios
encuentros sexuales esporádicos sin formar parte de una relación formal: “amigos con
derecho a roce”, desconocidos, “aventuras” de una noche, etc.

El compromiso con los valores se obtuvo mediante la puntuación de los individuos en


el grado en que percibían dificultad –del uno al 10- para iniciar una relación (DIR), para
mantenerla (DMR) o para comprometerse en general con sus valores (DCG); en el
Cuestionario de Valores Vitales (VLQ) y en el factor aislado “pareja” -perteneciente a
este mismo cuestionario- (VLQP). También se incluyeron otros ítems de interés como el
número de parejas formales a lo largo de la vida (PFV) o la media de masturbaciones
que el individuo practica semanalmente (MMS).

Tabla 2. Correlaciones entre Promiscuidad y Compromiso para la Muestra Total.


DIR DMR DCG VLQ VLQP
PFV -.334** -.113 -.186* .023 .026
Sig. (bilateral) >.001 .181 .026 .787 .759
PFV_RS -.392** -.152 -.163 .045 .213*
Sig. (bilateral) >.001 .152 .125 .676 .043
PF12_RS
-.410** -.275** -.136 -.018 .393**
Sig. (bilateral) >.001 .009 .201 .869 >.001
PIV .070 .314** .082 -.147 -.257*
Sig. (bilateral) .513 .003 .442 .167 .014
PI12 .181 .314** .001 .027 -.186
Sig. (bilateral) .088 .001 .989 .802 .080
MMS .084 .142 .038 -.126 -.075
Sig. (bilateral) .351 .116 .674 .163 .411
 p < .05; * p < .01
PFV: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida; PFV_RS: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida
con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PF12_RS: número de Parejas Formales a lo largo de los últimos 12
meses con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PIV: número de Parejas Informales a lo largo de la Vida; PI12:
número de Parejas Informales en los últimos 12 meses; MMS: Media de Masturbaciones en una semana; DIR:
Dificultad para Iniciar una Relación. DMR: Dificultad para mantener una relación; DCG: Dificultad percibida para el
Compromiso con los valores en General; VLQ: puntuación en el Cuestionario de Valores Vitales; VLQP: puntuación
en el compromiso con el Valor de Pareja en particular –aislado del resto del VLQ-.
Se encontró una relación baja y negativa entre DIR y PFV (r = -.334, p < .001), DIR
y PFV_RS (r = -.392, p < .001) y DIR y PF12_RS (r = -.410, p < .001). Por lo tanto,
una mayor facilidad para el establecimiento de relaciones formales se asocia a un
mayor número de parejas formales a lo largo de la vida y un mayor número de parejas
formales con las cuales se han mantenido relaciones sexuales, ya sea durante los últimos
12 meses o en el pasado en general.
Las correlación entre DMR y PF12_RS fue baja y negativa (r = -.275, p = .009).
Correlaciones bajas y positivas se obtuvieron entre DMR y PIV (r = .314, p = .003) y
PI12 (r = .314, p = .001). Así, mientras los sujetos que mantuvieron relaciones sexuales
con sus parejas formales durante los últimos 12 meses percibieron una mayor facilidad
para mantener una relación formal; los sujetos con mayor número de parejas informales
durante los últimos 12 meses o en su trayectoria de vida en general, puntuaron más alto
en nivel de dificultad para mantener relaciones formales.

DCG sólo correlacionó leve y negativamente con PFV (r= -.186, p = .026). Esto es,
únicamente un mayor número de parejas en la vida se asoció a una mayor facilidad
percibida para comprometerse con los propios valores en general. Sin embargo, ninguna
de las variables obtiene correlaciones significativas con el cuestionario VLQ, el cual
también evalúa la capacidad para comprometerse con los valores.

VLQP también encontró correlaciones leves y positivas con PF12_RS (r = .393, p <
.001) y con PFV_RS (r = 213, p = .043). Sin embargo, VLQP correlaciono baja y
negativamente con PIV (r = -.257, p = .014). De ello se deduce que una mayor
capacidad para comprometerse con el valor “pareja”, cuando este es importante para la
persona, se relaciona con un menor número de relaciones sexuales -a lo largo de la
trayectoria vital- llevadas a cabo con parejas informales y con un mayor número parejas
formales dentro de las cuales se han practicado relaciones sexuales –en general o
durante el último año-.

Las Tablas 3, 4, 5 y 6 recogen los mismos datos que la Tabla 2, pero separados en
hombres, mujeres, personas con tendencia sexual normativa (heterosexual) y personas
con tendencia sexual no normativa (homosexual, bisexual y pansexual),
respectivamente.
Tabla 3. Correlaciones entre Promiscuidad y Compromiso en Hombres.
DIR DMR DCG VLQ VLQP
PFV -.240 -.116 -.192 .149 .078
Sig. (bilateral) .084 .407 .168 .288 .579
PFV_RS -.425* -.253 -.205 .242 .313
Sig. (bilateral) .014 .155 .251 .175 .076
PF12_RS
-.464** -.394* -.417* .002 .548**
Sig. (bilateral) .006 .023 .016 .992 .001
PIV .302 .437* .305 -.208 -.321
Sig. (bilateral) .087 .011 .084 .246 .068
PI12 .295 .460** .314 .131 .022
Sig. (bilateral) .095 .007 .076 .468 .093
MMS .164 .285* .052 -.052 -.041
Sig. (bilateral) .245 .041 .716 .713 .775
 p < .05; * p < .01
PFV: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida; PFV_RS: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida
con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PF12_RS: número de Parejas Formales a lo largo de los últimos 12
meses con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PIV: número de Parejas Informales a lo largo de la Vida; PI12:
número de Parejas Informales en los últimos 12 meses; MMS: Media de Masturbaciones en una semana; DIR:
Dificultad para Iniciar una Relación. DMR: Dificultad para mantener una relación; DCG: Dificultad percibida para el
Compromiso con los valores en General; VLQ: puntuación en el Cuestionario de Valores Vitales; VLQP: puntuación
en el compromiso con el Valor de Pareja en particular –aislado del resto del VLQ-.

Dentro de la muestra de hombres, se encontraron correlaciones bajas y negativas entre


DIR y PFV_RS (r = -.425, p = .014) y entre DIR y PF12_RS (r = -.464, p = .006). Así,
un mayor número de parejas formales con las que se hayan mantenido relaciones
sexuales –durante toda la vida o en los últimos 12 meses- se relacionó con una mayor
facilidad para iniciar relaciones formales.

En la DMR se obtuvieron correlaciones leves y positivas con MMS (r = .285, p = .041),


PIV (r = .437, p = .011) y PI12 (r = .460, p = .007). Es decir, una media mayor de
masturbaciones semanales y de relaciones sexuales mantenidas en el pasado con parejas
informales se asociaron a una mayor dificultad para mantener relaciones ya iniciadas
con una pareja formal.

La percepción de mayor facilidad para comprometerse con los valores en general y con
el valor “pareja” en particular también se relacionó con haber mantenido relaciones
sexuales con una mayor proporción de parejas formales durante los últimos 12 meses,
hallándose una correlacione negativas bajas entre DCG y PI12 (r = -.417, p = .016) y
entre VLQP y PI12 (r = .548, p = .001). Sin embargo, no se encontraron correlaciones
significativas con VLQ.

Tabla 4. Correlaciones entre Promiscuidad y Compromiso en Mujeres.


DIR DMR DCG VLQ VLQP
PFV -.391** -.120 -.204 -.045 -.029
Sig. (bilateral) >.001 .263 .055 .678 .790
PFV_RS -.433** -.123 -.235 -.109 .117
Sig. (bilateral) .001 .364 .079 .418 .386
PF12_RS
-.390** -.221 -.038 -.038 .337*
Sig. (bilateral) .003 .099 .781 .781 .010
PIV -.097 .223 -.072 -.081 -.257
Sig. (bilateral) .471 .096 .592 .550 .053
PI12 .094 .233 -.170 -.012 -.355**
Sig. (bilateral) .488 .081 .206 .927 .007
MMS -.008 .053 -.061 -.057 -.245*
Sig. (bilateral) .946 .659 .609 .635 .038
 p < .05; * p < .01
PFV: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida; PFV_RS: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida
con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PF12_RS: número de Parejas Formales a lo largo de los últimos 12
meses con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PIV: número de Parejas Informales a lo largo de la Vida; PI12:
número de Parejas Informales en los últimos 12 meses; MMS: Media de Masturbaciones en una semana; DIR:
Dificultad para Iniciar una Relación. DMR: Dificultad para mantener una relación; DCG: Dificultad percibida para el
Compromiso con los valores en General; VLQ: puntuación en el Cuestionario de Valores Vitales; VLQP: puntuación
en el compromiso con el Valor de Pareja en particular –aislado del resto del VLQ-.

Entre las mujeres, DIR volvieron a hallarse correlaciones negativas bajas con PFV_RS
(r = -.433, p = .001) y con PF12_RS (r = -.390, p = .003). A diferencia de los hombres,
DIR también correlacionó de modo leve y negativo con PFV (r = -.391, p < .001). De
ello se dedujo que la dificultad para iniciar relaciones formales se asociaba a una menor
proporción de parejas formales con las que se han mantenido relaciones sexuales –en
los últimos 12 meses o en toda la trayectoria vital- y a un menor número de parejas
formales establecidas a lo largo de la vida.

Además de las anteriores, las únicas correlaciones encontradas entre las mujeres se
correspondían con el factor VLQP. Este se relacionó leve y positivamente con PF12_RS
(r = .337, p = .010) y leve y negativamente con PI12 (r = -.355, p = .007) y MMS (r = -
.245, p = .038). Estos datos permitieron relacionar un mayor nivel de compromiso con
el valor “pareja” con un mayor número de parejas formales con las que se han tenido
relaciones sexuales en el último año y un menor número de relaciones sexuales con
parejas informales en los últimos 12 meses, así como un menor número de
masturbaciones.

Tabla 5. Correlaciones entre Promiscuidad y Compromiso en Orientación Sexual


Normativa.
DIR DMR DCG VLQ VLQP
PFV -.360** -.176 -.213* .052 .049
Sig. (bilateral) >.001 .056 .020 .576 .593
PFV_RS -.385** -.120 -.118 .079 .234
Sig. (bilateral) .001 .325 .333 .520 .053
PF12_RS
-.413** -.191 -.076 -.075 .320**
Sig. (bilateral) >.001 .115 .533 .538 .007
PIV .136 .257* .079 -.146 -.286*
Sig. (bilateral) .264 .033 .517 .231 .017
PI12 .190 .258* -.052 .111 -.142
Sig. (bilateral) .117 .033 .672 .365 .243
MMS .009 -.013 -.024 -.016 .010
Sig. (bilateral) .929 .897 .812 .873 .924
 p < .05; * p < .01
PFV: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida; PFV_RS: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida
con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PF12_RS: número de Parejas Formales a lo largo de los últimos 12
meses con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PIV: número de Parejas Informales a lo largo de la Vida; PI12:
número de Parejas Informales en los últimos 12 meses; MMS: Media de Masturbaciones en una semana; DIR:
Dificultad para Iniciar una Relación. DMR: Dificultad para mantener una relación; DCG: Dificultad percibida para el
Compromiso con los valores en General; VLQ: puntuación en el Cuestionario de Valores Vitales; VLQP: puntuación
en el compromiso con el Valor de Pareja en particular –aislado del resto del VLQ-.

DIR correlacionó baja y negativamente con PFV (r = -.360, p < .001), PFV_RS (r = -
.385, p = .001) y PF12_RS (r = -.413, p < .001). Esto es, un mayor número de parejas
formales con las que se han mantenido relaciones sexuales en el pasado –incluido el
último año-, y de parejas formales pasadas en sí se relacionaron con una mayor facilidad
para iniciar relaciones de pareja formal.

Se detectó una correlación baja y positiva entre DMR y PIV (r = .257, p = .033) y entre
DMR y PI12 (r = 258, p = .033). Por lo tanto, el mayor número de relaciones sexuales
mantenidas con parejas informales en general o en los últimos 12 meses, se asoció a una
mayor dificultad para mantener relaciones formales ya iniciadas.

Entre DCG y PFV, se halló una baja correlación negativa (r = -.213, p = .020). Es decir,
Una menor dificultad para comprometerse con los valores generales se relacionó con un
mayor número de parejas formales durante la vida.
VLQP y PF12_RS correlacionaron leve y positivamente (r = .320, p = .007), mientras
que VLQP y PIV obtuvieron una correlación baja y negativa (r = -.286, p = .017). De
ello se concluyó la relación entre un mayor compromiso con el valor “pareja” y un
mayor número de parejas formales con las que se practicaron relaciones sexuales en el
último año, y entre una mayor puntuación en este compromiso y un menor número de
parejas informales durante la vida.

Tabla 6. Correlaciones entre Promiscuidad y Compromiso en Orientación Sexual No


Normativa.
DIR DMR DCG VLQ VLQP
-.185 .076 -.108 -.005 .008
PFV
Sig. (bilateral) .399 .732 .624 .981 .971
-.376 -.175 -.133 -.195 .300
PFV_RS
Sig. (bilateral) .093 .447 .564 .396 .187
PF12_RS -.346 -.411 -.129 -.032 .574**
Sig. (bilateral) .124 .064 .576 .891 .006
PIV -.134 .509* .150 -.104 -.005
Sig. (bilateral) .564 .018 .517 .655 .982
.144 .417 -.003 -.136 -.055
PI12
Sig. (bilateral) .534 .060 .989 .558 .814
.232 .467* -.024 -.119 -.235
MMS
Sig. (bilateral) .300 .028 .914 .598 .292
 p < .05; * p < .01
PFV: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida; PFV_RS: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida
con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PF12_RS: número de Parejas Formales a lo largo de los últimos 12
meses con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PIV: número de Parejas Informales a lo largo de la Vida; PI12:
número de Parejas Informales en los últimos 12 meses; MMS: Media de Masturbaciones en una semana; DIR:
Dificultad para Iniciar una Relación. DMR: Dificultad para mantener una relación; DCG: Dificultad percibida para el
Compromiso con los valores en General; VLQ: puntuación en el Cuestionario de Valores Vitales; VLQP: puntuación
en el compromiso con el Valor de Pareja en particular –aislado del resto del VLQ-.
Se encontró una correlación positiva moderada entre DMR y PIV (r = .509, p = .018) y
una correlación baja positiva entre DMR y MMS (r = .467, p = .028). Así, la mayor
dificultad para mantener una relación formal ya iniciada se asoció a un mayor número
de parejas informales pasadas y una media de masturbaciones por semana más altas.

VLQP correlacionó moderada y positivamente con PF12_RS (r = .574, p = .006). Esto


significa que un mayor nivel de compromiso con el valor “pareja” se relacionó con más
parejas formales en los últimos 12 meses con las cuales se llegó a mantener relaciones
íntimas.
A continuación se exploró la distribución de la muestra en diferentes cuestiones:
grado de acuerdo con diferentes funciones atribuidas al sexo –no excluyentes entre sí-,
tener pareja forma actualmente, tener pareja informal actualmente, haber practicado
sexo alguna vez en la vida, haberse masturbado alguna vez en la vida. Las Tablas 7 y 8
comparan los datos en función del género y la tendencia sexual de los participantes.

Tabla 7. Significado atribuido al Sexo según el género (Hombre/Mujer).

Ítems Chi-Cuadrado gl Sig. (bilateral) Puntuación


gradualmente
mayor en:
DI 1,671 4 .796
EN 11,42 4 .002 Mujeres
HI 8,829 4 .066
NE 0,653 4 .957
UN 1,014 4 .908
EX 0,901 4 .924
AF 5,721 4 .221
PL 4,173 4 .383
AB 3,019 4 .555
Pareja Actual 0,072 1 .788
Haber tenido
0,045 1 .831
Sexo
Pareja informal
0,364 3 .948
Actual
Haberse
14,403 1 >.001 Hombres
Masturbado
DI: “el sexo es un modo de DIVERTIRSE”; EN: “El sexo es para ENTREGARSE totalmente al otro, en
cuerpo y alma”; HI:” El sexo es para tener HIJOS”; NE: “El sexo es una NECESIDAD básica, como comer o
dormir”; UN: “El sexo es para estar más UNIDO a tu pareja”; EX: “El sexo sólo hay que practicarlo con la
persona con la que vayas a compartir el resto de tu vida (EXCLUSIVIDAD)”; AF: “El sexo es una forma de
demostrar que realmente quieres al otro (AFECTO)”; PL: “El sexo es PLACER, sin necesidad de amar a otro
para practicarlo” Y AB: “Cuando el sexo es deseado pero aparece un embarazo no deseado, se tiene el derecho
de ABORTAR”.
Los resultados muestran una diferencia significativamente mayor en el grado en que
las mujeres atribuyen al sexo la función de entregarse al otro [χ2 (4) = 11,42; p = .002],
comparadas con los hombres.

Por su parte, los hombres tienen una proporción significativamente mayor -que las
mujeres- de participantes que han practicado la masturbación, al menos una vez [χ2 (1)
= 14,403; p < .001]
Tabla 8. Significado atribuido al Sexo según Orientación Sexual (Normativa/No
Normativa).

Función del Chi-Cuadrado gl Sig. (bilateral) Puntuación


sexo gradualmente
mayor en:
DI 7,998 4 .092
EN 22,426 4 >.001 Sexualidad
Normativa
Sexualidad
HI 16,392 4 .003
Normativa
NE 1,341 4 .854
Sexualidad
UN 12,731 4 .013
Normativa
EX 9,093 4 .059
AF 7,508 4 .111
Sexualidad No
PL 16,51 4 .002
Normativa
Sexualidad No
AB 12,141 4 .016
Normativa
Pareja Actual 0,265 1 .606
Haber tenido Sexualidad No
9,221 1 .002
Sexo Normativa
Pareja informal Sexualidad No
11,663 3 .009
Actual Normativa

Haberse Sexualidad No
5,864 1 .015
Masturbado Normativa

DI: “el sexo es un modo de DIVERTIRSE”; EN: “El sexo es para ENTREGARSE totalmente al otro, en cuerpo y
alma”; HI:” El sexo es para tener HIJOS”; NE: “El sexo es una NECESIDAD básica, como comer o dormir”;
UN: “El sexo es para estar más UNIDO a tu pareja”; EX: “El sexo sólo hay que practicarlo con la persona con la
que vayas a compartir el resto de tu vida (EXCLUSIVIDAD)”; AF: “El sexo es una forma de demostrar que
realmente quieres al otro (AFECTO)”; PL: “El sexo es PLACER, sin necesidad de amar a otro para practicarlo”
Y AB: “Cuando el sexo es deseado pero aparece un embarazo no deseado, se tiene el derecho de ABORTAR”.
Las personas con una tendencia sexual normativa obtuvieron niveles
significativamente mayores en la atribución al sexo de finalidades como la entrega [χ2
(4) = 22,426; p < .001], tener hijos [χ2 (4) = 16,392; p = .003] o unirse más a la pareja
[χ2 (4) = 12,731; p = .013].

Por otro lado, las personas cuya tendencia sexual era no normativa, superaron
significativamente a los anteriores en haberse iniciado en las prácticas sexuales [χ2 (1) =
9,221; p = .002] y en la masturbación [χ2 (1) = 5,864; p = .015] y tener actualmente una
pareja informal [χ2 (3) = 11,663; p = .009]. En cuanto a los significados atribuidos al
sexo, predominan significativamente en estos participantes la búsqueda de placer [χ2 (4)
= 16,51; p = .002] y el acuerdo con el aborto [χ2 (4) = 12,141; p = .016].

Además se hallaron correlaciones entre el grado de acuerdo de los sujetos con los
distintos significados atribuidos al sexo y: el número de parejas formales en la vida, el
número de prácticas sexuales llevadas a cabo con parejas formales o informales, la
media de masturbaciones semanales y las puntuaciones en DIR, DMR, DCG, VLQ y
VLQP. La tabla 9 reúne estos datos para la totalidad de la muestra.

Tabla 9. Correlaciones entre Significado atribuidos al Sexo, Promiscuidad y


Compromiso para la Muestra Total.
PFV PFV PF12_ PIV PI12 MM DI DM DC VL VLQ
_RS RS S R R G Q P
DI .178* .071 .135 .116 -.027 .280** -.043 .082 .061 -.137 .019

.034 .507 .206 .275 .801 .002 .610 .332 .474 .105 .827

EN -.082 .071 .140 -.107 -.152 -.224* .056 -.027 -.024 .249** .260**

.330 .508 .189 .315 .152 .013 .512 .747 .781 .003 .002
HI
-.164 -.003 -.025 .026 -.021 -.252** .110 .063 -.007 .184* .114

.051 .977 .813 .809 .843 .005 .194 .453 .934 .029 .175
NE
.028 .042 -.097 .205 .120 .158 -.030 .163 .133 -.094 -.122

.739 .696 .365 .053 .259 .080 .723 .052 .114 .268 .148

UN -.082 -.064 .046 -.047 -.109 .026 .004 -.090 .050 .122 .194*

.333 .546 .666 .661 .306 .775 .964 .287 .551 .149 .021

EX -.196* -.009 .024 -.224* -.171 -.293** .097 -.069 .003 .227** .182*

.020 .930 .819 .033 .107 .001 .251 .412 .970 .007 .030

AF -.014 .013 .162 -.175 -.176 -.065 -.140 -.124 -.003 .138 .299**

.866 .900 .127 .098 .097 .476 .097 .142 .974 .101 >.001

PL .186* .071 -.023 .249* .248* .323** -.088 .069 .059 -.128 -.151

.027 .508 .827 .018 .018 >.001 .298 .414 .488 .130 .073

AB .119 -.039 .004 .139 .117 .369** -.125 .015 .014 -.266** -.151

.159 .714 .968 .192 .273 >.001 .139 .863 .865 .001 .073
 p < .05; * p < .01
PFV: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida; PFV_RS: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida
con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PF12_RS: número de Parejas Formales a lo largo de los últimos 12
meses con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PIV: número de Parejas Informales a lo largo de la Vida; PI12:
número de Parejas Informales en los últimos 12 meses; MMS: Media de Masturbaciones en una semana; DIR:
Dificultad para Iniciar una Relación. DMR: Dificultad para mantener una relación; DCG: Dificultad percibida para el
Compromiso con los valores en General; VLQ: puntuación en el Cuestionario de Valores Vitales; VLQP: puntuación
en el compromiso con el Valor de Pareja en particular –aislado del resto del VLQ-. DI: “el sexo es un modo de
DIVERTIRSE”; EN: “El sexo es para ENTREGARSE totalmente al otro, en cuerpo y alma”; HI:” El sexo es para
tener HIJOS”; NE: “El sexo es una NECESIDAD básica, como comer o dormir”; UN: “El sexo es para estar más
UNIDO a tu pareja”; EX: “El sexo sólo hay que practicarlo con la persona con la que vayas a compartir el resto de tu
vida (EXCLUSIVIDAD)”; AF: “El sexo es una forma de demostrar que realmente quieres al otro (AFECTO)”; PL:
“El sexo es PLACER, sin necesidad de amar a otro para practicarlo” Y AB: “Cuando el sexo es deseado pero aparece
un embarazo no deseado, se tiene el derecho de ABORTAR”.

Las correlaciones con PFV fueron bajas, de signo positivo en el caso de DI (r = .178, p
= .034) y PL (r = .186, p = .027), y negativo para EX (r = -.196, p = .020). Como
observamos, se encontró que el número de parejas formales a lo largo de la vida
aumentaba a medida que lo hacían la atribución al sexo de funciones como diversión o
placer, disminuyendo con el aumento de la atribución de exclusividad.

Además, PL correlacionó baja y positivamente con PIV (r = .249, p = .018) y PI12 (r =


.248, p = .018). Podemos interpretarlo como que las relaciones sexuales con parejas
informales en el pasado –incluidos los últimos 12 meses-, y el grado de acuerdo con la
función de placer atribuida al sexo, aumentan conjuntamente.

MMS también presentó correlaciones bajas de distintos signos, siendo positivas con DI
(r = .280, p = .002), PL (r = .323, p < .001) y AB (r = .369, p < .001); y negativas con
EN (r = -.224, p = .013), HI (r = -.252, p = .005) y Ex (r = -.293, p =.001). Así, un grado
más alto en la atribución de funciones como diversión, placer y acuerdo con el aborto
coincidieron con un mayor número de masturbaciones semanales. Sin embargo, dicho
número disminuía cuando aumentaban las funciones de entrega, tener hijos y
exclusividad.

VLQ, a su vez, correlacionó baja y positivamente con EN (r = .249, p = .003), HI (r =


.184, p = .029) y Ex (r = .227, p = .007); y baja y negativamente con AB (r = -.266, p =
.001). Esto es, la congruencia con los valores tiene puntuaciones más altas al aumentar
las funciones de entrega, tener hijos y exclusividad, o cuando disminuye el acuerdo con
el aborto.

Por último, VLQP obtuvo correlaciones bajas y positivas con EN (r = .260, p = .002),
UN (r = .194, p = .021), EX (r = .182, p = .030) y AF (r = .299, p < .001). Es decir, un
mayor nivel de compromiso con el valor “pareja” se relaciona con puntuaciones
superiores en entrega, unión a la pareja, exclusividad y afecto.
Tabla 10. Correlaciones entre Significado atribuidos al Sexo, Promiscuidad y
Compromiso en Hombres.
PFV PFV PF12_ PIV PI12 MM DI DM DC VL VLQ
_RS RS S R R G Q P
DI .127 .017 .060 -.046 .055 .580** .046 .167 -.030 -.015 .162

.366 .927 .742 .799 .760 >.001 .742 .232 .833 .915 .248

EN .045 .017 .173 -.219 .171 -.282* -.004 -.001 -.128 .194 .259

.749 .925 .336 .220 .340 .043 .979 .997 .359 .165 .061
HI
-.127 -.072 -.168 .143 .310 -.310* .056 .139 -.035 .171 .089

.366 .690 .350 .428 .790 .025 .692 .322 .804 .222 .526
NE
.038 .039 .066 .060 .232 .511** -.041 .257 .126 -.050 -.031

.788 .830 .716 .741 .193 >.001 .772 .063 .370 .720 .826

UN -.058 -.104 -.030 -.114 -,026 ,214 -.032 .036 -.038 .109 .182

.769 .565 .867 .527 .885 .127 .822 .796 .788 .438 .192

EX .022 .132 -.082 -.140 -.046 -.395** -.018 -.075 .018 .101 .062

.873 .463 .650 .438 .800 .004 .897 .596 .901 .470 .659

AF .062 .116 .165 -.247 .063 .114 -.176 .100 -.011 .252 .338*

.657 .519 .358 .166 .727 .419 .206 .477 .940 .068 .013

PL .107 .047 .055 .175 .153 .486** -.055 .028 .215 .027 .027

.446 .794 .761 .331 .394 >.001 .696 .845 .122 .846 .849

AB -.122 -.324 -.077 -.031 -.176 .497** -.071 -.086 -.061 -.254 -.089

.383 .066 .672 .863 .327 >.001 .613 .540 .663 .067 .252
 p < .05; * p < .01
PFV: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida; PFV_RS: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida
con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PF12_RS: número de Parejas Formales a lo largo de los últimos 12
meses con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PIV: número de Parejas Informales a lo largo de la Vida; PI12:
número de Parejas Informales en los últimos 12 meses; MMS: Media de Masturbaciones en una semana; DIR:
Dificultad para Iniciar una Relación. DMR: Dificultad para mantener una relación; DCG: Dificultad percibida para el
Compromiso con los valores en General; VLQ: puntuación en el Cuestionario de Valores Vitales; VLQP: puntuación
en el compromiso con el Valor de Pareja en particular –aislado del resto del VLQ-. DI: “el sexo es un modo de
DIVERTIRSE”; EN: “El sexo es para ENTREGARSE totalmente al otro, en cuerpo y alma”; HI:” El sexo es para
tener HIJOS”; NE: “El sexo es una NECESIDAD básica, como comer o dormir”; UN: “El sexo es para estar más
UNIDO a tu pareja”; EX: “El sexo sólo hay que practicarlo con la persona con la que vayas a compartir el resto de tu
vida (EXCLUSIVIDAD)”; AF: “El sexo es una forma de demostrar que realmente quieres al otro (AFECTO)”; PL:
“El sexo es PLACER, sin necesidad de amar a otro para practicarlo” Y AB: “Cuando el sexo es deseado pero aparece
un embarazo no deseado, se tiene el derecho de ABORTAR”.

En los hombres, MMS correlacionó con múltiples significados atribuidos al sexo. En


concreto, correlacionó moderada y positivamente con DI (r = .580, p < .001), NE (r =
.511, p < .001), PL (r = .486, p < .001) y AB (r = .497, p < .001). Por otro lado,
correlacionó baja y negativamente con EN (r = -.282, p = .043), HI (r = -.310, p = .025)
y EX (r = -.395, p = .004). Podemos decir que la media de masturbaciones semanales
subía a medida que también lo hacían las atribuciones al sexo de: diversión, necesidad,
placer y acuerdo con el aborto. Sin embargo, un número de masturbaciones alto,
coincidía con bajas atribuciones en entrega, tener hijos y exclusividad.

También se encontró una correlación entre VLQP y AF (r = .338, p = .013). Así, altas
puntuaciones en compromiso con el valor “pareja” se correspondieron con altas
puntuaciones en el significado de afecto.

Tabla 11. Correlaciones entre Significado atribuidos al Sexo, Promiscuidad y


Compromiso en Mujeres.
PFV PFV PF1 PIV PI12 MM DI DM DC VL VLQ
_RS 2_R S R R G Q P
S
DI .208 .083 .176 .215 -.085 .320** -.090 .037 .108 -.203 -.044

.050 .538 .189 .109 .531 .006 .401 .731 .312 .056 .680

EN -.173 .111 .140 -,033 -.395** -.424** .083 -.050 .037 .285** .270*

.106 .409 .298 .808 .002 >.001 .441 .644 .729 .007 .010
HI
-.203 .048 .062 -.030 -.225 -.432** .137 .022 .013 .191 .127

.056 .726 .646 .825 .093 >.001 .201 .838 .900 .073 .236
NE
.020 .021 -.182 .285* .039 .019 -.016 .107 .143 -.117 -.177

.850 .875 .177 .031 .772 .877 .880 .319 .182 .273 .096

UN -.103 -.060 .100 -.029 -.183 -.090 .015 -.152 .118 .108 .188

.335 .656 .458 .830 .174 .453 .886 .156 .272 .312 .077

EX -.340** -.114 .089 -.281* -.258 -.464** .157 -.063 .006 .295** .266*

.001 .400 .509 .034 .052 >.001 .141 .558 .954 .005 .012

AF -.080 -.067 .184 -.152 -.369** -.406** -.129 -.259* -.025 .081 .269*

.454 .620 .171 .260 .005 >.001 .229 .014 .816 .451 .011

PL .244* .081 -.079 .334* .328* .544** -.101 .096 -.034 -.231* -.244*

.021 .547 .560 .011 .013 >.001 .346 .369 .752 .029 .021

AB .267* .157 .043 .246 .288* .510** -.146 .072 .051 -.269* -.208

.012 .242 .750 .065 .030 >.001 .171 .502 .636 .011 .051
 p < .05; * p < .01
PFV: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida; PFV_RS: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida
con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PF12_RS: número de Parejas Formales a lo largo de los últimos 12
meses con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PIV: número de Parejas Informales a lo largo de la Vida; PI12:
número de Parejas Informales en los últimos 12 meses; MMS: Media de Masturbaciones en una semana; DIR:
Dificultad para Iniciar una Relación. DMR: Dificultad para mantener una relación; DCG: Dificultad percibida para el
Compromiso con los valores en General; VLQ: puntuación en el Cuestionario de Valores Vitales; VLQP: puntuación
en el compromiso con el Valor de Pareja en particular –aislado del resto del VLQ-. DI: “el sexo es un modo de
DIVERTIRSE”; EN: “El sexo es para ENTREGARSE totalmente al otro, en cuerpo y alma”; HI:” El sexo es para
tener HIJOS”; NE: “El sexo es una NECESIDAD básica, como comer o dormir”; UN: “El sexo es para estar más
UNIDO a tu pareja”; EX: “El sexo sólo hay que practicarlo con la persona con la que vayas a compartir el resto de tu
vida (EXCLUSIVIDAD)”; AF: “El sexo es una forma de demostrar que realmente quieres al otro (AFECTO)”; PL:
“El sexo es PLACER, sin necesidad de amar a otro para practicarlo” Y AB: “Cuando el sexo es deseado pero aparece
un embarazo no deseado, se tiene el derecho de ABORTAR”.

Entre las mujeres, se halló un gran número de correlaciones. En primer lugar, PFV
correlacionó con baja y positivamente con PL (r = .244, p = .021) y AB (r = .267, p =
.012). Sin embargo, correlacionó baja y negativamente con EX (r = -.340, p = .001). Por
ello, un mayor número de parejas en la vida coincidía con una mayor atribución de
placer y acuerdo con el aborto y con una menor atribución de exclusividad.

También se hallaron correlaciones de PIV bajas y positivas con NE (r = .285, p = .031)


y PL (r = .334, p = .011) y bajas y negativas con EX (r = -.281, p = .034). De ello
deducimos que cuantas más parejas informales pasadas se hubieran tenido, mayores
eran las puntuaciones en las funciones atribuidas de necesidad y placer y menores las de
exclusividad.

Por otro lado, PI12 obtuvo correlaciones bajas y positivas con PL r = .328, p = .013) y
AB (r = .288, p = .030). Sin embargo, tuvo correlaciones bajas y negativas con EN (r = -
,395, p = .002) y AF (r = -.369, p = .005). Así, un mayor número de relaciones
informales en el último año se asoció a atribuciones más altas de placer y acuerdo con el
aborto y menores con entrega y afecto.

MMS correlacionó con DI de modo bajo y positivo (r = .320, p = .006). También


correlacionó moderada y positivamente con PL (r = .544, p < .001) y AB (r = .510, p <
.001). Por último, tuvo correlaciones bajas y negativas con EN (r = -.424, p < .001), HI
(R= -.432, p < .001), EX (r = -.464, p < .001) y AF (r = -.406, p < .001). Es decir, el
número de masturbaciones ascendía junto con los significados de diversión, placer y
acuerdo con el aborto, mientras que bajaba cuando se elevaban los significados de
entrega, tener hijos y exclusividad.

Se encontró una correlación baja y negativa entre DMR y AF (r = -.259, p = .014), la


cual muestra que la atribución de afecto aumenta con la facilidad para mantener una
relación formal.

Por su parte, VLQ correlacionó con baja y positivamente con EN (r = .285, p = .007), y
EX (r = .295, p = .005), mientras que la correlación fue baja y negativa con PL (r = -
.231, p = .029) y AB (r = -.269, p = .011). Es decir, el compromiso con los valores subió
a medida que también lo hicieron la entrega y la exclusividad, y a medida que bajaron el
placer y el acuerdo con el aborto.

VLQP correlacionó de modo bajo y positivo con EN (r = .270, p = .010), EX (r = .266,


p = .012) y AF (r = .269, p = .011) y de forma baja y negativa con PL (r = -.244, p =
.021). Por lo tanto, el compromiso con el valor “pareja” se elevaba junto con la entrega,
la exclusividad y el afecto. Sin embargo, subía cuanto más bajo era la atribución de
placer.

Tabla 12. Correlaciones entre Significado atribuidos al Sexo, Promiscuidad y


Compromiso en Orientación Sexual Normativa.
PFV PFV PF12_ PIV PI12 MM DI DM DC VL VLQ
_RS RS S R R G Q P
DI .185* .062 .129 .081 -.075 .342** -.082 .026 -.031 -.151 .035

.044 .610 .289 .507 .540 >.001 .376 .779 .741 .101 .707

EN -.120 -.053 .075 -.176 -.100 -.148 .129 .068 .048 .198* .231*

.195 .665 .538 .147 .415 .138 .160 .465 .607 .031 .012
HI
-.139 .008 -.071 -.020 .002 -.232* .191* .172 .048 .156 .083

.131 .949 .561 .872 .990 .019 .037 .061 .602 .090 .367
NE
-.033 -.042 -.069 .073 .076 .127 -.049 .096 .108 -.099 -.133

.723 .731 .571 .549 .535 .202 .595 .300 .243 .283 .150

UN -.033 .006 .002 -.024 -.008 .134 -.023 -.029 .046 .044 .143

.725 .961 .987 .844 .945 .178 .800 .785 .620 .632 .121

EX -.175 -.005 .008 -.233 -.172 -.313** .147 .020 .069 .194* .165

.057 .968 .947 .054 .158 .001 .111 .830 .457 .034 .073

AF .038 .058 .158 -.221 -.077 -.040 -.127 -.098 .044 .120 .325**

.681 .634 .196 .068 .530 .688 .170 .289 .634 .195 >.001

PL .171 .107 -,021 .292* ,218 .348** -.133 -.031 -.033 -.097 -.116

.063 .380 .864 .015 .072 >.001 .149 .735 .724 .296 .211

AB .147 .025 .028 .175 .162 .408** -.140 -.055 -.036 -.199* -.090

.111 .838 .816 .150 .184 >.001 .128 .555 .698 .030 .328
 p < .05; * p < .01
PFV: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida; PFV_RS: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida
con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PF12_RS: número de Parejas Formales a lo largo de los últimos 12
meses con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PIV: número de Parejas Informales a lo largo de la Vida; PI12:
número de Parejas Informales en los últimos 12 meses; MMS: Media de Masturbaciones en una semana; DIR:
Dificultad para Iniciar una Relación. DMR: Dificultad para mantener una relación; DCG: Dificultad percibida para el
Compromiso con los valores en General; VLQ: puntuación en el Cuestionario de Valores Vitales; VLQP: puntuación
en el compromiso con el Valor de Pareja en particular –aislado del resto del VLQ-. DI: “el sexo es un modo de
DIVERTIRSE”; EN: “El sexo es para ENTREGARSE totalmente al otro, en cuerpo y alma”; HI:” El sexo es para
tener HIJOS”; NE: “El sexo es una NECESIDAD básica, como comer o dormir”; UN: “El sexo es para estar más
UNIDO a tu pareja”; EX: “El sexo sólo hay que practicarlo con la persona con la que vayas a compartir el resto de tu
vida (EXCLUSIVIDAD)”; AF: “El sexo es una forma de demostrar que realmente quieres al otro (AFECTO)”; PL:
“El sexo es PLACER, sin necesidad de amar a otro para practicarlo” Y AB: “Cuando el sexo es deseado pero aparece
un embarazo no deseado, se tiene el derecho de ABORTAR”.

Se encontró una correlación baja y positiva entre PFV y DI (r = .185, p = .044),


significando que el número de parejas era mayor cuanto más alta era la atribución de
diversión.

También se halló correlación baja y positiva entre PIV y PL (r = .292, p = .015), de lo


que se dedujo que la atribución de placer y el número de parejas informales aumentaban
conjuntamente.

MMS correlacionó baja y positivamente con DI (r = .342, p < .001), PL (r = .348, p <
.001) y AB (r = 408, p < .001). Las correlaciones de MMS fueron bajas y negativas con
HI (r = -.232, p = .019) y EX (r = -.313, p = .001), Esto es, la media de masturbaciones
semanales subió a medida que aumentaron los significados de diversión, placer y
acuerdo con el aborto y que disminuyeron las atribuciones de tener hijos y exclusividad.

VLQ correlacionó baja y positivamente con EN (r = .198, p = .031) y EX (r = .194, p =


.034) y leve y negativamente con AB (r = -.199, p = .030). Por ello, el compromiso con
los valores se relacionaba con mayores puntuaciones en entrega y exclusividad y con
menores puntuaciones en acuerdo con el aborto.

Existió una correlación leve y positiva entre VLQP y EN (r = .231, p = .012), y VLQP
y AF (r = .325, p < .001). Así, el compromiso con el valor “pareja” aumentaba junto con
las atribuciones de entrega y afecto.
Tabla 13. Correlaciones entre Significado atribuidos al Sexo, Promiscuidad y
Compromiso en Orientación Sexual No Normativa.
PFV PFV PF12 PIV PI12 MM DI DM DC VL VLQ
_RS _RS S R R G Q P
DI .118 .094 .137 .244 .139 -.076 .215 .226 .581** .078 .024

.592 .685 .555 .286 .547 .736 .325 .301 .004 .723 .914

EN .226 .475* .272 .295 -.054 -,063 -.166 .085 .024 -.076 .214

.300 .030 .233 .194 .816 .780 .448 .699 .914 .731 .326
HI
-217 -.045 .050 .311 .074 .081 -.100 .130 -.013 -.201 .002

.321 .848 .830 .170 .749 .719 .651 .554 .952 .359 .992
NE
.360 .254 -.203 .563** .269 .383 .167 .634** .352 .002 -.088

.092 .267 .378 .008 .238 .079 .447 .001 ..099 .995 .690

UN -.356 -.361 .075 -.143 -.289 -.023 .512* .140 .424* .324 .266

.095 .108 .746 .535 .204 .918 .012 .524 .044 .131 .221

EX -.251 -.031 -.011 -.169 -.105 .148 -.038 -.123 -.206 -.056 .019

.248 .893 .963 .463 .652 .512 .864 .577 .345 .800 .933

AF -.260 -.207 .033 .047 -.268 .337 -.016 .238 -.080 -.167 -.128

.230 .368 .886 .839 .240 .125 .941 .273 .715 .445 .561

PL .197 .060 .156 .047 .272 -.140 .073 .096 .338 .187 .087

.367 .798 .500 .838 .234 .534 .740 .664 .115 .392 .694

AB .006 -.175 .050 -.023 -.135 -.301 -.238 -.209 -.070 -.175 -.276

.977 .448 .830 .920 .559 .174 .274 .340 .752 .425 .202
 p < .05; * p < .01
PFV: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida; PFV_RS: número de Parejas Formales a lo largo de la Vida
con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PF12_RS: número de Parejas Formales a lo largo de los últimos 12
meses con las que ha mantenido Relaciones Sexuales; PIV: número de Parejas Informales a lo largo de la Vida; PI12:
número de Parejas Informales en los últimos 12 meses; MMS: Media de Masturbaciones en una semana; DIR:
Dificultad para Iniciar una Relación. DMR: Dificultad para mantener una relación; DCG: Dificultad percibida para el
Compromiso con los valores en General; VLQ: puntuación en el Cuestionario de Valores Vitales; VLQP: puntuación
en el compromiso con el Valor de Pareja en particular –aislado del resto del VLQ-. DI: “el sexo es un modo de
DIVERTIRSE”; EN: “El sexo es para ENTREGARSE totalmente al otro, en cuerpo y alma”; HI:” El sexo es para
tener HIJOS”; NE: “El sexo es una NECESIDAD básica, como comer o dormir”; UN: “El sexo es para estar más
UNIDO a tu pareja”; EX: “El sexo sólo hay que practicarlo con la persona con la que vayas a compartir el resto de tu
vida (EXCLUSIVIDAD)”; AF: “El sexo es una forma de demostrar que realmente quieres al otro (AFECTO)”; PL:
“El sexo es PLACER, sin necesidad de amar a otro para practicarlo” Y AB: “Cuando el sexo es deseado pero aparece
un embarazo no deseado, se tiene el derecho de ABORTAR”.

Se obtuvo una correlación baja y positiva entre PFV_RS y EN (r = .475, p = .030), por
lo que aumentaba el número de parejas formales a lo largo de la vida con las que se
mantuvieron relaciones sexuales a medida que también lo hacía la atribución de entrega.
PIV correlacionó moderada y positivamente con NE (r = .563, p = .008). Esto mostró
cómo la atribución al sexo de necesidad se incrementaba con el aumento de parejas
informales durante la vida.

DIR se relacionaba moderada y positivamente con UN (r = .512, p = .012), siendo


mayor la dificultad para iniciar una relación cuando se atribuía en mayor grado el
significado de unión.

Se encontró una correlación moderada y positiva entre DMR y NE (r = .634, p = .001).


Es decir, la atribución de necesidad al sexo se incrementaba con un mayor grado de
dificultad para mantener una relación.

Por último, DCG correlacionó moderada y positivamente con DI (r = .581, p = .004) y


baja y positivamente con UN (R= .424, p = .044). La dificultad para el compromiso en
general se asoció con mayores niveles de atribución en diversión y unión con el otro.

Discusión

El presente trabajo tuvo como objetivo el análisis de la relación entre tres variables:
promiscuidad sexual, función atribuida al sexo y capacidad para el compromiso con los
valores personales. Pese a que la mayoría de correlaciones halladas fueron bajas o
moderadas, muchos componentes de cada variable se relacionaron significativamente
entre sí.

En la muestra total, un mayor número de parejas formales pasadas se asoció a una


menor dificultad percibida para iniciar una relación formal y para comprometerse con
los valores en general. Más relaciones sexuales con parejas formales coincidieron con
menos dificultad percibida para iniciar y mantener una relación formal y más capacidad
para comprometerse con el valor “pareja” (VLQP). Estos resultados fueron consistentes
con los estudios que evalúan el papel del sexo en el fortalecimiento y satisfacción de
una relación formal (Rusbult, et al., 2001; Sprecher y Cate, 2004) o cómo
comprometerse con una relación formal suele llevar a la práctica sexual (White et al.,
2015). Sin embargo, a más parejas informales, mayor fue la dificultad percibida para
mantener una relación formal deseada y menor el compromiso con el valor “pareja”
(VLQP). Ello coincide con las investigaciones que asocian es establecimiento del
compromiso como necesario para tener sexo a número más bajo de compañeros
sexuales (Olmstead y Anders 2017; Olmstead et al., 2013).
Además, números elevados de parejas formales pasadas estuvieron ligados a
puntuaciones altas en funciones sexuales ajenas al compromiso (diversión, placer) y
bajas en funciones relacionadas con el compromiso (exclusividad). Este resultado
despierta curiosidad, ya que estas funciones sexuales correlacionan sólo con el número
de parejas formales y no con las relaciones sexuales practicadas con ellas o con parejas
informales. Asumiendo que se mantuvieran relaciones sexuales con la pareja formal, los
resultados seguirían siendo controvertidos: irían en la línea de que el placer sexual
fortalece la relación formal, pero no de cómo la mayor unión a la pareja –que también
fue medida en nuestro trabajo- compartiría este mismo papel; ambas premisas de
autores como Sprecher y Cate (2004).

Una media más alta de masturbaciones se relacionó con altos niveles en atribución
funciones sexuales ajenas al compromiso (diversión, placer, aborto) y bajos niveles en
funciones asociadas a este (entrega, hijos, exclusividad). Parece congruente que la
función atribuida al sexo coincida con diferentes vivencias del mismo, como por
ejemplo el hecho de masturbarse al concebir que la finalidad sexual no requiere de un
compromiso con otro, si no que se trata de un modo de lograr placer. Esta finalidad
bien puede lograrse en solitario. Altas puntuaciones en funciones sexuales ligadas al
compromiso (entrega, hijos, unión, exclusividad, afecto) y bajas puntuaciones en
funciones ajenas al mismo (aborto) también se asociaron con niveles elevados en el
cuestionario de valores vitales (VLQ) y en congruencia con el valor “pareja” (VLQP).
Estos resultados siguen manifestando cómo la atribución al sexo de funciones ligadas al
compromiso tiende a aparecer junto a la capacidad de ser congruente con los valores
importantes para el individuo, incluida la pareja.

Por otro lado, se encontraron diferencias significativas entre hombres y mujeres, siendo
los primeros los poseedores de una mayor proporción de sujetos iniciados en la
masturbación, lo que cobra sentido al suponer la masturbación una práctica ajena al
compromiso. Las segundas, tal y como Olmstead y Anders (2017) afirmaban en su
estudio, atribuían en mayor medida al sexo una función asociada al compromiso, a
diferencia de los hombres. En este caso, la función de entrega.

Las mujeres también destacaron, en comparación con los hombres, por: 1) un mayor
número de parejas formales pasadas asociado a una menor dificultad para iniciar una
relación formal y 2) una relación significativa entre altos niveles en masturbación o en
relaciones sexuales con parejas informales unidos a bajos niveles en la congruencia con
el valor “pareja” (VLQP). Los hombres, por su parte, despuntaron en asociaciones tales
como: 1) más relaciones sexuales con parejas formales ligadas a menos dificultad para
el compromiso percibido con los valores en general y 2) mayor número de
masturbaciones y parejas informales junto a una dificultad más elevada para mantener
una relación formal ya iniciada. Sin embargo, ambos géneros coincidieron en que un
menor número de parejas sexuales formales quedaba ligado a una mayor dificultad para
iniciar una relación y a una alta puntuación en el compromiso con el valor “pareja”.

En cuanto a las funciones atribuidas al sexo, las mujeres sobresalieron por sí mismas en
mayores puntuaciones en funciones cercanas al compromiso (entrega, hijos,
exclusividad, afecto) y menores puntuaciones en funciones sexuales alejadas del
compromiso (diversión, necesidad, placer, aborto) asociadas a: 1) un número más bajo
de parejas formales pasadas, 2) menor cantidad de parejas informales, 3) bajo grado de
dificultad para mantener una relación formal y 4) mayor congruencia con el valor
“pareja” (VLQP). Tomando los grupos independientes de hombres y mujeres, hallamos
puntos en común. Ambos géneros practicaban la masturbación en menor medida y
obtenían mayor puntuación en congruencia con los valores (VLQ) cuanto más alto era
el grado de acercamiento a funciones asociadas al compromiso (entrega, hijos,
exclusividad, afecto) y menor el correspondiente con funciones alejadas del
compromiso (diversión, necesidad, placer, aborto).

Las diferencias significativas también aparecieron en función de la orientación sexual.


Los individuos con orientación normativa, en comparación con sujetos de orientación
no normativa, puntuaron en mayor grado en funciones sexuales ligadas al compromiso
(entrega, hijos, unión). Por el contrario, las personas de orientación sexual no normativa
puntuaban significativamente más que las otras en: funciones sexuales ajenas al
compromiso (placer, aborto), haberse iniciado en la masturbación y las relaciones
sexuales y tener actualmente pareja informal.

Tomando los grupos de diferente orientación sexual por separado, encontramos datos
interesantes. Los participantes con orientación sexual normativa obtuvieron relaciones
significativas entre: 1) elevado número de parejas formales pasadas y niveles altos en la
función sexual -ajena al compromiso- de diversión, 2) número mayor de parejas
formales con las que se mantuvo sexo y puntuación más alta en la función sexual –
asociada al compromiso- de entrega, 3) media alta de masturbaciones por semana y
niveles altos en funciones ajenas al compromiso (diversión, placer, aborto) y bajos en
funciones asociadas a él (exclusividad, hijos) 4) un mayor número de parejas formales
y de relaciones sexuales con las mismas unido a menor dificultad percibida para iniciar
una relación formal, 5) un elevado número de parejas formales pasadas asociado a una
mayor facilidad percibida para el compromiso con los valores en general, 6) mayor
cantidad de parejas informales ligada a menor capacidad percibida para mantener una
relación y a puntuaciones inferiores en congruencia con el valor “pareja” y 7) niveles
altos en funciones sexuales ligadas al compromiso (entrega, exclusividad, afecto) y
bajos en funciones ajenas (aborto) a él junto con puntuaciones altas en congruencia con
los valores personales (VLQ) y con el valor “pareja”.

Entre las personas con orientación sexual no normativa, se hallaron asociaciones entre:
1) mayor grado en la función sexual -ajena al compromiso- de necesidad y mayor
dificultad para mantener una relación formal ya iniciada, 2) más dificultad percibida
para comprometerse con los valores en general y mayores puntuaciones en la función
sexual –ajena al compromiso- de diversión y menores en la función sexual –ligada al
compromiso- de unión y 3) una media superior de masturbaciones por semana ligada a
mayor dificultad percibida para mantener una relación formal ya iniciada.

Ambos grupos, sin embargo, coincidieron en las siguientes asociaciones: 1) funciones


sexuales ajenas al compromiso (placer, necesidad) ligadas a un elevado número de
parejas informales pasadas, 2) funciones sexuales asociadas al compromiso (hijos,
unión) junto a mayores dificultades para iniciar una relación formal deseada, 3)
puntuaciones altas en número de parejas informales con puntuaciones altas en dificultad
percibida para mantener una relación ya iniciada y 4) puntuaciones altas en parejas
formales con las que se han mantenido relaciones sexuales unidas a puntuaciones altas
en congruencia con el valor “pareja” (VLQP).

La mayoría de resultados van en línea de investigaciones anteriores. Sin embargo, no


obtuvimos estudios suficientes que pudieran respaldar las diferentes correlaciones
encontradas en función del género y la orientación sexual. Además, aunque un número
ínfimo de correlaciones significativas no concuerda con el resto ni con las hipótesis
planteadas, este hecho debería ser tenido en cuenta para futuros estudios, aumentando la
posibilidad de detectar posibles variables extrañas que puedan estar influyendo en los
datos.

Por último, recuperando nuestras hipótesis iniciales, encontramos que la mayoría de


correlaciones refleja una asociación entre alta promiscuidad y mayor dificultad para
comprometerse con los valores. En cambio, estas correlaciones eran exclusivas de
sujetos con gran número de parejas informales, independientemente del número de
parejas formales que hubieran tenido y las relaciones sexuales con estas últimas.

El elevado número de relaciones formales, en contra de lo esperado, se relacionó


positivamente con la capacidad de compromiso y con las funciones sexuales ligadas a
este. Es posible que la promiscuidad operativizada del modo en que se presentó en esta
investigación no permita explicar plenamente este fenómeno. Por ello, habríamos de
tener en cuenta el tipo de compañero sexual para el diseño de futuras investigaciones.

Lo mismo sucede con las funciones sexuales asociadas al compromiso y: 1) la mayor


dificultad para el compromiso con los valores –incluido el valor “pareja”- y 2) menor
grado de promiscuidad sexual. La evidencia obtenida en este trabajo apoya estas
hipótesis iniciales únicamente con parejas informales. En el caso de las parejas
formales, un mayor número de estas correlacionaba con un grado más alto de acuerdo
con funciones sexuales ligadas al compromiso y con una mayor facilidad para
comprometerse con los valores. Todas estas relaciones se volvían de signo inverso
cuando el acuerdo era con funciones sexuales ajenas al compromiso.

Pese a que el número de correlaciones entre los diferentes componentes de las variables
de interés fue mayor en mujeres y en personas con orientación sexual no normativa, no
obtuvimos evidencia suficiente para apoyar estas dos hipótesis.

Concluimos, por tanto, que sí existe evidencia que apoye la relación entre la
promiscuidad, la función atribuida al sexo y con el compromiso con los valores
personales. Ahora bien, deberían abrirse nuevas líneas de investigación en este ámbito,
que operativicen más eficazmente estas variables y permitan avanzar en el conocimiento
sobre esta materia. Esto no sólo beneficiaría a la investigación, sino también a los
adolescentes y jóvenes, aportándoles la información necesaria para que decidan de
modo libre y consecuente sobre su vida sexual y sus valores personales. Tanto la
práctica clínica como los programas de educación afectivo-sexual podrían incorporar los
nuevos conocimientos, sirviendo como vehículo de comunicación y ayuda para nuestros
jóvenes.

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