Constitución Política Del Perú
Constitución Política Del Perú
Constitución Política Del Perú
La Constitución Política del Perú establece que toda persona tiene derecho a gozar de un
ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida. Se reconocen la libertad de
información así como el derecho a participar, en forma individual o asociada, en la vida
política, económica, social y cultural de la Nación. Asimismo, se establecen garantías
constitucionales para estos derechos.
Destacados
22. A la paz, a la tranquilidad, al disfrute del tiempo libre y al descanso, así como a gozar de un
ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida.
INFORMACIÓN
Toda persona tiene derecho: A las libertades de información, opinión, expresión y difusión del
pensamiento mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de
comunicación social, sin previa autorización ni censura ni impedimento algunos, bajo las
responsabilidades de ley; y a solicitar sin expresión de causa la información que requiera y a
recibirla de cualquier entidad pública, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido.
El Estado defiende el interés de los consumidores y usuarios. Para tal efecto garantiza el
derecho a la información sobre los bienes y servicios que se encuentran a su disposición en el
mercado. Asimismo vela, en particular, por la salud y la seguridad de la población.
PARTICIPACIÓN
Los ciudadanos tienen derecho a participar en los asuntos públicos mediante referéndum;
iniciativa legislativa; remoción o revocación de autoridades y demanda de rendición de
cuentas. Tienen también el derecho de ser elegidos y de elegir libremente a sus
representantes, de acuerdo con las condiciones y procedimientos determinados por ley
orgánica.
Es derecho y deber de los vecinos participar en el gobierno municipal de su jurisdicción. La ley
norma y promueve los mecanismos directos e indirectos de su participación.
La ley establece los mecanismos para garantizar la neutralidad estatal durante los procesos
electorales y de participación ciudadana.
Los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional tienen derecho al voto y a la
participación ciudadana, regulados por ley.
JUSTICIA
Son garantías constitucionales: la Acción de Amparo, que procede contra el hecho u omisión,
por parte de cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los demás
derechos reconocidos por la Constitución, con excepción de los señalados en el inciso
siguiente; y la Acción de Hábeas Data, que procede contra el hecho u omisión, por parte de
cualquier autoridad, funcionario o persona, que vulnera o amenaza los derechos a que se
refiere el artículo 2, incisos 5 y 6 de la Constitución; entra otras.
PARTICIPACIÓN
Los gobiernos regionales tienen autonomía política, económica y administrativa en los asuntos
de su competencia. Coordinan con las municipalidades sin interferir sus funciones y
atribuciones. La ley establece porcentajes mínimos para hacer accesible la representación de
género, comunidades campesinas y nativas, y pueblos originarios en los Consejos Regionales.
Igual tratamiento se aplica para los Concejos Municipales.
Los gobiernos regionales y locales son fiscalizados por sus propios órganos de fiscalización y
por los organismos que tengan tal atribución por mandato constitucional o legal, y están
sujetos al control y supervisión de la Contraloría General de la República, la que organiza un
sistema de control descentralizado y permanente. Los mencionados gobiernos formulan sus
presupuestos con la participación de la población y rinden cuenta de su ejecución,
anualmente, bajo responsabilidad, conforme a ley.
La Constitución declara los principios básicos de la organización del Estado, señala los derechos
y garantías que se consideran esenciales para toda personas e indica las normativas mínimas
de la organización del Gobierno y demás instituciones públicas.
La importancia de la Constitución.
Uno de los objetivos primordiales que tenemos como sociedad es que todos podamos gozar de
un bienestar material (tener asegurada la comida, un techo, salud y educación), de ser
reconocidos y respetados como personas y como comunidad, y de vivir tranquilos y protegidos
de la violencia y la discriminación.
Para lograr esos objetivos, necesitamos de normas básicas que nos permitan coordinarnos
entre nosotros y promover el respeto entre cada uno de los miembros de la sociedad y
sentirnos parte de ésta. De esta manera, definimos nuestros derechos, la forma en que
actuaremos colectivamente y quién actuará en nuestro nombre.
Es la ley suprema de un Estado que establece, organiza y faculta la actuación de los poderes
públicos, limitando el poder político y garantizando derechos y libertades para las personas.
Es más difícil de cambiar que otras leyes, para que los que estén en el poder no puedan
cambiar las normas según les parezca. No sería justa una democracia si las personas que
ejercen el poder puedan cambiar la Constitución a su antojo.
La Constitución declara los principios básicos de la organización del Estado, señala los derechos
y garantías que se consideran esenciales para toda personas e indica las normativas mínimas
de la organización del Gobierno y demás instituciones públicas.
La Constitución le pone freno a la fuerza y al poder del Estado y asegura que el pueblo sea el
que lleve las riendas. Así, la Constitución organiza y limita el poder.
Al constituir las normas básicas de nuestra sociedad, es la sociedad toda la que ostenta el
poder político para establecer sus normas. Ahora bien, este ejercicio ya lo hemos hecho desde
los inicios de nuestra República.
Analizaremos de qué manera se ha gestado y cuáles son los contenidos esenciales de las
principalesConstituciones que ha tenido nuestro Estado.
La Constitución de 1925 terminaría de aplicarse con el golpe militar. Uno de los primeros
decretos de los militares establecería “se respetará la Constitución y las leyes de la República,
en la medida en que la actual situación del país lo permitan para el mejor cumplimiento de los
postulados que ella se propone”.
La Constitución fue aprobada por 67% votos a favor, en circunstancias en que no había
registros electorales, ni partidos políticos, ni libertad de expresión, ni libertad de prensa, ni
libertad de reunión, ni libertad de asociación, ni control del proceso eleccionario.
A esta Constitución se le han realizado sucesivas reformas desde 1989, dentro de las cuales, las
más importantes son la restitución del pluralismo político, se superpone el poder civil al
militar, se restringen los estados de excepción constitucional, se pone fin el sistema binominal
(una fuerza política con un apoyo de 1/3 +1 de la 7 ciudadanía podía representar el 50%), se
eliminan los senadores vitalicios y designados y la inamovilidad de los
Autoconvocados, que eran diálogos ciudadanos sobre los derechos, deberes, principios e
instituciones que deberían estar en una Constitución. Las conclusiones de las 204 mil personas
que participaron fueron sistematizadas y a días del término de su mandato, la ex Presidenta
Bachelet presenta un proyecto de reforma constitucional para una Nueva Constitución.
Este proceso es interrumpido por el gobierno del actual Presidente Piñera, por no formar parte
de su programa de gobierno la elaboración de una Nueva Constitución. Sin embargo, el 18 de
octubre pasado se produce un estallido social que, entre otros aspectos, fuerza incorporar a su
programa de gobierno el inicio de un proceso constituyente, luego de un pacto de diversos
partidos políticos, que se activará luego de un plebiscito que se realizará el 26 de abril en que
la ciudadanía deberá votar si quiere o no una Nueva Constitución y definirá el órgano que
redactará el texto (una Convención Mixta Constitucional, integrada en partes iguales por
miembros de elegidos popularmente y parlamentarios o parlamentarias en ejercicio; o una
Convención Constitucional, integrada exclusivamente por miembros elegidos popularmente).
La soberanía popular emana del pueblo, entendida como la totalidad de los ciudadanos, sede
última del poder y por tanto su única fuente de legitimación. En el pueblo recae el poder de
mando, de toma de decisión. La democracia, de esta manera, es la única forma de construir
una sociedad, en el sentido de que es el pueblo el portador, titular y único capaz de ejercer la
soberanía.
- Derechos civiles y políticos: Las Constituciones limitan el poder diciendo qué es lo que
pueden y no pueden hacer los gobiernos. Por ejemplo, los derechos constitucionales puede
establecer que una persona no puede ser torturada ni encarcelada sin un motivo legítimo y
que la libertad de expresión es inviolable. Estos derechos se denominan derechos civiles y
políticos. En general, son aquellos que dan pie para que el ciudadano pueda participar en los
asuntos del Estado y sea considerado como un agente político, pero que al mismo tiempo le da
garantías básicas para poder actuar y vivir con libertad, estableciendo un nivel básico de
protecciones frente a posibles abusos de poder de la autoridad.
- Derechos colectivos: Las Constituciones también reconocen garantías básicas que pudieran
ejercerse ya no por una sola persona, sino por un conjunto de personas tomadas en cuenta en
tanto grupo. Por ejemplo, los derechos de los pueblos indígenas o el derecho a vivir en un
medio ambiente libre de contaminación.
Una de las Constituciones que reconoce más derechos es la Constitución de Ecuador, que
dedica 74 artículos al catálogo de derechos, mientras que hay otras que tienen un catálogo
más acotado. En el caso de nuestro país, el artículo 19 reconoce 24 derechos, sin perjuicio de
que por aplicación de tratados internacionales nuestro Estado haya reconocido otros, por
ejemplo, los contenidos en la convención Americana sobre Derechos Humanos o la
Convención sobre Derechos del Niño.
Hay Constituciones, como la nuestra, que también establecen mecanismos para reclamar
nuestros derechos fundamentales cuando éstos se vean afectados. Estos son los recursos o
acciones constitucionales, que en Chile existe dos: el recurso de protección y el recurso de
amparo. Hay algunos derechos que no se pueden reclamar en forma directa (por ejemplo, el
derecho a la educación), mientras que hay otros en que sí se puede hacerlo (por ejemplo, el
derecho a la libertad. Esto varía según cada Estado.
• el poder legislativo que hará las leyes que nos organizarán como sociedad,
• y el poder judicial, que aplicará dichas leyes.
De esta manera, cada uno tiene sus funciones propias que desarrollarán con cierta autonomía
y se controlan mutuamente, evitando que cada uno cometa abusos en el ejercicio de su poder.
a) El Poder Judicial, por un lado, debe impartir justicia en nombre de todos nosotros para
protegernos cuando alguien o alguna institución – entre ellos el Estado - haya vulnerado
nuestros derechos. Para eso, es muy importante que sea independiente, es decir, que no esté
sujeto a influencias que puedan afectar sus decisiones. Probablemente, las decisiones de un
juez no serían justas si, por ejemplo, da un trato preferente a quienes lo hayan designado.
b) El Poder Legislativo, por su parte, tienen la tarea de hacer las leyes que organizarán nuestra
sociedad. Para que una ley sea ley, todos debemos participar en hacerla. Sin embargo, como
entre 17 millones de personas es difícil redactar una ley, elegimos representantes quienes
conformarán una o dos asambleas y harán las leyes en nombre de nosotros.
- Sistema presidencial.
Nuestro sistema está centrado en la figura del Presidente de la República, quien tiene tres
roles principales: jefe de Estado, jefe de gobierno y de administración del Estado, es decir,
ejerce la tarea de representar al Estado, de organizar las tareas para cumplir con determinados
objetivos y ser el jefe de las diversas instituciones administrativas.
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El Parlamento, bajo este modelo, junto con ser colegislador, tiene atribuciones de fiscalización
de los actos de gobierno, concurre a la designación de ciertas autoridades y puede remover a
altos cargos públicos bajo ciertas circunstancias.
- Sistema parlamentario.
Este jefe de gobierno se denomina canciller, primer ministro o presidente del gobierno y
realiza la dirección política y ejerce la administración.
Ahora bien, en los sistemas parlamentarios también puede existir una autoridad unipersonal
denominada Presidente de la República que normalmente ejerce las atribuciones de Jefe de
Estado. También pueden existir variantes, como las reglas de formación y disolución del
gobierno, sistema electoral, o la existencia de una segunda Cámara.
Mediante este sistema se busca que el Poder Legislativo y Ejecutivo colaboren en las funciones
de gobierno.
Francia es el primer país que implementó este modelo, en el cual el Presidente de la República
ostenta las facultades de dirección política en defensa y relaciones exteriores, mientras que a
la Asamblea Nacional le corresponde el resto de las atribuciones de dirección política, incluida
la conformación y generación de confianza del Gobierno, encabezado por el primer ministro.
De esta manera, se produce una cohabitación de liderazgos políticos, ya que el Presidente es
electo mediante votación popular directa, mientras que el Parlamento es quien elige al primer
ministro.
El primer ministro requiere de la mayoría del Parlamento para poder gobernar y generalmente
su programa político fue consensuado con los parlamentarios que le permitieron llegar al
poder, mientras que el Presidente, al ser electo directamente por el pueblo, desempeña un rol
de árbitro dentro del sistema y debe favorecer los
directa.
- Democracia representativa.
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A esas personas las elegiremos cada cierto tiempo en base a sus ideas y a sus programas
políticos. De esta manera, la mayoría de los candidatos se asocia en torno a partidos políticos
para postularse ante la ciudadanía, representando una ideología o modelo de sociedad que
quiere construir.
- Democracia directa.
La democracia directa, por su parte, incluye mecanismos mediante los cuales los ciudadanos
pueden decidir directamente los asuntos que afectan o preocupan a la sociedad.
En una democracia, deben existir mecanismos para que los representantes nos hagan caso,
porque de lo contrario, podrían hacer lo que quieran, siempre dentro de las reglas que nos
hemos fijado como sociedad. Si esto fuese así, la elección de un representante político
significaría una delegación de confianza total, pudiendo hacer y deshacer sin un verdadero
control del pueblo. El único mecanismo sería votar a otro representante político de otro
partido, pero eso no es una suficiente garantía.
Es por eso que en varios países se han diseñado distintos mecanismos para que la ciudadanía
participe en forma activa – y no solo a través de sus representantes – en los asuntos que
afectan al pueblo.
Entre los mecanismos de democracia directa encontramos los plebiscitos, que son aquellas
consultas en que los ciudadanos deciden sobre determinadas temáticas de interés público. En
nuestro sistema se encuentra rígidamente establecida, es decir, no se establece frente a
cualquier materia de relevancia nacional que la ciudadanía o que un poder del Estado
(Parlamento o Ejecutivo) quiera proponer. Sin embargo, en otros países existe la posibilidad de
que los plebiscitos sean activados por el Presidente, o por el Presidente con acuerdo del
Parlamento o por mayorías o minorías parlamentarias. También hay Estados en que sean
iniciados por reunión de firmas de los ciudadanos permite a los ciudadanos instalar demandas
no consideradas o de forma insuficiente.
Finalmente, hay casos en que los plebiscitos son obligatorios porque así lo establece la
Constitución o una ley.
Por otro lado, algunos Estados han contemplado en sus legislaciones la iniciativa popular o
ciudadana, mecanismo que permite a los ciudadanos proponer una nueva legislación
requiriendo para esto un determinado número de firmas de ciudadanos.
Existen muchos otros mecanismos de democracia directa mediante los cuales los ciudadanos
pueden incidir en forma directa en las decisiones que afectan a su comunidad social, tales
como el presupuesto participativo (ciudadanos discuten y priorizan la asignación de recursos
públicos para determinados proyectos o programas) o la iniciativa de agenda (permite a un
grupo de ciudadanos presentar propuestas de priorización de leyes a votar por el Parlamento).
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Existen diversos modelos para relacionar estos conceptos, los cuales apuntan a la construcción
de un Estado que asegure la igualdad de oportunidades para todos los habitantes, encuentren
donde se encuentren. En este sentido, se busca otorgar legitimidad a las decisiones políticas
que se adopten y la eficiencia de la administración, reconociendo la diversidad del territorio de
un Estado, procurando un desarrollo social, económico y cultural equitativo en las distintas
regiones.
- Estado unitario.
Es aquel que posee un único centro de impulsión política, es decir, sus órganos se relacionan
sobre la base del principio de jerarquía. Éste puede ser centralizado (los órganos regionales y
locales se encuentran subordinados a los centrales) o descentralizado (los órganos regionales y
locales tienen competencias propias específicas sobre las cuales pueden decidir sin estar
subordinados del poder central).
- Estado federal.
En los estados federales existen al menos dos niveles de gobierno, uno para el país entero y el
otro para las unidades territoriales subestatales. En ellas, se distribuye también el poder
legislativo, incluido el fiscal, a ambos niveles de gobierno, asegurando cierta autonomía real
para cada ámbito de competencias. Normalmente los territorios subestatales tienen
representación en los organismos centrales.
El federalismo opera como un mecanismo adicional para dividir y limitar el poder, permitiendo
gestionar de mejor manera la diversidad cultural.
- Modelos mixtos.
Son modelos en que se otorgan mayores ámbitos de autonomía a las comunidades locales y
regionales, pero sin constituir unidades subestatales como el federalismo. Se les concede a
ciertos territorios potestades amplias en algunas materias, pero restringidas en otras,
manteniendo en este último caso la estructura jerárquica típica del Estado unitario.
A diferencia del federalismo, en que siempre el impulso político emana desde abajo hacia
arriba, es decir, la federación solo posee competencias por excepción (taxativas), en los
modelos mixtos opera la regla contraria, es decir, las competencia emanan del nivel central y
excepcionalmente son transferidas de este a unidades territoriales autónomas.