Ganadería y Pérdida de La Biodiversidad I

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GANADERÍA Y PÉRDIDA DE LA BIODIVERSIDAD I

Como ha sido destacado, los principales factores que provocan la pérdida de biodiversidad y los cambios en
los servicios de los ecosistemas son la transformación del hábitat, el cambio climático, las especies exóticas
invasivas, la sobreexplotación y la contaminación. Estos factores no son independientes. Por ejemplo, el
impacto del cambio climático y gran parte del impacto de la contaminación en la biodiversidad son impactos
indirectos que se producen a través de la modificación del hábitat, mientras que este último factor con
frecuencia va acompañado de la introducción de especies invasivas.

1. - TRANSFORMACIÓN DEL HÁBITAT

Se considera que la destrucción, fragmentación y degradación del hábitat constituyen las principales
amenazas a la biodiversidad global. Estas son las principales amenazas para aves, anfibios y mamíferos y
afectan a más del 85% de las especies amenazadas pertenecientes a estas tres clases de animales.

A partir de los datos disponibles para las aves, ha sido posible estudiar algunos de los factores principales de
destrucción del hábitat. Se ha documentado que las actividades agrícolas a gran escala, entre ellas la
producción de cultivos, la ganadería extensiva y los cultivos permanentes como el café y la palma aceitera,
han tenido un impacto en cerca de la mitad de las aves amenazadas a nivel mundial, como consecuencia de
la destrucción de sus hábitats. Una proporción similar habría resultado afectada por la pequeña producción
o la agricultura de subsistencia. La explotación forestal selectiva o la tala de árboles y la deforestación general
afectan a un 30% de las especies de aves amenazadas, mientras que la recolección de leña y la extracción de
vegetación no leñosa afectarían al 15%, y la conversión a plantaciones de árboles a un10%. En conjunto, se
considera que más del 70% de las aves amenazadas globalmente sufren el impacto de las actividades
agrícolas y el 60% el de las actividades forestales

La ganadería es una de las principales causas de la transformación del hábitat (deforestación, destrucción de
bosques ribereños, drenaje de humedales), ya sea para la producción pecuaria en sí misma o para la
producción de piensos. La ganadería también contribuye al cambio de hábitat cuando el sobrepastoreo y las
altas densidades de carga aceleran la desertificación.

Deforestación y fragmentación del bosque. - La transformación del hábitat por y para el ganado comenzó
con el inicio de la domesticación de animales entre los años 10.000 y 8.000 AC. A lo largo de la cuenca del
mediterráneo, la quema, el pastoreo y la agricultura primitiva causaron los primeros impactos. La mayor
parte de la vegetación de la cuenca mediterránea ha sufrido desde entonces modificaciones derivadas de las
actividades humanas. En las regiones templadas del norte, como en Europa, la vegetación autóctona ha sido
destruida en gran parte o modificada por la deforestación, la agricultura y el pastoreo. En épocas más
recientes, una gran parte de los bosques templados de Australia, por ejemplo, han sido convertidos en
pastizales

La producción animal tiene un papel importante en la destrucción del hábitat. Actualmente, el nexo entre
deforestación y producción pecuaria es más fuerte en América Latina, donde los sistemas de pastoreo
extensivos se están expandiendo principalmente a expensas de la cubierta forestal. Se estima que 24 millones
de hectáreas de tierra que hasta el año 2000 eran bosques, fueron transformados en pastizales en el año
2010.

Esto significa que cerca de las dos terceras partes de las tierras deforestadas serán convertidas en pastizales,
con considerables efectos negativos sobre la biodiversidad. Además de los pastizales y en detrimento de los
bosques, la expansión de los cultivos de producción intensiva a gran escala de soya y otros cultivos forrajeros
para la producción animal, amenazan también a la biodiversidad.
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Entre 1994 y 2004, la superficie de tierra dedicada al cultivo de la soya en América Latina aumentó en más
del doble hasta alcanzar los 39 millones de hectáreas, la mayor superficie destinada a un solo cultivo, muy
por encima del maíz, que ocupa el segundo lugar con 28 millones de hectáreas. La demanda de piensos,
combinada con otros factores, ha desencadenado el aumento de su producción y de sus exportaciones desde
países como el Brasil, donde la tierra es un recurso relativamente abundante. Se prevén extensas zonas
críticas de deforestación en la selva amazónica brasileña como consecuencia de la expansión de este cultivo.
Un proceso similar se está registrando al sur de las tierras neotropicales, de la Argentina.

Además de los bosques, esta expansión del uso de la tierra ligada a la producción pecuaria ha fragmentado
otros paisajes muy valiosos, ejemplos de particular importancia son la expansión de los cultivos en los
bosques de encina y pino de América Central o de los pastizales en el “Cerrado” brasileño o en los bosques
atlánticos al oriente del Brasil, que figuran entre los hábitats más amenazados del planeta. Además, en las
zonas centro y norte de los Andes, al igual que en las costas orientales del Brasil, se registran densidades
extremadamente altas de importantes reservas de aves

Los “lugares críticos” de la expansión de los pastizales y cultivos en las áreas boscosas se concentrarán
predominantemente en ecosistemas de tierras bajas. Las regiones montañosas de los Andes tropicales y los
bosques húmedos andinos tienen la mayor diversidad biológica de todos los lugares críticos identificados y
albergan cerca del 6% del total de especies de plantas y de vertebrados del mundo.

La fragmentación del hábitat se produce cuando los puntos de hábitat autóctono resultan aislados en un
paisaje cada vez más dominado por las actividades humanas Actualmente, los investigadores afirman que los
bosques fragmentados albergan una biodiversidad inferior a la de los bosques continuos. En el contexto de
la fragmentación de los bosques, la disminución de la biodiversidad sería el resultado de una disminución de
los hábitats en la sección fragmentada, nuevas oportunidades para que las especies exóticas invasivas se
introduzcan y compitan con las autóctonas, una disminución del tamaño de la población silvestre, lo que
favorece la consanguinidad y erosiona la biodiversidad intra-especies, una perturbación del equilibrio natural
entre las especies, y en particular entre las presas y los depredadores.

Como resultado directo, los impactos reales de la transformación del hábitat en la biodiversidad son mayores
cuando el hábitat está fragmentado debido a que la capacidad de carga efectiva de estos hábitats es mucho
más reducida de lo que sugiere la pérdida de área en su conjunto. El efecto de la fragmentación en los paisajes
dominados por los pastizales se ve agravada con frecuencia por los cambios en el régimen de las quemas,
una práctica común en el establecimiento y manejo de los pastizales de muchas regiones, entre ellas las
praderas de África, Australia, el Brasil y USA. Las quemas generalmente tienen un impacto negativo en
grandes regiones agrícolas con hábitats naturales fragmentados. Una de las razones es que los fragmentos
de bosque remanentes son muy vulnerables a los incendios, debido a que sus bordes secos y propensos al
fuego son adyacentes a pastizales que se queman con cierta frecuencia.

Intensificación del uso de las tierras agrícolas. El volteo profundo del suelo con el arado ha provocado
fuertes efectos en los procesos biológicos del suelo, entre ellos la germinación. Estas prácticas y su
subsiguiente diseminación a otras regiones representan una forma inicial de intensificación que da lugar a la
modificación del hábitat. Sin embargo, su efecto en la pérdida de biodiversidad ha sido mucho menor que el
resultante de la intensificación de la agricultura mediante la mecanización y el uso de agroquímicos que siguió
a la revolución industrial.

En Europa, actualmente, se considera que el pastoreo tradicional está afectando positivamente la


biodiversidad de los pastizales, ya que crea y mantiene una heterogeneidad estructural en los pastos,
especialmente como resultado de la elección de la dieta. Otro mecanismo importante de creación de
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heterogeneidades es el pisoteo que abre nichos de regeneración para especies colonizadoras de los huecos,
aunque algunas de estas podrían ser invasivas, y el reciclaje de nutrientes al concentrar los nutrientes en
parches, alterando así las ventajas competitivas entre las especies. El pastoreo de los animales también tiene
una función en la dispersión de propágulos. Sin embargo, cuando los pastizales tradicionales establecidos se
manejan de manera más intensiva, una gran parte de la diversidad remanente desaparece.

La mayor parte de los pastos que se cultivan actualmente han perdido casi todo el dosel herbáceo y esto
tiene una incidencia en las comunidades vegetales y da lugar a efectos secundarios en la biodiversidad de
invertebrados al producir cambios en la abundancia de las plantas alimenticias y en los sitios de reproducción.
Los efectos directos sobre la diversidad de los invertebrados repercuten a su vez en la diversidad de los
vertebrados. Efectos similares pueden producirse en otros sistemas relativamente intensivos como los
sistemas de “corte y acarreo”, que afectan a las tierras de pastos de las áreas más densamente pobladas en
las regiones en desarrollo, si bien los sistemas de corte y acarreo presentan ventajas considerables desde el
punto de vista ambiental y de la productividad.

Otro aspecto de los pastizales manejados de manera más intensiva es que a menudo resulta difícil mantener
la productividad: la salida de nutrientes a través de los productos y la degradación del suelo da lugar a una
disminución de la fertilidad del suelo. Esto a su vez da como resultado un aumento de la competencia con las
malezas y las especies de gramíneas no deseadas. El consiguiente aumento del uso de herbicidas para su
control puede constituir otra amenaza para la biodiversidad. Resulta evidente que la reciente tendencia a la
intensificación de la producción de forrajes, en línea con la intensificación general de todos los cultivos
agrícolas, genera profundos cambios en el micro y macro hábitat, si bien la extensión de la superficie afectada
es menor que en el caso de los pastos extensivos. Los avances tecnológicos fomentan una fuerte intensidad
del uso de la tierra y permiten una expansión de la agricultura en tierras que antes permanecían vírgenes,
situadas con frecuencia en regiones con alto valor biológico. En este tipo de uso, no queda hábitat por encima
o por debajo de la superficie del suelo que no resulte afectado: incluso dentro de las poblaciones microbianas
del suelo, generalmente muy diversas, pocas especies logran adaptarse a los ambientes modificados.

Desertificación e invasión de especies leñosas. - Las praderas son otra área donde el ganado ha contribuido
fuertemente a la degradación de los hábitats. La degradación de las praderas es la consecuencia de una
excesiva carga de ganado y un excesivo pisoteo, que supera la capacidad de la pradera. Este tipo de
deficiencias de manejo suele observarse con más frecuencia en las regiones áridas y semiáridas con menor
resiliencia, caracterizadas por una producción de biomasa relativamente errática. La excesiva presión sobre
los ecosistemas de tierras secas da lugar a la fragmentación de la cubierta herbácea y a un aumento de los
suelos desnudos (es decir, a la desertificación). En las praderas semiáridas, con frecuencia subtropicales, no
siempre aumenta la cubierta de plantas. La invasión de especies leñosas se origina cuando el sobrepastoreo
de la cubierta herbácea, la reducida frecuencia de la quema y el enriquecimiento con nitrógeno y CO2
atmosférico modifican el equilibrio a favor de las especies leñosas.

La diseminación de la degradación de las praderas en los climas áridos y semiáridos genera una gran
preocupación por sus impactos en la biodiversidad, si bien la cuantificación de su extensión es un ejercicio
complejo. Los indicadores de calidad de la tierra utilizados para evaluar su condición son inadecuados.
Asimismo, hay cambios naturales en los ecosistemas con oscilaciones de largo plazo que no son fácilmente
distinguibles de los cambios antropogénicos. Sin embargo, muchos sistemas de pastoreo están atravesando
por un proceso de desertificación registrándose una drástica reducción de las especies vegetales, con la
correspondiente pérdida de biodiversidad. Con frecuencia hay un predominio de una o unas cuantas especies
leñosas con un estrato herbáceo muy reducido.

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La erosión de la biodiversidad crea una retroalimentación negativa: reduce la resiliencia del sistema y, por
esto, refuerza indirectamente la desertificación. Las interacciones vegetación‑pastoreo relacionadas con la
invasión de especies leñosas muestran una alta dependencia de la intensidad del pastoreo. Es probable que
el pastoreo favorezca la invasión arbustiva, ya que reduce el riesgo de incendio asociado a las plántulas
leñosas. La reducción de la cubierta herbácea por efecto del pastoreo también puede favorecer la vegetación
leñosa en la competencia por el acceso a recursos limitados como el agua. Los cambios son más pronunciados
en los casos de pastoreo intenso durante largos períodos.

La invasión de especies leñosas a veces puede atribuirse a una concentración en la presión del pastoreo como
consecuencia de la reducción de la movilidad de los pastores y de sus rebaños. Bajo condiciones de pastoreo
intenso, la cubierta herbácea es frecuentemente reemplazada por vegetación leñosa, mientras que las
gramíneas perennes reemplazan las anuales. Los efectos de las especies leñosas en las comunidades
herbáceas varían en función del tipo de especie y el lugar. Los efectos pueden ser positivos, neutros o
negativos. El cambio de pastizales a especies leñosas mediante el proceso de invasión de estas últimas afecta
gravemente a una serie de funciones claves de los ecosistemas, entre ellas la descomposición y el ciclo de
nutrientes, la producción de biomasa y la conservación del suelo y del agua. La dinámica de la interceptación
de la lluvia, la escorrentía y la penetración del agua en el suelo en las áreas con pastoreo excesivo es tal que
el agua de lluvia se pierde rápidamente en los sistemas de drenaje con un aumento concomitante de la
erosión eólica.

Los pastizales prístinos pueden interceptar el agua con mayor eficiencia y, por lo tanto, evitar la pérdida de
recursos del suelo que constituyen la base de la totalidad del sistema agrícola y ecológico. En los ambientes
áridos, son preponderantes los efectos negativos tanto para la producción animal como para la biodiversidad.
La diversidad de los hábitats también puede resultar afectada. Por ejemplo, las sabanas abiertas en paisajes
de bosques claros pueden desaparecer gradualmente como resultado de la invasión de especies leñosas.

La transición forestal y la conservación de los paisajes de las tierras de pastoreo. - Este proceso de cambio
en el uso de la tierra cada vez más difundido se caracteriza por el abandono de tierras agrícolas en las áreas
remotas con suelos pobres. En estas tierras predominan los pastos que, al ser abandonados, permiten la
regeneración de los bosques. Algunos de los pastizales abandonados se convierten en barbecho/matorral
con poca diversidad biológica. En las regiones templadas, como en Europa, las tierras de pastos naturales y
semi naturales se han convertido en recursos paisajísticos y de biodiversidad que vale la pena conservar.
Estas comunidades vegetales y el paisaje del que forman parte gozan en la actualidad de una alta valoración
y son objeto de numerosos programas agroambientales y de conservación de la naturaleza.

Estos hábitats están amenazados por dos tendencias opuestas: por un lado, el proceso de intensificación del
uso de la tierra actualmente en curso, y por otro, un aumento en el número de praderas y pastizales que se
convierten en barbechos debido a los cambios en las condiciones económicas y los subsidios para el retiro
de tierras de la agricultura. En algunos casos, además de la pérdida del valor de la biodiversidad, hay otros
problemas ambientales. Por ejemplo, en las colinas y montañas de los países mediterráneos, actualmente
hay grandes áreas de antiguas zonas de pastizales cubiertas con matorrales con muy baja biodiversidad. Esta
acumulación de biomasa leñosa puede incrementar los riesgos de incendios y erosión, con las consiguientes
pérdidas económicas y ambientales

Dentro de las comunidades de pastizal, la heterogeneidad espacial es la clave para mantenerla biodiversidad
crítica. Los pastizales arborizados albergan una mayor biodiversidad, ya que contienen tanto especies
herbáceas como arbóreas. Para la gestión de estos paisajes puede ser necesaria una combinación de
animales pastando y ramoneando. En la época anterior a la era moderna, los pastizales arborizados se

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utilizaron para el pastoreo comunitario. En la actualidad el desafío es desarrollar sistemas de pastoreo
análogos que alcancen niveles de biodiversidad comparables y que tengan viabilidad económica. Se
argumenta que la conservación de la biodiversidad a largo plazo requiere el desarrollo de áreas silvestres con
herbívoros salvajes, además de los paisajes seminaturales ya existentes.

2. - CAMBIO CLIMÁTICO

El impacto del cambio climático en la biodiversidad es reciente, y sólo ahora comienza a ser reconocido,
observado y comprendido en condiciones de campo. El cambio climático afecta a la biodiversidad de tres
maneras diversas:

• Por los cambios producidos en el clima medio,


• Por los cambios en la incidencia o la gravedad de los eventos climáticos extremos y
• Por los cambios en la variabilidad climática.
Del 15 al 37% de todas las especies podrían verse en peligro de extinción como resultado del cambio
climático. Entre los impactos previstos sobre la biodiversidad, debidos al cambio climático, cabe destacar los
siguientes:

a) Como resultado del calentamiento global, el rango climático de muchas especies se moverá hacia los polos
o hacia altitudes más altas de las que actualmente ocupan. Las especies resultarán afectadas de manera
diversa por el cambio climático: algunas migrarán a través de ecosistemas fragmentados, mientras que otras,
con menor movilidad, no podrán hacerlo.

b) Es probable que muchas especies que ya son vulnerables se extingan, especialmente las que tienen rangos
climáticos limitados y/o oportunidades geográficas limitadas (por ejemplo, especies de las cimas de las
montañas, especies de islas, penínsulas). Las especies más vulnerables suelen ser la que poseen unas
necesidades de hábitat estrictas, rangos muy amplios, tasas de reproducción bajas o poblaciones de pequeño
tamaño.

c) Los cambios en la frecuencia, intensidad, extensión y localización de las perturbaciones climáticas (y no


climáticas) afectarán a la manera en que los ecosistemas existentes serán reemplazados por nuevas
poblaciones de plantas y animales. Es probable que las especies no tengan las mismas tasas de migración.
Las especies más longevas persistirán durante más tiempo en sus hábitats originales dando lugar a nuevos
grupos de plantas y animales. Muchos ecosistemas serán dominados por especies oportunistas, especies de
“malas hierbas”, bien adaptadas a la dispersión y el rápido establecimiento, especialmente si la frecuencia y
la intensidad de las perturbaciones es alta.

d) Algunos ecosistemas son particularmente vulnerables al cambio climático: los arrecifes coralinos, los
manglares, los ecosistemas de alta montaña, los pastizales naturales remanentes y los ecosistemas con
nieves permanentes. Algunos ecosistemas tardarán más tiempo en mostrar las evidencias del cambio,
mientras que, en otros, como los arrecifes de coral, se está observando ya una respuesta rápida. La
productividad primaria neta de muchas especies de plantas (incluidas algunas especies cultivables) está
registrando un incremento debido al “efecto fertilizante” de las elevadas concentraciones de dióxido de
carbono atmosférico. Sin embargo, si se consideran también la temperatura, la limitación de nutrientes y los
cambios en las precipitaciones puede haber pérdidas en la productividad neta de ecosistemas y biomas de
algunas regiones.

Los cambios diferenciales en la productividad primaria neta provocarán cambios en la composición y el


funcionamiento de los ecosistemas. Las pérdidas de productividad neta en ecosistemas y biomasa pueden
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producirse, por ejemplo, en algunos bosques, al menos en el caso de perturbaciones significativas de los
ecosistemas como la pérdida de una especie dominante o una alta proporción de especies debido a los
cambios en la incidencia de perturbaciones como incendios, plagas y brotes de enfermedades.

Muchos estudios sugieren que el cambio climático, incluidos sus efectos sobre los hábitats, será la principal
amenaza para la pérdida de biodiversidad, llegando a superar otras formas más directas de transformación
del hábitat inducidas por las actividades humanas. En cualquier caso, el impacto combinado de una pérdida
continua del hábitat y el cambio climático constituyen una seria y potencialmente catastrófica amenaza para
la biodiversidad en el futuro. Los cambios en las áreas naturales provocados por el cambio climático forzarán
el movimiento de las especies hacia y a través de hábitats ya degradados o fragmentados, empeorando sus
oportunidades de dispersión y supervivencia.

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha analizado el alcance de los
efectos iniciales del cambio climático en la biodiversidad. Temperaturas regionales más elevadas han
afectado a la estación de reproducción en animales y plantas, así como las épocas de migración de los
animales, la extensión del período de cría, la distribución de las especies y el tamaño de las poblaciones o la
frecuencia de la aparición de plagas y brotes de enfermedades. El IPCC modeló el impacto sobre la
biodiversidad de cuatro escenarios diferentes de cambio climático, produciendo escenarios de impacto para
diversas regiones del mundo. Se prevé que el cambio climático afectará a los organismos individualmente,
las poblaciones, la distribución de las especies, y la composición y funcionamiento de los ecosistemas ya sea
directamente a través del calor o la sequía, ya sea indirectamente mediante los cambios en la intensidad y la
frecuencia de perturbaciones como los incendios forestales.

El IPCC observa que una proyección realista de la situación futura de los ecosistemas del planeta necesitaría
tomar en consideración las pautas del uso humano de la tierra y del agua, que tendrán efectos significativos
en la habilidad de los organismos para responder al cambio climático. Es necesaria mayor información para
colmar las lagunas de las evaluaciones, en parte debidas a la extrema complejidad del tema.

¿Cuál es la contribución del ganado a la pérdida de biodiversidad inducida por el cambio climático? Puesto
que el cambio climático es un proceso global, la contribución del ganado a la erosión de la biodiversidad está
en línea con su contribución al cambio climático. Dado que es uno de los principales causantes de la
transformación de los hábitats y el paisaje, el sector pecuario podría también agravar el impacto del cambio
climático en la biodiversidad, dificultando aún más a los organismos y especies afectados por el cambio
climático su migración a través de hábitats fragmentados y perturbados y de ambientes agrícolas y urbanos
construidos por el hombre. Sin embargo, un cambio hacia sistemas de producción intensivos industriales bien
manejados con el fin de reducir el área destinada a la producción pecuaria podría contribuir a la disminución
de estos efectos.

3. - ESPECIES EXÓTICAS INVASIVAS

En la época anterior a la era moderna, los ecosistemas naturales evolucionaron aisladamente en los
diferentes continentes y en las grandes islas, limitados por barreras biogeográficas como los océanos. En la
actualidad, casi todos los ecosistemas están funcionalmente conectados por la capacidad humana para
transportar material biológico a través de largas distancias en períodos de tiempo muy breves. Los seres
humanos han transportado animales y plantas de una parte a otra del mundo durante milenios, algunas veces
deliberadamente (por ejemplo, la liberación de ganado en las islas que realizaban los marineros para
abastecerse de alimento), otras veces accidentalmente (como el caso de las ratas que escapan de las
embarcaciones). Muchos de los principales cultivos del mundo fueron trasplantados de un continente a otro,
como, por ejemplo, el maíz, la papa, el tomate, el cacao y el caucho, que desde América llegaron al resto del
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mundo. Debido a la introducción asistida por los humanos, muchas especies exóticas se convirtieron en
invasivas, es decir, su establecimiento y propagación dio lugar a daños ecológicos y/o económicos.

Las especies invasivas pueden afectar a las especies autóctonas ya sea directamente al consumirlas, competir
con ellas o introducir patógenos o parásitos que causan su enfermedad o muerte, ya sea indirectamente, a
través de la destrucción o degradación de sus hábitats. Las especies exóticas invasivas han modificado la
trayectoria evolutiva y alterado muchos procesos de comunidades y ecosistemas. Además, estas especies
pueden causar pérdidas económicas considerables y amenazar el bienestar y la salud humana. Actualmente
las especies invasivas constituyen una amenaza fundamental que afecta al 30% de las aves amenazadas, el
11% de los anfibios y el 8% de los 760 mamíferos amenazados de los que hay datos disponibles.

La contribución del sector pecuario a las invasiones perjudiciales de los ecosistemas trasciende el impacto de
los animales que han vuelto al estado salvaje. Debido a la amplia diversidad de formas que presenta esta
contribución, el impacto global de este tipo de amenaza resulta probablemente demasiado complejo para
poder efectuar una evaluación precisa. Una de estas dimensiones es la función del ganado como uno de los
principales causantes de transformaciones de los hábitats que dan lugar a las invasiones. La producción
pecuaria causa a veces invasiones intencionales de plantas (por ejemplo, para el mejoramiento de los pastos).
A una escala diferente, los animales en pastoreo producen por sí mismos cambios en el hábitat que favorecen
las invasiones. El movimiento de animales y de productos animales también determina que puedan
convertirse en vectores de especies invasivas. El ganado también ha sido víctima de la invasión de especies
de plantas exóticas que degradan los pastos, lo que a su vez ha producido una expansión de los pastos hacia
nuevos territorios.

El ganado como una especie invasiva. - Una especie exótica invasiva es aquella que se establece en
ecosistemas o hábitats naturales o semi naturales y amenaza la diversidad biológica autóctona. Según esta
definición el ganado puede ser considerado una especie exótica invasiva, especialmente cuando son pocos
los intentos de minimizar el impacto en su nuevo ambiente, dando lugar a la competencia con la vida silvestre
por agua y pastos, la introducción de enfermedades animales y la alimentación con plántulas de la vegetación
local (los animales que vuelven al estado salvaje son una de las principales amenazas a la biodiversidad en
las islas).

El Grupo de expertos de la UICN clasifica los bovinos, cabras, ovejas, cerdos, conejos y asnos que han vuelto
al estado salvaje como especies exóticas invasivas (de un total de 22 especies de mamíferos invasivas). De
hecho los cerdos, cabras y conejos que han vuelto al estado salvaje están clasificados entre las 100 peores
especies exóticas invasivas del mundo. Uno de los efectos mejor documentados de las especies invasivas es
el impacto dramático de los herbívoros mamíferos, especialmente las cabras y los cerdos asilvestrados, en la
vegetación de las pequeñas islas, donde han causado la extinción de las especies autóctonas y cambios
pronunciados en el dominio y fisionomía, afectando directamente otros organismos. En tanto que especies
exóticas invasivas, los animales asilvestrados también contribuyen a la pérdida de biodiversidad a nivel
continental.

Casi todas las especies de ganado de importancia económica no son especies autóctonas de América, sino
que fueron introducidas por los colonos europeos en el siglo XVI. Muchas poblaciones perjudiciales de
animales asilvestrados se originaron a partir de estas introducciones y de las pautas habituales de manejo
muy extensivo. A pesar del impacto negativo de algunas de las especies introducidas, los vertebrados
exóticos continúan siendo importados. Las agencias gubernamentales prestan cada día mayor atención a
este tema, pero siguen introduciendo especies para la pesca, la caza y el control biológico.

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El comercio de mascotas es quizá la mayor fuente de introducción invasiva que se practica en los últimos
tiempos. Actualmente, la contribución del sector pecuario a la introducción de vertebrados es mínima. Otras
contribuciones directas del ganado revisten también importancia. La dispersión de semillas por los
vertebrados es responsable del éxito de muchas especies invasivas tanto en los hábitats perturbados como
en los no perturbados. En Australia, más del 50% de las especies de plantas naturalizadas son dispersadas
por los vertebrados. Es indudable que el ganado en pastoreo ha tenido, y sigue teniendo, una notable
participación en la dispersión de semillas. No obstante, la dispersión de semillas por los vertebrados es un
proceso complicado: determinar cuándo y dónde los vertebrados contribuyen a la difusión de plantas
invasivas requiere una mayor investigación

No se sabe si las actuales normas sanitarias, más estrictas, impiden que el acelerado crecimiento del comercio
mundial de productos animales tenga impactos significativos, sin embargo, históricamente, la ganadería ha
jugado un papel importante en la transmisión de organismos patógenos a las poblaciones no inmunes. La
introducción de la peste bovina en África a finales del siglo XIX devastó no sólo el ganado vacuno, sino
también los ungulados autóctonos. Esta transmisión sigue siendo un problema en la actualidad. La
introducción de la viruela aviar y la malaria en Hawai procedente de Asia, ha contribuido a la desaparición de
las especies de aves autóctonas de las tierras bajas. Aunque hasta el momento no hay evidencia bien fundada
de contaminación cruzada entre las poblaciones de aves domésticas y silvestres, es posible que este
mecanismo desempeñe una importante función en la actual transmisión de la influenza aviar altamente
patógena

Invasión de plantas asociada al ganado. - Las praderas de pastos naturales de las zonas templadas de
Australia, América del Sur y el occidente de América del Norte ofrecen algunos de los ejemplos más extremos
de lo que se han denominado “las grandes convulsiones históricas” de la biota terrestre, es decir, cambios
masivos en la composición de las especies de lo que una vez fueron vastas comunidades debido al transporte
transoceánico de organismos exóticos y su subsiguiente incursión en las nuevas praderas.

En menos de 300 años (y generalmente en menos de 100 años) muchas de las praderas templadas fuera de
Eurasia han sido transformadas irrevocablemente por la colonización humana y la introducción concomitante
de plantas exóticas. Resulta evidente que la producción pecuaria ha sido sólo una de las muchas actividades
que han dado lugar al gran movimiento transatlántico no intencional de especies exóticas. Sin embargo, se
considera que los grandes rumiantes han aumentado en gran medida el potencial invasivo de estas especies.
Las dos características esenciales que hacen vulnerables las praderas templadas del Nuevo Mundo frente a
las plantas invasivas son la falta de congregación de grandes mamíferos ungulados en el Holoceno, o antes,
y la dominancia de gramíneas cespitosas (que crecen en macollas).

La morfología y la fenología de estas gramíneas las hacen vulnerables a la invasión de plantas inducida por el
ganado: el meristema apical se eleva cuando comienza el rebrote y durante toda la estación de crecimiento
corre peligro de ser eliminado por los herbívoros, mientras que estas gramíneas persisten en el sitio
solamente a través de reproducción sexual. En las gramíneas cespitosas el pisoteo puede alterar la
composición de las comunidades vegetales, ya que destruye la aglutinación de las pequeñas plantas entre
las macollas.

Con la llegada de los colonizadores europeos, las plantas exóticas comenzaron a invadir estos sitios nuevos y
renovables perturbados. La acción del pastoreo o del pisoteo, o la combinación de ambos factores, como
consecuencia de la introducción del ganado en las praderas vulnerables de las tres regiones, provocó la
destrucción de las gramíneas cespitosas autóctonas, la dispersión de las plantas exóticas a través de las heces
o la piel, y la preparación continua de un lecho para las plantas exóticas. Incluso hoy, las praderas templadas

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del Nuevo Mundo probablemente no han alcanzado un estado estable y son susceptibles de experimentar
aún otra serie de consecuencias nuevas debido a las plantas invasivas ya existentes o de nueva introducción.

Además de los pastizales naturales, los pastos del mundo deben su origen y su historia a la acción humana.
El proceso de cambio en el uso de la tierra asociado al ganado sigue estando vigente, al igual que sus impactos
en la biodiversidad debidos a la destrucción y la fragmentación del hábitat. Estas áreas son frecuentemente
ricas en especies exóticas invasivas, algunas de ellas introducidas deliberadamente. Invasiones planeadas se
han registrado en vastas áreas de las sabanas tropicales, a menudo con la ayuda de la quema.

Asimismo, en América del Sur, la región de las grandes sabanas, que comprende los cerrados y campos del
Brasil y los llanos de Colombia y el Brasil, cada vez se someten a una explotación más intensa, dando lugar a
la invasión de malezas y especies pioneras. Muchas de las explotaciones ganaderas extensivas de América
del Sur se establecieron en tierras boscosas después de la colonización europea.

Las especies invasivas amenazan los pastos. - Algunas especies exóticas invasivas tienen efectos
perjudiciales sobre las tierras de pastoreo. Esto incluye muchas especies de cardos encontradas en la mayoría
de los continentes. En California, el cardo estrellado fue introducido durante la fiebre del oro como un
contaminante de la alfalfa. Hacia el año 1960 se había propagado a través de 500.000 hectáreas, que
ascendían a 3 millones de hectáreas en 1985, hasta alcanzar aproximadamente los 6 millones de hectáreas
en el año 1999. Esto modifica el equilibrio ecológico, especialmente a través el agotamiento del agua, y
degrada el valor de los pastos. Lo cual implica pérdidas en la humedad del suelo que representan entre el 15
y 25% de la precipitación media anual, lo que equivale a una pérdida de agua de un valor estimado entre los
16 y los 75 millones de USD sólo en la cuenca del río Sacramento.

Una gramínea muy difundida y usada como pasto permanente en varias zonas tropicales es el Axonopusa
ffinis. Esta invade pastos degenerados de Paspalum dilatatum, Trifolium repens y Pennisetum clandestinum,
causando una disminución de la producción animal. Otros problemas importantes son los causados por
introducciones como la Lantana camara, una de las diez peores malezas del mundo, que ha invadido
numerosos ecosistemas naturales y agrícolas de los paleotrópicos. El reemplazo de los pastos autóctonos por
Lantana camara está amenazando el hábitat del antílope sable en Kenya. Esta especie invasiva puede causar
también una modificación significativa en el régimen de quema de los sistemas naturales y, además, es tóxica
para los animales (por esto en algunos países se planta como barrera para impedir la entrada del ganado). Al
mismo tiempo, se beneficia de las actividades forrajeras destructivas de los vertebrados introducidos, como
los porcinos, bovinos, caprinos, equinos y ovinos, que crean microhábitats para su germinación. Durante un
siglo, esta especie ha focalizado los intentos de control biológico. Sin embargo, continúa siendo un problema
considerable en muchas regiones.

Amenazas a la biodiversidad, asociadas al cultivo de forrajes. - La biodiversidad de las variedades de cultivos


del mundo está también amenazada porque la reducida base genética de muchos cultivos los pone en
situación de riesgo. Esta preocupación quedó reflejada en el Tratado Internacional sobre los Recursos
Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, adoptado por los Estados Miembros de la FAO en el año
2001. Importantes cultivos forrajeros como el sorgo y el maíz se encuentran entre los cultivos prioritarios.

Gran parte de la erosión genética de los cultivos básicos fue consecuencia de la Revolución Verde, mientras
que en la actualidad existe una abierta controversia sobre los efectos que deben esperarse de la ingeniería
genética moderna. La evidencia es insuficiente, pero existe una fuerte preocupación en la sociedad acerca
de la posible contaminación de las variedades convencionales por las variedades modificadas, un mecanismo
que podría considerarse una “invasión”. Un caso muy citado es el de la contaminación de variedades de maíz

Ganadería y pérdida de la biodiversidad


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local de México, centro de origen y de diversidad de maíz en el mundo, por variedades comerciales
transgénicas cultivadas para piensos en los Estados Unidos de América.

Preocupaciones similares existen respecto a la soya, en especial la soya cultivada para la alimentación del
ganado, ya que en países como los Estados Unidos de América y la Argentina, existe una creciente tendencia
a sustituir las variedades convencionales con variedades modificadas genéticamente.

Ganadería y pérdida de la biodiversidad


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